Misa San Juan Bosco


31 de enero


San JUAN BOSCO


Presbítero

Padre y maestro de la juventud

Fundador de la Sociedad de san Francisco de Sales,

del instituto de Hijas de María Auxiliadora

y de los Cooperadores Salesianos


Solemnidad



Por el bien pastoral de los fieles, cuando esta solemnidad cae entre semana, es lícito celebrarla en domingo, siempre que sea del tiempo ordinario. En tal caso el siguiente formulario puede usarse en todas las misas en que participa el pue­blo (cf. Misal Romano, Normas universales sobre el año litúrgico y el calendario, núms. 58 y 59).





Juan nació en Castelnuovo d'Asti el año 1815. Fue educado por su madre en la fe y en la práctica coherente del mensaje evangélico. Cuando sólo tenía nueve años, intuyó que debía dedicarse a la educación de la ju­ventud. Siendo aún muchacho, comenzó a entretener a los de su edad con juegos, que alternaba con la oración y la instrucción religiosa. Una vez or­denado sacerdote (1841), tomó como programa de vida el lema: « Da mihi ánimas, cétera tolle » (Gn 14, 21), y empezó su apostolado con los jóvenes más pobres, para los que fundó el Oratorio, que puso bajo el patrocinio de san Francisco de Sales.

Con su estilo de educación y su praxis pastoral, basados en la razón, en la religión y en el amor (Sistema Preventivo), conducía a adolescentes y jóvenes a la reflexión, a encontrarse con Cristo y con los hermanos, a la educación en la fe y su celebración en los sacramentos y al compromiso apostólico y profesional. Uno de los frutos más hermosos de su pedagogía es santo Domingo Savio, joven de quince años.



Fuente de su actividad incansable y de la eficacia de su acción fue la « unión constante con Dios » y la confianza ilimitada en María Auxiliado­ra, a la que veía como inspiradora y apoyo de toda su obra. A sus hijos, los salesianos, les dejó como herencia una forma de vida religiosa sencilla, pero sólidamente cimentada en las virtudes cristianas y sintetizada en el binomio « trabajo y templanza ».

Buscó, entre sus jóvenes, los mejores colaboradores de su obra, y dio origen a la Sociedad de san Francisco de Sales; con santa María-Dominica Mazzarello fundó el instituto de Hijas de María Auxilia­dora; por último, con buenos y activos seglares —hombres y mujeres— creó los Cooperadores Salesianos, para que estuvieran al lado de su obra y la sostuvieran; se adelantaba, así, a nuevas formas de apostolado en la Iglesia.

En el centenario de su muerte, ocurrida el 31 de enero de 1888, Juan Pablo II lo declaró y proclamó Padre y maestro de la juventud, « establecien­do que con tal título fuera honrado e invocado, particularmente por cuan­tos se consideran sus hijos espirituales ».

El formulario litúrgico es un canto de alabanza y acción de gracias a « Dios grande y misericordioso », por haber suscitado « en la Iglesia a san Juan Bosco como amigo, hermano y padre de los jóvenes » (pref.).

La figura del « padre y maestro de los jóvenes » (col.) aparece como un signo de la providencia de Dios que, inspirador de « todo buen propósito » {bend.), nunca permite que falten santos a su Iglesia. Dócil a la acción del Espíritu Santo y fiel discípulo en la escuela de la Santísima Vir­gen, Juan Bosco es el apóstol incansable que afronta el trabajo « con mira­da profética sobre los tiempos nuevos » y educa a los jóvenes para « afron­tar la vida con honesta sabiduría y una fe rica en obras » (pref.); todo ello, « por el bien de la Iglesia » (col).

La participación jubilosa y festiva en esta Eucaristía es para nuestra asamblea un compromiso de fidelidad a las promesas del bautismo, es decir, a « caminar siempre en la fe, en la esperanza y en el amor » (bend.); un compromiso a actuar en toda circunstancia por «la salvación de los hermanos» (col.) sirviéndolos con alegría (cf. bend.), a fin de que la vida de todos sea un himno a la gloria del Padre (cf. ofr.) y pue­dan participar un día en la fiesta eterna del cielo. Por ello, los fieles pi­den el don de la « caridad apostólica » (col), ejercida con « actividad incansable » (pose), para seguir con alegría el ejemplo y las enseñanzas de san Juan Bosco, y continuar en la Iglesia « su misión de maestro y de padre » (pref.).


ANTÍFONA DE ENTRADA

cf. 1 Re 5, 9


El Señor le dio sabiduría e inteligencia

y un corazón grande

como las playas junto al mar.



O bien:

Sal 34 (33), 12. 6a


Venid, hijos, escuchadme;

os instruiré en el temor del Señor.

Contempladlo,

y quedaréis radiantes.



Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA Señor, Dios nuestro,

en tu providencia nos has dado a san Juan Bosco, padre y maestro de los jóvenes, que, bajo la guía de la Virgen María, trabajó con entrega infatigable por el bien de la Iglesia; suscita también en nosotros la misma caridad apostólica, que nos impulse a buscar la salvación de los hermanos para servirte a ti, único y sumo bien. Por nuestro Señor Jesucristo...



Se dice Credo.



ORACIÓN DE LOS FIELES: págs. 233-234.


el sacrificio que te ofrecemos
con fe sincera,

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS



y haz que te amemos sobre todas las cosas, a fin de que nuestra vida sea un himno en tu honor. Por Jesucristo, nuestro Señor.



PREFACIO (para el texto musicalizado: págs. 215-216). San Juan Bosco, don de Dios a la Iglesia

El Señor esté con vosotros.
Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Es justo y necesario.


En verdad es justo darte gracias,

y deber nuestro glorificarte,

Dios grande y misericordioso,

por Cristo, tu Hijo y Salvador nuestro.

Porque tú, Padre de amor eterno, suscitaste en la Iglesia a san Juan Bosco como amigo, hermano y padre de los jóvenes, para conducirlos por el camino de la salvación.

El, con mirada profética hacia los tiempos nuevos,

los preparó para afrontar la vida

con honesta sabiduría y una fe rica en obras.

Y, movido por tu Espíritu, dio origen a una gran familia para continuar por toda la tierra su misión de maestro y de padre.

Por eso, nosotros,

congregados en asamblea de fiesta,


te cantamos un himno de adoración y alabanza, y unidos a los ángeles y a los santos proclamamos sin cesar el himno de tu gloria.

Santo, Santo, Santo...




ANTÍFONA DE COMUNIÓNMt 18, 5

El que acoge a un niño como éste en mi nombre,

me acoge a mí —dice el Señor—.

O bien:Jn 15, 12

Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado —dice el Señor—.




ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre, nos has alimentado

con este sacramento de salvación;

haz que imitemos la actividad incansable de san Juan Bosco

para conducir a los jóvenes hacia el amor de Cristo, tu Hijo,

fuente inagotable de vida nueva.

El, que vive y reina por los siglos de los siglos.




BENDICIÓN SOLEMNE

El Señor, que inspira todo buen propósito, os proteja siempre con su gracia

y os ayude a ser fieles a las promesas de vuestro bautismo. Amén.


Cristo, el buen pastor,

os ayude a servir con alegría a los hermanos

imitando el ejemplo de nuestro [vuestro] santo fundador.

Amén.

A vosotros que celebráis con alegría la fiesta de san Juan Bosco, el Señor os conceda caminar siempre en la fe, en la esperanza y en el amor.

Amén.

Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.

Amén.


31 de enero


San JUAN BOSCO

Presbítero

Padre y maestro de la juventud

Fundador de la Sociedad de san Francisco de Sales,

del Instituto de Hijas de María Auxiliadora

y de los Cooperadores Salesianos




Solemnidad







PRIMERA LECTURA

Suscitaré un pastor que las apaciente.

% Jesucristo, el Señor, sigue haciendo sentir su presencia salvífica en la Iglesia, suscitando pastores según su corazón y con-fiándoles su rebaño.



Lectura del profeta Ezequiel34, 11-12. 15-16. 23-24. 30-31


Así dice el Señor Dios:

Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas

siguiendo su rastro.


Como un pastor sigue el rastro de su rebaño cuando se encuentra las ovejas dispersas, así seguiré yo el rastro de mis ovejas; y las libraré, sacándolas de todos los lugares

donde se desperdigaron el día de los nubarrones y de la oscuridad.


Yo mismo apacentaré mis ovejas, yo mismo las haré sestear —oráculo del Señor Dios—.

Buscaré las ovejas perdidas,

haré volver las descarriadas,

vendaré a las heridas,

curaré a las enfermas;

a las gordas y fuertes las guardaré,

y las apacentaré debidamente.

Les daré un pastor único que las pastoree: mi siervo David; él las apacentará, él será su pastor. Yo, el Señor, lo he dicho.

  • sabrán que yo, el Señor, soy su Dios y ellos son mi pueblo, la casa de Israel —oráculo del Señor—.

  • vosotros sois mis ovejas, ovejas de mi rebaño, y yo soy vuestro Dios —oráculo del Señor—.

Palabra de Dios.



SALMO RESPONSORIALjr 31, 7b. 9. 10. 20

El Señor es mi pastor, nada me falta.

O bien:

R. Tu amor, Señor, es eterno.

Gritad de alegría por Jacob,

regocijaos por el primero de los pueblos, proclamad, alabad y decid: « El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel ».


Los llevaré hacia torrentes de agua,

por un camino llano en que no tropezarán. Seré un padre para Israel, Efraín será mi primogénito. R.


Escuchad, pueblos, la palabra del Señor, anunciadla en las islas remotas: el que esparció a Israel lo reunirá, lo guardará como el pastor a su rebaño. R.


¿Eres mi hijo querido Efraín? ¿Es el niño de mis delicias? Siempre que lo reprendo, me acuerdo de ello, se me conmueven las entrañas y cedo a la compasión. R.






SEGUNDA LECTURA

Lo que oísteis y visteis en mí, ponedlo por obra.


ff Quien es consciente de la presencia del Señor en su vida no se angustia por las dificultades, sino que lo invoca con fe y persevera en el bien.

Lectura de la carta de san Pablo a los Filipenses 4, 4-9

Hermanos:

Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Que vues­tra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca.


Nada os preocupe; sino que en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.


Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta. Y el Dios de la paz estará con vosotros.

Palabra de Dios.


ALELUYA Y VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIO cf. Jn 13,15 R. Aleluya, aleluya.

Os he dado ejemplo —dice el Señor—,

para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.


O bien:cf. Jn 13, 16b

Dice el Señor:

El criado no es más que su amo,

ni el enviado es más que el que lo envía.


R. Aleluya.





EVANGELIO

El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí.


\\ El educador acoge a sus muchachos haciéndose pequeño con ellos y amando lo que les gusta; así se hace grande en el Reino de los cielos.




Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 1-6. 10


En aquel tiempo, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: —¿Quién es el más importante en el Reino de los cielos? Él llamó a un niño, lo puso en medio, y dijo:

Os digo que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el Reino de los cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño ése


es el más grande en el Reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí.


En cambio, al que escandalice a uno de esos pequeños que creen en mí, más le convendría que le colgasen al cuello una rueda de molino y lo se­pultaran en el fondo del mar.


Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre ce­lestial.


Palabra del Señor.






Otras primeras lecturas opcionales



I




PRIMERA LECTURA

Los que temen al Señor buscan su favor.

% Temer al Señor, es decir, reconocer efectivamente lo que es y aceptar su Palabra, proporciona a la vida alegría, bendición y paz.



Lectura del libro del Eclesiástico1, 17-20. 22. 25. 34-36; 2, 18-20


El temor del Señor es gloria y honor,

es gozo y corona de júbilo;

el temor del Señor deleita el corazón,

trae gozo y alegría y vida larga.

El que teme al Señor tendrá buen desenlace,

el día de su muerte lo bendecirán.


El principio de la sabiduría es temer al Señor;

ya en el seno se crea con el fiel.

Asienta su cimiento perpetuo entre los hombres

y se mantiene con su descendencia.

La plenitud de la sabiduría es temer al Señor,

con sus frutos sacia a los fieles.

La corona de la sabiduría es temer al Señor;

sus brotes son la paz y la salud.

La raíz de la sabiduría es temer al Señor,

y sus ramos son una vida larga.

El temor del Señor trae sabiduría y enseñanza, y la fe y la humildad alcanzan su favor. Hijo mío, no seas falso en el temor de Dios, no te acerques a él con doblez de corazón.


Los que temen al Señor no desobedecen sus palabras,

los que lo aman siguen sus caminos;

los que temen al Señor buscan su favor,

los que lo aman cumplen la Ley;

los que temen al Señor disponen el corazón

y se humillan delante de él.

Palabra de Dios.



SALMO RESPONSORIAL del Salmo 19 (18)



R. La ley del Señor es fuente de paz.


La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. R.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos. R.


La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R.


Que te agraden las palabras de mi boca, y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón, Señor, roca mía, redentor mío. R.



II


PRIMERA LECTURA

Espera en Dios, y él te allanará el camino.


La historia de la salvación demuestra que el apóstol supera los momentos de tentación y prueba confiando en su Señor.


Lectura del libro del Eclesiástico1, 1. 33; 2, 1-6. 11-13


Toda sabiduría viene del Señor y está eternamente con él.

Si deseas la sabiduría, guarda los mandamientos, y el Señor te la concederá.


Hijo mío, cuando te acerques al temor de Dios,

prepárate para las pruebas;

mantén el corazón firme, sé valiente,

no te asustes en el momento de la prueba;

pégate a él, no lo abandones,

y al final serás enaltecido.


Acepta cuanto te suceda,

aguanta la enfermedad y pobreza,

porque el oro se acrisola en el fuego,

y el hombre que Dios ama, en el horno de la pobreza.

Confía en Dios, que él te ayudará;

espera en él, y te allanará el camino.


Fijaos en las generaciones pretéritas: ¿quién confió en él y quedó defraudado?, ¿quién esperó en él y quedó abandonado?, ¿quién gritó a él y no fue escuchado?


Porque el Señor es clemente y misericordioso, perdona el pecado y salva del peligro.

Palabra de Dios.





SALMO RESPONSORIALdel Salmo 33 (32)

Dichoso quien confía en el Señor.


O bien:


Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador.


Aclamad, justos, al Señor,

que merece la alabanza de los buenos.

Cantadle un cántico nuevo,

acompañando los vítores con bordones. R.


Que la palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales. El ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R.


Con él se alegra nuestro corazón, en su santo nombre confiamos. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. R.


III


PRIMERA LECTURA

A donde yo te envíe, irás.

Dios llama, capacita para la misión y garantiza su asisten­cia eficaz y constante; el hombre debe responder con la fe y la disponibilidad.



Lectura del profeta Jeremías1, 4-9


Recibí esta palabra del Señor:

Antes de formarte en el vientre, te escogí;

antes de que salieras del seno materno, te consagré:

te nombré profeta de los gentiles.


Yo repuse:

¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho.


El Señor me contestó:

No digas « soy un muchacho », que a donde yo te envíe, irás, y lo que te mande, lo dirás. No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte —oráculo del Señor—.


El Señor extendió la mano y me tocó la boca; y me dijo:

Mira: yo pongo mis palabras en tu boca. Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL del Salmo 96 (95)


R. Cantemos al Señor que nos salva.


Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor toda la tierra; cantad al Señor, bendecid su nombre. R.


Proclamad día tras día su victoria,

contad a los pueblos su gloria,

sus maravillas a todas las naciones. R.


Familias de los pueblos, aclamad al Señor, aclamad la gloria y el poder del Señor, aclamad la gloria del nombre del Señor. R.







IV



PRIMERA LECTURA

Él conservará la vida, por haber estado alerta; y tú habrás salvado la vida.

El educador cristiano sabe indicar con claridad y valentía los caminos del Señor, sin preocuparse de su interés personal.


Lectura del profeta Ezequiel3, 16-21


En aquellos días, me vino esta palabra del Señor:

Hijo de Adán, te he puesto de atalaya en la casa de Israel. Cuando escuches una palabra de mi boca, les darás la alarma de mi parte.


Si yo digo al malvado que es reo de muerte y tú no le das la alarma —es decir, no hablas poniendo en guardia al malvado para que cambie su mala conducta y conserve la vida—, entonces el malvado morirá por


su culpa, y a ti te pediré cuenta de su sangre. Pero si pones en guardia al malvado y no se convierte de su maldad y de su mala conducta, en­tonces él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado la vida.


Y si el justo se aparta de su justicia y comete maldades, pondré un tro­piezo delante de él y morirá; por no haberle puesto en guardia, él mori­rá por su pecado y no se tendrán en cuenta las obras justas que hizo; pero a ti te pediré cuenta de su sangre. Si tú, por el contrario, pones en guardia al justo para que no peque y, en efecto, no peca, ciertamente conservará la vida, por haber estado alerta; y tú habrás salvado la vida.


Palabra de Dios.







SALMO RESPONSORIAL Salmo 117 (116)


R. Proclamaré, Señor, tu salvación.


Alabad al Señor, todas las naciones, aclamadlo, todo los pueblos. R.


Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre. R.




I




SEGUNDA LECTURA

Los dones que poseemos son diferentes, según la gracia que se nos da a cada uno.

U La conciencia de haber recibido todo gratis de Dios da al apóstol sencillez, alegría, celo y generosidad en su labor pastoral.


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 12, 3-13
Hermanos:

Por la gracia de Dios que me ha sido dada, os digo a todos y a cada uno de vosotros: No os estiméis en más de lo que conviene, sino estimaos moderadamente, según la medida de la fe que Dios otorgó a cada uno. Pues así como nuestro cuerpo, en su unidad, posee muchos miembros y no desempeñan todos los miembros la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero cada miembro está al servicio de los otros miembros.


Los dones que poseemos son diferentes, según la gracia que se nos ha dado, y se han de ejercer así:

si es de predicación, teniendo en cuenta a los creyentes; si es el servicio, dedicándose a servir; el que enseña, aplicándose a enseñar; el que exhorta, a exhortar;

el que se encarga de la distribución, hágalo con sencillez;

el que preside, con empeño;

el que reparte limosna, con agrado.


Que vuestra caridad no sea una farsa; aborreced lo malo y apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estiman­do a los demás más que a uno mismo.


En la actividad, no seáis descuidados; en el espíritu, manteneos ardien­tes. Servid constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres: estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración. Contribuid en las necesidades del pueblo de Dios; practicad la hospitalidad.


Palabra de Dios.





II


SEGUNDA LECTURA

El amor es comprensivo y servicial.


La contraseña fundamental del apóstol cristiano, sello de autenticidad de las demás virtudes, es la caridad.



Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo

a los Corintios12, 31—13, 13


Hermanos:

Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino mejor.


Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden. Ya podría tener el don de la predicción y conocer todos los se­cretos y todo el saber; podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve.


El amor es comprensivo,

el amor es servicial y no tiene envidia;

el amor no presume ni se engríe;

no es mal educado ni egoísta;

no se irrita, no lleva cuentas del mal;

no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.


Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites.


El amor no pasa nunca. ¿El don de predicar? —Se acabará. ¿El don de lenguas? —Enmudecerá. ¿El saber? —Se acabará.

Porque inmaduro es nuestro saber e inmaduro nuestro predicar;

pero cuando venga la madurez, lo inmaduro se acabará.

Cuando yo era niño, hablaba como un niño,

sentía como un niño, razonaba como un niño.

Cuando me hice hombre,

acabé con las cosas de niño.

Ahora vemos como en un espejo de adivinar;

entonces veremos cara a cara.

Mi conocer es por ahora inmaduro;

entonces podré conocer como Dios me conoce.

En una palabra,

quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande es el amor.

Palabra de Dios.



III


SEGUNDA LECTURA

Que cada uno, con el don que ha recibido, se ponga al servicio de los demás.

El apóstol cristiano realiza su misión en nombre y con la fuerza de Dios, consciente de que administra una riqueza que le ha sido dada.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro4, 7b-11

Queridos hermanos:

Sed moderados y sobrios para poder orar. Ante todo mantened en ten­sión el amor mutuo, porque el amor cubre la multitud de los pecados.


Ofreceos mutuamente hospitalidad, sin protestar.


Que cada uno, con el don que ha recibido, se ponga al servicio de los demás, como buenos administradores de la múltiple gracia de Dios. El que toma la palabra, que hable palabra de Dios. El que se dedica al ser­vicio, que lo haga en virtud del encargo recibido de Dios. Así, Dios será glorificado en todo, por medio de Jesucristo, Señor nuestro, a quien co­rresponden la gloria y el poder por los siglos de los siglos, amén.


Palabra de Dios.





IV



SEGUNDA LECTURA

Sed pastores del rebaño de Dios que tenéis a vuestro cargo, gobernándolo no a la fuerza, sino de buena gana.

% El educador cristiano promueve el bien de sus discípulos siendo para ellos modelo de entrega total y desinteresada.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro5, 1-4

Queridos hermanos:

A los presbíteros en esa comunidad, yo, presbítero como ellos, testigo de los sufrimientos de Cristo y partícipe de la gloria que va a manifes­tarse, os exhorto:

Sed pastores del rebaño de Dios que tenéis a vuestro cargo, gobernán­dolo no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por sór­dida ganancia, sino con generosidad; no como déspotas sobre la here­dad de Dios, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño. Y, cuando aparezca el supremo pastor, recibiréis la corona de gloria que no se marchita.

Palabra de Dios.


V


SEGUNDA LECTURA

No amemos de palabra ni solamente de boca, sino con obras y según la verdad.

El apóstol cristiano, imitando a Jesucristo, que dio su vida por nosotros, se da basta el sacrificio de sí mismo por el bien del prójimo.

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 14. 16-18. 20b-24 Queridos hermanos:

Nosotros hemos pasado de la muerte a la vida: lo sabemos porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte.

En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros.

También nosotros debemos dar nuestras vidas por los hermanos.

Si uno tiene de qué vivir y,

viendo a su hermano en necesidad,

le cierra sus entrañas,

¿cómo va a estar en él el amor de Dios?

Hijos míos,

no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y de verdad.

Dios es mayor que nuestra conciencia

y conoce todo.

Queridos,

si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios; y cuanto pidamos lo recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.

Y éste es su mandamiento:

que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo,

y que nos amemos unos a otros

tal como nos lo mandó.


Quien guarda sus mandamientos

permanece en Dios y Dios en él;

en esto conocemos que permanece en nosotros:

por el Espíritu que nos dio.

Palabra de Dios.



Otros evangelios opcionales I

ALELUYA

Y VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIOcf. Flp 2, ub-l6a


R. Aleluya, aleluya.


Brillad como lumbreras del mundo, mostrando una razón para vivir.

R. Aleluya.




EVANGELIO

Quien cumpla y enseñe estos mandamientos será grande en el Reino de los cielos.

% El discípulo que acoge el Evangelio en su vida, se hace luz y sal para sus hermanos y da gloria a Dios.





Lectura del santo Evangelio según san Mateo5, 13-19



En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.



Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una vela para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.


No creáis que he venido a abolir la ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres, será el menos importante en el Reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los cielos.


Palabra del Señor.


I






I


ALELUYA

Y VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIO


cf. Jn 13, 34



R. Aleluya, Aleluya.


Os doy un mandamiento nuevo —dice el Señor— que os améis unos a otros como yo os he amado.


R. Aleluya.



EVANGELIO

Amarás al Señor, tu Dios; amarás a tu prójimo.


El educador cristiano vive y enseña a vivir el amor a Dios y al prójimo como el valor supremo de la existencia.





Lectura del santo Evangelio según san Mateo22, 34-40


En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesús, y uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba: —Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?


El le dijo: —« Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser ». Este mandamiento es el principal y primero.


El segundo es semejante a él: —« Amarás a tu prójimo como a ti mismo ». Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los pro­fetas.


Palabra del Señor.






III

ALELUYA Y VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIO Le 14,11 Aleluya, aleluya.


Dice el Señor: El que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido.


EVANGELIO

El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí.

Educar con amor y servir con desinterés a los más peque­ños, es un camino eminente para lograr la santidad en el rei­no de Dios.




Lectura del santo Evangelio según san Marcos9, 33-37


En aquel tiempo, los discípulos llegaron a Cafarnaúm; y, una vez en ca­sa, les preguntó:

¿De qué discutíais por el camino?

Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.

Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:

Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.

Y acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:

El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.

Palabra del Señor.



IV

ALELUYA Y VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIO Mc 10, 15 Aleluya, aleluya.

El que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él, dice el Señor.


EVANGELIO

Dejad que los niños se acerquen a mí.

% Para educar, hay que saber acoger con amor y valorar el bien que hay en cada persona.







Lectura del santo Evangelio según san Marcos10, 13-16


En aquel tiempo, presentaron a Jesús unos niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban.

Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:

Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.

Y los abrazaba y bendecía imponiéndoles las manos.

Palabra del Señor.




V


ALELUYA

Y VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIOcf. Le 22, 28. 30

R. Aleluya, aleluya.

Quienes habéis perseverado conmigo en mis pruebas,

os sentaréis en tronos

para regir a las doce tribus de Israel.



Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve.

El servicio humilde y perseverante, como el de Jesucristo, abre al discípulo la entrada en el reino de Dios.







Lectura del santo Evangelio según san Lucas 22, 24-30


En aquel tiempo, los discípulos se pusieron a disputar sobre quién de ellos debía ser tenido como el primero.


Jesús les dijo:

Los reyes de los gentiles los dominan y los que ejercen la autoridad se hacen llamar bienhechores. Vosotros no hagáis así, sino que el pri­mero entre vosotros pórtese como el menor, y el que gobierne, como el que sirve. Porque, ¿quién es más, el que está en la mesa o el que sirve? ¿Verdad que el que está en la mesa? Pues yo estoy en medio de voso­tros como el que sirve.


Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas, y yo os transmito el Reino como me lo transmitió mi Padre a mí: comeréis y beberéis a mi mesa en mi Reino, y os sentaréis en tronos para regir a las doce tribus de Israel.


Palabra del Señor.