Salmos|78
  • Salmo 78
  • Lamentación ante la destrucción de Jerusalén
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  • Dios mío, los gentiles han entrado en tu heredad, han profanado tu santo templo, han reducido Jerusalén a ruinas.
  • Echaron los cadáveres de tus siervos en pasto a las aves del cielo,
  • y la carne de tus fieles a las fieras de la tierra.
  • Derramaron su sangre como agua en torno a Jerusalén, y nadie la enterraba.
  • Fuimos el escarnio de nuestros vecinos, la irrisión y la burla de los que nos rodean.
  • ¿Hasta cuándo, Señor, vas a estar siempre enojado? ¿Arderá como fuego tu cólera?
  • No recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres;
  • que tu compasión nos alcance pronto, pues estamos agotados.
  • Socórrenos, Dios, Salvador nuestro, por el honor de tu nombre;
  • líbranos y perdona nuestros pecados a causa de tu nombre.
  • ¿Por qué han de decir los gentiles: "dónde está su Dios"?
  • Que a nuestra vista conozcan los gentiles la venganza de la sangre de tus siervos derramada.
  • Llegue a tu presencia el gemido del cautivo: con tu brazo poderoso, salva a los condenados a muerte.
  • Mientras, nosotros, pueblo tuyo, ovejas de tu rebaño,
  • te daremos gracias siempre, cantaremos tus alabanzas de generación en generación.
  • Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo