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"Dimensiones ética y axiológica en la cultura del software libre"
Por la Lic. Marilina Winik
Abstract.
La ponencia analiza en primer término, el estado de la cultura hegemónica en las
sociedades occidentales latinoamericanas y globales asumiendo el lugar
preponderante del mercado. En segundo término, observa algunas tensiones
existentes entre este tipo de cultura con la que propone el Software Libre,
colaborativa y desmercantilizada. Luego, presenta una experiencia que ocurre en la
ciudad de Buenos Aires, Argentina, hace tres años -la feria del libro independiente y
autónoma (FLIA) -un evento cultural que brega por la bibliodiversidad, mostrando un
tipo de producción que no tiene lugar en el mercado tradicional donde grupos,
colectivos y redes incorporan subjetividad como resultado de producir y trabajar
colaborativamente encontrando intersticios comunes con la cultura del Software
Libre. Para finalizar se esbozan algunas conclusiones y deseos sobre la importancia
del trabajo transdisciplinario y el intercambio activo entre diversos grupos y espacios
sociales y culturales que trabajan desarrollando contenido y subjetividad en un
imaginario común, extendiendo sus ideas culturales hacia redes sociales y políticas
más amplias.
“En este contexto más amplio,
la naturaleza radical del hackerismo
consiste en su propuesta de un espíritu alternativo
para la sociedad red,
un espíritu que finalmente cuestiona a la ética protestante.
Y sólo en este sentido cabe afirmar
que todos los hackers son realmente crackers:
porque intentan romper el cerrojo de la jaula de acero”.
Pekka Hinamen
1.
Comenzaremos nuestro recorrido pensando lo que ocurre cuando dos sistemas
de pensamiento, dos éticas, dos miradas sobre el mundo, se oponen.
Por un lado, los sistemas operativos libres (SL) trabajan con bases comunes de
datos, comparten lo común entre todos los programas y se diferencian en lo
específico. Al tener el código fuente abierto y visible con acceso a la modificación y
al mejoramiento, se obtienen logros permanentes en el tiempo para el sistema
general, como así también para los programas respectivos. El valor agregado de los
sistemas operativos libres se genera a partir del trabajo apasionado y creativo de la
comunidad activa que los sustenta. Si bien dentro de las comunidades de SL hay
empresas y cooperativas de trabajo, el rédito económico no es el fin del trabajo, sino
que el objetivo del trabajo colaborativo es mejorar los programas y espacir las ideas
relacionadas con el SL. Una vez que las mejoras se hacen públicas repercuten de
manera democrática en todos los que utilizan el software: desde los entusiastas
usuarios, hasta técnicos y hackers que trabajan incansablemente para generar
hallazgos y mejorar las versiones. El tipo de licencia que se utiliza mucho en estos
proyectos es la Licencia Pública General (GPL) de GNU regida por el principio que
busca garantizar la libertad de compartir y modificar el software asegurando la libre
circulación.
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En las antípodas del los sistemas operativos libres encontramos a los sistemas
operativos privativos. En ellos no hay una base común de información y cada
programa se modifica a sí mismo cada cierto tiempo o bien cuando sale al mercado
una nueva versión. Las modificaciones de los softwares son realizadas por técnicos
rentados y la comunidad no tiene peso ni acceso a la programación ya que el código
no se puede visualizar. Este sistema no tiene como medio ni como fin compartir la
información sino obtener réditos (dinero- información). La única posibilidad de la
comunidad para obtener ese sistema legalmente es pagar por él, o bien, copiarlo y
cometer un delito.1 Las licencias de la mayor parte de los softwares privativos fueron
diseñadas para quitar cualquier tipo de libertad de compartir y/o modificar los
programas quedando siempre todos los derechos reservados para las empresas.
Desde esta comparación entre software libre y privativo quisiéramos plantear
algunas preguntas y tratar de responderlas bosquejando otras.
2.
Cabe preguntarse por qué si el software libre es tan ventajoso, el software
privativo domina el mercado mundial, por qué estados e instituciones de todo tipo,
siguen destinando fondos para que empresas privadas ganen fortunas e inculquen
software privativo…
Aquí es necesario pensar en cómo está construido el sistema social
latinoamericano donde las tecnologías digitales configuran formas hegemónicas en
términos de información, comunicación y conocimiento, -entendiendo que la
tecnología no es neutral-. Estas formas consolidan un nuevo paradigma tecnológico
donde los contextos ideológicos, políticos y culturales se constituyen a partir del
pensamiento único (Lago Martinez, 2008).
A nivel mass mediático el mercado trabaja generando imágenes, construyendo
las subjetividades (o ideologías) necesarias para reproducir el sistema. En palabras
de Guattari “esa poderosa máquina capitalística produce aquello que ocurre con
nosotros incluso cuando soñamos, cuando divagamos, cuando fantaseamos, cuando
nos enamoramos, etc.” (Guattari-Rolnik, 2005)
El capitalismo actual posee una naturaleza cognitiva y comunicativa, está
imbricado en la cultura y en la producción de subjetividades individuales y colectivas.
Para hegemonizar su dominio, con la relevancia que tienen hoy las comunicaciones
y las tecnologías de la información, el sistema privativo es aliado y socio del
capitalismo configurándose como sistema de pensamiento.
Se trata de un contexto donde el mercado produce individuos sumisos a los que
se les brinda toda la información necesaria para sobrevivir (armada, digerida,
tergiversada) sin poner nada en cuestión: los sentidos, los valores, las palabras, los
formatos, las ideas. Es decir, sin poner en cuestión las representaciones del mundo
1 También hay programas de la web 2.0 para crear “comunidad” como por ejemplo, el msn, fotolog, blog,
youtube, facebook. Si bien se pueden bajar de la red de forma “gratuita” cuando una persona acepta las
condiciones las compañías tienen acceso irrestricto a todos los archivos generados y enviados, a utilizar la
información, etc.: el programa se “paga” cediendo todos los derechos.
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que necesitan para existir. Según Guattari, no se trata de sumisión visible y explícita,
sino de un sistema de sumisión disimulada.
Más allá de la brevedad de este relato, queremos subrayar la necesidad de
garantizar la hegemonía del mercado/estado/sistema en todos los ámbitos en lo que
se produce y se normatiza según un patrón cultural de consumo donde otras lógicas
parecieran no tener cabida.
3.
Junto a (y contra) las características del capitalismo contemporáneo, aparece
una segunda idea: la de las resistencias globales. Es necesario considerar entonces
los intersticios donde los movimientos de las resistencias sociales y culturales -
dispersos por la red y territorios- construyen, reflexionan y accionan simbólicamente,
es decir, también producen subjetividades.
En hipótesis, y como venimos planteando, cualquier alternativa de construcción
diferente a los cánones mercantiles socioculturales es anulada (en términos
mediáticos) y/o cooptadas-compradas. El sistema también se alimenta de estos
nuevos formatos/movimientos/espacios y es por eso que muchas veces se los
observan y pone a prueba. Cuando se establecen en el tiempo y el espacio, y
generan su propio circuito y/o mercado, no es muy difícil que les lleguen propuestas
o invitaciones a ceder derechos (de propiedad-afectivos-políticos-simbólicos) por
dinero.
Pero ¿cómo hacer para que espacios sociales y culturales que desean crecer no
se dejen tentar por el sistema? Es aquí en donde creemos que ingresa con fuerza la
idea de ética, en forma de compromiso afectivo y político que brega por otro tipo de
valores genuinos con los proyectos que desarrollan las diversas comunidades. Y
aquí no sólo hablamos de software libre (ya se han elaborado estrategias para
impedir que se comercie con una producción colectiva) sino que involucramos a
muchas resistencias que conviven entre sí y que a veces no se reconocen como
parte de una pertenencia común (quizá por desconocimiento o porque el deseo de
emancipación no es conciente ni acabado entre la multitud). Para posibilitar el
encuentro la acción cultural encuentra los intersticios necesarios donde se generan y
desarrollan múltiples movimientos, que pueden diferir en los campos de acción pero
que comparten ideas y objetivos.
Volviendo a la comparación de sistemas con la que abrimos el texto, el software
libre genera otras lógicas de trabajo y colaboración por lo que se desprende de él
una ética diferencial. Según creemos, esto se relaciona con los tipos de
licenciamientos que construyen los fundadores del movimiento. Estos derechos de
autor/propiedad son la clave para entender dónde apunta la cultura hegemónica y
por qué hay una fuerte oposición a ella.
El proyecto GNU iniciado por Richard Stallman en el ’83 tenía por objetivo crear
un sistema operativo completamente libre. El hecho histórico era que la comunidad
que colaborativa y voluntariamente programaba el software, cedía todos los
derechos individuales a quienes recibían una copia del programa con el código
fuente disponible para modificarlo y mejorarlo. De esa manera se garantizaba que
quienes volvían a modificar el código debían cumplir con las mismas condiciones en
que lo habían recibido.
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Entre estas comunidades de hackers que mostraban maneras alternativas de
trabajo, el SL surge como un movimiento emancipatorio, vanguardista y visionario
por entender a principios de los ’80 la importancia que tendría la industria del
software y cuáles eran las formas socio/tecnológicas que había que implementar
para que el sistema no se devorara la creatividad de quienes programaban y
elaboraban los programas y los sistemas operativos. Mucho tiempo después, en el
2001, Pekka Hinamen investigó sobre la ética hacker y analizó el diccionario de
argot hacker para condensar el pensamiento como ética de una nueva era, la de la
información. Himanen definió a los hackers como “personas que se dedican a
programar de forma entusiasta; que poner en común la información constituye un
extraordinario bien; que es un deber de naturaleza ética compartir su competencia y
pericia elaborando software gratuito y facilitando el acceso a la información y a los
recursos de computación siempre que ello sea posible” (Hinamen, 2001:3). Luego
trabajó tres conceptos: el trabajo, el dinero y la información y los comparó con la
obra de Max Weber “La ética protestante y espíritu del capitalismo”. Sobre el
trabajo, destaca el valor de la creatividad, combinando pasión y libertad que en la
ética protestante se representa como obligación y esfuerzo. El eje del dinero, desde
la mirada ética de los hackers, se plantea por oposición ya que Weber lo define
como primordial en la ética del capitalismo y según Hinamen el dinero no tiene valor
en sí mismo. Hinamen habla de otros beneficios no monetarios que tiene el trabajo
vinculados con la libertad de acceso a la informática y a la tecnología, a la
transparencia y a la franqueza. Por último, el concepto de información que se
plantea va en contra de la lógica capitalista, por eso compartirla, facilitarla así como
también los recursos informáticos dará la idea de la ética de la red o la nética: libre
acceso a la red y libertad de expresión de quienes ingresan.
Ahora que desarrollamos brevemente algunos conceptos sobresalientes de este
movimiento, nos interesa rescatar los puntos de la ética del Software Libre. Por un
lado, nos parece significativo mencionar el origen de la construcción hecha por
Stallman que generó una explosión de comunidades informáticas a lo largo y ancho
de todo el planeta que desarrollan, difunden, enseñan y trabajan con software libre.
El concepto de comunidad como espacio abierto, fraternal y afectivo con derechos
y obligaciones también se contrapone a la lógica de los tiempos en los cuales se
piensa que no hay salidas colectivas y sólo se valora el individualismo feroz. Hacia
fines de los ’90 con el desarrollo de las NTICS estos espacios se fueron
constituyendo en un “actor social” preponderante en la sociedad de la información ya
que crearon adeptos esparciendo nuevas maneras de ver el mundo a partir de las
ideas de colaboración y desmercantilización. Otra de las grandes incorporaciones
que hace el SL al léxico es la redefinición de la palabra libertad: promoviéndola en
el uso del software, en el estudio y la adaptación del programa según distintas
necesidades, liberando el acceso al código fuente, dando la posibilidad de que el
mayor beneficio sea otorgado a la comunidad que puede distribuir copias, mejorar el
programa y hacer públicas las mejoras. Otra idea que nos parece clave es la de
colaboración entre quienes son parte de las distintas comunidades de
programadores (que por otra parte pareciera ser que funciona) y demuestra lo falaz
de la competencia permanente, impuesta en la cotidianeidad de la vida social.
Para finalizar este apartado, nos interesa destacar dos ideas que aborda
Hinamen en su estudio. La primera es que una persona puede ser un hacker sin
tener nada que ver con las computadoras, lo que importa es la visión que lleva
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consigo y que comparta ese espíritu inquieto y apasionado. La segunda, es que esa
ética debería presentar un desafío social de carácter genérico, es decir, que el
potencial de cualquier comunidad de hackers no debería quedarse encerrado sino
que el desafío debería ser poder contaminar de ética hacker otros espacios sociales
y culturales. Estos dos conceptos abren la posibilidad de reflexionar sobre el caso
que plantearemos a continuación. Queremos construir un relato sobre una
experiencia realizada desde ese intersticio del capitalismo al que hicimos referencia,
porque se trata de una experiencia que encuentra lugares comunes y acerca a la
gente, que propulsa espacios sociales y colectivos desde la idea de horizontalidad y
que (lo sepan o no) su acción social tiene mucho de la ética de la cultura del SL.
Cuando comenzamos este texto hablábamos de dos sistemas con lógicas
contrapuestas. Creemos que esa distinción parte de dos conceptos antagónicos
sobre la propiedad y la libertad, y que la ética es la clave para conservar la lógica
que quisiéramos esparcir, multiplicar y compartir.
4.
Este apartado tiene como fin utilizar algunos de los planteos de Hinamen y
Stallman donde se propaga la idea de ética y libertad hacia la diversidad de otros
movimientos culturales que generan ideas y eventos, que se movilizan, se
apasionan y liberan su obra (es decir, que comparten una clave ética).
En Buenos Aires desde hace tres años se realiza la Feria del Libro Independiente
y Autónoma (FLIA), un evento independiente que no recibe subsidios de ningún tipo
y que se (auto)organiza tres veces al año logrando juntar más de diez mil personas.
El espacio surgió de un grupo de escritores y editores que cansados de “esperar”
ser publicados por “las” editoriales, decidieron hacer libros por sus propios medios
para venderlos luego en las plazas y espacios sociales. Cuando se encontraban en
los mismos lugares vendiendo libros se preguntaban por qué no hacían cosas en
común. Con el tiempo fueron generando eventos hasta que convocaron una
contraferia en la puerta de la feria oficial. Luego de la acción callejera pensaron que
en lugar de ir “en contra” de una feria que los invisibilizaba, podían armar una feria
propia donde las reglas se definan colectivamente en asambleas horizontales. Es
asñi que cada feria independiente se organiza en asambleas horizontales, es decir,
no hay “dirigentes” sino que se hace y se decide democráticamente entre todos los
participantes. En esas asambleas se decidió que siempre habría libertad de puestos
y gratuidad de ingreso (estas reglas rigen hasta el día de hoy).
Además de escritores y editoriales independientes en el espacio se conjugan una
serie de actores culturales como artistas callejeros, poetas, estudiantes, editores,
músicos, periodistas, fotógrafos, artistas visuales, realizadores de cine, actores, y
hasta activistas de Software Libre. En el espacio se dan charlas, conferencias y
talleres sobre cultura libre, armado de libros artesanales, licencias libres para
escritores, historia del movimiento, experiencias políticas, entre otros muchos temas.
También participa un festival itinerante de cine underground, mostrando una
selección del festival con películas que no tienen ningún tipo de circulación
comercial. Hay un escenario donde se recita poesía, un micrófono abierto a los
poetas, el intercambio y el diálogo entre escritores y lectores. La feria no es estática
sino que itinera por diferentes barrios de la ciudad de Buenos Aires. En algunas
oportunidades se hizo en mercados, en universidades, en fábricas recuperadas por
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sus trabajadores, en centros culturales, convirtiéndose en puerta de entrada para
muchos otros actores sociales al mundo de la cultura independiente.
Si bien a la feria del libro tradicional de Buenos Aires concurren millones de
personas año tras año, ella no tiene por objetivo mostrar cosas nuevas ni crear
espacios alternativos al consumo medio, por eso no aflora la bibliodiversidad. Las
pequeñas editoriales que trabajan artesanalmente con bajísimas tiradas no tienen
relevancia, lugar, ni posibilidad de mostrar sus producciones, así como tampoco hay
lugar para la multiplicidad de artistas y poetas. La feria tradicional invisibiliza
cualquier tipo de idea cultural y narrativa que salga por fuera de los cánones
establecidos. Por eso eventos como la Feria del Libro Independiente se convierten
en relevantes ya que muestran la otra cara de lo que se ve masivamente.
En el campo/mercado editorial, por el tipo de consumo que rige la lista de los
best seller y por las fusiones que de las corporaciones del entretenimiento en
términos editoriales, cada vez es más difícil que haya edición sin editores. Los
editores fueron reemplazados por gestores del entretenimiento -que no leen lo que
editan- y que entienden que un libro debe generar una ganancia extraordinaria en el
corto plazo o bien, debe ser quitado del mercado y reemplazado por otro igual pero
diferente tapa. Los grupos empresariales compran y venden editoriales a las que
vacían de cualquier tipo de contenido: “las editoriales están frecuentemente en las
manos de grupos que no tienen nada que ver con la edición, es decir, bancos,
sociedades petroleras y compañías generales de electricidad.” (Bourdieu, 1999:245).
Durante toda la ponencia hablamos de movimientos que responden a una
construcción basada en una ética distinta a la que se reconoce en la masividad y
esto tiene que ver con los objetivos de las distintas construcciones colectivas. El
objetivo para quienes trabajan desde la subjetividad de la cultura independiente, en
el caso de la FLIA, es inundar de libros y poesía el mundo, para lograrlo deben dar a
conocer su obra de alguna manera. Y dar a conocer la obra es poner el cuerpo como
posiblemente lo hicieron muchos técnicos que trabajan en comunidades de SL que
aportaron su capital cognitivo al mejoramiento de los programas y al sistema
general. Quienes van a la FLIA trabajan casi anónimamente; obtienen el
reconocimiento de sus pares, y ese es el reconocimiento que buscan. El dinero
también está presente en estos movimientos, porque sabemos que algunos
financiamientos pueden motorizar el proceso de realización de proyectos.
Seguramente el mercado o la hegemonía cultural gustarían de lucrar y globalizar las
producciones simbólicas y concretas, pero eso pareciera no ser tan fácil, sobre todo
si se tiene en cuenta que la ética atraviesa las acciones y los objetivos.
Dimensionar experiencias como la del SL con redes culturales como la de la feria
del libro independiente, quizás sea provechoso para ambos movimientos. Todos
tienen que aprender de todos y en ese intercambio está la riqueza. La experiencia
como valor de conocimiento es importante en un mundo que está plagado de títulos
y papelitos que acumulan poder informacional. Consideramos la posibilidad del
diálogo fraterno y afectivo para la construcción de nuevos movimientos que atienda
a todos los aspectos de la vida social: desde cuidar los programas que son utilizados
para el desarrollo de proyectos, aportar a las redes culturales las herramientas
necesarias para la autodefensa informática, dar explicaciones y sentidos a la
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realización de sitios (blogs, foros, listas de correo) con servidores libres, hasta la
producción de eventos poéticos y el fomento de la bibliodiversidad.
En alguna oportunidad Beatriz Busaniche dijo que los programadores de Pearl
escribían poesía... Pareciera que la poesía que nos libera con sus palabras, nos
alimenta el espíritu y nos llena de nuevas imágenes, no está lejos de quienes utilizan
herramientas libres y nos generan imágenes sin polución visual, nos liberan de las
grandes multinacionales, nos invitan a la reflexión y al uso crítico, sustentable y
ecológico de nuestra potencia creativa.
Los que formamos parte de la cultura independiente, deseamos y promovemos el
intercambio activo porque sabemos que es imprescindible para que nuestros
colectivos puedan seguir siendo un reservorio ético, un intersticio donde se
desarrolla una ética diferencial como compromiso crítico, afectivo y político.
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Bibliografia:
Bourdieu, P. (1990) Sociología y Cultura, CNCA-Grijalbo, Mexico.
García Canclini N. (2007) Lectores, Espectadores e Internautas, Gedisa, Barcelona,
España.
Lago Martinez, S. (2008) en Revista Nómadas, IESCO Instituto de Estudios Sociales
Contemporáneos, Universidad Central, Bogotá, Colombia.
Rolnik, S. y Guattari, F. (2005): Micropolíticas, Tinta Limón, Buenos Aires Argentina.
Hinamen, P. (2001): diseno.puj.edu.co/nuevosmedios/pdf/hack.pdf
Sitios Web utilizados y consultados:
http://www.gnu.org/home.es.html
http://es.wikipedia.org
http://www.elasunto.com.ar
http://feriadellibroindependiente.blogspot.com
http://www.elasunto.com.ar/copyleft/index.html
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