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Recensioni
sión de cosas futuras», persuasión acorde en el Oratorio de Valdocco (pp. 33-35).
4. Destinatarios y su acogida: «Sin género de dudas, van destinados a su Fa-
milia» [salesiana], que los acogía «con entusiasmo», aunque «algunas observaciones
o críticas sí llegaron a los oidos de Don Bosco» (pp. 37-39).
5. Función de los sueños: éstos «fundaron convicciones y sostuvieron empre-
sas», abarcando su funcionalidad «al menos tres campos»: el práctico [seguridad
presente y futura «de su vida, obras y opciones»], el espiritual [pedagógico-
doctrinal], y su función mariana (pp. 41-44).
6. Interpretación de lo sueños (pp. 45-73). Aún tratándose de una mera reco-
pilación de los intentos de interpretación realizados, nos parece una válida aporta-
ción, que brinda «una posibilidad de lectura razonada»: se abre con la « p r o -
b l e m á t i c a t e x t u a l » , aborda luego la « a c t i t u d de don Bosco ante sus
sueños [...] en público [...] en privado», sus criterios, dificultades para los contempo-
ráneos y sentir de los estudiosos actuales, adentrándose, finalmente, en las numero-
sas «vías de interpretación», de las que simplemente indica los caminos posibles:
interpretación «ilustrada», bíblica, teológica, histórica, pedagógica, psicológica,
lingüístico-comunicativa y semiológica, para llegar a la conclusión de la interpreta-
ción global, convencido de que «una explicación adecuada del fenómeno de los
sueños de Don Bosco sólo puede encontrarse si se encuadra en el contexto de su
vida religiosa sobrenatural, tanto ordinaria como extraordinaria, dentro de su
misión como educador cristiano y santo, y en la globalidad de su vida, dedicada
íntegramente a la realización de obras para la implantación del Reino, y, por tan-
to, abierta al Misterio» (p. 72).
Ha sido una lástima que el recopilador se haya contentado con leves «observa-
ciones de tipo circunstancial, histórico o ambiental» (pp. 93-94), «observaciones a
sueños concretos» (pp. 5-6), precisamente a los más conocidos: el de los nueve años
(pp. 90-92), aparición de Comollo (pp. 115-116), el jardín salesiano (p. 196), «un
Oratorio para jovencitas» (pp. 232-233), el de las dos columnas (pp. 389-390), «Pa-
rís-Iglesia-Italia, 1870» (pp. 407-409), aportando una «observación general sobre las
predicciones de muertes» (pp. 498-499) y, en especial, «sobre Don Bosco y el demo-
nio» (pp. 515-518). Causa extrañeza que, al elencar los sueños misioneros
(18831886) sobre la América meridional (pp. 317-341) no se apoye en el serio estu-
dio de Juan BELZA, Sueños Patagónicos. Buenos Aires 1982.
Convencido de la imposibilidad de «clasificar adecuadamente los sueños de
Don Bosco [...] dada la complejidad de muchos de ellos, por puras razones de practi-
cidad, aquí se ha preferido agruparlos por temas afines en lugar de la presentación
simplemente cronologica tradicional» (p. 30), que, no obstante, incluye en el texto
(pp. 15-23). Pero apercibiéndose al recopilador que «la sola agrupación temática
tampoco es adecuada [...,] se ha tomado el tema preferente para colocar un sueño en
un apartado u otro» (p. 30), lo que metodológicamente origina confusión a la hora
de localizar un sueño en el índice. El denominado «índice analítico», es analítico úni-
camente para el «Estudio introductorio», no lo es para el «texto de los sueños», en
cuyo índice deberían aparecer enumerados uno a uno —con el título dado en la
«consideración cronológico-analítica» (pp. 15-23)—, dentro, eso sí, de la «temática
preferencial» —familia, amigos, jóvenes, salesianos, vocaciones, Virgen, Iglesia,
política, cuestiones sociales, ect.—, ya que la más de las veces no resulta fácil identifi-
carlos por la sola «temática preferencial».