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LA « SECCIÓN-MISIONES »
DEL INSTITUTO HISTÓRICO SALESIANO
Jesús Borrego
Introducción
Sin más discusión — como un postulado lógico — aparece en el
Estatuto:
« Artículo 3o Secciones
Las actividades de investigación y de estudios giran en torno
a tres sectores fundamentales, a los que corresponden otras tantas
secciones del Instituto:
1a Don Bosco
2a Historia Salesiana
3a Misiones Salesianas ».
El sector « Historia Salesiana » en su actividad « de investigación y
estudio » solicita una sección peculiar para su quehacer misionero, reco-
nocido como « una especie de 'actividad síntesis' que engloba toda nues-
tra misión ».1
Es uno de los capítulos más significativos de la realidad congrega-
cional salesiana. El Rector Mayor lo ha relevado en la carta-presenta-
ción del ISS, al que otorga, entre sus cometidos concretos, « la privile-
giada atención a la dimensión misionera de nuestra experiencia históri-
ca global ».z
Ella sirva de falsilla a nuestras consideraciones.
SIGLAS
ACS = Actas del Consejo Superior de la Congregación Salesiana.
ASC = Archivo Salesiano Central (Roma).
CGE = Capítulo General Especial. Se trata del Capítulo General XXo, celebrado
en Roma, julio 1971 a enero 1972.
ISS = Instituto Histórico Salesiano.
MB = LEMOYNE G.B. - AMADEI A. - CERIA E., Memorie biografiche di don (del bea-
to... di san) Giovanni Bosco, S. Benigno Canavese-Torino 1898-1939.
1 RICCERI L., Las Misiones, camino para la renovación, en ACS 267 (1972) 19.
2 VIGANO E., Instituto Histórico Salesiano (ISS). Carta del Rector Mayor, en
ACS 304 (1982) 78.

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LA « SECCIÓN-MISIONES »
55
I. Dimensión misionera
1.1 El hecho
Es una realidad, y en ella radica la razón última de la presencia en-
el ISS de la sección « misiones ».
Hoy y aquí basta enunciar el principio, formulado por don Bosco
a León XIII — « las misiones en el extranjero han sido siempre una
finalidad codiciada por la Congregación Salesiana »3 —; traducido en
lenguaje capitular — « Don Bosco quiso que la Sociedad Salesiana fuera
decididamente misionera »4 —, e institucionalizado en el texto constitu-
cional renovado: « Nuestra Sociedad descubre en el trabajo misionero
uno de los rasgos esenciales de su identidad ».5
Don Bosco, desde joven, acarició la ilusión de consagrarse a las mi-
siones. « No irá él, no será un simple misionero, no será uno más...
Será un animador »,6 que trocará su ilusión en « la más grande empresa
de la Congregación »;7 promete consagrar a ella los años que le restan
de vida8 y, con el envío de doce expediciones misioneras, a su muerte
el 20% de sus salesianos se encontraban en América. Los contemporá-
neos intuyeron — sugiere Eugenio Ceria, historiador de la Congrega-
ción — que con aquel acontecimiento « comenzaba para el Oratorio y
para la Sociedad Salesiana una nueva historia »,9 o, tal vez, se inicia-
ba — puntualizaría J. Aubry en la conmemoración centenaria — « la
historia real de don Bosco ».10
Ahí queda el hecho.
No entra en la perspectiva de esta reseña el indagar sus orígenes,
su proceso, la elaboración del proyecto misionero. Simplemente verificar
que la Congregación Salesiana es misionera por querer explícito de su
Fundador, y « de acuerdo con esta clara y constante voluntad... la Con-
3 MB 14, 624.
4 CGE n. 471. Cf. ACS 264 (1966) 209.
5 Artículo 15 de las Constituciones renovadas.
6 Rossi A., Questi uomini sono i veri benefattori del popolo, en Centenario
delle Missioni Salesiane, 1875-1975. Discorsi commemorativi, LAS, Roma 1980, 19.
7 MB 11, 383 ss.
8 CERIA E., Epistolario di San Giovanni Bosco, SEI, Torino 1958, III, 60:
carta al card. Franchi, Prefecto de Propaganda Fide, 10.5.1876.
9 CERIA E., Annali della Società Salesiana, SEI, Torino 19612 I, 249.
10 AUBRY J., L'impegno missionario, fiore del carisma salesiano, en La Fami-
glia Salesiana, Famiglia Missionaria, LDC, Torino 1977, 97-98.

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56 JESÚS BORREGO
gregación no ha dejado nunca de considerar las Misiones como uno de
sus intereses primarios, como lo demuestran las numerosas inspectorías
misioneras, las no pocas confiadas a nosotros y las ininterrumpidas expe-
diciones misioneras, que ya superan el centenar ».11
1.2 Anotaciones causales
Pero el hecho de la existencia constante de la dimensión misionera
en la Congregación exige, al menos, la enumeración de sus motivaciones
fundamentales, base y aliento de la existencia misma en el ISS de esta
sección misionera.
1.2.1 E ci e siale s
La misión es una actividad esencial e indispensable de la vida del
Cuerpo místico de Cristo. Don Bosco — quien enviaba a los suyos a
América como « sacerdotes católicos » 12 — procuró siempre hacerlos pa-
sar por Roma para recibir « el mandato » (la « missio »)13 de manos del
Romano Pontífice. Prueba « teológica » que, al ser enviados por el Papa,
lo eran por el mismo Cristo, enrolándose en la misión global de la Iglesia.
Precisamente su Congregación sintió por primera vez la responsabi-
lidad de ponerse en estado de « misión activa » — puntualizará don
César Chiala — al consolidarse « en 1874 con la aprobación definitiva
de las Reglas. Apenas consumada esta íntima unión de nuestro humilde
brote con el místico tronco de la Iglesia de muchas zonas de Italia, de
diversas partes de América y Africa comenzaron a llover peticiones para...
abrir casas en favor de la juventud en peligro ».14
La misión general de la Iglesia acentúa la misión concreta de la
evangelización universal. « De aquí la predilección del misionero, porta-
dor del « primer » anuncio evangélico, por la creación de comunidades
cristianas sólidamente constituidas » :15
11 RICCERI L., o.c., 17-18.
12 MB 11, 387.
13 MB 11, 376.
14 CHIALA C, Da Torino alla Repubblica Argentina. Lettere dei Missionari
salesiani (nn. 286-287 delle Letture Cattoliche, ott.-nov. 1876), Tip. Sai. Pier d'Are-
na, Torino 1876, 18-19.
15 ESQUERDA J., Linee di base della spiritualità missionaria e applicazioni at-
tuali, en La Famiglia Salesiana, Famiglia Missionaria, LDC, Torino 1977, 39-40.

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LA « SECCIÓN-MISIONES »
57
« En nuestra pobreza, también nosotros — dice don Bosco a
los pioneros — colocamos en este momento nuestra piedrecita en el
gran edificio de la Iglesia ».16
Mas para él « implantar la Iglesia » era, sin más, implantar la Igle-
sia católica, porque fuera de esa Iglesia « no hay salvación ». La ecle-
siología de entonces vivía la actitud de confrontación con las otras creen-
cias cristianas.17 Y le atraerá la Patagonia, entre otras razones, por ha-
ber detectado en el Chubut la presencia anglicana.18 Estaba aún lejos el
ecumenismo, el espíritu de diálogo, la posibilidad de vivir en ambientes de
pluralismo religioso — presencias de entorno pagano donde la Iglesia
está ausente o en condiciones precarias —, en los que hoy trabajan casi
todos los misioneros.
Aunque sea cierto que « existen zonas misioneras en las que los
salesianos, tras casi un siglo de labor, cuentan con una Iglesia local de-
masiado frágil »,19 no es menos cierto que su sensibilidad eclesial puede
ofrecer abundantes ejemplos de Iglesias diocesanas — India, Zaire, Bra-
sil, Pampa, Patagonia... — con vitalidad propia.
1.2.2 ...Congregacionales
« Dondequiera vayan — repite don Bosco en la plática de des-
pedida — son salesianos... Como salesianos... no olviden que... en
Italia tienen un padre que los ama en el Señor, una Congregación
que, a ojos vista, piensa en ellos, los provee y siempre los acogerá
como hermanos ».20
Motivación para don Bosco clarividente. En el compromiso misio-
nero intuyó « la importancia capital para vitalizar la Sociedad fundada
por él recientemente »:21 « Mi corazón experimentaba un gran consuelo
al contemplar como se ha consolidado nuestra Congregación ».22 Conso-
lidación no solo espacial — por entonces, la nueva frontera sería Amé-
16 MB 11, 386.
17 STELLA P., Don Bosco nella storia della Religiosità Cattolica, PAS-Verlag,
Zurich 1968 I, 170.
18 ASC 126.2, cartas de don Cagliero a don Bosco, 30.12.1875 y 2.7.1876.
19 BOTTASSO J., La Chiesa latino-americana in cui hanno avuto inizio le mis-
sioni salesiane, en Missioni Salesiane, 1875-1975, LAS, Roma 1977, 138, 159.
20 MB 11, 387.
21 ASC 3.29 Varazze. Cronaca 1871-1937, 12.
22 MB 11, 386.

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58 JESÚS BORREGO
rica, aunque ya don Bosco presagiase el « Proyecto Africa » pasando por
Asia y Oceania23 —, sino también la sospecha que el compromiso mi-
sionero con la irradiación geográfica abría el cauce al pleno desarrollo de
la « Vocación Salesiana ».24
Baste pensar que, aún temporalmente, en torno a este aconteci-
miento se gestó la realización de la Familia Salesiana — aprobación de
las Reglas de los salesianos (1874), de la Congregación de las Hijas de
Ma Auxiliadora (1872), de la Pía Unión de los Cooperadores (1876)25 —,
enrolada toda ella, de muy diverso modo, en la « gran empresa ». Es
ostensible la creciente aportación personal y material del elemento laico
salesiano — tanto en territorios de misión como entre las jóvenes cris-
tiandades de América y de Asia —, hasta arribar a los años posconcilia-
res del Vaticano II, en los que alborea un auténtico voluntariado seglar
misionero. Sin olvidar que las nuevas ramas, — brotadas, en el trascurso
del tiempo, del tronco salesiano (dieciseis entre Congregaciones e Ins-
titutos religiosos)26 y nacidas, casi en su totalidad, en zonas de mi-
sión —, están dedicadas a la actividad específicamente misionera.
23 A más de la referencia dada en la Nota 14, vayan dos significativas. Escri-
bía a don Cagliero, el 27 de abril 1876; « Il Santo Padre ci propose tre vicariati
apostolici nelle Indie, in Cina e in Australia. Ne ho accettato uno nelle Indie »
(CERIA E., Epistolario di don Bosco... III, 52). Y el 12 de mayo 1877: « In vista
delle case che si vanno moltiplicando e quindi assottigliando il personale, si sospen-
de al tuo ritorno il progetto del Ceylon, Mangalor, Australia, ecc. » (CERIA E., o.c,
III, 170-171).
24 VIGANÒ E., Nuestro compromiso africano, en ACS 297 (1980) 5-6, 16-17.
25 Don Felipe Rinaldi, cuarto Rector Mayor de la Congregación Salesiana, ponía
en íntima relación con las misiones la constitución de los Hijos de María y de los
Cooperadores, puesto que fueron constituidos « para asegurar (a las misiones) lo-
zanía de vida también en el porvenir». ACS 6 (1925) 368.
26 He aquí las 16 Familias Religiosas nacidas del tronco salesiano: 1) Hijas
de los SS. Corazones (Agua de Dios-Colombia); 2) Voluntarias de Don Bosco (Tu-
rin); 3) Hermanas de Ma Inmaculada (Krishnagar-India); 4) Hermanas Anunciado-
ras del Señor (Hong-Kong, China); 5) Oblatos de Cristo Rey (Poznam-Polonia);
6) Salesianas Oblatas del S. Corazón (Bova Marina-Italia); 7) Hijas de la Inmacula-
da Concepción (Salta-Argentina); 8) Siervas del Corazón Inmaculado de María
(Bang-Kok, Thailandia); 9) Hermanas de la Caridad (Miyasaki-Japón); 10) Herma-
nitas de Jesús Adolescente (Corumbá-Brasil); 11) Instituto Secular Santa Ma Mazza-
rello (Buenos Aires); 12) Hermanas Misioneras de Ma Auxiliadora (Shillong-India);
13) Hermanas Josefinas (Fortaleza-Brasil); 14) Hijas de la Realeza de Ma Inma-
culada (Bang-Kok-Thailandia); 15) Mensajeras de María (Petronila-Brasil); 16) Mi-
sioneras del Buen Jesús (Cuyabá-Brasil).

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LA « SECCIÓN-MISIONES »
59
1.2.3 ...Religiosas
« Buscad almas y no dinero », es el consejo inicial que don Bosco
dio a la expedición pionera.27 La motivación de la « salvación » religio-
sa constituirá el centro y la meta de toda la actividad apostólica.
Se asegura que la teología de la « salvación » ha adquirido hoy
acentos nuevos: « No se trata solamente de 'salvar almas' — escribe
J. Massón —, sino de construir una Iglesia y de construirla según los
aspectos y exigencias de lo que constituye una sociedad humana, un grupo
completo ».28 Es decir, que el « mordiente » de la salvación hay que bus-
carlo en una linea que dé preferencia a los planos salvíficos de Dios y
no al simple desarrollo económico, cultural o social, lo cual — de por
sí — no constituye evangelización.
En salesiano me atrevo a afirmar que se trata de matices de mera
expresión verbal: «'¡Almas! ¡Almas!', era el grito y la aspiración de
los misioneros — subraya uno de ellos —. La teología moderna consi-
dera esta expresión inadecuada al sentido de la misión, pero también era
una expresión inadecuada para cuanto, en realidad, hacían esos misione-
ros ».29 En las cartas de don Bosco a sus misioneros son temas corrien-
tes « la difusión del Evangelio », « ganar almas », « salvar almas », « ex-
tender el reino de Jesús »; pero no se habla con menor frecuencia e in-
tensidad de « casas, escuelas e internados », « escuelas para niños y jó-
venes », « catecismos, escuelas, colegios y orfanatos ».30 Por lo que P. Brai-
do deduce que « en el ámbito misionero, mientras generalmente los te-
mas de la evangelización y de la civilización aparecen unidos, en la cor-
respondencia privada a cada misionero campea casi como motivación ex-
clusiva la de la salvación de las almas ». Entendida, no obstante, como
« salvación de la juventud pobre y abandonada », sobre la que « él pa-
rece persuadido... de poseer una especie de investidura universal ».31
27 MB 11, 389.
28 MASSON J., La missione della Chiesa e le sue prospettive future, en Famiglia
Salesiana, Famiglia Missionaria..., 22-23.
29 PIANAZZI A., Santità salesiana sacerdotale missionaria, en Famiglia Salesiana,
Famiglia Missionaria..., 165.
30 PRELLEZO J.M., Don Bosco « chiama » a cooperare per i giovani (dattiloscritto),
Roma 1982, 21.
31 BRAIDO P., Il progetto operativo di don Bosco e l'utopia della società cristiana, en
Quaderni di SALESIANUM, LAS, Roma 1982, 8, 12.

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60 JESÚS BORREGO
1.2.4 ...Socio-culturales
La teología misionera lia conocido en su devenir histórico — parti-
cularmente en el de la última centuria — un notable desarrollo al so-
caire de la situación mundial que ha sufrido auténticas transformacio-
nes socio-políticas con palpables reflejos en la cultura. Tratándose de un
fenómeno sensible en las zonas tipicamente misioneras, la motivación so-
cio-político-cultural ha atraído cada vez más la atención. Y los archivos,
aún con sus lagunas, lo acreditan.
« Hay que tener presente — escribía don Cagliero a poco de llegar
a América — que la República Argentina no es Italia, y que Turin no
es Buenos Aires».32 Y hará comprender a don Bosco que el iter misio-
nero concreto ha de tener presente esa realidad estructural, que cuenta
con los condicionamientos socio-político-culturales. En relación con su mi-
sión (la Patagonia) les preocupa la inestabilidad política — a la que
miran con recelo por ser « democrático-republicana » —; las crisis eco-
nómicas y comerciales; la política de « entente » entre Argentina y Chile,
que exige « cicatrizadas las heridas diplomáticas... respecto al extremo de
la Patagonia »;33 y el triunfo de los nacionalismos que llevará a don Ca-
gliero a convencer a don Bosco que su proyecto acerca de la erección de
un Vicariato en la Patagonia — a escondidas del gobierno y de la au-
toridad eclesiástica en tierra que creía « sin jurisdicción » — era un pro-
yecto « bueno pero aquí inoportuno e imposible » porque tanto el go-
bierno como el pueblo anhelaban plena autonomía nacional.34 En su pro-
yecto, las obras en la capital argentina debían servir de simple trampo-
lín de lanzamiento hacia la Patagonia, pero ya, sobre el puesto, compren-
dieron que las prioridades eran otras: por un lado el problema acuciante
de los emigrados — « urge más la misión entre los italianos que entre
los indios »35 —, y, por otro, el del mismo pueblo que, aún teniendo
« un buen fondo religioso », sufría en sus carnes el ambiente, realmente
pagano, formado en las grandes ciudades que crecían desmesuradamente,
mientras era una hipérbole hablar de los « pueblos inmensos de la Pata-
32 ASC 273.31.1 (7), carta de don Cagliero a los novicios de Turín, 16.3.1876.
33 ASC 126.2, carta de don Cagliero a don Bosco, 18.12.1876.
34 ASC 126.2, cartas a don Bosco, de Fagnano, 2.3.1877; de Cagliero, 5-6.3.1877.
35 AS 126.2, carta de Cagliero a don Bosco, 4.3.1876. Con este otro botón de
muestra: « Sarebbe stato un vero sumere panem filiorum et mittere canibus, se non
ci fossimo occupati prima degl'italiani. Fino ad ora mi commossero più gli India-
nizzati che gli Indiani! ». (ASC 126.2, carta de Cagliero a don Bosco, 7.10.1876).

1.8 Page 8

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LA « SECCIÓN-MISIONES »
61
gonia », como hacía la prensa misionera europea.36 Y menos en aquellos
momentos — durante todo el 1876 —, cuando, agudizado el problema
secular del indio tras la llamada « gran invasión » de los indios (marzo),
su eliminación, por triste necesidad, adquirió « los caracteres de una
carnicería ».37
Hoy los condicionamientos socio-políticos-culturales, que motivan ex-
traordinariamente la acción misionera, se pueden reducir: a) a la califi-
cada — por don Caviglia — « dificultad máxima y radical: la ardua y,
por demás, especialísima y peculiar pedagogía de las razas diferentes »,38
en directa y estrecha conexión con la ambientación social, cultural y reli-
giosa; b) la conocida « política de la autenticidad » que, con su indipen-
dencia, pretende valorizar al máximo las tradiciones ancestrales, prohi-
biendo cuanto sabe a occidental o recuerda el colonialismo. Pero desde
el primer encuentro con los indios y, en general, con otras culturas y
pueblos — contando a priori con aquellas excepciones, fruto de men-
talidades diversas, de iniciativas individuales y arbitrarias, de vicisitudes
ligadas a la contemporánea conquista militar de algunas regiones — los
dos condicionamientos precedentes han puesto de manifiesto la humani-
dad y el respecto al modo de vivir de los demás que forman la basamenta
del sistema educativo salesiano.39
1.3 Anotación metodológico-pastoral
Ya hemos oido repetir a don Bosco: « De diversas partes de Amé-
rica y de Africa comenzaron a llover peticiones para... abrir casas a fa-
vor de la juventud en peligro ».40
Uno de los signos — y, por tanto, motivación clave — de la con-
solidación de la Congregación, es la consolidación definitiva de su mé-
todo educativo-pastoral-apostólico, precisamente en el campo misionero.
Esto constituirá, además, su aportación máxima a la misionología con-
temporánea.
36 BOTTASSO J., o.c, 138.
37 ENTRAIGAS R., LOS salesianos en la Argentina, Edit. Plus Ultra, Buenos Aires 1972
II, 27-28.
38 CAVIGLIA A., La concezione missionaria di don Bosco e le attuazioni salesiane, en
Omnis Terra adoret Te, 20 (Roma 1932) 15.
39 FARINA R., Contributi scientifici delle missioni salesiane, en Centenario delle
Missioni Salesiane, 1875-1975. Discorsi commemorativi, LAS, Roma 1980, 98.
40 Cf. nota 14.

1.9 Page 9

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62 JESÚS BORREGO
Al irrumpir en su camino « la nueva juventud 'no civilizada' de los
lugares de misiones, o la previsible en mundos todavía lejanos y única-
mente presentes en su intención — el Cairo, Argelia, la Negritud, Pales-
tina, Ceylan, Hong-Kong, Japón, China, Australia, Antillas... » —, don
Bosco encontrará el campo propicio para aplicar su sistema pedagógi-
co — « evangelizar educando » —, empleado con halagüeños resultados
entre los pueblos civilizados del Occidente europeo. Y ahora « otea en
el horizonte poblaciones, donde hay que construir por completo la so-
ciedad — de hecho, no ha penetrado ni cristianismo, ni civilización —
... Y está claro que para don Bosco el cristianismo adquiere forma de
civilización, precisamente de civilización occidental, y ésta es la forma
histórica del cristianismo ».41
« El fulcro de la acción y el principio vital de la misionología sale-
siana es, por tanto, — según el espíritu y en las intenciones de don Bos-
co —, la conquista de los infieles por medio del ministerio educativo
entre la juventud y la niñez de los paises de misión ».42 Su detallado
plan, calcado demasiado a la letra en el programa de mons. Comboni,43
era en síntesis: No lanzarse, como hasta entonces se hiciera, « de inme-
diato a las tribus salvajes, alejadas de toda civilización », sino « estable-
cer colegios e internados en las poblaciones colindantes con las tierras
de los indios, acoger a sus hijos a fin de conocer su lengua, usos y cos-
tumbres; entablar algunas relaciones sociales y religiosas », luego pene-
trar entre ellos y evangelizarlos.44
Así la actividad misionera salesiana aparece, ya desde sus comien-
zos, no como iniciativa al margen sino como desarrollo natural de su
idea germinal. Don Bosco no sólo no descartó de la vida originaria y tra-
dicional de su obra, institución esencialmente educativa, la función mi-
sionera, sino que — advierte don Caviglia — la trasvasó « con sus pro-
gramas, sus métodos y estilo en las misiones »,45 de tal modo que éstas
se convierten — en atinada apreciación de don Ricceri — en « el lugar
privilegiado de la misión salesiana », y su acción « incluye todos los com-
promisos educativos y pastorales » de dicha misión. Su genialidad, sin
41 BRAIDO P., O.C, 19-20.
42 CGE n. 236. D'ROSARIO EL, Archidiocesi di Shillong-Gauhati (India), en
Famiglia Salesiana, Famiglia Missionaria..., 130. SCOTTI P., Contributi dei missionari
salesiani alla culturologia, en Missioni Salesiane, 1875-1975..., 184, 186.
43 MB 12, 279-80.
44 CHIALA C., o.c., 21-22.
45 CAVIGLIA A., o.c, 5, 21.

1.10 Page 10

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LA « SECCIÓN-MISIONES »
63
embargo, no consistió tanto en sentirse preocupado también por las mi-
siones como apostolado que dice, sin duda, bien con una Congregación
de vita activa, cuanto en haber sabido transformar esa preocupación, en
« uno de los rasgos esenciales » de la identidad salesiana,46 colocándola
en el centro de la Congregación sin que, por ello, fuera ni exclusiva ni
periférica.
II. Experiencia histórica global
A estas alturas se puede admitir que la presencia de la « sección-
misiones » en el ISS queda justificada, en definitiva, por ser la dimen-
sión misionera « una dimensión esencial de su apostolado ».47 Tal dimen-
sión, parte esencial de la experiencia vital de la Congregación salesiana,
lo será también de su « experiencia histórica global ».
La conmemoración centenaria (1875-1975) lo ratificó, despertan-
do — con el entusiasmo vocacional misionero —, el ansia de desvelar la
riqueza « documental », todavía inédita.
2.1 Riqueza documental misionera
Don Bosco, al igual que sus salesianos, es considerado umversalmen-
te un hombre de acción. La historia salesiana — la vivida y la escrita —
ha de colocarse en este mismo plano, al estar hecha por hombres, más
prácticos que doctrinales, aún cuando tuviesen que « teorizar ». Pedro
Braido asegura que « al proyecto operativo » (incluido su matiz misio-
nero) « falta una exhaustiva traducción doctrinal sistemática. Don Bos-
co..., esencialmente hombre de acción..., también cuando escribe, más que
a demostrar en sentido científico, tiende a exhortar, a movilizar, a orien-
tar prácticamente a la consecución de la máxima eficacia, coerencia y
unidad de acción ».48
La experiencia misionera es un buen punto de referencia.
Don Bosco escribió y recopiló mucho. En el caso de sus misioneros
le impelen a la frecuente intercomunicación epistolar motivaciones par-
ticulares — el estreno de « lejanías » ultraoceánicas, la dureza del despe-
46 Artículo 15 de las Const. renovadas.
47 CGE n. 236.
48 BRAIDO P., o.c, 12.

2 Pages 11-20

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2.1 Page 11

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64 JESÚS BORREGO
gue de los pioneros, el sostenimiento de la fidelidad al espíritu y a la
estrategia en campos de misión completamente nuevos, la modelación de
la auténtica figura del salesiano misionero —, motivaciones que lo lle-
varán a cartearse cada quince días con los responsables directos.49 Y los
responsables — Cagliero,50 Fagnano, Bodratto, Lasagna, Costamagna; y lue-
go Vespignani, Belloni, Calcagno, Cimatti, Mathias, Versiglia...51 — man-
tuvieron, en general, con el Centro de la Congregación un ritmo frecuente
de interrelacción epistolar, documental y, no tan periódica, científica.
Esta praxis, fecunda y constante a nivel personal, en general no
ha merecido — por más que las razones sean obvias — una adecuada
respuesta comunitaria. « A excepción de algún loable tentativo local,52 has-
ta hoy (conmemoración centenaria),53 no había existido preocupación por
recoger la documentación, sobre todo, de los contributos científicos mi-
sioneros. Por tanto, la mayor parte de esta aportación es imposible « do-
cumentarla », o porque no ha sido transmitida, o por permanecer aún
inaccesible o inédita, o, finalmente — el caso más frecuente — por ha-
ber sido cedida a otros en el anonimato ».54
49 Escribía a don Cagliero el 14.1.1876: « Per tua norma ho scritto per ogni
1 e 15 di ciascun mese» (CERIA E., Epistolario..., III, 141).
50 La intercomunicación epistolar entre don Bosco y don Cagliero forma la
base del presente artículo.
51 Basta ver las secciones: 126, 132, 273, 275, 31, 38, 6.03, 6.22 del ASC.
52 Sin duda el más activo y dotado de medios y personal es el Centro de
Estudios e Investigación, surgido junto al « Museu Regional Dom Bosco » de Cam-
po Grande. « Los otros Centros... o no logran superar la fase de pioneros..., o se
apoyan en una sola persona ». FARINA R., o.c, 138.
53 Tal vez, el signo más claro de esta preocupación fué la institución —
en el ámbito de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Salesiana —
del CENTRO DE ESTUDIOS PARA LA HISTORIA DE LAS MISIONES SALESIANAS
(CSSMS). Sus fines precisos eran: a) establecer una especie de Archivio Central
de las Misiones Salesianas, que recoja todo el material — publicado o inédi-
to — relacionado directa o indirectamente con ellas; b) cuidar la preparación,
rigurosamente científica, de una Historia de las Misiones Salesianas, y de otras
colecciones — Diarios o Memorias, Estudios e Investigación, Biografías, Subsi-
dios (bibliografía, catálogos, estadísticas) — más o menos « empeñativas »; c) or-
ganizar un Seminario, con miras a transformarlo en una cátedra de Misionología.
FARINA R., o.c, 139.
54 FARINA R., o.c, 99, 101.

2.2 Page 12

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LA « SECCIÓN-MISIONES »
65
2.2 « El primer iter misionero en el proyecto de don Bosco y en la
EXPERIENCIA CONCRETA de don Cagliero (1875-1877) »
Título de un artículo aparecido en el volumen del Centenario.55
Recorrer el epistolario de don Cagliero en su primera demora ar-
gentina (1875-1877), es asistir a una pugna paterno-filial, por hermanar
en toda su complejidad el iter intencional — preconcebido de don Bos-
co en base a estudios, consultas y previsiones de lo alto56 —, y el plan
vivencial (experimental),57 que, aunque acorde con el de don Bosco en
objetivos y estrategia general, Cagliero ha de ir repentizando — ya sobre
el terreno — en su concretez, por ser imposible enmarcarlo en las coor-
denadas geográficas y cronológicas previstas.
« Por lo demás — confiesa Cagliero a don Bosco tras la experien-
cia del primer año — V.S. ve mucho más allá que nosotros, pero en
lo tocante a América no lo ve tan de cerca ».58
Este diálogo epistolar, sostenido en el alba de la « gran empresa »59
misionera, ilumina una de las lecciones fundamentales de la misionolo-
gía, ya que si ésta necesita de la doctrina eclesial y de los descubrimien-
tos teóricos de los investigadores, se beneficia con las aportaciones de
etnología y lingüística, con la riqueza metodológica de acción apostólica,
con la implantación, sin peligro a lo irreal, de la Iglesia, de quienes están
de lleno « con las manos en la masa ».60
Al caso misionero es aplicable cuanto P. Braido escribe de don Bos-
co, de la Historia Salesiana: « Que la experiencia vivida superase las
posibilidades efectivas de las transcripciones verbales, fué intuido y vis-
lumbrado por cuantos hablaron en el pasado de 'tradiciones' donbosca-
nas y salesianas, a recoger y a trasmitir sin la ilusión, no obstante, de re-
producir la riqueza integral, comunicable, en fin de cuentas, sólo me-
diante la experiencia convincente y hecha propia por cada individuo y
cada comunidad ».61
55 BORREGO J., Il primo iter missionario nel progetto di don Bosco e nel-
l'esperienza concreta di don Cagliero (1875-1877), en Missioni Salesiane..., 63-86.
56 MB 10, 53-55.
57 WIRTH M., Don Bosco e i Salesiani, LDC, Torino 1969, 198: « Cagliero ave-
va i suoi piani... ».
58 ASC 126.2, carta de Cagliero a don Bosco, 30.12.1876.
59 MB 11, 383 ss.
60 MASSON J., L'attività missionaria della Chiesa, LDC, Torino 1966, 23-24.
ASC 126.2, carta de Cagliero a don Bosco, 4.5.1876.
61 STELLA P., Don Bosco e le trasformazioni sociali e religiose del suo tem-
po, en La Famiglia Salesiana riflette sulla sua vocazione nella Chiesa di oggi, LDC,
Torino 1973, 168-170.

2.3 Page 13

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66 JESÚS BORREGO
2.3 El concepto de « f u e n t e »
La observación precedente pone en tela de juicio el concepto de
« fuente », aplicado en su sentido estricto al ámbito « misión ». Ya he-
mos visto, cómo para J. Masson en este término tiene cabida todo el
aspecto de promoción socio-cultural, asumido por la Congregación Sale-
siana en determinados paises:
« He aquí la fórmula en todos sus elementos — sintetiza don
Caviglia —: utilización de la educación juvenil y de la escuela para
el apostolado y la evangelización ejercicio de la caridad del po-
bre, beneficio fraterno de redención social mediante el trabajo y
la instrucción. Con esta fórmula, desde 1875 hasta hoy, se ha realizado
y sometido a prueba la experiencia misionera salesiana ».62
Experiencia misionera salesiana — y aquí el concepto real de « fuen-
te » — que resulta de « una visión global, unitaria y vital de todos
sus escritos, de todas sus realizaciones, de todas sus opciones operati-
vas, y de toda su vida ».63
2.3.1 Contributo científico
Entre las « fuentes » misioneras ocupa un lugar de privilegio el con-
tributo científico.
El card. Maffi — en un discurso conmemorativo del 50° aniversa-
rio — habló por primera vez de « contributos a las ciencias », aportados
por las misiones salesianas.64 Se asegura « que la primera actividad cul-
tural de los salesianos no es el estudio, sino la transformación de los
Indios y de la vastísima región »65 por ellos habitada, el aprendizaje de
la lengua, con frecuencia la explotación de tierras desconocidas, a veces
la descripción de usos y costumbres — con referencias a la lengua — de
los aborígenes (etnografía), y servicio meteorológico.
Para R. Farina el poco acervo científico « documentable » queda ca-
talogado: a) Contribución directa en el campo etnográfico, lingüístico, his-
62 CAVIGLIA A., o.c., 28.
63 Aplicación al campo misionero de lo afirmado de don Bosco por FARINA R.,
Leggere Don Bosco oggi. Note e suggestioni metodologiche, en La formazione perma-
nente interpella gl'Istituti religiosi, LDC, Torino 1976, 351.
64 MAFFI P., Il discorso dell'E.mo Card. ..., en Bollettino Salesiano 49 (1925)
327-328.
65 SCOTTI P., o.c., 178.

2.4 Page 14

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LA « SECCIÓN-MISIONES »
67
tórico, sanitario y geográfico-naturalístico; b) contributos indirectos, a tra-
vés de la escuela y la educación, de los medios de comunicación social
(particularmente la radio y las editoriales); c) centros de estudios y mu-
seos.66 Se da por descontado la contribución procedente de « la evangeli-
zación directa y específica ».67
2.3.2 Reseña de fuentes
Vale la pena reseñar las fuentes para la localización de todo este
acervo misionero: 1) Los inéditos — epistolarios, diarios, memorias, re-
laciones, crónicas, registros... —, conservados en los archivos.68 2) Los
impresos: desde las monografías — de personas o de obras — a los opús-
culos o plegables de Museos y de Muestras, desde la colección de « Estu-
dios e Investigación » hasta los innumerables artículos de revista,69 desde
las deliberaciones misioneras de los Capítulos Generales a las circulares
y escritos de los Rectores Mayores y Consejo Superior. 3) Las numerosas
publicaciones periodísticas: Boletín Salesiano, Boletín del Centro de Estu-
dios de la Historia de las Misiones Salesianas (CSSMS, Roma), Agencia No-
ticias Salesianas (ANS), Agencia Misionera Salesiana (AMS), Noticiarios
Inspectoriales, Revistas en diversas naciones de animación misionera.
4) Film documental, cada vez más indispensable.70 5) Museos: todos ellos
en puestos de misión; « en Europa, a excepción del museo de Turín-Val-
salice de un cierto rilieve, los demás son o muestras permanentes »71 o
simples exposiciones.72
66 FARINA R., Contributi scientifici delle Missioni Salesiane..., 101-140.
67 CAVIGLIA A., o.c., 10.
68 Entre los archivos a citar: ASC, archivo central de las HMA, archivo del
Instituto Salesiano di Torino-Valsalice, archivo inspectorial del Medio Oriente, archi-
vo misionero de Buenos Aires, de Bahia Bianca, de Puntarenas. El de Bahia Bianca
ha sido descrito por Pascual Paesa y publicado en Bollettino n. 5 del CSSMS.
69 FARINA R., O.C., notas 17 y 429.
70 En Turín-Valdocco se ha constituido en 1973 un « Centro de documenta-
ción misionera », dirigido por los salesianos coadjutores E. Spiri y A. Saglia — con-
sultor técnico Marco Bongioanni — para realizar documentales filmados sobre las
Misiones Salesianas. Existe además el « Ufficio-Stampa - Centro Cinematografico Sa-
lesiano » de Roma-Pisana.
71 FARINA R., O.C., 131-138.
72 Las fuentes, tomadas de FARINA R., O.C., 99-101.

2.5 Page 15

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68 JESÚS BORREGO
2.3.3 El « Boletín Salesiano »
Dentro de las fuentes impresas misioneras merece una mención ho-
norífica. También en nuestros días. Del Boletín Salesiano se hacen hoy
39 ediciones con una tirada anual de 10 millones de ejemplares en 20
lenguas diferentes.
De la triple finalidad que don Bosco le asignara — conocer bien
nuestrar cosas,73 ser vínculo de unión de la Familia Salesiana —, la se-
gunda reconocía como « materia para nosotros oportuna... las noticias y
las cartas de los misioneros que trabajan por la fe en Asia, Australia y,
especialmente, de los salesianos que están diseminados por América del
Sur próximos a los salvajes ».74
El número de septiembre de 1877 — subtitulado « número de prue-
ba » por tratarse del primer número del actual Boletín Salesiano —, prác-
ticamente lo llenó con la « Breve Biografía del sacerdote misionero Juan
Bautista Baccino ».75 Y hasta hoy el Boletín Salesiano prosigue siendo tor-
navoz, en el que resuena la actividad misionera,76 y fuente — « si bien
no principal y única » — para los estudios 77 de dicha actividad.
73 MB 13, 263-264.
74 Ai Cooperatori Salesiani, en Bibliofilo Cattolico o Bollettino Salesiano
Mensuale. Anno III, n. 5 (agosto 1877) 1.
75 BARBERIS G., Breve Biografia del Sac. Missionario Gio. Battista Baccino,
en Bibliofilo Cattolico..., n. 6 (sett. 1877) 2-8.
76 Del Boletín Salesiano en italiano se ha publicado un utilísimo índice mi-
sionero, dividido por naciones y misiones. VALENTINI E., Bibliografia Generale
delle Missioni Salesiane. Bollettino Salesiano e altre fonti, LAS, Roma 1975.
77 ¿Hasta donde el Boletín Salesiano es fuente? He aquí dos juicios con-
tradictorios. Para BOTTASSO J., Lo stile del lavoro missionario salesiano. Alcuni
dati ricavati da un'inchiesta, en Missioni Salesiane..., 156: El Boletín Salesiano
« non si rivolge soltanto ai salesiani, ma anche (se non prevalentemente) ai coo-
peratori e ai benefattori, allo scopo di stimolarne la collaborazione. È quindi na-
turale che insista su problemi più spiccatamente missionari in senso tradiziona-
le (tribù indigene sopravvissute, foreste, lebbrosi, ecc.), anche se questi costitui-
scono soltanto un aspetto marginale delle Nazioni in causa, e talvolta della stes-
sa attività che la Congregazione vi svolge ». Para SCOTTI P., Contributi dei Mis-
sionari Salesiani alla Culturologia, en Missioni Salesiane..., 179, 187: «Le mol-
te relazioni del Bollettino Salesiano sulle quali non possiamo fermarci in modo
analitico contribuirono a far conoscere via via i costumi delle popolazioni con le
quali i Salesiani entrarono a contatto nel corso di un secolo, non solo in America,
ma anche in Asia e in Africa. Vi sarebbe da fare una bellissima antologia "cultu-
rologica", corredata da opportuni commenti ». « Dei fatti missionari salesiani ap-
punto s'interessava anche un mio professore torinese, Giovanni Marro, buon posi-
tivista, il quale (così mi diceva) teneva dietro alle relazioni del Bollettino Sale-
siano come fonte per i suoi studi ».

2.6 Page 16

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LA « SECCIÓN-MISIONES »
69
2.4 El concepto « m i s i ó n »
Si el concepto de « fuente », aplicado al campo misionero, no halla
solución satisfactoria en definiciones abstractas sino en el estudio de de-
terminadas situaciones existenciales, ¿qué decir del concepto de « misión »,
del de « acción misionera »?
La profunda evolución sufrida durante los últimos cien años — (del
Vaticano I al Vaticano II) —, por el concepto y la realidad misionera,
ha contribuido a usar el término « en sentido convencional y hasta im-
propio ».78 Además la acentuación de « la misión eclesial ha originado
una valoración dinámica de todo « apostolado », generalizándolo demasia-
do en el sentido de considerar misionera toda actividad apostólica ».79
Don Ceria — en un texto hoy clásico — precisó con claridad los términos:
« Eran Misiones ciertamente las obras de apostolado que los sa-
lesianos, enviados legítimamente, realizaban en la Argentina y Uru-
guay instruyendo e incrementando en vida cristiana a los connaciona-
les emigrados y a los mismos oriundos, carentes de suficiente asisten-
cia religiosa; pero se denominan misiones, en sentido más propio,
las empresas apostólicas de aquellos que marchan a anunciar la fe a
los no bautizados. Las misiones salesianas de América, entendidas en
el sentido estricto del término, tuvieron sus inicios en 1879 ».80
Este texto, escrito en 1941, nos dice que el uso « convencional y
hasta impropio » de los términos « misiones », « acción misionera » ha
corrido parejo a su historia y ha hecho — y continúa haciendo — pro-
blemática la distinción de lo que es propiamente, dentro de la « Histo-
ria de la Sociedad Salesiana », su « Historia de las Misiones ».
Hoy ayudará mucho a delimitar campos de acción y de estudio el
criterio acuñado por el Vaticano II en el Decreto Ad Gentes, que « no
habla casi nunca de tierras de misión; habla, más bien, de las personas y
de los grupos81 socio-culturales a los que va encaminada la misión. Por
tanto, no se aplica un criterio geográfico, sino sociológico, cultural, re-
ligioso. Se trata de pueblos, de una clase... En nuestro tiempo el « no
creyente en Cristo » puede vivir — y con frecuencia vive — fuera del
continente asiático o africano, pudiéndose tratar de un hombre... exquisí-
tamente civilizado ».82 A la luz de este criterio — sirva de ejemplo — los
78 BOTTASSO J., O.C., 142.
79 ESQUERDA J., o.c., 40.
80 CERIA E., Annali... I, 378.
81 Decreto Ad Gentes, n. 6.
82 MASSON J., La missione della Chiesa e le sue prospettive future..., 18-19.

2.7 Page 17

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70 JESÚS BORREGO
salesianos del Medio Oriente en el Capítulo Inspectorial-1980 han defen-
dido la « misionariedad » de la Inspectoría, « en sentido estricto, en cuan-
to que han de trabajar no sólo entre las minorías cristianas, sino, sobre
todo, entre mayoría no cristiana. De hecho un considerable número de
los alumnos de nuestras escuelas pertenece a la religión islámica ».83
Ateniéndonos a este concepto de « misión » — institucionalizado por
la enterologia conciliar y las deliberaciones capitulares — el campo de
mira de la sección « Misiones » abarcaría:
1) Los territorios de misión, confiados por la Santa Sede84 o por
alguna Iglesia particular85 a la Congregación Salesiana.
2) La presencia salesiana en Iglesias locales en formación, confiadas
por la Sta. Sede a entidades religiosas distintas de la Familia Salesiana.86
3) Misiones históricas, hoy desaparecidas, por extinción87 o por
haber pasado a diócesis plenamente formadas.88
83 Terza relazione. Ispettoria del Medio Oriente, en Fedeltà a don Bosco e ai
giovani... (Atti della Visita d'Insieme alla Regione Italia-Medio Oriente), Tip. « Don
Bosco », Roma 1981, 187.
64 Confiados por la Sta. Sede: Ariari (Colombia), Chaco Paraguayo (Paraguay),
Dibrugarh (India), Guiratinga (Brasil), Kohima-Imphal (India), Krishnagar (India),
Lashio (Birmania), Méndez (Ecuador), Mixes (México), Porto Velho (Brasil), Puer-
to-Ayacucho (Venezuela), Rio Negro (Brasil), Sakania, (Katanga-Zaire), Shillong-Gau-
hati (India), Surat Thani (Thailandia), Tura (India).
85 Confiados por Iglesias particulares: Carcha (Guatemala) — parroquias reci-
bidas de la diócesis de Verapaz « ad nutum Sanctae Sedis » —, Patagonia (Neu-
quén) y Pampas (La Plata-Argentina), misiones diocesanas todavía existentes.
86 Presencia salesiana, colaborando con Iglesias locales en formación:
En América: diócesis de Rivadavia, Neuquen y Río Gallegos en Argentina. Dió-
cesis de Campo Grande, Corumbá, Cuyabá, Darados, Manaus en Brasil.
En Asia: Bután, Corea del Sur, Hong-Kong, India, Irán, Israel, Japón, Lí-
bano, Macao, Siria, Sri Lanka, Taiwan, Thailandia, Timor, Trichur (India), Vietnam
del Sur.
En Africa: Argelia, Burundi, Benìn, Camerún, Cabo Verde, Congo, Costa de
Marfil, Egipto, Etiopia, Gabón, Guinea Ecuatorial, Kenya, Lesotho, Liberia, Mada-
gascar, Marruecos, Mozambique, Ruanda, Sudáfrica, Sudán, Senegal, Tanzania, Swazi-
landia, Togo, Zaire, Zambia.
En Oceania: Australia.
87 Desaparecidas, por extinción: Derna (Libia. Incluida en Trípoli), Heung-
Shan y la diócesis de Shiw-Chow (China), Miyasaki (Japón. Misión « sui iuris »).
88 Desaparecidas, por ser diócesis formadas: Madrás (archidiócesis), Tanjore y
Vellore en India; Ratburi en Thailandia; Neuquen, Viedma, Punta Arenas en la
Patagonia Septentrional, Central y Meridional; Kimberley en Australia; Sakania en
Zaire...

2.8 Page 18

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LA « SECCIÓN-MISIONES »
71
III. Privilegiada atención, actividad específica de la sección « Misiones »
El investigador que se adentra en los archivos salesianos — hablo
en especial del archivo Central — se percata que desde siempre la « do-
cumentación » misionera ha merecido una atención de privilegio.
3.1 Praxis de don Bosco
Ya nos ha sorprendido apreciar cómo don Bosco en el Boletín Sa-
lesiano otorgó a « las noticias y cartas de los misiones » un lugar, aparte
de las restantes noticias salesianas.
Con la recepción de la primera carta «misionera» (7.1.1876) na-
ció en don Bosco la idea de publicar la correspondencia de los misione-
ros, inicialmente en el diario turinés L'Unità Cattolica89 « y con el tiem-
po — insinúa — podrá formarse un pequeño volumen »,90 que aparece-
ría en Las Lecturas Católicas,91 como primicia de tantos otros « pequeños
volúmenes » misioneros que allí verían la luz. Y a las finalidades comu-
nes, señaladas por don Bosco a la divulgación de las « noticias salesia-
nas, añade a las noticias misioneras otras motivaciones peculiares: « An-
te todo hacer admirar a la Providencia que con frecuencia se sirve
de humildes instrumentos para realizar sus misteriosos planes; en segundo
lugar dar una satisfacción a cuantos han contribuido a la Ia expedición y
mover a otros a ayudar con la oración y con los medios materiales a los
obreros evangélicos ».92
89 L'Unità Cattolica, cauce normal por el que la obra salesiana se asomaba
al gran público. En Nota aparecida el 28 de agosto 1876 se aseguraba: « L'Unità
Cattolica è sempre piena di affetto e di venerazione verso Don Bosco... Noi ci re-
puteremo fortunatissimi ogni qual volta potremo favorire col nostro giornale le sue
venerande apostoliche fatiche ».
90 LEMOYNE G.B., Documenti per scrivere la storia di don Bosco (ASC 110)
XVI, 28. El « pequeno volumen » — convertido en dos « grandes vols. » —: CHIA-
LA C., Da Torino alla Repubblica Argentina. Lettere dei Missionari Salesiani (nn.
286-287 Letture Cattoliche), Torino (ott.-nov.) 1876. Y la continuación: BARBERIS G.,
La Repubblica Argentina e la Patagonia. Lettere dei Missionari Salesiani (nn. 292-293
Letture Cattoliche), Torino (marzo-aprile) 1877.
91 Letture Cattoliche, « opuscoli mensili di carattere divulgativo e popolare, de-
stinati all'istruzione dei fedeli e alla preservazione della loro fede dalla propaganda
protestante ». Bosco G., Avvisi ai cattolici (Introduzione alle Letture Cattoliche), To-
rino 1853 .
92 MB 12, 540-541.

2.9 Page 19

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72 JESÚS BORREGO
Estas finalidades, mantenidas como criterio general de publicación,
hablan de una urgencia en « dar a conocer nuestras cosas y darlas a co-
nocer en su verdadero sentido », pero — siempre en sentir de don Bos-
co —, echando mano « de lo que hace a nuestro caso »,93 y sin reparo
de darlas « un tanto retocadas ».94 Y, en efecto, hojear en el archivo cen-
tral ciertos originales — sobre todo, de correspondencia « misionera » —
es verlos acotados por anotaciones, correcciones, variantes o interpola-
ciones de manos diversas, no faltando la de don Bosco, quien « solía re-
visar a los suyos los escritos referentes a cosas del Oratorio y de la Con-
gregación ».95
3.2 Labor concreta de la «sección-misiones»
La experiencia « vivida », también en la publicación, ha superado
con creces — (mucho más en el ámbito misionero) —, a la experiencia,
sentida por la documentación crítica y la crítica documental. Hoy existe
el convencimiento que la verdadera experiencia misionera « podrá ga-
rantizarse únicamente con un adecuado dispositivo de fuentes y de do-
cumentación, impreso, críticamente seguro ».96
He ahí delineada la ingente labor encomendada a la « sección-mi-
siones »:
1) Edición — descripción-documentación — de fuentes, que otor-
gará preferencia a los escritos significativos de los « grandes » salesia-
nos misioneros de la primera hora y de la generación sucesiva.
2) Estudios, siempre científicos, de carácter general y monográfi-
co — de personas o de obras —, favoreciendo los que ofrezcan caracte-
rísticas más específicas de la acción misionera.
3) Elaboración cuidada de inventarios de museos misioneros y com-
pilación de catálogos de archivos.
93 Este es el párrafo completo: « Ma qui per non confondere le cose e per
dirle con tutta precisione e nella naturale loro semplicità, credo bene di lasciar par-
lare il nostro missionario, estraendo dalle sue lettere quanto ci occorre pel caso
nostro ». BARBERIS G., Breve Biografia del sac. missionario Gio. Battista Bacano, en
Bibliofilo Cattolico o Bollettino Salesiano mensuale (settembre 1877)..., 4.
94 MB 12, 541.
95 MB 11, 13.
96 BRAIDO P., Il progetto operativo di Don Bosco..., 7.

2.10 Page 20

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LA « SECCIÓN-MISIONES »
73
4) Bibliografía « válida y significativa »,97 es decir, « documenta-
ción, lectura y estudio de la experiencia — lo más inmediata y sinópti-
ca posible — de la acción salesiana ». « Es indispensable que la expe-
riencia domboscana y salesiana no permanezca sepultada en los archivos,
sin que, por ello, sea identificada únicamente con los documentos de
archivo ».98
En conclusión
La sección « misiones », destacada de la sección « Historia Salesia-
na », responde a una exigencia ampliamente requerida: dar a la luz la
documentación, realmente científica y experiencial, de la ingente labor que
nuestros misioneros, con frecuencia desconocidos y olvidados, han rea-
lizado para anunciar el Evangelio a toda creatura. Además contribuirá a
« hacer conocer mejor » y, por tanto, amar mucho más a la Congrega-
ción Salesiana.99 Esta, al descubrir en el trabajo misionero « uno de los
rasgos esenciales de su identidad »,100 reclama lógicamente — en frase
del Rector Mayor actual — « una atención privilegiada a la dimensión
misionera de nuestra experiencia histórica global ».101
97 Además de lo anotado en la Nota 76, el mismo Centro Histórico para la
Historia de las Misiones Salesianas ha preparado la guía-catálogo: AMBROSIO P., Di-
zionario bibliografico delle Missioni Salesiane, Ed. CSSMS, Roma 1977; MARALDI A.,
Notiziario dell'Istituto delle Figlie di Maria Ausiliatrice, LAS, Roma 1975; VALEN-
TINI E.-RODINÒ A., Dizionario biografico dei Salesiani, Ufficio Stampa Salesiano, To-
rino 1969.
98 BRAIDO P., Tra i « documenti » della storia: l'esperienza vissuta, en Ricer-
che Storiche Salesiane (RSS), 1 (1982) 79.
99 Bollettino del Centro Studi di Storia delle Missioni Salesiane (CSSMS), 2
(nov. 1973) 1.
100 Artículo 15 de las Const. renovadas.
101 Cf. nota 2.