Salmos|50
  • Salmo 50
  • ¡Misericordia, Dios mío!
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  • Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa;
  • Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa;
  • lava del todo mi delito, limpia mi pecado.
  • A
  • Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado:
  • contra ti, contra ti sólo pequé, cometí la maldad que aborreces.
  • En la sentencia tendrás razón, en el juicio resultarás inocente.
  • Mira, en la culpa nací, pecador me concibió mi madre.
  • Te gusta un corazón sincero, y en mi interior me inculcas sabiduría.
  • Rocíame con el hisopo: quedaré limpio; lávame: quedaré más blanco que la nieve.
  • Hazme oír el gozo y la alegría, que se alegren los huesos quebrantados.
  • Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa.
  • Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme;
  • no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.
  • Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso:
  • enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti.
  • Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios, Salvador mío,
  • y cantará mi lengua tu justicia. Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza.
  • Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
  • Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias.
  • Señor, por tu bondad, favorece a Sión, reconstruye las murallas de Jerusalén:
  • entonces aceptarás los sacrificios rituales, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar se inmolarán novillos.
  • Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo