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MISIÓN SALESIANA Y DERECHOS HUMANOS
PARTICULARMENTE LOS DERECHOS DE LOS
NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES
Don Pascual Chavez Villanueva
Rettor Maggiore
Apreciados participantes en el Congreso Internacional
“Sistema Preventivo y Derechos Humanos”.
Me alegro, en primer lugar de poderlos saludar y al mismo tiempo de dirigirles unas palabras de
estímulo y compromiso sobre una temática que tengo particularmente en el corazón, en el 60 aniversario
de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Por lo que el Papa Benedicto XVI ha afirmado, en el último diciembre: “Hace sesenta años, el
10 de diciembre la Asamblea General de las Naciones Unidas, reunida en París, adoptó la Declaración
Universal de los Derechos del Hombre, que todavía constituye hoy un punto de los más alto, de
referencia en el diálogo intercultural sobre la libertad y sobre los derechos del hombre. La dignidad de
cada hombre está garantizada verdaderamente, sólo cuando todos sus derechos fundamentales están
reconocidos, amparados y promovidos. Desde siempre la iglesia recalca que los derechos
fundamentales, más allá de las diversas formulaciones y de diversidades de ámbitos culturales, son un
dato universal, porque son innatos, están en la misma naturaleza del hombre”1. Como Salesianos
estamos conscientes y convencidos de esto y por ello nos comprometemos en la educación y en la
promoción de una cultura de la educación.
Agradezco al profesor Vernor Muñoz por lo que nos ha dicho sobre la importancia de promover
la educación como derecho fundamental, sobre todo, la educación de los niños, niñas y adolescentes, con
la finalidad de construir la ciudadanía activa, inclusiva, responsable y autónoma. Nos ha presentado con
gran realismo las causas que impiden la educación de millones de niños, niñas y adolescentes en todo el
mundo, manteniendo graves situaciones de exclusión y de discriminación.
Como salesiano me adhiero a sus palabras y estoy convencido que la transformación de esta
cultura que genera la exclusión y la marginación es el desafío más urgente. Además, estoy consciente
que hoy la educación es el instrumento más precioso y más importante para la construcción de una
sociedad más justa y solidaria en la cual todos, sobre todo los más jóvenes, los más débiles y
necesitados, puedan mirar con esperanza hacia un futuro humano digno y feliz.
1. LA EMERGENCIA/URGENCIA EDUCATIVA EN NUESTRA SOCIEDAD
Nuestra época da muestras de tener confianza en la educación, se preocupa por hacerla llegar a
todos; busca adecuarla constantemente a los retos que surgen en el campo laboral, de los conocimientos
y de la organización social; confía cada vez más en las instituciones especializadas. La educación se ha
1 BENEDICTO XVI, Disurso del Santo Padre en ocasión del 60° anniversario de la Declaración de los derechos del
hombre, Roma 10 de diciembre 2008.
Congresso Internazionale Sistema Preventivo e Diritti Umani, Roma 2 – 6 Gennaio 2009
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convertido en un derecho reconocido y una aspiración de cada persona. A pesar de esta confianza en la
educación, tenemos, sin embargo, la impresión que en su visión haya una distancia cada vez más grande
entre las aspiraciones y las posibilidades, entre declaraciones y cumplimiento, entre intenciones y
realizaciones. A la educación le cuesta trabajo definirse, en un cultura marcada por el pluralismo de las
convicciones y de los comportamientos, de la caducidad y de la sustitución rápida del conocimiento, de
la socialización de los bienes culturales, de la escolarización generalizada y de la universidad de masas,
del rol dominante de los medios de comunicación social en la cultura moderna, del desarrollo del sector
cuaternario que privilegia la innovación y la búsqueda constante. Sociedad e instituciones de cada tipo
aparecen frágiles y desorientadas de frente a la pregunta de sentido que le hacen los jóvenes.
Llega, por lo tanto oportuna la llamada del Papa Benedicto XVI sobre la urgencia educativa. En a
carta a la Diócesis y a la Ciudad de Roma él afirma: “Educar no ha sido nunca fácil, y hoy parece
convertirse en algo cada vez más difícil. Lo saben bien los padres, los maestros, los sacerdotes y todos
aquellos que tienen una responsabilidad educativa directa. Se habla, por tanto, de una gran “urgencia
educativa”, confirmada por los fracasos a los cuales, muy a menudo se enfrentan nuestros esfuerzos por
formar personas sólidas, capaces de colaborar con los demás y de dar un sentido a la propia vida (...)
Existe una atmósfera difusa, una mentalidad y una forma de cultura que llevan a dudar del valor de la
persona humana, del significado mismo de la verdad y del bien, en el último análisis de la bondad de la
vida. Entonces, resulta difícil, transmitir de una generación a otra algo válido y cierto, reglas de
comportamiento, objetivos creíbles con relación a los cuales construir la propia vida”2.
Esta urgencia sobre todo se convierte en trágica cuando el derecho universalmente reconocido a
la educación no se garantiza, sobre todo en algunos contextos y países en vía de desarrollo. Como hablar
de derecho a la educación cuando existen inmensas masas de niños y adolescentes que mueren de
hambre en Africa o en Asia, de pequeños vendidos o abusados sexualmente? Dónde está el derecho a la
educación por parte de los niños obligados a trabajos pesados para su edad de cinco años en la minas, o
respirando sustancias toxicas en las fábricas de calzados o repitiendo los mismos gestos durante
larguísimas jornadas de trabajo en las cadenas de montajes, sin aprender nada pero funcionando
simplemente como piezas del mismo engranaje de producción?
Es notorio que los intereses económicos marcan la prioridad de la sociedad materialista y que la
publicidad, el incitar al consumo, y la varita mágica usada por la insaciable avidez de las
multinacionales. Solo las sociedades agresivas y competitivas subsisten a este estilo y entran en los entes
y en las asociaciones educativas. Qué hacer ahora?
La educación debe ser siempre una ventana abierta sobre la realidad mundial y un motor de
sensibilización y de transformación de la humanidad. Por esto, sin ideologización ni manipulación, se
debe escuchar las voces de aquellos que no tienen voz, sentir el hambre y la sed, ver la desnudez de
tantos pueblos olvidados; con coherencia se debe dar a conocer los esfuerzos de tanta gente
comprometida en las grandes causas de la dignidad de la mujer, de la paz, del respeto a la creación, ...
Por fortuna, diversas situaciones e instancias (ONGs, Voluntariados, ...) comienzan a confluir en la
defensa de la vida, del ser humano, de los pueblos, del planeta y de sus derechos.
Delante de esta urgencia educativa nosotros, Salesianos, somos portadores de un carisma pedagógico
que es actual y más necesario que nunca: el Sistema Preventivo de Don Bosco. Este es nuestro tesoro, el
aporte que estamos llamados a ofrecer a los jóvenes y a la sociedad actual, nuestra profecía. Quisiera
ahora llamar su atención sobre la necesidad de renovar el Sistema Preventivo de Don Bosco en estrecha
unidad con la promoción y defensa de los Derechos Humanos, en particular, los Derechos de los Niños,
como propuesta educativa capaz de generar cultura y de poner a la sociedad en situación/estado de
educación.
2 BENEDICTO XVI, Carta a la diócesis y a la iudad de Roma sobre el compromiso urgente de la educación, Roma 21 de
enero del 2008.
- 2 - Congresso Internazionale “ Sistema Preventivo e Diritti Umani “ Roma, 2 – 6 Gennaio 2009

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2.- LA EXPERIENCIA DE DON BOSCO
Frente a las situaciones de los jóvenes de su tiempo Don Bosco hace la opción de la educación:
un tipo de educación que previene el mal a través de la confianza en el bien que existe en el corazón de
cada joven, que desarrolla sus potencialidades con perseverancia y con paciencia, que construye la
identidad personal de cada uno. Se trata de una educación que forma personas solidarias, ciudadanos
activos y responsables, personas abiertas a los valores de la vida y de la fe, hombres y mujeres capaces
de vivir con sentido, alegría, responsabilidad y competencia. Este modo de educar se transforma en una
auténtica experiencia espiritual, que tiene como fuente a la “caridad de Dios que previene a cada criatura
con su Providencia, la acompaña con su presencia y la salva donando la vida” (Cost. SDB 20).
En contacto con los muchachos de las cárceles de Turín Don Bosco queda trastornado. El
escribe: “Ver bandas de jovencitos en edades entre 12 a 18 años; todos sanos, robustos, despiertos
ingeniosos; verlos ahí inoperantes, picados por los insectos, con necesidad de pan espiritual y temporal,
fue algo que me horrorizó”. 3
Don Bosco ve la realidad social, le toma el significado y asume las consecuencias. De esta
experiencia nace en él una inmensa compasión por aquellos muchachos necesitados y explotados; en su
corazón crece una elección personal de vida: “hacerse el propósito de cuidar a los muchachos
abandonados”, como dice la Marquesa Barolo que le presentaba la alternativa de dejar la obra de los
muchachos o la obra del Refugio4. Su opción está basada en una profunda fe en la paternidad
misericordiosa de Dios y en su Providencia; ésta se fundamenta también en la convicción de que en cada
muchacho, aún el más pervertido o desgraciado, hay un punto accesible al bien y que, que si se
estimulan y sostienen, ellos son capaces de no dejarse llevar por el mal y de elegir los caminos de la vida
y del bien. “Fue en aquella ocasión que me dí cuenta como muchos estaban llevados a aquel lugar
porque estaban abandonados a ellos mismos. Quien sabe, decía entre sí, si estos jóvenes hubieran tenido
fuera a un amigo, que les cuidara, les asistiera y le instruyera en la religión en los días festivos, que los
alejara de la rutina o, al menos, disminuir el número de aquellos que regresan a la cárcel? Comuniqué
este pensamiento a Don Cafasso y con su consejo y con su iluminación me he puesto a estudiar el modo
de realizarlo”.5
Con imaginación y generosidad Don Bosco crea un ambiente de acogida, rico de calidad humana
y cristiana, en el cual los educadores están presentes entre los jóvenes con una cercanía afectiva y
efectiva. En el Oratorio de Valdocco se convierte en su realización ideal y en un punto de referencia para
el futuro, un auténtico taller/laboratorio pedagógico del Sistema Preventivo.
En este ambiente Don Bosco elabora una propuesta educativa con la cual quiere prevenir las
experiencias negativas de los muchachos que llegan a Turín en búsqueda de trabajo, los huérfanos o
aquellos cuyos padres no pueden o no quieren ocuparse de ellos, los vagabundos que no son todavía
malhechores. Esta propuesta ofrece a los jóvenes una educación que desarrolla sus mejores recursos,
hace renacer la confianza en sí mismos y el sentido de la propia dignidad, crea un ambiente positivo de
alegría y amistad en el cual asumen, casi por contagio, los valores morales y religiosos, incluye una
práctica religiosa propuesta y vivida en forma tal que los jóvenes queden espontáneamente involucrados
y motivados.
Consciente de la importancia de la educación de la juventud y del pueblo, para la transformación de
la sociedad, Don Bosco se convierte en promotor de nuevos proyectos sociales de prevención y de
asistencia; piensa en la relación con el mundo del trabajo, a los contratos, al tiempo libre, a la
promoción de la instrucción y la cultura popular. Don Bosco sabe que no basta atenuar la situación de
malestar y abandono en la cual viven aquellos muchachos (acción paliativa); se siente movido a hacer un
3 G. BOSCO, Memorie dell'Oratorio di San Francesco di Sales, a cura di A. Ferreira Da Silva, LAS Roma 1992, pag. 104.
4 Idem, pag. 151.
5 Idem, pag. 104.
Congresso Internazionale Sistema Preventivo e Diritti Umani, Roma 2 – 6 Gennaio 2009
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cambio cultural (acción transformadora) a través de un ambiente y una propuesta educativa que
involucran a muchísimas personas identificadas con él y con su misión.
3. ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DEL SISTEMA PREVENTIVO DE DON BOSCO
Cómo vivir hoy esta experiencia espiritual y educativa que Don Bosco maduró con los jóvenes
en Valdocco y cómo inculturarla en los lugares más diversos en los que se realiza la misión salesiana?
La vía es aquella de profundizar y hacer operativos sus elementos fundamentales, que en nuestro
lenguaje hoy indicamos con el nombre de “criterio oratoriano”.
3.1. Centralidad y protagonismo de los jóvenes, sobre todo los más pobres
La educación inspirada en la pedagogía de Don Bosco pone al centro de la acción y del proyecto
educativo pastoral la persona del joven, escuchando sus voces, identificando sus expectativas, sus
deseos, las desilusiones y sus esperanzas, acompañándolos hacia la toma de conciencia de las propias
capacidades, acrecentando su confianza en las posibilidades de desarrollarlas y de convertirse en
protagonistas de su propio proyecto de vida.
Poner a los jóvenes en el centro de la atención educativa y apostólica “es uno de los elementos
más específicos del rico patrimonio espiritual que Don Bosco nos ha dejado. La tarea que se nos confía
es la de llevarlo a todas las culturas donde nosotros estamos y trabajamos y donde, frecuentemente, los
jóvenes no cuentan”6
Es necesario, sobre todo, hacer esta elección en favor de los jóvenes más pobres y en riesgo,
individuando sus situaciones de desesperanza, visible o escondida, apostando sobre los recursos
positivos que tienen aún los de una vida más deteriorada, empeñándose totalmente por su educación y
evangelización.
Mientras más conozco la Congregación, extendida en los cinco continentes, más me doy cuenta
que los salesianos hemos tratado de ser fieles a este criterio fundamental, de ser cercanos y solidarios
con los más necesitados y de ver aquellas realidades juveniles que la sociedad no quiere ver: por
ejemplo, los muchachos de la calle, los adolescentes soldados, los niños trabajadores, los muchachos
víctimas del turismo sexual, etc. Ha crecido entre nosotros esta sensibilidad hacia los más pobres; el
trabajo de los pioneros, que han comenzado el trabajo de manera “independientes”, ha sido asunto de la
institución; sobre todo están adquiriendo una mentalidad que nos permite colocarnos donde quiera, en
esta clave de lectura.
3.2. Cultura de la preventividad
La urgencia de la preventividad, sus ventajas y su alcance se van imponiendo con datos siempre
más alarmantes, pero asumirla como principio y actuarla eficazmente no se da por sentado en muchos
contextos. La cultura de la preventividad no es la cultura prevalente. Es lo contrario!
Sin embargo, la prevención cuesta menos y rinde más que sólo tratar de evitar o de recuperar con
retraso tardío. Permite de hecho a la mayoría de los jóvenes estar libres del peso de las experiencias
negativas, que ponen en riesgo su salud física, la madurez psicológica, el desarrollo de las
potencialidades, la felicidad eterna. Les permite además, liberar sus mejores energías, de aprovechar
mejor los caminos más cualificados y sólidos de la educación, y de recuperarse rápidamente, desde las
primeras señales de caída.
6 P. CHAVEZ VILLANUEVA, Il CG 26: Una carta di navigazione verso il giubileo del 2015. All’insegna del “Da mihi
animas, cetera tolle, Discorso finale del Rettor Maggiore alla chiusura del CG26, in “Da mihi animas cetera tolle”.
Documenti capitolari, Roma 2008, pag. 138.
- 4 - Congresso Internazionale “ Sistema Preventivo e Diritti Umani “ Roma, 2 – 6 Gennaio 2009

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Esta pedagogía “tiende a una educación en la confianza, confianza en los jóvenes de hoy y
confianza en el futuro, en el momento en que se convierte irrenunciable la aceptación de los desafíos de
la modernidad”. En las sociedades actuales, fuertemente competitivas y difícilmente orientadas a las
inversiones de la confianza, corremos el riesgo de que crezca el número de los muchachos y jóvenes
que están condenados a permanecer marginados, a apañarse para sobrevivir sin poder valorar cuanto es
reconocido su derecho a: salud, instrucción, trabajo, etc.... Por esto, siguiendo las enseñanzas de Don
Bosco y apuntando al reconocimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, necesitamos
comprometernos en promover la cultura de la preventividad.
Don Bosco estaba convencido de que el corazón de los jóvenes, de cada joven, es bueno, que aún
en los muchachos más desgraciados hay semillas de bien y que es tarea de un sabio educador el
descubrirlos y desarrollarlos. Es necesario, crear ambientes positivos en las obras educativas, con
propuestas que estimulen el reconocimiento de estos recursos positivos, los cuales promuevan su
desarrollo y le abran al sentido de la vida y el gusto por el bien.
Bastaría pensar en la historia de Miguel Magone, el “general de la recreación” en la estación de
Carmagnola, al cual Don Bosco le ofrece primero su amistad, por tanto, un microclima educativo en el
Oratorio de Valdocco, después su guía competente (“querido Magone, me gustaría me hicieras un favor,
… que me dejaras ser por un momento el dueño de tu corazón”), hasta hacerle encontrar en Dios el
sentido de la vida y la fuente de la verdadera felicidad (“Oh cuánto soy feliz”) y a hacer que se convierta
en un modelo para los jóvenes de ayer y de hoy.
La preventividad, pues, debe convertirse en la cualidad intrínseca y fundamental de la educación
que en este modo puede anticipar el surgimiento de situaciones y de hábitos negativos, materiales o
espirituales, y al mismo tiempo multiplicar las iniciativas que orientan los recursos que todavía son
sanos en la persona hacia proyectos atrayentes y válidos.
3.3. Experiencia Comunitaria
Don Bosco en el Oratorio creó una comunidad, es decir, una familia en la cual él estaba presente,
un ambiente de encuentro, de familiaridad, en el cual se vivía y de gozaban los valores humanos y
cristianos con la finalidad de hacer necesaria la propuesta de la santidad. Para Don Bosco cada obra
salesiana debe ser una “casa”, es decir una familia para los jóvenes que no tienen familia; un ambiente
en el cual se privilegian las relaciones humanas, la presencia y el diálogo de los educadores entre los
jóvenes, el protagonismo juvenil y la vida de grupo, como lugar privilegiado de personalización.
Don Bosco hizo del grupo la elección cualificante de su pedagogía: el grupo como el lugar en el
cual los jóvenes viven la búsqueda de sentido y la construcción de la propia identidad; el espacio de la
creatividad y del protagonismo; la escuela donde aprender a insertarse responsablemente en el mundo
social y en el territorio; la mediación privilegiada de la experiencia de Iglesia. De este modo el grupo se
convierte también en el ambiente para compartir y de dialogar entre los jóvenes y los adultos, en un
acompañamiento recíproco y en un intercambio de donación continua.
Esta experiencia comunitaria desarrolla un nuevo estilo de relación educativa caracterizada por la
amabilidad que es un amor manifestado y vivido en la medida del muchacho, particularmente de aquél
más pobre; un amor que se demuestra a través de gestos de familiaridad que manifiesten el gusto y el
deseo de estar con los muchachos y de participar en su vida y de sus iniciativas; una amistad que abre el
corazón del joven a la confidencia y hace posible una comunicación educativa que sabe hablar al
corazón, tocar la profundidad de la conciencia, infundir en los jóvenes seguridad interior y sostener el
esfuerzo de su crecimiento humano y cristiano.
Congresso Internazionale Sistema Preventivo e Diritti Umani, Roma 2 – 6 Gennaio 2009
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Para un educador salesiano el “lugar educativo” fundamental donde vive esta experiencia
comunitaria es el patio, el ambiente de la iniciativa y de la creatividad juvenil, de su protagonismo y
espontaneidad. En esto los educadores tienen el deber de participar, favoreciendo la creatividad y el
protagonismo juvenil, de ofrecer una palabra de ánimo y de motivación, de promover la vida de grupo y
las iniciativas culturales, sociales y religiosas significativas.
3.4. Proyecto Educativo Integral
Don Bosco quiere dar una respuesta integral a las necesidades y a las expectativas de sus jóvenes;
les ofrece una casa para acogerlos y hacerles experimentar el calor de la familia que falta a muchos de
ellos; les procura un espacio, el patio, en el cual sus energías de vida y sus deseos de felicidad y amistad
puedan expresarse espontáneamente; se preocupa por la formación cultural y de su preparación para el
trabajo, a través de lo cual puedan mirar al futuro con esperanza y se inserten con responsabilidad en la
sociedad; les propone una formación cristiana y una experiencia de fe adecuada, que convierte en
atrayente y significativa la vida cristiana. Esta propuesta educativa se convierte en un auténtico camino
de evangelización y lleva a los jóvenes a experimentar la alegría de la vida cristiana hasta la meta de la
santidad.7 .
Los Salesianos, siguiendo este mismo camino, asumen la educación como su campo específico
de evangelización, es decir, anuncian a Jesucristo y conducen a los jóvenes a una vida cristiana plena a
través de un camino de desarrollo humano integral que parte de su situación en la cual los jóvenes se
encuentran, se apoya sobre sus recursos interiores y les asegura un acompañamiento paciente en su
crecimiento humano y cristiano. Entonces, la educación y la evangelización, vividas en estrecha
relación, constituyen un único camino de desarrollo integral y se enriquecen mutuamente, como afirma
el Papa Benedicto XVI: “Sin educación, en efecto, no hay evangelización duradera y profunda, no hay
crecimiento ni madurez, no se da cambio de mentalidad y cultura”8.
Esta propuesta de educación integral es siempre más difícil de actuar en una sociedad laicista que
presenta una visión reductiva e instrumental de la persona humana. Se requiere, por tanto, que toda la
comunidad educativa pastoral la asuma con coraje y se empeñe en cuidar con una especial atención el
desarrollo de los valores humanos y sociales, presentes en la sociedad, superando decididamente el
desequilibrio presente entre libertad y verdad, entre libertad y sentido ético, entre poder y conciencia,
entre progreso tecnológico y progreso social. Esa está llamada a dialogar con los diversos universos
culturales que viven los jóvenes y a valorar las grandes energías de humanización que tiene la fe
cristiana para el crecimiento personal y social de los jóvenes y la transformación de la sociedad.
3.5. Visión cristiana de la persona y de la vida
Es notable la situación de indiferencia a la realidad religiosa en la que crece la mayor parte de
los jóvenes europeos. Esta indiferencia tiene una extraordinaria relevancia cultural. La experiencia
religiosa viene presentada con tonos negativos, como un fenómeno de infantilismo, como una realidad
que genera sentido de culpa, como un obstáculo para el pleno desarrollo de la persona, del progreso
científico y de la paz social; por esto se tiende a reducir la experiencia religiosa a la esfera de lo privado.
Basta asomarse al mundo de la literatura o del cine. Es difícil encontrar, en los últimos decenios
o en las obras más representativas o de éxito, cualquier producción en la que los protagonistas reciban
del cristianismo la inspiración para la vida o para la dignidad de su existencia.
7 Cfr. CG 26 n. 25
8 BENEDETTO XVI, Lettera a Don Pascual Chavez Villanueva, Rettor Maggiore dei SDB in occasione del Capitolo
Generale 26, in “Da mihi animas, cetera tolle” Documenti capitolari, pag. 91.
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Esta mentalidad se está extendiendo también en otros contextos sociales y culturales en los que
se ve siempre con mayor desconfianza la presencia pública de la religión, sobre todo del cristianismo
como hecho social o de la fe cristiana como expresión de vida.
La irrelevancia de la fe en la cultura y en la vida convierte a los jóvenes en indiferentes y
extraños al mundo religioso, hace insignificante la pregunta sobre Dios, vacía de sentido el lenguaje
religioso y pone en peligro el valor absoluto de los mismos derechos humanos, dejándoles con
frecuencia al interés económico o al poder político.
El educador, según el corazón de Don Bosco, es consciente de que la educación del Sistema
Preventivo se fundamenta sobre una visión cristiana de la persona y de la vida; está convencido que la
riqueza más profunda y significativa de la persona es su apertura a Dios y a su vocación de Hijo de Dios.
Por lo que busca despertar o profundizar en los jóvenes la apertura al sentido religioso de la vida, de
desarrollar la capacidad de descubrir en la realidad cotidiana los signos de la presencia y la acción de
Dios, de comunicar la convicción de la profunda coherencia entre la fe y los valores humanos de
solidaridad, libertad, verdad, justicia, paz. El cree que el Evangelio asume sus expresiones auténticas,
regenera los aspectos humanamente débiles y los enriquece abriéndoles al horizonte de Dios.
3.6. Proyección social de la acción educativa
Para Don Bosco era importante cuidar de los jóvenes que venían al Oratorio, pero era igualmente
importante para él, la preocupación por buscar a todos aquellos que habían quedado fuera. Se
preocupaba por el desarrollo de la persona hasta su plena madurez humana y cristiana, pero también se
preocupaba por la transformación de la sociedad, a través de la educación de la juventud.
Consciente de la importancia de la educación de la juventud y del pueblo para la transformación
de la sociedad, Don Bosco era promotor de nuevos proyectos sociales de prevención y de asistencia, si
pensamos en la relación con el mundo del trabajo, en los contratos, en el tiempo libre, en la promoción
de la instrucción y la cultura popular a través de la prensa.
La sociedad que Don Bosco tenía en la mente era una sociedad cristiana, construida sobre los
fundamentos de la moral y de la religión. Hoy la visión de sociedad se ha transformado: estamos en una
sociedad secular, construida sobre principios de la igualdad, de la libertad de la participación, pero la
propuesta educativa salesiana conserva su capacidad de formar un ciudadano consciente de sus
responsabilidades sociales, profesionales, políticas, capaz de comprometerse por la justicia y por
promover el bien común, con una especial sensibilidad y preocupación por los grupos más débiles y
marginados. Se debe, por tanto, trabajar por el cambio de criterios y por la visión de vida, para la
promoción de la cultura del otro, de un estilo de vida sobrio, de una actitud permanente de gratuidad, de
luchar por la justicia y la dignidad de cada vida humana.
Para realizar este proyecto, Don Bosco integra un amplio círculo de personas, sueño un
movimiento vasto como el mundo, con la colaboración y la complementariedad de las personas de buena
voluntad interesadas por la educación de los jóvenes y por el futuro de la sociedad.
Para esto cada obra salesiana debe siempre pensar como un centro de acogida y de convocación
del mayor número posible de personas, que se convierta cada vez más en un núcleo animador, capaz de
extenderse hacia el exterior, involucrando en forma y modos diversos a todos aquellos que desean
comprometerse en la promoción y la salvación de los jóvenes.
Esta cualidad social de la educación Salesiana podrá encontrar todavía más clara comprensión y
realización con el compromiso en la promoción de los derechos humanos y, en manera particular,
aquellos de los niños, como vía privilegiada para realizar en los diversos contextos el compromiso de
Congresso Internazionale Sistema Preventivo e Diritti Umani, Roma 2 – 6 Gennaio 2009
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prevención, de desarrollo humano integral, de construir un mundo con mayor equidad y de igual paso
para integrar nuestra pedagogía en las diferentes culturas del mundo.
4. LA PROMOCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS, EN PARTICULAR DE LOS
NIÑOS.
Somos herederos y portadores de un carisma que tiende a la promoción de una cultura de la vida
y al cambio de las estructuras. Por esto tenemos el deber de promover los derechos humanos. La historia
de la Familia Salesiana es la rapidísima expansión aunque en situaciones culturales y religiosas tanto
lejanas como diversas de aquellas que han visto nacer, testimonia como el sistema preventivo de Don
Bosco sea una puerta de acceso garantizada para la educación juvenil de cualquier contexto y una
plataforma de diálogo para una nueva cultura de los derechos y de la solidaridad. Como salesianos la
educación a los derechos humanos, en particular los de los niños, es la vía privilegiada para realizar en
los diversos contextos el compromiso de prevención, de desarrollo humano integral, de construcción de
un mundo con mayor equidad, más justo, más saludable. El lenguaje de los derechos humanos nos
permite el diálogo y la integración de nuestra pedagogía en las diferentes culturas del mundo9.
4.1. Promover los derechos humanos como educadores
De frente a las tantas situaciones problemáticas que viven los muchachos y los jóvenes en cada
parte del mundo, nosotros estamos llamados, en base el ejemplo de Don Bosco, a estar presentes al lado
de ellos para defender su dignidad y asegurarles un futuro digno y positivo.
En la promoción de los derechos humanos, en particular los de los niños, nuestro compromiso
debe ir más allá del asistencialismo, aunque sí, muchas veces nos vemos obligados a cubrir situaciones
de emergencia, sin limitarnos a la defensa de sus derechos, cuando son violados y olvidados. Debemos
asumir el compromiso propio del educador que busca el crecimiento personal del muchacho y de la
muchacha y su desarrollo integral, en el reconocimiento de su dignidad y responsabilidad.
Don Bosco se siente enviado por Dios para responder al grito de los jóvenes pobres e intuyó que,
será importante dar respuestas inmediatas a su malestar, ahora más lo era prevenir las causas. Sobre su
ejemplo, queremos caminar al encuentro, convencidos que el mundo más efectivo para responder a sus
pobrezas es la acción preventiva”.10
En varias de mis intervenciones11 he tratado de mostrar que la educación es el camino
privilegiado para esta acción preventiva y renovadora de las múltiples situaciones de malestar y de
marginación que golpean a los muchachos, a las muchachas y a los jóvenes del mundo. Sobre todo he
presentado el Sistema Preventivo de Don Bosco desde una óptica de toma consciente de responsabilidad
por parte del educando, que se transforma en objeto de protección, porque tiene necesidades, en sujeto
9 I diritti economici, sociali e culturali sono stati sanciti nella “Dichiarazione Universale dei diritti dell’uomo” dal ONU nel
1948. Negli anni succesivi si sono approvati i diritti dei popoli all’autodeterminazione, alla pace, allo sviluppo, all’equilibrio
ecologico, al controllo delle risorse nazionali, alla difesa ambientale. Vi sono i diritti legati al rispetto dell’uomo, in relazione
lle manipolazioni genetiche, alla bioetica e alle nuove tecnologie di comunicazione. Vi è anche la “Convenzione dell’ONU sui
diritti dei bambini e degli adolescenti”, adottata dall’Assemblea Generale delle Nazioni Unite il 20 novembre 1989 e
attualmente ratificata da 192 Stati.
10 CG 26, 98
11 Cfr. P. CHAVEZ, Prima che sia troppo tardi salviamo i ragazzi, il futuro del mondo, Intervento nel Campidoglio, Roma
27 novembre 2002, in occasione della commemorazione della fondazione del Borgo Ragazzi Don Bosco.
P. CHAVEZ, Dare di più a chi ha avuto di meno. Un ripensamento educativo per il cambio culturale, Convegno CISI
sull’emarginazione e disagio giovanile, Frascati 29 dicembre 2004.
P. CHAVEZ, Educazione e cittadinanza. Formare salesianamente il cittadino, ‘Lectio magistralis’per la Laurea “honoris
causa” dell’Università di Genova. 23 aprile 2007
P. CHAVEZ, Educare con il cuore di Don Bosco. Sistema preventivo e diritti umani, 50° anniversario dell’Ispettoria di Porto
Alegre, Ottobre 2008.
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responsable, por tiene derechos y reconoce los derechos de los demás, preparando así en el muchacho de
hoy, el ciudadano de mañana.
El Sistema Preventivo trata de prevenir el mal a través de la educación, al mismo tiempo ayuda a
los jóvenes a reconstruir la propia identidad personal, a revitalizar los valores que no logran desarrollar,
a elaborar y a descubrir, por su misma situación de marginación, razones para vivir con sentido, alegres,
responsabilidad y competencia. Este Sistema cree de manera decidida que la dimensión religiosa de la
persona es su riqueza más profunda y más significativa; por lo que la busca, como finalidad última de
todas sus propuestas, de orientar a cada muchacho hacia la realización de su vocación como hijo de
Dios.
Fieles a esta preciosa herencia, debemos empeñarnos como educadores en la promoción y
defensa de los derechos humanos y de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, preocupándonos
sobre todo del desarrollo integral de la persona del joven. Conviene recordar la fuerte llamada que yo
mismo y nosotros salesianos de todo el mundo, reunidos en el Capítulo General 25 en el año 2002,
hemos dirigido a los responsables e interesados por el futuro de la humanidad y, en particular, de los
jóvenes: “Estamos del lado de los jóvenes, porque confiamos en ellos, en su voluntad para aprender, de
estudiar, de salir de la pobreza, de tomar en sus manos su propio futuro. (…) Estamos de lado de los
jóvenes porque creemos en el valor de la persona, en las posibilidades de un mundo diferente y sobre
todo creemos en la educación. (…) Educar a los jóvenes es el único modo de preparar un futuro positivo
para el mundo. Globalicemos juntos el compromiso por la educación!”.12
4.2 Promover la cultura de los derechos
La educación propone además, el objetivo de construir una cultura de los derechos humanos,
capaz de dialogar, persuadir y, en última instancia, de prevenir las violaciones de los mismos derechos,
antes que penarlos y reprimirlos.
La pobreza y la marginación no son un fenómeno puramente económico, pero hay una realidad
que toca la consciencia de las personas y desafía a la sociedad, como a la cultura; se requiere pasar de
una cultura del tener, del aparecer, del dominar, a una cultura del ser, de la gratuidad y de la
participación. A este punto deseo referirme a las palabras del Papa Benedicto XVI en su discurso de
apertura de la Conferencia General del CELAM en Aparecida (Brasil). Decía el Papa:
“¿Cómo responder al gran desafío de la pobreza y de la miseria? (…)Tanto el capitalismo como
el marxismo prometieron encontrar el camino para la creación de estructuras justas y afirmaron que
éstas, una vez establecidas, funcionarían por sí mismas; afirmaron que no sólo no habrían tenido
necesidad de una precedente moralidad individual, sino que ellas fomentarían la moralidad común. Y
esta promesa ideológica se ha demostrado que es falsa. Los hechos lo ponen de manifiesto. El sistema
marxista, donde ha gobernado, no sólo ha dejado una triste herencia de destrucciones económicas y
ecológicas, sino también una dolorosa opresión de las almas. Y lo mismo vemos también en Occidente,
donde crece constantemente la distancia entre pobres y ricos y se produce una inquietante degradación
de la dignidad personal con la droga, el alcohol y los sutiles espejismos de felicidad.
Las estructuras justas son, como he dicho, una condición indispensable para una sociedad justa,
pero no nacen ni funcionan sin un consenso moral de la sociedad sobre los valores fundamentales y
sobre la necesidad de vivir estos valores con las necesarias renuncias, incluso contra el interés personal.
Donde Dios está ausente –el Dios del rostro humano de Jesucristo– estos valores no se muestran con
toda su fuerza, ni se produce un consenso sobre ellos. No quiero decir que los no creyentes no puedan
vivir una moralidad elevada y ejemplar; digo solamente que una sociedad en la que Dios está ausente no
12 Cfr. CG25, n. 140.
Congresso Internazionale Sistema Preventivo e Diritti Umani, Roma 2 – 6 Gennaio 2009
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encuentra el consenso necesario sobre los valores morales y la fuerza para vivir según la pauta de estos
valores, aun contra los propios intereses”13
El Sistema Preventivo y el espíritu de Don Bosco nos llaman hoy a un compromiso decidido,
individual y colectivo, orientado a cambiar las estructuras de la pobreza y del subdesarrollo y, sobre
todo, a promover estos valores morales que garantizan la renovación de la mentalidad y de las posturas
que están en la base de las situaciones de injusticia. Por medio de la educación deseamos promover la
cultura del otro, de la sobriedad en el estilo de vida y de consumo, de la disponibilidad a compartir
gratuitamente, de la justicia entendida como atención al derecho de todos; es esta la cultura de la
dignidad de la vida, del compromiso solidario, de la apertura a la Trascendencia.
4.3 Algunas exigencias
La promoción de los derechos humanos y de los derechos de los niños, niñas y adolescentes debe
ser en nuestras manos un potente instrumento de educación y de transformación cultural. Lo que exige
tomar en cuenta algunas exigencias importantes que garanticen este compromiso.
- Una relectura salesiana de los derechos
Cada uno de nosotros, que como educadores y educadoras hemos elegido la visión antropológica
cristiana, la misma visión que ha inspirado a Don Bosco, debe convertirse en defensor y promotor de los
derechos humanos y de los niños, niñas y adolescentes. Nos puede ayudar una relectura salesiana de los
principios que los fundamentan. He aquí algunos elementos de esta lectura, en referencia, sobre todo, a
los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
Integralidad de la persona y aplicación del principio de indivisibilidad e interdependencia de todos los
derechos fundamentales de la persona: civiles, culturales, religiosos, económicos, políticos y sociales.
“Les deseo que sean felices ahora y siempre” y la aplicación del principio de un desarrollo humano
integral, un desarrollo que, en la visión holística de la Convención sobre los derechos de los niños,
niñas y adolescentes comprende los aspectos físicos, mentales, culturales, espirituales, morales,
sociales, políticos. No basta una lógica de asistencia ni de garantía de la supervivencia; se debe ofrecer
a los niños, niñas y adolescentes los elementos necesarios para un adecuado y pleno desarrollo; esto
nos compromete a prestar atención a las situaciones que, de hecho, limitan esta integralidad en la
dinámica cotidiana del proceso educativo.
“El uno para el otro” es el principio del superior interés del niño. Este principio de la Convención
subraya la necesidad de conocer adecuadamente cada situación y cada aspecto de la vida del pequeño y
de saber valorar sus opiniones para elegir y orientar las intervenciones educativas dirigidas a su bien
real. Tal atención a la situación concreta del muchacho es básico en la práctica del Sistema Preventivo.
Centralidad en el menor como sujeto activo es el principio de la participación. Escuchar, involucrar,
hacer partícipe a los niños, niñas y adolescentes en las cuestiones que tienen que ver con su vida es la
vía para responsabilizarlos como miembros de la sociedad en la que vivimos, para potenciar sus
habilidades sociales. Con este espíritu se deben rever las formas de acogida y de participación de los
niños, niñas y adolescentes en nuestros programas y actividades educativas.
El “Me basta que sean jóvenes para que los ame” es la aplicación del principio de no discriminación.
Lo que se conjuga con la identificación de los destinatarios preferenciales de la misión salesiana: los
muchachos más pobres y en desventaja, aquellos que están en riesgo de ser marginados, los
discapacitados, los refugiados, los inmigrantes, los abandonados, los muchachos víctimas de abuso,
etc. En este sentido debemos favorecer la participación y el protagonismo de los más débiles en los
ambientes educativos, en las actividades propuestas, en los diversos tipos de grupos, etc.
13 BENEDETTO XVI, Discorso inaugurale della V Conferenza Generale dell’Episcopato latinoamericano e dei Carabi,
Aparecida,13 maggio 2007, n. 4.
- 10 - Congresso Internazionale “ Sistema Preventivo e Diritti Umani “ Roma, 2 – 6 Gennaio 2009

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- Una renovada elección de relación comunitaria
El carácter comunitario de la experiencia pedagógica salesiana requiere de trabajar siempre en grupo,
como comunidad educativa. No es posible hacer todo solo, como los pioneros, o moverse de modo
autorreferencial. Solamente en comunidad es posible asegurar las condiciones de un ambiente y de
una acción realmente educativa. Urge desarrollar una mentalidad de red, sea entre las diversas
realidades de la Congregación, sea con otros sujetos que prestan atención a la educación y a la vida
de los niños, niñas y adolescentes.
- Una renovada intencionalidad pastoral
Para garantizar la eficacia de la vía de los derechos humanos en la acción educativo pastoral
salesiana se debe madurar la convicción de la irrenunciable relación entre la educación y la
evangelización. “Es necesario recordar que la evangelización se ha desarrollado siempre unida a la
promoción humana y a la auténtica liberación cristiana. Amar a Dios y amar al prójimo se funden
entre sí: en el más humilde encontramos a Jesús mismo y en Jesús encontramos a Dios (Cfr. Deus
caritas est 15). Por el mismo motivo será también necesaria una catequesis social y una adecuada
formación en la doctrina social de la iglesia… La vida cristiana no se agota solamente en las virtudes
personales, también en las virtudes sociales y políticas”.14
La acción salesiana comprende la preocupación por la salvación integral de la persona: conocer a
Dios, comunión filial con El a través de la acogida de Cristo, mediación sacramental de la iglesia.
Habiendo elegido la juventud y los jóvenes pobres, los Salesianos aceptan los puntos de partida en los
cuales los jóvenes se encuentran y sus posibilidades de hacer un camino hacia la fe. En cada iniciativa de
recuperación, de educación y de promoción de la persona, se anuncia y se realiza la salvación que será
ulteriormente explicitada en la medida en que los sujetos se van haciendo más capaces. Cristo es un
derecho de todos. Se va anunciando sin forzar los tiempos, pero sin dejarlos pasar en vano.
Es propicia la referencia a Cristo, el Hombre Nuevo, puede ayudarnos a repensar el compromiso
de la promoción de los derechos humanos y de la educación de los jóvenes más desventajados y en
riesgo, haciéndonos comprender la meta de la realización integral de la vida humana. “El confrontarse
con Jesús de Nazaret… nos pone otro umbral, alternativa o secuencia hacia la cual están en camino los
hombres comprometidos con la promoción de los derechos humanos. El repensar y la reformulación en
la verdad del ser hombre o mujer en el proyecto de Dios”15.
A modo de conclusión
Prermítanme concluir con un poma de Gabriela Mistral, es breve, pero lleno de sentido profético,
que da las razones del por qué hoy más que nunca se deba hablar de “emergencia educativa” y como hoy
más que nunca la vía de salida se encuentra en el corazón de Don Bosco:
His Name is “Today”
We are guilty of many errors, of many faults,
But our worst crime is abandoning the children,
Neglecting the fountain of life.
14 BENEDETTO XVI, Discorso inaugurale della V conferenza del CELAM. 13 maggio 2007. n. 3.
15 R. TONELLI, Una pastorale giovanile attenta ai diritti umani?. Note di Pastorale Giovanile, 37 (2003) 1, p. 5.
Congresso Internazionale Sistema Preventivo e Diritti Umani, Roma 2 – 6 Gennaio 2009
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Many of the things we need can wait.
The child cannot.
Right now is the time his bones are being formed,
His blood is being made and his senses are being developed.
To him we cannot answer “Tomorrow”.
His name is “Today”.
Gabriella Mistral
Nobel Prize-winning poet from Chile
----
Su nombre es “hoy”
Muchas de las cosas que necesitamos pueden esperar.
El niño no puede.
Hoy es cuando sus huesos se están formando, su mente se está desarrollando y sus valores se están
estableciendo.
A él no le podemos decir mañana.
Su nombre es “hoy”.
Gabriela Mistral
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