Líneas orientativas para la producción editorial Salesiana - ACG390


ORIENTACIONES Y DIRECTRICES


    1. . LÍNEAS ORIENTATIVAS

PARA LA PRODUCCIÓN EDITORIAL SALESIANA



Don Tarcisio SCARAMUSSA




El hecho del 120º aniversario de la Carta de Don Bosco sobre “La Difusión de los buenos libros” nos invita a relanzar la producción editorial salesiana en fidelidad a Don Bosco en el nuevo contexto de la historia.


La producción editorial salesiana es actualmente bastante amplia. Basta hacer referencia a la cantidad de nuestras empresas de comunicación y de información: 61 editoriales, 17 centros audiovisuales, 33 emisoras de radio, 22 emisoras de TV, muchas oficinas de prensa, 29 tipografías, 89 librerías, 122 salas de teatro-cine. En estas empresas, como también en tantas otras iniciativas, se concentra nuestra producción de mensajes, de forma impresa y/o digitalizada, de libros y de revistas (entre las que sobresale el BS en sus 55 ediciones en 28 lenguas, 29 de las cuales online), de periódicos, de noticiarios, de folletos, de posters, de otros productos de papel, como también en forma de programas para Radio y Televisión, y también valiéndose de los diversos tipos de media de los sitios web y de audiovisuales con aplicaciones video, CD, DVD.


En su mensaje a la Consulta mundial para la Comunicación Social Don Pascual Chávez, 9º sucesor de Don Bosco, afirmaba: “Nuestras obras de la Comunicación Social son un recurso... El panorama de nuestras editoriales, de los centros de producción audiovisual, de las publicaciones de imprenta es impresionante. Pero debemos preguntarnos acerca de la calidad, del espesor cultural, de las sinergias que estamos en condiciones de activar”. E indicaba cuáles son los desafíos de base: “Si la Iglesia está llamada a ‘integrar el evangelio en la nueva cultura de los media’ (JUAN PABLO II, Redemptoris Missio, 37), nosotros educadores estamos llamados igualmente a ‘integrar’ la sabiduría educativa, los valores recibidos, los modelos de comportamiento asimilados, el sistema preventivo, con el ‘mundo nuevo’ representado y difundido por los mass-media”1. En su última carta de junio de 2005, el Rector Mayor ha profundizado la importancia de este deber.


La Consulta mundial para la Comunicación Social se hacía eco de la misma petición, reclamando la necesidad de volver a dar nuevo vigor a nuestra comunicación, al compromiso cultural en los diversos países, con la salvaguardia de la tradición cultural salesiana expresada en las editoriales, enriquecida hoy con las nuevas posibilidades de las tecnologías multimediales, informáticas y telemáticas, sin olvidar las expresiones comunicativas características de la educación salesiana, como el teatro, la música, el arte y la literatura.


En el rico recorrido de la experiencia de la Congregación se han dado diversas líneas orientativas para el campo de las publicaciones que tienen todavía su valor de referencia. Recordemos en particular:

  • la carta de Don Luigi Ricceri “Las noticias de familia” (1977), en el centenario del Boletín Salesiano, sobre la importancia de la información salesiana2;

  • la carta de Don Egidio Viganò “La comunicación social nos interpela” (1981), con el apartado “promoción de la información salesiana”3;

  • las orientaciones del Consejero general Don Giovanni Raineri (1981) que presentaba el pensamiento y la práctica de Don Bosco como referencia para un programa de la editorial salesiana4;

  • la intervención programática de Don Juan E. Vecchi a los directores del Boletín Salesiano (1998), con orientaciones que se aplican a la editorial en sentido más amplio, en particular para la información5;

  • la carta de Don Vecchi “La comunicación social en la misión salesiana” (1999), de modo particular cuando se refiere a los compromisos de las Inspectorías6;

  • las normas y orientaciones esparcidas en las Constituciones y en los Reglamentos, en los documentos de los Capítulos generales, en las Actas del Consejo General, en las publicaciones oficiales del Dicasterio para la Comunicación Social7 y otras de la rica experiencia de las Inspectorías.


Basándonos en estas líneas, apuntamos ahora más bien al renacimiento de un movimiento editorial más intenso, cualificado y articulado, que responda cada vez mejor a las exigencias efectivas de los jóvenes y de los ambientes populares en el mundo de hoy y que manifieste una voz y opinión salesiana y común, en el respeto del pluralismo de las diversas realidades.



  1. Referencias y criterios de base para la editorial salesiana



La producción editorial salesiana es una respuesta actual a las necesidades de la misión salesiana de educación y evangelización de la juventud, con atención particular a los más pobres y a los ambientes populares. No es cuestión sólo de emitir buenos mensajes. Es necesario saber en qué contexto se desarrolla nuestra misión, para dialogar, intervenir e incidir significativamente en la sociedad.


Esto exige una consciente colocación en las coordenadas de la cultura, de la Iglesia y de la Congregación:


* En el hoy de la sociedad y de la cultura: percibiendo las oportunidades y los desafíos del contexto de mercado de la “sociedad de la información”, y los signos del tiempo expresados en los temas y agendas mundiales del momento –no en el sentido superficial de la moda, sino en su valor existencial de cuestiones que cuentan, de necesidades antropológicas, de peticiones de sentido, de referencia, de fe. Por un lado, se trata de afrontar la concurrencia con la oferta diferenciada y original de propuestas editoriales de efectiva incidencia en la sociedad, siempre en actitud de servicio y de colaboración con las fuerzas activas que apuntan a cambiar la situación en el mundo. Por otro lado, es preciso unir la reflexión y los contenidos evangélicos a la realidad existencial de los destinatarios, superando el formato vertical del dogmatismo y del adoctrinamiento.


* En el hoy de la Iglesia: colocándose bien dentro de ella, en comunión con el Papa, con la Iglesia particular, con la vida consagrada, con el movimiento ecuménico y el diálogo interreligioso, con atención a la hora y al movimiento actual de la Iglesia y a las necesidades de la evangelización, en coherencia con las líneas, las reflexiones y los procesos provenientes del Concilio Vaticano II y de las Conferencias Episcopales.


* En el hoy de la Congregación y de la Familia Salesiana: tomando en consideración el tiempo salesiano que estamos viviendo, en sintonía con la vida dinámica de la Congregación y de la Familia Salesiana, con las líneas fundamentales de la pastoral juvenil salesiana, con las coordenadas de los Capítulos Generales –de modo particular de los más recientes, con la consiguiente programación del Rector Mayor y de su Consejo-, y de los Capítulos Inspectoriales, con las reflexiones y estudios críticos actualizados de espiritualidad, de pedagogía, de historia salesiana.


Dentro de estas coordenadas, la política de Comunicación Social de la Congregación Salesiana se orienta sobre criterios que caracterizan los rasgos diferenciados de la acción salesiana, y que indican las grandes opciones y el estilo de acción en este ámbito, particularmente en las editoriales, como: el criterio de la encarnación, el criterio testimonial y vocacional, el criterio evangelizador-educativo, el criterio del sistema preventivo, el criterio ético y profesional, el criterio de interdisciplinariedad, el criterio de sistema. Los elementos salesianos que caracterizan estos criterios están presentados en el subsidio “Sistema Salesiano de Comunicación Social” (SSCS) del Dicasterio para la Comunicación Social (cf. nn. 50-57).



2. Líneas operativas para la promoción y calificación del campo editorial salesiano


El nuevo contexto de la “sociedad de la información”, globalizada e interconexa, en la que “los medios de comunicación social han alcanzado tal importancia que para muchos constituyen el principal instrumento de guía y de inspiración en su comportamiento individual, familiar y social”, exige compromisos valientes de calificación y de desarrollo constante de la editorial salesiana. El adjetivo valientes quiere referirse al estímulo de la Carta Apostólica “El Rápido Desarrollo” para no tener miedo de las nuevas tecnologías, de la oposición del mundo, de nuestra debilidad y nuestra incapacidad, pero también para hacer opciones y tomar iniciativas de promoción y de calificación coherentes con la urgencia de la cuestión8.


Presento alguna sugerencia de iniciativas a las que dar prioridad y de estrategias que realizar. Puesto que las necesidades de las Inspectorías son diferenciadas, corresponde a cada una escoger las acciones que responden mejor a las propias necesidades y urgencias.


2.1 – Promover el Sistema Salesiano de Comunicación Social, de acuerdo con un Plan Inspectorial de Comunicación Social (PICS) integrado en el POI, como base indispensable para el desarrollo constante de la comunicación social y para el control constante de calidad de la editorial salesiana. El SSCS invita a orientar, sostener y potenciar con eficiencia los procesos de animación, de formación, de información y de producción que hagan eficaz la acción de la Comunicación Social al servicio de la misión salesiana. Para esto es indispensable realizar cuanto ya han pedido los Capítulos Generales:


    • garantizar al Delegado para la Comunicación Social las condiciones para realizar su misión de promover –en nombre del Inspector- la Comunicación Social, y “asistir a cada comunidad en la promoción de las distintas realidades comunicadoras y a prestar su servicio a los diversos sectores de actividad y a relacionarse con los organismos locales, eclesiásticos y civiles”9;

    • hacer funcionar la Consulta para la Comunicación Social para ofrecer valoraciones, búsquedas, estudios, orientaciones y subsidios para la actualización constante, y las comisiones inspectorial y local para la proyectación y la gestión operativa10.



2.2 - Formar escritores y educomunicadores11, salesianos y seglares, para actuar con reconocida profesionalidad en los centros editoriales, en los circuitos de la prensa, en los centros de emisión y de producción de programas audiovisuales, radiofónicos, televisivos, y en las instituciones educativo-pastorales.


2.3 - Cualificar la información y potenciar los canales de información y de diálogo dentro, pero particularmente fuera, de la Congregación y de la Familia Salesiana. El objetivo de la información salesiana es favorecer la comunión y el sentido de pertenencia, la educación y la evangelización de los jóvenes, la mentalización y la movilización por la misión de Don Bosco, y la presentación de una imagen adecuada de la Congregación. Para el incremento y la calificación de la información se sugiere privilegiar las siguientes intervenciones, para las cuales están llamados en causa los responsables para el sector de la Comunicación Social con sus equipos respectivos:


    • Verificar periódicamente la calidad de la información producida a nivel mundial, inspectorial y local, y evaluar su actualidad y adecuación en referencia a los objetivos propuestos, a las necesidades de los destinatarios, a las coordenadas de la Cultura, de la Iglesia, de la Congregación;


    • Mantener actualizado un banco de datos que permita un conocimiento bueno y documentado del mundo juvenil, y transmitir esta misma información a la sociedad, con el fin de crear opinión y toma de conciencia que den origen a políticas y acciones a favor de la juventud;


    • Cualificar y profesionalizar más la agencia ANS, hasta hacerla nacer y desarrollarse en todas las Inspectorías. ANS, registrada como un periódico (1973), se ha convertido a partir de 1992 en una agencia llamada precisamente “Agencia Internacional Salesiana de Información”. La Agencia está coordinada por el Dicasterio para la CS, con una oficina de redacción central en Roma y una red de corresponsales en todas las Inspectorías. En efecto, en el concepto de la Agencia se prevé un funcionamiento descentralizado, apoyado en dos estructuras, que se comunican entre sí y que sustancialmente realizan las mismas funciones, aunque a diferentes niveles. Junto al proceso de mayor profesionalidad de la estructura central, es necesario desarrollar más la estructura en las Inspectorías, dentro de las coordenadas del Sistema Salesiano de Comunicación Social.


    • Instituir la oficina de prensa en todas las Inspectorías, como un servicio dentro de la Agencia ANS, contando con la participación de profesionales. Esta oficina gestiona, de acuerdo con el Plan Inspectorial, los contactos con las agencias de información, los medios de comunicación y el gran público, para hacerse portavoz de las atenciones a los problemas juveniles y educativos, y para el cuidado y la defensa de la imagen de la Congregación y de la actividad salesiana.


    • Continuar el proceso de relanzamiento del Boletín Salesiano, que ha producido ya un notable crecimiento de calidad y de difusión, para el cual la programación del sexenio prevé algunos proyectos de articulación y de desarrollo, con un servicio específico por parte del Dicasterio para la Comunicación Social;


    • Calificar los Sitios WEB como espacio de información, formación, participación, al servicio del proyecto de animación y de gobierno, como fuente de información sobre el carisma salesiano y como instrumento para la movilización de la sociedad en la causa de la juventud.


2.4 – Potenciar y cualificar la producción editorial de libros, revistas, programas de radio, de televisión, audiovisuales, y de las empresas de Comunicación Social, al servicio de la misión educativo-pastoral para los jóvenes. A este fin se sugiere privilegiar las siguientes intervenciones, para las que se requiere el asesoramiento constante de los responsables de las empresas y de los responsables del sector de la Comunicación Social con sus respectivos equipos:


    • Verificar periódicamente la calidad de la producción y evaluar su actualidad y adecuación en referencia a las necesidades de los destinatarios, a los objetivos educativo-pastorales y a las coordenadas de la Cultura, de la Iglesia, de la Congregación;


    • Proyectar acciones de promoción del desarrollo y de la calificación profesional y salesiana de las empresas, de su vinculación y de la cooperación recíproca, dentro de las coordenadas de la política de la Congregación al respecto, y particularmente:


  • El Inspector con su Consejo, en conformidad con las determinaciones de Reg. 31, tome iniciativas concretas y sistemáticas para la promoción de las empresas de Comunicación Social, para su integración en el POI y para su continuidad administrativa y de gestión. No hay que olvidar que la apertura o clausura de una nueva obra requiere la autorización del Rector Mayor con su Consejo (Const. 165, & 5). El Plan Inspectorial prevea la selección y formación adecuada del personal salesiano y seglar, para una acción profesional y coherente con el carisma salesiano en estas obras;

  • El Delegado Inspectorial para la Comunicación Social acompañe y promueva la sinergia entre las empresas, con actitud de respeto de los procesos empresariales y de las respectivas competencias. Hágalo en nombre del Inspector y de su Consejo, a los que mantendrá constantemente informados y de los que recibirá las orientaciones necesarias.



Conclusión


El relanzamiento de una actividad editorial salesiana de calidad es una forma de actuar la visión de Don Bosco “siempre en la vanguardia del progreso”, en un contexto en el que los medios de comunicación tienen cada vez más incidencia y consiguientemente más oportunidades en su valor educativo-pastoral. La carta de Don Pascual Chávez “Con el coraje de Don Bosco en las nuevas fronteras de la comunicación social” (ACG 390) representa para nosotros un programa también en esta dirección.


Están llamados en causa no sólo los que tienen responsabilidades particulares de animación y de gobierno de las Inspectorías y de las comunidades y obras, sino también todos los salesianos para que contribuyan en la actividad editorial salesiana como escritores, como editores, como monitores de la calidad de la comunicación salesiana, como promotores y difusores entusiastas de los productos salesianos.


La actuación de estas orientaciones requiere un trabajo comprometido y de entrega. Nuestro conocimiento del valor de este campo de misión se hará vivo con acciones concretas. Y recordando a Don Bosco, “Os ruego y os conjuro que no descuidéis esta parte importantísima de nuestra misión”12.

1 ACG 387, pp. 77, 73.

2 Cf. ACG 287, pp. 3-33.

3 ACG 302, pp. 26-30.

4 Cf. ACG 302, pp. 34-56.

5 Cf. ACG 366, pp. 106-124.

6 ACG 370, pp. 37-41

7 Un reciente subsidio del Dicasterio recoge todas las orientaciones fundamentales y actuales para la comunicación. Por tanto, también para la información y la producción editorial en general. Cf. Dicasterio para la CS, “Sistema Salesiano di Comunicazione Sociale”, nn. 95-122. Roma, Editrice SDB, 2005.

8 Cf. Carta Apostólica “El Rápido Desarrollo” de Juan Pablo II, nn. 3 y 14.

9 CG23, 259.

10 Cf. CG24, 136b.

11 La educomunicación facilita la producción y la difusión de la información en el ámbito educativo, promueve la interactividad en el proceso de enseñanza/aprendizaje, y provee las referencias teóricas y metodológicas necesarias para el análisis de la producción cultural. La educomunicación se propone también hacer actuar a la comunidad educativa con el sistema de los medios de comunicación de masas, asegurando la formación de personas creativas y atentas a una utilización democrática de los media en beneficio de toda la colectividad. El educomunicador puede ser identificado con la figura del animador cultural en ámbito específico de pastoral de la Iglesia, un nuevo sujeto cuya acción “por un lado, deberá desarrollarse hacia quien está ya activamente comprometido en la pastoral, para ayudarlo a encuadrar mejor su acción en el nuevo contexto socio-cultural dominado por los media; por otro, deberá abrir nuevos recorridos pastorales, en el ámbito de la comunicación y de la cultura, a través de los cuales llegar a personas y ámbitos muchas veces periféricos, si no extraños, a la vida de la Iglesia y a su misión” (Conferencia Episcopal Italiana, Comunicazione e Missione: Direttorio sulla CS nella missione della Chiesa. Roma, Librería Editrice Vaticana, 2004, n. 121),

12 Don Bosco, Carta circular sobre la Difusión de Buenos Libros, 19 de marzo de 1885.

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