Salmos|54
  • Salmo 54
  • Oración ante la traición de un amigo
  • Automático
  • Dios mío, escucha mi oración, no te cierres a mi súplica;
  • hazme caso y respóndeme, me agitan mis ansiedades.
  • Me turba la voz del enemigo, los gritos del malvado:
  • descargan sobre mí calamidades y me atacan con furia.
  • Se me retuercen dentro las entrañas, me sobrecoge un pavor mortal,
  • me asalta el temor y el terror, me cubre el espanto,
  • y pienso: "¡Quién me diera alas de paloma para volar y posarme!
  • Emigraría lejos, habitaría en el desierto,
  • me pondría en seguida a salvo de la tormenta, del huracán que devora, Señor; del torrente de sus lenguas". […]
  • Si mi enemigo me injuriase, lo aguantaría;
  • si mi adversario se alzase contra mí, me escondería de él;
  • pero eres tú, mi compañero, mi amigo y confidente, a quien me unía una dulce intimidad:
  • Juntos íbamos entre el bullicio por la casa de Dios.
  • Pero yo invoco a Dios, y el Señor me salva:
  • por la tarde, en la mañana, al mediodía, me quejo gimiendo.
  • Dios escucha mi voz: su paz rescata mi alma
  • de la guerra que me hacen, porque son muchos contra mí. […]
  • Encomienda a Dios tus afanes, que El te sustentará; no permitirá jamás que el justo caiga.
  • Tú, Dios mío, los harás bajar a ellos a la fosa profunda.
  • Los traidores y sanguinarios no cumplirán ni la mitad de sus años.
  • Pero yo confío en ti.
  • Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo