Actas_1983_310.ACG


Actas_1983_310.ACG



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del consejo superior
ano LXIV - octubre-diciembre 1983
N.0 310
organo oficial
de animaci6n
y comunicaci6n
para la
congregaci6n salesiana
Direzione Generale
Opere Don Bosco
Roma

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1.3 Page 3

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del consejo superior
de la sociedad salesiana
de san Juan Bosco
ORGANO OFICIAL DE ANIMACION Y COMUNICACION PARA LA CONGREGACION SALESIANA
N.0 310
ano LXIV
octubre-diciembre 1983
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
Don Egidio Viganò
DON BOSCO SANTO
Pagina
3
2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES No se dan en este numero
3. DISPOSICIONES Y NORMAS
No se dan en este numero
4. ACTIVIDADES DEL CONSEJO
4.1. De la cronica del Rector Mayor 21
4.2. Actividades de los Consejeros 21
5. DOCUMENTOS Y NOTICIAS
5.1 . Preparaci6n del XXII Capitulo
Generai
30
5.2. lntervenci6n en el Sinodo
36
5.3. Solidaridad fraterna
39
5.4. Formula para el «Acto de Aban-
dono»
41
5.5. Repertorio de las Memorias bio-
graficas
44
5.6. Noticias de las misiones
44
5.5 bis. Centro latinoamericano de do-
cumentaci6n indigenista
45
5.7. Nombramiento pontificio
48
5.8. Hermanos difuntos
49
6. COMUNICACIONES
Cambios de direcci6n y de teléfono

1.4 Page 4

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Centrai Catequistica Salesiana
Alçala, 164 - Madrid-28
Edici6n exrracomercial
lnstiMo Polijéaiico Salesianos-Atocha

1.5 Page 5

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
Don Egidio VIGANO
Don Bosco Santo
INTRODUCCION: La canonizaci6n de Don Bosco.-Nuestra consagraci6n religiosa.-los grandes valores de la santi-
dad salesiana: servir al Senor con alegria; tener coraz6n oratoriano; saber hacerse querer; ser asceta en la vida de
cada dfa. -lntimidad con Jesucristo «Redentor•.-Los dos enemigos que mas perjudican a nuestra santidad.-Qespe-
dida.
Roma, 24 de septiembre de _1983
Queridos hermanos:
Estamos ya en visperas del Capitulo Generai. In-
tensifiquemos, pues, nuestra adoraci6n y oraci6n para
que desciendan abundantes sobre la asamblea capitular
,y cada uno de sus miembros la luz y los dones del Es-
piritu Santo. El «acco de abandono » de coda la Con-
gregaci6n en Maria Auxiliadora, precisamente al co- ·
menzar el Capitulo, se propone recordar la actitud de
Don Bosco para con Ella, en cuanto Madre y Guia,
para que nos alcance del mismo Espiritu ser fieles y ac-
tuales intérpretes y testigos del patrimonio espiritual
y apostolico del Fundador.
Esca para concluirse el sexenio del mandato de ser-
vicio del Rector Mayor y del Consejo Superior: un
Consejo muy trabajador y fraterno . En nombre de to-
dos y cada uno de mis colegas y en el mio propio quie-
ro agradecer a los Inspectores y a codos los hermanos la
comuni6n y colaboraci6n que hemos sentido en estos
afios de intenso trabajo y esperanza. Es también para
mi el momento de examinar mi conciencia y pedir
perd6n al Sefior y a todos por las indefectibles defi-
ciencias y limitaciones en el ministerio de animar y di-

1.6 Page 6

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4. ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
rigir la Congregaci6n y en el dialogo con los herma-
nos.
Todos necesitamos crecer mucho mas en lo que es
la energia de vitalidad y la eficacia de misi6n en la he-
rencia de Don Bosco, es decir, madurar mucho mas en
su tipo de santidad.
El pr6ximo afio 1984 nos ofrece la oportunidad de
conmemorar el cincuentenario de la canonizaci6n de
nuestro Padre y Fundador (1 de abril de 934). Veamos
en ello un llamamiento que nos estimule --<:omo dice
el aguinaldo de 1984- a renovar nuestro proposito de vi-
vir una santidad tipicamente salesiana.
La canonizacion de Don Bosco ·
El Papa Pio XI quiso canonizar a Don Bosco el
mismo dia de la solemnidad pascual de 1934, corno
conclusi6n del Afio Jubilar de la Redencio.n .
Al repasar las Actas del Consejo y el Boletin Sale-
siano de aquella época se revive un clima de extraordi-
naria emoci6n, de alegria festiva y de profundizaci6n
vocacional. El Rector Mayor de entonces --d.on Pedro
Ricaldone-- escribia: El dia de la canonizaci6n va a ser,
sin duda, el mas glorioso de los vividos hasta hoy por nuestra
Congregaci6n e incluso me atreveria a decir que de cuantos
viva en adelante1• Ademas hada una comparaci6n entre
la Pascua de 1934 y la de 1846, en la que nuestro Pa-
dre después depasar de tribulaci6n a tribulaci6n, desechado
de todas las partes de la ciudad en las que ht1bia intentado
comenzar su obra, sin un solo palmo de tierra del que poder
disponer libremente para bien de sus muchachos, ( ... ) la
Providencia le daba el espacio suficiente para piantar las
tiendas y dar a su misi6n un principio de estabilidad. l.As
dos Pascuas abren y cierran verdaderamente el primer ciclo
hist6rico de la obra salesiana y le asignan un puesto en los
anales de la lglesia2•
I. ,\\CS, 2'I enero 1934, pag .
143.
2. ,\\CS, 8 dic. 1933, pag.
11 6.

1.7 Page 7

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3. Con.11it11rionu, a.et . 1.
4 . MMtual Rtlationu, 11.
~- I Corintios , 11, I .
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 5
No cabe duda, la canonizacion del Fundador tiene
una importancia especial y un significado eclesial con-
creto para una familia religiosa. Es presentado ante to-
dos corno una expresion originai de la vitalidad y san-
tidad de la Iglesia. El canonizado deja de ser «propie-
dad privada» para hacerse porcion escogida del patri-
monio universal del Pueblo de Dios. Por eso, para sus
seguidores, adquiere una autoridad incontestable en el
campo espiritual. En una familia religiosa la canoniza-
cion de su fundador tiene mas importancia eclesial
que, la misma aprobacion de las Reglas. El procedi-
miento que en uno y otro caso sigue la Sede Apostolica
habla claro de su diferencia: Nos lo recuerda el primer
articulo de nuestras Constituciones. La canonizacion
de Don Bosco es una de las principales intervenciones
de la Iglesia para reconocer oficialmente la iniciativa
del Esp1ritu del Sefior en la fundacion de nuestra so-
ciedad. Con razon creemos con sentimientos de humilde
gratitud ( ... ) que la Sociedad Salesiana no es solo fruto de
una idea humana, sino de la iniciativa de Dios3•
Efectivamente , corno recordaba a las Hijas de Ma-
da Auxiliadora en la carta que les escrib1 para el cente-
nario de la muerte de Mada D. Mazzarello, la santi-
dad de un fundador tiene un- caracter ·peculiar, diferen-
te de la del canonizado no fundador, no solo por sus
notas personales e historicas, sino precisamente por su
1oc:lole propia y estilo originai en la santificaci6n y en el
apostolado y por una experiencia de Espfritu Santo que
trasmite a un grupo de discipulos para" que la vivan, guar-
den, profundicen y desarrollen constantemente en sintonia con
el Cuerpo de Cristo que no deja de crecer4
En la vida de Don Bosco se fusionan el santo y el
fundador; ello hace de él nuestro padre y nuestro mo-
delo. El Espfritu Santo lo plasmo con un tipo concreto
de santidad y le dio capacidad para engendrar hijos es-
pirituales; por lo que puede reperir con el Apostol :
Haceos imitadores mfos, como yo imito a Cristo5•

1.8 Page 8

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6. ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
La historia nos dice que Don Bosco no tuvo otra
salida para realizar su vocaci6n y su santidad fuera del
camino de fundador. La Providencia lo gui6 y de al-
gun modo casi lo forzo a iniciar --corno escribi a las
Hijas de Maria Auxiliadora- una experiencia inédita de
santificacion y de apostolado, es decir, le hizo leer el Evange-
lio y el misterio de Cristo enclave propia y persona/, con una
ductilidad especial para los signos de los tiempos. Esta origi-
nalidad comporta esencialmente una ,,sintesis nueva», equi-
librada, armonica y -a su mod(r-- organica de los elemen-
tos comunes a la santidad cristiana; en ella las virtudes y los
medios de santificacion tienen un fugar propio y una dosifi-
cacion, simetria y belleza que los caracterizan6 .
Lo sabemos muy bien: En la lglesia lo que distin-
gue a una familia espiritual frente a las demas no es lo
cristiano, sino el modo especial de vivir sus contenidos
y su misi6n. Por eso la familia salesiana lee el Evange-
lio con los ojos de la santidad de Don Bosco.
Esta idèa es importandsima: Nos dice que nuestra
santidad persona! tiene una relaci6n intima con la del
fundador al que estamos vinculados por la consagra-
ci6n religiosa madurada en la profesi6n perpetua. Asi
pues, nuestra consagraci6n religiosa debe crecer y ma-
nifestarse en la santidad salesiana.
1tcs 6.
30 1, pàg . 24 , .
Nuestra consagracion religiosa
El rito de la profesi6n perpetua se centra, por parte
del ministro celebrante , en una solemne bendici6n o
consagraci6n liturgica, con la que la Iglesia sella a los
candidatos con el don del Espiritu, confirmando asi su
profesi6n religiosa.
Mira , Padre, a estos elegidos tuyos -invoca el minis-
tro de la Iglesia con los brazos extendidos- ; infunde en
ellos el Espiritu de santidad, para que con tu ayuda puedan
cumplir lo que por don tuyo han prometido gozosamente7 .
7. I. ' formulario del Ritual.

1.9 Page 9

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 7
8. 2.' fonnNlario Idem .
9. Cfr. Con.11it11donu art . 74.
Te lo pedimos humildemente, Padre: Manda tu Espiritu
a estos hijos tuyos ... Da fuerza a su proposito... , para que
sean signo y testimonio de que Tu eres el unico Dios verdadero
y amas a todos los hombres con amor infiniti.
Ahora bien, lo que prometen los candidatos con
gozo de su espiritu y lo que constituye «su proposito»
queda indicado en la formula de la profesi6n que hacen
en manos de su superior. Se proponen practicar los
consejos evangélicos segun el camino trazado en las
constituciones -salesianas, en nuestro caso-- y se
comprometen a vivir el espiritu y la misi6n del Funda-
dor en comuni6n con los hermanos de toda la Congre-
gaci6n9.
El sello del Espiritu Santo comporta su asistencia
especial y un conjunto de dones, gracias y circunstan-
cias providenciales para ayudar al salesiano a hacerse
santo vivi~ndo con fidelidad el espiritu y la misi6n de
Don Bosco.
En consecuencia, la consagraci6n religiosa esta
pienamente orientada a hacer posible el tipo de santi-
dad que se promete al hacer los votos y que esta descri-
to en las Constituciones.
Por un lado, la consagraci6n religiosa --corno en
el suefio de los diez diamantes- es la estructura que
sostiene e impulsa, la nervadura casi escondida, pero
indispensable y fundamental, de nuestra santidad.
Por otro, es el dtulo auténtico que les garantiza a
los profesos la mediaci6n eficaz de la Iglesia, que para
ellos pide puedan vivir corno signos y portadores efica-
ces del amor de Dios: los incorpora a un estado de vida
eclesial sellado por el Espiritu a través de su acci6n y
les proporciona medios y fuerzas para que den testimo-
nio del espiritu de las bienaventuranzas con fidelidad
gozosa.
La consagraci6n religiosa, pues, alimenta, desarro-
lla y defiende en nosotros la santidad salesiana. Es un
sello del Espiritu Santo estampado en el coraz6n de

1.10 Page 10

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8. ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
cada hermano a través de la Iglesia, para que sepa ser
un cestigo ·preclaro de la santidad que Dios inici6 en
Don Bosco.
Aqui interesa observar que el concilio Vaticano II
recupero en profundidad la peculiar consagraci6n reli-
giosa de los lnstitutos de vida activa. Es un tipo espe-
cial de alianza con Dios en el que la acci6n del Espfritu
Santo imprime en los corazones una modalidad de en-
crega que muy bien podemos llamar consagracion apos-
tolica, es decir, una consagraci6n religiosa y apostolica
a la vez, que por la «gracia de unidad» se plasma en
caridad pastora/.
Ante rodo el Concilio renov6 el mismo concepto
de consagraci6n r~ligiosa al considerarla acci6n de
Dios a través de su Iglesia10 . Ademas, en el famoso nu-
mero 8 de «Perfectae Caritatis», describi6 la originali-
dad de la vida religiosa activa. Durante escos afios pos-
conciliares ha avanzado mucho la reflexi6n sobre lo
que es peculiar de la consagracion apostolica. En esce tipo
de consagraci6n religiosa vibra el sello divino de un
instinto y modo de ser apost6licos que impregna de
celo coda la vida religiosa e informa de espfritu reli-
gioso coda actividad e ·iniciativa apost6lica11 .
De ese modo los dones y gracias que el Espfritu
une a dicha consagraci6n hacen que a diario se mani-
fieste en peculiares actividades de vida la «gracia de
unidad» entre el amor a Dios y el amor al pr6jimo, ac-
titudes que son portadoras de un testimonio origina!
del misterio de la Redenci6n.
Ese es el sentido en que, a través de nuestra consa-
graci6n apostolica, vivida con fidelidad a las Constitu-
ciones, el Espfritu del Sefior nos invita e impele a pro-
fundizar y actualizar continuamente Ja santidad carac-
tedstica de nuescro Fundador y Padre.
El cincuentenario de su canonizaci6n nos ofrece
para ella una oportunidad feliz y extraordinaria.
10. Cfr. Lumen Gintium ,
44,45 .
MlltJUU Rtlationu, 8 .
11 . Cfr. Perfec:tat CaritatiJ , S.

2 Pages 11-20

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2.1 Page 11

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 9
Los grandes valores de la santidad salesiana
En una circular del afio pasado -Relancemos nues-
tra santidad o Recuperamos juntos nuestra santidad-- os
recordaba que solo Dios es santo. Para nosotros la santi-
dad no es mas que la misma vida de Dios injertada en
lo mas intimo de nuestra existencia. Somos santos por
lo que en nosotros hay de Dios.
Cuando miramos a la santidad de Don Bosco, lo
que pretendemos es percibir lo que en él hay de Espi-
ritu Santo, pues sabemos que este mismo Espiritu se
propone forjar también nuestro coraz6n en el mismo
espiritu de fe, esperanza y caridad, y robustecido y de-
fendido por la misma ascesis peculiar de vaciamiento
de si mismo.
Servir al Sefior con alegria
El primer aspecto que llama nuestra atenc1on
cuando miramos a Don Bosco Santo, y que esta corno
para esconder el prodigio de la intensa presencia del
Espiritu, es su actitud de sencillez y alegria, que hace
aparecer facil y natural lo que en realidad es arduo y
sobrenatural .
Es la alegria de vivir, atestiguada en el quehacer
de cada dia; es aceptar los acontecimientos corno un
camino concreto y audaz para la esperanza; es la intui-
ci6n de las personas con sus dones y sus limites para
vivir en familia; es el sentido agudo y practico para el
bien , con la convicci6n ,i ntima de que éste --en noso-
tros y en la historia- es mas fuerte que el mal; es el
don de la predilecci6n por la edad juvenil, que abre el
coraz6n y la fantasia al futuro e infunde una ductilidad
inventiva para saber asumir con equilibrio los v:alores
qe los tiempos nuevos ; es la simpatia del amigo que se
hace querer para crear pedagogicamente un clima de
confianza y dialogo que lleva a Cristo; es una pérgòla
de rosas que se recorre entre cantos y sonrisas, aunque

2.2 Page 12

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1_Q. ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
se calzan buenas botas y defensas contra las abundantes
espmas.
El famoso nosotros hacemos consistir la santidad en es-
tar siempre alegres es fruto de un toque especial del Es-
piritu Santo. Es, pues, un tesoro divino que, corno he-
mos dicho, se reviste de sencillez y alegda para escon-
der su valor prodigioso.
Tener coraz6n oratoriano
El secreto de todo, bajo apariencias de sencillez y
campechania, era e/ coraz6n de Don Bosco latiendo siempre
bajo e/ impulso del «da mihi animas ».
Su animo lleva el sello de una peculiar e intensa
«consagraci6n apostolica». El Espiritu Santo habia in-
fundido en él una «gracia de uni6n» caractedstica,
que en su actitud contemplativa le hada destacar el
misterio de la Redenci6n. Su coraz6n admira y ama
ininterrumpidamente al «Dios-que-salva». Por eso su
amor de caridad no se cansa de estar en acci6n.
El mismo Don Bosco nos enseiia que debemos sa-
ber hacer que caminen a la par vida activa y contemplati-
va, la vida de los Ap6stoles y la de /os Ange/es12 .
. Don Pablo Albera, cuando describe la santidad de
Don Bosco, nos dice que en él perfecci6n religiosa y apos-
tolado eran una sola cosa 13•
Don Bosco dio testimonio de lo absoluto de Dios
viviendo pienamente disponible a la misi6n de Cristo
y de su Iglesia.
En mi circular sobre la familia salesiana 14 traté de
hacer ver el tipo de amor sobreriatural propio del cora-
z6n de Don Bosco: La caridad pastora/, que es la ener-
gia que da unidad a su espiritu, la originalidad que
acompaiia a nuestra consagraci6n religiosa y el manan-
tial de nuestra santidad.
Nosotros necesitamos hacer que nuestro coraz6n
lata corno el suyo, bajo el impulso del «da mihi ani-
12. Cfr . Co,mituriontJ de lai
Hijai de Maria A11xiliadiJ-
ra , a.rio 1885 , cap. XII I.
13. Carta del 18- 10- 1920.
Cfr. U u m rirrolari di Don
Pa,/o Albera , T u.rin 1965,
pag , 366.
14 . I\\CS 304 (abril -junio
1982) ,

2.3 Page 13

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1. CARTA DEL RECTOR MA YOR 11
mas». No se trata de una simple expresion; es la intui-
cion de la «primera chispa» que explica toda nuestra
santidad: vivir de caridad pastora!, encarnada en el
don de la predileccion por la juventud y caracterizada
por la bondad. Ahi esta, en su mismo manantial, la
vena de agua cristalina y saludable de la santidad sale-
siana.
Saber hacerse querer
Acabo de nombrar la «bondad». Es algo sustancial
en la santidad de Don Bosco: una santidad simpatica y
atrayente. Pero lo es, no por un afan ingenuo de popu-
laridad -seria contrario a la santidad-, sino porque
la caridad pastora! de donde nace, esta intrinsecamen-
te orientada hacia el don de la predileccion por los jo-
venes. En consecuencia, por exigencia pastora! se con-
vierte en caridad pedagogica.
La bondad es un conjunto de actitudes --equili-
brio, estilo de convivencia, don de si, humildad, pa-
ciencia, sentimientos justos y vivos, afabilidad, ale-
gda, capacidad de comunicacion, contagio del bien-
que crean una atmosfera de familiaridad.
En el aguinaldo de 1984 he querido hacer presente
a todos el centenario de la famosa carta que Don Bosco
escribio desde Roma, para que nos estimule a renovar
nuestro proposito de vivir una santidad tipicamente salesia-
na. El adverbio «tipicamente» ocupa aqui un lugar es-
tratégico, pues debe explicar y justificar la afirmacion
inicial, por si misma paradojica, de que no basta el
amor.
Si. A simple vista la afirmacion «no basta amar »
de la carta de Roma podda escandalizar a alguien.
iNo habia dicho el gran Agusdn de Hipona: eAma y
haz lo que quieras?... Pero para un santo «pedagogo»
corno Don Bosco estaba probado por la experiencia
que no basta amar. La «caridad pedagogica» exige

2.4 Page 14

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12. ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
algo mas: Hacerse querer; es decir: saber traducir el
amor en actitudes de bondad , en metodologia de
amistad, en familiaridad de dialogo y en alegria de
,convivencia. Leamos juntos algunos dichos de la carta
de Roma:
El afecto era lo que nos servia de regia;
ser considerados p.adres, hermanos y amigos;
hacer que crezca la familiaridad cordial;
quien quiera ser querido debe hacer ver que ama;
el que es querido logra todo, especialmente de los muchachos;
ese amor hace soportables la fatiga , la rutina, la ingratitud,
las molestias, las faltas y las negligencias;
cuando flojea ese amor, es que las cosas ya no marchan tan
bien;
el mejor plato en una comida es la buena cara;
y, finalmente, el angustioso y entrafiable requerimien-
to de Don Bosco:
èSabéis lo que desea de vosotros este pobre viejo que por sus
muchachos ha gastado toda su vida?. .. -Pues que para to-
dos vuelvan los dias del afecto y la familiaridad cristiana,
del espiritu de condescendencia y tolerancia por amor dejesu-
cristo, los dias de los corazones abiertos sencilla y candorosa-
mente, los dias de la caridad y de la auténtica alegria15
En una palabra, el secreto de nuestra caridad pas-
tora! y pedagogica --es decir, de nuestro coraz6n ora-
toriano-- esta en la bondad que es saber hacerse querer.
Precisamente por eso nos llamamos «salesianos »: por
la dulzura y amabilidad de san Francisco de Sales.
15. M....,.;,,, Biogràfi=, 17 ,
107-11 4.
Ser ascetas en la vida de cada dia
Vivir alegres y hacerse querer es bonito y simpati-
co; pero puede no ser santidad. Don Bosco, para dar a
su santidad las atrayentes caractedsticas pedag6gico-
pastorales que acabamos de recordar, hizo enormes e
ininterrumpidos esfuerzos ascéticos . Cultiv6 siempre,

2.5 Page 15

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 13
16. C/r. ConstilNNonu, 42 .
11. M,,,,.,.;,,, BiogràfJCaJ, 3.34.
para si mismo y para los demas, una fuerce ·pedagogia
del dominio de si. La formulo en el realista lema «tra-
bajo y templanza».
Este binomio -para nosotros indivisible-- im-
plica un sentido espiritual y practico del quehacer dia-
rio, donde se encarnan hora a hora, uno y otro dia, los
ideales y los dinamismos de nuestra fe, de nuestra es-
peranza y de nuestra caridad. En la densidad de la rea-
lidad de cada dia yen las exigencias del propio deber,
de las personas con quienes se convive y de ·1as situa-
ciones reales se encuentran los elementos practicos
para atemperar el propio egoismo y llegar a un verda-
dero dominio de si. El trabajo y la templanza, siempre
juntos, compendian de un modo muy positivo todo el
vasto campo de la di~ciplina ascética salesiana. Son
LealloesO-n-g<relegajoct.o,dni1c6h. o don Bosco-- los que haran florecer
En el sueiio de la pérgola de rosas -tan rico de
significado a este respecto-- anota nuestro Padre: La
muchisima gente que me veia caminar por aquella pérgola
exclamaba: «-Don Bosco siempre camina sobre rosas; va ade-
/ante tranquilisimo; todo le sale bien». Pero no veian las es-
pinas que martirizaban mis pobres piernas. Muchos sa-
cerdotes, seminaristas y laicos que yo habia invitado, se ha-
bian puesto a seguirme con mucha alegria, seducidos por la
hermosura de aquellas flores; pero cuando se dieron cuenta de
que habia que caminar sobre espinas punzantes y que éstas
asomaban por doquier, comenzaron a gritar: «-Nos han en-
gafiado ». Yo /es respondi: «- El que desee caminar por un
blando camino de rosas, que se retire; los demas, que me si-
gan »17 .
Nosotros, hermanos, somos de los que le segui-
mos, convencidos de que sfo disciplina ascética no
construire·mos la santidad salesiana.
La caridad pastora! traducida en incansable trabajo
apostolico y la bondad del hacerse querer sostenida por
una templanza inteligente y tenaz ----'-<}Ue implica hu-

2.6 Page 16

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14. ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
mildad, mansedumbre, pureza, equilibrio, santa pi-
cardfa, sobriedad y austeridad alegre- nos haran evi-
tar los peligros de la vida comoda, de un alto nivei de
vida, del sentimentalismo y de la sensualidad, cosas
propias de quien se va secularizando y aburguesando.
En la ascesis que supone el trabajo y la templanza
nuestro Padre nos lego una metodologia experimenta-
da para nuestra santidad . Sin ella no podremos ser fie-
les a la consagracion apostolica que nos ha sellado con
el sello del Espiritu Santo y nos atrae los dones y gra-
cias para ser salesianos santos .
Intimidad con Jesucristo «Redentor»
La canonizacion de Don Bosco tuvo lugar en la
Pascua de un Ano Santo de la Redencion.
En el discurso de la solemne audiencia que Pio Xl
concedio el 3 de abril de 1934 en la basilica de san Pe-
dro a toda la familia salesiana reunida en Roma para la
proclamacion de la santidad de su Fundador, el Papa
quiso hacer ver la conexion de este fausto aconteci-
miento con los valores del Ano Santo de la Redencion .
Dijo Pio Xl: jesucristo indica expresamente e/ fruto de toda
su obra de redenci6n cuando afirma: "- Yo he venido para que
tengan vida, una vida verdadera y completa» CTuan 10, 1)
(... ). Tal es la vida cristiana, porque es Cristo quien la dio
al mundo ( ... ). Pues Don Bosco nos dice hoy: "- Vivid la
vida cristiana como la vivi yo y como yo os la ensefié». Pero
nos parece que Don Bosco a sus hijos -suyos de un modo tan
especial- os aiiade a/go todavia mas indicativo ( . .. ) Os en-
sefia un ( ... ) secreto: El amor a ]esucristo, pero a jesucristo
<i. Redentor» . Podriamos decir incluso que ese fue uno de los
pensamientos y uno de los sentimientos que dominaron toda su
vida. Lo reve/6 en su famoso santo y sena: <i.Da mihi ani-
mas» . Un amor que nace en la meditaci6n continua y cons-

2.7 Page 17

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 15
18 . ACS 66 (mayo dc 1934)
pags. 18 1- 182 .
tante de lo que son las almas, no consideradas en si mismas,
sino en lo que son en el pensamiento, en la obra, en la Sangre
yen la muerte del divino Redentor. Ahi vio Don Bosco todo
el inestimable e inasequible tesoro que son las almas. De ahi
su aspiracion y plegaria: «.Da mihi animas » . Esta nos da a
conocer su amor al Redentor. En ella, por felicisima necesi-
dad, el amor al projimo se hace amor al divino Redentor y el
amor al Redentor' se hace amor a las almas redimidas, /as
almas que en el pensamiento y estimaci6n (de Cristo) se reve-
lan como no pagadas a un precio excesivo, pues que lo hizo
con su Sangre . Tal es precisamente ---<:oncluye Pio XI-
el amor del divino Redentor que hemos venido recordando y
agradeciendo a lo largo de todo este Ano de multiplicada Re-
denci6n1 8.
Por una feliz coincidencia también nosotros con-
memoramos el cincuentenario de la canonizaci6n de
nuestro Padre al finalizar un Afio Santo extraordinario
de la Redenci6n . Las palabras de Pio XI, corno co-
mentario del «da mihi animas » nos dicen con roda cla-
ridad que e1 secreto del coraz6n de Don Bosco esta en
la amistad fntima con Jesucristo contemplado en su
misi6n de Redentor.
Nos es, por lo tanto, imprescindible cultivar nues-
tra relaci6n de amistad persona! con Jesucristo Reden-
tor para ser de verdad discfpulos suyos corno lo fue
nuestro Fundador.
Pero para ser un verdadero discipulo de jesucristo
se necesitan dos condiciones fundamentales: Tener los
mismos sentimientos de Crisro y llevar generosamente
su cruz.
La primera condici6n es tener los senttmten(os de
Cristo. Esto es fruto de la meditaci6n y oraci6n, es de-
cir, de la dimensi6n contemplativa, que al centrar la
propia mirada en el Redentor llena el coraz6n de los
mismos ideales e intenciones que El tenfa. Se trata de
tultivar una uni6n con Cristo que sumerja el propio

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16. ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
espiritu en el misterio de la salvacion: un testimonio y
una mision que sean a la vez amor a Dios y celo de re-
dencion. Es un miste~~o que se situa en el centro de la
intimidad dè nuestra persona y la mueve corno manan-
'tial y alimento de su caridad pastora! y pedagogica.
Tal es la razon por la que el salesiano .que quiere
hacers_e santo procura que sea constante su relacion con .
Cristo. El encuentro diario con Cristo --os escribia el ·
ano pasado-- supone... , una amistad constante. Pero yo
aqui me quiero riferir precisamente a reservar/e a diario una
cantidad concreta de tiempo: se /lama meditacion y oracion
persona/, horas liturgicas y Eucaristia. El sacramento del
memoria/ de su Pascua, que encierra e/ amor mas grande de
toda la historia, debe ser vitalmente e/ centro propu/sor de to-
dos nuestros corazones y de todas nuestras casas19•
19. 11cs 101, pag . 19 ,.
La segunda condicion para ser verdadero discipu/o es
e/ espiritu de sacrificio, que supone dominio de si y renuncia ,
es decir, saber aceptar y asumir en la propia existencia
el misterio de la Cruz.
Ser «discipulo » sin renuncia ni sufrimiento --escribe
un exegeta protestante- es una contradici6n manifiesta,
como la sai que ha perdido su consistencia esencia/. La cua/i-
dad constitutiva del discipu/o es inseparab/e de la funci6n
que debe cumplir en favor del mundo y viceversa. Ser «disci-
pulo» es siempre ser discipu/o para e/ mundo, Y como para
ser «discipulo » se requiere espiritu de sacrificio, e/ mundo
necesita un discipulo que sepa sufrir, renunciar y sacrificar-
se20.
Don Bosco -ya lo hemos visto-- nos ensefi.a a
aguantar las espinas: El que desee caminar por un blando
camino de rosas, que se retire; /os demas, que me sigan.
En este sentido meditabamos, hace unos meses,
las aportaciones profundas del martirio y de la pasion
al espiritu apostolico salesiano21 .
El que busca una vida de comodidades, una vida de rico
---dejo escrito Don Bosco-- no entra con buen fin en
20. O . CIJIMANN, La f, y ,I
ct1/to m la Igluia primiti11a,
Stùdium , Madrid 197 1,
p6,g. 308.
21. i\\CS 308.

2.9 Page 19

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 17
22. Carta circulac: 9 junio
1867; Cfr. Memorias Bio-
graficas, 8, 828-830.
nuestra Sociedad. Nosotros ponemos como fundamento la pa-
labra del Salvador cuando dice: «El que quiera ser discipulo
mio... , que me siga con la oracù5n, con la penitencia y, sobre
todo, que se niegue a si mismo, cargue con la cruz de las tri-
bulaciones diarias y que me siga »... , has'ta la muerte y , si
fuera menester, incluso hasta la muerte en cruz. Es lo que
hace en nuestra sociedad el que consume sus fuerzas en el sa-
grado ministerio, en la ensefianza o en otro ejercicio (aposto-
lico), hasta una muerte acaso violenta en la carcel oen el exi-
lio, a hierro, agua ofuego, hasta el momento en que, después
de sufrir y morir conjesucristo en la tierra, pueda ira gozar
con El en el cielo22 _
Los dos enemigos que mas perjudican
a nuestra santidad
La naturaleza de la consagraci6n religiosa esta pie-
namente orientada a llevarnos a la santidad. Si no es
asf --es decir, si no la vivimos de cara a la santidad-
se adultera y pierde de hecho toda su raz6n de ser.
Es una afìrmaci6n terrible; pero, por desgracia, la
podemos comprobar, en su aspecto negativo, en la
misma vida: la crisis 'de estos afios nos da para ello mu-
chos elementos concretos.
En mi experiencia de estos seis afios he podido re-
conocer en diversas partes el inicio de dos defìciencias
que, en su grado mas alto, me parecen los dos enemi-
gos mas peligrosos para la santidad salesiana. Son: El
vaciamiento de la originalidad pastora/ y el desmantela-
miento de la disciplina religiosa.
• Respecto al primero -vaciamiento de la origi-
nalidad pastora!- hemos visto que la caridad pastora!
ocupa el centro de nuestro espfritu y, por tanto, de
nuestra santidad.
La pastora! es una invenci6n de Jesucristo. Fue Él

2.10 Page 20

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18. ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
quien la introdujo en la historia de la humanidad. Su
origen emi en el misterio de la Redenci6n. Se relacio-
na con rodo lo humano ; pero no se. identifica con nin-
guno de sus aspectos: cultura, ciencia, politica, pro-
moci6n , economia, ideologias, etc . ; su originalidad es
absoluta. Esta comporta una «forma mentis » y un
modo de hacer propio y singular, alimentado y juzga-
do unicamente por la fe y por la caridad sobrenatura-
les . No basta ser trabajador, generoso, valiente, estar
al dia y ser actual; es indispensable tener, corno motor
de rodo, un «coraz6n pastora!». Lastimosamente flora
en e! aire de no pocas regiones un sentido de horizon-
talismo que provoca una verdadera superfìcialidad es-
piri tua!. Esta, por su parte, facilmente vada la pasto-
ra! quitandola su excelsa originalidad , haciendo que
quienes lo profesan caigan en las modas de las ideolo-
gias o en un activismo vado.
Para vencer tal enemigo urge cultivar una actitud
de reflexi6n y de contemplaci6n, para devolver su
puesto centra! al «da mihi animas ». Unicamente des-
de esta posici6n se escala la santidad salesiana.
• El otro enemigo es el desmantelamiento de la
disciplina religiosa.
Para ser fìeles a la don.aci6n de si mismo hecha en
la profesi6n religiosa es preciso seguir una metodolo-
gia practica, que incluye renuncias grandes y peque-
fias, sensibilidad hacia algunas mediaciones represen-
tativas, convicciones ascéticas, valoraci6n de determi-
nados signos, medios de disciplina, tradiciones de so-
lera en e! propio Instituto, iniciativas personales de
mortifìcaci6n, etc. Es imposible vivir los ideales reli-
giosos sin una pedagogia ascética.
Ahora bien, no es dificil encontrarse hoy con un
modo de razonar y juzgar que se cree en un nivel ideo-
logico superior desde el que se permite menospreciar
las exigencias concretas de una metodologia de fìdeli-

3 Pages 21-30

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3.1 Page 21

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 19
23 . MtmflriaJ Biogrl1ficas, ibi-
dem.
dad. Sobre todo para los salesianos , que tendemos a
una santidad caracterizada precisamente por una espe-
cial dimenst6n pedagogica, esa petulante superficiali-
dad seria una contradicci6n evidente . iQué clase de
santo podra ser el salesiano que , queriendo testimoniar
una caridad pastoral y ·pedag6gica, desprecia o no con-
sidera las renuncias inherentes a los votos, las media-
ciones del magisterio eclesial , las orientaciones y di-
rectrices de los capitulos generales y de los superiores,
el ejercicio diario del vaciamiento del propio yo, los
signos eclesiales de la sagrada liturgia, la disciplina
del vivir comunitario, las exigencias ascéticas de de-
terminados articulos de las Constituciones y de los Re-
glamentos o el exigente esfuerzo del dominio de si? . ..
Es evidente que el aburguesamiento, el secularismo, el
disfraz mundano y la servii imitaci6n de la moda no
prestan un buen servicio a la santidad salesiana.
Don Bosco Santo nos interpela y nos exhorta a no
desmantelar de ningun modo las exigencias de la pro-
fesi6n religiosa. El primer objetivo de nuestra sociedad -
dej6 escrito-- es la santificaci6n de sus miembros ( . . . ).
Que cada uno se lo grabe bien en su mente y en su coraz6n:
Desde e! Superior Generai hasta e! ultimo de los socios, nadie
es imprescindible en nuestra Sociedad. Unicamente Dios es e!
jefe y Sefior absolutamente necesario . Por eso los socios deben
dirigirse a su jefe, a su verdadero Sefior y Remunerador, a
Dios. Unicamente por amor de El debe ingresar en la Socie-
dad; por amor de El trabajar, obedecer y dejar cuanto poseia
en el mundo para poder decir al final de su vida al Salvador
que hemos escogido por mode/o: «-Mira, hemos dejado todo
para venir contigo. c·Qué debemos esperar? » 23
Concluyendo: Que la canonizaci6n de Don Bosco
nos estimule, corno dice el aguinaldo de 1984 areno-
var nuestro proposito de vivir una santidad tipicamente sale-
siana.
***

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20. ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
Hemos llegado a la despedida.
Queridos hermanos: Nuestras citas de animacion
de las Actas del Consejo Superior durante este sexeriio
han sido veintidos, con temas importantes para nues-
tra renovacion. Comenzamos con el llamamiento ma-
riano de acoger a la Virgen en nuestra casa y relanzar,
de un modo renovado y conciliar, nuestra devocion a
Maria Auxiliadora24 Ahora las terminamos con estas
breves consideraciones y exhortaciones sobre la santi-
dad de Don Bosco.
Nuestra vocacion y mision salesiana esta impreg-
nada de consagracion religiosa para dar testimonio de
una santìdad apostolica peculiar. Somos hi jos de san-
tos y vivimos para ser signos y portadores de santidad.
No nos desanimemos: de la santidad también forma
parte la conversion y la penitencia para superar nues-
tros defectos.
Don Bosco en su testamento se despide con estas
palabras tan afectuosas : Adi6s, hijos mios, adi6s. 0s espe-
ro en el cielo. Al/i hablaremos de Dios, de Maria Madre y
sostén de nuestra Congregaci6n; al/i bendeciremos eternamen-
te a nuestra Congregaci6n, pues la observancia de sus Reglas
contribuy6 poderosamente y eficazmente a salvarnos. «Bendi-
to sea el nombre del Seiior ahora y siempre. En Ti, Seiior,
confié; no me veré defraudado para siempre»25 .
Que Don Bosco Santo nos consiga la materna! asis-
tencia de Maria para saber hacer a los jovenes el regalo
salesiano que mas anhelan: nuestra santidad pastora} y
pedagogica.
~r= u~ Recemos intensamente al Sefior por el éxito del
proximo Capitulo Generai:
Para todos mi saludo cordial.
Con espmnza y gmitud
~I
24. ACS 289 (cncro-j un io
1978).
25 . MtmDriaJ Biogrdfica1,
17 .25 .

3.3 Page 23

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