JMS 2011 Testimonios

Testimonios


Es algo excepcional compartir el amor de Cristo y la propia pequeña fe

Testimonio de una voluntaria





El tiempo de voluntariado, que pasé en Piura (Perú), en la misión llamada Bosconia, ha sido para mí una gran experiencia... espiritual. Es increíble como Dios sabe llegar nuestros corazones por medio de TODO: en cada momento, en cada persona, en cada uno de los deberes de cada día... Todo. Mi Maestro lo había tenido bien preparado todo mucho más antes de que yo conociera sus planes, es decir: mis deseos de corazón. El lo sabía muy bien, y me había preparado para vencer mis debilidades y vencer mis miedos de las crisis. Porque llegó una crisis muy fuerte. Tuve que enfrentarme con mis miedos, preocupaciones, con mi falta de autoestima... con mi NADA. Lo perdí todo... Para recibir a mi misma de nuevo y para recibir con toda la plenitud de gracia y de Amor.

Verdaderamente, El necesitaba llevarme lejos, para enseñar que mis deseos, que todos nuestros deseos más escondidos son de El y al final guían por las sendas de la felicidad inmensa. Ahora puedo decir con toda la seguridad: sólo entregarse sin límites, sin dejar nada para mi, puedo ser feliz. Sólo dándose en total, puedo dar de verdad y puedo llegar a los corazones, no sólo dejar flotar mi amor en los sentimientos que vienen y se van. Las personas en cualquier parte del mundo no necesitan solo aventureros, estrellas, cómicos, científicos. Necesitan Apóstoles que les lleven Amor y Verdad: a Dios. Y entonces estamos unos con otros más unidos, realizamos una sola misión: Amor para construir la unidad más plena. Es una cosa muy excepcional compartir con otros el amor de Cristo y mi pequeña fe.

Jamás lo voy a intentar sola. No hay día, que no he terminado con estas palabras: Oración de entrega (Autor: San Ignacio de Loyola) Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. Vos me disteis, a Vos, Señor, lo torno. Todo es Vuestro: disponed de ello según Vuestra Voluntad. Dadme Vuestro Amor y Gracia, que éstas me bastan. Amén.

Agnieszka Jaroszewicz, Polonia

Esta experiencia ha cambiado mi vida y mi percepción del mundo

Testimonio de un voluntario


Recuerdo cuando en 2007, en la parroquia de Santo Domingo Savio Bellflower, USA, manifesté por primera vez mi deseo de ser voluntario en medio de los huérfanos de Ecuador. Desde hace ocho meses trabajo con los muchachos de Guayaquil. Creo haber encontrado la pasión de mi vida. Si tuviera que escoger la mejor vivencia de mi vida, elegiría ésta.

Esta experiencia ha cambiado mi visión del mundo. Me ha abierto los ojos a la realidad de la pobreza, el hambre, y las condiciones en que se encuentran los países en vías de desarrollo. Y no sólo me ha abierto los ojos, sino que se ha convertido en la inspiración que me ha hecho una mejor persona. Al principio me daba miedo este nuevo país, lejos de mi familia, de mis amigos, pero cuando conocí a estos muchachos desaparecieron todas las inhibiciones. No podía creer cuando me decían que esta experiencia cambiaría mi vida. Ni me imaginaba lo exacto que iba a resultar. Ver un muchacho inocente tirado por el suelo cambia tu vida; y cuando el muchacho se decide venir contigo al oratorio es una bendición. Siento que he acogido no sólo a Vince o Erick, sino a Dios mismo. Cada día que pasa es un regalo de Dios. He podido entender qué es amarle a Él, de lo cual estoy enormemente agradecido. Lo mejor que he aprendido aquí es la inseguridad de las cosas que poseemos, ya sean los zapatos, o un plato de arroz o los mismos padres. Y yo creía que todas estas cosas me daban seguridad. Hace un año mi vida se me venía abajo, no tenía motivación ni para estudiar ni para trabajar. Ahora dejo Ecuador con una nueva visión de la vida, un nuevo deseo, un nuevo motivo, seguir ayudando a los demás. Esta nueva motivación que crece en mi corazón es el

mejor regalo que he recibido de mis muchachos, es algo que no se puede comprar con dinero.

Entonces ¿Dónde me veo dentro de diez años? Me veo de una manera diferente en el mundo, ayudando a los demás, no sé si en Ecuador, quizás de bombero. Agradezco a todos los hermanos y sacerdotes salesianos que, en todo esto, rezaron y creyeron en mí. Ellos me ayudaron a ser lo que soy ahora.

Juan Garcia, 18 años


He descubierto mi vocación gracias al voluntariado

Testimonio de un salesiano


Estoy muy feliz por compartir mi experiencia como voluntario a tiempo lleno de Jesús Youth. A ser sinceros, también debo mi vocación religiosa a mí compromiso con Jesús Youth. Ha sido el año más bonito de mi vida, he aprendido a caminar en más estrecho contacto con el Señor. Cuarenta días de formación y luego la formación de un año en una misión del Norteeste de la India (Assam) me ha convencido de veras para entregarme por toda la vida al servicio de Dios y de los jóvenes en la Congregación Salesiana. Lo que he tenido más en el corazón, durante la mayor parte del período de voluntariado, ha sido la unión entre nuestros compañeros de lucha y nuestros animadores. Fue (y es todavía) una bonita sensación ser parte de esta familia de amor. Creo que aquellos que la Iglesia necesita hoy es que seamos comunidad donde las personas pueden crecer y hacer una verdadera experiencia del amor cristiano en todos los aspectos de la vida. Estoy convencido de veras de que este proyecto es una inspiración del Espíritu Santo. Pueda el Espíritu del Señor seguir inspirándonos en " prendere il largo”.


Cl. Shyjan C.J., SDB

Don Bosco Utume, Nairobi, Kenya




He sentido intensamente la llamada a convertirme en salesiano

Testimonio de un salesiano


He nacido en Tassin cercano Lyón, Francia, en una familia cristiana, primogénito de 4 hijos. De joven estuve en los scout y durante mis estudios, he descubierto la fascinadora figura de Don Bosco.

En octubre de 1999 partí como voluntario a Costa de Marfil como profesor de matemáticas en el Colegio Don Bosco de Korhogo administrado por los Salesianos. Allí todavía descubrí mejor a Don Bosco, por los Salesianos. En enero de 2001 enfermé y he tenido tiempo para leer el Evangelio y la vida de Don Bosco. Me he percatado entonces como Don Bosco me ha permitido sintetizar mis diferentes aspiraciones: misionero de los jóvenes, educador, gran organizador. He sentido así, intensamente, la llamada a convertirme en un Salesiano. Regresé a Francia en el mes de agosto de 2001 para iniciar mi noviciado y he hecho mi primera profesión en 2002. Mi deseo fue quedarme en Francia. Luego, en septiembre del 2002, fui turbado continuamente por las imágenes en la TV de la guerra civil ivoriana y sentí el fuerte deseo de hacerme misionero, así he pedido volver a Costa de Marfil. he partido para Abidjan en 2004 para trabajar con D. Tim, Salesiano, entre los niños de calle y los evacuados de la guerra. En septiembre de 2004 he sido mandado luego a trabajar a Togo con los niños de mercado de Kara.

En 2005 le he vuelto a mi Inspectoría de Francia para continuar los estudios teológicos. En 2007 he pedido partir para Liberia, un País en el cual muchos jóvenes han sido alistados como niños soldado. Durante aquel verano en Monrovia he descubierto el enorme desafío educativo que los Salesianos han emprendido. He regresado convencido de que el carisma salesiano es una real posibilidad de rescate para África y que África a su vez puede enriquecer el carisma salesiano.

En 2008 he oficializado mi entrega definitiva a la Congregación por la profesión perpetua y he sido ordenado sacerdote el 21 junio del 2009, vuiendome disponible para ser un misionero. D. Vaclav Klement, Consejero General para las Misiones, me ha enviado a la Inspectoría ATE y su Inspector, D. Vega, me ha mandado a la comunidad de N'Djamena, en Chad, dónde he iniciado mi misión en octubre de 2009.


P. Xavier de Verchère, SDB



Con los voluntarios me sentí como Don Bosco con sus chicos

Testimonio de un fundador del voluntariado misionero


El año 2000 cuando fui nombrado ser Director del Centro Misionero Salesiano de Varsovia. De enseguida me he dediqué plenamente a las actividades de la Procura misionera. Pero al mismo tiempo pensé qué podría hacer para los jóvenes, visto el gran fervor suscitado por Juan Paolo II durante el gran Jubileo. La inspiración llegó de los mismos jóvenes. Me escribieron cartas y correos electrónicos con preguntas más o parecidas: Padre yo no siento a la vocación sacerdotal o religiosa, pero me gustaría ir a misión. ¿Es esto posible de alguna manera para una persona laica?

Las preguntas aumentaron de día en día. Cómo salesiano no pude decir que no.

El 4 de marzo de 2002 se realizó el primer encuentro de jóvenes procedentes de diversas partes de Polonia interesadas en el voluntariado misionero. Su entusiasmo y el número de participantes (fueron más de cuarenta) me sorprendió. Empezamos un camino con encuentros formativos mensuales, y al mismo tiempo los invité a dedicar alguna hora de la semana al voluntariado en su barrio.

Durante el verano algunos fueron al Este para las primeras experiencias misioneras. Y después de nueve meses del primer encuentro hemos dado al mundo al primer voluntario, Artur, que ha partido por dos años en Perú. Otros le seguieron enseguida: Monika, Edyta, Piotr, enviados en nombre de la Iglesia con el crucifijo misionero, para ser signos de la presencia de Cristo entre los jóvenes con el estilo de Don Bosco. Ha sido una experiencia muy bonita y en al mismo tiempo muy laboriosa. Muchos han regresado contentos, otros decepcionados. Las dificultades en efecto no han faltado. Entonces un día, frustrado por todo eso, pensé suspender el voluntariado. Y justo en aquellos días una de las voluntarias que estudiaba en el extranjero me ha escrito: Don, no se desanime. Sentiriamos perder toda la riqueza del patrimonio adquirido durante todos este años de trabajo. Apenas vuelta le ayudaré y juntos trataremos de hacer lo que se pueda. Y fue exactamente así. Me he sentido más que nunca como Don Bosco con sus chicos. Acabanda a mi misión como Director de la procura he escrito que entre los muchas actividades de la procura me fascinaba el voluntariado que es lo que yo he dedicado más energías, fatigas y luchas. Pero mereció la pena. Ya el edificio de la Procura no fue sólo un edificio de despachos y de vivienda de los Salesianos y de las FMA, sino que se ha convertido en la casa de los jóvenes. Y así ha nacido el Voluntariado Internacional Don Bosco, en el que se han formado más de 600 jóvenes entre entre los años 2002 y 2009 desde el cuál más que 250 han hecho muchas experiencias misioneras de breve tiempo y 68 voluntarios misioneros han partido por un período de mínimo un año.

Don Stanisław Rafałko, sdb


Una vida por los demás

Sean Devereux - voluntario mártir


Sean Devereux nació el 24 de noviembre de 1964. Desde la juventud tuvo el deseo de ir a África para ayudar a los niños necesitados. En el 1975 se apuntó al Colegio salesiano, Farnborough, Hampshire para la escuela secundaria. Estuvo allí desde los 11 a los 18 años.

Fue muy bueno en los deportes. Fue un chico estudioso y diligente. Trabajó por sus éxitos y estuvo dispuesto a empeñarse para terminarlos. Todos sus condiscípulos subrayan sus calidades: su modo de hacer abierto, simple y acogedor, su liderazgo, su entrega para con los marginados, su compasión, su generosidad y su amor por la verdad.

Después de los estudios universitarios ha enseñado durante dos años en la escuela salesiana a Chertsey. Por fin realizó su sueño cuando partió para Liberia en febrero de 1989 como voluntario a St. Francis School, una escuela salesiana en Tappita. En el 1990 se fue para un descanso a Inglaterra, pero no pudo volver a St. Francis porque la escuela fue obligada a cerrar por causa de la situación política. En 1992 fue a Somalia para trabajar con la UNICEF. Allí le fue asesinado en Kismayu en el 1993.

Sean ha sido descrito cómo un hombre que supo querer y entregarse a los otros. Su amor lo ha llevado a ayudar a las personas de Somalia y Liberia con comida y con la ayuda física. [da Michael Delmer, Sean Devereux. Una vita donata per l'Africa

(Don Bosco Publications, Bolton, 2004)]