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IV
Jesús Borrego
PARTE QUARTA (*)
RELIGIONE
p.95
Si trovano presso i Patagoni in fatto di culto e di nozioni religiose le piú strane
disparitá. Credono all'immortalitá dell'anima, ma si figurano un paradiso materiale,
5 un'altra vita materiale, un'altra terra in fine, dove li seguiranno le medesime passio-
ni, i medesimi bisogni. Seppelliscono insieme col morto tutto quello che potra esser-
gli utile in quest'altro mondo, per metterlo in grado di po ter fare miglior figura. Alla
morte de' piú ragguardevoli uccidono un cavallo e per mesi continuano gli ululati.
Non hanno preti ed i padri e le madri sono quelli che trasmettono la religione nei
10 loro discendenti. Nelle grandi cerimonie e feste il Cacico la fa da sommo sacerdote.
Una gran quantitá di indovini e di fattucchiere fanno in molte cose le parti che pres-
so altri popoli gentili fanno i sacerdoti de' falsi Dei.
DIVINITA - Definitivamente adorano un solo essere[,] che sotto il nome di Ache-
(*) FUENTES de la PARTE IV 1-426:
IV 1-12 F. LACROIX, o.c., p. 30 (literalmente): D'ORBIGNY, o.c., p. 492 (lit.); 13-15 LACROIX,
o,c., p. 30 (lit.): D'ORBIGNY, o.c., p. 408 (lit.); 29-36 A. GUINNARD, o.c., p. 217 (lit.); 41-61 LA-
CROIX, o.c., p. 32 (al sentido): D'ORBIGNY, o.c., p. 443 (al sentido); 62-127 GUINNARD, o.c., pp.
249, 255 (lit.); 132-137 D'ORBIGNY, o.c., p. 443 (lit.); 140-195 LAcRoIx, o,c., p. 30 (lit.):
D'ORBIGNY, o.c., pp. 408-409 (lit.); 196-199 GUINNARD, o.c., p. 257 (lit.); 200-266 LACROIX,
o,c., pp. 30-33 (lit., en orden diverso): D'ORBIGNY, o.c., pp. 408, 458 (lit.); 267-325 LACROIX,
o.c., pp. 25-26 (lit.): D'ORBIGNY, o.c., p. 453 (lit.); 326-362 GUINNARD, o.c., p. 249 (lit.); 363-
413 LACROIX, o.c., pp. 26-27 (lit.); DALLY, o.c., pp. 166-167 (lit.): D'ORBIGNY, o.c., pp. 454-455
(lit.); 414-426 LAcROIx, o.c., p. 29 (lit.); DALLY, o.c., p. 168 (lit.).
3 Conviene subrayar que dentro de « las diferencias más extrañas» de conocimientos religio-
sos entre estos pueblos, se han apreciado notas similares que han llevado hoya rastrear « rai-
ces tehuelches en muchas creencias araucanas» (Cf Rodolfo CASAMIQUELA, Posibles raices pa-
tagónicas en creencias araucanas, en « Revista del Museo de La Plata », vol. XI. Buenos Aires
1977, p. 110). De los antiguos pampas « sus creencias, su verdadero panteón religioso, no es
muy conocido. Se sabe que también está influido por el mundo mágico de los tehuelches pero
mucho más rudimentario. En su última época las influencias preponderantes fueron arauca-
nas ». Violeta DIEZ..., o,c., p. 44.
4 Los araucanos « creen en la inmortalidad del alma pero con suficiente materialidad, como
para necesitar de las ofrendas que se colocan en sus tumbas» (Aida KURTEFF, Los araucanos
en el misterio de los Andes. Buenos Aires, Plus Ultra 1979, p. 29). De los tehuelches sugerirá en
1886 el misionero salesiano Angelo Savio: « No alcanzo a conocer qué culto practican, pero
admiten con certeza que el alma no perece con el cuerpo, sino sobrevive ». ASC 273.26.11, car-
ta a mons. G. Cagliero, Santa Cruz 29.1.1886.
9 « En Chile, el sacerdocio fue ejercido indistintamente por hombres y mujeres. Entre los ran-
que les fue oficio casi exclusivo de la mujer. En las ceremonias de los últimos años, según los
misioneros salesianos del Río Negro, nunca actuaron los hombres como sacerdotes. En Chile
el sacerdote se llamaba úenpin, cosa que no debe confundirse con el curandero o machi. Entre
los ranqueles y los indígenas de la Patagonia la sacerdotisa se llamaba perimontán, pero, al
carácter religioso, con el que pocas veces intervenía, unía siempre el de adivina y enfermera ».
R. TAYELLA... , o.c., 32.