Actas_1981_300.ACG


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del consejo superior
ano LXII - abrll-Junlo 1981
N.0 300
organo oficial
de animaci6n
y comu nicaci6n
para la
congregaci6n salesiana
,
Direzione Generale
Opere Don Bosco
Roma

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1.3 Page 3

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del consejo superior
de la sociedad salesiana
de San Juan Bosco
ORGANO OFICIAL DE ANIMACION Y COMUNICACION PARA LA CONGREGACION SALESIANA
N.0 300
ano LXII
abril-junio 1981
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES
Pag ina
Don Egidio Vigano
1.1. Fisonomia del Salesiano, segun
el suefio del personaje de los
diez diamantes.
3
1.2. Texto del sueiio del personaje
de los diez diamantes.
45
2.1. Don Paolo Natali
La Formaci6n de los Salesianos
de Don Bosco.
Principios y Normas
«Ratio Fundamental is lnstitutio-
nis et Studiorum ».
54
2.2. Don Ruggiero Pilla
Valor religioso de la actividad
econ6mico-administrativa del
Salesiano.
58

1.4 Page 4

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3. DISPOSICIONES Y NORMAS
4. ACTIVIDADES DEL CONSEJO
5. DOCUMENTOS Y NOTICIAS
(no se dan en este numero)
4.1 . Sesi6n plenaria de noviembre-
diciembre, 1980 (Orden del dia». 63
4.2. De la cronica del Rector Mayor. 64
4.3. Actividades de los Consejeros de
Dicasterios.
65
5.1. Discurso del Papa en la UPS. 71
5.2. Saludo del Rector Mayor al
Papa.
76
5.3. Sol i daridad fraterna (35 rela-
ci6n) .
78
5.4. Actividad misionera de 1980.
80
5.5. El 4 .0 tribuna! Russell y los Sale-
sianos.
84
5.6. Proyectar la educaci6n en la es-
cuela cat6lica.
90
5.7 . Casas erigidas canonicamente
en 1980.
94
5.8. Nombramientos.
94
5.9. Hermanos difuntos.
95
Ce nerai Catequistica Sales iana - Mad rid .
Imprim e: Escue la G rafica Salesia na - Mad rid - A roc ha.

1.5 Page 5

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
Don Egidio Vigano
FISONOMIA DEL SALESIANO,
SEGUN EL SUENO DEL PERSONAJE
DE LOS DIEZ DIAMANTES
Roma, Fiesta de la Preseotaci6o del Senor, 1981
FISONOMIA DEL SALESIANO, SEGUN EL SUENO DEL PERSONAJE DE LOS DIEZ DIAMANTES.-fotroduccion.
1. «El modelo del verdadero Salesiano «.-2. lmporlancia que dio al sueno Don Bosco.-3. Su importancia en
nuestra tradici6n.-4 . Su intérp rete mé.s agudo, don Felipe Rinaldi.- 5. Descripci6n de nuestra fisonomia espiri-
tual : d personaje - si.i s dos vi scas: de freme y por la espalda.- 6. El rostro : fisonomia - rasgos fundamentales - las
atractivas facciones de Cri sto.- 7. El armazòn : puesto centrai de la Obediencia - una Pobreza con creta - exigen-
d as de la Castid ad - senrido del Paraiso.- 8. Lo especificamente salesiano. - 9. Pérdida de su identidad : adulte-
raci6n dd ro stro - desmoronamienco dei armaz6n.- 10. Llamamiento a la formaci6n y al discernimiento vocacio nal
con la mirada puesta en el futuro .-Conclusi6n.
Queridos hermanos:
Antes de nada, os invito a uniros al jubilo y a la
esperanza de los numerosos hermanos de Espafia,
que celebran desde e! 16 de febrero y durante
todo este afio el centenario del trasplante del ca-
risma de Don Bosco a Espafia. Con la cuarta expe-
dici6n misionera, hacia finales de enero de 1881,
salfa de Turin, camino de Andalucia, Juan Branda
con otros cuatro hermanos y un seglar para inciar
la presencia salesiana en Utrera. Les acompafiaba y
guiaba el intrépido Juan Cagliero, «especialista en
eCs.1tnecotiapn-oosd. e trasplante » en América desde hada
Hoy, Espafia suma mas de 3.200 entre Salesianos

1.6 Page 6

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4 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
e Hijas de Maria Auxiliadora, con numerosos mi-
sioneros y misioneras, mas miles de Cooperadores,
innumerables Antiguos Alumnos , un buen grupo
de voluntarias de Don Bosco y muchisimos amigos
esparcidos por todos los rincones de la naci6n.
Aquellos «primeros » llevaban consigo el secreto
de la fecundidad y la intrepidez del futuro. jFor-
mados en Valdocco, renian corno modelo el cora-
z6n de Don Bosco!
Nosotros nos congrarulamos con los hermanos
de Es.pana por la intuici6n y generosidad con que
han percibido y sabido comparrir ran magnanima-
mente esca «experiencia del Espiritu Santo », sem-
brada con humildad en aquella su ciudad del sur.
Ademas, nosorros querriamos profundizar, imi-
tando su compromiso espiritual para esce ano cen-
tenario, e! secreto de aquel «modelo de verdadero
Salesiano» de la primera generaci6n.
Para ese fin nos podra ser uril meditar arenta-
mente sobre ocra fecha memorable mu y significa-
tiva para nosotros. El pr6ximo mes de septiembre
hace cien anos que ruvo Don Bosco un sueno que
hablaba muy claro del porvenir de su Carisma. Se
trata del sueno de aquel «augusto personaje » que
vescia «un rico manto » en el que lucian con un
brillo intenso «diez diamantes de un ramano y
esplendor extraordinarios». Don Bosco lo ruvo en
San Benigno Canavese la noche del 1O al 11 de
- - - - septiembre de 1881 1.
1. M B 15, 183 y ss.
1. «El modelo del verdadero Salesiano»
El sueno se desarrolla en tres escenas.
En la primera el personaje encarna la fisonomia
del salesiano. E~ la parre anterior de su manto

1.7 Page 7

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2. ACS 55, 923.
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 5
brillan cinco diamantes, tres en el pecho - «Fe »,
«Esperanza» y «Caridad »- y dos en los hombros
- «Trabajo » y «Templanza»-. En el lado poste-
rior lucen otros cinco diamantes, en. que se lee,
respectivamente: «Obediencia», «Voto de Po-
breza», «Premio », «Voto de Castidad » y
«Ayuno ».
Don Felipe Rinaldi defìne a este personaje de
los diez diamantes: «El modelo del verdadero sale-
siano » 2.
En la segunda escena el personaje muestra la adul-
terac10n del mo elo: su manto «habia perdido el
color, estaba apolillado y roto. Donde a ntes estaban los
diamantes, habia ahora un deterioro pro/undo produ-
cido por la poli/la y otros diminutos insectos ».
En la tercera escena aparece un «jovencito encanta-
dor con una tunica bianca bordada en oro y plata (. ..),
con un aspecto majestuoso, pero dulce y amable ». Es \\
portador de un mensaje y exhorta a los salesianos
a «escuchar », a «comprender », a mantenerse
«fuertes y animosos », a «dar testimonio con las
palabras y con la vida», a «ser cautos en la acepta-
ci6n » y en la formaci6n de las nuevas generacio-
nes, y a hacer crecer sana su Congregaci6n.
Las tres escenas del suefio son animadas y suge-
remes. Nos preseman una sfntesis agii, personifì-
cada y dramatizada de la e7p'lritualidad salesiana.
El contenido del suefio implica sin duda, en la
mente de Don Bosco, un importante cuadro de
referencia para nuestra identidad vocacional. La
elecci6n y presemaci6n organica de determinadas
caracteristicas hay que considerarla corno un acre-
ditado carné de idemidad del rostro salesiano. En
ellas encomramos un auténtico boceto de nuestra
fìsonomfa. Por eso nos dice Don Bosco que cuidar
tales caracteristicàs es asegurar ·el futuro de nuestra

1.8 Page 8

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6 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
vocaci6n en la lglesia, mientras que su descuido y
olvido acaba con su existencia.
Al contar el suefio, Don Bosco hace observar
dos datos: El primero, que el 10 de septiembre era
« un dia que la Santa Iglesia dedica al glorioso Nombre
de Maria » (c/r. nota I); el segundo, que los salesia-
nos, reunidos en San Benigno Canavese, «hacian
ejercicios espirituales», y a él le «parecia que estaba
paseando con los directores » . Son dos observaciones
muy sugerentes para nuestra reflexi6n: lo que
cuenta Don Bosco tiene una conexi6n especial con
Maria,· y ademas el ar umenro_ es pecialm..ente
<29orruno para « tiemp_oJJ11ertes » de recogimiento y
«profundizaci6n», corno son los ejercicios espiri-
tuales, y para animadores con una particular respon-
sabilidad, corno son los directores .
~uefio que se dirige al salesiano en cuanto
tal. Aquf no se habla directamente de los j6venes,
;-unque evidentemente se oriente para su bien.
Don Bosco nos habl~ a nosotros, en casa; a nos-
orros, reunidos para los ejercicios espirituales; a nos-
otros, animadores y educadores; se trata de un
~ importante argumento de intimidad; nos pide una
revisi6n de vida.
2. lmportancia que Don Bosco da a este sueiio
Aquel suefio le impresion6 tanto a Don Bosco,
Nota 1. La fiesta del Santisimo Nombre de Maria fue establecida por el Beato Inocen-
cio Xl, corno recuerdo de la victoria de los ejércitos cristianos contra los rurcos, el 13 de
septiembre de 168 3. La fij6 para el primer domingo deJp11éJ de la Natiridad de Maria. El aiio 1881,
del que habla Don Bosco en el sueiio, el domingo después de la Natividad de la Virgen -es
decir, después del 8 de septiembre-- era precisamente el dia IO, y, por tanto, era un «dia q11e la
Santa IgleJia dedica al glorioJo Nombre de Maria ». Mas tarde, a comienzos de nuescro siglo, San
Pio X, para no impedir un domingo, seiiaJ6 la fìesca del Nombre de Maria para el dia 12 de
sepciembre.

1.9 Page 9

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 7
3. MB 15, 182.
«que no se contento con exponerlo de viva voz, sino que
lo transcribi6 3,
En el archivo poseemos su texto autografo, el
que Eugenio Ceria no pudo localizar para escribir
el volumen 15 de las «Memorias Biograficas». Ahora
nosotros, gracias al pacienre y valioso trabajo de una
hija de Maria Auxiliadora, podremos aprovechar
incluso su edicion critica (cjr, nota 2),
Dicho texto data de algunas semanas después del
11 de septiembre. Lo cual revela la greocupacion
persona! de Don Bosco por asegurar el conoci-
miento del suefio y su aprovechamiento en nuestra
tradicion vivida.
La minuta autografa tiene varias correcciones, y
manifìesta no solo «la angustia que Don Bosco suele
sentir cuando redacta pdginas destinadas a la divulga-
ci6n escrita» (Pietro Stella, « Don Bosco nella storia
della religiosità cattolica», vol. Il, pag. 52 7), sino
también el esfuerzo que hace para recordar con
exactitud lo que ha visto en el suefio: un «esfuerzo
Nota 2. Cecilia Romero, «I sogni di Don Bosco - Edizione critica », Turin, 1978 - LDC.
La autora presenta esce sueno junro con algunos mas, tenidos por Don Bosco durame los
ultimos anos de su vida, de 18 70 a 188 7.
«Esa circunstancia --escribe Cecilia Romero en la pagina 10-- se refleja mucho en el
contenido de los mismos suenos.
»El momento historico en que se situan, después del fin del poder tempora! de los papas, se
caracteriza por un profundo cambio sociopolitico-religioso. Entre los problemas que elio pro-
voco, uno de los mas graves es el de las vocaciones religiosas y sacerdotales.
»Ademas, para Don Bosco es un periodo de reflexion sobre su obra educativa y sobre la
Congregacion. Esca debe ser consolidada, para que responda a lo que esperan la lglesia y la
sociedad del presente y del futuro . Por tanto, necesita un incremento vigoroso, incluso para
adecuarse a la rapida y vasta expansion misionera que caracteriza la segunda mitad del siglo
diecinueve.
»T al estado de reflexion se comprueba también en algunas obras escritas por Don Bosco en
esce periodo. Nos baste citar entre otras : "Las Memorias del Oratorio" ([8 73- 1975) y el
opusculo sobre el " Sistema Prevenrivo" ( 18 77).
»Visros desde este punto de vista, los susodichos suenos revisten todos ellos una impor/ancia
capitai, tanto por el contenido en si, corno por sµs caracteristicas comunes y particulares, que
dan la posibilidad de hacer un analisis segun distintas dimensiones: psicologica, parapsicologica,
pedagogica, teologica, histo rica, etc. »

1.10 Page 10

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8 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
de fidelidad » a lo que personalmente juzga que es
un aviso de lo alto. Dos Bosco da una misteriosa
solemnidad y una dimensi6n profética al suefio
desde el mismo encabezamiento: «La gracia del
Espirittt Santo ilumine nuestros sentidos y nuestros
corazones. Amén. »
De esta «torturada» minuta sac6 Gioachino
Berto la copia en limpio, que todavia Don Bosco
revis6 personalmente, y afiadi6 una ano taci6n o
«memorandum » que dice: «Este suefio me duro casi
toda la noche, y por la mariana me encontré agotado de
Juerzas. Sin embargo, por miedo a olvidarlo me levanté
de prisa y tomé algunas notas que me ayudaran a
recordar cuanto dije el dia de la Presentaci6n de Maria
en el Templo », es decir, el 21 de noviembre.
Observemos el interés de Don Bosco. lnmedia-
tamente torna algunas notas, y después personalmente
transcribe el suefio. jSe ve ue lo considera impor-
tante!
No estara de mas afiadir también que él mismo
reconoce : « No me fue posible recordar todo. »
Hay que fijarse ademas que en la anotaci6n
alude, con delicada e insistente atenci6n, a una
fecha mariana.
Si consideramos ese cuidado solfcito de Don
Bosco en no dejar caer en el olvido el suefio,
daremos la raz6n a Eu enio Ceria, que en las
«Memorias Biograficas » califica este suefio de San
Benigno Canavese CQ!!!.O « uno de los suefios mds
importantes » de nuestro Padre 4•
4. MB 1s, 1a2.
3. Su importancia en nuestra tradici6n
En San Benigno Canavese todavia hoy se mues-
tra la habitaci6n y la cama donde tuvo el suefio

2 Pages 11-20

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2.1 Page 11

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 9
Don Bosco. Siempre, hasta ahora, se ha querido
cuidar su recuerdo.
I Se puede decir que los contenidos del suefio casi
inmediatamente sirvieron para orientar la ref1e-
xi6n, la revisi6n de vida y la formaci6n de los
salesianos.
La edici6n impresa mas antigua que poseemos
lleva un titulo en latfn: «Futura Safesianorum Socie-
tatem respicientia ... » ( = «El futuro que espera a la
Sociedad Salesiana.. .») Ha sido objeto de confe-
rencias y de predicaciones, sobre rodo en ejerci-
cios espirituales.
Don Pabfo Albera alude a él, corno a un tema
familiar, en su célebre carta-circular de 1920. jEs
sintomatico que el asunto tratado en ella sea: «Don
Bosco, nuestro modelo »! (Lettere circolari di Don
Paolo Albera ai Salesiani, edici6n de 1965, pa-
gina 370).
Don Fefipe Rina/di habl6 de él con frecuencia, y
sobre él escribi6 mas de una vez en las « Actas del
Consejo (entonces "Capftulo") Superior» (cfr. Atti
Capitolo Superiore num. 23, afio 1924, pag. 197;
num. 55 -1930-, pags. 923-92 4; num. 56
-1931-, pags. 93 3-934; num. 57 -1931-, pa-
gina 965).
Mas aun, public6 el mismo suefio dos veces: en
1925 (Ibidem num. 23, pags . 200-203 ) y en 1930
(Ibidem, num . 55 , pags . 925-930) . La primera vez
reproduce rodo seguido el texto al que hemos
aludido antes; la segunda, adapta la presentaci6n
tipografica, introduce la traducci6n de las expre-
siones latinas y elimina las fechas que podfan quitar
actualidad al contenido. De esce suefio se dio un
ejemplar a cada hermano.
Don Felipe Rinaldi opina que el brillo de los
diez diamantes «encuentra su comentario natural y

2.2 Page 12

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10 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
prdctico, mds amplio y genuino en las obras de San
Francisco de Sales, particularmente en e! "Te6timo", en
los "Sermones" y en las "Conversaciones Espiritua-
les" » 5 , que eran e! «pan nuestro de cada dfa» en la
formaci6n salesiana. Por si fuera poco, en dos de
sus circulares mas conocidas relacion6 la reflexi6n
de Ios hermanos sobre Ias ensefianzas del suefio
con las fuentes fundamentales de nuestra espiritua-
Iidad : primero, las Constituciones, cuando sus bodas
de oro, e incluso Ios Reglamentos, revisados hada
poco; o sea, con Ios cextos basico y oficiales que
son corno «e! alma de nuestra Sociedad» s. Mas tarde
Io relaciona con nuestras tradiciones mds genuinas.
Pues éstas «dan e! color e imprimen e! cardcter a
nuestra Sociedad y misi6n. Si ese color se destiiie, si ese
cardcter se pierde, podremos ser aun religiosos (podre-
mos ser), incluso educadores, practicando puramente la
fetra de las Reglas; pero no seremos ya salesianos de
Don Bosco » 7_
Finalmente, hizo de él argumento de sus confe-
rencias y de sus predicaciones, sobre todo los ulti-
mos afios de su rectorado.
Asf pues, don Felipe Rinaldi presenta el suefio
unido a las Consticuciones y a las Tradiciones vivas
corno un cuadro de referencia donde fotografiar la
identidad salesiana.
Don Renato Ziggiotti, quinto sucesor de Don
Bosco, también Ilam6 la atenci6n de Ios hermanos
sobre esce suefio con e! «aguinaldo» de 1964. Lo
distribuy6 a todos Ios hermanos, y Io ofreci6 corno
metro acreditada para un proceso de revisi6n y con-
versi6n, y para un crecimiento en e! delicado pro-
ceso de identificaci6n. « El sueiio de los diez diaman-
tes -escribfa- nos invita a _p_racticar las virtz,des
rpds esenciales _p_ara nosotrOJ'. »
Con raz6n, pues, se ha podido afirmar de este
Acs 23· 175-
s. Acs 23, 174.
7. Acs 56, 933 y ss.

2.3 Page 13

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 11
sue.fio que «es de los mds conocidos y meditados en la
tradici6n salesiana» (Cecilia Romero, «I sogni di
Don Bosco », cfr. la nota 2).
A mf me parece que también para nosotros re-
suita titil volver a reflexionar sobre los significados
que nos presenta.
Tal vez alguno, ante las exigencias de cierto tipo
de estudios, observe con razon que «hace falta
examinar atentamente la tradicion documentai de
los suefi.os antes de acometer su analisis psicolo-
gico, teologico o pedagogico ». Nosotros aquf no
pensamos t
OSJU
iendficos del estudio
critico del texto ni la naturaleza especffica de los
suefi.os de Don Bosco. Nos situamos, en cambio,
en un nivei m 's alto e importante, que es el de la
ex eriencia viva auténtica de nuestra es irituali-
dad. Pues la vida es anterior a cualquier estudio
sobre ella, y los elementos que la pueden nutrir y
estimular deben poder intervenir y obrar no sim-
plemente por una programacion cientffica bien ca-
librada (jllegarfa demasiado tarde!), sino por una
competente y tempestiva mediacion carismatica.
Asi lo hicieron, con su autoridad y competencia,
Don Bosco y sus sucesores -en particular don
Felipe Rinaldi-, y quienes con ellos colaboraron
en la formacion salesiana, o sea, los canales de la
transmision viva de nuestra experiencia .espiritual.
Las siguientes palabras de don Felipe Rinaldi nos
deben hacer pensar a este respecto. Que al modelo
presentado en el suefi.o «se lo estudie y pro/undice
con la meditaci6n diaria . Hdblese de él en todas las
circunstancias, e iluminense convenientemente los diver-
sos aspectos de la visi6n (. ..) Ruego encarecidamente a
los queridos impectores y directores en/oquen sus con/e-
rencias hacia ese modelo,- y lo mismo los de ejercicios
espirituales, quienes sacardn de él los temas de las

2.4 Page 14

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12 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
instrucciones, de modo que la espiritualidad salesiana
se grabe bien en el animo de los oyentes » a_
a. Acs 56, 934 .
4. Su intérprete ma s agudo, don Feli pe Rinaldi
El que mas que ningun ocro parece haber refle-
xionado sobre esce suefio y haberlo hecho punto
de orientaci6n para coda la Sociedad Salesiana es,
indudablemente, don Felipe Rinaldi . El era perso-
na! de San Benigno Canavese cuando Don Bosco
cuvo el suefio. Por eso le produjo una impresi6n
particular.
Como Rector Mayor, cercer sucesor de Don
Bosco, sobre él escribi6 varias veces a los herma-
nos. Aun viven en la Congregaci6n muchos de los
que escucharon personalmente sus explicaciones.
Una de éscas, por ejemplo, fue la platica de los
recuerdos dirigida a los j6venes hermanos en for-
maci6n, de Foglizzo, a comienzos del verano de
193 1. En el archivo se conservan algunos apuntes
fidedignos.
Una lectura cuidadosa de los cexcos de don Fe-
lipe Rinaldi permice adivinar en él un proceso de
atenta reflexi6n y de profundizaci6n progresiva.
Asi, en sus ulcimas intervenciones, da una interpre-
caci6n origina! y organica del suefio, madurada en
una penetrante puntualizaci6n, fruco de una pro-
longada meditaci6n y de una asidua observaci6n:
Nos identifico la figura del personaje, y aclar6 la
disposici6n de los diamantes. En efecto, éscos, si-
ruados en el pecho o en el dorso, con su particular
relieve de luz y colocaci6n, clan la visi6n «orga-
nica» y «dinamica» de la caracteristica espiritual
del salesiano. Hdgase r~saltar -escribe precisa-
mente don Felipe Rinaldi- la disposici6n de los

2.5 Page 15

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9. ACS 56, 934 .
1O. ACS 57, 965.
11 . ACS 56, 933 y ss.
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 13
diamantes; cambiados de sitio, /no mostrarian ya el
esplendor de nuestra vida .' » 9.
Afirma repetidas veces que en este suefio esta
descrito «el mode/o del verdadero salesiano » o del
«per/ecto salesiano » 10, corno lo vio Don Bosco,
quien nos lo « transmiti6 a nosotros para que fuera no
solo un recuerdo, sino la realidad de nuestra vida » 11 .
Asi pues, el personaje del manto y la misma
disposici6n de sus diamantes tienen -segun don
Felipe Rinaldi- un significado importante, porque
ayudan a delinear la fisonomia espiritual de nuestra
«indole propia». Es una observaci6n muy intere-
sante, confirmada por cuanto dicen sobre Io espe-
cifico de cada vocaci6n quienes esrudian Ias dife-
rentes espiritualidades religiosas.
Por ser don Felipe Rinaldi uno de los testigos
mas fieles de nuestra espiritualidad salesiana, y por
haber dado a conocer, corno rector mayor, sus
reflexiones sobre e! suefio, estamos convencidos
de que él Ileg6 a esa interpretaci6n corno una
maduraci6n de sintesis, tras prolongada meditaci6n
hecha en sintonia y responsabilidad vocacional, no
sin oraci6n y quiza con alguna luz especial del
cielo.
Las reflexiones que me he propuesto anotar y
que os ofrezco aqui, se mueven en esa visi6n «ri-
naldiana», aguda y penetrante. Sobre ella me pro-
pongo desarrollar algunos aspectos. Espero que
sirvan para haceros crecer en la fidelidad a nuestra
vocaci6n en la Iglesia y para profundizar cada vez
mas en su identidad.
5. Descripci6n de nuestra fisonomia espiritual
La primera escena del suefio nos presenta e! mo-

2.6 Page 16

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14 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
delo del salesiano, no canto en cada diamante, dirfa
yo, cuanco en el conjunco de la visi6n.
El personaje
Ance rodo, el protagonista del suefio es «un
hombre de aspecto majestuoso». Represenca la imagen
ideal de nuescra espiricualidad. En él «todo sale-
siano, presente o futuro, debe mirarse como en un es-
pejo» 12. Hoy, pasado un siglo, podemos afirmar
que precisamente el mismo Don Bosco «jfue du-
rante coda su vida la encarnaci6n viva de ese sim-
bolico personaje!». Incluso podemos reperir, aun
mas sugescivamence, con don Felipe Rinaldi: «To-
dos Los diamantes tienen una luz propia; pero todas
esas luces no son mds que una luz: i Don Bosco.'» 13.
Evidentemente, nuestro Padre no explic6 el
suefio desde ese punto de vista. jComo se le iba a
ocurrir! Pero la perspicaz interpretaci6n de don
Felipe Rinaldi precisa y concreta su verdadero sig-
nificado.
El mismo cexco de las Consticuciones renovadas
nos habla cambién de «Don Bosco, nuestro mode/o
concreto», y afirman: «El salesiano estudia e imita mds
de cerca a Don Bosco, que le ha sido dado como padre
por Dios y por la Iglesia» (artfculo 49).
12· Acs 55, 923·
13· Ibidem .
Sus dos vistas: de Jrente y por la espalda
La visi6n del suefio muestra al personaje en dos
poscuras muy diferences, pero complemencarias,
visco primero de freme, y luego de espalda.
Se dirfa que es una observaci6n mas que obvia.
Sin embargo, es muy aguda, y mas fecunda de lo

2.7 Page 17

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14. ACS 56. 934.
15. Ibidem.
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 15
que parece a simple vista. Por otra parte, es una
consideraci6n originai de don Felipe Rinaldi, y que
no todos habfan visto tan sugerente y densa. La
expone de viva voz en mas de una conferencia
-por ejemplo, en la citada platica de recuerdos de
Foglizzo, el afio 1931-, y también la encontra-
mos, de una forma sucinta, pero sufìcientemente
clara, en su circular de abril del mismo afio : la vida
salesiana «en su actividad » -diamante7'""del
freme- y «en su espiritualidad interior » -diaman-
tes de la espal9a- 14, se trata, podrfamos decir, de
Ias dos caras de un medall6n salesiano. El anverso
representa su figura socia!, e! rostro, e! «da mifiì
animas»; el reverso oculta el secreto de su cons-
tanoa }' ascesis e! armaz6n el «cetera talle ».
6. El rostro
De freme, la luz de los cinco diamantes (Fe -
Es perariza: Caridad - Trabajo - Templanza) pre-
senta al salesiano en el testimonio publico de su
donaci6n visible a Ios j6venes.
Aqui, en esta visi6n franta!, no aparece con las
notas caracteristicas del estado religioso en cuanto
tal, sino mas bien con Ias del creyente, exuberante
de entusiasmo por el misterio de Cristo y lleno de
la bondad de un coraz6n forjado en la caridad. Asf,
es dinamico y equilibrado, trabajador y sobrio,
creativo y con sentido comun. Ese «trabajo » y esa
«templanza» sostienen rodo el manto.
Si la miramos de freme, escribe don Felipe Ri-
naldi, «la vida salesiana, considerada en su actividad,
es trabajo y templanza, vivzficados por la caridad del
coraz6n a la luz cada ~ez mds luminosa de la /e y de la
esperanza » 1s.
No voy a hacer aqui una reflexi6n salesiana so-

2.8 Page 18

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16 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
bre esos cinco diamantes. Sin embargo, me parece
util sugerir algunas observaciones mas generales,
que cada uno podra considerar personalmente en
su propia meditaci6n.
Fisonom ia
Primera observaci6n. Los diamantes del suefio
no deben interpretarse demasiado simplemente
corno una especie de «lista de virtudes » genéricas,
para considerarlas luego una a una seguo los es-
quemas de un tratado. Ni siquiera interesa que
figuren todos sus nombres en la relaci6n clasica de
las virtudes . Mas bien hay que considerarlos corno
actitudes esenciales y, en particular -aquf estamos
hablando de la parte anterior del manto-, corno
algo erceptible externa y claramente. Pues los
diamantes son rasgos que es posible fotografiar de
la fisonomfa salesiana. Son los detalles que caracte-
rizan el rostro del disdpulo de Cristo, tal corno
Don Bosco quiso que apareciera en una sociedad
que desgraèiadamente daba la impresi6n de no
apreciar ya las form as hasta entonces clasicas de la
vida religiosa.
Os he escrito recientemente en la circular sobre
el salesiano coadjutor que nuestra congregaci6n
fue fundada con una insolita «apertura secular» 16_
Pues bien, en los escritos de don Felipe Rinaldi me
impresiona su insistencia en cienos «principios
nuevos de modernidad -son sus palabras- que (Don
Bosco) recibi6 inJpirados para ponerlos como base de
todo su Instituto y que son nuestro patrimonio mds
Precioso » 17.
El mejor modo de ilustrar tales «principios» es
citar las «memorables palabras» dichas por Pfo IX a
1s . Acs 29e, 32-33.
11. Acs23, 1s4.

2.9 Page 19

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18. Ibidem.
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 17
nuestro Padre en la audiencia del 21 de enero de
1877, concedida nada menos que en su dormito-
rio. «Me parece que os corro el velo de un rnisterio
-dijo el Papa-; estoy seguro de que vuestra Congre-
gaci6n ha sido suscitada por la Divina Providencia
para mostrar el poder de Dios ; estoy seguro de que Dios
ha querido tener acuito hasta ahora un importante
secreto, desconocido a muchos siglos y a muchas Congre-
gaciones del pasado. Vuestra Congregaci6n es nueva en
la lglesia, porque es de un género nuevo, porque vino
a surgir en estos tiempos P._ara que pueda ser orden
religiosa y secular; que tenga voto de pobreza y a la
vez pueda poseer,- que participe del mundo y del
claustro, cuyos miembros sean religiosos y seculares,
claustrales y ciudadanos libres (... ). Ha sido fundada
para que se vea y haya posibilidad de dar a Dios lo que
es de Dios, y al César, lo que es del César» (Citado por
on Felipe Rinaldi 18; cfr: Memorie Biografiche 13 ,
82-83).
Las facciones, pues, del rostro salesiano bosque-
jadas por los cinco primeros diamanres no manzfies-
tan primariamente nuestra modalidad religiosa, aun-
que nosotros somos, corno veremos, auténticos y
robustos religiosos.
El..2.E.imero y principal aspecto del personaje es
e) de un ciudadano activo leal Juertemente animado
por las riquezas del misterio de Cristo. El hecho de
que sea también religioso ciento por ciento, no
deberia provocar ningun rechazo ni dar fastidio a
nadie. El salesiano deberia enconrrarse en una si-
tuaci6n normai y casi a gusto, incluso en una so-
ciedad seculadzada: rostro de ciudadano activo y
responsable, pero con la carga de contenido cris-
ti.ano q_\\le procede de una interioridad cultivada
con denuedo.
' Esa aguda observaci6n encuentra también una

2.10 Page 20

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18 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
proyecci6n fecunda en el circulo mas amplio de la
Familia Salesiana. En ella, grupos muy nutridos de
no religiosos «se es/uerzan por vivir y practicar todo
e! eJpiritu de los salesianos, en un pluralismo de Jor-
mas, segun la situaci6n concreta de cada uno y las
necesidades rea/es de la juventud en un determinado
fugar y en una determinada hora » 19. Capitulo Gene-
ral Especial, numero 729) .
1s. cGE, 729.
Rasgos Jundamentales
Otra observaci6n. El manto del personaje cuelga
de sus hombros corno sostenido por los dos gran-
des diamantes del Trabajo y de la Templaza. Nos
encontramos aqui con el famoso lema proclamado
muchas veces por el mismo D on Bosco: j «Trabajo
y Templanza»! (cfr. Constituciones, 42, 43, 87).
En el suefio del toro furioso -del afio 1876--
se leen las condiciones para el futuro de nuestra
vocaci6n. « Mira -se le dice-, es preciso que hagas
imprimir estas palabras, que han de ser como vuestro
lema, el santo y sena, vttestro distintivo. An6talas bien:
"El trabajo y la templanza haran florecer la Con-
gregaci6n Salesia a"~
palabras las hards expli-
car, tu las repetirds e insistirds en ellas. Hards impri-
mir un manual que explique y haga comprender bien
que el trabajo y la tem lanza son la herencia que dejas
a la Congregaci6n, y que, al mismo tiempo, serdn su
gloria » 20_
El diamante del Trabajo esta en el hombro dere-
cho, corno para indicar, para nosotros, la primada
del «éxtasis de la acci6n », de que habla San Francisco
de Sales en el Te6timo («Traité de l'amour de
Dieu » , libro 7, cap. 7, in Opera omnia V, 29-32) y
para subrayar que la acci6n esta totalmente ani-
mada por los dinamismos profundos de la Fe, de la
20. MB 12, 466 y ss.

3 Pages 21-30

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3.1 Page 21

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 19
Esperanza, y sobre rodo, de la Caridad. Este tipo
de acci6n no hace del salesiano una simple persona
que brega sin parar, sino un genuino «agente de
~alvaci6n » , aunque opere en el area de la educaci6n
a través de una continua y actualizada promoci6n
humana.
El diamante de la Templan za , rendido en el
hom ro izquierdo, no debe confundirse con e! del
Ayuno, situado en la espalda. Ved que esos dos
diamantes, a primera vista similares, se hallan en
dos lugares muy diferentes : el uno delante, el otro
en la espalda.
-
-- Si, corno veremos, el «Ayuno» esta para indicar
la ascesis de la mortificaci6n de los sentidos, la
«Tem lanza» esta para indicar mas bien un domin-,·o
de si generai, con un estilo de vida esp~o, a base
- de sacrificio y de un horario exigente, y acompa-
fiado de sentido de la medida y equilibrio corno
fruto de la ca acidad de controlar las propias reac-
ciones. Esta actitud de templanza debe ir unida a
una actitud generai de simpatico estilo popular,
rico de sentido comun y con suficientes espacios
para una sana dosis de sagacidad. « El salesiano
-deda don Felipe Rinaldi- debe saber /renarse . No
va con los ojos cerrados; los abre, pero no va mds alla: si
una cosa no estd bien, se para. Dueno de si mismo,
incluso en e! juego. Comedido con e! mttchacho que lo
desespera. Capaz de callar y disimttlar, de hablar a stt
debido tiempo y ser pillo. »
Las atractivas Jacciones de Cristo
Tercera observaci6n. Los tres espléndidos dia-
mantes del pecho testimonian la fuente de donde
mana toda la personalidad del salesiano: stt cons-

3.2 Page 22

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20 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
tante apertura al misterio de Dios en el seguimiento de
I Cristo . Ese es el secreto fundamencal de la voca-
éi6n de Don Bosco, y, por canto, de coda la espiri-
cualidad salesiana.
Ya he tenido ocasi6n de destacar, en la circular
sobre el Sistema Preventivo 21 , que el espiritu sale-
siano broca de la adhesi6n entusiasta y tocal a Jesu-
crisco y tiende, bajo la guia de Maria, a hacer
presente hoy en el mundo el miscerio de Cristo,
q ue « bendice a los ninos y hace el bien a todos », corno
afirma el Concilio 22.
No podemos explicar aquf los contenidos sale-
sianos proclamados por los tres diamantes « Fe, Espe-
ranza y Caridad».
Sin embargo, debemos hacer constar que el dia-
mante de la Fe indica coda una visi6n sobrenatural
de la realidad en que estamos inmersos, una visi6n
impregnada de opcimismo: « Esta es la victoria que
ha derrotado al mundo: nuestra /e » (cfr. 1 Jn 5,4).
Esca ofrece con claridad las mocivaciones_pascorales
de nuestra acci6n y penetra y sostiene el tono de
sano humanismo que caracteriza al apostolado sale-
siano (cfr. Constituciones 47).
El diamante de la Esperan~a esca ara indicar la
cerceza del auxilio de lo alto -jla misma Virgen
Maria es vista corno «Auxiliadora»!- en una vida
que es coda creacividad, es decir, entregada a bus-
car cada dia actividades praccicas para la salvaci6n,
sobre rodo, de la juventud (cfr. Constituciones 43) .
El diamante de . la Caridad merece una atenci6n
parcicular. Esca, efectivamente, «e n el coraz6n ». La
primera escena del suefio se cierra precisamente
con Santiago Constamagna, que dieta a José Fag-
nano las siguientes palabras: « La caridad lo com-
prende todo, lo ·soporta todo, lo supera todo (cfr . 1
21 . ACS 290.
22. Cfr. LG, 46.

3.3 Page 23

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 21
Cor 13). Prediquémosla con la palabra y con los he-
chos. »
La caridad, para Don Bosco, es una actitud cons-
tante de amor sincero a las personas, en cuanto
que toda persona o es Dios o es su imagen. Es un
sumergirse en Cristo para vivir en El la filiaci6n
respecto a Dios Padre ( = ininterrumpido espiritu de
oraci6n), y testimoniar en El la mas generosa en-
trega al pr6jimo ( = entrega tota! a los j6venes).~
ontramos aquf todo el coraz6n de Don Bosco,
exuberante de bondad y revestido del singular don
«de la predilecci6n por los j6venes».
Para una caridad que se distingue por ese «don»,
no le basta al salesiano, escribe don Pablo Albera,
«sentir por los j6venes una atracci6n natural,· necesita
pre/erirlos de verdad. Esa predilecci6n, en su estado
inicia!J es un don de Dios, es la misma vocaci6n
salesiana. Pero corresponde a nuestra inteligencia 1'. a
nuestro coraz6n desarrollarla y per/eccionada» (cfr.
Lettere circolari di Don Paolo Albera ai Salesiani,
edici6n de 1965, pag. 372).
Se trata, en una palabra, de la «caridad pastora!»,
centro del «espiritu salesiano» (cfr. Constitucio-
,;;;;40; cfr. 4 1, 48) y la fuente perenne de una
origina! «bondad », que caracteriza toda su pedago-
gia ~ odea de un clima de contento y de alegria
e,JPontdnea.
De ese modo, los cinco diamantes del lado ante-
1rior muestran casi una fotografia esencial del «ros-
tro salesiano »: un ciudadano activo y sobrio, dedicado
a vivir en la sociedad su especial y util vocaci6n cris-
tiana,· es un hombre prudente y optimista, por la Fe
que le anima,· es dinamico y creativo, por la Esperanza
que le mueve; ora siempre y es humanamente bueno por
la Caridad que le impregna.
En el triangulo luminoso de los tres diamantes

3.4 Page 24

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22 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
«Fe, Esperanza y Caridad » nosotros podriamos
también ver escrito, corno una sintesis de este do-
cumento de identidad espiritual: ; «jesucristo ayer,
hoy y siempre, en su cardcter de gran amigo de los
j6venes ».'
7. El armaz6n
En la esp_alda la luz de los cinco diamantes
-Obediencia, Voto de Pobreza, Premio, Voto de
Castidad, Ayuno- presenta al salesiano en su ar-
maz6n oculta robusta, donde se descubre concre-
tamente el significado de la segunda parte de nues-
tro lema: «cetera tolle »; y donde se sostiene nuestro
peculiar estilo de vida consagrada.
También aqui debemos observar que los cinco
diamantes no proponen tanto una «lista de virtu-
des », cuanto unas lineas basicas que caracterizan
una modalidad ascética en el seguimiento de
Cristo.
Me parece importante, seguo la lectura de don
Felipe Rinaldi, destacar que estas «lineas susten-
tantes », situadas en la parte posterior del manto,
caracterizan interiormente al salesiano. No se pre-
sentan directamente corno rasgos fison6micos, sino
mas bien corno una estructura oculta, aunque abso-
lutamente indispensable.
Fue, sin duda, una preocupaci6n de Don Bosco
-guiado también en esto por los consejos de
Pio IX- no presentar en publico a sus hijos con
una fisonomia de monjes o de frailes . No queria
-y hay muchos hechos y textos que lo prueban-
que el salesiano apareciese hacia fuera con las mo-
dalidades externas -vestido, cosrnmbres y estilo-
del religioso de tipo tradicional , para no llamar la

3.5 Page 25

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 23
atenci6n y provocar asf rechazo en una sociedad
arrastrad a ya por un espfritu laicista, si bien luego
querfa que los suyos fueran «sacerdotes » y «fìeles »
ciento por ciento en cualquier tipo de sociedad.
Sin e mbargo, cuanto mas escondida, tanto mas
profond a debfa ser, segt.in él, la conciencia y el
proposito de un proyecto ascético de seguimiento
de Cristo. Lo consideraba corno una indispensable
«vis a tergo » ( = fuerza acuita) o «vis ab intus »
( = fuerza interna), una inagotable energia de im-
pulso procedente de posiciones estratégicas bien
defendidas y no visibles, «el cuadrilatero » de la
parte posterior del manto. Juan Cagliero lo habfa
comprendido muy bien : «; Fraile o no, yo me quedo
co n Don Bosco.' »
Si la fìsonomfa visible del salesiano se lee de
freme, porque es su rostro en la sociedad y entre
los j6venes, el secreto de su robustez espiritual, de
su constancia y capacidad de diligente intervenci6n
se halla en la solidez de su conciencia de consa-
grado, y del consiguiente ejercicio de ascesis.
También aquf, mas que analizar los cinco dia-
mantes, me parece t.itil hacer algunas observaciones
mas generales sobre °ellos.
23. ACS 56, 934 .
Puesto centrai de la Obediencia
Ante todo, lo que mas impresiona en la visi6n
del dorso es el puesto centra! ue ocu a el dia-
Imante de la Obediencia. « La espiritualidad interior
) (del salesiano) -escribe don Felipe Rinaldi- se
fundamenta en la obediencia» 23.
En las Constituciones, corno primer voto de sus
religiosos, puso Don Bosco la Obediencia. Al ha-
blar de la formaci6n ascética que hay que dar a los

3.6 Page 26

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24 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
Ihermanos, insisti6 en la obediencia corno 2rimer
valor religioso que hay que culcivar. «En la Congre-
gaci6n -deda- la obediencia lo es todo» 24. «Es el
alma de las congregaciones religiosas» 25. En ello insis-
ti6 claramente en la «lntroducci6n a las Reglas »,
citando a San Jer6nimo, -a San Buenaventura y a
San Gregorio Magno, y afi.adiendo, ademas, ese
«primer puesto » de la Obediencia, se comprueba
cambién en sencido negativo y contrario cuando se
provoca la cafda de la identidad y del sencido de
pertenencia, al poner la propia voluncad en lugar
de la Obediencia. « Desde aquel dia -escribe Don
Bosco- comenzaréis a no estar ya contentos de v1,1,estro
propio estado» (cfr. Constituciones, Apéndice,
pag. 221).
Podemos leer también una inspiraci6n mariana
para dar ese valor centra! a la Obediencia en el
suefi.o de la cinta 26, donde la misma Virgen Santf-
sima le sugiere a Don Bosco: «Ciiielos con la obe-
diencia. »
Una de las principales razones de esa prioridad
de la Obediencia para el salesiano hay que buscarla
en la importancia partim lar que tiene la «misi6n » ·en
nuestra vida (cfr . Constituciones 3) y en su modali-
dad comunitaria (ibidem 34.50). Para un salesiano
la «disponibilidad » esca en la base de la misma
profesi6n religiosa (cfr. al respecco : Pietro Stella
« Do n Bosco nella storia della religiosità cattolica »,
vol. II, pags. 4 02-407). Para Don Bosco una ge-
nuina y adecuada vircud de la obediencia es, in-
cluso para los mismos j6venes, un elemento pri-
mordial para su educaci6n (cfr. ibidem, pags. 22 7-
240).
En la redacci6n del suefi.o Don Bosco afirma
precisamente que el diamante «mayor y mcis re/ut-
ente estaba en medio, como centro de un cuadrilcitero, y
24. MB 1O, 1059.
25. MB 17, 890.
26. MB 2, 298 y ss.

3.7 Page 27

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26. M B 14, 549.
27. M B 15, 682.
28. Ibidem.
29 MB 10, 1046.
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 25
tenia escrita la palabra "Obediencia" » . iLos otros
cuatro diamantes de la espalda «orientaban sus lu-
minosos rayos hacia el diamante del centro ».'
Es también sintomatico observar que el dia-
mante de la Obediencia esta en el centro, en co-
rrespondencia con el de la Caridad. La obediencia
salesiana, en efecto, debe contribuir a expresar el
«un solo coraz6n y una sola alma de nuestra vida de
comunidad, fruto del vinculo de la caridad fraterna
que fundamenta y vivifica nuestra comuni6n » (cfr.
Constituciones 51) .
V na pobreza concreta
Otra observaci6n se refiere al diamante de la
pobreza. Se lee en sus rayos: « La pobreza no se vive
de palabra, sino con el amor 1 con los hechos ». Des-
pués, en su lugar, la rabiosa polilla del manto
desvafdo y roto de la segunda parte del suefio lleva
una inscripci6n: «Cama, ropa, bebidas y dinero ».
El voto de pobreza a que se refiere este dia-
mante, debe también considerarselo en el conjunto
del cuadro caracteristico de la espalda, o sea, de lo
que no esta inmediatamente a la vista: forma parte
del empefio de renuncia ascesi~ propio del con-
sagrado, individualmente corno persona o comuni-
taria~ nte en la casa donde vive.
Don Bosco deda que «el adorno del religioso es la
pobreza » 26; «pero acompaiiada de la limpieza en la
persona » 27. Deda también que nosotros debemos
«evitar el abuso de lo superfluo. Lo que tenemos no es
nuestro, sino de los pobres. iAY de nosotros si no lo
usamos bien .' » 28. Son también palabras de Don
Bosco las siguientes : « Debemos amar la obreza y lo_s }
compafieros de la pobreza » 29. Por consiguiente: nada

3.8 Page 28

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26 ACTAS DEL CONSEJ O SUPER/OR
de comodidades, sino una vida esparcana. jDebe-
mos « /levar la pobreza en el corazon y practicarla » .'
El diamante de la Pobreza recuerda, pues, una
actitud del coraz6n y un estilo de vi,s!_a persona! y
comunitario. Por él, «como Los apostoles tras la invi-
tacion del Sefior, nos libramos de la preocupacion inme-
diata de Los bienes terrenos, y, poniendo nuestra con-
fian za en la Providencia del Padre, nos entregamos
totalmente al servicio del Evangelio » (cfr. Constitucio-
nes 81; cfr. también 82 y 83 ).
El aspecto apostolico y mds directamente visible de
nuestra pobreza lo reflejan preferentemente los
diamantes de la parte anterior. En efecto, Don
Bosco deda: « El espiritu de pobreza no solo lo debemos
tener en el corazon y en su desprendimiento de las cosas
m,_a!_~rjaless~o que ademas lo debemos de mostrar
~ ante el mundo » 30_
Ahora bien, esta demostraci6n se percibe no
solo por el tipo de destinacarios a que nos dedica-
mos, sino parricularmente por nuestro estilo pu-
blico de vida y de apostolado. Los dimantes del
«Trabajo» y de la «Templanza» con raz6n deben
considerarse también una expresi6n socia! de nues-
tra pobreza (cfr. Constituciones 87) . No solo por-
que mediante ellos nos asociamos a los pobres,
sino también porque queremos testimoniar un tipo
de convivencia inspirada en la pobreza de Cristo
segun el serm6n de la montana. Dicho testimonio
esta llamado a insinuar al mundo nada menos que
los elementos inspiradores de una sociedad alter-
nativa no materialista. Como se dijo en Puebla:
«En el mundo de hoy, esta pobreza (la que se inspira
en el Evangelio) es un reto al materialismo y abre las
puertas a soluciones alternativas de la sociedad de con-
sumo » 31 . En efecto, nuestro género de vida debe
estar en antftesis, tanto con los esquemas capicalis-
30. MB 5, 675 .
3 1. Puebla, 11 52.

3.9 Page 29

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 27
tas corno con los sociopolfticos. No por una sub-
yugaci6n ideologica o por una opci6n clasista,
sino por una ex licita y clara inspiraci6n evangé-
lica, nutrida y actualizada continuamente por el
~isteria de Cristo y expresada en el equilibrio del
sentido comun y en la capacidad de dialogo con
todos, que caracteriz6 la conducta de Don Bosco
en una sociedad que buscaba afanosamente su
nueva estructuraci6n.
32. MB 3, 32 y ss.
Exigencias de la castidad
Otra observaci6n que hay que anotar se refiere
al diamante del voto de Castidad. « El fit!gor de éste
-se lee en el suefio- contenia una luz muy espe-
cial, y al contemplarlo, atraia y fijaba la mirada como
el imdn atrae el hierro. »
Don Bosco insistfa a menudo en el «esplendor»
de la cascidad en el salesiano. Este desea exp~ ar
algo mas que lo que indica la Regia benedictina,
que habla de «amar la castidad »: /1!_!) solo amarla y
practicarla, sino hacerla «refulgir».'
Sabemos bien cuanto insistfa nuestro Padre en
los valores de la castidad. El salesiano esca hecho
para los j6venes, y debe mostrar a todos un cora-
z6n simpaticamente repleto de una «caridad pasto-
ra! » que crea amistad. jPara él «no basta amar»;
j debe ademas «hacerse amar».' jLo cual no es facil :
recordemos el suefio de la érgola de las rosas 32.
Por eso la formaci6n del salesiano exi e saber
testimoniar una castidad sin sombras, y saber adop-
tar muchas precauciones de prevenci6n y defensa.
iEl afecto salesiano es impracticable sin la pureza!
Para nosotros la castidad ~ la virtud sumamente
necesaria». Y lo es también en relaci6n con nuestra

3.10 Page 30

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28 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
misi6n educadora, que debe llevar un mensaje es-
pecial acerca del amor al mundo juvenil, hoy can
erotizado. Por otra parte, corno escribe Don Bosco
en la «Itroducci6n a las Reglas », «esta perla inapre-
ciable es m11y acechada por el enemigo de nuestras
almas, porque sabe que si logra an'ebatcirosla, puede
darse por arruinado el negocio de nuestra santzfica-
ci6n » (cfr. Constituciones, Apéndice, pag. 225). k
ahi la necesidad de las numerosas recauciones de
prevenci6n y defensa que deben acompafiar inteli-
gentemente a la ascesis salesiana.
Tales recauciones las odemos condensar en el
diamante del A yuno.
{ En ·el suefio este diamante aparece claramente
distinto, corno hemos dicho, del de la Templanza.
Su colocaci6n en la espalda esta para indicar un
elemento indis ensable de formaci6n ascética. En
cambio, el diamante de la Templanza indica un
rasgo fison6mico que caracteriza el mismo rostro
del salesiano.
1 Para don Felipe Rinaldi el diamante del Ayuno
queria significar todo el vasro secror ascético de la
I ame- mortificaci6n de los sentidos. Nunca se ha visto casti-
dad sin mortificaci6n. Don Bosco hablaba
nudo de la «bella virtud », pero siempre la relacio-
naba con un espiritu de mortifìcaci6n, consistente
en iniciativas variadas y cotidianas. Le preocupaba
mas el modo de cusrodiar la castidad que su misma
belleza, afirmada, sin embargo, por él con claridad
y frecuencia. Es una confìrmaci6n del agudo sen-
tido practico pedagogico que caracteriza la menta-
lidad de nuestro Padre.
Sentido del Paraiso
No podia faltar, finalmente, una observaci6n so-

4 Pages 31-40

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4.1 Page 31

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 29
33- consti1· 42·
32440·. con st •• Apéndice .
3s. MB 6, 442.
bre el diamante del Premio, que no ha ue con-
fundir con el_çk_la Es eranza.
En efecto, el diamante de la Esperanza esta si-
tuado frontalmente en el pecho, y manifiesta visi-
blemente el dinamismo y la actividad del salesiano
en la construcci6n del Reino. La constancia en sus
esfuerzos y el entusiasmo de su dedicaci6n se ba-
san en la cerreza de la ayuda de Dios, que le !lega
por la mediaci6n e intercesi6n de los dos resucita-
dos : Cristo y Maria.
En cambio, en la espalda el diamante del Premio
destaca mas bien una actitud constante de la concien-
cia que impregna y anima rodo el esfuerzo ascé-
tico: «Un pedazo de Paraiso lo arregla todo.»
El salesiano -deda Don Bosco- «estd dispuesto
a soportar el calor y el /rio, el hambre y la sed, el
cansancio y el desprecio, siempre que se trate de la
gloria de Dios y de la salvaci6n de las almas » 33. Lo
que sostiene interiormente esta exigente ca acidad
ascética es el pensamiento del Paiso, corno rever-
beraci6n de la buena conciencia con que trabaja y
vive. «En todos nuestros cargos, en todos nuestros tra-
bajos, penas o disgztstos, no olvidemos nunca [... ] que El
!leva cuenta muy detallada de la cosa mds pequeiia
hecha por su santo nombre. Y es de Je que a su tiempo
nos recompensard con una medida colmada. Al final de
la vida, cuando nos presentemos a su divino tribuna!,
mirdndonos carinosamente, nos dird: ''Muy bien, em-
pleado Jiel y cumplidor: has sido fiel en lo poco, te
pondré al Jrente de mucho; pasa a la Jiesta de tu seiior" »
(Mat 2 5, 2121) 34. « En las Jatigas y en los su/rimien-
tos no olvides nunca que tenemos preparado en el cielo
un gran premio » 35. Y cuando nuestro Padre dice
que el salesiano vktima del trabajo sobreabun-
dante representa una victoria para toda la Congrega-
ci6n, parece insinuar también una dimensi6n de

4.2 Page 32

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30 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
comuni6n fraterna en el premio. jCasi un sentido
comunitario del Paraiso!
El ensamie nto y la conciencia continua del Pa-
raiso es una de las ideas" soberanas uno de los
valores de fervor de la tipica espirirualidad y tam-
bién c.fe1a edagogia de Don Bosco. Es corno un
iluminar y profundizar el instinto fondamenta! del
alma, que tiende vitalmente a su propio fin ultimo.
A esce respecto se pueden ver las siete «buenas
noc hes » dadas sobre «por qué debemos tener por se-
guro que Dios quiere da rnos el Paraiso» 36•
36. MB 5, 554-sss.
8. Lo especificamente salesiano
Si a la luz de la unidad complementaria de las
dos vistas del personaje nos preguntamos cual es lo
que nos especifica o -corno decia don Felipe Ri-
naldi- l!!..originalidad propia de la «espiritualidad
salesiana» 37, me parece que no es dificil la res-
puesta, con la ayuda del Sefior.
Es todo el armonico conju nto de esos diez diamantes,
en la unidad viva y luminosa del personaje que
lleva el manto. En efecto, es hasta demasiado evi-
dente que el «freme » y la «espalda» indican reali-
dades complementarias inseparables. Se trata de
una persona -o de una comunidad fiel- total-
mente orientada hacia el misterio de Dios, conven-
cida del triunfo final del bien sobre el mal, entre-
gada incansablemente a la construcci6n del Reino,
con el coraz6n empapado de aquella caridad pasto-
ra! que es amor traducido en bondad, y decidida a
un constante y muy concreto ejercicio de ascesis .
Todo ello se ha expresado hist6ricamente, de una
manera palpable y viva, en la obra maestra del
Espiritu Santo, que es la misma persona de Don
37- Acs 55, 923·

4.3 Page 33

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38. Ibidem , 924.
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 31
Bosco. Como deda anteriormente, citando a don
Felipe Rinaldi: «Todos los diamantes tienen una luz
propia; pero todas esas luces no son mds que una sola
luz: ;Don Bosco.' ».
Lo «espedfico », pues , del espfritu salesiano1 ~
q~ una nota o una virtud, es un conjunto de
actitudes, de convicciones profundas o de expe-
riencias metodologicas avaladas por la experiencia,
que concurren armonicamente para la creacion de
un estilo origina! y peculiar de santidad y de apos-
tolado. Para individuar ese caracter espedfico nos
ayuda mas la descripcion del suefio de San Be-
nigno Canavese que una definicion abstracta; nos
ayuda mas mirar a Don Bosco que presentar u1)
esquema teorico.
Para poner en practica las caracteristicas de lo
especfficamente salesiano, es decir, para hacernos
-corno escribe don Felipe Rinaldi- «una encar-
naci6n auténtica de ese personaje vivo» 38, se necesita
rodo un clima de convivencia y de formacion inspi-
r; do en las Constituciones y en las t~diciones
g~nuinas. Estas nos ayudan a transmitir vita! y ge-
nuinamente la «experiencia de Espfritu Santo », que
fue suscitada y vivida al principio en comunion con
nuestro Padre y Fundador.
Don Felipe Rinaldi nos exhorta a reproducir el
modelo del suefio -no solo individualmente, sino
también en comunidad- «en sus mds pequeiios deta-
lles, para que la Sociedad Salesiana refulja como debe ser
en todo el mundo. Porque en el augusto personaje de la
visi6n, el "Beato" contemplo precisamente la Sociedad
Salesiana en toda la magnificencia de su manto y de
sus luces, que somos nosotros [... ]. Ahora bien, nosotros,
los salesianos, individualmente debemos, si, procurar la
adquisici6n y la elaboraci6n progresiva de los preciosos
diamantes,· pero si queremos que éstos brillen con todo

4.4 Page 34

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32 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
su esplendor, debemos ser ''un solo", como el rico manto
del personaje-modelo, con la observancia de las Consti-
tuciones, practicadas segun los Reglamentos y las tradi-
ciones paternas » 39.
39 . ACS 56, 934-935.
9. La pérdida de su identidad
La seg,mda escena del suefio
cribe «el reverso del auténtico salesiano» 40: jEl Anti-
salesiano! Pone ante nuestros ojos la terrible dia-
léctica «salesianidad-antisalesianidad» , que es
corno la espada de D amocles que pende sobre
nuestra vida y de la gue nos debemos saber librar
.
.
C... Onttnuameote .
La escena a nuestras primeras generaciones les
pareci6 aplanadora. Para nosotros hoy, trasla grave
crisis, sobre todo de los afios 60 y 70, debe sernos
un especial cuadro de referencia para reflexionar
sobre determinados abandonos, demasiado nume-
rosos, de estos afios.
Entre quienes me han pedido que ofreciera a los
hermanos algunas reflexiones sobre este suefio, ha
habido uno que insistentemente me ha hecho ob-
servar la posibilidad de percibir una sugerencia
especial para nosotros en la fecha « 1900», que figura
al comienzo de la segunda escena: « La Pia Sociedad
Salesiana, eomo peligra ser en el ano 1900. »
Podrfa ser -me decfa ese hermano-- una inter-
pelaci6n de actualidad, si ese « 1900» significa una
fecha abierta por las dos primeras cifras, pero que,
en realidad, se refiere a todo el siglo. Hoy nos
faltarian menos de veinte afios para determinarla.
cNo le parece a usted que la fuerte crisis de estos
ultimos afios podria profundizarse también con el
grave aviso del manto estropeado?
40. ACS 55, 924.

4.5 Page 35

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41 . MB17. 385 y ss.
42. ACS 295.
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 33
Dejemos a un lado esca curiosa hip6tesis. Sin
embargo, es igualmente accual y provechoso que
nos detengamos a meditar lo que Don Bosco quiso
decirnos. Advertencias serias sobre el porvenir de
nuestra vocaci6n las dio Don Bosco mas de una
~ en las e nferencias en los suefios. Pensemos,
por ejemplo, en aquel de los demonios reunidos
para destruir la Congregaci6n 41 . Esta desconcer-
tante escena de nuestro suefio tiene una fuerza
dramatica y monitoria propia que no hay por qué
cefiir a una determinada fecha. En tiempos de de-
saz6n y malestar corno el nuestro, el aviso del
suefio puede, sin duda, adquirir una actualidad mas
incisiva; pero sobrepasa la conringencia de esta
misma coyuntura hist6rica.
Ya hemos meditado sobre el alarmante tema de
la crisis de la vida religiosa hoy, en la carta circular
«Forralecer a los hermanos », que se public6 el afio
pasado en las Accas 42. Aqui nos limitamos sim-
plemenre a destacar la gravedad y seriedad de la
advertencia del suefio.
El personaje, ahora, tiene «un as ecto triste, como
quien comienza a llorar. Stt manto habia perdido el
color, y estaba apolillado y roto. Donde antes estaban
los diamantes, habia ahora un deterioro pro/undo, pro-
dttcido por la poli/la y por otros dimin11tos insectos
[. .. ]. Los diez diamantes se habian convertido en otras
tantas polillas que con furia roian el manto ».
Adulteraci6n del rostro
El freme . En vez de los diamantes de la Fe, la
Esperanza y la Caridad, tll!,Y. inscripciones ue indi-
Il e~ el debilitamiento absoluto del sentido sobrenat11ral
con el consiguiente grave decaimiento espirirual.

4.6 Page 36

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34 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
Nosotros sabemos hoy que (el sentido de lo so-
brenatural) ordinariamente se sustituye por opcio-
nes ideol6gicas del momento, que pretenden justi-
ficar de diversos modos el profondo cambio de
identidad que se esta operando, y que eso lleva
facilmente a la consecuencia ultima del abandono.
Evidentemente, en el sitio del Trabajo y de la
Templanza apareceran el Ocio con la negligencia
) p~ toral y el A urg11esamiento con las ligerezas y
superficialidades de las modas consumistas o de
cualquier bandera ideologica que se presente.
Desmoronamiento del armaz6n
La espalda. Se produce el progresivo desmoro-
namiento de la estructura ascética, empezando por
1;-;;ar inaci6n de la Obediencia. Asi se destruye el
fondamento practico de nuestra espiritualidad, se
rompen los vinculos de la comuni6n, crece el indi-
vidualismo y se quita, incluso, la posibilidad de
recuperaci6n.
En el lugar de la Castidad a arece la concupiscen-
cia, con una necesidad inmadura ~ sistible de
afecto sensible que Beva facilmente a las caidas mas
insospechadas.
A la Pobreza, con sus exigencias concretas de
desasimiento, de dependencia, de puesta en comun
y de reglas de uso, se la ·uz a superada cultural-
mente, y en su lugar aparece un deseo insaciable de
comodidades, guiado ya unicamente por el egois;;;
y acom afiado por una malsana independencia en
tl_µ so del mero. -
En cuanto al Premio, no se levanta ya la mirada
hacia el Paraiso, porque no se siente la minima
necesidad de mantener y nutrir cada dia un es-

4.7 Page 37

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 35
fuerzo de ascesis. En cambio, va creciendo una
mirada «temporalista», seguo ~ rizQ talismo
mas o menos elegante, que cree saber descubrir el
ideai de rodo dentro del mismo devenir humano y
en la vida presente.
Finalmente, donde estaba el diamante del Ayuno
se ve solo « un desper/ecto, pero nada escrito ». on la
su resi6n de la guarda de los sentidos se abre la
puerra a rodo género de tentaciones desvfos. -
Como se ve, el cuadro de la crisis est.i asi mas
que suficientemente representado. Hoy diriamos:
D e/ante, en el rostro: Debilitamiento del sen-
tido sobrenatural, con sustituciones ideol6gi-
cas para una pseudojustificaci6n del cambio
operado; y con el aburguesamiento en el es-
tilo de vida.
D etrds, en vez de la armaz6n ascética: Indivi-
dualismo; concupiscencia; dinero; horizonta-
lismo, destierro de la mortificaci6n.
jTenemos ahi rodo un materiai de advertencia
para una exigente revisi6n de vida!
10. Llamamiento a la formaci6n y al discernimiento
vocacional con la mirada puesta en el futuro
La tercera escena del sueiio presenta a un joven
vestido de bianco que anima y exhorta a los sale-
sianos.
Nos recuerda que no trabajamos por nuestra
cuenta, sino que somos «siervos e instrumentos»
del Sefìor. Por el.!2, aunque el reto provoca angus-
_,ria, n!E.2.tros 1;2demos, de verdad, resistir vencer: «Sed
Juertes y animosos », nos dice.
Sabemos de sobra que nosotros, por nosotros
m1smos, somos débiles volubles. Lo comentaba-

4.8 Page 38

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36 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
mos en la circular «Forcalecer a los hermanos » 43.
Solo Dios es fuerce. Solo El, por tanto, uede
darnos solidez · solo El nos mantendra firmes basta
el final, porque nos ha colocado sobre el solido
fondamento que es Cristo. Por esencia El es de
fiar, y nos guardar.i del malvado. jA El le perce-
nece el poder por los siglos!
La primera exhorcacion que nos hace el joven es
tener animo esperanza.
Pero luego nos recuerda algunos medios indispen-
sables de defensa y de crecimiento. Nos parecen de
mucha actualidad, después de la reciente publica-
cion de la «ratio ».
El rimero es dedicarse a traducir las multiples
ensefianzas del suefio en / qrmaci6n permanente:
i «Prestad atencion, comprendedlo bien », «sed
previsores y predicad », «las cosas que prediquéis,
practicadlas constantemente, de modo que vuestras
obras sean corno una luz », «amad la tradicion y
transmitidla de generacion en generacion»!
El segundo medio que recuerda el joven es el
\\ cuidado de las vocaciones y la formaci6n de las nuevas
generaciones: j«Sed cautos en aceptar a los novi-
cios », «sed fuertes en cultivarlos », «sed prudentes
en admitirlos », «probadlos », «mandad fuera a los
ligeros y a los volubles»!
Finalmente, el tercer gran medio indicado es la
fidelidad al Fundador vivida concreta y diariamente
a través del conocimiento e/ amor · e/ cum limiento de
las Constituciones. jQue eso ocupe siempre el cen-
tro de la c~ encia persona! y comunitaria corno
argumento de reflexion «de la mariana y de la
tarde »!
El salesiano de hoy, la comunidad de cada casa,
iescucharan esas advertencias ? He ahi una pre-
gunta angustiosa que se asoma al horizonte del
43. Acs 295. 5.

4.9 Page 39

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 37
44 . E. Cer ia: Annal i I, 74 7
y ss.
futuro y que plantea e! problema del porvenir de la
Congregacion. Es una duda que se planreo, e! pri-
mer de todos, e! mismo Don Bosco. Cuando cuvo
e! suefio, en 1881, su vida caminaba hacia e! ocaso;
en Italia habfa sido abatido e! poder tempora! de
los Papas; la Iglesia se movfa enrre nuevas y enor-
mes dificu!tades. Muerto el fundador, un Instituto
incipiente, ipodrian continuar? No era, sin duda,
una pregunta retorica. Nosotros sabemos, en
efecto, que, muerto Don Bosco, bajo el pontifi-
cado de Leon XIII, se lanzo la idea de nuestra
anexion a los Escolapios 44.
Pues bien, el suefio, en esta perspectiva, ase-
guraba entonces, en forma de vaticinio concreta,
el futuro de la Congregacion hasta el final del si-
glo XIX y principios del presente.
Con razon, pues, este suefio fue lefdo por la
primera generacion de salesianos con una intensa
vision profética. Ayudaban a interpretarlo en ese
sentido las diversas fechas insertadas en él, tanto,
que lo sefialaron corno el «Suefio del Pervenir de
la Congregacion ».
Este aspecto constituye un dato mas que intere-
sante. Puede ofrecernos también a nosotros, hoy,
una ocasion para sondear un poco el futuro de
nuestra vocacion . La identidad vocacional y el por-
venir, la fidelidad y el futur.o a e.str.echameote~
vinculados en una vocacion .
Una reflexion de ese tipo se la puede hacer de
distintos modos.
Uno, corno una santa utopia; asf lo hicieron, a
veces, Pfo IX y el mismo Don Bosco.
Pio IX por ejemplo, hablo casi corno un vi-
dente, y considero con intuicion pastora! la actua-
lidad y la originalidad del Carisma de on Bosco.
Y lleno de su aguda sensibilidad de hombre de

4.10 Page 40

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38 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
Dios: «Os predigo -dijo a Don Bosco en 1877-, y
mted escribalo a sm hijos, que la Congregaci6n flore-
cerd, se extenderd milagrosamente y se conservard en los
siglos venideros [... ], si prornra promover el espiritu de
piedad y de religi6n, y sobre todo, de moralidad y de
castidad» 45_
También Don Bosco lo hizo con senrido pro~ ' ti-
co a dos niveles distintos: el de los siglos --corno
Pio I - y_ e! de los decenios inmedi~tos. Lo hizo
fundandose en inspiraciones e lo alto y conven-
cido de que vaticinaba el desarrollo de una voca-
ci6n suscitada por Dios y muy util a la nueva
sociedad.
Respecto al primer nivei, son varios los textos
que podrfamos llamar «ut6picos », en los que nues-
tro Padre nos ofrece afirmaciones que parecerfan
casi increibles, si no se basaran en su firme convic-
ci6n de que se trataba de una iniciativa del mismo
Senor. «Si pudiera embalsamar y conservar vivos ,.mos
cincuenta salesianos de los que ahora estdn entre noso-
tros -excalm6 un dfa-, dentro de quinientos aiios
verian q1.1é destino tan sorprendente nos reserva la ro-
videncia,~ i somos ieles ... Podrd haber alguna cabeza
loca ~ - quiera ver destruidos; pero serdn proyectos
aislados y sin apoyo de los demds. Todo estd en que los
salesianos no se dejen apresar por el amor a las comodi-
dades y, por tanto, rehuyan el trabajo » 46.
Respecto al segundo nivel hay también muchas
afirmaciones y varios suenos, con indicaciones
concretas y con precisiones inexplicablemente
exactas. Por ejemplo, ~l sueno de la meda 47. El
mismo Don Bosco considero e! sueno de San Be-
nigno Canavese corno «el sueiio sobre el J11t11ro estado
de la Congregaci6n». Incluso le asign6 fechas : En la
primera parte: «1881 »; en la segunda: « 1900.»
Luego, en el memorandum afirma: «Pttde inclmo
45. ACS 23, 184 yss.
46· MB 17, 64 5.
v 47· M8 897 ss.

5 Pages 41-50

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5.1 Page 41

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48. MB 15, 187.
49. ACS 55, 923.
50. ACS 295.
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 39
darme cuenta de que estan inminentes muchas ef_Pinas,
muchas fatigas,- pero !es seguirdn randes consue..los.
Alrededor de 1890, gran temor· cerca de 1895 ran
t;i!Lnfo » 48_
Y es cierto que la Congregaci6n supero, de he-
cho, aquellos decenios con buena salud. No fue
anexionada a ningun otro lnstituto religioso. Y
creci6 tanto en e! munda, que hizo excalamar al
Papa Pablo VI que en e! ultimo siglo de hisroria de
la Iglesia habia que reconocer la aparici6n de un
«fenomeno salesiano » .
Hemos dicho que mas tarde, cincuenta afios des-
pués, don Felipe Rinaldi, dado que Don Bosco puso
un cuidado especiaJ en transmitir este suefio «para
alecciona o ara arantizar e! futuro de la Con-
gregaci6n en e! futuro », lo hizo publicar en las «Ac-
tas » de diciembre de 1930, sin las fechas, ya supe-
radas. « Mds abajo lo encontraréis -escribia- segtin
su redacci6n primitiva, sin las observaciones persona/es
del ''Beato", que, por limitar e! tiempo, quitaban va/or
a s1,1, importancia universal» 49.
Presentado de esa forma, ~ uefio se ha conver-
tido en un mensaje vivo y en una lecci6n para e!
porvenir de la Congregaci6n en todos los tiempos:
jUna visi6n originai en la que meditar y un rico
tema que estudiar corno cuadro de referencia de la
salesianidad de los hijos de Don Bosco en los
siglos!
Es preciso, pues, también hoy, «estar atentos y
comprender bien » lo que se dice en él.
Y asf, otro modo de reflexionar sobre e! futuro
de la Congregaci6n, el unico practicamente realista
para nosotros hoy, es e! que hemos intentado ha-
cer junros al meditar la circular « Fortalecer a los
hermanos » 50. Sugerfamos en ella una lectura de la
crisis que estamos atravesando, intentando descu-

5.2 Page 42

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5.3 Page 43

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5.4 Page 44

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42 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
brir los sintomas positivos y profundizando la ex-
traordinaria hora de Espiritu Santo que esta vi-
viendo la Iglesia. Pero también debimos detener-
nos seriamente en el fenomeno de las recesiones.
) No cabe duda de ue resultara ' til meditar este
\\ s~eiio a artiLQe nuestra situacion critica de esos
I a_!lOS.
El contraste entre la primera y la segunda escena
del sueiio es verdaderamente dram ati o: «Corrup-
tio optimi pessima » . jCada uno de nosotros, desgra-
ciadamente, ha podido ver en estos tiempos con
sus propios ojos y en cualquier parte del mundo
«el reverso del salesiano » en carne y hueso! El peli-
gro que corre la Congregacion no es imaginario.
Ciertas Hneas fundamentales, tan intensamente cul-
civadas en los comienzos, corno el «trabajo » y la
«templanza», itienen hoy la densidad y claridad de
los tiempos de Don Bosco?
El clima sobrenatura) y el genuino fervor pasto-
ral , o sea, el amor que es don del Espiritu del
Seiior, i es aun la verdadera alma de nuescras acti-
vidades y la atmosfera cotidiana de nuesrras casas ?
En la raiz de ~ dos nuescros com promisos , ·ha de
v~ dad un motivo d~
iencia religiosa? i Cree-
mos aun en lo indispensable que es una sana disci-
plina que nos haga ser en la praccica de cada dia
aucénticos disdpulos de Cristo casto, pobre y obe-
diente?
Esce sueiio de hace cien aiios nos sigue interp~
l~ . n cierto modo, el «qualis esse periclitatur»
(= corno peligra ser) es hoy mas accual que enton-
ces.
Medicemos, ues, individualmente y en comuni-
dlld esce sueiio advertencia. Reflexionemos sobre
el anguscioso llamamiento del joven. Y, sobre

5.5 Page 45

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 43
rodo, entusiasmémonos con los valores de nuestra
vocaci6n, cultivémoslos con cuidado y transmita-
moslos con fidelidad. Consideremos siempre el
crecimiento de nuestra vocaci6n corno una inicia-
tiva de lo alto y sintamonos invitados también nos-
otros a cantar con gratitud sincera: «Senor, no es
mérito nuestro; sino de tu Nombre. »
5 1. MB 1, 123 y ss.
Conclusi on
Queridos hermanos, he ahi un pequefio patrimo-
nio espiritual que hoy debemos tornar en conside-
raci6n, meditar y aplicar.
Imaginémonos que la monitoria voz de la tercera
escena del suefio nos viene hoy a nosotros de tanta
juventud necesitada que nos interpela.
La vocaci6n salesiana ha sido suscitada para los
j6venes. Don Bosco es un regalo de Dios a los
j6venes : es su amigo, signo y portador de la predi-
lecci6n de Cristo. Ellos necesitan mucho su amis-
tad. Dios, corno dote a la juventud que nos rodea,
le ha dado una especie de «derecho » a la vocaci6n
salesiana, en el sentido de que Cristo y Maria han
querido esa vocaci6n precisamente para ellos. jRe-
cordad el suefio de los nueve afios! 51 rge, pues,
ofrecerla a los j6venes de hoy en sus valores mas
genuinos, testimoniados con una vitalidad robusta.
Aprovechemos el centenario del suefio para re-
novar su recuerdo y profundizaci6n. Hagamos te-
soro de sus ensefianzas y amonestaciones.
Que nos sirva de inspiraci6n y ayuda Marfa, de
cuyo Santo Nombre nabia celebrado la memoria
liturgica Don Bosco antes de tener el suefio.

5.6 Page 46

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44 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
Os saludo cordialmente a cada uno de vosotros,
y os aseguro un recuerdo diario en la Eucaristia y
en el Rosario.
Con estima y afecto,
LIDIO VIGANÒ

5.7 Page 47

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1.2. SUENO DEL PERSONAJE DE LOS DIEZ
DIAMANTES
NE. El texto que publicamos reproduce la copia en
limpio de Gioachino Berto, con las correcciones del
mismo Don Bosco, compitlsada con la primera redacci611
autografa (c/r. Archivo Salesiano Centrai 132, Stte-
ii.os 5). Hemos utilizado también la edici6n critica de
Cecilia Romero I sogni di Don Bosco, Ediz ione cri-
tica », Turin, 1978, LDC).
Nos hemos permitido:
Traducir las expresiones latinas, corno se hizo
en la publicaci6n de don Renato Ziggiotti.
Prescindir de algunas Jechas , ya superadas,
corno en la segunda publicaci6n de don Feli-
pe Rinaldi.
Poner el titulo y los subtit11los que nos parecen
mas adecuados y que ayudan a presentarlo
con mas claridad y agilidad tipografica.
San Benigno Canavese,
noche del 10 al 11 de septiernbre de 1881
La gracia del Espiritu Santo ilumine nuestros senti-
dos y nuestros corazones. Amén .

5.8 Page 48

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46 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
PARA EN E - A ZA DE LA PIA SOCIEDAD SALE-
SIANA
El 1O de septiembre del ano en curso (1881 ), dia
que la Santa Iglesia dedica al glorioso Nombre de
Maria, los salesianos, reunidos en San Benigno
Canavese, hadan ejercicios es irituales,
«El modelo del verdadero salesiano»
La noche del 10 al 11, mientras dormia, mi
espiritu se encontr6 en una gran sala adornada
espléndidamente.
Me pareda que estaba paseando con los directo-
res de nuestras casas, cuando entre nosotros se
presento un hombre de aspecto tan majestuoso, que no
podfamos resistir su mirada. Nos mir6, y sin decir
nada, se puso a caminar a unos pasos delante de
nosotros.
Estaba vestido de la siguiente manera: Un rico
manto, parecido a una capa, cubrfa su persona. La
parte mas cercana al cuello era corno una franja
que se anudaba por delante, y una cinta le cafa
sobre el pecho.
En esa franja del cuello apareda escrito con ca-
racteres luminosos : « La Pia Sociedad S,alesiao,a», y
en la cinta llevaba escritas estas palabras: «Com_Q,
debe s r.»
Diez diamantes de ramano y brillo extraordina-
rios era lo que nos impedia fijar la mirada, a no ser
con mucha difìcultad, en aquel augusto personaje.
Tres de los diamantes estaban en e/ pecho. En uno
estaba escrito: <& »; en otro, «Esperanza» y «Ca-
ridad » en el que estaba sobre el coraz6n .
El cuarto diamante estaba en el hombro derecho,

5.9 Page 49

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 47
y renfa escrito: «Trabajo »; en ef quinto, del hombro
izquierdo, se lef;-;Templanza ».
Los otros cinco diama~ s adornaban fa partejJoste-
rior del manto y estaban dispuestos asf:
Uno, mayor y mas refulgente, esraba en medio,
corno el centro de un cuadrilatero; tenia escrita la
palabra: «Obediencia».
En el primero de la derecha se leia: «Voto de
Pobreza».
En el segundo, mas abajo : «Premio ».
En la parte izquierda en el de mas arriba esraba
escriro: «Voto de Castidad ». El fulgor de éste daba
una luz muy especial, y al contemplarlo atraia y
fijaba la mirada corno el iman atrae al hierro.
En el segundo de la izquierda, mas abajo, esraba
escrito: «Ayuno ».
Todos estos cuatro orientaban sus rayos lumino-
sos hacia el diamante del centro.
Algunas sentencias ilustrativas
Para no producir confusi6n, conviene observar
que esos brillantes emitfan raYQ_S que se elevaban
e~ ma de equefias lenguas de fu~o y llevaban
escritas aca y alla diversas sentencias:
Sobre fa Fe se elevaban las palabras: «Embrazad el
escudo de la fe, para que podais luchar contra las
insidias del demonio. » Otro rayo tenia (escrito ):
«La Fe sin las obras esca muerra. Poseera el Reino
de Dios no quien escucha la ley, sino el que la
cumple. »
Sobre fos rayos de fa Esperanza: «Esperad en el
Sefior; no en los hombres. Vuestros corazones es-
tén siempre ocupados en la conquista de la verda-
dera alegria. »

5.10 Page 50

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48 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
Sobre Los rayos de La Caridad (se lefa): «Llevad
unos las cargas de los otros, si queréis cumplir mi
ley. Arnad y seréis amados. Pero amad vuestras
almas y la del pr6jimo. Rezad con devoci6n el
ofìcio divino, celebrad la Santa Misa con atenci6n,
visirad con amor al Santo de los Santos.»
Sobre La pafabra Trabajo : «Remedio contra la
concupiscencia; poderosa arma contra todas las
tentaciones del demonio. »
Sobre La Tempfan za: «Si quitas la lefia, se apaga el
fuego. Haz un pacto con tus ojos, con la gula y con
el suefio, para que rales enemigos no saqueen
vuesrras almas. Falta de templanza y castidad no
pueden estar juntas.»
Sobre Los rayos de La Obediencia: «Es el cimiento y
el coronamiento del edificio de la santidad. »
Sobre Los rayos de la Pobreza: «De los pobres es el
Reino de los Cielos. Las riquezas son espinas. La
pobreza no se vive de palabra, sino con el amor y
con los hechos . Ella nos abre las puerras del
Cielo.»
Sobre los rayos de la Castidad: «Le hacen de com-
pafieras todas las virrudes. Los limpios de coraz6n
ven los secreros de Dios y contemplaran a Dios
m1smo . »
Sobre Los rayos del Premio: «Si os atrae la magnitud
de los premios, no os asusre la cantidad de las
farigas. Quien sufre conmigo, conmigo gozara. Lo
que sufrimos en la rierra es momentaneo ; lo que
hara gozar a mis amigos en el Cielo, eterno. »
Sobre los rayos del Ayuno: «Es el arma mas eficaz
contra las insidias del demonio. Es el guardian de
rodas las virrudes. Con el ayuno se echa fuera roda
clase de enemigos. »

6 Pages 51-60

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6.1 Page 51

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 49
Valiosa advertencia
Una ancha franja de color rosa hada de orla en
la parte inferior del manto. En esta franja estaba
escrito: «Tema de redicaci6n. Por fa maiianaJ a me-
diodia y al caer e! sol. Preparaos un tesoro con los
pequefios actos de virtud, y os construiréis un gran
edificio de santidad. Ay de los que despreciais las
cosas pequefias. Os arruinaréis poco a poco. »
Hasta entonces los directores habfan estado
unos de pie y otros de rodillas; pero codos sor-
prendidos y en silencio. A este punto Miguel Rua,
corno fuera de si, dijo: «Hay que tornar nota para
no olvidarlo.» Busca una piuma, pero no la en-
cuentra; saca su carcera, revuelve en ella, pero no
tiene e! lapiz. «Yo me acordaré », dice Celestino
Durando. «Yo quiero tornar nota», afiade José
Fagnano; se pone a escribir con el tallo de una
rosa. Todos mirabamos y comprendfamos su escri-
tura. Cuando ]osé Fagnano termina de escribir,
Costamagna sigue dictando: «La caridad lo com-
prende rodo, lo soporta rodo, lo supera rodo. Pre-
diquémosla de palabra y con los hechos. »
El reverso del verdadero salesiano
Mientras Fagnano escribfa, desapareci6 la luz, y
todos nos encontramos en densa oscuridad. «Si-
lencio -dijo Carlos Ghivarello-, arrodillémonos,
recemos y vendra la luz. » Luis Lasagna comenz6 el
«Veni Creator», luego e! «De profundis », el «Ma-
ria Auxilium Christianorum »; todos respondfamos.
Cuando se dijo «Ora pro nobis », apareci6 una
luz alrededor de un carte! donde se lefa: « La Pia
Sociedad Salesiana como pefigra ser. »

6.2 Page 52

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50 . ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
Un instante después la luz se hizo mas fuerte,
suficiente para podernos ver y reconocernos unos
a otros.
En medio de aquella luz s_e 2resent6 de nuevo el
personaje de antes, pero con as ecto triste, corno
quien comienza a llorar. Su manto habia perdido el
color, estaba apolillado y roto.
Donde antes estaban los diamantes, habia ahora
un deterioro profondo, producido por la polilla y
por otros diminutos insectos.
«Mirad -nos dijo El- y comprended. »
Y vi que los diez diamantes se habian convertido
en otras tantas polillas que con furia roian e!
manto.
Por lo cual al diamante de la Fe lo sustituia: «El
suefio y la desidia.»
A la Esperanza: «Risocadas y vulgaridades inde-
centes. »
A la Ca ridad: «Negligencia en darse a las cosas
de Dios. Aman y buscan sus propios caprichos; no
los ideales de Jesucristo.»
A la Templan za: «Gula: su dios es e! vientre. »
Al Trabajo: «El suefio, e! hurto y la ociosidad. »
En el fugar de la Obedùncia no habia mas que un
rasg6n ancho y profondo, sin inscripci6n.
A la Castidad (la suscituian): «Concupiscencia de
los o jos y soberbia de la vida. »
A la Pobreza la habia reemplazado: «Cama, ropa,
bebidas y dinero. »
Al Premio: «Nuestra herencia seran los bienes de
la tierra. »
En el fugar del A yuno habia un roto, pero nada
escrito.
Ante tal espectaculo, nos quedamos todos ate-
rrados. Lasagna cay6 desmayado. Cagliero se puso
palido corno la cera, y, apoyandose en una silla,

6.3 Page 53

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 51
gnro : «iPosible que las cosas estén ya en esre
punto Lazzero y Guidazio estaban corno fuera
de si, y se dieron la mano para no caer. Francesia,
el conde Cays, Barberis y Leveratto esraban de
rodillas, con la corona del sandsimo rosario en la
mano.
En aquel momento se oy6 una voz oscura:
« jC6mo se ha desvafdo aquel espléndido color! ».
Mensaje de un joven
Pero a la oscuridad susriruy6 un fenomeno sin-
gular.
En un instante, nos encontramos envueltos en
densas rinieblas, en medio de las cuales pronto
apareci6 una luz forrisima, en forma de cuerpo
huma no. No podiamos fijar en él la mirada. Sin
embargo, pudimos enrrever que era un jovencito
encantador vestido con un traje bianco bordado en
oro y plara. Alrededor del traje llevaba una orla de
brillantisimos diamanres.
Con aspecro majesruoso, pero dulce y amable,
se adelanr6 un poco hacia nosorros y nos dijo esras
palabras rextuales:
«Siervos e instrumentos de Dios Todopoderoso, escu-
chad y comprended. Sed Juertes y animosos.
»Lo que habéis visto y ofdo es un aviso del Cielo,
que se os da ahora a vosorros y a vuestros herma-
nos; prestad arenci6n y comprended bien lo que se
os dice en él.
»Los golpes previstos hieren menos, y se pueden
prevenir.
»Cuanras son las ideas senaladas, tanros sean los
temas de predicaci6n. Predicad 10cesantemenre, a
riempo y a desriempo.

6.4 Page 54

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52 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
» Pero lo que predicais, practicadlo constante-
mente, de modo que vuescras obras sean corno uria
l"m -que en forma de cradicion segura se irradie
sobre vuestros hermanos e hijos de generacion en
generacion.
»Escuchad bien y comprended.
»Sed caucos en aceptar a los novicios fuerces en
cultivarlos y rudentes en admicirlos. I:.robadlos a
codos~ y quedaos solo con lo que es bueno. Des-
1 pedid a los ligeros y a los volubles.
»Escuchad bien y comprended.
I »La meditacion de la mariana y del atardecer sea
constantemente sobre la observancia de las Consti-
tuciones. Si lo hacéis, nuoca os faltara el auxilio del
Omnipotente. Seréis la admiracion del mundo y de
los angeles, y enconces vuescra gloria sera gloria de
Dios.
»Se clini de vosotros: El Sefior ha hecho esco; es
admirable ante nuestros ojos. Entonces codos vues-
cros hermanos e hijos cantaran al unisono:
"iNo a nosotros, Seiior, no a nosotros,
sino a tu nombre da gloria!" »
Estas ulcimas palabras las dijo cantadas; y a la voz
de quien hablaba se unio una multitud de otras
voces tan armoniosas y sonoras, que nos quedamos
extasiados, y para no caer desvànecidos nos unimos
a su canto.
Cuando termino el canto se oscurecio la luz.
Enconces me despercé, y me di cuenta de que
escaba amaneciendo.

6.5 Page 55

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR 53
Anotaci6n de Don Bosco
Este sueiio me duro casi toda la noche, y por la
maiiana me encontré agotado.
Sin embargo, por temor a olvidarlo, me levanté de
prisa y tomé algunas notas que me ayudaron a recordar
todo lo que dtje el dia de la Presentaci6n de Maria
Santisima en el Templo.
No me Jue posible recordar todo.
Sin embargo, entre las muchas cosas, pude comprobar
con seguridad que el Seiior es muy misericordioso con
nosotros. El Cielo bendice nuestra Sociedad; pero quiere
que nosotros pongamos nuestra parte.
Los males amenazados se podrcin evitar, si predica-
mos sobre las virtudes y los vicios alli seiialados; si lo
que predicamos, lo practicamos y lo transmitimos a
nuestros hermanos con una tradici6n prcictica de todo lo
que se ha hecho y vayamos a hacer.
jMaria Auxilio de los Cristianos, ruega por
nosotros!

6.6 Page 56

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2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES
2.1. Don Paolo Natali
«LA FORMACION DE LOS SALESIANOS DE DON BOSCO»
Principios y normas
«Ratio fundamentalis institutionis et studiorum»
El dicasterio para la formaci6n ha publicado no hace mucho -a
finales de febrero--- el documento que lleva por tfculo: «La Jorma-
cion de los Salesianos de Don Bosco » (Sigla FSDB ).
Ya el mismo texco lleva una digna «presentacion » en las palabras
del rector Mayor, quien se dirige a todos los hermanos y hace ver su
hiscoria, valor y perspectivas, y lo promulga. Una breve explicaci6n
razonada sobre su estructura se la puede ver también en las primeras
paginas de su «introduccion » 1.
Por mi parre, deseo indicar ahora muy brevemente algunas de u...r.
muchas cara teristicas, y exhortar a los que de un modo especial son
sus destinatarios 2, y a todos los salesianos, a que procuren conocerlo
y a que asuman sus directrices. «Es un documento que tiene una
imporcancia particular para la Congregaci6n. Me atreverfa a decir
que, dados los fuerces cambios de los tiempos, sera para nosotros un
documento hist6rico », escribe el Reccor Mayor 3.
1. Autoridad e importancia del documento
1.1. El vasto cuadro de sus re/erencias, la raiz de su inspiraci6n y su
estructura, el objetivo genera! que propone y su larga y concercada
1 FSDB, lntroducc i6 n, num . /4-7.
2 FSDB , Introducci6n , num. 10 .
3 FSDB , Prese ncaci6 n, pag. 7 (ed ic i6n italiana ).

6.7 Page 57

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2. ORIENTACIONES Y 0/RECTR/CES 55
- - confecci6n son los argumentos que avalan su importancia y autori-
dad.
La referencia constante a Don Bosco y a los j6venes, la lectura
de su condici6n, los documentos del Magisterio, las «actas » de
nuestros capftulos generales, especialmente del CGE y del 21 -sen-
sibles de un modo particular a cuanto se inci6 en la IiJesia después
del Vaticano II-, las intervenciones de los ectores frl,iayores y las
aportaciones de la experiencia de los formadores, de los profesores y
de los j6venes en formaci6n constituyen el amplio horizonte de
fuentes de las que se han tornado sus motivaciones, disposiciones y
orientaciones.
La historia del texto 4, que ha conocido no pocas redacciones
sucesivas, se presenta corno un largo dialogo de discernimiento con
las fuentes y «presencias» que han vivido y viven la vocaci6n sale-
siana, o la sostienen o la interpelan. La «ratio » no acude a ellas de
un modo genérico o corno incidentalmente; mas bien expresa la
preocupaci6n constante y orienta bacia el deber de conocerlas, de
«sintonizar» con ellas, y de hacerlas objeco de interés y amor. Este
dialogo profundizado y bien llevado ayuda a conoce la vocaci6n
salesiana 5.
1.2. Efectivamente, la naturaleza de esta vocaci6n con las exigen-
cias de que es portadora y los objetivos que indica 6, es la rafz e
inspiraci6n ideal del documento. Ella es también su estructura, es
decir, la direcci6n y el desarrollo en cuyo ambito el salesiano, que
«recibe de Dios una invitaci6n para realizar su propia vida corno una
respuesta hist6rica, libre y responsable a su acro creador y salva-
dor» 7, comprende, se adhiere y le responde . De modo que la
identidad salesiana es el motivo que estructura coda la persona y
toda la conducta de su vida, el esquema de referencia fundamental
para su unidad 8.
4 FSDB, Presencaci6 n, pag. 9 (idem).
5 FSDB, nums. 11-43.
6 FSDB, nums. 46-76.
7 CGE, num. 66 1.
8 Cfr. Constituciones, 101.

6.8 Page 58

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56 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
1.3. A través del «proceso formativo» 9 el valor idea! de la voca-
eton se ha
eriencia ersonal y comunitari 10. Se trata recisa-
mente de una experiencia que hay gue hacer: «La indole propia de
los diversos institutos religiosos se revela corno una experiencia del
Espfritu Santo, transmitida -por el Fundador- a sus propios disci-
pulos, para que éstos la vivan, custodien, profundicen y desarrollen
constantemente en sintonia con el Cuerpo de Cristo, en perenne
crecimiento» 11 .
Habia que crear las condiciones y los instrumentos de dicha
ex eriencia. La «ratio» es una respuesta en ese sentido: es el ins-
trumento pedagogico que indica y vincula a unos medios y condicio-
nes adecuados y originales 12, para que la identidad salesiana sea real
y fecunda en las personas y en las comunidades.
1.4. Que sea real y femnda, porque es «actual»: El royecto forma-
tivo es un ronfo de «coherencia continua» entre el sentimiento
vivo de los orfgenes y la tradici6n por un lado y las novedades a las
que los salesianos son llamados por el Espfricu del Senor por otro 13.
Esca «coherencia» permite que se manifieste la «genialidad » y «ori-
ginalidad » de la Congregaci6n 14, y que los salesianos se pongan al
dia en sus competencias y, sobre rodo, crean mas en la fuerza del
Espfritu y en el don origina! que El les ha hecho» 15.
2. Programaci6n para asimilar y aplicar el documento
Los decisivos valores que el proceso formativo premete, deberian
hacer mperfluo insitir en el interés y en la obligaci6n con que se
debera acudir espontaneamente a conocerlo, asimilarlo y aplicar sus
-disposiciones.
La «ratio» presenta un largo capitulo sobre el «discernimiento
9 Constituciones, 1OI.
°1 FSDB, nums. 155-1 76.
11 Cfr. LG 44; cfr. CD 33-35, parrafos, 1-2.
12 FSDB, nums. 83-153; 15 6-185; 187-202.
13 FSDB, nums. 3, 3 1-39, 73. 181-186.465-472.
14 Cfr. CG 21, fl1lm . 9.
1s Cfr. CG 21, num. 13.

6.9 Page 59

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2. ORIENTACIONES Y 0/RECTRICES 57
vocacional » 16. Quiere sugerir lo que en otro lugar 17 dice con clari-
dad: Que el hecho formativo, aunque depende de las orientaciones
de un documento, por muchas razones «importante », «coherente » y
«origina! », sin embargo se lleva a cabo, en primer lugar, colaborando
con la acci6n del Espiritu del Seiior, «que gratuitamente /lama a vivir e/
carisma salesiano, bien con una acci6n directa en lo intimo del coraz6n,
bien a través de las mediaciones de que se sirve» 18.
Entre estas «mediaciones espirituales» tienen una importancia y
responsabilidad particulares, en nuestros ambientes, los inspectores,
los direcrores, los formadores, los profesores, los j6venes en forma-
ci6n y los organismos de animaci6n (consejos inspecroriales, comi-
siones inspecroriales para la formaci6n, «curarorium »), cuyas mcum-
bencias son de las mas delicadas y exigentes.
A estos hermanos y organismos se les invita, mas que a ningun
otro, a conocer y asimilar, a hacer que se conozca y asimile, con
motivaciones, este documento y sus contenidos. No solo. Los pro-
blemas que vayan surgiendo de la confrontaci6n entre las disposicio-
nes y orientaciones de la «ratio » y las sirnaciones concretas, deberan
encontrar sus mejores posibilidades de arreglo en una programaci6n
inteligente, segun los diversos niveles y las relativas competencias,
interesando incluso a grupos de inspecrorfas o conferencias interins-
pectoriales.
El dicasterio, con su persona/ y tiempo limitado, se pone a disposi-
ci6n de cuantos requieran sus servicios. Mucho del futuro de la
Congregaci6n, de su renovaci6n, de su consistencia y de la fecundi-
dad de sus proyectos apost6licos dependeran de la prioridad que se
dé a estas opciones.
Me ilusiona pensar gue en este documen o, que entra en la vida
de los salesianos corno un instrumenro de gufa para la actualizaci6n y
el crecimiento de su identidad, se erciba e/ soplo.Jiel iritu Santo y
la eficacia de su presencia, y sea portador de la «sabidurfa» que la
Virgen ensefi6 a Don Bosco.
1s FSDB , num s. 187-202.
11 FSDB , nums. 162- 164.
1s FSDB, num . 162.

6.10 Page 60

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58 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
2.2 D on R uggiero Pilla
VALOR RELIGIOSO DE LA ACTIVIDAD
ECONOMICO-ADMINISTRATIVA DEL SALESIANO
En el sexenio que siguio al Capitulo Genera! Especial 20, en
algunas reuniones de economos inspecroriales celebradas en diversas
partes del munda, antes de tratar los distintos asunros de carac ter
normativo, se presento u n tema que se considera fundame ntal para
la actividad propia de un economo religioso : la espiritualidad del
economo religioso salesiano.
El tema, desarrollado de una forma sintética y ba jo aspeccos
parciculares, llevo, en las reflexiones que lo siguieron con un asen-
cimiento rocal, a la conclusion logica de que la persona que ejerce en
la Congregacion una actividad econ6mico-administrativa puede impri-
mirl e a ésca un valor religioso.
Parece muy ucil volver sobre esa idea, y exponer brevemente
algunas consideraciones sobre dicha afìrmacion, que podria parecer
un poco atrevida.
El recuerdo de esca idea se propone iluminar a los hermanos a
quienes la obediencia encomienda una gestion economica, en cual-
quier nivel, y darles fuerza y aliento para desempefiarla con genero-
sidad, con amor y con expiritu misionero.
La consagraci6n es un distintivo comun a rodos los religiosos. Con
ella se entregan totalmente a sf mismos a Dios, siguiendo a Jesu-
cristo tras las huellas de su Fundador.
Tal consagracion afecca a la persona en coda su plenicud; y, por
tanto, no solo en su interioridad , sino cambién en codas las accivida-
des que lleva a cabo, sean manuales o inteleccuales, pascorales u
organizacivas, cécnicas o espirituales.
La ersona del religioso no podra no llevar en rodo su craba ·o el
sello y el fermento de su consagracion. Esce hecho determinara, sin
mas, una orientacion de su accicud y un planteamienro de su trabajo,
que para él mismo seran un testimonio de las realidades sobrenacura-
les presentes en esce munda (cfr. LG 44). Mas aun, seran una

7 Pages 61-70

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7.1 Page 61

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2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES 59
manifescaci6n del seguimienco de Cristo con la totalidad y el exclu-
sivismo propios de una completa encrega a Dios.
Por otro lado, no debemos prescindir de una realidad impor-
tante: Las Obras salesianas, corno las Instituciones de las diversas
6rdenes religiosas, aunque diversificadas por los fines y carismas,
cienen f.lna finalidad eclesial y un sentido cuasi-sacramental, muy dis-
tinco de los que cienen las sociedades industriales o comerciales.
De hecho, muchas de nuescras insticuciones no podrfan cuadrar
su balance si no fuera por la aporcaci6n del sacrificio, de la encrega,
de la sobriedad y de la ausceridad de sus miembros; a lo que hay
que ari.adir la aporcaci6n de la bene/iciencia privada, que, gracias a
Dios, sigue confìando mucho en la obra educativa y caritativa de la
Iglesia.
Hay, pues, al o ue es esencial~ e distinco de la gesci6n de
cualquier sociedad. Y eso no canco por la parte formal cécnico-
administraciva, cuanco precisamente por su signifìcado global, es
decir, por el espfricu con que se la lleva. En ese sentido hemos de
aprender mucho del infacigable celo de Don Bosco, que sabfa com-
prometer a Jesus y a Marfa para que acudieran en su auxilio, incluso
de forma prodigiosa, precisamente en esce incrincado campo de la
administraci6n economica.
Anadamos, finalmente, que codos los bienes tempora/es, vistos a
través de la luz de la /e, nos llevan a Dios, alfa y omega de codas las
cosas: «Mediante Ella (la Palabra) se hizo rodo; sin Ella no se hizo
nada de lo hecho » On. 1,3). Y hasca en los bienes que el hombre se
procura con su trabajo y con sus inceligentes iniciacivas, podemos
reconocer la voz de Dios (cfr. GS 34 ).
Asi, pues, podemos afìrmar que el economo tiene en su crabajo
tw._ elementos Jundamentales que lo llevan a un _plano s'Obrenatural: la
consagraci6n de su persona, el fin religioso de las obras que adminis-
tra y los mismos bienes temporales vistos en su origen y en su fin.
Viscas asi las cosas, el economo puede sancificarse a si mismo y a
las personas con quienes tiene relaci6n . Mediante su testimonio de
amor acaba por cambiar radicalmente, incluso, sus propias perspecci-
vas y llega a dar a sus acciones una particular profundidad espiricual.
Pablo VI, en la audiencia concedida a los ec6nomos cat6licos el

7.2 Page 62

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60 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
9 de mayo de 1966, con suma delicadeza llamo a los economos «el
motor secreto y eficaz de que depende el ordenado funcionamiento de todo el
organismo, la mente pr6vida y sagaz que !leva sobre si responsabilidades a
veces graves e insospechadas, poco vistosas, y asume todo su peso por
obediencia, dejando a otros el ejercicio de funciones mds agradables o
deseadas o que responden mejor a la peculiaridad de la vocaci6n sacerdotal
o religiosa ».
De lo dicho es facil deducir la linea de accion y conducta de un
administrador salesiano que vive pienamente su vocacion.
a) Ante todo, estara animado or una gran I! en la Providencia.
En esto nuestro Fundador es para él un ejemplo extraordinario. Don
Bosco excluia cualquier forma de capitalizacion de bienes de que
pudiera derivarse un beneficio permanente de seguridad y tranquili-
dad economica. En cambio, recomendaba con firmeza que su Obra
estuviese enteramente confiada a la Providencia Divina. Llego a
decir: «La conservacion de bienes rafces rentables es una injuria que
se hace a la Divina Providencia, la cual de un modo maravilloso, yo
diria que incluso «milagroso », ha acudido constantemente en nuestro
auxilio. » También nosotros podemos comprobar que la Providencia
no nos ha faltado nunca, cuando se ha trabajado con ese espfritu y
de acuerdo con las Reglas.
b) El cumplimient0 de los deberes administrativos debe plan-
tearlo (el economo religioso) sobre la base del espiritu de pobreza, del
que, si deben estar empapadas la vida y actividad de todo salesiano,
deberan estarlo de un modo muy particular las de un economo
salesiano. Es importante, sobre mdo, que tenga una conciencia clara
de la pobreza, y muestre, incluso exteriormente, los signos reales
mediante la sobriedad en tado : evitando lo superfluo, el despilfarro,
el lujo y las comodidades exageradas; favoreciendo un estilo de vida
individua! y comunitario que se inspire en la templanza religiosa
salesiana; administrando sabiamente y con sentido de responsabilidad
los bienes temporales corno una cosa sagrada, corno bienes de la
Providencia que hay que encauzar bacia un servicio diligente de las
Obras ; inculcando que se eduque para ese espfritu al persona! en
formacion .
c) El economo salesiano se com ortara con una humilde concien-

7.3 Page 63

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2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES 61
eia de servidor, corno los primeros diaconos de la naciente lglesia,
que atendian a la gestion de los bienes materiales en favor de los
creyentes, segun el espiritu del Hijo del hombre, que «no ha venido
a que le sirvan, sino a servir» (Mt. 20, 28).
Se trata, pues, de un verdadero y propio ministerio, que confiere
al economo salesiano una auténtica dimension pastora!, y reviste de
valor religioso toda su accion economico-administrativa.
Aunque en la Iglesia toda ocupacion, incluida la autoridad, es un
servicio a los hermanos, no nos parece un desproposito afirmar que
el servicio del economo, si lo relacionamos con el de los diaconos,
parece encarnar mejor la figura caractedstica del «siervo», tan fre-
cuente en las ensefianzas y parabolas de Jesus y en las cartas de San
Pablo.
d) Finalmente, la es iritualidad del e onomo se enri uecera con
el sacri icio. Parece oportuno destacar aqu1 solo un aspecto particular
del sacrificio que el Sefior pide a quien se le encargan funciones
administrativas.
Todo hermano ha abrazado la vocacion salesiana atraido espe-
cialmente por su mision apostolica. Pues bien, Bega un dia en que
recibe el encargo de hacer de economo, y ya no puede dedicarse,
por lo menos en parte y direccamente, a tantas actividades educati-
vas. Evidentemente, se le pide un sacrificio, una renuncia a cierto
trabajo, y cambién a ciertas satisfacciones personales, que con hu-
mildad y reconocimiento a Dios puede experimentar quien, sumer-
gido en un apostolado directo, se ve rodeado del aprecio y gratitud
de las personas.
Hay que reconocer que no es facil identificarse con el valor
e1piritual_ y apostolico de tal re u c a cuando se afron~ n trabajo
complejo y casi alienante, del que muchos ni siquiera se dan cuenta.
Entonces el economo salesiano debe recordar que el Sefior dice:
«Fui yo quien os eleg1 a vosotros y os destiné a que os pongais en
camino y deis/rttto, y un fruto que dure » 0n. 15, 16). Ese fruto no
es una consecuencia humana del trabajo de un religioso. Nos mo-
vemos por el campo sobrenatural de la salvacion. La gracia que
conviene los corazones es un don de Dios. Su venida se puede
favorecer no solo con el apostolado directo, sino también y necesa-

7.4 Page 64

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62 ACTAS DEL CONSEJO SUPER/OR
riamente con la oraci6n y con el sacrificio. Considerara también (el
economo) que cuando un salesiano, por obediencia a Dios, se asume
el peso de ocuparse del seccor economico-administrativo, hace posi-
ble a los demas hermanos la dedicacion con mas riempo y concen-
tracion al estudio, a la ensefianza y a la mision. Y corno no hay amor
mas acendrado que el que lleva a un hombre a sacrificarse por los
demas (cfr. Jn 15, 13), él puede dar un hermoso testimonio de amor
a sus hermanos con el cumplimiento diligente de su cargo.
Asi, pues, y par_a terminar, es preciso que el economo sepa
plantear su cargo correctamente, y que sepa recordarlo con frecuen-
cia, convencido de que ese trabajo, a veces incluso improbo, tendra
valor ante Dios y producira frutos de salvacion para el mundo, si se
inspira y vivifica en el amor.
Si ademas no faltan nunca en él la oraci6n , con la que pide a Dios
ayuda, la mirada confiada a la Virgen, que supo unir la contempla-
cion y su actividad de madre solicita y amorosa, y la imitaci6n
constante del ejemplo de San juan Bosco, que también en esto es
maestro y guia, sin duda que su trabajo administrativo, acompafiado
de los posibles trabajos directamente apostolicos, no solo sera eficaz
para conseguir los fines de las obras, sino que también sera fecundo
en bien espiritual para él mismo, para la Congregacion y para las
almas .