110-192-Misiones-Cap 02


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CAPÍTULO 2
JUVENTUD MISIONERA
En la reconstrucción del contexto en el que comenzó y floreció
Juventud Misionera (JM), se ha examinado la actividad misionera
de la Iglesia y especialmente la de la congregación salesiana. Tal y
como se ha afirmado en el anterior capítulo, el renacer del entusias-
mo misionero en el siglo XIX consistió básicamente, aunque no
exclusivamente, en el renovado compromiso de la Iglesia en realizar
misiones en tierras a las que todavía el cristianismo no había llega-
do. Este relanzamiento de la actividad misionera estuvo acompaña-
do de la renovación de la dimensión misionera de la comunidad
general creyente; especialmente en el florecer de las diferentes aso-
ciaciones misioneras que afectaron a todos los sectores de pobla-
ción. Estas asociaciones, en el proceso de su desarrollo, sintieron la
necesidad de editar publicaciones periódicas y revistas de carácter
misionero para sostener las obras y para que sus socios reafirmaran
su compromiso misionero.
Antes de ser una publicación periódica, Juventud Misionera era
una asociación misionera, un movimiento misionero juvenil dentro
de las instituciones salesianas de Italia. Fue la asociación juvenil
misionera la que dio a luz a la revista que, a su vez, la hizo más fuer-
te, la propagó, y la expandió; y, al mismo tiempo, la revista contri-
buyó al desarrollo del movimiento. Para entender el alcance, el con-
tenido, la estructura, la evolución de la revista, sería conveniente exa-
minar los fundamentos, el objetivo, la estructura y la evolución de la
propia asociación misionera. Como la revista era el órgano de propa-
ganda, información y animación de la asociación juvenil, no puede
ser considerada como una entidad separada de la misma.
Juventud Misionera no parece haber sido la primera asociación
misionera para la juventud en el ambiente salesiano. Estudiando los
Juventud Misionera
111
documentos relevantes guardados en los Archivos Centrales Sale-
sianos de Roma, se deja ver claramente que esta asociación juvenil
que se llamaría en el proceso de su desarrollo “movimiento interna-
cional juvenil de cooperación espiritual y misionera”1 tenía sus pre-
decesores. Entre las asociaciones misioneras anteriores, una de ellas
empezó en las instituciones de las Hijas de María Auxiliadora, y
desempeñó un papel importante en la vida y desarrollo de Juventud
Misionera.
Los precedentes de Juventud Misionera
en el ambiente salesiano
El enfoque de esta sección no es examinar cuándo y cómo las
otras diferentes asociaciones misioneras juveniles existentes en el
amplio contexto de la Iglesia fueron fundadas en las instituciones
salesianas. No puede descartarse la posibilidad de que se iniciasen
las Obras Misioneras Pontificias en el ambiente salesiano. De he-
cho, los socios de Juventud Misionera estaban constantemente invi-
tados a formar parte de estas Sociedades Pontificias. El fin de esta
sección es estudiar si en el renacer general misionero y, particular-
mente, en el contexto general de otras asociaciones misioneras para
la juventud, los salesianos fundaron alguna asociación propiamente
suya para animar a la juventud en sus instituciones, y si así fuera,
¿dónde, cómo, con qué fin y cuál era su estructura? Por lo tanto, esta
sección no examina el posible inicio de las Obras Pontificias Misio-
neras en las instituciones salesianas, sino que se propone examinar
las asociaciones misioneras propiamente salesianas en su fundación,
aunque tengan objetivos y actividades muy similares a las de las
Asociaciones Misioneras entonces existentes .
Obra de María Auxiliadora para las Misiones
Según un documento guardado en los Archivos Centrales Sale-
sianos en Roma, parece que la primera asociación salesiana para la
juventud tuvo su comienzo en España. Los jóvenes estudiantes de
algunos internados salesianos de España se entusiasmaron con los
____________________
1 Gioventù missionaria, en GM 43 (1965) 1, 1.

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
relatos de la empresa misionera de los salesianos en la Patagonia y
en la Tierra del Fuego. Les conmovió la llamada de los misioneros
que trabajaban en estas regiones reclamando ayuda espiritual y
material. En vista de la gran necesidad querían aportar su contribu-
ción y colaborar en la enorme tarea de evangelización de las pobla-
ciones indígenas. Estos estudiantes empezaron entonces una especie
de asociación llamada Obra de María Auxiliadora para las
Misiones con el principal objetivo de recaudar fondos para las
misiones salesianas entre compañeros de estudio y amigos2.
De acuerdo con el documento anteriormente mencionado, esta
asociación fue oficialmente creada el 24 de junio de 1887, la fiesta
de Mons. Juan Cagliero, con las primeras afiliaciones al grupo. Visto
su fin y sus actividades, es evidente que estaba destinada a ser una
asociación pía para los jóvenes en favor de las misiones salesianas.
Los miembros del grupo prometían una contribución mensual de
cinco céntimos para las misiones salesianas de América del Sur.
También prometieron rezar un Ave María diaria por la conversión de
la población indígena y las jaculatorias: “Dulce Corazón de Jesús,
haced que os ame cada vez más”; y “María Auxiliadora de los cris-
tianos, ruega por nosotros”. Los miembros también contribuían
espiritualmente al trabajo de los misioneros ofreciendo cuatro
Santas Comuniones mensuales por todas las intenciones de los
misioneros. Además de la pequeña contribución que cada uno hacía,
el grupo, como tal, recurría a otros procedimientos para recaudar
fondos para ayudar a las misiones. La afiliación a esta asociación
estaba limitada exclusivamente a las instituciones salesianas. Se
alentó a los estudiantes y a los alumnos de artes y oficios, internos
y externos, a formar parte de la asociación. El documento no hace
mención de ninguna estructura específica o de regulaciones o de
estatutos para dicha asociación3.
____________________
2 ASC A 837, Obra de María Auxiliadora para las Missiones, transcripción,
anónimo, [s.d.], 1. El documento no menciona el instituto específico donde se creó
esta asociación pía ni los nombres de las personas que crearon y animaron este
grupo.
3 Obra de María Auxiliadora para las Missiones, 1.
Juventud Misionera
113
Apostolado de la Inocencia
Don Demetrio Zucchetti4, en su reconstrucción de la historia de
Juventud Misionera escrita con ocasión del 50 aniversario de la aso-
ciación, señala sus orígenes en 1908, en los principios de la asocia-
ción misionera, Apostolado de la Inocencia, dentro del Instituto de
las Hijas de María Auxiliadora5.
FUNDACIÓN DEL APOSTOLADO DE LA INOCENCIA
El primer grupo de misioneros salesianos, con Don Luis Ver-
siglia6 como su líder, llegó a China en 1906 y empezó su trabajo en
Macao. Don Juan Fergnani7 también formó parte de esta primera
expedición misionera a China.
Era un período de grandes disturbios sociales en China. La
piratería estaba presente en todo el país. Existía un clima de sospe-
cha y rechazo general hacia los extranjeros y todo lo relacionado
con ellos: comercio, educación y evangelización. Ante la dificultad
de llevar el mensaje del Evangelio al corazón del pueblo chino y el
aparente fracaso de todos los esfuerzos realizados con tanto sacrifi-
cio, el joven misionero Juan Fergnani se sintió impotente y descora-
zonado. En este estado de ánimo, recordó cómo, cuando él todavía
era un joven, su buena madre le enseñó a rezar por la conversión de
los no creyentes de todo el mundo. Y, entonces, pensó para sí: “¿por
____________________
4 Se darán algunos datos sobre la vida de D. Zucchetti en el capítulo que trata de
los dirigentes de JM.
5 ASC A 837, Cinquantesimo dell’associazione Gioventù Missionaria, trans-
cripción de D. Zucchetti, [1958], 1.
6 Mons. Luis Versiglia (1873-1930) fue el líder del primer grupo de salesianos
en 1906. Fundó el primer centro salesiano en Macao. En 1918 abrió la misión de
Shiu Chow, la cual se convirtió en el primer Vicariato Apostólico en 1920. Fue mar-
tirizado junto con su compañero, el Padre Calixto Caravario, por un grupo de pira-
tas el 25 de febrero de 1930, cuando estaba de visita en el distrito de Lin Chow. Cfr.
VALENTINI E., RODINÒ A. (Eds.), Dizionario biografico dei salesiani, Turín, Ufficio
Stampa Salesiani, 1969, 292.
7 Juan Fergnani (1874-1932) fue uno de los miembros de la primera expedición
salesiana a China en 1906. Más tarde fue misionero en India y en el Próximo
Oriente. Cfr. VALENTINI E., RODINÒ A. (Eds.), Dizionario biografico dei salesiani,
124-125.

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
qué muchas buenas madres no invitan a sus pequeños a rezar por la
conversión de los no creyentes?” Este recuerdo de su madre le ins-
piró pedir a todos los jóvenes estudiantes de las instituciones sale-
sianas de Italia que se uniesen en una cruzada de oración por la con-
versión del pueblo chino. Ése, según Zucchetti, fue el momento en
que nació la asociación misionera Juventud Misionera para los jóve-
nes en las instituciones salesianas8.
Con esta inspiración y en colaboración con su entonces direc-
tor, Don Luis Versiglia, Juan Fergnani propuso en 1908 la idea de
una nueva asociación misionera de estudiantes en el instituto de las
Hijas de María Auxiliadora en Niza Monferrato y en otras casas. El
fin de esta asociación era colaborar con el trabajo de los misioneros
en China por medio de la oración y las buenas obras. Esta propues-
ta misionera fue aceptada con gran entusiasmo y la asociación
misionera Apostolado de la Inocencia comenzó en el instituto de las
HMA de Niza Monferrato el mismo año. Desde este instituto la idea
de incluir la colaboración de los jóvenes en la difícil tarea de evan-
gelizar a la población china se propagó rápidamente a otros institu-
tos, internados, escuelas y oratorios. Surgieron grupos del Aposto-
lado de la Inocencia en las diferentes instituciones de las Hermanas.
A pesar de que esta asociación tenía el patrocinio y el apoyo del
entonces Rector Mayor, Don Miguel Rua, echó raíces sólo en las
casas de las Hijas de María Auxiliadora y no se extendió a las de los
salesianos de Don Bosco9.
PROGRAMA DEL APOSTOLADO DE LA INOCENCIA
En el período inicial, el simple proyecto de oración, buenas
obras y las pequeñas contribuciones financieras conformaban el pro-
grama completo de la asociación. Todas las diferentes actividades de
los grupos, tanto espirituales como de otra índole, estaban orienta-
____________________
8 Associazione Gioventù Missionaria, Turín, SEI, 1942, 8-12; ASC A 837, Cin-
quantesimo dell’Associazione Gioventù Missionaria, 2.
9 ASC A 837, Associazione Gioventù Missionaria, transcripción, anónimo, Tu-
rín, 8 de septiembre de 1952, 1; Pie Associazioni giovanili per le case delle Figlie
di Maria Ausiliatrice, Turín, L.I.C.E-R. Berruti & C., s. d., 55.
Juventud Misionera
115
das hacia las misiones salesianas de China10. En el transcurso del
tiempo, cuando los salesianos iniciaron su asociación misionera,
Apostolado de la Inocencia, organizado más de acuerdo con la psi-
cología femenina, aún continuaba floreciendo en las instituciones de
las Hermanas, y se convirtió en lo que con toda razón se llama el ala
femenina de la nueva asociación que conserva su nomenclatura,
estructura, actividades y sobre todo su independencia, beneficiándo-
se no obstante de su relación con el movimiento misionero salesia-
no, especialmente en lo que se refiere a la revista JM11.
A pesar de que la intención de los creadores del Apostolado de
la Inocencia era hacer que los jóvenes de sus institutos rezaran e
hicieran pequeños sacrificios por la conversión de los no creyentes en
China, amplió su radio de acción en relación con el movimiento sale-
siano de Juventud Misionera. En el proceso de esta asociación,
redactó sus propios estatutos y amplió su actividad. En 1940 fue
reconocida oficialmente y se otorgó favores especiales espirituales a
sus miembros. En 1948 los estatutos fueron aprobados oficialmente
por Don Pedro Ricaldone, el entonces Rector Mayor12. En 1953, P.
Arcadio Larraona, en su calidad de secretario de la Santa Con-
gregación para los Religiosos, aprobó los estatutos y los reglamentos
de la asociación13.
La pertenencia al Apostolado de la Inocencia estaba abierta a
cualquiera que asistiera a los diferentes institutos de las HMA.
Chicos y chicas, internos y externos, estudiantes y chicas que apren-
dieron algún oficio en los numerosos institutos se les animó a unir-
se a este movimiento misionero. Se encontró una respuesta entu-
siasta y se comenzó en muchos de los institutos de las Hermanas.
En el período inicial la asociación retuvo en su mayor parte su
____________________
10 Pie Associazioni giovanili, 55; Origine dell’AGM descritta da Don Giovanni
Fergnani, en GM 36 (1958) 19, 8-9; ASC A 837, Associazione Gioventù Mis-
sionaria, 1.
11 ASC A 837, Associazione Gioventù Missionaria, 1.
12 Pie Associazioni giovanili, 56-57. Ya que el objetivo y actividades extendidas
del Apostolato dell’Innocenza coincide mucho con las de Gioventù Missionaria
trataremos el asunto cuando nos refiramos a esta última asociación.
13 Pie Associazioni giovanili, 64.

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
carácter local en el sentido de que dependía de un superior local.
Durante bastante tiempo no había una coordinación central o direc-
ción. La vida y las actividades de los grupos locales de los centros
de las HMA estaban bajo la directa supervisión de una Superiora
local. En el proceso de su desarrollo, este movimiento misionero
entre las jóvenes que asistían a los centros de las HMA fue coordi-
nado y animado por las Superioras Generales de las Hermanas de
Turín14. Se pedía a los grupos locales que enviasen regularmente un
informe de su vida y actividades en formularios predeterminados15.
Con el nacimiento de JM, la publicación se convirtió en el órgano
oficial de animación y comunicación entre los diversos grupos16.
La actividad ordinaria del Apostolado de la Inocencia se cen-
tró en ciertos días especiales. Los martes de todas las semanas
adquirían un carácter especialmente misionero. Se requería a los
miembros que participaran en la Eucaristía y ofrecieran su Sagrada
Comunión por la intención de las misiones. Además, se les invitaba
a rezar el Vía Crucis y el Rosario por la misma intención. Sus visi-
tas al Santísimo Sacramento, las otras buenas obras y oraciones se
ofrecían cada martes precisamente por la intención de las misiones.
Todos los martes los miembros informaban de su contribución espi-
ritual y material a un delegado del grupo que lo incluía en un regis-
tro que se enviaba más tarde a los Superiores17.
Además de este día semanal de Misión, se atribuía una solem-
nidad especial al día 24 del primer mes del año escolástico. Era el
día para relanzar el programa misionero del año. El último martes
del año escolástico se reservaba también con gran solemnidad para
presentar a la asamblea general de miembros un resumen de todo lo
que el grupo local había realizado en el transcurso del año y alen-
tarles a hacer todo lo posible en favor de las misiones durante el
período de vacaciones18.
____________________
14 Pie Associazioni giovanili, 61-62.
15 Pie Associazioni giovanili, 63.
16 Pie Associazioni giovanili, 63.
17 Pie Associazioni giovanili, 62-63.
18 Pie Associazioni giovanili, 62-63.
Juventud Misionera
117
Juventud Misionera: la asociación salesiana misionera
para la juventud
En el primer capítulo se han mencionado las asociaciones mi-
sioneras para la juventud que surgieron en las primeras dos décadas
del siglo XX en algunos de los países católicos de Europa. Estas
asociaciones disponían de sus publicaciones que contribuían no sólo
a difundir información sobre las diferentes misiones, sino que ser-
vían para inspirar y sostener las vocaciones misioneras. Natural-
mente, las congregaciones religiosas que inspiraron y mantuvieron
cierta influencia sobre dichas asociaciones fueron las que se benefi-
ciaron en mayor medida de esta expansión de las vocaciones misio-
neras. A pesar de que Italia había aceptado con entusiasmo y se con-
tinuaban propagando las Sociedades Misioneras Pontificias, no
tenía una asociación misionera propiamente dicha para los estu-
diantes adolescentes, ni una revista que canalizara las aspiraciones
de este grupo de edad en las primeras dos décadas del siglo XX.
Italia tuvo que esperar hasta 1927 para ver el nacimiento de su Liga
Estudiantil Misionera.
Inicio del Apostolado de la Inocencia
en las instituciones salesianas
Parece ser, basándose en una reconstrucción anónima de la
historia de Juventud Misionera guardada en los Archivos Centrales
Salesianos, que en este contexto Don Samuel Vosti19, bajo la inspira-
ción de Don Felipe Rinaldi, inició una asociación misionera para los
jóvenes del Instituto Salesiano de Valdocco en 1919. El documento
mencionado anteriormente nos muestra la siguiente información:
En 1919, Don Vosti, por indicación de Don Felipe Rinaldi, intentó
reimplantar el Apostolado de la Inocencia en los colegios salesianos
llamándolo precisamente Asociación Juventud Misionera y dándole
____________________
19 Samuel Vosti (1874-1939), incluso como miembro del clero, fue llamado por
Don Miguel Rua para formar parte del secretariado del Capítulo Superior. Era el
director del Bollettino Salesiano y estaba al cargo de la propaganda oficial de la
Congregación. Para los jóvenes de los Oratorios salesianos, fundó y apoyó durante
muchos años la publicación de un suplemento semanal titulado Per la Gioventù. En
1919 fundó la asociación misionera Gioventù Missionaria en Valdocco.

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118
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
una organización mínima: rezar y hacer una pequeña ofrenda men-
sual por las vocaciones misioneras salesianas20.
El objetivo general de esta asociación, en la línea de los obje-
tivos del Apostolado de la Inocencia, era apoyar espiritual y mate-
rialmente a las misiones salesianas, y para este fin específico se
rezaba y se hacía una ofrenda mensual por las vocaciones salesianas
misioneras. Esta asociación de Vosti tenía un carácter puramente
local. Sin embargo, por el hecho de que se crease un suplemento en
el Boletín Salesiano titulado «Para la Juventud», para la animación
misionera de los jóvenes, y, por su propio memorandum al Capítulo
Superior con fecha del 14 de diciembre de 1922, donde se mencio-
na que 10.000 jóvenes se habían suscrito a este suplemento, no es
difícil deducir que esta asociación se propagó rápidamente a otras
instituciones salesianas21.
Los inicios de Juventud Misionera
con un objetivo y estructura específicos
Por el documento mencionado anteriormente no queda claro si
en 1919 Don Vosti intentó realmente crear una organización nueva e
independiente para los jóvenes de la institución salesiana de Valdoc-
co o si todo lo que quería era instaurar en las casas salesianas lo que
ya estaba dando muestras de ser altamente beneficioso para las casas
de las Hijas de María Auxiliadora. El uso de la frase en el documen-
to riesumare l’Apostolato dell’Innocenza hace que el sentido sea aún
más confuso. ¿Estaba “resucitando” algo que ya existía en las casas
salesianas, pero que de algún modo se había enterrado? No parece
que haya ningún soporte documental que haga pensar que el
Apostolado de la Inocencia existiera también en los círculos salesia-
nos anteriormente a la iniciativa de Vosti. Fuera lo que fuera, por el
documento mencionado antes parecería que Vosti creó una asocia-
ción misionera para los jóvenes del instituto salesiano de Valdocco y
lo llamó Juventud Misionera. Es probable que esta asociación per-
____________________
20 ASC A 837, Associazione Gioventù Missionaria, 1.
21 Cfr. ASC A 837, Associazione Gioventù Missionaria, 1; ASC A 837, Pro
memoria su Gioventù Missionaria e sul periodico missionario salesiano, Trans-
cripción de Samuel Vosti, Turín, 14 de diciembre de 1922, 1.
Juventud Misionera
119
maneciera siendo local bastante tiempo, y cuando se dio a conocer
al público, recibiese el apoyo activo de los Superiores en 1920.
ACONTECIMIENTOS QUE LLEVARON AL RECONOCIMIENTO
PÚBLICO DE JUVENTUD MISIONERA
Parece que dos cartas circulares de Don Pablo Albera desem-
peñaron un papel principal en el nacimiento de Juventud Misionera
en toda la Congregación por la necesidad y por los esfuerzos com-
prometidos en promover vocaciones, particularmente en vista de las
llamadas urgentes procedentes de las diferentes misiones solicitan-
do personal adicional. La primera, con fecha de 19 de marzo de
1920, fue dirigida a los Superiores Provinciales de Europa, pero se
publicó más tarde en el número de agosto de las «Actas del Consejo
General» del mismo año. Haciéndose eco de las palabras del divino
Salvador, Don Pablo Albera escribió:
Florece copiosa la mies en Oriente y Occidente, pero no tenemos
operarios para cosecharla. Esto sucede también en todas las Misiones
católicas, y especialmente en las nuestras. Es verdad que éstas, aun-
que nacidas, se puede decir, apenas ayer, se han propagado ensegui-
da prodigiosamente, logrando florecer con abundancia de hermosos
frutos incluso allí donde otros operarios habían trabajado con gran
celo, pero en vano. Pero a veces sucede que dichos frutos no pueden
ser recogidos ni siquiera por nosotros, por la falta de un número sufi-
ciente de Misioneros22.
El Rector Mayor señalaba cómo la Primera Guerra Mundial no
sólo había vaciado los pocos centros de formación misionera sino que,
además, había enfriado el entusiasmo misionero de muchos jóvenes
que de otra manera habrían mantenido grandes expectativas para la
realización con éxito de la vocación misionera,.y escribió al respecto:
Así se ha producido una estasis funesta, cuyas consecuencias, por
desgracia, perdurarán durante varios años, si no nos ponemos ense-
guida a la obra con todas nuestras fuerzas a despertar las vocaciones
adormecidas y a suscitar otras nuevas23.
____________________
22 ALBERA P., Lettera sulle Missioni Salesiane e sulla necessità di provvedere
personale idoneo per le medesime, en ACS 1(1920) 2, 28.
23 ALBERA P., Lettera sulle Missioni Salesiane, 28-29.

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
A la possible objeción de los Superiores Provinciales, los cua-
les no disponían de personal ni siquiera para sus propias casas, se
anticipó valerosamente Don Albera:
Cuanto mayor sea el número de misioneros que una Inspectoría
pueda enviar a las lejanas Américas, entre los salvajes de la Tierra del
Fuego, de la Patagonia, del Paraguay, de Brasil, de Ecuador, de Áfri-
ca, de la India, de China y de donde tengamos misiones, tanto más
numerosas y preclaras serán las vocaciones religiosas que el Señor
regalará a esa Isnpectoría24.
Y para él ésa había sido la experiencia de la Congregación
hasta entonces. Deseaba que cada centro salesiano fuera un vivero
de vocaciones, especialmente para la Congregación. Quería que los
Superiores Provinciales hablasen de las misiones en público y en
privado y crearan entre los salesianos y entre los jóvenes un entu-
siasmo vibrante para el apostolado entre los no creyentes. Apuntaba
que los misioneros que cada provincia podía ofrecer al Rector Ma-
yor para las diferentes misiones en todo el mundo era el más bello
monumento a Don Bosco25.
Don Albera continuó con esta llamada urgente para proporcio-
nar personal para las misiones en otra circular sobre las vocaciones
dirigida a todos los salesianos, en mayo de 1921, publicada en el
número de ese mes de ACS ese mismo año26. En esta carta Don
Albera insistía en que el amor salesiano por la Congregación se
manifiesta en el continuo esfuerzo por aumentar el número de sus
miembros con una búsqueda perseverante y con el cultivo de voca-
ciones salesianas, ya que las nuevas vocaciones son indispensables
para la vida y el apostolado de la Congregación27. El Rector Mayor
expresó su preocupación personal sobre la disminución de vocacio-
____________________
24 ALBERA P., Lettera sulle Missioni Salesiane, 29.
25 ALBERA P., Lettera sulle Missioni Salesiane, 29-32.
26 Este número de ACS está completamente dedicado al tema de las vocaciones.
La larga carta de 42 páginas de Don Pablo Albera va seguida de algunas de las reco-
mendaciones de Don Bosco y Don Rua respecto a dicho asunto. No se incluye nada
más en ese número.
27 ALBERA P., Lettera sulle vocazioni, en ACS 2(1921)4, 186.
Juventud Misionera
121
nes e hizo un llamamiento al examen de conciencia por parte de los
hermanos. Y escribió:
Tengo la impresión de que bastantes salesianos dejan perderse cada
año más de una vocación. Abro con frecuencia el catálogo de nuestra
Congregación, releo los resultados, comparo con el pasado, y experi-
mento un sentimiento de tristeza al constatar que varios colegios y
hospicios que antes daban abundantes y óptimas vocaciones, ahora
dan poquísimas o ninguna. No desconozco las dificultdes de estos
tiempos, pero me parece que, si todos estuviéramos animados por el
sagrado fuego de caritad por las almas que ardía en el pecho del
Venerable Padre, sabríamos encontrar en nuestro corazón muchas
maneras de superarlas, o almenos de hacerlas menos sensibles28.
Don Albera insistía en estudiar todos los medios para promo-
ver un mayor número de vocaciones a la Congregación, y actualizar
todos los medios posibles para este fin, lo consideraba un requisito
para ser un verdadero hijo de Don Bosco. De este cometido nadie
estaba exento. “Nessuno deve credersi dispensato dal far la sua
parte, ma tutti andare a gara perché il numero delle vocazioni vada
di anno in anno aumentando” (Nadie debe creerse dispensado de
colaborar, sino que todos debemos trabajar para que el número de
vocaciones vaya aumentando de año en año)29.
NOTIFICACIÓN A LOS SUPERIORES DE LA EXISTENCIA
DE JUVENTUD MISIONERA
Fue en respuesta a la apelación urgente de Don Albera de hacer
todo lo posible para promocionar vocaciones a la congregación
cómo un grupo de jóvenes del Instituto Salesiano de Valdocco le
envió una carta fechada en Turín, el 16 de julio de 1921. En ella
expresaban su deseo de cooperar con el Rector Mayor en esta
empresa valerosa. Y para asegurar que su cooperación fuera lo más
extensa en el espacio y en el tiempo y lo más eficaz posible, infor-
maron al Superior que los estudiantes y antiguos alumnos del primer
Oratorio de Don Bosco ya habían formado una asociación perma-
____________________
28 ALBERA P., Lettera sulle vocazioni, 197.
29 ALBERA P., Lettera sulle vocazioni, 224.

1.7 Page 7

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122
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
nente para promocionar y ayudar a las vocaciones misioneras. Indi-
caban que un grupo de jóvenes considerable del Oratorio ya se ha-
bían hecho miembros de esta asociación, que se había creado un
comité provisional y que se había redactado un borrador general de
los estatutos de la asociación, el cual había sido enviado al Superior.
Este comité provisional solicitó la aprobación y las bendiciones del
Rector Mayor30.
Junto con esta misiva solicitando las bendiciones y la aproba-
ción del Rector Mayor, el Comité Provisional envió al Superior los
estatutos provisionales de la organización naciente. Fue el primer
esfuerzo por definir la naturaleza, el objetivo, actividad y estructura
de la asociación. Este documento de dos páginas lleva por título
Juventud Misionera para las vocaciones misioneras. Este título
apuntaría al hecho de que el Comité Provisional habla en el docu-
mento de la ya existente asociación creada por Don Vosti hacía un
año aproximadamente, ya que Juventud Misionera ya había sido
fundada en Valdocco por él. Por la presentación de la asociación
parecería claro que Juventud Misionera no quería ser una simple
reproducción del Apostolado de la Inocencia en las casas salesianas.
El campo principal de Juventud Misionera era la promoción, forma-
ción y sostenimiento de las vocaciones misioneras. Por lo tanto, no
estaba destinada a ser un grupo que sólo se dedicaba a orar por las
misiones y los misioneros y dar su pequeña contribución en favor de
varias empresas misioneras. Desde el principio parece claro que el
enfoque de este grupo sería la concienciación misionera de los jóve-
nes y a través de ella motivarlos a optar por una vida de dedicación
como misioneros en tierras lejanas31.
LA ASOCIACIÓN JUVENTUD MISIONERA
Según el borrador de los estatutos presentados a Don Albera, la
incorporación al grupo estaba abierta a todos los jóvenes de las dife-
____________________
30 ASC, A 837, Carta del Comité Provisional de Gioventù Missionaria a Don
Albera, transcripción, Turín, 16 de Julio de 1921, 1.
31 Cfr. ASC A 837, Carta del Comité Provisional a Don Albera, 2; Azione Mis-
sionaria, en GM 1(1923) 1, 13.
Juventud Misionera
123
rentes casas, escuelas profesionales y oratorios salesianos. Incluso
los jóvenes que estuvieran fuera del círculo salesiano podían ser
miembros de la asociación. Los estatutos preveían tres tipos de
miembros: activos, propagandistas y bienhechores. Los activos eran
los que tomaban parte en los diferentes programas regularmente.
Propagandistas eran los que se convertían en apóstoles de la aso-
ciación, los encargados de preparar la propaganda de ésta además de
recaudar las pequeñas aportaciones de los miembros y personal
ajeno; de ellos dependía el crecimiento y el éxito de la asociación.
Los bienhechores eran los que apoyaban a la asociación, especial-
mente con donaciones generosas32.
PROGRAMA DE JUVENTUD MISIONERA
De acuerdo con el mandato de Jesús “Rogad al Dueño de la
mies que envíe obreros a su viña” (Lc 10:2), los miembros tenían
el compromiso de la oración como medio principal para cumplir el
objetivo de la asociación. Además de sus oraciones diarias, ofrecían
misas, sagradas comuniones y rosarios por esta intención. Los me-
dios secundarios consistían en una campaña directa de propaganda
para informar de la sublime y urgente necesidad de vocaciones mi-
sioneras así como de hacer todo lo posible por promoverlas, culti-
varlas y sostenerlas espiritual y materialmente. Los miembros ayu-
darían a canalizar posibles vocaciones a los numerosos institutos
misioneros. Y en tercer lugar, prometían ofrecer por lo menos dos
liras al mes, o más, aquellos que podían hacerlo, para ayudar al
mantenimiento de las vocaciones en las diferentes instituciones. El
hecho de no poder contribuir con esta pequeña suma no era en
absoluto considerado como un factor que impidiese ser miembro
del grupo. Oraciones adicionales compensarían la escasez de
medios económicos33.
____________________
32 Cfr. ASC A 837, Carta del Comité Provisional a Don Albera, 2; Azione Mis-
sionaria, en GM 1 (1923) 1, 13-14.
33 Cfr. ASC A 837, Carta del Comité Provisional a Don Albera, 2; Azione Mis-
sionaria, en GM 1 (1923) 1, 14.

1.8 Page 8

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124
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
PRIVILEGIOS, PATRONA, ESTRUCTURA
Y ÓRGANOS DE JUVENTUD MISIONERA
Los estatutos también resaltaban los privilegios de que todos
los miembros de la asociación disfrutarían. Tendrían el gozo de ser
los cooperantes de Jesucristo en la salvación de almas. Era un de-
recho de todos los miembros tener una participación en los méri-
tos de las oraciones de los aspirantes a misioneros. Aunque indi-
rectamente, también participaban en los dolores, gozos y méritos
de la ferviente y sacrificada obra de los misioneros en tierras leja-
nas34.
La Asociación Juventud Misionera tomó como patrona a María
Auxiliadora de los Cristianos, y como modelo a Domingo Savio. El
Rector Mayor sería el superior de la asociación. Además sería diri-
gida y administrada por un Presidente, un Secretario y un Tesorero,
asistidos por un asistente eclesial, todos ellos nombrados por el pro-
pio Superior. Las vocaciones misioneras inspiradas por la propa-
ganda misionera de la asociación serían dirigidas en primer lugar al
Superior, además de todas las cantidades recaudadas. El Boletín
Salesiano sería el órgano oficial de la asociación y el folleto
Juventud Misionera35 sería el medio de propaganda y se enviarían a
los propagandistas y a cualquiera que preguntara por ellos36.
____________________
34 Cfr. ASC A 837, Carta del Comité Provisional a Don Albera, 2; Azione Mis-
sionaria, en GM 1 (1923) 1, 14.
35 No se encuentran copias de este material propagandístico en los archivos. Don
Vosti mismo en Pro memoria su Gioventù Missionaria e sul periodico missionario
salesiano, hace mención a la existencia de un folleto adicional al Boletín Salesiano
llamado Per la Gioventù que ya había alcanzado una difusión de unos 10.000 ejem-
plares. Un informe posterior de 1952 que narraba la historia de la revista menciona
el folleto “Per la Gioventù”. Cfr. ASC A 837, Associazione Gioventù Missionaria, 1.
36 ASC A 837 Carta del Comité Provisional a Don Albera, 3. Esta carta está fir-
mada por Pivano Pietro (Presidente), Pisani Luigi (Tesorero) y Balma Gaspare
(Secretario). La carta, no obstante, no menciona a Don Vosti. Pero podríamos pen-
sar que era él, sin embargo, quien estaba detrás de ella. Cfr. también Azione Missio-
naria, en GM 1 (1923) 1, 14.
Juventud Misionera
125
Aprobación de Juventud Misionera
Don Albera respondió a esta carta expresando su gran alegría y
satisfacción por la valiente propuesta de estos jóvenes. Y escribía:
Con gran alegría de mi alma he leído vuestra hermosa carta del 16 del
corriente, y me he informado del borrador del Estatuto de la Aso-
ciación Juventud Misionera para las vocaciones, que vosotros tenéis
intención de difundir entre vuestros compañeros del 1er Oratorio fes-
tivo de Don Bosco, y de propagar a toda la juventud católica37.
Ponía énfasis, una vez más, en que entre las buenas obras que
uno podía realizar, la principal de ellas es la que se hace para favo-
recer y sostener las vocaciones sacerdotales. Recordaba a los chicos
que Don Bosco fue un gran promotor de las vocaciones sacerdota-
les y religiosas y que sería deseable que los jóvenes de su primer
Oratorio continuaran esta causa tan querida para él. Insistió en que
el campo principal de la asociación será siempre la promoción y el
cultivo de las vocaciones misioneras, para hacer renacer en los jóve-
nes el deseo por el apostolado. Impartía sus bendiciones paternales
a esta iniciativa con estas palabras:
Es, por tanto, muy conveniente que el primer Oratorio festivo fundado
por él, en el cual encontró excelentes vocaciones, se convierta de algu-
na manera en la continuación del apostolado paterno de un modo más
regular y eficaz mediante la Asociación recién constituida, que yo ben-
digo de todo corazón, augurando a mí mismo y a vosotros que sus com-
ponentes lleguen a ser tan numerosos que puedan reunir entre todos
cada año la suma necesaria para permitir estudiar no a uno solo, sino a
varios jóvenes que se sientan llamados a convertirse em misioneros38.
Para acabar esta carta Don Albera expresaba su entusiasmo por
este “magnífico plan” de estos jóvenes. Concluía:
A la obra pues. Nuestra bondadosísima Ausiliadora y el angélico
Siervo de Dios, Domingo Savio, os obtengan del Señor la fuerza y las
ayudas necesarias para la realización de vuestro magnífico proyecto,
y especialmente las luces para gestionar bien el Estatuto y el Regla-
mento definitivo de la Asociación, ya que de ello depende en gran
____________________
37 ASC A 837, Respuesta de Don Albera al Comité Provisional, [s.d], 1.
38 ASC A 837, Respuesta de Don Albera al Comité Provisional, 1.

1.9 Page 9

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126
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
parte el éxito de la empresa. Yo rezaré con fervor p0r dicho fin; y cier-
tamente Don Bosco no dejará de apoyar mis pobres oraciones con su
válido patrocinio39.
Además de las bendiciones y el ánimo del Rector Mayor, la aso-
ciación que estaba naciendo recibió la bendición apostólica del pro-
pio Santo Padre. Por la carta con fecha del 21 de agosto de 1921 del
Cardenal Pietro Gaspari, el entonces Secretario de Estado del Va-
ticano, parecería que Don Vosti habría enviado a la Santa Sede una
copia de los estatutos de Juventud Misionera, solicitando las bendi-
ciones y su aprobación por parte del Santo Padre. El Cardenal
Gaspari expresó a Don Vosti la gran alegría que el Santo Padre sintió
por el nacimiento de la nueva asociación y lo contento que se sentía
de impartir la bendición papal a la asociación. La carta afirmaba:
El Santo Padre ha recibido la súplica en la cual V.B.S. expone el esta-
tuto-programa de la nueva asociación Juventud Misionera e implora
la bendición apostólica para los promotores y para los jóvenes a ella
afiliados.
[…] El augusto pontífice, por tanto, no puede sino acoger favorable-
mente su petición y augurar el más floreciente desarrollo a una insti-
tución tan bella y tan conforme con las enseñanzas evangélicas. E
imparte de todo corazón la bendición apostólica a los promotores y
colaboradores de Juventud Misionera invocando para la misma las
mayores gracias con el objeto de ampliar el Reino de Dios llevando
a tantos, que todavía se debaten entre las tinieblas de la muerte, el
bien supremo del hombre, es decir, la gracia de conocer a Jesucristo,
vía, verdad y vida, y de esta manera asegurarse en esta tierra la paz
del corazón y en la eternidad la felicidad plena y perfecta40.
El desarrollo inicial de Juventud Misionera
La idea de una asociación misionera para los jóvenes con el
particular objetivo de la animación misionera y promoción de las
____________________
39 ASC A 837, Respuesta de Don Albera al Comité Provisional, 1.
40 ASC A 837, Carta del Secretario de Estado Cardenal Pietro Gaspari a Don
Samuel Vosti, El Vaticano, 21 de agosto de 1921. Esta carta también se publicó en
el primer número de GM. Cfr. La benedizione e i voti del S. Padre, en GM 1 (1923)
1, 14.
Juventud Misionera
127
vocaciones misioneras produjo mucho entusiasmo entre los jóve-
nes, el clero y la población general. Sin embargo, no faltaron voces
que manifestaban escepticismo e indiferencia. Éstas esgrimían que
la nueva asociación no era más que una duplicación innecesaria de
la Sociedad Pontificia para la Propagación de la Fe. Vosti defendió
el carácter único de la asociación resaltando su objetivo específico.
Mientras que el objetivo de la Santa Infancia era principalmente la
recaudación para los niños chinos y la de la Propagación de la Fe
era recaudar fondos para las diferentes misiones católicas en todo el
mundo, Juventud Misionera tenía como principal finalidad la pro-
moción y el sostenimiento de las vocaciones misioneras. Por lo
tanto, en el corazón de su padre fundador no eran los fondos lo que
importaba, sino las vocaciones y en especial las vocaciones para la
congregación salesiana41.
Parece que con la aprobación de la publicación de la revista JM
en enero de 1923 por el Capítulo Superior, la asociación misionera
Juventud Misionera recibió el carácter de un movimiento que perte-
necía a la Congregación Salesiana como tal, y que sería una asocia-
ción que la Congregación intentó cuidar y propagar en sus diversas
instituciones, especialmente con la publicación de la nueva revista.
Asociaciones misioneras como la Sociedad Pontificia de la
Propagación de la Fe, la Asociación Pontificia de la Santa Infancia
y otras ya presentes en Italia en el momento de la fundación de
Juventud Misionera habían sido favorecidas con las bendiciones
espirituales e indulgencias especiales por parte de la Santa Sede.
Don Albera escribió a la Santa Sede solicitando similares favores
especiales a la naciente asociación misionera salesiana. La Santa
Sede otorgó bendiciones espirituales especiales e indulgencias a
Juventud Misionera en junio de 1923. A todos los miembros se les
otorgó indulgencias plenarias en el día de su registro, en el aniver-
sario de su registro, y en las siguientes festividades del Señor:
Navidad, onomástica, Epifanía, Ascensión, Pentecostés, Santísima
Trinidad y en las siguientes fiestas de Nuestra Señora: Purificación,
____________________
41 ASC A 837, Promemoria su Gioventù Missionaria, 1.

1.10 Page 10

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128
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
Anunciación, Asunción, María Auxiliadora de los Cristianos, Nati-
vidad, Presentación e Inmaculada Concepción; y en las fiestas de los
Santos que siguen: San Francisco de Sales y San Francisco Javier. A
los miembros también se les concedían indulgencias parciales siem-
pre que recitasen la jaculatoria: Adveniat regnum tuum, fiat unum
ovile et unus pastor, y siempre que hicieran algo por las misiones o
incluso procurasen una nueva suscripción para la revista. Estos pri-
vilegios eran válidos duranter un período de siete años42. Estos mis-
mos favores se renovaron de nuevo en septiembre de 193043. Hubo
una aprobación adicional de renovación de los mismos favores rea-
lizada por Don Pedro Ricaldone, Rector Mayor en 193744.
El 24 de octubre de 1924, Don Ricaldone, entonces Vicario del
Rector Mayor, envió una circular a todos los directores de las casas
salesianas de Italia, en la que señalaba lo que era el deseo del enton-
ces Rector Mayor, Don Felipe Rinaldi, que cada centro salesiano
debía crear y desarrollar la Asociación Juventud Misionera para pro-
mover el espíritu misionero entre los jóvenes y con el objetivo espe-
cífico de promover las vocaciones misioneras y recabar fondos para
formar y sostener esas vocaciones. Don Ricaldone deseaba que la
próxima celebración del 50 aniversario de las misiones salesianas
tuviera la promoción de las vocaciones misioneras como una de sus
características distintivas. En este contexto de una campaña com-
prometida con las vocaciones, la carta urgía a los directores de las
diversas casas salesianas a hacer todo lo posible para dar a conocer
la asociación, establecer secciones de la misma en las escuelas,
internados y oratorios, y, además, constituir pequeños comités para
hacerla activa y funcional. El comité, además de trabajar por el esta-
blecimiento de la asociación y estar al cargo de la misma, tenía que
____________________
42 ASC A 837, Carta de Don Rinaldi a la Sacra Poenitentiaria Apostolica Offi-
cium de indulgentis, Turín, 1 de junio de 1923. La sanción de las indulgencias se
otorgó en la misma carta de Don Rinaldi. Estas indulgencias también se publicaron
en la revista. Cfr. GARNERI D., Un’Associazione Missionaria, en GM 2 (1924) 10,
145.
43 ASC A 837, Carta de Don Rinaldi a la Sacra Poenitenciaria Apostolica
Officium de indulgentis, Turín, 1 de Septiembre de 1930.
44 ASC A 837, Carta de Don Ricaldone a la Sacra Poenitentiaria Apostolica
Officium de indulgentis, Turín, 20 de Septiembre de 1937.
Juventud Misionera
129
estudiar y promover actividades y servicios para propagar el ideal
misionero entre los jóvenes45.
Parece que el nacimiento de la revista misionera JM señaló la
rápida propagación de la asociación. De hecho desde el principio
todos los suscriptores se consideraban miembros de la asociación.
Incluso antes de la conclusión del primer año de la revista, los aso-
ciados ascendían a 6.00046. Antes de enero de 1924 el número de
asociados y suscriptores se disparó hasta los 10.00047. No sólo era
cuestión de números. Los efectos saludables de esta animación
auténticamente misionera de los jóvenes de las instituciones salesia-
nas trajo consigo un cambio notable al principio de todo en el espí-
ritu reinante de estas instituciones. Alteró el ambiente y lo cambió
espiritualmente y en lo que se refiere a la dimensión misionera. Don
Garneri48 fue testigo de esto en noviembre de 1924 cuando escribió:
La entusiástica simpatía por las misiones es hoy la nota alegre
dominante en todos los institutos salesianos de Italia y del extranje-
ro y nuestra juventud emula dignamente a los hermanos de 187549.
La asociación, dado el apoyo generoso de los salesianos y especial-
mente de los superiores, experimentó un gran y continuo crecimien-
to en los años iniciales. Hacia 1959 los miembros de AJM alcanza-
ron el punto álgido de 30.00050.
Atención a las necesidades psicológicas
de una asociación juvenil
La dirección central de Juventud Misionera tenía conciencia de
la naturaleza juvenil de la asociación. Teniendo en cuenta el deseo
____________________
45 ASC A 837, Circular de Don Ricaldone, Turín, 24 de octubre de 1924.
46 Leggete e fate leggere, en GM 1 (1923) 10, i.
47 Posta, en GM 2 (1924) 1, iii.
48 Domenico Garneri (1876-1962) era el Secretario de Don Bartolomé Fascie, el
Consejero General para las Escuelas de 1919 a 1937. Él fue el primer director de
JM. Entre 1927-1933, fue también el director del Bollettino Salesiano. En 1937
tenía el cargo de secretario de los Antiguos Alumnos y la dirección de Fraterne, el
órgano de Antiguos Alumnos. Cfr. VALENTINI E., A. RODINÒ, Dizionario biografico
dei salesiani, 136.
49 GARNERI D., Giubileo delle missioni salesiane, en GM 2 (1924) 11, 162.
50 Cento lettini per i bimbi naga, en GM 37 (1959) 23, 45.

2 Pages 11-20

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2.1 Page 11

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130
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
de los grupos juveniles y las características que los distinguían de
otros grupos y asociaciones, la dirección central adoptó para el
grupo la frase Adveniat regnum tuum del Padre Nuestro como lema
del grupo. En la línea del movimiento scout se inventó un saludo a
modo de lema entre los miembros. Éstos se saludarían simplemente
con la palabra “ART”, que eran las primeras letras de las tres pala-
bras que formaban su lema. La dirección propuso la jaculatoria
Adveniat regnum tuum, fiat unum ovile et unus Pastor como la pre-
ferida por los miembros. Se acuñó una medalla redonda para uso de
sus miembros, que representaba un barco en mar abierto con una
cruz en sus velas y a su alderredor la frase del Evangelio “Id por
todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura” (Mc. 16:15).
La medalla no se imponía a todos. La Administración Central tam-
bién imprimió una carnet especial para los asociados que tenía el
emblema de la asociación, las bendiciones de la Santa Sede, los
estatutos de la asociación y un tipo de registro personal donde el
miembro podía anotar diariamente todo lo hecho en favor de las
misiones51.
Temporal estancamiento y enérgico relanzamiento de AJM
Sin duda el inicio de la revista JM señaló un período de gran
popularidad para la asociación juvenil misionera y su estableci-
miento en las casas de los salesianos de toda Italia e incluso fuera.
No obstante, parece que después de la euforia inicial de los prime-
ros años, en la segunda mitad de los años 30 se dedicó mayor aten-
ción a la propia revista y a su circulación que a la madurez de la aso-
ciación como tal. Un informe anónimo de los Archivos Centrales
Salesianos habla de “la negligencia y completa destrucción” de la
asociación en este período. El nombre de Asociacion Juventud Mi-
sionera se mantuvo y cada suscriptor de la revista mensual Juventud
Misionera vino a ser considerado como miembro de la Asociación.
Parecía que la única actividad característica de los asociados era sus-
cribirse a la publicación. El informe desprende este tono severo:
____________________
51 L’A.G.M. nel suo cinquantesimo di vita, Turín, AGM, 1958, 17.
Juventud Misionera
131
En 1923 aparece la edición italiana de la revista Gioventù Mis-
sionaria. […] Para la Asociación se inicia desde este momento un efí-
mero período di notoriedad […] seguida bien pronto del olvido y del
anonadamiento completo.
Finalmente, la denominación cristalizó de esta forma: Associa-
zione Gioventù Missionaria, y los socios se unieron a los suspcri-
tores de Gioventù Missionaria.
En este momento termina la vida activa de la Asociación, caída en el
olvido absoluto (fue ignorada por los mismos Superiores Mayores).
Y ya sólo se habló de la revista Gioventù Missionaria. Eran los pri-
meros años de la década de 193052.
Esta falta de atención y cuidado de la Asociación fueron mos-
trando paulatinamente sus efectos adversos en la propia revista. JM,
que había alcanzado una difusión de casi 20.000 ejemplares en los
años iniciales, hacia 1940 se redujo a solamente 3.500. Era eviden-
te que tanto la revista mensual como la Asociación necesitaban ser
renovadas, revitalizadas y reorganizadas. En esta situación, Don Pe-
dro Berruti53 intentó renovar gradualmente el consejo editorial y
junto a Don Demetrio Zucchetti trabajó en revitalizar la asociación.
Estaba claro que el éxito editorial de la revista tenía que ir más allá
de la propia revista e influir en la asociación, que necesitaba volver
a resurgir54.
AJM: LA NUEVA CARA DE LA ASOCIACIÓN MISIONERA SALESIANA
En este nuevo comienzo de Juventud Misionera se prestó poca
atención a la redacción de los estatutos y reglamentos definitivos de
la organización. El relanzamiento de la organización estaba en el
centro de atención y se pensó que en el transcurso de la experiencia
un conjunto adecuado de estatutos y reglamentos iría tomando cuer-
____________________
52 ASC A 837, Associazione Gioventù Missionaria, 1.
53 Don Pedro Berruti (1885-1950) trabajó en las Misiones en Sudamérica siendo
un joven clérigo. Durante 1927-1932 fue el Superior Provincial de Chile. En 1932
fue elegido Prefecto General de la Congregación Salesiana y Vicario del Rector
Mayor. Conservó este cargo hasta su fallecimiento.
54 ASC A 837, Associazione Gioventù Missionaria, 2; SEI (Ed.), Associazione
Gioventù Missionaria, 18-19.

2.2 Page 12

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132
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
po por sí mismo. Se dejó mucho a la iniciativa de los grupos loca-
les55. La preocupación inmediata de los responsables para la renova-
ción era hacer revivir la asociación y darle una presencia nueva y
atractiva que invitase a los jóvenes a hacerse socios. En noviembre
de 1941 la dirección central publicó un folleto de cuatro páginas que
explicaba el campo, la actividad y la estructura básica de la renova-
da asociación juvenil misionera.
El relanzamiento de la Asociación Juventud Misionera, enton-
ces llamada simplemente AJM, buscaba más organizar una actividad
que organizar equipos de personas.
En esta reorganización, en lo que se estaba pensando no era en
el establecimiento de AJM en varias casas salesianas como una aso-
ciación independiente como tal, junto con otras asociaciones ya
existentes en este período en varias casas salesianas. AJM estaría
formada por secciones de grupos ya existentes, y al mismo tiempo
estaría por encima de los grupos particulares. Este modo de reorga-
nización trataba de evitar posibles antagonismos y oposiciones. Éste
era el plan aprobado por Don Berruti56.
AJM: la asociación juvenil salesiana
La renovada AJM fue lanzada en noviembre de 1941. El pro-
pio Rector Mayor iba a ser el Director de la Asociación y estaría
asistido por el Director de la Asociación, el editor de JM y los misio-
neros, que serían los propagandistas de la asociación57. Juventud
Misionera nació en el ambiente salesiano, dirigida principalmente a
los jóvenes de las casas salesianas. En su reorganización, era evi-
dente que esta asociación permanecería siendo parte de la herencia
salesiana, a pesar de extender sus fronteras para tender lazos con
instituciones no salesianas. Es impensable que se estuviera conside-
rando que fuera prioritario el terreno ganado y las ventajas prove-
nientes de la asociación, antes que la congregación salesiana.
____________________
55 ASC A 837, Associazione Gioventù Missionaria, 3.
56 ASC A 837, Associazione Gioventù Missionaria, 2.
57 ASC A 837, A.G.M. Associazione Gioventù Missionaria, folleto impreso de
AGM, Turín, 1 de noviembre de 1941, 1-2.
Juventud Misionera
133
Estaba claro también que la iniciativa para la revitalización de
la asociación, del consejo editorial de la revista JM y la dirección
central de la propia asociación, se convirtieron en un asunto de inte-
rés primordial para los Superiores salesianos de Turín. En realidad,
Don Ricaldone, en su papel de Vicario del Rector Mayor, escribió a
los directores de las casas salesianas solicitando su apoyo activo
para un nuevo establecimiento y reorganización de la asociación y
para la difusión de la revista58.
La coordinación real y la animación de AJM fue encomenda-
da a la iniciativa del consejo editorial de JM, especialmente al
director, quien se convirtió en el secretario de toda la asociación.
En la línea del objetivo de AJM, era cometido de la dirección cen-
tral fomentar iniciativas y promover actividades en las diferentes
casas que contribuirían a una eficaz formación católica y misione-
ra de los jóvenes. También ofrecerían, dentro de sus limitadas
posibilidades, oportunidades para el estudio, formación, cultura,
propaganda y otras actividades similares que promovieran el
campo de la asociación o sirvieran directa o indirectamente a las
misiones salesianas59.
Introducción de un nuevo impulso en los objetivos de AJM
El folleto anteriormente mencionado publicado por la direc-
ción presentaba un proyecto de AJM como una asociación que era
de naturaleza formativa con un triple objetivo: promoción y sosteni-
miento de las vocaciones salesianas, colaboración con las misiones
católicas de acuerdo con las directivas del Santo Padre y del Rector
Mayor y promoción de la cultura misionera. Sin duda, aunque había
entradas monetarias, no era una organización de recaudación de fon-
dos para las misiones60. La Juventud Misionera de Don Vosti tenía
como objetivo la promoción y sostenimiento de las vocaciones
misioneras. En el relanzamiento de esta asociación, no se perdía de
____________________
58 ASC A 837, Carta de Don Pedro Ricaldone a los Directores, Turín, 1 de no-
viembre de 1941.
59 ASC A 837, Associazione Gioventù Missionaria, 3.
60 ASC A 837, A.G.M. Associazione Gioventù Missionaria, 1.

2.3 Page 13

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134
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
vista su objetivo, pues se ponía un nuevo énfasis en la formación
misionera y la propagación de la cultura misionera. Este aspecto
formativo y cultural distinguiría a AJM de otras asociaciones simi-
lares que tenían el estudio de las misiones o la recaudación de fon-
dos para las mismas como su objetivo principal. Esta aclaración era
la defensa contra la acusación no demasiado infrecuente de duplica-
ción innecesaria de asociaciones61.
JM se proyectó como uno de los principales órganos para la
formación misionera y la propagación de una cultura misionera, par-
ticularmente entre los jóvenes. Por lo tanto, uno de los objetivos no
declarados de la asociación era también una mayor difusión de la
publicación. A cada miembro, además de ser un suscriptor de la re-
vista, se le animaba a convertirse en un propagandista de ella62.
Obligaciones y ventajas de los asociados
Según este folleto, en vista del nuevo énfasis del objetivo de la
organización, las obligaciones de los miembros consistían en rezar
por las vocaciones misioneras y por las misiones, haciendo una
donación anual de una lira como cuota de inscripción, y registrarse
en por lo menos una de las tres Sociedades Misioneras Pontificias.
Los miembros tenían derecho a las siguientes ventajas: ser colabo-
radores más activamente en el trabajo de evangelización de los terri-
torios de misión, beneficiándose de los favores espirituales otorga-
dos a la asociación, recibiendo anualmente un librito de animación
misionera de la dirección central y una reducción de 0,50 liras en la
cuota de suscripción de la revista63.
Pertenencia a la asociación
AGM propone una asociación misionera de jóvenes para los
jóvenes y por ello fue dirigida principalmente a los jóvenes. No obs-
tante, no se excluía a los adultos. Se podía ser miembro de la aso-
ciación bien a título individual, sin pertenecer a ningún grupo de los
____________________
61 ASC A 837, Associazione Gioventù Missionaria, 2-3.
62 ASC A 837, A.G.M. Associazione Gioventù Missionaria, 4.
63 ASC A 837, A.G.M. Associazione Gioventù Missionaria, 2.
Juventud Misionera
135
institutos salesianos o precisamente perteneciendo a uno de los gru-
pos de las diferentes instituciones64. Indudablemente, AGM no esta-
ba destinada a ser un grupo de élite en los centros salesianos. Para
cumplir su objetivo de formación misionera de la juventud, tenía
que ser lo más expansiva posible y, por lo tanto, incluir a todos en
su seno.
Tal y como Vosti había estipulado al fundar la asociación que
los beneficios del movimiento en forma de nuevas vocaciones y fon-
dos se dirigirían principalmente a la congregación Salesiana, así
también en el momento de su relanzamiento los responsables se-
guían su misma orientación. No obstante, no se limitaría solamente
a las misiones salesianas, sino que tomaría un carácter auténtica-
mente católico65. Había un proyecto explícito para extender la orga-
nización a instituciones y convertirse en una genuina asociación
misionera juvenil66.
La célula vital de la asociación
El grupo local estaba destinado a ser la célula vital del movi-
miento, el ambiente para la animación, formación y realización del
objetivo de la asociación. La constitución del grupo local iba a ser
muy sencilla. Estaría formado por personas que oficialmente se
registraban en la asociación. Cada uno de estos grupos estaba enca-
bezado por un responsable que hacía de intermediario entre la direc-
ción central y el grupo. No se puso ningún límite al número de
miembros de un grupo particular. Era un grupo abierto. En el con-
texto salesiano, incluso los que no formaban parte de otras asocia-
ciones entonces existentes en esas instituciones, podían formar parte
de AJM. No había ninguna imposición proveniente de la dirección
central en lo que se refiere a la vida interna y actividad del grupo lo-
cal. Esos asuntos se dejaban a la iniciativa y creatividad del grupo
local, especialmente a sus líderes. Sin embargo, la dirección central
____________________
64 ASC A 837, A.G.M. Associazione Gioventù Missionaria, 2.
65 ASC A 837, Associazione Gioventù Missionaria, 3.
66 ASC A 837, Cinquantesimo dell’Associazione Gioventù Missionaria, trans-
cripción de D. Zucchetti, [1958], 3.

2.4 Page 14

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136
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
podía ofrecer orientaciones y sugerencias y pedía informes para
reportajes y publicaciones en JM67.
La dirección central ofrecía la siguiente estructura para la ges-
tión eficaz del grupo: el responsable coordinaba el grupo local. Co-
mo AJM formaba parte de las instituciones salesianas, se proponía
que el Director del centro fuera también el Director del grupo, un
cargo honorario, mientras que el responsable era el catequista. Los
presidentes de las otras asociaciones presentes en el centro serían
considerados como asistentes del líder. Cada grupo tendría un secre-
tario, nombrado por el responsable previa consulta con el Director.
El modo de reclutamiento de los miembros era decidido por el líder
del grupo. Para una coordinación central y reconocimiento del
grupo, se solicitaba al grupo local que enviara la lista de los asocia-
dos a la dirección central del AJM68.
AJM: APOSTOLADO DE LA INOCENCIA
EN EL RELANZAMIENTO DE AJM
Parece que en el proceso de renovación de AJM se pensó se-
riamente en una mayor unificación del Apostolado de la Inocencia
y AJM. Hasta ahora las dos asociaciones habían coexistido y fun-
cionaban a la par. Apostolado de la Inocencia floreció en las casas
de las HMA y Juventud Misionera en las de los salesianos. Ex-
ceptuando la vinculación por la publicación común de JM, podía
parecer que no había mucha coordinación entre la vida y actividad
de ambas asociaciones69.
Diferencias existentes entre Apostolado de la Inocencia
y Juventud misionera
Por la documentación conservada en los Archivos Centrales
Salesianos, parece que estaba ampliamente reconocido que ambas
asociaciones eran de carácter misionero, tenían prácticamente el
mismo objetivo, posiblemente con diferente énfasis y las mismas
____________________
67 ASC, A 837, A.G.M. Associazione Gioventù Missionaria, 2-3.
68 ASC A 837, A.G.M. Associazione Gioventù Missionaria, 3-4.
69 ASC A 837, Differenze tra AGM e AI, transcripción anónima, [s.d.], 1.
Juventud Misionera
137
actividades. Sin embargo, especialmente en el momento de relanzar
AJM, las diferencias entre las dos asociaciones fueron de relieve.
Mientras que Juventud Misionera como asociación, después de
la expansión inicial, fue reducida casi a la desaparición, Apostolado
de la Inocencia asumió una fisonomía y personalidad propia y con-
tinuó su expansión en las casas de las HMA desde su creación en
1908. Los informes regulares que se solicitaban a los grupos locales
para ser enviados a la casa madre ayudaron a mantener el movi-
miento vivo y activo. Esta asociación misionera se introdujo en el
mecanismo oficial del Instituto. Sus Capítulos Generales y sus
Superioras Generales mostraron gran interés en este movimiento. El
informe anual de los grupos mantuvo el centro bien informado acer-
ca de las varias actividades en los diferentes centros y las Superio-
ras Generales hicieron un seguimiento de esta asociación por medio
de circulares mensuales. Las hermanas guardaban celosamente su
asociación y su independencia de Juventud Misionera. Fue una or-
ganización gobernada por el más alto nivel del Instituto70.
Además de la diferencia en el proceso de desarrollo de las dos
asociaciones, estaban también aquellos que en ese momento de la
vida de las dos asociaciones tenían un gran afán por la unificación
de éstas, por la mutua ventaja para ambos grupos. Mientras que a
Juventud Misionera le habían sido otorgados favores espirituales
especiales e indulgencias, Apostolado de la Inocencia continuó sin
tenerlos. En el programa renovado de AJM, la formación misionera
y la promoción de la cultura misionera ocupaban el lugar principal,
mientras que este aspecto estaba ausente en Apostolado de la
Inocencia. Fue relativamente más fácil para los salesianos introdu-
cir AJM en ambientes no salesianos y, por lo tanto, hacer un movi-
miento que tuviera una llamada universal. Apostolado de la
Inocencia permaneció en su mayor parte como una asociación vin-
culada sólo con las casas de las HMA71.
____________________
70 ASC A 837, Differenze tra AGM e AI, 1-4.
71 ASC A 837, Differenze tra AGM e AI, 1-4.

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
Modo de fusión de Apostolado de la Inocencia y AJM
Por las circunstancias, se sintió que la fusión total de las dos
organizaciones en un único movimiento no era conveniente ni nece-
saria. En la reorganización de AJM, se tenía la sensación de que AI
podía continuar sus actividades como antes, preservar su propia
organización y modo de operación, especialmente su dependencia
de la Dirección General de las HMA, y que la dirección central con-
tinuara canalizando todas las donaciones de sus miembros. No obs-
tante, era de desear una especie de adhesión a AJM de modo que
este ala femenina también pudiera aprovecharse de los beneficios
espirituales y, lo que es más importante, cultivar la dimensión de
formación y promoción de la cultura misionera. No convenía un
cambio de nombre o estructura, sino darse de alta simplemente en
AJM, enviando a la dirección central de ésta los nombres de los
miembros de AI, para ser registrados también en AJM. Como hacían
los miembros de AJM, los de AI enviarían anualmente a la dirección
central de AJM una aportación de una lira por miembro, y a cambio
recibirían de la dirección central algunos materiales para la anima-
ción misionera72.
AJM reconoció a AI como la mejor actualización de su pro-
grama en el ambiente femenino y, por lo tanto, quiso respetarlo y
hacer todo lo posible para su promoción. Lo que se propuso en el
proceso de esta renovación de AJM fue integrar AI con AJM en su
programa de formación misionera y promoción de la cultura misio-
nera. AJM, sin embargo, no interferiría en la organización interna y
la actividad de los grupos. AI continuaría dependiendo de su direc-
ción central en la casa madre de las HMA. Sin embargo, también
enviaría sus informes anuales a la dirección de AJM73.
AJM: efectos de su relanzamiento
Todos estos esfuerzos en relanzar AJM produjeron abundantes
frutos. En un corto período de tiempo, la revista alcanzó la cifra de
28.000 suscriptores. La idea de AJM se difundió en las casas sale-
____________________
72 ASC A 837, Differenze tra AGM e AI, 1-3.
73 ASC A 837, Differenze tra AGM e AI, 4.
Juventud Misionera
139
sianas creando una conciencia renovada de las misiones. Se distri-
buyeron a los asociados alrededor de 12.000 copias de Catecismos
Misioneros74, se celebraron varias conferencias de cultura y propa-
ganda, se estrenaron y distribuyeron las primeras películas durante
este período y se imprimieron varias postales de las misiones. Esta
actividad tuvo que suspenderse en tiempos de la Segunda Guerra
Mundial y el Cuerpo Central de AJM se limitó sólo a editar la revis-
ta. No obstante, con el fin de la guerra, AJM pronto retomó sus acti-
vidades anteriores. Se aceptaba en amplios sectores que AJM tenía
que desempeñar un papel en la promoción de muchas vocaciones
misioneras, y la congregación mimó con entusiasmo este movi-
miento para que diese más frutos para las misiones75.
En 1947 AJM contaba con unos 20.000 asociados repartidos en
unos 300 grupos. Y la tirada total de la revista era de 17.000 ejem-
plares76. En un informe preparado por Zucchetti con ocasión del 50
aniversario de AJM (1958), afirmó que, en esos momentos, había
cerca de 2.000 grupos de la asociación extendidos en varias otras
asociaciones de casas salesianas en todo el mundo, y de ellos unos
600 eran de casas salesianas de Italia. Y un número similar de gru-
pos de AJM se encontraban en las casas de las HMA también en
Italia77.
En el mismo informe, Zucchetti hablaba del incalculable bien
que AJM había aportado en lo espiritual y lo material a los misione-
ros en todo el mundo y particularmente en el campo de las vocacio-
____________________
74 Éstos consistían en dos libritos publicados por la SEI en 1943 y trataba de los
problemas de las misiones, en un formato de preguntas y respuestas. Cada uno de
los libros tenía cinco capítulos. Los cinco capítulos del primer libro versaban sobre
el problema de la salvación eterna, el mandato divino de Cristo, las Misiones
Católicas, la fundación y consolidación de la Iglesia y los Obreros Evangélicos. El
segundo librito, sin embargo, hablaba sobre la obra misionera, los resultados de las
misiones en la actualidad, la certeza del futuro, la colaboración misionera y la coo-
peración particular misionera.
75 ASC A 837, Associazione Gioventù Missionaria, 4.
76 ASC A 837, Informe de Don Zucchetti, Turín, 2 de agosto de 1947.
77 ASC A 837, Cinquantesimo dell’Associazione Gioventù Missionaria, 3;
L’A.G.M. nel suo cinquantesimo di vita, 10.

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
nes misioneras. Según él, muchos jóvenes encontraron en la Aso-
ciación un adecuado vivero para su vocación78. Este aspecto se com-
probó con el hecho de que en un espacio de 10 años Don Rinaldi
abrió unos 10 aspirantados para el cultivo de las vocaciones misio-
neras. Y el número total de aspirantes a misioneros en estos centros
había ascendido a 1.00079.
Celebración de las bodas de oro de AJM
Uno de los hitos importantes en la vida de AJM fue sin duda la
celebración de sus bodas de oro en 195880. La celebración consistió
en un programa de 10 días de oración, estudio y comunión, del 1 al
12 de julio de 1958 en S. Fosca di Selva di Cadore. Fue una gran
reunión de los miembros jóvenes de AJM de toda Italia. La presen-
cia de Mons. Miguel Arduino, antiguo obispo de Shiu Chow, expul-
sado de China, añadió un tono especial a la celebración, además de
la presencia de jóvenes clérigos de China, Japón e India que estaban
cursando sus estudios eclesiásticos en Italia81.
Cada día de la celebración había un tema especial e intención
de oración y esos temas conformaban el tema de estudio y discusión
durante el día. Algunos de esos temas que recibieron especial aten-
ción fueron el Santo Padre, el gran Misionero; las misiones católi-
cas; las vocaciones misioneras; la colaboración misionera; la Iglesia
silenciosa; y las misiones salesianas82.
El Santo Padre envió un mensaje a los jóvenes reunidos en
S. Fosca con fecha de 7 de mayo de 1958. Después de expresar su
____________________
78 ASC A 837, Cinquantesimo dell’Associazione Gioventù Missionaria, 2.
79 ASC A 837, Pro-memoria per l’Associazione Gioventù Missionaria, trans-
cripción anónima, [s.d.]. Este informe fue preparado con ocasión del 50 aniversa-
rio de la ordenación como sacerdote de Don Felipe Rinaldi.
80 Es interesante apreciar cómo 1958 fue el 50 aniversario del nacimiento del
Apostolato dell’Innocenza y no de la Associazione Gioventù Missionaria; la aso-
ciación fue creada por don Vosti en el Oratorio de Valdocco. Esto demuestra cómo
AGM había aceptado a AI como parte suya, y determinaba sus orígenes no sólo en
la asociación de Vosti, sino también en los comienzos del movimiento misionero en
los institutos de las HMA.
81 ASC A 837, Cinquantesimo dell’Associazione Gioventù Missionaria, 1-2.
82 ASC A 837, Cinquantesimo dell’Associazione Gioventù Missionaria, 3.
Juventud Misionera
141
gran alegría por la celebración de las bodas de oro de la asociación,
la carta invitaba a los participantes a un mayor compromiso con el
ideal misionero:
Esta fausta celebración cincuentenaria no quiere ser, para estos dilec-
tos hijos e hijas, una estéril conmemoración; sino que, si bien es
mucho lo que se ha hecho, ellos quieren dirigir sus deseos y su volun-
tad a lo mucho que queda por hacer para promover, entre ellos mis-
mos y entre los demás, la cultura misionera, para comunicar a sus
coetáneos su ideal, para suscitar y ayudar a las vocaciones, para ser
de todas las maneras una buena retaguardia auxiliadora de cuantos
combaten en las primeras filas del pacífico batallón cristiano83.
En respuesta a este mensaje del Santo Padre, al final de los diez
días de estudio y oración, los jóvenes reunidos llegaron a una uná-
nime resolución para comprometerse completamente a dar vida a
AJM y hacerla operativa en cada colegio, en cada oratorio y en cada
parroquia, convencidos de que AJM contribuía a la actualización del
catolicismo en las misiones84.
Estructuración más profunda de AJM
En 1942 se publicó un pequeño libro con el título de Asociación
Juventud Misionera, en el que se explicaba la historia, el ámbito y la
actividad de la asociación. Proporcionaba normas generales para la
marcha ordinaria del grupo, pero se abstenía de establecer un con-
junto de reglas fijas y reglamentos. Había pocos aspectos que fueran
nuevos en lo que se refiere a la estructura de la asociación.
TITULARES DE LAS OFICINAS DE LAS UNIDADES LOCALES
Esta celebración de las bodas de oro fue la ocasión de la publi-
cación de un librito, La A.J.M. en su quincuagésimo año de vida.
Este folleto ofrecía algo nuevo acerca de la reestructuración de las
unidades locales. Sugería la introducción de más cargos en el con-
sejo y gestión de los grupos locales. El director seguía siendo el
único responsable en último término del grupo y sus actividades.
____________________
83 ASC A 837, Carta de Mons. Angelo Dell’Acqua, sustituto del Secretario de
Estatado del Vaticano, El Vaticano, 7 de mayo de 1958.
84 ASC A 837, Cinquantesimo dell’Associazione Gioventù Missionaria, 2.

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142
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
Mientras la estructura propuesta en 1941 sugería que el catequista
del centro debería ser el responsable del grupo, el nuevo texto indi-
caba que sería el asistente. No había ninguna indicación de quién
debía ser el responsable del grupo. Cada grupo, además de tener un
secretario tenía que tener un filatélico. Los presidentes y vicepresi-
dentes de las otras instituciones tenían su lugar entre los cargos de
la sede de AJM como estaba en la reorganización de la asociación
de 194185.
DEBERES DE LOS TITULARES DE LA SEDE DE LOS GRUPOS LOCALES
El responsable del grupo fijaba las fechas de las reuniones
semanales o mensuales. Se le pedía que preparase lo que era nece-
sario comunicar al grupo sobre las diferentes actividades propuestas
por la Dirección Central, etc. Era el responsable de hacer que el
grupo preparase con antelación los temas misioneros. Se encargaba
de mantener la correspondencia con los misioneros. Invitaba a los
misioneros a dirigirse al grupo durante las reuniones. Junto con el
Asistente, el líder del grupo preparaba la agenda de las reuniones.
Era el responsable de enviar informes periódicos a la Adminis-
tración Central de la Asociación86.
El deber del asistente era exponer un pensamiento misionero al
principio de las reuniones del grupo. Mantenía viva la actividad
espiritual de la asociación. Ayudaba a los que impartían conferen-
cias, hacía un seguimiento constante del avance de la vida y activi-
dad del grupo y desempeñaba el cargo de consejero general para el
buen funcionamiento del grupo87.
Las funciones del Secretario incluían el redactar las actas de las
reuniones del grupo, la preparación del tablón de anuncios, el man-
tenimiento de un registro de actividades del grupo, especialmente el
informe del día de la semana del misionero, y la supervisión de la
pequeña biblioteca del grupo88.
____________________
85 L’A.G.M. nel suo cinquantesimo di vita, 14-15.
86 L’A.G.M. nel suo cinquantesimo di vita, 15.
87 L’A.G.M. nel suo cinquantesimo di vita, 15.
88 L’A.G.M. nel suo cinquantesimo di vita, 16.
Juventud Misionera
143
El filatélico se preocupaba de la colección de sellos postales
usados. Los enviaba al Centro de filatelia en Turín, supervisaba la
recogida y la venta de papeletas, la colección de postales, etc.89
OBLIGACIONES DE LOS MIEMBROS DE AJM
Se esperaba de todos los miembros que participasen en las reu-
niones semanales o mensuales, tomaran parte activa en los distintos
programas organizados por el grupo y colaborasen en la preparación
de los diversos días misioneros en el internado, oratorio o parroquia.
Como signo de su lealtad a la asociación, harían todo lo posible para
propagar JM. A los miembros también se les pedía que colaborasen
en la preparación y gestión de las exposiciones, loterías y otras acti-
vidades parecidas con el fin de recaudar fondos para las misiones.
También tenían derecho a sugerir otras iniciativas para hacer cono-
cer y ayudar a las misiones90.
REUNIONES DEL GRUPO LOCAL
Los grupos locales solían mantener reuniones regularmente. El
principal motivo de estas reuniones era orar por las misiones. Además
también era un momento para informar y planificar las diferentes
actividades del grupo. Dichas reuniones ofrecían también la ocasión
de que los miembros escuchasen una conferencia sobre algún tema
misionero y a esas conferencias les seguía una tertulia en el grupo.
Los grupos aprovechaban cuando los misioneros volvían a Italia en
su período de descanso y de vacaciones para que éstos les impartie-
ran conferencias y coloquios. Estas conferencias por parte de los
misioneros añadían un aire fresco a los grupos. Las reuniones se con-
sideraban indispensables para la vida y la actividad del grupo91.
La revista Juventud Misionera
El mismo título de la revista apunta a su estricta relación con
la asociación misionera juvenil Juventud Misionera. Tal y como se
____________________
89 L’A.G.M. nel suo cinquantesimo di vita, 16.
90 L’A.G.M. nel suo cinquantesimo di vita, 16.
91 L’A.G.M. nel suo cinquantesimo di vita, 17.

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144
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
ha dicho antes, sería difícil separar una de la otra. Podría afirmarse
que el progreso y de igual modo el estancamiento de la una tenían
repercusiones directas en el progreso y el estancamiento de la otra.
La revista podía verse entonces no sólo como un órgano de anima-
ción e información de la asociación sino como una expresión real
de la misma. Esto hace referencia particularmente a la circulación
de la revista. Cuando la circulación se expandía, la asociación
aumentaba también; cuando la circulación se reducía también se
estancaba la asociación. Fue la revista la que mantuvo viva y
vibrante a la asociación que explicaba, el progreso de la revista y lo-
gró nuevas conquistas especialmente a través de los nuevos sus-
criptores, que solían convertirse automáticamente en miembros de
la asociación.
La asociación juvenil misionera Juventud Misionera ha sido el
tema de estudio en la sección anterior. La sección presente exami-
nará la fundación, las características, la evolución, los directores y
colaboradores de la revista JM. El objetivo de esta parte del estudio
esdar a conocer la imagen de la revista misma y entender la razón
que motivó el inicio, la continuación, el progreso y finalmente la
clausura de esta empresa comprometida de la congregación salesia-
na en favor de los jóvenes.
Precursores de JM
En el período de renovación de entusiasmo y compromiso mi-
sionero en Europa, particularmente en la segunda mitad del siglo XIX
y a principios del XX, cuando la literatura misionera, especialmen-
te en lo que se refiere a las revistas, era bastante abundante, la única
revista que los salesianos tenían como difusión era el Boletín Sale-
siano, una publicación mensual que había sido iniciada por el pro-
pio Don Bosco. La cobertura que la publicación daba a las diferen-
tes misiones salesianas era una prueba consistente del gran interés
de sus editores por las misiones y su anhelo de mantener informa-
dos a los lectores sobre los diferentes acontecimientos que se daban
en ellas. También era evidente el deseo de los salesianos no sólo de
informar a los lectores sobre sus actividades misioneras sino de
implicarles también en esa gran actividad espiritual y materialmen-
Juventud Misionera
145
te. No obstante, el Boletín Salesiano era el órgano oficial de la
Asociación de Cooperadores Salesianos y no el de las misiones sale-
sianas como tal. Su principal objetivo era la animación de esta aso-
ciación masculina y femenina y mantener viva su lealtad a la
Congregación. Informaba de acontecimientos que tenían de algún
modo importancia en la vida y actividad de la Congregación Sale-
siana y en consecuencia también en la Asociación de los Coope-
radores. Publicaba relatos misioneros porque las misiones era una
de las grandes empresas de la Congregación y porque esos informes
sobre tierras distantes y sus poblaciones cautivaban la atención de
los lectores y servían para provocar mayor generosidad en la forma
de apoyar a la Congregación.
Como órgano de la Asociación de los Cooperadores Salesia-
nos, el Boletín Salesiano se dirigía específicamente a los miembros
de esta asociación, muchos de los cuales eran adultos. Había poco
material que fuera dirigido a los jóvenes. Publicado para los coope-
radores, la publicación entraba en sus familias y es posible que la
leyeran con enorme interés todos los miembros de la familia que
pudieran leer. También podríamos pensar que incluso los niños de la
familia leían, o les leían los interesantes y cautivadores informes
sobre la actividad misionera salesiana. Aun así, no era una publica-
ción que abarcase directa y específicamente las necesidades de los
jóvenes. Por lo tanto, del mismo modo que se notaba la ausencia de
una asociación misionera juvenil en las instituciones salesianas de
Italia, también la falta de una revista misionera para los jóvenes que
cubriese las necesidades de los chicos que iban a la escuela en Italia
provocaba entre los salesianos la sensación de que tenían que hacer
algo92.
Un tiempo después del comienzo de la Asociación Juventud
Misionera y su inicial extensión a otras instituciones, Vosti tomó la
iniciativa de añadir un suplemento de cuatro páginas al Boletín
Salesiano, titulado «Para la Juventud». Como el propio título sugie-
re, estaba dirigido a los jóvenes. El objetivo de este suplemento ini-
cial fue precisamente provocar el interés de los jóvenes por las
____________________
92 ASC A 837, Pro memoria su Gioventù missionaria, 1.

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
misiones salesianas en todo el mundo. Vosti, en su cargo de director
del Boletín Salesiano, tenía la intención de responder a la necesidad
de los jóvenes de información sobre los acontecimientos en las
misiones. A la par que de información, este pequeño instrumento
despertaba en los jóvenes lectores el espíritu misionero y encendía
en ellos un gran entusiasmo por las misiones. Y así se convirtió pau-
latinamente en el órgano de la asociación iniciada por Samuel
Vosti93.
Aprobación de la bases de JM por el Capítulo Superior
de los salesianos
El asunto de la revista misionera para los jóvenes fue tratado
por primera vez en el Consejo Superior de la Congregación Salesia-
na en su sesión del 3 de agosto de 1922. Tuvo lugar con ocasión de
la impresión de una hoja de propaganda titulada «Juventud
Misionera» por Vosti. La primera reacción del Consejo sobre la via-
bilidad de una nueva revista misionera fue negativa. La opinión de
los miembros del Consejo era que el Boletín Salesiano, pese a que
oficialmente era el órgano de los Cooperadores Salesianos, había
sido siempre un órgano de difusión e información de las misiones
salesianas. Por lo tanto, no había necesidad de más revistas con el
único propósito de difundir información sobre éstas. Sería una
innecesaria duplicación de medios. Lo que el Consejo deseaba en
esta sesión era que el «Boletín Salesiano» continuara su carácter
misionero e iniciara una sección dedicada a los informes que venían
de varios grupos de Juventud Misionera. Con el objetivo de fomen-
tar más la nueva asociación, se sugirió que los editores del Boletín
publicaran un número, lo antes posible, dedicado totalmentea las
misiones94.
Esta decisión, sin embargo, no silenció la voz de aquellos que
insistían en la necesidad de encontrar una publicación misionera
específicamente para los jóvenes. No es que no hubiera otras publi-
____________________
93 ASC A 837, Pro memoria su Gioventù missionaria, 1.
94 ASC D 872, Verbali delle Riunioni Capitolari, vol. 4, 30 de julio de 1919 - 23
de diciembre de 1926, 132-133.
Juventud Misionera
147
caciones misioneras para los éstos ya en circulación en aquella
época. De hecho, existían bastantes95. No obstante, se tenía la sensa-
ción de que casi todas estas revistas misioneras, pese a que estaban
destinadas a los jóvenes, tenían un carácter serio y estaban destina-
das más a los estudiantes de universidad. Había poco o nada que
cubriese las necesidades de los jóvenes de las escuelas secundarias,
las escuelas primarias, las escuelas profesionales y los oratorios. Se
sintió la necesidad de crear una revista instructiva, bien documenta-
da, que fuese una revista misionera sencilla y apropiada a los jóve-
nes de estos grupos96.
Después de la primera discusión de este tema en el Consejo
Superior y la subsiguiente decisión de reservar una sección en el
Boletín Salesiano para Juventud Misionera, Vosti solicitó por escri-
to al Consejo Superior la fundación de una publicación que sirviera
de órgano oficial de la asociación Juventud Misionera. En su solici-
tud expresó que se reclamaba insistentemente una revista como
órgano de propaganda de la asociación y como medio de comunica-
ción entre los diferentes grupos. En lo referente a sus contenidos, la
revista informaría de los episodios más interesantes, edificantes y
significativos de las misiones salesianas y de las de otras congrega-
ciones e institutos. Vosti estaba seguro de que una revista de esta
clase haría muchísimo bien entre sus jóvenes lectores. Serviría
como un medio eficaz para promover vocaciones, provocando sim-
patía y entusiasmo por las misiones, e iniciaría un gran movimien-
to misionero entre los jóvenes97.
Para reforzar su argumento de la urgencia de una revista así,
escribió:
Las otras Órdenes y Congregaciones que tienen Misiones tienen casi
todas su revista para la juventud. Lo tienen las de Milán, las de
Parma, los jesuitas, los franciscanos, los dominicos, etc. Nosotros en
esto nos hemos quedado detrás. Sólo con el Boletín Salesiano no
____________________
95 Se ha hecho mención en el Capítulo 1.
96 GARNERI D., Le Associazioni Studentesche in favore delle missioni, in GM 10
(1932), 6, 102.
97 ASC A 837, Pro memoria su Gioventù missionaria, 1.

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
podemos satisfacer las necesidades. Así, muchos de nuestros jóvenes
se ven obligados a suscribirse a revistas misioneras de otros Institutos
no salesianos. En algunos de nuestros colegios hay 20, 30, 50 sus-
cripciones a Italia Missionaria o a otras revistas similares98.
Vosti era de la opinión de que la publicación podía comenzar
inmediatamente con una tirada inicial de 10.000 ejemplares, pues
ese era prácticamente el número de suscripciones de Para la Juven-
tud. Por la carta de Vosti, parecería que estaba listo ya algo similar
a un consejo editorial para la revista. Don Garneri aceptaría de
buena gana ser el director de la revista y trabajar junto con otros que
manifestasen algún talento en el campo editorial. Los clérigos que
cursaban sus estudios en Turín se alegraron mucho de poder ayudar
en la publicación de la revista. Vosti era de la opinión de que las
cuestiones financieras no impedirían la publicación, ya que espera-
ba que las cuotas de las suscripciones cubrirían los gastos99.
El asunto de la revista misionera se retomó de nuevo en la
sesión del 14 de de diciembre de 1922. Don Ricaldone señaló que,
debido al feliz resurgimiento del entusiasmo misionero entre los
jóvenes en varias casas salesianas, muchos salesianos habían pedido
el lanzamiento de una nueva revista misionera salesiana para los
jóvenes. El consejo volvió a afirmar la naturaleza misionera del
Boletín Salesiano. Se temía que el comienzo de una nueva revista
misionera pudiera tener efectos adversos en la difusión delBoletín.
No obstante, en vista de las cercanas bodas de oro de la primera
expedición misionera salesiana, el Consejo dio su consentimiento
para que se iniciase una nueva revista salesiana para los jóvenes,
pero como medida provisional. El Consejo solicitó al mismo Don
____________________
98 ASC A 837, Pro memoria su Gioventù Missionaria, 1. Hace referencia en con-
creto a Italia Missionaria del Pontificio Istituto Missioni Estere di Milano, funda-
do en 1919; a Fede e Civiltà del Istituto Saveriano delle Missioni Estere di Parma,
inciado en 1903; a Le Missioni della Compagnia di Gesù de los jesuitas que
comenzó en 1915, cuya versión original era Missione di Mangalore, que se fundó
en 1903, a Missioni Francescane de los OFM publicada en Venecia, que comenzó
en 1920; y a Bollettino di San Domenico publicado por los dominicos de Bolonia,
que comenzó en 1921.
99 ASC A 837, Pro memoria su Gioventù missionaria, 1-2.
Juventud Misionera
149
Ricaldone que redactara un programa de la revista que se discutiría
en una sesión futura100.
En otra propuesta presentada al Consejo Superior en favor de
la revista misionera para los jóvenes, Vosti propuso que ésta se diri-
giera especialmente a los jóvenes, con características que les gusta-
ran a ellos. Defendió que empezase lo antes posible, al menos como
medida provisional, preparando la celebración del jubileo de las
misiones salesianas. Sugirió que la revista se titulara Juventud
Misionera con el subtítulo «A favor de las misiones salesianas», una
publicación mensual ilustrada de 16 páginas, con dos columnas por
página, con el formato 21 x 14 cm, tal como era Para la juventud,
con cubierta a todo color101.
Lo que propuso como programa de la revista era dar a conocer
las misiones salesianas en el mundo, presentar los proyectos con
características interesantísimas de otras congregaciones, propagar la
Asociación Juventud Misionera, como el medio práctico y eficaz de
promocionar, sostener y madurar las vocaciones misioneras. Con el
fin de promocionar suscripciones masivas para la revista, creó un
sistema de precios graduales: 3 liras para un ejemplar, 3,25 liras para
10 ejemplares y 200 liras para 100 ejemplares. También sugirió la
creación de becas para los aspirantes a misioneros que podrían ser
patrocinadas por los suscriptores. Estaba seguro de que los clérigos
que estudiaban en el centro de formación prestarían encantados su
ayuda en los diferentes trabajos editoriales. Insistió en que la crea-
ción de la revista fuera cuanto antes y propuso el 24 de enero de
1923 como la posible fecha para el primer número102.
El Consejo Superior retomó otra vez el asunto de la revista
juvenil misionera el 10 de enero de 1923. Don Ricaldone expresó su
alegría por el renacimiento de la sensibilidad misionera entre los
jóvenes en las casas salesianas. Resaltó el hecho de que bastantes de
____________________
100 ASC D 872, Verbali delle Riunioni Capitolari, vol 4, 167.
101 ASC A 837, Pro memoria pel periodico missionario salesiano, transcripción
de S. Vosti, Turín, 20 de diciembre de 1922, 1.
102 ASC A 837, Pro memoria pel periodico missionario salesiano, 1.

3 Pages 21-30

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3.1 Page 21

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150
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
estos estudiantes se habían suscrito a revistas misioneras de otros
institutos misioneros, como se mencionó en la carta de Don Vosti al
Consejo Superior. Era de la opinión de que el deseo de editar una
revista misionera salesiana era evidente en un buen grupo de sale-
sianos. Consideraba oportuno empezar una revista misionera con
vistas a las bodas de oro de las misiones salesianas, como una
empresa providencial de la congregación. Propuso la adaptación de
la sugerencia de Vosti por el alcance de la revista, esto es, que fuera
un órgano para dar a conocer las misiones salesianas en todo el
mundo, ya que, a través de su conocimiento, ayudaría a promocio-
nar, sostener y madurar las vocaciones misioneras, y por medio de
la propaganda de las misiones, lograría recaudar fondos para las
misiones salesianas. En la línea de la propuesta hecha por Don Vosti,
Don Ricaldone sugirió, al igual que la decisión del Consejo, que la
revista fuera una publicación mensual ilustrada de 16 páginas, titu-
lada Juventud Misionera. También sugirió que Don Domingo
Garneri fuera su director. Sería una tarea inmediata de Garneri lan-
zar la idea, hacer propaganda de la revista y publicar el primer
número lo antes posible. El Consejo Superior aprobó las diferentes
sugerencias de Don Ricaldone y encomendó a Don Garneri la nueva
revista misionera salesiana103.
Poco después de esta reunión del Consejo Superior, Don Bar-
tolomé Fascie104, entonces Consejero General para los estudios,
envió una carta a los directores de las casas salesianas pidiendo aten-
der a la edición de la nueva revista Juventud Misionera. En nombre
del Rector Mayor y de los otros superiores, Don Fascie solicitaba
una activa y diligente propaganda de la revista entre los estudiantes,
amigos y conocidos105.
____________________
103 ASC D 872, Verbali delle Riunioni Capitolari, vol. 4, 172-173.
104 Bartolomé Fascie (1861-1937) fue Superior Provincial de Sicilia de 1907 a
1913 y Liguria, Toscana y Emilia de 1913 a 1920. En 1919 Don Albera le nombró
Consejero General para los estudios y publicaciones salesianas. Fue confirmado
para esta responsabilidad en el siguiente capítulo general. Cfr. VALENTINI E., RO-
DINÒ A., Dizionario biografico dei salesiani, 121-122.
105 ASC A 837, Carta de Don B. Fascie a los directores, Turín, 24 de enero de
1923.
Juventud Misionera
151
Publicación de JM
La decisión oficial del Consejo Superior puso en marcha el
proceso de publicación de la revista. El Boletín Salesiano, en su
número de enero, publicó el anuncio de la fundación de una nueva
revista mensual para los jóvenes y su próxima publicación106. Un
folleto de propaganda anunció la nueva revista misionera mensual
ilustrada titulada Juventud Misionera como preparación a las cele-
braciones de las bodas de oro de las misiones salesianas.
Este mismo folleto de propaganda afirmaba que el objetivo de
la revista era dar a conocer la historia de las diferentes misiones sale-
sianas en todo el mundo, para presentar las figuras de más peso entre
los grandes misioneros salesianos e informar también a los lectores
de las curiosidades geográficas y étnicas de las diferentes regiones,
costumbres y creencias de las poblaciones indígenas de las tierras de
misión. Y anunciaba que, pese a que el tema de principal interés de
la revista sería las misiones salesianas, también se publicarían infor-
mes de misiones llevadas a cabo por otros institutos religiosos.
La propaganda anunciaba que la revista se dirigía a los jóvenes
de las casas salesianas y de las HMA, los hijos en edad escolar de
los cooperadores salesianos y a aquellas personas a las que les inte-
resaran las misiones. Se publicaría el 24 de cada mes. La cuota de
suscripción para los lectores en Italia y sus colonias era de cinco
liras al año o tres por semestre, mientras que para lectores de fuera
de Italia o sus colonias el precio era ocho liras anuales y cinco por
un solo semestre. El folleto de propaganda ya había anunciado la
aparición del primer número de la nueva revista para el 24 de febre-
ro de 1923107.
El primer número de JM salió, como anunciaba la propaganda,
el 24 de febrero de 1923, con una impresionante tirada inicial de
____________________
106 Cfr. Nuovo Periodico Missionario, en BS 47 (1923) 2, 36. El mismo texto de
JM se repite prácticamente en el número de abril del mismo año. Cfr. Nuovo
Periodico Missionario, en BS 47 (1923) 4, 90.
107 ASC A 837, Leggete e fate leggere Gioventù Missionaria, folleto de la
Dirección Central de Gioventù Missionaria, [s.d.], [1923], 1.

3.2 Page 22

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152
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
10.500 ejemplares108. Del informe de Garneri, realizado un año des-
pués del comienzo de JM, se deduce que la revista fue acogida con
gran entusiasmo por los jóvenes de las casas salesianas. Garneri
escribió en la propia JM:
Cuando, hace dos años, Gioventù Missionaria hizo su aparición fue
acogida por los jóvenes como un amigo esperado, alabado por todos
y encontró sin esfuerzo una falange de almas que se estrecharon a su
alrededor y se convirtieron en valiosos ayudantes de las misiones109.
Traducciones de JM y su publicación
Las casi inmediatas traducciones de JM a varios idiomas euro-
peos podían testificar aún más lo que Garneri escribió sobre la entu-
siasta recepción de la revista entre los jóvenes de las casas salesia-
nas. Según el informe de Garneri aparecido en el número de noviem-
bre de 1922, además de contribuir a establecer un ambiente misio-
nero en las diferentes casas salesianas, JM ya estaba sirviendo de un
modo único a la promoción de las vocaciones salesianas. Y escibió:
También las vocaciones misioneras nacen maravillosamente. Apenas
nuestro venerado Rector Mayor, con acertada intuición, abrió para los
aspirantes misioneros el Instituto Cardenal Cagliero en Ivrea, lo vi
enseguida repleto de almas voluntariosas; y este año tuvo que abrir un
segundo en Penango, ahora ya lleno, mientras muchos otros jóvenes
esperan su turno.
Este entusiasmo de los jóvenes por la obra sublime de las misiones es
un buen síntoma para el futuro, nos da esperanza de que serán más
numerosas las vocaciones y más consoladores los frutos en el apos-
tolado misionero con la abundancia de operarios evangélicos110.
Las actas de la reunión del Consejo Superior del 21 de enero de
1925 aportan un amplio testimonio del impacto que JM tuvo en la pro-
moción de las vocaciones misioneras. Hubo un gran número de chicos
que, por la propaganda de JM, se ofrecieron directamente al Rector
Mayor para ser aceptados en el aspirantado; en esta reunión se decidió
____________________
108 GARNERI D., Le Associazioni Studentesche in favore delle missioni, en GM 10
(1932) 6, 103.
109 GARNERI D., Giubileo delle Missioni Salesiane, en GM 2 (1924) 11, 162.
110 GARNERI D., Giubileo delle Missioni Salesiane, en GM 2 (1924) 11, 162.
Juventud Misionera
153
que estas solicitudes fueran dirigidas a los Superiores Provinciales de
la región de cada candidato. Las actas hacen mención específica de las
regiones que tenían tal excedente de vocaciones que no podían acep-
tarlas todas en el centro de formación. En estos casos, el Consejo or-
denó que los Superiores Provinciales lo pactasen con el Rector Mayor.
Gioventù Missionaria ha nacido para mantener despierta la idea mi-
sionera y hacer florecer vocaciones. […] Las vocaciones que suscita
Gioventù Missionaria cultivadas por los inspectores del extranjero,
cuando fueran tantas que alguna inspetoría no pudiera mantenerlas,
contacte con el Rector Mayor, que vendrá en su ayuda111.
No es difícil deducir que fue particularmente el impacto voca-
cional de JM lo que motivó las diferentes traducciones. La primera
de esta serie de traducciones apareció en 1925 en polaco. Se titula-
ba Mlodziez Misyjna, impresa en Varsovia y se inició con una impre-
sionante tirada de 25.000 ejemplares112.
La traducción polaca provocó más decisiones por parte del
Consejo Superior de los Salesianos. El 9 de enero de 1925 el Consejo
discutió largamente si sería conveniente o no dejar libertad a los sale-
sianos de fuera de Italia para que sacaran sus propias traducciones o
ediciones de JM113. La cuestión se retomó en la reunión del 13 de
enero y ya que no había consenso de opiniones, se formó una comi-
sión bajo el liderazgo de Don Ricaldone para estudiar en profundidad
el problema114. En la sesión del 21 de enero, la comisión presentó su
informe. Éste sugería que la impresión y publicación de las diferen-
tes traducciones de JM se realizara en Turín. Un argumento determi-
nante para esta propuesta fue el hecho de que varias traducciones del
Boletín Salesiano estaban siendo publicadas desde el mismo Turín.
Por lo tanto, ya había una estructura definida que podía encargarse de
las diferentes traducciones. El editor del Boletín Salesiano podía ser
de gran ayuda para JM en este aspecto. Los clérigos de varias nacio-
nalidades, que estudiaban en La Crocetta podían ayudar con las tra-
____________________
. 111 ASC D 872, Verbali delle Riunioni Capitolari, vol 4, 303.
112 GARNERI D., Le Associazioni Studentesche in favore delle missioni, en GM 10
(1932) 6, 103.
113 ASC D 872, Verbali delle Riunioni Capitolari, vol. 4, 296.
114 ASC D 872, Verbali delle Riunioni Capitolari, vol. 4, 298.

3.3 Page 23

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154
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
ducciones. Esta propuesta de la comisión fue aceptada y en conse-
cuencia la traducción polaca fue publicada en Turín115.
El Consejo Superior, que se reunió el 17 de junio de 1925 para
discutir los detalles de la celebración del Jubileo de las bodas de oro
de las misiones salesianas, también trató el tema de la revista misio-
nera de la congregación y la necesidad de difundirla lo más amplia-
mente posible. En esta reunión los consejeros aprobaron asimismo
la traducción española de JM116.
Siguiendo esta decisión del Consejo Superior, Don Rinaldi, en
diciembre del mismo año, envió una circular a los Superiores Pro-
vinciales y a los Directores de los centros salesianos en la cual mani-
festaba que, en respuesta a las repetidas solicitudes desde España y
Latinoamérica, la edición española de la revista comenzaría a edi-
tarse en enero de 1926, titulada Juventud Misionera. Hizo un llama-
miento a todos para promocionar tanto la asociación como la revis-
ta, especialmente a la vista de sus consoladores frutos. Se envió una
carta de similar estilo a los Superiores Provinciales y a las respon-
sables de las instituciones de las HMA117. La edición española salió
inicialmente con 12.500 ejemplares118.
Desde Portugal y Brasil llegaron solicitudes a Don Rinaldi
pidiendo una traducción portuguesa de la revista. En febrero de
1926 escribió a los Superiores Provinciales y las responsables de las
instituciones de las HMA diciendo que la edición portuguesa de JM,
titulada Juventude Missionaria, empezaría en julio del mismo año.
También escribió a los Superiores Salesianos tratando la misma
cuestión. Como las otras traducciones, la versión portuguesa tam-
bién se publicaría en Turín119.
____________________
115 ASC D 872, Verbali delle Riunioni Capitolari, vol. 4, 298.
116 ASC D 872, Verbali delle Riunioni Capitolari, vol. 4, 336.
117 ASC A 837, Carta de Don Rinaldi a los Superiores salesianos, Turín, 15 de
diciembre de 1925; Carta de Don Rinaldi a las superioras de las HMA, Turín, 24
de diciembre de 1925.
118 GARNERI D., E noi?, en GM 10 (1932) 6, 103.
119 ASC A 837, Carta de Don Rinaldi a las superiores de HMA, Turín, 24 de
febrero de 1926; Carta de Don Rinaldi a los Superiores salesianos, Turín, 15 de
marzo de 1926.
Juventud Misionera
155
Jeunesse et Missions, la edición francesa de JM, se lanzó en
1927 con una tirada inicial de 8.300 ejemplares. Se llevaron a cabo
otras traducciones de la revista en húngaro en 1929 con el título de
Misszios Ifjusag, comenzando con 10.000 ejemplares impresos en
Budapest; y en lengua eslovaca en 1930 titulada Misijonska Mladez
con una tirada inicial de 10.000 ejemplares editada en Lubiana120.
Objetivo de JM
En la sección acerca de la publicación de JM, el foco de aten-
ción ha sido hasta ahora los comienzos de la publicación. Respecto
a su fundación, se ha hecho mención a las razones propuestas por
aquellos que abogaban por su creación. No obstante, lo dicho hasta
ahora no hace superfluo un estudio más detallado del objetivo de la
revista tal como lo preveían los padres fundadores y fue presentado
en la misma revista.
En el primer número de la revista, los editores manifestaron
claramente su cometido:
Estarán agradecidos especialmente los misioneros, de quienes Juven-
tud Misionera dará a conocer por medio de vosotros la abnegación
sublime, las grandes dificultades que encuentran, los consuelos que
confortan sus corazones y las diversas obras de caridad a las que
atienden. […] Y espera también más de todos vosotros… espera
encontrar en vosotros los misioneros de los misioneros. Ella lanzará
frecuentes, continuas llamadas a vuestro buen corazón para que que-
ráis convertiros en apóstoles celosos de una idea: las misiones. Voso-
tros sabréis a través de sus páginas cuántas necesidades existen en
nuestras misiones y cuánto podéis hacer por ellas sin un excesivo sa-
crificio. […] Preparaos, por tanto, a entrar en acción con todas vues-
tras fuerzas y uníos a los muchos otros que dan ya generosamente su
apoyo a nuestras Misiones121.
____________________
120 GARNERI D., E noi?, en GM 10 (1932), 6, 103.
121 In confidenza, en GM 1(1923)1, ii. (Desde los años iniciales, las páginas de
cubiertas interiores y exteriores no están numeradas; para referirme más fácilmen-
te a esas páginas he utilizado los números romanos para indicarlas:. i = portada, ii
= interior de portada, iii = interior de contraportada, iv = contraportada. A partir de
los últimos años, cuando estas páginas empezaron a numerarse en la propia revista,
será respetada la numeración original.

3.4 Page 24

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156
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
JM no era una publicación que sirviera para la simple necesi-
dad de información sobre las misiones. Se orientaba hacia la acción.
Estaba destinada a convertir a los jóvenes lectores en misioneros de
los misioneros. Apelaba frecuentemente y con insistencia a los cora-
zones de los jóvenes. En definitiva, trataba de unir a los jóvenes en
un plan concertado en favor de las misiones.
Era constante y recurrente la presentación de la gran y urgente
necesidad de misioneros, tanto sacerdotes como religiosos; la pers-
pectiva vocacional de la revista era muy evidente. Es fácil pensar
que, especialmente en los primeros años, el principal motivo de la
revista era crear en los jóvenes corazones de sus lectores el primer
motor de atracción para una vocación misionera y después sostener-
la, mantenerla y favorecer su realización con un compromiso misio-
nero real. El contexto posterior a la Primera Guerra Mundial marca-
do por un agudo déficit de personal en las misiones en las que la
misma asociación había nacido apuntaría a este principal objetivo de
la revista. Pese a que no constan documentos para sostenerlo, se
puede deducir que la aparente urgencia en el lanzamiento de su
publicación en diferentes idiomas europeos fue motivada por esta
perspectiva vocacional.
¿Se dio también una finalidad financiera en JM? Es de interés
subrayar lo que se encontró en un documento anónimo que señala-
ba la diferencia entre Apostolado de la Inocencia y Juventud Misio-
nera. Hablando sobre la diferencia con el subtítulo de “ofrendas” se-
ñala:
AGM: no le pide –ni le obliga directamente–, pero le exige una lira
al año y le entrega un librito de formación.
AI: en forma de estatuto no le pide, de hecho, le ayuda almenos en
algunas de sus secciones122.
Por lo tanto se puede concluir que las consideraciones finan-
cieras no entraban en el objetivo de la revista. No obstante, la crea-
ción de la sección “Donaciones llegadas a la Dirección” en enero de
____________________
122 ASC A 837, Differenze tra AGM e AI, 1.
Juventud Misionera
157
1924 y su permanencia hasta noviembre de 1945, no apuntaría a una
total ausencia de esta dimensión en la revista. Además hay ciertas
campañas de recaudación que apuntaban a ayudas específicas para
centros misioneros concretos dirigidos a sus lectores, como las 100
camas para el albergue de Imphal123, un transmisor de radio a Rio
Madeira124, la estatua de San José para la Iglesia de Mawkhar, Shil-
long125, o instrumentos musicales para el seminario de Kambikila de
Katanga, en el Congo126. También el aliento dado a las unidades
locales para asistir a los misioneros salesianos con los que man-
tenían alguna especie de contacto notable, y la publicación de los
premios en metálico de diferentes loterías y otras actividades simi-
lares, apuntarían a la existencia de la dimensión financiera en el
objetivo de JM, a pesar de tener en cuenta que la revista se dirigía a
los niños en edad escolar.
Contenidos de JM
En el primer número de la revista, el editor presentó un esque-
ma del contenido y de sus diferentes secciones. Al mismo tiempo
que la revista daba sus primeros pasos como una más entre otras
actividades en la preparación de las celebraciones del jubileo de las
misiones salesianas, se quiso que un importante contenido de la
misma fuera la historia de las primeras misiones salesianas en
Patagonia, la Pampa y Tierra del Fuego. También informaría de las
diferentes actividades y experiencias de los misioneros salesianos en
otras misiones de todo el mundo. Proponía acercar a los lectores per-
files de grandes misioneros, especialmente salesianos y anécdotas
edificantes de sus vidas. El programa también pretendía hablar sobre
la fe y el heroísmo de los neófitos en las diferentes misiones. La
revista no se limitaría a las misiones salesianas, sino que se harían
los esfuerzos necesarios para mantener a los lectores informados de
los acontecimientos misioneros en todo el mundo.
____________________
123 Cento lettini per i bimbi naga, en GM 37 (1959) 23, 45.
124 VITTORIO UGO, PY8YH chiama «Gioventù Missionaria», en GM 38 (1960) 5,
30-31.
125 Servizio missionario dei giovani, en GM 39 (1961) 1, 45.
126 Musica per il Congo, en GM 39 (1961) 24, 44-45.

3.5 Page 25

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158
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
Teniendo presente que la publicación nació también como
órgano de comunicación para la Asociación Juventud Misionera, los
editores incluyeron en su programa informes de acciones realizadas
por los mismos jóvenes en favor de las misiones. Para satisfacer la
necesidad de los jóvenes por las historias y aventuras y con vistas a
sustituir lo que se consideraba material de lectura de poco provecho
y frívola, JM incluiría una sección de aventuras históricas o de fic-
ción127. Respondiendo a algunas cuestiones provenientes de diferen-
tes centros salesianos sobre el contenido de la revista, el número de
marzo de 1923 anunciaba:
Juventud Misionera, revista mensual, dará a conocer a los lectores:
1) la historia, las vicisitudes y el desarrollo de las diversas misiones
salesianas; 2) las fatigas que en ellas padecen los salesianos y las
Hijas de María Auxiliadora; 3) las aventuras por ellos vividas en los
viajes y en el ejercicio de su ministerio; 4) las diversas dificultades
que encuentran para convertir a los salvajes y paganos y llevarlos a
la vida civilizada; 5) las costumbres de los pueblos, sus ritos, supers-
ticiones y tradiciones; 6) las curiosidades geográficas, zoológicas y
botánicas de la diversas regiones; 7) los episodios y los hechos edi-
ficantes de los catecúmenos y neófitos que pueden iluminar a la
juventud sobre la eficacia ejercida por la religión; 8) cuanto de muy
interesante hay en las otras misiones; 9) las figuras de los más ilus-
tres misioneros; 10) el movimiento juvenil en favor de las Misiones;
11) las diferentes maneras de ayudar a las misiones128.
A lo largo de su evolución, la revista fue fiel a su programa.
Cada número publicaba una página con el editorial que presentaba
a los jóvenes todos los temas relevantes en lo referente a la anima-
ción misionera. La necesidad de misioneros y la consiguiente obli-
gación de responder a la vocación misionera si uno se sentía llama-
do, era uno de los temas más repetidos. En los últimos años la edi-
torial se centraba más en la intención misionera del mes. Informes
de los misioneros en el campo de misión hablaban de sus aventuras,
sus dificultades, sus alegrías y consuelos, los acontecimientos en las
misiones, los nuevos cristianos, las costumbres y creencias de la
____________________
127 Posta, en GM 1 (1923) 1, iv.
128 Gioventù Missionaria, en GM 1 (1923) 2, ii.
Juventud Misionera
159
población y las características especiales de las diferentes regiones.
Las noticias misioneras breves mantenían informados a los lectores
sobre las misiones católicas en todo el mundo. Para implicar a los
jóvenes en su tiempo libre en actividades útiles, frecuentemente
relacionadas con las misiones, la revista tenía una sección de cruci-
gramas, cuestionarios misioneros, chistes y artículos de característi-
cas más ligeras. Ocasionalmente hacía también una breve recensión
de libros. La revista mantenía a los lectores informados de las edifi-
cantes actividades de los grupos de AJM. Esta sección se mantuvo
desde el principio, si bien se le dio más espacio y se acentuó más
aún desde 1942 hasta su conclusión. Fiel a su programa de aspirar a
sustituir la literatura de aventuras sin provecho alguno y con fre-
cuencia frívolas, JM dedicó mucho espacio a las series de ficción de
relatos de aventuras, situadas en general en un contexto misionero y
con un significado misionero129.
Presentación de la revista
En la línea de la sugerencia de Don Vosti, su padre fundador, el
24 de cada mes fue la fecha de publicación de la revista Juventud
Misionera desde 1923 hasta finales de 1925. A partir de 1926 se
cambió al primero de cada mes.
Los números desde 1923 hasta 1925 presentaban el mismo
diseño de cubierta en diferentes colores. Mostraban a misioneros
que predicaban y enseñaban siguiendo el mandato de Jesús: “Id
por el mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación”
(Mc 16:15). Mostraba el globo terráqueo rodeado y apoyado por
ángeles, aludiendo a la misión de los jóvenes lectores de apoyar la
propagación del reino de Dios en el mundo. Otro diseño único de
cubierta sirvió para los números de 1926. El tema erageneralmen-
te una invitación a los jóvenes a lanzarse a las misiones. La meda-
lla de la Asociación Juventud Misionera ocupó la portada de los
números desde 1927 hasta julio de 1929. Desde agosto de 1929
hasta mayo de 1931 llevaba un dibujo del Niño Jesús invitando a
otros niños a trabajar en los campos de cultivos ya maduros. La
____________________
129 En el apéndice 5 aparece una lista de publicaciones misioneras de la época.

3.6 Page 26

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160
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
portada de los números de junio hasta diciembre de 1931 repre-
sentaba el viaje de la Iglesia, en la imagen de un gran barco entre
las aguas tormentosas del Océano. De enero de 1932 en adelante
cada número tuvo su propia portada, que consistía en fotos de los
habitantes, acontecimientos, templos, flora y fauna de las diversas
misiones. También representaba ocasionalmente misioneros en sus
numerosas actividades.
Las páginas solían dividirse en dos columnas. Ocasionalmente
aparecía una sección en tres columnas. Comenzando especialmente
desde 1959 había secciones que no seguían esta división de la pági-
na en dos o tres columnas. No obstante, la mayor parte de los artí-
culos seguían todavía este formato. Las fotos y las ilustraciones no
seguían necesariamente esta división general. La abundancia de
fotos incluidas demostraba la intención de los padres fundadores de
hacer una publicación ilustrada. La presencia de las fotos se hace
más marcada especialmente a partir de 1959, el año que señala un
cambio definitivo de formato de la revista, reduciendo a veces los
escritos misioneros casi a la mínima expresión.
Según un informe de Don Garneri, el primer director de JM, la
revista comenzó con una tirada impresionante de 10.500 ejemplares
en 1923. Antes de 1930 casi se dobló esa cifra, y alcanzó los
20.000130. La década de 1930 parece haber sido un período de negli-
gencia, especialmente de la Asociación, y se dio un evidente decli-
ve en el número de ejemplares impresos, tanto que hacia finales de
esta década la tirada había quedado reducida a 3.500131. Con el relan-
zamiento de la Asociación en 1941, los cambios adecuados en el
consejo editorial y la gran propaganda realizada tanto para la aso-
ciación como para la revista, al poco tiempo de este nuevo comien-
zo se imprimieron 28.000 ejemplares de ésta132. La Segunda Guerra
Mundial tuvo sus efectos en la circulación de la revista y en 1947 se
había reducido la tirada a 17.000. No obstante, posteriormente a la
Guerra, volvió a crecer su edición. Según el informe de Don Zuc-
____________________
130 GARNERI D., E noi?, en GM 10 (1932) 6, 103.
131 ASC A 837, Associazione Gioventù Missionaria, 2.
132 ASC A 837, Associazione Gioventù Missionaria, 4.
Juventud Misionera
161
chetti, el entonces director, se imprimieron 20.000 ejemplares en
1948133. En la última década de vida de la revista, parece que su edi-
ción permaneció más o menos estable con incrementos anuales
mínimos. De acuerdo con el informe de Don Mario Cleva, el admi-
nistrador en aquellos años, la tirada de Juventud Misionera en 1966
era de 23.144 ejemplares134.
Oficina e imprenta de JM
La oficina de la Dirección central estuvo situada en la Via
Cottelengo, 32, Turín, desde su comienzo hasta su clausura. Sin
embargo, la administración de la revista estuvo localizada los tres
primeros años en Corso Regina Margherita 174, Turín, donde
estaba la oficina administrativa de la SEI, y luego se trasladó a Via
Cottolengo 32, junto con la dirección, y así unificaron la dirección
y la administración. Una modificación en la dirección postal de la
dirección en 1954 indica el cambio de denominación de esta calle.
En lugar de Via Cottelengo 32, pasó a llamarse Via Maria Ausilia-
trice 32.
Desde su inicio en abril de 1963, la revista se imprimió en la
imprenta de la Società Editrice Internazionale (SEI), de Turín135.
Hacia finales de 1945, debido a la escasez de papel en la SEI, se
pensó que podría imprimirse en el Colle Don Bosco. Sin embargo,
no se hizo136. Desde mayo de 1963 hasta diciembre de 1966 se impri-
____________________
133 ASC A 837, Carta de Don Demetrio Zucchetti al Rector Mayor, Turín, 16 de
enero de 1948.
134 ASC A 837, CLEVA MARIO, Alcune considerazioni e rilievi personali sulla
situazione di «Gioventù Misionaria», transcripción de Mario Cleva, Turín, 29 de
abril de1966.
135 Los cooperadores salesianos crearon en 1908 la «Società Anonima Internazio-
nale per la Diffusione della Buona Stampa» (SAID) con el fin de unificar las dife-
rentes imprentas y editoriales de los salesianos que tenían su origen en las iniciativas
del propio Don Bosco en este campo. En 1911 el SAID fue renombrado Società
Editrice Internazionale (SEI). Cfr. SANI ROBERTO, L’editoria educativo-popolare cat-
tolica tra le due guerre. Itinerari e proposte, en Pazzaglia Luciano (Ed.), Chiesa, cul-
tura e educazione in Italia tra le due guerre, Brescia, Editrice La scuola, 2003, 335.
136 ASC A 837, Carta de Zucchetti D. a Don Berruti, Turín, 9 de noviembre de
1945.

3.7 Page 27

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162
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
mió en ILTE, Turín. Los números de 1967 se imprimieron en el
Istituto Italiano Arti Grafiche, de Bérgamo.
Evolución
Se puede hablar de dos campos en la evolución de la revista a
lo largo de su vida: la evolución y cambios que sufrió en su aspecto
material y los cambios que se refieren a su contenido interno y a su
estructura.
EVOLUCIÓN MATERIAL DE JM
Fue decisión del Consejo Superior que JM fuera una publica-
ción mensual. Se percibe que se prestó suficiente atención a este
aspecto de la revista. El consejo editorial lanzó los números men-
suales sin fallar. No obstante, tuvo lugar una nueva tendencia en el
período de 1945 a 1951. Los números de agosto y septiembre se
fundían en un único número sin aumentar el número de páginas. En
1947 los meses que se combinaron fueron julio y agosto en lugar de
agosto y septiembre. A partir de 1952 y hasta 1965 la revista volvió
a salir con 12 números al año. En 1966 y 1967 se volvió a combinar
dos meses en la temporada de vacaciones.
Otra fase significativa de la evolución de la revista tuvo lugar
en marzo de 1946 cuando tuvo periodicidad quincenal. La portada
llevaba el título de: Juventud Misionera – Revista quincenal de la
A.J.M.137. La dirección explicó la situación dos meses más tarde en
el número de mayo de la siguiente manera:
Ésta es la sorpresa que la Dirección de nuestra revista ha dado a la
numerosa familia de sus lectores y amigos el 1.º de marzo de 1946.
¿Ha sido satisfecho, pues, el deseo de muchos? ¡Sí y no!
La A.G.M., de la que Juventud Misionera es el órgano oficial, ade-
más del objetivo de divulgar el conocimiento de las misiones tiene
también otro educativo, formativo, cultural…
____________________
137 Cfr. GM 24 (1946) 1, i. Debido a la edición quincenal, la numeración de la
revista comienza por el 1, incluso cuando ya era el mes de marzo. Este número
quincenal no era una edición completa de la publicación original. Debe considerar-
se más como un suplemento que un número completo. Por lo tanto, no es que la
propia revista se convirtiese en una publicación quincenal, sino que en ese momen-
to se inició un suplemento quincenal.
Juventud Misionera
163
La nueva edición va destinada precisamente a este fin y dirigida espe-
cialmente a los jefes de grupo, a los educadores de nuestros jóvenes,
a las educadoras de las jovencitas, a todos aquellos a quienes les
preocupa el bien de los jóvenes y de las misiones…
¡Difundidla! Hará mucho bien, contribuirá mucho a formar una sóli-
da conciencia misionera, a suscitar en nuestros jóvenes una verdade-
ra ola di entusiasmo misionero138.
Los suscriptores tenían que enviar una cantidad adicional de
40 liras para el suplemento quincenal. Sin embargo, se consideraba
una parte integral de la revista original. Incluso en la numeración de
las páginas de JM, las cuatro páginas del suplemento se tomaban en
consideración. En la contracubierta del número de mayo de 1947 se
indicaba que este suplemento, que hasta entonces llevaba el título de
Juventud Misionera, se llamaría Guía para el Estudio de las Misio-
nes o simplemente G.S.M.139. Esta característica de ser una publica-
ción quincenal continuó hasta el principios de 1967. En 1967 la
revista se presentó ya como mensual y no quincenal, y el suplemen-
to acabó a finales de 1966.
Se aprecian también variaciones considerables en lo que se
refiere al número de páginas de la revista. JM salió en sus inicios
como una publicación mensual de 24 páginas, con un tamaño de
24 x 17 cm140. Este número de páginas continuó hasta enero de
1936, con la excepción de los números de 1925, que salieron con
28 páginas, y los de enero de 1930 que tienen 44 páginas. De
febrero de 1936 hasta diciembre de 1938 las páginas se redujeron
a 20. Los números de enero de 1939 a septiembre de 1939 vuelven
a tener 24 páginas. De octubre de 1939 a agosto de 1941 las pági-
nas se reducen a 20. En septiembre de 1941 se vuelve a producir
una reducción del número de páginas a 16, y este número de pági-
nas se mantuvo hasta febrero del año siguiente. En marzo de 1942
____________________
138 Gioventù Missionaria quindicinale, en GM 24 (1946) 5, 56.
139 Cfr. GM 25 (1947) 9, 16.
140 Al calcular el número de páginas de la revista, las páginas de la portada son
tenidas en consideración. Pese a que en los años iniciales las páginas de las cubier-
tas no se numeran, más tarde se numeraron.

3.8 Page 28

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164
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
las páginas se reducen a sólo 12 y así se mantiene hasta diciembre
de 1945. En enero de 1946 se vuelve a las 16 páginas. En marzo
de 1948 hay un incremento en el tamaño del formato de la revista,
que pasa a tener 28 x 20 cm. Este tamaño se mantiene hasta fina-
les de 1958. No obstante, el número de páginas permaneció sin
cambios hasta finales de 1953. En enero de 1954 la revista vuelve
a su número original de páginas, esto es, 24. Este número de pági-
nas se conserva hasta finales de 1958. En enero de 1959 la revista
tiene una presencia totalmente nueva. Las páginas aumentan hasta
48 y el tamaño se reduce a 18 x 13 cm. Hay un incremento adi-
cional de 4 páginas más en diciembre del mismo año y la situación
se mantiene hasta finales de 1965. En enero de 1966 hay un ligero
incremento en el tamaño: 21,5 x 16,5 cm y una reducción a 36
páginas. En el momento de su clausura, a finales de 1967, éste era
el tamaño de JM.
Desde 1923 hasta 1946 los números del mismo año tuvieron
una numeración continuada de las páginas. Sin embargo las cuatro
páginas de la cubierta no se tomaron en consideración en esta nume-
ración continua hasta marzo de 1944, cuando éstas también empie-
zan a ser numeradas. A partir de enero de 1947, hasta el último
número de la revista, los números mensuales se numeran por sepa-
rado. A partir de diciembre de 1959 hasta el final no se vuelve a
tener en cuenta las cuatro páginas de la cubierta en la numeración de
las páginas.
En lo que respecta a la calidad de la impresión, la revista puede
dividirse en tres períodos: 1923-1947, 1948-1958 y 1959-1967.
Resulta evidente la mejora cualitativa de cada época a la siguiente.
En la primera época sólo se utilizaba un color. En el segundo perío-
do hay una introducción gradual de la impresión multicolor dando
una presencia más atractiva a la revista. En el tercero se usan fotos
de vivos colores.
En lo material, los cambios en el precio de JM fueron natura-
les y evidentes. He aquí una tabla con el aumento gradual del precio
de la publicación:
Juventud Misionera
165
PERÍODO
1923 Febrero - 1926 Diciembre
SUSCRIPCIÓN SUSCRIPCIÓN
INDIVIDUAL
GRUPOS
5,00 Liras
1927 Enero - 1927 Diciembre
5,20 Liras
1928 Enero - 1941 Diciembre
6,20 Liras
1942 Enero - 1944 Diciembre
6,50 Liras
1945 Enero - 1945 Julio
10,00 Liras 10,00 Liras
1945 Agosto - 1945 Octubre
35,00 Liras
1945 Noviembre -1946 Septiembre 60,00 Liras 50,00 Liras
1946 Octubre - 1947 Abril
95,00 Liras 80,00 Liras
1947 Mayo - 1947 Julio
100,00 Liras 80,00 Liras
1947 Agosto - 1947 Octubre
150,00 Liras 100,00 Liras
1947 Noviembre - 1948 Agosto
200,00 Liras 150,00 Liras
1948 Septiembre - 1950 Noviembre 250,00 Liras 200,00 Liras
1950 Diciembre - 1954 Octubre 300,00 Liras 250,00 Liras
1954 Noviembre - 1955 Octubre 400,00 Liras 300,00 Liras
1955 Noviembre - 1965 Diciembre 500,00 Liras 400,00 Liras
1966 Enero - 1967 Diciembre
700,00 Liras
EVOLUCIONES EN EL CONTENIDO Y ESTRUCTURA DE JM
Como se ha visto antes, uno de los principales objetivos de JM
era dar a conocer las misiones salesianas, particularmente a los jóve-
nes. Ciertamente, desde el principio no excluía otros objetivos. Pero
el énfasis se ponía en las misiones salesianas. Naturalmente la sec-

3.9 Page 29

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166
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
ción de noticias breves de las misiones se titulaba “Misiones
Salesianas” y comenzó en abril de 1923141. Incluso en los primeros
dos meses, a pesar de que no había una sección específica bajo este
título, los informes de las misiones se basaban en informes prove-
nientes de las misiones salesianas. Uno de los primeros cambios
apreciables en la revista es el de Misiones Salesianas a Misiones
Católicas en enero de 1926142. Indicaba una opción de ampliar el
ámbito de la revista. El cambio de nombre de la sección no obstan-
te no marca una reducción de los informes sobre las misiones sale-
sianas. Al revés, es una señal de que las salesianas aumentan la can-
tidad de las misiones católicas en todo el mundo. Se mantiene la
prioridad de las misiones salesianas hasta el final.
En el transcurso de la vida de la revista, manteniendo el obje-
tivo general, los editores añadieron nuevas secciones, adaptaron las
existentes y eliminaron secciones que eran de escaso interés para los
lectores. Así, en los números de 1931 los editores presentaron los
diversos aspirantes de los salesianos en Italia. Los editores hicieron
lo mismo con los centros de formación de las HMA en los números
de 1940.
Se aprecia también una evolución en la proyección de la natu-
raleza de la revista. En su presentación desde su establecimiento en
1941, se proyectaba simplemente la imagen de una publicación
mensual sin calificaciones. El título no era más que Juventud
Misionera – Revista mensual. Ciertamente su naturaleza misionera
era obvia por su propio título y también por el hecho de que estaba
destinada a los jóvenes. En la última fase de este período la palabra
“revista” fue sustituida por “publicación”. A partir de 1942 la revi-
sta se presenta como algo que pertenecía específicamente a la
Asociación Juventud Misionera. El título era: Juventud Misionera –
Revista Mensual de la A.J.M. Fue una época de relanzamiento de la
asociación y renovación del consejo editorial. El cambio en la pre-
sentación es un indicio del nuevo empuje del movimiento misione-
ro. Como se ha afirmado antes, a partir de marzo de 1946, la revista
____________________
141 Cfr. Missioni Salesiane, en GM, 1 (1923) 3, 38.
142 Cfr. Le Missioni Cattoliche, en GM 4 (1926) 1, 3.
Juventud Misionera
167
empezó a publicarse quincenalmente y se presentaba, por lo tanto,
como Revista quincenal de la A.J.M.
Parece que el director no estaba satisfecho con esta simple pre-
sentación de la revista. Probablemente era necesario especificar el
objetivo de la misma y diferenciarla de otras. Este objetivo específi-
co vino a anunciarse en la portada desde diciembre de 1959 hasta el
final con algunas variaciones. Desde diciembre de 1959 hasta el
final de 1964 la portada llevaba el título de Juventud Misionera–
Revista de la A.J.M. Publicación quincenal para la información,
formación y acción misionera de los jóvenes143. En enero de 1965 se
cambió ligeramente el título: Juventud Misionera. Revista de la
Juventud Misionera, movimiento internacional juvenil de espiritua-
lidad y cooperación misionera144. Hubo más cambios en enero de
1966, que continuaron hasta la clausura de la revista: Juventud
Misionera. Revista juvenil de compromiso misionero145.
Una sección muy curiosa que se encuentra en los números del
período de julio de 1936 a febrero de 1937 es el “Vocabulario”, que
presenta un minidiccionario italiano-etíope. Esto se hacía cierta-
mente eco de lo que estaba pasando en el campo político, el empe-
ño fascista de crear un imperio colonial en Etiopía146. En la misma
línea, en 1942, se introduce “La página Enciclopédica”. Bajo este
título los editores ofrecían explicaciones de varios términos, nom-
bres y conceptos relacionados con las misiones católicas. Esta sec-
ción duró de enero a septiembre de 1942.
Siguiendo las directrices del Ministerio de Cultura Popular147,
Juventud Misionera empezó a ofrecer en mayo de 1942 informes
sobre la guerra. Los primeros tres meses esta página se tituló “Italia
____________________
143 Sommario, en GM 37 (1959) 23, 1.
144 Cfr. Gioventù Missionaria, en GM 43 (1965) 1, 1.
145 Cfr. Gioventù Missionaria,, en GM 44 (1966) 1, ii.
146 Dizionarietto Italo-Etiopico, en GM 14 (1936) 7, iii; 14 (1936) 8, iii; 14
(1926) 9, iii; 14 (1936) 10, iii; 14 (1936) 11, iii; 14 (1936) 12, iii; 15 (1937) 1, iii;
15 (1937) 2, iii.
147 ASC, A 837, Carta del Ministerio de Cultura Popular al Director de Juventud
Misionera, 18 de junio de 1942; ASC A 837, Respuesta de Don Favini al Ministerio
de Cultura Popular, Turín 1 de julio de 1942/XX.

3.10 Page 30

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168
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
in armi”; pero más tarde el resto del período hasta julio de 1943,
estos informes de la guerra llevaban por título “Vincere”. Evidente-
mente era una imposición del gobierno fascista, no sólo en JM sino
también en otras revistas, independientemente de su naturaleza. En
1943 Italia presenció la caída del fascismo. En agosto de 1943 la
página de la guerra en JM se llamó “Su, ragazzi, cantate con me”, y
con ésta los informes de guerra cesaron.
En 1943 se agregaron dos nuevas secciones donde los lectores
podían participar, “Enigmas y preguntas”, que contenía tres cruci-
gramas y tres preguntas (de misiones y misioneros) a las que se invi-
taba a los jóvenes a responder, con la promesa de que se premiaría
a quienes enviaran las respuestas correctas. Esta sección desapare-
ció a partir de marzo de 1944. Los números posteriores tenían sec-
ciones con crucigramas y pasatiempos, pero no bajo este título. La
segunda nueva sección interactiva que se introdujo en 1943 fue
“Ecos de Correspondencia”, que servía de espacio en el que los lec-
tores podían expresar sus opiniones sobre varios temas relativos a
las misiones. En 1944 se agregó una nueva sección titulada “Cola-
boraciones” en la que se invitaba a los jóvenes lectores a expresar su
opinión acerca de asuntos misioneros sugeridos por la dirección
cada mes. No se reemplazó, sin embargo, “Correo” o los “Ecos de
Correspondencia”, que continuaron, de una u otra forma, hasta la
clausura de la revista.
La columna de “Donativos llegados a la Dirección” comenzó
en enero de 1924. Contenía nombres de personas e instituciones que
enviaban donativos para las misiones, para la revista y, a partir del
mes de septiembre de 1924, especialmente para la imposición de
nombres deseados por los donantes a los niños que iban a ser bauti-
zados en las diferentes misiones. En noviembre de 1945 los directo-
res anunciaron oficialmente que, debido a la falta de espacio, esta
sección sería eliminada148.
Aunque Juventud Misionera salió como la revista de la AJM a
principios de 1942, a partir de 1947 aparece un espacio de informes
____________________
148 Echi di corrispondenza, en GM 23 (1945) 11, 120.
Juventud Misionera
169
sobre las actividades de los diferentes grupos. Un buen número de
los ejemplares posteriores a esta época dedicaron dos páginas com-
pletas a estos informes. Esta sección continuó hasta el último núme-
ro de la revista.
Desde enero de 1949 hasta abril de 1951, con la excepción de
unos pocos números, se añade una sección titulada “Página activa”.
En la mayoría de números esta sección se localizaba en el interior
de la portada. Ofrecía una presentación en forma de tabla de los
principales días festivos de cada mes con las indulgencias corres-
pondientes; servía como recordatorio a los asociados sobre el día de
la semana misionera y la reunión mensual del grupo, sugería ideas
para los tablones de anuncios y para otras actividades. También pro-
ponía posibles temas para las conferencias y proporcionaba orienta-
ciones generales para el mes. Parece que esta página fue de gran
ayuda para la vida y la actividad de los grupos.
Uno de los objetivos expresos de JM era apartar de las manos
de los jóvenes las, en apariencia, lecturas frívolas con algo pareci-
do pero lleno de aventuras basadas en hechos reales. La interesan-
te sección de series de ficción cumplía este propósito. Incluso en
esta sección fueron evidentes ciertos cambios. Hubo períodos de
interrupción entre el final de una serie y el inicio de la siguiente
aunque las series fueran semejantes. Entre junio de 1926 y enero
de 1929, esta sección de historias de ficción y aventuras fue ocu-
pada por narraciones salpicadas de aventuras misioneras o de acon-
tecimientos de las misiones. Durante esta época también se intro-
dujo la publicación de un relato corto en serie de A. Marescalchi,
“Cuando Dios llama” (octubre de 1927-enero de 1928). La sección
de aventuras de ficción fue reemplazada por “Aromas de Oriente”,
de L. Ravalico149, en los números de la época de enero de 1956 a
diciembre de 1957. En esta sección el autor narraba anécdotas,
____________________
149 Luigi Ravalico (1906-1967) llegó a las misiones de Assam en 1924 como clé-
rigo. Misionero de gran calidad humana, fue el responsable de la apertura de la
misión en Tezpur, el trabajo salesiano en Goa, y la misión de Imphal en Manipur.
Dedicó los últimos años de su vida al establecimiento del aspirantado salesiano en
Shillong.

4 Pages 31-40

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4.1 Page 31

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170
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
relatos, proverbios y fábulas de Oriente. La sección de series de
ficción desapareció prácticamente con la conclusión de la serie de
L. Ravalico. A partir de 1958 esta sección fue sustituida por “Sabi-
duría de Oriente y Occidente”, que era, más que nada, una sección
de crucigramas, cuestionarios, pasatiempos y otras actividades
similares.
Se nota un cambio evidente en la presentación del material de
la revista en 1951. Hasta este período los números mensuales conte-
nían informes, avisos y cartas de misioneros de las diferentes misio-
nes salesianas. En 1951 los números comienzan a presentar la reali-
dad de una misión en particular en sus distintos aspectos como son
la historia de la Iglesia en la región, las características de la pobla-
ción, sus creencias, costumbres y fiestas, acontecimientos de parti-
cular significado en la vida de la Iglesia en la región, etc. Ya no era
una colección de informaciones dispersas de las misiones de todo el
mundo. Este tipo de enfoque sobre misiones específicas continuó
durante todo el año 1951. En 1952 ya se dio un cambio en este tipo
de presentación. Aunque la mayor parte de las noticias aún se cen-
traban en un lugar de misión, los artículos también se referían a una
o más regiones. No obstante, este intento de ofrecer una informa-
ción más unificada continuó hasta finales de 1958. A partir de 1959
este tipo de concentración de las diferentes presentaciones en unas
pocas regiones seleccionadas para cada número, se fue diluyendo y
se abandonó paulatinamente.
Desde su inicio la contraportada de la revista estaba normal-
mente ocupada por correspondencia, crucigramas, juegos, nom-
bres de los donantes, etc. Se aprovechaba hasta el último milíme-
tro de espacio. En 1959 la contraportada de la revista venía con
sellos de varios países además de algunas estadísticas de pobla-
ción, número de católicos y misioneros en esos países. La lista
continúa hasta finales de 1960. En 1961 dicha página está ocupa-
da por unas series ilustradas de relatos misioneros. A partir de
febrero de 1962 hasta finales de año, llevaba las banderas de nume-
rosas nuevas naciones con detalles estadísticos sobre las mismas.
En 1963 el mismo espacio fue ocupado por “La Iglesia en los con-
tinentes”, con mapas de diferentes continentes o regiones y un
Juventud Misionera
171
texto corto sobre la situación de la Iglesia católica en esos conti-
nentes.
Entre otros rasgos que en el transcurso de los años 60 continuó
cambiando la presentación de la revista, se podría mencionar el si-
guiente: a partir de noviembre de 1961, algunos de los números
contenían materiales bíblicos sobre temas misioneros. No era una
sección regular pero aparecía bastantes veces. En enero de 1964
empezó una nueva serie bajo el título “Sobre los caminos de la Fe”
presentado por Ernesto Bellone. Eran relatos bastante largos de los
grandes misioneros de la Iglesia. Es muy interesante el número de
marzo de 1964, que lleva una extensa presentación de Mahatma
Gandhi150, un héroe no cristiano de la India, y el de abril del mismo
año, que también tenía un artículo igualmente largo de otro héroe no
católico: Albert Schweitzer151. En enero de 1965, bajo el título de
“Fuerzas Misioneras”, comenzó una serie de relatos cortos sobre los
diferentes institutos misioneros implicados en las misiones católi-
cas en todo el mundo. Esta página cesó en noviembre del mismo
año.
No hay muchos anuncios en Juventud Misionera. De febrero
de 1939 a diciembre de 1941 cada número tiene una página com-
pleta para Juan Sartorio & Hijo, anunciando las instalaciones sani-
tarias de esta compañía. Pero después de este período, el único
anuncio que aparece en la revista es para hacer publicidad de la
misma revista. En su último año de vida, los números mensuales
contenían anuncios de Ragazzi due mila y Dimensioni. En los núme-
ros de enero, marzo, mayo y julio del mismo año hay un anuncio de
crema dental “Kron”. Las contracubiertas de algunos de los núme-
ros de 1967 están ocupadas por anuncios de chocolate “Icam”.
Directores de JM
Don Domenico Garneri fue el primer director de JM. Continuó
en este cargo hasta febrero de 1933. Don Germiniano Ferrari era el
____________________
150 Cfr. BOSCO T., Grande anima, en GM 42 (1964) 5, 26-33.
151 Cfr. BOSCO T., Ha incontrato Dio nella foresta, en GM 42 (1964) 7, 18-23.

4.2 Page 32

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172
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
director responsable y representaba a la revista en todos los asuntos
legales. Continuó en el cargo hasta agosto de 1924.
En marzo de 1933 Don Guido Favini fue nombrado director
responsable de la revista y conservó este cargo hasta febrero de
1963. No parece haber un indicio claro de quién era el director de
la revista. Como se ha mencionado en la historia de la asociación, la
década de los años 30 fue un período de inactividad en lo referente
a la Asociación y uno de los de gran caída en el número de suscrip-
tores de la revista. La despreocupación por parte de los Superiores
puede explicar el hecho de que no hubiera un director para la revis-
ta en el período comprendido entre 1933 y 1949.
Por los indicios encontrados en la propia revista, no fue hasta
1949 cuando Don Demetrio Zucchetti se convirtió en el director de
la revista y el secretario de la Asociación Juventud Misionera152. Se
mantuvo en el cargo hasta noviembre de 1959.
En diciembre de 1959 Don Giuseppe Bassi se convirtió en el
director de la revista y se mantuvo en el cargo hasta su clausura en
1967.
El lugar de Don Guido Favini como Director responsable fue
ocupado por Don Umberto Bastasi en mayo de 1963 hasta finales de
1967.
Don Mario Cleva se unió a la plantilla de JM en septiembre de
1964 como editor. En 1966 conservó el puesto de administrador de
la revista. Dejó el cargo en 1967.
Colaboradores de JM
Además de la sección de la página del editorial, los propios
directores presentaron cortos sumarios de la historia de las diferen-
tes misiones, tanto salesianas como de otras instituciones religiosas.
Parece obvio que los directores eran los responsables de la anima-
ción misionera de los lectores. Ocasionalmente los editoriales fue-
ron escritos por otras personas eminentes.
____________________
152 Cfr. Gioventù Missionaria, en GM 27 (1949) 7, 16.
Juventud Misionera
173
La sección de las misiones salesianas contenía principalmente
informes de primera mano enviados a la oficina de JM o a los supe-
riores por parte de los mismos misioneros salesianos que vivían y
trabajaban en los lejanos territorios de misión. La lista de colabora-
dores en esta sección es realmente impresionante. La gran mayoría
de ellos contribuía con sólo uno o dos artículos. La lista de misio-
neros153 que enviaban informes y narraciones a JM da fe también de
su intención de cooperar en la promoción de las vocaciones misio-
neras. No sorprende que muchos de estos escritos acaben con fre-
cuencia con una invitación, explícita o implícita, a los jóvenes lec-
tores a unirse a sus filas.
La sección de noticias breves de misiones no salesianas está en
su mayor parte sacada de las revistas misioneras de otras congrega-
ciones e institutos misioneros154.
Evidentemente los informes sobre las diferentes actividades de
los grupos locales de la AJM son publicaciones de los escritos pre-
sentados por estos mismos grupos. En su mayor parte estos informes
son presentados como vivencias de los propios grupos, es decir, de
los chicos y chicas de los grupos. A veces los informes se presentan
tal y como han sido compilados por los superiores de los centros
salesianos.
La sección de aventuras y narraciones extensas y en series era
contribución de salesianos; la mayor parte de ellos parece haber
tenido alguna experiencia misionera155.
En la sección de pasatiempos, crucigramas y concursos no se
mencionan los autores. Sin embargo, en el contexto salesiano, cree-
mos que los jóvenes clérigos y estudiantes de teología y de otros
grupos similares formaron el equipo que se encontraba tras esta sec-
ción.
____________________
153 Cfr. Apéndice 5.
154 Cfr. Apéndice 5.
155 Para una lista completa, cfr. Apéndice 5.

4.3 Page 33

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174
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
Clausura de JM
Según un informe de Don Mario Cleva, el administrador de la
revista, en 1966 hubo un descenso notable de suscriptores de la
misma entre las casas de los salesianos. Mientras que el año ante-
rior éstas tenían 7.450 suscripciones, en 1966 se redujo esta canti-
dad a 6.485. Hubo un incremento mínimo de las suscripciones en
las casas de las HMA. En 1965 eran 10.940 y subieron a 11.009 en
el año 1966. No obstante, en los círculos no salesianos las suscrip-
ciones subieron más del doble durante el mismo período. Mientras
en 1965 el conjunto de las suscripciones de estos colectivos era de
2.600, en 1966 fueron 5.650156. Este ascenso en suscripciones entre
los círculos no salesianos se debía a la mayor propaganda realiza-
da por la revista en estos círculos. No obstante, esta propaganda no
se podía ni mantener ni aumentar, según el informe, dada la incer-
tidumbre sobre el futuro de la revista157. Se puede deducir, por
tanto, que ya se barajaba en ese momento la posible clausura de la
misma.
El mismo Cleva menciona que la revista era muy apreciada en
su nuevo formato por los jóvenes de las parroquias y de las casas de
formación sacerdotal y religiosa y en las escuelas, donde se usaba
para pequeños ejercicios. La disminución de las suscripciones en las
casas salesianas se debía a una reducción en el número de estudian-
tes y a un aparente desinterés por parte de los salesianos. Parecía que
éstos no tenían interés en hacer propaganda de la revista158.
Cleva, en la sección final de su informe, optaba por la conti-
nuación de la revista por las siguientes razones: no había duda de
que todavía era muy apreciada por jóvenes y por mayores. En su
lista de suscriptores, había algunos miles de adultos. Los círculos de
las HMA no sólo apreciaban la revista sino que la aprovechaban con
eficacia en su trabajo de promocionar vocaciones. Precisamente por
su carácter folklórico, JM había tenido éxito entre grupos y organi-
____________________
156 ASC, A 837, Alcune considerazioni, 2.
157 ASC, A 837, Alcune considerazioni, 2-3.
158 ASC, A 837, Alcune considerazioni, 3-4.
Juventud Misionera
175
zaciones ajenas a las instituciones salesianas y este dato prometía
posibles fuentes de asistencia financiera y de vocaciones sacerdota-
les y religiosas. Durante el tiempo que existió, JM era prácticamen-
te el único órgano de contacto que los salesianos tenían con los gru-
pos femeninos, las jóvenes de estos grupos y las chicas de las casas
de las HMA. A pesar de la evidente caída en las suscripciones en los
círculos salesianos, la revista todavía tenía una tirada global de más
de 23.000 ejemplares, una cota alcanzada por pocas publicaciones
de esa clase en aquella época. La publicación era un medio de pro-
paganda no sólo para las misiones salesianas sino para la congrega-
ción salesiana y el instituto de las HMA. Según este informe esta
propaganda tenía que sostenerse aunque fuese a costa de ciertas pér-
didas económicas159.
Escrito en abril de 1966, el informe de Cleva presentaba tam-
bién su triste situación económica en ese momento. Informaba de
que al final de año, la revista tendría un déficit total de 20.000.000
de liras. Cleva era de la opinión de que el ritmo creciente del déficit
podría detenerse en los años venideros cambiando el modo de
impresión, consiguiendo un aumento de suscripciones incremetando
la propaganda de la revista, de forma especial entre los ambientes no
salesianos, y cambiando el modo de distribución, etc. Todas estas
medidas podían parar, o al menos reducir considerablemente el défi-
cit en los años venideros, pero el déficit ya acumulado era una carga
que debía asumir la Congregación160.
Es difícil establecer las razones reales que indujeron a los
Superiores a decidir cerrar la revista. Las actas del Consejo Superior
mencionan que en la reunión del Consejo de 17 marzo de 1966 se
trató de la coordinación de todas las revistas salesianas por motivos
económicos y editoriales. El Consejo pensó en una organización
conjunta, un administrador único, un solo director comercial y una
dirección general para todas las revistas. No obstante, se decidió que
a esta unificación se procedería muy gradualmente. Una pequeña
____________________
159 ASC, A 837, Alcune considerazioni, 6-8.
160 ASC, A 837, Alcune considerazioni, 5-6.

4.4 Page 34

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176
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
reseña de las actas de la reunión respecto a la unificación de Meri-
diano 12, Dimensioni y Ragazzi in Azione apunta un cierto movi-
miento hacia la clausura de JM. Se afirma:
Se discute si esta última [Ragazzi in Azione] puede absorber también
a Gioventù Missionaria, pero parece oponerse el hecho de que ésta está
introducida también en los ambientes femeninos de las Hermanas161.
El Director de JM, Giuseppe Bassi, en el número de diciembre
de 1967 anunció la clausura de la revista con estas palabras:
Queridos lectores, tengo el doloroso encargo de comunicaros que con
este número nuestra revista Gioventù Missionaria cierra sus puertas.
El año 1968 ya no la verá salir a la luz.
Muchos de vosotros, ya al corriente de la noticia, nos han escrito para
expresarnos su sentimiento y su protesta, con palabras a veces con-
movedoras. Tomamos nota de estos gestos de solidaridad que alivian
un poco nuestra pena. Pero las razones que han inducido a nuestros
Superiores a tomar esta decisión son de fuerza mayor.
Termina así el diálogo que nuestra revista tenía con sus jóvenes lec-
tores desde hace 45 años, durante los cuales ha sido el punto de en-
cuentro para muchos ilustres misioneros y muchos jóvenes genero-
sos, generadora de entusiasmo, de activa cooperación y de numerosas
vocaciones misioneras.
No desaparecerá, sin embargo, vuestro afecto por las misiones, que
encontrará seguramente otras formas de alimentarse162.
Y con el número de diciembre de 1967, JM fue clausurada ofi-
cialmente.
Papel de JM en la animación misionera de la Congregación
Por todo lo que se ha mencionado hasta ahora, está bastante
claro que tanto la asociación AJM como su revista JM forman parte
de la herencia salesiana. Hubo unos salesianos concretos detrás de
____________________
161 ASC D 878, Verbali delle Riunioni del Consiglio Superiore, vol. 10, 30 de
junio de 1962-1966, 303.
162 BASSI G., Commiato, en GM 45 (1967) 12, 1.
Juventud Misionera
177
la creación de la asociación y de la revista. Pero, desde el principio,
surgieron como una empresa de la Congregación, y este factor expli-
ca, en gran parte, su éxito. En anteriores secciones de este estudio se
ha examinado la implicación directa, que es relevante. La presente
sección trata de estudiar el lugar dado por los Superiores de la Con-
gregación Salesiana a esta revista, en su empeño por la animación
misionera de los salesianos y de la juventud que atendían en sus
diferentes casas.
En 1925 los salesianos celebraron el 50 aniversario de la pri-
mera expedición misionera a Sudamérica. La ocasión se aprovechó
para despertar en los corazones de los hermanos el amor por las
misiones. No se escatimaron esfuerzos para aprovechar las celebra-
ciones en promover las vocaciones misioneras y entusiasmar a los
jóvenes con afán por la salvación de las almas. Fue precisamente
con esta finalidad con la que se creó esta revista en 1923. A través
de los informes sobre los logros pasados y presentes de los misio-
neros salesianos en sus diversas misiones, JM quería llegar a los
corazones de sus lectores y encender en ellos el ideal misionero. La
frecuente presentación de la extensión de la misión, la enorme can-
tidad de personas que todavía estaban esperando la primera procla-
mación del Evangelio, la grave escasez de misioneros y la grandeza
de la vocación misionera, estaban destinadas a crear un ambiente de
audacia misionera entre los miles de jóvenes de las casas salesianas.
Es fácil pensar que este esfuerzo en favor de los jóvenes también
tenía frutos saludables en los propios salesianos, especialmente en
aquellos que estaban formándose.
Durante las preparaciones para la celebración del jubileo, se
pensaba que la acción más adecuada para la ocasión sería enviar una
expedición misionera con un número mayor de misioneros que en
ocasiones anteriores. De hecho, el prefecto general, Don Ricaldone,
en febrero de 1925, escribió a sus hermanos en las ACS: “Siendo
este año el cincuentenario de nuestras misiones, sería bello iniciar
las celebraciones con una expedición numerosa de misioneros”163.
____________________
163 Il Prefetto Generale, en ACS 6 (1925) 28, 352.(351-352).

4.5 Page 35

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178
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
Esto supone un mayor compromiso de trabajo en nuevas vocacio-
nes. Y uno de los medios más efectivos para promocionar nuevas
vocaciones era a través de una mayor difusión del ideal misionero.
Todos los salesianos debían implicarse en esta actividad.
El período de preparación en las casas salesianas fue obvia-
mente de auténtico fervor misionero, con congresos misioneros, con
exposiciones misioneras, animación misionera de los estudiantes y
otras actividades que trataban también de proveer ayuda financiera
para las diferentes misiones. Todo funcionó para lograr un ambien-
te de fervor misionero en los centros salesianos. Este fervor misio-
nero sirvió como un fértil vivero para muchas vocaciones misione-
ras entre los estudiantes. Las palabras de don Ricaldone en el si-
guiente número de las ACS son prueba de este movimiento de voca-
ción misionera en las casas salesianas:
Doy también las gracias a todos los hermanos que promovieron ma-
nifestaciones misioneras, utilísimas, no sólo para las ayudas que pro-
porcionan a las misiones, sino sobre todo por el consolador despertar
de vocaciones que generan164.
En el número de junio de las ACS el Rector Mayor, Don Ri-
naldi, dedicó una carta entera al asunto de las misiones que se esta-
ban preparando para las celebraciones del jubileo que se acercaba.
Comenzaba la carta resaltando el lugar que las misiones ocupaban
en la mente de Don Bosco. Hablando de Don Bosco, Don Rinaldi
escribía: “Su primera preocupación fue suscitar en sus hijos el fer-
vor misionero”165. Don Bosco deseaba un auténtico florecimiento de
sus obras en las misiones y para asegurar un futuro brillante a las
mismas hizo todo lo posible para multiplicar las vocaciones religio-
sas y sacerdotales y organizar un grupo de numerosos y estables
benefactores para las misiones. Para conseguir más rápidamente
personal para las misiones creó su “Obra de María Auxiliadora”166.
____________________
164 Prefetto Generale, en ACS 6 (1925) 29, 360 (360-361).
165 RINALDI FILIPPO, Il Giubileo d’oro delle nostre missioni, en ACS 6 (1925) 30,
367 (364-373).
166 RINALDI FILIPPO, Il Giubileo d’oro delle nostre missioni, en ACS 6 (1925) 30,
367 (364-373).
Juventud Misionera
179
Don Rinaldi afirmaba en esta circular que entre las diferentes
actividades iniciadas y promocionadas en preparación para la cele-
bración de las Bodas de Oro de las misiones, una fue precisamente
la creación de la revista misionera. Había una conciencia general
entre los superiores salesianos del bien que esta revista misionera
estaba haciendo en esa época de inmediata preparación para las
celebraciones del jubileo. El Rector Mayor volvió a hacerse eco de
las impresiones de Don Ricaldone cuando escribía:
¡Cuánto consuelo nos han proporcionado y nos proporcionan con su
celo misionero los alumnos de los Oratorios festivos, de los Colegios
y de los Internados! Han actuado de promotores de congresos, comi-
tés, rifas, colectas, actos de beneficencia, representaciones teatrales,
números especiales, conferencias con proyecciones, etc. ¡Ycómo
conmueve, al visitar las Casas, ver a estos jóvenes depositar en las
manos del Superior, con los ojos rebosantes de alegría, los ahorros
ingeniosamente obtenidos en favor de las Casas de formación misio-
nera! […] La educación misionera, bien dirigida, es una fuente de
numerosas vocaciones entre nuestros jóvenes167.
Entre las diferentes actividades que se apuntaron para una
digna celebración del jubileo, Don Rinaldi insistía en que cada
casa salesiana debía celebrar, por lo menos, un congreso misione-
ro durante el año jubilar. En la misma carta se refería al entusias-
mo misionero provocado por JM en las casas salesianas y anun-
ciaba que la edición española de JM estaba a punto de salir. Con
el fin de intensificar este ambiente misionero en todos los centros
misioneros, sugirió que el día 24 de cada mes fuera una especie de
día misionero, dedicado a la oración por las misiones y los misio-
neros168.
Esta animación misionera no se limitaba a los salesianos y a los
jóvenes de sus casas. Incluía a toda la familia y, de una manera espe-
cial, a los cooperadores. El número de septiembre de las ACS faci-
____________________
167 RINALDI, FILIPPO, Il Giubileo d’oro delle nostre missioni, en ACS 6, (1925) 30,
371 (364-373).
168 RINALDI, FILIPPO, Il Giubileo d’oro delle nostre missioni, en ACS 6, (1925) 30,
372 (364-373).

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180
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
litó un programa detallado del X Congreso Internacional de los Coo-
peradores Salesianos que tendría lugar en Turín en mayo de 1926.
El tema escogido era totalmente misionero. Uno de los asuntos de
estudio de este congreso era la difusión de JM y los métodos de
alentar la afiliación a la AJM169.
La animación misionera no acabó con la gran celebración del
jubileo en noviembre de 1925. Los frutos de esta auténtica campaña
para la misiones eran tan claramente positivos que existían muchas
razones para continuar manteniendo y promoviendo este espíritu en
los numerosos centros. El ambiente misionero general contribuyó a
la creación de un mejor espíritu en los centros y provocó en muchos
jóvenes el primer movimiento hacia una vocación misionera. El pro-
pio Don Rinaldi expresó su gran alegría por los diversos informes
que le llegaban sobre los congresos misioneros realizados en las
diversas casas y que subrayaban su impacto vocacional. Y escribió
en enero de 1926:
Además de la ayuda material, siempre tan necesaria, que proporcio-
nan a nuestras misiones, se suscitan y se maduran del tal modo nume-
rosas vocaciones salesianas, que a su tiempo darán a nuestra Socie-
dad nuevas legiones de operarios evangélicos voluntariosos y llenos
de celo por la salvación de las almas. […] En las casas donde más se
habla de misiones, reina entre los alumnos una piedad más sentida y
sólida, una mayor disciplina y observancia del Reglamento170.
La preparación del jubileo de las misiones salesianas, su cele-
bración, la celebración de la exposición misionera que formaba una
importante parte de las celebraciones, y el fervor misionero mante-
nido por los Superiores después del evento, dieron un tono específi-
camente misionero al trabajo salesiano. De hecho, en la reunión de
los Superiores salesianos que se celebró en Valsalice en 1926, fue de
nuevo el tema de las misiones el que ocupó un lugar prioritario. Los
directores de los centros salesianos tomaban conciencia de la situa-
____________________
169 X Congresso internazinale dei cooperatori salesiani. Congresso Missionario -
Maggio 1926 in Torino, en ACS 6 (1925) 31, 386-387 (386-388).
170 RINALDI FILIPPO, Lettera del Rettor Maggiore, en ACS 7 (1926) 33, 428-429
(428-433).
Juventud Misionera
181
ción del mundo tras la Primera Guerra Mundial. Eran conscientes
del movimiento de las poblaciones hacia la civilización y el desa-
rrollo. Había un creciente reconocimiento de este profundo senti-
miento enraizado en todo el mundo, y más entre las diferentes
poblaciones en las tierras de misión. También eran conscientes de la
actividad misionera de los diferentes grupos protestantes y musul-
manes. En vista de esos hechos la reunión sintió unánimamente la
necesidad de redoblar los esfuerzos misioneros de la congregación
y proporcionar a las misiones todo el personal y la ayuda financiera
posible. Entonces surgió la cuestión de la promoción de las voca-
ciones misioneras. Los superiores concluyeron que la creación de un
verdadero ambiente misionero contribuiría más a la promoción y
cultivo de las vocaciones. Dos medios prácticos propuestos para esta
animación misionera fueron la propaganda de JM y la formación de
la AJM en todas las casas. Parece que esta reunión de los Superio-
res se decantó por la nueva asociación misionera para los jóvenes
estudiantes de los centros salesianos, y animaron su instauración en
todos los centros; sin embargo, los grupos y hermandades ya esta-
blecidos se resistieron171.
La propuesta de la reunión de los superiores fue retomada por
el Prefecto General en el número de las actas de diciembre de 1926.
Hablando de la gran necesidad de la promoción de vocaciones en la
congregación, escribió:
Uno de los medios más eficaces para suscitar buenas vocaciones,
además de cultivar las compañías fundadas por el Ven. Don Bosco, es
el de procurar cuidar en todas las casas la Asociación Juventud
Misionera y difundir la Revista Juventud Misionera172.
Continuando con sus instrucciones prácticas a los directores de
las casas salesianas, solicitó que enviasen a la Dirección General de
la AJM la lista de estudiantes afialiados a la misma y los informes
de actividades llevadas a cabo por estos grupos173. Se capta la idea de
____________________
171 Resoconto dei Convegni tenuti dai Direttori Salesiani a Valsalice nell’estate
del 1926, en ACS 7 (1926) 36, 478, 503-505. (476-520).
172 Il Prefetto Generale, en ACS 7 (1926) 37, 528 (528-530).
173 Il Prefetto Generale, en ACS 7 (1926) 37, 529 (528-530).

4.7 Page 37

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182
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
que este movimiento misionero entre los jóvenes no era algo para
dejar a merced de los gustos personales de los directores de las casas
sino algo deseado institucionalmente por toda la congregación.
El hecho de que el afán misonero en las casas salesianas traje-
ra abundantes frutos en el campo de las vocaciones en la congrega-
ción fue certificado por Don Pietro Tirone, el entonces Director
Espiritual de la Congregación Salesiana, que escribió en diciembre
de 1927:
También en este año nuestra Sociedad ha podido reclutar un relevan-
te número di aspirantes. […] a juzgar por las listas que han llegado
hasta ahora, podemos decir que alcanzan, y probablemente sobrepa-
san, los novecientos. Si se tiene en cuenta que hace cinco años eran
sólo cuatrocientos, tenemos buenas razones para alegrarnos por el
aumento verdaderamente extraordinario obtenido174.
En su carta en las actas de febrero de 1928, Don Rinaldi anun-
ció la aprobación de la misión de Krishnagar y el Vicariato de
Kimberley175. Esto fue de nuevo una expresión de la pujanza misio-
nera de la congregación y su compromiso con la expansión de la
Iglesia. Este gozoso anuncio estaba destinado también a fomentar la
generosidad de los hermanos y su trabajo en la promoción de voca-
ciones.
La beatificación de Don Bosco en 1929 hizo que muchos supe-
riores misioneros volvieran a Valdocco y a sus provincias de origen.
Su presencia según un informe de Don Ricaldone, junto con la oca-
sión de la beatificación de Don Bosco, fue la causa de un “potente
despertar” del espíritu misionero en las casas salesianas. Y fue este
despertar lo que suscitó en los Superiores la esperanza de que un
gran número de jóvenes se uniría a la congregación176.
La importancia que el tema de las misiones y de las vocacio-
nes misioneras ocupaba en la congregación también estaba basada
en el hecho de que era uno de los temas tratados en el XIII Capítulo
____________________
174 Il Direttore Spirituale, en ACS 8 (1927) 42, 635 (634-637).
175 Il Rettor Maggiore, en ACS 9 (1928) 43, 647-649 (645-649).
176 Il Prefetto Generale, en ACS 10 (1929) 49, 772 (772).
Juventud Misionera
183
General de 1929. Entre las diversas propuestas del capítulo, una
que pasó a los Reglamentos Generales, aprobada ad experimentum,
trataba precisamente de los medios para profundizar en el espíritu
misionero y así promocionar las vocaciones misioneras. Decía lo
siguiente:
Con el objeto de fomentar el espíritu misionero y de suscitar las voca-
ciones misioneras en nuestros Institutos, en los Oratorios festivos y
entre los elementos externos, hágase propaganda activa del Boletín
Salesiano, de Juventud Misionera, de biografías y otras publicacio-
nes misioneras”177.
Se tiene la impresión de que los Superiores de Valdocco no
dejaron pasar ninguna oportunidad para sostener y profundizar el
espíritu misionero en la congregación. Las misiones se convirtieron
en una de las principales preocupaciones de los Superiores. La pro-
moción de las misiones siempre se vio muy íntimamente relaciona-
da con la promoción de vocaciones. Y de las nuevas vocaciones
dependía la vida de la propia congregación. Tras la canonización de
Don Bosco, el Prefecto General invitó a una mayor respuesta a la
llamada anual de voluntarios para las misiones lejanas. Escribía:
“Ésta debe ser la mayor y más atractiva honra para nuestro padre
en el año de sus triunfos”178.
La llamada constante de los Superiores no cayó en oídos sor-
dos. Pese a los sacrificios que suponía enviar sacerdotes, coadjunto-
res y clérigos a las misiones, hubo un evidente aumento en el núme-
ro de salesianos enviados anualmente a las misiones lejanas. Este
incremento se notó particularmente en las expediciones relacionadas
con algunos acontecimientos particulares de la vida de la congrega-
ción. Don Ricaldone hablaba de este aumento en su circular de las
ACS de septiembre de 1934. Constataba que en 1925, Bodas de Oro
de las misiones salesianas, se envió un grupo notable de 151 misio-
neros. En el año de la beatificación de Don Bosco, el número ascen-
dió a 181, y en 1934, el año de la canonización, aumentó más
____________________
177 Temas tratados en el XIII Capítulo General, en ACS 10 (1929) 50, 815 (805-
826).
178 Il Prefetto Generale, en ACS 15 (1934) 66, 164.

4.8 Page 38

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184
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
todavía, hasta 226 salesianos y 125 hermanas179. Este crecimiento en
el número de misioneros enviados era un indicio de un crecimiento
aún mayor en el número de jóvenes que se unieron a los salesianos
y a las HMA. Afirmaba:
Y aquí debo repetir una constatación hecha ya por Don Bosco en
1876. Cuanto más hemos procurado dar impulso al desarrollo de las
misiones y cuanto mayores sacrificios hemos afrontado por tan santo
fin, tanto mayormente ha ido creciendo el número de las vocaciones,
de manera que desde hace bastante tiempo un buen millar de novicios
acude cada año a engrosar nuestras filas180.
En lo que se refiere a la estrecha relación entre el despertar
misionero y el renacer de las vocaciones sacerdotales y religiosas,
Don Berruti, el entonces Director Espiritual y Prefecto General de la
Congregación, dejó escrito su testimonio en 1938. Afirma Don Ber-
ruti que, debido a la actividad misionera en las casas salesianas, y al
compromiso consciente de los salesianos en este campo, hay un
grupo notable de más de 1.000 jóvenes que ingresan todos los años
en los numerosos aspirantados181.
Uno de los factores que daba importancia a la experiencia per-
sonal en la animación misionera por parte de los Superiores eran sus
visitas personales a las diferentes misiones. Informes de lo que ellos
veían y experimentaban en los diversos centros de misión de los
salesianos, crearon apasionadas llamadas de salesianos y de jóvenes
en las casas interesados por las misiones. Don Pietro Berruti escri-
bió en 1938 tras su visita a las misiones en Asia:
Más de 27 millones de paganos han sido confiados a la Sociedad
Salesiana en la Prefectura Apostólica de Miyazaki, en el Vicariato de
Shiu-Chow, en la Prefectura de Rajaburi, en la Archidiócesis de Ma-
drás, en las Diócesis de Shillong y de Krishnagar, y en la Misión de
Saharampur. Las necesidades de esas misiones son superiores a lo
que se pueda imaginar. Para convertir un número tan relevante de
paganos y para conservar en la fe a los cristianos sólo hay pocos cen-
____________________
179 Il Rettor Maggiore, en ACS 15 (1934) 67, 192. (191-196) (Pietro Ricaldone).
180 Il Rettor Maggiore, en ACS 15 (1934) 67, 193. (191-196).
181 Il Diettore Spirituale, en ACS 19 (1938) 89, 486. (486-488).
Juventud Misionera
185
tenares de sacerdotes dedicados ex profeso a las Misiones. El trabajo
es agotador: volví admirado de la actividad poco común de aquellos
hermanos nuestros, pero seguro al mismo tiempo de que a largo plazo
non podrán resistir un desgaste de energías superior a cuanto habi-
tualmente puede resistir el organismo humano. Aquellos hermanos,
heroicamente descuidados de sí mismos, se prodigan de manera tan
excesiva porque ven que la marea creciente del comunismo invade
aquellas naciones de forma cada vez más amenazante, y que las reli-
giones orientales han despertado del letargo en que yacían, y por
motivos políticos y religiosos han iniciado una intensa campaña de
difusión; numerosos y avezados propagandistas obtienen resultados
alarmantes: multiplican rápidamente los prosélitos y los convierten
en fanáticos e irreductibles182.
Todos los años había un grupo de salesianos enviados oficial-
mente a las misiones lejanas. En tiempos de Don Bosco y sus suce-
sores, la decisión de ir a las misiones se dejaba a los hermanos a títu-
lo personal. Sin embargo, la cercanía de la fecha de la expedición
era aprovechada por los superiores para concienciar a la congrega-
ción de la urgente necesidad de misioneros. Estas llamadas forma-
ron un artículo anual en las ACS. Las llamadas no se limitaban sólo
a dichas ocasiones.
Don Ricaldone celebró las bodas de oro de su ordenación sa-
cerdotal el 27 de Mayo de 1943183. Relacionada con esta festividad,
se llevó a cabo una gran campaña para la promoción de las vocacio-
nes sacerdotales y religiosas. El Prefecto General propuso que, co-
mo regalo adecuado para la ocasión, cada casa enviase por lo menos
un estudiante al aspirantado, o al noviciado, o al seminario local. La
propuesta fue recibida con gran entusiasmo y demostró ser un gran
éxito pues muchos de los centros enviaron más de un joven a las
casas de formación184.
En la vigilia del XVI Capítulo General, que tuvo lugar recién
acabada la Segunda Guerra Mundial, que una vez más había vuelto
a frenar el progreso misionero, Don Ricaldone hizo un llamamiento
____________________
182 Il Prefetto Generale, en ACS 19 (1938) 85, 437 (437-438).
183 Il Prefetto Generale, en ACS23 (1943) 117, 240 (240-245).
184 Il Prefetto Generale, en ACS 23 (1943) 117, 242 (240-245).

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186
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
a toda la congregación centrándose en las misiones y en la necesi-
dad urgente de proporcionar un número adecuado de personal para
las mismas. Escribió:
Permitidme, hijos queridísimos, que en la vigilia del XVI Capítulo
General, para el que tantos y tantos Inspectores vendrán a Turín en
busca de ayuda de personal, dirigiros a todos un acalorado llama-
miento en favor de las misiones y de tantas inspectorías lejanas,
donde nuestras obras o no pueden nacer, o amenzan perecer si no se
corre en su ayuda185.
Fue durante el XVI Capítulo General cuando el Rector Mayor
designó un miembro del Consejo Superior como Consejero para las
misiones, separando este cargo de la del Prefecto General. Don Be-
llido fue nombrado para este puesto. La larga y prolongada guerra
había, de algún modo, minado el espíritu misionero en las casas
salesianas, especialmente por la falta de comunicación con los
misioneros en el campo de misión. El Consejero para las misiones,
en su primera carta a los hermanos en el número de las ACS de julio-
agosto de 1948, animó a todos a hacer un esfuerzo para volver al fer-
vor misionero que existió en todas las casas salesianas antes de la
guerra. Propuso de nuevo el relanzamiento de la AJM y la mayor
difusión de JM. Escribía:
Para el año escolástico en curso recomiendo, de manera especial a los
señores directores y catequistas, crear o, si ya existe, revitalizar en
todos nuestros Colegios y Oratorios festivos la Asociación Juventud
Misionera. Hagan lo posible por difundir nuestra revista, que está
haciendo tanto bien entre los jóvenes186.
A la muerte de Don Ricaldone, el Consejero para las misiones,
tras su visita personal a las diferentes misiones, recalcó la necesidad
urgente de un mayor número de misioneros. Insistió en que la pró-
xima expedición sería un grupo mayor que el normal y éste sería un
auténtico tributo a la memoria del fallecido Rector Mayor, que era
un gran misionero de corazón187.
____________________
185 Il Rettor Maggiore, en ACS 27 (1947) 139, 7, (3-8).
186 Il Consigliere addetto alle Missioni, en ACS 28 (1948) 148, 14-15 (14-15).
187 Il Consigliere delle Missioni, en ACS 32 (1952) 168, 13-15 (13-15).
Juventud Misionera
187
El Consejero para las misiones mantuvo este llamamiento de
más personal y más ayuda financiera. Resaltó la difícil situación de
miles de paganos en Oriente, excluidos de la luz del Evangelio, que
estaban esperando la primera proclamación de la Buena Nueva en
sus regiones. Llamó la atención a los salesianos sobre la amenaza de
los misioneros protestantes especialmente en Sudamérica. Solicitó
ayuda y auxilio para los misioneros que estaban desbordados de tra-
bajo y necesitaban ayuda urgente188.
En menos de dos años, tras su elección como Rector Mayor de
la Sociedad Salesiana, Don Ziggiotti realizó una visita a todas las
misiones salesianas en Oriente. A su vuelta del largo y prolongado
viaje, tuvo la intención de lanzar una nueva cruzada misionera en las
casas salesianas. Y escribió:
La visión general del mundo oriental desde Egipto a Japón ha reavi-
vado en mí la vocación misionera y el deseo de hacer una llamada al
celo de todos vosotros, hermanos e hijos queridísimos, casi para una
nueva cruzada misionera189.
Dirigió esta nueva cruzada a varios grupos. En primer lugar
apeló a los mismos misioneros para que hiciesen todo lo posible por
el cultivo de las vocaciones locales. El Rector Mayor era muy cons-
ciente de que la Iglesia podía decir que había logrado establecerse
en un lugar sólo cuando estaba servida por un número suficiente de
clero indígena. En segundo lugar apeló a los salesianos de Europa
para que fueran voluntarios en gran número a las misiones en vista
de la situación de urgencia en que vivían éstas. Alentó a los
Superiores Provinciales a ser generosos en lo referente a permitir
irse a los hermanos que optasen por las misiones. Finalmente hizo
un llamamiento a la juventud en todos los centros salesianos para
aumentar su interés por las misiones. Insistió en que todas las comu-
nidades debían dedicarse al estudio, propaganda y trabajo en favor
de las misiones y así mantener el entusiasmo misionero de todos los
grupos190.
____________________
188 Il Consigliere per le missioni, en ACS 35 (1954) 179, 14-15 (14-15).
189 Il Rettor Maggiore, en ACS 36 (1955) 187, 12 (2-16).
190 Il Rettor Maggiore, en ACS 36 (1955) 187, 12-16 (2-16).

4.10 Page 40

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188
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
Siguiendo esta urgente llamada del Rector Mayor, Don Bellido,
Consejero superior para las misiones, impulsó un auténtico despertar
del fervor misionero en todos los centros, y un retorno, en toda la Con-
gregación, al entusiasmo misionero de los primeros años. Y escribió:
“Un despertar de fervor misionero en nuestras Casas sería ciertamen-
te la respuesta más hermosa al largo viaje del sucesor de Don Bosco
a través de las misiones de Oriente. Quiera el Señor que vuelva pron-
to aquel entusiasmo misionero que invadió hace años a toda la
Congregación. Cuántos hermosos frutos obtendríanos; entre ellos, el
no menos importante, volver a llenarse nuestros Aspirantados y
Noviciados. Porque es un hecho ya demostrado que el interés misio-
nero entre los jóvenes es un medio eficacísimo para despertar voca-
ciones sacerdotales y religiosas. Sería un error gravísimo pensar que
el fervor misionero y la propaganda misionera generan una reducción
de personal y de ayudas económicas a nuestras casas. Sucede todo lo
contrario”191.
Para promover este despertar misionero el medio práctico que
Don Bellido sugirió fue propagar activamente el Boletín Salesiano y
JM192.
En el siguiente número de las actas el propio Consejero para las
Misiones retomó el tema de la animación misionera de los jóvenes
en las casas salesianas. Sugirió fuera conjunta la celebración del día
salesiano de las misiones. Propuso el último domingo de febrero para
esta celebración en recuerdo de los protomártires salesianos Mons.
Versiglia y Don Caravario, que fueron martirizados el 25 de febrero.
Al concluir esta circular, señaló la necesidad de propagar JM debido
al gran efecto que tenía en despertar vocaciones. Y escribió:
La revista ha sido ya publicada en varias naciones y lenguas. Desea-
mos que pronto se extienda también e atros países. ¿Quién puede cal-
cular el bien realizado por la revista entre la juventud, y cuántas voca-
ciones religiosas-misioneras han surgido con la lectura de las hermo-
sas narraciones presentadas por nuestros misioneros? Procuremos
difundir nuestra revista no sólo entre los alumnos de nnuestras casas,
____________________
191 Il Consigliere per le Missioni, en ACS 36 (1955) 187, 19 (19-21.
192 Il Consigliere per le Missioni, en ACS 36 (1955) 187, 20 (19-21).
Juventud Misionera
189
sino también, con discreción, entre los alumnos de otras escuelas y
entre las familias cristianas193.
Las casas salesianas prestaron atención a la llamada del Rector
Mayor y del Superior para las misiones que aparecían en el siguien-
te número de las ACS. Daba cuenta de que la mayor parte de los cen-
tros aceptaron sus prácticas sugerencias para una celebración
conjunta del día de las misiones. Expresaba su alegría y felicidad
por el despertar del entusiasmo misionero en las diferentes casas y
escribía:
Se puede decir que hoy no falta en ninguna de las Compañías un
grupo especial que trabaje por las misiones. Serán grandes los frutos
espirituales de esta actividad y especialmente el de suscitar numero-
sas vocaciones194.
El despertar misionero relanzado por Don Ziggiotti continuó
tomando fuerza en el transcurso de su rectorado. Una de las carac-
terísticas del movimiento era el fortalecimiento de la AJM en las
casas salesianas. Esta asociación misionera se consideraba el vivero
de muchas vocaciones religiosas y sacerdotales. En su ministerio de
animar a la congregación, los Superiores solían llamar la atención de
los hermanos para que cultivasen y propagaran esta asociación pre-
cisamente debido a los efectos saludables que tenía en el campo de
la promoción de vocaciones para las misiones. Con ocasión del 50
aniversario de AJM el Consejero para las Misiones escribió:
La Asociación Juventud Misionera floreció en numerosas casas hasta
el estallido de la segunda guerra mundial. Los frutos visibles fueron
muy consoladores y se manifestaron especialmente en las numerosas
vocaciones sacerdotales religiosas y misioneras. Durante la guerra se
revisó su estructura por deseo de Don Pedro Ricaldone adaptándola a
los nuevos tiempos. Actualmente sigue activa en muchísimas casas y
los frutos que produce son grandes. ¿Por qué con ocasión de su quin-
cuagésimo año de vida no extender nuestra Asociación a todas las
casas? Sería éste un regalo apreciadísimo por nuestro amadísimo
Rector Mayor195.
____________________
193 Il Consigliere per le Missioni, en ACS 36 (1955) 188, 19-20 (19-20).
194 I l Consigliere per le Missioni, en ACS 37 (1956) 191, 5 (5-6).
195 Il Consigliere per le Missioni, en ACS 39 (1958) 201, 26-27 (26-27).

5 Pages 41-50

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190
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
En los años 60 podría parecer que se produce un relajamiento
en ese esfuerzo regular y constante en mantener vivo el fervor misio-
nero en los centros salesianos. En realidad no hay muchos escritos
acerca de las misiones durante estos años en las ACS. La atención
de todo el mundo católico se focalizaba en el Concilio Vaticano II
durante la primera mitad de la década de los 60. El concilio trajo
cambios bastante radicales en el concepto de las misiones. En vista
de la nueva orientación dada por el Concilio, se solicitó a las con-
gregaciones religiosas que iniciasen un proceso de renovación y
adaptación y esta preocupación ocupó la mayor parte de la atención
de los Superiores. Además los años que siguieron inmediatamente
al Concilio fue una época de gran pérdida de personal para la mayo-
ría de congregaciones religiosas. Durante esos años no hubo una
expansión real misionera en el sentido de ir a nuevas regiones y
poblaciones. El gran esfuerzo de los misioneros era mantener las
posiciones ya alcanzadas y consolidar a los cristianos en su Fe. En
las circulares de los superiores salesianos, las misiones parecían
haber perdido esa prioridad de atención que habían ocupado en ante-
riores décadas. Sin embargo, no estaba totalmente ausente. Las lla-
madas para voluntarios para misiones se renovaban más o menos
regularmente. Los Superiores presentaban aún las misiones y la
creación de un espíritu genuinamente misionero en las casas como
una manera de producir un renacer de vocaciones y una verdadera
renovación de la congregación. De este modo, Don Ricceri, enton-
ces Rector Mayor, hizo en diciembre de 1967 una llamada a los
voluntarios para las misiones en Sudamérica:
Por mi parte, por lo que he podido ver en estos años, he llegado a la
convicción de que es profundamente verdadera la afirmación de un
ilustre religioso: “las Congregaciones florecen en la misma medida
en que las anima un auténtico espíritu misionero”196.
Durante todo el período que hemos estudiado se dio un esfuer-
zo constante por parte de los Superiores salesianos para crear y man-
tener un espíritu fervientemente misionero, no sólo entre los sale-
sianos, sino también entre los jóvenes de las casas salesianas. La
____________________
196 Lettera del Rettor Maggiore, en ACS 48 (1967) 250, 46 (3-54).
Juventud Misionera
191
prodigiosa expansión de las misiones salesianas durante ese período
pedía más personal y más medios. La necesidad de más personal
convenció a los salesianos de la urgencia del trabajo comprometido
en promover vocaciones sacerdotales y religiosas. Precisamente pa-
ra promocionar estas vocaciones, pensaron que el medio más ade-
cuado era la formación de estos jóvenes en las diferentes casas sale-
sianas. Y el medio adoptado por la congregación para la formación
misionera de los jóvenes fue la revista JM.
Conclusión
Iniciada en un período de grandes empresas misioneras, e
incluso mayor entusiasmo misionero, JM fue un instrumento de ani-
mación juvenil misionera de la congregación salesiana. Aunque su
directa predecesora Para la Juventud podía considerarse una inicia-
tiva personal de Don Samuele Vosti, JM en ningún momento de su
historia fue una iniciativa personal de un solo salesiano. Empezó
como una empresa de la congregación y mantuvo esta característica
durante toda su vida. Hubo períodos de mayor o menor atención a la
revista por parte de los Superiores Mayores. Aun así siempre perte-
neció a la Sociedad Salesiana como tal. La mayor parte de los jóve-
nes que se beneficiaban de la publicación eran los internos de los
salesianos y de las HMA. La revista era un medio efectivo para la
propaganda principalmente de las misiones salesianas. Y, lo más im-
portante, la Congregación Salesiana era la primera beneficiaria de
las vocaciones misioneras inspiradas por la revista.
Como en el caso de muchas otras publicaciones misioneras del
tiempo, la publicación de JM fue precedida de la existencia de una
asociación misionera juvenil de la cual JM era el órgano principal de
información y animación. La una formaba parte de la otra, hasta tal
punto que las dos eran la expresión de ambas. Con la clausura, por
lo tanto, de la revista en 1967, es fácil pensar que la asociación
misionera también fue abandonándose paulatinamente.
JM nació con un fin específico: el de la animación misionera
de los niños y niñas de Italia. El ámbito se extendió mucho más allá
de la simple animación. La revista transmitía una espiritualidad

5.2 Page 42

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
misionera que encontró su mejor realización en la elección por parte
de los lectores de una vida de total compromiso en las diferentes
misiones de todo el mundo. El éxito de esta revista quizá deba
medirse más en términos de las vocaciones que inspiraba y sostenía
que en términos de su difusión o incluso de los fondos que ayudó a
recaudar en favor de las misiones.
La larga vida de la revista también apunta a la capacidad de los
directores para adaptar y ajustar su presentación a los diferentes
cambios en la Iglesia y en la sociedad durante dicho período. Inclu-
so en los comentarios concluyentes del informe de Mario Cleva se
afirma que la revista no sólo era muy apreciada por sus lectores, sino
que también se usaba todavía con fruto en las casas de las HMA para
lograr los objetivos por los que fue fundada197.
JM, a través de las diferentes secciones, proyectaba una ima-
gen definida de las misiones y de los misioneros que reflejaba tam-
bién el concepto de Iglesia, de salvación y de evangelización, pro-
pios de la época anterior al Concilio Vaticano II. Es fácil pensar que
la eficacia de la revista, especialmente en el campo de la promoción
de las vocaciones, se debía a esta particular imagen. Con el Concilio
Vaticano II el propio concepto de Iglesia, de misión, de evangeliza-
ción, experimentaron un cambio bastante radical. Los dos capítulos
siguientes examinarán precisamente la imagen de las misiones y de
los misioneros proyectada por JM.
____________________
197 ASC, A 837, Alcune considerazioni, 6.