Mensaje del Rector Mayor
para el Boletín Salesiano de Marzo
El Sistema Preventivo
“Ustedes
tienen obras, colegios, casas, pero tienen solamente un tesoro: la
pedagogía de Don Bosco. Arriesguen todo lo demás pero salven esta
pedagogía… El Señor les ha confiado una pedagogía en la cual
triunfa el respeto del joven... Consérvenla: renovada, rejuvenecida,
enriquecida con descubrimientos modernos, adaptada a los jóvenes de
ustedes, que son maltratados en una forma que Don Bosco no había
visto jamás” [1]
.
Cuál es este original sistema educativo? La praxis de Don Bosco es un arte pedagógico-pastoral, habiendo él traducido la ardiente caridad de su ministerio sacerdotal en un proyecto concreto de educación de los jóvenes en la fe: la pedagogía es un arte que exige talento. No se trata de fórmulas estáticas o mágicas, sino de un conjunto de condiciones que a la persona la enriquecen de paternidad y maternidad educativas. La primera de estas condiciones es conocer la propia época y saberse adaptar a ella. A continuación vienen algunas características, entre las cuales:
a.-
Creatividad
de artista
para conjugar el empuje pastoral con la inteligencia educativa. Se
trata de un tipo de pasión apostólica que se siente llamada en
causa por el actual clima de secularización. En Don Bosco el
principio metodológico que lo empuja a obrar como auténtico artista
es su actitud de amabilidad: construir confianza, familiaridad y
amistad. El sistema preventivo posee una fuerte dosis de carisma, de
“llamada vocacional” y conlleva la mística de la caridad
pastoral (la pasión del Da
mihi animas”)
y la ascesis del “hacerse amar” (“no
basta amar a los jóvenes. Ellos deben sentir que son amados”).
b.-
En
relación de solidaridad con los jóvenes. Dar
el primer paso, “ir a los jóvenes” es “la primera y
fundamental urgencia de la educación”[2]
.
El joven es sujeto activo en la praxis educativa y debe sentirse
realmente implicado como protagonista en la obra que se quiere
realizar. Sin su libre colaboración nada se construye. Es ésta la
experiencia de Don Bosco con los muchachos; él no actuaba
conquistándolos, sino compartiendo con ellos las responsabilidades.
Una solidaridad educativa hoy es más necesaria que nunca, puesto que
las varias agencias de educación no siempre sintonizan con las
exigencias formativas del joven.
c.-
Con
la mirada puesta en el Hombre nuevo.
La
finalidad a la cual tiende la educación salesiana es configurar al
Hombre nuevo (Cristo) en cada joven. Esto no lo toma en consideración
la educación laicista. Para un educador salesiano Cristo es la mejor
noticia que se puede dar a un joven: nos revela a Dios como Padre y
nos dice que en Cristo somos hijos de este Padre. No hay dignidad
mayor ni mejor noticia que se pueda transmitir. Sólo Él es el
Camino, la Verdad y la Vida. El evento/Cristo no es simplemente
expresión de una formulación religiosa, sino un hecho objetivo de
la historia humana. Toda persona tiene necesidad de Él y a Él
tiende, aunque no lo sepa. La búsqueda enfermiza de eficacia y el
relativismo religioso son dañinos para la personalidad de los
jóvenes.
d.-
Mediante
un trabajo de carácter preventivo.
Prevenir
es el arte de educar en positivo, proponiendo el bien en forma
atrayente; es el arte de hacer que los jóvenes crezcan desde
adentro, con libertad interior, superando formalismos exteriores; es
el arte de adueñarse del corazón de los jóvenes, para que caminen
con alegría obrando el bien, corrigiendo desviaciones, preparándose
al porvenir.
e.-
Soldando,
en un solo haz luminoso, razón religión y amabilidad
que entran “juntos” en tensión. Estos tres valores no son
meramente humanos, ni solo religiosos, ni unicamente afectivos y
actúan juntos, en un clima de bondad, trabajo, alegría y
sinceridad. Evidentemente la práctica del sistema preventivo se
vuelve, para el educador, una espiritualidad exigente. No es posible
practicarla sin una caridad pastoral bien probada y una pasión
apostólica auténtica. Estamos hablando de santidad pedagógica,
atrayente pero profunda, que se identifica con la alegría, obtenida
a fuerza de servicio a los jóvenes, sacrificio, trabajo y
templanza (coetera
tolle).
f.-
Con un compromiso creativo en relación con el tiempo libre del
joven. “La
vida de grupo es un elemento fundamental de la tradición pedagógica
salesiana” [3]
.
En Chieri Juanito
Bosco
fundó la “Sociedad de la Alegría”; Domingo
fundó
la Compañía de la Inmaculada; Miguel
Magone pertenecía
a la Compañía del Santísimo... A través de las asociaciones se
llega a los ambientes y a cada una de las personas dentro del grupo.
Naturalmente hace falta estar siempre dispuestos a ofrecer el debido
seguimiento personal, en especial a los animadores y a los
responsables.
Juan Pablo II, “Juvenum Patris”, 14