Salmos|38
  • Salmo 38
  • Súplica de un enfermo
  • Automático
  • Yo me dije: "vigilaré mi proceder, para que no se me vaya la lengua;
  • pondré una mordaza a mi boca mientras el impío esté presente".
  • Guardé silencio resignado, no hablé con ligereza;
  • pero mi herida empeoró, y el corazón me ardía por dentro;
  • pensándolo me requemaba, hasta que solté la lengua.
  • Señor, dame a conocer mi fin y cuál es la medida de mis años, para que comprenda lo caduco que soy".
  • Me concediste un palmo de vida, mis días son nada ante ti;
  • el hombre no dura más que un soplo, el hombre pasa como una sombra,
  • por un soplo se afana, atesora sin saber para quien.
  • Y ahora, Señor, ¿qué esperanza me queda? Tú eres mi confianza.
  • Líbrame de mis inquietudes, no me hagas la burla de los necios.
  • Enmudezco, no abro la boca, porque eres tú quien lo ha hecho.
  • Aparta de mí tus golpes, que el ímpetu de tu mano me acaba.
  • Escarmientas al hombre castigando su culpa;
  • como una polilla roes sus tesoros; el hombre no es más que un soplo.
  • Escucha, Señor, mi oración, haz caso de mis gritos, no seas sordo a mi llanto;
  • porque yo soy huésped tuyo, forastero como todos mis padres.
  • Aplácate, dame respiro, antes de que pase y no exista.
  • Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo