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RECENSIONI
Actas del Primer Congreso de Historia de Magallanes, [...] que tuviera ocurrencia en V'unta
Arenas, Magallanes los días 25 y 26 de mayo de 1983. Punta ArenasMagallanes, Instituto
de la Patagonia 1984[?], 206 p.
Organizado por « el Departamento de Historia y Geografía del Instituto de la Patagonia »
este primer Congreso es considerado sencillamente como « una reunión de cuantos se interesan
en la materia con el fin de evaluar el estado actual del conocimiento histórico regional y para
reflexionar, por consecuencia, acerca de su progreso a través de aquellas medidas que lo hagan
verdaderamente eficaz en su provecho social... y adelanto espiritual y cultural de nuestra tierra
magallánica y su gente » (pp. 7-17).
Es normal en este tipo de trabajos — colección de conferencias o relaciones — adolecer
de falta de unidad en su contenido y estilo debido al pluralismo de los autores y al visible
fraccionamiento en su temática, beneficiándose, por el contrario, de la especialización — en
muchos experiencial — de los diversos relatores, lo que asegura credibilidad y valor científico.
Tras de la « Conferencia introductoria », que — versa sobre la historiografía
magallánica [por Mateo Martinic], vienen elencadas, — sin aparente orden lógico, las «
Contribuciones », cuyos títulos con sus respectivos — autores vale la pena reseñar, agrupados
en tres secciones convencionales:
1) Pinceladas históricas: Ante el «monumento al descubridor de Chile» [por D.
Baeriswyl], «El drama de los orígenes en los Selknam» [por A. Prieto], «El primer europeo que
pisó territorio chileno» [por F. Berzovic], «Pedro de Valdivia y su concepción territorial de
Chile» [por C. León], «La última esperanza de Juan Ladrillero» [por O. Wegmann],
«Evolución histórica del estatuto jurídico del Estrecho de Magallanes» [por G. Mimica],
«Historia de Magallanes en la filatelia» [por S. López], que da una visión histórica de
Magallanes.
2) Estudios monográficos sobre facetas relevantes del « estado actual los dos últimos
siglos de Magallanes » : « Arqueología y Etno-historia en el mar de Otway » [por D.
Legoupil], «El poblamiento de la región austral 1851-1933» [por H.R. Lafuente], « La
construcción rural pionera en Última Esperanza (fines del siglo XIX hasta 1905) » [por A.
Cascardo], « La salud pública en la colonia de Magallanes 1843-1894» [por M. Martinic], «La
apertura de la ruta aerea austral 1930-1936» [por M. Diaz], «La fundación de Puerto Williams»
[por V. Covacevich]; y la presentación de dos figuras, entre «realidad y leyenda»: « Gunther
Plüschow » [por G. Pagels] y « Mauricio Braun: Memorias de una vida colmada »,

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162 Recensioni
éste ultimo a través de « Algunas páginas del "Diario de vida" por suo hijo Armando Braun ».
3) El contributo a la Iglesia de Magallanes viene confiado exclusivamente a la presencia,
en ella, de los salesianos y de las Hijas de Ma Auxiliadora en dos significativos artículos, que
reseñamos con más atención:
« La Iglesia Magallánica durante la Prefectura Apostólica, 1883-1916 », por Nibaldo
Escalante, Vicario General de la diócesis de Punta Arenas. En el centenario de la creación
[23.11.1883] de la Prefectura Apostólica de la Patagonia Meridional, Tierra del Fuego e Islas
Malvinas, este artículo, junto con reseñar la evolución y organización de la Prefectura
Apostólica — únicamente en la zona magallánica —, presenta en toda su realidad la figura de
mons. Fagnano, Prefecto Apostólico, y la realización del plan de evangelización, que lleva su
nombre: « plan Fagnano » [reconocimiento de los indígenas y lugar especial para ellos,
personal apostólico y medios financieros y de movilización, y la evangelización por la
educación sin hacer caso omiso de la evangelización propiamente dicha].
Se le nota al autor conocedor « experimentado » de lo que escribe, que es su vida. Pero
me permito insinuar dos sugerencias: La primera se refiere a la afirmación sin directa
demonstración: « La isla [Dawson] vista en toda su proyección apostólica por Monseñor
Fagnano era nervio central para todo el aspecto de contacto con el mundo indígena y resultaba
el mejor para la realización de sus sueños de fundar unas misiones tipo "Reducciones del
Paraguay" » (p. 63). ¿Aparece claro que mons. Fagnano soñó en convertir la misión de S.
Rafael en una « reducción » al estilo jesuíta o lo vio un paso — obligado por las circunstancias
— previo al lanzamiento de los indios fueguinos entre los civilizados? Y la segunda sugerencia
es lamentar que, tratándose de un artículo bien documentado, ello no quede patente en el
correspondiente aparato crítico.
Hay que anotar que este mismo artículo bajo el título La Prefectura Apostólica ha sido
publicado como número 2 de la colección « Cuadernos [Históricos] de la Iglesia » de
Magallanes con el aditamento lógico del sector argentino — Territorio de Sta. Cruz, misión de
La Candelaria, Islas Malvinas — de la Prefectura Apostólica.
« Un sueño... Una aventura, las Hijas de Maria Auxiliadora en la Misión del Buen
Pastor », por Sor Eliana Jiménez, HMA. Partiendo del sueño misionero, tenido por Don Bosco
hacia 1872, y en el que, tras largas reflexiones y consultas, llegó al convencimiento que « los
indígenas de sus sueños eran los patagones del confín de América del Sur », el artículo expone
el origen y desarrollo de la misión del Buen Pastor, versión femenina — siempre en clave
salesiana — de la misión de S. Rafael en la misma isla Dawson. Son simples apuntes de
crónica, entresacados cronológicamente de las crónicas del colegio « Ma Auxiliadora » de
Punta Arenas y, sobre todo, de la de la Casa del Buen Pastor. Recogen la « experiencia
misionera » -— con sus alegrías y sacrifcios, logros y fracasos — de un grupo de audaces Hijas
de Ma Auxiliadora, pues — como reconocía el periódico de la capital argentina al anunciar su
llegada: Será la primera vez desde que el mundo es mundo que se ven Hermanas en aquellas
remotas tierras australes.
En fin de cuentas las « Actas del I Congreso de Magallanes » ofrendan un trabajo
estimable del que, desde ahora, no podrán prescindir los estudios de la zona magallánica.
JESÚS BORREGO

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Recensioni
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ALIAGA Fernando, La misión en la isla Dawson (1889-1911), en «Anales de la Facultad de
Teología», vol. XXXII (1981) - Cuaderno 2. Santiago, Universidad Católica de Chile
1984, 125 p.
Es « el trabajo que, para efectos de obtener el grado de licenciatura, fue presentado como
memoria al Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile » (p. 10).
El autor, ya en la Presentación, delimita su « modesta y circunsscrita colaboración al
estudio de la misionología en nuestra patria » a analizar, entre los « muchos temas que surgen
al tratar la problemática de los indios fueguinos..., el modelo específico de la Misión de
Dawson reconstruyendo su vida y dificultades » (p. 8). Y, en efecto, analiza — desde los
orígenes hasta el «finis Dawson» — la breve (1889-1911) pero «significativa» experiencia
misionera de los salesianos y salesianas, guiados por mons. José Fagnano, Prefecto Apostólico
de la Prefectura Apostólica de la Patagonia Meridional y Tierra del Fuego (chilenas y
argentinas).
El esquema es simple y preciso:
1) Primera época (cap. I), organización (cap. II) y progreso (cap. III) de la Misión de S.
Rafael (1887-1894).
2) La doble alternativa — laicista y de Dawson — en la misión con los indios fueguinos:
A) La laicista (cap. IV al VII) que, en primera instancia, propugna « el reparto de los
indígenas » en la población de Punta Arenas — erradicando « a los onas de la Tierra del Fuego
» — con la pretensión de « construir en forma paralela a Dawson una misión laica » (pp. 55-
57).
B) La Misión de S. Rafael (cap. II y del VIII al XII), plasmada en « el Plan Fagnano »,
consistente en reunir a los indios fueguinos en la isla Dawson, « no para establecer un modelo
de "reducción" como los jesuítas en el Paraguay, sino porque la permanencia de los onas en
Tierra del Fuego se hacía imposible y al ser llevados a Punta Arenas se corrompían... Se escoge
la Isla de Dawson como lugar apartado donde la evangelización y la labor civilizadora se
podían llevar a efecto más fácilmente. Luego, vendrá la integración con el resto de la población
de Magallanes » (p. 109). Sin embargo poco a poco la muerte se cebaría en los onas — hasta
casi su total extinción —, por lo que mons. Fagnano « pensó que lo mejor era reunir [1911] a
todos los indios sobrevivientes en Río Grande... misión de La Candelaria [Argentina]... De este
modo establecía una sola misión ubicada en el lugar mismo donde habitaban los onas » (p. 99).
Entretanto, por casi 25 años, se había puesto en práctica el « plan Fagnano », así explicado
por él mismo: « Nos hemos establecido para trabajar en la conversión de los indios y al mismo
tiempo atender a la educación religiosa de los niños pobres de esta localidad tan aislada y
abandonada ». El autor procura, desde los inicios, subrayar la metodología misionera salesiana,
caracterizada por « su vinculación con la Escuela-Taller y el trabajo», en este caso, también el
trabajo manual con el fin « de capacitar a los naturales para desempeñarse en diversas faenas...
adquieran confianza en sí mismos... Sin embargo, las máximas esperanzas de los misioneros se
orientan hacia los niños... La evangelización se realiza plenamente a través de la educación...
Los misioneros salesianos aplican a los jóvenes indígenas un modelo semejante

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164 Recensioni
al que se aplica a los hijos de obreros y de clases populares en el resto del país » (pp. 109-111).
El estudio monográfico se apoya en rica documentación archivística — procedente de
archivos civiles, eclesiásticos y salesianos —, e inédita en su totalidad lo que son « fuentes y
documentación chilena ». Se ve enriquecida con abundante bibliografía, seleccionada con
inteligencia y completada « con la revisión de la prensa, revistas, boletines... que hicieran
referencia al tema » (pp. 9-10). Todo ello habla de su riguroso y serio talante científico,
expresado en un estilo sobrio, esencial, ajeno a toda retórica.
El trabajo, en conclusión ofrece originalidad — « su tratamiento está intacto » (p. 9) — y
validez de síntesis lúcida, bien estructurada y aleccionadora: « Aparentemente la Misión de
Dawson concluyó en nada... Sus efectos se desvanecieron por la extinción de los aborígenes,
es, sin embargo, una gesta de evangelización cargada de heroísmo y sacricio que vale la pena
de ser considerada en la historia de nuestra Iglesia » (pp. 10, 114).
JESÚS BORREGO
Bosco Giovanni (s.), Lettera ai giovani. Roma, 10 maggio 1884, a cura di Don Biagio Amata
s.d.b. Roma 1983, 127 p.
Il libricino offre nella prima parte il testo di alcuni documenti significativi dello « stile »
educativo di Don Bosco: le pagine del 1877 sul « sistema preventivo », la lettera inedita del
1883 sui castighi, i « Ricordi confidenziali ai Direttori », la lettera indirizzata da Roma
all'Oratorio di Torino il 10 maggio 1884. In una seconda parte vengono lucidamente delineati
alcuni tratti caratteristici della visione pedagogica dell'Educatore piemontese.
L'insieme rivela un'ispirazione che si inquadra in quella « pedagogia della grazia » e «
tensione pastorale » che si ritiene essenziale al sistema preventivo (p. 121).
Un qualche dissenso è, invece, lecito esprimere su quanto è detto in apertura della
presentazione: «Molti hanno scritto (scriveranno) dottamente sulla grandezza e la genialità di
Don Bosco, e con appropriati accostamenti e minuziosi confronti hanno fatto (faranno)
emergere quanto di originale o di storico c'è nella sua opera; altri con dovizia di fonti
sapientemente raccolte e amorosamente studiate hanno fatto (faranno) ponderose trattazioni e
geniali sintesi del pensiero del Padre dei giovani; altri, infine, con meditate distinzioni tra ciò
che è occasionale e quello che invece è perenne, cercheranno di inculturarlo nei diversi
linguaggi dei diversi continenti e lo consegneranno alle fluttuazioni delle civiltà nei pesanti, per
così dire, paludamenti della terminologia psico-pedagogica... » (p. 7).
C'è da augurarsi che attorno a Don Bosco non manchi il contributo di ricerche accurate e
serie. Ma è altrettanto desiderabile che di esse si valgano quanti intendono compiere opera di
divulgazione e diffusione. In questo caso ne avrebbe tratto vantaggio il curatore della raccolta
di documenti e, per riflesso, il lettore, informati l'uno e l'altro della genesi, dell'autore, del
significato di ognuno di essi; e degli evidenti limiti: poiché è chiaro che l'esperienza personale
e istituzionale è immensamente più vasta e ricca. Fede, amore, retorica sono cose buone; e non
sono, certo, inconciliabili con scienza e saggezza.
P. BRAIDO

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DIAZ Ambrosio, Los Salesianos en Campello 1907-1982. Barcelona-Sarriá, Escuela
Gráfica Salesiana 1984, 375 p.
« El año 1982 se cumplían 15 años de la presencia de los Salesianos en Campello »,
delicioso rincón de la costa levantina muy cercano a Alicante. Con tales expresiones «
introductivas » el autor da a entender que esta efemérides brinda la ocasión de la obra.
El Campello salesiano nació con predestinación a ser casa de formación. Su historia, aún
con un largo compás intermedio de espera (1931-1958) — es la historia de uno de tantos
seminarios españoles del presente siglo. En otra circunstancia histórica bastaría añadir que
durante los primeros lustros (1909-1931) fue al mismo tiempo seminario mayor — con alguna
docena de estudiantes de filosofía y teología —, y seminario menor, siempre encarnado en la
realidad local, Campello, « que ha considerado el colegio salesiano... un pequeño pueblo,
enclavado dentro del nuestro ».
Pero el paso del concilio Vaticano II ha marcado profunda huella, mucho más en este tipo
de instituciones eclesiales, diferenciando de tal manera su fisionomía que — en sentir del autor
— puede hablarse de la « historia de un seminario preconciliar y post-conciliar ». Tal evento
compone el núcleo central — y más extenso — de la Memoria, que recoge y revive estos 75
años de presencia salesiana en Campello. Es, sin duda, su gran novedad. El autor se detiene
interesado en el paso de los seminarios tridentinos a los seminarios vaticanos y estudia este
momento (pp. 239300) — que se transforma en fenómeno — con cuanto supuso de riesgo, de
experimentación y cambio. Radiografía la experiencia del seminario de Campello, como « un
simple botón de muestra de lo acaecido en los seminarios del post-concilio ».
Se trata de « un primer intento » de historiar — desde la óptica exclusivamente salesiana y
al ritmo de sus directores — la realidad de la presencia campellense casi cronológicamente: «
Durante 75 años van desfilando realizaciones y personas ». El autor narra la historia de la casa
de Campello, sin que se prive de asomarse con agrado — y por necesidad — al entorno
eclesial, congregacional (inspectorial y mundial), nacional y, por supuesto, local. Privilegia, en
exclusiva, la vida « interior » — teologado, aspirantado, actividades en favor de la población
(Oratorio, Centro cultural, EGB), colaboración con la Iglesia local —, interesándose hasta el
extremo por las personas, « que, al fin, son las que hacen la historia ». De aquí que no ha de
extrañar que entre el texto y los apéndices tengan cabida cuantos de alguna manera la han
protagonizado.
Al abrazar la monografía todo el arco existencial (1907-1982), casi imperceptiblemente,
conforme se aproxima al presente, la historia se hace crónica y sus historiadores protagonistas,
testigos. Entre ellos el mismo autor — antiguo alumno de Campello (1924-1927) y actualmente
miembro de su comunidad — en cierto modo se siente tan protagonista como escritor de la
historia. Esta particularidad queda reflejada en la riqueza y variedad de fuentes utilizadas, que
van desde el documento archivistico hasta el de crónica; desde las abundantes relaciones de
salesianos entrevistados o consultados hasta los interesantes epistolario y artículos, aparecidos
en el diario provincial o publicaciones locales. Tal riqueza de fuentes y documentación, que
garantiza la objetividad y el rigor científico, viene presentada en un estilo sencillo, directo que,
con frecuencia, se sirve del mismo texto original, lo que puede darle impresión de cierta
pesantez y falsa apariencia de anarquía literaria en el afán de cuidar mucho más los contenidos
que la forma estilística.

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166 Recensioni
En conjunto nuestro juicio es muy positivo. El autor ha cumplido con creces su misión de
escribir « este ensayo primeyo y audaz — como él mismo lo califica — sobre la presencia de
los Salesianos en Campello... Síntesis de crónica y de historia, sin más pretensiones que fijar
hechos que merecían ser conocidos y poner en su entorno los muchos salesianos que, a lo largo
de los 15 años, consumieron aquí su vida ».
JESÚS BORREGO
MARTÍN Ángel, Historia de la Casa Salesiana de Carabanchel Alto. Madrid, Inspectoría « San
Juan Bosco » 1984, 306 p.
Con motivo de la conmemoración centenaria (1881-1981) de la llegada de los salesianos a
España nació la Comisión de Estudios Históricos Ibéricos Salesianos (CEHIS), que miraba a
dirigir la publicación — a largo plazo — de las más significativas presencias salesianas. Aún
quedando en mero proyecto tal Comisión, durante estos años han aparecido varias
publicaciones de diferentes autores. Entre ellas se cuentan Los Salesianos de Utrera en España
y Astudillo. Aproximación a la historia salesiana de un pueblo castellano (1981), debidas a la
pluma de Ángel Martín, miembro de dicha Comisión (CEHIS). Ahora brinda « la historia de la
Casa de Carabanchel [Alto]... una de las Casas más beneméritas y fructíferas de toda España »
(p. 11).
Durante sus ochenta años de existencia — sintetiza el autor en el Prólogo y en el Epílogo
— esta Casa « ha pasado por todos los destinos y servicios que puede prestar una Casa
Salesiana», pero «dos modalidades se han mantenido constantes en todas las fases de su
funcionamiento: casa de formación y oratorio » festivo (pp. 11, 279).
Como la Casa de Campello, — cuya recensión aparece en este mismo N° de la RSS —,
también la de Carabanchel Alto nació con predestinación a ser casa de formación (p. 26). Su
historia es la historia de uno de tantos seminarios españoles del presente siglo. « Por ella han
pasado todas las etapas » de la formación inicial: se estrena siendo Noviciado y Estudiantado
Filosófico (1904-1930) de la Inspectoría Céltica. Del curso 1931 al 1949 se erige en
Estudiantado Teológico Nacional Salesiano, por lo que « la mayoría de los salesianos de la
Inspectoría [de Madrid, que la ha tenido también como Aspirantado (1933-1942)], y muchos de
toda España han pasado por esta Casa solariega » (p. 279). Continúa siendo Estudiantado
Teológico interinspectorial hasta 1962-1963, curso escolar en el que de nuevo alberga algunos
aspirantes, hasta que en 1967 se transforma en Aspirantado para salesianos coadjutores con la
adjunta en 1980 del Postulantado. En el transcurso de su historia también ha desarrollado otras
actividades salesianas — oratorio festivo, 1a y 2a Enseñanza, Escuelas Profesionales —,
proyectadas en la realidad eclesial local.
« El libro ha pretendido — en expresión del autor — trazarnos la historia de la Casa de
Carabanchel Alto » (p. 279) cronológicamente, casi siempre con acentos de crónica, y
estructurado tan a ritmo de sus directores que podría intitularse « Ha de los directores de la
Casa... » con el riesgo de caer en lo repetitivo, en la discontinuidad. Apunta en el Prólogo haber
querido intitular « el libro Raices de la Inspectoría de Madrid o Historia de la Casa... ». No lo
desmiente en su contenido. Pero, aunque ello responda a la realidad, nos parece en demasía la
atención prestada al

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Recensioni 167
entorno inspectorial con detrimento de la profundización en las auténticas « raices » — vida
interna, misión fundamental — de la Casa.
Al abarcar la monografía todo el arco existencial de la Obra (1904-1981), conforme se
aproxima al presente, la historia se hace crónica y su historiador, testigo: «En este capítulo [14]
comenzamos a historiar nuestra propia vida en Carabanchel » y « para no desfigurar la historia,
es necesario, ahora más que nunca, ser totalmente imparcial y objetivo ». Lo consigue
procurando ser « más simple, breve y esquemático que... hasta aquí» (p. 179) y cimentando
siempre su estudio en abundante y variada documentación archivística y bibliográfica. Sin
embargo, tal riqueza de documentación da a la forma literaria una cierta pesantez, acumulada
—- como el mismo autor reconoce — en un « libro, apretado, simplificado adrede y con mucho
menos texto del que pudiera tener » (p. 280).
Ello no resta méritos al trabajo, que logra con creces el objetivo propuesto: presentar « un
libro de historia menor, que es la que hace en gran parte la vida. Toda la acción salesiana, tan
humilde, tan sin aparato, se encuentra dentro de esta clase de historia » (p. 279).
JESÚS BORREGO
NASSETTI Fernando, Don Bosco l'uomo per gli altri. Siena, Edizioni Cantagalli 1984,
215 p.
L'A. di questo nuovo profilo di Don Bosco volutamente si rivolge al « lettore comune e
attuale, che non ama i libri 'grossi' e le trattazioni di proposito rigorosamente sistematiche » (p.
10). Lo sollecitano alcune convinzioni chiaramente espresse: «Dopo quasi un secolo dalla
morte (1888), il suo nome è conosciuto ovunque 'sotto il cielo', ma ho l'impressione, troppo
spesso, soltanto in superficie » (p. 9); « la sua personalità eccezionale, complessa; la novità e
originalità dell'opera sua, le anticipate intuizioni, insomma la sua 'verità' sfugge ai più » (p. 10).
Ne risulta chiarito lo scopo del lavoro: « Il mio intento quindi nel presentare Don Bosco,
'L'uomo per gli altri' è di approfondirne, attraverso alcuni flash, la conoscenza, ma soprattutto
di farlo amare, di renderlo simpatico cercando di evidenziarne la disponibilità ed il disinteresse
fino al sacrificio eroico di sé » (p. 10).
Non sembra, però, che l'immagine di Don Bosco, che viene effettivamente presentata, si
discosti da quanto è già noto e largamente ripetuto. « Evitati il discorso astratto, le parole
difficili, il periodare astratto » (p. 11), l'A. finisce col riproporre aspetti del tutto conosciuti
della personalità e dell'attività di Don Bosco, con modalità e strumenti spesso meno controllati
e critici di quelli già seguiti da autori «classici»: G. B. Lemoyne, A. Amadei, E. Ceria, C.
Salotti, senza contare gli studi accessibili a qualsiasi pubblico di media cultura di P. Stella e di
altri. Non è nuovo nemmeno il privilegiato riferimento a sogni e visioni, che al seguito di una
certa tradizione l'A. sembra quasi considerare il principale motore della « storia » di Don
Bosco, un « deus ex machina », che sembra esimere dalla faticosa ricerca di cause « seconde »,
a quanto pare meno convincenti e gratificanti.
Nei 27 capitoli o flash compaiono successivamente: il sogno-vocazione dei 9 anni, la «
visione » del pergolato di rose con le spine, la trasmigrazione dell'Oratorio al prato Filippi, la
difesa del rosario di fronte a un improbabile marchese Roberto d'Azeglio, la centralità nella
prassi educativa di Don Bosco dei sacramenti della Penitenza e dell'Eucaristia (e del sacrificio
della S. Messa), la genesi dell'ospizio e

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168 Recensioni
il suo stile di vita, la centralità pedagogica della gioia, della fiducia e della riconoscenza, le
finalità di « promozione umana » e di difesa sociale, l'adozione di mezzi spirituali e religiosi, i
metodi educativi attenti alla sensibilità giovanile, la politica della dolcezza contrapposta ai
sistemi della violenza e della sopraffazione, la presenza del « numinosum » nelle apparizioni
del cane « Grigio », in occasione di epidemie, in presenza di attentati, in una svariata serie di «
fatti prodigiosi » (« ne risulterebbe un'enciclopedia, tanti e tanto vari sono gli episodi che
varcano i confini del naturale e di cui egli fu protagonista », p. 213).
L'A. non sembra porsi alcun problema di fonti e di metodo; attinge tranquillamente dalle «
Memorie » (Memorie dell'Oratorio di San Francesco di Sales, Memorie Biografiche), non si
interessa di cronologia e di validità, ignora i contesti storici; prescinde da ricerche e studi
accreditati. La storia diventa entusiasmo e atto di fede. « A questo punto — si tratta del sogno
dei 9 anni — è necessario chiarire che la missione del futuro apostolo della gioventù non gli è
stata presentata con semplici inviti o con proposte alternative, ma con imperativi. Per lui non
esiste neppure il problema della scelta: àmbito, categoria e metodo sono già indicati
esplicitamente con chiarezza ben definita. E Don Bosco ne farà tesoro. Non si allontanerà
minimamente da questi principi che rimarranno base e fondamento del suo operare sempre più
cosciente e scrupolosa fedeltà » (p. 18). « Solo che quello non era un sogno qualsiasi, ma una
vera e propria visione programmatica che venne illustrata e completata da varie altre che,
ripresentando l'idea-contenuto di fondo, la arricchivano man mano di molte novità » (p. 19).
Rievocando il sogno del pergolato, egli « dichiara innanzi tutto che non si tratta di un 'sogno'
ma che ha trattato ad occhi aperti a tu per tu con la Madonna » (p. 24). « Ciò che costituisce la
singolarità, oserei dire anzi, l'originalità nell'attività di Don Bosco, è che di tanto in tanto
venivano in soccorso rivelazioni e illustrazioni straordinarie dal cielo. Il Santo le velava sotto la
denominazione di 'sogni' ma si trattava di vere e proprie visioni che mai erano smentite
dall'impatto con la realtà effettiva » (p. 50). « Don Bosco era un superdotato: disponeva di una
ricchezza 'umana' più unica che rara, armonizzata da eccezionali 'carismi' soprannaturali che gli
permettevano di affrontare con successo anche le imprese più ardue » (p. 67). « Un cenno
almeno ai trattenimenti in teatro. Anche questa iniziativa guardata con sospetto e con restrizioni
da altri educatori, non mise paura a Don Bosco che fu tra i primi (se non il primo) tra gli
educatori moderni ad 'innalzare il suo palcoscenico' (1847) appena ebbe avviata la sua
istituzione » (p. 85). « Don Bosco intervenne a difesa dei suoi giovani con veri e propri contratti
di lavoro, che oggi chiameremmo “interventi sindacali”. Un'impensata novità che a metà secolo
scorso non trova riscontro né in Piemonte né in tutta la Penisola, dove il problema operaio non
si era ancora imposto quanto ne avrebbe comportato l'importanza. Nelle diuturne esplorazioni
che precedettero l'inizio della sua missione, il Santo aveva fatta una diagnosi molto precisa sulla
situazione dei lavoratori in genere e fin nei minuti particolari della categoria che lo riguardava
più da vicino: i giovani. Fu una scoperta traumatizzante » (p. 120).
E' difficile stabilire se in questo modo Don Bosco possa riuscire amabile e simpatico, «
particolarmente all'elemento giovanile ed al popolo di non molta istruzione » (p. 11). E'
pacifico, in ogni caso, che una rievocazione storica realistica e criticamente fondata ne
potrebbe offrire un'immagine immensamente più ricca e, anzitutto, più vera.
P. BRAIDO