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Derechos y equidad en la construcción
democrática del conocimiento
Julian Fox sdb
Quito, Octubre 21-24 2008
Primera Parte – Creando una plataforma
Introducción
Vamos a comenzar con dos ejemplos muy diferentes de la vida real, alejados uno del otro por
aproximadamente 100 años. El primero surge directamente de nuestra tradición salesiana – un
extracto de una Circular escrita por Don Bosco el 19 de marzo de 1885. He modificado este
extracto un poco para reflejar el contenido lírico y emotivo de este alegato poético:
… entra hasta en las casas
donde un sacerdote no podría entrar.
Los dudosos lo reciben como un regalo o un recuerdo.
Cuando se ofrece a alguien, no da vergüenza,
no se inquieta de ser abandonado,
si es leído enseña la verdad dulcemente,
si se le desprecia no se queja
y deja un remordimiento que tal vez
enciende el deseo de saber la verdad;
mientras que él está siempre dispuesto a enseñarla.
Puede ser que se llene de polvo
sobre una mesita,
o en una biblioteca.
Nadie piensa en él.
Pero llega la hora en que

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uno se siente solo o triste,
tal vez la hora del sufrimiento
o de la necesidad de distracción,
y por qué no, la ansiedad del porvenir,
y este amigo fiel,
se sacude el polvo,
abre sus páginas y
se repiten las admirables conversiones
de San Agustín, del Beato Colombino
y de San Ignacio.
Muy cortés con los tímidos por respeto humano,
se entretiene con ellos sin dar que sospechar a nadie;
familiar con los buenos
y siempre dispuesto a dialogar;
les acompaña siempre
y por todas partes…
En una familia, (un libro)
si no lo lee la persona a quien va destinado,
lo lee el hijo o la hija,
el amigo o el vecino.
(Un libro) En un pueblo
pasa tal vez
por mil manos.
Sólo Dios conoce el bien
que puede producir un libro

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en una ciudad,
en una biblioteca ambulante,
entre un grupo de obreros,
en un hospital,
regalado como signo de amistad…
Y el segundo ejemplo: ¿alguna vez han tenido esta experiencia? estar buscando información en
la www y encontrarse – esto!1
Lo que tenemos es claramente dos distintos abordajes al conocimiento! Uno sugiere que
cuando más amplio sea el acceso, será mejor para la gente. El otro simplemente bloquea al
buscador probablemente por motivos financieros.
En el curso de esta exposición, deseo trazar nuestro camino entre los dos polos que acabamos de
explicitar; los dos ejemplos también ofrecen una pequeña indicación de algunos de los factores
involucrados. Por ahora, el religioso y el secular. Desde hace ya bastante tiempo he estado
personalmente involucrado en intentar presentar los dos discursos, uno al otro – el discurso de la
fe y el discurso del mundo técnico, digital y de la computadora. No busqué excusas para hacer
justamente eso cuando escribí Las virtudes digitales.2 Algunos me han preguntado por qué he
presentado este libro a una audiencia tan restringida – los miembros de los institutos de vida
consagrada. Lo he hecho así porque creo muy firmemente que este grupo de seres humanos,
todos ellos o casi todos grandes productores y usuarios de todas las cuestiones digitales, tienen
el deber de incorporar sus propios valores y reflexión a estas tareas – para su bien y para el bien
del mundo. Debe ser parte de su pasión dual por Dios y por la humanidad.
No soy un experto
Intentaré hacer eso nuevamente hoy, ampliando de alguna forma mi audiencia. Es tal vez la
principal contribución que puedo hacer a la tarea que me ha sido encomendada – ya que de
ninguna manera soy un “experto” sobre el mundo digital. Me gusta contarle a la gente que
nunca he asistido a una clase de computación en mi vida! Habiendo dicho eso, haré solamente
una reivindicación. La World Wide Web fue insertada en Internet en 1989 por un inglés, Sir
Timothy Berners Lee. Yo empecé en 1989 a construir mi primer sitio en la web, efecticamente,
el primer sitio en la web del mundo salesiano. No había en aquel tiempo programas que a uno
lo ayudaran. Existía solamente HTML 1.0. Yo estaba convencido del valor de la WWW para
un país y para una provincia donde se necesitaban diez horas volar desde el punto más oriental
de la provincia hasta el punto más occidental. En esa época, tenía la misma sensación que Tim
Berners Lee ha expresado recientemente sobre sus esfuerzos:
Cuando propuse la red en 1989, lo que tenía en mente como fuerza impulsora era la
comunicación a través del conocimiento compartido y como “mercado” impulsor, era la
colaboración entre la gente en su trabajo y en su hogar.3 (Weaving the Web p. 162, Tim
Berners Lee con Mark Fischetti, Harper, San Francisco, 1997).
1 ejemplo de http://www.dbcde.gov.au/resources/codes/403.html, además de una foto de la planta, que
prohíbe el acceso al conocimiento botánico sobre una plata exótica en las Islas Canarias
2 Julian Fox, Digital Virtues, 2007, cf. www.lulu.com id:1021109
3 Tim Berners Lee con Mark Fischetti, Weaving the Web Harper, San Francisco, 1997 p.162

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Como provincial en Australia, yo también había comprado e instalado el segundo fax a ser
utilizado por la congregación salesiana – el primero había sido comprado en esa época por la
UPS en Roma. Esto fue hace solamente 20 años. Tengo veinte años de experiencia digital
práctica. Esa es mi única reivindicación técnica. Afortunadamente, la democracia no es un
espacio donde solamente importen los expertos – de otra forma sería una ‘meritocracia’. La
experiencia tiene su lugar también.
El tema a mano
La tarea es tratar el asunto de la equidad (que la entiendo como algo en el sentido de trato justo)
en la construcción democrática del conocimiento. Es bastante obvio para cualquiera en el
planeta, que no hay ni el suministro ni el acceso equitativo al conocimiento, aún en las naciones
más democráticas, cualquiera sea la que pretenda serlo.
Los dos ejemplos con los que comencé ilustran el tipo de cuestiones que pueden estar aquí
involucradas: las discusiones sobre la naturaleza colectiva del conocimiento – y por supuesto de
los conocedores – involucran cuestiones de epistemología y pedagogía. La epistemología y la
pedagogía de Don Bosco se empiezan a evidenciar en las propias palabras que él eligió para
plantear el punto de vista sobre un buen libro:
Leído enseña la verdad dulcemente,
si se le desprecia no se queja
y deja un remordimiento que tal vez
enciende el deseo de saber la verdad;
mientras que él está siempre dispuesto a enseñarla.
En el segundo de los dos ejemplos que he dado antes, las fuerzas del mercado son claramente
dominantes. La cuestión que surge de las dos instancias es hasta dónde el conocimiento, la
información, la creatividad humana pueden estar o deben estar al servicio de la humanidad y
cómo, o si es necesario reglamentar el proceso de ponerlas al servicio de los seres humanos en
general. Esa es una cuestión de derechos, entre otras cosas.
Pero todas esas son cuestiones sobre las que ustedes pueden leer en el material preparatorio de
este Congreso. Debemos avanzar en la búsqueda de una base sólida para lograr las respuestas a
las mismas.
Estableciendo un esquema para el debate
Mis antecedentes académicos son en lingüística, particularmente lingüística aplicada y del
discurso. Es una de las razones por las cuales quiero vincular el discurso tecnócrata con el
religioso, porque creo que pueden retroalimentarse. Sin esta preocupación, nos quedaríamos
solamente con el discurso tecnócrata, que tiende a dominar, simplemente porque lo técnico casi
siempre e inmediatamente atrae. Lo religioso, basado como está en el crecimiento casi
desapercibido del Reino de Dios, requiere para ser observado paciencia y profundidad.

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El discurso tecnócrata también amenaza a la democracia de forma real en un mundo
globalizado, porque elimina lo que está más allá de sus estrechos intereses inmediatos. Tiende a
representar los intereses de los negocios y de la tecnología antes que los de la sabiduría, la
cultura, el medio ambiente, “lo otro”, y mucho que representa el Reino de Dios.
El desafío es formular un discurso que apoye la formación cristiana de vidas buenas, confiables
y fieles, a la luz de la creciente ascendencia de la tecno-ciencia como el factor de formación
cultural. ¿Es que quiero significar un contra discurso? Quiero decir que contar la historia con
nuestro vocabulario y gramática cristianos puede posibilitar a otros la búsqueda del bien y la
verdad y esto es especialmente así para los jóvenes que educamos. Estoy intentando abordar el
tipo de pregunta del bioético Ronald Cole-Turner cuando preguntó:
¿Puede la teología –el proceso comunitario por el cual la fe de la Iglesia busca comprender –
puede la teología apuntar a la comprensión de la tecnología? ¿Podemos juntar las palabras
Dios y tecnología en cualquier tipo de frase con sentido? ¿Puede la teología adivinar que
hace Dios en la tecnología de hoy? ¿O a través de nuestro silencio la dejamos totalmente sin
Dios? ¿Podemos tener una teología de la tecnología que comprenda, dé sentido, se anime a
influenciar la dirección y ponerle límites a esta explosión de nuevos poderes?4
Yo querría hacer algo más que vincular dos discursos. También creo que es importante para el
debate, el criticar algunos de los discursos. En Las virtudes digitales señalé que en 20 años, el
discurso de la “realidad virtual” ha colonizado exitosamente una gama de otros discursos.5 Hoy
no estoy tan interesado en la realidad virtual sino en otros dos discursos extremadamente
pertinentes para nuestro tema: por un lado los discursos separados pero a la vez vinculados entre
sí del Movimiento de Software Libre6 y de la Iniciativa Open Source,7 los cuales nos ofrecen
tanto lo que es a una ideología concerniente cuestiones como la legitimidad de la sociedad
tecnócrata, la democratización de la tecnología, la discusión pública de políticas tecnológicas, la
libertad, la libertad y la comunidad; y por otra parte, el discurso que uno podría argumentar es el
paradigma dominante de nuestro tiempo – la así llamada “Sociedad Informática”.
Con respecto al primero, me referiré al estudio que analiza el discurso de David M. Berry,
investigador y conferencista en la Universidad de Swansea, Reino Unido.8
Berry está observando en realidad cómo el Movimiento de Open Source ofrece a la comunidad
tecnológica un orden más efectivo de discurso que el FSF. Pero él también dice, entre líneas y a
veces directamente, que debemos ser muy cuidadosos con las narrativas maestras que emergen
en la sociedad a través de movimientos como estos. Tenemos que ser conscientes del peligro de
que el discurso neoliberal colonice otros discursos – y aquí yo incluyo al discurso religioso –
que emplea términos como libertad, comunidad. Es lógico que esto hubiea sucediendo, pero el
discurso es uno de los elementos más sutiles de la actividad humana y si no tenemos cuidado, la
colonización al por mayor de nuestro pensamiento ocurre antes de que nos demos cuenta!
La otra cuestión es el discurso de la Sociedad Informática. Castells es un prominente propulsor
de este discurso.9 Debemos ser cautelosos también con esto. Nicholas Garnham es un marxista
británico, académico en el campo del estudio de los medios, ahora en pensión. Su punto de
vista es que el argumento que las Tecnologías de la Informática y la Comunicación (ICT) han
4 Ronald Cole-Turner en “Ciencia, Tecnología y Misión”, The Local Church in a Global Era:
Reflections for a New Century”, eds. Max La. Stackhouse, Tim Dearborn y Scout Paeth (Grand Rapids:
Wm. B. Eerdmans, 2000), 100-112
5 Julian Fox, pp 18-19.(ed. inglés)
6 Richard Stallman
7 Eric Raymond.
8 Berry, D.M. (2004ª), “The contestation of code: a preliminary investigation into the discourse of the
Free/Libre and Open Source movement”, Critical Discourse Studies, Vol. 1, Nº 1, p. 1
9 Manuel Castells is one of the world's most highly cited social science and communication scholars.

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causado un cambio epocal en la economía y la sociedad es un argumento sospechoso. El critica
Castells por amontonar demasiadas tecnologías bien separadas y distintas y sus impactos bajo
una sola narrativa maestra de la Sociedad Informática.10 No tenemos tiempo para analizar todo
esto, pero pienso que los dos ejemplos que les he dado brevemente destacan la necesidad de
examinar con cuidado el discurso dominante en las áreas que hoy examinamos y, en nuestro
caso, de redescubrir las implicancias del discurso de la Doctrina Social Católica sobre esta
áreas.
Algunos de ustedes conocerán a Jürgen Habermas, un filósofo y sociólogo alemán
contemporáneo, con la tradición de la teoría crítica y pragmatismo americano, posiblemente
más conocido por su trabajo en lo que él llamó “la esfera pública”. Sus teorías sobre el discurso
y la acción comunicativa nos han dado nuevas perspectivas sobre la ley y la democracia. Pero
su obra magna The Theory of Communicative Action11 no fue benevola con el rol de la religión
en la esfera pública, a pesar de que él cree que la comunicación, la información y el
conocimiento son esenciales para la sociedad contemporánea y son el punto de partida para la
discusión pública sobre las ideas y la visión necesarias para delinear el concepto de compartir en
nuestro mundo globalizado.
Durante la mayor parte de su vida Habermas ha sido un neo-marxista y ha repudiado el rol de la
religión en la esfera pública. Pero en 2007 él mantuvo un debate espectacular con el entonces
Cardenal Joseph Ratzinger. Los dos grandes discursos fueron reunidos bajo el título: The
Dialects of Secularization.12 Fue un debate sobre el rol de la razón y la religión en una sociedad
libre. Jürgen Habermas sorprendió a muchos observadores por su llamado a la sociedad secular
a adquirir una nueva comprensión de las convicciones religiosas. Habermas plantea si la razón
secular provee bases suficientes para un estado constitucional democrático. Joseph
Ratzinger/Benedico XVI argumenta sobre la necesidad de ciertos principios morales para
mantener un estado libre y sobre la importancia de una razón genuina y de una religión
auténtica. Ambos insisten que los que proponen una razón secular y una convicción religiosa
deberían aprender unos de los otros, aún si difieren sobre las formas particulares de cómo debe
producirse el conocimiento mutuo.
Es interesante el “cambio religioso” de Habermas. En una disertación publicada tan solo en abril
de este año – que tuvo lugar el 15 de marzo de 2007 en el Instituto Nexus de la Universidad de
Tilberg, Países Bajos, Habermas termina con la siguiente frase:
Así que si todo va a andar bien, ambos lados, cada uno desde su propio punto de vista, debe
aceptar una interpretación de la relación entre la fe y el conocimiento que les permita
convivir de una manera auto reflexiva.
Él ha repetido estas ideas de nuevo en los Seminarios de Estambul “Diálogos sobre las
Civilizaciones”, que tuvieron lugar del 2 al 6 de junio de 2008, ya que su interés no está
limitado solamente a lo cristiano-secular, sino también a todas las religiones históricas y lo
secular.
Yo sugiero que es un principio básico en la discusión de las cuestiones sobre derecho y equidad
en la construcción democrática del conocimiento. La cuestión no es si gente con mentalidad
religiosa como nosotros pueden ser tratados injustamente en cualquier discusión sobre
información, conocimiento y democracia, sino si la democracia puede sobrevivir si no toma
seriamente los puntos de vista religiosos.
10 N. Garnham, “The Information Society: Myth or reality?”. Bugs, Globalism and Pluralism
Conference, Montreal, septiembre 19-22 2001
11 Jürgen Habernas, The Theory of Communicative Action: Reason and the Rationalization of Society,
Boston, Beacon, 1994
12 Joseph Ratzinger y Jürgen Habernas, The Dialectics of Secularization: Reason and Religion, Ft Collins,
CO, Ignatius Press, 2004

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¿Cómo puede sonar esto en la práctica?
En Lucas 4: 18-19 Jesús dice:
“El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque me ha consagrado por la unción.
Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres,
a anunciar la liberación a los cautivos
y la vista a los ciegos,
a dar la libertad a los oprimidos
y proclamar un año de gracia del Señor.”
En los últimos años el término “brecha digital” ha sido utilizado para describir la
reestructuración dentro de las sociedades occidentales y entre las naciones desarrolladas y dos
tercios del mundo. El concepto describe el hecho que las poblaciones se están dividiendo entre
aquéllos que son “informáticamente ricos” y quiénes son “informáticamente pobres”. Hay una
expectativa dentro de la sociedad occidental de que IT no sea sólo algo extra en la vida diaria
sino que se ha convertido en una necesidad. Temas que tienen que ver con pobreza, deuda y
otras formas de desventajas en el trabajo para instalar la “pobreza de la información” dentro de
la sociedad. En palabras de Caritas Aotearoa Nueva Zelanda, debemos, como cristianos:
“enfrentar el desafío de asegurar que la Sociedad Informática no es solamente la reserva de los
privilegiados y los ricos”.13
El gobierno de Nueva Zelanda identificó a los siguiente grupos en la sociedad de Nueva
Zelanda que piensan lucharán por la participación en una sociedad que sea cada vez más
técnico-cultural. Ellos son:
Maori - un Pueblo de las Islas del Pacífico
Aquéllos con más bajos ingresos
Padres/madres mono parentales
Personas con baja o ninguna cualificación
Aquéllos que están desocupados o subocupados
Aquellas localizaciones sin una sólida estructura de telecomunicaciones, tales
como parte de la zona rural de Nueva Zelanda
He elegido este ejemplo porque pertenezco a esa región y he trabajado en las Islas del Pacífico
como misionero. Pero se puede multiplicar el ejemplo en muchas partes del mundo. Cuando se
les mira bajo la luz del pasaje de Lucas 4, es obvio que la Iglesia y los individuos cristianos,
especialmente aquéllos que trabajan en áreas de la IT, están llamados a desafiar prácticas,
políticas y tecnologías que privan a los individuos y a las comunidades de sus derechos. No
sólo eso, están llamados a ayudar en la liberación de esas comunidades y personas que son
“informáticamente pobres” y eso significa encarar los problemas subrayados así como los
técnico-culturales, tales como la educación y el acceso a recursos IT.
13 Caritas Aotearoa New Zealnd, 'The Digital Divide: Poverty and Wealth in the Information Age', Social
Justice Series, Wellington, Caritas Aotearoa New Zealand, 2000.

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Colaboramos en esa liberación a través de la acción basada en principios sólidos.
Doctrina social de la Iglesia, principios y justicia social
Mi reloj tiene un visor analógico, no es digital. Lo prefiero así. Cada aguja del reloj muestra el
momento actual relacionándolo con el pasado y con el porvenir. Un visor digital simplemente
muestra un segundo momentáneo, el que es implacablemente sustituido por el próximo.
Analógico significa que lo que importa es la relación, la conexión y el contexto: A es a B, como
C es a D. La Iglesia hace su contribución analógica realzando las comunidades locales donde
las relaciones pueden florecer, haciendo contribuciones masivas al bien común a través de actos
de caridad y solidaridad, a través de la contribución al bien común con intuiciones a partir de
esta acción y desde una larga tradición, y finalmente dotando a la sociedad de belleza a través
de la creación artística, la literatura. [La Iglesia] tiene mucho para ofrecer.
La doctrina social de la Iglesia nos ofrece principios firmes y sólidos para este debate con la
construcción democrática del conocimiento. Permitanme enumerar primero los puntos, para
después darles mayor atención.
Esencialmente, hay cuatro principios claros en la doctrina social de la Iglesia, que me gustaría
relacionar con algunas cuestiones sobre información y conocimiento de nuestro mundo digital:
la dignidad de la persona humana – algo intrínseco a cada ser humano
el bien común – las condiciones sociales para nuestra realización personal, individual y
colectiva. Es un bien, no un mal, no es automático, es superior para grupos especiales
y no solamente la suma de todos ellos y su interés radica en la persona en su totalidad
solidaridad –la virtud que nos permite compartir
subsidiaridad – la coordinación de las actividades de la sociedad
La dignidad humana. Como se afirmó por parte de “Cumbre mundial sobre la sociedad de la
información” (CMSI = WSIS) en Ginebra en 2003, “Los derechos a la comunicación están
intrínsecamente ligados a la condición humana y se basan en una nueva y más poderosa
comprensión de las implicaciones de los derechos humanos y el rol de las comunicaciones. Sin
derechos a la comunicación, los seres humanos no pueden vivir en libertad, justicia, paz y
dignidad”.14 Hace poco estaba enseñando a unos jóvenes africanos de la comunidad de los
Padres Blancos, misioneros que trabajan en Túnez. Uno de ellos me señaló que es de poca
utilidad hablar de las distintas libertades expresadas en el Carta de los Derechos Humanos de
1948 en el contexto de Túnez, cuando el derecho más básico de comunicarse está interferido en
todos los niveles, incluso con cierto nivel de miedo.
Los derechos a la comunicación son un elemento crucial para permitir a las sociedades y a las
comunidades erradicar la injusticia y la desigualdad y forjar una forma mejor y nueva de
organizar relaciones sociales justas, donde el compartir se convierta en la norma. Los derechos
de propiedad intelectual, el compartir el conocimiento y el pluralismo son cuestiones de
derechos a la comunicación, una vez que hayamos abordado el elemento básico más importante
como lo son las “libertades” del artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos,
y los “miedos” que crean grupos e individuos humanos de la forma más variada para oprimir a
sus semejantes. (Todavía se discute si los derechos a la comunicación son derechos
individuales o colectivos. Tal vez también tenga fuerza, si pensamos en ello más como un
marco táctico y lo mantenemos amplio e indefinido).
14 Statement on Communication Rights endorsed at the World Forum on Communication Rights, Geneva
11 December 2003, as part of the World Summit for the Information Society (WSIS) meeting in Geneva.

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Una referencia básica de la Doctrina Social Católica es el Compendium of the Social Doctrine
of the Chruch (el compendio de la doctrina social de la iglesia) (disponible en el sitio web del
Vaticano) del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz.15 Fue publicado en forma impresa en
2004. En él encontramos una sección sobre los derechos humanos y la siguiente afirmación:
152. El movimiento hacia la identificación y la proclamación de los derechos del hombre es
uno de los esfuerzos más relevantes para responder eficazmente a las exigencias
imprescindibles de la dignidad humana.302 La Iglesia ve en estos derechos la extraordinaria
ocasión que nuestro tiempo ofrece para que, mediante su consolidación, la dignidad humana
sea reconocida más eficazmente y promovida universalmente como característica impresa
por Dios Creador en su criatura.303 El Magisterio de la Iglesia no ha dejado de evaluar
positivamente la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, proclamada por las
Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, que Juan Pablo II ha definido « una piedra
miliar en el camino del progreso moral de la humanidad ».304
Es entonces, en el contexto de la dignidad humana y en el lenguaje de los derechos humanos, en
el que podemos y debemos desarrollar nuestro pensamiento sobre la democratización del
conocimiento humano. Aún cuando algunos de los actores en la Declaración de Derechos
Humanos de 1948 no eran creyentes, la realidad es que el lenguaje de los derechos humanos
está apuntalado por una antropología cristiana. Esta es su base histórica. El ya citado
Compendium es bien explícito sobre ello en un punto:
557. El compromiso social y político del fiel laico en ámbito cultural comporta actualmente
algunas direcciones precisas. La primera es la que busca asegurar a todos y cada uno el
derecho a una cultura humana y civil, « exigido por la dignidad de la persona, sin distinción
de raza, sexo, nacionalidad, religión o condición social ».1168 Este derecho implica el
derecho de las familias y de las personas a una escuela libre y abierta; la libertad de acceso a
los medios de comunicación social, para lo cual se debe evitar cualquier forma de
monopolio y de control ideológico; la libertad de investigación, de divulgación del
pensamiento, de debate y de confrontación. En la raíz de la pobreza de tantos pueblos se
hallan también formas diversas de indigencia cultural y de derechos culturales no
reconocidos. El compromiso por la educación y la formación de la persona constituye, en
todo momento, la primera solicitud de la acción social de los cristianos.
Entre otras cosas, Ustedes pueden ver aquí otro principio claro de la Doctrina Social Católica –
la opción preferencial por los pobres.
El bien común. Quisiera relacionar este concepto con el que, en el mundo del conocimiento y
la información, hoy se llama los “bienes comunes digitales”. Es claro que no son lo mismo.
Juan XXIII, en Mater et Magistra, fue famoso cuando describió al bien común como “esas
condiciones sociales que favorecen el desarrollo total de la personalidad humana” (n. 65).16 Así
que no es una cosa, sino una serie de condiciones. Y en cuanto a los Bienes Comunes:
Los bienes comunes son un espacio donde la comunidad entera de la creación es energizada,
más que explotada o empobrecida. Verdaderamente, los bienes comunes existen para el
bien común, abasteciendo bienes comunes para el beneficio del mundo.
Los bienes comunes prosperan cuando existe una atmósfera de “sentido común”, alimentada
por la educación, la capacitación y la belleza…realidades que son mejor sostenidas por
culturas diversas y artes vibrantes. Cuando estos manantiales de la educación y del arte
florecen, hay una base firme para una economía y una ecología de sustentabilidad. En su
15 http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/justpeace/documents/rc_pc_justpeace_doc_200
60526_compendio-dott-soc_en.html
16 http://www.vatican.va/holy_father/john_xxiii/encyclicals/documents/hf_j-
xxiii_enc_15051961_mater_en.html

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nivel más auténtico, los bienes comunes se muestran como una conversación en curso y
como una invitación a la conversión. Los bienes comunes no pueden ser creados ni
mantenidos por grupos especiales de interés, sino solamente como el “interés común” y sus
subsecuentes asociados: el sacrificio y la humildad. La ley de los bienes comunes es
generadora, no tiene codicia. Y las acciones fundamentales de los bienes comunes se basan
en el dominio y no en la dominación… en la construcción del hogar y la agricultura que
preservan al mundo de ser…17
La cuestión de los bienes comunes globales y el flujo libre de la información es crucial.
Prefiero, entonces, cuando hablo de software libre, utilizar un término completo, FLOSS-C, en
el que la “C” significa “bienes comunes”.
Solidaridad y subsidiaridad. La solidaridad reconoce la inequidad de nuestros dones,
habilidades, tareas y responsabilidades. Pero no es una cosa estéril! Es una antropología
completa que dice, tratando de ponerlo en los términos más simples, que una dimensión
fundamental de la existencia humana es la co-existencia. Sólo tienen que leer la Gaudium et
Spes18 para encontrar una presentación detallada de esta antropología. El término “solidaridad”
es común a ambos discursos, el religioso y el secular, lo mismo que lo es la “subsidiaridad”,
pero Juan Pablo II no nos dejó ninguna duda de que él pensaba que la solidaridad era una virtud
cristiana. La subsidiaridad, si aceptamos la indicación cristiana de la solidaridad, no se refiere a
la maximización de la autonomía individual, o simplemente a la devolución de la autoridad
gubernamental, sino que es un marco referencial para ordenar la sociedad de manera tal que
permita una visión solidaria de la persona humana realizada.
Hay un aspecto en el principio de la subsidiaridad que nos puede interesar particularmente en
este debate sobre la construcción democrática del conocimiento. Es una cuestión recientemente
planteada por el Arzobispo de Dijo, Roland Minnerath, esbozando elementos de la Doctrina
Social Católica en la reunión de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales en mayo de 2008.19
En primer lugar, él dice que deberíamos agregar el principio de participación al de
subsidiaridad:
La participación es la expresión de la dignidad e igualdad de las personas y de su vocación
común de ocuparse de los asuntos que les conciernen. El principio de participación, así
como el principio de subsidiaridad, son la traducción en términos organizacionales, de las
cuatro condiciones para lograr el bien común (libertad, verdad, justicia, solidaridad).
Y luego, en una sección sobre la relación entre solidaridad y subsidiaridad, él dice:
La subsidiaridad no se obtiene a través de la descentralización, que es una concesión del
más alto nivel de la organización, sino a través de un llamado del más bajo nivel a los más
altos niveles de la organización social.
Aquí vemos el derecho de los miembros ordinarios y de los grupos de la sociedad humana a
jugar su rol y efectivamente iniciar cosas con respecto a la sociedad en la que viven.
17 Darryl Birkenfeld, Ph.D, 2003, “Reclaiming Water as a Commons”, encontrado en
www.ogallalacommons.org/water3.htm
18 http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-
ii_cons_19651207_gaudium-et-spes_en.html
19 Roland Minnerath, 'Les principles fondamenteaux de la doctrine sociale. La question de leur
interprétation'. Personal correspondence with Michel Bauwens, founder of the Foundation for P2P
Alternatives and invited member of Pontifical Academy for Social Sciences in May 2008.

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La tecnología – el eslabón perdido
Por supuesto que yo pienso que la Doctrina Social Católica nos proporciona algunos principios
sólidos con los cuales trabajar. Pero también veo algo que no nos proporciona. En Las
virtudes digitales yo hablo del “software” como el eslabón perdido en el lenguaje de la Iglesia.20
Me gustaría profundizar esta idea. No sólo el software, sino todo el campo de la tecnología!
Hay un reconocimiento en la doctrina de la Iglesia de que la tecnología es nuestro contexto, que
es una preocupación moral, que está involucrada en el bien común, pero en ningún lugar hay
suficientes lineamientos para que hagamos de la tecnología un verdadero servidor del bien
común. La tecnología está concebida como una tendencia clara de la historia humana, con
estructuras sociales reaccionando ante ella. Pero la tecnología está hecha por seres humanos y
por lo tanto los seres humanos tienen responsabilidad, personal e institucionalmente. Tiene que
haber una adecuada teoría sobre la tecnología basada en principios cristianos. Lo mejor que
tenemos es un tipo de teoría reactiva, después que los acontecimientos tecnológicos empezaron
a afectarnos. Necesitamos de una teoría de la tecnología más proactiva. Como veremos más
adelante, el mercado está siendo alterado fundamentalmente por la tecnología – piensen en
Internet, en Wikipedia, en el Software Libre, redes por un lado y temas de Propiedad Intelectual
profundamente enredados en los intereses y las actividades de las Corporaciones de IT más
importantes, por el otro.
La Doctrina Social de la Iglesia reconoce a la tecnología como omnipresente. Sin embargo,
actualmente no va mucho más allá. No puedo sostener que Las virtudes digitales estan ni cerca
del nivel de la Doctrina Social de la Iglesia, pero puedo afirmar que no hay nada de su tipo
impreso. Necesitamos muchos más ejemplos de esfuerzos realizados para aplicar nuestra
creencia y tradición católicas a la tecnología. No es éste el momento de desarrollarlo, pero
permítanme darles una lista de lo que Daniel Lynch observa como elementos del pensamiento
católico que deberían ser incluidos y ampliados. Ustedes verán que tocan mucho de los temas
sobre los que yo ya he hablado. ¿Es ésta la tarea para alguna de nuestras Universidades?21
Una Antropología Católica – el hombre como criatura social, históricamente caída
intrínseca mente digno, creado por Dios y en búsqueda de Dios.
Instituciones sociales como facilitadores terrenos del desarrollo personal;
construcciones históricas con metas transcendentales.
La carga (deber?) que tienen los seres humanos para construir sociedades que sean
buenas – del bien común – lo que históricamente está condicionado, nunca completo o
perfecto, pero necesariamente orientado a la elevación de las personas si es que va a ser
auténticamente “bueno”.
Los imperativos evangélicos en el Juicio Final (Mt.) y el Segundo Gran Mandamiento –
imperativos sociales perdurables para ser puestos en juego por la historia.
El “Apostolado de los Laicos” como implementadores terrenos del bien común.
20 Julian Fox, p 34ff
21 Algunas estadísticas: Daniel R. Lynch, Dartmouth Collage, contenido en una excelente referencia de
una página web: http://shc.edu/theolibrary/cst.htm : 1) El catecismo de la Iglesia Catòlica (1994), se
refiere a la tecnología solamente dos veces en dos párrafos (2293-2294), en un total de 2800. En ambos
casos, se refiere a la tecnología en conjunto con la ciencia y la investigación científica. 2) El
Copmpendio de la Doctrina Social (2004) está lleno de referencias a la tecnología – 54 párrafos en 583
citados. Esto no es sorprendente teniendo en cuenta el rol crítico que la tecnología y la organización
tecnológica han tenido en el estímulo del Pensamiento Católico. Sin embargo, en un porcentaje de veces
aplastante, el término está unido a la ciencia y/o a la economía. Rara vez tiene una identidad totalmente
independiente. Y los variados usos del término revelan una multitud de referentes – tecnología como
sujeto u objeto, tecnológico como adverbio o adjetivo; la aparente distinción entre técnico y tecnológico.

2.2 Page 12

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En el contexto de esta construcción, deberemos desarrollar algunas ideas fundamentales.
Elementos necesarios para una respuesta, incluyen:
un nuevo vocabulario que nos permita hablar y razonar más contundentemente
una aceptación de nuevas formas de gobernar en el “nuevo” vacío de autoridad
un nuevo sentido de ética institucional para ordenar nuestras acciones en su contexto
una teología pública para convertir lo ético en normas auténticamente humanas. ¿se
encuentra la verdad en las afirmaciones éticas? ¿o algún tipo de verdad estándar? ¿o
simplemente estamos explorando la complejidad? ¿desarrollando consensos arbitrarios?
un abordaje teórico a las prioridades corporativas y gubernamentales; relación de la
gente, las profesiones y las comunidades de fe a dichas instituciones: comprensión del
mercado global como una institución social
una noción vigorizada del Bien Común como el objeto de la construcción social y el rol
adecuado de la tecnología en la misma
alguna interpretación específica del Apostolado de los Laicos en términos de
tecnología; en particular, la obligación profesional de la ingeniería.
Me gustaría agregar otro punto a la lista – la aplicación de los principios sociales católicos a los
movimientos de Software Libre y Open Source, y un comentario en el tema de la antropología:
desde hace tanto tiempo en la historia, la humanidad ha sido estructurada alrededor de la noción
de propiedad – de la tierra, de los bienes. La propiedad personal ha sido la medida de la persona
en la sociedad, por lo menos desde la época de lo antiguos griegos – y posiblemente antes de
ello. Ahora las cosas han cambiado – lo que importa es el acceso a relaciones como se ha
experimentado en las redes sociales, en la Web. Esto parece que está produciendo un tipo de ser
humano muy diferente. Tenemos que pensar sobre ello.
Segunda parte – Abordando los temas
Conocimiento e información
Habiendo establecido los principios sociales sólidos existentes, ahora podemos abordar algunos
temas que enfrentamos. Dichos principios nos ayudan a ser más claros con los términos que
usamos. Por ejemplo “democratización”. No significa solamente más acceso, más receptores,
mensajes en permanente expansión. La democracia involucra la norma que nos permite vivir
conjuntamente en paz, y también significa una forma de gobierno que permite el desarrollo total
de la persona humana. Como la democracia está siempre siendo alimentada por intercambios de
ideas vigorosas, necesita espacios donde los ciudadanos puedan encontrar a sus iguales. Es en
un contexto como éste en el que podemos hablar como “espacios de conocimiento”, “bienes
comunes”, “ágoras virtuales”, que existen no para tomar decisiones sino para producir
mecanismos de participación colectiva.
Podemos ser más claros sobre lo que significa conocimiento. Es un acto humano. Solamente
los seres humanos tienen conocimiento. Las computadoras, las redes y el software son
herramientas pero nunca podrán conocer algo. (Sin embargo, las redes y las relaciones,
especialmente en redes comunitarias, son cruciales – una de las cuestiones y desafíos claves
para una comunidad es a quién pertenece el conocimiento y quién lo puede distribuir. Es un
tema muy importante y deberíamos interesarnos en ello). Como pueden ver, el debate sobre el
conocimiento dominante es tecnócrata. Ha habido estudios interesantes hechos por dos
investigadores australianos, basados en el análisis del debate sobre una gran cantidad de corpus

2.3 Page 13

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de documentos de política pública – un corpus de 1.3 millones de palabras. Ellos concluyen que
hay “una tendecia en la política de recurrir a una visión del conocimiento de tipo tecnócrata,
instrumentista y anti-intelectual. Ellos argumentan que lo “que sostiene estos patrones es un
concepto del conocimiento basado en la materia, lo que está basado en una axiología de
imperativos económicos en desacuerdo con la misma naturaleza del conocimiento. La visión
mercantil del conocimiento, entonces, es errónea por ignorar las propiedades sistemáticamente
sociales del “conocimiento”.22
Ustedes ven que si no cuestionamos el tipo de discurso sobre el conocimiento que nos rodea en
el mundo digital, caemos en una seria trampa. La ley internacional de hoy asume el
conocimiento como una materia prima. He aquí una clara pista de ello por parte del director de
IT Política y Legislación, Cornell University (Tracy Mitano), Webinar: ¿es que la
información y el conocimiento se están convirtiendo en una materia prima, que la educación
superior no puede pagar? Cuando la información y el conocimiento son materias primas, pasan
a estar en el mercado. Pueden ser vendidas, encerradas, ser ítems de intercambio. Pienso que la
cuestión es ésta, puesta en términos sencillos. Si yo conozco algo y lo te digo, no puedo decir
que lo conozco menos. No he perdido nada! De hecho, mientras más divulgue el conocimiento,
más lo incremento. Por el otro lado, si yo tengo una materia prima y te doy algo de ella,
entonces me queda menos. Desafortunadamente, el conocimiento y la información se
convierten en materia prima por valorarse no en sí mismas, intrínsecamente, sino como
instrumentos para otra cosa. El conocimiento valorado como instrumento puede pasar a ser una
materia prima a través del secreto y del monopolio, y ambos lo hacen escaso. Nosotros
volvemos materia prima al conocimiento de varias formas – por adosarlo a un medio de
intercambio, tal vez – certificados y diplomas. Otra forma, y ésta es bastante malvada cuando lo
piensas, es a través de la creación de una seudo escasez del conocimiento. Esto se hace a través
del régimen de propiedad intelectual, que incluye copyright, patentes y marcas. Los acuerdos
WTO y TRIPS son en realidad un esfuerzo para globalizar un enfoque de Estados Unidos al IP,
donde la información es sencillamente otra materia prima y la tecnología informativa (piensen
en software) es la puerta para el control de la información. Uno sospecha que la Suprema Corte
de Justicia de Estados Unidos, cuando redefine los derechos de propiedad, lo hace a favor de las
grandes corporaciones IT.
El conocimiento versus la información
También debemos distinguir cuidadosamente entre conocimiento e información. Pongámoslo
de esta forma. Mi computadora ya tiene 250 Gigabytes de capacidad. Eso es enorme. Con
1.000 GB un ser humano podría almacenar todo lo que ha leído en su vida, todas las películas o
espectáculos de televisión que haya visto. En términos técnicos se pueden lograr 1.000 Gb.
Con tanta información potencial y verdaderamente disponible, ¿cómo podemos asegurar que la
podemos usar inteligente y sabiamente? Como dice John Seely Brown: “Debemos prestar
mucha atención a la distinción entre información y conocimiento, porque está en el corazón de
lo que significa ser literato en una era donde estamos inundados de información”.23 A propósito,
Seely Brown continúa hablando sobre los entornos del aprendizaje, los cuales se enculturan en
una practica como via para seguir aprendiendo e identifica a Linux y Open Source como un
excelente ejemplo de esto. Alguien como yo que proclama que nunca ha ido a una clase de
computación en su vida, puedo apoyar este concepto en un 100%!
22 Graham P. W, y Rooney, D (2001) “A sociolinguistic approach to applied epistemology: Examining
technocratic values in global ´knowledge´ policy”. Social Epistemology, 15 3: 155-169
23 John Seely Brown: “The social life of learning: how can continuing education be reconfigured in the
future?” en Continuing Higher Education Review, Vol. 66, 2002 pp 50-69

2.4 Page 14

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Un adicional salesiano
Como salesiano, me interesaría ir para atrás un poco en la década usualmente elegida como el
inicio de la Doctrina Social Católica como un cuerpo de enseñanza formulada. En lugar de los
años 1890, ¿podemos ira atrás un poco más a 1847 cuando Don Bosco escribió el Giovane
provveduto y se refirió a una frase que a partir de entonces desarrolló hasta su muerte como una
expresión de su misión: hacer de los jóvenes pobres y en riesgo “buoni cristiani e onesti
cittadini” (buenos cristianos y honestos ciudadanos). Es una frase que reformuló después de
1875 en ocasión de la primer expedición misionera a las Américas, como: “civiltá e religione”
(civilización y religión) o “bene dell’umanitá e della religione” (por el bien de la humanidad y
de la religión). Como explica Pietro Braido, el estudioso de don Bosco, era un manifiesto
educativo único con un sabor tradicional pero virtualmente abierto a lo nuevo.24 Cuando uno
empieza a leer un discurso tal como el de Haberman en Estambul titulado “Diálogos sobre
civilizaciones”, uno comprueba cuan abierto a lo nuevo estaba efectivamente Don Bosco! Él
tenía la idea de que una buena ciudadanía requiere un sentido vivaz de la participación,
involucrando derechos y deberes, libertad religiosa, religión activa, compromiso cívico activo
que puede haberse iniciado en el Resurgimiento de Italia, pero que él extendía a todo el mundo
en acciones y fórmulas que podían traducirse a todas las culturas en todos los tiempo como ha
quedado claramente demostrado después de 150 años. Pero trataba las cosas en la verdadera
tradición de la Doctrina Social Católica como hoy la conocemos, desde el punto de vista de los
pobres y los excluidos que eran para él ciertos grupos de jóvenes en particular. Para cualquiera
dentro de la tradición salesiana, este es un programa poderosamente motivador que debemos
adaptar a algunas de los más difíciles cuestiones de nuestros días que afectan a la educación y
ello incluye aquéllas ya mencionadas, además de otras que ahora agregaré, que tienen que ver
con los derechos, la equidad y la construcción democrática del conocimiento.
A propósito, siento que tengo todo el derecho de extender el período de la Doctrina Social
Católica hacia atrás hasta Don Bosco, desde el momento que dicho período se entiende
usualmente que se inició con la Rerum Novarum de Leon XIII. El mismo León XIII, que fue
Papa antes de que Don Bosco muriera, tuvo una audiencia con el Santo el 9 de mayo de 1884,
en la que le dijo – y éste me parece que es el vínculo importante: “Ustedes (salesianos) tienen la
misión de mostrar al mundo que es posible ser un buen católico al mismo tiempo que un buen y
honesto ciudadano; que uno puede hacer mucho bien por la juventud pobre y abandonada en
todas las edades, sin perjuicio del desarrollo de la política permaneciendo al mismo tiempo
como buenos católicos”. Es un desafío que espero no olvidemos nunca.
El cambiante mundo de la información
Uno de los grandes trabajos de la era de la información, algunas veces aclamado con euforia,
aunque posiblemente en modo prematuro, como un clásico del siglo XXI, es la trilogía de
Manuel Castells sobre el tema.25
Castells sugiere que vivimos en un Nuevo mundo de la información, donde las redes
reemplazan a las relaciones jerárquicas. El trabajo cambia a la naturaleza, los procesos de
producción e intercambio se expanden espacialmente y se alteran las nociones de autoridad. Él
señala que es un mundo en el que si se está en la red que se puede compartir y con horas extra,
las posibilidades de vida aumentan. Si se está afuera de la red o desconectado, entonces sus
24 P. Braido, Prevenire non reprimere: il sistema educativo di Don Bosco, LAS-Roma, 1999, pp. 230-234
25 Manuel Castells, The Rise of the Network Society, The Information Age: Economy, Society and Culture,
Vol. I. (1996). Cambridge, MA; Oxford, UK: Blackwell, 556; The Power of Identity, The Information
Age: Economy, Society and Culture, Vol. II. M. Castells (1997). Cambridge, MA; Oxford, UK: Blackwell,
461 pp., ; The End of the Millennium, The Information Age: Economy, Society and Culture, Vol. III.
(1997). Cambridge, MA; Oxford, UK: Blackwell, 418 pp.

2.5 Page 15

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posibilidades disminuyen ya que todo lo que cuenta está organizado alrededor de una red
mundial de redes que interactúan.
En un libro posterior escrito en 2001, Castells hace el siguiente comentario:
Uno podría decir, ‘¿Por qué no me dejan solo? No quiero ser parte de vuestra Internet, de
vuestra civilización tecnológica, de vuestra sociedad en red. Yo sólo quiero vivir mi
vida’… Si esa es vuestra posición, tengo malas noticias para ustedes. Si ustedes no le dan
importancia a las redes, las redes se ocuparán de ustedes de todas formas. Porque mientras
quieran vivir en esta sociedad, en esta época y en este lugar, ustedes tendrán que tratar con
la sociedad en red.26
Algunas personas podrán elegir esconderse de la era informática, pero muchas otras que se
encuentran en los espacios oscuros entre las redes, no tienen elección. Están excluidas por la
dura lógica de la economía de la informática, donde no pueden crear un valor económico. Estas
son en las que estamos interesados, especialmente los jóvenes.
El mundo del Software Libre
‘Open source’, contenidos libres, software libre, una nueva cultura de compartir, oportunidades
en la red, relaciones de la producción por afuera del mercado, nuevas ideas para la
administración de la propiedad intelectual a través de GPL, Creative Commons. Estas son el
tipo de realidades con las que hemos estado tratando en estos días.
No tengo respuestas fáciles a las muchas cuestiones serias que se han planteado. Tengo
solamente mi propia experiencia para responder a las preguntas. Mi experiencia salesiana por
un lado, que muchos de nosotros compartimos y esto incluye experiencia como educador, y mi
experiencia como un usuario inteligente del software. Creo y utilizo FLOSS de una forma
apasionada y espero también fundamentada. Creo que tiene la potencialidad para hacer la
diferencia – y en mi caso está haciendo la diferencia.
FLOSS nos permite saltar algunos de los límites impuestos por el régimen IP. Es fácil de
adaptar a diversas necesidades. Puedo demostrar un caso clásico de esto con mi adaptación del
software de la Greenstone Digital Library a las necesidades de la sociedad salesiana. FLOSS es
un forma positiva de globalización, donde las personas pueden hacer su propia contribución
libre.
Yo no creo que uno de los temas cruciales en el mundo, incluido el desarrollo de las naciones,
sea tanto el acceso a la tecnología. FLOSS puede hacer eso posible en muchas instancias. El
tema crucial es la forma en que enfoques diferentes de FLOSS (el enfoque “propietario”)
obligan a las personas a ser dependientes, usuarios pasivos y participantes desiguales. El
dominio por parte de las naciones desarrolladas de las patentes tecnológicas informáticas
(software y hardware) y la forma en que esto está envuelto por los derechos de propiedad
intelectual, obliga a esta situación en muchas otras partes del mundo. La brecha digital puede
no ser tanto sobre el acceso a la caja sino la habilidad para conocer y utilizar el lenguaje con el
que la caja trabaja – me refiero en primera instancia al código de la fuente, porque desde el
momento en que no hay acceso al mismo, entonces la gente está definitivamente reducida modo
profundo “solamente a la lecura” o incluso a no poder leerlo! También quiero decir que
cuando las patentes de software son de propiedad de ultramar, hay poco incentivo para los
locales (= quienes non hacen parte de esos contextos). Pero también quiero decir que,
desafortunadamente, el mundo tecnócrata está dominado por el idioma inglés.
26 Manuel Castells The Internet Galaxy: Reflections on the Internet, Business, and Society Oxford,
Oxford University Press, 2001

2.6 Page 16

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Estaré atento a los loables esfuerzos de muchos individuos y grupos para desarrollar opciones
de FLOSS, pero les aconsejaría tener mucho cuidado con cualquier relación con fuerzas sociales
dominantes. ¿Es verdad que la OLPC aceptará un negocio con Microsoft? ¿Se puede confiar
plenamente en la asociación IBM/Linux? Siempre debe estar presente una saludable dosis de
escepticismo. Dejemos que FLOSS siga siendo subversiva en el mejor sentido de la palabra! …
Siguiendo hacia acciones concretas
Pero permítanme volver sobre un tema que ya he planteado y llegar a algunas conclusiones
prácticas. En Las virtudes digitales yo he sugerido que debemos revisar y reinterpretar algunos
de los ‘slogans’ clásicos de la tradición salesiana.27 En esta disertación ya he hablado en ese
sentido sobre Don Bosco y su ‘buen cristiano y honesto ciudadano’, como algo que debe ser
reinterpretado a la luz de la Doctrina Social Católica y la dominación de la tecnología, de lo
digital en nuestras vidas.
Espero que mis esfuerzo para relacionar todos esto con una postura antropológica y teológica
puedan verse como parte de esta reinterpretación. El 23 de abril de 2007, el Padre Pascual
Chávez, Rector Mayor de la Familia Salesiana, recibió el doctorado Honoris Causa en Ginebra.
En su Lectio Magistralis de esa ocasión, titulada “Educación y Ciudadanía”, él hizo una serie de
comentarios que son relevantes con respecto a lo que he estado diciendo hoy. Varios de sus
lineamientos fundamentales para la educación tienen resonancia aquí; por ejemplo:
1. La necesidad de redefinir los objetivos de la educación, teniendo en cuenta que
2.000 años de educación clásica y cristiana ofrecen una respuesta siempre válida:
“el objetivo de la educación es la formación de un espíritu capaz de hacer juicios
libremente y que logre ser en una parte responsable de la sociedad”.
2. La necesidad de lograr un equilibrio entre la formación personal del estudiante y su
formación enciclopédica. El conocimiento es mucho más importante que
simplemente acumular información ya que solamente el conocimiento puede llevar
a una responsabilidad moral y a la sabiduría.
3. La educación hoy significa enseñarle a la gente a educarse en forma permanente.
En su disertación él habló del espacio educativo creado por Don Bosco y su
convicción de que eso requiere de la más grande participación de la gente, ya sea
definidamente católicos o personas de buena voluntad – hoy él hablaría de la red de
fuerzas positivas.
Cada uno de estos puntos que formuló el Rector Mayor son hoy relevantes para nuestra
discusión sobre derechos, equidad y la construcción democrática del conocimiento en un
contexto pedagógico.
Pero sospecho que hay algo que debe ser agregado. Parte del problema es que mientras hay una
sólida y válida tradición de 2.000 años de educación clásica y cristina, esto en sí mismo no
asegura que nuestra teoría y práctica de la educación (es decir, conocimiento y aprendizaje) este
enfrentanda totalmente el desafío presentado por el contexto y las características del
conocimiento en la sociedad de hoy. Existe el peligro que estemos preparando aprendices para
una sociedad que ya no existe. El asunto ya está planteado por el Padre Chávez en el segundo
punto sobre ‘el conocimiento es más importante que simplemente acumular información’, pero
necesita ser desarrollado.
Por lo tanto, es oportuna la discusión de la ‘construcción democrática del conocimiento’, ya que
este es el tipo de contexto donde las redes, las conexiones, el hacer sentido entre las áreas, ideas,
27 Julian Fox, (de. Inglés p. 156)

2.7 Page 17

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conceptos, la elección de qué aprender y conocer la diferencia entre lo importante y lo que no lo
es, son todas partes cruciales de una ecología del saber y aprender.
No todo es el descubrimiento del mundo tecnológico. ‘Necesita todo un pueblo educar a un
niño’ (it takes an entire village to educate a child) como dice un proverbio africano, y ello
contiene una verdad semejante. Es que todavía no hemos caído plenamente en la cuenta de esta
verdad en muchas de nuestros ambientes educativos, y tampoco somos plenamente conscientes
de cómo el ‘pueblo global’ está ocupado educando a nuestros niños a través de la Web.
Quiero terminar dejando una lista de cosas para hacer. Tareas que están pendientes y sin las
cuales no tendremos la posibilidad de contribuir tan eficazmente como podríamos, ni tampoco
responder adecuadamente a las responsabilidades que tenemos hoy como educadores. Por
supuesto es potencialmente una lista larga y exigente!
Tareas pendientes
‘Comunicación a través del conocimiento compartido … colaboración entre las
personas en el trabajo y el hogar’ era la visión de Tim Berners Lee sobre la red global
(www) que él creó. ¿Cómo podemos hacer real esa visión para nuestro propio uso de la
Red como Familia internacional involucrada en la educación de los jóvenes y los
pobres?
Estamos llamados a desafiar prácticas, políticas, tecnologías que liberen a los
individuos y a las comunidades, así como también ayudar a la liberación de las
comunidades y de las personas.
La principal alianza cristiana para la comunicación, la que me parecería suficientemente
amplia y sólida, es conocida como la Asociación Mundial para la Comunicación
Cristiana (WACC en su sigla en inglés). Empieza por afirmar el derecho básico a la
comunicación y ofrece una serie de principios. ¿Podemos suscribir esa declaración de
principios?
¿Dónde nos encontramos personalmente y comunitariamente en el asunto de FLOSS?
o Si la tecnología y el software son ‘eslabones perdidos’ en la Doctrina Social
Católica, entonces hace falta estudiar e investigar para solucionar esto.
o La acción debe seguir a las convicciones - ¿tenemos políticas, declaraciones de
ética institucional sobre el particular?
Si uno está en la red puede compartir y aumentar sus posibilidades de vida –
seguramente esto es motivo para la acción concreta salesiana a favor de la juventud que
está en situación ya sea de quedar ‘encerrados afuera’ o ‘desconectados’.
‘Aprendiendo sobre los entornos que se convierten en una práctica’ (Seely Brown).
¿Qué más podemos hacer como comunidad internacional de educadores en la tradición
salesiana para fomentar comunidades interesadas en la practica en el Software Libre y
para aprender sobre redes que patrocinen el compromiso cívico y aseguren el libre
acceso y la accesibilidad?
Somos parte de lo que es conocido como el Sector Terciario, el sector cultural, el sector
voluntario, si ustedes prefieren. Este sector es de crucial importancia en los asuntos de
la construcción democrática del conocimiento. En efecto, el Sector Primario (el
mercado) y el Sector Secundario (el gobierno) dependen de un Sector Terciario fuerte.
Así lo expresó el Informe Mundial sobre la Cultura de la UNESCO en 1998.
Los valores culturales que identifican y vinculan a las comunidades locales, regionales o
nacionales, parecería estar en peligro de ser sobrepasadas por las fuerzas implacables del

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mercado global. En estas circunstancias, se levantan preguntas sobre cómo las
sociedades pueden manejar los impactos de la globalización de tal manera que las
culturas locales o nacionales, y la creatividad que las sostiene, no sean dañadas sino más
bien preservadas o mejoradas.
¿Qué podemos hacer para ayudar a que el Sector Terciario sea más una fuerza coherente
y consciente para el bien (la idea de don Bosco de un amplio movimiento) en las áreas
locales, especialmente en las áreas más pobres, que tenga en cuenta las oportunidades
que ofrecen los enfoques de las redes digitales, el Software Libre y el Open Source?
La aparición de un bien común del conocimiento ofrece nuevos modelos para compartir
información, estimulando la innovación. Tenemos muchas posibilidades que se nos
abren: bibliotecas digitales, cursos abiertos (courseware)… ¿podemos agregar a la lista?
Si el Software Libre es tan útil e importante, ¿por qué es que no todo el mundo lo está
usando? Entre las respuestas (y por implicacion entre los aportes que podemos hacer) se
encuentran las siguientes:
o falta de conciencia.
o falta de maestros calificados para capacitar en conceptos y herramientas
o falta de calidad de los materiales educativos sobre Software Libre