276-291-Misiones-Cap 07


276-291-Misiones-Cap 07



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CAPÍTULO 7
CARACTERÍSTICAS ESPECÍFICAS
DE UNA MISIÓN SALESIANA
Mientras los misioneros salesianos trabajaban en las tierras de
misión con una finalidad común a todos los demás misioneros, la de
evangelizar y civilizar a la población, según las presentaciones de
JM, ciertas características les diferenciaban de otros misioneros
católicos. Ellos exhibían un espíritu y un método especiales. Natu-
ralmente, como JM era un instrumento salesiano de formación mi-
sionera, y principalmente para los estudiantes de las escuelas sale-
sianas de Italia, buena parte de los informe trataban sobre la acción
misionera salesiana, aunque no se descartaban los informes de los
misioneros de otros institutos y congregaciones no salesianos. A tra-
vés de los diferentes informes de las misiones salesianas, JM pre-
senta de alguna manera las características específicamente salesia-
nas de una misión.
Atención a los jóvenes
La metodología salesiana en las misiones, presentada por los
informes de JM, está muy centrada en el cuidado de los jóvenes. Es
a este sector de la sociedad al que los salesianos dirigen en primer
lugar su atención. A la juventud se le dedica la mayor parte de las
energías y muchos de los recursos financieros. Es en la educación de
los jóvenes en lo que el misionero pone sus grandes esperanzas en
vista a la cristianización de la región. Él considera la formación cris-
tiana de los jóvenes como la fundación de una presencia viva cató-
lica.
Características específicas de una misión salesiana
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Atención a los jóvenes: el modo salesiano de iniciar sus misiones
Según los informes encontrados en JM, el estilo salesiano ini-
cia las misiones con la inmediata atención a los muchachos y a las
muchachas. La misión empieza con varias actividades en favor de
los jóvenes: escuelas, internados, Oratorios, salas de trabajo, etc.
Estas actividades preceden a todas las demás y sirven para tener
aceso a todas ellas. Evidentemente, esta metodología es la realiza-
ción práctica del método misionero sugerido por el propio Don
Bosco.
En el primer número de JM, María De Angelis, informando
sobre su instituto en Montevideo, se esfuerza en hacer notar que las
Hermanas salesianas empezaron su apostolado en las tierras extran-
jeros con un Oratorio, una sala de trabajo y una escuela para los
niños pobres de la localidad. Es notable el comentario de De Angelis
sobre que el instituto de las Hermanas pronto se convertiría en una
auténtica “colmena de niños de todas las edades”1.
En octubre de 1923, JM informa sobre cómo empezaron los
salesianos su misión en Tanjore, sur de la India; Garneri dice que
una de las primeras cosas que hicieron a su llegada a esta misión fue
fundar un orfanato para casi 30 niños. Al año siguiente también se
construyó otra casa para albergar más huérfanos de la zona de
misión. En un corto tiempo empezaron la educación técnica y esco-
lástica de la juventud de la zona2.
____________________
1 De ANGELIS M., Le Figlie di Maria Ausiliatrice nelle missioni, en GM 1 (1923)
1, 9. En junio del año siguiente, JM informa sobre el apostolado de las HMA en
Viedma en favor de las jóvenes abandonadas, aceptándolas en su instituto, ense-
ñándoles un oficio útil y formándolas para ser buenas católicas. De este particular
instituto de las HMA, el autor comenta: “Esta obra de renegenaración de las pobres
niñas, abandonadas por todos, es un apostolado que forma la fuente de gran méri-
to de las hijas de María Auxiliadora de los Cristianos en la vasta tierra de la
Patagonia”.
2 Cfr. GARNERI D., La missione del South India, en GM 1 (1923) 9, 130-132. En
un informe posterior, Zucchetti, hablando de la prodigiosa actividad misionera de
Mons. Mederlet, arzobispo de Madrás, subraya su fidelidad al proyecto misionero
de Don Bosco; Mederlet comenzó su apostolado con diferentes obras en favor de
los jóvenes. Abrió escuelas, albergues, Oratorios y escuelas profesionales. Cfr.
ZUCCHETTI D., Il terrore del diavolo, en GM 21 (1943) 12, 92-93.

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
Garneri, otra vez en noviembre de 1923, presentando las misio-
nes salesianas del Congo, escribe que los salesianos comenzaron su
misión con dos instituciones para los jóvenes. Empezaron con una
escuela primaria para los hijos de la población blanca, y poco des-
pués fundaron una escuela técnica para los niños de la población
negra local. Cuando más tarde abrieron el centro de Kafubu, la
misión empezó allí con un centro de formación agrícola. En 1915,
abrieron otro centro de misión en Kiniama donde una vez más el tra-
bajo empezó por la educación de la juventud local: una escuela pri-
maria y otra agrícola3.
Se siguió con el mismo patrón en las misiones salesianas de
China. Pietro Parisi, misionero en China, en mayo de 1928 habla del
trabajo salesiano en la misión de Schiuchow en favor de los huérfa-
nos de la región. Evidentemente, lo que el misionero presenta es el
carácter principal que los salesianos otorgan al cuidado de la juven-
tud en China. Los salesianos recogen a los jóvenes pobres y aban-
donados en los centros de misión, los instruyen, los bautizan y los
forman a la manera cristiana. Los informes misioneros señalan que
a través de sus actividades para con esos pobres huérfanos en los
orfanatos, los salesianos se habían ganado la simpatía de la pobla-
ción china4.
Uno de los temas comunes de los informes, especialmente de
los que vienen de las Hermanas salesianas en la India, es que su
apostolado en este país consiste en trabajar en favor de los niños
abandonados, tanto chicos como chicas. Las hermanas van en su
busca, los ingresan en sus instituciones incluso cuando no tienen ni
espacio ni medios para mantener a los recién llegados, los regeneran
____________________
3 Cfr. GARNERI D., La missione del Katanga, en GM 1 (1923) 11, 164-167. La
referencia habitual a las “escuelas técnicas” obviamente apunta a la atención de los
misioneros salesianos por los jóvenes pobres de sus misiones. Dichas escuelas téc-
nicas fundaron sólo para preparar a los jóvenes con algún oficio útil, de modo que
pudieran ganarse la vida de una manera honrada. JM, obviamente, quiere resaltar la
atención por parte de los salesianos por los jóvenes pobres y abandonados de las
misiones.
4 Cfr. PARISI P., Orfani, en GM 6 (1928) 5, 85-86. Cfr. También GUARONA G., Loi
Hing, en GM 7 (1929) 8, 154-155.
Características específicas de una misión salesiana
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en las aguas del bautismo y los preparan de alguna manera para su
vida en la sociedad5.
Este modo de iniciar la actividad misionera, para los salesia-
nos, no era una simple respuesta a las exigencias prácticas del lugar.
Era un método, el método salesiano, reconocido como tal incluso en
los círculos eclesiásticos. En abril de 1942, Cesare Castellino,
haciendo un pequeño resumen de los comienzos de la obra salesia-
na en Tailandia, recuerda las palabras que Pío XI dijo a los misio-
neros que partían para Tailandia: “Siguiendo el ejemplo de Don
Bosco, iréis con los jóvenes...” Y continúa Castellino: “y ellos, fie-
les al programa del fundador, se mezclaron entre los jóvenes en las
escuelas, en los Oratorios y en otros campos de su obra”6.
En enero de 1952, hablando de la actividad misionera en
Ecuador, un informe resalta la convicción salesiana de la importan-
cia de prestar atención principal a la juventud de las misiones. El
informe considera la educación de los jóvenes como la verdadera
esperanza de la transformación real de la sociedad primitiva de los
jíbaros. Por lo tanto, esos niños tienen que ser sacados de los bos-
ques, su hábitat natural, y ser introducidos gradualmente en los dife-
rentes internados en los modos civilizados de vida. Los misioneros
ponen muchas esperanzas en estos internados, pues los ven como
fuente de futuros catequistas, profesores, líderes políticos y futuros
sacerdotes y religiosos7.
____________________
5 Cfr. Cfr. VALLINO I., Le due sorelline, en GM 9 (1931) 3, 45-46; VALLINO I.,
Cipriano, il piccolo schiavo, en GM 9 (1931) 5, 85-87; Primavera indiana, en GM
12 (1934) 3, 54-55; Abbandonati, en GM 13 (1935) 1, 13; Piccola martire, en GM
13, (1935) 2, 33; VALLINO I., Il Piccolo Carlo Salotti, en GM 13 (1935) 3, 55.
6 CASTELLINO, C., Thailandia, en GM 20 (1942) 4, 37.
7 Cfr. Internati kivari, en GM 30 (1952) 1, 8-9. En 1963, hablando de la gran efi-
cacia misionera del método seguido por Mons. Domingo Comin con los jíbaros de
Ecuador, Zucchetti recuerda las palabras que Benedicto XV dirigió a Comin: “Sigue
el método y el espíritu de Don Bosco”. El autor dice que las palabras fueron una ver-
dadera inspiración para los misioneros que tenían que trabajar de una manera especial
con los jóvenes, para traer a la civilización a toda la tribu. Resultó un auténtico punto
de inflexión en la historia de las misiones entre los jíbaros. Fue un sensacional descu-
brimiento que en el transcurso de los años cambió completamente la cara de la misión
de Ecuador”. ZUCCHETTI D., Il vescovo dei kivari, en GM 41 (1963) 11, 10-11.

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
La atención constante de los salesianos
al servicio de la juventud
Prestar atención a los jóvenes no es sólo un método de iniciar
la misión salesiana. Su característica continúa no sólo en el sentido
de que, una vez iniciada, sigue funcionando, sino en el sentido del
cuidado que los salesianos tienen respecto a las situaciones cam-
biantes de los jóvenes y las nuevas formas que respondan adecuada-
mente a dichas condiciones. Así un informe de septiembre de 1954
habla de la abandonada y peligrosa situación de la juventud en
Tailandia tras la Segunda Guerra Mundial y los proyectos salesianos
de hogares para la juventud abandonada en Banpong, Hua Hin y
Bangkok8. Otro informe de P. Cuisset, misionero en Saigón, en
marzo de 1963, habla de la actividad salesiana en favor de los niños
de la calle de la ciudad9. Un breve informe de Van Asperdt desde el
Congo en abril de 1965, hablando de la situación de pobreza, igno-
rancia y abandono en la que la juventud de la región se encuentra,
presenta el proyecto de una ciudad de los muchachos con una capa-
cidad para albergar unos 1.500 jóvenes10.
Jóvenes de los albergues salesianos: apóstoles de su propia gente
Las experiencias de los misioneros de los internados sobrepa-
saron el objetivo inmediato de educar a los jóvenes, de formarlos
cristianamente, o incluso lograr entrar en sus aldeas. Según algunas
de las últimas presentaciones de JM, esos internados producen en
realidad jóvenes apóstoles celosos, que colaboran directamente con
los misioneros en la conversión de su propio pueblo.
En diciembre de 1959, en la sección de noticias, JM informa de
la actividad misionera de un grupo de jóvenes naga. Fueron admiti-
dos en el internado salesiano de Imphal como no cristianos. En el
transcurso de sus estudios recibieron el bautismo. Cuando volvieron
a su pueblo, se convirtieron en auténticos evangelizadores del
mismo. Según el informe, cuando se redactó, había unos 600 nuevos
católicos en la aldea de Punanamai, Manipur, todo debido a los jóve-
8 Cfr. CARRETTO P., Ci siamo lavati la faccia, en GM 32 (1954) 9, 14-15.
9 Cfr. CUISSET P., I cow-boys di Saigon, en GM 41 (1963) 3, 10-17.
10 Cfr. VAN ASPERDT G., Dal carcere alla vita, en GM 43 (1965) 4, 17-19.
Características específicas de una misión salesiana
281
nes estudiantes de la escuela salesiana de Imphal. ¡Su celo por la sal-
vación de las almas se convirtió en algo contagioso! Otros mucha-
chos y muchachas de la aldea, una vez convirtidos al cristianismo,
formaron inmediatamente grupos para ir a predicar el Evangelio a
las aldeas cercanas!11
En mayo de 1961 Bianchi informa con entusiasmo sobre la
acción misionera directa de los estudiantes jóvenes del internado
salesiano de Imphal. El autor informa de que en uno de sus viajes
misioneros tuvo la alegría de bautizar prácticamente a toda la aldea
de Tamenglong en Manipur. Los estudiantes del internado de Imphal
habían evangelizado a toda la aldea y les prepararon para el bautis-
mo. Expresando su profundo aprecio a los jóvenes, Bianchi escribió:
“¡Nunca imaginé que esta gran aldea de Tamenglong se convertiría
al cristianismo por el trabajo de sólo cinco chicos!” A continuación,
el misionero da crédito del celo misionero de todos los jóvenes en la
región, cuando escribe:
Si el catolicismo se ha extendido tan rápidamente entre las tribus abo-
rígenes de Manipur, se debe en parte al gran celo de los jóvenes y
especialmente a los jóvenes de Acción Católica. Ellos son los gran-
des ayudantes de los misioneros12.
El Oratorio: método de evangelización
Entre las numerosas actividades a favor de la juventud local,
una que recibió prioridad en las misiones salesianas fue el Oratorio.
Allá donde los salesianos empezaron sus misiones, en todas las tie-
rras, entre todos los grupos de personas, en todos los tipos de cultu-
____________________
11 Cfr. Radio TV missionaria, en GM 37 (1959) 12, 42. Un informe proveniente
de Luigi Ravalico, en marzo de 1960, habla de la gran eficacia del albergue de
Imphal. Ravalico escribe que cuando estos jóvenes volvían a sus aldeas de vaca-
ciones, impresionaban realmente a otras personas de la aldea. Y esto sirve para
atraer más niños a la escuela y al albergue de Imphal y como resultado permite
exponerles el mensaje del Evangelio. Ravalico habla también en este informe de la
actividad evangelizadora directa que esos jóvenes realizaban durante sus vacacio-
nes. El albergue sirve para infundir a esos jóvenes el gran deseo de traer a sus fami-
lias y a los habitantes de la aldea a la fe verdadera. Cfr. RAVALICO L., Servizio mis-
sionario dei giovani, en GM 38 (1960) 3, 44-45.
12 Gioventù in azione, en GM 39 (1961) 5, 10.

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
ras, la institución que caracterizó su apostolado fue el Oratorio. El
ideal del Oratorio de Valdocco y su significado para las misiones
alentó a los misioneros salesianos a crear una réplica de esa institu-
ción allí donde fueran13.
El Oratorio abre el camino a la evangelización
JM presenta al Oratorio no sólo como un método de comenzar
el emplazamiento para una misión sino también como el método de
evangelizar las aldeas. El Oratorio no se encuentra sólo en el cen-
tro de misión. ¡Los salesianos parecen empezar el proceso de evan-
gelizar una aldea con una pelota, un acordeón, algunos juegos, una
tómbola, todo con el fin de conquistar primero el afecto de los
niños!
En mayo de 1925, el clérigo G. Farassino informa de que fue
la fundación de un Oratorio en Malki, una aldea de Shillong, inicia-
da por los clérigos del centro de Nuestra Señora de Shillong, lo pri-
mero que llevó a los niños, y a través de éstos a sus padres, a los
misioneros y a su mensaje. Con los juegos, la música, las tómbolas,
etc., se daba a los jóvenes la bienvenida en la aldea y se abría el
camino a la evangelización14.
____________________
13 El hecho de que incluso los misioneros que trabajaban en las colonias de
leprosos sentían la necesidad de establecer Oratorios para los niños leprosos podía
apuntar al gran significado que los Oratorios tenían para los misioneros salesianos.
Formaban una parte vital de su apostolado y no se podía prescindir de ellos ni entre
los leprosos. En un informe de julio de 1944, presentando la gran figura de Miguel
Unia, misionero salesiano entre los leprosos de Colombia, JM observa que incluso
en la colonia de leprosos, los salesianos fundaban Oratorios para los jóvenes y tam-
bién una banda musical, teatro, juegos y cualquier otra actividad que pudiera encon-
trarse en los Oratorios salesianos en Italia. Cfr. Nelle valli del dolore, en GM 22
(1944) 7, 70-71.
14 Cfr. FARASSINO G., Il primo Oratorio in Assam, en GM 3 (1925) 5, 108.
Incluso en el caso de Costantino Vendrame, actualmente conocido comúnmente
como el misionero de los khasis, el principio de su trabajo de evangelización de los
khasis era la iniciación del Oratorio de Laitumkhrah, Shillong. Fue a través de este
Oratorio cómo el misionero tuvo acceso al corazón de la ciudad, según el informe
de Dario Composta, de abril de 1962. Cfr. COMPOSTA D., Un pioniere di Dio, en
GM 40 (1962) 4, 29-3.
Características específicas de una misión salesiana
283
A través de los Oratorios en los que los estudiantes salesianos
de teología actuaban durante sus vacaciones invernales en las dife-
rentes aldeas alrededor de Laitkynsew, los misioneros tenían un
apoyo para afianzarse en esas aldeas y contribuyó en gran medida al
establecimiento de comunidades fervientemente católicas en ellas15.
El Oratorio: método de introducir a los jóvenes salesianos
en la misión
Los Oratorios eran con frecuencia el campo de trabajo de jóve-
nes clérigos en diferentes fases de formación. Era el grupo de los
jóvenes salesianos llenos de celo, quienes se aventuraban incluso a
las aldeas paganas y comenzaban su apostolado con los jóvenes.
Los Oratorios forman parte de la vida de los estudiantados. Un
informe del clérigo Francesco Fossati del estudiantado de Shillong,
habla en marzo de 1926 de los Oratorios como el recreo del domingo
de los estudiantes. Relatando las diferentes actividades en las que
éstos participan, escribe: “Nuestro principal trabajo es el estudio y la
oración. Los pasatiempos del domingo se sustituían por viajes apos-
tólicos, algunos de los cuales duraban todo el día”16.
Los Oratorios, según Fossati, ayudan a los jóvenes clérigos a
tener un conocimiento de primera mano de la población local, sus
costumbres y prácticas. Mantienen vivo el celo de los jóvenes misio-
neros por la salvación de las almas y sirven como un poderoso
medio de perseverancia en su vocación misionera.
Oratorios en tierras de misión
Además de los Oratorios del domingo, que suelen estar gestio-
nados por los estudiantes de teología o filosofía, los salesianos tam-
15 Cf. TOME E., Foresta traditrice, en GM 5(1927) 6, 109.
16 FOSSATI F., Passeggiate missionarie in Assam, en GM 4 (1926) 3, 43. JM pre-
senta las actividades del Oratorio en favor de los jóvenes como asociadas con los
centros de formación. En el número de agosto-septiembre de 1930 aparece un breve
informe sobre cómo los estudiantes de filosofía en Japón habían comenzado un
Oratorio para los jóvenes paganos cerca de su centro en mayo de 1929. Y estos
muchachos eran bienvenidos a este instituto salesiano e incluso se les invitaba a
algunas veladas musicales a veces. Cfr. FLORAN L., Un nuovo Oratorio al Giap-
pone, en GM 8 (1930) 8-9, 176-177.

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
bién habían fundado Oratorios diarios en los centros de misión. Los
Oratorios en las misiones salesianas los presenta JM como adjuntos
generalmente a algunas escuelas salesianas. Están pensados para los
muchachos pobres y los abandonados de la región. Y con frecuencia
para esos chicos, los Oratorios no son sólo centros de recreo, sino
que se convierten en una auténtica escuela de tarde para los mucha-
chos pobres que de otra manera no podrían acudir a ninguna otra
escuela debido a su trabajo. Para aquellos que no tienen instalacio-
nes apropiadas en sus casas, el Oratorio es un centro de estudio. ¡Y
para todos, es una parroquia regular!17
Como sería de esperar, los Oratorios salesianos en las misiones
incluyen jóvenes de todas las regiones y castas. Mientras que con los
niños católicos no se necesita insistir mucho para que acudan a los
Oratorios festivos, los de otras religiones al principio tendían a que-
darse al margen; al final, las maneras amables y amistosas de los
salesianos ganaron su confianza. A veces incluso cuando un Orato-
rio regular ya existe para los niños católicos, se abre una nueva sec-
ción solamente para los no cristianos que al principio encuentran
difícil mezclarse libremente con los otros18.
El interés salesiano en la tierra de misión
por promover vocaciones indígenas
Lo que JM presenta como una característica específica de las
misiones salesianas no es que los salesianos estaban también impli-
cados en la promoción de vocaciones locales como otros institutos
y congregaciones misioneros. A pesar de que no se mencionan
mucho las actividades de otros institutos misioneros en este campo,
por los informes del clero indígena y la situación de la iglesia en las
diferentes regiones, está claro que JM no considera la promoción de
vocaciones locales como una característica específica de las misio-
____________________
17 Cfr. BARACCA G., L’Oratorio di Madras, en GM 30 (1952) 7, 5.
18 Un informe de noviembre de l967 habla de cómo los salesianos en Thu Due,
Vietnam, abrieron un Oratorio sólo para los niños budistas de la región. Este Ora-
torio, afirma el informe, había ganado a los padres budistas de esos niños pobres, e
incluso se ganaron la simpatía de los monjes budistas de ese país. I Garelli, en GM
45 (1967) 11, 1-3.
Características específicas de una misión salesiana
285
nes salesianas. Sin embargo, las diferentes presentaciones de la acti-
vidad salesiana en cuanto a cuidar las vocaciones, parece proyectar
un carácter específicamente salesiano: es decir, la inmediatez, la
urgencia con la que los salesianos se implicaron en este aspecto de
la misión. Evidentemente, donde las otras congregaciones misione-
ras e institutos fueron con mucha precaución, los hijos de Don
Bosco, según la revista, manifestaron el espíritu misionero más
audaz, basado en la mayor confianza en los jóvenes que formaban
parte de su espíritu.
Garneri, en octubre de 1923, hizo un relato corto de la misión
salesiana de Tanjore, en el sur de la India, mencionando especial-
mente el pequeño seminario que los salesianos empezaron en la
parroquia que se les encomendó. ¡Y en el momento en que se redac-
tó, había 12 seminaristas en la misión!19
Garneri volvió a presentar otra vez en diciembre de 1923 la
misión salesiana en el Congo a los lectores de JM, haciendo un
breve relato del crecimiento de la misión original de Elisabethville.
Hablando de la extensión a Kafubu, el autor apunta otra vez a la
atención inmediata que los salesianos estaban prestando a las voca-
ciones locales, cuando escribe: “Hay un grupo de estudiantes en
Kafubu, nueve de los cuales, por ahora, que aspiran a convertirse en
maestros, catequistas, y si Dios lo quiere, sacerdotes: ellos son la
esperanza de las misiones”20.
En enero de 1924, JM publicó parte de la carta de Pasotti,
misionero en Macao, sobre los esfuerzos salesianos para cultivar las
vocaciones locales entre los jóvenes chinos. El informe habla del
esfuerzo de los salesianos por reunir a jóvenes chinos alegres, gene-
rosos y fervientes de todo el distrito y formar un pequeño seminario
____________________
19 Cfr. GARNERI D., La missione del South India, en GM 1 (1923) 9, 131. En un
informe posterior sobre las actividades misioneras de Mons. Mederlet, arzobispo de
Madrás, Zucchetti resalta la atención que los misioneros prestan a la promoción de
las vocaciones locales. Él fue quien inició un seminario en Madrás y una escuela
apostólica en Vellore. Cfr. ZUCCHETTI D., Il terrore del diavolo, en GM 21 (1943)
12, 92-93.
20 GARNERI D., La missione di Katanga, en GM 1 (1923) 11, 166.

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
para ellos. Dando a entender la idoneidad de estos chicos, Pasotti
afirma que esos jóvenes son tan generosos y fervientes como los chi-
cos de Valdocco, y es más, ¡manifiestan un gran celo por la conver-
sión de sus familias y compatriotas!21
Las líneas introductorias de una página del informe de noviem-
bre de 1928 nos proporcionan una visión sobre la prioridad dada a
la promoción de vocaciones locales por los misioneros salesianos en
Assam. Dicen:
La recomendación del Padre Santo de prestar atención de forma entu-
siasta a la formación del clero indígena en la misión es bien conoci-
da por todos. Nuestro Prefecto Apostólico, Mons. Mathias, en este
aspecto, podemos decir con razón que así lo vivió desde los primeros
días del comienzo de la misión en Assam22.
Y el breve texto continúa diciendo que era en los internados de
los diferentes centros de misión donde de alguna manera seguían los
primeros pasos los candidatos locales hacia el sacerdocio y la vida
religiosa. Y en los internados, uno de los medios que suscitaba en los
jóvenes interés por esa cercanía al altar y a los servicios divinos era
el establecimiento de la asociación de los servidores del altar23.
En junio de 1939, aparece en JM un informe de Mons. Cimatti
sobre la ordenación sacerdotal del primer salesiano japonés. El
propio título del informe apunta a la importancia del evento: “Una
data storica nella missione salesiana del Giappone” (una fecha his-
____________________
21 Cfr. PASOTTI G., Speranze e difficoltà, en GM 2 (1924) 1, 3-5. En abril de
1925, Garneri informa con evidente alegría sobre los primeros votos de los tres pri-
meros salesianos chinos que tuvieron lugar el 29 de enero de 1925. Cfr. GARNERI
D., Un giorno di gioia, en GM 3 (1925) 4, 73-74. A pesar de que el informe no hace
mención especial de eso, este evento habla de la inmediata atención que los misio-
neros salesianos prestaron a la promoción de las vocaciones locales en China.
22 Per il clero indigeno, en GM 6 (1928) 11, 213.
23 La promoción de esta asociación de Piccolo Clero ha sido un medio simple pero
eficaz en apariencia utilizado por los misioneros para sembrar en los jóvenes las semi-
llas de una vocación sacerdotal y religiosa. En julio de 1935, el clérigo T. Franchini,
misionero en El-Pan, Ecuador, informa sobre cómo empezó el grupo “Piccolo Clero”
en su misión, y afirma que esta simple asociación ha ayudado incluso a crear en esos
pequeños el deseo de unirse al grupo de operarios en el campo de misión de los jíba-
ros. Cfr. FRANCHINI T., Consolanti promesse, en GM 13 (1935) 7, 123.
Características específicas de una misión salesiana
287
tórica en la misión salesiana de Japón). En este informe, Cimatti
subraya también la gran importancia que los salesianos misioneros
en Japón daban a la promoción de las vocaciones locales, cuando
escribe:
Desde el principio de nuestro trabajo, intentamos buscar vocaciones
indígenas para dar una fundación sólida a nuestro pequeño semina-
rio. [...] Este hecho es la meta de la misión, nuestro primer deber y
urgente necesidad de la misión para lograr el propósito de acelerar el
movimiento de conversión y de salvaguardar los frutos del trabajo
sacrificado de los misioneros que nos han precedido, en vista parti-
cularmente de los acontecimientos políticos que incluso pueden for-
zar a un éxodo no deseado24.
Cesare Castellino, misionero en Tailandia, dando una imagen
general de los principios de las misiones salesianas de ese país,
apunta a la prioridad que los misioneros pioneros dieron a promo-
cionar vocaciones locales. Y escribe:
La primera y mayor preocupación del misionero era encontrar un
pequeño seminario. De un grupo inicial de tres, el número de jóvenes
creció a veinte, luego cuarenta, formando un bonito grupo de aspi-
rantes al sacerdocio, quienes mañana serán capaces de trabajar fruc-
tíferamente entre su propia gente25.
Asociacionismo en las misiones
No se menciona mucho a las asociaciones de las misiones. Por
unos cuantos informes aislados parecería que los misioneros sale-
____________________
24 CIMATTI V., Una data storica nella missione salesiana del Giappone, en GM
17 (1939) 6, 116-117.
25 CASTELLINO C., Thailandia, en GM 20 (1942) 4, 37-38. Curiosamente, el
seminario salesiano de Tailandia tuvo un comienzo bastante interesante, según un
informe anterior de Gaetano Pasotti. Los informes misioneros indican que un día
un grupo de tres muchachos tailandeses fueron a su oficina con una petición
curiosa: “¡Queremos ayudarte!” Al principio, el misionero no entendía lo que
querían decir. Pero con sus ademanes y gestos, los muchachos le hicieron enten-
der que también querían convertirse en sacerdotes para ayudar a los misioneros
en su trabajo. Y esa oferta de esos tres muchachos fue el principio de un peque-
ño seminario, a pesar de la gran pobreza en la que el misionero se encontraba”.
Cfr. PASOTTI G., Primizie siamesi, en GM 6 (1928) 5, 87.

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288
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
sianos implantaron en sus misiones el sistema de asociaciones pre-
sente en sus institutos en Italia.
Garneri, en 1923, hablando de las misiones salesianas del sur
de la India, hace mención especial al hecho de que en su misión de
Tanjore habían puesto en marcha todas las asociaciones que encon-
traron en una parroquia ordinaria en Italia, y entre ellas, dos asocia-
ciones para los jóvenes. Esto es lo que Garneri escribe de la parro-
quia salesiana de Tanjore:
Todas las asociaciones y hermandades ya existían en nuestra parro-
quia, como en una parroquia italiana. La asociación de Domingo
Savio, con 150 muchachos de las clases superiores, y el grupo de la
biblioteca de María Auxiliadora de los Cristianos, con 140 chicos de
las clases inferiores, dan argumentos para tener una gran esperanza
en el futuro26.
JM publica en noviembre de 1930 un informe de Luigi Rava-
lico sobre el comienzo de la hermandad de San Luis entre los jóve-
nes de Shillong, en la misión de Assam. Esta asociación, según el
informe, es un gran medio para inculcar a los jóvenes un gran amor
por Cristo y una resolución firme para perseverar en la virtud. El
entusiasmo de los miembros es tan grande que se llaman a sí mis-
mos “soldados de Cristo”27.
Cesare Castellino habla en su informe de abril de 1942 de lo
que hicieron los salesianos en las misiones de Tailandia en el campo
de las asociaciones. Dice que en las comunidades cristianas, los mi-
sioneros fundaban inmediatamente las diferentes asociaciones reli-
giosas, y entre ellas Acción Católica. Según el mismo informe, otro
grupo, cuya organización recibió mucha atención de los misioneros,
fue el de los ayudantes del altar28.
Un informe de noviembre de 1961, hablando de la escuela téc-
nica salesiana de Kigali en Ruanda, observa que los salesianos ofre-
____________________
26 GARNERI D., La Missione del South India, en GM 1 (1923) 9, 131.
27 Cfr. RAVALICO L., La Compagnia di San Luigi in Assam, en GM 8 (1930) 11,
229.
28 Cfr. CASTELLINO C., Thailandia, en GM 20 (1942) 4, 38.
Características específicas de una misión salesiana
289
cen la posibilidad de fundar los diferentes tipos de asociaciones,
adecuadas a su gusto y a su cultura, incluso a los estudiantes de este
instituto técnico29.
Escuelas técnicas
JM presenta el comienzo de las instituciones técnicas en las tie-
rras de misión como la concreta expresión de la atención del misio-
nero salesiano a la sección de la juventud de la región más pobre y
abandonada. De este modo, como se ha mencionado en la sección
“atención a los jóvenes”, los salesianos han establecido instituciones
técnicas en las diferentes misiones. Como los muchachos más
pobres no podían tener acceso a la educación reglada, no tenían
muchas posibilidades de conseguir un empleo y tener un medio
decente de ganarse la vida. Los institutos técnicos de los salesianos
nacieron con el deseo de preparar a esos pobres chicos, que casi
siempre provenían de sectores muy humildes, con un medio de
ganarse la vida30.
En el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, los sale-
sianos, según los informes de JM, sintieron una mayor urgencia de
implicarse en la educación técnica. La mayor urgencia estaba moti-
vada no sólo por el mayor número de jóvenes abandonados, sino
también por la necesidad de influir en el campo del trabajo en los
países en desarrollo. En el contexto de la marea creciente de ateís-
mo y comunismo, los misioneros no pueden contentarse sólo con
proporcionar medios de ganarse la vida a los jóvenes pobres, sino
que tienen que entrar seriamente en el campo de la educación técni-
____________________
29 Cfr. Una Scuola Professionale nel Ruanda, en GM 39 (1961) 11, 10-15.
30 De hecho, en agosto de 1960, hablando de la gran necesidad de escuelas téc-
nicas en las misiones, especialmente en los países en desarrollo, JM da a entender
que es éste el motivo principal de los salesianos en empezar estas instituciones
cuando escribe: “Como un buen padre se siente feliz de ver a sus hijos lograr ser
capaces de ganarse su pan de cada día honestamente, el misionero salesiano expe-
rimenta una gran alegría al pensar en tantos jóvenes, huérfanos, abandonados, niños
que huyen de sus propias casas, encontrarán una manera de ganarse la vida hones-
tamente con el oficio que aprenden en las escuelas profesionales de los salesianos”.
In missione speciale, en GM 38 (1960) 8, 29.

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
ca también en lo que se refiere a la formación profesional titulada de
los jóvenes en general31.
En países en vías de desarrollo como India, los misioneros
reconocieron una mayor necesidad de impartir una educación técni-
ca y profesional a los jóvenes en el período inmediatamente poste-
rior a la guerra. De hecho, Correho, hablando de las necesidades de
la juventud en la India, da una importancia vital a la educación téc-
nica. Los misioneros salesianos sentían que la contribución de la
Iglesia a las naciones en vías de desarrollo no podía limitarse sólo a
dar una educación imbuida de valores cristianos, sino que tenía que
proveer a la nación de trabajadores imbuidos del mismo espíritu
cristiano32.
Por los informes de JM, durante el período posterior a la
Segunda Guerra Mundial, especialmente en la década de los años
60, es fácil tener la impresión de que las escuelas técnicas estaban
consideradas como una especialidad de los misioneros salesianos
durante este período. JM hace una mención directa de esta menta-
lidad cuando escribe en agosto de 1960: “En las misiones enco-
mendadas a ellos y a otros en todos los continentes, los misioneros
salesianos están presentes con su especialidad: escuelas profesio-
nales”33.
Numerosos informes, especialmente en la década de los años
60, hablan de las diferentes instituciones técnicas salesianas en las
misiones. En noviembre de 1961 JM informa sobre la escuela técni-
ca de Kigali en Ruanda34. Giacomo Comino, coadjutor salesiano
misionero en Seúl, informa en mayo de 1964 sobre la construcción
de una escuela profesional en Seúl, en marcha en ese momento35. En
agosto del mismo año hay otro informe más sobre el crecimiento de
la escuela profesional salesiana en Saigón, que se puso al día para
cumplir las exigencias de los tiempos y para adaptarse a la creciente
____________________
31 Cfr. Tecnica e fede, en GM 39 (1961) 11, 9.
32 Cfr. CORRENO G., Il tormento dei missionari, en GM 25 (1947) 4, 4.
33 In missione speciale, en GM 38 (1960) 8, 28.
34 Cfr. Una Scuola Professionale nel Ruanda, en GM 39 (1961) 11, 10-15.
35 Cfr. COMINO, G., Mangiano radici ed erbe, en GM 42 (1964) 5, 12-14.
Características específicas de una misión salesiana
291
demanda de formación profesional36. En octubre de 1964, Ravalico
informa de que el gobierno de Bután había clausurado todas las acti-
vidades misioneras en la región, y sin embargo había invitado a los
salesianos a comenzar una escuela técnica en Phuntsholing37. Y más
tarde, en un artículo posterior, Giuseppe Giaime, misionero salesiano
en Bután, informa de la misma escuela técnica y del gran bien que los
salesianos eran capaces de hacer por la juventud de este país38.
Conclusión
El hecho de ser llamado a colaborar en la misión de la Iglesia,
es decir, la de evangelizar el mundo pagano, no priva al misionero
salesiano de su naturaleza específica y de su carisma. Siendo misio-
nero, continúa siendo fundamentalmente salesiano. El verdadero
salesiano lleva con él allí donde vaya el corazón de Valdocco. Y eso
se convierte en su especial contribución a la empresa misionera de
la Iglesia.
Una cierta nivelación de todas las diferencias en favor de una
uniformidad anodina parece una peligrosa tendencia que se nota en
muchos rincones del mundo hoy incluso en lo que se refiere al tra-
bajo misionero. Sólo contribuye a una pérdida de identidad y con-
secuentemente a la pérdida de esa esencia íntima desde la cual todos
funcionamos. Mientras todos los que trabajan en las misiones cola-
boran en el establecimiento del reino de Dios, cada grupo trae a este
trabajo su particular riqueza. “Salesianidad” es la contribución espe-
cial de los salesianos a las misiones. Desprovistos de esta especiali-
dad, los salesianos podrían perder su derecho a estar presentes en las
misiones.
No es siempre una cuestión de imitar estructuras externas y
servicios. Es más cuestión de corazón y de espíritu. Y con frecuen-
cia cuando el corazón y el espíritu están ahí, las estructuras son imi-
tadas especialmente cuando éstas forman parte esencial de una
manera de funcionar.
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36 Cfr. Una scuola cresce, en GM 42 (1964) 8, 10-17.
37 Cfr. RAVALICO L., Nel paese del dragone tonante, en GM 42 (1964) 10, 3-8.
38 Cfr. GIAME G., Il Bhutan fiorirà, en GM 44 (1966) 3, 12-15.