Salmos|87
  • Salmo 87
  • Oración de un hombre gravemente enfermo
  • Automático
  • Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia;
  • llegue hasta ti mi súplica, inclina tu oído a mi clamor.
  • Porque mi alma está colmada de desdichas, y mi vida está al borde del abismo;
  • ya me cuentan con los que bajan a la fosa, soy como un inválido.
  • Tengo mi cama entre los muertes, como los caídos que yacen en el sepulcro,
  • de los cuales ya no guardas memoria, porque fueron arrancados de tu mano.
  • Me has colocado en lo hondo de la fosa, en las tinieblas del fondo;
  • tú cólera pesa sobre mí, me echas encima todas tus olas.
  • Has alejado de mí a mis conocidos, me has hecho repugnante para ellos:
  • encerrado, no puedo salir, y los ojos se me nublan de pesar.
  • Todo el día te estoy invocando, tendiendo las manos hacia ti.
  • ¿Harás tú maravillas por los muertos? ¿Se alzarán las sombras para darte gracias?
  • ¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia, o tu fidelidad en el reino de la muerte?
  • ¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla, o tu justicia en el país del olvido?
  • Pero yo te pido auxilio, por la mañana irá a tu encuentro mi súplica.
  • ¿Por qué, Señor, me rechazas, y me escondes tu rostro?
  • Desde niño fui desgraciado y enfermo, me doblo bajo el peso de tus terrores,
  • pasó sobre mí tu incendio, tus espantos me han consumido:
  • me rodean como las aguas todo el día, me envuelven todos a una;
  • alejaste de mí amigos y compañeros: mi compañía son las tinieblas.
  • Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo