Salesian Missionary Vocation - ESP - booklet


Salesian Missionary Vocation - ESP - booklet



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El texto presenta una visión renovada de las Misiones Salesianas porque hoy nos
encontramos en un contexto diverso de los proyectos misioneros que han difundido la
Congregación en América (1875), en Asia (1906) y en África (1980).
Triple Obietivo
Este documento tiene el triple objetivo de motivar a los hermanos a responder a la
invitación misionera del Rector Mayor, mejorar los procesos de discernimiento, de
formación y de inserción y armonizar las orientaciones operativas actuales.
Colaboramos con la Iglesia en el
cumplimiento su misión evangelizadora.
Anunciar el Evangelio es nuestro compromiso
misionero primario.
NO COMO EN OTROS TIEMPOS
Hoy “las misiones” no son entendidas sólo
en términos geográficos (ir a la “tierra de
misión”), sino en términos sociológicos,
culturales, e incluso como presencia en el
continente digital.
UN CAMBIO DE PARADIGMA
Hoy los misioneros provienen de los cinco continentes y son enviados a esos cinco
continentes. Para nosotros Salesianos ha sido el “Proyecto Europa” el que nos ha
puesto frente a este cambio de paradigma misionero, que exige a muchos hermanos
un camino de conversión en la mente y el corazón, para hacer suyo este
paradigma.

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EL PRIMER ANUNCIO
Nuestras iniciativas para la promoción humana, motivadas desde una fe profunda, son un
Primer Anuncio. En los contextos en los que no podemos ni siquiera mencionar el nombre
de Jesús, lo anunciamos con el testimonio de vida personal y comunitaria.
La intencionalidad por llevar adelante el Primer Anuncio nos puede ayudar a superar el
peligro de ser considerados como meros provedores de servicios sociales o trabajadores
sociales, cuando somos testigos del primado de Dios y anunciadores del Evangelio.
El Espíritu Misionero de Don Bosco
El Espíritu misionero sintetizado en el Da mihi animas es típico de todo salesiano, porque
está enraizado en el carisma salesiano mismo.
Como salesianos, somos, donde estemos, verdaderos misioneros de los jóvenes y la juventud
es nuestra tierra de misión.
El Espíritu misionero de Don Bosco como corazón de la caridad pastoral que se manifiesta
en el corazón oratoriano, en la pasión por evangelizar y en la disponibilidad a ser enviados
donde sea necesario.
Es este Espíritu Misionero el que nos hace vivir la vida consagrada salesiana « en permanente
estado de misión».
El Espíritu misionero se mantiene vivo en cada comunidad e Inspectoría a través de:
La experiencia misionera de verano para los hermanos jóvenes, para los formadores y para
los docentes de los centros de estudio
Las experiencias en las comunidades formativas internacionales
La oración misionera del once de cada mes
La Jornada Misionera Salesiana anual
otras iniciativas de animación misionera
La Vocación Misionera Salesiana
Es una llamada del Señor, dentro de nuestra vocación salesiana común.
Como aspecto esencial del carisma de Don Bosco (Cost 30), es una expresión más radical de la
caridad pastoral.
La Vocación Misionera Salesiana es un don del Señor, que necesita ser pedido en la oración,
suscitado en los hermanos, verificado a través del discernimiento y acompañado en su
crecimiento.
El Misionero Salesiano no pertenece a una élite de hermanos privilegiados. El es el que quiere
expresar de una manera más generosa y radical la común vocación salesiana de todos los
hermanos.
P. ÁNGEL FERNÁNDEZ ARTIME: Ningún Inspector puede obstaculizar el envío misionero de un
hermano, que haya hecho un camino de discernimiento sobre su vocación misionera con la
ayuda de su Director, la guía espiritual del mismo inspector, por motivos de que esté falto de
personal o porque la Inspectoría necesite de él.
Para reflexionar y compartir
¿He pasado del viejo paradigma de las misiones al nuevo que se nos propone?
¿Qué implica para mí este nuevo paradigma de misión?

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Las Misiones interesan a todos los Salesianos
Las misiones salesianas forman parte de la única misión salesiana. Así pues, «las
misiones le importan a toda la Congregación; por tanto, todos los hermanos están, en
formas diversas, implicados» (CG20, 480).
Los Inspectores participan de este llamado del Rector Mayor con la premura misionera
para toda la Congregación.
Cada Inspectoría salesiana, rica o pobre en personal o recursos, es corresponsable
de los proyectos misioneros de toda la Congregación.
Los hermanos ancianos y enfermos dan un precioso apoyo a través de sus oraciones
y sacrificios.
Por todo esto ya no existen Inspectorías sólo “receptoras” o “emisoras” o “misioneras”.
Todas las Inspectorías mandan y reciben misioneros. Esta reciprocidad misionera
favorece nuestra disponibilidad para compartir medios, personal y ayudas
espirituales.
Generosidad misionera
«La generosidad misionera ha sido una de las razones de la buena salud y expansión de la
Congregación durante su primer siglo y medio de vida». (P. VECCHI, ACG 362, 8).
Nos libera «de los peligros del aburguesamiento, de la superficialidad espiritual y de un
trabajo indiferenciado» y «nos
proyecta con esperanza hacia el futuro»
(P. VIGANÒ, ACG 336, 12).
Es el impulso misionero de la
Congregación que refuerza la fe, da un
nuevo entusiasmo vocacional y
revitaliza la identidad carismática de
los hermanos sea en la Inspectoría que
envía, sea en la que recibe misioneros.

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PROYECTO MISIONERO EN LA INSPECTORÍA Y DE LA CONGREGACIÓN
Una Inspectoría no puede ser generosa con el proyecto
misionero congregacional si no se preocupa seriamente
del proyecto misionero inspectorial.
En efecto, el compromiso misionero en la Inspectoría es
un signo creíble y un estímulo para el compromiso
misionero de la Congregación, y viceversa. Uno influye en
el otro, lo estimula y lo ayuda.
La Petición de Misioneros
a. El Inspector, con la aprobación de su Consejo, presenta al Rector Mayor un proyecto
misionero concreto. La aprobación del Rector Mayor será la condición por el envío
de misioneros a esa Inspectoría. Sin esta condición previa, el envío de misioneros no
será posible.
b. Tras la aceptación de la petición por parte del Rector Mayor, el Inspector diáloga con
el Consejero General para las Misiones en lo que respecta
el perfil del nuevo o los nuevos misioneros;
las nacionalidades que tengan facilidad para entrar en el país y obtener el
visado;
los documentos que necesita presentar el misionero para obtener el visado
de residencia o el visado de misionero.
el Plan de Ácogida e Integración de los nuevos misioneros, indicando en
particular lo siguiente:
- El curso formal para el aprendizaje del idioma de al menos seis meses,
que puede ser prolongado si el nuevo misionero tuviese necesidad;
- El hermano en concreto que acompañara a los recién llegados;
- Como responder a las necesidades espirituales (confesiones, dirección
espiritual) del nuevo misionero;
- El proceso gradual de presentación del nuevo misionero en la Inspectoría
que lo recibe.
MISIONERO PARA LA VIDA
La vida misionera es una entrega radical y plena, que
por su propia naturaleza, implica una total
disponibilidad sin límite de tiempo (ad vitam).
El salesiano va a las misiones para quedarse.
Si, por motives graves, tiene necesidad de volver a su
Inspectoría de origen, el Rector Mayor, habiendo
escuchado el parecer de los dos Inspectores
interesados, dará o no su consentimiento.

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Una visión renovada, un perfil renovado
Hoy nos encontramos en un contexto diverso de la primera expedición misionera en America (1875) o del
Proyecto África' (1980). Los misioneros salesianos de hoy tiene que contar con la audacia y el celo del
P.Cagliero pero con una visión renovada de las misiones que implica un perfil renovado del misionero.
El Perfil del Misionero Salesiano de hoy
El Misionero Salesiano es destinado de forma definitiva a una INSPECTORÍA o
DELEGACIÓN (C. 159).
Contribuye al DIÁLOGO INTERCULTURAL, a la INCULTURACIÓN de la fe y del carisma
salesiano.
Está abierto a SER ENRIQUECIDO POR LA CULTURA LOCAL mientras continua a
profundizar su comprensión de la misma, a la luz de la fe cristiana y del carisma salesiano.
Se INTEGRA en la IGLESIA LOCAL, en la vida y en el proyecto educativo-pastoral (PEPS) de
la INSPECTORÍA.
El Misionero Salesiano no es sólo el que da, sino sobre todo el que RECIBE.
No sólo enseña, sino que sobre todo APRENDE del PUEBLO al que sirve, que NO es sólo
DESTINATARIO PASIVO de sus esfuerzos.
Como mediador, no se guarda NADA PARA SÍ MISMO, entregándose generosamente,
hasta consumirse.
Se ocupa de mantener vivo su ardor de santidad por medio de la “GRACIA DE UNIDAD”.
Se compromete a COLABORAR con los LAICOS, los VOLUNTARIOS MISIONEROS y los
demás miembros de la FAMILIA SALESIANA.
La presencia de los Misioneros refuerza la inculturación porque ellos ofrecen
PERSPECTIVAS DE LA CULTURA que pasan desapercibidas a los hermanos locales y los
hermanos locales tienes una perspectiva de su cultura que los misioneros no poseen.
Una Inspectoría compuesta solo por HERMANOS DE LA MISMA CULTURA se arriesga
a ser menos sensibles a los retos de INTERCULTURALIDAD y menos capaces de ver
más allá de la propia cultura.
En la VEJEZ, continua su trabajo misionero compartiendo la propia AMISTAD y
SABIDURÍA, con la ORACIÓN y con el EJEMPLO de vida: la SEPULTURA en su tierra de
misión sella este amor.
La vida misionera es una ENTREGA radical y plena, que implica una total disponibilidad
SIN LÍMITE DE TIEMPO (ad vitam).

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LA VOCACIÓN MISIONERA
Nuestra profesión religiosa es una profundización singular y fecunda de nuestra
consagración bautismal, en vista de nuestra misión particular en la Iglesia.
Entonces, la vocación misionera salesiana es una llamada del Señor, dentro de nuestra
única vocación salesiana.
Hay salesianos que se sienten llamados con total disponibilidad para ser enviados a
cualquier parte del mundo fuera del propio contexto cultural y de su propio país (AD
EXTEROS) para colaborar con celo y audacia en las nuevas fronteras de nuestra misión
de evangelización o donde la Iglesia no está plenamente establecida (AD GENTES), sin
límite de tiempo (AD VITAM).
LA EXPERIENCIA MISIONERA
En la Congregación los hermanos pueden ofrecerse para trabajar temporalmente en
otra Inspectoría, o para responder a una necesidad específica o urgente.
A la luz de una visión renovada de las misiones, no es el caso de hablar de misioneros
ad tempus (temporales) sino de experiencia misionera.
Para algunos hermanos esta experiencia misionera puede ser una oportunidad para
hacer un discernimiento y madurar su vocación misionera. En este caso estos
presentarán su total disponibilidad al Rector Mayor para los proyectos misioneros de
la Congregación.
Por la experiencia misionera, se firma un acuerdo entre los dos Inspectores de de tres
o cinco años. Puede ser renovado pero no más de un período de diez años. Una copia
del acuerdo se enviará al Consejero General para las Misiones, al Consejero General de
la Región y a la Secretaría general.
La experiencia
misionera es una
experiencia positiva
para tantas Inspectorías
y hermanos
¿Cuál es MI perfil como Misionero Salesiano?
¿Qué implica para mí este renovado perfil misionero?

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El Discerniminto de la Vocación Misionera
La vocación misionera necesita un atento discernimiento. Este es un recorrido gradual
y progresivo que se cumple con la ayuda de un guía espiritual, del Director y del equipo
formativo.
En las diversas fases de la
FORMACIÓN INICIAL, se
anima a todos los formandos a
mantener vivo el ESPÍRITU
MISIONERO como elemento
esencial de nuestro carisma, a
través de los contenidos
subrayados, los planteamientos
a cultivar y las experiencias a
promover en cada fase
formativa. Deben ser formados a la disponibilidad con una mirada abierta a la vida de
la Iglesia y de la Congregación dando a conocer los proyectos misioneros.
«Es tarea de los Inspectores, Delegados de Animación Misionera (DIAM) y los
formadores favorecer especialmente en los jóvenes hermanos el discernimiento sobre
la vocación misionera ad vitam» (AGC 429, p. 50.)
No hay un límite de edad para ser enviado como misionero. De hecho, el diálogo
intercultural e interreligioso, la inculturación y el aprendizaje del idioma son más
fáciles en la juventud. El POSTNOVICIADO es la fase de formación más adaptada, para
hacer un serio discernimiento misionero.
Los postnovicios que manifiestan su interés en convertirse en misioneros son
ACOMPAÑADOS de forma más cercana, para poder hacer un buen camino de
discernimiento.
El Inspector, en diálogo con el Consejero General para las Misiones, puede enviar al
candidato misionero en el postnoviciado para un año de tirocinio en una obra
misionera en su Inspectoría, o en otra, para discernir mejor la vocación misionera.

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La Selección y el Envío de Misioneros
Desde que don Pascual Chávez lanzó el ‘Proyecto Europa’ en el 2008 se inició una modalidad
más colegiada, que se ha consolidado en el actual proceso de discernimiento, elección y envío
de misioneros.
Las Fases del Discernimiento
a. El hermano escribe una carta al Rector Mayor presentando su disponibilidad misionera.
b. Recibida la carta, el Rector Mayor incluye al Consejero General para las Misiones.
c. El Consejero General para las Misiones inicia o continua el diálogo con el candidato.
d. El Consejero General para las Misiones dialoga con el Inspector del candidato pidiéndole a él y
a su Consejo una opinión por escrito para verificar la idoneidad del candidato. Si el
candidato está en formación inicial, es necesaria la opinión escrita del Director y del Consejo
de la Casa.
e. Recibido el parecer favorable del Inspector y de su Consejo (y del Director y del Consejo de la
Casa), el Consejero General para las Misiones hace un estudio con el Rector Mayor sobre las
necesidades, las prioridades misioneras del año y los posibles destinos.
f. El Consejero General para las Misiones propone al Consejo General los destinos de los
miembros de la próxima expedición misionera.
El Envío Misionero
Es oportuno que en la Inspectoria se organice una ceremonia de despedida del hermano
misionero. La entrega de la Cruz misionera se reserva sólo al Rector Mayor en el momento
del envío misionero.
El candidato misionero llega a Roma para el Curso de Orientación de cinco semanas de
preparación para el envío misionero. Durante el curso, escuchando personalmente al
candidato, el Consejero General para las Misiones concluye el discernimiento para el
destino definitivo del nuevo misionero.
Después de la ceremonia de entrega de la Cruz Misionera, el misionero vuelve a su
Inspectoría de origen donde prepara los documentos y espera el visado. Si tiene la
posibilidad de obtener el visado en Italia, será destinado temporalmente a una casa
salesiana, a la espera de los procedimientos de migración, con el consentimiento previo del
Inspector interesado.
Al Inspector de origen del misionero se le
solicita dar al misionero saliente, mientras
espera los procedimientos de migración, la
posibilidad de iniciar el estudio de la lengua de
destino, según las posibilidades locales.
Para los misioneros que salen como tirocinantes,
el tiempo destinado en exclusiva al estudio del
idioma o de espera de los procedimientos de
migración, no se consideran como parte del
tirocinio.
La cruz misionera
salesiana
distintiva es
entregada por el
Rector Mayor sólo
a los que parten
como misioneros.