Salmos|118
  • Salmo 118
  • Meditación sobre la palabra de Dios revelada en la ley
  • Automático
  • Dichoso el que, con vida intachable, camina en la voluntad del Señor;
  • dichoso el que, guardando sus preceptos, lo busca de todo corazón;
  • Mi alma se consume, deseando continuamente tus mandamientos;
  • Mi alma está pegada al polvo: reanímame con tus palabras;
  • instrúyeme en el camino de tus decretos, y meditaré tus maravillas.
  • Mi alma llora de tristeza, consuélame con tus promesas;
  • correré por el camino de tus mandatos cuando me ensanches el corazón.
  • Aparta mis ojos de las vanidades, dame vida con tu palabra.
  • Más estimo yo los preceptos de tu boca que miles de monedas de oro y plata.
  • Reconozco, Señor, que tus mandamientos son justos, que con razón me hiciste sufrir.
  • Me consumo ansiando tu salvación, y espero en tu palabra;
  • Estoy como un odre puesto al humo, pero no olvido tus leyes.
  • ¡Qué dulce al paladar tu promesa: más que miel en la boca!
  • Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero;
  • Tus preceptos son mi herencia perpetua, la alegría de mi corazón.
  • Inclino mi corazón a cumplir tus leyes, siempre y cabalmente.
  • Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio, esperando tus palabras.
  • Mucha paz tienen los que aman tus leyes, y nada los hace tropezar.
  • Que mi alma viva para alabarte, que tus mandamientos me auxilien;
  • me extravié como oveja perdida: busca a tu siervo, que no olvida tus mandatos.
  • Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo