Savio|Lecturas

6 de mayo

SANTO DOMINGO SAVIO

Adolescente
Fiesta

Domingo Savio tuvo una vida muy sencilla, pero en poco tiempo recorrió un largo camino de santidad, obra maestra del Espíritu Santo y fruto de la pedagogía de san Juan Bosco.

Había nacido en San Giovanni di Riva (cerca de Chieri, provincia de Turín) en una familia pobre de bienes materiales, pero rica de fe. Su niñez quedó marcada por la Primera Comunión, hecha con fervor a los siete años, y se distingue por el cumplimiento del deber. A sus doce años tuvo lugar un acontecimiento decisivo: el encuentro con san Juan Bosco, que lo acogió, como padre y guía, en Valdocco (Turín) para cursar los estudios secundarios. Al descubrir entonces los altos horizontes de su vida como hijo de Dios, apoyándose en su amistad con Jesús y María, se lanza a la aventura de la santidad, entendida como entrega total a Dios por amor. Reza, pone empeño en los estudios, es el compañero más amable. Sensibilizado en el ideal del Da mihi ánimas de san Juan Bosco, quiere salvar el alma de todos y funda la Compañía de la Inmaculada, de la que saldrán los mejores colaboradores del fundador de los Salesianos.

Habiendo enfermado de gravedad a los quince años, regresa al hogar paterno de Mondonio (provincia de Asti), donde muere serenamente el 9 de marzo de 1857 con la alegría de ir al encuentro del Señor. Pío XII lo proclamó santo el 12 de junio de 1954.

Del Común de santos varones. Donde se celebra con el grado de solemnidad, las I Vísperas pueden tomarse, total o parcialmente, de las Vísperas de la fiesta.

Invitatorio

Ant. Aclamemos al Señor, nuestro Dios, en la fiesta de santo Domingo Savio, Aleluya.

El salmo invitatorio, como en el Ordinario.

Oficio de lectura

HIMNO

Con gracia de anunciaciones
y ecos de ala, se han llenado
los caminos que se extienden
desde Mondonio a Murialdo.


Las distancias que otras veces
con fatiga se alargaron,
parece que hoy ni siquiera
las siente Domingo Savio.


Don Bosco lo aguarda, sabe
cosas bellas del muchacho.
Quiere comprobar por si
el portentoso milagro.


¡Qué encuentro! Domingo quiere
ser el mejor de los paños.
Don Bosco entiende que es sastre
de aquel ángel, de aquel santo.


Y parece que repiten
paño y sastre, sastre y paño,
los caminos que se extienden
desde Mondonio a Murialdo.


A ti, Señor, la alabanza
humilde de nuestro canto:
gracias porque eres tan grande
y magnífico en tus santos. Amén.


O bien cirro himno o canto apropiado, aprobado por la autoridad eclesiástica.

Ant. 1. El Señor lo colmó de bendiciones, y él halló gracia en su presencia. Aleluya.

Salmos, del Común de santos varones.

Ant. 2. El Señor lo santificó en la fidelidad y docilidad, y le mostró su gloria. Aleluya.

Ant. 3. El justo crecerá como lirio: florecerá por siempre en presencia del Señor. Aleluya.

V. El Señor lo amó y le colmó de honor. Aleluya.
R. Lo vistió de gloria. Aleluya.


PRIMERA LECTURA

Del libro del Apocalipsis 14,1-3.4b-5; 19,5-9

Dichosos los invitados
al banquete de bodas del Cordero

En aquellos días, yo, Juan, vi al Cordero de pie sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que llevaban grabado en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre. Oí también un sonido que bajaba del cielo, parecido al estruendo del océano y como el estampido de un trueno poderoso; era el son de arpistas que tañían sus arpas delante del trono, delante de los cuatro vivientes y los ancianos, cantando un cántico nuevo.

Nadie podía aprender el cántico fuera de los ciento cuarenta y cuatro mil, los adquiridos en la tierra. Estos son vírgenes y siguen al Cordero adondequiera que vaya; los adquirieron como primicias de la humanidad para Dios y el Cordero. En sus labios no hubo mentira, no tienen falta.

Y salió una voz del trono que decía:

«Alabad al Señor, todos sus siervos,

los que le teméis, pequeños y grandes».

Y oí algo que recordaba el rumor de una muchedumbre inmensa, el estruendo del océano y el fragor de fuertes truenos. Y decían:

«Ha empezado a reinar el Señor, nuestro Dios, dueño de todo,

alegrémonos y gocemos y démosle gracias.

Porque ha llegado la boda del Cordero,

la esposa se ha embellecido,

y se le ha regalado un vestido

de lino deslumbrante de blancura».

El lino son las buenas acciones de los santos.

Luego me dice: «Escribe: Dichosos los invitados al

banquete de bodas del Cordero». Y añadió: «Estas pala‑

bras verídicas son de Dios».


RESPONSORIO Ap 14,2; 11,17; 12,10; 19,5

R. Oí un sonido que bajaba del cielo, como el estampido de un trueno poderoso: «Reina nuestro Dios para siempre, * Porque se estableció la salud y el poderío y la potestad de su Cristo». Aleluya.

V. Y salió una voz del trono que decía: «Alabad a nuestro Dios todos sus fieles, pequeños y grandes». * Porque se estableció.


SEGUNDA LECTURA

De la Vida de Domingo Savio, escrita por san Juan Bosco, presbítero

(Opere edite, 11, Roma 1976 [187 ss.] pássim)

Antes morir que pecar

Es propio de la edad juvenil mudar con frecuencia de propósito y voluntad, y no pocas veces ocurre que hoy quiere una cosa y mañana otra, hoy practica una virtud en grado eminente y mañana todo lo contrario. No sucedió así con Domingo Savio, pues todas las virtudes crecieron en él juntas, sin que una fuera en detrimento de otra.

Nada más ingresar en la casa del Oratorio, su vista se fijó en una inscripción que decía en letras cubitales: Da mihi ánimas, cétera talle. Reflexionó Domingo un momento y exclamó: «Ya entiendo; aquí no se trata de negocios de dinero, sino de salvar almas; espero que también la mía entre en tal mercado». Aquí comenzó un ejemplar

tenor de vida y una exactitud en el cumplimiento de sus deberes que difícilmente podría superarse.

En la tarde del 8 de diciembre de 1854, día de la definición dogmática de la Inmaculada Concepción, fue, por consejo de su confesor, al altar de María, renovó allí las promesas de su Primera Comunión y después dijo una y otra vez las siguientes palabras: «María, te doy mi corazón; Jesús y María, sed siempre mis amigos; pero, por amor vuestro, haced que muera mil veces antes que tener la desgracia de cometer un solo pecado».

Hacía ya seis meses que estaba en el Oratorio, cuando oyó una plática sobre lo fácil que es llegar a ser santo. Aquella plática fue para Domingo como una chispa que inflamó su corazón en amor de Dios. «Siento —decía—como un deseo y una necesidad de hacerme santo. Ahora que he visto que uno puede muy bien ser santo sin perder la alegría, quiero formalmente y necesito perentoriamente ser santo. Dios quiere que sea santo y lo he de ser. Quiero ser santo y no viviré en paz hasta que lo consiga.»

Había tanta naturalidad en su compostura exterior, que se hubiera asegurado que era el Señor quien lo había hecho así. Pero quienes lo trataron de cerca o intervinieron en su formación podrían afirmar categóricamente que en él se daba un gran esfuerzo humano, aunque siempre apoyado en la gracia de Dios.

Domingo empezó por elegir un confesor, al que acudía con regularidad. Su preparación a la comunión era devota y edificante; la acción de gracias, sín límites de tiempo. Entre los dones con que Dios lo enriqueció, descollaba el fervor con que hacía sus oraciones. Muchas veces se quedaba como arrobado en éxtasis y, si luego le preguntaban, decía: «Me parece ver cosas de belleza incomparable. Tengo la impresión de que se me abre el cielo sobre la cabeza».

Lo primero que se le aconsejó para llegar a ser santo, fue que se esforzara por ganar almas para Dios. Esta idea se convirtió en una preocupación que nunca lo abandonaba. Leía con preferencia la vida de los santos que más habían trabajado por la salvación de las almas. Le entusiasmaba

hablar de los misioneros. Más de una vez le oí decir: «¡Qué feliz sería si pudiese ganar para Dios a todos mis compañeros! ¡Cuántas almas esperan nuestro apostolado!». El pensamiento de las almas lo acompañaba en todo momento.

Murió con una sonrisa de paraíso en su semblante.


RESPONSORIOSal 14,1-2; Mt 7,21

R. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda y habitar en tu monte santo? * El que procede honradarnenty practica la justicia, el que tiene intenciones leales y no calumnia su lengua. Aleluya.

V El que cumple la voluntad de mi Padre entrará en el reino de los cielos. * El que procede.

HIMNO Te Deum.

La oración, como en Laudes.

Laudes

HIMNO

Señor, esta mañana nos alegras
con el recuerdo de Domingo Savio.
¡Qué pureza la suya! Blanca nieve
de la montaña herida por el sol.


Y ¡qué fuerza prendida en su palabra!:
«Señor, antes la muerte que el pecado».
¡Y qué prisa en el aire de su vuelo?:
«Puedo y quiero ser santo, pronto santo».


Señor, y tú guiabas su camino,
y eras la ligereza de sus pasos;
y le diste la gracia de ser joven
que cumplió en breves días muchos años.


Y lo guiaba tu sabiduría
para elegir amigos y ganarlos;
para vivir el día y la alegría,
y abrir el corazón, los ojos claros.


Gracias, Señor, por la pureza joven
y por la santidad de este muchacho.
Y que un día podamos ver tu rostro
en compañía de Domingo Savio. Amén.


O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autoridad eclesiástica.

Ant. 1. Te mantuviste fiel hasta la muerte, y recibiste del Señor una corona de gloria. Aleluya.

Los salmos y el cántico, del domingo de la semana I.

Ant. 2. Fieles del Señor, cantadle himnos y ensalzad su santo nombre. Aleluya.

Ant. 3. Mi fuerza y mi canto es el Señor: él fue mi salvación. Aleluya.


LECTURA BREVEUn 3,1-2

Ved qué amor tan grande nos ha mostrado el Padre: que nos llamamos hijos de Dios y lo somos. Por eso el mundo no nos reconoce, porque no lo reconoce a él. Queridos, ya somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando aparezca, seremos semejantes a él y lo veremos como él es.


R. La ley de Dios en el corazón de los santos. * Aleluya, aleluya. La ley de Dios.

V Su camino es derecho y seguro. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. La ley de Dios.


Benedictus, ant. Domingo Savio, consagrado en cuerpo y alma al Señor, caminó en su presencia con santidad y justicia. Aleluya.


PRECES

Alabemos a Dios, nuestro Padre, que se digna revelar a las almas sencillas los misterios de su Reino, y digámosle: Gloria y honor a ti, Señor.

Padre, que hiciste nacer a Domingo Savio en una familia rica de virtudes cristianas,

  • bendice a nuestras familias y ayuda a los padres en su misión de educadores.

Tú que inspiraste a Domingo Savio un deseo ardiente de hacerse santo,

  • danos la gracia de ofrecerte con alegría toda nuestra vida.

Desde la niñez atrajiste a Domingo Savio hacia el misterio eucarístico de tu Hijo,

  • haz que celebremos la Eucaristía con fe viva y participemos con gozo en el don de tu amor.

Hiciste que Domingo Savia comprendiera que amarte a ti es la fuente de la verdadera alegría,

  • ayúdanos a encontrar la felicidad en la comunión contigo y en el servicio al prójimo.

Mientras esperaban al Espíritu Santo prometido, los discípulos eran constantes y unánimes en la oración con María, madre de Jesús,

  • que la Virgen Santísima extienda su protección sobre cuantos se esfuerzan por vivir en tu amistad.

Padre nuestro.

Oración

Oh Dios, fuente de todo bien, que en santo Domingo Savio ofreces a los adolescentes un ejemplo admirable de caridad y de pureza: concédenos también a nosotros crecer como hijos en la alegría y en el amor hasta la estatura de Cristo. El que vive y reina contigo...

Hora intermedia

Se dice el himno más apropiado a la hora de la celebración; tos salmos, con sus antífonas, de la feria correspondiente.

Tercia

LECTURA BREVERom 8,9-11

Pero vosotros no seguís el instinto, sino al Espíritu, si es que el Espíritu de Dios habita en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Jesucristo, no le pertenece.

Pero si Jesucristo está en vosotros, aunque el cuerpo muera por el pecado, el espíritu vivirá por la justicia. Y sí el Espíritu del que resucitó a Jesucristo de la muerte habita en vosotros, el que resucitó a Jesucristo de la muerte dará vida a vuestros cuerpos mortales, por el Espíritu suyo que habita en vosotros.

V. El Señor conduce al humilde por sendas llanas. Aleluya.

R. Y les muestra el reino de Dios. Aleluya.

Sexta

LECTURA BREVElJn 5,2-4

Sabemos que amamos a los hermanos cuando amamos a Dios cumpliendo sus mandamientos, porque amar a Dios significa cumplir sus mandamientos.

Sus mandamientos no son una carga, porque todo el que nace de Dios vence al mundo, y esta es la victoria que ha derrotado al mundo: nuestra fe; pues, ¿quién puede vencer al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

Y. Dichoso el hombre que teme al Señor. Aleluya. R. Y se complace en sus preceptos. Aleluya.

Nona

LECTURA BREVEFlp 4,8.9b

Por lo demás, hermanos, ocupaos de cuanto es verdadero, noble, justo, puro, amable y loable, de toda virtud y todo valor. Y el Dios de la paz estará con vosotros.

Y. Que se alegren los que se acogen a ti. Aleluya.

R. Que se llenen de gozo los que aman tu nombre. Aleluya.

La oración, como en Laudes.

Vísperas

Himno, como en el Oficio de lectura.

O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autoridad eclesiástica.

Ant. 1. En mi corazón escondo tus consignas; tu voluntad es mi delicia. Aleluya.

Los salmos y el cántico, del Común de santos varones.

Ant. 2. Principio de la sabiduría es el temor del Señor, tienen buen juicio los que lo practican. Aleluya.

Ant. 3. Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has revelado estas cosas a la gente sencilla. Aleluya.


LECTURA BREVEI Cor 1,27-30

Antes bien, Dios ha elegido los locos del mundo para humillar a los sabios. Dios ha elegido a los débiles del mundo para humillar a los fuertes, a los plebeyos y despreciados del mundo ha elegido Dios, a los que nada son, para anular a los que son algo. Y así nadie podrá engreírse frente a Dios.

Gracias a Él vosotros sois de Jesucristo, que se ha convertido para vosotros en sabiduría de Dios y justicia y consagración y redención.


RESPONSORIO BREVE

R. El Señor lo amó y lo enalteció. * Aleluya, aleluya.

V Le dio una vestidura de gloria. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. El Señor lo amó.

Magníficat, ant. Delante del trono de Dios y del Cordero, Domingo canta un cántico nuevo con el coro de los elegidos. Aleluya.


PRECES

Bendigamos e invoquemos a Dios, nuestro Padre, que nos invita a ser santos porque él es santo: Guíanos, Señor, por tus caminos.

Padre, tú que inspiraste a santo Domingo Savio la elección de Jesús como amigo y maestro,

  • atrae a los jóvenes hacia tu Hijo para que hallen en él el sentido de su vida personal.

Tú que diste a Domingo Savio en san Juan Bosco un guía espiritual y prudente y seguro,

  • haz que los muchachos y los jóvenes puedan hallar en quienes los educan en la fe un corazón abierto y sincero.

Tú dotaste a Domingo Savio, apóstol entre sus compañeros, de un corazón generoso para que se interesara por las necesidades de todos,

  • infunde en los jóvenes el deseo de orientar su vida al servicio del prójimo.

Desde muy joven, Domingo Savio se puso en manos de la Santísima Virgen,

  • suscita en el corazón de los jóvenes un amor fuerte y tierno a su Madre del cielo.

Domingo Savio murió con la firme esperanza de ir al paraíso,

  • concede a los fieles difuntos ser recibidos por ti, que eres la dicha sin fin.

Padre nuestro.

La oración, como en Laudes.

Completas

Como en el Salterio del día.