Salmos|40
  • Salmo 40
  • Oración de un enfermo
  • Automático
  • Bety
  • Dichoso el que cuida del pobre y desvalido; en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
  • El Señor lo guarda y lo conserva en vida, para que sea dichoso en la tierra, y no lo entrega a la saña de sus enemigos.
  • Yo dije: "Señor, ten misericordia, sáname, porque he pecado contra ti".
  • Mis enemigos me desean lo peor: "a ver si se muere, y se acaba su apellido".
  • Mis adversarios se reúnen a murmurar contra mí, hacen cálculos siniestros:
  • "Padece un mal sin remedio, se acostó para no levantarse".
  • Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba, que compartía mi pan, es el primero en traicionarme.
  • Pero tú, Señor, apiádate de mí, haz que pueda levantarme, para que yo les dé su merecido.
  • En esto conozco que me amas: en que mi enemigo no triunfa de mí.
  • A mí, en cambio, me conservas la salud, me mantienes siempre en tu presencia.
  • Bendito el Señor, Dios de Israel, ahora y por siempre. Amén, amén.
  • Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.