Por ahora no me animaría a hacer grandes afirmaciones. Quizá ustedes estén comparando éste y otros momentos de la vida religiosa. Los buenos tiempos del pasado no han sido los típicos, de hecho siempre ha habido altibajos. El problema es nuestro porque tendemos a imaginar tópicos y nos perdemos en ellos. El hecho de tener mucha historia hace que uno compare, y la comparación puede resultar estridente. Yo pienso que hay que trabajar con la vida. Dios estaba antes de que llegáramos, y seguirá estando después de que nos vayamos, pero de este trozo de historia somos responsables nosotros. Parece que tenemos que afrontarlo con grandeza, y contando con los que somos y estamos.


Por ahora no me animaría a hacer grandes afirmaciones. Quizá ustedes estén comparando éste y otros momentos de la vida religiosa. Los buenos tiempos del pasado no han sido los típicos, de hecho siempre ha habido altibajos. El problema es nuestro porque tendemos a imaginar tópicos y nos perdemos en ellos. El hecho de tener mucha historia hace que uno compare, y la comparación puede resultar estridente. Yo pienso que hay que trabajar con la vida. Dios estaba antes de que llegáramos, y seguirá estando después de que nos vayamos, pero de este trozo de historia somos responsables nosotros. Parece que tenemos que afrontarlo con grandeza, y contando con los que somos y estamos.






Inspectoría Salesiana de “Santiago el Mayor" León , 24 septiembre de 2003 nº 28














50, son cincuenta. Cincuenta años soñando caminos con los jóvenes


El 12 de septiembre, en la antigua Universidad Laboral de Zamora (actual I.E.S. “Universidad Laboral”) nos hemos dado cita para el inicio del cincuentenario de esta institución educativa, que tanto renombre alcanzó en la sociedad española de la segunda mitad del siglo XX. Bajo una convocatoria conjunta, tanto salesianos y miembros de Familia Salesiana como educadores, profesores y personal no docente del actual Instituto estábamos para celebrar esta efemérides juntos. Unos celebrábamos los Cincuenta años de una Inspectoría (la de León), que comenzó teniendo sede en Zamora. Otros conmemoraban los cincuenta años de una institución educativa. Todos recordaban los años vividos, los valores compartidos y los frutos que sin duda alguna se han desprendido de este gran árbol.

Oí en cierta ocasión que la historia iba caminando a golpes de centenario, o cincuentenario –podríamos añadir ahora-. Se pretendía decir que a veces somos parcos en la reflexión sobre el pasado, que en pocas ocasiones nos ponemos a pensar qué ha supuesto nuestra historia y nuestro quehacer. Sin embargo, habría que añadir que, supuesta una sana preocupación por la historia como reflexión sobre los hechos del pasado, este tipo de acontecimientos nos proporcionan un redoble de motivación y ponen a nuestro alcance pequeñas atalayas que privilegian nuestra perspectiva y mirada. No hemos hecho más que empezar…
























ÍNDICE



  1. Retiro ……………………3-7

  2. Formación…………….8-12

  3. Comunicación.……..13-18

  4. El anaquel…………..19-47

  5. La ansiedad 6………19-32

  6. Coloquio Bratislava.33-39

  7. Necrologio Salesiano40-47



Revista fundada en el 2000


Edita y dirige:

Inspectoría Salesiana "Santiago el Mayor"

Avda. de Antibióticos, 126

Apdo. 425

24080 LEÓN

Tfno.: 987 203712 Fax: 987 259254


Maqueta y coordina: José Luis Guzón.

Redacción: Segundo Cousido y Mateo González

Depósito Legal: LE 1436-2002

ISSN 1695-3681


RETIRO





TODAVÍA HAY BUENA TIERRA PARA LA SIEMBRA”


Métodos de fertilización



1.- INTRODUCCIÓN


"Todavía hay buena tierra para la siembra” fue el título de la Carta que el Rector Mayor, Don Egidio Viganó, nos escribió a principios de 1992 sobre pastoral vocacional y que, a pesar del tiempo transcurrido, puede darnos pistas de reflexión para plantear el curso, desde el inicio, en una clave vocacional, tanto en el ámbito personal y comunitario como pastoral.


Hablar de "buena tierra para la siembra" equivale a decir que se trata de una tierra fértil, o porque naturalmente lo es o porque así se la ha convertido por medio de fertilizantes.


Recordar brevemente el significado de fértil. fertilidad, fertilizante, fertilizar nos ayudará a comprender la expresión de Don Viganó "buena tierra para la siembra", referida a las vocaciones.


Según las enciclopedias y los diccionarios consultados, éste es su significado:


  • Fértil: Aplícase a la tierra que lleva o produce mucho o en abundancia.


  • Fertilidad: Es la mayor disposición que tiene una tierra para producir cosechas abundantes y continuas. Para que una tierra sea fértil hace falta que tenga una composición granulométrica equilibrada, humedad suficiente, una alta capacidad de intercambio catódico, microflora rica y elementos minerales abundantes y no tóxicos. La fertilidad de una tierra de cultivo se sostiene y aumenta por medio de labores, riegos, adicionando abonos minerales u orgánicos, realizando "enmiendas", es decir, modificando sus propiedades fisicas.


  • Fertilizante: Nombre que recibe toda sustancia de origen vegetal, animal o mineral que, aplicada a la tierra de cultivo en forma de abono, contribuye a aumentar su caudal de principios alimenticios que constituyen los alimentos de los vegetales.


  • Fertilizar: Enriquecer las tierras mezclando con ellas substancias de procedencia vegetal, animal y mineral, en condiciones asimilables para que puedan ser absorbidas por las plantas.


Sintetizando, se puede decir que la fertilidad de una tierra depende de la clase y situación de la misma tierra, de las mejoras que en ella se realizan (abonos, enmiendas, fertilizantes) y de las acciones a que se la somete (labores, riegos).


Desde la óptica de la pastoral vocacional ¿cuáles son los "fertilizantes" y las "labores" que convierten a una “tierra" (jóvenes, obra salesiana...) en vocacionalmente fértil?


Veamos, primero, algunos de los "fertilizantes vocacionales" que utilizaba Don Bosco y aquellos que propone el Rector Mayor. Después, damos unas sugerencias para la reflexión personal, la oración y el diálogo comunitario.




2.- MEDIOS DE FECUNDIDAD VOCACIONAL

PROPUESTOS POR DON BOSCO


1. Trato amable


Para despertar vocaciones "es necesario mucho cariño con los muchachos y tratarlos bien. Esta bondad de trato y este cariño deben ser el rasgo característico de todos los salesianos, sin excepción. Todos juntos lograrán atraer a uno, pero basta uno para alejar a todos” (MB XII 8). A los primeros misioneros les dio este consejo: "Para cultivar las asociaciones eclesiásticas... caridad con muestras de amabilidad y especial benevolencia”.


2. Dar confianza


"No sólo hay que tratarlos bien, sino que a un mayorcito que ofrece alguna esperanza, debe concederle el Superior mucha confianza”. Seguidamente pone algunos ejemplos de ello, y continúa diciendo: éstos son "pequeños ardides, pero forman parte del mecanismo que trabaja poderosamente en nuestras casas, y puede afirmarse que son las fuentes que alimentan nuestra Congregación. Muchos jóvenes se deciden después de estos rasgos de especial confianza que se les da" (MB XII 89).


3. Mucha familiaridad


Ayuda también mucho al nacimiento de vocaciones "el conceder a un muchacho mucha familiaridad. Hacerles pasear alguna vez a solas con nosotros, charlar, reír, escucharle; hacer que nos cuente algo de su vida en casa, por el campo, por los prados, en la viña, en la alquería, etc." (MB XII 90).


4. Caridad entre los salesianos


Es importantísima "la caridad recíproca que observan en el trato de unos salesianos con otros. Si ven que uno no se lleva muy bien con otro, que éste murmura de aquél, que se critican las disposiciones de éste o de aquél Superior, entonces ninguno se hará salesiano" (MB XIV 44).


5. Frecuencia de sacramentos


De sí mismo afirma Don Bosco: La comunión "fue el alimento principal de mi vocación". "Para cultivar las vocaciones (aconseja a los misioneros) comunión frecuente". “Entre nosotros tenemos, como base de las vocaciones, la frecuencia de los santos sacramentos: mantengámonos firmes en esta base santísima" (MB XIV 44).


6. Devoción a María


Dijo en una ocasión a los salesianos: “existe y prospera nuestra Congregación... La Virgen María ayuda mucho en la vocación; uno por sí solo puede hacer muy poco, pero con el auxilio de María hace mucho" (MB XII 578).


7. Acompañamiento personal espiritual


Para el nacimiento, desarrollo y perseverancia de nuevas vocaciones, Don Bosco daba suma importancia al acompañamiento personal espiritual, realizado por un confesor estable que posea un espíritu salesiano (cfr MB XII 256, XIV 45).


8. Retiros espirituales


Don Bosco ofrecía todos los años a sus muchachos la posibilidad de hacer unos días de Ejercicios espirituales; les atribuía una gran importancia para el discernimiento vocacional y deseaba que durante los mismos siempre se tratara el tema de la vocación. En una ocasión, hablando a los jóvenes de los Ejercicios que iban a realizar, les dijo:

"Os animo a hacerlos bien, especialmente a los de los últimos cursos de bachillerato, porque precisamente hacen los ejercicios para este fin, para decidir su vocación. Pidan mucho al Señor, para que puedan conocer su santa voluntad, el estado a que son llamados, la carrera que deberán emprender" (MB XII 217).


9. Proponer valores


Nuestro Padre no empleó nunca esta expresión, pero sí que puso abundantemente en práctica lo que ella significa y la importancia que tiene para el nacimiento de nuevas vocaciones. Ofrecía valores a través de la lectura de buenos libros que recomendaba para el desarrollo y perseverancia de la vocación (cfr MB VI 298, VII 771, XIII 856).


10. Tratar explícitamente el tema vocacional


"Se necesita que los directores hablen con frecuencia, durante el año, de vocaciones" (MB XIV 44; cf además,. MB XIII 399-400). Punto sobre el que Don Bosco insistía una y otra vez.




3.- MEDIOS DE FECUNDIDAD VOCACIONAL

PROPUESTOS POR EL RECTOR MAYOR


En sus dos cartas “Todavía hay buena tierra para la siembra‑‑ (enero‑marzo 1992) y “Nuestra oración por las vocaciones” (julio‑septiembre 1992), el Rector Mayor, Don Egidio Viganó, propone una serie de medios para facilitar el nacimiento v crecimiento de nuevas vocaciones para la misión juvenil de Don Bosco. Damos solamente una enumeración de ellas.


  1. Anuncio de Cristo


Presentación del misterio de Cristo como valor histórico central, accesible a todos y cada uno mediante una vida inspirada en los valores evangélicos.


2. Testimonio y experiencia comunitaria


Darse cuenta del atractivo de la experiencia fraterna de grupo, como forma de iniciación en la comunión eclesial. Que la comunidad sea por sí misma una propuesta. Acogida de algún joven de posible vocación para compartir la oración comunitaria‑ la corresponsabilidad apostólica, la fraternidad y la alegría del vivir salesiano.


  1. Compromiso por los demás


Aprecio por los ideales de servicio, tales como la opción de preferencia por los pobres, la búsqueda de la justicia, el valor de la no violencia, las iniciativas por la paz, etc. Asumir responsabilidades concretas en proyectos socialmente útiles. La experiencia de voluntariado con sus exigencias de organización y de sacrificio.


4. Intensa oración


Toda vocación es iniciativa de Dios y don de su amor. En consecuencia, hay que apoyar toda la acción en la oración y no olvidar nunca su naturaleza espiritual. Rezar mucho por las vocaciones personal, comunitaria e inspectorialmente. Necesitamos recuperar una mayor intensidad y autenticidad de la oración por las vocaciones. evitando el peligro de atrincheramos en el trabajo y en la acción. Es preciso saber dar calidad y prioridad a los momentos explícitos de oración.


5. Personalizar el itinerario de fe


Donde no se prepara ni se acompaña a la persona en la escucha de la voz del Señor, las propuestas v las mediaciones resultan ininteligibles. Hace falta un diálogo concreto con cada uno de los jóvenes y orientarlos hacia el crecimiento de una espiritualidad vivida.


6. Cuidar experiencias de maduración


Enseñar a escuchar a Dios y a dialogar con Él en la oración, cuidado atento de los tiempos fuertes, iniciativas de servicio y de apostolado, participación en un grupo de carácter espiritual.



7. Propuesta explícita


Saber y atreverse a llamar explícitamente, porque los jóvenes tienen derecho a conocer las propuestas vocacionales de la Iglesia y porque ellos solos no siempre son capaces de interpretar la voz del Señor si no se les ayuda con una propuesta explícita. El proponer y llamar expresamente a uno es propio del buen educador-pastor, que se convierte así en mediación elegida por Dios para ayudar a descubrir al joven su lugar en la vida.



8. Acompañamiento personal


Un acompañamiento constante y amistoso de cada joven vocacionable, especialmente en la vida espiritual y apostólica.


9. Actuación del Director


Importancia de la actuación del director para implicar a toda la comunidad, para seguir las iniciativas vocacionales, para hablar con cada joven con indicios de posible vocación, sabiéndolos implicar en momentos fuertes de oración y apostolado.


10. Una dimensión, más que unas acciones


Garantizar que la dimensión vocacional cualifique todas las áreas de actuación y todas las etapas del proceso educativo.




4.- PAUTAS PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL, LA ORACIÓN

Y EL DIÁLOGO COMUNITARIO


Leer atentamente cada uno de los "fertilizantes vocacionales" que hemos seleccionado de la praxis de Don Bosco y de las cartas de Egidio Viganó.


Valorar cómo hemos "abonado la tierra de nuestros jóvenes" con dichos "fertilizantes vocacionales''.

  • ¿Continúa siendo válida la ”metodología vocacional” de Don Bosco?

  • Nuestros jóvenes quieren ser animadores salesianos, y valoran lo que hacemos, pero no quieren ser religiosos. ¿Por qué?

  • ¿Qué papel juega el testimonio personal de vida, la vivencia alegre de la propia vocación, en la cuestión vocacional?

  • ¿Y nuestra oración por las vocaciones, cómo es? ¿confiada, desesperada, vacía, rutinaria…?

  • ¿Cómo puede estar influyendo nuestro testimonio comunitario en la animación vocacional local?

  • ¿Cómo es tu sensibilidad en este tema? ¿Te preocupa el tema vocacional porque somos pocos o porque creemos de verdad que nuestro estilo de vida es capaz de dar sentido a nuestra vida?

  • De todos los medios de fecundidad vocacional que aparecen en el texto, señala 2 ó 3 en los que tengas que insistir personalmente, y otros 2 ó 3 que haya que trabajar más desde el ámbito comunitario.

  • Pensad en algún “fertilizante” que creáis que se debe insistir desde el ámbito Inspectorial. Haced llegar las sugerencias al Coordinador de esta dimensión.






FORMACIÓN


Entrevista con Mamerto Menapace:

nos debemos a nuestra misión1



Una vida entera en el monasterio. 61 años cumplidos. Es el abad benedictino de los Toldos (Argentina), y desde 1995 preside una Congregación con más de 300 miembros. Muy conocido en su patria por las tareas de animación a la vida consagrada. Está pasando unos meses en España, compartiendo vida y evangelio con los consagrados, contando y escuchando relatos sobre Dios, y... descansando un poco después de tres infartos.



¿Qué impresión le ha dado la vida consagrada española? ¿Cómo ve su momento?




¿Hay algo que le haya llamado la atención en estos meses en los religiosos de España?


No me gustaría hacer generalizacio­nes, porque no he estado muy cerca de la vida concreta de los consagrados. Diría que, de momento, sólo he visto fotos. Cuando uno mira a los religiosos de acá, se diría que hace mucho tiempo que son jóvenes. La media alta de edad salta a la vista. Otra realidad es que parece haber una desproporción entre el número de casas religiosas y las personas que son en este momento. Y tercero, creo que el mo­mento actual de España es muy distinto al de hace unos años, y no sé si la mayoría de los religiosos, que es an­ciana, está preparada anímica­mente para usar los medios de hoy con esa libertad que requiere la vida religiosa.


¿Ha percibido alguna diferencia con la vida consagrada latinoamericana?


Citaré dos cuestiones concretas y distintas entre sí. La primera: hay que reconocer que la vida re­ligiosa latinoamericana actual de­be mucho a la teología de la libe­ración. Personalmente, no consi­dero que esta teología sea tan trágica como la ven algunos, ni tan genial como la ven otros. Hay que situarla en un pueblo, mayorita­riamente católico, que sufre, y en una vida religiosa que se interroga desde ese sufrimiento. La segun­da: las iglesias europeas tienen pocas vocaciones y corren el ries­go de aceptar a personas que sería preferible no encontrar. En Amé­rica Latina no tenemos tantas vo­caciones como en África o Asia, ni tan pocas como en Europa, pero síafrontamos el problema de formar bien a las que tenemos. Ustedes tienen infinitos recursos para formar. A nosotros nos cuesta hasta conseguir libros o acceder a las revistas.


¿Cómo está viviendo lo vida consagrada en Argentina la situación económica del país?


Esta pregunta es muy amplia. No conozco las respuestas que están dando todas las congregaciones. Calculo que algunas tratarán de sacar sus capitales, que los tienen, para llevarlos a bancos más seguros... Habrá otras, que, en cambio, solamente tengan deudas. Una cosa sí puedo decir porque me afecta muy de cerca: a los monasterios nos ha obligado a repensar muy seriamente nuestros estilosde trabajo. Estamos entre dos interrogan­tes: ¿cómo mantener los empleos de la gente que colabora con nosotros?, y ¿có­mo ser conscientes de que por un lado es­tamos obligados al trabajo, y, por otro, no podemos sacralizar el hecho de vivir de nuestro trabajo?


La mayor parte de nuestros trabajos no son rentables; y, además, hoy tenemos que hacer trabajos gratuitos para responder a las necesidades de la gente que se acerca a nosotros: hospederías, ayudas, etc... Se dan situaciones curiosas, por ejemplo: mis libros de hace 20 años están ahora publicándose en España. Mi trabajo de en­tonces va a ayudarnos a subsistir; pero to­do el tiempo que yo trabajo hoy, hasta lle­gar al infarto, no produce absolutamente nada. Habrá que distinguir entre la rentabilidad de nuestro trabajo y la necesidad de trabajar. Si queremos responder a la necesidad de la gente, tendremos que asumir trabajos que no son rentables: como puede ser la escucha, la palabra, la acogida. Es mucho más cómodo tener un trabajo rentable que un trabajo no rentable pero necesario. La primera evangelización en la Iglesia no era para nada rentable. ¿Cómo aplicarlo hoy? Hay que tener mucho cuidado, porque puede que una obra muy rentable no sea tan necesaria; y haya que asumir otro tipo de trabajos más necesarios para nuestra gente, para estar más cerca de ellos, más metidos en su realidad. La precariedad nos está ayudando a ver todas estas cosas. No nos debemos a la rentabilidad sino a nuestra misión.



¿Le importaría comentar un poco más el binomio pobreza-rentabilidad?


Para Benito el núcleo de la pobreza era la ausencia de propiedad personal; para Francisco de Asís, el núcleo fue la mendicidad; después llega Ignacio de Loyola y dice que el hueso de la pobreza está en nuestra relación con los bienes; sale Charles de Foucauld y afirma que la clave está en compartir la inseguridad. Todas estas espiritualidades son fantásticas, y los cuatro fundadores amaron profundamente la pobreza y la vivieron: uno puso el acento en la carencia, otro en la mendicidad, el tercero en poner los bienes al servicio de la gloria de Dios, y el cuarto en participar de la inseguridad del asalariado; para un hermanito de Foucauld vivir en la mendicidad sería un contrasentido. Ninguno habla de rentabilidad, todos de pobreza y cada uno según y cómo. Un general español en la guerra de la independencia argentina dijo que la mayor victoria para su patria era una rendición: quizá nuestro problema es que a menudo analizamos la pobreza desde la rentabilidad, como aquellos que juzgaron perdedor al general, porque se había rendido.



Los religiosos deben actuar en frontera”, afirmaba usted hace unos días en una entrevista ¿qué significa frontera?


Creo que la palabra tiene dos acepciones. Una trágica, si las fronteras limitan, y otra magnífica, cuando las fronteras unen. Uno trabaja en la frontera cuando está en un lugar donde más allá no se puede hacer nada, y hay que defender esa zona a toda costa. Frontera significa también la parte más caliente de la lucha, el estar más en contacto con la gente, con sus problemas. La frontera es una gran oportunidad y los religiosos siempre han sido, dentro de la Iglesia, personajes de frontera. Sus casa y personas son simultáneamente puestos de guardia y puentes de unión. La palabrita frontera tiene esas dos cosas: alude a las zonas de mayor riesgo y compromiso, pero también de mayor contacto.


Hablando más concretamente de los contemplativos, de los monjes: ¿cómo se expresaría esta intención?


No me gusta mucho lo de vida contemplativa, prefiero vida monástica porque expresa una opción personal. No puedo optar por ser un contemplativo, como no puedo optar por ser un artista. Lo soy, lo puedo descubrir, no descubrirlo nunca, vivirlo bien o mal, ese es otro asunto. El monje es una persona que se aísla, pero no se va a la soledad para ser un aislado. Es un solitario solidario, es como un centinela: se aparta del grupo pero se arriesga, permanece en vela y anuncia los signos que atisba. El monje va a la frontera para estar disponible, para anunciar lo que ve venir o para ser más sensible a los que se van. Está libre de otras tareas para estar más atento. Suelo repetir a los monjes que el silencio no consiste en estar callado, sino en estar a la escucha. La frontera es un lugar privilegiado para la escucha.



¿Por qué la vida consagrada activa habla tanto de espiritualidad y la contemplativa alude mucho al compromiso?


Desde el aspecto positivo, que es lo que a mí me gusta ver, por la necesidad de equilibrio. Quien vive su celibato con mucha grandeza, generalmente se siente fascinado por la pareja. El casado que vive de verdad su pareja y su matrimonio puede estar añorando una vida de consagración más plena. El sano deseo de equilibrio tiene muchas manifestaciones. Pero también puede suceder al revés, porque cuando uno está aburrido de estar en el monasterio, sueña con tener una clase delante; y el que está harto de enfrentarse a unos alumnos cada día, soñaría con disfrutar de una celda. Un monje decía: el que no sabe estar solo, que se cuide de estar con los demás. Y el que no es capaz de estar con los demás que no se meta a vivir solo. Equilibrio sí, escapes no.



¿Qué término define mejor la vida consagrada en nuestros días: ser sal o ser luz? La sal se diluye, la luz se ve...


Lo primero que quisiera es señalar ciertos riesgos: algunos quisieran que los religiosos fueran útiles, pero no molestos; que trabajaran, pero sin verles ni oírles. Alguien parafraseaba al filósofo: “pienso, luego molesto”. Yendo a la pregunta como tal y a los términos sal y luz, que son muy evangélicos, yo acentúo ambos aspectos: Jesús dijo: tienen que ser sal y tienen que ser luz. Tienen que ser prudentes como serpientes y simples como palomas. Que los hombres vean tus buenas obras y glorifiquen al Padre; pero que, cuando reces, te encierres en tu pieza y lo hagas a solas. Cualquier cosa, tema o persona, cuando se absolutiza, lo más probable es que no sirva para nada. Toda levadura es agria, pero no basta con ser agrio para ser levadura. Otra vez: equilibrio.



Se dice que la búsqueda de Dios está empezando a tocar tangencialmente a la Iglesia. ¿Se dirigen los hombres a nosotros para buscar a Dios? Si lo hacen, ¿por qué?


Buscar a Dios es como encender un fuego. Los griegos decían que no se trata de llenar cántaros, sino de encender antorchas. Arde distinto un tronco de roble que un cañaveral, el fuego es el mismo. Yo creo que allí donde veamos que hay gente que busca a Dios, el Espíritu es el que suscita esa hambre. No creo que sea lo mismo satisfacer esa hambre de cualquier manera; pero pienso que si hubiéramos nacido en una familia musulmana convencida, seríamos tan buenos musulmanes como hoy tratamos de ser cristianos. Hay que ser auténtico con lo que uno es, y esa es la mejor manera de ayudar a otro en su búsqueda, y esa es la única búsqueda que puede compartirse de verdad y que atrae a otros. No hay que asombrarse de que esta búsqueda se haya hecho muy amplia. Ante esto me pregunto y os pregunto: ¿cómo servir, ya que Dios nos mandó a servir y no a ser servidos, a un mundo que busca dolorosamente a Dios por caminos que no son los míos? ¿cómo ayudar? Viviendo auténticamente lo que es mío y manteniendo bien encendida mi antorcha.



Un gran problema de la Iglesia y de la vida consagrada actual estriba en la dificultad para comunicarse con la sociedad ¿cuál sería el lenguaje más adecuado para los religiosos?


Para comunicarse, no existe un lenguaje que sea el más adecuado, confluyen muchos factores y la cuestión es compleja; pero evidentemente, el tema es serio y no puede dejarse de lado. El Papa me entusiasmó al invitarnos a la nueva evangelización: nueva en su ardor, nueva en sus métodos, y... nueva en su expresión. Insisto en esto último porque es clave. Hay muchos cauces para acercarse a un pueblo: la imaginación, la danza, la palabra, la música... Hemos optado muchas veces por un único lenguaje, el de la palabra y no siempre lo entendemos así. Entre hispano-parlantes cabría preguntarse: ¿hablamos el mismo idioma o usamos las mismas palabras? La pregunta podría formularse desde el punto de vista del lenguaje religioso. Jesús, en todo caso, usó un idioma comprensible; le decían: “éste no nos habla como los escribas y los letrados”. Él empleó mucho dos medios: las parábolas, como lenguaje imaginativo, y los gestos, como lenguaje afectivo. El gesto de tocar, de acariciar, de dejarse acariciar, de romper esquemas, era un lenguaje afectivo que asombraba a la gente. Por otro lado la parábola dejaba pensando, y además dejaba a los que no querían creer la excusa para no creer, que es un modo muy sabio de hacer las cosas.



¿Podría decir una última palabra para los religiosos jóvenes?


Los jóvenes sólo aceptan los consejos que piden”, respondió una vez un famoso deportista al reportero que le formuló una pregunta similar. Sólo contestó cuando un joven le rogó que lo hiciera. Y entonces dijo: “esfuércense por ser el mejor pero no se lo crean”. Diría lo mismo a los religiosos jóvenes: que se esfuercen por ser los mejores y que no se lo crean; que se sientan libres para buscar caminos nuevos, y que dejen correr su natural tendencia a renovar y cambiar las cosas; a pensar que el amor puede transformarlo todo. Pero, además, diría a los mayores que no corten los brotes, que estén muy atentos, no sea que la experiencia les haya asesinado la esperanza. Suena feo pero es así: cuando la experiencia ha asesinado la esperanza, no se es un anciano, sino un aburrido y un decrépito...





















COMUNICACIÓN



Las publicaciones católicas


Apuntes para un análisis futuro2


El número de publicaciones católicas existentes hoy en España es amplísimo y sus características muy diversas. Según su contenido, podemos dividir las publicaciones en religiosas puras, de información bajo óptica cristiana y temáticas (enseñanza, catequética, teología, filosofía moral, liturgia, arte religioso…). En general podemos afirmar que apenas hay congregación, grupo o movimiento cristiano, diócesis, delegación diocesana, sector de actividad o parroquia que no tenga o haya tenido su propia revista.


El alto número de cabeceras existentes en España, algunas con más de cien años de existencia, propicia una casuística muy diversa. Así, se presentan bajo formatos variados, distinto número de páginas, dispar calidad de impresión y diversa periodicidad. Las publicaciones informativas conviven con las doctrinales, pocas se venden, las más se regalan y casi todas se sostienen con donativos o son sufragadas directamente por las propias editoriales. No están sometidas a las leyes del mercado, sino a la decisión de sus editores, que las sostienen como vehículo de influencia y cohesión de grupos propios o afines.


Un estudio de Fernando Cabello sobre las revistas españolas dedica algún espacio a las revistas religiosas, de las que dice que «gozan de arraigo en el mercado informativo español», aunque «por sus cifras de difusión no representan un sector importante», «suelen eludir planteamientos comerciales» y «se dirigen a audiencias más o menos cautivas o predeterminadas».



1 Más de 1.000

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¿Cuántas publicaciones católicas existen actualmente? No se conoce, ni siquiera aproximadamente. El último esfuerzo recopilador lo hizo en 1991 la Comisión Episcopal de MCS, de la Conferencia Episcopal Española, al editar una guía donde aparecían las fichas de numerosas publicaciones que sus autores consiguieron reunir, aunque reconociendo que faltaban muchas. En esa época se admitía que existían «más de 3.000». Hoy, 11 años después de aquel intento sistematizador, monseñor Montero, arzobispo de Mérida-Badajoz, especialista en el tema, admite que existen hoy más de 1.000 publicaciones distintas, de las llamadas «de Iglesia». Pero esta diferencia de cifras no significa que muchas hayan desaparecido sino que hay mayor rigor al contabilizar las que realmente existen y tienen cierta relevancia.


Podemos afirmar que las revistas católicas, en su conjunto, forman hoy el cuerpo más numeroso de publicaciones propiedad de una institución en España. No hay organización, ni grupo ideológico ni económico, que cuente en nuestro país con un número ni siquiera aproximado de publicaciones como el que ostenta la Iglesia española. Como tiene el encargo de evangelizar, muchos han decidido cumplir el mandato fundando revistas o publicando libros. Así se explica que existan tantas editoriales religiosas.


Ante estos datos, cabría pensar que la demanda de publicaciones de este tipo es muy alta entre los católicos españoles y, en consecuencia, el futuro de estas publicaciones está asegurado. Nada más lejos de la realidad: la influencia real de la Iglesia en España decrece continuamente, pese al número de publicaciones.


2 Las revistas nacionales

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Al abordar la descripción de las publicaciones católicas existentes en España, rechazaremos referirnos a las especializadas y reseñaremos sólo aquéllas que contengan, al menos en parte, contenidos informativos. Las dividiremos en nacionales, diocesanas y congregacionales.


Por revistas nacionales entendemos las publicaciones que, aunque pertenecientes a congregaciones o movimientos cristianos, pretenden una difusión nacional. Todas ellas, además de ser propiedad de instituciones religiosas, ofrecen cierta profesionalización de quienes las realizan y un estilo relativamente laico de gestionarlas. Podríamos citar Ecclesia, Vida Nueva, Reinado Social y Mundo Cristiano. Las dos primeras son semanales y van dirigidas a sacerdotes y religiosos o a cristianos comprometidos y formados; las dos últimas, mensuales, a públicos de sensibilidad cristiana, en general. Las cuatro pretenden vivir de los ingresos que genera su venta. Sólo se reciben mediante suscripción. Entre todas seguramente no llegan a los 100.000 ejemplares.


Podríamos también referirnos aquí a la revista Mundo Negro, especializada en la actividad de los combonianos en África, y cuyos propietarios aseguran que imprimen 70.000 ejemplares; es mensual, subsiste gracias a un sistema mixto de suscripciones y donativos. Recientemente ha aparecido Católicos del Siglo XXI, que es el último intento por crear una publicación católica de distribución nacional. Es semanal, impresa a un color, de elaboración muy artesanal y de escasísima tirada.


3 Las publicaciones diocesanas

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En España existen hoy 67 diócesis, más una castrense. En ellas se editan 68 medios de comunicación de ámbito diocesano o interdiocesano, con periodicidad semanal, quincenal o mensual, según los casos. Siete diócesis no tienen publicación alguna y varias tienen más de una. Aparte de las oficiales de la diócesis, muchos organismos diocesanos cuentan con publicaciones propias (enseñanza, Cáritas diocesana, juventud...)


Las publicaciones de difusión diocesana son financiadas por las diócesis respectivas, que se hacen cargo de los gastos que no cubren los ingresos obtenidos de las parroquias o de los fieles. En muchos casos a cada parroquia se le asigna un número de ejemplares que deberá encargarse de distribuir a sus fieles y abonar, muchas veces anticipadamente, a las arcas diocesanas. Suelen contener los textos evangélicos de la semana o del mes, la carta pastoral del obispo respectivo y noticias de la diócesis.


Algunas ofrecen abundante información de ámbito nacional. Se distribuyen mediante envíos a las distintas parroquias de la diócesis. Cuando los párrocos no ponen excesivo celo en su reparto el paquete de revistas queda sin ser distribuido.


Oscilan entre las 4 y 16 páginas, muchas están impresas sólo a uno o dos colores y a veces se presentan en papel de poca calidad. No faltan las editadas a todo color e incluso las que tienen apariencia de verdaderas revistas. Algunas tienen merecido reconocimiento y son verdadero modelo de cómo tienen que hacerse estas publicaciones. Destacable es, entre las veteranas, La Verdad, de la archidiócesis de Pamplona y Tudela y, entre las de más reciente aparición, Paraula, semanal en formato de periódico que edita la archidiócesis de Valencia.


Parecen responder al principio de que «lo importante es estar, sea como sea». Y eso, en un mundo en el que circulan gratuitamente numerosas revistas y diarios de todo tipo, muy bien impresos, produce rechazo al lector. De hecho, muchas publicaciones diocesanas terminan abandonadas por los bancos o a la entrada de las iglesias sin que nadie las lea. Las suele dirigir el delegado diocesano de MCS —casi nunca un seglar—, nombrado por el obispo. En buena parte están elaboradas por voluntarios, lo que también ocurre en otras publicaciones religiosas de ámbito nacional. Existen en España cuatro publicaciones de ámbito superior al diocesano:


  • Iglesia en... una publicación semanal común a las diócesis de Zaragoza, Barbastro, Huesca, Jaca, Tarazona y Teruel, con 60.000 ejemplares de tirada. Tiene unas páginas comunes a todas y otras específicas para cada diócesis.

  • Full Dominical, con 36.000 ejemplares, llega a Tarragona, Vic y Solsona.

  • Día del Señor, también semanal, reparte sus 16.500 ejemplares en las diócesis de Málaga, Granada, Jaén, Guadix, Almería y Cartagena.

  • La publicación común, aunque con nombres distintos, que en la diócesis de Barcelona y Urgell se denomina Full Dominical, en Lleida Vida Parroquial y en Tortosa Vida Diocesana, hace circular por ellas sus 70.000 ejemplares semanales. Sin contar la tirada de Alfa y omega, la publicación semanal de la archidiócesis de Madrid, que se entrega los jueves junto con el diario ABC, y que es un caso especial, la tirada total de las publicaciones diocesanas españolas seguramente no supere los 500.000 ejemplares en total.




4 Las revistas congregacionales

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En este apartado se incluye la mayor parte de las publicaciones católicas existentes en la actualidad de nuestro país.


En él conviven publicaciones internas de congregación, revistas de familia congregacional, publicaciones especializadas, etc., en todos los formatos posibles.


Refiriéndonos sólo a las que se dirigen a públicos generales, éstas son sus características:

  1. La entidad propietaria es una congregación religiosa o similar que suele tener otros productos editoriales.

  2. Fundamentalmente son publicaciones mensuales.

  3. Presentan números de páginas y formatos muy dispares.

  4. La calidad de impresión es sencilla y casi siempre sus textos están muy bien corregidos.

  5. Van dirigidas a un lector congregacional o afín.

  6. Generalmente son gratuitas, aunque figure precio de suscripción o venta.

  7. La publicidad con que cuentan estas publicaciones es escasa, casi exclusivamente propia y de tema religioso. Las que cuentan con publicidad convencional lo hacen en porcentajes pequeños.

  8. Varias tienen más de un siglo de antigüedad.

  9. El director pertenece siempre a la propia congregación editora. Apenas hay seglares en el staff directivo.

  10. El número de columnistas suele ser muy abundante y casi siempre de miembros de la propia institución. Cuando se acude a firmas externas, éstas suelen corresponder a las habituales en estos medios.

  11. Su contenido es explícitamente religioso.

  12. La estructura administrativa es escasa.

  13. Número de ejemplares difícilmente controlable.

  14. Nunca falta un boletín de suscripción, a veces acompañado de algún regalo promocional.

  15. Cuando realizan alguna acción promocional es siempre en los ámbitos propios de influencia de la congregación editora: colegios, parroquias, etc.

  16. Muchas han tenido tiradas altísimas pero se han visto reducidas de forma drástica.

  17. Ninguna de ellas se vende en quiosco. Su adquisición ha de ser fundamentalmente por suscripción o en librerías religiosas.


Las revistas católicas españolas no son, pues, comerciales. Su elaboración está en manos de la congregación editora, que nombra a algún miembro de la orden, en ocasiones periodista titulado, con la ayuda de voluntarios. El grado de profesionalización de las redacciones es, en consecuencia, escaso.


Hoy todas estas revistas pierden lectores porque ni hay demanda de ellas ni se hace nada por crearla. Históricamente, la única publicación católica española que hizo una campaña de publicidad pura fue Familia Cristiana, que incluso llegó a anunciarse en televisión y a cambiar su denominación tradicional por Familia Hoy. Los resultados negativos hicieron que un año después del lanzamiento se cerrara.


La escasa profesionalización de las administraciones respectivas hace que los listados de suscriptores necesiten una puesta al día para evitar las abundantísimas pérdidas y devoluciones. Es bastante habitual que aunque los suscriptores se den de baja se retrase mucho en hacerla efectiva o que nunca se lleve a cabo.


5 Conclusiones

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  1. Número excesivo de publicaciones. Lo primero que se advierte al observar el panorama de las revistas existentes es que son demasiadas para los lectores reales. En un mercado puro sobrevivirían muy pocas. La concentración es imprescindible.

  2. Poca profesionalidad. Si se entregaran a especialistas en hacer revistas —periodistas, maquetadores, publicitarios, diseñadores—, a personas que vivan de ese trabajo, se conseguiría calidad, se seleccionarían otros contenidos, se realizarían buenas campañas de promoción, se fijarían verdaderos objetivos comerciales y asistiríamos a una buena gestión. La Iglesia ha de acostumbrarse a apagar los servicios que le presten.

  3. Escasa y decreciente tirada. Las tres únicas publicaciones con difusión controlada, que imprimen 80.000 ejemplares, pierden cada año en torno a un 10 por ciento de tirada. Del resto desconocemos el número de ejemplares que imprimen, aunque se intuye que las cifras que dan están exageradas.

  4. Carecen de planes de financiación. La pervivencia se basa en los donativos, las aportaciones voluntarias y los presupuestos de congregaciones y en muy pocas ocasiones de los compradores. En el Boletín Salesiano de junio de 2002, leíamos: «Se imprimen 73.000 ejemplares, se financia con el dinero de los salesianos/as y las ayudas de los lectores». Es esa exactamente la filosofía de casi todas las publicaciones católicas.

  5. Prima la cantidad de cabeceras sobre la calidad y nada hace pensar en la posibilidad de una concentración. Cada uno mantiene la suya, como un reino de taifas que ha de cuidar, al margen de cualquier otra consideración.

  6. La orientación de sus contenidos oscila a veces de forma drástica, según los vaivenes de los responsables de las congregaciones editoras. Coinciden los cambios de provincial con un cambio apreciable en las secciones, maqueta, firmas, línea editorial, e incluso cambio de responsables.

  7. La Iglesia española carece de un medio impreso potente, influyente, prestigioso. Nadie se plantea poner orden en este laberinto de publicaciones. La Conferencia Episcopal, que podría influir para intentar alguna racionalización en esta locura impresa, nunca se ha ocupado de este tema. Es tan agotadora la tarea que nadie se quiere arriesgar al más que seguro fracaso. Los católicos laicos tampoco están por la labor de intentar una gran publicación católica. Seguramente sobre todos pesa aún la experiencia del desaparecido YA, un magnífico medio de comunicación que terminó ahogándose cuando al llegar la democracia nadie dio autonomía a los profesionales para intentar su adecuación a los tiempos nuevos.


Y este es el panorama. El preocupante panorama. Hoy vienen nuevos tiempos y la Iglesia y sus instituciones —congregaciones religiosas fundamentalmente— están esforzándose por abrirse y estar físicamente en la red de redes, en Internet. Casi todas las instituciones tuvieron desde el primer momento sus páginas informáticas propias. Pero hoy, pasadas las primeras euforias, muchas han abandonado sus páginas web, y es habitual encontrar «cementerios» de contenidos anticuados, sin renovar desde hace varios años. Pero este tema merece un análisis propio, distinto del que nos ha ocupado, y que alguien deberá abordar.








El anaquel





Unidad didáctica 6: La autoestima


1 Definición de autoestima

2 Importancia de la autoestima

3 La autoeficacia percibida

4 Baja tolerancia a la frustración

5 El estilo atribucional

6 Diferentes técnicas para modificar la autoestima




1 Definición de autoestima


No voy a conseguir el puesto de trabajo, seguro que las personas que se presentan a la entrevista tienen mejor currículo que yo. No sé para qué voy a ir”.

“Estoy en una fiesta con amigos, seguro que sí me voy nadie me echaría de menos”.


Soy joven, atractiva, simpática y caigo bien a la gente, nada se me puede resistir en esta vida”


Nunca he realizado antes este tipo de trabajo, pero aprendo rápido, no tengo nada que temer”


La autoestima se refiere al concepto, a la estimación que cada persona tiene de si’ misma, de sus cualidades, de sus capacidades para realizar las cosas, de su aspecto físico, de su forma de ser, etc. y este concepto que cada uno tiene de si’ mismo, va a marcar el desarrollar una alta o baja autoestima.


La autoestima dirige en cierta medida nuestra vida, porque de ella dependen aspectos tan importantes como:


El estado de ánimo, es decir, nuestras emociones.

La forma de enfrentarnos a las situaciones.

La actitud a la hora de realizar alguna actividad o algún proyecto.

La seguridad que tenemos en lo que realizamos, etc.


Por lo tanto, la autoestima es la estimación que uno hace de sí mismo, es decir; la consideración y el aprecio que la persona tiene sobre sí.






2 Importancia de la autoestima


La autoestima va a influir de manera decisiva en la forma que tiene cada uno de ver las cosas, es decir, cada persona va a interpretar las situaciones y el entorno bajo su punto de vista y esto va a guiar nuestra forma de comportarnos, sentir, trabajar, actuar, etc.


A continuación, vamos a ver la importancia que tiene la autoestima:



EN NUESTRA CONDUCTA.

La forma que cada uno se ve, determina en mayor o menor medida nuestra forma de comportarnos.


La persona acomplejada se suele comportar de forma tímida, apocada, creyendo que todo el mundo la considera inferior”.


La persona que se cree algo “patosa” para los deportes, no intenta practicar ninguno porque dice que no va a ser capaz de hacerlo nunca bien y ni siquiera lo intenta”.


La persona que se considera que tiene “gancho para ligar” liga más que cualquier otra, aunque ésta primera sea menos atractiva”.



EN NUESTROS SENTIMIENTOS.

La autoestima influye tanto en nuestros sentimientos que en ocasiones aparece el dolor y el sufrimiento. Un ejemplo de esto es la relación tan íntima y estrecha que existe entre la autoestima y la depresión:


El deprimido no se valora como debería.

Cree que es un inútil, que no sirve para nada.

Cree que su vida no tiene valor y que su estancia en ella no es nada relevante.

Piensa que un ser inferior al resto de las personas.


Esto le provoca un GRAN SUFRIMIENTO



EN NUESTRAS RELACIONES SOCIALES.


En ocasiones nos limita muestra vida social e interpersonal.


Soy una persona que la gente no tiene en cuenta, por eso no tengo casi amigos”.


Nos hace rechazar invitaciones.


No voy a estar a la altura de las circunstancias, mejor no voy”.


Nos hace perder oportunidad de conocer a gente.


Parece un grupo majo, me gustaría conocerlos, pero seguro que no les caigo bien”.




EN EL RENDIMIENTO.


El rendimiento que tengamos en nuestro puesto de trabajo y en las tareas y proyectos que nos propongamos, depende directamente de nuestra autoestima, ya que ésta va a incidir en la actitud que llevemos a la hora de realizar nuestros cometidos.


Así si nuestra autoestima es algo baja, nos enfrentaremos a las tareas diarias y a los posibles problemas que surjan, de manera negativa, sin seguridad en desempeñarlo de manera adecuada, por lo que nuestro rendimiento será algo deficiente.


Soy una persona que en general no valgo mucho, mis conocimientos en informática y en inglés los tiene cualquiera, cualquier día prescinden de mí en el trabajo”


Con esta forma de ver la vida, esta persona no tiene la suficiente fuerza, ni la suficiente seguridad en ella misma como para ir al trabajo en actitud positiva, por lo que lo realizará sin esforzarse mucho”


Sin embargo, si nuestra autoestima es alta, iremos al trabajo en actitud positiva, con la suficiente capacidad de resolver los problemas que vayan llegando, con la absoluta certeza que nuestro desempeño será el adecuado por lo que nuestro rendimiento será alto.


La persona que cree ser culta, inteligente tener los conocimientos necesarios para desempeñar su puesto de trabajo, en una palabra, se siente segura de sí misma, se enfrentará a él día a día con energías, rindiendo lo esperado o incluso más en su puesto de trabajo.



6 Ejercicios

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Vista la importancia que tiene la autoestima en nuestra forma de ser y de actuar, anote algunos aspectos sobre Vd. que crea que le hace ser lo suficiente segura como para enfrentarse a cualquier situación. A continuación escriba aquellas ideas o percepciones que tenga sobre Vd. que le influya de manera negativa y que a veces le obliga a no conseguir lo que le gustaría, es decir, aspectos sobre Vd. que le gustaría cambiar.


Aspectos positivos sobre mí:


Aspectos negativos o que me gustaría cambiar sobre mí:



3 La autoeficacia percibida


La AUTOEFICACIA PERCIBIDA se refiere básicamente a la capacidad que cree tener una persona a la hora de realizar alguna conducta, ya sea en el área laboral, social, personal, emocional, etc.



7 Ejemplo

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Mañana voy por primera vez a clases de tenis. Estoy casi segura que se me va a dar bien”


Nunca he trabajado con ordenadores, para qué intentarlo si seguro que no soy capaz ni de encenderlo. Soy bastante torpe”


Tanto la primera como la segunda situación, está determinada por la capacidad que cree tener cada uno, así en la primera situación el sujeto aun sin saber jugar al tenis, no solo va a intentarlo sino que además seguramente lo va hacer bien, porque le va a poner mucho interés.


Sin embargo, en la segunda situación la persona va desde un principio convencida de su poca aptitud ante la informática, va vencida antes de probar, por lo que posiblemente sus resultados sean poco satisfactorios.


Esta percepción de poder o no poder es subjetiva no real y hasta que no confirmamos mediante la práctica nuestras capacidades, no podemos valorarlas como adecuadas o no.


La autoeficacia percibida está muy relacionada directamente con el RENDIMIENTO. Si una persona cree ser capaz de realizar una acción, aunque con anterioridad no la haya realizado, intentará y pondrá todos sus medios para conseguir desarrollarla lo mejor posible, repercutiendo este interés y esta actitud directamente en el rendimiento, el cual será positivo.



No sé si se me va a dar bien conducir, pero lo voy a intentar y no voy a parar hasta sacarme el carnet de conducir”


En el rendimiento es muy importante la actitud que una persona lleve cuando va a realizar un trabajo, porque de ella va a depender el que se obtengan los objetivos propuestos. Es decir, es fundamental el adoptar una actitud positiva en lo referente a la realización de una tarea frente a una actitud negativa.



Estoy bien preparado, con un buen currículo. Tengo las mismas posibilidades que cualquiera en conseguir ese puesto de trabajo” (actitud positiva)


Soy licenciada, como la mayoría de las personas, mis conocimientos en inglés e informática los tiene cualquiera y mi experiencia no creo que valga de mucho. No sé para que voy oír a la entrevista” (actitud negativa)


Es muy posible que en la primera situación, la persona en cuestión consiga el trabajo, ya que va a enfrentarse a la entrevista con actitud positiva y esa sensación se transmite a los demás. Lo mismo ocurre en la segunda situación, la forma que esa persona puede llegar a la entrevista, da pie a pensar que no tiene interés, es muy probable que conteste sin ganas y sin dar la posibilidad de conocerle. La actitud negativa se trasmite igualmente que la positiva.



CONSECUENCIAS DE UNA ALTA AUTOPERCEPCIÓN


Las personas con una alta autoeficacia percibida, suelen ser realmente más eficaces.


Las personas con una alta autoeficacia no quiere decir que tengan más capacidades que las personas con una baja autoeficacia, sino que las primeras se enfrentan a las situaciones, aprenden, practican y desarrollan las capacidades necesarias.


Es importante la actitud que llevemos a la hora de exponernos a una situación, ésta influirá en el rendimiento de nuestro trabajo.



Por lo tanto, la situación ideal sería:


Ajustar la autoeficacia percibida a la eficacia real de cada uno.


No es bueno sentirnos unos fracasados y unos “desastres” en todo lo qué realizamos.

No es aconsejable sentirnos unos ‘superhombres”, pudiendo realizar y conseguir lo que nos propongamos, porque si no se cumple lo que pretendemos podemos acumular experiencias de frustración.



8 Ejemplo

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8.1 “Puedo estudiar toda la semana, día y noche, sin parar”

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QUÉ PODEMOS HACER PARA CONSEGUIR OBTENER UNA ADECUADA AUTOEFICIENCIA PERCIBIDA.



Debemos hacer una valoración real, ajustada a la realidad de nuestras propias capacidades. No debemos anticipar acontecimientos, ni adivinar para qué valgo y para qué no. No se puede decir que no sirvo para algo sí:


No he probado antes a hacerlo.


Si no he practicado.


Aunque al principio de me dé peor que a los demás, hay que seguir intentándolo.


Hay que tener en cuenta que en toda realización de una tarea existe un aprendizaje, y no todas las personas aprendemos al mismo ritmo.


Hay que tener presente que nadie nace sabiendo.


Debemos plantearnos las situaciones como retos, como desafíos. No debemos darnos por vencidos antes de probar. Hay que ser constantes en lo que realizamos, solo así aprenderemos y obtendremos buenos resultados y un buen rendimiento.


Tenemos que esforzamos en aquellas cuestiones que nos parezcan más difíciles y no abandonar rápidamente.


Tenemos que confirmar o desmentir la valía de nuestras capacidades con el resultado de los hechos y con los comentarios y opiniones de personas sinceras. ¡Qué bien! ¡Me gusta! ¡No está muy bien!




Por lo tanto, la autoeficacia percibida determina


Mi forma de comportarme y los resultados de mi conducta




4 Baja tolerancia a la frustración


Muchas veces nos encontramos con situaciones en la que creemos que no somos capaces de salir airosos de ella, por lo que no intentamos comprobar si disponemos de las suficientes capacidades como para hacerlo. Es más sencillo decir que no somos capaces y ni siquiera intentarlo.


Esta forma de comportarnos, es decir, el no arriesgarnos a saber si tenemos las suficientes capacidades, supone no invertir ningún esfuerzo y lo más importante es que evitamos obtener un posible fracaso, que es lo que realmente se teme.


El saber aceptar los fracasos es una condición que tenemos que tener todas las personas, porque el mero hecho de desempeñar una simple tarea, trae consigo la posibilidad de no conseguir lo esperado y por tanto obtener un fracaso.


La baja tolerancia a la frustración se refiere a no poder soportar el fracasar en algo, la persona no está preparada psicológicamente para aceptar un fracaso y prefiere no realizar una tarea ni arriesgarse a intentarlo por el miedo que le produce el fracasar.


Es importante saber aceptar los fracasos, hay que tener una alta tolerancia a la frustración, de esta manera:


No estaremos limitados en nuestras acciones.


Tenderemos a realizar más acciones y por lo tanto más posibilidades de obtener éxitos.


Aumentará nuestra autoestima.


Tenemos que saber que instaurar y consolidar destrezas y conductas se consigue mediante la práctica de lo que estemos realizando, solo así conseguiremos nuestros objetivos. Si no nos creemos capaces, no lo intentaremos, no practicaremos y efectivamente nunca lo conseguiremos.


N o soy capaz No lo intento No practico Poca tolerancia a la frustración


Debemos ver los fracasos como algo que puede suceder y de lo que debemos aprender.



9 Ejercicios

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Valore y escriba qué capacidades cree poseer Vd. para realizar sus tareas en su puesto de trabajo y compare si se ajustan a la realidad. Posteriormente analice si las capacidades que cree Vd. tener son las adecuadas para realizar su trabajo o sin embargo cree que debería entrenar algunas otras para instaurarlas en su repertorio conductual



5 El estilo atribucional


Todas las personas hacemos atribuciones de nuestras conductas, de los hechos que nos rodean, de las situaciones que ocurren, etc. Continuamente buscamos las causas del porqué de las cosas, ¿A qué es debido? ¿Por qué sucedió tal cosa?.


Ejemplo


He suspendido el examen, porque no he estudiado lo suficiente”


En ni boda llovió porque tengo muy mala suerte”


Rindo mucho en mi trabajo porque soy una buena trabajadora”


Una atribución consiste en esto básicamente, en contestar, en buscar una causa a todo lo que nos ocurre o a todo lo que nos rodea.


¿A qué se refiere decir estilo atribucional?


Se refiere principalmente a la forma, al estilo que tiene cada persona de hacer atribuciones de lo que le sucede y de lo que le rodea. Esta forma de pensar y de actuar viene marcada por la forma de ser de cada uno, es decir, viene mediatizada por las diferencias individuales.


Luego, podemos pensar que existen diferentes estilos atribucionales:



EXTERNO-INTERNO


Se refiere al “lugar” al que nos referimos cuando hacemos una atribución, puede buscar las causas debidas a factores externos o a factores internos.



10 Ejemplo

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He ganado al tenis hoy, el contrario no era muy bueno” (factores externos)


El único responsable del accidente he sido yo” (factores internos)


Al igual ocurre cuando hacemos atribuciones de los fracasos y de los éxitos, es decir, se puede atribuir tanto el uno como el otro, a causas externas o internas:


FRACASOS


Factores internos

Factores externos

He suspendido porque no he estudiado bastante”

He suspendido porque el profesor me tiene manía”



ÉXITOS


Factores internos

Factores externos

He aprobado porque he estudiado mucho”


He conseguido el trabajo porque soy muy buena y estoy muy bien preparada”

Me han aprobado”


Me han dado el puesto de trabajo porque no había nadie mejor”




GLOBAL-ESPECÍFICO

Se refiere a la dimensión con que se haga la atribución, es decir, se puede generalizar nuestros éxitos y nuestros fracasos y se puede hacer las atribuciones de manera específica.



Ejemplo:

He perdido al tenis, no valgo para ¡os deportes” (Dimensión global)


He discutido con mi novia, la verdad es que he estado un poco desagradable” (Dimensión Específica)



FRACASOS


Dimensión Global

Dimensión Específica

He suspendido el examen de matemáticas, no valgo para estudiar”


He perdido mi puesto de trabajo, soy un inútil”

He suspendido el examen de matemáticas, la verdad es que no se me dan muy bien”


He perdido el trabajo porque no he conseguido tener los conocimientos de informática requeridos”


ÉXITOS


Dimensión Global

Dimensión Específica

He aprobado el examen de matemáticas porque soy muy buen estudiante”


He conseguido el puesto de trabajo porque todo lo que me propongo lo consigo”

He aprobado el examen de matemáticas porque se me da bastante bien”


El trabajo ha sido mío porque mi perfil se adecuaba a lo que pedían”


ESTABLE-INESTABLE


Se refiere al grado de estabilidad o transitoriedad de nuestras atribuciones.



Normalmente soy una persona difícil, por eso me cuesta tanto hacer amigos”


He estado un poco desagradable con mis compañeros de trabajo, hoy he tenido un mal día”


FRACASOS


Factores Estables

Factores Inestables

Siempre suspendo”


Nunca consigo el trabajo que yo quiero”

He suspendido el examen, pero normalmente no suspendo”


Esta vez no he conseguido el trabajo que yo he querido”


ÉXITOS


Factores Estables

Factores Inestables

Normalmente apruebo”


Casi siempre consigo lo que quiero”

He aprobado, pero creo que he tenido algo de suerte”


He conseguido el trabajo, esta vez no me lo esperaba”



Como puede observarse, hay muy distintas maneras de atribuir las causas a los diferentes hechos que nos ocurren, por eso el estilo atribucional que tenga cada persona va a marcar:


La forma de comportarse y reaccionar ante situaciones y hechos futuros.


La forma en cada uno interpretemos la realidad.


Un ejemplo muy común es el estilo atribucional que poseen las personas con depresión. Estos hacen atribuciones del tipo:


Para los fracasos: INTERNO-GLOBAL-ESTABLE


Para los éxitos: EXTERNO-ESPECÍFICO-INESTABLE


Por tanto el estilo atribucional influye de manera determinante en nuestro estado de ánimo.


¿Cómo debe ser nuestro estilo atribucional?


Sería aconsejable hacer atribuciones:


Para los fracasos: EXTERNO-ESPECÍFICO-INESTABLE


Para los éxitos: INTERNO-GLOBAL-ESTABLE


No hay que olvidar que nuestro estilo atribucional tiene que ser


Ajustado a la realidad


Si un error o un fracaso se debe a nosotros, no debemos interpretarlo como algo estable, sino como algo puntual que podemos modificar.


Si un éxito se debe a nosotros, debemos aceptarlo y reforzarnos por ello.


Es importante saber que el estilo atribucional también influye en la sensación de culpabilidad. Una persona interpretará la realidad de una manera o de otra, dependiendo del control que perciba tener de en una situación determinada.


La percepción de incontrolabilidad, va a producir en el sujeto una sensación de indefensión, es decir, cuando un sujeto haga lo que haga no consigue conseguir unos resultados esperados, el sentimiento que ese hecho hace despertar en una persona se llama INDEFENSIÓN.


Hay dos tipos de indefensión:


Indefensión Universal: Se refiere a la percepción de incontingencia entre nuestros actos y los resultados obtenidos. Es decir, una persona actúa y busca la forma de cambiar los resultados que está obteniendo y dándose cuenta que no tiene nada que hacer. La característica que define a este tipo de indefensión, es que normalmente, ante ciertos hechos o resultados, este sentimiento surge en la mayoría de las personas, por eso se denomina universal.



11 Ejemplo

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Una mujer enferma de cáncer y su marido hace lo impensable por salvarla. Utiliza todos sus recursos y todo sus esfuerzos para que la enfermedad no siga adelante, pero sus esfuerzos son en balde, se convence que ni él ni nadie pueden hacer nada.


Ante esta situación, el marido presenta síntomas de indefensión, junto a síntomas depresivos.


Indefensión Personal: la base es la misma que la anterior, la no contingencia entre los actos y los resultados, pero con una diferencia, que en este caso la persona sabe que existen respuestas y conductas que pueden hacer que cambie el resultado, pero que él no las posee.


Ejemplo


Un estudiante se está preparando un examen muy importante. Estudia todos los días cinco horas y luego acude a clases particulares. Está haciendo todo lo que está en su mano. Cuando llegan los resultados del examen, obtiene un suspenso.


El estudiante en este caso, percibe que su esfuerzo y trabajo no ha servido para cambiar y mejorar sus notas, por lo que piensa que es poco inteligente, y bastante torpe, el cual desarrollará sentimientos de indefensión y síntomas de decaimiento y de depresión.


Los sentimientos de depresión que surgen ante una situación de indefensión, suelen ser bastantes más serios en la indefensión personal que en la universal. Ya que en la primera, el sujeto atribuye el desenlace a él mismo, mientras que en la segunda, la persona sabe que no ha estado en su mano el poder cambiar los hechos.



Ejercicios


Ahora que ya sabemos cómo las personas reaccionan ante las situaciones y qué estilo atribucional utilizan. Exponga cómo cree Vd. que reacciona ante las diferentes situaciones cuando se encuentra ante un éxito en su puesto de trabajo y cómo reacciona ante un fracaso.


Ante un éxito:


Ante un fracaso:



11.1

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11.1.1 6 Diferentes técnicas para modificar la autoestima

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Modificar la autoestima es una tarea complicada y lenta de llevar a cabo, ya que se necesita tiempo y esfuerzo por parte del sujeto para aumentarla.


Existen una serie de técnicas bastante sencillas de aplicar, que son muy utilizadas en el tratamiento de la autoestima.


CONTRASTE EMPÍRICO

LISTA DE ATRIBUTOS

TÉCNICA DEL ESPEJO



CONTRASTE EMPÍRICO


La persona en este caso debe actuar como si fuera un científico, verificando si la idea o el pensamiento que tiene sobre ella misma es cierto o no.


El objetivo de esta técnica es buscar hechos, que demuestren que mi forma de pensar es correcta o no, para ello se elaboran dos listas, donde en una aparezcan los hechos encontrados que apoyen a esa idea y en la otra, los hechos que no la apoyan.

Hechos a favor: Se anotarían los sucesos, no los pensamientos ni las creencias,
que demuestran que mi forma de percibirme es correcta y tiene donde apoyarse.


Cuando hablamos de hechos futuros, no podemos desenvolvemos y como vamos a actuar en esa situación por lo tanto, no podemos anticipar acontecimientos.



Ejemplo:

Para que voy a intentar jugar al tenis, si soy muy mala para los deportes”


No podemos saber si se nos va a dar bien o mal jugar al tenis, cuando ni siquiera lo hemos intentado.


Hay que procurar que la persona obtenga evidencia empírica y que no se limite a tener una creencia no sin antes haberla comprobado.


Hechos en contra consiste en encontrar hechos, verdades que vayan en contra de la creencia, de esta manera la persona irá descubriendo por sí mismo el error de su autoevaluación.



Ejemplo:


Una persona dice que es muy mala en todos los deportes, sin embargo nada bastante bien.


En este caso hay que hacerla ver que no puede generalizar de esa manera, ya que la natación es un deporte como otro cualquiera y si se diera la oportunidad de intentar jugar al tenis, comprobaría que no es tan difícil.



LISTA DE ATRIBUTOS


Consiste en la realización de una lista donde la persona escriba los atributos y las capacidades que más destacaría de ella. Una persona con baja autoestima, normalmente no va a encontrarse muchos atributos por lo que hay que animarla hacerlo y poco a poco le van surgiendo.


En esta técnica se puede utilizar los comentarios de las personas de nuestro alrededor que nos conoce y que sabe como reaccionamos y nos comportamos.


Es muy importante que las cualidades expuestas en la lista sean reales, ciertas y objetivas.



TÉCNICA DEL ESPEJO


Es una técnica muy utilizada en personas que tienen algún tipo de complejo con su aspecto físico. Estas personas no suelen mirarse mucho al espejo, o cuando lo hacen no suelen mirar la parte que les acompleja.


12 Ejercicios

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Desde su punto de vista, ¿qué aspectos considera que debería mejorar o cambiar respecto a su Autoestima?


¿Qué considera vd. que debería sentir, pensar y hacer para conseguirlo?

XXIII COLOQUIO INTERNACIONAL SOBRE LA VIDA SALESIANA

BRATISLAVA - Eslovaquia, 16-21 agosto 2003 16


En la Residencia de los estudiantes de teología de la casa salesiana de Bratislava, tuvo lugar este Coloquio. El primero se celebró en Lyon en 1968, promovido por D. Luis Chiandotto. El de este año versó sobre el tema: “Proponer la fe en la cultura contemporánea. Reflexiones salesianas”. El objetivo de estos Coloquios es reflexionar sobre algún tema de interés por su actualidad o por la necesidad de ofrecer a otras instancias material para un futuro desarrollo. Los temas se estudian desde diversas disciplinas, como la historia, la filosofía, la teología, la psicología, la espiritualidad, la pastoral catequética, la sociología,…Asistieron 36 entre salesianos (27), Hijas de Mª Auxiliadora (6), seglares (2) y VDB (1); de ellos eran provenientes de Italia (13), España (6), Francia (5), Eslovaquia (4), Alemania (4), Bélgica (3) y Líbano (1).


Desde una óptica general, Sor Enrica Rosanna presentó “La religión en una sociedad multicultural” y Sabino Palumbieri “El núcleo específico de la religión cristiana”. Ciñíéndose a nuestra realidad salesiana, Francis Desramaut presentó a “Don Bosco y la formación religiosa de los jóvenes”; Jean Marie Peticlerc, el caso concreto de “La formación religiosa en el ‘Valdocco’ de Argenteuil”, una obra pionera en la que se quiere revivir el espíritu de Valdocco entre jóvenes de diversas culturas y muchos en situación difícil; Morand Wirth presentó “La educación religiosa en la familia salesiana después del Vaticano II”.


En otro contexto disciplinar, Cesare Bissoli hizo una reflexión sobre “Revelación y experiencia humana en la propuesta de la fe”; Pío Scilligo se adentró en “El papel de las emociones en la formación religiosa de los jóvenes”; y Vittorio Pozzo, que trabaja en el Líbano, presentó “El Islam, uno y plural, en los comienzos del siglo XXI. Para un encuentro que busca la convivencia de las diferencias” con el cristianismo.


Josep Maideu, desde la experiencia concreta de su parroquia, expuso “La formación religiosa en un mundo religiosamente pluralista. Itinerarios de la educación de la fe”. Emilio Alberich reflexionó sobre “La iniciación religiosa. El catecumenado. Reflexiones de un salesiano”. Y Sor María Tricarico presentó el tema de “Los media en la propuesta de la fe”.


Finalmente, desde la perspectiva de lo sociología, se presentaron las conclusiones de las encuestas y sondeos sobre la educación religiosa en algunas de las instituciones salesianas de Europa, como España, por Félix Domínguez; Francia, por Christian Bigault; Alemania, por Manfred Riegger y Jacques Schepens; e Italia, por Sor María Luisa Mazzarello.


Esta visión panorámica, junto con los debates en grupos y en el pleno, resultó enriquecedora y ofreció nuevas pistas de reflexión de cara al futuro en un tema tan específico para nosotros. Como en los Coloquios anteriores, estos estudios podrán conocerse en las Actas que a su debido tiempo se publicarán.


Tal vez por el interés que pueda suponer para nosotros, se incluye el estudio conclusivo de la encuesta que, sobre este tema, se realizó en España.











LA EDUCACIÓN RELIGIOSA EN LAS

INSTITUCIONES CONTEMPORÁNEAS SALESIANAS DE ESPAÑA



DATOS PREVIOS


1.- Grupos y personas que han respondido a la consulta


Colegios (La consulta era sobre tres Colegios por Inspectoría)………17 sobre 21

Delegados inspectoriales SDB de Pastoral Juvenil………………5 sobre 7

Delegadas inspectoriales FMA de Pastoral Juvenil………………2 sobre 4

Delegado Nacional SDB de Pastoral Juvenil…………………….1 sobre 1

Coordinador Nacional SDB de Escuelas ………………………1 sobre 1

Total…………26 sobre 34 (76,47%)

2.- Secciones, edades y número de alumnos de los Colegios que han respondido


Enseñanza Primaria (13 colegios)…………………………….. 6-12 años……4.485

Enseñanza Secundaria Obligatoria (16 col.)…………………..12-16 años……4.631

Bachillerato (11 col.)………………………………………….16-18 años……1.708

Ciclos Formativos de Grado Medio (Form. Prof.) (9 col.)…...16-18 años……1.596

Ciclos Formativos de Grado Superior (Form. Prof.) (7 col).....18-21 años……1.022

Programas de Garantía Social (Form. Prof.) (7 col.)..………. 16-21 años……. 215

Estudios Universitarios C.N.A.M. (1) (1 col.)..………………18-30 años…… . 334

(Hay colegios con varias secciones) Total………………… 13.991


3.- Todas las Instituciones son mixtas, si bien predomina el elemento masculino, especialmente en la Formación Profesional.

Los destinatarios prácticamente son todos católicos, con algunas escasas minorías de otras religiones.


4.- El objeto de la Consulta tenía como referencia tres centros de interés: la instrucción, la celebración y la vida en los grupos.

La consulta se propuso a través de un guión orientativo con preguntas abiertas, lo que impide ofrecer unos porcentajes precisos; la consulta se realizó de septiembre 2002 a febrero 2003; el análisis y estudio, entre febrero y mayo de 2003


5.- No se presentan una opinión o pronunciamiento sobre resultados positivos o negativos en nuestra educación religiosa, toda vez que las conclusiones sobre el conjunto de los colegios consultados es una muestra que no sería extrapolable a todo el colectivo de España, lo cual sería muy arriesgado; lo que se expone es ya de por si significativo. Con todo, al final, hago un juicio como observador personal de esta realidad.


*********************


1. LA INSTRUCCIÓN


1.1- Existe en todas las siete Inspectorías, tanto en los Consejos como en los responsables de la Pastoral Juvenil, una preocupación grande y creativa por encontrar una manera salesiana de proponer la fe; es objeto de encuentros, programaciones, propuestas y experiencias.

1.2.- La enseñanza religiosa se imparte en la práctica totalidad de los Colegios conforme a los Planes de la Conferencia Episcopal, y están organizadas como cualquier asignatura dentro del horario según las horas marcadas por la ley. Sin embargo esto resulta difícil en la Formación Profesional por cuanto los recientes planes de enseñanza no la incluyen en sus programas. Se trata de suplir impartiendo formación ética en torno a los valores en las clases de Formación y Orientación Laboral (FOL) y en las Relaciones en el Equipo de Trabajo (RET) y teniendo en cuenta el tipo de estos alumnos y las circunstancias concretas de cada lugar. Este problema también existe con los alumnos del último curso de Bachillerato; algunos aprovechan la hora de tutoría para tratar temas religiosos; otros encuentran dificultad al no poder disponer de esa hora lo cual supondría añadir una hora más lectiva en el horario ya cargado de clases.


1.3.- Existe la intención de que la asignatura de religión sea transversal; algún Colegio parece que lo consigue pero en la mayoría no es satisfactorio. Hay quienes defienden que las transversalidad no tiene sentido ya que, como dicen nuestros Obispos “no se puede pedir a la clase de religión lo que ella no puede dar” y no se puede pretender disfrazar de “catequesis lo que tiene su autonomía como clase de enseñanza religiosa”, que no de Religión.


1.4.- En la Enseñanza Primaria son los propios profesores seglares los que imparten esta asignatura; por regla general se tiene un gran cuidado de ellos, impartiéndoles cursos especiales para ellos haciendo un gran esfuerzo para que tengan la titulación adecuada, algo que tienen los todos los salesianos docentes que imparten esta asignatura en la Enseñanza Secundaria y en 1º de Bachillerato.


1.5.- Existe un Plan de Acción Tutorial que abarca temas psicopedagógicos y pastorales; estos últimos ocupan, más o menos, el 50% pero coordinados con los anteriores; se elaboran programas y se ahonda en temas específicos, como campañas sobre el hambre, fiestas salesianas, tiempos litúrgicos o acontecimientos eclesiales o mundiales relevantes. Preocupa más “una escuela en pastoral” que ”la pastoral en la escuela”. Se dan algunos casos en que los tutores no trabajan bien o vocacionados en el aspecto pastoral y algunas veces la coordinación entre ambos Departamentos deja que desear.


1.6.- Dentro de las campañas educativas, tienen especial relieve las de temas religiosos que se programan y realizan para todos los Centros: Domund, campaña del hambre para entrega de alimentos, Manos Unidas, reciclaje de ropa, fiestas salesianas y litúrgicas de los tiempos fuertes, Día de la Paz, de los Derechos Humanos.


1.7.- Se pretende, a través de la programación del Centro, que haya una vinculación metodológica entre las diversas materias y los valores; pero al igual que en el tema de la transversalidad, depende mucho de la actitud de profesores y tutores, con resultados muy desiguales. Es un desideratum en el que se avanza lentamente. Las Inspectorías tratan de obviar esta dificultad con una mejor selección de personal y una formación específica del profesorado con el fin de que asuman nuestro proyecto y lo apliquen en la medida de sus capacidades.



2. LA CELEBRACIÓN


2.1.- Los Colegios asumen las diversas celebraciones de la fe que se ofertan como un elemento práctico de la instrucción religiosa. El número y amplitud de la respuesta así lo atestigua. La respuesta de los alumnos de Formación Profesional, que vienen de otros Colegios sin tradiciones y costumbres religiosas, es más bien escasa. Excepto algunas celebraciones más oficiales, la mayoría son optativas, con una respuesta decreciente en los cursos superiores.


2.2.- La primera celebración que todos los Colegios han asumido es la que se hace al empezar la jornada: los Buenos Días. Alguna Inspectoría tiene una página web que ofrece a todos sus Colegios. Los equipos de pastoral los planifican cuidadosamente y, en algunos casos, son comunes para toda la Inspectoría y giran a un slogan válido para todo el año, aplicándolo por semanas o según fechas o acontecimientos. Los Buenos Días los dan los salesianos, algunos profesores seglares y alumnos y alguna persona invitada. Se finaliza con una breve oración colectiva en el aula. En pocos lugares se dan las Buenas Tardes, debido al horario que lo permite.


2.3.- Otras ofertas de la celebración de la fe son las Eucaristías en un día de los principales tiempos litúrgicos, así como al principio del curso, en las fiestas salesianas, con motivo de fallecimiento de familiares de alumnos o en situaciones especiales: por la paz, el hambre, las misiones. La participación sacramental cuantitativamente no es muy significativa, pero sí cualitativamente y ejemplar. En algunas circunstancias se opta por “celebraciones de la palabra”.


2.4.- Otra celebración es la oferta de la Reconciliación, en especial en los tiempos litúrgicos más significativos y en las fiestas salesianas, con resultados desiguales según Colegios y cursos, menos positivos en los cursos superiores. Tanto las celebraciones eucarísticas como las penitenciales se tienen con periodicidad variable, más frecuentes entre los alumnos de Enseñanza Primaria que en los de Secundaria y Bachillerato.


2.5.- Otros ámbitos de celebración al servicio de la instrucción religiosa y educación en la fe son los grupos de fe, las jornadas formativas para monitores, las escuelas de verano para catequistas, los cursos de diplomatura en teología para coordinadores de pastoral, las convivencias de fin de semana. Su programación y realización marcan un antes y un después en la vida religiosa de los Colegios.


2.6.-Otra de las ofertas celebrativas son las Convivencias cristianas: encuentros de un par de días durante el curso, fuera del Colegio, para reflexionar sobre temas de fe y formación cristiana, con carácter optativo. Hay casos en que algún Colegio, una vez a la semana un curso sale del colegio y celebra una Convivencia cristiana que termina siempre con una celebración penitencial y eucarística. Son pocos los centros que no ofrecen estas Convivencias, pero se está en proceso de realizarlas. Estas actividades, después de un comienzo titubeante, alcanzaron un nivel muy aceptable; en estos momentos las respuestas de los alumnos de cursos superiores ha descendido. Algunos responsables significativos creen que a veces se “juega” a convivencias con grupos de pequeños que dan más satisfacciones tanto a los pequeños como a sus animadores.


2.7.- Los Colegios se adhieren normalmente a las celebraciones organizadas por la Inspectoría y en menor medida a las promovidas por las Diócesis. En las celebraciones inspectoriales asisten Grupos de Fe y diversos grupos formativos sectoriales: Amigos de Domingo Savio, Campobosco, comunidades juveniles, y otros grupos con variadas denominaciones, como Cristo Vive. Unas se celebran durante el curso y otras en campamentos y cursillos de verano. La actitud de los asistentes a estas celebraciones en general es positiva; pero los responsables, que han percibido momentos de crisis de pervivencia e identidad, se esfuerzan en renovarlas, revitalizarlas y darles contenidos y objetivos más adecuados al momento.


2.8.- Como signo de que nuestros Colegios quieren presentarse como ofertas de instrucción y celebraciones religiosas, hay que destacar la apertura de nuestras parroquias y templos a los fieles, algo que perciben los alumnos que los frecuentan durante el año, manteniendo el contacto con lo sagrado y la simbología religiosa. Son muchas las familias y antiguos alumnos que consideran la iglesia salesiana un referente para su fe y para las celebraciones sacramentales. Las catequesis de la primera comunión y confirmación se hacen en la iglesia del Colegio. La relación entre los Colegios cuya iglesia es parroquia con los Centros Juveniles y el Movimiento Juvenil Salesiano, es, por regla general, fluida y provechosa. Se dan pocos casos en que no es así.


3. LA VIDA EN LOS GRUPOS


Dos observaciones: primera, esta apartado guarda cierta relación con el anterior; segunda, aquí se hace referencia tanto a los grupos de formación humana como cristiana.


3.1.- Como primera apreciación general hay que manifestar que en la escuela el grupo se reduce generalmente al aula; y en este sentido hay todo un conjunto de dinámicas tutoriales para conseguir el sentido de grupo e incidir en la formación humana, a través del deporte, teatro, arte y cultura, excursionismo, música, grupos de tertulia de temas variados, de monitores de tiempo libre, de voluntariado, de ONGs, etc. Otra cosa son los grupos formativos de fe. En este caso la experiencia es desigual; en la mayoría de los Colegios se hacen ofertas explícitas, de carácter extraescolar. Es cierto que se corre el peligro de que nuestros grupos tengan sólo como referente el ambiente salesiano generándose una disfunción respecto a la relación con la Iglesia local.


3.2.- Aún teniendo esto presente, los Colegios hacen todo tipo de ofertas que se traducen en la existencia de grupos variados en torno a los sacramentos de la iniciación cristiana, las misiones, scouts, precatecumenado, catecumenado, comunidades juveniles salesianas y que se conocen por variados nombres según las Inspectorías. Los niveles de acompañamiento dependen de la propia identidad de estos grupos. Hay que destacar en este sentido el gran trabajo de las Inspectoría y de las casas en la formación de los animadores/as de estos grupos, atendiendo a aspectos humanos, técnicos, cristianos y salesianos, como sucede en los temas reseñados anteriores de ‘instruir’ y ‘celebrar’.


3.3.- Los Centros Juveniles son los que organizan en su mayor parte y como una razón de su existencia, la riqueza de la vida asociativa, aunque su fuerte no es el ambiente escuela sino más bien el de los grupos que giran en torno a la formación y crecimiento en la fe. Actualmente y en su conjunto, estos grupos están en fase de replanteamiento ya que observan que no logran convocar como en otros tiempos recientes. La intensa movilidad de acontecimientos, valores y modos de interiorizarlos, hace que los itinerarios de educación en la fe se perciban como bastante complejos y extensos como para poder facilitar su seguimiento.


3.4.- Entre los grupos, el que más concentra el trabajo de los salesianos y animadores, es el Catecumenado Juvenil: 3º de Enseñanza Secundaria hasta 1º de Universidad; representa uno de los retos más fuerte de la Pastoral Juvenil. Se trata del proceso de personalización de la fe y de apertura al planteamiento vocacional. En esta tarea se dan pasos para vertebrar el tránsito de la experiencia comunitaria juvenil a la adulta. En este sentido se trabaja para lograr una coordinación local e inspectorial con el fin de unir fuerzas y obtener mejores resultados.


3.5.- No podemos ocultar que en algunas Inspectorías se hace cada vez más difícil la participación de estos grupos que tienen lugar en época de vacaciones. Las actitudes responden a simples tendencias de los movimientos grupales. Algunos participan atraídos por conocer gentes, tener experiencias más intensas, encontrarse unos con otros, diluirse en la masa, sobre todo en la preadolescencia y primera adolescencia, sin excluir en algunos casos la presencia de quienes quieren dar salida a la natural afectividad. En estos últimos años, cuando la oferta cristiana se ha hecho más explícita y comprometida, se viene notando que baja el número de participantes..


3.6.- Exceptuando algún colegio que no tiene Centro Juvenil, el resto dispone de este valioso elemento educativo pastoral y que es de tal entidad que se han constituido en Federaciones de Centros Juveniles ‘Don Bosco’ de Salesianos. No todos los Centros alcanzan los objetivos deseados, dándose diversos niveles de calidad entre ellos, pero el aprecio y la consideración de que gozan es notable. Como regla general estos Centros no existen como entidades a jornada completa, sino más bien en los tiempos libres, al finalizar la jornada lectiva, los fines de semana y en vacaciones.


3.7.- Estos Centros Juveniles ofrecen un servicio cualificado de educación en el tiempo libre para la animación juvenil y desarrollo cultural, la promoción integral de jóvenes y adolescentes; atienden a sus demandas y necesidades y promueven intercambio de inquietudes y experiencias; brindan a los jóvenes de la zona una ayuda y respuesta a sus problemas de asociacionismo, convivencias, tiempo libre, inquietudes sociales y educativas, siempre que acepten el Proyecto Educativo y unas normas de régimen interior; favorecen el protagonismo y la responsabilidad de los jóvenes en sus actividades, programaciones, revisión y gestión, fomentando el espíritu crítico de la realidad y facilitan las actividades lúdicas y deportivas. Esta oferta no siempre es completa ni los resultados son siempre los pretendidos, como así se manifiesta en las respuestas recibidas.


3.8.- Por otra parte, los Centros Juveniles aglutinan a todos los chicos que pertenecen a los grupos de fe y ofrecen distintas actividades litúrgicas, celebrativas, formativas y de sensibilización social, especialmente en las campañas salesianas y eclesiales. En todo el proceso formativo y espiritual de la fe, el Centro Juvenil es un punto de referencia fundamental; de estos Centros provienen los futuros animadores de sus jóvenes compañeros.


3.9.- Es normal el acompañamiento personal de los animadores en los grupos de fe; sin embargo, algunos de estos animadores, por sus estudios y trabajos, sólo pueden ser atendidos en fines de semana, con lo que se pone en peligro dicho acompañamiento. La responsabilidad de este acompañamiento recae sobre los educadores salesianos más comprometidos con la Pastoral Juvenil. Lo que sí hay que destacar es que se tiene muy en cuenta por parte de los responsables el valor del seguimiento y acompañamiento personal no sólo de los muchachos que han terminado unas etapas, sino también de los jóvenes educadores y catequistas. Este seguimiento, en algunos casos, se hace más allá de la edad escolar, entre universitarios y antiguos alumnos, pero hay que reconocer que esta última situación no es significativamente relevante.


3.10.- Finalmente hay que hacer constar que la oferta de grupos es diversificada según las edades y los niveles de receptividad, especialmente cuando lo que se pretende es la implantación, formación y crecimiento en la fe.


*******************

El resumen del sondeo ofrece una visión más bien optimista, pero un tanto acrítica, no destacándose algunas sombras de fondo que ciertamente existen e interrogan. En los “Datos previos”, nº 5, indico por qué no debo pronunciarme sobre los resultados positivos o negativos obtenidos por la educación dada. Sin embargo, como observador particular, me parece justo manifestar mi juicio personal contrastado con otros hermanos.


Lo resumo con palabras de Mons. Antonio Cañizares, Arzobispo de Toledo, Primado de España y Presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis, a las que me adhiero y aplico a nuestro trabajo pastoral: “Nuestra pastoral ha de ocuparse, ante todo, de Dios; hace falta una fuerte dosis de teocentrismo y superar ciertas pastorales antropocéntricas y secularizadoras” (2), horizontalistas. Las dificultades no derivan sólo del lenguaje y los medios, sino de los planteamientos y objetivos que, aún intentándolo, no siempre son los más adecuados. Este es un reto arriesgado pero ineludible.


En este sentido suscribo el diagnóstico que Aldo Giraudo expresó en el Coloquio de Cracovia (2001): en donde afirma: “La vivacità della pastorale salesiana spesso dà l’impressione di essere priva di un’ispirazione teologica e spirituale di alto profilo e indebolita nella identità propria”; es una pastoral con “maggiore creatività e vivacità ma con una forte dipendenza da linguaggi e tendenze del momento e minore caratterizzazione salesiana” (3)


La revista “Misión Joven” (julio-agosto 2003) incluye una entrevista en la que Don Pascual Chávez, Rector Mayor, responde a diez preguntas sobre “El Futuro de la Pastoral Juvenil”. Sus afirmaciones son claras y coincidentes con las manifestaciones de Mons. Cañizares y de Aldo Giraudo. Un porcentaje muy alto de sus respuestas inciden sobre el mismo tema. Basten dos de sus afirmaciones.


Centrándome ya, más en concreto, en la Pastoral Juvenil, diría que veo en todas partes una gran vitalidad con multitud de iniciativas y propuestas, un florecimiento de grupos, asociaciones y movimientos, mucha buena voluntad y esfuerzo por parte de una gran cantidad de adultos y animadores jóvenes. Pero al mismo tiempo me doy cuenta que nuestra pastoral juvenil es más una pastoral de actividades que una pastoral de procesos, una pastoral individual y poco coordinada más que una pastoral de comunidad que comparte un proyecto, una pastoral sectorial y fragmentada más que un camino unitario e integral”.



Y añade en otro momento: “En algunas partes, sobre todo en los contextos de la sociedad secularizada, las comunidades cristianas presentan una imagen de cansancio y de desorientación; los jóvenes sienten que los adultos (la familia, la parroquia, los educadores en general) tienen como una especie de vergüenza a hablar de lo esencial; prefieren darles recetas, indicarles cosas que hacer, más que compartir con ellos una experiencia y un camino de fe; entonces la presencia y la propuesta pastoral tiene poca claridad y fuerza evangélica” (4)


Pienso que estas tres observaciones complementan el panorama presentado.


Félix Domínguez Rodríguez

_________________


  1. Dependiente del “Conservatoire Nationale des Arts et Metiers”, de Francia.

  2. Mons. Cañizares, Antonio. “El mundo necesita de Jesucristo”. Alfa y Omega. Fundación San Agustín. Semanario católico de información: Arzobispado de Madrid. Nº 352, 1 mayo 2003, págs. 6-7.

  3. Giraudo, Aldo, sdb. “Interrogativi e spinte della Chiesa del postconcilio sulla spiritualità salesiana” en “La spiritualità salesiana in un mondo che cambia”. Pág. 137-159. Colloqui 20. AA.VV. A cura di C. Semeraro. Salvatore Sciascia Editore. Caltassinetta-Roma; 2003.

  4. Chávez Villanueva, Pascual, sdb. “Futuro de la Pastoral Juvenil”. Misión Joven. Revista de Pastoral Juvenil. “Nuevos caminos para la pastoral”. Centro Nacional Salesiano de Pastoral Juvenil. Nº 318-319. Julio-Agosto 2003. Págs. 5-16.



























NECROLOGIO SALESIANO DE LA INSPECTORÍA DE SANTIAGO EL MAYOR-LEÓN


OCTUBRE


PRESENTACIÓN

«Haced esto en memoria mía...» (Lc 22,19)


Para los cristianos, términos como «memoria», «memorial» o «recuerdo» no están vinculados a un contenido meramente nostálgico. La dinámica eucarística en la que se introduce el cristiano, como recuerdo actualizado de algo que se hace nuevamente presente cada vez que se celebra, nos mueve a dar mayores miras a todo recuerdo pasado, y, más aún, a la hora de recordar a nuestros hermanos difuntos —«Anunciamos tu muerte, proclamamos tu Resurrección, ¡Ven, Señor Jesús!», proclamamos en la anámnesis consacratoria—.


Precisamente Jesús, en el marco de la última cena, pide a los discípulos que hagan «memoria» de aquello que han visto y oído (cf. Lc 22, 7-23). Este gesto, lejos de ser algo que mira al pasado, mira a su futuro inmediato —su pasión y muerte— y hasta el fin del mundo (cf. Mt 28,20). Ésta es la «presencia» continua de Cristo en su Iglesia.


Este memorial vivificador nos remite a la eucaristía y, también, a nuestro recuerdo diario por los difuntos. Tal es la unión entre la eucaristía y el recuerdo de quienes nos han precedido, que, en la anáfora eucarística, con el recuerdo de la muerte y resurrección de Cristo va nuestra oración por todos los difuntos.


Para que este recuerdo sea más cercano, mirando a personas concretas, en este volumen presentamos la selección que hemos preparado de entre los salesianos difuntos más cercanos a nosotros fallecidos en el mes de octubre. De todos los hermanos que aquí constan queda consignado su nombre completo, el lugar de su fallecimiento, el año y la edad de defunción. Para simplificar nuestro trabajo hemos empleado las siguientes abreviaturas:


  • Sac.: Salesiano presbítero.

  • Coad.: Salesiano coadjutor.

  • Mons.: Salesiano obispo o arzobispo.

  • Card.: Salesiano cardenal.

  • Diác.: Salesiano diácono.

  • Est.: Salesiano estudiante (clérigo o seminarista)


OCTUBRE


1

Est. José Pujol Soler. Murió en Málaga, en 1897, a los 23 años.

Sac. Elia Comini. Murió en Vergato (Italia), en 1944, a los 34 años. Está introducida su causa de beatificación y canonización.

Sac. Ángel de Dios Álvarez. Murió en Salamanca, en 1953, a los 86 años.

Sac. Javier Rubio Ibáñez. Murió en Madrid, después de haber sido consiliario de Antiguos Alumnos y delegado nacional de Cooperadores, en 1979, a los 67 años.

Sac. Gerard Grijspeert. Murió en Gent (Bélgica), en 1982, a los 86 años. Fue inspector durante seis años.

Sac. Josep Guillamet Janer. Murió en 1991, en Sarriá (Barcelona), a los 71 años de edad. Fue el primer director de La Almunia.


2

Coad. Mateo Garulera Masferrer. Procedente de la casa de Atocha, fue asesinado en Madrid, en 1936, a los 49 años. Su causa de martirio está introducida.

Sac. Rogelio Cuadrado Rodríguez. Murió en Morón de la Frontera (Sevilla), en 1991, a los 60 años.


3

Coad. Julián Amor Martínez. Murió en Cambados, en 1984, a los 53 años. En sus 25 años de profesión desempeñó múltiples labores. En todos los sitios pasó como un hombre sencillo, trabajador y servicial con todos; como religioso fiel a sus compromisos y amante de Don Bosco y sincero devoto de María Auxiliadora, a la que pedía salud suficiente para seguir haciendo el bien.


4

Sac. Antoni Symior. Murió en Kraków (Polonia), en 1933, a los 51 años. Fue inspector durante tres años.


5

Sac. Pietro Jellici. Murió en Banpong (Tailandia), en 1995, a los 90 años. Fue inspector durante seis años.

Sac. Tirso Pinos Sevillano. Este leonés falleció en Barcelona, en 1995, con 42 años.

Sac. Sergio Fernández Ferrero. Murió en Rota (Cádiz), en 2002, a la edad de 88 años.


6

Est. Manuel Colago Parrilla. Murió en Utrera (Sevilla), en 1903, a los 25 años.

Sac. Carlo Peretto. Murió en Ouro Preto (Brasil), en 1923, a los 63 años. Fue inspector durante 13 años.

Sac. Domingo del Bosque Piñeiro. Murió en Madrid, en 1977, a los 53 años.

Sac. Isidoro Moro Villoria. Murió en Madrid, en 1978, a los 74 años.

Sac. Tiburcio Lupo. Murió en Turín, en 2001, a los 100 años. Fue, durante doce años, secretario del Capítulo Superior.


7

Sac. Vittorio Alasonatti. Este gran ayudante de Don Bosco fue el primer prefecto general durante diez años. Murió en Lanzo (Turín), en 1965, a los 53 años.

Sac. Arturo Conelli. Murió en Roma, en 1924, a los 60 años. Fue inspector durante 14 años, consejero escolástico general durante dos años y ecónomo general durante cinco años.


8

Coad. Valentín Cervilla Herrera. Murió en Sevilla, en 1912, a los 26 años.

Sac. Luigi Piscetta. Tras ser profesor durante 40 años en la Facultad Teológica de Turín, fue consejero del Capítulo Superior durante 18 años. Murió en Turín, en 1925, a los 67 años.

Sac. Domenico Cerrato. Murió en Sâo Paulo (Brasil), en 1954, a los 74 años. Fue inspector durante diez años.

Sac. José Lorenzo Gómez. Murió en Ourense, en 1970, a los 89 años. Natural de Allariz, pasó los primeros años de su vida sacerdotal en Sarriá, donde —debido al excesivo trabajo por falta de personal—, se le diagnosticó una anemia cerebral de la que no se recuperaría. No obstante, a pesar de los síntomas derivados de dicha enfermedad, supo entregarse al acompañamiento de tantos como se acercaban a su confesonario y a los hermanos de comunidad.

Sac. Francisco Picabea. Murió en Viedma (Argentina), en 1970, a los 85 años. Fue inspector durante 16 años.

Sac. József Vandor. Murió en Santa Clara (Cuba), en 1979, a los 70 años. Está introducida su causa de canonización.


9

Est. Pedro Reus Barceló. Murió en Béjar (Salamanca), en 1896, a los 24 años.

Sac. Antonio Ricaldone. El primo de don Pedro Ricaldone, murió en Ronda (Málaga), en 1903, a los 35 años.

Coad. José Bordas Flaquer. Murió en Málaga, en 1918, a los 32 años.

Mons. Ignacio Canazei. Murió en Shiu Chow (China), en 1946, a los 63 años. Fue inspector durante cuatro años y obispo auxiliar de Shiu Chow durante 16 años.


10

Sac. Francisco Pérez Ramírez. Murió en Sevilla, en 1934, a los 57 años.

Sac. Antonio Maniero. Murió en Novara (Italia), en 1963, a los 73 años. Fue inspector durante 19 años.

Sac. Giovanni Battista Muzio. Murió en Bahía Blanca (Argentina), en 1964, a los 98 años. Fue inspector durante 25 años.

Sac. Francisco Villanueva Bernal. Murió en Mérida (Badajoz), en 1967, a los 57 años.

Sac. Tullio Sartor. Murió en Mogliano Veneto (Italia), en 1976, a los 56 años. Fue inspector durante nueve años.

Sac. Jànos Pasztor. Murió en Budapest (Hungría), en 1990, a los 76 años. Fue inspector durante ocho años.


11

Sac. Tomasz Kopa. Murió en Ostrzeszów (Polonia), en 1938, a los 60 años. Fue inspector durante cuatro años.

Sac. Albert Louis Prin. Murió en Marsella (Francia), en 1951, a los 74 años. Fue inspector durante 15 años.

Sac. Rafael Cerdá Micó. Murió en Mataró (Barcelona), en 1967, a los 74 años.

Sac. Ramón Gutiérrez de la Peña. Murió en Córdoba, en 1990, a los 56 años.

Sac. Oreste Paviotti. Murió en Urdine (Italia), en 1991, a los 80 años. Fue inspector durante ocho años.


12

Sac. Agenor Pontes Vieira. Murió en Belo Horizonte (Brasil), en 1985, a los 90 años. Fue inspector durante 15 años.

Sac. Justo José Delgado de la Torre. Murió en Oviedo, en 1997, a los 93 años. Hijo de inmigrantes asturianos en Argentina, su vocación salesiana nace y da sus primeros pasos en Buenos Aires y la Patagonia. En 1968 pidió el cambio de inspectoría y es destinado a la Fundación Masaveu de Oviedo, donde permaneció hasta su muerte. Sus últimos años estuvieron marcados por la enfermedad y la continua oración.

Sac. Francisco Carrillo Quero. Murió en Córdoba, en 2000, a los 66 años.


13

Coad. Ramón Marcos Cháves. Murió en La Línea de la Concepción (Cádiz), en 1995, a los 85 años.

Mons. Luis Teodoro Arroyo Robelly. Murió en Quito (Ecuador), en 2000, a los 71 años. Fue obispo de Tatroporto durante 12 años y vicario apostólico de Méndez (Ecuador).


14


15

Sac. Ruggiero Pellegrino Pilla. Murió en Caserta (Italia), en 1987, a los 76 años. Fue inspector durante cinco años. Antes de ser durante 20 años ecónomo general, colaboró con don Giraudi en las obras de Cinecittà, el PAS o la Pisana.


16

Coad. Salvador Pont Pijoan. Murió en Sarriá (Barcelona), en 1919, a los 30 años.

Sac. Mariano Subirón López. Murió en Montellano (Vizcaya), en 1946, a los 73 años.

Sac. Isaac Leal Fernández. Murió en Ronda (Málaga), en 1948, a los 58 años.

Sac. Esteban Aguilón Aguiano. Murió en 1950, en Valencia, a los 67 años.

Sac. Francisco Pucko. Murió en Arévalo (Ávila), en 1955, a los 48 años.

Sac. Francisco López Ramírez. Murió en Ronda (Málaga), en 1957, a los 76 años.

Sac. Ernesto Olivares Figueroa. Murió en San José del Valle (Cádiz), en 1992, a los 89 años de edad.


17

Sac. Dionisio Ferro Saboridon. Murió en Santiago de Coedo (Ourense), en 1920, a los 56 años.

Sac. Antonio Castilla Ortiz. Murió en Madrid-Carabanchel, en 1928, a los 54 años.

Sac. Luigi Colombo (Pasquali). Murió en Pinerolo (Italia), en 1958, a los 77 años. Fue inspector durante 12 años.

Sac. Giulio Parazzini. Murió en Faenza (Italia), en 1973, a los 84 años. Fue inspector durante un sexenio.

Coad. Juan Mir Orts. Murió en Cabezo de Torres (Murcia), en 1978, a los 79 años.

Sac. Diego Reina Muñoz. Murió en La Línea de la Concepción (Cádiz), en 1982, a los 61 años.


18

Est. Verísimo Ferreiro Devesa. Murió en Montilla (Córdoba), en 1916, a los 22 años.

Est. Victoriano Puente Calvo. Murió en Carmona (Sevilla), en 1921, a loa 21 años.

Est. Francisco González Caride. Murió en Salamanca, en 1935, a los 20 años.

Sac. Antonio Marcolungo. Murió en la casa de Trinidad en Sevilla, en 1955, a los 91 años.


19

Sac. Lorenzo del Pozo Redondo. Murió en Bilbao, en 1964, a los 77 años.

Coad. Germán Arín Salsamendi. Murió en Barcelona, en 1998, a los 86 años.


20

Coad. Juan Ragull Castro. Murió en Mataró (Barcelona), en 1948, a los 70 años.

Sac. Vicente Álvarez Hernández. Murió en Sevilla, en 1950, a los 29 años.

Mons. Salvatore Rotolo. Murió en Roma, en 1969, a los 88 años. Durante 17 años fue obispo auxiliar de Velletri y, durante 14, fue obispo de Altamira y Acquaviva delle Fonti.

Sac. Eduardo Pavanetti. Murió en Montevideo (Uruguay), en 1975, a los 59 años. Fue inspector durante tres años.


21

Est. Epifanio Mesonero Rodríguez. Murió, recién profeso, en Sarriá (Barcelona), en 1925, a los 17 años.

Sac. José Santo Cuesta Ibáñez. Murió en Bilbao, en 1955, a los 71 años.

Mons. Marcelino Olaechea Loizaga. Fue inspector de Barcelona y de Madrid, visitador apostólico de seminarios y obispo —durante doce año de Pamplona y durante 20 de Valencia—. Murió retirado en Valencia en 1972, a los 83 años.

Sac. Honorino Tejedor Bravo. Murió en Madrid, en 1984, a los 64 años.

Sac. Antonio Ureña Arroyo. Murió en Martí-Codolar (Barcelona), en 1991, a los 82 años.


22

Mons. Giovanni Marenco. Murió en Turín, en 1921, a los 68 años. Fue inspector durante tres años, procurador general durante nueve, obispo de Massa Carrara durante ocho e internuncio de Centroamérica durante cinco.

Card. Augusto Hlond. Con doce años llegó a Turín para hacerse salesiano. Fue, durante tres años, inspector en Viena; durante tres años administrador apostólico de la Silesia polaca; durante 23 años fue arzobispo de Varsovia y durante 21 cardenal primado de Polonia. Murió en Varsovia en 1948, contaba con 67 años. Está introducida su causa de beatificación y canonización.


23

Sac. Francisco Pagés Casanova. Falleció siendo director de la casa de Ourense, a consecuencia de la epidemia de gripe del año 1918, a los 35 años. Natural de Barcelona, tras varios destinos, llegó a Ourense donde se encontró con las dificultades de los inicios. Allí aportó entendimiento y múltiples iniciativas para hacer más abierta, a la ciudad y a los niños y jóvenes, la casa salesiana. Su sentido del humor y su vocación poética la demostró en los momentos difíciles de su prematura muerte: «Aunque fui un poco travieso — quisiera un premio, señores,/ que fuera de los mejores, — ¡precisamente por eso!».

En 1936 fueron sacrificados cuatro hermanos del Seminario de Carabanchel (Madrid). De ellos está introducida la causa de martirio:

Sac. Enrique Sáiz Aparicio, de 47 años, era el director de la comunidad.

Est. Carmelo Pérez Rodríguez, de 28 años.

Est. Pedro Artolozaga Melligue, de 23 años.

Est. Manuel Borrajo Miguez, de 20 años.

Sac. Giuseppe Quadrio. Este joven y apreciadísimo profesor del PAS-Crocetta durante once años, murió en Turín, en 1963, a los 41 años después de tres años de enfermedad. Tiene introducida la causa de beatificación y canonización.

Sac. Manuel María Martín Miguel. Murió en Algeciras (Cádiz), en 1980, a los 69 años.


24

Diác. Luis Salvatella Parleris. Murió en Campello (Alicante), en 1917, a los 26 años.

Sac. Estanislao Muzás Aguayo. Murió en Huesca, en 1940, a los 42 años.

Sac. Marco Toglietti. Murió en Campano (Cádiz), en 1957, a los 74 años.

Mons. Julio Salcedo Teller. Murió en Cali (Colombia), en 1958, a los 74 años. Fue, durante seis años, obispo de Barranquilla y, durante diez, obispo de Cali.

Sac. José Luis González López. Murió en México D. F., en 1991, a los 85 años. Fue durante diez años inspector.

Sac. Augusto Bosio. Murió en Moncallieri (Italia), en 2000, a los 82 años. Fue inspector durante seis años.


25

Coad. Vicente Gutiérrez Castañeda. Murió en Barcelona, en 1901, a los 60 años.

Coad. Francisco Miguel Llambias Orfila. Murió en Valencia, en 1919, a los 36 años.

Coad. Pío Sanchez López. Murió como enfermero en Martí-Codolar (Barcelona), en 1982, a los 78 años.

Sac. Ángel Vidondo Osésn. Murió en Barcelona-Sant Jordi, en 1989, a los 58 años.


26

Sac. Michele Foglino. Murió en Piossasco (Italia), en 1938, a los 80 años. Fue inspector durante 13 años.

Mons. José Borgatti Raboni. Murió en Viedma (Argentina), de donde fue obispo durante 20 años, en 1973, a los 82 años.

Sac. Giovanni Battista Lucetti. Murió en Borgo San Martino (Italia), en 1994, a los 77 años. Fue inspector durante un sexenio.

Sac. Cecilio Calleja Antolín. Murió en Arévalo (Ávila), en 2001, a los 88 años.

Sac. Antonio Doménech Llorens. Murió en Valencia, en 2002, a los 71 años.


27

Est. Martín Jaumot Coll. Muerto en Campello (Alicante), en 1943, a los 29 años.

Sac. Vicente Martín Sardón. Muerto en 1959, a los 60 años.

Coad. Daniel Barrientos Aguado. Murió en Astudillo, en 1975, a los 59 años. Tuvo una vida familiarizada con el dolor, como compañero de enfermedades ajenas y como «varón de dolores», fue un dolor el suyo llevado con un talante espiritual y humano tal que no mermó nunca su entera dedicación al trabajo, que era su pasión.

Mons. Ángel Muzzolon Cossaro. Murió en Asunción (Paraguay), en 1984, a los 86 años. Fue vicario apostólico, durante 21 años, del Chaco Paraguayo.

Sac. Pietro Cometti. Murió en Cuiabá (Brasil), en 1998, a los 80 años. Fue inspector durante seis años.

Sac. Luis García Guitián. Murió en Madrid, 1998, a los 77 años.


28

Sac. Ernesto Giovanni Oberti. Murió en Roma, en 1904, a los 50 años. Fue inspector durante tres años.

Sac. Antón Josephides Francos. Murió en Vigo, en 1919, a los 58 años. Este chipriota se hizo salesiano en Jerusalén. De Túnez fue destinado a Málaga, Béjar (Salamanca) y, finalmente, a Vigo. Es el primer salesiano de los que han muerto en Vigo, donde Don Antonio ha pasado por ser un hombre que «apunta hacia la eternidad».

Mons. Antonio Malán Mellado. Murió en Sâo Paulo (Brasil), en 1931, a los 69 años. Fue inspector durante 14 años, obispo titular de Amiso durante 19 y obispo de Petronila durante siete.

Sac. Eliseo Sánchez Martín. Murió en Las Palmas, en 1983, a los 81 años.

Coad. Lorenzo Hernández Martín. Murió en Madrid, en 1986, a los 88 años.


29

Coad. José Fernando Ayats Quintana. Murió en Barcelona, en 1907, a los 27 años.

Est. Domingo Tovar Méndez. Murió en Campello, si bien era gallego, en 1917, a los 69 años.

Sac. Paolo Albera. Tras ser inspector de Marsella, catequista general y visitador durante 18 años, fue elegido como segundo Rector Mayor en 1910 —permaneció en el cargo durante once años—. Murió en Turín, en 1921, a los 76 años.

Est. Francisco Edreira Mosquera y su hermano Virgilio. Fueron sacrificados en Madrid, en 1936, a los 21 y 27 años respectivamente. De ambos está introducida la causa de martirio.

Sac. Francesco Laconi. Murió en Castel Gandolfo (Italia), en 1983, a los 71 años de edad. Fue inspector durante nueve años.


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Sac. José Manuel Pérez Sanchez. Murió en Málaga, en 1954, a los 50 años.

Sac. Pasquale Rivolta. Murió en Lugano (Suiza), en 1961, a los 86 años. Fue, durante un sexenio, inspector.

Coad. Manuel Prieto Bolaños. Murió en Málaga, en 1978, a los 88 años.

Sac. Evaristo Sánchez Hernández. Murió en Úbeda (Jaén), en 1990, a los 84 años.

Sac. Luigi Zuppini. Murió en Negrar (Italia), en 2002, a los 59 años. Fue inspector durante doce años.


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Est. Ignacio Bentanachs Escudé. Murió en Sarriá (Barcelona), en 1898, a los 20 años.

Coad. Jacinto Castillo Ordaliz. Murió en Mataró (Barcelona), en 1941, a los 59 años.

Sac. José Miguel Martín Vicente. Murió en Cádiz, en 1966, a los 51 años.

Coad. Antonio Camps Martí. Natural de Menorca, pasó la mayor parte de su vida salesiana en la inspectoría de León, si bien estuvo en casas de las inspectorías de Barcelona, Valencia y Sevilla. De él han dicho que era «religiosamente humano y humanamente religioso». Artista de la carpintería, murió en el «Centro Don Bosco» de León, en 1983, a los 67 años.

Coad. Ludwig Podlesnik. Este esloveno, murió en Sevilla, en 1992, a los 74 años.






1 Antonio Bellella, en Vida religiosa. Abril 2003, nº 4, vol. 95.

2 Santiago Chivite en Cooperador paulino 117, enero-febrero de 2003.

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