Cómo educar y evangelizar hoy en el hábitat digital

PARTE V

Cómo educar y evangelizar hoy en el hábitat digital

Una de las mayores transformaciones que ha cambiado radicalmente nuestra forma de comunicarnos es la era digital. Un verdadero cambio de época que afecta los diversos aspectos de nuestras vidas y nuestro modo de vivir cotidiano, como educar a los jóvenes, trabajar y viajar.

Debemos ser conscientes que acceder a internet y las redes sociales, para evangelizar en el ámbito católico, es una tarea muy difícil, que requiere una visión clara y una mente abierta, ya que evangelizar hoy en día se convierte en un desafío. ¿Cuál, podría ser entonces, la actitud o el método correcto de acercamiento para esta finalidad?

La Iglesia, a través de su propia historia y de su gran sabiduría, como guía y educadora de las misiones, puede ofrecernos ejemplos tangibles y orientaciones, para poder evangelizar en cualquier lugar, en cualquier contexto.

Quisiera tomar como ejemplo el texto del Buen Pastor (Jn 10), porque, a mi juicio, encontramos en el modo de comunicar de Jesús una luz y una guía para esta reflexión que estamos haciendo juntos.

En primer lugar, debemos subrayar que toda comunicación humana requiere una dinámica que incluye un lenguaje, una actitud, procesos y una relación directa con la persona con la que queremos iniciar un camino de interacción.

En esta dinámica, la palabra “nivel” es un punto de partida muy importante. El nivel de comunicación con alguien indica quién es la persona con la que quiero interactuar a través de su cultura, su edad, su interés, su experiencia, dónde se encuentra en su camino de fe.

Comunicar partiendo del entender el nivel con los demás, nos ayuda a no crear un tipo de comunicación que realmente corre el riesgo de generar confusión y dispersión, además del peligro de una supra posición (es decir, poder dejar a una persona lo que no quiere o no sabe ) .

De hecho, comunicar partiendo de la comprensión del nivel de relación, nos ayuda a comprender cuál es el nivel de diálogo con una persona, con un grupo, con una multitud. En todo caso, es necesario entender la dinámica del primer contacto, quiénes son estas personas, qué queremos, por qué estoy ahí.

Es interesante aplicar esta idea del nivel de comunicación analizando el método utilizado por Jesús, que en un contexto y una cultura totalmente diferente a la actual, respetó precisamente este mismo proceso.

Jesús habla individualmente con la gente (la mujer del pozo), con dos personas, con un grupo pequeño, con un grupo más grande, con la multitud. Cada reunión requiere, como hemos dicho anteriormente, un procedimiento diferente para lograr los objetivos.

Profundicemos ahora un poco más examinando algunos aspectos humanos, siguiendo esta dinámica de los niveles.

Uno de los elementos principales se llama confianza. Es propio de la persona humana entablar un diálogo con el otro a partir de los grados de confianza. ¿Confío o no confío? La confianza nos permite abrirnos y comenzar el proceso de compartir información verdadera sobre mi vida.

Otro aspecto es, por ejemplo, la credibilidad en la relación. ¿Quién es esta persona, cuál es su historia, su experiencia, cuáles son sus valores, en qué me puede ayudar?

Otro factor es la experiencia que tiene la persona, en analogía con la verdad de las cosas, de la relación que se ha creado, de lo que quiere decirme, escuchar, compartir conmigo. ¿Es todo esto cierto?

Es pues evidente que este proceso de relación a través del nivel no es nada sencillo. No hay una regla que diga: se hace así o no. Es un camino que aprendemos con la vida, a través de los errores y también a través de nuestra forma de comunicarnos.

Podemos poner en práctica esta dinámica de nivel en nuestra forma o medio de comunicarnos, o en la forma personal de relacionarnos con una persona, en una chat en la escuela, en la Iglesia, en Internet.

Volviendo al camino de Jesús como comunicador (El Buen Pastor, Juan 10,1-30), vemos los pasos del proceso comunicativo que da la confianza.

14 Yo soy el buen pastor, conozco a mis ovejas y mis ovejas me conocen a mí, 15 así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre; y doy mi vida por las ovejas. 16 Y tengo otras ovejas que no son de este redil; a éstas también debo conducir. Escucharán mi voz y serán un solo rebaño, un solo pastor. 17 Por eso me ama el Padre: porque ofrezco mi vida, para luego tomarla de nuevo. 18

La afirmación que hace es muy interesante: "Yo soy el buen pastor". Aquí está quién habla, aquí está su identidad.

Yo conozco a mis ovejas”. Significa que Jesús conoce a sus interlocutores.

Escucharán mi voz y serán un solo rebaño y un solo pastor”. El aspecto de la voz es de gran importancia en la comunicación porque la voz revela la interioridad de la persona, sus sentimientos, estados emocionales, su carácter.

Por esto el Padre me ama: porque ofrezco mi vida…”. Jesús hace referencia al Padre, a la autoridad, al que es el referente de Jesús, y la expresión muy fuerte que traduce la totalidad del mensaje es la profundidad de la relación y la credibilidad del comunicador: dando vida, el diálogo se vuelve curación.

Es evidente que en este pasaje hay un significado teológico que podemos trasladar al nivel del funcionamiento de la comunicación.

¿Cuál es la forma con la que Jesús genera confianza y credibilidad al comunicarse con la gente? Encontramos algunos verbos en este pasaje del Buen Pastor que son muy significativos y podemos aplicarlos al proceso de confianza en la comunicación humana:

Jesús: "escucha", "se acerca", "oye", "confirma", "ama", "se entrega". Su palabra, su presencia, su persona, su actitud crean un proceso para asegurar la dinámica humana y espiritual de la comunicación.

Jesús conoce muy bien otros tipos de comunicación. En este texto se refiere al "comunicador" que, como "mercenario, abandona a sus ovejas".

En este punto es interesante notar que en otras ocasiones este proceso, con diferentes personas o grupos, ha ido en direcciones opuestas. Ciertamente no porque Jesús se haya equivocado en su procedimiento de comunicación, sino porque la gente era verdaderamente cerrada, se acercaba a Jesús sólo por interés ideológico (los fariseos, por ejemplo).

La experiencia de vida, la credibilidad de nuestra persona, la forma en que vivimos, los valores que proponemos, son elementos que crean nuestra credibilidad para crear confianza.

La comunicación a través de uno mismo conduce a una dinámica y a una lógica: se necesita coherencia y veracidad. Hay varios elementos que componen esta dinámica. Por ejemplo: el testimonio de quien comunica valores perceptibles que se transmiten, la relación entre lo dicho y lo vivido, la relación entre la experiencia y el mensaje.

Además, quien comunica y quiere crear confianza para entrar en el dinamismo de la comunicación, con una persona o un grupo, necesita expresar a través del lenguaje verbal (palabras) y no verbal (cuerpo, expresión facial, voz), una coherencia entre lo que se dice, que es creencia y verdad.

Jesús, de una manera muy original, se comunica como el Buen Pastor y el mensaje es muy claro: "vida eterna". ¿Hablar por quién? En el nombre del Padre, ¿quién le dio a Jesús esta autoridad? “Recibí este mandato de mi Padre”. ¿Qué es lo que da credibilidad al mensaje de Jesús? Entregar su vida con amor. La manera de comunicar de Jesús es de gran significado y coherencia desde el principio hasta el fin.

En la analogía de la comunicación tenemos que comparar tanto la persona como el comunicador, y su método, y lo que quiere comunicar y en nombre de quién.

En la metodología de comunicación a través de internet y redes sociales es importante tener claro este proceso, de lo contrario la comunicación se convierte en información genérica y fragmentada, actitud técnica que no favorece el crecimiento de las personas, generando en ocasiones desconfianza, crítica o conflicto.

Evangelizar y educar en el mundo digital requiere, por tanto, un conocimiento claro de algunos de estos procesos y líneas de comunicación.

En la próxima reunión hablaremos del anuncio en internet y en las redes sociales. ¿Es posible? ¿Cómo?