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EL HISTORIADOR, LOS ARCHIVOS
Y LOS MEDIOS INFORMÁTICOS
Juan Andrés Bresciano*
1. Introducción
En el proceso de generación de conocimiento científico sobre el pasado,
la existencia y disponibilidad de fuentes resulta uno de los factores determi-
nantes. Entendidas como todos aquellos objetos materiales, instrumentos o
herramientas, símbolos o discursos, a cuyo través puede “inferirse algo acerca de
una determinada situación social en el tiempo”1, las fuentes establecen los lí-
mites de lo posible para los alcances de una investigación histórica cualquiera.
Su conservación mucha veces contingente y desigual, su variedad azarosa y
frecuentemente desequilibrada, su escasez o su abundancia siempre relativas,
establecen, en algunas ocasiones, obstáculos al conocimiento no siempre fá-
ciles de superar. Por este motivo, la preservación y sistematización de fuentes
constituye una de las preocupaciones técnico-metodológicas más acuciantes de
las Ciencias Históricas. Por lo general, ambas tareas – preservación y sistema-
tización – han sido desempeñadas por cuatro tipo de centros altamente espe-
cializados: las bibliotecas, los archivos, los museos y los centros de documen-
tación. De estos cuatro, los archivos resultan, quizás, los más visitados por los
historiadores para el emprendimiento de investigaciones originales.
Durante las últimas tres décadas, la relación entre el historiador y los ar-
chivos – en cuanto repositorios privilegiados de las fuentes que abren el cono-
cimiento del pasado – se ha visto particularmente favorecida y estimulada por la
difusión de un conjunto de nuevas tecnologías, cuyo enorme potencial dista to-
davía de haberse desplegado plenamente. Se trata de las llamadas tecnologías de
la información, que comenzaron a desarrollarse a fines de la Segunda Guerra
Mundial. En un principio, tuvieron una aplicación limitada y reducida a áreas
bien definidas: las grandes computadoras de los años ’50 y ’60 se empleaban pa-
ra proyectos científicos y militares de alto costo. Sin embargo, los avances de la
microelectrónica, hicieron posible la aparición del computador personal, y a par-
tir de entonces, el campo de la Informática, en cuanto procesamiento automáti-
* Docente en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad
de la República, de Montevideo (Uruguay).
1 Julio ARÓSTEGUI, La Investigación Histórica: Teoría y Método. Barcelona, Crítica
1995, p. 338.

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158 Juan Andrés Bresciano
co y racional de la información, se amplió notablemente. A comienzos de la dé-
cada de 1980, los ordenadores personales y sus programas comenzaron a ser
aplicados de manera sistemática en todas las actividades humanas, desde el ám-
bito de la producción, hasta el de la creación artística y el entretenimiento.
Ya a fines de los años sesenta, el progreso constante en materia de tele-
comunicaciones (en conjunción con determinados proyectos del Departa-
mento de Defensa de Estados Unidos), dio origen a Arpanet, la primera de las
redes informáticas. Por lo tanto, el desarrollo integrado de las tecnologías in-
formáticas y de las telecomunicaciones, generó, de esta manera, un nuevo
campo: la telemática, dentro del cual las redes habrían de ejercer un rol gravi-
tante. La utilización de estas redes se difundió progresivamente, no sólo en el
ámbito militar sino también en el científico, hasta que en 1983 hizo su apari-
ción Internet, verdadera “red de redes” cuya proyección mundial recién se ha-
bría de producir en la década de los ’90. Para ese entonces, las tecnologías
ópticas, habrían de sumar a estos sistemas un nuevo componente revolucio-
nario: la digitalización de la imagen y su almacenamiento electrónico.
El conjunto de las transformaciones que se acaban de reseñar, han reper-
cutido de manera decisiva en la administración y puesta en servicio de los do-
cumentos que custodian los archivos y en el uso que el historiador hace de
ellos. Por lo tanto, el objetivo de la presente ponencia consiste en ofrecer una
visión sintética de las consecuencias y efectos que dichas transformaciones
han tenido en la relación que mantiene el investigador con los repositorios
documentales. Para ello, se habrán de considerar dos aspectos fundamentales:
el modo en que las nuevas tecnologías han racionalizado y dinamizado el
cumplimiento de las funciones clásicas de un archivo, y la forma en que han
favorecido la utilización de los distintos tipos de archivo en la realización de
estudios sobre el pasado. En el análisis de ambos aspectos, se mencionarán
diversos ejemplos que ilustren las afirmaciones que se formulen.
2. Los medios informáticos y su incidencia en las funciones de un archivo
histórico
Todo archivo, sea administrativo, intermedio o histórico, cumple un conjun-
to de funciones básicas: la recolección, clasificación, ordenamiento, conservación,
descripción y puesta en servicio de la documentación que tiene a su cargo.
2.1. La recolección
Esta instancia primaria, fundamental para el desarrollo regular de un ar-
chivo histórico, se ve notablemente simplificada si los documentos que se re-

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El historiador, los archivos y los medios informáticos 159
ciben primero del archivo administrativo y después del intermedio, ya han sido
sometidos a un proceso de informatización. Afirma José R. Cruz Mundet:
“La amplia expansión de la informática a todos los aspectos del trabajo
administrativo facilita sobremanera la automatización del archivo desde
sus inicios. Tan pronto como la entrada de un documento es registrada
por medio del ordenador conectado en red, podemos realizar el segui-
miento del expediente a lo largo de su tramitación, clasificarlo y descri-
birlo (incluyendo su indización), lo cual es factible mediante un pro-
grama de gestión integral del archivo que funcione conectado con todas
las unidades administrativas. [...] Como quiera que la gestión electrónica
integral del archivo requiere normalizar todos los procesos desde la fase
de oficina, la descripción, la indización y la clasificación realizadas en
estos momentos serán transferidas al archivo intermedio como lo serán
también las hojas de remisión de fondos a través del sistema, con el con-
siguiente ahorro de tiempo y de personal; asimismo, se controla mejor la
disponibilidad de espacio en los depósitos y la signaturación de las uni-
dades de instalación, realizando todo ello de forma automatizada”2.
Cuando la documentación pasa del archivo intermedio al histórico propia-
mente dicho, los medios informáticos se revelan sumamente útiles. Se trata de
una instancia de recolección selectiva, en la que los criterios y parámetros que
la orientan pueden explicitarse y formalizarse mediante programas que – de
manera automática – determinan, según pautas previamente establecidas, cuáles
son las series documentales que habrán de ser objeto de tratamiento, cuál es su
localización, bajo qué categorías se incorporarán al archivo histórico, etc.
2.2. La clasificación y ordenamiento de los fondos archivísticos
Si bien la informatización se aplica a casi todos los procedimientos archi-
vísticos, beneficia de manera más ostensible a la instancia de clasificación y or-
denamiento. Prácticamente, todas las fases en que se divide esta etapa se opti-
mizan y aceleran gracias a los medios que aportan las nuevas tecnologías. Así
ocurre con la elaboración del cuadro clasificatorio que se aplica al ordenamien-
to de los fondos documentales, y con las bases de datos primarios que permite
identificar, describir, clasificar y localizar a cada una de las piezas del acervo.
La automatización del proceso de ordenamiento y clasificación de los ar-
chivos históricos se viene desarrollando a un ritmo vertiginoso a nivel mun-
dial, y Uruguay no es una excepción a ello. El Departamento de Historiología
de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad
de la República, ha desarrollado al menos tres proyectos de informatización en
el relevamiento, clasificación y ordenamiento de repositorios documentales.
2 José R. CRUZ MUNDET, Manual de Archivística. Madrid, Fundación Germán Sánchez
Ruipérez 1999, pp. 303-304.

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160 Juan Andrés Bresciano
El primero de ellos se relaciona con Archivo de Propaganda Política
(APP) del propio Departamento de Historiología, el cual es el resultado de una
labor colectiva de más de una década, cumplida dentro del marco del proyec-
to Recuperación y sistematización de fuentes perecederas para la Historia Po-
lítica del Uruguay contemporáneo, que dirige el Profesor Carlos Zubillaga3.
Hasta la creación del APP, no se había constituido en el país ningún reposito-
rio público o privado que tuviera como cometido específico recuperar y
preservar tales materiales, motivo por el cual se perdía inexorablemente una
documentación ineludible tanto para la investigación científico-social como
para la reflexión política ciudadana. Hasta el presente, el APP ha cubierto de
manera sistemática las elecciones nacionales de los años 1989, 1994 y 1999
(incluyendo las elecciones internas de este último), las elecciones municipales
de 2000, los referendos de 1989 y 1992, y los plebiscitos de 1994 y 1996.
Asimismo, el archivo conserva, de manera parcial, fuentes perecederas de ins-
tancias eleccionarias anteriores, gracias a diversas donaciones. Para la clasifi-
cación y ordenamiento de sus fondos documentales, los medios informáticos
resultaron decisivos. En primera instancia, se elaboró una base de datos en
la que se describía, unidad por unidad, las más de 10.000 piezas textuales,
gráficas, iconográficas, sonoras, audiovisuales y materiales que conforman
el archivo. A partir de esa base de datos, se implementó un catálogo exhausti-
vo en soporte informático, que comprende el período 1989-1994. Desde me-
diados del año 2000, se viene trabajando en la segunda parte de este catálogo,
que corresponde a las elecciones del período 1999-2000, y que se encuentra
prácticamente finalizada.
El segundo proyecto denominado Relevamiento, ordenamiento y clasifi-
cación de la Fototeca del Archivo Nacional de la Imagen, dependiente del
SODRE, y dirigido por la Lic. Cristina Pintos, también incorporó el uso de las
nuevas tecnologías en diferentes instancias. Fue así que se diseñó un cuadro
clasificatorio informático para el ordenamiento de más de 50.000 fotografías
de la más importante colección pública que posee el país en materia iconográ-
fica. Asimismo, se elaboró una base de datos mediante la cual se procedió a
identificar, describir y clasificar los documentos referidos, uno a uno. Final-
mente, se editó, en soporte electrónico, un inventario descriptivo, en que se
refieren las principales series de la Fototeca.
Procedimientos semejantes se utilizaron en el tercer proyecto, titulado
Descripción, clasificación y ordenamiento del acervo archivístico-histórico de
la Agrupación Universitaria del Uruguay, también dirigido por la Lic. Pintos.
3 Se entiende por fuentes perecederas para la Historia Política aquellos testimonios o
vestigios que, sin perjuicio de cual sea la forma que adopte su materialización, están destinados
a desaparecer una vez cumplida la función de comunicación proselitista que les dio razón de ser.

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El historiador, los archivos y los medios informáticos 161
Al igual que en el caso anterior, se efectuó un diagnóstico preliminar del
acervo archivístico de la institución, y se diseñó un cuadro clasificatorio para
sus diversos fondos: (a) correspondencia enviada y recibida, (b) actas del Con-
sejo Directivo y (c) actas de la Asamblea. Una vez perfilado el cuadro clasifi-
catorio, se crearon las bases de datos que se habrían de utilizar para la descrip-
ción de cada uno de los tres fondos. Posteriormente, se realizó la descripción
de las piezas, una a una, primero para los tres fondos durante el período 1941-
1960 y luego solamente para las actas durante el período 1961-2001. Final-
mente, en el transcurso del año 2002 se habrá de elaborar un catálogo informá-
tico definitivo para cada uno de los fondos y para ambos períodos.
2.3. La descripción documental y sus diferentes instrumentos
En las últimas dos décadas, la
“[...] automatización de las técnicas archivísticas y de la descripción
en especial, ha sido el motor de arrastre para que la normalización pase
a ser de una aspiración a convertirse en una realidad con perfiles más
nítidos”4.
Por lo tanto, la generación de instrumentos descriptivos en soporte infor-
mático que identifiquen y refieran al investigador los contenidos de un ar-
chivo, constituye una instancia crucial para incentivar y facilitar –de manera
sistemática– la consulta de los fondos de un repositorio documental, en cual-
quier parte del mundo. Las guías, los inventarios y los catálogos suelen ser
los medios idóneos para ello5.
2.3.1. Guías
Estos instrumentos
“[...] proporcionan información sobre todos o parte de los fondos de
uno o más archivos, describen globalmente las grandes agrupaciones
documentales, esbozan la historia de los organismos productores y faci-
litan información auxiliar acerca del archivo o archivos y los servicios
disponibles” 6.
En la actualidad, la elaboración de guías mundiales de archivos se ve po-
tenciada por los recursos informáticos, y es así que el investigador encuentra
4 J. R. CRUZ MUNDET, Manual de Archivística..., p. 257.
5 Cualquiera de estos instrumentos pueden operar de manera independiente, o se pueden
integrar en páginas Web que permitan su difusión masiva. Actualmente, resulta algo relativa-
mente sencillo la conversión de inventarios y catálogos en bases de datos o motores de bús-
queda de un sitio de Internet.
6 J. R. CRUZ MUNDET, Manual de Archivística..., p. 273.

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162 Juan Andrés Bresciano
instrumentos descriptivos como los que ofrece el portal de Internet de la
UNESCO. Este servicio proporciona una guía con enlaces a 45 archivos de
arquitectura, 69 archivos audiovisuales, 38 archivos del mundo empresarial y
del trabajo, 12 archivos diplomáticos, 3 archivos de familia, 16 archivos de
organizaciones internacionales, 79 archivos de arte y literatura, 20 archivos
militares, 430 archivos municipales, 65 archivos nacionales, 44 archivos de
parlamentos y partidos políticos, 106 archivos de comunidades religiosas, 258
archivos regionales y estaduales, y 250 archivos de universidades e institu-
ciones de investigación7.
Algo semejante ocurre con la guía del International Council on Archives
(ICA). Esta organización no gubernamental, profesional e internacional, repre-
senta los intereses de los archivos y de los archivólogos en todo el mundo. Fue
fundada en 1948 y cuenta con 1.450 miembros en 170 países y territorios8. En
la actualidad, dispone de un sitio muy bien diseñado que facilita al investigador
el acceso a un número creciente de enlaces a archivos e instituciones interna-
cionales, y lo pone en contacto con programas que favorecen (e inclusive fi-
nancian) proyectos archivísticos. Asimismo, despliega un directorio en que lis-
ta por países todos los archivos del planeta que se encuentran “en línea”.
Los sitios Web de los archivos nacionales de cada país, por su parte,
constituyen una guía informática en sí misma, ya que contienen todos los
componentes necesarios para ello: descripción general de los fondos, historia
de la institución productora de la documentación, referencias a los servicios
ofrecidos, etc. Al interior de las guías informáticas que ofrecen los sitios web
de los principales archivos del mundo, es muy frecuente hallar cuadros sinóp-
ticos que representan, de manera gráfica, los distintos fondos, secciones y se-
ries que integran el repositorio documental. Habitualmente, cada uno de los
componentes de estos cuadros sinópticos contienen enlaces a páginas que
proporcionan instrumentos descriptivos más específicos para la unidad del ar-
chivo que se desea consultar.
2.3.2. Inventarios
Consisten en la descripción de
“[...] las unidades que componen las series documentales según el orden
que tienen en el cuadro clasificatorio y reproduciendo su estructura”9.
Pueden tener como objeto una serie, una sección, un fondo, o eventual-
mente, el archivo entero. Por ello, hoy en día y gracias a los procesos de au-
7 http://www.unesco.org/webworld/portal_archives/Archives/
8 http://www.ica.org
9 J. R. CRUZ MUNDET, Manual de Archivística..., p. 276.

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El historiador, los archivos y los medios informáticos 163
tomatización, resulta muy frecuente que las instituciones dispongan de in-
ventarios informáticos de sus archivos históricos. A modo ilustrativo, se po-
dría hacer referencia al caso de los University of British Columbia Ar-
chives 10. Su objetivo no es otro que la conservación y desarrollo de la me-
moria institucional de la Universidad referida, identificando, preservando y
poniendo en servicio los documentos que la misma ha generado a través de
la historia. Para cumplir de la mejor manera posible con esta tarea, el sitio
Web del archivo dispone de inventarios informáticos de aquellos registros
que – sin importar la naturaleza de su soporte físico – han sido creados, reci-
bidos o acumulados por las autoridades y por los funcionarios de la Univer-
sidad en el ejercicio de sus funciones. También ofrece al investigador los in-
ventarios de la documentación particular de integrantes del cuerpo acadé-
mico, administrativos, estudiantes y egresados, así como de organizaciones
independientes.
2.3.3. Catálogos
Se trata de instrumentos que tienen como finalidad
“[...] describir exhaustivamente, así en sus caracteres internos como ex-
ternos, las piezas documentales (documentos sueltos) y las unidades ar-
chivísticas (expedientes), seleccionadas según criterios subjetivos (por su
valor histórico, para una exposición, publicación...)”11.
Su carácter sistemático resulta de un gran valor para las tareas heurís-
ticas, y su informatización las simplifica sustancialmente. Los principales ar-
chivos nacionales del mundo ofrecen catálogos en soporte electrónico de al-
gunos de sus fondos, ya sea para su consulta in situ o mediante Internet. En
este sentido, se podría mencionar el caso de los Archives Nationales de
Francia, que entre tantos catálogos informáticos que poseen, ponen a disposi-
ción del usuario tres que resultan de interés por el carácter no tradicional de
las piezas que describen:
a) El Catalogue de films pour les bibliothèques publiques, que proporciona
información sobre 1.700 filmes documentales franceses12.
b) El Catalogue des fonds culturels numérisés, que contiene más de 500
fondos numéricos de servicios de archivos, bibliotecas, museos, etc.13.
c) El Catalogue du Centre de documentation de la musique contemporaine
de Paris (CDMC), que presenta unos 20.000 documentos relativos a la
10 http://www.library.ubc.ca/spcoll/ubc_arch/ubc_arch.html
11 J. R. CRUZ MUNDET, Manual de Archivística..., p. 282.
12 http://www.culture.gouv.fr/documentation/docum.htm
13 Ibid.

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164 Juan Andrés Bresciano
música contemporánea, e incluye numerosos registros sonoros y parti-
turas inéditas14.
2.3.4. Los sistemas de búsqueda en línea
Todos los instrumentos descriptivos anteriormente referidos, suelen
combinarse cuando se ofrecen de manera simultánea al usuario, a través de
una red informática. Así ocurre con el sitio Web del Centre Historique des Ar-
chives Nationales (CHAN) de Francia, que despliega diferentes instrumentos
de localización de la información – desde los más elementales a los más com-
plejos –, todo ellos consultables a través de Internet. Dentro del campo de los
instrumentos básicos, contiene un motor de búsqueda que permite el ingreso
de una palabra, el nombre de un lugar, el nombre de una persona, y así poder
consultar el Index de l’État general des fonds. A esto se suman tres instru-
mentos más: la presentación metódica, en forma de cuadro sinóptico, de las
colecciones del Antiguo Régimen, las fichas de orientación sobre los temas
más usuales, y una colección de guías temáticas de búsquedas y de fuentes.
Por último, el sitio permite la utilización de medios más sofisticados: las
bases de datos del CHAN (ARCADE, EGÉRIE y LEONOR) y el banco de
imágenes numéricas (ARCHIM) 15.
2.4. La conservación y restauración de los documentos
Cruz Mundet realiza un conjunto de apreciaciones esclarecedoras sobre
los beneficios que aportan los nuevos medios informáticos a las tareas de
conservación del acervo de un archivo histórico:
“Las tecnologías ópticas para el tratamiento automatizado de imágenes
se está revelando como uno de los campos más prometedores. La combi-
nación del disco óptico como soporte de almacenamiento y las técnicas
de OCR (Reconocimiento Óptico de Caracteres) aplicadas al tratamiento
de imágenes, gráficos, documentos... en múltiples profesiones ha sido rá-
pidamente adaptada por los archivos, bien que con carácter experi-
mental. En Canadá el sistema ArchiVISTA conserva en discos ópticos
los fondos del Centro Canadiense de la Caricatura, cerca de 20.000 ilus-
traciones. En Estados Unidos se experimenta el sistema ODISS para do-
cumentos de la Guerra Civil. El Archivo Municipal de Utrecht ha puesto
en marcha el ARIS para el acceso a la descripción y a los documentos di-
gitalizados de los registros notariales”16.
Uno de los proyectos señeros que comenzó a utilizar las tecnologías de
14 Ibid.
15 Ibid.
16 J. R. CRUZ MUNDET, Manual de Archivística..., pp. 306-307.

1.9 Page 9

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El historiador, los archivos y los medios informáticos 165
digitalización con el propósito de preservar la documentación y favorecer la
difusión de sus contenidos, se inició en una fecha tan temprana como 1985, y
tuvo como objetivo la informatización sistemática de los fondos del Archivo
General de Indias (AGI). Sin lugar a dudas, el AGI constituye el repositorio
más importante para el estudio de la dominación española en América. Sus
casi cuarenta mil legajos, abarcan desde 1492 hasta 1882, y comprenden toda
América del Sur (excepto Brasil), América Central, México, el Sur de Es-
tados Unidos, las Filipinas y otras posesiones del Pacífico. En 1985, con el
patrocinio del Ministerio de Cultura de España, la IBM España, y la Funda-
ción Ramón Areces, comenzó a trabajar un equipo técnico en un proyecto que
finalizaría su primera etapa seis años después. Tal como lo señala el informe
Digital Access to Antiquieties for Scholars and Students17, los objetivos que
se proponía este proyecto resultaban particularmente innovadores:
a. Automatización de las tareas administrativas propias de los archivos
históricos: emisión de identificaciones, control de documentos, reservas, esta-
dísticas, etc.
b. Creación de instrumentos descriptivos en soporte informático, tales
como guías, inventarios, catálogos, índices, etc.
c. Reproducción digital de documentos originales para crear un banco de
imágenes, que contiene más de 11 millones de páginas, almacenadas en
discos ópticos y CD-ROMs.
d. Desarrollo de un software de acceso para diversos tipos de búsquedas,
de despliegue de imágenes, e impresión tanto de descripciones como de docu-
mentos 18.
Para el año 1992, se habían generado más de 9 millones de páginas de
imágenes digitales que reproducían el 10 por ciento del total de los fondos del
AGI, lo cual colocó a este archivo a la vanguardia en materia de informatiza-
ción a nivel mundial.
Estos notables beneficios que nacen de la aplicación de las nuevas tec-
nologías al campo de la conservación del acervo archivístico, se ven comple-
mentados – de manera progresiva – por los avances que se han logrado en
otro campo igualmente trascendente: el de la restauración de los documentos
deteriorados. En los últimos años, la recuperación – a través de medios elec-
trónicos – de la imagen de documentos antiguos afectados por diversos fac-
tores, ha sido el fruto de procesos de digitalización que permitieron recobrar
17 AAVV, Digital Access to Antiquieties for Scholar and Students: http://www.almaden.ibm.com/
cs/people/gladney/antiquit.htm; (Julián Bescós es el autor de la sección del informe que corres-
ponde al AGI).
18 http://www.clir.org/pubs/reports/gonzalez/contents.html

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166 Juan Andrés Bresciano
la apariencia original de la piezas custodiadas. Por ello, actualmente resulta
posible ofrecer soluciones a problemas tales como manchas de color, decolo-
ración, debilitamiento de las tintas, etc., no sólo en los documentos textuales
sino también para los iconográficos. En consecuencia, el aporte de los medios
informáticos en materia de restauración, constituye la mejor alternativa para
resolver la contradicción que a veces se suscita entre la consulta de un docu-
mento y los cuidados que demanda su preservación.
2.5. La puesta en servicio de la documentación
La recolección, clasificación, ordenamiento, descripción y conservación de
los fondos de un archivo histórico, no tendrían sentido si el valioso patrimonio
cultural que en él se custodia no se volcase a sus destinatarios naturales, es de-
cir, los usuarios (y entre ellos, el historiador). Indudablemente, la automatiza-
ción contribuye a que la puesta en servicio mejore cualitativamente en su cali-
dad, y que se amplíe el número de consultantes atendidos y de consultas reali-
zadas, sin que por ello resulte afectada la documentación. Según refiere Pedro
González en un informe publicado por el Council on Library and Information
Resources, un proceso de estas características ha tenido lugar a partir de que cul-
minara la primera fase de la informatización del Archivo General de Indias,
puesto que:
a. El número de investigadores que concurren al AGI se ha incremen-
tado cada año.
b. El cien por ciento de la búsqueda de información se ha efectuado a
través del sistema automático de las bases de dato de referencia.
c. El tiempo que se precisa para cada búsqueda se ha reducido significa-
tivamente, pero el número de referencias pertinentes se ha incrementado.
d. El tiempo de espera para acceder al documento se ha reducido de los 15-
30 minutos del documento original a los 2 minutos de la imagen digital.
e. El número de documentos consultados por cada investigador se ha
multiplicado en un 100 por ciento entre 1992 y 1997.
f. Las condiciones de lectura de las piezas digitalizadas han mejorado de
manera sustancial gracias al proceso de reproducción19.
Indudablemente, se trata de un conjunto de facilidades y ventajas para el
investigador que efectúa sus búsquedas a través de los medios de consulta
19 Pedro GONZÁLEZ, Computarization of the Archivo General de Indias: Strategies and
Results. Council of Library and Information Resources, 1998, (http://www.clir.org/pubs/
reports/gonzalez/contents.html).

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El historiador, los archivos y los medios informáticos 167
instalados en el propio archivo. Sin embargo, existen modalidades de puesta
en servicio y de difusión que no requieren la presencia física del historiador
en el repositorio, y que operan, básicamente, gracias a las nuevas tecnologías.
Dentro de ellas, tres ejercen un papel gravitante: la divulgación de los fondos
digitalizados a través de ediciones en CD-ROM, en redes informáticas (parti-
cularmente Internet), y en los denominados archivos virtuales.
2.5.1. Archivos que digitalizan sus fondos y que los difunden en ediciones
en CD-ROM
El objetivo de esta modalidad consiste en digitalizar total o parcialmente
la documentación que se custodia, e implementar su publicación en soporte
electrónico, a través de unidades de CD-ROM. Por lo general, las series que
se editan se ofrecen a los investigadores locales o de cualquier parte del
mundo, mediante donación, intercambio o compra.
Un caso particularmente ilustrativo de la aplicación de esta modalidad,
lo constituye el Archivio Segreto Vaticano, que ha elaborado dos series de pu-
blicaciones documentales. La primera, incluye los Registros Vaticanos desde
Juan VIII a Bonifacio VIII (Reg. Vat. 1-136, siglos IX-XIV); la segunda, in-
corpora los Reg. Vat. 137-523, y finaliza con el Pontificado de Pío II. Estas
ediciones responden a un amplio programa de transferencia en CD-ROM de
todos los Registros, con el propósito de servir con mayor comodidad a los in-
vestigadores y difundir el acervo archivístico, sin afectar la conservación de
los documentos. Gracias a sofisticados medios tecnológicos, dicho proceso se
ha efectuado con el mayor rigor archivístico e histórico, para que la fidelidad
de las reproducciones resulte óptima. Por este motivo, en cada Registro se
puso un cuidado especial en la visualización de las firmas, las fojas adjuntas,
los índices, las anotaciones finales, etc. Asimismo, cada folio de cada vo-
lumen ha sido indizado para que su localización resulte más rápida. Las imá-
genes digitales resultantes, en formato JPEG, se pueden consultar mediante
un PC que disponga de lector de CD-ROM y de cualquiera de los sistemas
operativos de mayor uso 20.
2.5.2. Archivos que digitalizan sus fondos y los difunden a través de redes in-
formáticas
El acceso en línea a los fondos de un archivo total o parcialmente digita-
lizado, resulta de un gran interés tanto para los usuarios corrientes como para
los historiadores, ya que pone a disposición de cualquiera de ellos un patri-
monio documental que, al reproducirse en soporte informático, ofrece facili-
dades innegables en lo que respecta a cualquiera de las operaciones que de-
20 http://www.vatican.va/library_archives/vat_secret_archives/index.htm

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168 Juan Andrés Bresciano
finen el proceso de relevamiento heurístico. Gracias a esta modalidad pecu-
liar, investigadores de todo el mundo, tienen a su alcance los fondos volumi-
nosos de cientos de archivos a lo largo y ancho del planeta, sin que para ello
sea necesario ni el desplazamiento físico, ni los trámites de acreditación, ni
las tareas mecánicas de reproducción de los materiales. De esta manera, la
combinación de una edición digital de fuentes y un modo de difusión a través
de sistemas en línea, favorece la consulta inmediata (total o parcial) de los
fondos de un archivo, la localización acelerada de los materiales que se
buscan, la reproducción instantánea de los documentos que se seleccionan –
en muchos casos sin ningún costo (aunque esto depende de cada institución)
– y el procesamiento automático de los contenidos de la selección.
A medida que la digitalización documental progrese y permita la con-
sulta de los fondos reproducidos mediante Internet, el historiador que precise
recurrir a archivos localizados en diferentes países, ya no deberá efectuar
largos viajes, solventar prolongadas estadías, costear extensas reproducciones
mediante el sistema de microfilmación, y transportar abultadas valijas con di-
chos materiales al regreso, con todas las incomodidades, inconvenientes y
riesgos que ello supone. En principio, todo ese complejo proceso se podrá ob-
viar, sin que medie ningún gasto material o esfuerzo físico de cualquier natu-
raleza, si los archivos continúan propiciando estas nuevas formas de difusión
y puesta en servicio de sus fondos. Por el momento, se trata de un proceso in-
cipiente, de resultados parciales, que aún debe generalizarse, profundizarse y
perfeccionarse.
Generalmente, los documentos que se digitalizan, se hallan disponibles
para el historiador en dos versiones: como texto transcripto y como reproduc-
ción facsimilar. Los archivos nacionales de los países de mayor desarrollo ofre-
cen una selección de documentos reproducidos mediante este sistema y difun-
didos a través de Internet. A modo de ejemplo, se puede mencionar el sitio ofi-
cial de los National Archives de Canadá, que contiene siete colecciones dife-
rentes de fuentes archivísticas éditas en formato electrónico. Estas siete colec-
ciones (Living Memory, Places, People, War, Aboriginal Peoples, Government,
Postal Archives) ponen a disposición del usuario miles de textos, mapas e imá-
genes de distinto tipo y de procedencia diversa, que se clasifican – en algunas
colecciones – por tema, período histórico y por tipo de soporte21.
2.5.3. Archivos con fondos digitalizados que tienen una existencia exclusiva-
mente virtual
Se define como archivo virtual a aquel que solamente existe como tal en
el ciberespacio, y que por lo general proporciona reproducciones digitales de
21 http://www.archives.ca

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El historiador, los archivos y los medios informáticos 169
fuentes históricas (o de cualquier otra índole) provenientes de repositorios di-
versos. Su función consiste en sistematizar documentos relativos a un campo
temático en particular, el cual puede ser relativamente acotado o bastante am-
plio. Por lo tanto, no consiste en la difusión electrónica de los fondos de un
archivo real, sino en la creación de un nuevo archivo que nace a partir de un
campo temático específico, y no de la documentación que genera una persona
física o jurídica. Dicho campo temático motiva a sus creadores para que co-
lecten y reproduzcan fuentes históricas procedentes de centros diversos, las
sistematicen, clasifiquen y ordenen, y generen un ámbito de difusión a través
de la “red de redes”.
Estos archivos virtuales suelen constituir un esfuerzo de socialización de
documentación valiosa y significativa, y se encuentran asociados a emprendi-
mientos y proyectos de centros académicos o de investigadores particulares.
Los ejemplos en esta materia resultan abundantes, y es posible encontrar ar-
chivos virtuales para prácticamente todas las disciplinas que se integran
dentro del amplio marco de las Ciencias Históricas. A modo ilustrativo, se po-
dría referir uno de los más originales: Historic Cities. Creado y desarrollado
por el Centro de Ciudades Históricas del Departamento de Geografía de la
Universidad Hebrea de Jerusalén y de la Biblioteca Nacional y Universitaria
Judía, este sitio presenta mapas, fuentes literarias, documentos, libros y otros
materiales relevantes con respecto al pasado, el presente y el futuro de ciu-
dades históricas, fundamentalmente europeas. Como archivo virtual que es,
se halla en constante crecimiento, ya que incorpora de manera regular y siste-
mática centenares de planos y mapas de ciudades, los cuales se comple-
mentan con documentos que ofrecen información contextual. De hecho, el
sitio incluye fuentes mapográficas de cientos de ciudades en Alemania, Aus-
tria, Bélgica, Bielorrusia, España, Francia, Holanda, Hungría, Italia, Malta,
Polonia, Portugal, el Reino Unido y Suiza. Las búsquedas de documentos se
realizan por tres categorías: el nombre de la ciudad, por el año, o por el
nombre del autor del mapa 22.
3. Los medios informáticos y la proyección académica de los distintos
tipos de archivos históricos
En esta segunda sección de la ponencia, se habrán de analizar las conse-
cuencias que tienen los procesos de automatización en la difusión y utilización
de los fondos documentales, en función del tipo de archivo que se considere.
Para ello, se considerarán estos efectos según la naturaleza del soporte de los
22 http://historic-cities.huji.ac.il

2.4 Page 14

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170 Juan Andrés Bresciano
fondos custodiados (archivos tradicionales y no tradicionales) y según la en-
tidad productora de los mismos (archivos públicos, privados y de particulares).
3.1. Archivos tradicionales y no tradicionales
Dentro del vasto universo de la documentación tradicional, existen
piezas que por su antigüedad, su fragilidad, su tamaño o su potencial dete-
rioro, no pueden ser consultadas de manera directa. Gracias a los medios que
proporcionan las nuevas tecnologías, los archivos históricos que custodian
papiros y pergaminos valiosos y documentos de gran fragilidad, pueden
brindar una reproducción de alta definición de todos ellos, sin que el soporte
se perjudique y sin que el investigador se vea limitado en su utilización. Este
tipo de servicio opera a partir de imágenes numéricas, obtenidas de fotogra-
fías analógicas en color de las piezas originales. Las imágenes que se generan
suelen dar origen a algún instrumento que puede ser consultado en la misma
institución, o a través de Internet. Tal es el caso del banco ARCHIM del
Centre Historique des Archives Nationales de Francia, el cual contiene 600
referencias y 900 imágenes numéricas de fuentes textuales de gran valor para
la historia de dicho país23.
La utilidad de los medios informáticos no se circunscribe al mero acceso
a piezas que en otros tiempos se hallaban fuera del alcance del investigador
medio. Por el contrario, se proyecta a un campo mucho más amplio – propi-
ciado por las reproducciones digitales – en la medida en que permiten la con-
sulta y copia inmediata de fuentes tradicionales en una escala nunca antes ima-
ginada. Hasta hace unos pocos años, no resultaba sencillo acceder a las fuentes
históricas primarias de las civilizaciones antiguas. Generalmente, el historiador
que no disponía de acceso directo, debía recurrir a traducciones poco confia-
bles, o en el mejor de los casos a transcripciones realizadas por otros investiga-
dores. Hoy en día, la digitalización de tales documentos hace posible su es-
tudio directo, sin que opere mediación alguna, ni en el soporte original y ni el
sistema de escritura de procedencia. De esta forma, se accede no sólo a los
contenidos de la pieza sino a la grafía y a los detalles de conservación de la
fuente primaria, lo cual abre un nuevo horizonte a la proyección y difusión de
disciplinas auxiliares tan tradicionales como la Paleografía y la Diplomática.
Estos beneficios asociados a la socialización de los contenidos de los ar-
chivos clásicos, se multiplican de manera asombrosa cuando se considera la
situación de los repositorios no tradicionales. A continuación, se habrán de re-
ferir algunos ejemplos de difusión mediante Internet de los fondos de ar-
chivos que pertenecen a las siguientes categorías:
23 http://www.archivesnationales.culture.gouv.fr/chan/

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El historiador, los archivos y los medios informáticos 171
a. Archivos Orales
MSU Vincent Voice Library Exhibit. Se trata de un archivo de la palabra
que contiene registros de 50.000 personas, pertenecientes a contextos socio-
culturales totalmente diversos24.
Rutgers Oral History Archives of World War II. Bajo la dirección del
Profesor G. Kurt Piehler, este archivo registra las experiencias personales de
hombres y mujeres de Estados Unidos que sirvieron durante la Segunda
Guerra Mundial 25.
Conversations with History. En esta página, distinguidas figuras de todo
el mundo hablan sobre sus vidas, sus experiencias, y sus actividades26.
Mississippi Civil Rights Oral History Bibliography. Este sitio presenta
una guía detallada de 900 entrevistas de Historia Oral sobre el movimiento de
los derechos civiles en Mississippi 27.
Oral History on Science, Space, and Technology. Se trata de un valiosí-
simo catálogo en línea de los contenidos de proyectos de Historia Oral, desa-
rrollados entre 1981 y 1990 28.
Voice of Hibakusha Consiste en un repertorio que reproduce el texto
desgrabado de entrevistas a los sobrevivientes del bombardeo nuclear a
Hiroshima 29.
b. Archivos Sonoros
Collections et documentation du Musée de la musique: Incorpora 40.000
referencias y 7.000 imágenes30.
British Library National Sound Archive. Se trata de uno de los reposito-
rios más importantes a nivel mundial en esta materia, al cual se puede acceder
mediante Internet. Presenta numerosas colecciones de un valor excepcional;
entre ellas, se podrían mencionar las de: Música Clásica, Drama y Literatura,
Música Internacional, Jazz, Sonidos del Mundo Salvaje, Dialectos y Acentos,
Efectos Sonoros, etc. etc.31.
c. Archivos de la Imagen
24 http://srd.yahoo.com/drst/258967/
25 http://srd.yahoo.com/drst/958652/
26 http://srd.yahoo.com/drst/26569223/
27 http://srd.yahoo.com/drst/7707818/
28 http://srd.yahoo.com/drst/2360379/
29 http://srd.yahoo.com/drst/27133989/
30 http://www.culture.gouv.fr/culture/bdd/index.html
31 http://www.bl.uk/collections/sound-archive/nsacollections.html

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172 Juan Andrés Bresciano
Archi XXe: Presenta 1.000 referencias e imágenes de inmuebles fran-
ceses del siglo XIX, protegidos por la ley de monumentos históricos32.
BN-Opaline: Ofrece más de un millón de referencia y unas 35.000 imá-
genes, de las Collections spécialisées de la Bibliothèque Nationale de
Francia 33.
Ethnologie. Contiene obras y documentación etnológica y técnicas de
objetos, diseños, estampas, pinturas, esculturas, fotografías, etc., de colec-
ciones públicas francesas. Presenta 12.350 referencias y 4.550 imágenes34.
Joconde. Proporciona 130.000 referencias y 16.000 imágenes de obras
de arte de las colecciones públicas francesas35.
Mémoire: Desarrolla 275.000 referencias de los fondos gráficos y foto-
gráficos conservados por la Dirección de la Arquitectura y del Patrimonio de
Francia; 140.000 de dichas referencias, se hallan asociadas a una imagen36.
Patrimoine photographique: Se trata de las colecciones fotográficas per-
tenecientes al Estado francés, y relativas a temas tales como el cine, las artes
del espectáculo, el mundo del trabajo, la vida cotidiana, los viajes, París de
1930 a 1980, etc. Ofrece 1.000 referencias e imágenes37.
d. Archivos Audiovisuales:
Images de la culture. Refiere 2.000 filmes documentales franceses diri-
gidos a organismos culturales, sociales y educativos38.
Médiathèque Héctor Berlioz: Proporciona información sobre 110.000
documentos impresos y audiovisuales39.
3.2. Archivos públicos, privados y de particulares
La difusión a través de Internet de catálogos y de fondos documentales
digitalizados, demuestra que aún cuando los archivos públicos resultan ser los
más tradicionales para el investigador contemporáneo, la elaboración de una
selección variada de fuentes editadas en soporte informático, le permiten ac-
ceder a materiales sumamente valiosos para estudios que trascienden por el
completo el marco estrecho de la Historia política, y que incursionan decidi-
32 http://www.culture.gouv.fr/culture/bdd/index.html
33 Ibid.
34 Ibid.
35 Ibid.
36 Ibid.
37 Ibid.
38 Ibid.
39 Ibid.

2.7 Page 17

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El historiador, los archivos y los medios informáticos 173
damente en el ámbito de la Historia económica, social y cultural. Tal es el
caso de Public Record Office (PRO), los Archivos Nacionales del Reino
Unido, los cuales custodian documentación histórica de los pueblos británicos
desde el siglo XI hasta el presente. El sitio Web de PRO ofrece cuatro sec-
ciones que reproducen fuentes públicas no tradicionales. La primera sección
contiene las fuentes estadísticas completas del Censo de 1901; la segunda
despliega imágenes digitales de una amplia selección de documentos del siglo
XIX y XX; la tercera presenta una colección de gran valor testimonial de se-
llos medievales, mientras que la cuarta ofrece más de doce mil páginas de do-
cumentación política40.
Los National Archives and Records Administration (NARA) de Estados
Unidos también demuestran en qué medida la utilización de los medios infor-
máticos resulta provechosa para la proyección académica, social y cultural de
los archivos históricos. A través de NAIL (NARA Archival Information Lo-
cator) se puede acceder a: 391.000 descripciones de documentos de textos, en
diferentes niveles de la jerarquía archivológica (grupo de registros, colec-
ciones, series, unidades de archivo, items); 99.650 filmes y videos; 39.304 re-
gistros sonoros; 3.000 series iconográficas; 58.774 ítems iconográficos; 360
series de mapas y diagramas. Asimismo, ofrece una selección de registros que
han sido digitalizados, la cual incluye 58.390 documentos iconográficos, 451
mapas y diagramas, 13 registros sonoros que contienen 75 segmentos de
audio y 22.820 documentos textuales. Paralelamente, NAIL proporciona des-
cripciones de más de 3.000 publicaciones de microfilm de los NARA, las
cuales incluyen las creadas o compradas por la institución para el uso de in-
vestigadores. Para cada una de estas publicaciones, el usuario puede efectuar
búsquedas por modalidades múltiples (palabra clave, número de identifica-
ción del microfilm, Número de Grupo de Registros, etc.)41 NAIL forma parte
del Electronic Access Project (EAP), iniciado en 1996, y que tiene como ob-
jetivo permitir que cualquier usuario, desde cualquier lugar del planeta, ac-
ceda, mediante una conexión de Internet, a las descripciones de los fondos de
los NARA y consulte las copias digitales de las selecciones documentales que
se han incorporado y que se seguirán incorporando en el transcurso de los
próximos años. Actualmente, 124.000 reproducciones se encuentran disponi-
bles en línea, gracias a este sistema, que admite búsquedas y consultas por tí-
tulo, materia y descriptores diversos42.
La difusión académica y cultural mediante las redes informáticas, favo-
rece, al mismo tiempo, a los archivos regionales, provinciales o estaduales.
40 http://www.pro.gov.uk
41 http://www.nara.gov /nara/naildata.html
42 http://www.nara.gov /nara/vision/eapover.html

2.8 Page 18

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174 Juan Andrés Bresciano
En el ciberespacio, la localización geográfica de una región y su lejanía con
respecto a los grandes centros nacionales e internacionales resulta irrelevante,
a la hora de divulgar su patrimonio archivístico. El Archivo Histórico Provin-
cial Fernando E. Aráoz” de Santa Rosa, Provincia de La Pampa, constituye
un testimonio claro de ello. Su sitio Web contiene un conjunto de muestras
permanentes con selecciones por demás ilustrativas de documentos no tradi-
cionales. Una de estas muestras se relaciona con las artesanías tradicionales
pampeanas, y consta de seis secciones referentes a artesanías en cuero, tejido,
madera, bordado en cuero de cogote de avestruz y asta. Cada pieza exhibida
posee una tarjeta identificatoria con datos referidos al artesano que la elaboró,
su descripción sucinta, y las técnicas empleadas en su confección. En con-
junto, la muestra presenta un amplio panorama de las artesanías pampeanas, a
través de un universo fascinante de matras, peleros, ponchos, tabaqueras, re-
benques, botas de potro, lazos, boleadoras, chifles, estribos, juegos de sogas,
bozales, cabestros, fajas, etc. Además de esta muestra, el archivo dispone de
una exhibición de documentos iconográficos, organizada en cinco secciones:
(a) Santa Rosa desde sus orígenes hasta 1910; (b) Centenario de Toya; (c)
Centenario de Acha; (d) Algunos pueblos de La Pampa; (e) Los primeros ca-
samientos (de 1893 a 1950) 43.
Los archivos municipales también se ven particularmente beneficiados
por el acceso informático a sus fondos, que disfrutan tanto investigadores y
estudiantes como usuarios corrientes. Hace una década resultaba impensable
para un historiador del Cono Sur consultar documentación sobre ciudades de
países situados en las antípodas, como Australia. Sin embargo, hoy en día es
perfectamente posible indagar los archivos de la ciudad de Sydney, mediante
una selección en línea de decenas de miles de las piezas que integran sus
fondos. A pesar de que se trata de fuentes históricas localizadas en el otro ex-
tremo del planeta, un investigador rioplatense tiene acceso a ellas, a través de
tres instrumentos de búsqueda: (a) Archives Investigator, que proporciona in-
formación de contexto y de contenido de los archivos del City Council de la
ciudad de Sydney; (b) ArchivePrix, que contiene un catálogo en línea de más
de 20.000 fotografías de un total de 120.000 que poseen los archivos, y (c)
Sydney Reference Collection, que ofrece materiales de referencia, tanto éditos
como inéditos, para los estudios históricos de dicha ciudad44.
Los beneficios que la difusión en red otorga a los archivos públicos,
también se manifiesta en la proyección académica y cultural de los fondos de
los archivos institucionales privados. Con respecto a estos últimos, las inno-
vaciones más significativas se expresan en la recuperación, sistematización y
43 http://www.lapampa.gov.ar/cultura/INVCULT.HTM
44 http://www.cityofsydney.nsw.gov.au/hs_archives.asp

2.9 Page 19

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El historiador, los archivos y los medios informáticos 175
difusión de la documentación histórica de entidades que poseen una larga tra-
yectoria, y en la creación de las condiciones necesarias para que cualquier
institución, no importa cual sea su magnitud, trascendencia o proyección,
constituya progresivamente su archivo histórico y cobre conciencia de la im-
portancia de la preservación de sus fondos.
Existen abundantes ejemplos sobre la forma en que la utilización de re-
cursos informáticos ha permitido constituir verdaderos centros documentales
dentro de un área específica del campo histórico, a partir de repositorios de
diversas entidades de la Sociedad Civil. El Centre des Archives du Monde du
Travail resulta bastante ilustrativo al respecto. Se trata de un organismo que
reúne a diferentes archivos producidos por el conjunto de los actores del
mundo del trabajo en Francia. Incluye archivos de empresas industriales, de
empresas comerciales, de organismos y de asociaciones profesionales, de sin-
dicatos obreros y patronales, todos ellos donados voluntariamente por las en-
tidades productoras al Centro que los custodia45.
Más aún que los archivos públicos y privados, los archivos de particu-
lares se ven especialmente favorecidos por las nuevas tecnologías. Tradicio-
nalmente, la conservación sistemática de los archivos de personas físicas es-
taba reservada para aquellos sujetos históricos a los que, de manera contem-
poránea o retrospectiva, la sociedad les reconocía una actuación significativa
en alguno campo relevante del acontecer colectivo (político, económico, so-
cial, cultural, etc.). En términos generales, la tendencia prevaleciente no era
otra que la de preservar la papelería de lo que habitualmente se denomina “el
gran personaje”. Sin embargo, ni siquiera en ese caso la continuidad física de
la documentación resultaba asegurada, ya que los riesgos de dispersión, ena-
jenación, deterioro y destrucción de los fondos siempre se hallaba presente, a
menos que mediara la acción del Estado, o que los familiares o descendientes
de esas figuras públicas de actuación reconocida tuvieran una clara con-
ciencia del valor histórico de los materiales que recibían en herencia. En los
tiempos actuales, la ampliación del concepto de sujeto histórico que intro-
ducen las sucesivas renovaciones historiográficas del siglo XX, alienta la
conservación de los archivos personales tanto del político conocido y del es-
critor renombrado, como del ciudadano anónimo, ya que, en diferentes di-
mensiones, los testimonios generados tanto por unos como por otros consti-
tuyen fuentes privilegiadas para la comprensión del pasado y del presente.
En la última década, el acceso masivo al PC, a los programas informá-
ticos y a los servicios de Internet, ha sentado las bases objetivas que alientan
la conservación de los archivos particulares. La documentación textual elec-
trónica que un sujeto produce se almacena y se ordena automáticamente, sin
45 http://www.archivesnationales.culture.gouv.fr/camt/

2.10 Page 20

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176 Juan Andrés Bresciano
ocupar prácticamente espacio, a diferencia de la papelería tradicional. El co-
rreo electrónico presenta características tales que un individuo cualquiera
pueda disponer de un epistolario en soporte informático, sin que tenga que
ocuparse de archivar su correspondencia, realizar copias de las cartas en-
viadas, mantener archivos independientes de cartas enviadas y recibidas, etc.
etc., porque todo esto los programas lo hacen automáticamente. Finalmente,
las tecnologías digitales permiten la conservación y el ordenamiento inme-
diato en archivos electrónicos de las fotografías, las filmaciones, y los regis-
tros sonoros que un individuo cualquiera realice para testimoniar eventos de
su vida cotidiana, ceremonias, viajes, etc. También ocurre lo mismo con do-
cumentos textuales valiosos para los estudios históricos como son los diarios
personales, las agendas, los libros de anotaciones, ya que existen versiones
informáticas de todos ellos.
Conclusiones
A lo largo de esta ponencia, se ha procurado identificar e ilustrar las
formas en que las nuevas tecnologías han facilitado las tareas del investigador
en los archivos. En esta última sección, se intentará exponer, de manera siste-
mática, algunas conclusiones con respecto a las consecuencias que tienen
tales beneficios en las distintas fases de una investigación histórica:
1. En la fase de selección de su objeto de estudio, el historiador ya no se
ve limitado por la distancia geográfica de los repositorios que contienen las
fuentes que hacen posible su investigación, ni tampoco por las limitaciones
para su consulta material. En los hechos, disfruta de una libertad – progresi-
vamente ampliada – de elegir un tema en función de sus intereses más pro-
fundos, y no en razón de la viabilidad física del acceso a los archivos que re-
sulten relevantes para su proyecto. Asimismo, el investigador puede ampliar
el espectro de sus opciones a temáticas poco abordadas anteriormente, en la
medida en que los medios informáticos permiten conservar con mayor faci-
lidad documentos no tradicionales y, al mismo tiempo, hacen posible la pre-
servación de repositorios dispersos y en peligro de desaparición –como es el
caso de muchos archivos privados y de particulares.
2. En la fase de relevamiento de fuentes, la informatización aplicada a la
clasificación, ordenamiento y descripción de los fondos archivísticos per-
miten que el historiador pueda localizar, registrar, consultar y reproducir la
información contenida en todos los repositorios que se relacionan con su
tema. En el caso que deba desplazarse físicamente y efectuar su investigación
en las sedes de los archivos, la automatización de trámites tales como acredi-

3 Pages 21-30

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3.1 Page 21

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El historiador, los archivos y los medios informáticos 177
tación del investigador, solicitud de consulta de una serie documental, locali-
zación y reproducción total o parcial de sus contenidos, supone un ahorro de
tiempo, esfuerzo material y recursos económicos. Si el historiador no precisa
desplazarse porque puede acceder al archivo a través de Internet, la digitaliza-
ción paulatina de cientos de miles de documentos textuales, gráficos, icono-
gráficos, orales, sonoros, audiovisuales, pone a su disposición un espectro
amplísimo de fuentes que antes sólo podían ser consultadas en los grandes
centros de información de un número reducido de países. En cualquier caso,
las guías, los inventarios y los catálogos informáticos de archivo habilitan
búsquedas mucho más rápidas y eficaces para los investigadores que concu-
rren a cualquiera de esos centros. Si los catálogos son exhaustivos y se en-
cuentran en línea, el proceso se simplifica mucho más aún, ya que sin tener
que desplazarse de su domicilio o lugar del trabajo, cualquier usuario puede
saber si el material que desea se encuentra o no en el archivo que está consul-
tando. Es indudable que todas estas innovaciones se encuentran aún en una
etapa primaria, y sus beneficios deben ser juzgados no tanto por lo que hoy
ofrecen, sino por todo lo que habrán de brindar en las próximas décadas.
3. En la fase de procesamiento y clasificación de la información rele-
vada, las reproducciones automáticas de documentos digitalizados – y su aná-
lisis mediante sofisticados paquetes informáticos – suponen una contribución
notable al avance de la investigación histórica. Las tecnologías ópticas hacen
posible el uso de fuentes archivísticas de diversos tipo con un grado de siste-
maticidad, profundidad y complejidad que no lo permitiría la consulta del do-
cumento en su soporte original.
4. En la fase heurística, los recursos que aportan las nuevos medios, gra-
vitan de manera diversa. Por ejemplo, en la fase de crítica externa de las
fuentes, la digitalización permite operar con sistemas que facilitan la detec-
ción de falsificaciones. Asimismo, los instrumentos más actualizados de pro-
cesamiento de las imágenes de documentos digitalizados posibilitan la re-
construcción de fuentes textuales o iconográficas que se han visto seriamente
afectadas o deterioradas.
5. En la fase hermenéutica, la edición electrónica de la documentación
de archivo abre las puertas a la aplicación, de manera automática, de diversas
técnicas de análisis cualitativas y cuantitativas. Los programas más utilizados
operan mediante la codificación de datos verbales y numéricos, la búsqueda
de coincidencias entre dichos datos, el descubrimiento de correlaciones, y la
realización de operaciones de medición y cuantificación de los insumos obte-
nidos – no sólo de fuentes archivísticas de corte estadístico, sino también de
documentos iconográficos y audiovisuales.

3.2 Page 22

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178 Juan Andrés Bresciano
Todas estas aplicaciones que se acaban de reseñar, constituyen un con-
junto creciente de opciones que en el transcurso de los próximos años se am-
pliarán con distinto ritmo, en función de los intereses de las diferentes comu-
nidades académicas dedicadas al estudio del pasado. Sin embargo, resulta cla-
ro que de aquí en más sólo es dable esperar que se estreche, profundice y enri-
quezca la relación que une, ya de una manera irreversible e indisoluble, al his-
toriador, los archivos y los medios informáticos.
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