Actas_1980_295.ACG


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del consejo superior
ano LXI - enero-marzo 1980
N.0 295
organo oficial
. . de animacion
y comun1cac1o, n
para
la congregacion salesiana
ROMA
DIREZIONE GENERALE
OPERE DON BOSCO

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ACTAS DEL CONSEJO SUPERIOR
DE LA SOCIEDAD SALESIANA
ANO LXI - ENERO -MARZO 1980 - N.0 295
Indice
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
«Confirma fratres tuos»
2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES
2.1 Los articulos 196 y 197 de las Constituciones
2.2 Prioridades misioneras
3. DISPOSICIONES Y NORMAS
(Cfr. 2.1)
4. ACTIVIDADES DEL CONSEJO SUPERIOR
4.1 El Rector Mayor
4.2 El Consejero para la Formaci6n
4.3 El Consejero para la Pastora! Juvenil
4.4 El Consejero para la Familia Salesiana
4.5 El Consejero para las Misiones
4.6 El Consejero para la Regi6n Angl6fona
4.7 El Consejero para la Regi6n de Asia
4.8 El Consejero para la Regi6n «Atlantico»
4.9 El Consejero para la Regi6n «Europa-Africa Centrai »
4.10 El Consejero para la Regi6n lbérica
4.11 El Consejero para la Regi6n «Pacifico-Caribe »
4.12 El Consejero para la Regi6n «Ital ia-Oriente Med io »
5. DOCUMENTOS Y NOTICIAS
5.1 Carta del Rector Mayor a los lnspectores , desde Madras
5.2 Carta del Rector Mayor a las «Voluntarias de Don Bosco »
5.3 «Solidaridad fraterna »: 30 relac i6n
5.4 Hermanos difuntos
4.1 Elenco alfabético
4.2 Elenco cronol6gico

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Ctc ncra l Cace quiscica Salesiana - M ad rid.
Imprim e: Esc ue la Grafica Sales ia na - Mad rid - Acoc ha.

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«FORTALECER A LOS HERMANOS»
(CARTA CIRCULAR DEL R.ECTOR MAYOR)
INTRODUCCION
1. UN RETO ANGUSTIOSO
2. «CONFIRMA FRATRES TUOS»
3. INTENTO DE LECTURA DE LA CRISIS
- a nivei persona!
- a nivei culrural, socia! y eclesial
4. NUESTRA OPTICA DE DISCERNIMIENTO
- sfncomas positivos.
S. ALGUNAS T AREAS PRIORIT ARIAS
6. LOS EJES DE LA FUERZA Y DEL ALIENTO :
la verdad, iluminada por la «fe»:
redescubrimiento de los valores de la «profesi6n perpetua»
adhesi6n sincera a la «indole propia» de la Congregaci6n.
- la perspectiva, animada por la «es peranza»:
escucha o perativa de la llamada de los j6venes
renovaci6n de nuestra «criteriologfa apostolica»
- la bondad, sostenida e impreganada por la «caridad »
recuperaci 6 n Jel primado de la «dimens i6n contemplativa»
., uidado intenso de la «comu ni 6n fraterna ».
7. CONCLUSION
8 de diciembre de 19 79

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
Roma, 8 de diciembre del 979.
Queridos hermanos:
La fiesta de la lnmaculada nos ha vuelto a llevar, corno
todos los afios, a recordar nuestros origenes y a refrescar las
razones de nuestra esperanza. El 8 de diciembre, fecha tan
significativa para la vocaci6n salesiana, la he vivido entre los
queridos muchachos de la casa de Arese, con emociones pro-
fundas y en un torbellino de inquietantes reflexiones.
Al estar con los j6venes mas necesitados, en Arese, corno
antes en la India, en América Latina, en Africa, en China y
doquier, se palpa, con una intuici6n desconcercante, la utilidad
hist6rica y la urgencia de ser pienamente salesianos: de ser mas
genuinos, mas audaces, mas creativos y mas numerosos; si, si,
incluso mucho mas numerosos.
1. UN RETO ANGUST IOSO
La nuestra es una vocaci6n nacida del afan y del dolor de
una maternidad irrefrenable -la de Maria y la de la Iglesia-
para e! robustecimiento y la salvaci6n de la juventud cada dia
mas numerosa e indigente . La Iglesia, corno Maria, lleva dentro
de sus entrafias las energfas del amor materno, su intrepidez, su
constancia incansable, sus secretos de recuperaci6n, su estilo de
bondad, su sonrisa de comprensi6n, su osadia de esperanza, sus

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-6-
riquezas de donaci6n en una intimidad de alegria que, al decir
del poeta, «comprender no puede quien no es madre».
La maternidad de la Iglesia y de Maria comporta una vitali-
dad objetiva que introduce toda vocaci6n, especialmente la
nuestra -de una dimensi6n mariana tan intensa-, en el vér-
tigo de un amor apasionado que llega a tocar incluso las fibras
biol6gicas de nuestra existencia. El Papa, en su carta a los
sacerdotes, les habla del caracterfstico aspecto de paternidad de
su vocaci6n y no duda en llamarlo «casi otra maternidad, re-
cordando las palabras del Ap6stol sobre los hijos que él en-
gendra en el dolor (1 Cor 4, 1S; Gal 4, 19)» (Carta a todos los
sacerdotes, 8).
Si echamos un vistazo al mundo y consideramos, en los
diversos continentes, el aumento cuantitativo cada vez mayor
de nuestros destinatarios, y si volvemos los ojos a la responsa-
bilidad materna de la Iglesia y, dentro de Ella, a nuestra misi6n
espedfica, da un vuelco el coraz6n.
jEramos 22.000 en la Congregaci6n y ahora somos 17.000!
cC6mo es posible?
Es verdad que estamos viviendo un vasto desconcierto cul-
tura! en el que se asiste a campanas de resquebrajamiento de la
fecundidad que promueven el divorcio, el control de la natali-
dad, el aborto; o sea, que fomentan una cultura que pone en
crisis el misterio esencial de la maternidad. Por fortuna, la
lglesia tiene una naturaleza que le viene de lo alto, vinculada a
la trascendencia de la resurrecci6n ; vive encarnada cultural-
mente, pero corno portadora de luz y de fecundidad a roda
cultura y a roda hora hist6rica, sin dejarse aprisionar en las
modas pasajeras.
Nos urge, pues, refìexionar, a nosorros, que parnopamos
vocacionalmente de la naturaleza materna de la Iglesia, sobre el
significado de un ataque tan ins6liro a la fecundidad y a la
fidelidad.
cPor qué tantas defecciones de la profesi6n perpetua? 2Por
qué tantos sacerdotes reducidos al estado laical? cPor qué crece

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-7-
el numero de religiosos alcerados en su equilibrio psfquico yen
su vida de fe? ePor qué tan pocas vocaciones, sobre rodo en
tantas regiones de Occidente? cC6mo tener fuerza y valor para
perseverar? cNo nos habremos dejado o nos estaremos de-
jando aun fascinar demasiado por cierras modas y concepciones
secularistas tan deleréreas?
He aquf un reco que angustia nuesrra fidelidad religiosa.
2. «CONFIRMA FRATRES TUOS»
En la ultima reuni6n de los Superiores generales celebrada
en Villa Cavalletti el pasado mes de noviembre, se afront6
precisamente esce asunto, con esrudios de especialisras y con
intercambio de experiencias, reflexiones y esperanza sobre
rodo en los enriquecedores trabajos de grupo. El rema se ha
esrudiaao y discurido en vista de la responsabilidad que pesa
sobre los Superiores ; pero cada uno debe aplicarselo a sf
mismo, porque el Seéior nos ha encargado a rodos, a rodos sin
excepci6n, servir y animar a nuesrros hermanos.
El significado de tal funci6n se ha sintetizado en la expre-
si6n de Cristo a Pedro: «confirma frarres ruos », jtu preocupate
de afianzar a rus hermanos! (Le. 22, 32).
Nosorros somos débiles y ~olubles; pero Dios es fuerre. Mas
aun, s6lo Dios es la fuente del valor y de la seguridad; s6lo El
puede afianzarnos (Rom . 16, 25), s6lo El nos manrendra fir-
mes hasta el final (1 Cor. 1, 8); El es el que nos ha colocado
sobre el solido fondamento que es Cristo (2 Cor. 1, 21), El es
de fiar y El os afianzara y os guardara del malvado (2 Tes. 3,
3); El en persona os restablecera, afianzara, robustecera y dara
estabilidad (1 Pe. 5, 10). Sabemos, sin embargo, que Dios
actua en la vida cotidiana por medio de nosrros; hace llegar
hasta nosotros el vigor de su presencia y el dinamismo de su
gracia a rravés de hombres escogidos por El. Asf se explica la
misi6n de Pedro, la de los Ap6sroles, la de los gufas de cada

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-8-
Comunidad, la de cada uno para con su pr6jimo; son participa-
ci6n verdadera y concreta en la acci6n eficaz de reforzar y dar
nuevo vigor, propia de la potencia de Dios.
Pablo, por ejemplo, dice a los Tesalonicenses que les ha
enviado a Timoteo precisamente «para que afianzase, alentase
vuestra fe y ninguno titubease en las dificultades presentes»
(1 Tes. 3, 3).
Hay, pues, en nosotros, por la bondad y concesi6n del
Sefior, una verdadera capacidad de fortalecer y afianzar a los
demas en la vocaci6n bautismal y religiosa. Es un don que
comporta obligaci6n, discernimiento, iniciativa y tribulaciones;
pero que produce también el gozo propio de un ministerio de
amor fecundo. Escuchemos otra vez a Pedro en su primera
carta: «Me dirijo a los responsables de vuestras comunidades,
yo, responsable corno ellos (. ..): cuidad del rebafio que tenéis a
vuestro cargo, mirad por él (.. .) de buena gana (... ), con entu-
siasmo; no tiranizando a los que os han confiado, sino hacién-
doos modelo del rebafio. Asi, cuando aparezca el supremo
Pastor, recibiréis la corona perenne de la gloria» (1 Pe. 6,
1-4).
Quisiera, con esta carta, acertar a transmitir a los Inspecto-
res, a los Directores, a los Confesores, a los Formadores y, en
definitiva, a todos los Hermanos, un suplemento de consciencia
y de diligencia acerca de su responsabilidad de afianzar a los
demas y un testimonio vivo de la satisfacci6n y de la alegria
que proviene de hacerlo. Afianzar a los hermanos es compartir
con Cristo un poco su solidez de fondamento; es un colaborar
con Pedro en su funci6n de roca; es experimentar el dina-
mismo fecundo de la maternidad de Maria y de la Iglesia; es
condividir con Don Bosco la certeza de la validez sobrenatural
de la vocaci6n salesiana.
Los tiempos que vivimos exigen actitudes nuevas, apropia-
das a las dificultades que surgen. La crisis de fidelidad y de
fecundidad a que asistimos requiere en nosotros la capacidad
de afianzar y de alentar: una capacidad que comporta una

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-9-
programaoon de virtudes nuevas que practicar. Habra que
pensar un poco en ello y tornar. los propositos oportunos.
3. INTENTO DE LECTURA DE LA CRISIS
Las numerosas salidas que ha registrado la Congregacion en
estos aiios se situan dentro de un fenomeno mas amplio de
crisis y defecciones religiosas y sacerdotales y de disminucion
impresionante de vocaciones en la lglesia de Occidente. Es un
descenso que plantea preguntas inquietantes, ya sobre sus po-
sibles causas, ya sobre el significado actual de los valores de
fidelidad y perseverancia, ya sobre las perspectivas de futuro.
Estudiando las motivaciones que los que han salido y sus
superiores manifiestan para justificar el paso dado, dialogando
con los que actualmente se encuentran en un estado angustioso
de duda y de replanteamiento, reflexionando sobre las actitu-
des de los resignados o de los indeferentes, observando a los
que reaccionan sin equilibrio con actitudes torpemente conser-
vadoras o . superficialmente progresistas, y, sobre todo, ahon-
dando en el compromiso de los que -incomparablemente los
mas numerosos- perseveran activamente y se esfuerzan por
afrontar tantas dificultades graves, se ve en seguida la necesidad
de distinguir un doble nivei de lectura del fenomeno de crisis:
el nivei persona! propio de cada uno, que hay que considerar
caso por caso en su propio ambiente, y el nivei cultura!, socia! y
ecfesia f que hay que escrutar en una vision de conjunto, en
.I
solidaridad con los Pastores y con los expertos del pensamiento
y de la ciencia.
Se traca de dos aspectos que se superponen y se compene-
tran de hecho, pero cuya diferenciacion ayuda a un intento mas
inteligente de lectura de la crisis.
- A NIVEL PERS0NAL.-Nos referimos aqui principal-
mente' a los que han salido: su crisis, llegada a la decision
ultima, puede servir para iluminar las demas. Sabemos que los
casos de abandono han sido muy numerosos . El fenomeno,

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- 10 -
visto globalmente, nos ofrece datos concretos: debilidad de la
libertad humana, descuidos en la selecci6n y en la formaci6n,
desviaciones ideol6gicas, deficiencias institucionales, anacro-
nismo de algunos aspectos de la forma de vida, moralismo en la
practica de los votos y de la observancia de la Reglas, etc.
Podemos afiadir alguna consideraci6n, aprovechando, espe-
cialmeme, el analisis realizado por nuestro querido Consejero
para la Formaci6n, don Juvenal Dho, sobre las solicitudes de
dispensa presentadas en los ultimos diez afios.
En los motivos aducidos para solicitar la dispensa hay dos
puntos de vista, el del interesado y el de los superiores y
testigos : son dos enfoques que se complementan a la hora de
describir los motivos. El interesado presenta su estado de
animo, considera su propia ·situaci6n corno experiencia vivida;
el testigo, en cambio, describe el comportamiemo observable,
tal corno ha sido percibido en la comunidad por él o por otros.
Ante todo, no podemos descuidar el recuerdo del signifi-
cado profondo y grave del acro de libertad con que se hace la
profesi6n perpetua o con que se pide la dispensa. Se trata de
una decisi6n libre, de una opci6n global que influye en rodo el
proyecto de existencia, toca necesariameme el santuario intimo
de la conciencia y deja entorno una zona impenetrable para
todo observador, incluso para el mismo interesado. Por
tanto, indicar los Il?Otivos de una opci6n de abandono no
equivale a establecer sus causas: «hablar de "motivos" y hablar
de "causas" no es exactameme lo mismo. El tema de las
"causas" es necesariamente mucho mas amplio, y va del estu-
dio de las multiples variables ambientales, actuales e hist6ricas,
a las personales; mientras que el de los "motivos" se restringe
a los elementos que pr6ximamente llevan a la persona a una
decisi6n y que son vistos por ella corno la "raz6n" de tal
decisi6n » (J. Dho).
Nosotros, aqui, partimos del nivei de los «motivos » presen-
tados por los interesados y por los testigos.
Una primera valoraci6n, simplememe «cuantitativa» (y que,

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- 11 -
por tanto, necesita un estudio mas detenido para no formular
juicios superficiales y erroneos) nos presenta corno primera
. indicacion, numéricamente muy superior a las que le siguen, la
castidad, afectividad y sexualidad. A continuacion aparecen, por
orden decreciente, las dificulcades de personalidad, caracter y
disturbios psfquicos; luego, la inmadurez generai; el abandono
de la oracion y el desinterés por la vida espiritual; la pérdida
del sentido de la vocacion; el endurecimiento ideologico; la
inadaptabilidad a la vida comun; la rupcura con los superiores;
el desacuerdo y la contestacion; finalmente, y es importante, la
constatacion de la no existencia de vocacion. Ademas de escos
motivos se clan también situaciones concretas que se han hecho
irreversibles.
La alta frecuencia cuantitativa de los «motivos » cocances a la
castidad, afectividad y sexualidad, ciertamence no debe ser juz-
gada corno una «causa» del fenomeno actual de crisis. No se la
puede mirar aisladamente, pues su verdadero significado se lo
da la interdependencia con otros «motivos » a los que va unida,
y del contexto global de la persona sicuada concretamente en
una determinada trama de vida y en un clima culcural y espiri-
. mal.
.
Nos parece mas objetivo y penetrante, en cambio, un in-
tento de sfntesis generai de los diversos «motivos » presenta-
dos, que logre describir mas agudamente la crisis de las defec-
ciones. Una leccura sincética del conjunco puede hacerse en la
descripcion de un estado de animo bastante complejo. Se trata,
en generai, de un estado de animo que revela desconcento y
frustracion por la vocacion religiosa y sacerdocal, rechazo de
normas, orientaciones, directrices y estructuras: codo elio muy
relacionado con tres elemencos significativos:
- debilitamiento del sentido sobrenatural y decadencia espiri-
cual generai;
- opciones ideol6gicas que tienden a justificar el abandono ;
- necesidad inmadura e impulsiva de a/ecto, con cafdas mas o
menos frecuences en el ambito de la castidad .

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- 12 -
Sin duda, al consi_derar ese estado de animo en cada -caso
concreto, sera preciso considerar su historia, que va de la
infancia al ambiente fàmiliar y social, a la educacion y a los
estudios, a la formacion religiosa, al trabaj_o realizado, a la
situacion de convivencia en comunidad, etc.; ademas sera pre-
ciso confrontarlo con el colosal fenomeno de evolucion cultura!
en que vivimos, que a su vez tiene su propia historia y desarro-'
llo mas o menos acelerado, y acentuado .de distinta manera,
segun las regiones y los paises en que se vive; ademas, no se
podra dejar de considerar también el profondo proceso de
renovacion surgido en el ambito espedfico de la lglesia des-
pués def Vaticano Il, que exige cambios delicados y ritmos de
dinamismo espirinial y apostolico con e-xpresiones concretas
diferentes en las diversas regiones.
Del analisis de los «motivos » se desprenden también dos
categorfas muy distintas de abandono: la primera es la de·
quienes manifiestan una inautenticidad inicial de la vocaci6n
religiosa, latente durante muchos afios y manifestada en circuns-
tancias muy diversas; la segunda categoria es la de quienes
sefialan una debilitaci6n progresiva de la vocaci6n hasta la ruptura
de la perseverancia religiosa.
Al analizar estas dos categorfas de hermanos nos sentimos,
sin duda, todos encausados y llamados a juicio. Son motivacio-
nes en que todos estamos complicados : ligereza en las admisio-
nes, superficialidad en el discernimiento de las vocaciones,
insensibilidad ante los. peligros de ciertas ideologfas desorienca-
doras, aburguesamiento, falca de nervio espirimal y apostolico,
situaciones comunitarias irregulares o injustas e impropias, in-
comprensiones y contrastes, exceso de trabajo en cantidad o
cualidad, condicionamiento de sospechas, habladurfas, calum-
nias, instrumentalizacion de las dotes personales y falca de
espacio para el espiritu de iniciativa, aislamienco y frustracion
por el hecho de no encontrar en la comunidad la genuina
comunion y comprension. de la caridad.
,
Hay, pues, no pocas responsabilidades personales, tanto en

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- 13 -
quien ha abandonado corno en los muchos que hàn perseve-
rado. Esto es objetivo; pero no justifica por si las defecciones.
La libertad persona! vive envuelta, corno ya hemos dicho, en
un manto de misterio: no podemos someterla a un analisis
exhau.scivo; ella nos invita a no condenar.
Pero, si bien es cierto que la libertad sufre el impacto del
ambiente, no se puede aceptar una explicaci6n determinista de
las crisis personales: la vocaci6n es un hecho dialoga!, marcadç>
de originalidad, en las relaciones de cada uno con Dios; implica
relaciones personales libres y sinceras con El a cravés de las
vicisicudes y acontecimientos de la vida, y a cravés de las
mediaciones de ocras personas concrecas. Por parte de Dios, es
absoluta la certeza de su fidelidad a la llamada que El mismo ha
hecho y a la intervenci6n de su misericordia para sostener la
débil capacidad de perseverancia de la libercad. La fuerza del
ambiente no quica la responsabilidad a nadie, si bien circuns-
cribe la libercad de cada uno en un cuadro de referencias que
no se pueden no tener en cuenta.
Hecha esca aclaraci6n, hemos de asumir sin falca coda nues-
tra responsabilidad, no solo por el influjo persona! que puede
haber existido en la compleja objecividad de no pocas motiva-
ciones, sino, sobre rodo, para acepcar el reco que nos lanza la
crisis y afrontar su problematica con intelige!)cia, conscancia y
visi6n de futuro.
- A NIVEL CULTURAL, SOCIAL Y ECLESIAL. - En el ac-
cual devenir humano se registra un incenso proceso de cambios,
tanto en la Cultura corno en la Sociedad y en la Iglesia, para-
lelo a los signos de los ciempos aparecidos en esce siglo y ge~
neralizados, sobre rodo, después de la ultima guerra mundial.
El gran cambio antropologico, corno se suele llamar, con e!
sentido de activa particioaci6n socia!. de conciencia mas clara
de la dignidad de la persona, de emancipaci6n de micos y supers-
ciciones, de promoci6n humana de la juscicia social, de enorme
desarrollo de las ciencias y de la cécnica, nos ha lanzado a codos
a la busqueda de un nuevo proyecto de hombre.

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- 14 -
Los vastos y rapidos cambios estructurales sociopoliticos,
que apuntan a la construcci6n de una sociedad nueva, pensada
con la ayuda de variadas ideologias, en muchos casos no cris-
tianas y extrafias al espiritu del Evangelio, han suscitado tensio-
nes y luchas y un pluralismo cultura! que desorienta.
El conjunto de estos fen6menos seiiala una hora de creci-
miento de la humanidad, y presenta las sefiales anunciadoras de
una época hist6rica nueva. «El género humano -nos dice el
Concilio- se halla hoy en un periodo nuevo de su historia,
caracterizado por cambios profundos y acelerados que progre-
sivamente se extienden al universo entero. Los provoca el
hombre con su inteligencia y·su dinamismo creador; pero re-
caen luego sobre el hombre, sobre sus juicios y deseos indivi-
duales y colectivos, sobre sus modos de pensar y sobre su
comportamiento para con las realidades y los hombres con
quienes convive. Tan esto es asi, que se puede ya hablar de
una verdadera metamorfosis socia! y cultura!, que redunda
también en la vida religiosa. Como ocurre en toda crisis de
crecimiento, esta transformaci6n trae consigo no leves dificul-
tades » (GS 4).
Por otra parte, la pro/unda renovaci6n eclesial que ha promo-
vido el Vaticano II con la profundizaci6n del misterio de la
lglesia en los aspectos de comuni6n y misi6n, la centralidad
dada a la Palabra revelada, el concepto complementario y de
servicio de rodo ministerio y carisma, la gran importancia que
se ha dado a la lglesia locai con sus exigencias de descentraliza-
ci6n y de pluriformidad pastora!, el apostolado de los seglares,
la perspectiva ecuménica y el dialogo con las religiones no
cristianas, la libertad religiosa, el nuevo enfoque del ministerio
sacerdocal corno funci6n de «pastor» y de «guia» de la comu-
nidad, la dimensi6n colegial del Orden, la nueva presencia de
la Iglesia en el mundo corno experta en humanidad, su natura-
leza sacramentai y el redescubrimiento de I sentido eclesial de la
consagraci6n religiosa han tocado en lo mas hondo todos los
aspectos de la realidad cristiana, y en consecuencia han remo-

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-15-
vido cierta tranquilidad de vida por un lado, y por otro han
descoocertado los aoimos y han dado ocasi6n, a veces, a ioter-
pretaciooes subjetivas, a difereocias de pareceres eo las cosas
mas santas y seguras, e incluso, a abusos y desviaciooes.
Este es, pues, el motivo de que por taotos y tao profuodos
cambios, bien a nivei sociocultural, bien a nivei eclesial, surjao
no pocas dificultades, caracteristicas d u~
Ya lo dijo el Concilio : rodo esto favorece el surg1r de «un
ouevo conjunto de problemas que exigeo nuevos aoalisis y
nuevas si ntesis» (GS 5).
Las incertidumbres causadas por los cambios profuodos han
provocado una sutil inseguridad doctrioal en el ambito de la Fe
con dudas, imprecisiooes, y hasta ambigiiedades o aberraciones,
y una crisis de identidad en la lglesia misma y, eo generai, en
la Vida religiosa hasta afectar mas concretamente a cada uno de
los lostitutos.
La novedad de presencia de la lglesia eo el mundo ha provo-
cado una crisis de espiritualidad y de los métodos apost6licos
e n la interpretaci6o de las relaciones reciprocas entre promo-
ci6o humaoa y evangelio de salvaci6n y, en particular, una
crisis de la visi6n ascética de la «fuga mundi » y de la mora!
cnsnaoa.
El proceso de secularizaci6n ha puesto en crisis los valores
propios de toda consagraci6o, mientras que el sentido mas
democratico de la participaci6n socia! ha producido la explo-
si6o de la contestaci6o de la autoridad, y la aceleraci6n de la
historia ha desquiciado el campo de las estructuras y de las
iostituciones.
Por todo esto, no pocos religiosos se plaotean el problema
angustioso de la posibilidad de futuro o el preocupante pro-
blema de un futuro diverso. Y asi se ponen so r e ,pere los
priocipios mismos de la Vida religiosa: el verdadero valor de la
profesi6n perpetua, la esencia permanente de cada uno de los
votos, el sentido del proyecto evaogélico del Fuodador, la

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-16-
importancia de la forma de vida comunitaria, los cricerios de
admision al Instituto y la metodologia de la formacion.
Todo este enorme conjunto de valores nuevos, de proble-
mas y de dificultades influye en los individuos mucho mas de
lo que aparece explicicado en los «motivos» aducidos a nivel
persona!, en lo que se refiere al fenomeno de crisis y de
abandono.
Sin embargo, el Concilio, aun reconociendo el aumento de
las contradicciones y de los desequilibrios (GS 8), no habla de
catastrofe humana, sino, mas bien, de la aurora de «un periodo
· nuevo de la historia» (GS 4) y del positivo proposito de la
lglesia y de los criscianos para ayudar, con una generosidad y
eficacia cada vez mayores, a los hombres del mundo contempo-
raneo a que se esfuercen por conscruir una sociedad nueva y
una nueva era. De aqui se deduce que el Vaticano II nos
estimula a interpretar el fenomeno global de manera suscan-
cialmente positiva, aun dejando, corno deja, espacio mas que
suficiente para cantas angustias, inseguridades, desviaciones e
influjos negativos que contagian su peso y su dificulcad a las
vocaciones religiosas y sacerdotales.
Por consiguiente, una perspecciva de esperanza. Esca, sin
embargo, lanza un reto tremendo a la Vida religiosa contempo-
ranea en su estabilidad y en sus posibilidades de futuro .
4. NUESTRA OPTICA DE DISCERNIMIENTO
En cuanto a nosotros, el profondo cambio culcural a que
asistimos nos invita a la conversion y a un nuevo arranque. No
resulta dificil descubrir en él las riquezas propias del miscerio
de la historia, que lleva viva dentro de sf la presencia de Cristo
su Sefior. Nuescra leccura del conjunco de los fenomenos
puede llegar a ser, sin dificulcad, una medicacion de los desig-
nios misteriosos de Dios. En las vicisicudes, prosperas o adver-
sas , podemos percibir corno un paso del Sefior, que nos des-

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- 17 -
~ie~ta, n~s corrige, ~os estimula, nos ayuda a crecer y nos
1nv1ta a perseverar y a progresar.
Ningun Instituto religioso podra hoy permanecer fiel en
estado de inmovilismo; ni tampoco en un movilismo sin sen-
tido por el -mero af-an de cambiar, que ataca o descuida la
vitalidad de carisma inicial. El Sefior que pasa, nos invita a un
«equilibrio dinamico », que actue la fidelidad en el movimiento
con un ritmo de velocidad adecuado a las exigencias de las
situaciones. De esta manera el interés por hacer los cambios
justos y urgenres entra a formar parte viva de la misma genui-
nidad religiosa.
Pero para descubrir e interpretar el paso del Sefior se
necesitan capacidad de oraci6n, objetividad de analisis, contacto
vivo con Ìos odgenes, atenci6n a los signos de los tiempos y a
la condici6n de los destinatarios, que influyen profondamente
en la historicidad de la propia misi6n, continua e iluminada
ape laci6n al Vaticano II, a las orientaciones del Magisterio, a
las directrices de los ultimos Capitulos Generales y a la anima-
ci6n concreta de los principales responsables de la Congrega-
ci6n.
Es importante saber cultivar este género de meditaci6n con
espiritu de solidaridad comunitaria, sin actitudes individualistas
o de aurosuficiencia y sin presiones de grupos ideol6gicos.
- ENUMEREMOS ALGUNOS SINTOMAS POSITIVOS. -. Con
los Superiores Generales en Villa Cavalletti se ha podido indi-
viduar algunos elementos positivos que iluminan el panorama y
permiten conjeturar una perspectiva seria de perseverancia y
de fecundidad. He aqui alguoos:
- La conciencia y la con~tataci6n de que esta nueva esta-
ci6n de Dios nos esta llevando realmente por un camino de
renovaci6n, y no de agonia y de sepultura.
·_ El ejercicio, ya intensificado de hecho, de escrutar con
inteligencia iluminada por la fe los signos de los tiempos y de
tornar suficientemente en consideraci6n el cambio antropol6-

2.10 Page 20

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- 18 -
gico, abriéndonos a la enorme aportaci6n de las ciencias hwna-
nas, nos ha encaminado hacia una sintesis superior que no hace
consistir la fidelidad en una mera restauraci6n.
- El esfuerzo creciente por profundizar el 1dep6sito de la
fe, tanto en su estructura persona! corno en su contexto socia!,
nos ha despertado a iniciativas importantes para lograr una
formaci6n intelectual permanente.
- La visi6n conciliar de la lglesia corno misterio emi resti-
tuyendo a la Vida religiosa el primado de la dimensi6n con-
templativa.
- La sensibilidad por los pequefios y los pobr~e.,s.~ ~t'__
consigo una recuperaci6n de la fuerza testimoniante de
votos y una mayor sensibilidad de comuni6n.
- El desafio de tantos cambios ha movido a los Capitulos
Generales a precisar y esclarecer la identidad vocacional de
c.ada uno de los lnstitucos.
- La necesidad de programar el futuro con mirada inteli-
gente ha llevado a una vuelta objetiva y penetrante hacia el
carisma del Fundador.
- La sirnaci6n de inescabilidad y de busqueda ha contri-
buido a hacer revi w, a renovar y a reafirmar e! valor de las
Conscicuciones corno proyecto evangélico que se centra en la
profesi6n religiosa.
- La disminuci6n numérica de profesos ha estimulado a
procurar y cuidar la «calidad» en los diferentes aspectos esen-
ciales de là vocaci6n, en la selecci6n, en la admisi6n y en la
formaci6n inicial.
- La crisis, en generai, ha despercado las responsabilidades
y ha estimulado a esrndiar las prioridades espirirnales y pastora-
les que se deben cultivar.
No se puede negar que, junto a escos sincomas de espe-
ranza, permanece abierto, corno dice el Papa en su enciclica
«Redemptor Hominis », un panorama «de inquiernd, de miedo
consciente o inconsciente, de amenaza que de varios modos se
comunica a coda la familia humana contemporanea y se mani-

3 Pages 21-30

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3.1 Page 21

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- 19 -
fiesta bajo diversos aspectos [... ] en varias direcciones y varios
grados de intensidad» (RH 15 ).
De aquf, la importancia y la urgencia de saber encontr-ar, en
un perfodo de transici6n, el modo de fortalecer .y alentar a
todos los hermanos.
5. ALGUNAS TAREAS PRIORITARIAS
Mientras tanto, del analisis realizado con una 6ptica de
esperanza, se deducen ya concretamente algunas tareas irre-
nunciables y urgentes; debemos resaltarlas para que sean ob-
jeto privilegiado de nuestro trabajo de programaci6n en la
renovaci6n. Se trata de algunos puntos clave hacia los cuales
los datos analizados nos llevan a dirigir nuestra voluntad opera-
tiva.
- En primer lugar, el estudio a fondo del signi/icado de la
/e y de .su patrimonio doctrinal, centrado e ~ l misterìo pascuai
de Cristo en el contexto ·de la problematica actual. Esto nos
pide una atenci6n especial a la reflexi6n teologica sobre la Vida
religiosa y una conciencia renovada de sus valores fundamenta-
les, sobre rodo de la pro/esi6n perpetua.
- En segundo lugar, la calidad de la/ormaci6n, tanto inicial
corno permanente, precedida de una selecci6n cuidadosa de los
candidatos. El pr0Ee-sG formativo debe dirigirse por completo a
llegar a «la persona en lo mas profondo de su ser, y no s6lo a
su inteligencia y conducta exterior, para ayudarla a percibir y
encontrar de nuevo, con libertad, sus propias motivaciones »
0- Dho).
- Ademas, la urgencia de recuperar y de dar importancia
practica a la direcci6n espiritual es un elemento que aparece
frecuent1s1mo en aòa 1sis. Los Superiores Genera es la han
considerado corno una necesidad vital y han pedido que se
busque y encuentre el modo de sensibilizar a todos los lnstitu-
tos religiosos sobre este problema. En esta misma lfnea se ha

3.2 Page 22

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- 20-
insistido en la figura y papel del superior corno maestro de
«vida en el Espfritu», tal corno se ha descrito en el documento
«Mutuae Relationes » (MR 13).
- También, la importancia de la comuni6n fraterna y de las
relaciones humanas dentro y fuera de la Vida consagrada, pre-
senta una urgencia especial en la comunidad religiosa para
favorecer el equilibrio de la persona y para estimular la fideli-
dad, tan dificil particularmente en estos momentos. Si es cierto
que todo profeso se ha comprometido cori la comunidad, lo es
aun mas que la comunidad emi llamada a cuidar de cada her-
mano (Const. 4, 50-53, 54). Urge destacar hoy las grandes
posibilidades de prevenci6n y de terapia que puede ofrecer una
genuina comuni6n de vida: toda comunidad debe llegar a ser
«una comunidad fortalecedora», que sabe dar fuerza e infundir
animo a sus miembros.
- Finalmente, la atenci6n a una higiene psiquica y espiri-
tual: la salud psiquica tiene necesidad, corno la fisica, de un
conjunto de çondiciones que la conserven y favorezcan . «Se
constata que muchas defecciones van claramente relacionadas
con una serie de censiones, confliccos, ansiedades, que revelan
muchas veces, en el fondo, un modo de vivir, comunitario y
persona!, fuera de toda norma de higiene psiquica e incluso de
sentido comun » 0- Dho). Convendra tener en cuenta, sobre
codo en ciercos casos, los medios actuales de cracamiencos cera-
péucicos de inspiraci6n cristiana oportunos, recibidos, si es el
caso, en centros especializados.
Por ocro lado, la vocaci6n misma necesica su higiene espiri-
tual : «vivir habitualmence con un estilo en desacuerdo con los
valores vocacionales auténticos no puede dar otro resultado
que debilitarlos progresivamence » O. Dho).

3.3 Page 23

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- 21 -
6. LOS EJES DE LA FUERZA Y .EL ALIENTO
El intento de lectura de la actual crisis religiosa nos ha
abierro horizontes esperanzadores, pero a la vez ha confirmado
las preocupaciones y las angustias, al presentarnos una proble-
matica enorme y ambivalente, superior del todo a nuestras
posibilidades de intervenci6n, y que, por tanto, conserva tam-
bién su peso y su aspecto desalentador. No se trata, aquf, de
pasar por optimistas o pesimistas, sino de ser creyentes.
La perseverancia y la fidelidad son posibles; mas a.un, son la
unica actitud valida y constructora de futuro.
Efectivamente, permanecer fieles y tener la capacidad de
fortalecer y alentar a los demas no provie·ne del ingenuo entu-
siasmo de quien no barrunta los problemas y no se da cuenta
de la grave corrosi6n del ir cediendo poco a poco ni de los
complejos peligros que amenazan el futuro de la Vida religiosa.
Sin embargo, aùn dando por descontadas la turbaci6n natural y
la infiltraci6n insidiosa de un sutil secularismo que penetra en
todos los ambientes y que hace tambalear el significado evangé-
lico de toda consagraci6n, permanece i.ndestructible una cerceza
de perseverancia. Sabemos por el Evangelio que Cristo es, en
la historia, el vencedor On. 16, 33) y que nuestra fe es verda-
deramente una victoria (1 Jn. 5, 4).
La fuente .de donde brota la capacidad de afianzar a los
hermanos proviene de la presencia salvadora de Dios en nos-
otros; y tal presencia hunde sus rafces en la gracia que santifica
nuestro ser y lo hace actuar a través de los dinamismos teologa-
les de la fe, la esperanza y la caridad.
Esos son precisamente los tres grandes ejes sobre los cuales
gira el servicio de afianzamiento de los hermanos hoy: el de la
verdad, iluminada por la «fe »; el de la perspectiva, animado
por la «esperanza»; y el de la bondad sostenido e impregnado
por la «caridad ». Queremos reflexionar brevemente sobre estas
energfas que se nos brindan de lo alto.
Debemos dar aquf por conocidos los grandes horizontes

3.4 Page 24

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- 22 -
cristianos de la fe, esperanzà y caridad: trararemos solo algunos
punros esrratégicos que de esos horizonres refluyen sobre nues-
rra vida religiosa y ~xigen una atenci6n especial y prop6sitos
pracricos de aplicaci6n.
De la fe sacamos algunas orienraciones esrratégicas sobre la
verdad; de la esperanza, algunas llamadas para la misi6n; de la
caridad, algunas prioridades para la comuni6n.
- LA VERDAD, ILUMINADA POR LA «FE». - Lo primero de
rodo, para dar fuerza e infundir animo en casa, es necesario
saber presentar limpida la vérdad sobre la Vida religiosa.
El Concilio, el Magisrerio, los Capfrulos Generales y los
Superiores responsables de roda la Congregaci6n han ofrecido
para esro, en los ultimos afios, un abundanre materiai de escla-
recimienro. También han ayudado, en la Iglesia, a individuar
los cenrros neuralgicos de la consagraci6n religiosa algunos
buenos ce6logos con oporcunas reflexiones.
Por desgracia, cambién se han difundido ideologfas peregri-
nas o interpretaciones superficiales o infundadas y modas secu-
laristas, que despistan a las personas fragiles o poco maduras.
En cuanro a esto, convendrfa no echar en olvido que los
Ap6sroles pronunciaron juicios fusriganres contra los falsos
maescros que alejan de la verdad a sus hermanos (Cfr. 2 Cor.
11, 1 ss.; 1 Tim . 6, 3 ss .; Tic. 1, 10 ss .; 2 Pe. 2, 10 ss.;
1 Jn. 2, 18 ss. ; Juds . 1, 3 ss.).
Urge asegurar la claridad de percepci6n y la convicci6n de
conciencia sobre los valores que acompafian algunas verdades
fundamencales para nuestra vocaci6n.
Concemremos nuesrra escracegia en dos: la «Profesi6n reli-
giosa» y la «fndole propia» de la Congregaci6n.
El redescubrimiento de los valores de la «Profesion
Perpetua», corno opci6n fundamemal y definitiva, por parte
del sujero, y corno consagraci6n espedfica por parre de Dios y
de la Iglesia. Con la profesi6n perpetua el religioso lanza roda
su exiscencia a una orbita eclesial muy concreta. La profesi6n

3.5 Page 25

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- 23 -
perpetua es una opci6n y consagraci6n totalizante, que se cons-
tituye en medida de juicio y criterio de discernimiento en
todas las opciones posteriores; comporta una 6ptica originai y
un testimonio especial en d proyecto global de la propia vida;
nada queda fuera de las perspectivas de ese enfoque. No se es
religioso intermitentemente, a ratos : la oblaci6n de la profesi6n
y su consagraci6n intima es el compromiso radical que cualifica
todos los aspectos de la existencia del religioso.
En la f611mula con que nosotros hacemos la profesi6n per-
petua (Const. 74) aparecen las caracteristicas de la «alianza»
biblica: el encuentro de dos fidelidades en un compromiso de
existencia; y una amistad de caracter nupcial, que empefia roda
la vida y orienta rodo el dinamismo de la propia actividad; es la
fusi6n de dos libertades a tiempo pleno y a existencia plena.
Con raz6n hablaba Santo Tomas de un «voto de profe-
si6n », en singular (Cfr. S. Th. II-II, q. 186), pues considera el
acto del que profesa no dividido, sino mas bien explicitado en
los tres votos, corno un acro unico y global del « Voto de
religi6n » (Cfr. Tillard, «Devant Dieu et pour le monde », ed.
du Cerf, Paris 1974).
El motor interno de la profesi6n perpetua, el secreto de su
dinamismo y roda su mistica es el «seguimiento de Cristo ». El
amor y el e ntusiasmo por El constituyen la fuente primera y la
meta de la vida del religioso.
En la celebraci6n de la profesi6n perpetua debemos subra-
yar su dim ensi6n pub!ica que asegura y proclama oficialmente el
sello eclesial y el significado socia! y comunitario de la consa-
graci6n. En efecto, la celebraci6n de la profesi6n perpetua
manifiesta una intervenci6 n particular del Senor a través del
ministerio de la Iglesia. Antiguamente a esca intervenci6n se le
daba el nombre de «consagraci6m, (rambién el nuevo «Ordo
professionis religiosae », pags . 30, 49, 73, 92 usa el término
«consecratio seu. benedictio » para Ja, profesi6n perpetua). Y
precisamente en este· sentido\\ el Concilio habl6 de «consagra-

3.6 Page 26

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- 24 -
oon» del religioso: «(él) es consagrado (por Dios) mas intima-
mente al servicio divino» (LG 44, texro latino).
Si la intervenci6n de Dios es consagraci6n y bendici6n que
desciende de lo alto, el acro del que profesa es oblaci6n y
holocausro que asciende de abajo.
La vocaci6n de cada uno es una llamada divina particular, a
la que responde la libertad persona! con su oblaci6n definitiva,
que recibe la contrasefia de una consagraci6n especial por parte
de Dios, merced a la cual rodo el ser del hombre entra, con un
nuevo titulo, en una nueva uni6n de amistad con El que abarca
roda la vida y toda su actividad, y que le asigna un papel especial
en la sacramentalidad generai de la lglesia.
No en vano se hace la profesi6n perpetua corno parte
integrante de una celebraci6n ' liturgica, y su significado mas
profondo «nace de un acro liturgico y es inseparable de la
liturgia» (G. Phlips, en su comentario de la «Lumen Gen-
tium» ). A través de la' profesi6n queda uno consagrado por el
Sefior en su Pueblo, en cuanto Sacramento universal de salvaci6n,
para participar mas espedficamente en su misi6n entre los
hombres. Asi la Vida religiosa adquiere una dimensi6n «sacra-
mentai», que es participaci6n de la naturaleza de la Iglesia, para
manifestar y comunicar a la sociedad humana un aspecro del
misterio de Cristo (LG 46), no simplemente corno proyecro
privado de un individuo o de un grupo, sino corno una funci6n
oficial, o me jor corno un carisma publico y eclesial para e I bie n
de rodos . De esta manera el religioso entra, por la profesi6n, a
formar parte de un «cuerpo especializado» (de un «ordo ») o
de una «categoria testimonial » en el organismo vivo del
Cuerpo de Cristo que es la lglesia.
Asi pues, redescubrir y proclamar la verdad sobre los valo-
res de la profesi6n perpetua, a fin de prepararse a ella y vivida
coherentemente, es el primer elemento para infundir fuerza y
alienro a los hermanos, para hacer conocer la grandeza y la
responsabilidad de la vocaci6n, para ir contra la indiferencia, la
superficialidad y ciertas interpretaciones ideol6gicas que desna-

3.7 Page 27

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- 25 -
turalizan el valor de la Vida religiosa o que, mas frecueme-
mente, debilitan los fundamentos de la perseverancia.
Podemos citar aquf, porque es de una profundidad analoga,
cuanto el Santo Padre escribi6 a los sacerdotes: «Es necesario
pensar en todo esto, particularmente en los momentos de cri-
sis, y no recurrir a la dispensa, entendida corno una "interven-
ci6n administrativa", corno si en realidad no se tratara, por e!
contrario, de una profonda cuesti6n de conciencia y de una
prueba de humanidad. Dios tiene derecho a tal prueba con
respecto a cada uno de nosotros, dado que la vida terrena! es
un periodo de prueba para todo hombre . Pero Dios quiere
igualmente que salgamos victoriosos de tales pruebas, y nos da
la ayuda necesaria» (Carta a los Sacerdotes 9).
El «confirma fratres tuos » va intimamente unido a la comu-
nicaci6n de la verdad sobre la naturaleza de la profesi6n perpe-
tua: de hecho e! sostén de las certezas de la esperanza y de los
bienes de la caridad es la fe.
Adhesion sincera a la «indole propia» de la congrega-
cion.
Otro aspecto de verdad en la Vida religiosa, en e! que
urge hoy insistir con esmerada claridad, es e! de la iden-
tidad carismatica del propio lnstituto para asegurar y desarrollar
concretamente un sentido claro de pertenencia. La profe-
si6n religiosa, en efecto, no se hace en abstracto, sino seguo un
proyecto evangélico concreto, concebido y vivido por e! Fun-
dador, y descrito con autoridad en las Constituciones . En los
origenes, nuestros primeros hermanos expresaban su proyeci:o
religioso de vida con una simple frase, pero densa de riqueza
existencial: «Quiero quedarme con Don Bosco ».
La identidad de un lnstituto no se encuentra en una idea o
en una definicion; sino en una experiencia de «vida en e!
Espfritu ». La Congregaci6n a la que uno se incorpora con la
profesi6n es una realidad hist6rica con nombres de personas,
con fechas, con tradici6n, con un estilo de santidad y de apos-

3.8 Page 28

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- 26 -
tolado, con objecivos particulares que alcanzar y con cricerios
adecuados de acci6n. La Vida religiosa en la Iglesia no es algo
genérico, subsistente «in se », sino el conjunto de Inscicutos
diferenciados, bien definidos, que prolongan vitalmente el pa-
trimonio espiricual de San Benito, de San Francisco, de Santo
Domingo, de San Ignacio, de San Alfonso, de Don Bosco, etc.
La fndole propia de un Instituto nace por la iniciativa del
Espfritu Santo cuando concede al Fundador un carisma decer-
minado. No se la inventa en cada generaci6n, sino que fluye
homogéneamence desde los orfgenes; de hecho, el carisma del
Fundador «se revela corno una experiencia del Espiritu, cransmi-
tida a sus disdpulos para que ellos la vivan, guarden, profundi-
cen y desarrollen constantemente en sintonia con el Cuerpo de Cristo
que crece ininterrumpidamente. Por eso, la Iglesia defiende y
sostiene la fndole propia de los diversos Inscicutos (LG 44; Cfr.
CD 33; 35, l; 35, 2, etc.). Esa fndole propia, ademas, com-
porta también un estilo particular de sant1/icaci6n y de apostolado,
que va creando una tradici6n tipica cuyos elementos objetivos
pueden ser facilmente individuados » (M R 11).
Exisce, pues, en la fndole propia de la Congregaci6n un
espesor hist6rico que no depende de interprecaciones ideol6gi-
cas ni puede quedar a merced del arbitrio de los individuos, o
de grupos de presi6n, sino que en la realidad esca anclado en
dos datos de hecho muy concretos: el Fundador, o sea, una
persona bien definida, que ha recibido y ha comenzado a vivir
en la historia un don especial del Espiricu ·Santo; y una Comu-
nidad de disdpulos, enriquecida ininterrumpidamente por el
mismo Espiritu Santo con nuevas vocaciones, y estructurada
organicamente con el fin de cuidar y desarrollar en el riempo la
permanencia del carisma del Fundador.
El desarrollo y la creatividad a cravés de los siglos necesitan
simonizar con las realidades hist6ricas, evitando distorsiones
canto de signo temporalista en el ambito sociopolitico. corno de
arbitrariedades espiricualiscas que apelen subjecivamente al so-

3.9 Page 29

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- 27 -
plo de Pencecostés. Los hechos nos dicen, por desgracia, que
actualmente existen abusos por ambas vertientes.
El servicio de afianzar y dar aliento exige, pues, un conoci-
mienco claro de la «indole propia» de la Congregacion, corno
una orbita claramente definida para lanzar a ella las energias
nuevas y los proyectos de desarrollo, a fin de lograr un creci-
miento homogéneo y sano del carisma del Fundador.
- LA PERSPECTIVA , ANIMADA POR LA «ESPERANZA ». - Para
afianzar y alentar a los hermanos se precisa cuidar también un
segundo eje: el de una perspectiva que demuestre la actualidad
y la imponancia de nuestra misi6n en medio de los hombres.
Hoy se mira al porvenir, al nuevo Adviento del 2000,
seguo el ritmo genuino del Evangelio, que implica siempre
novedad. Pero en esa actitud hay que ser conscientes del fu-
turo, aun sin dejarse condicionar por cierta seduccion magica
del futuro. jSomos nostros quienes influimos sobre e! futuro!
No estamos caminando en una via férrea trazada por una vision
determinista, sino creativamente, con criterios validos de dis-
cernimiento que miran simultaneamente al carisma del Instituto
y a los signos de los tiempos para construir, con nuestro
esfuerzo, una sintesis virai superior.
Cuando, rras un decenio largo de crisis, se comienza a
hablar de recuperacion de cienos valores o de cansancio por un
movilismo exagerado, no se indica un simple retorno al pasado
con un pian de restauracion: seria la negacion del crecimiento y
una adulteracion estatica de la fidelidad . Ni tampoco se trata de
un cansancio pasajero, corno si fuera una tregua operativa sin
verdaderas convergencias superiores y aporraciones positivas de
una nueva sintesis.
Ahora esramos ya asistiendo claramente a la revalidacion de
unos cuancos valores; crece una critica constante e incomoda
contra e! cambio por el cambio; no se trata de cansancio o
parada fugaz, sino de un paso adelante muy concreto.

3.10 Page 30

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- 28 -
La recuperaci6n de que se habla es la serial del comienzo de
una sintesis superior entre los grandes valores permanentes y los
aspectos nuevos positivos que emergen de los signos de los
tiempos. Se entrevé un equilibrio mayor entre los principios de
validez constante, ayer y mariana (porque transcienden la moda
efimera de la hora que pasa), y los valores que emergen en el
devenir humano. No es un equilibrio estatico para quien se ha
instalado en un pedestal, sino un verdadero equilibrio en el
movimiento, donde la misma velocidad interviene corno uno de
los factores que aseguran la estabilidad en ~l avanzar.
El profondo cambio cultura] hacia una época hist6rica nueva
no ha hecho mas que comenzar; la Iglesia, los Pastores, los
Institutos Religiosos deben pensar su misi6n desde e! interior
de una sociedad humana en transici6n, convencidos de estar
llamados a una busqueda valiente.
El equilibrio en el movimiento exige la posesi6n de algunas
certezas, claras y robustas, que constituyan corno una plata-
forma de lanzamiento hacia muchas 6rbitas del espacio; exige
saber vivir «establemente » en una «situaci6n inestable ». El
santo, por ejemplo , con su obediencia, con su castidad y con su
pobreza, es un hombre para todas las estaciones; es portador
de valores que sirven para cualquier tiempo; representa un
centro de interés no solo del pasado sino tambié n para e!
futuro. Ahora bien, ccuales son los principios permanentes que
lo mueven? Sera necesario acertar a individuarlos para hacerlos
entrar en simbiosis con los signos de los tiempos y lograr asi la
sintesis superior.
Esa es la direcci6n e n que hay que saber encontrar los
elementos de seguridad en una situaci6n de busqueda. La espe-
ranza esta, por si misma, lanzada hacia el futuro, pero se apoya
en certezas irrefutables ya existentes . Cuenta con la omnipo-
tente bondad y misericordia de Dios que nos ama y acomparia;
cuenta con la presencia viva y activa de Cristo que nos g uia en
la historia; cuenta con la intercesi6n e intervenci6n materna de

4 Pages 31-40

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4.1 Page 31

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- 29-
Maria ,que comparte, en la resurrecci6n, la tarea del Sefior en
la construccion del Reino de Dios en los siglos.
Para tener una perspectiva de valor y de entusiasmo en
nuestra mision, urge asegurar los grand_es puntos de apoyo de la
esperanza cristiana que nos dan la capacidad de equilibrio en
un periodo de transicion aun largo.
Pero aqui voy a recordar, para nostros, solo dos aspectos
derivados que considero estratégicos y urgentes: «la escucha
operativa de la llamada de los jovenes» y la renovacion de
nuestra «criteriologia apostolica».
- La escucha operativa de la «Llamada de los j6venes»
es indespensable para un compromiso apostolico de futuro.
Nos consideramos servidores del hombre, porque hemos sido
enviados por el Padre a ser misioneros de la juventud . Nuestra
perspectiva de futuro tiene dos polos inseparables: la ayuda de
lo alto que nos sostiene y no·s lanza, y los muchachos y jovenes
que nos llaman y solicitan en su condicion juvenil concreta.
Estamos entre los jovenes, porque Dios nos ha enviado a
ellos, y escrutamos su condicion juvenil con toda su problema-
tica porque, a través de ella, es Cristo mismo quien nos inter-
pela. La patria de nuestra mision es la juventud necesitada. Su
condicion objetiva es el estimulo practico que mide los com-
promisos de nuestra esperanza, nos ofrece elementos para eva-
luar nuestras obras y nos pone en crisis de revisi6n y de
replanteamiento de nuestro proyecto.
Hoy se siente imperiosa la necesidad de una «novedad de
presencia» apostolica; ésta no condena las obras por si mismas,
pero exige un replanteamiento magnanimo al lado de experi-
mentos inéditos debidamente programados y evaluados. Los
dos ultimos Capitulos Generales nos han orientado precisa-
mente por ese camino.
El moverse en esta direccion no disminuye los problemas;
mas bien los crea; no favorece ni la comodidad ni la tranquili-
dad, sino que despierta los sentimientos mas genuinos del

4.2 Page 32

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- 30 -
apostol; no se siente uno comodo, sino llamado a colaborar con
Cristo Redentor en la liberacion integrai del joven . La fuerza y
el valor se aflojan cuando se encierran en una situacion de
aburguesamiento; en cambio, su clima mas propicio es el de la
problematica y el de las necesidades ajenas, sobre rodo de los
destinatarios preferenciales. Nuestra vocacion nacio en tiempos
dificiles y el valor para vivirla crecio al afrontar las dificul_tades
reales y complejas del momento.
- Renovacion de nuestra «Criteriologia Apostolica»
para que tenga validez en el futuro. Tal criteriologia se con-
tiene, corno nos ha enseiiado el CG2 l, en el Sistema Preven-
tivo. Después del estupendo documento capitular sentimos la
imperiosa obligacion de reactualizar sus grandes principios fun-
damentales. Este es un trabajo indispensable para nuestra pers-
pectiva apostolica.
En el Sistema Preventivo encontramos el «estilo de santifi-
cacion y de apostolado » (MR 11 ) caracterfstico que el Espiri tu
del Seiior suscito en Don Bosco; constituye un elemento ve-
nido de lo alto que fondamenta nuestra espe ranza.
Ahora bien, en una situacion de transicion no nos sirven las
formulas hechas, sino mas bien los grandes criterios de accion
que suscitan y guian tantas programaciones posibles y diferen-
ciadas. Tenemos necesidad de criterios que animen, con vitali-
dad nueva, las tareas pascorales, aunque nos estemos moviendo,
o mejor, precisamente porque nos estamos moviendo e n una
incertidumbre sociocultural.
Cuidemos, por consiguiente, una perspecciva pedagogica de
~principios de accion robÙstos y garantizados por la experiencia,
que acompaiie y haga operante nuestra esperanza (Cfr. Carta
circular sobre «El Proyecto Educativo Salesiano », ACS 290,
19 78).
Cuanto mas se profundicen y se sepan craducir en orienta-
ciones practicas los grandes criterios pedagogicos pascorales

4.3 Page 33

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-31-
que nos ha dejado Don Bosco en el Sistema Preventivo, tanto
mas se contribuir.i, indudablemente, a afianzar a los hermanos .
- LA BONDAD, SOSTENIDA E IMPREGNADA POR LA «CARI-
DAD».-Finalmente, el tercer eje de la fuerza y del valor es el
de la bondad sostenida e impregnada por la caridad.
.
La bondad es una actitud que no condena, que no es
agresiva, que comprende, que perdona, que intuye, que es
paciente, que conffa, que espera, que pone interés, que con-
forta, que anima, que estimula, que alaba, que corrige con
humildad y confianza. Viene a la memoria el himno a la caridad
de la 'primera carta a los Corintios: «El que ama es paciente y
servicial. El que ama no es envidioso, no es jactancioso, no se
engrie. El que ama es respetuoso, no busca su propio interés,
no conoce la colera, no torna en cuenta el mal . El que ama
rechaza la injusticia, se alegra con la verdad. El que ama, rodo
lo excusa, todo lo cree, todo lo soporta, no pierde nunca la
esperanza» (Cfr. 1 Cor. 13, 4-7 ).
Ciertamente en un clima empapado de esta bondad resulta
facil la comunicacion reciproca y la eficacia de un dialogo de
animacion. Recordemos el encuentro del joven albani! Barto-
lomé Garelli con Don Bosco en la iglesia de San Francisco de
Asis, de Turin: la bondad del joven sacerdote hizo posible una
amistad que inauguro la nueva mision historica de la Familia
Salesiana en favor de la juventud.
Todos estamos convencidos de la importancia de la bondad;
y todos somos faciles en afiorar el corazon de Don Bosco, que
no siempre encontramos en el clima de nuestras comunidades.
Es mas facil criticar su ausencia que contribuir a aumentar su
presencia.
No cabe duda de que quien es «bueno » irradia calor y
esperanza en los demas. El problema est.i en conocer y usar los
medios para cultivar la bondad.
Me detengo también en este punto para recordar simple-
mente dos aspectos estratégicos que garantizan, a quien lo

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- 32 -
quiera, el creomiento de la bondad; provienen del don de la
caridad infundida en nosotrÒs por el Espfritu del Seiior. Son: la
recuperaci6n del «primado de la dimensi6n contemplativa» y el
cuidado intenso de la «comuni6n fraterna».
- La recuperacion del primado de la «dimension con-
templativa» implica el ejercicio y el desarrollo de la caridad
en nuescras relaciones con Dios: la acenta escucha de su Pala-
bra, la consideraci6n de su miscerio de salvaci6n, la meditaci6n
de su misericordia, e! estupor por e! heroismo de su sacrificio,
la admiraci6n por la benignidad y la constancia de su compor-
tamiento, e! gozo por la generosidad de sus dones, e! entu-
siasmo por la gratuidad de su amor.
La bondad que procede de la caridad no es propiamente un
dato cemperamental o una superficial convivencia bonachona,
sino un fruco consciente y exigente de la profundidad del
propio amor a Dios.
Cuanto mas se difunda en la Congregaci6n cierta atmosfera
cargada de ateismo practico, tanto menar sera la capacidad de
una verdadera bondad entre los hermanos.
La fuente de la bondad que constituye e! centro del espiricu
salesiano es Dios, en una conciencia de profonda amiscad con
El; tal bondad fluye del ejercicio de una caridad que contem-
pla, con inmici6n amorosa, e! coraz6n del Padre . Se trata de
una concemplaci6n donde la actividad de la inteligencia se pone
al servicio del amor y donde los prop6sitos de la voluntad se
traducen en un testimonio de servicio corno parcicipaci6n del
misterio adorado.
Para recuperar altura en la funci6n de infundir fuerza y
valor en los hermanos a través de la bondad, es preciso aumen-
tar la capacidad de permanecer en conversaci6n continua con
Dios, escogido, en la profesi6n religiosa corno el Amigo su-
mamente amado . De ahi la imporcancia y urgencia de cuidar los
tiempos de oraci6n persona! y comunitaria; la Eucaristia, la
Penitencia, la meditaci6n de la Palabra de Dios, la liturgia de

4.5 Page 35

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- 33 -
las horas, la devocion a Maria son los medios indispensables
para hacer posible, cada dia, nuestra bondad.
La capacidad de animacion a los demas se apoya por com-
pleto en la conciencia viva de la amistad con Dios .
- Cuidado intenso de la «comuni6n fraterna». - Otro
campo concreto para el cultivo de nuestra bondad es el ejerci-
cio de comunion con los demas.
jEn estos afios se ha hablado tanto de intercambios persona-
les, de amistad, de comunion fraterna, de comunidad ideai!
Hay que ser realistas y no contribuir a hacer de la comunidad
un mito. La comunidad perfecta no existe en la historia; solo se
da en la Jerusalén celeste. Aqui, entre nosotros, peregrinos, la
comunion fraterna es objeto de busqueda y esfuerzo de cons-
truccion; crece con las aportaciones de la bondad de cada uno.
Una bondad contenta de dar con e! estilo de la gratuidad
aprendido en el misterio de Dios.
El fenomeno de las defecciones y de la crisis profonda de
no pocos hermanos nos ha recordado un aspecto particular, tal
vez demasiado descuidado en e! vértigo de los afanes del
quehacer diario : en tod.os hay algun momento o grado de
debilidad y de pecado, incluso de disturbio psiquico ; hay un
nivel de patologia mas o menos intenso, incluso en los religio-
sos considerados normales; nuestra vida no es solo logica y
asces1s.
El realismo de las constataciones de debilidad , de culpa, de
desequilibrio y de enfermedad nos ha recordado que la bon-
dad tiene cambién un aspecto de comprension, de perdon y de
terapia. Al promover la formacion permanente en cada comu-
nidad se deberia reservar un lugar no secundario a su dimen -
si6n terapéutica, que muchas veces previene y ocras cura las
caida; y los sintomas patologicos de alguno de sus miembros.
Para dar fuerza y aliento a no pocos hermanos es necesaria una
acencion inteligence al cuidado de esce aspecto. La reeducacion
de cada comunidad debe llevarno s a saber afroncar las falcas y

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- 34 -
las crisis personales con el estilo de la bondad que es amor
comprensivo y respetuoso, basado en la fuerza y lealtad de
Dios, y no en el desinterés, en el permisivismo, en la conni-
vencia o en el temor a corregir.
7. CONCLUSION
Hemos recorrido juntos, queridos hermanos, un poco de
prisa y con una presentaci6n muy sintética, _algunos datos de
lecrura de la crisis acrual, y hemos descubierto signos de espe-
ranza e individuado tareas prioritarias de ttabajo. Lo hemos
hecho considerando el abandono de no pocos, el des.aliento de
algunos, el titubeo de otros, la merma de las vocaciones y el
ansia de todos por tener una perspectiva de futuro mas clara.
La época en que vivimos pone a prueba la fecundidad y la
fidelidad. 2C6mo reaccionar? 2Quién nos dara la fuerza y el
valor para afrontar tantos problemas?
·
El Seiior es la fuente de la fidelidad; Maria y la lglesia nos
proclaman el misterio cristiano de la maternidad fecunda; todos
los consagrados han sido encargados de llevar confianza y ale-
grfa a sus hermanos. Los ejes sobre los que gira tal ministerio de
animaci6n son la fe , la esperanza y la caridad; ellas nos invitan a
concentrar el servicio de afianzar y confirmar a los hermanos
en la verdad de nuestra vida consagrada, en las perspectivas de
nuestra misi6n, y en la bondad inherente a nuestro estilo de
vida.
Si considerarnos los puntos concretos a que nos hemos
referido al hablar de los tres ejes, constataremos que se trata
dt> un programa de renovaci6n ya profundizado y establecido
por nuestros dos ultimos Capftulos Generales. Se nota que el
Espfritu del Seiior nos asisti6 en aquellas asarnbleas para esta-
blecer una estrategia valida de cara al futuro, para esclarecer los
valores de nuestra identidad, para estimular los compromisos
de la perseverancia.

4.7 Page 37

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- 35 -
Concentrémonos, pues, inteligente y generosamente, en es-
tos puntos estratégicos para forcalecer entre nosotros la fìdeli-
dad y la fecundidad.
Don Bosco testimonio con toda su existencia la fìdelidad, la
fecundidad y la capacidad de alentar. Vivi6 en tiempos diffciles
y encontr6 precisamente en ellos una raz6n aun mas fuerce
para su vocaci6n. Tal vez nos estabamos olvidando de que
percenece a la esencia misma .de nuestra vocaci6n existir preci-
samente para resolver problemas, pequefios y grandes. Tam-
bién la lglesia existe para afrontar las dificultades y vencer el
mal.
Los pensadores de hace algunos siglos se preguntaban si
Cristo se habrfa encarnado en el caso de que no existiese el
pecado en la historia: nosotros sabemos que su encarnaci6n es,
de hecho, obra de redenci6n y liberaci6n en una lucha encar-
necida contra el misterio de la iniquidad .
También la dimensi6n mariana de nuestra espiritualidad nos
recuerda el aspecto de patrocinio y ayuda por parte de Maria
precisamente en tiempos diffciles, para que sepamos luch~r y
ser constantes hasta el fin.
Despertemos, pues, con confianza y esperanzados, el entu-
siasmo y la profundidad de nuestra profesi6n religiosa, recar-
dando cuanto deda el ap6stol Pablo a los cristianos de Corin-
tio: «(Dios), por su parte, os mantendra firmes hasta el fin,
para que el dia de Nuescro Sefior Jesus nadie pueda acusarnos.
Fiel es Dios, y El os llam6 a ser solidarios de su Hijo, Jesus el
Mesias, Sefior Nuestro » (1 Cor. 1, 8-9).
·jMis mejores deseos de fuerza y de aliento para todos!
Os aseguro mi afecto y un recuerdo todos los dias en la
Eucaristia y en el Rosario.
Vuescro en el Sefior,
EGIDIO VIGANO,
Rector Mayor

4.8 Page 38

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2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES
2. 1. El Economo Generai
LOS ARTICULOS 196 Y 197 DR LAS
CONSTITUCIONES
Este titulo podria hacer suponer, a primera vista, que se
trata de decir algo sobre las variantes hechas por el Capitulo
Genera! 21. 0 al articulo 196, o sobre las nuevas cantidades
limite de competencia inspectorial que ha sefialado el Rector
Mayor con su· Consejo, tema de que habla el articulo 197 de
las Constituciones. La comunicaci6n pertinente ya se hizo a su
tiempo a cada Inspectoria.
No se va a tratar de esos dos asuntos, pues ya existen al
respecto motivaciones claras y exhaustivas en las Actas del
Capitulo Genera! 21. 0 y en la comunicaci6n escrita del 16 de
julio de 1979, sobre los articulos 196 y 197 de las Constitu-
ciones, respectivamente.
Lo que aqui se quiere hacer es dar algunas orientaciones
practicas, y recomendar la observancia y aplicaci6n de esos dos
articulos tan importantes para todas las operaciones econ6-
mico-financieras que puedan afectar a las . Inspectorias y a las
Casas.
Es evidente que los responsables de esas operaciones de-

4.9 Page 39

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- 37 -
ben, ance rodo, asumir el compromiso de observar estos articulos
en todo su a/canee, no unicamente por deber de disciplina reli-
giosa y adminiscraciva, sino cambién corno norma de prudentia,
que, observada, da cranquilidad a los responsables interesados y
ofrece la garantia de una evaluacion exacca de _la operacion, en
cuanto es humanamence posible.
Puesca esca premisa, con respe_cco al arciculo 197, que
remice codas las operaciones previscas por el arckulo 196 de las
Conscicuciones a la compecencia del Inspeccor y su Consejo,
cuando se mantienen dentro de los limices definidos por el
Consejo Superior, cal corno se ha dicho antes, se recomienda
que, cambién en estos casos de descencralizacion, se cumplan
escrupulosamente los requisicos del caso, no corno simples for-
malidades, sino para valorar responsablemence la conveniencia,
el alcance, la ucilidad, los fines y la correccion de la operc).cion
propuesca
Si la operacion (enajenacion, adquisicion, préscamo, traba-
jos de conscruccion, ecc.), la propone una Comunidad, deberan
escudiarla y prepararla cécnicamente los organos compecentes
de la Casa, y, a ser posible, previo acuerdo de principio con el
lnspeccor y el Economo Inspectorial. Aprobada por el Consejo
de la Casa, se envia, con los dacos necesarios y la documenta-
cion correspondiente, incluida el Acca del Consejo locai, al
Inspeccor, que la pasara al Economo Inspeccorial para su pre-
sentacion y examen en el Consejo Inspeccorial, y dara o hara
dar la respuesca oficial escrita, con mocivaciones percinentes a
la decision comada. No hace falca afiadir que la decision puede
ser pienamente positiva o con sugerencias y variantes, o cam-
bién ·negativa, con la eventual indicacion de ocras soluciones,
que habria que escudiar y llevar adelante con el mismo «iter».
En cambio, cuando la operacion es de la misma lnspeccoria,
y no de una Casa ya existente, y se mantiene dentro de los
limices de la compecencia inspeccorial, la praccica correspon-
dience se hace en el ambito del Consejo lnspeccorial, ya se
trace de la misma promocion de la iniciaciva, ya de su aproba-

4.10 Page 40

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- 38 -
oon definitiva o eventual decisi6n negativa. Pero también en
este caso debe hacerse rodo a base de documentaci6n, de modo
que conste todo en las actas que se conservan en el archivo
ins pectorial.
Se ha insistido un poco sobre el deber de seguir tal proce-
dimiento, porque podria ocurrfrsele a alguien (y la hip6tesis no
esca infundada) que, por tratarse de asumos de ambito inspec-
torial, se puede proceder a la buena, sin tantas precauciones y
estudios, sin oir los pareceres de los 6rganos competentes, los
cuales pueden expresarse, con plena libertad y semido de res-
ponsabilidad, solo cuando estan perfectameme informados gra-
cias a una documentaci6n completa.
De paso, se indica también que corresponde al Inspector y a
su•Consejo establecer lo que juzga oportuno dejar a la compe-
tencia de los Superiores de cada Comunidad local, en materia
econ6mico-financiera.
Cuando las operaciones de que hemos hablado superan la
competencia de cada Inspectoria, después de tramitado el pro-
cedimiemo descrito, es necesario pedir la autorizaci6n del Ree-
tor Mayor y de su Conse jo, seguo el articulo 196, enviando
roda la documentaci6n, incluida el Acta de la sesi6n en que el
Consejo Inspectorial ha decidido la operaci6n. En este requi-
sito imprescindible, es necesario tener cuidado de que la do-
cumemaci6n contenga elementos y datos exhaustivos para que
el Consejo Superior pueda pronunciarse con pleno conoci-
miento de la operaci6n que se somete a su aprobaci6n. Solo asi'
se podran evitar dilaciones, agravadas por los frecuentes y
norables rerrasos posrales. Ademas, tal perici6n debe hacerse a
su debido riempo, y no cuando ya se han asumido compromi-
sos e incluso cuando ya esra cerrada la operaci6n. Para cierras
operaciones (por ejemplo, una construcci6n nueva, etc.), a fin
de evitar que se hagan inutilmente preparativos y gastos, es
aconsejable pedir permiso de principio de forma orientativa, y
atenerse a la respuesta. Es claro qµe si se trata de operaciones

5 Pages 41-50

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5.1 Page 41

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- 39 -
para una Obra nueva, es indispensable, antes de nada, obtener
la autorizaci6n para la apertura de la Obra misma.
Creemos que se puede terminar, porque parece que es
suficiente esta breve alusi6n normativa, y porque, habiendo
siempre otras muchas cosas que leer mucho mas elevadas, no
se qu·ere atosigar a los pobres interesados.
Roma, 31 de octubre de 1979
2.2. Prioridades mtsioneras
El 30 de septiembre pasado se cuvo, en la Basilica de Maria
Auxiliadora, de Valdocco, la tradicional funci6n de despedida a
los misioneros de la 109 expedici6n. Presidio Monsefior Emi-
nilio Vallebuona, Obispo de Huaraz (Peni).
Las peticiones de hermanos para ir a las misiones, del
primero de enero basca el 30 de noviembre de 1979, han sido
cienco creinta y una.
No se puede por menos de admirar la generosidad que
mueve a tantos hermanos a ofrecerse para servir a Dios en las
misiones, aun a sabiendas de que tal ofrecimiento comporta,
necesariamente, la renuncia a un escilo de vida y el choque con
dificultades imprevisibl~s y excraordinarias. La Congregaci6n se
da cuenca y valora escos sacrificios. Al mismo riempo, por
sentir la urgencia de las solicitudes que llegan de Africa, de
Asia y de Lacinoamérica, y por darse cuenta de la enorme
necesidad de persona! misionero, repice una vez mas, y de
forma angusciosa, un llamamiento a las lnspeccorias mas ricas
en hermanos.
Contra la objeci6n acostumbrada de que codas las Inspecco-
rias se siencen faltas de persona!, nos parece obligaci6n nuescra
recordar de nuevo el ejemplo de Don Bosco, que, en un
momento de excepcional necesidad para Europa, envi6 a las
misiones sus mejores religiosos. También la hiscoria de la Con-
gregaci6n nos da la misma lecci6n: en los momentos en que

5.2 Page 42

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-40 -
hubo mayor generosidad de hombres para la actividad m1s10-
nera, se multiplicaron las vocaciones y las obras. Precisa tener
hoy el valor, y mas aun la fe, de creer en estos milagros de la
vida de la Iglesia y de la Congregaci6n.
Es una movilizaci6n generosa y audaz que se inserta en la
renovaci6n espiritual mas vasta que el Papa esta promoviendo
en el mundo.
El Consejero para las Misiones, haciéndose intérprete del
mismo Consejo Superior, propone a los hermanos, en este
momento, dos campos de trabajo misionero espedfico bacia el
que se desea encarrilar, con la mayor urgencia, nuestro es-
fuerzo.
* El primero es el de Sudan. Ya se habl6 de ello en el
numero 292 de las Actas del Consejo Superior. La siruaci6n
pide, seguo constato con pena el Consejero para las Misiones,
una intervenci6n prioritaria y excepcional, debido a las condi-
ciones de extremo abandono materiai y espirirual de las pobla-
ciones. Como se escribi6 entonces, hacen falta hombres muy
celosos y de gran capacidad de sacrificio para afrontar una
siruaci6n dificilisima en el aspecto materiai. En compensaci6n,
quienes se ofrezcan a la empresa, pueden estar seguros de
encontrar una poblaci6n entusiasta y con una disponibilidad
religiosa muy abierta. jEs una auténtica promesa misionera! Ya
un hermano ha ocupado su puesto: encabeza la lista. Ahora
aguarda a quien se decida a ser su compafiero en esta avanzadi-
lla misionera.
* El segundo campo que se indica es el Oriente Medio.
Varias razones locales solicitan nuestra atenci6n y nuestra in-
tervenci6n: la explosiva situaci6n politica y socia!, el cruce de
distintas religiones y de diferentes iglesias cristianas, la relativa
facilidad de colaboraci6n a corto o a largo plazo.
Para que la Inspectorfa pueda sostener sus multiples obras
en paises con una variedad complicadisima de lenguas, religio-
nes, costumbres, gobiernos, etc., el Rector Mayor hace una
llamada, y pide el persona! que por ahora es imposible reclutar

5.3 Page 43

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- 41 -
en la zona. La dirige a los hermanos, con un marcado sentido
de solidaridad, esperando una respues.t:a de fraternidad misio-
nera.
Este interés forma también parte del programa misionero
que la Congregaci6n se ha propuesto desarrollar en Africa.
Varias obras de esa Inspectoria estan en Egipto o en Etiopia, y
las otras constituyen una especie de puente entre nuestra pre-
sencia en Europa y la de Asia. Seria muy doloroso romper la
continuidad de nuestra acci6n apostolica entre Occidente y
Oriente, y, por si fuera poco, retroceder progresivamente
en una zona donde los cat6licos deben conservar, por necesi-
dad, las posiciones de la lglesia. La Santa Sede esta muy preo-
cupada ante la eventualidad de un derrumbamiento, y nos insta
a nosotros, lo mismo que a los demas religiosos, a hacer todos
los esfuerzos posibles para resistir la tentaci6n de abandono.
La Inspectoria de Oriente Medio es la unica que opera
integramente en tierras de las Iglesias Orientales, cat6licas y no
c'at6licas. Por otro lado, desarrolla una actividad que se puede
decir que es unica, con sus oratorios y escuelas profesionales,
en el mundo musulman.
Pocas instituciones cat6licas estan, hoy, en condiciones de
tender un puente con esas poblaciones, corno lo esta haciendo
la lnspectoria de Oriente Medio con sus obras de promoci6n
humana.
Hay ademas otro aspecto digno de considéraci6n: la valora-
ci6n de nuestra Casa de Cremisan --cerca de Belén y de
Jerusalén- corno centro de estudios privilegiado para la for-
maci6n inmediata al sacerdocio y para la iniciaci6n y profundi-
zaci6n biblica.
Como se puede ver, por la 30 relaci6n del movimiento
generai de la «Solidaridad Fraterna», las cantidades llegadas al
Rector Mayor en estos diez afios y medio superan ya la cifra de
ochocientos millones de liras italianas. Un «gracias» cordial a
todas las Inspectorias donantes en nombre de las lnspectorfas
beneficiadas.

5.4 Page 44

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4. ACTIVIDADES DEL CONSEJO SUPERIOR
4.1. El R ector Mavor
El Rector Mayor, del 26 de sepciembre al 21 de occubre,
hizo una visita de animaciqn a los hermanos de la India y de
Birmania. Ances de regresar a Roma, pudo saludar cambién a
los de Tailandia.
Comenzo por Bombay, y, acompafiado por el Regional don
Tomas Panakezham, paso por las cinco Inspeccorias indias. En
ellas cuvo la oporcunidad de animar a los Consejos lnspeccoria-
les, parcicipo en las reuniones de los formadores, se encrecuvo
con las comunidades -parcicularmence con las de formacion-,
con los diversos grupos de la Familia Salesiana, y visico obras.
Al final dedico dos dias a las reuniones de la Conferencia
lnspeccorial India, en Calcuca. Esca vez, en compari.fa de don
Juvenal Dho y don -Juan Vecchi para los cemas de formacion y
de pastora! juvenil, respeccivamence.
Siguio después la ecapa birmana, con centro en Rangun,
adonde habian acudido los hermanos, desde Lashio. Examino
con ellos su sicuacion de crabajo y las posibilidades de desarro-
llo, en un clima de dialogo fraterno e incenso.
Y corno ya se ha dicho, una visita rapida a Bangkok, donde
bendijo el nuevo noviciado y animo a los jovenes hermanos en
formacion.

5.5 Page 45

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- 43 -
4.2. El Consejero para la Formaci6n
- En el periodo mayo-ocmbr~, el Dicasterio para la For-
maci6n trabaj6, de forma persona! y con frecuentes reuniones
de estudio, en la preparaci6n de la Ratio Institutionis et Studio-
rum, de modo que la pudiera estudiar, en su primera redacci6n,
el Consejo Superior durante la sesi6n plenaria noviembre-
diciembre.
- El Dicasterio ha organizado también un Curso de ·For-
maci6n Perm·anente para formadores. Se emi desarrollando
desde octubre de 1979 hasta febrero de 1980.
- Del 22 al 24 de julio don Juvenal Dho particip6, en
Braga (Portugal), ·en algunas jornadas de estudio para directo-
res nuevos de la Regi6n Ibérica.
- Entre el 25 de septiembre y la mitad de octubre, el
Consejero para la Formaci6n acompafi6 al Rector Mayor en la
visita a las Inspectorfas de la India.
En esta visita realiz6 las siguientes visitas:
Encuentro con los direcrores de las tres Inspectorfas del
sur de la India.
Encuentro de dos dias con todos los formadores de la
India, en Bangalur.
Visita a los estudiantados de Yercaud, Sonada, Shillong;
y a los noviciados de Kotagiri y de Shillong.
- Inmediatamente después visito en Cremisan el esmdian-
tado. Pudo también hacer una rapida visita a las otras tres
Comunidades de Belén, Beitgemal y Nazaret.
4.3. El Consejero para la Pastora/ Juvenil
4.3.1. Visitas y reuntones
El Consejero para la Pastora! Juvenil, don E. Juan Vecchi,
durante la primera quincena de septiembre particip6 en las
jornadas sobre el PROYECTO EDUCATIVO SALESIANO

5.6 Page 46

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- 44
HOY que habia organizado la Conferencia Ibér1ca. Fu{. r :m
cuatro lugares distintos (Santiago de Compostela, Campelk.,, Lis-
boa y Sevilla) para facilitar la asistencia a todas las Inspt>!:.corias
de la Regi6n. Estuvieron presentes Salesianos, Hijas de Maria
Auxiliadora, Cooperadores, Voluntarias y colaboradores segla-
res.
Posteriormente asisti6 a la reuni6n de la Conferencia Ibé-
rica, presidida por su Regional don J osé Antonio Rico, para
esclarecer, con las Inspectorias de la Regi6n, el pian de anima-
ci6n pastora! y sus lineas de acci6n. Con este objeto, la Comi-
si6n Nacional de Pastora! Juvenil habia preparado ex profeso
un documento, segun orientaciones concordadas con el Dicas-
terio.
Durante el mes de octubre, junro con el Rector Mayor y el
Consejero para la Formaci6n, don Juvenal Dho, se vio con los
Inspectores y Consejos Inspectoriales de la India en Calcuta.
En Madras congrego a los animadores pastorales de las
lnspectorias indias. La reuni6n duro cuatro dias. Se vieron los
temas que el Dicasterio habia presentado ya a la Congregaci6n
en subsidios y documentos, y se estudi6 la situaci6n de la zona
en este senrido. Los temas fueron los siguientes: Animaci6n
pasturai de la lnspectoria, el Sistema Preventivo hoy, Proyecto
Educativo Pastora!, Grupos y Movimientos juveniles, Orienta-
ci6n y pastora! vocacional.
De la India pas6 a Australia para una visita de diez dias.
Atendi6 el programa de reuniones y contactos preparado por la
Inspectoria australiana.
Con la intervenci6n de los miembros del Dicasterio, y del
mismo Consejero, se ha ido prestando una asistencia particular
a algunas Inspectorias que lo habian solicitado, en la tematica
anredicha.
4.3.2. Estudios y subsidios
El Dicasterio ha enviado a las lnspectorias un «dossier» con
reflexiones, experiencias y documentos sobre Grupos, Movimien-

5.7 Page 47

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-45-
tos y Comunidades juveniles, y les ha pedido dediquen una aten-
ci6n esmerada a este aspecto de nuestra ·pastora!.
Ademas, ha seguido ocupandose del Proyecto Educativo con u'n
segundo subsidio que seriala areas preferenciales de trabajo,
objetivos y orientaciones. Este subsidio (octubre 1979) sobre el
contenido del Proyecto completa el primero (diciembre 19 78),
que hablaba de metodologias y dinamica del mismo Proyecto.
4.3.3. lniciativas
El Dicasterio y la Facultad de Ciencias de la Educaci6n de
la U. P. S. han programado para junio de 1980 un SEMINA-
RIO de expertos para estudiar algunos aspectos de mas actuali-
dad y diffciles en la praxis educativo-pastoral, a la luz del
Sistema Preventivo y de la situaci6n acrual de los j6venes. Ya
se han comenzado los trabajos de estudio. Se pedira a las
Inspectorias su aportaci6n, en forma de reflexiones, estudios,
problemas, dificultades y experiencias.
En el mes de noviembre se reuni6 en Roma, «Casa Genera-
licia», la Consulta sobre las Parroquias. Participaron treinta
hermanos de la zona europea. Se enviara el materiai a las
Inspectorias, con afiadiduras e indicaciones del Dicasterio.
4.4. El Consejero para la Familia Salesiana
4.4.1. El Consejero para la Familia Salesiana, junto con
algunos de sus colaboradores organiz6 el Simposio para la
animaci6n de la Familia Salesiana, que luego se mvo en Villa
Tuscolana -Frascati, cerca de Roma- con la participaci6n
cualificada de Salesianos, Hijas de Maria Auxiliadora, Coope-
radores, Ex alumnos, Voluntarias de Don Bosco, del 1 al 7 de
sepciembre de 1979. Estaban presenres, en calidad de observa-
doras, representantes de las Salesianas Oblatas, Hermanas de la
Caridad de Miyazaki y de las Ex alumnas de las Hijas de Maria
A uxiliadora.

5.8 Page 48

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- 46 -
Las relaciones fueron presentadas por:
Sor Michelina Secco, por las Hijas de Maria Auxiliadora.
Dr. Luis Sarcheletti, por los Cooperadores.
Sefiorita Clara Bargi, por las Voluntarias de Don Bosco.
Sor Lina Teresa, por las Salesianas Oblatas.
Sor Gertrudis Yamanaka, por las Hermanas de la Caridad
de Miyazaki.
Profesora Silvana Aloisi, por las Ex alumnas de las Hijas de
Maria Auxiliadora y
Dr. Tomas Natale, por los Antiguos ·Alumnos de Don
Bosco.
Del estudio de las relaciones y de las discusiones se sacaron
algunas orientaciones, que se publicaran junto con las relacio-
nes
- Don Raineri tom6 parte en el Cursillo para nuevos
. directores de la Regi6n Ibérica, en Cursos de Formaci6n Per-
manente de varias Inspectorias, en las Jo~nadas de la Familia
Salesiana celebradas en Sicilia.
- Miembros del Dicasterio participaron en reuniones de
delegados locales de los Cooperadores de los Ex alumnos de
Italia; en las reuniones sobre la Familia Salesiana de los direc-
tores y de los delegados locales de Espafia y Porrngal, organi-
zadas por el Consejero Regional don ]osé Antonio Rico.
- Como preparaci6n del 4. 0 Eurobosco, que se celebrar.i en
Lugano en septiembre de 1981, y del precongreso c;ie los
Exalumnos J6venes que sera en Maroggia en julio-agosto de
1980, se reunieron en Roma los Presidentes Nacionales de los
Exalumnos de Bélgica, Francia, Espafia, Italia, Irlanda, Austria,
Holanda y Malta.
4.4.2. El Secretariado para las Comunicaciones Sociales
desarroll6 en esos meses un intenso programa de actividad.
- En abril-mayo, el Delegado Centrai se reuni6 con los
Inspectores y Formadores en Brasil y en Argentina, donde
examin6 con ellos las perspectivas y problemas para la forma-
ci6n de los Salesianos en las Comunicaciones Sociales. Don

5.9 Page 49

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- 47 -
Héctor Segneri --el Delegado Central- se vio también con
los directores de los Boletines Salesianos de Brasil, Argentina y
Uruguay, de las Editoriales Salesianas de Sa.o Paulo, Buenos
Aires, y del Centro de Audiovisuales de Porto Alegre. En Belo
Horizonte examin6 y aclar6 con los Responsables salesianos el
proyecto de Centro de producci6n de programas audiovisuales
grabados en «video ».
.
- En el mes de agosto-septiembre, un equipo del Secreta-
riado, con la colaboraci6n de los hermanos Spiri y Saglia de la
SAF de Valdocco filmo en Lourdes, Fatima y Roma material
para un documental de animaci6n pastoral mariana.
- En octubre don Juan Raineri y don Héctor Segneri se
reunieron en Francfort del Main (Alemania) con los directores
de las Editoras Salesianas S. E. I. y L. D. C. de Turfn, Ediciones
Don Bosco de Barcelona y Oporto y con el gerente de la
Central Catequfstica Salesiana de Madrid, para preparar. la re-
uni6n. de · los Editores Salesianos latinoamericanos que se
tendra en Caracas.
- Del 19 al 23 de noviembre (uvo lugar en Roma-Casa
Generalizia la primera reuni6n de la Consulta Mundial Sale-
siana para las Comunicaciones Socia/es, con intervenci6n del Rec-
ror Mayor. Participaron en ella delegados salesianos de las
varias lnspectorfas y un grupo cualificado de expertos. Pronto
se publicai-an las actas. Ahora se escan preparando· los equipos
técnicos «audio-cine-celevisivos», para los Cursos de Formaci6n
que se den a Salesianos e Hijas de Marfa Auxiliadora.
- Se ha hecho una copia nueva de la pelfcula «Don
Bosco», color «Virado »; hay copias en italiano y en inglés, en
los formaros 16 mm. y super ocho .
;-- Ademas del servicio inf9rmativo ordinario, se ha co-
menzado la serie de Cuadernos ANS con El pian trienal del
Secretariado para las C omunicaciones Socia/es , una monograffa
sobre Patagonia Salesiana y el Ideario para los Boletines Sale-
sianos. El Centro de Documentaci6n Forografica y el Labora-
torio se han preocupado de la duplicaci6n e impresi6n de fotos

5.10 Page 50

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-48 -
y diapositivas destinadas a los servicios de informacion salesiana
para las diversas naciones.
- El Secretariado ha participado activamente en encuen-
tros promovidos por UNDA y por la OCIC, corno preparaci6n
a los Congresos Mundiales Cat61icos de Radiotelevisi6n y Cine
que se celebraran en Manila (Filipinas) el aiio 1980.
4.5. El Consejero para las Misiones
- En el mes de agosto el Consejero para las Misiones se
desplazo a Liberia con los dos primeros destinados a trabajar
en esa nacion. Permaneci6 con ellos basta que se tomo pose-
sion de la parroquia de «San José» en la capitai, Monrovia.
- De paso por Dakar, capitai de Senegal, tomo nota de
algunas informaciones para una posible presencia salesiana en la
ciudad de Saint Louis, donde se nos ofrece la direcci6n de una
escuela profesional.
Durante los meses de agosto, septiembre y octubre visito
las tres Procuras misioneras de Madrid, Bonn y New Rochelle.
Ademas, en esta ultima ciudad, se reuni6 con el Consejo lns-
pectorial.
- En los ultimos meses ha tenido también conversaciones
importantes con los Consejos Inspectoriales de la Inspectoria
Sicula, Lombardo-Emiliana y Centrai. En ese tipo de reuniones,
programadas ya también con otras Inspectorfas, él presenta los
problemas de la «Nueva Frontera Africana», y habla de tareas
concretas de actividad misionera propuestas a las Inspectorias
en cuestion.
- Durante el mes de octubre hizo la visita canonica ex-
traordinaria a la Prelatura de los Mixes, mientras el Superior
Regional, don Sergio Cuevas, la bacia en otras obras de la
misma Inspectoria de México.
- Por encargo suyo, don Enrique Rasmussen, que esta
encargado de atender, dentro del Dicasterio, las nuevas activi-

6 Pages 51-60

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6.1 Page 51

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- 49 -
dades misioneras en Africa, ha hecho una gira por las diécesis
de Ambanja y Tulear (Madagascar) y de Meru y Kisumu (Ke-
nia), para esrudiar la posibilidad de abrir alguna obra en ellas.
4.6. Regi6n Anglofona
- El Consejero para la Regién de lengua inglesa, don
)orge Williams, durante los meses de agosto y septiembre hizo
la visita extraordinaria a la Inspectorfa de Oakleigh, en Austra-
lia. Concluida la visita, se desplazé a las islas Fiji, en el Pacifico,
donde visité al Primer Ministro y al Arzobispo de Suva, con el
objeto de esrudiar si se dan las condiciones precisas para acep-
tar una invitacién llegada del Gobierno y del Arzobispo para
abrir una Escuela- de Arres y Oficios en beneficio de la juven-
rud fijiana.
- De Fiji pasé a Samoa Occidental, huésped del Cardenal
Pio Taofinu'u, en cuya diécesis la Inspectoria de Australia ha
aceptado la responsabilidad de una presencia salesiana.
- Después de la visita a Samoa hizo una visita breve a
varias comunidades de la Inspectorfa de San Francisco, en
Estados Unidos y en Canada, y presidié una reunién del Con-
sej o Inspectorial para tratar varios problemas de interés locai.
En la Inspectoria de New Rochelle visité primero las co-
munidades de Toronto y Montreal, en Canada, y posterior-
mente, por las mismas razones, se reunié con el Consejo Ins-
pectorial.
- De Estados Unidos pas6 a Dublin para organizar, con el
Inspector, el programa de la visita del Rector Mayor de Suda-
frica y Swazilandia en febrero de 1980. A contin uacién marché
a la Inspectoria de Oxford, Inglaterra, para la consulta del
nombramiento del nuevo Inspector. Finalmente viajé a Malta.

6.2 Page 52

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-50-
4. 7. Region de Asia
- El Consejero para la Region de Asia, don Tomas Pana-
kezham, hacia finales de julio, hizo la consulta para el nuevo
lnspector de Bangkok.
- En agosto y sepciembre hizo la visita excraordinaria de la
Inspectorfa de Filipinas.
- Después acompafio al Rector Mayor durante su visita a
la India, Birmania y Tailandia. De esa visita se habla un poco
en esce mismo numero de ACS, en la cronica del Reccor
Mayor.
4.8. Region «Atlantico»
- Del 2 al 4 de agosto, el Consejero Regional para la
Zona Atlantica de América Latina, don Walter Bini, presidio la
reunion de la Conferencia de las lnspectorfas salesianas de
Brasi!. El lugar de las sesiones fue Campos do Jordao, en la
lnspectorfa de Siio Paulo.
- A continuacion, tras una corta visita al Curso de Forma-
cion Permanente que se desarrolla en Barbacena, empleo las
tres ultimas semanas del mes de agosto para una coma de
contacto con todas las comunidades de la Inspectorfa «Santo
Domingo Savio» de Manaus, para presentar la consulta a los
hermanos para el nombramiento del nuevo Inspeccor.
- Del 1 de septiembre al 20 de octubre hizo la visita
canonica extraordinaria, en nombre del Rector Mayor, a la
Inspectorfa «San Pfo X », de Porto Alegre.
- Cortando un poco la visita, del 7 al 9 de septiembre , se
desplazo a Montevideo, Uruguay, para presidir la reunion de la
Conferencia lnspectorial Argentina y Grupo de las lnspectorfas
del Placa.
- A ulcimos de septiembre participo en el Congreso lns-
pectorial sobre el Sistema Preventivo de la lnspectorfa de

6.3 Page 53

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- 51 -
Porto Alegre; y a finales de octubre, en el Encuentro brasilefio
de Pastora! Juvenil, promovido por la Conferencia de las tns-
pectorias Salesianas de Brasi!.
4.9. Regi6n de Europa-Africa Centrai
- Don Roger Vanseveren particip6 en la Semana Salesiana
celebrada en Francheville para los hermanos de las tres Inspec-
torias de lengùa francesa, tras un ano de preparaci6n.
- Después visito las dos lnspectorfas de Bélgica, donde
también particip6 en el Consejo Inspectorial de Bélgica Sur.
- De ahf pas6 a Holanda. En esta naci6n recorri6 todas las
casas de la Inspectoria, y particip6 también en el Consejo
Inspectorial.
- Después de presidir en Colonia, Alemania, la Confe-
rencia de las tres Inspectorias de lengua alemana, pas6 a Yu-
goslavia, para la visita extraordinaria a la Inspectoda de Liu-
bliana. Y después se dio una vuelta por la Inspectoria de Za-
greb, para ver a los hermanos y j6venes que estan en las casas
de formaci6n.
4.10. Regi6n lbérica
Las actividades del Consejero para la Regi6n Ibérica, don
J9sé Antonio Rico, durante los meses de agosto a octubre,
fueron las siguientes:
- Un cursillo para los nuevos directores, con una duraci6n
·de quince dias. En él participaron también don Juve nal Dho y
don Juan Raineri. Se tuvo en la ciudad .de Braga, Portugal.
- Dos tandas de Ejercicios Espirituales, una para salesia-
nos de la Inspectoria de Bilbao, y otra para las Voluntarias de
Don Bosco de Espafia.
- «Tres jornadas sobre el Sistema Preventivo», preparadas

6.4 Page 54

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52 -
por la Comision Nacional de Pastora! Juvenil y celebradas en
tres lugares de Espafia y en Lisboa. Los destinatarios eran los
Salesianos, las Hijas de Maria Auxiliadora, los Cooperadores
salesianos, los Antiguos Alumnos y profesores externos de
nuestras casas. Participaron, en total, mas de ochocientos. La
primera relacion, en cada lugar, corrio a cargo de don Juan
Vecchi.
- «Dos jornadas para la animacion de la Familia Sale-
siana», cursillo organizado de acuerdo con don Juan Raineri y
con los Delegados Nacionales de los Cooperadores salesianos y
Antiguos Alumnos. Estaba destinado a todos los directores de
las casas y a los delegados. Participaron mas de trescientos
hermanos. También este cursillo se dio en cuatro lugares.
- Reunion de la Conferencia Inspecrorial Ibérica, que in-
cluyo un encuentro de dialogo y reflexion con la Comision
Nacional de Pasroral Juvenil, y en que estuvo presente don
Juan Vecchi. Se estudio la situacion juvenil en la Region, a fin
de seiialar las lineas de accion para los afios proximos.
- Visito el Curso de Formacion Permanente, que se des-
arrolla normalmente en Campello (Alicante ).
- Se reunio con los Consejos Inspectoriales para mante-
oer contacto con todas las lnspectorias, y visito la mayor parte
de las Comunidades Formadoras de la Region .
- Durante el mes de agosto descanso algunos dfas en la
Casa de los Novicios de Portugal, en Arouca. Asi paso doce
dias con los novicios, mientras ésros se preparaban a la ya
inmediata profesion religiosa.
4.11. Regi6n «Paci/ico-Caribe»
Las tareas principales de este ultimo periodo en la Re-
gion Padfico-Caribe han sido las visitas canonicas extraordina-
rias a la Inspectoria de Medellin, en Colombia, y a la de
México Sur.

6.5 Page 55

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- 53 -
Después de haber parcicipado durante algunos dfas en el
Curso de Formacion Permanente que se estaba desarrollando
en Jarabacoa, en la Republica Dominicana, el Consejero Re-
gional de la zona, don Sergio Cuevas, visito durante algunos
dias el Centro Inspectorial de Guadalajara, en México, donde
se puso en contacto con el Consejo Inspectorial y con la
Comision de Formacion, con el fin de seguir mas de cerca la
puesta en practica de las orientaciones que habian sido el
resultado de la visita canonica dè aquella Inspectoria. Asi tam-
bién visito las casas de formacion de Chapalita y de San Pedro
de Tlaquepaque.
- Concluida la visita a Medellin, fue a Quito, en Ecuador,
y participo en las reuniones del Consejo Inspectorial, mien-
tras comenzaba su ministerio de animacion el nuevo Inspector
de los Salesianos en Ecuador.
- Después de un breve contacto con los superiores de
Lima, don Sergio continuo su viaje, y fue a Santiago, en Chile,
donde se reunio también con el Consejo Inspectorial, la Comi-
sion de Formacion y con los diversos grupos de jovenes de la
Casa de Formacion de Lo Cafias, en Santiago.
- Antes de regresar a Roma, el Consejero Regional presi-
dio e! encuentro con los Inspectores de la Region en Caracas,
Venezuela, y con ellos tomo parte en un seminario regional
sobre el proyecto educativo-pastora! salesiano, en la misma
ciudad.
4.12 . Regi6n «Italia-Oriente Medio»
Don Pablo Natali, Consejero Regional, visico todas las
comunidades de la Inspectoria Adriatica y buena parte de las
Comunidades de la I'nspeccoria Meridional, en Italia.
- Participo ademas en los Ejercicios Espirituales de los
Inspectores hechos en Campiglioni (Florencia), en la reunion
de la Conferencia de los Inspectores Icalianos, donde se aprobo

6.6 Page 56

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- 54 -
el Reglamento, y en dos reuniones de Delegados Nacionales
de los sectores de la dicha Conferencia de lnspectores.
- También esrnvo presente, por invitaci6n de algunas lns-
pectorias, en varias actividades pastorales, asi corno en los
Cursos de Formaci6n Permanente.

6.7 Page 57

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S. DOCUMENTOS Y NOTICIAS
5.1. Carta del Rector Mayor a los Inspectores, desde
Madras
Madras, 4 de octubre de 1979
Querido lnspector:
Un saludo para ti y cada hermano de tu Inspectoria.
Te escribo desde la India envuelto en un torbellino de
reflexiones. Al encontrarme en medio de estas multitudes de
muchachos j6venes, pienso en el significado hist6rico de nues-
tra vocaci6n y en el proyecto de hombre que hay que forjar
mientras caminamos hacia el 2000.
No es igual escribirte desde la India que si lo hiciera desde
Munich, San Francisco o Bogota. Apenas montado en el avi6n
que me llevaria a Bombay, lei la entrevista de una audaz
periodisi:a italiana a Jomeini. Comprendi entonces que estaba
volando hacia zonas de cultura muy distinta de la occidental.
Aqui, merced a una demostraci6n cotidiana y multiforme,
me doy cuenta de que el elemento que tiene sus raices en el
coraz6n de la civilizaci6n, es el factor religioso: aqui no se
podria plantear un proyecto de hombre sin tener en cuenta la
propuesta religiosa. Sin la religi6n, el hombre de estas tiem,1s
quedaria mortalmente vaciado de si mismo. Pero por otro lado
me aparece clarisima, y a la vez estremecedora, la idea de que
no basta una religi6n cùalquiera para proyectar el hombre
nuevo en su integridad: el opio se da también entre las religio-
nes, jy... hoy se muere de droga!

6.8 Page 58

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56 -
Pues bien, he pensado, y sigo dandole vueltas a esta idea:
Don Bosco, en los albores de nuestra edad contemporanea,
estaba ya plenamente convencido de esto mismo: que sin la fe
cristiana no se prepara al nuevo ciudadano para la sociedad del
futuro. Sin el Evangelio de Cristo, libertador del hombre, no es
posible ya una verdadera novedad humana. Toda nuestra voca-
ci6n, desde la mfstica de los orfgenes hasta la actual inventiva y
programaci6n de tareas, se dirige al hombre en su dimensi6n
religiosa, redimida por Cristo. Seremos utiles, creativos y actua-
les en un proyecto que pretenda educar para el futuro, si
logramos poner incandescente nuestra fe cristiana cultivando
una intensa espiritualida_çl religiosa, ascética y mfstica. jSf, ése
es el camino!
Ved lo que se me esta grabando en la conciencia con
caracteres cubitales aquf en la India: que el materialismo occi-
dental, con sus variadas expresiones culrurales, imposibilita un
nuevo proyecto de hombre, porque infecta las mismas rafces de
la ética y del espfritu; las religiones orientales, en sus diversas
formas, parecen mutilar y descuidar el proyecto de hombre,
porque eluden su promoci6n tempora!. Si deseamos contribuir
a renovar al hombre del 2000, nuestra aportaci6n a la evangeli-
zaci6n y a la promoci6~ debe consistir en ser, con Cristo,
portadores de su Espfritu Santo. jVivan el Papa Juan Pablo Il,
que nos ha lanzado por la orbita del cambio antropologico y
nuestras Constituciones, que nos exigen ser santos con la sabi-
durfa realista de Don Bosco!
Saludos fraternos de parte de los hermanos de las cinco
Inspectorfas indias, que forman cada ano mas de cien novicios
--éste, ciento ventiuno-, y que se disponen a enviar muchos
misioneros a otras naciones y continentes. Marfa Auxiliadora te
alcance a ti y a los tuyos luz y buen animo.
Cordialmente en el Sefior,
EGIDIO VIGANO

6.9 Page 59

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5.2. Carta del Rector Mayor a las Voluntarias de Don
Bosco
Con muchisimo gusto le dirijo esca carta a usced, discin-
guida sefiorica Ana Marocco, Responsable Mayor, al Consejo
Cencral del Inscicuco y a codas vosocras, queridisimas Volunca-
rias de Don Bosco, en el 60 aniversario de la primera profe-
si6n de las siete sefioricas Celadoras que dieron comienzo a
vuescra originai consagraci6n salesiana en el siglo. Le agradezco
muy de veras, sefiorica Ana, que haya cenido la bondad de
invicarme a ella. Era un deseo que de riempo alimencaba en mi
coraz6n; pero su invicaci6n, con la sugerencia concreta de un
aconcecimienco hisc6rico que comencar, me ha inducido aun
mas y con mayor eficacia a realizarlo.
El m6vil que me anima a escribiros es el de colaborar
humildemence en garancizar a vuescro Inscicuco una vicalidad
cada vez mayor, segun su indole propia, en el ambito de la
Familia Salesiana de Don Bosco.
Tengo muy presente -y la consideraré siempre un deber-
la incumbencia que veo descrica en el arciculo 59 de vuescras
L,,.,scicuciones renovadas. En él se considera al Reccor Mayor,
~ ,ianco sucesor de Don Bosco, corno la persona llamada a:
ser el centro de comuni6n con coda la Familia Salesiana
(Cfr. are. 60), de la que es parre viva vuescro Inscicuco
(Cfr. are. 5);
cuidar de la fidelidad al espiricu de Don Bosco y a su
mensaje evangélico (Cfr. arcs. 1, 4, 34, 45), y promover su
unidad (are. 59);
- incrementar el incerés por la misi6n asignada a Don
Bosco por la lglesia (Cfr. arcs. 33, 49, 59);

6.10 Page 60

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- 58 -
garantizar y hacer conocer la naturaleza especial del
Instituto (art. 59), en cordial entendimiento con los 6r-
ganos responsables del mismo;
- asegurar la asistencia espiritual a todos los niveles (Cfr.
articulo 60.
En atenci6n a ese ministerio, me voy a emretener ahora con
vosotras comentando el significativo acontecimiento de aquellas
primeras consagraciones, y con el deseo de incrementar a la
vez un dialogo ya abierto, pero que admite mas posibilidades.
Sesenta aiios de consagracion
Hace exactamente sesema afi.os, el 26 de octubre de 1919,
en la capilla contigua a las habitaciones de Don Bosco, en
presencia del Cardenal Cagliero, don Felipe Rinaldi (director
del grupo) y una representante de las Hijas de Maria Auxilia-
dora, siete Celadoras, que inauguraban, en forma asociada, una
nueva experiencia de consagraci6n salesiana, hadan la primera
profesi6n de los consejos evangélicos. En el discursÒ que pro-
nuncio inmediatamente después de la hist6rica funci6n, el Car-
denal Cagliero destacaba, corno aspecto muy simbolico, que la
nueva instituci6n «tenia la gran fortuna de nacer en el lugar,
sagrado para Don Bosco, donde él personalmente habia reci-
bido los primeros sahtos votos y las primeras promesas -se-
senta afios antes (jy allf estaba el mismo Cagliero... !)-- de
quienes habian dado vida y desarrollo a la gran Obra Sale-
siana». Aludiendo después a esta feliz coincidencia, la calificaba
proféticamente de «signo de predesti~aci6n» con estas pala-
bras: «Las Hijas de Maria Auxiliadora tienen su cuna en Mor-
nese, donde vivia y pronuncio sus votos sor Maria Mazzarello.
jVosocras debéis valorar esce signo de predestinaci6n especialf-
sima! » (Conferencias espirituales del sacerdote Felipe Rinaidi,
1917-1928, en los Cuadernos Carpanera -QC-, pag. 83.) .
Puede ser también un detalle interesante, para nosotros que
celebramos su sesenta aniversario, observar que la primera

7 Pages 61-70

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7.1 Page 61

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-59-
consagrac1on del grupo de las siete Celadoras acaecia precisa-
mente a la misma distancia de sesenta aiios del comienzo de la
Congregaci6n de los Salesianos de Don Bosco. Pues efectiva-
mente, nuestro querido Padre «declar6 de una -manera explicita
su intenci6n de fondar una congregaci6n religiosa» exacta-
mente en diciembre de 1859 (Ceria, Annali, I, pags. 29-33).
Estaba diciendo que la primera èonsagraci6n del grupo ini-
cial de las Celadoras salesianas en el mundo se realiz6 en el
mismo lugar en que habia nacido la Congregaci6n religiosa de
los Salesianos: vuestra consagraci6n naci6 corno una participa-
ci6n viva y originai del vigoroso arbol carismatico de Don
Bosco.
En el discurso citado hace un momento, el Cardenal Ca-
gliero afirm6 también que en aquel instante habia brotado un
«nuevo vastago» en el arbol salesiano cuando dijo: «Ahora... es
preciso que el Superior, don Pablo Albera (2. 0 sucesor de Don
Bosco), se ocupe de vosotras, tome este nuevo vdstago, este
primer grupo, bajo su protecci6n: para ello le he hablado ya
esta mariana» (QC, pag. 84).
Es indispensable y esencial, en mi opini6n, que sepais con-
siderar y calar el significado permanente y vital de este hecho.
La indole propia de todo Instituto de origen carismatico, y en
consecuencia tampién el vuestro, no deriva de esquemas ideo-
16gicos o can6nicos preestablecidos, sino de una experiencia
concreta y peculiar de vida vivida en el Espfritu Santo. Lo dice
claramente el documento «Mutuae Relationes »: Tal indole
propia «se revela corno una experiencia del Espiritu, trans~itida
(... ) para ser vivida, custodiada, profundizada y desarrollada
constantemente en sintonia con el Cuerpo de Cristo, en creci-
miento perenne (.. .). La indole propia lleva ademas consigo un
estilo particular de santificaci6n y apostolado que va creando
una tradici6n tipica, cuyos elementos objetivos pueden ser
facilmente individuados » (MR 11).
Existe, pues, un espesor hist6rico de «experiencia», de
«transmisi6n », de «custodia», de «profundizaci6n y desarro-

7.2 Page 62

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- 60 -
Ilo», o sea, una «tradici6n viva» que es necesario considerar
atentamente, para captar la identidad y la vitalidad de un Insti-
tuto carismatico. Por eso puede resultar muy interesante refle-
xionar aquf, con vosotras, sobre el acontecimiento de la pri-
mera consagraci6n del ano 1919.
El sello del Espiritu Santo
La consagraci6n no es primariamente una acci6n del mismo
consagrado, sino de Dios, del Espfritu de Cristo que anima a la
Iglesia; el consagrado responde, se ofrece, se entrega. Lo ve-
mos claramente en la consagraci6n sacramenta! del Bautismo,
Confirmaci6n y Orden: la iniciativa es de Dios; es El quien
«unge con e! 6leo de la alegrfa» del Espfritu Santo, y marca o
sella, con una seiial espiritual suya cargada de eficacia salva-
dora, al «consagrado » o «ungido », a imagen de «Cristo »
(= «ungido » o «consagrado »).
En la consagraci6n realizada a través de la profesi6n de los
consejos evangélicos sucede una cosa analoga. En ella se radica-
liza la consagraci6n preexistente de los sacramentos, orien-
tando, de forma totalizadora, al «profeso » para que sea «signo
y porrador», al Pueblo de Dios, de un aspecto especial del
misterio de Cristo.
Este sello del Espfritu Santo viene a través de la donaci6n
de un determinado carisma y el crecimiento en él basta la
respuesta de los llamados en la oblaci6n tota! de si mismos con
la emisi6n de los votos. Naturalmente, en los primeros orfge-
nes de cualquier grupo carismatico rodo eso requiere aun una
explfcita dimensi6n eclesial de aprobaci6n jerarquica y de me-
diaci6n liturgica que dé al carisma su sentido auténcico de
parcicipaci6n en la sacramentalidad de la lglesia. Pero si ya en
sus primeros inicios se trata verdaderamente de un carisma
genuino del Espfritu Santo, existe también vivo en él, en gesta-
ci6n, el germen del futuro lnstituto, aun antes de su reconoci-
mieni:o oficial en la lglesia.

7.3 Page 63

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- 61 -
Ahora bien, en aquella primera em1s1on de votos de las
siete Celadoras, nosotros vemos el comienzo historico de la
«experiencia espiritual» de vuestro Grupo de consagradas en el
mundo. El Espiritu Santo deposito ya alli los elementos vitales
de todo el desarrollo posterior. Su crecimiento homogéneo
sucesivo podra comportar también novedades importantes en e!
dialogo con los signos de los tiempos y «en sintonia con el
Cuerpo de Cristo, en crecimiento perenne » (MR 11) en la
historia, pero tiene ya en si la i'dentidad vita! de toda su
ex1stenoa.
Preguntémonos ahora, con objetividad historica, en qué
consiste esa identidad vita! suya. La respuesta no es dificil:
tenéis un tesoro precioso al respecto en las «Conferencias »
dadas por don Felipe Rinaldi al primer grupo de «Celadoras de
Maria Auxiliadora de la Sociedad de San Francisco de Sales »
en el siglo, y recogidas con fiel diligencia por la secretaria,
sefi.orita Luigina Carpanera.
Se trata de una encarnacion inédita del espfritu salesiano de
Don Bosco en el siglo: un modo nuevo de manifestar aquel
sello del Espiritu Santo que ya estaba atestiguado por el ca-
risma de Don Bosco; un vastago origina! y audaz, cuya savia
vivificante procede de una raiz ya existente, o sea, una expe-
. riencia espiritual atrevida que se caracteriza por los valores
salesianos sembrados por Don Bosco en el surco de la historia.
Por algo vuestro nombre definitivo sera «Voluntarias de Don
Bosco».
La iniciativa «consagrante» del Espfritu Santo establecio,
pues, corno se puede constatar objetivamente en vuestra tradi-
cion, los contenidos de esa primera consagracion. Son las gran-
des lineas evangélicas esculpidas por lo alto en la «salesiani-
dad» de Don Bosco, vividas por las nuevas profesas en intima
simbiosis con los valores y exigencias existenciales propias de la
vida en el siglo: una vocacion, un espfritu, una mision, un estilo
apostolico repensados, armonizados y testimoniados en la op-
cion explicita y caracterizadora de la .vida en el mundo.

7.4 Page 64

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62 -
Tanto la iniciativa divina del Espiritu Santo corno la res-
puesta humana en la profesi6n de los consejos evangélicos,
convergen para establecer un nuevo tipo de «unci6n», o sea,
una «consagraci6n en el siglo», que es una verdadera novedad
en la Familia Salesiana y constituye el inicio vita! y el alma
permanente de esca vuestra origina! realidad asociativa.
Ese tipo de consagraci6n es la fuerza intdnseca que os lleva
a vivir, con dedicaci6n indivisa, la fe cristiana segun el proyecto
evangélico formulado en la escuela de Don Bosco, para ser
signos y porcadoras de un aspecto peculiar del amor de Cristo a
la humanidad. La opci6n por una «vida en el siglo» es un
elemento peculiar que impregna rodo vuestro proyecto evangé-
lico, sin cambiar su identidad salesiana, aun dandole vuestras
modalidades tipicas de testimonio y de acci6n.
La «salesianidad» no es, pues, algo afiadido a vuestra consa-
graci6n, sino la sustancia misma que la constituye y hace vivir.
Un largo camino de identificaci6n
Aquel 26 de occubre llevaba en sf algunas cosas claras; pero
ocras, mas bien oscuras.
Los ciempos no estaban maduros. Aun no se sabfa distinguir
e nere «vida consagrada» y «vida religiosa»; no se conodan los
«Institutos seculares »; no se tenfa la actual visi6n positiva del
mundo; no se habfa llegado aun a formular el «caraccer secu-
lar» corno propio y parcicular de los laicos; ni se habfa profun-
dizado en la eclesiologfa del Pueblo de Dios corno la propon-
drfa mas tarde el Concilio Vaticano II. Escaba clara la consagra-
ci6n salesiana a cravés de los consejos evangélicos; estaba clara
también la opci6n por la vida en el mundo.. . Pero no estaba
clara la cualificaci6n del grupo. i Se crataba de unas Hijas de
Mada Auxiliadora en el siglo, y se inspiraban en unas Constitu-
ciones religiosas? iO bien de unas Cooperadoras salesianas con
vocos individuales que segufan el Reglamento de Don Bosco
para los Cooperadores?

7.5 Page 65

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63 -
Durante muchos afios se estuvo oscilando de un lado a
ocro; hasca que apareci6 en 1947, después de la segunda guerra
mun.dial, la preciosa conscicuci6n apostolica «Pr6vida Mater»
del Papa Pio XTT .
Los mismos cambios de nombre del grupo escaban indi-
cando cierca inescabilidad en la busqueda de una definici6n
precisa de su forma de vida. Primero el grupo se llam6 «Cela-
doras de Maria Auxiliadora» en el mundo, y después «Coope-
radoras oblatas de San Juan Bosco». Ya en ese cambio se nota
un progreso: de «religiosas » en el siglo se pasa a «laicas»
(Cooperadoras) oblacas.
Sin embargo, ese proceso de busqueda dej6 siempre ver
que ya la primera consagraci6n llevaba inherence un «modo
propio» de ser, en el rriundo, signos y porcadoras del amor de
Cristo seguo el espiricu de Don Bosco. Se experimencaba
vitalmente que esce modo propio de ser se insercaba en el siglo
para vivir y manifestar el carisma salesiano de un modo inédito
y se buscaba una cualificaci6n apropiada, que no se encontraba
ciercamence en la vida religiosa ni tampoco en la condici6n
laical sin mas.
En efecco, esce vuestro modo propio de ser en la Familia
Salesiana os diferencia de las Hijas de Maria Auxiliadora por la
«secularidad », y de las Cooperadoras salesianas por la «consa-
graci6n».
jErais, en nuescra Familia, un vascago verdaderamence especial,
si bien exiscia en ella clima, humus favorable e inclinaci6n a dar
crecimienco a esca vuestra novedad! Pues realmente rodo el
carisma· de Don Bosco, caraccerizado por un gran esfuerzo
creativo en la evangelizaci6n, ciende, desde su rafz, hacia un
tipo de dialogo de la lglesia con el mundo muy valience:
evangeliza educando y educa evangelizando; se abre a la pro-
moci6n humana, situandose audazmence en el area cultural en
favor de la juventud y de las clases populares.
Debemos reconocer, sin duda, que Don Bosco tenia una
mencalidad y una eclesiologia propias de su época; pero corno

7.6 Page 66

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- 64 -
estaba profondamente inhabitado por el Espfritu Santo y se
sentfa portador de un importante carisma de fundaci6n, era
proféticamente precursor de los tiempos y tendfa a realizar y
orientar su vasto movimiento espiritual hacia las novedades
queridas por el Sefior de la historia. Por otro lado, en la misma
espiritualidad de San Francisco de Sales apareda ya claro el
descubrimiento de la santidad en el mundo (Cfr. «Filotea»).
Don Felipe Rinaldi, también él rebosante de Espfritu Santo,
al formar con tanto cuidado a aquellas j6venes oratorianas,
escogidas encre ocras muchas para su consagraci6n en el
mundo, se proponfa «!levar a su cerminaci6n la obra que Don
Bosco habfa dejado inconclusa». Expresaba él esca convicci6n
persona! ya en la primera conferencia, el 20 de mayo de 1917:
«Desde hace algun riempo escan recibiendo los reverendisimos
superiores diversas invitaciones para que se conscituya una So-
ciedad de Hijas de Maria Auxiliadora en el siglo... Los superio-
res han ido acogiendo siempre bien esos deseos, tanto mas que
esca cosa escaba verdaderamente en la mente y en el programa
del Venerable Don Bosco. En la relaci6n que él hizo de su
Obra hablaba precisamente de dos clases distintas de personas
que seguirfan una misma Regla, de las que una formaria Co-
munidad y la otra vivida en el mundo, para promover en él el
espiritu de la Congregaci6n con la explicaci6n praccica de la
acci6n » (QC, pags. 3-4).
Ni Don Bosco ni don Felipe Rinaldi, cuando hablaban de
los «s~lesianos externos », podfan tener la idea concreta de los
actuales Institutos seculares; lo que ellos expresan y cracan de
explicar no se puede identificar sin mas con esce nuevo tipo
secular de consagraci6n en la Iglèsia, pero sin duda manifiesca
una apertura y una busqueda que arribara casi connaturalmente
a esa meta.
Por ocra parte esta claro que la escructuraci6n definitiva de
vuestra asociaci6n corno «Inscimco secular» no puede conside-
rarse corno el momento de vuescra funqaci6n: exisciais antes de
la conscituci6n apostolica «Pr6vida Mater»; el carisma de vues-

7.7 Page 67

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- 65 -
tra coosagrac10n especial contaba ya varios decenios de vida.
Vuestra fundaci6n, pues, no coincide con el acta de naci-
miento de los lnstitutos seculares en la Iglesia, sino que la
precede hist6ricamente, si bien se enriquece y eleva con ella. Lo
mismo sucedi6 a los otros lnstitutos seculares: una cosa es el
nacimienro oficial en la lglesia de esce nuevo y singular tipo de
vida consagrada, autencicada por el reconocimiento y disposi-
ciones de la Sagrada Jerarqufa, y ocra es la fundaci6n de cada
lnstituto por iniciativa del Espiritu Santo a través de «hombres
y mujeres eminentes».
Hay que reconocer que el nacimienro eclesial de los «lnsti-
turos seculares » os trajo a vosotras un esclarecimiento y la
necesidad renovadora de una revisi6n, a la luz de la eclesiologia
conciliar. Asi lo afirma el mismo motu proprio «Primo Felici-
ter »: Las Asociaciones... que poseen de modo seguro todos los
elementos y requisiros sefialados en la constituci6n apostolica
«Pr6vida Mater» no deben ni pueden ser dejados arbitraria-
mente, co n cualquier pretexto, enrre las Asociaciones comunes
de los fieles (cc. 684-725 ), sino que necesariamente deben ser
llevados y elevados a la naturaleza y a la forma propia de los
Institutos seculares que mejor responda a su caracter y necesi-
dades (FP I).
Es lo- mismo que pide, por otro lado, la misma «Pr6vida
Mater» en el numero 9 (Doc. e Testi, I, pag. 44).
Habra, pues, en la historia de muchos Institutos seculares
dos momenros clave para su identificaci6n :
1. 0 la «fundaci6n », a la que habra que volver los ojos
corno a fuente carismatica para su identificaci6n;
2. 0 y la «elevaci6n» eclesial a secularidad consagrada, a la
que habra que mirar corno a punto indispensable de
referencia para cualificar y vivir la naturaleza y forma
de su identidad .
Para vosorras, el camino recorrido desde la «fundaci6n »,
con don Felipe Rinaldi, basta la «elevaci6n» a lnsrimro secular
de derecho pontificio ha sido largo: seis decenios, en los que

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- 66 -
habéis pasado de Pia Asociaci6n laical prinda a Asociaci6n
laica! publica, y, rras e! relanzamiento y reafirmaci6n del 6 de
enero de 1956 en adelante, bajo e! rectorado de don Renato
Ziggiotti a rravés de la dinamica actividad de don Luis Ricceri y
de sus colaboradores, llegasteis al reconocimiento de Instituto
secular diocesano, y de ahf fuisteis elevadas al grado de lnsti-
tuto secular de derecho pontificio por. decreto de la Sagrada
Congregaci6n para los Religiosos y los lnstirutos._ seculares el
aun reciente 5 de agosto de 1978; e! Papa Pablo VI habia
aprobado anteriormente tal elevaci6n poniendo su firma,
corno podéis contemplar en e! librito de vuestras Constitucio-
nes y Reglamentos, e! 26 de julio de 1978.
Vuestra plena identificaci6n toc6 asf su meta, esta apoyada
tanto en la riqueza carismatica de la fundaci6n corno en ese
proceso de evoluci6n eclesial, obra también él del Espfritu del
Sefior, que se verifico algunos lustros antes del Vaticano II con
la «Pr6vida Mater», creci6 en el mismo Concilio y se ha ido
clarificando cada vez mas después.
Ese proceso, largo y complejo, no esca cerrado, aunque
susrancialmenre esca ya maduro. Todavfa ocupa a fondo la
reflexi6n de los expertos y podra crecer aun en claridad, pero
ha dado ya e n estos momentos una fisonomfa bien definida a
vuesrra fndole propia.
Conviene destacar aquf que la evoluci6n eclesial y doctrinal
que ha llevado a la realidad de los Institutos seculares, consti-
mye una verdadera «elevaci6n cualitativa», porque roca en lo
mas profondo los diversos elementos consrimrivos de vuestra
vocaci6n salesiana, e infonde o traza en ella una fisonomfa
parcicular.
Acerradamente Pfo XII habfa presentado la originalidad de
los Institutos seculares corno un don, una «gracia grande y
especial » del Espfriru Santo para la lglesia acrual (Cfr. FP,
introducci6n; Doc. e Testi, I, pag. 57): se puede hablar, por
tanto, del «carisma» de los Institutos seculares en el Pueblo de
Dios.

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- 67 -
Y Pablo VI, al conmemorar el 25 aniversario_de la «Pr6-
vida Mater», pudo afirmar que «aquel documento fue un hecho
importantisimo para la vida de la Iglesia de hoy» (discurso del
2 de febrero de · 1972 ; Doc. e Testi, 1, pag. 81).
La elevaci6n «a la naturaleza y a la forma propia de los
Institutos seculares» comporta, pues, una gran novedad que
impregna coda vuestra realidad fundacional, tocando, desde
dentro, sus distintas componentes, y presentando, para vuestro
Instituto, el comienzo de un nuevo lanzamiento bacia el fu-
turo » (Pablo VI, Doc. e Testi, I, pag. 82).
Secularidad consagrada
El elemento basico de esta novedad es la dimensi6n secular
de vuestra vocaci6n: a su luz, los consejos evangélicos adquie-
ren verdaderamente un significado nuevo.
Para comprenderlo mejor es preciso acudir a una de las
lineas «mas importantes y claras del Concilio: la presencia de la
Iglesia en el mundo » (Pablo VI). La consticuci6n pastora}
«Gaudium et Spes» ilumina esta importante linea de renova-
ci6n: «La Iglesia tiene conciencia de que existe en el mundo,
que "avanza juntamente con coda la humanidad, experimenta
la suerte terrena del mundo, y su raz6n de ser es actuar corno
fermento y corno alma de la sociedad humana" (GS 40); (la
Iglesia) tiene, pues, una auténtica dimensi6n secular, inherente
a su naturaleza intima y misi6n, cuya raiz se encuentra en el
misterio del Verbo encarnado, (dimensi6n) que sus miembros
han hecho real de diversos modos » (Pablo VI, Doc. e Testi, I,
pags. 83-84).
Ya antes de la «Gaudium e t Spes», en la constituci6n
dogmatica «Lumen Gentium », se habia producido un vuelco en
la cualificaci6n de los «laicos » en el Pueblo de Dios. En vez de
seguir la terminologia eclesiastico-can6nica en uso (deducida de
la diferenciaci6n sacramentai del «laico » en relaci6n con el
«ordenado » en las escrucrnras de la Iglesia), se prefiri6 una

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- 68 -
descripci6n tipologica del «laico », induciéndola de su situaci6n
existencial e~ el mundo: seguo esa visi6n «el caracter secular es
propio y peculiar de los laicos (... ). Viven en el siglo (... ). Allf
estan llamados por Dios para que (... ) contribuyan a la santifi-
caci6n del mundo desde dentro y a modo de fermento (...). D e
manera singular a ellos les corresponde iluminar y ordenar las
realidades temporales (... ) conforme a Cristo» (LG 31).
Con esa descripci6n tipologica, la «Lumen Gentium » pone
de relieve una distinci6n eclesiol6gica concreta entre «laico» y
«religioso ». Se trata de una diferencia existencial inherente a
su misma forma de vida y 'compromiso en el Pueblo de Dios.
Habrfa sido muy oportuno que esa distinci6n hubiera llevado a
no usar mas el término «laico» y «laical » seguo el significado
en boga anteriormente. Por desgracia no ha sido asi (Cfr., por
ejemplo, el decreto «Perfectae Caritatis », donde se emplea el
calificativo de «Insticuto laical» para indicar Congregaciones
religiosas no clericales). D e hecho queda, y circula todavia hoy,
una ambiguedad peligrosa en el empleo del término «laico » en
la lglesia: a veces se incluye el concepco de «secularidad», y a
veces se prescinde de él, para indicar la «no-ordenaci6n ».
jSin contar la extrana acepci6n antieclesial en boga por el
ambito sociopolitico!
De todos modos, la «Lumen Gentium » puso en circulaci6n
un significado mas positivo y mas de acuerdo con la nueva
gestaci6n hist6rica, esclareciendo y ahondando ampliamente en
el caraccer secular propio de los laicos.
En ese sentido han sido cada vez mas enriquecedoras las
oriencaciones postconciliares del Magisterio (Cfr., por ejemplo,
la exhortaci6n «Evangelii Nunciandi », 70).
Vale la pena traer a la memoria, en particular, la primera
enciclica de Juan Pablo Il, «R edemptor Hominis », que abre el
horizonte hacia una valience antropologia evangélica, en la q~e
Cristo y su Iglesia aparecen intimamente vinculados a la dimen-
si6n creatura! del devenir del hombre.

8 Pages 71-80

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8.1 Page 71

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- 69 -
Rues bien, en esta plataforma secular es donde se inserta y
emi lanzada a la historia vuestra consagraci6n.
Vosotras, Voluntarias de Don Bosco, no os situa,is, en la
Iglesia, en la vertiente «religiosa»: no sois «religiosas», no os
situais del lado de la forma de vida religiosa que siguen las
Hijas de Maria Auxiliadora. Vuestro lugar exacto se encuentra
en la vertiente «laica!»: sois «laicas», y, segun eso, os situais
~as bien al lado de las Cooperadoras salesianas. Si, diria Pa-
blò VI: «Seguis siendo laicas, comprometidas en los valores secu-
lares propios. y peculiares del laicado; pero la vuestra es una
secularidad consagrada» (Doc. e Testi, pag. 86). Aqui, en esta
forma especial de vida sec;ular, aparece la condici6n que os es
propia, que os distingue en parte también de los laicos (y por
tanto, en vuestro caso, de las Cooperadoras salesianas): es la
consagraci6n a través de la profesi6n de los consejos evangéli-
cos. No es poco, ni una reatidad superficial; no es un elemento
extrano transplantado artificialmente de la veniente religiosa a
la veniente laical; al contrario, ese tipo de consagraci6n consti-
tuye el alma de vuestra secularidad y la sustancia de vuestra
vocaci6n. Estais comprometidas, corno los laicos, en los valores
del mundo, pero por y en cuanto «consagradas ». No solo vivis
en el mundo corno situaci6n de hecho, sino que habéis optado
fondamentalmente; o sea, habéis escogido, por vocaci6n reci-
bida del Espiritu Santo, asumir la secularidad corno una misi6n
evangélica y corno u~a funci6n eclesial. Y asi, vuestra seculari-
dad difiere en cierto modo (por ser mas consciente y mas
objetiva globalmente) de la de los simples laicos, en cuanto, si
bien seguis comprometidas en los valores del mundo, queréis
vivir y trabajar «no tanto para afirmar la validez intrinseca de
las cosas humanas en si mismas, sino para orientadas explicita-
mente segun las bienaventuranzas evangélicas »· (Pablo VI, Doc.
e Testi, II, pag. 87).
La secularidad, aqui, no esta concebida ya dentro del dua-
lismo que opone el Mundo a la Iglesia, ni tampoco corno una
concesi6n de menot radicalidad; sino corno un gran valor na-

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- 70 -
tura! susceptible de ser impregnado en si mismo por Cristo
hasta la radicalidad de los consejos evangélicos. Los valores
escatol6gicos de vuestra consagraci6n no oponen la «vida de la
resurrecci6n» a la «historia de los siglos », sino que proclama la
verdad originalisima del misterio de Cristo, en el que «la
resurrecci6n contradice tan poco la encarnaci6n, que, al contra-
rio, representa su complemento» (U. van Balthasar).
jEs la sugestiva linea de la «Redemptor Hominis», que
presenta a Cristo corno «Redentor del munda » ! «En El se ha
revelado, de modo nuevo y admirable, la verdad fondamenta!
de la creaci6n (... ). En El, el munda visible, creado por Dios
para el hombre --el munda que, entrando el pecado emi
sujeto a la vanidad (Rom. 8, 20)-- adquiere nuevamente el
vinculo origina! con la misma fuente divina de la Sabidurfa y
del Amor» (RH 8).
La vuestra, pues, es una verdadera «consagraci6n» y una
verdadera «secularidad »: una consagraci6n secular o una secu-
laridad consagrada, vivida ·en una simbiosis vita! muy origina!.
Es vuestro titulo especial y distintivo, que os hace distintas de
las religiosas y de Ios Iaicos (Cfr. Pablo VI, Doc. e Testi, I,
pagina 78).
La secularidad, que os distingue de Ios religtosos, y la
consagraci6n, que os distingue de Ios Iaicos, no son dos cosas,
sino una unica realidad viva; son dos aspeccos de una unidad.
Ambos aspectos son coesenciales en vuestra identidad, y deben
ser cuidados y desarrollados en intima armonia. El hecho de
valorar mas la secularidad perjudica a la consagraci6n; e! ha-
cerio con la consagraci6n puede aparcaros de vuescra misi6n en
e! munda. Todo e! secreto de vuestra espiricualidad esca en
asegurar la unidad y en vivir la armonia de ambos aspectos.
Pablo VI nos asegura que una consagraci6n secular semejante
consticuye «la intima y secreta estruccura que sostiene vuestro
ser y vuescro obrar. Aqui esca vuescra riqueza profonda y
escondida, que Ios hombres entre los que vivis no se sabeo
explicar, v frecuencemente no pueden siquiera sospechar. La

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- 71 -
consagraci6n bautismal ha sido radicalizada ulteriormente corno
resultado de una exigencia de amor mas profonda, suscitada en
vosotras por el Espiritu Santo; no con la misma forma de la
consagraci6n propia de los religiosos ; pero con rodo tal, que os
empuja a una opci6n fuodamental por la vida seguo las biena-
venturanzas evangélicas. De modo que sois realmente «consa-
gradas », y realmente «en el mundo » (... ). Asi, incluso vuestra
actividad en el mundo -tanto personal corno colectiva- re-
cibe, de vuestra vida consagrada, una orientaci6n hacia Dios
mas marcada, quedando en cierto modo también ella corno
envuelta y transportada en vuestra misma consagraci6n» (Doc.
e Testi, II, pags. 88-89).
Precisamente por esto os deda antes que la elevaci6n de
vuestra Pia Asociaci6n a Instituro secular fue portadora, para el
futuro, de una novedad espiritual muy grande, que no se aparta
del carisma fuodacional, ni menos aun se le opone, sino que
precisa intimamente su naturaleza y la refuerza corno una
forma de vida mas audazmente eclesial.
V uestra Salesianidad
Cuando hablaba del sello del Espiritu Santo que os hizo
nacer a la vida salesiana hace sesenta afios, os deda que su
unci6n espiritual radicalizaba la preexistente consagraci6n bau-
tismal y la de la Confirmaci6n. De modo analogo, la aprobaci6n
de vuestra secularidad no menoscaba ni cambia la salesianidad
fontal del sello; mas bien la clarifica, la precisa y la lanza bacia
el futuro, ·a la luz del estudio mas ateneo y de la renovaci6n
conciliar respecro a las relaciones mutuas entre la lglesia y el
Mundo.
Vuestra secularidad consagrada no desvfa, pues, ni dismi-
nuye vuestra salesianidad, sino que eleva su realizaci6n en el
mundo de un modo mas cualificado y mas claro. Constituye,
por tanto, para vosotras una llamada a vivir una fidelidad crea-
tiva que os sumerja cada vez mas inteligentemente en el ca-
risma de Don Bosco por medio de una presencia mas genuina

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- 72 -
y eficaz en la historia. Vuestro carnet de identidad es a la vez
secular y salesiano; solo en esa integridad esta el alma de
vuestra santificaci6n, la energia primera de vuestro crecimiento
y devenir.
N acisteis y habéis crecido en la Familia espiritual de Don
Bosco. El caracter salesiano del Instituto no es ni puede consi-
derarse margina!, de modo que se pueda agotar en una simple
declaraci6n de principios y objetivos, por muy noble y sincera
que sea. Tampoco puede representar un elemento extrinseco y
casi accidental. Al contrario, debe ser considerado, seguo he-
mos visto, corno un elemento constitutivo y vita!. La posterior
elevaci6n a Instituto secular exige mas un retorno que un
alejamiento de la fundaci6n salesiana, aunque temporalmente,
acaso por exigencias metodol6gicas de crecimiento, haya po-
dido ponerse mas énfasis en la consideraci6n de las exigencias
espedficas de la secularidad .
El aspecto secular, en efecto, no es suficiente para determi-
nar vuestra indole propia, al menos por dos constataciones
faciles de ver: la primera es que, al existir tantos Institutos
seculares diferentes entre si, sera preciso que cada uno posea
algun elemento carismatico propio y exclusivo, que proceda de
otra fuente y sirva para distinguirlos entre si; la segunda es que
la extensi6n de la secularidad es, por si misma, tan vasta y
variada, que admite porciones y grados diferentes de asunci6n
y de servicio, seguo las determinaciones de una opci6n funda-
cional. jNo corresponde a cada Instituto secular hacerlo rodo!
Cada uno contribuye humildemente con su granito de arena. O
sea, cada uno debe sentirse, con realismo, un simple subsidio
de complementariedad. Igual que hay muchas Congregaciones
diversas en la Vida religiosa, lo mismo se encuentran en la
Iglesia tipos muy variados de Institutos en la Secularidad con-
sagrada.
Tal pluralismo, fruto de la fecundidad del Espiritu Santo,
hace necesario sefi.alar bien cual es el carisma en vuestra indole
propia; resulta indispensable para delinear auténticamente la

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- 73 -
fisonomia de vuestra identidad de consagradas seculares. jPreci-
samente en esa exigencia se descubre la necesidad absoluta y la
importancia que tiene para vosotras la salesianidad!
En efecto, vuestro Instituto se distingue de los demas por la
salesianidad. jLo dice el mismo nombre ! Os definis precisa-
mente «ante la lglesia y ante el mundo corno hijas espirituales
de Don Bosco y corno testigos de su carisma» (Cont. 49). El
articulo primero de vuestras Constituciones renovadas afirma
que vosotras sois un «lnstituto secular que tiende a realizar en
la Iglesia una misi6n particular segun el espiritu de San J uan
Bosco»; y el articulo cuarto afiade: «Para actuar esta misi6n
acogemos el mensaje espiritual de Don Bosco, al que nos
sentimos idealmente vinculadas a través del Siervo de Dios don
Felipe Rinaldi, y hacemos objeto preferente de nuestra acci6n
apostolica a los destinatarios a quienes fue enviado Don
Bosco», es decir, corno explica el articulo 33, «los j6venes,
especialmente los mas pobres, las clases populares, las vocacio-
nes y las misiones».
Entorices, ccual es el area secular en que os introduce
preferencialmente vuestra salesianidad?
El campo privilegiado en que se hace presente, con caracter
propio, el carisma salesiano en el mundo es la educaci6n, o,
mas en generai, la cultura. Don Bosco hizo conscientemente
esta opci6n para toda su Obra (Cfr. Circular de don Luis
Ricceri sobre «Los Salesianos y la responsabilidad politica»,
ACS, oct.-dic. 1976, num. 284, pags. 16-18 ). No se trata aqui
de la cultura en sentido «iluminista» de élite intelectual, de
erudici6n y refinamiento, sino en el sentido antropologico, mas
fundamental y comun, que sefial6 la «Gaudium et Spes» en el
Concilio (nums . 53-62), y que ha sabido describir tan incisiva-
mente el Episcopado de Latinoamérica en Puebla, en su re-
ciente III Asamblea: «La cultura asi entendida abarca la totali-
dad de la vida de un pueblo: e! conjunto de valores que lo
animan y de desvalores que lo debilitan y que , al ser participa-
dos en comun por sus miembros, los reune en base a una

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74 -
misma "conciencia colectiva" (EN 18). La cultura comprende,
asimismo, las formas a través de las cuales aquellos valores o
desvalores se expresan y configuran, es decir, las costumbres, la
lengua, las instituciones y estructuras de convivencia social,
cuando no son impedidas o reprimidas por la intervenci6n de
otras culturas dominantes » (Puebla, num. 387).
Este es un campo de compromise que comporta una preo-
cupaci6n antropologica y humanistica que apunta con un inte-
rés particular a rodo el sistema educativo de la sociedad civil y
que se inserta en la porci6n mas fragil y mas susceptible de
manipulaci6n, pero rambién mas viva, dinamica y abierra a las
perspectivas de futuro del hombre en el siglo, la juventud.
Pensando, ademas, en el grave problema, deplorado por
Pablo VI, de la actual tragiça escisi6n entre Evangelio y cultura
(EN 20), se descubre rambién la urgencia de una presencia
auténticamente sana y cristian~ en esra area cultura!. Y si ade-
mas considerais en parcicular vuestra condici6n femenina y la
aceleraci6n que la historia esta imprimiendo a la promoci6n de
la mujer, encontraréis auò otra Ilamada urgentisima a un com-
promise en esre sector sociocultural.
En el area de la cultura hay muchos modos seculares de
intervenir. Ante rodo, muchas profesiones y actividades laicales
ponen, por si mismas, en condiciones de trabajar directamente
para los destinatarios de la misi6n de Don Bosco. Pero, aun
desempeòando papeles profesionales que tienen influjo s6lo
indirecto, es siempre deseable, e incluso necesario, buscar un
algo mas donde interv~nir libremente . Don Felipe Rinaldi de-
da precisamente a las primeras consagradas en el siglo que
«por muy ocupada que esté una persona, siempre le queda un
resto de energia; ésta debe ser utilizada, especialmente por
vosotras, con una direcci6n y finalidad especial, conciliandola
con vuestro estado. Las Obras de Don Bosco son tales, que
podéis hacerlas en cualquier puesto en que os encontréis » (QC ,
paginas 46-47). De- ese modo, la Voluntaria puede inserrarse
en actividades explfcitamenre relacionadas con «las Obras de Don

8.7 Page 77

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- 75 -
Bosco», o colaborar, con estilo secular, en los compromisos de
los otros grupos de la Familia Salesiana: de hecho, es inherente
a su tradici6n viva actuar laudablemente, y precisamente por
ser consagrada secular, incluso corno colaboradora y animadora
de las ramas laicales del compromiso salesiano en el inmenso
campo de la educaci6n y de ·1a cultura.
Para llevar a cabo la misi6n salesiana, el Sefi.or desarro116 en
Don Bosco y en los suyos, a través de la intervenci6n materna
de Maria, un espfritu evangéliço caracteristico con notas pecu-
liares que sirven para animar, robustecer y defender incluso
vuestra consagraci6n espedfica. Don Felipe Rinaldi fue, para
vosotras, en esto un maestro insuperable . que debéis saber
valorar en su justa medida.
No es éste e1 momento para entrar en los contenidos de
vuestra salesianidad; aqui s6lo queriamos afirmar su necesidad
absolutamente indispensable y su eficacia para fundar y consti-
mir la identidad de las Voluntarias de Don Bosco.
La dosificaci6n con que asegurar la armonia intrinseca entre
salesianidad y secularidad consagrada no se deduce, corno una
formula, de planteamientos abstractos, sino que es un equili-
brio de vida inducido de una experiencia espiritual vivida con
fidelidad a los origenes y en comuni6n de discernimiento. Si la
secularidad consagrada aporta la naturaleza y el modelo de la
forma de vida, la salesianidad determina la modalidad, la exten-
si6n, el area, el grado, el estilo, la fisonomia del testimonio y la
elecci6n del compromiso en la acci6n apostolica.
Urgencia de una formaci6n integrai
La consagraci6n de hace sesenta afios proclama, sin duda,
también la importancia de la formaci6n. La figura de don Felipe
Rinaldi, en la preparaci6n de las primeras profesiones, aparece
corno la del formador, del director espiritual, en perfecta sin-
tonia con el Espfritu Santo.
En los decenios siguientes el Instituto madur6 y creci6,

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- 76 -
logr6 la indispensable y justa autonomia, que le confiere inicia-
tivas y responsabilidades particulares. Pues bien, entre estas
responsabilidades ocupa un puesto privilegiado, con prioridad
incuestionable, la formaci6n de la Voluntaria: una formaci6n
armonica e integrai que sepa hacer crecer, en simbiosis viva, la
salesianidad y la secularidad. Hasta ahora, en la Familia Sale-
siana, s6lo vuestro Instituto es portador de esta originalidad, la
de traducir el espiritu de Don Bosco en la setularidad consa-
grada o asumir la secularidad en la consagraci6n salesiana.
Esta originalidad tan atrayente no es, de por sf, facil; al
revés, comporta un aspecto delicado, arduo y hasta peligroso.
No se la puede vivir genuinamente si no se tiene, interior-
mente, una espiritualidad robusta. Con raz6n don Felipe Ri-
naldi insisti6 tanto sobre la vida interior: pensad, por ·ejemplo,
en sus penetrantes conferencias sobre la «piedad ».
·
Pablo VI recordaba los riesgos de esta originalidad con que
se encuentra rodo Instituto secular, por medio de una expre-
siva imagen agonistica: «Vosotros caminais por un plano incli-
nado: invita el paso a la facilidad del descenso, y lo escimula a
la fatiga de la subida. Es un caminar diffcil, propio de alpinistas
del espiritu» (Doc. e Testi, I, pag. 77).
Estar «en el mundo y no ser del mundo, sino para el
mundo» es sin duda fascinador, pero peligroso : .La «deslum-
brante actualidad » de la vida humana «con sus virtudes y sus
pasiones, con sus posibilidades de bien y su gravitaci6n hacia el
mal, con sus magnfficas realizaciones modernas y sus secretas
deficiencias e indefectibles sufrimientos», debe ser abordada
con una fe cristiana robusta y, para vosotras, rambién con una
..igorosa mentalidad salesiana.
jHacia esa meta debera dirigirse siempre, corno en la pri-
mera hora, rodo el esfuerzo de la formaci6n, la inicial y la
permanente!
·Por supuesto que, en este campo, los tratados teoncos no
bastan por sf solos: los principios deben calar en la vida, y la
vida -ya se sabe- es un conjunto organico que no permite

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ninguna forma de atomizaci6n de los elementos constitutivos.
Pienso, por tanto, que es una estimulante necesidad del
Instituto realizar un gran esfuerzo de formaci6n integra!. Para
formar habra, sin duda, que saber presentar a la Voluntaria ora
uno ora otro de los aspeccos de su vocaci6n; pero el esfuerzo
tendera a la integraci6n, es decir, a hacer percibir cada aspecco
no aislado e independiente, sino inserto vitalmente en su con-
texco organico. La formaci6n, mas que enseiianza, es una expe-
riencia de vida y de trabajo iluminada y sostenida por la refle-
xi6n, por la oraci6n y por la direcci6n espiritual. Por su misma
naturaleza evita la unilateralidad de cualquier particularismo, y
crece con la experiencia integrai de la vida.
El principio o canon directivo lo encuentro bien expresado
en el articulo segundo de vuestras Constituciones: «Con una
unica llamada especial somos consagradas por Dios en la profe-
si6n de los consejos evangélicos y enviadas al apostolado vivido
en el mundo, segun ef carisma propio de nuestro lnstituto. »
Y, evidentemente, el carisma del lnstituco implica en coda
su riqueza, segun hemos dicho, la salesianidad corno su com-
ponente, coesencial co~ la secularidad, a la que, sin embargo,
crea y especifica.
Es claro que todo esto exige un estud io largo y apasio nado
de Don Bosco y de su espiritu, a fin de ofrecer a la Voluntaria
una visi6n total de su vocaci6n, que la distingue de cualquier
ocra secular consagrada. Tal corno hizo don Felipe Rinaldi con
las primeras Celadoras.
Asi, de un esfuerzo llevado con profundidad, resulcara que
ningun aspecto de la vocaci6n de la Voluntaria se q uedara sin
su caraccerizaci6n salesiana espedfica: ni la vocaci6n en cuanco
llamada de Dios y respuesca de la criacura; ni la manera de
considerar y vivir cada uno de los consejos evangélicos y las
virrudes cristianas; ni la perspectiva del compromiso secular e n
la lglesia; ni la actividad apostolica, e n el contexco de la misi6n,
por la juvencud y el pueblo; ni la vida de oraci6n y de creci-
mienco en la santidad; ni la mism a vida de comuni6n en la

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Iglesia y en el Instituto. En una palabra, en todo momento y en
coda actitud praccica de su existencia, la Voluntaria podra y
debera experimentar el gozo intimo de sentirse en la escuela
de Don Bosco.
Es una meta no fa.cii de alcaniar, pero hermosa y necesaria,
si no se quiere que la Voluntaria tope con peligrosas crisis de
identidad en su vocaci6n.
Pienso que esce trabajo y esfuerzo son hoy tanto mas nece-
sarios y urgentes cuanto que las Voluntarias provienen de
diversos ambientes, y no· exisce ya un 'requisito explicico para
ellas -corno en ciempos de don Felipe Rinaldi- de haber
percenecido a organizaciones salesianas.
Ademas, el Inscicuco esca llamado aun mas parcicularmente
a compromecerse e·n la formaci6n, sobre todo por su nacuraleza
secular. Esca exige que los elementos comunes y fundamentales
del espiricu salesiano sean escudiados a fondo, asimilados y
vividos segun el modo propio de «seculares consagradas». Y es
aqui donde sera necesaria e indispensable -al lado de los
Salesianos e Hijas de Maria Auxiliadora, Cooperadores, ecc.-
vuescra aporcaci6n de Voluntarias, en cuanto mujeres, y mujeres
consagradas en la secularidad, con coda la riqueza de vuescra
sensibilidad parcicular, en una experiencia de vida que es vues-
cra y, has.ra ahora, corno ya hemos dicho, de ningun otro grupo
de la Familia Salesiana.
La comumon en la Familia Salesiana
Vuescra forma de vida prescinde de una convivencia de
escruccura comunitaria: sois seculares y no religiosas. Sin em-
bargo, la comuni6ri conscicuye cambién para vosocras, corno para
todo consagrado, el valor cenerai de vuescro crecimiento en el
amor: Dios es comuni6n, la lglesia es comuni6n, la historia del
hombre es una busqueda de comuni6n.
Un seccor parcicular y privilegiado de la experiencia de
comuni6n para una Voluntaria es la Familia Salesiana. El acon-

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tecimiento de las primeras profesiones que conmemoramos nos
hace ver con mucha claridad que vosotras estais en piena co-
muni6n de Familia. Pues bien, vosotras creceréis y mejoraréis
cada vez mas vuestra identidad intensificando esa comuni6n .
En los anos 70, después del Capfculo Generai Especial de
riosotros los salesianos, se ha ido centrando la atenci6n en el
tema de la «Familia Salesiana» por parte de los varios grupos
que se inspiran en Don Bosco. Se ha descubierto que ninguno
de ellos puede repensar integralmente su vocaci6n espedfica
sin referirse a quienes, con él, son porcadores del espfricu y de
la misi6n del Fundador. Por eso se ha comenzado a buscar
juntos una unidad mejor de los varios grupos, aunque conser-
vando la auténtica peculiaridad de cada uno (Cfr. CGE 151 ).
Todos nos sentimos llamados a hacer crecer la conciencia
de un bien comun concedido por el Espfricu Santo y de un,
intercambio salesiano mas concreto y explfcito.
La intercomunicaci6n y la colaboraci6n entre nosotros se
pueden intensificar siendo mas auténticos en nuestro segui-
miento de Cristo, con la fidelidad al espfricu de Don Bosco,
con la renovaci6n de la misi6n, y con la acci6n concreta y, en
lo posible, concordada, a favor de los j6venes y del pueblo.
Estos aspectos comporcan valores comunes a codos, aun dentro
de la pluralidad de las formas y de las expresiones, tanto de los
grupos mismos corno de la variedad cultura! y pastora) de las
Zonas donde se trabaja. Debemos saber testimoniar dinamica-
mente en e! Pueblo de Dios la unidad de inspiraci6n y de
compromiso apostolico que anima al «fenomeno salesiano » de
que hablaba con tanta admiraci6n Pablo VI.
El proceso de renovaci6n postconciliar comporta, para
nuestro crecimienco espiricual comun, una conciencia y un in-
cremento de la vida de comuni6n en la Familia Salesiana,
esforzandonos, cada uno en su ambito, por ser solidarios y
practicos. Nos hermana un gran objetivo hist6rico: el anuncio
de Cristo a la juvencud y a las clases populares. Para hacerlo,
hemos relanzado juncos el aspecco mariano de nuestra espiri-

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cualidad, el proyecto educativo de Don Bosco, el sentido de la
universalidad de nuestra vocaci6n en el compromise misionero,
la necesidad de presencia y colaboraci6n en la iglesia locai a
través de una pastora! descentralizada, etc.
Es particularmente urgente hoy revalidar, con la ayuda
estimuladora de todos, la calidad del ministerio sacerdoral por
parte de la Congregaci6n de los Salesianos, promover una
programaci6n de pastora! vocacional que nos interpele y enri-
quezca mutuamente, mejorar los instrumentos de intercambio
y de informaci6n, cooperar magnanimamente en ciertas estruc-
curas especializadas de escudio y de reflexi6n, incrementar la
colaboraci6n locai en algun compromise apostolico nuestro de
conjunto; en una palabra, estar juntos y ser mas activamente
fieles a Don Bosco, hoy.
A este nivei de Familia Salesiana, jos corresponde también
a vosotras, q_ueridas Voi untarias de Don Bosco, intervenir con la
aportaci6n de vuestra magnffica originalidad y recibiendo la
savia comun que os dara mas nervio y mayor creacividad! Si ·os
sicuais en esta comuni6n de Familia, podréis precisar mas exac-
tamente la fisonomfa espiricual de vuestra secularidad consa-
grada, determinar con mayor concreci6n vuestro horizonte
apostolico y descubrir de nuevo una inteligente colaboracion
practica en la acci6n, acomodandoos a las sicuaciones sociopoli-
ticas y al grado de desarrollo de la Familia Salesiana locai. Los
tiempos y convulsiones sociales exigen elasticidad e iniciativas
varias para el incremento del carisma de Don Bosco a favor de
los destinatarios que le asignaron el Sefior Jesus y su Madre
Marfa, Auxiliadora de los Cristianos.
Ahf tenéis, distinguida sefiorita Ana y queridas Voluntarias
todas, algunas reflexiones orientadoras que la celebraci6n del
60 aniversario de las primeras consagraciones en las habitacio-
nes de Don Bosco ha suscitado en mi coraz6n para vosotras.
Las conffo a la materna! bondad de Marfa Auxiliadora, a fin
de que las haga fructificar en vuestra mente y en vuestros .

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prop6sitos, y se conviertan en una ayuda para vuestro creo-
miento en la fidelidad.
Perdonad que haya sido largo; pero es la primera vez que
trato con vosotras el tema, tan delicado y sugestivo, de vuestra
singular vocaci6n salesiana. He querido considerar esta inter-
venci6n mia de adhesi6n y congratulaci6n corno un servicio
inherente a mi ministerio, y he procurado ejercerlo en un
clima de cordial y abierto espiritu de fraternidad exquisita-
mente salesiano. Deseo aseguraros mi interés practico por el
Instituto y mi oraci6n diaria en la Eucaristia y en el Rosario
por la Responsable Mayor, por las componentes del Consejo
Centrai, por todas y cada una de las Voluntarias, y también por
mis queridos hermanos, vuestros asistentes.
La alegria, la fidelidad y la esperanza abran a vuestro Insti-
tuto las perspectivas de una fidelidad intensa y de un creci-
miento prometedor en la Iglesia del Sefior.
Con el afecto de Don Bosco.
EGIDIO VIGANO
Rector Mayor
Sucesor de Don Bosco

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