via crucis ESP


via crucis ESP



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1.1 Page 1

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4.2. VIA CRUCIS
ESQUEMA 1
Viacrucisde propuestamultiple
Presentamos un esquema de «Via crucis» aprovechable segun va-
rias modalidades. Los numeros dentro de un circulo indican un po-
sible uso del material, que puede incluso sufrir transformaciones.
La modalidad 0) es una utilizacion fibre de un texto de Frossard
y quiere indicar la posibilidad de elaborar un ((Viacrucis» con tex-
tos de meditaci6n incluso mayores; cada estacion se puede con-
eD cluir mas bien con la recitacion del 'Padre nuestro' que con la ora-
clan del presidente. EI modelo prevé. ademas de la na"aci6n
del hecho, una breve meditacian. EI modelo @ convierte en ora-
clan coral el trozo de meditacian. Entre una y otra estacian se
puede insertar una estrofa cantada. La asamblea. donde ellugar
lo permita, puede acompanar a la cruz o bien elegir otras modali-
dades de actuacian.
CANTO INICIAL
- «iVictoria! iTU reinaras!» (CLN, n. 106).
SALUDO DEL PRESIDENTE
P En el nombre del Padre...
Hermanos, subamos hacia el monte del Serior.
Reconozcamos en las seriales del sufrimiento
el cumplimiento de la promesa de Dios,
que vino para salvar a la humanidad.
EI Siervo doliente
ha cargado sobre si nuestras iniquidades
y ha muerto por nosotros.
Nosotros,
consagrados para ser presencia de Cristo en el mundo,
aceptamos nuestra cruz
y contemplamos el drama de la Pasi6n
corno historia nuestra.
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
T porque con tu cruz redimiste al mundo.
146
ORACION
p Oremos...
Oh Dios potente y fiel, dirige tu mirada hacia nosotros
que, agolpados junto a Jesus, nuestro Redentor,
nos disponemos recorrer, etapa por etapa,
el camino radiante de la cruz.
Por Jesucristo, nuestro Serior.
T Amén.
(O bien alguna de las propuestas siguientes:)
PR!MERA PROPUEST A
P En el nombre del Padre...
v:;
EI Cristo que, en los dfas de su pasi6n, se ofrece corno expia-
ci6n de nuestros pecados, esté con todos vosotros.
<3
c=c>
U
T V con tu espiritu.
~:>
A Dispongamos nuestros corazones a la contemplaci6n de la
pasi6n y muerte de nuestro Salvador. Su muerte nos revela el
amar de Dios y la ruptura que provoca nuestro pecado~ Una-
mos al arrepentimiento la gratitud y el compromiso por vivir en
el camino del amar.
P Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
T Porque con tu cruz redimiste al mundo.
P Oremos...
Concédenos, Serior, a quienes meditamos la pasi6n
y la muerte de Cristo, tu Hijo, imitar en la vida
su amar y entrega generosa a ti y a los hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Serior.
T Amén.
SEGUNDA PROPUEST A
P En el nombre del Padre...
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
T Porque con tu cruz redimiste al mundo.
A Revivamos con Jesus las ultimas horas de su vida, reco-
rriendo espiritualmente el camino hacia el Calvario. Jesus ha
sufrido y ha muerto por nosotros, para expiar nuestros peca-
147

1.2 Page 2

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dos y para devolver a la humanidad entera la amistad con el
Padre celestial.
P Comencemos esta meditacion sobre la Pasion
con un sincero acto de doler.
(Pausa de meditaci6n.)
P Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo:
T Ten piedad de nosotros.
(Tres veces)
P Oremos...
Dios omnipotente y eterno,
haz que podamos celebrar con fe
los misterios de la pasion de Jesus, tu Hijo,
para ser merecedores de tu perdono
Por Jesucristo, nuestro Serior.
T Amén.
1: Estaci6n
JeSUSc,ondenadoa muerte
P Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
T porque con tu cruz redimiste al mundo.
eD A
0A
Tu, Cristo, semejante en lodo a hosotros menos en el pecado,
tenias que morir y por eso te hemos condenado. Nosotros es-
tabamos presentes en esa hora de ultraje.
Tu, Cristo, Hijo del Hombre condenado por el hombre, eres
centro de nuestras maquinaciones en las que tramamos adue-
riarnos del cuerpo que te hemos dado, trozo a trozo, baia la
mordedura dellatigo y la espina.
Tu, Cristo, en este camino de tu agonia, no necesitas de nues-
tra piedad, al contrario, necesitamos nosotros de tu misericor-
dia. {,Quién borrara la verguenza de nuestra impasibilidad ante
tal suplicio?
Te pedimos, Serior, que olvides nuestra ofensa.
Dijo Pila~oa los judios: «Aqui tenéis a vuestro Rey». Ellos gri-
taron: «iFuera, fuera; crucificalo!» Pilato les dijo: «{,A vuestro
rey voy a crucificar?» Contestaron los sumos sacerdotes: «No
tenemos mas rey que al César».
148
AI ver Pilato que lodo era inutil y que, al contrario, se estaba
formando un tumulto, tomo agua y se lavo las manos en pre-
sencia de la multitud, diciendo: «Soy inocente de esta sangre.
jAlla vosotros!» Y el pueblo entero contesto: «[SUsangre caiga
sobre nosotros y sobre nuestros hijos!» Entonces... lo entrego
para que lo crucificaran.
(3) A Nos hemos aliado con los que gritaban mas fu erte y temian al
verdadero profeta. Nuestra indolencia espiritual y el vivir tran-
quilo nos han alejado de Cristo abandonado y escarnecido con
seriales de condenacion.
@ A Serior, ten piedad.
T R. Seiior, ten piedad.
Ù5
A No hemos sabido interpretar, Padre, el gesto sublime de tu
U
::>
amar ofreciendo en sacrificio a tu Hijo: R.
tI:
(.)
«:>
Hemos juzgado injustamente a nuestros hermanos, sin tener
compasion alguna: R.
Nos hemos lavado las manos ante las dificultades de nuestros
hermanos: R.
CD0p Cristo ha entregado su vida por nosotros.
@ T Ofrezcamosla también nosotros,
en lavar de nuestros hermanos.
P Oremos...
Mira, Padre, a tu pueblo por el que Jesus, tu Hijo,
no ha dudado entregarse en manos de sus verdugos
y sufrir el suplicio de la cruz.
Y, siendo Dios, vive y reina...
T Amén.
(O bien:)
P Oremos...
Padre eterno, que has amado tanto al mundo
que nos enviaste a tu propio Hijo,
haz que lIeguemos a comprender
la gravedad del pecado y las exigencias de la caridad.
Por Jesucristo, nuestro Serior.
T Amén.
149

1.3 Page 3

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2: Estacion
JeSUSc,argadoconla cruz
0 P Te adoramos,Cristo, y te bendecimos.
T porque con tu cruz redimiste al mundo.
A Tu, Cristo, has venido a vivir entre nosotros.
Tu nos has ensenado que el amar tiene la cara del perd6n; que
el amar hace perdurar cada encuentro; que el amar delinea tu
revelaci6n. EI amar vuela hacia la debilidad y se posa, dulce-
mente, en los labios que rezan.
Tu has interrogado a nuestro coraz6n y he aqui nuestra res-
puesta: ultraje y condena con un pesado Iene sobre tus es-
paldas, corno un trozo del andamiaje del universo derrumbado
por nuestra traici6n.
00 A «Entonces los soldados del gobernador se lIevaron a Jesus al
pretorio y reunieron alrededor de EI a toda la compania: lo
desnudaron y le pusieron un manto de colar purpura y tren-
lande una corona de espinas se la cineron a la cabeza y le pu-
sieron una cana en la mano derecha. Y doblando ante Ella ro-
dilla, se burlaron de EI diciendo: «jSalve, rey de los judios!»
Luego lo escupian, le quitaban la cana y le golpeaban con ella
la cabeza. Y, terminada la burla, le quitaron el manto, le pusie-
ron su rapa y lo lIevaron a crucificar.»
0 A Sobre las espaldas de Cristo pesa nuestro pecado. Nos ha he-
cho hijos de Dios y pregoneros de justicia, pero tenemos miedo
del peso de su cruz.
0 A iSalvanos, Senor, por tu misericordia!
T R. !Salvanos, Seiior, por tu misericordia!
A Tu padeces, Cristo, la pasi6n de la cruz por causa de la
humanidad: R.
En tu cruz, Cristo, nos revelas la justicia divina que nace del
amar y en el amar se realiza: R.
Cristo, tu lIamas al hombre sobre el Calvario a entregarse a si
mismo para participar de tu vida divina: R.
0CD0p Cristo ha entregado su vida por nosotros.
T Olrezcamosla también nosotros,
en lavar de nuestros hermanos.
150
P Oremos...
Dios omnipotente y eterno,
en tu bondad has querido
que nuestro Salvador se encarnase
y sufriera la muerte en cruz
para dar ejemplo de humildad a los hombres:
conviértenos en discipulos de su pasi6n
y asi participar en su resurreci6n.
Por Jesucristo, nuestro Senor.
T Amén.
(O bien:)
P Oremos...
Dios todopoderoso,
;u=;j>
por los méritos de la pasi6n y muerte de tu Hijo,
concédenos la fuerza necesaria para coger la cruz cada dia
o«lI:
:>
y seguir a nuestro Salvador.
Que vive y reina contigo...
T Amén.
3: Estacion
JeSUScae por primera vez
P Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
T Porque con tu cruz redimiste al mundo.
0 A Tu, Cristo, nos has dicho: «Mi yugo es suave y mi carga es
ligera»; pero nosotros no tenemos tu mansedumbre y nuestro
yugo hiere y nuestra carga oprime.
EI pecado es este peso que nos impide caminar y nos aleja del
Padre, este cumulo de enganos, violencias y crueldades que
tu expias en lugar nuestro.
Tu mismo no puedes soportar su peso sin doblegarte.
y casi com o eco a la primera negaci6n de Pedro, tus rodillas
golpean contra el suelo en oraci6n de suplica que nosotros no
escucharemos.
Tu, Cristo sin pecado, ten misericordia.
Q)@A «EI soport6 nuestros sufrimientos y aguant6 nuestros dolores;
nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado;
151

1.4 Page 4

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pero EI tue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por
nuestros crimenes» (Is 53,4-5a).
@A
EI ultraje y la injusta condena se unen al Iena de la cruz. La
turba burlona hace de aquel hombre destrozado un especta-
culo desolador. Jesus se encuentra solo entra rostros qua ig-
noran su perdono Jesus cae y ninguno de nosotros tiene el va-
lor de levantarlo.
eDA Perdona, Sanar.
T R. Perdona, Sanar.
A Nuestras caidas en el pecado: R.
Las faltas de caridad: R.
Las debilidades e impurezas: R.
Las negligencias en nuestros deberes: R.
Las traiciones a tu generosa entrega: R.
00p
Cristo ha entregado su vida por nosotros.
0 T Ofrezcamosla también nosotros
en lavar de nuestros hermanos.
P Oremos...
Perdona, Sanar, a tu pueblo
y concédele, por tu misericordia,
experimentar la redencio.n,
si bien antes experimenta la penitencia
corno fruto de sus pecados.
Por Jesucristo, nuestro Sanar.
T Amén.
(O bien:)
P Oremos...
Dios todopoderoso,
de quien parte el amar hacia nosotros
a pesar de nuestro pecado,
concédenos la fuerza qua nos levante del pecado
y nos haga vivir en tu gracia.
Por Jesucristo, nuestro Sanar.
T Amén.
152
4: Estaci6n
JeSUSencuentra a su Madre
eDP Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
T Porque con tu cruz redimiste al mundo.
A Dos miradas se entrecruzan:
la de la Pasion, qua sube hacia la inapelable ejecucion, y la de
la Compasion, qua invade los Cielos.
Tu sufrimiento de Madre, Maria, trasloca el orden del mundo,
afronta la esperanza, rata a la fe y la herida qua en ti se abre
ya no cicatrizara. Esta es la angustia qua hemos introducido
~
Cl:I::>3
(.:).>.;
en tu corazon.
SanDra de las bienaventuranzas,
sencilla y pobre, pacifica y misericordiosa, tu lIoras caminando
aste camino, el tempio destruido aqui en la tierra por el odio y
reedificado en la eternidad por la gracia. iDios te salve, lIena
de asta gracia! iEI Sanar es contigo!
00 A Sime6n los bendijo diciendo a Maria, su Madre: «Mira: Este asta
puesto para qua muchos de Israel caigan y se levanten, sera
corno una bandera discutida: asi quedara clara la actitud de
muchos corazones. Y a ti una espada te traspasara el alma»
(Lc 2,34s).
@A
Cada momento en la revelacion del misterio del Hijo quedaba
grabado en el corazon de la Madre. Y la profetizada espada
de dolor se convertia en realidad desgarradora. Maria, con do-
lor profundo, participa en la suerte del Hijo. Su mirada se fija
en EI y su espiritu se confia al misterio del Eterno.
0 A Maria, ruega por nosotros.
T R. Maria, ruega por nosotros.
A Para qua podamos conservarnos fieles a Cristo: R.
Para qua sepamos condividir los sufrimientos de los
hermanos: R.
Para qua las pruebas de la vida nos hagan crecer en el amor:
R.
00@ p Cristo ha entregado su vida por nosotros.
T Ofrezcamosla también nosotros,
en lavar de nuestros hermanos.
153

1.5 Page 5

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P Oremos...
Serior Jesus,
el sacrificio en el que hemos participado,
meditando intensamente los dolores
que han herido a la Virgen, tu Madre,
nos obtenga de tu bondad
el fruto necesario para la salvacion.
Tu que vives y reinas...
T Amén..
(O bien:)
p Oremos...
Dios Padre,
que has querido asociar a la Virgen Maria
a la pasion de tu Hijo.
concédenos. por el recuerdo de sus dolores,
participar con ella en la alegria de la resurreccion.
Por Jesucristo, nuestro Serior.
T Amén.
5.a Estaci6n
EI Clrlneo aVIda a Jesus a Ilevar la crul
P Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
T porque con tu cruz redimiste al mundo.
CD A Cristo,en este dia en que se han aliado para condenarte la
traicion, la ignorancia, el odio sectario, la injusticia y la opre-
sion, tu, en tu bondad, has permitido que, a través de uno de
nosotros, elegido quizas de entre los injuriantes, fuésemos
asocìados a la obra misteriosa de nuestra salvacion.
Nunca nos has excluido de tu pasion:
el Cirineo, obligado, te ha seguido; por un momento, baia el
peso de la cruz, ademas del Redentor, se encuentra también
el redimido. jSerior, ayudanos a soportar el peso del sufri-
miento!
154
@@ A «Mientras lo conducfan, echaron mano de un cierto Simon de
Cirene. que volvia del campo y le cargaron la cruz para que la
lIevase detras de Jesus» (Lc 23,26).
@ A EI samaritano que escapa de la parabola para entrar en la rea-
lidad del Calvario es natural de Cirene, un extranjero. Quizas
obligado por los hombres, el hecho es que se encuentra pre-
sente en el plan de Dios, que quiere asociar a cada uno de no-
sotros en los acontecimientos de salvacion.
@ A iEscuchanos, Serior!
T R. jEscuchanos, Sanar!
A Por quienes se encuentran con la cruz y se les obliga a
lIevarla: R.
Ùj
Por quienes no entienden que, a través de la cruz de Cristo,
loda cruz que el hombre lIeva se transforma en signo de
salvacion: R.
C=a3:>
()
.:o>:
Por quienes hacen del sufrimiento un acto de ofrecimiento ge-
neroso al Serior en bien de la Iglesia: R.
CD@@ PT COrfrisetzocahma oesnltaregtaadmobiésun vnidoasoptororsn, osotros.
en lavar de nuestros hermanos.
p Oremos...
Serior, que tu gracia inspire, sostenga y acomparie
nuestras obras,
para que nuestro trabajo comience en ti,
corno en su fuente, y tienda siempre a ti, como a su fin.
Por Jesucristo, nuestro Serior.
T Amén.
(Obien:)
P Oremos...
Padre de bondad,
que nos lIamas a ser discfpulos de tu Hijo,
concédenos la gracia de lIevarcon alegria
la cruz de una entrega generosa,
y confortar con nuestra caridad
a nuestros hermanos que sufren.
Por Jesucristo, nuestro Serior.
T Amén.
155

1.6 Page 6

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6.' Estaci6n
LaVeronicaenjugael rostrode Jesus
p Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
T Porque con tu cruz redimiste al mundo.
CD A Has tenido el valer, mujer afligida, de reconocer y acercarte a
la Verdad, ofendida, emborronada y desterrada de la sociedad
humana, tu que, entre el vocerio de la muchedumbre insolente
y desconsiderada, no has escuchado otra voz que la del mur-
mullo insofocable de tu compasian.
Veranica, tu que has rodeado con tus manos el rostro del Sal-
vador, gesto bello y nunca olvidado por el paso del tiempo, in-
tercede por tus hermanos, compadécete de su debilidad, de
su poca fe y de su amar tibia. Tu no conocfas el miedo y, co-
rriendo a enjugar con tu velo la sangre y el sudar del sufri-
miento, has obtenido el rostro destrozado de la caridad divina.
Cristo, ensénanos a escuchar el grito del oprimido por la fuerza
de la muerte y la condena.
00 A «Crecia en su presencia coma brote, coma raiz en tierra arida,
sin figura, sin belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, despre-
ciado y evitado por los hombres, coma un hombre de dolores,
acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los ros-
tros, despreciado y desestimado» (Is 53,2-3).
0 A En el rostro desfigurado de Cristo resplandece su amar gra-
tuito en favor de la humanidad. En el gesto de la Veranica, se
transparenta el afecto de un corazan sincero confundido por
la injusta condena. Nuestra libertad se pone en camino cuando
somos solidarios con el hermano mas abandonado: éste es
Jesus subiendo hacia el Calvario del hoy.
0 A Senor,ten piedad.
T R. Senor, ten piedad.
A Por cuantas veces nos hemos mostrado indiferentes ante las
injusticias: R.
Por cuantas veces no hemos sabido ver en el rostro de los ne-
cesitados tu mismo rostro: R.
Por cuantas veces nuestra soberbia no nos ha dejado trans-
parentar tu presencia: R.
156
°00 Tp COrfirsetzocahmaoesnlatregtaadmobiésnu vnidoasoptororsn, osotros.
en favor de nuestros hermanos.
P Oremos...
Dios y Padre nuestro, que nos has creado a tu imagen,
haz que el rostro de tu Hijo brille sobre nosotros.
Por Jesucristo, nuestro Senor.
T Amén.
(O bien:)
P Oremos...
Oh Dios,
èìJ
que te manifiestas en bondad para quienes te aman:
concédenos experimentar'el efecto de tu amar,
U:::J
a(«):
y que ninguna tentacian pueda apartarnos
:>
de buscar siempre tu compania.
Por Jesucristo, nuestro Senor.
T Amén.
78 Estaci6n
JeSuScae por segunda vez
p Te adoramos,Cristo, y te bendecimos.
T Porque con tu cruz redimiste al mundo.
CD A
Cristo, tu no has venido a derrocar los gobiernos,porquetu
historia no esta escrita con la sangre de los demas, sino con
tu propia sangre. Tu no has venido a juzgar y a castigar, sino
a dar la vida a quien, sin ti, pasa coma un suspiro y muere. Tu
has venido a recoger, hasta el ultimo grano, la tierra de la que
hemos sido hechos, para que nada se pierda de cuanto has
creado, sino que reviva por el amar cuanto el pecado co-
rrompe y mata; de modo que no exista nada sobre la tierra que
no sea puesto com o estrado de tus pies.
Perdona, Senor, nuestros gestos de condena y de miedo.
157

1.7 Page 7

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@@ A «Vo corno cordero mango, lIevado al matadero, no sabia los
planes homicidas que contra mi planeaban: Talemos el arbol
en su lozania, arranquémoslo de la tierra vital, que su nombre
no se pronuncie mas}) (Jr 11,19).
@A
No bastan intervenciones esporadicas de conmiseracion. EI
camino hacia el Calvario es angustioso y cualquier sufrimiento
debe ser acogido y socorrido pago a pago. Cristo cae nueva-
mente, y nosotros hacemos mas diffcil su camino, acostum-
brandonos al pecado.
A iVen, Serior, y ayudanos!
T R. jVen, Senor, y ayudanos!
A Para que podamos luchar y vencer en la tentacion: R.
Para que podamos levantarnos ante la calda: R.
Para que podamos sostener a los desanimados: R.
Para que podamos amar a quienes caen a nuestro lado: R.
00p @
T
Cristo ha entregado su vida por nosotros.
Ofrezcamosla también nosotros,
en favor de nuestros hermanos.
P Serior Dios,
que nos has rescatado no a preGio de plata y oro,
sino con la sangre de tu propio Hijo:
concédenos descubrir en cada hombre
un hermano por quien Cristo ha muerto.
Que vive y reina contigo..
T Amén.
(O bien:)
P Oremos...
Serior, he pecado contra ti,
cometiendo el mal que aborreces.
Es justo Guanto dices, san irreprochables tus juicios.
Ten piedad de mi, Serior,
y limpiame de mi pecado.
Tu que vives y reinas...
T Amén.
158
8: Estacion
JeSUSconsuelaa lasmujeresde Jerusalén
CD P Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
T Porque con tu cruz redimiste al mundo.
A Tu profecia, Cristo, no tardara en cumplirse:
Jerusalén sera destruida; del Tempio no quedara mas que un
muro golpeado durante siglos por el lamento de los hijos de
Israel, corno dique que contiene las suplicas o barrera para las
lagrimas.
Y todavia hoy la paz no ha vuelto a esta Tierra Santa, donde
tu has pronunciado delante de tus discipulos la unica palabra
que puede hacer callar a las armas: «Amad a vuestros enemi- ~
gas}).
Dios de amar, devuelve la paz a nuestros corazones.
0@ A «Lo seguia un gran gentio del pueblo y de mujeres, que se da-
<C(«::>J)3
ban golpes y lanzaban lamentos por EI. Jesus se volvio hacia
ellas y les dijo: "Hijas de Jerusalén, no lIoréis por mi, lIorad por
vosotras y por vuestros hijos, porque mirad que lIegara el dia
en que diran: dichosas las estériles y los vientres que no han
dado a luz y los pechos que no han criado. Entonces empe-
zaran a decir a los montes: desplomaos sobre nosotros, y a
las colinas: sepultadnos; porque si asi tratan allerio verde, (,qué
pasara con el seco?"}) (Lc 23,27-31).
0 A Con mirada profética, Jesus se dirige a las mujeres que exte-
riorizaban demasiado el doler por su suerte. EI destino del Hijo
del Hombre se ponia en juego ese mismo dia y tres dias mas
tarde. EI perdon de Dios se convierte en justicia contra quie-
nes san de las tinieblas y viven en sombras de muerte.
@ A Escucha nuestra suplica, Serior.
T R. Escucha nuestra suplica, Senor.
A Ensérianos a conocer los verdaderos males de la humanidad
y a combatirlos denodadamente: R.
Ensérianos a no ceder ante el estéril sentirnos continuamente
victimas, sino a sentirnos corresponsables del pecado que
existe en nosotros y en nuestro entorno, decididos a vencerlo
con valentia y santidad: R.
159

1.8 Page 8

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Ensénanos a no desanimarnos frente a la opresion, sino a
Gonfiar en tu justicia y misericordia: R.
00
@
P
T
Cristo ha entregado su vida por nosotros.
Ofrezcamosla también nosotros,
en lavar de nuestros hermanos.
p Oremos...
Oh Dios, que prefieres ser misericordioso,
mas que enojarte con quienes esperan en ti,
danos valer para lIorar los pecados cometidos
y merecer de este modo la alegria de tu abrazo paterno.
Por Jesucristo, nuestro Sellar.
T Amén.
(O bien:)
P Oremos...
Dios Padre, que has querido asociar a la Virgen Maria
a la pasion de tu unico Hijo,
concédenos, por el recuerdo de su doler,
participar con ella en la gloria de la resurreccion.
Por Jesucristo, nuestro Sellar.
T Amén.
9: Estaci6n
Jesuscae portercera vez
P Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
T Porque con tu cruz redimiste al mundo.
CD A
EI ser humano, que viene del amar, retorna al amar por el su-
frimiento y la muerte. La humanidad entera y todo lo que existe
en la tierra y en el cielo, hasta el ultimo destello de luz en la
inmensidad de la noche, no tiene n otra causa que el amar.
EI amar mismo, que se anuncia en la creacion, ha venido coma
Hijo del Hombre a traernos la salvaci6n, y nosotros hemos
ahogado su VOl.
160
Cristo, los soldados te arrastran hacia ellugar de la condena
injusta y caes por tercera vez baia el peso de tus dones des-
preciados. Sellar, ten piedad de quienes no saben lo que ha-
ceno
00)A
«Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abria la boca:
"como cordero lIevado al matadero, com o oveja ante el esqui-
lador, enmudecia y no abrfa la boca". Sin defensa, sin justicia,
se lo lIevaron, iquién medito en su destino? Lo arrancaron de
la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieroo»
(Is 53,7-8).
eD A Contemplemos a Cristo en aquel doloroso camino. EI se nos
muestra escarnecido, participe de nuestra fragil naturaleza hu- V5
mana. Jesus cae una vez mas por nosotros, para que nos le- (::3>
vantemos siempre con nueva esperanza de salvacion. Llené-
CI
()
monos cada dia,mas de la sabiduria y de la fuerza que
«
:;:
provienen de la cruz, punto de apoyo donde hacer palanca en
favor del hombre.
0) A jGracias, Sellar Jesus!
T R. jGracias, Seflor Jesus!
A Porque te has hecho condenar para librarnos de la esclavitud
de la muerte: R.
Porque has caldo baia el peso de la cruz para levantarnos de
nuestro pecado: R.
porque has demostrado tu amar por la humanidad, sufriendo
la angustia de la cruz: R.
00p Cristo ha entregado su vida por nosotros.
@ T Ofrezcamosla también nosotros,
en lavar de nuestros hermanos.
P Oremos...
Oh Dios, protector nuestro, vuelve tu rostro hacia nosotros,
oprimidos por el peso del pecado, y concédenos tu perdon:
asf podremos servirte con total fidelidad.
Por Jesucristo, nuestro Sellar.
T Amén.
161

1.9 Page 9

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(O bien:)
p Oremos...
Oh Dios, fortaleza del qua sufre y libertad del oprimido,
derrama en nosotros el Espfritu de tu Hijo
y haz qua cada hombre experimente la fuerza
y la bondad de tu bendici6n paterna.
Por Jesucristo, nuestro Sanar.
T Amén.
10: Estacion
Jesuses despojadode SUSvestiduras
P Te adoramos,Cristo,y te bendecimos.
T Porque con tu cruz redimiste al mundo.
CDA Se estandividiendotu rapa, Sanar.
Echarana suertestu tunicasin costura, de una pieza.
Cornola SagradaEscritura,desdeel primerdia de la creaci6n,
entretejidahiloa hiloy nuncadividida,qua revelay velala pre-
senciade Dios;asf tu rapa, las palabrasde tu mensaje,anun-
clan y esconden,Cristo,tu presencia.
Nosotros te buscamos porque sabemosqua eres la Verdad
infinita;qua no hay verdaden la qua tu no estés presente,ni
mentiradonde puedasresidir.Sanar,por el misteriode tu en-
carnaci6n,perd6nanosde tanto ultraje.
0@ A «Y lIevarona Jesus al G61gota(que quiere decir lugar de "la
Calavera"),y le ofrecieronvino con mirra; pero EIno lo acept6
(Mt 27,33s).
Los soldados,cuandocrucificarona Jesus, cogieronsu rapa,
haciendocuatro partes,unaparacada soldado,y apartaronla
tunica. Erauna tunica sin costura, tejida loda de una piezade
arriba abajo. Y se dijeron:"No la rasguemos,sino echemosa
suerte a ver a quién le toca". Asi se cumpli6 la Escritura:"se
repartieronmisropasy echarona suerte mi tunica".Esto hicie-
ron los soldados»(Jn 19,23s).
162
0 A Siguiendolas antiguasprofecfasy pobre hasta la telai desnu-
del, Cristo asiste a la divisi6nde su rapa. Seguira Cristosig-
nifica renunciara la seguridadmaterial y soportar con cohe-
rencialas consecuenciasde un testimonioradica!.
@ A Ten piedadde nosotros,Sanar.
T R. Ten piedad de nosotros, Sanar.
A Cuandonos resultademasiadoexigentela pobrezaqualibre-
mente hemoselegido: R.
Cuandoanoramosseguridadesmateriales,olvidandonosde tu
ejemplode pobrezaextrema: R.
Cuando no somos coherentescon el espfrituevangélico,ele-
gido como testimonioen aste mundocontra la idolatria,la ri-
queza y el poder: R.
00p Cristo ha entregadosu vida por nosotros.
0 T Ofrezcamosla también nosotros,
ù;
i:CJ:J
U'«>
en lavar de nuestros hermanos.
P Oremos...
Padrede bondad,tu Hijo ha amadoa la Iglesia
entregandosu vidaen la cruz:
ayudanosa amaria y a trabajar por superarlas divisiones,
y asf alcanzarla unidadvisiblede los cristianos.
Por Jesucristo,nuestroSanar.
T Amén.
(Obien:}
P Oremos...
Oh Dios
qua, con la pasi6nde Cristo, nuestroSanar,
nos has liberadode la muerte;
concédenosqua, a ejemplosuyo,
sepamostestimoniaren nosotros
la imagendel hombreceleste.
Por Jesucristo, nuestro Sanar.
T Amén.
163

1.10 Page 10

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11: Estac;on
JeSUS, cruclflcado
eD p TeadoramosC, risto.y te bendecimos.
T porque con tu cruz redimiste al mundo.
A Tus manos que han bendecido,
Senor, tus manos que han curado, que han devuelto la vista a
los ciegos, que han borrado la lepra de los rostros, que escri-
bian sobre la arena, mientras los falsos jueces de la mujer
adultera abandonaban uno a uno su tribunal de muerte; tus
manos que han partido el pan y echado el vino, para que la
verdad invisible de la fe nutriese y saciara las realidades in-
ciertas de este mundo visible; tus manos que han entregado
tanto y han recibido tan poco, tus manos generosas, Senor,
haciendo ahora cuerpo con el Iena, permaneceran eterna-
mente abiertas.
EI hierro agudizado atraviesa los pies que han santificado la
tierra. La justicia embustera de los hombres ha lIevado a tér-
mino su obra, y todo esta preparado para elevar al Crucifi-
cado.
0@)A «Era media manana cuando lo crucificaron. En elletrero de la
acusacion estaba escrito: "el rey de los judios". Crucificaron con
EI a dos bandidos. uno a su derecha y otro a su izquierda. Asi
se cumpli6 la Escritura, que dice: "Lo consideraron coma un
malhechor" .
Los que pasaban lo injuriaban. meneando la cabeza y di-
ciendo: "jAnda!, tu que destruias el tempio y lo reconstruias en
tres dias, salvate a ti mismo bajando de la cruz". Los sumos
sacerdotes con los escribas se burlaban también de él di-
ciendo: "A otros ha salvado y a si mismo no se puede salvar.
Que el Mesias, el rey de Israel, baie ahora de la cruz, para que
lo veamos y creamos". También los que estaban crucificados
con Elio insultaban» (Me 15.25-32).
0 A EI patfbulo de la cruz, signo de muerte, se convertira para
siempre en signo de salvaci6n. Y. elevado en cruz, sera la va-
lentia para cada misionero en el anuncio de la salvaci6n del
mundo.
164
@) A Padre, escuchanos.
T R. Padre, escuchanos.
A Para que el Senor Jesus, clavado en cruz para nuestra salva-
ci6n, sea el estfmulo de nuestra obediencia a tu voluntad: R.
Para que abracemos la cruz con alegria. aceptandola coma
medio de purificaci6n interi or y de participaci6n en Cristo: R.
Para que en todo momento sepamos testimoniar con valentia
y humildad tu Reino: R.
00p
0
T
Cristo ha entregado su vida por nosotros.
Ofrezcamosla también nosotros,
en lavar de nuestros hermanos.
P Oremos...
Senor, con el signo de la cruz
protege a tu pueblo de las asechanzas del Maligno.
y asi poder ser signos de tu amar
y ofrenda agradable a ti.
Por Jesucristo, nuestro Senor.
T Amén.
(Obien:)
P Oremos...
Dios Padre nuestro.
Cristo, tu Hijo, se ha anonadado,
haciéndose obediente hasta la muerte:
concédenos vivir en la fidelidad
y en la obediencia de tu voluntad.
Por Jesucristo, nuestro Senor.
T Amén.
12: Estacion
Jesusmuereen la cruz
P Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
T Porque con tu cruz redimiste al mundo.
165

2 Pages 11-20

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2.1 Page 11

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CD A Y ahora,Sanar,no eres mas qua un amasijode sufrimientos
arrebujados corno un ovillo. Tu respiracion es signo de devas-
tacion y ruina; no existe parte ilesa en tu estructura corporea.
Y tu sigues diciendo: «Padre, perdonales porque no saben lo
qua hacen». Quienes te escarnecen no saben qua desde tu in-
movilidad les buscas hasta lo mas hondo de su miseria y su
pecado, hasta el fondo de sus desprecios, hasta la oscuridad
de su indiferencia.
La noche viene a escuchar las profundas palabras del salmo:
«Dios mio, iPor qué me has abandonado?». Era necesario qua
pronunciaras estas estremecedoras palabras para qua nadie
negase tu experiencia de angustia, angustia del Dios encar-
nado, para qua, alcanzado el culmen de tu sacrificio, asta es-
pecie de eclipse de divinidad te hiciera aparecer mas seme-
jante a nosotros. Mueres tu sobre la cruz para vanGar por
siempre la soledad de nuestra propia muerte.
00 A «Desde el mediodia hasta la media tarde, vinieron tinieblas so-
bre loda aquella region» (Mc 15,33).
«Junto a la cruz de Jesus estaban su madre, la hermana de su
madre, Maria la de Cleofas, y Maria la Magdalena. Jesus, al
ver a su madre y cerca al discfpulo qua tanto querfa, dijo a su
madre: "Mujer, ahi tienes a tu hijo". Luego, dijo al discfpulo: "Ahi
tienes a tu madre". Y, desde aquella hora, el discfpulo la reci-
bio en su casa. Después de asta, sabiendo Jesus qua lodo
habia lIegado a su término, para qua se cumpliera la Escritura
dijo: "Tengo sed". Habia alli un jarro lIeno de vinagre. Y, suje-
landa una esponja empapada en vinagre a una cana de hi-
sopo, se la acercaron a la boca. Jesus, cuando tomo el vina-
gre dijo: "Esta cumplido". E, inclinando la cabeza, entrego el
espiritu» (Jn 19,25-30).
(Breve momento de silencio.)
0 A Un grito de doler y el silencio de la muerte. También nosotros
hemos gritado: «jCrucificale, crucificale!». Y solo ahora, trenta
al tempio destruido, comprendemos los duros efectos de cada
pecado nuestro.
0 A Senor,danostu fuerza.
T R. Sanar,danos tu fuerza.
166
A Cuando la obediencia contrasta con nuestra inclinacion a la in-
dependencia y al egoismo y puede exigir pruebas dificiles: R.
Cuando no comprendemos la voluntad del Padre y, en la hora
del sufrimiento, nos encontramos solos lIevando la cruz: R.
Cuando el misterio de la muerte envuelva
nuestra existencia: R.
00p
@
T
Cristo ha entregado su vida por nosotros.
Ofrezcamosla también nosotros,
en lavar de nuestros hermanos.
P Oremos...
Dios y Padre nuestro, tu te has revelado en Jesus
corno Amor qua se entrega hasta dar la vida:
qua permanezcamos en el amar
(J
para qua tu permanezcas en nosotros y nosotros en ti.
ç;
Por Jesucristo, nuestro Sanar.
T Amén.
cC;i
5
(O bien:)
P Oremos...
Dios omnipotente y misericordioso,
qua nos has redimido con la pasion y muerte de tu Hijo,
conserva en nosotros la obra de tu misericordia,
y, por la participacion en aste misterio,
permanezcamos en continua accion de gracias.
Por Jesucristo, nuestro Sanar.
T Amén.
13."Estacion
Jesuses bajadode la cruz
P Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
T Porque con tu cruz redimiste al mundo.
0) A Todo asta cumplido.
Tu mirada, Sanar, qua ha bautizado la tierra; tu mirada qua
eterniza y reviste de luz nueva los seres y las pequenas cosas
de la vida; tu mirada perdio su puesto entra nosotros.
Todo asta cumplido.
167

2.2 Page 12

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Estan grabados para siempre, no desapareceran de la me-
moria humana quienes has encontrado en la parabola de tu
vida; el apostol V el miserable; el joven riGo V la mujer junto al
pozo de Jacob; Pilato qua continuara lavandose las manos
hasta el final de los tiempos; Caifas, senalando con el dado en
alto para pronunciar la sentencia prepotente de un corazon
avaricioso; el ciego qua ha visto surgir su imagen del agua; La-
zaro qua se alza V camina; Marta qua no tiene un minuto para
si V la hermana qua habia elegido la mejor parte en la contem-
placion; Nicodemo qua habria querido comprender V el Cen-
turion de fe ciega.
Todo esta cumplido.
Tu cuerpo desgarrado, separado de la cruz, resbala en los
brazos de tu Madre, en los de Juan, el hijo que tu le has con-
fiado, en los de Maria Magdalena que junto a ellos lIora su do-
loroMaria, ser bendita entre todas las mujeres, suponia pedirte
sufrimientos indecibles.
Todo asta cumplido.
No hav va nadie junto a ti, excepto estos pocos confirmados
va en la fe V en el amar, qua resplandeceran hasta el final de
los tiempos V qua ahora lIoran tu muerte.
0@
A «Los judios entonces, corno era el dia de la Preparacion, para
qua no se quedaran los cuerpos en la cruz el sabado, porque
aquel sabado era un dia solemne, pidieron a Pilato qua les
quebraran las piernas V qua los quitaran. Fueron los soldados,
le quebraron las piernas al primero V luego al otre qua habfan
crucificado con él; pero, aillegar a Jesus, viendo qua va habia
muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los sol-
dados con la lanza le traspaso el costado V al punto salio san-
gre V agua.
Después de asta, José de Arimatea, qua era discfpulo clan-
destino de Jesus, por miedo a los judios, pidio a Pilato qua le
dejara lIevarse el cuerpo de Jesus. Y Pilato lo autorizo. EI tue
entonces V se lIevo el cuerpo» (Jn 19,31-36.38).
0 A Todo asta cumplido. Quien ha traicionado lIora eternamente su
gesto infame. Quien ha renegado lIora amargamente V pide
esperanza. Y, postrada, la Madre rodea de ternura V de doler
el cadaver del Hijo bajado de la cruz.
168
@ A Perdonanos, Sanar.
T R. Perd6nanos, Sanar.
A porque no hemos confiado en tus promesas V te hemos crefdo
muerto e ineficaz: R.
Porque nos hemos abandonado a la desesperanza V al pesi-
mismo en el camino de la vida: R.
G20p
(2) T
Porque no hemos sido capaces de consolar a los demas, bus-
cando siempre el consuelo para nosotros mismos: R.
Cristo ha entregado su vida por nosotros.
Ofrezcamosla también nosotros,
en lavar de nuestros hermanos.
P Oremos...
Dios Padre nuestro,
Cristo, tu Hijo, por su obediencia hasta la muerte
ha destruido la muerte V el pecado:
concédenos poder acercarnos
a la fuente perenne de la vida V del amar
que san los sacramentos.
Por Jesucristo, nuestro Sanar.
T Amén.
(O bien:)
p Oremos...
Sanar, Dios nuestro,
por un designio misterioso de tu providencia,
completas lo que falta a la pasion de Cristo
con las infinitas penas de la vida de sus miembros;
concédenos que,
a imitacion de la Virgen Madre dolorosa
qua estuvo junto a la cruz de su Hijo moribundo,
asi nosotros
permanezcamos junto a los hermanos qua sufren
para darles consuelo V amar.
Por Jesucristo, nuestro Sanar.
T Amén.
169

2.3 Page 13

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14: Estacion
JeSUSes colocadoen el sepulcro
CD p Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
T Porque con tu cruz redimiste al mundo.
A La hora en que todo parece perdido es la hora de la fe de los
hombres y de la fe en si misma. Dios nos mira con ternura,
corno el espose a la esposa. Dios esta a punto de entrar en
Jerusalén. Y Jerusalén se pregunta si conservara todavia la te,
dada la duda manifestada por Cristo frente a aquellos muros
que debian desaparecer para dilatarse en la Iglesia universal.
Ella, la nueva Jerusalén, lo espera con igual paciencia, vigi-
lante entre los soldados dormidos, delante del sepulcro donde
ha sido colocado el cuerpo de Cristo.
Nada la inquieta ni la desanima.
Para ella, esta tumba estrecha y nueva, donde tu yaces, Se-
nor, es el arca de la nueva alianza, que no contiene ya la Ley
sino la Santidad, el principio de la Iglesia y de lo que se cum-
plira; sabe que al tercer dia resucitaras.
Senor, escondido en este mundo con mayor profundidad que
en el sepulcro, rompe en nosotros la piedra que hemos sellado
sobre ti. Te lo pide nuestra débil te. En su Iuta de Viernes Santo
algo en ella canta a media voz, porque esta noche que la ro-
dea no es otra cosa para ella que el inicio del dia.
Y ese dia eres tu, Senor.
0@ A «Llego también Nicodemo, el que habia ido a verlo de noche,
y trajo unas cien libras de una mixtura de mirra y aloe»
(Jn 19,39).
«José, tornando el cuerpo de Jesus, lo envolvio en una sabana
limpia, lo puso en el sepulcro nuevo que se habia excavado en
una roca, rodo una piedra grande a la entrada del sepulcro y
se marche» (Mt 27,59s).
«Era el primer dia de la Preparaci6n y rayaba el sabado»
(Lc 23,54).
0 A Nosotros continuamos esperando. Nuestra fe esta segura. EI
tempio destruido por los hombres sera reconstruido por Dios.
Y seremos en el tiempo testigos de Cristo muerto y resuci-
tado. EIescandalo de la cruz y la sabiduria de la nueva Victo-
ria.
170
@ A Haznos d6ciles a tu Espiritu.
T R. Haznos dociles a tu Espiritu.
A Para que nuestra vida sea fiel reflejo de la doctrina que
proclamamos: R.
Para que el amar fraterno sea entre nosotros un signo de la
presencia de Cristo: R.
Para que nuestra actitud sea de total disponibilidad a la misi6n
que se nos ha confiado dentro de la Iglesia: R.
0CD0p Cristo ha entregado su vida por nosotros.
T Ofrezcamosla también nosotros,
en favor de nuestros hermanos.
P Oremos...
Dios Padre,
que en el Bautismo nos has unido a Cristo tu Hijo,
concédenos morir por siempre al pecado
y resucitar en amar hacia él.
Que vive y reina...
T Amén.
(O bien:)
P Oremos...
Dios todopoderoso,
tu eres el unico bien verdadero
y sin tu ayuda nada logramos:
no nos dejes caer en las redes del pecado,
ni nos abandones
ante la amenaza de la muerte eterna.
Por Jesucristo, nuestro Senor.
T Amén.
171

2.4 Page 14

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DIALOGO Y ORACION CONCLUSIVA
P Tu cruz adoramos, Seiior.
T Alabamos y glorificamos tu santa resurrecci6n:
porque, por la cruz y la resurrecci6n,
devolviste la alegria al mundo.
p EI Seiior esté con vosotros.
T Y con tu Espiritu.
p Oremos...
Dios y Padre nuestro,
tu Hijo, muriendo, destruy6 nuestra muerte,
y resucitando nos dio nueva vida:
concédenos vivir 105dias de nuestra historia
con la esperanza de la alegria del cielo.
Por Jesucristo, nuestro seiior.
T Amén.
(O bien:)
P Tu cruz adoramos, Seiior.
T Alabamos y glorificamos tu santa resurrecci6n:
porque, por la cruz y la resurrecci6n,
devolviste la alegria al mundo.
P Te bendecimos, Cristo.
T Con tu cruz has liberado a la humanidad del pecado.
P EI Seiior esté con vosotros.
T Y con tu espiritu.
P Oremos...
Seiior Dios todopoderoso,
tu Hijo, muriendo, destruy6 nuestra muerte,
y resucitando nos dio nueva vida:
enséiianos a vivir obedientes a tu voluntad
en la espera de las bodas del Cordero.
Por Jesucristo, nuestro Seiior.
T Amén.
172
(O bien:)
A La pasi6n de Jesus no ha terminado: continua sufriendo con
la humanidad que sufre por el pecado, la injusticia y la bus-
queda de verdadera libertad.
Hoy somos nosotros, su Iglesia, miembros de su cuerpo mis-
tico, quienes «debemos completar en nosotros su pasi6n» por
la redenci6n del mundo, ayudando a lIeva( en nosotros el su-
frimiento de todos 105hombres.
La muerte de Jesus no es el final, se abre a la resurrecci6n:
nuestra vida esta iluminada por la esperanza de que nosotros,
y todo el mundo junto a nosotros, seremos transformados para
participar de la vida gloriosa del Seiior resucitado.
p Cristo ha entregado su vida por nosotros.
èì'
T Ofrezcamosla también nosotros,
en lavar de nuestros hermanos.
U:a::>
()
«
p Oremos...
'>
Seiior Jesus,
enséiianos allevar nuestra cruz de cada dia
y seguirte con voluntad generosa.
Tu que nos has salvado,
transf6rmanos en signos de salvaci6n
para nuestros hermanos:
corno tu diste la vida por nosotros,
asi también nosotros la demos por los demas,
y, siendo testigos de tu resurrecci6n,
alcancemos los bienes de tu Reino.
Que vives y reinas...
T Amén.
AI final de cada formulario elegido, el sacerdote puede impartir la
bendicion segun sea costumbre o bien con la cruz en silencio y,
finalmente, despedira la asamblea.
P En el nombre de Cristo, muerto y resucitado por nuestra sal-
vaci6n, podéis ir en palo
T Demos gracias a Dios.
CANTO FINAL
- «Cristo libertador» (CLN, n. 727).
173