ponencia seminario internacional UPS


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LAS DIMENSIONES ETICA Y POLITICA EN LA CULTURA DEL
SOFTWARE LIBRE
LA DIMENSION “ANTISISTEMICA” DEL SOFWARE LIBRE
1. INTRODUCCIÓN
La realidad histórica que nos ha tocado vivir nos ha ubicado en medio de una serie de
disputas de orden económico, político, epistemológico, ideológico, religioso, etc. Está
confrontación en el fondo son disputas de órdenes de sentido que nos problematizan
existencialemente sobre que tipo de mundo queremos construir, que tipo de ser humano
queremos ser, que tipo de relaciones queremos desarrollar en función de potenciar o
destruir la vida.
Esta problematización, como es obvio, alcanza también el ámbito del conocimiento. El
mismo que es puesto en discusión desde distintas perspectivas.
Atrás han quedado los tiempos en los cuales era posible ignorar toda responsabilidad
ética en la producción del conocimiento, a partir de la fe ciega en el dogma cientificista
de la Ilustración. Despertar del sonambulismo que nos ha acompañado durante el
dominio de la mentalidad moderno-ilustrada exige detenerse para volver a formular
algunas interrogantes básicas. Preguntas de orden “filosófico” que se refieren al sentido
esencial de lo que hacemos ¿Para qué y para quién es el conocimiento que creamos y
reproducimos? ¿Qué valores y que posibilidades de futuro construimos? ¿Qué valores y
posibilidades de futuro son destruídas?
Quisiera de manera preliminar explorar dos premisas iniciales: El primero respecto a la
colonialidad de saber, esto no es solo al carácter eurocéntrico del saber sino articulado
fundamentalmente a las formas de dominio colonial y neocolonial de los saberes de las
ciencias sociales y las humanidades, no tiene que ver solo con el pasado, con las
herencias coloniales de las ciencias sociales, sino que juegan igualmente un papel
medular en el dominio imperial/neocolonial del presente.
El segundo apunta a destacar que la peor conclusión a la que podríamos llegar, a partir
de la crítica a los saberes hegemónicos de acuerdo a la cual “ningún discurso de
diagnóstico social puede trascender las estructuras hegemoneizantes del conocimiento
moderno”, es que nos encontramos irremediablemente presos al interior de las jaulas
conceptuales en las cuales no existe tensión, fisura ni escapatoria posible.
A partir de estas premisas cabe hacer algunas preguntas para la reflexión ¿El
conocimiento que producimos y reproducimos constituye un aporte a la posibilidad de
un mayor bienestar y mayor “felicidad” de nuestros pueblos y culturas, o todo
contrario? Es procedente interrogarse si el conocimiento aporta o no a la posibilidad de
una sociedad más democrática, más equitativa. Es pertinente interpelar ese cuerpo de
saberes en términos de su contribución o no a la preservación y florecimiento de una
rica diversidad cultural a nivel planetario, si contribuye a la preservación de la vida o si,
por el contrario, este se ha convertido en un agente activo de las amenazas de
destrucción.

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Estas interrogantes nos colocan ante dilemas éticos y políticos con relación a nuestra
propia actividad, que de ninguna manera podemos obviar y dentro de este contexto es
necesario reflexionar sobre la producción del Software libre.
LAS CIENCIAS SOCIALES Y LA LEGITIMACIÓN DEL ORDEN SOCIAL
CAPITAL
¿Cómo responde las ciencias sociales ante los crecientes procesos de exclusión social?
¿Están en capacidad de reflexionar críticamente? En sus vertientes hegemónicas, estas
disciplinas, asumiéndose como portadoras exclusivas de la verdad sobre la realidad
histórica social, desempeñan en este contexto el papel que en todas épocas anteriores
jugaron ciertas ideologías en la legitimación del dominio colonial. Mediante la
naturalización y cientifización de la cosmovisión liberal, incluida la concepción de la
naturaleza humana ahistórica y universal, individualista y posesiva, asumen a la
sociedad de mercado como el único orden social posible. De esta manera está negada
siquiera la posibilidad de imaginar modalidades de vida colectiva que no estén
organizadas por la lógica del mercado. En forma aún más directa, estas ciencias sociales
hegemónicas desempeñan un papel activo en la conformación del modelo de sociedad
de mercado, por la vía de las políticas que se derivan de las proposiciones normativas.
Uno de los efectos más profundos de la caída del muro de Berlín fue precisamente el
radical estrechamiento de los límites de lo imaginable, con el acotamiento
correspondiente de los límites del pensamiento crítico. Todas las propuestas antes
planteadas han sido desechadas -como ilusiones ideológicas- al basurero de la historia.
Las ciencias sociales han retornado al cause respetable de la cientificidad y la
objetividad, el pensamiento se hace cada vez más importante. Tienden a identificarse
las condiciones creadas por las crecientes y extremas desigualdades en la distribución
del poder, con leyes objetivas o inalterables de la realidad histórica social. En lugar de
indagar sobre los agentes, los intereses, las estrategias. Las fuerzas, que inciden sobre
los extraordinarios procesos de transformación que ocurren en el mundo actual, estos
procesos se naturalizan, en una descripción del mundo en el cual, o han desaparecido los
sujetos, o en el que el único sujeto realmente existente es el consumidor.
Este bloqueo a traviesa a todas las disciplinas. Podría analizarse el caso de la teoría
política para explorar la medida en que ese sesgo formal-institucional, y su desdén por
los asuntos crudos del poder, la aparta del intento de desentrañar los procesos políticos,
intereses, actores y fuerzas que operan en las transformaciones sociales.
El reto del pensamiento crítico es superar los estrechos acotamientos de este paradigma
del pensamiento único, para indagar otros saberes, otras prácticas, otros sujetos,
otros imaginarios capaces de mantener viva la llama de alternativas a este orden social
de hegemonía del capital; como creo que lo están haciendo quienes proponen y
desarrollan este movimiento de Software libre. Otros saberes que no están fósilizados
sino solamente invisivilizados, saberes con una profunda capacidad ética, política,
intelectual, de responder al reto de contribuir con sus saberes y sus prácticas a una
sociedad equitativa y democrática , y a un modelo de vida sostenible para la mayoría de
los presentes y futuros habitantes del planeta tierra ¿ Cómo responder a estos retos?

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Históricamente ha sido mayor la capacidad para criticar y luchar en contra de las
injusticias y opresiones de sus sociedades, que la agudeza de su reflexión crítica sobre
sus propios procesos de producción y reproducción de conocimientos, y en torno al
papel de estos saberes en la creación / reproducción del orden social existente. Es por
ello posible que se pueda denunciar las consecuencias perversas del capitalismo salvaje,
a la vez que se este legitimando académicamente los saberes y supuestos paradigmáticos
y teóricos que le sirven de sustento a este orden social.
Las actuales estructuras disciplinarias, aunque no sólo ellas, con su parcelamiento
burocrático de los saberes, obstaculizan severamente el abordaje de estos asuntos. Estas
estructuras disciplinarias tienden a acentuar la naturalización y la cientifización de la
cosmovisión y la organización liberal del mundo, operando así con eficaces
instrumentos del colonialismo intelectual. En esta estructura de saberes parcelados, las
cuestiones de conjunto, los retos éticos, las interrogantes sobre el para qué y para quién
de lo que se hace carece de sentido. Dentro de cada disciplina se socializa a los
estudiantes en la práctica de una “ciencia normal” que se ocupa de su parcela de la
realidad y no tiene que interrogarse sobre el sentido del conjunto. La censura
metodológica que opera mediante la exigencia de la investigación empírica, la
cuantificación y el rigor científico, descalifica la reflexión general, o a las angustias
existenciales sobre el para qué de lo que se hace. Aún existiendo un incomodo
reconocimiento de que la dirección actual de modelo tecnológico, sociedad de mercado
y meta de crecimiento sin limite pueda ser una apuesta por un futuro imposible, estas
son preocupaciones que quedan fuera de las estrechas demarcaciones de cada disciplina
académica. Los problemas que confrontan hoy la humanidad, las crecientes
desigualdades , los bombardeos como instrumentos cotidianos de la política exterior , la
amenaza a la vida misma en el planeta se convierten en realidades externas, fenómenos
naturales sobre los cuales, ya no se pueden incidir, mejor es no angustiarse!1
La formación profesional, la investigación, los textos que circulan, las revistas que se
reciben, los lugares donde se realizan los postgrados, los regímenes de evaluación y
reconocimiento del personal académico, todos apuntan hacia la sistemática
reproducción de una mirada del mundo y al continente desde las perspectivas
hegemónicas del Norte. El intercambio intelectual con el sur, en especial con otros
continentes, desde el cual, a partir de las experiencias compartidas podría profundizarse
la búsqueda de alternativas, es escasa o nula.
No es éticamente responsable continuar en el sonambulismo intelectual que nos hace
dejar a un lado los retos que nos plantean estas cuestiones. Los niveles de autonomía, si
no epistémica, si práctica, y el grado de libertad académica con que contamos hoy parte
no se corresponde con los limitados esfuerzos que se han realizado para repensar estas
instituciones de sí mismas, en términos sustantivos de cara a los exigentes y cambiantes
contextos – incluso asuntos de vida o muerte- a los cuales tendría que responder.
1Incluso en los casos en donde se abordan centralmente estos asuntos, como lo hacen los institutos de
estudios ambientales o las carreras de ecología de algunas universidades, tienden a reproducirse el mismo
parcelamiento al acotarse estos temas como un campo más de estudios científicos especializados, sin
capacidad para poner en cuestión los supuestos implícitos del conjunto de los saberes universitarios.
Mientras estos especialistas analizan los impactos del modelo actual de desarrollo tiene sobre el ambiente,
en las escuelas de economía sigue intacto el paradigma de crecimiento sin fin, y en las escuelas de
ingeniería y ciencias goza de buena salud el paradigma de desarrollo científico-teológico lineal y
progresista.

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Siguiendo este horizonte de reflexión cabe preguntarse: ¿Es necesario interrogarse
sobre el conocimiento del conocimiento2?
Para responder esta pregunta, hagamos otra pregunta: ¿Es necesaria la pregunta sobre el
conocimiento para conocer? La respuesta es no. Así como se puede comer sin conocer las leyes de
la digestión, respirar sin conocer las leyes de la respiración; así también se puede pensar sin
conocer las leyes del pensamiento o conocer sin conocer las leyes del conocimiento. Luego, para
que el conocimiento sea funcional no se necesita responder a la pregunta: ¿Cómo se conoce? La
funcionalidad no está determinada por la respuesta al conocimiento del conocimiento.
A pesar que la funcionalidad del conocimiento no revele la necesidad sobre el conocimiento del
conocimiento, existen algunos hechos que demuestran la irrevocabilidad de su respuesta. Nosotros
nos vamos a guiar por tres situaciones para mostrar la pertinencia de la pregunta: El primero es el
error y la ilusión, el segundo es el desconocimiento y el tercero es el punto ciego.
El error y la ilusión son dos hechos originales al conocimiento, pudiésemos decir, naturales a éste.
A primera vista, el error puede ser concebido como un obstáculo para el conocimiento, en otras
palabras, el error se ubica en la otra frontera de la certeza. Errar es contrario a acertar. Hoy, se sabe
que el error más que un obstáculo es una ayuda; el error convive con las certezas, es básico al
conocimiento.
Volviendo a nuestro punto de partida, diremos que la presencia del error hace que nuestra pregunta
cobre un carácter urgente porque descubrimos que lo propio del error y de la ilusión es de aparecer
como verdad. El error y la ilusión no se manifiestan como tales, de ahí su difícil ubicación y
conciencia. Entonces, ¿Qué son el error y la ilusión?, ¿simples “fracasos del conocimiento”? La
historia del pensamiento de los distintos pueblos nos advierte sobre la existencia en determinadas
épocas de una sistematización justificada del error o una normalización institucionalizada, como la
esclavitud, el apartheid, la subordinación de la mujer, etc.
Otra manera de abordar el error y la ilusión es a través de lo que el conocimiento occidental ha
considerado como no-conocimiento, por ejemplo, los mitos, las creencias, las religiones, las
tradiciones, las herencias del pasado. Con la Modernidad, todos estos elementos fueron
considerados errores e ilusiones y fueron destruidos, colocando en peligro las culturas lejanas a la
cultura dominante de occidente.
¿No habría necesidad en pensar que el error y la ilusión no se encuentran fuera de la razón sino
dentro de ella? El avance científico pertenece a la dinámica de las matemáticas de probabilidades
donde lo único que se puede conocer es el error, más la verdad absoluta hace parte de las ilusiones
epistemológicas tradicionales. La ciencia no escapa al error, es más, la construcción de la ciencia
2 La reflexión que a continuación proponemos sigue los punto referenciales propuesto por Freddy
Alvarez, profesor de la UPS-Q de la Escuela de Comunicación Social.

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ocurre gracias al error. Las leyes científicas para que sean ciertas necesitan ser refutables, es decir,
erróneas.
Diversos hechos sociales nos indican la cohabitación con el error. Así, la ideología se camufla en
las ciencias, el partido toma la forma de mesías salvador, de absoluto religioso, el imperativo de la
democracia justifica las invasiones, etc.
La admisión del error y la ilusión es un cuestionamiento directo a la razón: ¿Es la razón imperfecta?
¿Existe una “unica” forma de conocimiento? ¿Existe una sola racionalidad? ¿Existe una fuente
irracional ? ¿No será que la racionalidad se alimenta de la irracionalidad ? ¿Necesita la racionalidad
de la irracionalidad para auto-producirse al mismo tiempo que chocan? ¿No es gracias al error que
la razón avanza ? ¿Existe una relación dialéctica entre las dos?
La segunda situación fenómeno para justificar la pertinencia de la pregunta es lo desconocido. El
conocimiento es irónico porque a medida que avanza, amplía el campo del desconocimiento. No
sabemos que no conocemos por falsa humildad sino porque nos hemos aventurado en el
conocimiento. La paradoja es sorprendente, al mismo tiempo que la ciencia logra gigantescos
progresos, lo desconocido aparece con dimensiones increíbles. Pareciera que lo conocido nos
aproximará más a lo desconocido.
¿Cuál es el efecto de lo desconocido para nuestro conocimiento? Se diría que son varios los efectos:
Primero, lo desconocido desenmascara la relatividad de nuestro conocimiento. El conocimiento,
cuando se absolutiza, se convierte en un absoluto error. Segundo, lo desconocido desafía nuestros
conceptos, nuestras lógicas, nuestra inteligencia. Es un desafío porque lo desconocido problematiza
nuestro conocimiento. Tercero, hay conocimiento porque existe el campo de lo desconocido. El
conocimiento avanza gracias al campo de lo no-conocido. De esta manera, el aniquilamiento del
campo de lo no-conocido conlleva la aniquilación del conocimiento. Así, el conocimiento nos lleva
hacia nuevos conocimientos y de manera indirecta hacia el desconocimiento. El desconocimiento,
entonces, más que un límite es un atractivo que nos inseguriza porque corrige, niega o confirma lo
conocido.
La última situación-fenómeno para aclarar la pertinencia de la pregunta inicial es el punto ciego del
conocimiento. Ya el error, la ilusión y el desconocimiento nos advertían sobre la existencia de un
punto oscuro el conocimiento. No existe la razón sin la confrontación con el error, la ilusión y el
desconocimiento, es decir, no existe la razón sin aquellos elementos que atentan en su contra. Pero
el punto ciego es el punto que se encuentra en el conocimiento mismo; es el punto en el que la
razón se sostiene. El conocimiento conoce sin conocer cómo conoce? ¿Qué seguridad tiene un
conocimiento que conociendo no conoce la manera como el mismo conoce?
El descubrimiento del punto ciego nos hace perder el punto de equilibrio porque nos preguntamos
si: ¿Se puede considerar a la razón como instrumento universal? ¿No existen otras formas de
conocer más seguras que la razón? El énfasis en la razón no esconde una dimensión totalizante?
¿No es la razón universal la que ha atropellado las culturas no-occidentales? ¿No hay otras formas

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de racionalidad como la racionalidad de la mujer, de lo negro, de lo indígena que han sido negadas
dentro del discurso de la universalidad de la razón? Aún, la lucha contra la creencia ¿no esconde
una racionalización occidental - céntrica? En nombre de la razón, nosotros ¿no hemos destruido,
mutilado, ignorado tesoros de conocimiento. Por tal motivo, el siglo de las luces ¿no ha
permanecido en la noche y la neblina ?
Si todo punto de vista ilumina lo que está al frente y esconde la ceguera del lugar en el que se
asiente, debemos preguntarnos sobre el conocimiento del conocimiento. Toda supuesta verdad
merece ser interrogada y todo conocimiento necesita ser dilucidado. La verdad hoy se transforma
en una pregunta. El punto ciego nos lanza hacía una pregunta fundamental: ¿Cuál es la naturaleza
de la verdad? En esa búsqueda nos vamos configurando como sujetos sociales, pues se trata de una
pregunta que no tiene que ver exclusivamente con el orden epistémico sino con el orden existencial.
La propiedad Intelectual en los actuales procesos de Globalización
Para poder ubicar adecuadamente la problemática que nos ocupa es necesario plantear
algunas ideas sobre la Propiedad intelectual en el actual proceso de globalización. No es
nuestro interés reflexionar minuciosamente sobre esta problemática, sino sólo identificar
el tema del software libre como un punto clave que puede ayudar a levantar la bandera
de lucha contra la propiedad intelectual como proceso de mercantilización del
conocimiento.
La propiedad intelectual constituye uno de los asuntos en los cuales se expresa más
nítidamente la oposición de intereses entre las grandes corporaciones transnacionales y
las mayorías pobres del mundo y especialmente del Sur, especialmente las poblaciones
campesinas y originarias. En el ámbito que nos ocupa, Estados Unidos tiene un gran
interés –un interés mucho mayor que aquel de cualquier otro país en el mundo– en
mantener los niveles de protección de copyright más altos posibles en todos los
mercados externos, incluyendo en los países del Sur global. El sistema internacional de
comercio en copyright no es un sistema de comercio "libre" o "justo"; éste es un sistema
establecido para proteger y para beneficiar unos relativamente pocos monopolios de
copyright radicados en el norte industrializado, a favor de compañías multinacionales
como Microsoft y AOL Time Warner.
Las nociones hoy hegemónicas sobre la propiedad intelectual enlazan estrechamente
por un lado la concepción de superioridad del saber científico/tecnológico
occidental sobre toda forma de saber, y por el otro, las concepciones liberales del
individualismo y de la propiedad privada. A partir del supuesto de que la condición
universal para la maximización de la innovación y la creatividad humana es la
existencia de la gratificación económica, se define un régimen jurídico destinado a
definir y proteger –como propiedad privada- el producto de dicha creatividad. Las leyes
de propiedad intelectual actúan como un importante obstáculo para compartir y usar el
conocimiento o la información, tanto en el hemisferio Norte industrializado, así como
en el Sur global.

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A continuación destacaremos los puntos más críticos a propósito del nuevo papel que
mediante los derechos de propiedad intelectual, está desempeñando el saber en la
geopolítica de la globalización
Desplazamiento y ampliación del significado de la propiedad intelectual
Anteriormente en los debates en torno a la propiedad intelectual era posible detectar una
permanente tensión entre la protección de los derechos de propiedad privados como
estimula al esfuerzo e inversión requerido por la innovación por un lado, y los intereses
de la sociedad en su conjunto por el otro, en la actualidad tiende a imponerse –como en
otros tantos ámbitos- la rentabilidad del capital sobre todo otro criterio. Por ejemplo, en
relación con la temática que nos ocupa, el supuesto filosófico básico del copyright es
que toda la creación cultural, artística y literaria es y debe estar preocupada por –y por
encima de todo– la producción y la venta de artículos para el mercado. Se afirma que
sin el llamado “incentivo del copyright”, el número de tales creaciones disminuiría
dramáticamente, si no es que desaparecerían completamente. Como respuesta, podemos
preguntar: si el copyright es una exigencia necesaria o si fuera el incentivo para la
creación literaria y artística, ¿entonces cómo podemos explicar por qué Cervantes
escribió sus libros? ¿O por qué Shakespeare redactó sus obras? ¿O Confucio sus
trabajos de filosofía? ¿O por qué crean los pueblos indígenas sus propias obras de arte?
¿O por qué hoy los programadores de software libre desarrollan su software? ¿O por
qué la mayor parte de los académicos escriben sus artículos? Seguramente no era –y no
es– debido a las leyes de propiedad intelectual. De hecho, ninguna de estas creaciones
mencionadas tiene algo que ver con el incentivo del copyright.
Se ha generado una notoria ampliación de lo que se considera patentable, haciéndose
difusa la anterior frontera entre invención (patentable) y descubrimiento (no patentable).
Igualmente, como consecuencia de las transformaciones en el campo de la tecnología,
en particular de los nuevos desarrollos en la biotecnología, y respondiendo a las
exigencias de dicha industria, se ha abierto un nuevo e inmenso campo para la
propiedad intelectual: la propiedad intelectual sobre formas de vida.
La propiedad intelectual y la concepción colonial del saber
Los derechos de propiedad reconocidos como tales (y por lo tanto protegidos) por los
acuerdos de la OMC son derechos que corresponden exclusivamente a las modalidades
universitarias/empresariales de los regímenes del saber occidental, y por tanto es la
protección de una propiedad intelectual que es individual y es concebida como derecho
privado. Sólo se otorgan patentes, de acuerdo a este régimen, a conocimientos que
cumplan simultáneamente con las condiciones de ser “nuevo”, que “implique un paso
innovador” y que además “tenga una aplicación industrial”. Se trata de un modelo de
conocimiento que tiene poco que ver con las formas de conocimiento propias de las
comunidades campesinas u originarias en todo el mundo, que se caracterizan por ser
conocimientos colectivos, comunitarios, preservados a través de la tradición oral y
prácticas compartidas, conocimientos cuya autoría y cuyos momentos de innovación
difícilmente pueden ser documentados. Llevando esta postura colonial a sus últimas
consecuencias, el conocimiento y los recursos de las empresas y las universidades del
Norte tiene que ser protegido bajo un régimen estricto de propiedad intelectual. El
conocimiento y los recursos de los pueblos del sur constituyen parte de la herencia
común de la humanidad a las cuales empresas y universidades del Norte tienen libre

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acceso. Desde este contexto es claro que, el concepto de copyright es ampliamente
"Eurocéntrico" y la principal convención de copyright del mundo, el Convenio de Berna
de 1886, fue impuesto a la mayor parte del Sur global como un acto de colonialismo.
Estos valores del copyright, tiene que entenderse, son valores profundamente
Eurocéntricos. Ellos surgieron en un continente (Europa) en un momento particular
(entre los siglos 1700 y 1800) y principalmente fueron extendidos a muchas otras partes
del mundo--- por medio del colonialismo –donde inicialmente la creatividad tenía
abordajes muy diferentes.
Igualmente fue el colonialismo el que impuso la principal convención internacional de
copyright, el Convenio de Berna, en muchos países del Sur global, y sobre todo en
aquellos que formaban parte de los imperios coloniales de los países europeos como
Francia, Gran Bretaña y Alemania.
La geopolítica de los derechos de propiedad intelectual
Los acuerdos de derechos de propiedad intelectual es uno de los ejes más dinámicos del
proceso de concentración del poder y acentuación de las desigualdades que caracteriza
las actuales tendencias hegemónicas de la globalización. Aquí operan las nuevas formas
que caracterizan las tendencias hegemónicas de la globalización. Aquí están operando
las nuevas formas como se estructuran y consolidan las relaciones de poder en el ámbito
global, cuando están en juego las condiciones de vida de la mayor parte de la población
del planeta, las posibilidades de supervivencia de pueblos y comunidades que en todo el
mundo defienden el derecho a otras opciones culturales alternativas a la
mercantilización total; así como el futuro de la vida sobre el planeta.
Las negociaciones en torno a los Derechos de Propiedad Intelectual en el contexto de la
Organización mundial del Comercio marcan un hito significativo en este juego de
pugnas e intereses, pero de ninguna manera constituyen el punto de llegada. Y no lo
constituyen porque no satisfacen plenamente las aspiraciones de las empresas
transnacionales ni de los gobiernos de los países más ricos del Norte ni, por el otro lado,
han logrado derrotar las resistencias y oposiciones que estos acuerdos han provocado en
todo el mundo.
Desde la mirada de los proponentes, los acuerdos solo constituyen unos niveles
mínimos de protección de la propiedad intelectual. Dentro de su perspectiva está
avanzar hacia acuerdos mucho más exigentes. Otro camino lo constituyen los tratados
bilaterales de comercio, inversión, ayuda, ciencia y tecnología y los derechos de
propiedad intelectual, que se han venido firmando de manera silenciosa entre países
industrializados y países del Sur en los últimos años. Muchos de ellos han sido más
estrictos que los firmados al interior de la OMC.
La lucha contra la imposición universal de este régimen de propiedad intelectual,
reconocido como componente medular de la dinámica de globalización neoliberal, ha
servido como catalizador y unificador de múltiples formas de protesta y resistencia en
contra de estas tendencias en todo el mundo. Esto ha permitido la articulación y la
coordinación de las acciones de los pueblos y movimientos de todo el planeta,
organizaciones campesinas del Sur y del Norte, organizaciones ambientalistas, grupos y
organizaciones de investigación y activismo político en torno a la agricultura y la

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biodiversidad, y demás organizaciones que realizan acciones de protesta y resistencia a
la globalización. Se han constituido múltiples redes internacionales que, haciendo uso
intensivo de Internet, han logrado coordinar muy efectivamente sus acciones.
El mayor y más libre acceso es un objetivo importante por el que se debe trabajar
en el presente y, por ejemplo, que el Internet (y las comunicaciones digitales en
general) al menos tiene el potencial para apoyar este proceso.
Sin embargo, muchos de los que están interesados en reformar la ley de propiedad
intelectual rara vez hacen alguna pregunta sobre el contenido actual y sobre la ideología
que debe ser transmitida acerca del conocimiento y la información.
En cambio, dicen que quieren una “sociedad abierta” y respaldan, de una forma acrítica
y unilateral, a todos aquellos que piden un "libre flujo incontrolado de la información” a
lo ancho del globo.
Pero pienso que esto es un error: es un error potencialmente grave separar las
preocupaciones por el copyright del contenido que realmente es protegido (o
desprotegido) y que es transmitido. ¿Algún "flujo" cultural es realmente libre? ¿En
dichos flujos de conocimiento, incluyendo aquellos disponibles en Internet, qué
ideología y qué tendencias son obvias o cuáles están encubiertas? ¿De cuál
"conocimiento" estamos hablamos? ¿De dónde viene este conocimiento? ¿Qué valores
promueve? ¿Por qué un porcentaje tan alto del conocimiento fluye en una sola
dirección, es decir del norte al sur? ¿No tiene el norte muchas cosas que aprender del
sur?
Entonces ¿Qué es lo que necesita cambiar en el sistema? ¿Cuál debería ser el foco
principal de nuestros esfuerzos? ¿Qué reformas deberíamos impulsar? ….y ¿cuáles
"supuestas" reformas sólo pueden respaldar y fortalecer este sistema? ¿En otras
palabras, cuál sería la relación entre una táctica a corto plazo (o las exigencias) y una
estrategia a largo plazo? Mencionaré brevemente dos propuestas que hoy están siendo
discutidas entre algunos “activistas de la información” y ONGs a través del globo,
incluso en América Latina.
PROPUESTAS
La primera propuesta implica el asunto de conseguir provisiones (o excepciones) más
fuertes hacia el “uso justo” –tal como es denominado en Estados Unidos, o el “trato
justo”, tal como es llamado en el Reino Unido y en Europa– establecidas en las leyes de
propiedad intelectual de los países del Sur.
El problema es que las leyes de derecho de autor de algunos países en el Sur global no
incluyen cláusulas de trato justo o sus cláusulas vigentes son muy débiles. Pienso que
tales exigencias deberían ser apoyadas, porque las leyes con un “trato justo” más fuerte
y más amigable daría a aquellos en el Sur global un mejor acceso a información escasa
necesaria para mejorar sus oportunidades educativas.
Una segunda supuesta reforma es la propuesta de crear cada vez más licencias del tipo
“Creative commons” (o de “comunidad creativa”). Pero lo que está claro es que la idea
de “Creative commons” todavía significa que el autor de un trabajo es la única persona

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que decide si una obra debe ser compartida y ser accesible a terceros, y la ideología
"fanáticamente a favor del mercado” de sus principales defensores no colabora para
abrir el acceso a las obras que ya poseen copyright. Es lo que llamo el copyright
“agradable” (o cómodo), porque no desafía la ideología capitalista básica del copyright.
CRITICA DEL SISTEMA VIGENTE DESDE LA NEGATIVIDAD DE LAS
VICTIMAS. ¿DIMENSION “ANTISISTEMICA” DEL SOFWARE LIBRE?
Para poder plantear algunas ideas provisionales en el sentido de si el Software libre
puede ser considerado o no como una propuesta antisistémica, es indispensable, realizar
algunas reflexiones previas que nos ayude a precisar el sentido de esta tesis. En primer
lugar y por la especificidad de nuestro tema que se inscribe dentro del eje de ética y
política, debemos manifestar que la “crítica” la desarrollaremos desde una ética de la
vida. El punto de partida fuerte, decisivo de toda la crítica, es la relación que se produce
entre la negación de la corporalidad, expresada en el sufrimiento de las victimas, de los
dominados: obrero, indio, esclavo africano o explotado asiático del mundo colonial,
como corporalidad femenina, raza no blanca, generaciones futuras que sufrirán en su
corporalidad la destrucción ecológica; como viejos sin destino, inmigrantes refugiados
extranjeros, etc. y la toma de conciencia de dicha negatividad
Desde la no conciencia, o posición ingenua, se pasa a la conciencia ético-crítica. Se
parte de un hecho empírico de contenido, material, de la corporalidad, de la negatividad
en el nivel de la producción y reproducción de la vida del sujeto humano, como
dimensión de una ética material. Pero a la vez se aprende que la afirmación de los
valores del “sistema establecido” o del proyecto de vida buena “de los poderosos” es
negación o mala vida para los “pobres”. Inmediatamente, se “juzga” negativamente
como lo que genera la pobreza o la infelicidad de las victimas, dominados o excluidos.
La “verdad” del sistema es ahora negada desde la “imposibilidad de vivir” de las
victimas. Se niega la verdad de una norma, acto, institución o un sistema de eticidad
como totalidad.
Sólo después de definir el criterio del principio material, del deber ético de la
reproducción y desarrollo de la vida del sujeto humano, desde una comunidad de vida3,
en una cultura dada, presuponiendo como proyecto la felicidad subjetiva en condiciones
objetivas de justicia, en último término de toda la humanidad, puede descubrirse un
hecho masivo que se acentúa con la globalización: gran parte de la humanidad es
“victima” de profunda dominación o exclusión, encontrándose sumida en el “dolor”,
“infelicidad”, “pobreza”, “hambre”, “analfabetismo”, “dominación”.
El proyecto utópico del sistema-mundo vigente que se globaliza se descubre a la luz de
las propias pretensiones de libertad, igualdad, riqueza y propiedad para todos; en
contradicción consigo mismo, ya que la mayoría de sus posibles participantes afectados
se encuentran privados de cumplir con las necesidades que el mismo sistema ha
proclamado como derechos. Es desde la positividad del criterio de verdad y del
principio ético material de reproducción y desarrollo de la vida del sujeto ético que la
negatividad de la muerte, la miseria, la opresión de la corporalidad por el trabajo
alienado, la represión del inconciente y de la líbido, en particular de la mujer, la falta de
3Cf. Franz Hinkelammert, Sociedad de la esperanza. Sociedad sin exclusión, Editorial DEI, San José
Costa Rica, 1996. El autor nos propone en términos de Lógica Reproductiva de la vida y/o circuito natural
de la Vida.

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poder político de los sujetos ante las instituciones, la vigencia de valores invertidos, la
alienación del sujeto ético, control del conocimiento, etc., puede cobrar sentido ético
cabal4.
El sistema vigente, que se ha presentado como natural, legitimo, aparece ahora, ante la
conciencia crítico-ética, transfigurado en el sistema negativo de Horkheimer, en las
instituciones disciplinarias que excluyen de Foucault, en el tiempo vacío de Benjamín.
Y por esa misma razón formal e intersubjetivamente pierde la norma, el acto, la
institución o el sistema de eticidad “buenos” su validez, su hegemonía. La conciencia
ético crítica produce una inversión, una “transfiguración práctica, ética, no sólo teórica.
Ahora se juzga al pretendido “bien” del sistema victimario como dominador, excluyente
e ilegítimo. La alteridad de las victimas descubre como ilegítimo y perverso el sistema
material de los valores, la cultura responsable del dolor injustamente sufrido por los
oprimidos, el “contenido”, el “bien”. Es decir, desde las victimas se abre un campo de
exterioridad que sitúa a la totalidad del mundo como “no verdad”.
Aquí surge una pregunta clave ¿cómo se ejerce o cuáles son las condiciones de la
crítica negativa, teórica e interdisciplinaria de la sociedad y por ende de una forma de
conocimiento convertido en mercancía? Cuando hablamos de Teoría Crítica estamos
haciendo mención a las condiciones de posibilidad del hacer crítica social. Para
desarrollar esta crítica se requiere algunas condiciones básicas:
1. El punto de partida de la crítica es las victimas
2. La crítica del sistema vigente o dominante
3. Algunas reflexiones sobre la razón crítica misma.
4. El específico punto de articulación de la crítica teórica con la praxis de
liberación
5. El problema del Sujeto social histórico con el que se articula la crítica teórica
6. Cuál es el horizonte político (concepción: de mundo, ser humano, sociedad,
relación consigo mismo/a, con los otros/as, con Dios, con la naturaleza) que el
movimiento presupone y,
7. La estructura de la materialidad y negatividad libidinal en todo el tema en torno
a las victimas.
La miseria de las victimas es entonces el punto de partida. Pero debe quedar claro que
no se puede descubrir las victimas (miseria) sin una previa afirmación de su
materialidad.
La crítica que estamos proponiendo es distinta de la mera crítica teórica, como la de
Kant, ya que esta no es suficiente, porque el reconocimiento crítico de las categorías que
dominan la vida de la sociedad contienen también la condena de aquellas5.Lo que
tenemos claro como punto de partida es que la materialidad negativa es el punto de
partida, y que la vida es la referencia necesaria de contenido. Por ello, es que el tema se
sitúa explícitamente dentro del ámbito práctico; aunque no todavía ético.
En segundo lugar, la crítica al sistema de dominación, sigue una estrategia
argumentativa, en la que se define al sistema vigente como una Totalidad que se torna
4 Cf Enrique Dussel, Etica de la Liberación en la edad de la Globalización y de la exclusión, Editorial la
Trotta, Tercera Edición, Madrid, 2000, p. 311.
5 Cf. Idem, p. 328.

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un “organismo irracional” del cual hay que emanciparse. De lo que se trata es de
emanciparse de la opresión dominante y masificante de la totalidad vigente, de la
sociedad liberal capitalista, de la cultura de la modernidad en crisis, de una concepción
del conocimiento como mercancía cuya matriz es eurocéntrica, que aniquila la
posibilidad de una vida auténtica del individuo y de la creatividad transformadora.
En tercer lugar debemos tratar el tipo de racionalidad en que consiste la misma razón
crítica. La razón crítica es material y negativa, presupone una totalidad vigente, una
victima de dicha totalidad, y una reflexión de aquella (la victima) negativamente sobre
ésta. “La razón crítica es un principio subversivo que pone en tela de juicio el estado de
cosas existente. La razón exige un orden racional de la vida y critica las condiciones
irracionales prevalecientes que no satisfacen sus exigencias…La razón crítica presupone
una autonomía del sujeto y la capacidad de descubrir verdades que trasciendan y
nieguen a la sociedad dada, con el fin de alterar la realidad irracional hasta que
armonice con las exigencias de la razón”6 .
En cuarto lugar Una teoría que es crítica se articula a las victimas (unidad de teoría y
praxis). El punto de partida es la experiencia de la victima, pero, conviene dejar en
claro, que no por ser victima ya es portador de conciencia crítica, hacer ese tipo de
reduccionismos implicaría volver a la década del 70: Tareísmo, voluntarismo, basismo
etc.
Por tanto, es indispensable aceptar que la victima sola no puede efectuar una crítica
analítica y explicativa suficiente contra el sistema. Para concluir este punto una cita
muy ilustrativa “Una ciencia que, en una independencia imaginaria, ve la formación de
la praxis, a la cual sirve y es inherente, como algo que está más allá de ella, y que se
satisface con la separación del pensar y el actuar, ya ha renunciado a la humanidad”7.
Una errada articulación de teoría y praxis no niega solo la posibilidad de una teoría
crítica, sino que niega igualmente, una “praxis de liberación”.
Esto nos ubica en el quinto problema, acerca de ¿cuál sea el sujeto social histórico que
lleva adelante esta lucha. Es claro que los nuevos sujetos sociales surgen a través de la
conciencia de nuevos derechos, en nombre de los cuáles y a los ojos de las victimas
conscientizadas, los derechos vigentes se tornan dominadores, ilegítimos. No se trata de
sujetos metafísicos, eternos, sino que se constituyen como tales en condiciones
históricas específicas. Aquí es donde debemos situar parte de la discusión en torno a sí
el “movimiento” de software libre es parte de ese Sujeto histórico diverso
antiglobalización neoliberal que se está constituyendo, y por ende tiene la posibilidad de
situarse dentro del horizonte anti-sistémico.
Debemos tener presente que este Sujeto político anti-globalización neoliberal que se
viene constituyendo es diverso, pero cabe preguntarse ¿cuál es el terreno de
recomposición de está diversidad? ¿Alrededor de que punto puede unificarse las fuerzas
de transformación, manteniendo su propio carácter de experiencias arraigadas en cada
territorio y por lo tanto diferentes? Pues, incluso al interior del movimiento de Software
libre no existe una tendencia única ni una mirada exclusiva. En términos de Negri, se
6 Cf Kellner D, Marcuse y la crisis del Marxismo, en Enrique Dussel , Etica de la Liberación en la edad
de la Globalización y de la Exclusión, Editoral La Trotta, Madrid, 2000, p.330.
7 Cf. Idem, p. 270.

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trata de la construcción de una multitud, de un sujeto nuevo en el terreno de la libertad,
que se mueva en esa perspectiva. Por ello, debemos dejar de proponer como modelo de
recomposición del orden político, aún desde la perspectiva de la libertad, el modelo
europeo de democracia. No se trata en este punto de oponer las reformas a la
revolución, ni la revolución a las reformas, sino de hacerlas interactuar, se trata de
desarmar definitivamente los Estados liberales. Construir democracia es entonces
profundizar con férrea voluntad, con continuidad incansable, con raíces profundas y
sustentables, una propuesta de sociedad que se vuelva efectiva frente a la lógica del
capital.
El quinto problema que se plantea es determinar ¿cuál es el sujeto social histórico con el
que se articula la teoría crítica? En efecto, los nuevos sujetos sociales surgen a través de
la conciencia de nuevos derechos, en nombre de los cuáles los derechos vigentes se
tornan dominadores, ilegítimos. Nuestra crítica como la hemos planteado desde el
primer momento, lo hacemos desde las víctimas de la historia presente.
Como sexto problema, debemos preguntarnos, cuál es el horizonte político que este
“nuevo” Sujeto político presupone. Este “sujeto” que lucha lo hace desde el sufrimiento,
ese dolor es producido al serle arrebatada su vida como botín por parte de los
vencedores. Por tanto, las estrategias alternativas de acción parten desde el criterio de la
vida en sus varias formulaciones: sociedad en la que quepan todos/as, mundo donde
quepan muchos mundos, sociedad sin exclusión entre otros/as. Justamente, aquí cabe
situar la discusión central para determinar si el “movimiento” de software libre se
constituye o no como anti-sistémico. Considero que hay algunos elementos que llevaría
a pensar que si lo es: Cuando plantea la posibilidad de romper con el control
monopólico privado del conocimiento, el trabajo Comunitario para la ampliación y
perfeccionamiento de un programa para adaptarlo a las necesidades específicas y con la
que puedes generar una ayuda solidaria a otros, la posibilidad de hacer públicas las
mejoras a los demás, de modo que beneficie a toda la comunidad. Pero como todo
movimiento en construcción me parece que es indispensable discutir el paradigma de
conocimiento sobre el que se asienta el software libre, pues tranquilamente puede
quedar atrapado en el mismo supuesto que intenta cuestionar. Pues, podemos criticar a
la concepción privada del conocimiento por sus efectos nocivos en términos políticos y
económicos pero ser miopes frente al paradigma euro-céntrico y colonial del
conocimiento. Partiendo, de los tres principios básicos y alternativos para la
construcción de ese nuevo horizonte político, es indispensable discutir el problema de la
propiedad. Estoy convencido que para que este nuevo sector social que empieza a surgir
se consolide como anti-sistémico tiene que trabajar profundamente sobre este aspecto.
Hay que diferenciar entre Propiedad Privada de los Medios de Producción y propiedad
personal. Igualmente creo que merece especial atención el primer criterio de libertad,
pues sin darse cuenta estamos reproduciendo la lógica globalizada neoliberal. Aquí
como ha quedado dicho con mucha amplitud es conveniente partir del principio
fundante de toda la crítica. La defensa de vida de las victimas y de ahí la producción,
reproducción y desarrollo de la vida, pues la tesis de usar un programa, con cualquier
propósito creo que deja lugar a profundas ambigüedades que deben ser trabajadas
colectivamente en función del horizonte político.
Luis Fernando Villegas