ORACIÓN


ORACIÓN





150° ANIVERSARIO

DE FUNDACIÓN DE LA CONGREGACIÓN SALESIANA








SUBSIDIOS

PARA ALGUNAS CELEBRACIONES




CUARESMA 2009

Liturgia penitencial



CANTO DE ENTRADA


En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

® Amén


Bendito sea el Padre,

que tanto amó al mundo que le dio a su Hijo

para que el mundo tenga la vida.

® Bendito en los siglos el Señor.


Bendito sea el Hijo,

que por nosotros se hizo obediente hasta la muerte,

y muerte de cruz.

® Bendito en los siglos el Señor.


Bendito sea el Espíritu Santo,

derramado sobre la Iglesia desde el costado de Cristo,

abierto por la lanzada.

® Bendito en los siglos el Señor.


El presidente introduce con palabras oportunas la celebración.

Dios omnipotente y eterno,

que has dado como modelo a los hombres

a Cristo tu Hijo, nuestro Salvador,

hecho hombre y humillado hasta la muerte de cruz,

haz que tengamos siempre presente

la gran enseñanza de su pasión,

para participar en la gloria de la resurrección.

Él es Dios, y vive y reina contigo,

en la unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos.

® Amén.

1 LECTURA

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De la carta de San Pablo apóstol a los Filipenses

Fil 2, 6 - 11


6Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;

al contrario, se despojó de su rango

y tomó la condición de esclavo,

pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera,

se rebajó hasta someterse

incluso a la muerte,
y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo,

y le concedió el “Nombre sobre todo nombre”;

de modo que, al nombre de Jesús,

toda rodilla se doble –

en el cielo, en la tierra, en el abismo –

y toda lengua proclame:

“¡Jesucristo es Señor!”,

para gloria de Dios Padre.


Palabra de Dios.

2 De nuestras Constituciones

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Artículo 64

Nuestro Salvador nos aseguró que había venido a la tierra no para hacer su propia voluntad, sino la voluntad del Padre que está en los cielos.

Por la profesión de obediencia ofrecemos a Dios nuestra voluntad y vivimos, en la Iglesia y en la Congregación, la obediencia de Cristo cumpliendo la misión que nos está confiada. Dóciles al Espíritu y atentos a los signos que Él nos ofrece en los acontecimientos, adoptamos el Evangelio como regla suprema de vida, las Constituciones como camino seguro, y a los superiores y la comunidad como intérpretes diarios de la voluntad de Dios.

Artículo 196

Nuestra regla viviente es Jesucristo, el Salvador anunciado en el Evangelio, que hoy vive en la Iglesia y en el mundo, y a quien nosotros descubrimos presente en Don Bosco, que entregó su vida a los jóvenes.

Como respuesta a la predilección del Señor Jesús, que nos ha llamado por nuestro propio nombre, y guiados por María, acogemos las Constituciones como testamento de Don Bosco, libro de vida para nosotros y prenda de esperanza para los pequeños y los pobres.

Las meditamos en la fe, y nos comprometemos a practicarlas: son para nosotros, discípulos del Señor, un camino que conduce al Amor.

3 HOMILÍA

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El Director tiene la homilía. Invitando a los hermanos a contemplar la obediencia de Cristo, a reconocer los propios pecados como desobediencia al proyecto de amor del Padre y a pedir el don del Espíritu para caminar con renovada fidelidad por el “camino que conduce al Amor”.


REFLEXIÓN EN SILENCIO



4 VENERACIÓN DE LA CRUZ - facultativa

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La cruz de Cristo es el árbol glorioso del que proviene nuestra salvación. Mientras es honrada con el incienso o con cirios se entona un canto adecuado.



4.1 PETICIÓN DE PERDÓN COMUNITARIA

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Dios Padre ha querido revelarnos los abismos de su misericordia infinita en la cruz de su Hijo. Conscientes de nuestro pecado, imploremos con confianza su amor.


Recemos juntos y digamos: Kyrie eleison


Cristo Jesús no consideró un tesoro celoso su igualdad con Dios, mientras que nosotros hemos querido adueñarnos de sus dones para construirnos una falsa grandeza. Invoquemos al Señor:


Él se despojó de sí mismo, asumiendo l condición de siervo. Por habernos negado a hacernos humildes servidores de nuestros hermanos, invoquemos al Señor:


Cristo se hizo obediente hasta la muerte de cruz, pero nosotros hemos evitado el sacrificio de nosotros mismos en el deber cotidiano y en la obediencia generosa. Por esto, invoquemos al Señor:


Dios Padre ha exaltado a Jesús y le ha dado un nombre sobre todo nombre. Porque no hemos sabido confiar en su amor y tener sólida nuestra esperanza, invoquemos al Señor:


Toda lengua proclame que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Porque hemos sido incapaces de alabar a Dios con nuestra vida y nuestra oración, invoquemos al Señor:




Si no hay las confesiones individuales, el sacerdote continúa:


Y ahora, dirijámonos a Dios Padre con las palabras de Jesucristo nuestro Señor, para que perdone nuestros pecados y nos libre de todo mal:


Padre nuestro ...


El sacerdote concluye:

Perdona, Señor, nuestros pecados,

y en tu misericordia rompe las cadenas

que nos tienen prisioneros a causa de nuestra culpas,

y guíanos a la libertad que Cristo nos ha conquistado

con su obediencia hasta la muerte de cruz.

Por Cristo nuestro Señor.

® Amén.


El Señor esté con vosotros.

® Y con tu espíritu.


Dios, eterno Padre, que en la cruz de su Hijo ha revelado la inmensidad de su amor, os conceda su bendición.

® Amén.


Cristo, que al morir en la cruz se ha hecho esposo y señor de la humanidad redimida, os haga partícipes de su vida inmortal.

® Amén.


El Espíritu Santo os haga experimentar el misterioso poder de la cruz, árbol de la vida y principio de la creación nueva.

® Amén.


Y despide a la Asamblea:

Podéis ir en paz.

® Demos gracias a Dios.



Si hay confesiones individuales

4.2 CONFESIONES INDIVIDUALES

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4.3 ACCIÓN DE GRACIAS

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La comunidad expresa a Dios la acción de gracias con el canto del Magnificat

4.4 RITOS CONCLUSIVOS

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4.5 El que preside concluye:

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Señor Jesús, Tú el Salvador anunciado en el Evangelio,

que hoy vives en la Iglesia y en el mundo.

Dilata nuestro corazón para hacernos correr por el camino de tus mandamientos

y concédenos acoger con renovada fidelidad

las Constituciones como el testamento de Don Bosco,

libro de vida para nosotros y prenda de esperanza para los pequeños.

Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

® Amén.


El Señor esté con vosotros

® Y con tu espíritu


Dios, eterno Padre, que en la cruz de su Hijo ha revelado la inmensidad de su amor, os conceda su bendición.

® Amén.


Cristo, que al morir en la cruz se ha hecho esposo y señor de la humanidad redimida, os haga partícipes de su vida inmortal.

® Amén.


El Espíritu Santo os haga experimentar la misteriosa potencia de la cruz, árbol de la vida y principio de la nueva creación.

® Amén.


Y despide a la Asamblea:

Podéis ir en paz. ® Demos gracias a Dios.


CUARESMA 2009

Lectio divina”




La Segunda Carta a los Corintios


Es la carta de Pablo que, de modo más directo e incisivo, trata del tema del ministerio apostólico: ¿cuál es la identidad del verdadero apóstol, cuál debe ser su comportamiento, qué dotes debe poseer, qué riesgos puede correr?

Pablo escribe esta carta después de 20 años de ministerio, después de haber pasado por pruebas, dificultades, fatigas. La comunidad de Corinto, a la que se dirige, fue fundada por él y le era muy querida en su corazón, pero era una comunidad difícil. Mientras escribe la carta, Pablo vive fundamentalmente tres pruebas.

La primera es sentirse entonces rechazado por la mayoría de sus hermanos hebreos. Sobre la posibilidad de una misión privilegiada entre ellos, tal vez se había hecho alguna ilusión; esta ilusión en este momento ya había desaparecido.

La segunda prueba estaba constituida por los contrastes internos de la comunidad. En vez de una comunidad unida, fraterna, acorde, se encuentra con una comunidad dividida, litigiosa, desconfiada también respecto de él.

La tercera prueba es de tipo interior. Pablo alude a ella, pero de modo tan discreto que no permite comprender claramente de qué se trata: enfermedades, depresiones, persecuciones, tentaciones, contrastes y ataques a nivel pastoral…

Precisamente por este tipo de contenido, la segunda carta a los Corintios resulta un texto muy concreto y cercano a las vicisitudes que a cada uno de nosotros nos toca vivir a diario.



2 Corintios 4,1-6


Para San Pablo y para las primeras comunidades el ministerio pastoral es, ante todo, el anuncio de la Palabra de Dios. En pocos versículos San Pablo sintetiza los elementos esenciales de este anuncio: origen, contenido, método, frutos.


1) Origen del ministerio pastoral


En el origen del ministerio pastoral está la benevolencia de Dios, su amor gratuito: “investidos de este ministerio por la misericordia que se ha tenido con nosotros” (v. 1). No nos encargamos por decisión personal, no se hace un concurso para acceder al ministerio. Es el Dios creador (cf. v. 6), que, como al principio de la creación hizo brillar la luz en las tinieblas, así ha iluminado la conciencia de Pablo para hacerle descubrir su gloria, irradiada sobre el rostro de Cristo, y llegar así a ser anunciador y testigo. Este v. 6 es muy denso y probablemente en él Pablo condensa el recuerdo de su experiencia de Damasco. Sigamos con el razonamiento de Pablo: la difusión del Evangelio en el mundo se presenta en los términos de una nueva creación. A la creación de la luz física en el mundo, Dios ha hecho seguir, en la plenitud de los tiempos, la manifestación del fulgor de su gloria, haciéndola brillar en primer lugar sobre el rostro de Cristo resucitado; de él esta luz se encendió en el corazón de Pablo (¡y debe encenderse en el corazón de todo apóstol!), que se dedica a hacerla resplandecer en el mundo, comunicando a los hombres el conocimiento del evento de la resurrección y de la glorificación de Cristo.


2) Contenido del ministerio pastoral


Quien ha descubierto (¡por experiencia personal!) la realidad salvadora y poderosa de Dios, en términos bíblicos su ‘gloria’, sobre el rostro humano de Jesús, no puede anunciar sino a él, al Mesías histórico, al liberador, que es el Señor, el único Señor de los hombres y de la historia. Jesús reproduce de modo visible los rasgos del Dios invisible, es su “copia” histórica, pero al mismo tiempo es el proyecto ideal del hombre, la única y auténtica y plenamente lograda imagen de Dios. Aunque en nuestro texto el contenido del anuncio se expresa de varios modos, como verdad (v. 2), palabra de Dios (v. 2), Evangelio (v. 4), en el fondo se trata siempre y sólo de la persona de Jesús: “nosotros no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como Señor” (v. 5).


3) Método del ministerio pastoral


¿Cómo anunciar este Evangelio, que es una persona: Jesucristo, el Señor? El origen y el contenido definen también el método del ministerio pastoral. Pablo enumera una serie interesante de modalidades, de condiciones, y lo hace en forma negativa y positiva (cf. vv. 2.5).

En forma negativa: Sin perderse de ánimo: un anuncio hecho con confianza, a pesar de las dificultades y los contrastes inevitables. Repudiando el silencio vergonzoso: nada de subterfugios, nada de ficciones, nada de dobles juegos. No procediendo con astucia: nada de tejemanejes, nada de artes de la persecución oculta, nada de diplomacias. Ni falsificando la palabra de Dios: nada de reducciones del mensaje, sobre la base de una estrategia del consenso a toda costa.

En forma positiva: Anunciando abiertamente la verdad: es la ‘parresia’, el valor de proclamar abiertamente todo el Evangelio, sin descuentos ni selecciones. Nos presentamos delante de toda conciencia: no se trata de plagiar a los que escuchan; más bien se trata de despertar su inteligencia, de estimular su libertad. En la presencia de Dios: es la medida última de la autenticidad de la actitud pastoral. Como siervos vuestros por amor de Jesús: no es una diaconía dictada por la necesidad, por exigencias afectivas sospechosas; se hace uno capaz de diaconía, porque nos hemos entregado al Señor Jesús, es la pasión por Él que produce la compasión por los hermanos.


4) Frutos del ministerio pastoral


La fidelidad al método evangélico no asegura automáticamente la acogida de la propuesta cristiana. A este propósito, la historia de Jesús es elocuente. Hay que contar con el rechazo abierto y obtuso de quien se cierra ante el anuncio del Evangelio, porque ha escogido como señor de su vida al diablo, al dios de este mundo (cf. vv. 3-4). Es una alusión discreta, pero precisa, a este poder maléfico que se inserta subrepticiamente en el juego libre de la voluntad humana y que, aun vencido sustancialmente por Cristo, conserva un gran poder sobre quien se abre ingenuamente a su influjo. Evangelizar es testimoniar, hacer ver, no obligar a mirar y a acoger. Esto no debe llevar la evangelización al pesimismo: ¡nunca se sabe todo el bien que se hace cuando se hace el bien! El bien, como la semilla, tiene una larga estación para madurar. Lo importante es que el evangelizador esté pleno del Dios que anuncia, como nos ilustran los relatos bíblicos de las vocaciones proféticas, y que no pretenda fijar él los tiempos y los modos de acogida del Evangelio por parte de sus destinatarios. Precisamente Pablo, en otra carta, después de haber constatado la fuerza del mal que le asediaba: “Sé que en mí no habita el bien; hay en mí el deseo del bien, pero no la capacidad de actuarlo; efectivamente, querer el bien lo tengo a mi alcance, mas no el realizarlo, puesto que no hago el bien que quiero, sino que obro el mal que no quiero…¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte?” (Rm 7.1-19.24), responde: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Acaso la tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada?... Pero en todo esto salimos más que vencedores gracias a aquel que nos amó. Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni las potestades, ni la altura ni la profundidad, ni otra criatura alguna podrá nunca separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor” (Rm 8,35.37-39).


Algunos testimonios en perspectiva de actualización existencial


1) “Un amor apasionado por Cristo es el secreto de un anuncio convencido de Cristo” (Juan Pablo II).


2) “Nada en el mundo nos dará acceso al corazón de nuestro prójimo, sino el hecho de haber concedido a Cristo el acceso al nuestro” (Delbrel).


3) “Sólo las profundas convicciones pueden convencer profundamente. El anuncio cristiano no consiste en una comunicación de proposiciones sobre la fe, sino en una comunicación de la fe misma. Decir: Jesús es el Señor, es decir algo también de uno mismo: Jesús es mi Señor. No hay boca de apóstol, sin oído de discípulo. Anunciar a Cristo, sin ser íntimos de Cristo, es exponerse a oír que dice Satanás: Conozco a Jesús…, ¿pero vosotros quiénes sois? (Hch 19,15)” (Manaranche).


4) “Quien evangeliza sin rezar acabará un día por no evangelizar más. No es sólo porque se olvida de cargar sus baterías, sino porque acabará en la hipocresía. ¿Cómo podrá proclamar vivo a Aquel a quien no se dirige nunca? Todo el que habla de Dios como un “Él”, sin decirle nunca “Tú”, tiene todo para olvidar los rasgos del rostro de Dios. La experiencia vivida de la evangelización no comporta sólo el acercamiento de los hombres, implica también el diálogo con Dios” (Guilluy).


5) “En todo hombre hay la imagen de Dios. Con frecuencia esta imagen ha sido deteriorada, desfigurada, ha sufrido daños gravísimos. Y ahora yace deslucida, ofuscada, bajo un cúmulo de miserias y sigilada por tenaces incrustaciones de malicia. Todo apóstol auténtico tiene el deber de llegar a aquella imagen. Despertarla, volverla a la luz. Por esto hemos dicho que es preciso hacer de espejo. Pero hacen falta precisamente criaturas transparentes. Criaturas que poseen a Dios. Entonces será posible el milagro del encuentro. Sólo Dios es capaz de “despertar” al Dios que duerme en el rincón más profundo de ciertas almas. En todo Zaqueo que encontramos en nuestro camino hay un Dios sepultado en el rincón más oscuro. Responderá sólo a la voz de Dios” (Pronzato).



2 Corintios 4, 7-18


Pablo imagina que los cristianos de Corinto, ante la conmovida exaltación que él ha hecho de su ministerio pastoral en la sección precedente, se preguntan: Pero ¿dónde está la gloria divina, que resplandece sobre el rostro de Cristo y que Pablo, después de haber hecho una experiencia personal, debería testimoniar, documentar y difundir para el bien de sus hermanos? Pero si el apóstol corre de una ciudad a otra, denunciado ante las autoridades, excluido y amenazado por los grupos judeocristianos que no le perdonan su ‘apostasía’, si él mismo es presa de continuos saltos de humor, con alternativa de arrojos y de optimismo espiritual a la redonda y de momentos de desaliento y desilusión?

Pablo, que está dictando la carta, intuye esta posible, legítima objeción, y desarrolla entonces una respuesta adecuada.


1) Un tesoro en vasos de barro (vv. 7-12)


Ciertamente este “tesoro”, que es el “Evangelio de la gloria de Cristo”, está depositado en recipientes de barro, es decir, en personas, como Pablo y como cualquier otro apóstol, limitadas, débiles, frágiles. La Biblia en tantas páginas documenta desde siempre este hecho, es una constante del obrar de Dios el servirse de instrumentos humanamente insignificantes. Y esto, observa Pablo, para que no se corra el peligro de atribuir al instrumento humano el mérito del resultado, sino siempre y sólo a la potencia de Dios. Y Pablo, con una serie pintoresca de palabras, describe a un tiempo la precariedad congénita de su situación existencial, como si fuese un animal buscado de cerca por cazadores y perros o un púgil agotado cercano a la rendición definitiva, y la misteriosa energía que cada vez lo vigoriza y lo relanza.

Pero Pablo intuye una realidad todavía más sublime, es decir que precisamente la experiencia del límite, de la persecución, de la tribulación, vivida con amor y fidelidad al proyecto del Señor, es el modo concreto para participar en los sufrimientos y en la muerte de Cristo; más aún, para renovar y completar esta oferta total de Jesús. Pero como él ha triunfado de la muerte y de la hostilidad de sus enemigos, así los apóstoles que comparten sus contradicciones y su muerte participan en la potencia victoriosa de su resurrección. No sólo, estos sufrimientos soportados por causa de Jesús y siguiendo su ejemplo se convierten en principio de vida y de salvación para los fieles. Pablo no es, por lo tanto, un soñador, no tiene una visión ingenua y romántica de su vocación apostólica, sabe que la potencia de Dios, que está también en acción en su vida, no le garantiza un salvoconducto, ni le hace invulnerable como los héroes de las historias caricaturescas.


2) Un tesoro que se hace sólido por la fe (vv. 13-18)


Este lúcido y realista conocimiento no bloquea a Pablo, no le encoge, no le paraliza. Él sigue hablando, obrando, porque se apoya en el sólido fundamento de la fe: Nosotros creemos y por eso hablamos (v. 13), la fe en la fuerza de la resurrección, que, como ha desarrollado su energía en Jesús, así desarrolla sus efectos en los apóstoles. En parte, estos efectos son comprobables en seguida y por esta ‘gracia’, verificable para quien tiene ojos de fe ya ahora, se multiplica el himno de alabanza a la gloria de Dios.

Pero la maduración completa de los frutos de la resurrección sucederá al final, cuando, dice estupendamente San Pablo, Dios nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos presentará ante él juntamente con vosotros (v. 14). Y es precisamente el conocimiento de este pesado caudal de gloria eterna (v. 17), y es precisamente la mirada fija en las cosas invisibles (v. 18) el motivo del optimismo y de la confianza de Pablo. Por esto, no nos desanimamos (v. 16), a pesar de que las dificultades, las luchas, las tribulaciones vayan consumando y deteriorando las fuerzas físicas del apóstol. Y Pablo, en diversos versículos, profundiza ulteriormente la reflexión sobre este su destino final, que es la razón última y sólida de su esperanza.



Algunos testimonios en perspectiva de actualización existencial


1) “El monte del Calvario es el monte de los amantes. Todo amor que no proviene de la Pasión del Señor es frívolo y caduco. Desgraciada la muerte sin el amor del Salvador” (San Francisco de Sales).


2) “Somos discípulos de un maestro doliente y humillado. Somos llamados a seguirlo en el Tabor rara vez, en el Calvario con frecuencia, antes de seguirlo en la Ascensión en el monte de los Olivos” (Dom Leodey).


3) “El momento en que Jesús es entregado a los que hacen de él lo que quieren es un momento de viraje en el ministerio de Jesús. Significa el paso de la acción a la pasión. Después de años de enseñanza, de predicación, de curaciones, en que iba donde quería, Jesús es entregado a los caprichos del enemigo. Las cosas ya no están hechas por él, sino que se le hacen a él. Es importante para mí comprender que Jesús cumple su misión no por lo que hace, sino por lo que se le hace. Como para cualquier otro, gran parte de mi vida está determinada por lo se me hace, y es por esto pasión. Sólo pequeñas partes de mi vida son determinadas por lo que pienso, digo y hago. Soy proclive a protestar contra esto y a querer ser todo acción, que todo sea hecho por mí. Pero la verdad es que mi pasión es una parte de mi vida mucho más grande que mi acción” (Nouwen).


4) “En la vieja Catedral de Molfetta hay un gran Crucifijo de terracota. Lo ha regalado un artista del lugar. El párroco, a la espera de colocarlo definitivamente, lo ha puesto en la pared de la sacristía y ha colocado un cartón con la frase: Colocación provisional. El escrito, que en un primer momento yo lo había cambiado como título de la obra, me pareció providencialmente inspirado. Colocación provisional. Pienso que no haya fórmula mejor para definir la Cruz. La mía, tu cruz, no sólo la de Cristo. ¡Ánimo! Tu cruz, aunque durase toda la vida, es siempre colocación provisional. El Calvario, donde estuvo plantada, no es zona residencial. Y el terreno de esta colina, donde se consuma tu sufrimiento, no se venderá nunca como suelo edificatorio. También el Evangelio nos invita a considerar la provisionalidad de la cruz. Hay una frase inmensa, que resume la tragedia de la creación en el momento de la muerte de Cristo: Desde mediodía hasta las tres de la tarde, toda la tierra quedó en tinieblas. Tal vez es la frase más oscura de toda la Biblia. Para mí es una de las más luminosas. Precisamente por las reducciones de horario que estrechan, como dos palas insalvables, el tiempo en que se concede a la oscuridad influir sobre la tierra. Desde mediodía hasta las tres de la tarde. He aquí las orillas que limitan el río de las lágrimas humanas. He aquí los conflictos que oprimen en espacios circunscritos todos los estertores de la tierra. He aquí las barreras dentro de las cuales se consuman todas las agonías de los hijos del hombre. Desde mediodía hasta las tres de la tarde. Sólo entonces está permitida la permanencia en el Gólgota. Fuera de ese horario, hay prohibición absoluta de estacionamiento. Después de tres horas, habrá la remoción forzada de todas las cruces. Una permanencia más larga será considerada abusiva también por Dios. ¡Ánimo! Faltan pocos instantes hasta las tres de tu tarde. Dentro de poco, la oscuridad cederá el puesto a la luz, la tierra adquirirá sus colores virginales, y el sol de la Pascua irrumpirá entre las nubes en fuga” (Mons. Tonino Bello).





ADVIENTO 2009

5 Novena de la Inmaculada

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Con Don Bosco nos ponemos en la escuela de María para renovar nuestro “Héme aquí”



El esquema propone un camino que la comunidad puede cumplir durante la meditación diaria:

Domingo 29 de noviembre: I domingo de Adviento –Visperas y Adoración Eucarística

Lunes 30 de noviembre: lectio divina sobre la Anunciación I parte

Martes 1 de diciembre: lectio divina sobre la Anunciación II parte

Miércoles 2 de diciembre: lectio divina sobre la Anunciación III parte

Jueves 3 de diciembre: meditación sobre el ”sueño de los nueve años” I parte

Viernes 4 de diciembre: meditación sobre el “sueño de los nueve años” II parte

Sábado 5 de diciembre: todo hermano medita o escribe la memoria de los comienzos de su vocación

Domingo 6: II domingo de Adviento – Vísperas y Adoración Eucarística

Lunes 7 de diciembre: todo hermano dirige o escribe su propia oración a Don Bosco.


Antes del 18 de diciembre, fecha de la renovación de la profesión por parte de toda la Congregación, la comunidad organiza un encuentro compartido en el que los hermanos pueden narrar la propia historia vocacional y comunicar lo que más les ha ayudado en la fidelidad.


Lunes 30 de noviembre - Lectio divina sobre el Evangelio de la Anunciación -- I parte (Lc 1,26-28)


  • Invocación del Espíritu Santo


  • Lectura del texto

En el sexto mes, el ángel Gabriel fue mandado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen, prometida esposa de un hombre de la casa de David, de nombre José. La virgen se llamaba María. Al entrar en su casa, le dijo: “Alégrate, llena de gracia: el Señor está contigo”.


  • Breves notas para la “lectio”

  • La visita del ángel a María evoca las visitas de Dios a diversas mujeres del Antiguo Testamento: Sara, madre de Isaac (Gen 18,9-15), Ana, madre de Samuele (1 Sam 1,9-18), la madre di Sansón (Jueces 13,2-5). A todas ellas se les anunció el nacimiento de un hijo con una misión importante en la realización del plan de Dios.


  • La narración comienza con la expresión “En el sexto mes”. Es el sexto mes de la gestación de Isabel. La necesidad concreta de Isabel, mencionada al comienzo (Lc 1, 26) y al final de la visita del ángel (Lc 1, 36-39), es el fondo de todo este episodio. La llamada de María se coloca así en el encuentro entre el proyecto eterno de Dios sobre la humanidad y la historia concreta del pequeño mundo familiar al que pertenece, en el encuentro entre el don inimaginable de la vocación a la maternidad divina y la humilde llamada a servir a su parienta anciana.


  • “Alégrate”: las palabras del ángel son no sólo un saludo, sino desde el principio un anuncio y una invitación a la alegría, que recoge y lleva a cumplimiento tantas expresiones del A.T.: “No temas, tierra; alégrate y goza, pues el Señor ha hecho obras grandes… (Jl 2, 21-23); “¡Alégrate, hija de Sión, goza, Israel, y alégrate con todo el corazón, hija de Jerusalén! El Señor ha revocado tu condena” (Sof 3, 14); “Alégrate, goza, hija de Sión, porque yo vengo a vivir en medio de ti, oráculo del Señor” (Zac 2, 14). María es la hija de Sión que recibe el anuncio de la alegría mesiánica, la alegre noticia de que está para cumplirse la venida de Dios entre nosotros.


  • “Llena de gracia”: es el nombre nuevo dado a María, el nombre que revela su identidad profunda y su vocación. María está colmada de la bendición divina, su libertad está total y establemente en armonía con el misterio de Dios. Leyendo esta afirmación en la perspectiva de la solemnidad de la Inmaculada, vemos cumplirse en María la figura de la mujer que aplasta la cabeza de la serpiente (Gn 3,15) y el anticipo de la Iglesia, esposa pura y sin mancha (Ef 5, 26), en la que todo bautizado está llamado a vivir santo e inmaculado en la caridad (Ef 1,4).


  • “El Señor está contigo”. Palabras semejantes fueron dichas también a Moisés (Ex 3,12), a Jeremías (Jer 1,8), a Gedeón (Jc 6,12) y a otros hombres y mujeres elegidos por Dios para una misión particular. La presencia de Dios en la vida del llamado es el recurso fundamental con el que él puede contar. En el caso de María, esta presencia de Dios llegará a formar el misterio abismal de la Encarnación, por el que el Hijo de Dios será hijo de María.


  • Meditatio” personal


  • Oratio” personal



Martes 1 de diciembre Lectio divina sobre el Evangelio de la Anunciación - II parte (Lc 1, 29-33)


  • Invocación del Espíritu Santo


  • Lectura del texto

29A estas palabras ella se turbó y se preguntaba qué sentido podía tener un saludo como éste. 30El ángel le dijo: “No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. 31Y he aquí que concebirás un hijo, le darás a luz y le llamarás Jesús. 32Será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David su padre y reinará para siempre en la casa de Jacob y su reino no tendrá fin”.


  • Breves notas para la “lectio”

  • “Ella quedó muy turbada”. Es la turbación que el hombre experimenta en contacto con el misterio de Dios, con sus caminos que no son nuestros caminos, con sus pensamientos que no son nuestros pensamientos. Comienza para María la percepción de deberse entregar a la iniciativa desconcertante de Dios, de deber acoger una propuesta imprevista e imprevisible; comienza para María el escándalo de la fe, que ella deberá vivir antes y más que todo creyente, en su peregrinación interior hasta la noche oscura del Gólgota.

  • “Concebirás un hijo …”. Los vv. 30-33 son el centro del trozo, la explosión del anuncio, la manifestación del don de Dios, de su omnipotencia que obra en la debilidad humana. Las palabras del Ángel se inspiran en varios pasajes mesiánicos del A.T. Se reclama aquí en particular la profecía de Natán de 2 Sam 7, 1ss.: no será David quien hará una casa (un templo) a Dios, sino Dios quien dará una casa (una dinastía) a David. A partir de esta promesa, que sobrepasa la figura de Salomón inmediato sucesor de David, se continúan en el A.T. las diversas profecías sobre el Mesías, hijo de David (Is 7, 14; Miq 4, 14; Ag 2, 23), que llevan a cumplimiento este anuncio a María.


  • “Su reino no tendrá fin”: el hijo anunciado a María inaugurará el Reino mesiánico escatológico. La riqueza de este versículo aparece en la vinculación con toda la predicación de Jesús sobre el Reino de Dios y con los textos del Nuevo Testamento que presentan la regalidad de Cristo (ej. Jn 12, 13-15; 18, 36-37).


  • Meditatio” personal


  • Oratio” personal



Miércoles 2 de diciembre Lectio divina sobre el Evangelio de la Anunciación - III parte (Lc 1,34-38)


  • Invocación del Espíritu Santo


  • Lectura del texto

34Y María dijo al ángel: “¿Cómo será eso, pues no conozco varón?” El ángel le contestó: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible”. María contestó: Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”. Y la dejó el ángel.


  • Breves notas para la “lectio”

  • “El Espíritu Santo vendrá sobre ti”. La concepción de Jesús es un evento nuevo, la primicia de la futura creación nueva obrada por la potencia engendradora de Dios que viene contra la imposibilidad de concebir de María porque todavía no conoce varón (Lc 1, 34). La sombra que el Altísimo extiende sobre María reclama la nube que de día acompañaba al pueblo en el desierto (Ex 13, 22), que ensombrecía el monte Sinaí revelando la Gloria del Señor durante seis días (Ex 19, 16; 24, 17). Es también un signo de la protección de Dios, concedida al justo que invoca el nombre del Señor y se pone en sus manos durante la prueba (Sal 17, 8; 57, 2; 140, 8). En la creación, el Espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas, señal de la potencia creadora de la palabra de Dios (Gen 1, 2).


  • “He aquí la esclava del Señor”. En el Heme aquí de María resuena el “sí” total e incondicionado de la fe frente a Dios que habla. “Bienaventurada tú que has creído”: así podrá saludar Isabel a la Virgen, que con su obediencia ha dado la vuelta a la desobediencia de Eva. En su “Heme aquí” resuenan las palabras del Salmo 40, 6: “He aquí que vengo”, que la carta a los Hebreos pone ante todo en los labios del Hijo, en el momento de su encarnación. El “Heme aquí” de María aparece así misteriosamente entrelazado con el “Heme aquí” que el Hijo eterno dice mientras asume nuestra humanidad. María usa para sí el título de esclava, sierva del Señor. Este título en Isaías representa la misión del pueblo no como un privilegio, sino como un servicio a los otros pueblos (Is 42,1-9; 49,3-6). Más tarde, Jesús mismo definirá su misión como un servicio: “¡No he venido a ser servido, sino a servir!” (Mt 20,28).


  • Meditatio” personal


  • Oratio” personal




Jueves 3 de diciembre Meditación sobre el “sueño de los nueve años” - I parte


  • Invocación del Espíritu Santo


  • Lectura del texto


De las “Memorias del Oratorio”

A aquella edad tuve un sueño que quedó profundamente grabado en mi mente para toda la vida.

En el sueño me pareció encontrarme cerca de casa, en un terreno muy espacioso, donde estaba reunida una muchedumbre de chiquillos que se divertían. Algunos reían, otros jugaban, no pocos blasfemaban. Al oír las blasfemias, me lancé inmediatamente en medio de ellos, usando los puños y las palabras para hacerlos callar.

En aquel momento apareció un hombre venerando, de aspecto varonil y noblemente vestido. Un blanco manto le cubría todo el cuerpo, pero su rostro era tan luminoso que no podía fijar la vista en él. Me llamó por mi nombre y me mandó ponerme a la cabeza de los muchachos, añadiendo estas palabras:

- No con golpes, sino con la mansedumbre y con la caridad deberás ganarte a estos tus amigos. Ponte ahora mismo, pues, a instruirlos sobre la fealdad del pecado y la belleza de la virtud.

Aturdido y espantado, repliqué que yo era un niño pobre e ignorante, incapaz de hablar de religión a aquellos muchachos; quienes, cesando en ese momento sus riñas, alborotos y blasfemias, se recogieron todos en torno al que hablaba.

Sin saber casi lo que me decía, añadí:

- ¿Quién sois vos, que me mandáis una cosa imposible?

- Precisamente porque tales cosas te parecen imposibles, debes hacerlas posibles con la obediencia y la adquisición de la ciencia.

- ¿En dónde y con qué medios podré adquirir la ciencia?

- Yo te daré la maestra bajo cuya disciplina podrás llegar a ser sabio, y sin la cual toda sabiduría se convierte en necedad.

- Pero, ¿quién sois vos que me habláis de esta manera?

- Yo soy el hijo de aquella a quien tu madre te enseñó a saludar tres veces al día.

- Mi madre me dice que, sin su permiso, no me junte con los que no conozco. Por tanto, decidme vustro nombre.

- El nombre, pregúntaselo a mi madre.


  • Esbozo para la meditación personal

    • Él me llamó por mi nombre y me mandó ponerme a la cabeza de los muchachos.

¿Tengo conciencia de haber sido llamado por Cristo a este particular estado de vida? ¿Vivo en profunda gratitud por este camino a la santidad que Dios ha pensado para mí? ¿Dedico mi tiempo y mis fuerzas a la misión salesiana que se me ha confiado?


    • Precisamente porque tales cosas te parecen imposibles, debes hacerlas posibles con la obediencia y la adquisición de la ciencia.

¿Soy consciente de que para vivir, para corresponder a mi vocación cristiana y religiosa tengo absoluta necesidad de la ayuda misericordiosa de Dios? ¿Hago del coloquio con el Superior un momento privilegiado de diálogo por mi bien y por el bien de la comunidad? ¿Me preocupo de conservar, mejorar y actualizar mi competencia educativa y pastoral?


    • Yo te daré la maestra bajo cuya disciplina podrás llegar a ser sabio, y sin la cual toda sabiduría se convierte en necedad.

¿Sé dar a la Madre de Dios un puesto singular en mi vida de apóstol salesiano? ¿Le rezo con gusto el Rosario? ¿Acudo con confianza a María Santísima que quiere con corazón de madre formar a Cristo en mí?


Viernes 4 de diciembre Meditación sobre el “sueño de los nueve años” - II parte


  • Invocación del Espíritu Santo


  • Lectura del texto: De las “Memorias del Oratorio”

En ese momento, junto a Él, vi a una mujer de aspecto majestuoso, vestida con un manto que resplandecía por todas partes, como si cada opunto del mismo fuera una estrella muy refulgente. Contemplándome cada vez más desconcertado en mis preguntas y respuestas, hizo señas para que me acercara a Ella y, tomándome bondadosamente de la mano, me dijo: - Mira.

Al mirar, me di cuenta de que aquellos chicos habían escapado y, en su lugar, observé una multitud de cabritos, perros, gatos, osos y otros muchos animales.

- He aquí tu campo, he aquí donde tienes que trabajar. Hazte humilde, fuerte, robusto; y cuanto veas que ocurre ahora con estos animales, lo deberás hacer tú con mis hijos.

En tal instante, siempre en sueños, me eché a llorar y rogué al hombre me hablase de forma que pudiera comprender, pues no sabía qué quería explicarme.

Entonces Ella me puso la mano sobre la cabeza, diciéndome:

- A su tiempo lo comprenderás todo.

Dicho lo cual, un ruido me despertó.

Quedé aturdido. Sentía las manos molidas por los puñetazos que había dado y dolorida la cara por las bofetadas recibidas.


  • Esbozo para la meditación personal

    • He aquí tu campo, he aquí donde debes trabajar.

¿Da sentido a toda mi vida el amor a los jóvenes? ¿Soy para ellos padre, hermano y amigo? Practico el cariño y el espíritu salesiano?


    • Hazte humilde, fuerte, robusto; y cuanto veas que ocurre ahora con estos animales, lo deberás hacer tú con mis hijos.

¿Soy dócil al Espíritu Santo desarrollando las actitudes y los dones de su gracia? ¿Estoy convencido de que la vida consagrada exige de mí una continua renovación y una conversión continua? ¿Está mi vida dominada por el sentido pastoral y por la pasión apostólica?


* A su tiempo, todo lo comprenderás.

¿Vivo siempre realmente lanzado hacia mi meta definitiva? ¿Pongo la Palabra de Dios y los sacramentos en el centro de mi vida espiritual? ¿Tengo confianza en que las semillas esparcidas en el campo del Reino de Dios producirán frutos de salvación?


Sabato 5 de diciembre

Todo hermano, después de haber meditado sobre la llamada de la Virgen Inmaculada y sobre el sueño vocacional de Don Bosco, está invitado a repensar cuándo advirtió la voz de Dios que lo llamaba a la vida salesiana, para prepararse a revivir con intensidad la renovación de los votos del 18 de diciembre. Puede hacer esto reflexionando o poniendo por escrito los recuerdos de la propia llamada: momentos que le han iluminado, personas significativas, experiencias que le han llevado a la decisión... En efecto, somos conscientes del valor que en la Biblia tiene el “hacer memoria” como nutrimento para la fe.


Lunes 7 de diciembre

Todo hermano puede formular,incluso escribiendo, una oración propia a Don Bosco, expresando la propia gratitud por lo que ha recibido de Dios a través de la experiencia del Fundador.


18 DICIEMBRE DE 2009

Celebración del 150°aniversario del nacimiento de la Congregación

Renovación de la profesión religiosa



Se propone la celebración eucarística jubilar del 150° aniversario del nacimiento de la Congregación. Si se considera oportuno celebrar una liturgia de la Palabra, se pueden utilizar los textos propuestos. En un atril preparado a propósito se puede exponer el libro de la Constituciones en formato grande.


G. 18 de diciembre de 1859 en Turín, en una humilde sala, 17 jóvenes alrededor de Don Bosco.

Momento sencillo que marca el nacimiento de nuestra Congregación. Humilde comienzo de una historia de hombres llamados por el Señor a seguir a Don Bosco en el ofrecer su existencia por el bien de los jóvenes.

18 de diciembre de 2009. Una historia de 150 años.

Historia de hombres santos y mártires, personas humildes, gente dotada de dones particulares, creatividad apostólica, entusiasmo, corazón pastoral, alegría, lágrimas, fatiga y grandes consuelos.

Historia de fidelidad cotidiana, testimonio valiente, caridad que calienta el corazón, abre a la sonrisa acogedora, estimula la mente y lanza a empresas cada vez más atrevidas, para que los jóvenes encuentren a Aquél que es Vida y Vida abundante.

Historia de temeridad evangélica, corazón, sonrisa, manos laboriosas de Don Bosco que llegan hasta nosotros.

En la memoria agradecida de tantos hermanos que hemos conocido, con estupor y alegría, también nosotros nos descubrimos protagonistas de esta historia de salvación.

Eucaristía. Día de acción de gracias, invocación, promesa renovada de fidelidad a Dios y a Don Bosco.



Colecta


Padre santo y bueno,

en el camino hacia el Señor que viene,

celebramos el evento del nacimiento de nuestra Congregación.

Mándanos tu Gracia para que nuestro corazón se inflame

en la fidelidad de seguir a Jesús obediente, pobre y casto

y en una vida gozosamente entregada a los jóvenes.

Por nuestro Señor Jesucristo...



Del libro del profeta Jeremías (23,5-8)


“Mirad que llegan días – oráculo del Señor – en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con este nombre: “El-Señor-nuestra-justicia”.

Por esto, mirad que llegan días – oráculo del Señor – en que no se dirá: “Vive el Señor, que sacó a los israelitas de Egipto”, sino que se dirá: “Vive el Señor, que sacó a la raza de Israel del país del Norte y de los países a donde los expulsó, y los trajo para que habitaran en sus campos”.

Palabra de Dios


Salmo responsorial (Sal 71)


Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente.


Dios mío, confía tu juicio al rey,

para que rija a tu pueblo con justicia,

a tus humildes con rectitud.


Porque él librará al pobre que clamaba,

al afligido que no tenía protector;

él se apiadará del pobre y del indigente,

y salvará la vida de los pobres

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,

el único que hace maravillas;

bendito por siempre su nombre glorioso,

que su gloria llene la tierra. ¡Amén, amén!

Canto antes del Evangelio


Alleluia, alleluia.
Oh Señor, guía de tu pueblo,
que has dado la Ley a Moisés en el monte Sinaí:
ven a liberarnos con tu poder.
Alleluia.


+ Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (Mt 1,18-24)


La concepción de Jesucristo fue así: La madre de Jesús estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo, por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, que era bueno y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: - José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta: Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Enmanuel (que significa “Dios-con-nosotros”).

Cuando José se despertó hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

Palabra del Señor.



Homilía




Renovación de la profesión y promesa de fidelidad


P. Recordando el momento del nacimiento de nuestra Congregación, escuchemos con emoción el acta histórica redactada por don Victorio Alasonatti.


"El año del Señor mil ochocientos cincuenta y nueve, el dieciocho de diciembre – así dice el acta – en este Oratorio de San Francisco de Sales en la habitación del Sacerdote Juan Bosco, a las 9 de la noche, se reunían él, el Sacerdote Alasonatti Vittorio, los clérigos Savio Angelo Diácono, Rua Michele Subdiácono, Cagliero Giovanni, Francesia Giovanni Battista, Provera Francesco, Ghivarello Carlo, Lazzero Giuseppe, Bonetti Gioanni, Anfossi Gioanni, Marcellino Luigi, Cerruti Francesco, Durando Celestino, Pettiva Secondo, Rovetto Antonio, Bongiovanni Cesare Giuseppe, il giovane Chiapale Luigi, todos con el fin y en un mismo espíritu de promover y conservar el espíritu de verdadera caridad que hiciera falta en la obra de los Oratorios para la juventud abandonada y en peligro, la cual en estos tiempos calamitosos es seducida de mil modos en daño de la sociedad y precipitada en la impiedad y en la irreligión. Agradó, por tanto, a los mismos Congregados erigirse como Sociedad o Congregación que teniendo de mira la ayuda recíproca para la santificación propia se propusiesen promover la gloria de Dios y la salvación de las almas, especialmente de las más necesitadas de instrucción y de educación, y aprobado de común acuerdo el designio propuesto, hecha una breve oración e invocadas las luces del Espíritu Santo, procedían a la elección de los miembros que debían constituir la dirección de la Sociedad para ésta y para nuevas congregaciones (comunidades o casas) si Dios quisiese favorecer el incremento”. Por tanto, unánimes los reunidos rogaban a Don Bosco, “iniciador y promotor”, que “aceptara el cargo de Superior Mayor”.


En comunión con el Rector Mayor, sucesor de don Bosco y con todos los salesianos del mundo, a 150 años del inicio de nuestra Congregación, renovamos la promesa de fidelidad a la llamada del Señor en la vida consagrada, al servicio de los jóvenes.


T. Dios Padre,

Tú me consagraste a Ti el día de mi bautismo.

Como respuesta al amor de Jesús,

tu Hijo, que me llama a seguirlo más de cerca,

y conducido por el Espíritu Santo,

que es luz y fuerza

yo, con plena libertad

te ofrezco todo mi ser,

comprometiéndome

a entregar todas mis energías

a quienes me envíes,

especialmente a los jóvenes más pobres,

a vivir en la Sociedad salesiana

en comunión fraterna de espíritu y de acción,

y a participar, de ese modo,

en la vida y en la misión de tu Iglesia.

Por esto, en presencia de mis hermanos,

renuevo el voto de vivir obediente, pobre y casto,

según el camino evangélico

trazado en las Constituciones salesianas.

Tu gracia, Padre,

la intercesión de María Santísima Auxiliadora,

de san José, de san Francisco de Sales

y de san Juan Bosco,

y mis hermanos salesianos,

me asistan todos los días

y me ayuden a ser fiel”.

Amén.


P. Pongamos nuestra firma en el texto de las Constituciones. Es el sigilo de nuestro precioso compromiso. La Gracia del Señor acompañe y sostenga nuestra fidelidad.


En clima de oración, cada uno firma la última página del texto de las Constituciones.



Oración de los fieles


P. En este día la Congregación salesiana hace memoria de sus primeros pasos. Unamos nuestras voces a todos nuestros hermanos reunidos en el mundo para interceder ante Dios nuestro Padre. Oremos juntos y digamos: Bendice a tu pueblo, Señor.


  • Don Bosco ha mostrado una fidelidad valiente al Papa y a los guías de la Iglesia. Concede, Señor, sabiduría y discerniminto a los pastores. La fidelidad al sucesor de Pedro y a nuestros obispos refuerce el testimonio de la unidad de tu Iglesia. Oremos.


  • Señor, te confiamos el Rector Mayor y su Consejo. Dales sabiduría de gobierno y fidelidad al carisma del Fundador, para que puedan guiarnos a ser atentos y audaces en favor de los jóvenes, especialmente los más pobres. Oremos.


  • Señor, tú has hecho de San Juan Bosco un interlocutor de los responsables civiles y políticos de su tiempo. Danos hoy asumir nuestra responsabilidad para hacer oír la voz de los más débiles de la sociedad. Haz que nuestro empeño y nuestra cercanía a los pobres estimule a los que nos gobiernan a una atención privilegiada para los más necesitados. Oremos.


  • Señor, nosotros te confiamos a los jóvenes, nuestros primeros destinatarios. Don Bosco, conmovido por su sufrimiento, decidió ofrecer por ellos su vida hasta el último respiro. Hoy son ellos todavía víctimas de tantas formas de violencia e injusticia. Dales el valor de la fe, de la esperanza y de la caridad para afrontar las dificultades de la vida. Oremos.


- Tantos hermanos han elegido poner su vida siguiendo a Cristo en la misión salesiana. Te

confiamos a cada uno de ellos para que la fidelidad y la alegría de su compromiso sea fuente de fecundidad y de comunión por nuestras comunidades. Oremos.


  • Señor, Tú has suscitado en el primer Oratorio de San Francisco de Sales a muchos colaboradores fieles y generosos de Don Bosco. Te confiamos todas las personas que hoy colaboran en la misión salesiana. Haz que el compromiso al servicio de los más pobres sea para ellos escuela de caridad y camino de santificación. Oremos.


P. Señor, Tú has suscitado a Don Bosco padre y maestro de una gran familia apostólica. En este día de fiesta y de acción de gracias, mira a tus hijos reunidos para renovar la opción radical de seguir a Jesús, tu Hijo. Confírmalos en la fidelidad y en el entusiasmo, para ser, entre los jóvenes, generosos anunciadores del Señor resucitado. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor.


Todos los demás textos de la celebración son los propios de la Liturgia del 18 de diciembre.



Acción de gracias después de la Comunión


Cremos que la Sociedad de san Francisco de Sales

no es sólo fruto de una idea humana,

sino de la iniciativa de Dios. (Const. 1).


Creemos que el Espíritu Santo suscitó,

con la intervención materna de María,

a san Juan Bosco,

para contribuir a la salvación de la juventud.

Formó en él un corazón de padre y maestro,

capaz de una entrega total. (Const. 1).


Para prolongar en el tiempo esta misión suya,

lo guió en la empresa de dar vida a diferentes fuerzas apostólicas,

la primera entre todas nuestra Sociedad. (Const. 1).


Creemos que a cada uno de nosotros Dios

lo llama a formar parte de la Sociedad salesiana

y para esto recibe de Él dones personales. (Const. 22).


Creemos que nuestra vocación tiene el sello

de un don especial de Dios:

la predilección por los pobres. (Const. 7).

Creemos que la profesión religiosa

es signo del encuentro de amor entre el Señor que llama y el discípulos que responde

entregándose totalmente a Él y a los hermanos. (Const. 23).


Creemos que la vocación salesiana

nos sitúa en el corazón de la Iglesia

y nos pone plenamente al servicio de su misión. (Const. 6).


Creemos que la acción del Espíritu Santo es para nosotros

fuente permanente de gracia y apoyo en el esfuerzo diario de crecer

en el amor perfecto Dios y a los hombres. (Const. 25).


Creemos que María está presente entre nosotros

y continúa su misión de Madre de la Iglesia

y Auxiliadora de los cristianos. (Cost. 8).



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