Elementos fundamentales del al Pastoral Juvenil

ALGUNOS ELEMENTOS FUNDAMENTALES DE LA PASTORAL JUVENIL SALESIANA QUE REQUIEREN NUESTRA ATENCION


  1. Como el Buen Pastor también nosotros vamos al encuentro de los jóvenes, de sus culturas y de sus historias

Los Salesianos de Don Bosco estamos llamados a ser pastores y educadores de los jóvenes, sobre todo de los más necesitados. Les ofrecemos una experiencia integral de maduración humana, espiritual e intelectual. Acompañándolos, nos esforzamos por conocer su realidad y sus culturas para responder a sus necesidades y expectativas.

Estamos llamados a hacernos presentes entre los jóvenes a través de un particular compromiso en la acogida, la escucha, el estudio, la reflexión y la interpretación que nos permiten conocer mejor sus situaciones. Con esa actitud aprendemos discernir los mejores modos de acompañarlos a través de propuestas educativas y pastorales que respondan a sus reales necesidades.


  1. Anuncio del Evangelio de Cristo con el carisma educativo y misionero de Don Bosco

Como Salesianos de Don Bosco, estamos llamados a ofrecer un testimonio de la Buena noticia que anunciamos a los jóvenes. Esta prioridad es fruto del mandato de Jesús a su Iglesia. Como Don Bosco, encontramos a los jóvenes en el lugar donde se encuentran, para encarnar el gozoso anuncio de Cristo en sus historias.

A partir de una visión integral de la Buena nueva, en cuanto evangelizadores y educadores, nos comprometemos en ofrecer a los jóvenes procesos graduales que respondan a sus anhelos y sus necesidades.

El criterio oratoriano de la pastoral salesiana está a la base de los procesos mistagógicos y pedagógicos orientados al encuentro de los jóvenes con Cristo y con su buena noticia. Esa experiencia ayuda a los jóvenes a descubrir el proyecto de Dios en sus vidas con un compromiso vocacional maduro, en la Iglesia y en la sociedad. Es un desafío que exige propuestas integrales desde la espiritualidad juvenil salesiana: la amistad, la cultura, la solidaridad, la celebración de la fe, la vida comunitaria, el servicio, la catequesis, la alegría.


También estamos llamados a llevar la buena noticia a aquellos ambientes no cristianos, pluri-religiosos y pluri-culturales. En esos ambientes presentamos una propuesta enraizada en los valores del evangelio, con procesos que respetan a las personas, su cultura y su religión. Nos comprometemos a ofrecer procesos que respondan realmente a su deseo y a su derecho de maduración humana, trascendental e intelectual.

La actual crisis educativa requiere de nosotros una particular atención a la familia, sobre todo en su relación con la pastoral juvenil. En un contexto globalizado, donde las relaciones humanas son cada vez más distantes y marcadas por la autonomía, cada una de nuestras obras busca ofrecer un espacio de acogida y escucha a las familias, de promover la formación de los padres y de ofrecer caminos de acompañamiento a las jóvenes parejas.


  1. La dimensión comunitaria de la pastoral juvenil salesiana

Nuestra llamada a ser educadores y pastores de los jóvenes es una experiencia que vivimos junto a un amplio movimiento de personas, con quienes damos testimonio y nos comprometemos a vivir la misión salesiana como respuesta al mandato de Cristo en el servicio a los jóvenes.

La pastoral juvenil salesiana es una experiencia comunitaria. Una comunidad, Salesianos y laicos corresponsables, que es sujeto educativo y mensaje de evangelio, al mismo tiempo. Es una comunidad que educa y testimonia por medio del espíritu de familia. Es una comunidad, que siendo parte de la Iglesia, vive la misión evangelizadora con el carisma de Don Bosco y hace visible la espiritualidad de la comunión.

Los jóvenes, que viven en un mundo de continuo cambio, con desafíos que los condiciona y deja impotentes, nos invitan a acogerlos, a escucharlos y a acompañarlos. Ellos llevan en el silencio de su corazón el grito de un vacío existencial y al mismo tiempo una evidente y profunda búsqueda de sentido en sus vidas.

Con la inspiración y el ejemplo de Don Bosco, que en su tiempo ofreció una comunidad de laicos, religiosos y jóvenes colaboradores, sentimos la necesidad que en nuestra misión, en todos los niveles, se construya esta Comunidad Educativa Pastoral (CEP), comprometida y formada adecuadamente para enfrentar estos nuevos desafíos.


Como CEP se nos llama a acompañar y a crecer junto con los jóvenes a través de una propuesta educativa y evangelizadora. En un ambiente así, la CEP educa a los jóvenes con la finalidad que ellos sean protagonistas de procesos evangelizadores y educadores.


  1. Formación para la misión

Responder a la llamada de Dios para servir a los jóvenes, significa entrar en una pedagogía de procesos formativos que refuercen una mentalidad y una actitud pastoral a la luz del carisma salesiano.

Las historias de nuestros jóvenes nos comprometen a recorrer juntos estos procesos formativos, Salesianos, Laicos, jóvenes colaboradores y miembros de la Familia salesiana.

Se necesita una sistemática y sólida propuesta formativa en pastoral durante las fases iniciales de la formación de los Salesianos. Por ello, junto al conocimiento y estudio del modelo de la pastoral salesiana, tal como se presenta en el Cuadro Fundamental de Referencia de la pastoral juvenil, es importante también ofrecer a los jóvenes salesianos en las fases formativas procesos de reflexión y de mentoring pastoral.

Una necesidad pastoral, cada vez más exigida por los jóvenes, es el acompañamiento espiritual. Esta exigencia de la pastoral juvenil nos pide ofrecer caminos formativos que preparen a Salesianos y laicos como pastores educadores capacitados para el discernimiento y la guía espiritual.


  1. Mentalidad y praxis del proyecto

Parte del servicio de animación y de gobierno inspectorial es el acompañamiento que se ofrece a la comunidad local en la CEP para una didáctica y pedagogía más claras en la gestión del Proyecto Educativo Pastoral: sus procesos de elaboración, implementación y evaluación.

Más que una pretensión de eficiencia, es importante que el PEP ofrezca la intencionalidad pastoral de la obra, en cuanto expresión de la misión salesiana.

Debe ser promovida todavía más una mentalidad y praxis de gestión en red que garantice una mejor coordinación de los recursos humanos, institucionales, pedagógicos y financieros disponibles.



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