2021_PG_La_parroquia_y_el_santuario_confiados_a_los_salesianos


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La parroquia
y el santuario
confiados a
los salesianos
Sector para la
Pastoral Juvenil
Salesiana

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Diseño gráfico: Artia Comunicación
Illustraciones: Javier Carabaño
Traducción: Mercedes de la Torre y Miguel Ángel García
Propiedad reservada al Sector de Pastoral Juvenil, SDB
Salesianos de Don Bosco – Sede Central
Via Marsala, 42. 00185 Roma

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La parroquia
y el santuario
confiados a los
salesianos
Sector para la
Pastoral Juvenil
Salesiana

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SIGLAS Y ABREVIATURAS
CIC Código de Derecho Canónico (1983).
Const./Reg. Constituciones y Reglamentos de la Sociedad San
Francisco de Sales (1984).
CG Capítulo General de los Salesianos de Don Bosco.
PEPS Proyecto Educativo-Pastoral Salesiano.
PEPSI Proyecto Educativo-Pastoral Inspectorial Salesiano.
CEP Comunidad Educativo-Pastoral.
QR La Pastoral Juvenil Salesiana. Cuadro de Referencia, SDB,
Roma 2014.

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Índice
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
Capítulo 1
La originalidad de la parroquia confiada a los salesianos . . . . . . . . 9
1.1 La asunción de las parroquias
en las deliberaciones de los Capítulos Generales . . . . . . . 10
1.2 Un regalo precioso para toda
la comunidad eclesial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
Capítulo 2
La CEP de las parroquias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
2.1 La importancia de la CEP de la parroquia . . . . . . . . . . . . . . 18
2.2 Los sujetos de la CEP de la parroquia . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
Capítulo 3
La propuesta educativo–pastoral de la parroquia confiada a la
comunidad salesiana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
3.1 Un centro de evangelización y educación a la fe . . . . . . . . . 32
3.2 Una presencia de la Iglesia abierta
e inserta en el territorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
3.3 Una comunidad con mirada misionera . . . . . . . . . . . . . . . . 40
3.4 Una opción clara por los jóvenes
y por las clases populares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
3.5 Lugar de convergencia de los distintos
ambientes de la casa salesiana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
Capítulo 4
La animación pastoral orgánica en la parroquia . . . . . . . . . . . . . . . 55
4.1 Principales intervenciones de la propuesta . . . . . . . . . . . . 56
4.2 Las estructuras de participación y responsabilidad . . . . . . 63
Capítulo 5
Otros tipos: iglesias públicas, santuarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
Reflexión Final . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
Documentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
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Presentación
Para poder evangelizar, la parro-
quia, precisamente como Iglesia entre los hogares de sus hijos e hijas, ha
tenido que adaptarse continuamente a las épocas, cambiando las moda-
lidades de su presencia. Hoy, la parroquia confiada a los Salesianos está
llamada a hacer lo mismo. Solo puede existir como una Iglesia “en salida”
en el territorio que la acoge, capaz no sólo de reunir a personas, sino de
encender historias de fe y de crear vínculos en la vida cotidiana.
En la Congregación, ha surgido la necesidad de identificar algunos
ámbitos privilegiados de renovación pastoral de la parroquia confiada a
los Salesianos. Tras el primer texto del ambiente “parroquia y santuarios
salesianos confiados a los salesianos” en el “Cuadro de referencia para la
pastoral juvenil” elaborado en 2014, se decidió adaptar el contenido, a
partir de un conocimiento más actual de las realidades parroquiales.
Por este motivo, el Sector de Pastoral Juvenil Salesiana ha involucrado a
las Inspectorías, con el objetivo de promover, en primer lugar, un análisis
crítico de la situación de la parroquia con respecto a algunas cuestiones: las
situaciones socio-religiosas actuales, las características de la evangelización
hoy a nivel local, las peculiaridades y los roles de las personas implicadas
(sacerdotes y párrocos, fieles, jóvenes, padres, etc.). Al mismo tiempo, se
recibieron y se examinaron con atención e implicación las orientaciones del
Rector Mayor y de su Consejo, así como las diversas aportaciones enviadas
por los delegados inspectoriales de pastoral juvenil y de algunas comisiones
nacionales.
Este proceso ha permitido desarrollar una reflexión actualizada sobre
la parroquia confiada a los Salesianos. Tal documento no pretende
ser exhaustivo ni completo respecto a un campo tan amplio, sino que
ofrece ulteriores estímulos y posibles implicaciones pastorales. Dado que,
de hecho, cada realidad tiene sus nudos cruciales y desafíos, se ha optado
por favorecer aquellos elementos esenciales que caracterizan y garantizan
su originalidad y su especificidad educativa y pastoral, como lugar de
acogida y de servicio apostólico, frente a los desafíos de esta época de
grandes cambios.
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El texto es, por tanto, una recopilación sintética y orgánica de las principales
reflexiones, orientaciones educativo-pastorales y cuestiones operativas
que han surgido de las diversas aportaciones recibidas de las inspectorías,
evitando una exposición articulada de los fundamentos teológicos y
también un análisis exhaustivo del contexto cultural y pastoral de cada
realidad.
Para una mayor sistematización de los contenidos, el texto se divide en
cinco capítulos. Esta estructura puede resultar funcional para conceptualizar
los elementos esenciales de todos los ambientes salesianos.
◗◗ En el primer capítulo nos detenemos en la ORIGINALIDAD de la
parroquia confiada a los Salesianos para identificar la finalidad por
la que estamos presentes en estas realidades eclesiales. Un camino
que nace de la intención de Don Bosco de crear una parroquia para
los jóvenes sin parroquia, un don precioso para la misión en toda
la comunidad eclesial, recorriendo el proceso de asunción de las
parroquias en las diversas deliberaciones de los Capítulos Generales.
◗◗ Después se llega a identificar a las PERSONAS involucradas en la
misión: la Comunidad Educativo-Pastoral (CEP), una comunidad de
personas (un “hogar”), no una estructura o una institución. Al ser una
comunidad de comunidades, se subraya la importancia de la CEP de
las parroquias y de que todos sus sujetos asuman una misión común
que implique en corresponsabilidad.
◗◗ La VISIÓN identifica algunas preguntas que caracterizan el tercer
capítulo: ¿Cuáles son nuestras esperanzas y sueños? ¿A cuáles
desafíos apostólicos nos enfrentamos como parroquia confiada a los
salesianos? ¿A quién y qué intentamos transformar evangélicamente?
En otras palabras, se detiene en cuáles objetivos pretendemos
alcanzar. Luego, se analizan todos los elementos que caracterizan la
propuesta educativa-pastoral de la parroquia confiada a la comunidad
salesiana.
7

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◗◗ El cuarto se detiene en la ORGANIZACIÓN. La propuesta, inspirada
en el catecumenado cristiano, atiende la dimensión personal,
comunitaria, celebrativa-litúrgica y del compromiso de evangelización
que orientan la correcta planificación de las intervenciones con los
jóvenes, asegurando la plenitud e integridad de la experiencia cristiana
de las personas y las estructuras de participación y responsabilidad.
◗◗ En el último capítulo, se presenta una actualización de las iglesias
públicas y santuarios.
Al final de este proceso, quisiera agradecer, en primer lugar, a todos los
que han aportado sus observaciones; no cabe duda de que hemos vivido
una experiencia positiva de escucha de las realidades de la Congregación.
Gracias a la calidad de las reflexiones, hemos podido recoger elementos
valiosos para evaluar y relanzar nuestra caridad pastoral en el ambiente
parroquial. El esfuerzo de sistematización de todos los aspectos relacionados
al ambiente parroquial se ha llevado a cabo con la intención de continuar
la reflexión a nivel local e inspectorial, esperando que este trabajo pueda
tener efectos pastorales.
P. Miguel Angel García Morcuende, sdb
Consejero General para la Pastoral Juvenil
10 DE ENERO DE 2022
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LA ORIGINALIDAD
DE LA PARROQUIA CONFIADA
A LOS SALESIANOS
CAPÍTULO
I

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LA ORIGINALIDAD DE LA PARROQUIA CONFIADA A LOS SALESIANOS
11
LA ASUNCIÓN DE LAS PARROQUIAS EN LAS
DELIBERACIONES DE LOS CAPÍTULOS GENERALES
El celo apostólico de Don Bosco por los jóvenes más pobres de Turín le llevó
a crear una parroquia para los jóvenes sin parroquia. El mismo Don
Bosco aceptó siete de ellas y en 1887 redactó un reglamento sobre el buen
funcionamiento de la parroquia. Abordó los temas que más le preocupaban: la
atención prioritaria a los jóvenes, especialmente a los más pobres, la preferencia
educativa de la Congregación y la identidad del párroco religioso salesiano
que sirve en ella en comunión con el Obispo y el clero diocesano. Estos temas
seguirán siendo puntos de referencia centrales en los próximos años.
«Que los enfermos, los pobres y los niños sean objeto de especial
atención (de los párrocos)». (Deliberaciones del Cuarto Capítulo
General de 1886).
Después de un largo camino que duró décadas, el CG 19 de 1965 afirma
que “la pastoral salesiana busca incluir todas las actividades ordinarias
de sus Parroquias junto al plan general de la pastoral diocesana, aunque
se realicen según nuestro espíritu y en armonía con nuestros métodos y
estructuras” (CG 19, Parte I, Capítulo XI, 3). El CG 20 afirma en 1971
que “la parroquia confiada a los Salesianos ya no debe ser considerada
como una obra colocada al lado del colegio o de la escuela, sino como el
verdadero centro y eje de nuestro servicio a la comunidad eclesial local”. En
esta perspectiva, la parroquia se presenta como un campo de trabajo que
tiene al centro una comunidad de Salesianos, a quienes la Iglesia confía el
mandato de la difusión del Reino de Dios” (CG 20, 436).
El siguiente Capítulo General de 1978 define el compromiso parroquial
como ‘salesianamente válido’, también “porque permite llegar a algunos
jóvenes en su entorno natural y acompañarlos a lo largo de su desarrollo;
ofrece posibilidades más fáciles para implicar, en su educación, a los padres
y a los adultos; favorece su inserción natural en la Iglesia local y en el
territorio”. (CG 21, 135). Esta reflexión se basa en dos supuestos:
◗◗ la parroquia nos permite situarnos entre los jóvenes;
◗◗ en ella podemos evangelizarlos según el Proyecto Educativo Pastoral
Salesiano.
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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
En este Capítulo General, las parroquias están encomendadas al Dicasterio
de la Pastoral Juvenil (CG 21, 400).
En 1984, con la aprobación definitiva de las renovadas Constituciones y
Reglamentos de la Sociedad de San Francisco de Sales, la parroquia es
reconocida explícitamente como uno de los ámbitos en los que ponemos
en práctica nuestra propuesta: «Realizamos nuestra misión también en
las parroquias, respondiendo a las necesidades pastorales de las Iglesias
particulares en aquellas zonas que ofrecen un campo adecuado de servicio
a la juventud y a las clases populares» (cfr. Const. 42; Reg. 25).
Teniendo en cuenta la importancia de las etapas descritas, podemos sacar
dos conclusiones:
◗◗ Principalmente, en la parroquia asumida por los salesianos, el
carisma de la Congregación debe manifestarse no menos que en
otros sectores de nuestras obras salesianas. Es fundamental tener en
cuenta cuánto es necesario el no partir de las estructuras para buscar
la identidad salesiana, sino del carisma, la espiritualidad y la misión.
Así lo expresa el artículo 42 de las Constituciones de los Salesianos
de Don Bosco:
«En las parroquias [...] contribuimos a la difusión del Evange-
lio y a la promoción del pueblo, colaborando en la pastoral de la
Iglesia particular con las riquezas de una vocación específica»
(Const. 42)
◗◗ La segunda conclusión es que la inspectoría tiene una responsabilidad
de animación y de gobierno, no sólo en referencia a la vida religiosa
de las personas y de la comunidad religiosa a la que se confía la
parroquia, sino también en referencia a la acción pastoral y educativa
de las parroquias mismas. Esto se debe precisamente a la finalidad
principal de cada inspectoría: promover la vida y la misión de la
Congregación y ofrecer un servicio específico a la Iglesia particular
(cfr. Const. 157).
Por lo tanto, asumir una parroquia salesiana implica, en primer lugar,
identificar los componentes salesianos en la animación de este ambiente,
preguntándonos cuál es la contribución carismática que se da a la diócesis
a través de la parroquia que se nos confía.
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2.2 Page 12

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LA ORIGINALIDAD DE LA PARROQUIA CONFIADA A LOS SALESIANOS
12
UN REGALO PRECIOSO PARA TODA
LA COMUNIDAD ECLESIAL
La parroquia es la primera instancia comunitaria en la que la Iglesia lleva
a cabo la misión encomendada por Jesús en un contexto sociocultural
bien definido. El Papa Francisco, en la Evangelii Gaudium 28, recuerda
algunos aspectos significativos de la identidad de la parroquia, que,
además de ser “presencia eclesial en un territorio”, es una “comunidad de
comunidades”, lugar y santuario de la vida cristiana, comunidad misionera
y evangelizadora.
«Desde sus inicios, la parroquia ha respondido a una necesidad
pastoral precisa, la de llevar el Evangelio al Pueblo mediante el
anuncio de la fe y la celebración de los sacramentos [...], llama-
da a comprender las exigencias de los tiempos para adecuar su
servicio a las necesidades de los fieles y de los cambios históri-
cos [...], buscando otros caminos de cercanía y proximidad a las
actividades habituales. Esta tarea no es una carga que hay que
soportar, sino un desafío que hay que acoger con entusiasmo” (“La
conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio de la misión
evangelizadora de la Iglesia», 2020).
En nuestro caso, la parroquia confiada a los salesianos entra en la pastoral
de la Iglesia con un estilo, una estructura, una especificidad; se configura,
por su propia naturaleza, como un espacio privilegiado de evangelización
para los jóvenes y la opción por ellos no es exclusiva ni discriminatoria, sino
preferencial y constituye un desafío siempre actual. Esta opción preferencial
es un don precioso para la misión en toda la comunidad eclesial.
Las características de tal presencia pastoral son diferenciadas y múltiples, tanto
en lo que se refiere a la solicitud de encomienda como a la ubicación social.
La solicitud de encomienda puede referirse a:
◗◗ presencias parroquiales del clero diocesano que posteriormente se
confía a una comunidad religiosa: en algunos casos, los religiosos
animan sólo el ámbito parroquial; en otros, los hermanos que animan
la parroquia forman parte de una Obra Salesiana más amplia, que
también tiene otras actividades pastorales;
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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
◗◗ ciertas transiciones de «iglesia pública» o de «santuario» a «parroquia»;
◗◗ la entrega de una o más parroquias a varios sacerdotes «in solidum»,
todos ellos equiparados al párroco; en este caso el «moderador» tiene
la tarea de dirigir la acción pastoral común y de responder de ella ante
el Obispo (cfr. CIC, c. 517, §1);
◗◗ parroquias, finalmente, encomendadas a religiosos aislados o a título
personal, o por razones contingentes. La Congregación, en lo que
respecta a este último tipo de encomienda, se encamina a no aceptar
más este tipo de solicitudes. Todas las indicaciones relativas a las
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LA ORIGINALIDAD DE LA PARROQUIA CONFIADA A LOS SALESIANOS
condiciones previstas por la ley y a los procedimientos a seguir para
la aceptación de una parroquia están contenidas en el documento
«Elementos jurídicos y práctica administrativa en el gobierno de la
Inspectoría» (Dirección General Obras Don Bosco, 2004, nº 126).
En cuanto a la ubicación pastoral y social de las parroquias confiadas a los
salesianos, existe una cierta multiplicidad.
◗◗ algunas están situadas en regiones de amplia adhesión social a la
Iglesia que requieren una evangelización en profundidad;
◗◗ otras están situadas en contextos en los que la fe requiere una fase
de reformulación debido al rápido proceso de secularización;
◗◗ muchas se desarrollan en sociedades donde a la Iglesia no se le
permiten otras estructuras, ambientes o vías de evangelización;
◗◗ algunas parroquias son estaciones misioneras, mientras que otras,
están situadas en entornos rurales;
◗◗ además están presentes en entornos con una fuerte religiosidad
popular, pero también en contextos interreligiosos;
◗◗ asimismo, hay parroquias en grandes aglomeraciones urbanas y en las
periferias de las grandes ciudades, con sus problemas de agregación,
promoción humana y arraigo;
◗◗ por último, varias están situadas en contextos socioeconómicos
medio-altos, mientras que otras en entornos más modestos.
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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
DE UN VISTAZO
ORIGINALIDAD PARROQUIA CONFIADA A LOS SALESIANOS
Un espacio privilegiado de
evangelización para los jóvenes
Según el Proyecto
Educativo-Pastoral Salesiano
Características diferenciadas y
múltiples según:
• Asunción de las parroquias
en las deliberaciones de los
Capítulos Generales
• Precioso regalo para toda la
comunidad eclesial
• el carisma de la Congregación
debe manifestarse no menos
que en otros ambientes de
nuestras obras salesianas
• la inspectoría tiene una
responsabilidad de animación
y gobierno
Solicitud de encomienda
Posicionamiento social
• parroquias diocesanas confiadas a una
comunidad religiosa
• transición de "iglesia pública" o
"santuario" a "parroquia"
• entrega de una o varias parroquias a
varios sacerdotes "in solidum”
• las parroquias confiadas a religiosos
aislados o a título personal (la
Congregación tiende a no aceptar este
tipo de solicitudes)
• en regiones de amplia adhesión social a la
Iglesia
• situadas en contextos en los que la fe
requiere una reformulación
• en sociedades en las que no se permite a
la Iglesia otras estructuras
• estaciones misioneras o entornos rurales
• entornos con una fuerte religiosidad
popular, también en contextos
interconfesionales
• en las grandes aglomeraciones urbanas,
en las periferias de las grandes ciudades
• en contextos socioeconómicos
medio-altos o más modestos
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LA ORIGINALIDAD DE LA PARROQUIA CONFIADA A LOS SALESIANOS
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PASTORALE GIOVANILE E FAMIGLIA
LA CEP
DE LAS PARROQUIAS
CAPÍTULO
II

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LA CEP DE LAS PARROQUIAS
2 1 LA IMPORTANCIA DE LA CEP DE LA PARROQUIA
Del misterio de la encarnación surge el misterio de la Iglesia: “El Hijo
de Dios, encarnado en la naturaleza humana, redimió al hombre y lo
transformó en una nueva criatura, superando la muerte con su muerte y
resurrección. A sus hermanos, convocados de entre todas las gentes, los
constituyó místicamente como su cuerpo, comunicándoles su Espíritu” (LG
7). La Iglesia es un “misterio de comunión”. La esencia de la Iglesia viene
determinada por el misterio del Dios uno y trino: es el pueblo de Dios Padre
(LG 2), cuerpo místico de Cristo (LG 3) y templo del Espíritu Santo (LG 4).
La parroquia, en esta sociedad y en esta historia, se hace rostro de la Iglesia,
que se concreta como comunidad eucarística, misionera y evangelizadora
en el territorio de una Iglesia particular, y que la gente encuentra cerca
de su propia casa, inserta visible y socialmente en su vida cotidiana. En
ella viven los cristianos la fe, la esperanza y la caridad, alimentados con la
Palabra de Dios, en la celebración de los sacramentos, especialmente de
la eucaristía, creando comunión en una comunidad comprometida por su
esencia en la misión de salvación de la Iglesia Universal, por medio de la
Iglesia particular.
La parroquia es una gran comunidad de creyentes bautizados, una
«porción» de la Iglesia universal, en el dinamismo de la pastoral diocesana.
La comunidad cristiana es el lugar histórico en donde se vive la comunión:
en ella el creyente encuentra su hogar. En este sentido, no existe un
único tipo de parroquia, sino más bien es una realidad compleja. Como
comunidad de comunidades, la parroquia crea sobre todo un amplio
tejido de relaciones humanas que favorece la comunión y la fraternidad:
una «espiritualidad de la comunión» (Novo Millennio Ineunte, 43-45).
El modo salesiano de animación de toda realidad educativa, que realiza
la misión de Don Bosco, se define como Comunidad Educativa-Pastoral
(CEP) (cfr. Const. 47; CG 24, nn.149-179; QR, cap. V). No es una nueva
estructura que se añade a los demás órganos de gestión y participación
existentes en las distintas obras o entornos pastorales, ni es una forma de
trabajo organizativa o una técnica de participación. Es un grupo de personas
(jóvenes y adultos, padres y educadores, religiosos y laicos, representantes
de otras instituciones eclesiales y civiles y de otras religiones, hombres
y mujeres de buena voluntad) que trabajan juntos por la educación y la
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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
evangelización de los jóvenes, especialmente de los más pobres, al estilo
de Don Bosco. Tal realidad puede concebirse como una estructura en
círculos concéntricos, según el grado en que los individuos comparten la
responsabilidad de la misión.
Nuestro carisma es un don del Espíritu para la Iglesia, por lo que una
parroquia confiada a los Salesianos reúne dos características distintivas:
◗◗ En primer lugar, es un lugar de presencia de Dios en la Iglesia local,
a partir del carisma personal;
◗◗ En segundo lugar, es una Comunidad Educativa-Pastoral, en la
que todos se sienten responsables del anuncio del Evangelio y del
crecimiento de la comunidad misma, pero especialmente de los
jóvenes.
La CEP de la parroquia confiada a los salesianos asume una misión común
que involucra en corresponsabilidad (cfr. CG 24, 18), en torno a un proyecto
pastoral, el mayor número posible de personas y energías evangelizadoras.
Por lo tanto, es necesario superar un modelo de parroquia esencialmente
clerical y “monolítica”, una parroquia en la que sólo los ministros ordenados
toman decisiones y administran.
Se trata de llegar a una visión comunitaria de la parroquia que evite la
concepción autorreferencial y la clericalización de la pastoral, poniendo en
primer plano las relaciones fraternas; una parroquia entendida como CEP, en
la que la pluralidad de vocaciones, carismas y ministerios construyen
un organismo armónico, en la que todos los miembros encuentran su
lugar y en el que el camino diario es un ejercicio de corresponsabilidad. Es
una comunidad que se enriquece con rostros, historias, carismas, diálogo
y encuentro.
Una parroquia en la que existe una «fusión de diversidades»;
con sacerdotes, religiosos y laicos que cooperan en una única mi-
sión, complementándose mutuamente en la diversidad, aportan-
do cada uno su propia contribución, todos unidos por el mismo
bautismo. En otras palabras, hay espacio para todos en la
Iglesia, y todos pueden encontrar su lugar en la única fa-
milia de Dios, respetando la vocación de cada uno y tratando
de aprovechar al máximo cada carisma.
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2.10 Page 20

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LA CEP DE LAS PARROQUIAS
De hecho, en la parroquia, las diversidades unidas «hacen iglesia»:
diversidad de itinerarios de fe, en primer lugar; diversidad de orden
sociocultural; diversidad de temperamentos, inclinaciones, categorías
mentales; diversidad de origen; diversidad de edad; diversidad de
responsabilidades en la misma parroquia.
2 2 LOS SUJETOS DE LA CEP DE LA PARROQUIA
Las múltiples expresiones vocacionales son manifestación de la
corresponsabilidad laical y de los ministerios dentro de la configuración
de las parroquias. En las comunidades parroquiales hay muchos laicos
(adultos y jóvenes) que ofrecen su servicio y ministerio para el bien
común. De ser meros receptores del «servicio religioso», los miembros
de la comunidad parroquial deben llegar a ser, en sus ámbitos, sujetos
de la misión de la Iglesia.
Las personas, especialmente los jóvenes, viven en un entorno en el que
comparten intereses y experiencias, en diálogo con sus compañeros y
con los adultos, en un ambiente de acompañamiento mutuo y en un
continuo intercambio de habilidades y talentos. Vivir esta experiencia de
reciprocidad en clave comunitaria, esta «cultura del encuentro», significa
concretar en cada casa salesiana una Comunidad Educativa-Pastoral,
que no es una exigencia de orden y equilibrio, sino nuestra
modalidad educativa y pastoral. Por eso, no sólo estamos juntos,
sino que sentimos la necesidad de trabajar juntos, porque creemos en la
riqueza que ofrece cada vocación.
Las personas que integran las CEP son: jóvenes, familias, grupos de la
Familia Salesiana, comunidades religiosas, laicos comprometidos, grupos,
asociaciones y movimientos eclesiales.
“La ‘cultura del encuentro’ es el contexto que promueve el
diálogo, la solidaridad y la apertura a todos, poniendo de mani-
fiesto la centralidad de la persona. Por ello, es necesario que la
parroquia sea un ‘lugar’ que favorezca el estar juntos y el creci-
miento de relaciones personales duraderas, que permitan a cada
persona tener un sentimiento de pertenencia y de ser querido. La
comunidad parroquial está llamada a desarrollar un verdadero
20

3 Pages 21-30

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3.1 Page 21

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
‘arte de la cercanía’”. (“La conversión pastoral de la comunidad par-
roquial al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia”, 2020).
A La comunidad religiosa salesiana de la parroquia aumenta su valor con la
presencia significativa y complementaria de salesianos clérigos y laicos,
que constituyen un elemento esencial de su fisonomía y plenitud apostólica.
El coadjutor salesiano, en efecto, aporta a todos los ámbitos educativos y
pastorales el valor propio de su secularidad (cfr. Const. 45).
La comunidad, por tanto, a la que se confía la parroquia, con la riqueza de
su vocación específica, colabora “carismáticamente” (según la consagración
apostólica salesiana) con el mandato ministerial confiado por el Obispo
diocesano. Toda la renovación de la Congregación desde el Concilio
Vaticano II se ha centrado en la “comunidad” local como sujeto de la
misión (cfr. Const. 44. 49). Es cada vez más urgente colaborar en la creación
de una mentalidad que vea la atención pastoral de una parroquia confiada
a los salesianos no vinculada exclusivamente a la figura del párroco, sino a
toda la comunidad salesiana.
Toda la comunidad religiosa salesiana es portadora de una «sensibilidad
pastoral específica», que enriquece la pastoral de conjunto a través de su
patrimonio espiritual y carismático. Su estilo pedagógico, sus relaciones
de fraternidad y corresponsabilidad en la misión son un testimonio de
referencia en parroquias y barrios.
La comunidad vive el espíritu de familia ejercitándose para ello en
el compartir; experimenta ante todo en las dinámicas internas una
comprensión y estima mutuas. El inspector y su Consejo aseguran una
comunidad religiosa para el cuidado pastoral de la parroquia y apoyan a los
hermanos en la auténtica realización de su vocación salesiana, alentando
su celo apostólico, principalmente dedicado a los jóvenes. El Inspector
visita la parroquia confiada a los Salesianos e interviene para asegurarse
que el compromiso asumido con el Obispo se cumpla según el Convenio
estipulado (cfr. Elementos jurídicos y práctica administrativa en el gobierno
de la Inspectoría, Dirección General Obras de Don Bosco (2004), Apéndice
A-14), para garantizar a la Congregación que la propuesta salesiana sea
acogida y realizada en la plenitud del carisma de Don Bosco.
Es toda la comunidad la que asume las directrices pastorales de la diócesis,
con la riqueza de su propio carisma pastoral. Toda la comunidad:
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3.2 Page 22

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LA CEP DE LAS PARROQUIAS
◗◗ está plenamente inserta en la vida y las directrices de la inspectoría
a la que pertenece;
◗◗ crea en torno al párroco un equipo de animadores para la pastoral
parroquial;
◗◗ promueve el desarrollo y la aplicación del PEPS en la parroquia;
◗◗ es responsable, en colaboración con el párroco y su equipo, de la
formación y animación espiritual de los fieles;
◗◗ guía a los miembros de la Familia Salesiana para que sean los primeros
colaboradores en el desarrollo del proyecto;
◗◗ participa en la vida de la parroquia, interesándose por la historia de
la gente, sobre todo de los jóvenes.
La comunidad religiosa (cfr. CG 21, 138; Reg. 26) forma parte del núcleo
animador de la parroquia confiada a los Salesianos y tiene un papel
distintivo en ella (cfr. CG 24, 159) porque:
◗◗ es testigo del primado de Dios;
◗◗ manifiesta visiblemente su vida fraterna y la práctica de los consejos
evangélicos a través de sus propios momentos de oración, encuentro
y descanso;
◗◗ comparte este testimonio con los laicos de la comunidad parroquial;
◗◗ se une en un proyecto que reconoce las diferentes competencias de
los hermanos.
Estas peculiaridades hacen que la vida de la comunidad sea más
serena, más convincente y también más satisfactoria, proporcio-
nando un Evangelio y una vida en la iglesia más “atractiva”.
B El director de la casa salesiana, en cuanto “primer responsable de la
vida religiosa, de las actividades apostólicas y de la administración de los
bienes” (Const. 176), es el guardián de la identidad salesiana consagrada
para la comunidad local. Él acompaña y ayuda a cada hermano a discernir,
22

3.3 Page 23

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
desarrollar y utilizar los dones carismáticos conferidos para la realización de
la misión salesiana, también en la parroquia (cfr. Animación y gobierno de
la comunidad. El servicio del director salesiano, Sociedad de San Francisco
de Sales. Salesianos de Don Bosco (2019), punto 4: “guardián y animador
de la identidad consagrada salesiana”). Vela por la unidad e identidad
salesiana de toda la Obra y anima a los hermanos en la realización del
proyecto pastoral de la parroquia (cfr. Reg. 29).
La dificultad de coordinar en un solo plan sus actividades como director,
que realiza desde el punto de vista religioso y también educativo para toda
la Obra Salesiana, con las del párroco que está al frente de la comunidad
parroquial (referencia última para la animación y dirección de la parroquia),
viene señalada por el CGS 20 (CGS 20, 435) y los Reglamentos (cfr. Reg.
23). Estas indicaciones han tratado de poner orden en la articulación de
estas dos figuras. El art. 29 de los Reglamentos (1984) ha recogido los
resultados de la experiencia realizada con esta norma: «Donde la situación
lo permita, se erigirá canónicamente la casa salesiana al servicio de la
parroquia con su propio director-párroco. Cuando los cargos de director y
párroco están separados, el director debe cuidar la unidad y la identidad
salesiana de la comunidad y estimular la corresponsabilidad de los hermanos
en la realización del proyecto pastoral parroquial».
De este modo, el director de una casa salesiana dedicada sólo a la parroquia,
siempre que sea posible, debe ser también párroco, asumiendo el papel de
director-párroco. Los dos papeles tienen el objetivo común de crear una
comunidad religiosa que sea el centro animador de una comunidad más
amplia que es la parroquia confiada a los Salesianos.
Por otro lado, también puede darse el caso de que el director tenga una
doble responsabilidad como párroco o como responsable del oratorio; esto
prevé el nombramiento de un hermano, preferentemente con el papel
de vice párroco, destinado al oratorio o a la parroquia, que le permita
dedicarse a las principales tareas y responsabilidades del director.
En las obras complejas, con más de un ambiente, el director preside el
Consejo de la CEP o de la Obra. Este Consejo es el órgano de enlace y
coordinación formado por el director y por los representantes de todos los
ambientes que conforman la Obra, por lo que sería conveniente favorecer
la presencia del párroco y de algunos miembros del Consejo Pastoral.
Animados por el mismo carisma y compartiendo la misma misión, son
23

3.4 Page 24

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LA CEP DE LAS PARROQUIAS
responsables de hacer presente en un territorio el don y el servicio del
carisma salesiano en todo su significado. Por ello, comparten las distintas
responsabilidades que se derivan de la gestión de todos los ámbitos de
una Obra, y se reúnen no sólo para organizar, sino también para formar y
construir caminos de reflexión común.
C El párroco es el primer responsable de la misión parroquial confiada
por el Obispo a la Congregación Salesiana; de hecho, es consciente de sus
propias responsabilidades ante el Obispo y la Congregación. Es importante
recordar que el párroco salesiano desempeña una doble representación.
“Hace presente” al obispo y al proyecto de la Iglesia particular (cfr. LG
28) y es por ello que recibe el mandato de su persona; al mismo tiempo
representa a la Congregación y su propuesta, ya que la parroquia está
confiada a la Congregación y es ésta la que designa y al final del mandato
sustituye al párroco. El párroco preside la comunidad parroquial, asumiendo
la responsabilidad de la realización del Proyecto Educativo-Pastoral, en
comunión con el director, la comunidad salesiana y el Consejo Pastoral.
Fiel a la misión educativa y pastoral, el párroco salesiano tiene como modelo
a Don Bosco en la evangelización de los jóvenes y del pueblo de Dios.
Hoy esta inspiración se realiza cultivando una cuidadosa visión del modelo
educativo-pastoral que todo salesiano debe procurar. Este enfoque es muy
importante. Recordamos la importancia que las Constituciones salesianas
tienen para la identidad de los salesianos como “educadores-pastores”,
conscientes de la necesidad de tener detrás un tipo de formación salesiana
que sepa ayudarles a responder a los retos de las sociedades actuales, a
las exigencias y expectativas, incluso no expresadas, del pueblo de Dios,
especialmente de los jóvenes; sacerdotes salesianos más conectados con
los espacios, tiempos y situaciones de vida de las personas que viven en
ambientes populares.
Precisamente por estas necesidades de relación, el párroco debe
convertirse en un punto de referencia constantemente accesible, en
términos de tiempo, pero también en cuanto a su deseo de «ha-
bitar» intelectualmente y afectivamente en su comunidad,
llevando en su corazón y haciendo disponible sus energías, una
más fecunda actividad apostólica con carácter juvenil y popular.
Otro rasgo -estrechamente ligado a los anteriores- es la capacidad de
establecer relaciones de calidad, cuidando los vínculos interpersonales
24

3.5 Page 25

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
diversificados con cada persona, con sus hermanos salesianos, con los
religiosos y religiosas con los que se encuentra, con los laicos, con los
enfermos, con los jóvenes y los niños, con los ancianos y con las familias,
con las personas que componen los grupos que trabajan en la parroquia
y con la Iglesia local.
En este sentido, el párroco está llamado a acoger, escuchar, acompañar
y formar a la comunidad parroquial “al estilo salesiano”, es decir, con
una espiritualidad sencilla y coherente, un testimonio apostólico concreto,
un ejemplo de laboriosidad, un sentido de optimismo, una perspectiva
misionera, una predilección por los jóvenes y por los pobres, una renovada
devoción mariana y una práctica sacramental comprometida.
La existencia personal de un sacerdote salesiano se basa en una
constelación de valores inspirados en las Constituciones de los Salesianos
de Don Bosco. En síntesis, combina los dones de la consagración apostólica
salesiana y los del ministerio pastoral. La reflexión eclesial ha dejado claro
que el sacerdocio no es genérico, ni como ejercicio del ministerio ni como
gracia. El carisma ha dado lugar a un modo singular de ser sacerdote y de
ejercer el ministerio. Esto ha sido resumido por los autores que han dado
a la biografía de Don Bosco el título: «Un sacerdote educador», o «Un
sacerdote para los jóvenes».
D Los laicos, en virtud de su bautismo, tienen un lugar, un papel y
una responsabilidad muy específicos dentro de nuestras comunidades
parroquiales. Ellos promueven y acompañan la diversidad de vocaciones,
animando también a un laicado que asume su papel significativo en la
misión evangelizadora. La comunidad parroquial cultiva las relaciones
humanas, se ocupa de las personas y los grupos para que todos se sientan
reconocidos, aceptados, comprendidos. Nuestras comunidades eclesiales
son el lugar más adecuado para vivir la experiencia cristiana cotidiana; los
laicos, las familias, los jóvenes y los pobres son los sujetos prioritarios de
referencia en las propuestas comunitarias.
En todas las parroquias hay grupos de laicos que dedican su
tiempo a los distintos ámbitos de la educación, la evangeliza-
ción, la celebración y la caridad. Son miembros de los distintos
consejos (pastoral, asuntos económicos, oratorio-centro juvenil),
responsables de grupos, asociaciones y movimientos, presentes y
activos en el ámbito parroquial.
25

3.6 Page 26

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LA CEP DE LAS PARROQUIAS
El valor de una parroquia reside en su capacidad para construirse como
comunidad. Un lugar de personas que no sólo se identifican con funciones
de toda una serie de “ministerios” instituídos y servicios (como sacerdotes,
diáconos, lectores, acólitos, catequistas, ministros de la Eucaristía, agentes
de la caridad, etc.). Esta lista no puede ser representativa de todas las
realidades, ya que está conformada por las actividades que la parroquia
decide activar en respuesta a las peculiaridades y necesidades (no sólo
inmediatamente religiosas) del contexto en el que vive. Por otra parte,
también es un espacio poblado de familias, portadoras de novedad y vida.
Para poblar las parroquias de familias, es necesario prestarles atención y
acompañarlas en el momento en que se están formando (preparación al
matrimonio), cuando nace un hijo (bautismo), cuando los niños crecen
también en la fe (iniciación cristiana), cuando están cerca de los enfermos
y de los ancianos que viven en sus casas (pastoral de los enfermos), en el
momento del duelo y de la despedida (funerales).
26

3.7 Page 27

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
El párroco con su consejo da las pautas de animación de los grupos
eclesiales, con especial atención a las propuestas del Movimiento Juvenil
Salesiano y de la Familia Salesiana. En este sentido, el carisma que
caracteriza a la parroquia es, ante todo, el salesiano. Esto requiere que los
distintos componentes de la Familia Salesiana, corresponsables del carisma
de Don Bosco y punto de referencia espiritual, cuiden más explícitamente
su identidad y renueven su presencia con el diálogo y la colaboración.
E La parroquia confiada a los Salesianos considera a los jóvenes como
miembros legítimos e indispensables de la CEP. Ellos son “la ‘fortuna’
histórica de la Congregación” (en palabras del P. Juan Vecchi). Así pues, esta
presencia carismática debe asegurar la atención al mundo de los adolescentes
y los jóvenes, a sus preocupaciones, experiencias y expectativas. La pastoral
juvenil en la parroquia expresa el cuidado de la Iglesia a un gran número de
jóvenes, prestando atención a todas las edades. Para ser más concreto en
nuestras acciones, es necesario considerar también una realidad más amplia
de los jóvenes, que a menudo están fuera de la parroquia.
“Quiero subrayar que los mismos jóvenes son actores de la pas-
toral juvenil, acompañados y guiados, pero libres de encontrar
nuevos caminos con creatividad y audacia [...]. Se trata más bien
de recurrir a la astucia, al ingenio y al conocimiento que los mis-
mos jóvenes tienen de la sensibilidad, del lenguaje y de los pro-
blemas de otros jóvenes”. (Christus vivit, 203).
La parroquia quiere ser una comunidad que dé cabida al protagonismo
de los jóvenes, sacando a la luz sus necesidades y acompañándolos;
dando cauce a su iniciativa, creatividad y autonomía en las actividades y
en los procesos propuestos según su propia sensibilidad y perspectiva; para
hacerlos protagonistas activos de iniciativas para ellos mismos y para la
comunidad parroquial. También es importante fomentar la participación de
los jóvenes en los programas de formación de la parroquia-oratorio, no como
meros animadores, sino como protagonistas en la concepción y aplicación
de nuevos programas experienciales. De ordinario, algunos jóvenes son
miembros del consejo pastoral, implicados en la planificación y ejecución
del Proyecto Educativo-Pastoral Salesiano. La preferencia de los jóvenes,
como se mencionó anteriormente, caracteriza la propuesta pastoral de la
parroquia como dinámica, entusiasta y con una propuesta juvenil de ideales
evangélicos.
27

3.8 Page 28

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LA CEP DE LAS PARROQUIAS
F El responsable del oratorio-centro juvenil, según las directrices del
CG 20 (cfr. 432) debe ser el vicario parroquial del sector juvenil. Esta es
una perspectiva que todavía puede ofrecer sugerencias válidas. De hecho,
tiene dos ventajas:
◗◗ por un lado, vincula a la parroquia y al Oratorio-Centro Juvenil en un
único plan de acción pastoral;
◗◗ por otro lado, presenta el Oratorio-Centro Juvenil como un centro de
irradiación de iniciativas juveniles hacia el territorio y no sólo como un
lugar donde se ofrecen actividades.
De hecho, la misionariedad del Oratorio Salesiano puede y debe
comenzar en el territorio parroquial, sin cometer el error mutuo
de encerrarse en sus propios muros.
En algunos casos, el responsable del Centro Oratorio-Juvenil es un laico.
De hecho, algunas realidades inspectoriales han aprovechado la posibilidad
de establecer esta figura a tiempo completo o parcial. Se recomienda
encarecidamente que el laico con esta función esté presente en el Consejo
Pastoral Parroquial.
Hay que prestar atención al vínculo con el ambiente del Oratorio-Centro
Juvenil (cfr. Reg 26), como veremos más adelante. En muchas realidades
no hay parroquia sin oratorio, mientras que tenemos algunos ejemplos en
la situación opuesta (oratorios en una zona pastoral) sin parroquia.
28

3.9 Page 29

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
DE UN VISTAZO
LA IMPORTANCIA DE COMUNIDAD
EDUCATIVO-PASTORAL DE LA
PARROQUIA
Asume una misión común:
implicar en corresponsabilidad
en torno a un proyecto al mayor
número de personas
Pluralidad de vocaciones,
carismas y ministerios: “cultura
del encuentro”
Comunidad
religiosa
salesiana en la
parroquia
Aumenta su
valor con la
presencia
significativa y
complementaria
de salesianos
clérigos y laicos
• portadora de una "sensibilidad pastoral
específica".
• vive el espíritu de familia en el compartir
• asume las directrices pastorales de la
inspectoría y de la diócesis
• forma parte del núcleo animador de
la parroquia y desempeña un papel
distintivo en ella
El director
de la Casa
Salesiana
• preserva la identidad salesiana consagrada para la comunidad local
• cuida la unidad y la identidad salesiana de toda la Obra
• anima a los hermanos en la realización del proyecto pastoral de
la parroquia
• preside el Consejo del CEP o de la Obra
El párroco
• primer responsable de la misión parroquial confiada por el
Obispo a la Congregación Salesiana
• representa a la Congregación y su propuesta
• preside la comunidad parroquial
• se responsabiliza de la realización del Proyecto Pastoral
Educativo Salesiano en comunión con el director, la comunidad
salesiana y el Consejo Pastoral Parroquial
29

3.10 Page 30

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LA CEP DE LAS PARROQUIAS
Los laicos
• promueven y acompañan la diversidad de vocaciones
• asumen su importante papel en la misión evangelizadora
• atención al Movimiento Juvenil Salesiano y a la Familia Salesiana
Jóvenes
• miembros legítimos e indispensables de la CEP
• miembros del Consejo Pastoral Parroquial
• implicados en la planificación y ejecución del Proyecto Educativo-
Pastoral Salesiano
El responsable
del Centro
Oratorio-
Juvenil
• vicario parroquial para el sector juvenil
• vincula la parroquia y el Oratorio-Centro Juvenil en un único plan
de acción pastoral
• presenta el Oratorio-Centro Juvenil como centro de difusión de
las iniciativas juveniles en el ámbito local
30

4 Pages 31-40

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4.1 Page 31

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
LA PROPUESTA
EDUCATIVO–PASTORAL DE
LA PARROQUIA CONFIADA
A LA COMUNIDAD SALESIANA
CAPÍTULO
III

4.2 Page 32

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LA PROPUESTA EDUCATIVO–PASTORAL DE LA PARROQUIA CONFIADA A LA COMUNIDAD SALESIANA
La parroquia tiene, sin duda, necesidades propias, que por su naturaleza
eclesial y cultural, deben ser consideradas en una presencia salesiana.
Nuestro carisma se inserta en ellas de forma unitaria y original. En
consecuencia, nuestra tarea es asumir plenamente esta tensión, cuidando
que nuestras propuestas educativo-pastorales se vean enriquecidas por
las posibilidades que ofrece una parroquia, siendo fieles a nuestro ADN
salesiano.
Pero ¿cuál es el “proprium” educativo-pastoral de la parroquia
confiada a los salesianos?
3 1 UN CENTRO DE EVANGELIZACIÓN Y EDUCACIÓN A LA FE
Los Hechos de los Apóstoles es un libro del Nuevo Testamento que, más que
ningún otro, nos ayuda a comprender la vida, nada fácil, de las primeras
comunidades cristianas. En ellas floreció y se consolidó el compartir y
difundir la verdad de Jesucristo. Hay un pasaje que puede acompañar
verdaderamente la vida de toda comunidad parroquial: “Perseveraban en
la enseñanza de los apóstoles y en la comunión, en la fracción del pan y
en las oraciones”. (Hechos 2, 42).
◗◗ En este pasaje de los Hechos de los Apóstoles se habla de
“perseverancia” en la enseñanza de los apóstoles. Esto implica el
anuncio del Evangelio y la profundización de este anuncio a través
de la catequesis. La escucha de la Palabra es un momento esencial
de una comunidad investida por la fuerza del Espíritu; de hecho, el
encuentro con la Palabra se produce en comunidad.
◗◗ Otra perseverancia se logra en la comunión, en el “estar juntos”,
en el estar de acuerdo. Esto lo realizan todos los miembros de la
parroquia, basándose en el mismo fundamento, en la misma fe;
de ahí un entendimiento que lleva a compartir también los bienes
materiales e indica la unidad en la fe y la comunión de la caridad.
◗◗ La tercera “perseverancia” es la del “fracción del pan”. Es un
“partir el pan” que recuerda nuestras celebraciones eucarísticas, ese
encontrarse para comer el Pan de Vida indica que la historia con Jesús
no ha terminado, sino que continúa.
32

4.3 Page 33

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
◗◗ Luego está la perseverancia “en la oración”, que es la base de toda
la vida comunitaria. Es la oración la que garantiza un vínculo entre
la escucha de la Palabra, la celebración de la Eucaristía y la práctica
de la caridad.
«Cuando los Salesianos son llamados por el Obispo al cuidado
pastoral de una zona, o de un sector del Pueblo de Dios, asumen,
ante la Iglesia, el estimulante compromiso de construir -en plena
corresponsabilidad con los laicos- una comunidad de hermanos,
unidos en la caridad, para la escucha de la Palabra, la celebra-
ción de la Cena del Señor y para el anuncio del mensaje de sal-
vación» (CG20, 416).
A En esta línea, la parroquia es el lugar natural donde se realiza para
todos una propuesta sistemática de evangelización y educación en
la fe (cfr. CG 23, 116-157). Promoviendo el primer anuncio para quienes
están alejados y ofreciendo caminos continuos y graduales de educación
en la fe, la parroquia confiada a la comunidad salesiana ve la urgencia de
pasar de una pastoral de sacramentalización (con una catequesis orientada
principalmente a ella) a una pastoral de formación permanente en la
fe (iniciación y maduración en la vida cristiana, con la correspondiente
catequesis).
La atención a la promoción del primer anuncio es una expresión misionera
concreta de la parroquia salesiana. El “primer anuncio” de la fe, que se
refiere al encuentro vital con el Señor resucitado, no sólo es el “principio”,
sino que es el “centro” y el “corazón” de nuestro creer. Una fe que debe dar
lugar también a un camino de formación, de maduración y de crecimiento,
«que implica tomar muy en serio a cada persona y el proyecto del Señor
sobre ella» (EG 160). Este es un desafío para todas nuestras parroquias. “Es
el anuncio principal, el que siempre debemos volver a escuchar de diferentes
modos y que siempre se debe volver a proclamar durante la catequesis de
una u otra forma, en todas sus etapas y momentos” (EG 164).
Don Bosco transmitió a los salesianos sobre todo su pasión por la
salvación de los jóvenes, una atención que se expresa concretamente en
el compromiso constante de una catequesis sencilla y esencial, adaptada
a la condición, a la edad y a la cultura de los jóvenes, unida a las demás
propuestas educativas y recreativas del oratorio: “Esta Sociedad en sus
comienzos era una simple catequesis». Por ello, es importante promover
33

4.4 Page 34

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LA PROPUESTA EDUCATIVO–PASTORAL DE LA PARROQUIA CONFIADA A LA COMUNIDAD SALESIANA
una diversificación y renovación de los itinerarios catequéticos. En este
sentido, hay que destacar la dimensión antropológica de la catequesis, no
sólo en el ámbito metodológico, sino también en el contenido, poniendo
atención a las condiciones psico-sociológicas de los niños, adolescentes,
jóvenes y adultos; a los «signos de los tiempos»; a las «culturas juveniles»;
a la apertura a las ciencias del hombre.
B La parroquia es una comunidad donde se experimentan los valores más
característicos de la espiritualidad juvenil salesiana: la alegría de la
vida cristiana cotidiana, la esperanza que ve lo positivo en las personas y
en las situaciones, la promoción de la comunión y la dimensión social de
la caridad, práctica fundamental en nuestra expresión carismática.
La comunidad parroquial se compromete, por tanto, con todos, a la
madurez humana y religiosa, con una propuesta específica de vida cristiana
que consiste en abrirse a nuevas formas de hospitalidad, acogiendo a todos
los que buscan el sentido religioso de su vida; ofreciendo compasión y
acompañamiento a los que tienen la tentación de alejarse de ella;
aceptando a todos, incluso a los que no están inicialmente interesados en
emprender un camino de fe.
C Es una comunidad misionera y evangelizadora en la que la Palabra de
Dios y la liturgia sostienen la vida de fe de sus miembros, promoviendo
la comunicación de la experiencia cristiana. La comunidad parroquial
sitúa la Eucaristía en el centro de su vida comunitaria y celebra de manera
significativa los sacramentos de la vida cristiana, en particular el sacramento
de la Reconciliación.
Por eso nuestras iglesias parroquiales están llamadas a crear espacios de
silencio, de oración y de encuentro personal con Dios, entre otras muchas y
variadas actividades. Su Palabra necesita ser proclamada, estudiada, acogida,
rezada y vivida... Se celebra su presencia. Su llamada es escuchada y seguida,
su voluntad se cumple. La parroquia no debe ser un lugar de encuentro solo
para la convivencia, aunque acoja a todos, ni un lugar de evasión hacia una
falsa espiritualidad... El hecho de que el Señor esté allí nos dice que ésta es
la casa en la que vive, el lugar de la trascendencia y de su presencia, que
elegimos habitar; éste es nuestro interés común y prioritario.
Las ocasiones para poner en práctica esta centralidad de la Palabra de Dios
pueden ser variadas. Para los sacerdotes existe una oportunidad inigualable:
34

4.5 Page 35

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
la homilía. Los fieles notan si su sacerdote está convencido de lo que dice,
si se apasiona por la Palabra de Dios, si trata de vivirla plenamente, a través
del amor y la acogida del prójimo.
D La parroquia confiada a los Salesianos alimenta la devoción a María
Auxiliadora. La Virgen de Don Bosco debe ser considerada como una
presencia verdaderamente activa que nos hace mejores seguidores de
Jesús, «hagan lo que Él les diga”: es la invitación de la Madre. Además,
la devoción a María Auxiliadora nos une en la comunidad universal de la
Iglesia. La devoción a María Auxiliadora es, de hecho, un aspecto distintivo
de la contribución salesiana a la Iglesia porque se convierte en una señal
propia de Don Bosco; no podemos separar nuestra espiritualidad de la
devoción a María Auxiliadora, que es, por tanto, un elemento esencial de
nuestro Carisma, ya que impregna su fisonomía y vitaliza sus componentes.
Sin una cuidada vitalidad de la dimensión mariana, nuestra espiritualidad se
resentiría en vigor y fecundidad; mientras que, por otro lado, una renovada
devoción mariana en nuestras parroquias hace reverdecer toda la vocación
salesiana. Nuestra devoción a María Auxiliadora, que, como salesianos
promovemos en todos los ambientes, está en estrecho intercambio vital
tanto con la «misión» salesiana como con el «espíritu» de nuestro carisma.
El culto y la piedad mariana evidencian si una parroquia es salesiana.
La Asociación de María Auxiliadora (ADMA) vive y difunde esta devoción,
según el espíritu de Don Bosco. Ofrece un itinerario de santificación y
apostolado, valorando, de hecho, de manera especial, el culto a Jesús
Sacramentado y la devoción a María Auxiliadora. Al adherirse al ADMA
uno se compromete a imitar a María y a vivir la espiritualidad de la vida
cotidiana con actitudes evangélicas, valorando la participación a la vida
litúrgica e intensificando la escucha de la Palabra de Dios y el rezo del
Rosario, especialmente el día 24 de cada mes. Los miembros de ADMA, son
solícitos en colaborar con las iniciativas apostólicas locales, al servicio del
prójimo, con particular atención a las vocaciones sacerdotales y religiosas.
E Una de las características de la parroquia confiada a los salesianos es la
importancia que se da a la mediación educativa. Más bien, la atención
preferencial por las nuevas generaciones y el especial cuidado de los más
pobres, introduce en toda la pastoral de la parroquia una particular forma
de acción y una disposición educativa específica. Esta aportación educativa
a la Iglesia y a la pastoral adquiere una importancia particular en la figura
del párroco salesiano. Él, de hecho, tiene que gestionar una amplia gama
35

4.6 Page 36

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LA PROPUESTA EDUCATIVO–PASTORAL DE LA PARROQUIA CONFIADA A LA COMUNIDAD SALESIANA
de actividades, desde la catequesis hasta la celebración de los sacramentos,
desde la práctica de la caridad hasta el acercamiento a las familias y la visita
a los enfermos. Su carisma educativo se refleja en todos estos ámbitos por
lo que le convierte en un modelo en términos educativos.
Las expresiones de la mediación educativa involucran también el ámbito
cultural, el asociacionismo juvenil, la promoción humana, el apoyo escolar,
las experiencias de servicio y de solidaridad y los proyectos socioeducativos.
Por lo tanto, las actividades no son únicamente litúrgicas o catequéticas,
sino que son de crecimiento y orientación en la vida. Comprometida en el
diálogo con estos diversos ámbitos, la parroquia ayuda a todos a desarrollar
valores, criterios de juicio y modelos de vida según el Evangelio, mediante
una presencia basada en la reciprocidad y la confianza (dada y recibida).
32
UNA PRESENCIA DE LA IGLESIA ABIERTA E
INSERTA EN EL TERRITORIO
A La parroquia es el rostro de la Iglesia en el territorio, el punto de
referencia que hace visible a la Iglesia, socialmente inserta en la
vida cotidiana. En ella, los cristianos viven la fe, la esperanza y la caridad,
alimentados por la Palabra de Dios y la celebración de los sacramentos.
La parroquia es “la Iglesia que vive en los hogares de sus hijos e hijas”
(Christifideles Laici, 26).
La parroquia confiada a los Salesianos, realmente, hace visible la
preocupación de la Iglesia por los jóvenes y, al arraigarla en un lugar
concreto, la hace “comunitaria”, perteneciente a una comunidad
caracterizada por un carisma. Junto con otros sectores de nuestra obra
salesiana, forma parte de la Iglesia local y, por tanto, también de su
pastoral. La parroquia es una comunidad, abierta a todos, en la que se
vive intensamente el espíritu de familia, que se convierte en escuela e
instrumento de comunión y solidaridad. Es una Comunidad educativa-
pastoral, reunida y llamada por el Señor Jesús, en un lugar que representa
y define el sentido de pertenencia, la espiritualidad salesiana, el amor a la
Iglesia que vive entre los jóvenes y en medio del sencillo pueblo de Dios.
La territorialidad del barrio proporciona a la parroquia lo
concreto y la historia, fisonomía cultural, problemáticas fami-
36

4.7 Page 37

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
liares y sociales; confía personas en dificultad con las cuales dia-
logar y acompañar, también en la vida de la gracia. Es impor-
tante destacar que la pertenencia a un territorio de forma
permanente no siempre coincide con la pertenencia a la
misma parroquia. De hecho, el concepto de pertenencia se ha
ampliado debido a la gran movilidad de las personas, y de la red
de relaciones que une a las personas fuera de su propio territorio.
Así que, el territorio no es sólo un lugar geográfico, sino también una red
de tradiciones y de relaciones humanas. Hoy en día existen muchos lugares
de pertenencia, que se rediseñan constantemente. En otras palabras, la
originalidad de la parroquia con respecto al anuncio del Evangelio en una
zona determinada se percibe entretejiéndose en la vida de las personas.
Vivir en una comunidad parroquial confiada a los Salesianos significa, pues,
«confiar» en la calidad de las relaciones humanas, allí donde las personas
se encuentren.
B Una parroquia se concibe y se entiende a partir de su territorialidad,
como ya se ha especificado, en la que los fieles son todos los que la habitan:
◗◗ los bautizados «en su diversidad» de camino y de recorrido dentro
de una Iglesia en la que conviven, al mismo tiempo, fieles fervientes
y comprometidos, pero también fieles ocasionales o estacionales;
◗◗ los cristianos que se han alejado por el individualismo o la decepción
con las instituciones religiosas;
◗◗ las personas adeptas a otras religiones que comparten el mismo
espacio geográfico, ciudad o país;
◗◗ las personas no creyentes, dudosas o que viven en la indiferencia.
Somos levadura, es decir, testigos sencillos de comunidades que reconocen
la alegría del Evangelio y tratan de hacerlo presente de manera comprensible
con una hospitalidad sincera, una puerta abierta... todos elementos
distintivos de un estilo salesiano de acogida.
Conscientes de ello, la parroquia se siente interpelada por quienes se
consideran indiferentes o no creyentes. Se nos pide que aprendamos los
idiomas y las culturas en las que estas personas expresan sus experiencias
37

4.8 Page 38

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LA PROPUESTA EDUCATIVO–PASTORAL DE LA PARROQUIA CONFIADA A LA COMUNIDAD SALESIANA
para poder entender con ellas lo que es importante e interesante para ellas,
como Pablo en Atenas (Hechos 17).
Cada parroquia tiene una fisonomía particular. Como salesianos,
proponemos una pastoral inclusiva de toda diversidad, aunque
en cada caso debe haber un discernimiento preventivo dirigi-
do a constatar en la propuesta la existencia de ciertas condiciones
en armonía con el carisma de Don Bosco (cfr. Reg. 26).
C La comunidad parroquial se convierte, en consecuencia, también en
un centro significativo para todas las diversas comunidades y
grupos eclesiales que existen en ella. Se trata de una riqueza enorme,
pero presupone una cierta voluntad y organización: los grupos presentes
conciben nuestra forma de ser Iglesia a través de la CEP y los PEPS, o en
todo caso deben ser acompañados para comprenderlos y compartirlos.
Es una comunidad abierta, que colabora con otras parroquias y
comunidades, con las organizaciones pastorales diocesanas y con los demás
organismos sociales y educativos presentes en el territorio para el desarrollo
38

4.9 Page 39

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
humano y religioso de los ciudadanos. La relación entre la comunidad
religiosa a la cual se ha confiado la parroquia y las otras comunidades
religiosas masculinas y femeninas que trabajan en el mismo ámbito de
la parroquia confiada a los Salesianos debe inspirarse en una auténtica
fraternidad, de modo que se sientan efectivamente incluidas en una
pastoral de conjunto, respetando sus fines específicos.
La parroquia realiza su misión en comunión con la Iglesia local y con el
Obispo, colaborando con la pastoral de la Iglesia particular a través de
la riqueza de una vocación; es, por tanto, expresión en la Iglesia local
del «criterio oratoriano de Don Bosco». De hecho, el artículo 40 de las
Constituciones de los Salesianos de Don Bosco, la experiencia de Don
Bosco, es el criterio que nos guía a los Salesianos:
«Don Bosco tuvo una experiencia pastoral típica en su primer
oratorio, que era para los jóvenes un hogar que acoge, una parro-
quia que evangeliza, una escuela que inicia en la vida y un patio
donde reunirse como amigos y vivir con alegría. En el cumpli-
miento de nuestra misión hoy, la experiencia de Valdocco sigue
siendo un criterio permanente de discernimiento y de renovación
de todas las actividades y obras” (Const. 40).
En nuestras inspectorías buscamos responder a esos desafíos que
asumimos en todos los ambientes salesianos: pasar de una pastoral de
“mantenimiento” a la articulación de una comunidad educativa-pastoral
capaz de ser un ambiente acogedor y familiar (“casa”), marcado por la
alegría (“patio”); donde todos puedan desarrollar sus potencialidades y
adquirir nuevas habilidades para la vida (“escuela”) y caminar siguiendo
una clara propuesta de fe (“iglesia”).
D Es también atenta al diálogo con las otras religiones y creencias
tradicionales. Cuando hay una presencia significativa de personas de
otras tradiciones religiosas, como indica el Consejo Pontificio para el
Diálogo Interreligioso (Diálogo en la Verdad y la Caridad. Orientaciones
pastorales para el diálogo interreligioso, 2014), «los párrocos deben
tomar la iniciativa en la tarea de aplicar las orientaciones y directrices para
el diálogo interreligioso en sus parroquias, haciéndolas parte del plan
pastoral. También puede ser fructífero establecer relaciones con líderes de
otras religiones en el propio barrio, empezando, cuando sea posible, con
pequeños grupos de diálogo.
39

4.10 Page 40

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LA PROPUESTA EDUCATIVO–PASTORAL DE LA PARROQUIA CONFIADA A LA COMUNIDAD SALESIANA
A través del ejemplo y de la actividad personal, los sacerdotes pueden
inspirar a sus feligreses a vivir en solidaridad con las personas de otras
religiones, compartiendo sus alegrías y sus penas, por ejemplo, con
motivo de los nacimientos y de las muertes, de los matrimonios, de
los éxitos y los fracasos, de las enfermedades, de las adversidades, etc.
Según las circunstancias, los programas sociales y culturales comunes,
las celebraciones con personas de diferentes religiones presentes en la
parroquia pueden ser buenas oportunidades para los intercambios de
amistad y solidaridad”.
La coexistencia de grupos étnicos, de creencias tradicionales, de idiomas e
incluso expresiones originales de vida, de celebraciones y de pensamiento,
pone de manifiesto la necesidad de una pastoral atenta a esta realidad, para
que las verdades y valores de estas culturas sean tocados y transfigurados
por el Evangelio. Por lo tanto, es necesario entablar un diálogo de amistad,
estima y respeto hacia quienes se adhieren a estas religiones tradicionales,
valorando los valores positivos que están en armonía con el contenido
de la fe. Esta capacidad de integración y creatividad requiere un espíritu
abierto y crítico.
3 3 UNA COMUNIDAD CON MIRADA MISIONERA
A En un mundo que necesita el mensaje de la ternura del perdón y la
misericordia del Padre, es urgente que cada cristiano se haga misionero.
Estar dispuestos a estar ahí para los demás en tiempos de esperanza, en
tiempos de desolación e incluso en tiempos de persecución (Mt 2,3-6).
De hecho, todas las parroquias salesianas deben estar animadas por el
espíritu misionero de Don Bosco. Muchas parroquias salesianas están
situadas en diversas zonas de misión, en ciudades metropolitanas y en
grandes centros urbanos, pero también en otros contextos, al servicio de
la dignidad humana y del anuncio del Evangelio.
En fidelidad a Jesús, la parroquia cree que el Reino de Dios tiene como
destinatarios y sujetos privilegiados a los pobres. Por ello, debe brillar en
su atención pastoral la opción preferencial evangélica por los más
necesitados. La parroquia confiada a los salesianos debe prestar especial
atención a lo que crea penuria y marginación en el territorio. Todo esto
40

5 Pages 41-50

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5.1 Page 41

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
nos ayuda a recordar que es imprescindible, en primer lugar, empezar por
aclarar dos términos: elección y preferencia. Por «elección» entendemos un
gesto maduro, personal, consciente, definitivo; un acto libre, consecuencia
de una vocación, es decir, de una llamada de Jesucristo, que pasó entre
nosotros, beneficiando sobre todo a los más pobres y a los enfermos.
Un signo lleno de responsabilidad para la pastoral. Por «preferente»
entendemos que una elección no es exclusiva, ni excluyente de nadie.
La parroquia está animada a ser un espacio de acogida y de esperanza
para todos, especialmente para quien está cansado, marginado, enfermo
y que sufre. Así, en estrecho diálogo y colaboración con las instituciones
establecidas en el territorio, promueve firmemente la protección y
promoción de los derechos humanos; comparte sus preocupaciones,
aspiraciones y acciones.
Toma como criterio y elección fundamental la unidad existencial de la
evangelización, la promoción humana y la cultura cristiana. Evangelizar es
manifestar el Dios del Amor sin excluir a nadie.
Anunciamos el Evangelio y la persona de Jesús en relación ínti-
ma con la historia de las personas, con sus problemas y con sus
posibilidades. En el deseo de sanar las situaciones de vulnera-
bilidad nos dejamos guiar por el valor de la plenitud humana
que la persona tiene en Dios. El desarrollo de la evangelización
parroquial implica tanto la difusión del Evangelio como la pro-
moción del pueblo (cfr. Const. 42).
B En el pasado, la parroquia era percibida como un espacio cerrado,
como una especie de acuario con los numerosos organismos que había
en su interior; hoy tenemos la impresión de que todos estamos en el mar
abierto. Esta expresión «en mar abierto» nos puede hablar de la amplitud
y profundidad de nuestra misión. Somos «pescadores de hombres»
en un mundo vasto y complejo que nos exige una actitud pastoral de
apertura, de acogida, que requiere agudizar la mirada, llegar a todos. No
podemos ignorar o descuidar la sed espiritual de tantas personas, ni dejar
de escuchar el clamor que adopta tantas formas y lenguajes, ni dejar de
interceptar el deseo de expresiones espirituales auténticas.
Ya no es posible proceder desde la perspectiva centrípeta de “tratar de traer
personas a la parroquia”. Es necesario tomar conciencia de los profundos
41

5.2 Page 42

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LA PROPUESTA EDUCATIVO–PASTORAL DE LA PARROQUIA CONFIADA A LA COMUNIDAD SALESIANA
cambios en la sociedad, de la urgencia de un diálogo permanente con la
comunidad; adquirir un estilo de inclusión en la forma de relacionarse con
todos, con la propuesta de múltiples caminos de fe y diferentes -en lenguaje
y forma- de lo que habitualmente se propone.
Es indispensable tratar de observar la vida cotidiana de la parroquia en
algunos de sus habituales destinatarios que requieren mayor cuidado y
atención pastoral:
◗◗ La experiencia parroquial es el observatorio y el terreno a través del
cual ponemos en práctica nuestra capacidad misionera. Si miramos
a nuestros vecinos más cercanos, nos damos cuenta, por ejemplo,
de que es el lugar donde muchos de nuestros ancianos se sienten
como en casa. Es el lugar donde pueden rezar por los muertos y
buscar consuelo en su soledad. Es el lugar donde pueden expresar
sus sentimientos religiosos con sencillez, a menudo a través de una
religiosidad popular, en sintonía con tantas actitudes evangélicas
llenas de sabiduría. Hay que llegar a otros ancianos fuera de los muros
del templo parroquial, en su soledad. La soledad puede curarse con
la caridad, la cercanía y el consuelo espiritual.
◗◗ Las parroquias no pueden ni deben ser reconocidas sólo por su
grandeza arquitectónica (aunque muchas tienen un patrimonio
histórico y artístico heredado que debemos conservar), sino como
territorios donde los «extranjeros» encuentran una patria. Son el
contexto en el que se manifiesta la promesa de Dios a esta parte
de la humanidad, el lugar donde se hace realidad lo que Dios dice
en la alianza con su pueblo: soy un Dios fiel, un Dios cercano, un
Dios de ternura y misericordia, que hace nuevo cada día que nace.
Encontramos hombres y mujeres jóvenes cuyas vidas les han llevado
a cambios existenciales, incluso traumáticos: son migrantes y
extranjeros, por trabajo y por necesidad. ¿Qué nos piden realmente
estos hombres y mujeres? ¿Cómo viven su fe? Nuestra parroquia es
el lugar que frecuentan cada vez más hombres y mujeres de otras
latitudes, otras culturas y otros idiomas. Frente a estas realidades, las
parroquias confiadas a los salesianos deben ser una casa acogedora
para ciudadanos de cualquier continente, precisamente por nuestra
catolicidad. Y cada miembro de la comunidad parroquial contribuye a
esta acogida con un estilo humilde y misericordioso, más con la práctica
de la vida que con las palabras, especialmente con las personas heridas.
42

5.3 Page 43

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
◗◗ Por eso, todos estamos llamados a ser conscientes de que en el
espacio geográfico que están nuestras parroquias hay muchas
situaciones humanas: periferias «existenciales» de todo tipo. Es en
la caridad donde la Palabra proclamada se hace creíble, por ejemplo
visitando a las familias, a los enfermos y a los pobres, llevando la
Eucaristía o incluso una palabra de consuelo. Por eso, la parroquia
se apoya también en organizaciones pastorales de caridad (Cáritas
y otras formas de voluntariado) o abre centros de escucha para el
apoyo psicológico y social, para ser el lugar de la presencia de Dios
en la ciudad, como dice repetidamente Francisco; ciudades y pueblos
donde se cruzan los caminos de la vida, a veces llenos de dolor, a
veces llenos de esperanza; caminos que debemos acompañar y a los
que no debemos poner aduanas ni barreras.
◗◗ Es urgente una conversión misionera de la parroquia para llegar
a la gente, teniendo en cuenta la realidad actual. Una iglesia en
salida para hacer frente a las urgencias que surgen durante las
crisis económicas, sociales y educativas, pero también en las crisis
pandémicas, que ponen de manifiesto la vulnerabilidad y tienen
numerosas consecuencias en diversos ámbitos.
◗◗ En nuestra Congregación hay varias capillas y estaciones
misioneras parroquiales. Son lugares, dentro del territorio de
una parroquia, a los que un hermano o varios hermanos acuden
regularmente para prestar servicio pastoral. Se encuentran
principalmente en territorios parroquiales muy extensos, en zonas
de nueva evangelización en centros urbanos, en zonas rurales o
montañosas, o en contextos donde los católicos son una minoría.
Generalmente, están animados por catequistas laicos, mientras
que los sacerdotes los visitan de vez en cuando para celebrar los
Sacramentos en beneficio de la comunidad, que de otro modo no
podría participar en la vida de la Iglesia.
Son lugares característicos del primer anuncio misionero que favorece el
desarrollo de los «rayos de la Verdad» (Nostra Aetate, 2) y el crecimiento
de las «semillas de la Palabra» que el Señor ha plantado en las culturas, las
religiones y los pueblos (Evangelii Nuntiandi, 53) y también la promoción
social de los más pobres y marginados. Gracias a la estación misionera,
la comunidad local, que aprovecha de la presencia de ministros laicos y
sacerdotes, se ve estimulada a ser «en salida» para construir la Iglesia.
43

5.4 Page 44

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LA PROPUESTA EDUCATIVO–PASTORAL DE LA PARROQUIA CONFIADA A LA COMUNIDAD SALESIANA
En efecto, «el misionero se integra en la Iglesia local, en la vida y en el
proyecto educativo-pastoral de la inspectoría, enriqueciéndola con sus
dones personales, su celo apostólico y su sensibilidad misionera» (La
Vocación Misionera Salesiana. Reflexiones, procesos y orientaciones
operativas, Parte I. punto 1).
34
UNA OPCIÓN CLARA POR LOS JÓVENES Y POR LAS
CLASES POPULARES
A El carisma de Don Bosco es un compromiso sustancialmente pastoral
que se caracteriza por su misión juvenil y popular. En la parroquia, la
pastoral juvenil debería considerarse como la dimensión que caracteriza
su vida. Ésta es la contribución particular que los Salesianos ofrecen como
enriquecimiento a la misión de una Iglesia particular (cfr. Const. 48; Reg.
26). La atención característica a los jóvenes es, por tanto, una opción
preferencial del dinamismo juvenil en la evangelización.
En todos los ambientes de la Obra Salesiana, y por tanto también en
la parroquia, esta elección marca el tono de toda la evangelización
de un determinado territorio: desarrolla una pastoral de futuro,
especialmente para los jóvenes y la clase popular, ofreciendo propuestas
pedagógico-pastorales ejemplares para las nuevas generaciones. De
hecho, la pastoral salesiana entre los jóvenes tiene un «estilo» y un
«método» para todos los campos de la misión, como dice el art. 20 de
las Constituciones: «Don Bosco vivió, en el encuentro con los jóvenes
del primer oratorio, una experiencia espiritual y educativa que llamó
‘Sistema Preventivo’... nos la transmite como forma de vivir y trabajar
para comunicar el Evangelio».
Una opción clara por los jóvenes, sin embargo, no significa que el objetivo
de la parroquia sea una «concentración de iniciativas de pastoral juvenil»,
descuidando los otros grupos; se trata más bien de entrar en una perspectiva
en la que cada comunidad parroquial es un lugar de crecimiento humano
y cristiano, con especial atención a las nuevas generaciones, apoyada en
la presencia y el servicio de adultos, explícitamente formados. Nadie está
pidiendo que la parroquia sea una «institución juvenil». «Preferencia» no
significa «exclusión» porque la parroquia abraza sin discriminación a todas
las personas y grupos que componen el pueblo cristiano, a quienes la
44

5.5 Page 45

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
Palabra de Dios debe llegar en su situación de vida: niños, adultos, ancianos,
enfermos, etc. Por tanto, una parroquia que no asumiera el cuidado de
todas las personas de la comunidad es inconcebible. La preferencia de los
jóvenes es, ante todo, una óptica y una perspectiva, que luego se expresa
en modalidades e iniciativas sectoriales.
En nuestras parroquias, los niños, adolescentes y jóvenes no pue-
den ni deben ser relegados a un segundo plano. No pueden ser
sólo aquellos a los que «dispensamos catequesis», los que ocupan
los pasillos parroquiales durante unos años y luego los abando-
nan definitivamente cuando reciben los sacramentos de la ini-
ciación cristiana.
B Es necesario revitalizar la mirada confiada hacia los jóvenes, similar a
la de nuestro padre Don Bosco. El Oratorio de Valdocco fue definido por
el propio monseñor Franzoni, arzobispo de Turín, «la parroquia de los
niños abandonados sin parroquia». La elección prioritaria de los jóvenes,
especialmente de los más pobres, se convirtió en la columna vertebral de
todo su compromiso pastoral. Hoy estamos llamados a «recoger» el grito
que los jóvenes lanzan al mundo de los adultos con la petición de «ser
vistos» y acogidos: es un grito que pide esperanza para el futuro, para el
suyo y el nuestro.
«La evangelización pasa también y cada vez más obligatoriamente por
el análisis de las situaciones de la vida que afectan a la personalidad de
los jóvenes» (CG 21, 20). Saber captar o leer la condición de la juventud
con competencia, a la luz del Evangelio puede dar un rasgo característico
a la parroquia confiada a los salesianos. En consecuencia, también es
necesario que las comunidades cristianas abran su mentalidad a la cultura
de los jóvenes con respecto a aquellos aspectos que son nuevos. Para
ello es necesario no perderse en quejas y análisis desalentadores que,
muchas veces, producen una sensación de inadecuación y corren el riesgo
de alejarnos de un mundo del que, en muchos sentidos, nos sentimos
distantes.
Debemos ser una Iglesia que anima y no se queja, una Iglesia
que entrega y transmite alegría y no amargura, una Iglesia que
transmite fidelidad y no abandono. Necesitamos redescubrir una
visión positiva, pero acorde con la realidad, divina y providen-
cial de la historia.
45

5.6 Page 46

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LA PROPUESTA EDUCATIVO–PASTORAL DE LA PARROQUIA CONFIADA A LA COMUNIDAD SALESIANA
Es necesario, como dice Francisco, vencer la tentación del «siempre se ha
hecho así» (EG 33). Necesitamos la creatividad y la presencia ruidosa de los
jóvenes. Necesitamos que nuestras parroquias experimenten una profunda
conversión que les permita presentar un rostro amigable a los jóvenes.
Que sea una casa en la que entre la realidad de las nuevas generaciones
(preadolescentes, adolescentes, jóvenes adultos) con toda su complejidad,
en un mundo que cambia dramáticamente; los jóvenes pueden enseñarnos
a interpretar su realidad para que podamos responder adecuadamente a
sus necesidades y deseos.
«El mundo en el que vivimos en este siglo XXI, caracterizado por
la diversidad de culturas y contextos, necesita - y podemos decir
que espera - encontrarse con salesianos consagrados-apóstoles
preparados y dispuestos a vivir su vida con la mente y el corazón
de Don Bosco. Salesianos capaces de seguir dando la vida por los
jóvenes del mundo de hoy, con sus lenguajes, sus visiones y sus
intereses. Sin duda, muchos de estos adolescentes y jóvenes están
en casas salesianas, mientras que muchos otros van a ‘otros pa-
tios’: para ellos también somos salesianos «. (CG 28, 2)
C A nivel práctico, se ofrecen algunas posibles acciones o atenciones a
desarrollar que la parroquia puede implementar en la vida diaria a favor
de los jóvenes:
◗◗ Un conocimiento actualizado de la situación de los jóvenes y, por
tanto, una atención particular a aquellos problemas pastorales que
todos los animadores de la parroquia deben cultivar para enriquecer
la Iglesia particular;
◗◗ La elaboración de itinerarios, iniciativas y propuestas en la parroquia
que permitan acoger cada vez más a los jóvenes, para involucrarlos
en la definición de sus necesidades y en las respuestas educativas
más adecuadas (la metodología pastoral de Don Bosco conjuga
inseparablemente evangelización y educación, es decir, incluye
siempre la dimensión pedagógica en la práctica pastoral);
◗◗ La valorización de las personas que trabajan con/para los jóvenes,
cuya competencia y trabajo deben ser valoradas, así como los
ambientes e instituciones que atienden a la niñez y a la juventud;
46

5.7 Page 47

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
◗◗ Sensibilizar a la comunidad diocesana sobre los problemas y
necesidades de la pastoral juvenil;
◗◗ La preocupación por acercar a los jóvenes a la fe y hacerlos crecer
en ella, especialmente la atención apostólica a los últimos, a los más
desfavorecidos, etc.;
◗◗ Interés por el mundo del trabajo y problemas relacionados con el
desempleo;
◗◗ La promoción de una participación activa de los jóvenes en las
celebraciones;
◗◗ La actualización de los procesos de iniciación y formación cristiana de
adolescentes y jóvenes (estamos cada vez más convencidos de que los
caminos de la educación a la fe deben ir más allá de la preocupación
por la transmisión de contenidos, para abrirse a una formación más
integral, en que la experiencia de Dios pueda dar fruto);
◗◗ La renovación de los medios de expresión cristianos (cantos, gestos,
lenguaje, métodos, narrativas, testimonios, símbolos, cartelería);
◗◗ La participación de los jóvenes en los órganos parroquiales (necesitan
sentirse protagonistas de la vida de la comunidad, incluso con voz y
voto cuando sea posible);
◗◗ La promoción de la participación de los jóvenes en los grupos
parroquiales y en las experiencias que hacen jóvenes evangelizadores
de otros jóvenes;
◗◗ La sensibilización de toda la comunidad parroquial sobre temas
educativos;
◗◗ La preparación de los adultos para abordar el tema de la juventud en
el contexto familiar, educativo y público también a través de grupos
e iniciativas de reflexión y estudio.
En consecuencia, estas propuestas requieren una revisión inteligente de
algunas modalidades organizativas de las parroquias confiadas a los
47

5.8 Page 48

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LA PROPUESTA EDUCATIVO–PASTORAL DE LA PARROQUIA CONFIADA A LA COMUNIDAD SALESIANA
Salesianos. Se necesitan grandes dosis de creatividad para experimentar
nuevas formas de presencia, testimonio y escucha de la cultura juvenil.
Debemos estimular nuestra imaginación, sugerir ideas y acciones que sean
un impulso para la vida diaria de nuestros jóvenes. De hecho, la propuesta
de Jesús, más que una respuesta a una actitud de búsqueda, debe ser una
provocación y una pregunta dirigida especialmente a los jóvenes heridos,
rotos o desorientados. De ahí la necesidad de insistir en la novedad del
Evangelio, en su potencial para dar un gozo y un sentido insuperables a la
vida, reconociendo al mismo tiempo que su aceptación coloca al cristiano
contra la corriente de ciertos valores socialmente dominantes.
Necesitamos acompañar a los jóvenes para que vuelvan a soñar... jóvenes
entusiastas, que elijan enamorarse apasionadamente del proyecto de
Jesús y que, equipados espiritualmente, decidan vivir el compromiso del
Evangelio.
D La parroquia encomendada a los Salesianos tiene un carácter
popular de amplia acogida. Las parroquias salesianas se encuentran
generalmente en «ambientes populares» y muy poblados de las grandes
ciudades (CG 21, 141), en los «barrios populares y pobres» (CGS 20
411, 407), con la «gente humilde» (CG 21 141): áreas donde destaca
un tipo de acción que quiere llegar al mayor número de personas. La
evangelización de la cultura popular requiere una atención constante
a las diversas formas en las que se manifiesta. La evangelización se
contextualiza e integra en estos entornos populares, considerando su
historia, su tradición y cultura, sus costumbres y raíces:
«La parroquia confiada a los salesianos es popular tanto por
su ubicación, porque se inserta preferentemente en ambientes po-
pulares y populosos de las grandes ciudades, como por el estilo de
su acción que cuida el encuentro con la gente y no quiere ser una
comunidad enrocada y cerrada, o una iglesia para unos pocos.
Se ocupa, por tanto, de las liturgias y fiestas en las que el pueblo
puede encontrarse con naturalidad y sencillez; presta atención y
simpatía a las expresiones de piedad popular y sabe cómo orien-
tarlas, con respeto, a través de una pedagogía de la evangeliza-
ción; es también popular por su apertura a la vida del barrio, ya
que participa de los problemas de las personas con las que vive
y con las que comparte alegrías y dolores» (CG21,141).
48

5.9 Page 49

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
Cuando, desde la perspectiva de la fe cristiana, se habla de piedad (o
religiosidad, o incluso devoción) popular, se pretende recordar una fe
cristiana genuina, rica en valores, tanto religiosos como histórico-culturales,
que no pueden ser ignorados. Muchas de estas devociones representan
un conjunto de valores de tradición histórica, entorno folclórico y belleza
natural y plástica; combinan ricos sentimientos humanos de amistad
compartida, igualdad de trato y el valor de todo lo bello de la vida en la
alegría común de la fiesta. En sus raíces profundas podemos ver auténticos
valores espirituales de fe en Dios.
No podemos no preguntarnos sobre el cuidado de las manifestaciones
populares externas en la vida pastoral de nuestras comunidades
cristianas. La devoción a la Virgen, por ejemplo, es muy positiva
y alentadora, pero es necesario poder dar a estas raíces de la fe su
plenitud evangélica, que lleve a redescubrir las razones profundas de
la presencia de María en nuestra vida como modelo en el peregrinaje
de fe. Por otro lado, es reconfortante observar que, a veces, existe una
gran preocupación y atención en promover, en este tipo de religiosidad,
una mayor formación cristiana y una participación más activa en la vida
litúrgica y comunitaria de la Iglesia, que se traduce en un verdadero
dinamismo apostólico.
Queremos reiterar la importancia de ese cuidado evangélico que sabe
extraer la bondad religiosa humana de todas las expresiones y costumbres
de la piedad popular, que acogiéndolas las purifica, consolida y eleva.
35
LUGAR DE CONVERGENCIA DE LOS DISTINTOS
AMBIENTES DE LA CASA SALESIANA
A La parroquia se convierte en un ambiente central en el que confluyen
todos los demás sectores como lugar de referencia para celebrar y
compartir la fe. De hecho, constituye un ambiente pastoral que acoge
toda la Obra Salesiana y especialmente los ambientes donde los jóvenes
están presentes.
Animar este contexto implica integrar la parroquia en el proyecto orgánico
ante todo de la casa salesiana, convirtiéndose así en un “servicio orgánico,
unitario y corresponsable para el desarrollo humano, civil y religioso del
49

5.10 Page 50

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LA PROPUESTA EDUCATIVO–PASTORAL DE LA PARROQUIA CONFIADA A LA COMUNIDAD SALESIANA
barrio donde está inserta (CG20, 436). De hecho, la parroquia está llamada
a ser «la casa de Dios y la puerta del cielo» (una referencia al sueño de
Jacob, cf. Gn 28, 12.17) para todos los que entran en una casa salesiana.
Una de las necesidades urgentes de nuestras obras, en una sociedad
globalizada y muchas veces alejada de la fe, es ser espacio abierto a la
trascendencia: lucernarios que hacen transparente la presencia de Dios.
La parroquia no puede ser sólo un lugar de encuentro para la gente,
donde se desarrollan diversos tipos de actividades (teatro, juegos, talleres,
campamentos, música); ni sólo una escuela de voluntariado social, un
centro de asistencia o de integración social. Sin duda todas estas acciones,
de enorme valor pedagógico, siguen siendo imprescindibles dentro de la
comunidad, pero como se ha dicho anteriormente, la parroquia confiada
a los Salesianos es el lugar donde la comunidad cristiana de la Obra
Salesiana celebra y reza, está llamada a ser la «tienda del encuentro”, el
espacio que el Señor ha elegido para vivir entre nosotros.
«La casa donde vive» es el nombre que Jacob le dio al lugar donde
se durmió y tuvo un sueño (cf. Gn 28,12-17). La parroquia no es
un monasterio ni un lugar exclusivo de oración, sino el espacio
singular siempre disponible para el encuentro con Dios,
donde rezan ancianos y jóvenes, adolescentes y niños que vienen
a nuestra casa.
B La parroquia está llamada a ser el lugar de acogida de aquellos jóvenes,
educadores o familias que vuelven a la fe decepcionados por los ídolos que
nos propone nuestra sociedad y que, al final, son incapaces de dar sentido a
la vida. Nuestras Obras acogen las inquietudes de muchos peregrinos
de la vida, de muchos viajeros que piden ser «salvados», es decir, ser
continuamente readmitidos a la vida; piden encontrar razones y apoyo para
una vida buena y feliz, en el nombre del Señor Jesús. La parroquia no es
un edificio, sino un lugar de encuentro para todos aquellos que buscan al
único Dios verdadero, incluso sin conocerlo. En todos nuestros ambientes
pastorales, la preocupación debe ser cómo acompañar a muchas personas
en búsqueda (explícita o no), para que con el testimonio, la belleza de un
encuentro personal con Jesús puedan encontrar (o descubrir de nuevo) la
fe. En una bella definición, querida por San Juan XXIII, la parroquia tiene
la misma importancia que la «fuente del pueblo»: apaga la sed, refresca y
es un lugar de encuentro.
50

6 Pages 51-60

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6.1 Page 51

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
C Debemos hacer de la parroquia, un lugar donde cantan niños,
adolescentes, jóvenes y adultos: un lugar de celebración alegre, ligado
a la vida. Celebraciones litúrgicas que no pierden la dimensión sacramental,
en las que los símbolos son expresión de la profundidad de la existencia y,
por tanto, le dan un sentido último: un lugar «que también les permite
compartir la vida, celebrar, cantar, escuchar testimonios reales y experimentar
el encuentro comunitario con el Dios vivo». (Christus vivit, 204).
La casa de Dios está llamada a ser el espacio donde se viva la comunidad
como una familia más, que se reúne todos los domingos para sentarse
como hijos, como adultos, niños y jóvenes, a la mesa del Padre. El lugar
de encuentro de hermanos y hermanas, al que se llega tras los diferentes
trabajos de la semana y las preocupaciones diarias, la mesa en torno
a la cual se comparten historias, anécdotas, esperanzas, pero también
preocupaciones y fracasos. Es el lugar donde las diferencias no se resuelven,
pero donde, gracias a la mediación del Padre, los hijos podemos hacer las
paces y pedir perdón por el dolor que le hemos causado.
De una comunidad parroquial que vive así, se puede decir verdaderamente
que la Eucaristía es su centro. En él, la fracción del pan y su distribución no
se convierten en un gesto litúrgico rutinario, sino en el sacramento memorial
del cuerpo de Cristo entregado por amor y expresión de lo que somos, la
"familia" de Dios, y de lo que vivimos, el amor fraterno y el servicio.
51

6.2 Page 52

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LA PROPUESTA EDUCATIVO–PASTORAL DE LA PARROQUIA CONFIADA A LA COMUNIDAD SALESIANA
DE UN VISTAZO
TAREA DE LA PARROQUIA
• insertar el carisma salesiano en
la estructura eclesial y cultural
de la parroquia
• fidelidad a nuestro ADN
salesiano
Un centro de
evangelización
y educación en
la fe
De una única
pastoral
sacramental a
la iniciación y
maduración en
la vida cristiana
• Ofrece una propuesta sistemática de
evangelización y educación en la fe
• Atento a los caminos continuos, graduales
y diversificados de vida cristiana
• Comunidad donde los valores de la
Espiritualidad Juvenil Salesiana pueden
ser experimentados
• Promueve la centralidad de la Palabra de
Dios
• Sitúa los sacramentos de la vida cristiana
en el Centro de la vida de la comunidad
• Fomenta la devoción a María Auxiliadora
• Hace hincapié en la mediación educativa
Una presencia
de la Iglesia
abierta e
inserta
Punto de
referencia que
da visibilidad a
la Iglesia
• Integrada socialmente en la vida
cotidiana del territorio
• Los fieles: todos los que habitan la zona
geográfica (bautizados en su diversidad,
cristianos lejanos, personas de otras
religiones, no creyentes, dudosos o
indiferentes)
• Con un estilo de acogida salesiano
• Centro significativo también de todas
las diversas comunidades y grupos
eclesiásticos
• Atenta al diálogo con otras religiones y
creencias tradicionales
52

6.3 Page 53

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
• Una actitud pastoral de apertura, de
acogida, que nos obliga a tener ojos
abiertos, llegar a todos
• Alimenta la unidad existencial de la
evangelización, la promoción humana y
la cultura cristiana
• Mayor cuidado y atención pastoral
hacia: ancianos, extranjeros, periferias
"existenciales", necesidades urgentes
y capillas y estaciones misioneras
parroquiales
La opción
preferencial
evangélica
por los más
necesitados
Una comunidad
con mirada
misionera
• Reforzar la mirada confiada en los
jóvenes como Don Bosco: la parroquia,
un rostro amable para los jóvenes
• Conocimiento actualizado de la situación
de los jóvenes
• Desarrollar itinerarios, iniciativas y
propuestas para los jóvenes
• Valorar a las personas que trabajan con/
para los jóvenes
• Sensibilizar a la comunidad diocesana
• Preocuparse por acercar a los jóvenes
más necesitados a la fe
• Mostrar interés por el mundo del trabajo
y el desempleo
• Promover la participación activa de los
jóvenes en las celebraciones
• Actualizar los procesos de iniciación y
formación cristiana
• Renovar canciones, gestos, lenguaje, etc.
• Participación de los jóvenes en grupos y
órganos parroquiales
• Sensibilizar a toda la comunidad
parroquial en materia de educación
• Preparar los adultos en materia de
juventud
Elección
preferente para
los jóvenes (no
excluyente) y
carácter popular
de amplia
aceptación
Una opción clara
por los jóvenes
y las clases
populares
53

6.4 Page 54

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LA PROPUESTA EDUCATIVO–PASTORAL DE LA PARROQUIA CONFIADA A LA COMUNIDAD SALESIANA
Lugar de
convergencia de
los diferentes
ambientes de la
casa salesiana
Ambiente
central en el
que convergen
todos los
demás sectores
como lugar
para celebrar y
compartir la fe
• "Tienda del encuentro" donde la
comunidad cristiana de la Obra Salesiana
celebra y reza
• Lugar de acogida en la Obra Salesiana
para muchos peregrinos de la vida
• Espacio de celebración alegre, vinculado
a la vida
• “Familia" de Dios, sentados a la mesa del
Padre
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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
LA ANIMACIÓN
PASTORAL ORGÁNICA
EN LA PARROQUIA
CAPÍTULO
IV

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LA ANIMACIÓN PASTORAL ORGÁNICA EN LA PARROQUIA
4 1 PRINCIPALES INTERVENCIONES DE LA PROPUESTA
A La parroquia es una comunidad evangelizadora: lleva el primer anuncio
a los que están lejos y los catequiza, encontrándolos allí donde están.
Por ello, parece apropiado recuperar algunos de los principios que
inspiran el catecumenado cristiano como elementos pedagógicos y
como base para la educación en la fe. Se trata de considerar el don de la
fe como una fuerza dinámica de crecimiento progresivo, que consta de
fases, etapas y pasajes que son consecuentes entre ellos. Es un camino
sostenido (además de por el don gratuito de Dios), por una necesaria
ayuda educativa. Por tanto, la educación, en la perspectiva cristiana, debe
verse como un acompañamiento necesario en el camino de la fe, como un
camino realizado juntos, según el modelo de los caminantes de Emaús (Lc
24, 13-35), para el crecimiento integral de la persona a la luz de la fe.
Por ello, el catecumenado busca evangelizar en las cuatro áreas principales
del crecimiento en la fe, presentes en la experiencia de la Iglesia: la
dimensión personal, la dimensión comunitaria, la dimensión celebrativo-
litúrgica y la dimensión del compromiso evangelizador. A través de estas
dimensiones entendemos que:
◗◗ Más allá del anuncio, se requiere una respuesta personal, libre y
responsable;
◗◗ Es necesario iniciar un proceso de educación cristiana que conduzca
en manera unitaria a la fe vivida, celebrada, expresada y testimoniada;
◗◗ Es fundamental integrar la conversión de vida y el testimonio de la
caridad.
Este camino puede ayudar a la correcta planificación de las intervenciones
con los jóvenes, asegurando la plenitud e integridad de la experiencia
cristiana.
B La parroquia crea y propone itinerarios paulatinos y diversificados
de educación en la fe, en particular para los jóvenes y las familias,
enseñándoles a vivir su fe de manera sencilla, a través de experiencias,
y no sólo en términos de «discursos teóricos». Los itinerarios podrían
preparar a las familias para la educación en la fe de sus hijos, instituir la
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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
catequesis bautismal, ofrecer caminos de formación en la fe para novios
que posteriormente podrían generar grupos de familias (cfr. Pastoral Juvenil
y Familia. Dicasterio para la Pastoral Juvenil Salesiana. Salesianos de Don
Bosco, 2021, cap. 3).
La iniciación cristiana tiene en cuenta la experiencia de cada uno,
las relaciones con la comunidad y el testimonio de vida. Es un camino
exigente que requiere un período de formación adecuado, también llamado
catecumenado, que incluye múltiples procesos e iniciativas pastorales que,
con frescura y creatividad, permitan un encuentro personal con Jesucristo.
En todas estas expresiones se debe transmitir siempre una sínte-
sis adecuada y actualizada del mensaje cristiano y, sobre
todo, integrar la experiencia personal en el proceso de ma-
duración y crecimiento, buscando alentar y acompañar el com-
promiso progresivo con la vida cristiana.
Pero una condición indispensable para garantizar concretamente esta
fructífera integración es la planificación por parte de los catequistas y los
animadores de los grupos de fe. No se trata simplemente de «planificar
desde una oficina», en busca del mejor plan innovador. En realidad,
programar no se opone al «arte» catequético, sino que está en función
de él. Planificar es un deber hacia cada catecúmeno con sus necesidades y
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LA ANIMACIÓN PASTORAL ORGÁNICA EN LA PARROQUIA
potencialidades específicas (sensibilidad religiosa, nivel de preparación, ritmo
de aprendizaje...); un cometido importante por el valor dado al mensaje
cristiano; una condición para hacer posible la revisión y la verificación.
C Otra acción de la parroquia es fomentar la pertenencia eclesial en los
grupos haciéndoles crecer en la conciencia de un acompañamiento pastoral
cada vez más atento a las distintas especificidades. Para ello, acoge a los
movimientos, a los grupos de jóvenes y favorece los grupos de la Familia
Salesiana, entre otros. Promueve la coordinación de estos grupos con el MJS
y la propuesta de la Espiritualidad Juvenil Salesiana. La experiencia del grupo
debería poder conducir a comunidades cristianas más abiertas e integradas.
Por otro lado, el párroco es un sacerdote salesiano, que intenta armonizar
todas las presencias del Espíritu que conviven en la parroquia, no prefiriendo
solo una como suya y exclusiva. Hay que tener cuidado de no promover
únicamente algunos movimientos, experiencias particulares o grupos
específicos. No favoreciendo el pluralismo asociativo no sólo se impide el
conocimiento de múltiples vocaciones y posibilidades para todo joven y
adulto, sino que se empobrece el mismo rostro de la comunidad parroquial.
En este punto, debemos subrayar aún más la importancia de la
ministerialidad laical de una parroquia. El párroco debería promover
continuamente el crecimiento de los agentes pastorales laicos y valorar
sus carismas, sin correr el riesgo de caer en la tentación de interesarse
por ellos o alabarlos únicamente ante la inminencia de una necesidad
o un problema organizativo. Del mismo modo, se vuelve disfuncional
encomendar tareas de manera improvisada a cualquier persona que esté
disponible, sin discernir su competencia y su madurez efectiva.
D La parroquia es una comunidad que vive la liturgia y los sacra-
mentos: se prepara para celebrarlos con gusto y belleza. Todos los
sectores de la obra viven la dimensión celebrativa con la parroquia haciendo
experiencia viva de la liturgia, del lugar de celebración, del espacio sagrado,
de los sacramentos, porque la parroquia es el lugar donde se alimentan la
fe. Se debe pensar en una liturgia que sea más cercana a la vida, tratando
de utilizar un lenguaje comprensible y accesible, expresado de una manera
sencilla a través del cuidado del canto, de los gestos, de los testimonios, de
los símbolos, de la Palabra bien presentada, para que la celebración sea viva
y pueda estimular la participación activa de todos en la preparación y en la
celebración. Un lenguaje, por tanto, no trivial, pero tampoco concertado en
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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
expresiones incomprensibles que además quitan expresividad a la asamblea
celebrante.
Es necesario pensar en nuevas estrategias de comunicación para
el anuncio de la fe. Entender los nuevos códigos para llegar al co-
razón de los jóvenes hablando del Evangelio. Una nueva evan-
gelización que sepa traducir el mensaje de Jesús con nue-
vas formas de comunicación. La diversidad cultural (que también
afecta a «nuestros» jóvenes) provoca una falta de conexión y, por
tanto, una falta de comunicación de mensaje. Más concretamente,
no hay comunicación porque el modo de expresar la Buena No-
ticia no sintoniza con la experiencia que se vive.
E Promoviendo el crecimiento de una fe activa, la parroquia educa en la
dimensión social de la caridad para construir una cultura de solidaridad.
De este modo, reconoce y fomenta el compromiso de los miembros de la
comunidad parroquial implicados en la acción social y caritativa.
En una comunidad eclesial, debe ser visible en gestos concretos una
conducta de vida sobria, abierta a la generosidad y la solidaridad, en
acciones que manifiesten los valores del Reino. Esta actividad caritativa
de las parroquias es extensa, pero podemos centrarnos en cómo se
ha reconfigurado esta dimensión, por ejemplo, en la implementación
de aquellas actividades que permiten a la Cáritas parroquial conocer y
acompañar situaciones de pobreza, dificultad y vulnerabilidad social. Entre
muchas otras acciones, destacamos: la apertura de centros de escucha;
la acogida de algunos grupos especialmente desfavorecidos como los
migrantes irregulares y las personas sin hogar; la asunción de servicios más
específicos y la construcción de redes (con otras realidades eclesiales y con
organizaciones civiles) para dar respuesta a las necesidades de los nuevos
pobres que llaman a la puerta. La demanda de asistencia ya no proviene
sólo de los pobres crónicos, sino también de personas que han caído en
la pobreza debido a eventos particulares como la pérdida del empleo, la
adicción, problemas de salud física y mental, la pandemia.
Por tanto, la ayuda ofrecida por la parroquia no puede limitarse a un simple
apoyo económico (paquetes de comida, ropa, pequeños subsidios), sino
que debe llegar a las necesidades más profundas de la persona, de relación,
de sentido, para llevar esperanza. Se trata de «reordenar» y repensar las
cosas, los tiempos, las personas, los lugares parroquiales a partir de los que
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LA ANIMACIÓN PASTORAL ORGÁNICA EN LA PARROQUIA
‘faltan’, de los que están ‘lejos’, de los que están ‘solos’, de los que ‘sufren’,
de los que ‘crecen’, de los que ‘no trabajan’. Incluso cuando se pide ayuda
material, la persona lleva un sufrimiento mayor, derivado de la dificultad
por dar sentido a su vida, de los hechos vividos, a veces de las condiciones
de aislamiento. La verdadera necesidad es volver a establecer relaciones y
encontrar el significado de la propia biografía.
La especificidad de la parroquia ya no es la contribución econó-
mica o el paquete de alimentos, sino el estilo relacional que
transforma la vida de la simple escucha, a la compañía, a la
hospitalidad (donde es posible), hasta caminos más estructura-
dos. La parroquia, junto con la actividad de apoyo económico,
sigue de cerca y escucha a las personas y familias.
La dimensión social de la caridad favorece el compromiso apostólico de
los animadores jóvenes en las iniciativas sociales, culturales, caritativas
y misioneras de las parroquias. Sostiene la promoción, la formación
y el acompañamiento del voluntariado solidario y misionero (cfr. El
voluntariado en la misión salesiana. Dicasterio para la Pastoral Juvenil.
Dicasterio para las Misiones, 2019). También tendría un impacto educativo
formar educadores de la calle (jóvenes y adultos) con el fin de llegar
a los jóvenes que normalmente no vienen a nuestros ambientes; esta
especialización permitiría llegar a muchos tipos de pobreza, a veces
invisibles, que nos rodean.
F La comunidad parroquial debe convertirse en un centro de formación
de laicos, dinámicos y comprometidos y, sobre todo, de animadores
pastorales de los jóvenes. Una prioridad para el futuro de la comunidad
eclesial es el desarrollo de caminos de formación adecuados para todos los
agentes pastorales. Entre estos operadores, un lugar particular ocupa los
que intervienen en el delicado y, en muchos sentidos, decisivo sector de la
educación de la fe, como catequistas, educadores, animadores de jóvenes
y grupos de adultos y novios, etc.
La función de estas figuras catequéticas sigue siendo fundamental. Con
su acción de testimonio, enseñanza y formación, están llamados a un
verdadero acompañamiento espiritual: llevar a los jóvenes a escuchar y
acoger la palabra de Dios, a encontrarse con el Señor, a tomar decisiones
coherentes. Además de la competencia y ejemplaridad de la vida cristiana,
a los catequistas se les pide amabilidad, dedicación, gran habilidad en la
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7 Pages 61-70

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
preparación del terreno, sembrador generoso, cercanía atenta, aliento,
oración, espera paciente. La metodología creativa y dinámica no puede
ser verdaderamente fructífera si no la practican catequistas capacitados.
Francisco instituyó oficialmente el «ministerio laical» del catequista
(Antiquum ministerium. Carta apostólica en forma de «Motu Proprio»
del Sumo Pontífice Francisco, 10 de mayo de 2021), valorizando aún
más la «misión» de los laicos bautizados que anuncian el Evangelio.
Cada ministerio es el signo de una potenciación del rol de los laicos en la
comunidad.
Debe asegurarse una formación básica común, que garantice la
identidad salesiana de todo colaborador en la realización educa-
tivo-pastoral salesiana. Es fundamental conocer, asumir y prac-
ticar el modelo educativo-pastoral (cfr. La pastoral juvenil
salesiana. Cuadro de referencia. Sector de la Pastoral Juvenil,
2014) y, dentro de él, los núcleos de la espiritualidad juve-
nil salesiana: la espiritualidad de lo cotidiano, lugar en el que
la persona reconoce la presencia activa de Dios y vive su propia
realización personal; la espiritualidad de la alegría y el optimis-
mo, sin renunciar por ello al compromiso y la responsabilidad; la
espiritualidad de la amistad con el Señor Jesús, que da motivos
de esperanza e introduce en una vida que encuentra en él la ple-
nitud de sentido; la espiritualidad de la comunión eclesial, am-
biente natural para el crecimiento de la fe a través de los sacra-
mentos (en la Iglesia encontramos a María, la primera creyente,
que precede, acompaña e inspira); espiritualidad del servicio res-
ponsable, generoso, ordinarios y extraordinarios (cfr. Ib cap. IV ) .
G En el Oratorio, Don Bosco creó una comunidad, es decir, una familia
en la que él mismo era centro y corazón, lugar de encuentro familiar de
diferentes vocaciones, donde se vivían y disfrutaban los valores humanos
y cristianos hasta el punto de hacer deseable la propuesta de la santidad
(cfr. Pastoral Juvenil y Familia. Dicasterio para la Pastoral Juvenil Salesiana.
Salesianos de Don Bosco, 2021, cap. 2). La parroquia confiada a los
salesianos es también un lugar donde la «vocación» puede presentarse
con frescura, eficacia, continuidad y plenitud. En este contexto, la parroquia
es una comunidad que acompaña la elección vocacional de los fieles,
especialmente de los jóvenes. El acompañamiento de los jóvenes
requiere un esfuerzo considerable.
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LA ANIMACIÓN PASTORAL ORGÁNICA EN LA PARROQUIA
Este servicio ayuda a personalizar la fe: en la escucha de Dios se refuerza
el sentido vocacional de la vida cristiana. La parroquia orienta y acompaña
las diferentes vocaciones en la Iglesia, y ofrece, a los jóvenes en particular
modo, una propuesta vocacional específica a la vida religiosa, al sacerdocio o
al laicado comprometido. Promueve la oración constante por las vocaciones
en la comunidad parroquial y en los diversos grupos y movimientos.
H Uno de los retos más significativos de la evangelización hoy es el que surge
del entorno digital. Los nuevos medios e internet son, de hecho, una
gran e indispensable oportunidad de comunicación para evangelizar.
Sin embargo, es necesario conocer su naturaleza, funcionamiento, límites,
fortalezas y las transformaciones que introducen. Las herramientas de
comunicación son una gran oportunidad en la parroquia, ya que hacen
que sea posible para transformar los acontecimientos de la vida comunitaria
en noticia: la página web y las redes sociales se han convertido en canales
de comunicación privilegiados, no sólo para los jóvenes, sino también para
los adultos.
El cuidado de la comunicación en las parroquias, por tanto, no constituye
una actividad secundaria, sino una atención imprescindible, no atribuible
únicamente a la realización de boletines, carteles y folletos parroquiales.
En muchos casos, la radio parroquial, por ejemplo, llega a muchas
personas que no pueden participar, por diversas razones, en la vida de
una comunidad local. La radio se convierte en una solución práctica y
eficaz para difundir la voz de la parroquia y ayuda a sentirse parte de la
vida parroquial, especialmente para los ancianos y los enfermos.
Las parroquias están llamadas a ser protagonistas en el desafío de
comunicarse a través de la web, pero el compromiso de ‘habitar’ los
ambientes digitales no debe interpretarse como la necesidad de perseguir
una moda, sino como una oportunidad para dar un nuevo impulso a
la actividad pastoral. Esta tarea exige la adquisición de habilidades, la
sensibilización de la comunidad y la valorización de aquellos que en este
campo han demostrado tener buenas aptitudes, a menudo laicos; muchas
parroquias cuidan la vida de comunión y la actividad misionera a través de
mensajes de texto, páginas web y newsletter. Estas modalidades permiten
interactuar y dialogar con los jóvenes, contactar a diario con los agentes
pastorales, crear e incrementar el sentido de pertenencia a la comunidad
parroquial. Además, permiten involucrar más y más personas para que
participen activamente en las actividades promovidas por la parroquia;
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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
ademas proporcionan (especialmente a través de la página web o de las
redes sociales) «informaciones de servicio» útiles incluso para aquellos que
no van a la parroquia y dar a conocer la vida de la Iglesia y del territorio.
Este hábitat digital, donde están presentes muchos laicos comprometidos,
se vive en comunión o en red con otras instancias, instituciones a nivel
local o general.
42
LAS ESTRUCTURAS DE PARTICIPACIÓN Y
RESPONSABILIDAD
A ) Animación de la comunidad parroquial local
En los apartados anteriores hemos definido la propuesta pedagógica-
pastoral salesiana de la parroquia y los diferentes roles implicados (párroco,
director, comunidad religiosa, laicos y jóvenes), para detenernos ahora en
los órganos de corresponsabilidad eclesial parroquial. Ellos representan
un momento importante de la participación en la acción pastoral de la
parroquia a través del «consejo» ofrecido para el bien de la Iglesia para el
servicio del Evangelio.
El «aconsejar» en la Iglesia, es un momento privilegiado de dis-
cernimiento, en un contexto de oración, de escucha de la Palabra
de Dios y de las demandas de todos los componentes de la Comu-
nidad local; nace de la comunión y se expresa de forma madura
en la corresponsabilidad. Todos los fieles, de forma complemen-
taria y corresponsable, tienen el derecho y el deber de participar
activamente en la vida y misión de la Iglesia, para realizar
la vocación universal a la santidad, contribuir al desarrollo inte-
gral de la persona y de la sociedad y extender a todos los hombres
y a todas las realidades humanas el plan salvífico del Padre, re-
velado y cumplido en Cristo en la potencia del Espíritu Santo.
I Entre los órganos eclesiales en los que se realiza la sacramentalidad de
la Iglesia a través de la comunión, participación y corresponsabilidad de
pastores, religiosos y laicos, el Consejo Pastoral Parroquial ocupa un
lugar privilegiado. En él, toda la comunidad está representada en la unidad
de la fe y en la variedad de carismas, dones y ministerios, no por un simple
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LA ANIMACIÓN PASTORAL ORGÁNICA EN LA PARROQUIA
hecho de delegación o por una mera instancia organizativa, sino por un
ejercicio orgánico de la eclesialidad, que se cumple a través de la mediación,
el discernimiento y la decisión.
La representatividad en el Consejo Pastoral tiene ante todo una función
de mediación, no en el sentido de que los miembros del Consejo actúen
por delegación sindical de los que representan, sino porque median las
instancias de la comunidad local.
Cada parroquia tiene su propio Consejo y se encarga de las tareas atribuidas
al Consejo Pastoral Parroquial asignadas por el CIC (c. 536, §§ 1-2). En las
obras “con un solo ambiente educativo”, el Consejo Pastoral Parroquial
coincide con el Consejo de la CEP (cfr. QR, cap. VII, p. 2). En los casos de
obras muy complejas y con muchos ambientes educativos, sería preferible
que el director no estuviera ausente de la vida parroquial y, por lo tanto,
sería deseable que fuera miembro del Consejo Pastoral de la parroquia. Al
mismo tiempo, es oportuno precisar que, en todo caso, la Parroquia tiene
personalidad jurídica propia (can. 515 §3) y el párroco es el único titular,
así como es necesario tener presente la disposición del can. 519: El párroco
es el Pastor de la Parroquia.
El consejo parroquial es un equipo pastoral de carácter consul-
tivo y operativo, de conformidad con las tareas previstas por el
Código de Derecho Canónico (cfr. can. 536) y las orientaciones de
la Iglesia local. De esta manera, se perfila el carácter consul-
tivo de las organizaciones participantes, que debe entenderse en
un sentido estrictamente eclesial y sólo analógicamente en re-
ferencia al lenguaje y práctica común de los sistemas jurídicos
democráticos.
Si es cierto, en efecto, que –por la constitución jerárquica de la Iglesia–
el momento de la toma de decisiones está encomendado al párroco
(a nivel parroquial), es igualmente cierto –por el carácter comunional–
que la decisión debe madurar a través del diálogo, el intercambio y el
discernimiento comunitario con todos los órganos de corresponsabilidad
que lo apoyan en las distintas actividades.
La decisión, en el Consejo Pastoral, constituye el momento en el que
las diversas opiniones y sugerencias maduradas en el discernimiento
comunitario deben encontrar su síntesis a través del ministerio propio
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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
de los pastores. De esta manera, el Consejo Pastoral es en realidad
sujeto unitario de las opciones eclesiales, como expresión completa
de comunión en una auténtica fraternidad cristiana, aunque con variada
colaboración del pastor y todos los demás fieles.
En definitiva, el Consejo es un equipo necesario para la animación
pastoral de la parroquia. Presidido por el párroco, animado y
acompañado por él mismo junto con los demás salesianos implicados
en la comunidad, el equipo está formado por los sacerdotes adscritos
a la parroquia, los representantes de los distintos sectores de la vida
parroquial y los demás miembros. Entonces, para que desempeñe este
papel, conviene que sea:
◗◗ designado desde la base en forma participativa;
◗◗ representativo de los principales grupos, actividades, comunidades
de la Parroquia, procurando que los distintos miembros sean la voz
de todos, especialmente de los jóvenes, más allá del grupo que
representan;
◗◗ sensibilizado al carisma salesiano y trabaje en armonía bajo la
coordinación del párroco.
Sus funciones están definidas en un Estatuto y son principalmente éstas:
◗◗ estudiar la situación local, observando las necesidades de la parroquia
y de los destinatarios, para una respuesta evangélica a los desafíos
que de ella surgen;
◗◗ participar en la definición e implementación de directrices e iniciativas;
◗◗ estudiar y aprobar el presupuesto ordinario de la parroquia;
◗◗ buscar los caminos más adecuados para una mayor comunión y
participación de los fieles;
◗◗ asegurar la formación de los agentes pastorales parroquiales;
◗◗ proponer el PEPS parroquial a la asamblea, implementarlo y evaluarlo
periódicamente.
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LA ANIMACIÓN PASTORAL ORGÁNICA EN LA PARROQUIA
II Hay obligación de promover el Consejo de Asuntos Económicos de la
Parroquia, que deberá constituirse conforme al canon 537 del Código de
Derecho Canónico. Su composición responde a los criterios de competencia
y eficiencia administrativa. Es el órgano de colaboración de los fieles con
el párroco en la gestión administrativa de la parroquia. Tiene una función
de asesoramiento:
◗◗ Ayuda al párroco en la preparación del presupuesto parroquial;
◗◗ Aprueba el informe final;
◗◗ Expresa su opinión sobre los actos de administración extraordinaria;
◗◗ Se encarga de la actualización anual del balance de la parroquia.
Sus miembros deben ser expertos en el campo de la economía y de
una conducta recta y participar activamente en la vida parroquial. Está
formado por al menos tres fieles nombrados por el párroco, tras escuchar
la opinión del Consejo Parroquial. El presidente, por derecho, de la comisión
económica es el párroco, como «pastor propio» (cfr. CIC, can. 515.519) de
una determinada comunidad de fieles; el párroco es responsable no sólo
bajo el perfil sacramental, litúrgico, catequético y caritativo, sino también
bajo el perfil administrativo. De hecho, es representante legal (cfr. CIC,
can. 532) y administrador único (cfr. CIC, can. 1279) en el orden canónico.
De ello se desprende que es imprescindible prestar atención a
una administración ordenada, documentable, precisa y
basada en principios morales y éticos. Por tanto, será ne-
cesario comprometerse con la buena administración del dinero
y los bienes que pasan por el cauce parroquial; hacer la rendi-
ción de cuentas anual debida a quien corresponda (comunidad,
inspectoría, Curia, fieles); seguir los contratos de trabajo de los
colaboradores laicos, el relativo seguro social, la observancia de
las prescripciones municipales y estatales; conocer con claridad
cuáles son los aportes anuales que se destinarán a las colectas
nacionales y diocesanas. De este conjunto de indicaciones se des-
prende que el Consejo de Asuntos Económicos, si está bien in-
formado y participando bien, puede hacer una contribución de
considerable eficacia a la parroquia, reconociendo a los laicos
una competencia específica que les es propia.
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7.7 Page 67

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
IV Las comisiones y grupos de trabajo son equipos que, de acuerdo con
el PEPS, animan las distintas áreas de actividad. De particular importancia
entre ellos es la comisión o equipo de animación de la pastoral juvenil,
coordinada por el vicario parroquial o por un salesiano / laico responsable
del Centro Juvenil-Oratorio (cfr. CG20, 432). En algunas realidades, el
consejo del Oratorio se identifica con la comisión o equipo que anima
la pastoral juvenil; esta es una buena solución para evitar la dispersión y
garantizar la organicidad en la reflexión y las elecciones. Todo ello teniendo
en cuenta las diferentes realidades, entre las que también se encuentran
las casas salesianas con un único «ambiente», esto es, el Oratorio-Centro
Juvenil.
V La asamblea parroquial y los grupos son instrumentos de comunión,
participación y corresponsabilidad en la vida de la comunidad, en particular
con los laicos identificados y comprometidos con la misión salesiana.
Fortalecen su identidad a través de la preparación e implementación del
Proyecto Educativo Pastoral Salesiano de la parroquia.
En resumen, es deseable que estos consejos y grupos se entiendan bajo
el prisma de la corresponsabilidad, como expresión de comunión, no fruto
de la curiosidad y la benevolencia:
◗◗ Estos órganos tienen como objetivo ser competentes en la promoción
de la originalidad y creatividad de cada parroquia, capaz de planificar
pastoralmente a la luz del PEPS local e inspectorial, según las áreas
de compromiso de cada uno.
◗◗ Todo, por tanto, está encaminado a descubrir la comunidad
parroquial como sujeto de evangelización y, por tanto, corresponsable
y participante plenamente de la misión de la Iglesia.
◗◗ Por estas razones, los lugares y momentos de discernimiento
comunitario (grupos, reuniones, asambleas) deben ser profundizados,
promovidos y valorados, enfocándose como comunidad en el
momento presente y sus demandas, sin correr el riesgo de vivir de
la nostalgia de otras épocas, donde la animación y la gestión eran
actividades solo de los sacerdotes y religiosos.
◗◗ Estos organismos son expresión de una verdadera «comunidad
cristiana», que no pueden ser un círculo restringido de elegidos
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LA ANIMACIÓN PASTORAL ORGÁNICA EN LA PARROQUIA
(cfr. EG, 28), escogidos solo para satisfacer al párroco: hablar de
«comunidad» conduce, más bien, a reforzar la conciencia de que
la llamada cristiana se vive junto con los demás, sosteniéndose y
fortaleciéndose mutuamente en una circularidad de vocaciones y
relaciones fructíferas.
B ) En diálogo con el Obispo y la Iglesia local
I La Obra Salesiana goza de gran estima en el ámbito diocesano y en los
organismos eclesiales. Aún confirmando la plena disposición de cooperar
con la Iglesia local, allí donde es posible, es importante valorizar la entrega
de la parroquia a los Salesianos como comunidad de personas consagradas
en línea con el carisma fundacional. Los mismos obispos nos instan a hacer
más visible nuestro trabajo en el campo de la pastoral juvenil, para
enriquecer el territorio con la expresión del carisma y la tradición
salesiana.
Aquí se halla el discurso de la Convención escrita entre la inspectoría y la
diócesis, solicitado tanto por Mutuae Relationes, 57 como por el can. 520
del CIC. Lo expresado en forma oficial en estas convenciones sirve para
aclarar las razones aún vigentes y válidas de la aceptación de la parroquia
y las características que deben destacarse en el servicio que la comunidad
salesiana y la diócesis deben prestar.
Nosotros entendemos que el primer compromiso que tenemos, cuando nos
asignan una parroquia, no es el de la sustitución, sino el de la contribución
a la Iglesia particular con la riqueza de un carisma.
Cabe recordar la invitación que la «Mutuae Relationes» dirige a
los Obispos: «Es función específica del Obispo defender la vida
consagrada, promover y animar la fidelidad y autenticidad de los
Religiosos y ayudarlos a insertarse, según su propia naturaleza,
en la comunión y en la acción evangelizadora de su Iglesia” (MR
52). Y además: «Ningún compromiso apostólico debe ser ocasión
para desviarse de la propia vocación» (MR 46).
II A partir de lo que ha sido dicho, se debe caminar hacia una comunión y
colaboración en la Iglesia particular. La pertenencia a la Congregación,
importante para permanecer fieles a la opción vocacional y para seguir
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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
viviendo a la luz del carisma específico, no debe verse como una alternativa
a la pertenencia al presbiterio diocesano, sino al servicio del plan pastoral
general de la propia diócesis. Las estructuras diocesanas en las que se
insertan nuestras parroquias son muy variadas (área pastoral, decanato,
vicariato ...). Creemos que es bueno reflexionar, desde el punto de vista
de la comunión, sobre la relación positiva con las parroquias vecinas y el
arcipreste.
En general, el párroco está presente en el retiro o en las reuniones del
vicariato o de la diócesis: estos días de convivencia y planificación refuerzan
cada vez más el clima de colaboración y el vínculo entre los párrocos y
la diócesis. En contacto con el obispo y con los otros párrocos adquiere
una experiencia de comunión diocesana que debe comunicar a toda la
comunidad. Es un tipo de sensibilidad y mediación que el párroco debe
cuidar de forma sistemática. La comunión interparroquial e interdiocesana
no es una simple estrategia organizativa, sino una exigencia de la misma
misión de la Iglesia (cfr. CGS 20, 416).
Lo dicho pasa no sólo por una verdadera coherencia en la vida y acción de
las personas y comunidades parroquiales, sino también por el sentido de
pertenencia a la Iglesia particular, a su historia y pastoral, hasta el punto
de convertirse en diálogo, buenas relaciones, cordialidad en las relaciones,
voluntad de hacerse presentes, compromiso de apoyo a las iniciativas
propuestas, convicción de que en la Iglesia nada es sólo organizativo y
funcional, sino comunional.
C ) El Proyecto Educativo-Pastoral unitario y articulado
I La parroquia está inmersa en un mundo sujeto a profundas y rápidas
transformaciones. Es necesario sentarse, compartir, razonar, reflexionar,
analizar, identificar objetivos y prioridades, implicar, corresponsabilizar,
formar, verificar, en una palabra: proyectar. Necesitamos una lectura más
profunda de los cambios y provocaciones de la realidad territorial y del
impacto que debe tener en ella la comunión eclesial y su misión. Es una
realidad unitaria y compleja y requiere un proyecto (cfr. CG 21, 140). El
objetivo principal de la acción pastoral, realizada en la parroquia confiada
a los Salesianos, es convertirse en una verdadera casa formada por muchas
personas que comparten una misión. Para ello, el carisma salesiano
tiene necesidad de una atención metodológica, de una herramienta
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7.10 Page 70

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LA ANIMACIÓN PASTORAL ORGÁNICA EN LA PARROQUIA
operativa que permita trazar caminos para alcanzar los objetivos, emplear
bien los recursos, verificar los resultados: el Proyecto Educativo-Pastoral.
«La parroquia confiada a los Salesianos evangeliza según el estilo
y el espíritu de nuestro Proyecto Educativo Pastoral» (CG 21 140)
La pastoral parroquial se configura en un proyecto unitario y articulado, un
proceso mental y comunitario de implicación, clarificación e identificación.
La planificación se hace a la luz de la fe, es más, es una forma determinada
de ponerse frente a la realidad con los ojos de la fe. Por lo tanto, no
es fruto de un «ejercicio burocrático» o un simple cumplimiento en un
papel. Con él, la parroquia propone una corresponsabilidad efectiva en
la misión pastoral de enseñar, santificar y guiar a todos. Las estructuras
de la parroquia fortalecen la comunión entre todos y la convergencia y
complementariedad de las personas, intervenciones y estructuras en torno
a este plan operativo.
Para que la pastoral parroquial tenga continuidad, no sólo debe garantizar
la estabilidad de las personas, sino que debe tener «puntos precisos» de
referencia para todos: un proyecto. El PEPS es un canal operativo concreto
que guía el camino de nuestras comunidades parroquiales y, por tanto, es
una propuesta a la que no se puede renunciar. Es:
◗◗ una herramienta indispensable para realizar la pastoral parroquial
según la identidad salesiana, interpretando y actualizando nuestra
propuesta y método;
◗◗ un elemento importante para la continuidad pastoral de la vida
parroquial cuando se producen los inevitables cambios de personal;
◗◗ un punto de referencia en el diálogo con el obispo y los órganos
diocesanos;
◗◗ una condición que se inserta, cualifica y enriquece el proyecto de
la Iglesia local, responde a sus peticiones y necesidades y a las del
territorio;
◗◗ una posibilidad concreta para un camino conjunto en la convergencia
y el enriquecimiento mutuo entre las parroquias de la misma
inspectoría (cfr. QR, cap. VI).
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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
II En conclusión, por su pertenencia a la Iglesia local, la parroquia
confiada a los Salesianos incorpora en su PEPS las orientaciones
pastorales de la diócesis y las del PEPS inspectorial y local. Se solicita
el esfuerzo de un proyecto global que sea capaz de formular un plan
pastoral amplio en relación tanto con la diócesis como con la inspectoría.
Se trata de hacer una síntesis, de crear sintonía. La visión de la diócesis debe
ser vivida, entonces, no en modo conflictivo, ni de mutua indiferencia o
desconfianza, sino en una mutua y necesaria referencia y enriquecimiento
(cfr. GC 21 139b; CGS 20 403). El párroco, en particular modo, está llamado
a esta acción, evitando, por otro lado, el aplanamiento de la propuesta
pastoral salesiana, el alejamiento cuantitativo y cualitativo del campo juvenil
y la pérdida de la capacidad «educativa».
En la implementación del carisma hay que superar sea el miedo, sea el
peligro de yuxtaponer dos pastorales: la pastoral de la Iglesia particular
debe ser reinterpretada con la sensibilidad del carisma salesiano, actuando
opciones dictadas por el servicio específico que la Congregación debe
testimoniar. En ocasiones, la dificultad de «conciliar» estas dos referencias
es más aparente que real, en el sentido de que se refiere a aspectos
organizativos y de calendario, más que al derecho/deber de expresar el
propio carisma. Por esto, el diálogo del sacerdote salesiano no es sólo con el
obispo, sino también con en el inspector, el cual es referencia e inspiración.
III Cuando la parroquia está presente en la zona junto con otras
áreas de la casa salesiana (Oratorio-Centro Juvenil, Escuela, Obra Social,
Internado, Residencia), promueve con ellos, en diálogo, una colaboración
especial para una pastoral unificada dentro de la única misión.
Nuestra forma de evangelizar no es sólo «la enseñanza religio-
sa» o «el servicio del culto». Don Bosco prefirió un tipo de pasto-
ral que favoreciera un programa de educación integral (re-
creación-trabajo-estudio-catecismo), en el que la fe era el centro
iluminador.
Expresa la voluntad de crecer orgánicamente como casa salesiana. Si la
división de responsabilidades es legítima, la multiplicación y división de
proyectos pastorales dentro de una misma obra con dualismos y paralelismos
no es comprensible. En relación con el Oratorio-Centro Juvenil es una llamada
a un proyecto educativo pastoral convergente en el territorio y en la Iglesia
local, a partir de las distintas responsabilidades de los dos ambientes de la
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LA ANIMACIÓN PASTORAL ORGÁNICA EN LA PARROQUIA
obra. Se necesita un verdadero proyecto que haga converger los dos sectores,
con beneficios mutuos. Las relaciones recíprocas declaran, de hecho, la
unidad de la acción pastoral; la distinción de los proyectos nos permite
responder mejor a las múltiples situaciones particulares de la Congregación:
◗◗ Oratorio-Centro Juvenil en una parroquia confiada a los Salesianos;
◗◗ Oratorio-Centro Juvenil en parroquias diocesanas;
◗◗ Oratorio-Centro Juvenil en obras muy complejas, donde también está
la parroquia junto con otros sectores y actividades.
El Oratorio es un ambiente rico en numerosas propuestas atractivas para
los niños y jóvenes, todas centradas en la relación, en el intercambio entre
generaciones, con figuras significativas por edad y carisma (la pedagogía
de los modelos). Es el lugar donde la catequesis y la celebración de la fe
tienen un lugar central, aunque no único, porque la propuesta del Oratorio-
Centro Juvenil está asociada a un programa rico y consistente según las
necesidades básicas de los destinatarios: vida en grupo, canto, música,
paseos, campamentos de verano, protagonismo en las actividades de
servicio relacionadas con la edad.
Como decíamos más arriba, el consejo del Oratorio-Centro Ju-
venil, en su totalidad o mediante una representación cualifica-
da, está presente dentro del consejo pastoral parroquial para
garantizar la unidad de la acción evangelizadora.
D ) Animación inspectorial/nacional
I El párroco es nombrado por el Inspector y presentado al Ordinario del
lugar para trabajar al servicio de la Iglesia local, en comunión con el Obispo,
el presbiterio y las demás parroquias. Busca la coordinación con las demás
parroquias de la inspectoría y la delegación inspectorial de pastoral juvenil.
Las orientaciones del XIX Capítulo General y del Capítulo General Especial
(CG 20, 441) exigen que se promueva la coordinación de las parroquias
en todas las Inspectorías.
Las parroquias dependen de las diócesis en las que están ubicadas, pero están
confiadas a la Congregación Salesiana para dar respuesta a las necesidades
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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
pastorales de las Iglesias particulares (Reg. 25). Si la aceptación de una
parroquia requiere evidentemente la aprobación del Rector Mayor con el
consentimiento de su Consejo, recordemos que el sentido de la presencia
salesiana en un territorio tan extenso como la inspectoría es verificado por el
inspector con su Consejo. El regreso de la parroquia a la diócesis, la reubicación
en otra área, la recalificación de las parroquias responden a nuevas necesidades
y nuevos destinatarios. La inspectoría no es sólo una circunscripción jurídica/
administrativa, sino que es una comunidad carismática y jurídica que se
preocupa por promover la vida y la misión en todas sus obras.
Además del informe preciso del convenio, firmado por el obispo y los
salesianos, en la persona del inspector, la Inspectoría debe dar indicaciones
operativas en el Directorio Inspectorial, por ejemplo en relación con:
estructuras de edificación; relación con obispos y administraciones
municipales; relación entre parroquia y oratorio; promoción de la vocación
y formación de los laicos (agentes de pastoral, catequistas, laicos con
ministerios, administradores); corresponsabilidad de la comunidad religiosa
en la parroquia; relaciones administrativas y económicas entre parroquia y
casa salesiana, de conformidad con el derecho universal, las Constituciones
y el documento Elementos legales y práctica administrativa en el gobierno
de la Provincia, Dirección General de Obras Don Bosco (2004), nº 163.
II Una comisión inspectorial, presidida por un coordinador, garantizará
la acción inspectorial de acompañamiento y apoyo a las comunidades
parroquiales en la implementación del PEPS inspectorial. Tanto el
coordinador como la propia Comisión forman parte de los órganos de
animación de la pastoral juvenil inspectorial.
El Coordinador y los miembros de la Comisión tienen estas funciones:
◗◗ Sensibilizar a las comunidades salesianas para que presten mayor
atención a las realidades parroquiales donde se encuentran;
◗◗ Promover la reflexión y la profundización de la identidad salesiana de
la parroquia en relación con la situación eclesial y social del territorio;
◗◗ Sensibilizar a las comunidades salesianas para que estén integradas no
sólo donde la parroquia está confiada a los salesianos, sino también
para que tengan impacto, vinculación, articulación y pastoral conjunta
con la parroquia donde se encuentran territorialmente;
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LA ANIMACIÓN PASTORAL ORGÁNICA EN LA PARROQUIA
◗◗ Garantizar la elaboración, ejecución y evaluación de los PEPS de las
parroquias, ofreciendo a las comunidades parroquiales líneas y pautas
que las orienten a vivir la identidad salesiana;
◗◗ Fomentar la comunicación y colaboración entre las distintas
parroquias de la inspectoría, para que entre nuestras parroquias
se avance en la comunicación de experiencias, buenas prácticas,
proyectos compartidos, programas de formación específicos;
◗◗ Apoyar la formación permanente de los salesianos y laicos
corresponsables en la pastoral parroquial, con encuentros y cursos
programados (algunos cursos formativos, de hecho, no pueden ser
realizados sólo por una parroquia, sino que requieren colaboración
entre parroquias de la Inspectoría);
◗◗ Cuidar más específicamente la formación de los párrocos (la
formación debe permitir al párroco salesiano y a la comunidad
coordinar la parroquia según el criterio oratoriano);
◗◗ Convocar periódicamente jornadas o encuentros de párrocos,
consejos pastorales, catequistas, equipos de diaconía, del apostolado
de la salud, de la pastoral juvenil y de los hermanos comprometidos
en el servicio de la Palabra y de la Reconciliación;
◗◗ Responder a los desafíos pastorales de la Iglesia en las iglesias públicas
y santuarios presentes en las obras de la Inspectoría.
Recordamos la importancia de establecer una comisión ins-
pectorial si aún no está presente y de la sinergia con las otras
comisiones inspectoriales: Oratorio-Centro Juvenil, MJS, ani-
mación vocacional, animación misionera, comunicación social.
La Comisión Inspectorial de Formación vela por el acompaña-
miento formativo de los estudiantes de teología, especialmente de
los diáconos, en el ejercicio de su ministerio, para que se integren
en la gestión efectiva de la pastoral parroquial.
III El dinamismo y el trabajo de coordinación inspectorial son sostenidos
por el trabajo de animación y coordinación nacional, según las
circunstancias y contextos. Su función es, en primer lugar, promover la
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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
reflexión y la profundización de la identidad salesiana de la parroquia, a
través del desarrollo y actualización de la propuesta educativo-pastoral.
Otras indicaciones y propuestas para el nivel nacional pueden ser, por
ejemplo:
◗◗ Dar orientaciones precisas para promover el crecimiento de una
armonía educativo-pastoral entre la parroquia y el Oratorio-Centro
Juvenil en la unidad de un proyecto y en la puesta en común de una
programación;
◗◗ Elaborar y proponer subsidios concretos, articulados y abiertos, con
líneas y elementos para la elaboración de los proyectos pastorales
locales;
◗◗ Facilitar la comunicación entre las inspectorías para el intercambio de
experiencias y desafíos;
◗◗ Planificar una propuesta de formación y actualización para las
casas de formación sobre los temas típicos del trabajo oratoriano y
parroquial salesiano.
Una práctica común en diversas realidades de la Congregación es promover,
a través de la organización nacional, la actualización y formación de los
párrocos (formación, ejercicios espirituales, cursos de especialización). Es
también posible convocar encuentros de reflexión nacional, conscientes
de la riqueza derivada de la variedad de grupos que participan en nuestras
parroquias (catequistas, consejos pastorales, animadores juveniles,
comisiones, grupos).
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LA ANIMACIÓN PASTORAL ORGÁNICA EN LA PARROQUIA
DE UN VISTAZO
Comunidad evangelizadora
inspirada en el catecumenado
cristiano (el don del
crecimiento de la fe en sus
diferentes etapas)
• El compromiso con la evangelización requiere
una respuesta personal, un proceso de formación
cristiana, de conversión de vida y de caridad
Itinerarios graduales y
diversificados de educación
en la fe
• La iniciación cristiana tiene en cuenta la
experiencia de cada uno, las relaciones con la
comunidad y el testimonio
Pertenencia eclesial en los
grupos
• Coordinación de estos grupos con el MJS y la
propuesta de Espiritualidad Juvenil Salesiana
• El párroco promueve el crecimiento de los
agentes pastorales laicos y valora sus carismas
Preparación-celebración de la
liturgia y los sacramentos con
gusto y belleza
• Formas de oración más cercanas a la vida
• Lenguaje comprensible y accesible, expresado
de forma sencilla (canciones, gestos, historias,
testimonios, símbolos, etc.)
• Potenciar la participación activa de todos en su
preparación y celebración
• Nuevas estrategias de comunicación para
proclamar la fe
Educación en la dimensión
social de la caridad para
construir una cultura de la
solidaridad
• Fomento del compromiso de los miembros
implicados en la acción social y la caritativa
• Gestos concretos y visibles de un estilo de vida
sobrio y abierto a la generosidad y la solidaridad
• Promoción, formación y acompañamiento del
voluntariado solidario y misionero
Formación de laicos,
• Caminos adecuados de la Espiritualidad
dinámicos y comprometidos,
Juvenil Salesiana, en particular, catequistas,
especialmente animadores
educadores, líderes de grupos juveniles y parejas
pastorales de jóvenes
comprometidas
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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
• Orientación hacia las diferentes vocaciones en la
Iglesia
• Una comunidad parroquial (varios grupos y
movimientos) en constante oración por las
vocaciones
Acompañamiento vocacional
de los fieles, especialmente de
los jóvenes
• Transformar los acontecimientos de la vida de la
comunidad en noticias.
• Esto requiere: experiencia y alcance comunitario
• Esto permite: interactuar y dialogar con los más
jóvenes de la comunidad, contactar diariamente
con los agentes de pastoral, crear y aumentar
el sentido de pertenencia a la comunidad
parroquial
El entorno digital: una gran
e indispensable oportunidad
de comunicación para
evangelizar
• equipo pastoral de
carácter consultivo y
operativo
Consejo
Pastoral
Parroquial
• Función de
asesoramiento
• Composición
según criterios
de competencia
y eficacia
administrativa
• Equipos que, de
acuerdo con el
PEPS, animan las
diferentes áreas de
actividad
Consejo de
Asuntos
Económicos
de la
Parroquia
Comisiones
y grupos de
trabajo
Órganos de
corresponsabilidad
eclesial parroquial
Animación
de la
comunidad
parroquial
local
• Espacios de
comunión,
participación y
corresponsabilidad
en la vida
Asamblea
y grupos
parroquiales
comunitaria
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LA ANIMACIÓN PASTORAL ORGÁNICA EN LA PARROQUIA
En diálogo
con el
Obispo y la
Iglesia local
El Proyecto
Pastoral-
Educativo
unitario y
articulado
Animación
inspectroial
/ nacional
• Visibilidad de la obra salesiana
en la pastoral juvenil
• Enriquecimiento del territorio
con la expresión del carisma y la
tradición salesiana
• Acuerdo escrito
entre la inspectoría
y la diócesis
• Comunión,
cooperación
y sentido de
pertenencia a la
Iglesia particular
• Indispensable para
implementar la pastoral
parroquial según la identidad
salesiana
• Elemento importante para
la continuidad pastoral de la
vida parroquial
• Punto de referencia en el
diálogo con el obispo y los
organismos diocesanos
• Condición para encajar,
calificar y enriquecer el
proyecto de la Iglesia local
• Coordinación de las
parroquias
• Orientación operativa en el
“Directorio Inspectorial”
• Comisión Inspectorial
garantiza la aplicación del
PEPS
• Animación y coordinación
nacional: actualización de
la propuesta educativo-
pastoral de las parroquias
• Atención
metodológica al
carisma salesiano
• PEPS, una
herramienta operativa
para promover la
originalidad y la
creatividad de cada
parroquia
• La parroquia confiada
a los Salesianos
incorpora en su PEPS
las orientaciones
pastorales de la
diócesis y las del
PEPS provincial y
local
• La parroquia de la
zona, junto con otros
ambientes de la obra
salesiana (Oratorio-
Centro Juvenil,
Escuela, Obra
Social, Internado,
Residencia),
promueve una
especial colaboración
para una pastoral
unificada dentro de la
única misión
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OTROS TIPOS:
IGLESIAS PÚBLICAS, SANTUARIOS
CAPÍTULO
V

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OTROS TIPOS: IGLESIAS PÚBLICAS, SANTUARIOS
Las iglesias públicas y los santuarios presentes en las obras de la
Inspectoría son en todas partes una «presencia» salesiana significativa, un
«lugar» sagrado de convocación y encuentro, de testimonio y de mensaje
salesiano y eclesial.
Es importante, como hemos subrayado en referencia a la parroquia, cuidar
la acogida de los fieles, del visitante, del transeúnte, que se manifiesta con
diversos factores, desde los más simples detalles hasta la disponibilidad
personal para escuchar y acompañar. Aquí reside el aspecto visible de la
caridad, que provoca una reflexión en el visitante que se siente acogido por
Dios porque es acogido por los hermanos. Puede ser una acogida realizada
por sacerdotes, religiosos o laicos, caracterizada por la calidad humana, el
respeto a los procesos personales, que ayude a aclarar preguntas e incluso
a provocarlas.
En estas circunstancias, otros elementos son de especial importancia
como: la dignidad de las celebraciones litúrgicas y de las manifestaciones
de piedad popular; el ambiente de respeto y recogimiento; el orden y la
seguridad; la decoración de todos los espacios y carteles adecuados; una
arquitectura sin barreras; el material impreso y las nuevas tecnologías; la
creación de espacios físicos acogedores para cada categoría de personas
y para cada uso específico (capillas de adoración y reconciliación, puntos
de información, museo, etc.) para evitar la percepción de comercialización
en el espacio sagrado.
Incluso estos tipos de presencia deben, por tanto, ser considera-
dos dentro del PEPS inspectorial como expresiones típicas de
nuestra tradición, que ofrecen su propia propuesta cultural y pas-
toral. Esto significa que cada santuario o rectoría depende tanto
de la comunidad religiosa, como de la parroquia local.
A Las iglesias públicas también se denominan «rectorías» que funcionan
con algunos servicios pastorales, pero no son reconocidas como parroquias.
El servicio litúrgico se manifiesta los días festivos y entre semana con
celebraciones eucarísticas, con encuentros de oración para grupos o
núcleos de fieles incluidos los jóvenes, con triduos o novenas particulares
o salesianas. La devoción a María Auxiliadora ocupa un lugar decisivo como
gran contribución a la Iglesia. El servicio de la reconciliación es el más
apreciado, no sólo por los fieles, sino también por sacerdotes y religiosos,
en algunos lugares incluso por turistas y peregrinos.
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9.1 Page 81

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
B Santuarios y/o Basílicas son iglesias reconocidas como tales por las
autoridades eclesiásticas y centros de acogida y de oración para muchos
fieles. La Congregación es particularmente rica en santuarios y basílicas.
Los «santuarios» son lugares sagrados donde van los fieles por razones de
piedad, en peregrinación (cfr. CIC, can.1230-1234). Allí se proporcionan
los medios de salvación, se anuncia diligentemente la palabra de Dios,
se celebran la Eucaristía y la Penitencia, preservando las formas sanas
de piedad popular (cfr. CIC, can.1234). Por regla general, los Santuarios,
además de ser objeto de un determinado destino de peregrinación, son un
lugar de veneración y devoción vinculado a eventos o manifestaciones de la
Virgen, los Santos o los Mártires. Algunos, de hecho, conservan reliquias o
imágenes consideradas milagrosas o son lugares especialmente marcados
por la santidad de algún siervo de Dios, o incluso por múltiples formas de
«piedad popular».
81

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OTROS TIPOS: IGLESIAS PÚBLICAS, SANTUARIOS
No debemos olvidar que la presencia religiosa en el espacio público es otra
forma de evangelizar, así como todas las manifestaciones de la religiosidad
popular (como procesiones, fiestas y peregrinaciones). Para algunos de los
que acuden a los santuarios, éste constituye el único vínculo que los une
a la comunidad eclesial. La Iglesia, por tanto, aprovecha la oportunidad
para proclamar el mensaje del Evangelio y llevar a las personas a Cristo.
En algunos santuarios hay manifestaciones artísticas de pintura, escultura,
representaciones sagradas presentadas con buen gusto, acompañadas
por contenidos doctrinales y objetos de culto. A tal efecto, la música, el
canto, la arquitectura, la pintura, la escultura, el mobiliario y las vestiduras
sagradas deben ser objeto de especial cuidado en un Santuario.
Todo peregrino, visitante, transeúnte merece toda la atención que se
le pueda reservar. En la medida de lo posible, debe ser acogido como
individuo, a nivel personal: todos deben encontrar su lugar en el santuario.
El documento «El Santuario, memoria, presencia y profecía del
Dios vivo» invita a esto, cuando dice que «esta experiencia de
Iglesia debe estar apoyada especialmente por una acogi-
da adecuada a los peregrinos en el santuario, que tenga
en cuenta lo específico de cada grupo y de cada persona, las ex-
pectativas de los corazones y sus auténticas necesidades espiri-
tuales” (Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Iti-
nerantes, 8 de mayo de 1999, 12).
Por eso no podemos conformarnos con una acogida uniforme, sino que
debemos esforzarnos por ampliar la propuesta, evitando el riesgo de
uniformidad. Si la acogida diferenciada significa encuentro personal, esto
requiere una atención de calidad en el santuario, lo que implica, entre
otras cosas, por parte de los responsables, una presencia activa, así como
una actitud amable.
Otras acciones concretas que pueden contribuir a lograr una adecuada
acogida son:
◗◗ La promoción del voluntariado para la acogida y formación de los
implicados en la vida del santuario, desarrollando programas y
manuales específicos de formación humana, doctrinal, espiritual y
pastoral;
82

9.3 Page 83

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
◗◗ La organización de visitas guiadas dentro de la estructura;
◗◗ La preparación calificada de los sacerdotes que ejercen el ministerio
de la Palabra y de la Reconciliación;
◗◗ La definición clara del carisma propio del Santuario, que debe plasmar
el espíritu y el sentido de la vida y el trabajo del voluntario.
Todo recae en la necesaria elaboración de un plan pastoral para la acogida
y para la evangelización, en sintonía con la pastoral diocesana, de tal
manera que se integre en ella, teniendo en cuenta también la colaboración
entre santuarios y parroquias, entre santuarios e iglesias públicas (quizás
favoreciendo los encuentros regionales o nacionales con presencia de
numerosos agentes pastorales), entre asociaciones de peregrinos, con
entidades civiles, agencias y guías turísticos.
Finalmente, es importante reiterar la relevancia del can. 1234 § 2 CIC, que
prevé expresamente la conservación y protección de los testimonios votivos
de arte popular y piedad. También conviene recordar el canon 1189 sobre
las imágenes de valor y sobre aquellas particularmente veneradas (cfr. can.
1190 § 3) y también el referido a las insignes reliquias sagradas (cfr. can.
1190 §§ 1 y 2).
83

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OTROS TIPOS: IGLESIAS PÚBLICAS, SANTUARIOS
DE UN VISTAZO
IGLESIAS PÚBLICAS
Un "lugar" sagrado de
convocatoria y encuentro,
de testimonio y de mensaje
salesiano y eclesial
SANTUARIOS
Presencia salesiana
significativa
Con algunos servicios
pastorales (no se reconocen
como parroquias):
celebraciones eucarísticas,
encuentros de oración,
triduos y novenas
Iglesias reconocidas como
tales por la autoridad
eclesiástica y centros de
acogida y oración para
muchos creyentes
Los "santuarios" son lugares
sagrados a los que acuden
los fieles por motivos de
piedad y peregrinación, lugar
de acogida y oración para
muchos creyentes
Acoger a los fieles, visitantes y transeúntes
• dignidad de las celebraciones litúrgicas y de las
manifestaciones de piedad popular
• cuidado de todo el espacio
• respeto y recogimiento
• arquitectura sin barreras
• material impreso y nuevas tecnologías
• espacios físicos adecuados y acogedores para cada
categoría de personas y para cada uso específico
(capillas de adoración y reconciliación, puntos de
información, museo, etc.)
84

9.5 Page 85

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LA PARROQUIA Y EL SANTUARIO CONFIADOS A LOS SALESIANOS
85

9.6 Page 86

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Reflexión Final
La parroquia es «salesiana» por el estilo comunitario que promueve, por la
experiencia eclesial que vive y por el testimonio de la comunidad religiosa.
Es «salesiana» por su relación de comunión con la Iglesia local, el apoyo y
desarrollo de grupos y asociaciones, la participación e inserción favorable en
el territorio, la atención preferencial y prioritaria a los jóvenes. La pastoral
parroquial la vivimos como un verdadero apostolado salesiano en la medida
en que nos mantenemos fieles a nuestra misión y hacemos actual el carisma
de Don Bosco.
La parroquia confiada a los salesianos, como el carisma salesiano, se
caracteriza no sólo por algunos rasgos «espirituales», sino que evangeliza
según el estilo y el espíritu del Proyecto Educativo-Pastoral Salesiano. Es
aquí donde se representan las actitudes, las iniciativas, el contenido, la
experiencia y las opciones pastorales salesianas. Estas páginas han tratado
de ofrecer algunos estímulos en esta dirección.
86

9.7 Page 87

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Documentación
DOCUMENTOS DE LA IGLESIA
»»Lumen gentium. Constitución Dogmática del Concilio Vaticano II
sobre la Iglesia (21 de noviembre de 1965).
»»Nostra Aetate. Declaración sobre las relaciones de la Iglesia con las
religiones no cristianas (28 de octubre de 1965).
»»Evangelii Nuntiandi. Exhortación apostólica de Pablo VI (8 de
diciembre de 1975).
»»Mutuae relationes. Relaciones mutuas. Criterios pastorales sobre las
relaciones entre Obispos y religiosos en la Iglesia. Congregación para
los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica;
Congregación para los Obispos (14 de mayo de 1978).
»»Código de Derecho Canónico. Promulgado por Juan Pablo II (25
de enero de 1983).
»»Christifideles Laici. Exhortación apostólica de Juan Pablo II sobre
la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo (30 de
diciembre de 1988).
»»El Santuario - Memoria, presencia y profecía del Dios vivo.
Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes (8
de mayo de 1999).
»»Directorio para la catequesis. Pontificio Consejo para la Promoción
de la Nueva Evangelización (23 de marzo de 2020).
87

9.8 Page 88

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Documentación
»»Novo Millennio Ineunte. Carta Apostólica de Juan Pablo II (6 de
enero de 2001).
»»Evangelii Gaudium. Exhortación Apostólica de Francisco (24 de
noviembre de 2013).
»»Diálogo en la verdad y en la caridad. Orientaciones pastorales
para el diálogo interreligioso. Pontificio Consejo para el Diálogo
Interreligioso (19 de mayo de 2014).
»»Christus vivit. Exhortación Apostólica Postsinodal de Francisco (25
de marzo de 2019).
»»La conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio
de la misión evangelizadora de la Iglesia. Instrucción de la
Congregación para el Clero (20 de julio de 2020).
»»Antiquum ministerium. Carta apostólica en forma de “Motu
Proprio” del Sumo Pontífice Francisco (10 de mayo de 2021).
88

9.9 Page 89

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DOCUMENTOS DE LA CONGREGACIÓN Y DE LA
FAMILIA SALESIANA
»»Capítulo General 4 de la Sociedad Salesiana. (1886).
»»Capítulo General 19 de la Sociedad Salesiana. (1965).
»»Capítulo General Especial de la Sociedad Salesiana. (1971).
»»Capítulo General 21 de la Sociedad Salesiana. (1978).
»»Capítulo General 22 de la Sociedad Salesiana. (1984).
»»Capítulo 23 General de los Salesianos de Don Bosco. «Educar a
los jóvenes en la fe» (1990).
»»Capítulo General 24 de los Salesianos de Don Bosco. «Salesianos
y laicos: comunión y participación en el Espíritu y la misión de Don
Bosco» (1996).
»»Capítulo General 28 de los Salesianos de Don Bosco. «¿Qué
salesianos para los jóvenes de hoy?» (2020).
»»Constituciones y Reglamentos de la Sociedad San Francisco de
Sales. (1984).
»»Elementos jurídicos y praxis administrativa en el gobierno de la
Inspectoría, Dirección General de la Obra de Don Bosco. (2004).
89

9.10 Page 90

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Documentación
»»Animación y gobierno de la comunidad. El servicio del Director
salesiano. Dicasterio para la formación. Salesianos de Don Bosco.
(2019).
»»El voluntariado en la misión salesiana. Dicasterio para la Pastoral
Juvenil. Dicasterio para las misiones. (2019).
»»La vocación misionera salesiana. Reflexiones, procesos y directrices
operativas. Sector de las Misiones (2021).
»»Pastoral Juvenil y Familia. Sector para la Pastoral Juvenil Salesiana.
Salesianos de Don Bosco. (2021).
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