367-406-Misiones-Cap 11


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CAPÍTULO 11
VISIÓN DEL SURESTE ASIÁTICO EN JM
Durante siglos el lejano Oriente permaneció inasequible al
cristianismo y siguió siendo una parte del mundo desconocida para
Occidente. Los audaces misioneros se aventuraron por esta región
repetidamente. Pero sus esfuerzos no produjeron muchos frutos y
sus valientes empresas no fueron continuadas por otros. Con la me-
jora de la navegación, la colonización europea de algunas de estas
regiones y el establecimiento del intercambio y el comercio con los
demás, esta región se abrió también al cristianismo. Los salesianos,
en su expansión misionera, eran conscientes de la urgencia de evan-
gelizarla y se lanzaron al lejano Oriente con gran audacia misionera
y con valentía.
Las comparativamente nuevas misiones de China, Japón, Tai-
landia, Myanmar, Vietnam y otras proporcionaron mucho material
para la revista misionera de los salesianos. Los informes provenien-
tes de los misioneros en aquellos tiempos eran especialmente fasci-
nantes, particularmente debido a la diversidad de culturas, religiones
y hábitos sociales. Es más, la obra misionera misma tenía sus parti-
culares características en estas regiones, encontrando poblaciones
que hasta entonces eran desconocidas, lo que planteaba nuevos pro-
blemas, y requería nuevas maneras de acercarse a ellas. Las empre-
sas misioneras en esas regiones tenían una emoción especial. Los
misioneros salesianos en esas regiones no tardaron en enviar infor-
mes de sus experiencias reales para publicarlas en las páginas de
JM, lo que provocaba en los corazones de los jóvenes el deseo de
aventurarse y unirse a sus filas.

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
En este capítulo trataremos de mostrar cómo presenta JM algu-
nas de las más importantes misiones salesianas en Extremo Oriente.
Myanmar
Myanmar no obtuvo su independencia hasta 1948. Antes de
eso, fue una colonia británica y parte del Imperio británico de la
India. Desde que se inició en 1939 la presencia salesiana en la pro-
vincia salesiana de Calcuta1, JM presenta a Myanmar como parte de
la India. Sin embargo, su encanto consiste precisamente en diferen-
ciarse de ésta.
Como los comienzos de la misión en Myanmar coinciden con
el estallido de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los artícu-
los sobre este territorio aparecen en el período posterior a la guerra.
Se dedica mucho espacio a la presentación de la historia de la Iglesia
en este país predominantemente budista. Los diferentes informes
hablan de la gran obra realizada por las diferentes familias religio-
sas en el país2.
Myanmar y su población
Antonio Alessi, uno de los misioneros salesianos pioneros en
Myanmar, presenta una bella imagen de este país en noviembre de
1951. Él escribe:
____________________
1 En julio de 1939 JM publicó el informe de Ravalico sobre la llegada de los
salesianos a Mandalay y el comienzo de su obra en favor de los jóvenes. Cfr.
RAVALICO L., I salesiani in Birmania, en GM 17 (1939) 7, 128-129. Después de la
Segunda Guerra Mundial, Antonio Alessi, misionero en Myanmar, vuelve a escri-
bir sobre la llegada de los salesianos al país y las dificultades que padecieron duran-
te el período de la guerra. Él predijo un brillante futuro para la misión salesiana en
el país tras la guerra. Cfr. ALESSI A., Don Bosco in Birmania, en GM 29 (1951) 11,
2-3. No obstante, un artículo de la editorial de 1966 habla sobre la toma comunis-
ta del país y la expulsión de los misioneros extranjeros. Cfr. Vento rosso sulla Bir-
mania, en GM 44 (1966) 7-8, 10-12.
2 Para artículos sobre la historia de la Iglesia en Myanmar, Cfr. La croce nel
paese delle pagode, en GM 29 (1951) 11, 8-9; DEL NEBO L., La croce tra le pago-
de della Birmania, en GM 31 (1953) 3, 6-7; Crocevia dell’Asia, en GM 33 (1955)
9, 2-3, 17.
Visión del sureste asiático en JM
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Myanmar se llama la “tierra de las flores, colores y sonrisas”. Los
birmanos son uno de los más cariñosos grupos de Oriente, siempre
sonriendo y aficionados a los colores vivos y las flores bonitas. Ellos
llaman a su país Sue pii do (una tierra adornada). Ésta es la impre-
sión que un extranjero recibe tras entrar en Myanmar en otoño cuan-
do desde Bhamo en el norte, hasta Victoria Point en el sur, se con-
templa la visión de un inmenso campo de arroz de color dorado y
miles y miles de pagodas proyectándose en el cielo con sus cúpulas
doradas3.
Alessi continúa explicando que los birmanos son completa-
mente diferentes de los indios en raza, religión e idioma. La propia
población birmana es de origen mongol. Además del grupo mayori-
tario, hay también numerosas tribus que viven en las regiones mon-
tañosas del país.
Otro informe más de noviembre de 1951, probablemente pro-
veniente de un misionero en Myanmar, habla de los desastrosos
efectos de la Segunda Guerra Mundial en esta tierra. El país que
anteriormente a la guerra daba una impresión general de que todo
iba bien, presentaba tras la contienda bélica una imagen de desola-
ción. Las minas estaban vacías, los pozos de petróleo abandonados
y el comercio en punto muerto4.
Myanmar: la tierra de las pagodas y los bonzos
Uno de los aspectos que llamó la atención de los misioneros, a
su llegada a Myanmar era el gran número de pagodas y de monjes
budistas. En noviembre Giacomo Bertolino, misionero en Myanmar,
escribe: En Myanmar, cientos de pagodas proyectan en el cielo azul
sus cúpulas decoradas”5.
En marzo de 1953 JM publica un artículo titulado Le pagode;
aunque anónimo, obviamente venía de la pluma de algún misionero
en Myanmar. Dice: “Ninguna religión en el mundo tiene tantos tem-
plos como el budismo en Myanmar. En algunas regiones se en-
____________________
3 ALESSI A., Il paese dei sorrisi, en GM 29 (1951) 11, 6.
4 Cfr. Ricchezze della Birmania, en GM 29 (1951) 11, 5.
5 BERTOLINO G., Gli schiavi della pagoda, en GM 29 (1951) 11, 4.

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
cuentran ¡miles de ellas!” Y el artículo concluye con estas palabras:
“¡Con razón a Myanmar se la llama la tierra de las pagodas y los
monjes!”6
El artículo continúa diciendo que las pagodas son tan nume-
rosas porque la creencia de los birmanos budistas es que la acción
de más mérito que una persona puede realizar es la construcción de
una pagoda. Con la construcción de una pagoda, uno se gana el
deseado título de paya-taga, que significa simplemente constructor
de pagoda. El paya-taga es considerado un verdadero santo, todos
sus pecados son perdonados y tiene asegurado alcanzar el nirvana
inmediatamente después de su muerte.
Giacomo Bertolino escribe en noviembre de 1951 sobre un cu-
rioso grupo de personas relacionadas con las pagodas, llamadas “los
esclavos de la pagoda”. El autor señala que el grupo existía antes de
la ocupación británica de Myanmar. Los gobernadores birmanos
atacaron por sorpresa las cercanas aldeas de Tailandia, expulsaron a
hombres y mujeres y los trajeron como esclavos a varios templos
para que los limpiaran y realizaran otros trabajos menores relacio-
nados con los templos. Bertolino no menciona nada acerca de la
situación de estos esclavos en la Myanmar independiente, pero
observa que el grupo continúa existiendo7.
Los bonzos constituyen en Myanmar una buena parte de la po-
blación. Antonio Alessi observa en marzo de 1953 que hay aproxi-
madamente 120.000 en una población de un total 12 millones de
budistas. A ellos se les da el título de pong-gyi, que significa gran
gloria, mostrando el gran respeto del que este grupo disfruta en la
sociedad. Se puede llegar a ser un verdadero bonzo tras haber cum-
plido 20 años de edad. Los bonzos llevan una vida de meditación y
ascetismo. Viven de la caridad del pueblo y los budistas birmanos
consideran un acto de gran mérito ser caritativos con los bonzos.
Alessi también observa que todos los muchachos budistas pasan
____________________
6 Le pagode, en GM 31 (1953) 3, 5.
7 Cfr. BERTOLINO G., Gli schiavi della pagoda, 4-5.
Visión del sureste asiático en JM
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algún tiempo de su vida en el monasterio como monjes. Esto expli-
ca el gran número de éstos en el país8.
El Año Nuevo birmano
En el número de septiembre de 1955, que está dedicado casi
por completo a Myanmar, JM presenta un interesante informe sobre
el Año Nuevo birmano. Para los birmanos, el día de Año Nuevo es
la mayor festividad nacional. ¡Tiene un tono religioso, social y re-
creativo! También se le llama la fiesta del Agua. Ocurre alrededor
del día de luna llena de abril. Es una creencia extendida entre los
birmanos que el príncipe de los espíritus desciende a la tierra para
la inauguración del Año nuevo y permanece en ella durante tres o
cuatro días. El día, la hora y el momento propicios son anunciados
con tiempo por los monjes, incluso el modo de su venida y las cir-
cunstancias. De todo eso depende la naturaleza del Año Nuevo. La
parte religiosa consiste en visitar la pagoda y en la ceremonia de
lavar las estatuas de Buda en los templos. No obstante, esta parte la
incumplen la mayoría de los birmanos. La mayoría del tiempo la
parte social de la fiesta consiste ¡en lanzarse agua unos a los otros
como símbolo de buenos deseos! Nadie se libra de esta costumbre
social9.
Japón
Si fuéramos a evaluar las diferentes naciones según el número
de artículos escritos sobre ellas en JM, la tercera posición sería ocu-
pada por Japón, inmediatamente después de India y China. Y el
mérito de esto es debido ante todo a Mons. Cimatti, él líder del pri-
mer grupo de misioneros salesianos en Japón. Probablemente él ha
escrito más en JM que ningún otro de los demás líderes de las otras
misiones salesianas.
____________________
8 Cfr. ALESSI A., I bonzi, en GM 31 (1953) 3, 4. En el mismo número de GM hay
un artículo de Viviano Maddoz-Vaz, misionero en Myanmar, en el que describe una
ceremonia de Shinbyu mediante la cual un muchacho se inicia en la vida de los
monjes. Sirve para corroborar lo que escribió Alessi. Cfr. MADDOZ-VAZ V., Il Shin-
byu e il Na Dwin, en GM 31 (1953) 3, 5.
9 Cfr. Il Capodanno birmano, en GM 33 (1955) 17, 6.

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
La presentación de Japón es evidentemente distinta de las otras
zonas de misión. Se dedica mucho espacio a describir la belleza
natural del país, las grandes cualidades del pueblo japonés y hay una
amplia información acerca de las diferentes fiestas japonesas. Ya
que la cristiandad había sufrido mucha persecución en ese país, JM
se esfuerza mucho en presentar el heroísmo de los primeros misio-
neros y de su rebaño10. En el transcurso de los años, JM también pre-
sentó el florecimiento de la misión salesiana en Japón11.
JAPÓN: LA TIERRA DE LOS CEREZOS EN FLOR
En uno de sus primeros informes sobre el país, Vicente Cimatti
presenta a Japón como la tierra de los cerezos en flor. Según los
misioneros la estación de floración del cerezo proporciona al campo
una encantadora visión. No es sólo la simple belleza la que asombra
al misionero, sino aún más la actitud de maravilla y contemplación
manifestada incluso por los muchachos y las muchachas ante la gran
belleza de su país. Los japoneses no sólo aprecian sino que están
orgullosos de su bella nación12.
La pasión japonesa por la naturaleza
En agosto de 1931 JM publica un artículo de Margiaria, misio-
nero salesiano en Japón, en el que el autor habla precisamente de la pa-
sión que los japoneses tienen por la naturaleza. El misionero escribe:
De entre todos los pueblos de la tierra que aman la naturaleza y la dis-
frutan, ciertamente los japoneses son los primeros. Comenzando por
____________________
10 Informes sobre la misión católica en Japón, sus inicios, las diferentes oleadas
de persecución a las cuales la Iglesia se vio sujeta y su establecimiento final. Cfr.
NERIGAR, Precedendo i nostri missionari al Giappone, en GM 4 (1926) 1, 3-7;
CIMATTI, V., I primi martiri nel Giappone, en GM 5 (1927) 10 5-7; NERIGAR, La
Diocesi e il vescovo di Nagasaki, en GM 6 (1928) 1, 2-3; ARRI C., Antichi supplizi
giapponesi contro i cattolici, en GM 11 (1933) 9, 200-201; Le missioni in
Giappone, en GM 27 (1949) 6, 3; Le missioni in Giappone, en GM 29 (1951) 3, 5.
11 Cfr. NERIGAR, Precedendo i nostri missionari al Giappone, en GM 4 (1926) 1,
3-7; Echi di cronaca, en GM 13 (1935) 3, 56; Rigogliosa fioritura, en GM 18
(1940) 12, 180-181; Le missioni salesiane in Giappone, en GM 29 (1951) 3, 7; I
salesiani in Giappone, en GM 33 (1955) 8, 9.
12 Cfr. CIMATTI V., Ciliegi in fiore, en GM 5 (1927) 5, 90-91.
Visión del sureste asiático en JM
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la construcción de sus hogares hasta los más pequeños utensilios y su
ropa, no hay nada que de alguna manera u otra no manifieste su amor
por la naturaleza13.
No sólo sienten un gran amor por la naturaleza, sino que pare-
cen tener un don natural para lograr una maravillosa armonía entre
la correcta construcción de sus casas, y especialmente sus templos,
con la naturaleza que les rodea. Con su pasión por la naturaleza, no
sólo llegan a mantener la forma natural de las cosas sino que contri-
buyen a hacerla incluso más atractiva. Este amor por la naturaleza,
según el misionero, se refleja también en el arte y en la literatura
japonesa. Sus más queridas obras de arte muestran la naturaleza en
sus diferentes aspectos: montañas, lagos, flores, pájaros, etc. Cantar
la belleza de la naturaleza aparece en el contenido de algunas de las
más sublimes expresiones de su literatura. Desde tiempos antiguos
era el ideal japonés captar el encanto de todo lo que formaba parte
de la naturaleza. Estaba muy extendida la idea entre ellos de que
quien no descubre ni aprecia lo bello en la naturaleza no conoce el
corazón humano14.
En un artículo de marzo de 1940 sobre el amor de los japone-
ses por la naturaleza, JM afirma:
Los habitantes de la “tierra del loto, el cerezo y el crisantemo” tienen
tal sentido estético que en la antigüedad era su única guía en su vida
espiritual. ¡Se podría decir que los japoneses adoran la naturaleza! Su
campo es muy atractivo, con las pintorescas plantaciones de pinos y
otras coníferas, de manera que los colores de sus hojas conforman un
delicioso abanico de tonalidades15.
____________________
13 MARCIARIA, Il Giappone e la natura, en GM 9 (1931) 8, 149.
14 Cfr. MARCIARIA, Il Giappone e la Natura, en GM 9 (1931) 8, 149. Incluso un
artículo de agosto de 1963 que habla de la poesía japonesa observa que los japone-
ses parecen tener una inclinación natural a la poesía. El autor del artículo atribuye
esta tendencia nacional a su amor por la naturaleza. Y escribe: “La razón de esta
inclinación poética de los japoneses es que están en continuo contacto con la natu-
raleza, siguiendo los dictados de su religión, que diviniza las fuerzas de la natura-
leza. Y es que la naturaleza ha sido una fuente inagotable de inspiración poética”.
La poesia giapponese, en GM 41 (1963) 8, 35.
15 Sentimento estetico in Giappone, en GM 18 (1940) 3, 35.

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
El mismo artículo continúa diciendo que otra de las expresio-
nes de su interés por lo bello es su amor por la floricultura. Todas las
familias tienen un pequeño jardín de flores.
ELEMENTOS DEL CARÁCTER JAPONÉS
En enero de 1927, al publicar una entrevista con un jesuita
japonés, JM ofrece a su audiencia lectora una gran característica de
la sociedad japonesa, es decir, su gran respeto por la autoridad. De
hecho, el jesuita afirma: “Tienen un gran respecto por la autoridad:
el mismo que induce nuestra fe. [...] Tienen una gran veneración por
las autoridades, especialmente por el Emperador. Los niños tienen
un profundo amor filial por sus padres”16.
Uno de los rasgos de los japoneses que más llamó la atencióm
de los misioneros es su sentido de pertenencia a una única nación y
su orgullo nacional. Cimatti escribe en 1927 que los japoneses son un
pueblo en el que todos se consideran miembros de una sola gran fami-
lia y atribuyen sus orígenes a sus dioses. Están unidos estrechamente
por la autoridad del Emperador, quien, según la creencia japonesa,
guía el destino de este gran pueblo por mandato divino. Creen que la
dinastía imperial desciende del sol y que los japoneses son hijos de
esta dinastía imperial. Están muy orgullosos de que haya habido una
sucesión ininterrumpida de 124 emperadores. Su orgullo nacional les
lleva a defender su tierra de cualquier enemigo externo. De hecho,
Japón ha sido una de las naciones orientales no sujeta a los coloniza-
dores europeos. El misionero dice que los japoneses tienen una gran
capacidad de absorber todo lo bueno del mundo y de seguir siendo
japoneses en espíritu e ideales. Cimatti escribe en el mismo artículo:
Esta bella, fuerte y generosa nación, en medio de una civilización
europea más refinada, mantiene tenazmente sus tradiciones en su
integridad, en los detalles de la etiqueta social, en su idioma, su ves-
timenta y sus hábitos alimenticios17.
En enero de 1930 JM publica un artículo de Cimatti sobre la
etiqueta japonesa. Observa que la natural belleza de la nación y el
____________________
16 Intervista con un gesuita giapponese, en GM 5 (1927) 1, 7.
17 CIMATTI V., I primi martiri nel Giappone, en GM 5 (1927) 1, 5.
Visión del sureste asiático en JM
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sentido de pertenencia a la misma inculcado a los niños desde su
infancia, contribuyen a crear en los japoneses un profundo sentido
de decoro personal. Ellos muestran habitualmente un rostro conten-
to y sonriente. Su manera graciosa y solemne de saludar habla de la
delicadeza de su forma de vida. Cimatti concluye con la descripción
de algunas maneras particulares de saludo, etc.
Concluyendo, se diría que son un complejo de hábitos delicados y
refinados los que realizan los japoneses con una gracia que es real-
mente digna de admiración e imitación18.
Cimatti vuelve a describir otra vez en marzo de 1930 el senti-
do estético de los japoneses:
El sentido estético de este pueblo se manifiesta de muchas formas,
pero entre ellas en su amor por las flores y en la música. [...] Los
japoneses hacen muchos tipos de música. [...] Adoran vivir en sus
campos abiertos, y al contrario que a nosotros, no les gusta encerrar-
se en las ciudades. ¡En un ambiente proporcionado por sus pinos,
cedros, bambúes etc., a ellos les gusta ver flores y más flores! ¡Las
flores de ciruelo y de cerezo en la primavera, los lotos del verano, el
crisantemo y el arce de rosa del otoño! [...] Flores en sus casas, flo-
res en sus fiestas civiles y escolásticas, flores pintadas y bordadas son
sencillas manifestaciones de su gran amor por la naturaleza”19.
Según escribe Albano Cecchetti en julio de 1936, misionero sa-
lesiano en Japón, este amor extraordinario de los japoneses por las
plantas, flores, animales, etc., tiene su base en las creencias budistas
de que estos elementos también son reencarnaciones de los espíritus
de los muertos. Cecchetti corrobora también lo que Cimatti había
escrito:
Los que no pueden tener un extenso jardín, hacen uno pequeño en el
que los árboles, el lago, las montañas están todos presentes pero en
miniatura. Es casi imposible encontrar un hogar sin un pequeño jardín20.
Un gran símbolo de la belleza única de Japón es la montaña
Fuji. Según el informe de marzo de 1951:
____________________
18 CIMATTI V., Spunti di educazione giapponese, en GM 8 (1930) 1, 16-17.
19 CIMATTI V., Fiori e musica in Giappone, en GM 8 (1930) 3, 72.
20 CECCHETTI A., Il giardino giapponese, en GM 14(1936) 7, 110.

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
Es la más elevada y la más característica montaña de Japón. Alcanza
una altura de 3.775 metros. Tiene la forma de un cono solitario, majes-
tuoso y resplandeciente, que se alza sobre todas las demás montañas.
Cambia su apariencia en cada estación del año ¡e incluso en cada hora
del día! Ya desde la antigüedad los japoneses lo llamaban “el insupera-
ble, el que no teme a sus rivales”. Por su belleza única se le ha atribui-
do un significado religioso y se ha convertido en el símbolo de Japón21.
El concepto japonés del año
El misionero que viene de Occidente, ciertamente descubre
muchas características de la población oriental que no concuerdan
con las occidentales. Una de dichas características de los japoneses
es el concepto del año japonés. En agosto de 1956 JM publica un
artículo de Mario Marega, misionero salesiano en Japón, sobre el
cálculo japonés del año. El misionero observa que los japoneses, al
igual que los chinos, calculan el tiempo en ciclos de doce años. Los
doce años del ciclo están representados por animales: rata, vaca,
tigre, leopardo, dragón, serpiente, caballo, cabra, mono, pato, perro
y jabalí. Hay ciertas supersticiones asociadas a los diferentes años.
Así, ellos creen que el año del mono trae más desgracias que otros
años. Hay una aprensión general sobre el año del mono. Por regla
general, ningún joven debería casarse en el año del mono. El año del
caballo también es generalmente considerado de malos auspicios.
Se cree comúnmente que una niña nacida durante el año del caballo
ciertamente traerá la muerte al marido, cuando se case22.
Religión japonesa
Los misioneros no encontraron una tarea fácil evangelizar
Japón. No era la falta de interés de los japoneses por los asuntos reli-
giosos el motivo de esta falta de éxito sino su gran apego a su anti-
____________________
21 Il Giappone, en GM 29 (1951) 3, 3. Evidentemente, el objetivo de presentar la
natural belleza del país y el amor de la población por la naturaleza, las flores, etc.,
parece ser el de presentar un pueblo con una cultura refinada, un pueblo que uno
estaría inclinado a amar. ¡No hay características duras en el carácter japonés!
¡Amantes de la naturaleza, también podían ser grandes amantes del Creador de ésta
y de toda su belleza!
22 Cfr. MAREGA M., L’anno della scimmia, en GM 34 (1956) 8, 14-15.
Visión del sureste asiático en JM
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gua religión y a sus tradiciones. Al principio de un artículo sobre las
religiones de Japón de noviembre de 1924, se afirma: “Si hay una
nación tan apegada a sus antiguas tradiciones religiosas y tan opues-
ta a la penetración cristiana, ésta es Japón”23.
Sintoísmo en Japón
El artículo citado anteriormente trata sobre las dos principales
religiones de Japón: sintoísmo y budismo. El informe observa que el
sintoísmo es la antigua religión de Japón y tiene 190.754 templos
repartidos por todo el país. Sobre esta antigua fe, escribe JM:
Es un culto pagano exclusivamente japonés, el fundamento de todos
los sentimientos de patriotismo y de arte, de ideales culturales de este
pueblo, además de su ciencia y progreso. Admite un mundo invisible
de misteriosos poderes que actúan en el curso ordinario de la natura-
leza y se manifiestan en todo fenómeno superior a los de la ésta. De
hecho, una tempestad, un rayo, un volcán, un árbol torcido, una bes-
tia salvaje, según el sintoísmo, pueden tener la importancia de un
Kami, que es una cosa extramundana o divina.
Pero la verdadera peculariedad del sintoísmo presentada por
JM parece consistir en el culto a los ancestros. El artículo continúa:
El sintoísmo reconoce de una particular manera a los antepasados
como los Kami. Los japoneses dirigen la mayor parte de su culto a
sus antepasados y a la dinastía imperial como descendientes del sol.
Por eso, esta religión ha dado un peso adicional y sagrado al natural
afecto por la familia y por la patria de los japoneses.
Los sintoístas no son idólatras, pues no hay ídolos en sus tem-
plos, sino unos objetos simbólicos, como el espejo sagrado. Los
ritos religiosos en los templos los realizan los bonzos”24.
____________________
23 La religione nel Giappone, en GM 2 (1924) 11, 172.
24 Escribiendo sobre los años cercanos al final de la Segunda Guerra Mundial,
C. Martelli, misionero salesiano en Japón, también testifica el gran espíritu religio-
so de los japoneses y su apego a sus antiguas creencias. El misionero escribe: “Los
japoneses tienen un alma muy religiosa. Están muy apegados a la fe en la que nacie-
ron y crecieron, ¡incluso si ésta es falsa! Un ejemplo de esto se puede encontrar en
el campo, particularmente donde el budismo o el sintoísmo dominan sin rival”. Cfr.
MARTELLI C., Vieni, en GM 27 (1949) 4, 7.

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
El templo sintoísta
Mario Marega ofrece en enero de 1931 a los lectores de JM una
descripción general de un templo sintoísta. Dice que toda la estruc-
tura está hecha de madera. El propio templo tiene dos partes. La pri-
mera es el gran recibidor llamado haiden. Se utiliza para las grandes
reuniones religiosas. Nadie entra aquí excepto en los días festivos.
La segunda parte se llama honden y es el sancta sanctorum. Siempre
hay una serie de escalones que van del haiden al honden. No hay
nada sagrado en este sancta sanctorum excepto una estantería con
un espejo metálico en ella. Según la antigua leyenda japonesa, cuan-
do Amaterasu, la diosa del sol, se retiró a una gruta y declinó ilumi-
nar el universo, el espejo fue el instrumento que los demás dioses y
diosas utilizaron como señuelo para que Amaterasu saliera de su
gruta. Y por eso se guarda el espejo en esa estantería.
Otra característica del templo sintoísta es el camino que lleva
al templo, que está flanqueado por arcos de madera o de piedra, a
intervalos regulares. Frente al templo hay una pila de piedra llena de
agua, con un cazo y una toalla pequeña colocada junto a ella.
Cuando los japoneses van al templo a rezar, se detienen en la pila
del agua, sacan un poco de agua con el cazo, se lavan las manos, se
secan la boca y se acercan a la puerta del templo25. En octubre de
1934 JM publica un informe de Albano Cecchetti. Aunque no todo
el informe está dedicado a la descripción del templo sintoísta, el
autor habla de él en el principio del artículo. En comparación con la
rica decoración de las iglesias, con varios altares, bellas pinturas y
estatuas, velas y flores, el templo sintoísta es frío y poco atractivo.
El misionero escribe: “¡Ni velas, ni imágenes! Ni decoraciones ni
altar. Mucha pobreza fría y sórdida es el verdadero símbolo de esta
religión sin corazón, sin vida y sin verdad”26.
El modo sintoísta de oración
Incluso la forma de rezar de las personas en estos templos
parecía obviamente bastante ridícula a los misioneros. El número de
____________________
25 Cfr. MAREGA M., Il tempio shintoista, en GM 9 (1931) 1, 9-10.
26 CECCHETTI A., Tenebre e luce, en GM 12 (1934) 10, 195.
Visión del sureste asiático en JM
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agosto-septiembre de 1930 publica un breve artículo acerca de cómo
rezan los japoneses. Sacan un poco de agua de la pila de piedra
situada frente al templo, se lavan las manos, se secan la boca y se
acercan a la puerta del templo. En la puerta, dan palmas para llamar
al espíritu que vive en el templo, hacen una profunda reverencia ¡y
se van convencidos de que han rezado!27
FIESTAS JAPONESAS
Entre los elementos de la cultura japonesa, obviamente son las
diferentes fiestas de este pueblo las que ocuparon mayor espacio en
JM. La descripción de las fiestas de Japón es un tema recurrente en
JM. El primer informe de las fiestas japonesas comienza en 1928 y
el último data de 1966, un año antes de la clausura de la revista.
Estos artículos provienen de numerosos misioneros salesianos en
Japón. Aunque a veces los diferentes informes versan sobre el mis-
mo tema, se observa que los últimos complementan de alguna
manera a los primeros.
El Año Nuevo japonés
Fue Mons. Cimatti quien en abril de 1928 comenzó lo que se
podría considerar como una serie de narraciones de las diferentes
fiestas de los japoneses, con una breve descripción del día de Año
Nuevo japonés. Cimatti afirma que esta “fiesta de todas las fiestas”
está marcada por la gran actividad tanto en la familia como en la
sociedad en general. Las casas, los comercios e incluso las calles se
decoran bellamente para la ocasión. Es costumbre que cada familia
plante ramas de pino y de bambú frente a su casa. El pino y el
bambú significan longevidad. Símbolos de una larga vida y feliz
ancianidad, como la langosta, el helecho y el carbón se dejan col-
gando de una cuerda hecha de paja de arroz, de la que se cree que
mantiene alejados a todos los espíritus malvados. Visitas a los fami-
liares y amigos, intercambio de regalos y preparación de platos
____________________
27 Cfr. Come pregano i giapponesi, en GM 8 (1930) 8-9, 172. El artículo apunta
a la falta de sustancia de este tipo de oración. Mientras que hay una preparación
ritual para las oraciones, el acto de rezar en sí parece estar ausente. El objetivo evi-
dentemente parece ser mostrar el vacío de la religión pagana japonesa.

1.8 Page 8

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380
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
especiales, sobre todo de moci –un pastel de arroz japonés– forman
parte de esta fiesta. La celebración dura tres días28.
La fiesta de Koinobori
Otra fiesta japonesa de la que Cimatti habla es la del Koino-
bori. Ésta es, según el misionero, la fiesta japonesa de los niños y
se celebra allá por mayo. Las madres plantan largos bambúes delan-
te de sus casas y cuelgan en lo alto de ellos grandes peces de tela o
de papel, todos llenos de regalos para los niños. Cuando la suave
brisa los infla, todo el campo parece llenarse de peces voladores.
Para los japoneses los peces son símbolo de una gran victoria y de
energía29.
La fiesta de Tanabata
Una vez más es Mons. Cimatti quien proporciona la primera
descripción de la fiesta del Tanabata. Él simplemente afirma que es
un festival de origen chino, que tiene lugar en agosto, para celebrar
el encuentro de las estrellas de la constelación Vega. Los japoneses
plantan delante de sus casas un bambú y cuelgan en sus ramas tro-
zos de papeles de colores en los que se escriben los deseos de pros-
peridad de las dos estrellas que coinciden en la fiesta para celebrar
su boda. Según Cimatti es esencialmente una fiesta familiar30.
____________________
28 Cfr. CIMATTI V., Le feste giapponesi, en GM 6 (1928) 4, 71-72. El último infor-
me de la celebración de Año Nuevo se encuentra en enero de 1966. Este artículo
hace hincapié en que el Año Nuevo japonés es esencialmente una fiesta de amistad.
Y su peculariedad obviamente consiste en la decoración tradicional de la casa.
Además de la langosta, el helecho y el carbón colgando de las puertas de las casas,
el artículo menciona naranjas, que una vez más simbolizan la felicidad continua.
Según el último informe, la fiesta dura siete días y en el séptimo día las decoracio-
nes se quitan o se queman en la orilla de algún río cercano, o se tiran al río. Cfr.
Buon anno, Giappone, en GM 44 (1966) 1, 1.
29 Cfr. CIMATTI V., La festa del Koinobori, en GM 6 (1928) 9, 167. El propio
Cimatti, en otro artículo en marzo de 1929, afirma que una de las especialidades de
esta fiesta de los niños consiste en comer cordero, el cual es para los japoneses sím-
bolo de fuerza y prosperidad. Cfr. CIMATTI V., Piatti speciali giapponesi, en GM 7
(1929) 3, 53. Esta fiesta también la menciona P. Escursell en marzo de 1936 en su
artículo que describe el gran amor y cuidado que los japoneses prodigan a sus
niños. Cfr. ESCURSELL P., Fanciullezza giapponese, en GM 14 (1936) 3, 40-41.
30 Cfr. CIMATTI, V., La festa di Tanabata, en GM 6 (1928) 11, 207-208.
Visión del sureste asiático en JM
381
El clérigo Luis Floran, misionero en Japón, explica en agosto
de 1933 la creencia sobre el encuentro de las dos estrellas. Dice que
hay dos estrellas en concreto, una que parece viajar de este a oeste
y la otra que parece moverse del oeste al este. Y las leyes de la natu-
raleza hacen que coincidan en un día particular del año. Este
encuentro de las dos estrellas era en los tiempos antiguos conside-
rado muy propicio, una buena profecía de gran felicidad y prospe-
ridad para los japoneses. Sin embargo, más adelante, con la llega-
da de diferentes tipos de enfermedades contagiosas, el encuentro de
esas dos estrellas se consideró la causa de esas enfermedades.
Según Floran, antiguamente la fiesta se celebraba con gran alegría,
mientras que en el último período se convirtió en una ocasión para
rogar por la lluvia de modo que el encuentro de las dos estrellas no
tuviera lugar31.
Orestes Cosio, en el número de verano de 1966, nos da algu-
nos detalles más de la fiesta que él llama Tanabata Matsuri. Expli-
ca que se celebra el 7 de julio y conmemora las nupcias de dos
estrellas: Arturo y Vega. Para los japoneses Vega es la princesa Sho-
kuio y Arturo es su esposo Kengyu. Según la leyenda japonesa,
Shokuio era una princesa real, excelente en el arte de tejer. Mientras
ella tejía un vestido para su padre, el rey, se enamoró de un apues-
to joven, un vaquero. Por su bondad, el rey permitió su matrimonio.
Pero eran tan inseparables que la princesa dejó de tejer y el joven
de vigilar a las vacas. Exasperado, el rey les separó y se les permi-
tió verse solamente una vez al año. Este encuentro tiene lugar debi-
do al amable favor de las urracas que construyeron el puente entre
las dos estrellas. ¡Pero las hurracas no pueden construir el puente
mientras llueve! Según Cosio, en esta fiesta la princesa atiende las
oraciones de los que desean mejorar su habilidad en todas las bellas
artes. En esta fiesta, los japoneses plantan largas ramas de bambú-
es frente a sus hogares y cuelgan en ellas trozos de papel con poe-
sías escritas para la ocasión. No es raro ver colgados en esos bam-
____________________
31 Cfr. FLORAN L., Festa del Tannabata, en GM 11 (1933) 8, 181. Este segundo
aspecto del encuentro de las dos estrellas como un mal presagio y las oraciones por
la lluvia para que tal encuentro no tuviera lugar, es mencionado sólo por Floran.

1.9 Page 9

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382
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
búes kimonos de papel, en honor a la princesa y dibujos de vacas en
honor a su marido32.
La fiesta de los difuntos
Pese a que A. Margiaria menciona la fiesta japonesa de los
muertos en su informe Usanze buddistiche in Giappone en noviem-
bre de 1927, no da detalles de la misma33. Luis Floran también la
menciona en su artículo de agosto de 1933 sobre las fiestas de Ja-
pón34. Es P. Escursell quien en noviembre de 1933 nos detalla algu-
nos aspectos de la celebración. Escursell afirma que es una fiesta
celebrada por todos los japoneses, aunque parece ser de origen
budista. Dice que los japoneses llaman a esta fiesta Bon. Más que
una conmemoración de los muertos, es una verdadera fiesta de los
muertos porque como explica el misionero: “¡La memoria de los fa-
llecidos alegra a los japoneses!35 Días antes de la fiesta, los comer-
cios ponen a la venta diferentes tipos de pequeñas linternas que se
utilizan para decorar la habitación con el altar a los difuntos que se
encuentra en todo hogar japonés y para la procesión destinada a
acompañarlos de regreso a sus hogares originales. Según Escursell
esta fiesta, que dura hasta tres días, se celebra en honor a los muer-
tos, quienes, según la creencia japonesa, vuelven a sus hogares en la
tierra en los días de esta fiesta.
En noviembre de 1963 JM vuelve a publicar un artículo sobre
la fiesta de los muertos en Japón, llamada Obon. El informe dice que
esta fiesta se celebra normalmente en julio, la fecha depende de la
luna, y dura tres días por lo menos. Se limpian todos los cemente-
rios y se decoran las tumbas para la ocasión. Por la tarde del primer
____________________
32 Cfr. Cosio O., La festa delle stelle filanti, en GM 44 (1966) 7-8, 24-26.
33 Cfr. MARGIARIA A., Usanze buddistiche in Giappone, en GM 5 (1927) 11, 203.
Margiaria menciona que se limpian todos los cementerios para la fiesta y se deco-
ran las tumbas individuales. En diferentes partes de la ciudad, se colocan platafor-
mas donde se bailan danzas tradicionales en honor a los fallecidos.
34 El único detalle que se resalta es la creencia de que tras la fiesta los muertos
regresan a la tierra de los muertos a lomos de una libélula. Cfr. FLORAN L., Festa
del Tannabata, en GM 11 (1933) 8, 181.
35 ESCURSELL P., Il Bon, en GM 11 (1933) 11, 235.
Visión del sureste asiático en JM
383
día toda la familia va a la tumba de sus seres queridos fallecidos con
una linterna encendida para acompañarlos de vuelta a sus antiguos
hogares. Al llegar de nuevo a su casa, se extienden en una estera las
pinturas de los fallecidos en la habitación principal y se da la bien-
venida a los muertos de la familia con todo respeto y reverencia. Y
este ambiente de profundo respeto por los muertos se mantiene
durante el resto de la fiesta. Tras la ceremonia de bienvenida de los
muertos a sus antiguos hogares, se les invita a participar en el ban-
quete familiar. Se colocan platos frente a las pinturas de sus imáge-
nes y se les sirve comida. Durante la comida, incluso se mantienen
animadas conversaciones con los fallecidos. Al final de la fiesta, la
familia hace un barco en miniatura, lo llena con todo tipo de artícu-
los y lo envía río abajo, ¡al mar y al mundo de los muertos!36
La fiesta de Mamemaki
En febrero de 1935 JM publica un pequeño artículo de Piacen-
za, misionero en Japón, en el que describe la fiesta del Mamemaki.
Es una fiesta para despedir al invierno y dar la bienvenida a la pri-
mavera. La característica especial de esta fiesta es lanzar a la calle
un tipo de alubia llamada mame. Los japoneses creen que los espí-
ritus malvados serán ahuyentados al tirar estas alubias y que su lugar
será ocupado por el espíritu de la fortuna y la prosperidad, que entra
en la casa. Se realiza en todas las familias. Después de la ceremonia
de lanzar mame fuera de la casa, los miembros de la familia toman
el resto de las mame tostadas. En los templos se realiza a mayor
escala esta ceremonia37.
____________________
36 Hay un evidente cambio de considerar esta celebración como una simple prác-
tica supersticiosa a verla como la expresión de un alma dulce y un profundo senti-
do de veneración de los muertos. El autor escribe: “Los japoneses rememoran a sus
muertos con ceremonias y ritos que a nosotros nos parecen extraños, pero que reve-
lan una naturaleza dulce y un profundo sentido de veneración por las almas de los
fallecidos”. Al explicar el objeto de la fiesta, observa: “Y el principal objetivo de
todo esto es perpetuar la memoria de los antepasados y estimular la piedad filial”.
Obon: La festa dei morti in Giappone, en GM 41 (1963) 11, 34. (34-37).
Extrañamente, Cimatti no hace ninguna mención de esta fiesta de los muertos”.
37 Cfr. PIACENZA, Feste giapponesi, en GM 13 (1935) 2, 28.

1.10 Page 10

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384
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
La fiesta de Hina Matsuri
Aunque Cimatti menciona la fiesta de las muñecas en su artí-
culo sobre los diferentes platos japoneses38, es sólo en marzo de
1962 cuando JM presenta un informe sobre esta fiesta. Según este
informe, Hina Matsuri o la fiesta de las muñecas se celebra en toda
familia japonesa en la que haya un niño pequeño, en el tercer día del
tercer mes del año japonés. El niño es el centro de la fiesta. Los
padres preparan dulces especiales para la fiesta y compran muñecas.
Éstas se exponen en la casa en un atril decorado. No son muñecas
corrientes, sino de gran valor generalmente, conservadas durante
generaciones en la familia. En épocas pasadas la fiesta tenía un sig-
nificado religioso. Se creía que los pecados de los propietarios de las
muñecas pasaban a éstas y desaparecían cuando eran retiradas
ocuando se tiraban al río. Es una fiesta familiar, un momento para
los padres para manifestar su amor por los niños y un momento para
los niños para aumentar su afecto filial por sus padres. La fiesta
parece ser de origen chino y antiguamente se celebraba sólo dentro
de la propia familia39.
Indonesia
La primera misión salesiana en las islas de Indonesia empezó
en 1927 en Timor. Pero dos años más tarde los salesianos tuvieron
que retirarse de este territorio. La misión de Timor se retomó en
1948. JM ofrece mucha información sobre Indonesia, su población,
sus costumbres y creencias40. El mayor volumen de información so-
____________________
38 Cfr. CIMATTI V., Piatti speciali giapponesi, 53.
39 Cfr. Hina Matsuri, en GM 40 (1962) 3, 40-43.
40 JM presenta una breve pincelada histórica de Indonesia, atribuyendo los orí-
genes de los principales grupos étnicos que se pueden encontrar en la nación a tres
grandes migraciones a estas islas: los malayos, los indios y los árabes. Se mencio-
na cómo el estado insular estuvo bajo varias potencias europeas colonizadoras: los
portugueses, los holandeses, los franceses, los británicos y otra vez los holandeses.
JM presenta también informes sobre los esfuerzos de los misioneros pioneros cató-
licos por evangelizar a la población de estas islas. Cfr. Andiamo in Indonesia, en
GM 29 (1951) 5, 3; Cenni storici e influssi esterni, en GM 34 (1956) 11, 12-13; Il
cristianesimo in Indonesia, en GM 29 (1951) 5, 4; Il cristianesimo in Indonesia, en
GM 34 (1956) 11, 16-17; Le isole della speranza, en GM 41 (1963) 8, 7-11.
Visión del sureste asiático en JM
385
bre Indonesia se encuentra en la época posterior al inicio de la
misión salesiana en Timor tras la Segunda Guerra Mundial. Los dos
números más centrados en Indonesia son el de mayo de 1951 y el de
noviembre de 1956.
Indonesia: el cinturón de esmeralda
A través de los diferentes informes de la década de los años 50,
JM presenta la natural belleza y riqueza del archipiélago indonesio.
La revista compara esta cadena de islas con un cinturón de esmeral-
das, por su exuberante vegetación y por sus inmensas riquezas natu-
rales. Se observa que este cinturón de esmeralda está compuesto por
un total de unas 3.000 islas, pequeñas y grandes, y tiene una exten-
sión total de seis veces la de Italia. El clima es descrito como típi-
camente tropical, caluroso y húmedo, aunque no excesivamente. La
nación insular sólo tiene dos estaciones: la lluviosa y la seca. Java,
la principal de las islas, ¡es la isla del verano sin fin! Los diferentes
productos del país son: arroz, caucho, caña de azúcar, té, café, taba-
co, aceite de palma, pimienta y varios tipos de especies. La industria
pesquera está muy desarrollada. Indonesia también es rica en petró-
leo, carbón y otros minerales41.
Para los amantes de la naturaleza y especialmente de la vida
selvática, JM presenta la rica fauna de Indonesia. El 68% de la
extensión total del país está cubierto de selva. Animales salvajes
como elefantes, tigres, monos, serpientes de más de 500 especies y
cocodrilos pueblan las selvas. Con más de 350 especies de pájaros,
este país es un paraíso para los amantes de las aves. La rarísisma
especie de ave del paraíso, con su espléndido plumaje, que se en-
cuentra en algunas de las islas de Indonesia, es una atracción más
para el turismo en estas islas42.
____________________
41 Cfr. GIOVA, Isola dell’eterna estate, en GM 29 (1951) 5, 10; Indonesia, en GM
34 (1956) 11, 8-9; Produzione, en GM 34 (1956) 11, 10-11; L’Indonesia, en GM
36 (1958) 3, 8-9.
42 Cfr. La fauna, en GM 29 (1951) 5, 7; Uno sguardo sull’Indonesia, en GM 41
(1963) 8, 10-11.

2 Pages 11-20

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2.1 Page 11

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386
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
La población indonesia y sus características generales
Un informe de mayo de 1951 dice que la mayor parte de la
población es malaya. Hay grupos notables de indios, chinos, euro-
peos y japoneses43. El reportero describe el sector malayo de la po-
blación en estos términos:
Los malayos se distinguen de los demás por su corta estatura y su
vigor físico. [...] Son educados aunque si bien no demasiado comuni-
cativos, respetuosos con los pensamientos y la libertad de los demás.
En lo que respecta a la inteligencia no son muy brillantes y se mues-
tran tímidos en cuanto a iniciativa. Carecen de resistencia, caen con
facilidad en la pereza y son poco cuidadosos. Son crueles y supersti-
ciosos, a veces hasta el extremo44.
El mismo informe continúa diciendo que las principales tribus
aborígenes de Indonesia son los dayaks de Borneo, los battas de
Sumatra y los alfurus de Célebes. Éstos viven en un estado semici-
vilizado.
Un informe de agosto de 1963 observa que todas las regiones
tienen su propio dialecto. Pero el único idioma que tiene algo de
literatura es el que se habla en Java. El idioma común impuesto a la
población es el indonesio bahasa. Según el mismo informe, más del
85% de la población indonesia es musulmana, aunque para una
buena porción de esta población su fe musulmana no es más que
una etiqueta externa45.
La danza indonesia
Un rasgo particular de la población indonesia del que se infor-
mó en un artículo de noviembre de 1956 es su amor por la danza y
la canción. El redactor del artículo afirma que el baile y la música
ocupan un lugar de gran importancia en la cultura indonesia. La
danza indonesia parece inspirarse en las antiguas epopeyas hindúes
____________________
43 En noviembre de 1956 JM habla de las diferentes oleadas de immigrantes a
estas islas: los malayos, los indios, los árabes y los europeos. Cfr. Cenni storici e
influssi esterni, en GM 34 (1956) 11, 12-13. Estas diferentes inmigraciones expli-
can la presencia de los diversos grupos étnicos en la nación insular.
44 Da Roma a Diakarta (Indonesia) in 63 ore, en GM 29 (1951) 5, 8-9.
45 Cfr. Uno sguardo sull’Indonesia, 10-11.
Visión del sureste asiático en JM
387
desde la migración india a las islas. En el transcurso de los años,
estos temas habían experimentado ciertos cambios para presentar a
los héroes y heroínas de la nación de otra manera en los temas reli-
giosos hindúes. Según este informe, hay cuatro tipos de bailes clási-
cos en Indonesia. Halus es la danza de los que pertenecen a la clase
de la nobleza, es la danza de la corte real. Los movimientos son
moderados y muy elegantes. La danza Gagah tiene por tema la vida
y logros de los héroes nacionales y de los dioses y las diosas. Los
movimientos son más rápidos pero sin perder elegancia. La danza
Kasar en cambio muestra demonios, espíritus y gigantes. Los movi-
mientos son rápidos y desordenados. Y la cuarta clase son las dan-
zas cómicas, donde los movimientos se salen de lo ordinario, son
imperfectos y con frecuencia ridículos. Además de éstas, también
hay danzas para varias ocasiones, como la cosecha, en diferentes
partes del país46.
Ritos funerarios en Indonesia
En el número de noviembre de 1956 de JM los editores pre-
sentan los ritos funerarios de Indonesia. Mientras que en sus com-
ponentes religiosos los ritos son fieles a las diferentes religiones del
país, los ritos externos adquieren características que podrían consi-
derarse indonesias.
Los musulmanes indonesios tienen un rito funerario que tam-
bién manifiesta elementos del hinduismo así como de las antiguas
religiones animistas de las islas. Cuando una persona fallece, se
coloca el cadáver de manera que la cabeza quede en dirección a la
ciudad sagrada de La Meca. Siguiendo una costumbre hindú, se
encienden unas varas de incienso cerca del cadáver. Cuando alguien
visita al fallecido, debe ir siempre vestido de negro. Generalmente
las visitas traen algunos regalos a la familia en forma de arroz o
dinero, según la costumbre local. Cuando los familiares y amigos
han llegado, se lava el cuerpo. Si el cadáver es el de un hombre lo
lavan los hijos y los familiares varones, si es el de una mujer, son las
hijas y las mujeres de la familia quienes lo hacen. Se cubre el cadá-
____________________
46 Cfr. Danze indonesiane, en GM 34 (1956) 11, 14-15.

2.2 Page 12

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388
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
ver con una sábana blanca de algodón y se tapa el ataúd mientras los
que lo rodean recitan oraciones según el rito musulmán.
En el momento fijado por la familia, se saca el cuerpo fuera de
la casa y se detiene en la entrada para dar suficiente tiempo a los
familiares jóvenes para que éstos den tres vueltas alrededor del ataúd.
En el camino hacia el cementerio se reza y en los cruces de caminos
se tiran monedas al aire. Uno de los acompañantes del cadáver sos-
tiene una sombrilla abierta para proteger la cabeza del fallecido del
sol. Entre los objetos que llevan al cementerio se encuentran una caja
de madera de arrecha, una escupidera y una estera para dormir.
El cadáver no se entierra en el ataúd. Cuando la procesión llega
a la tumba, se saca el cadáver del ataúd y se coloca directamente en
la tumba. Se suele cavar un nicho en una de las paredes laterales y
se coloca el cuerpo en él de modo que la tierra que se eche a la
tumba no caiga directamente sobre el cadáver.
Los musulmanes de Indonesia creen que los muertos tienen
que superar un examen de todo lo que han hecho en la Tierra. Para
ayudar al fallecido en este examen, mientras se llena la tumba de tie-
rra, los que la rodean recitan una serie de preguntas y sus corres-
pondientes respuestas. Cuando la tumba queda llena finalmente de
tierra, se señala con maderas la posición de la cabeza y los pies. En
los días acordados después de la muerte, los padres y los familiares
se reúnen para rezar por el fallecido.
La misma serie de actos y ceremonias se celebra en los ritos
funerarios hindúes en Indonesia. Como sus homólogos indios, los
hindúes indonesios queman a sus muertos, pero según un ritual bas-
tante diferente al que se sigue en la India. Se lleva el cadáver al lugar
de cremación, en el que se levanta una torre de bambú, adornada con
tiras de papel de colores. La procesión funeraria hace muchos movi-
mientos en zigzag y camina de vez en cuando en círculo para con-
fundir al espíritu del fallecido si éste quiere volver en algún momen-
to a su hogar en la vida terrenal, y así dirigirle directamente al otro
mundo. Al llegar al lugar de la cremación, se coloca el cadáver en
una especie de recipiente hecho con la forma de diferentes anima-
les. Para el brahmán el recipiente tiene forma de vaca, para los vais-
Visión del sureste asiático en JM
389
hyas tiene forma de alguna figura mitológica, mientras que para los
shudras la figura preferida es la de un pez47.
Tailandia
Los salesianos se ocuparon de la misión de Rajaburi en 1927.
Y desde aquel año en adelante, hay frecuentes informaciones en JM
acerca de Tailandia y su población. Los artículos evidencian el inte-
rés de los editores por presentar las características especiales del
país como su belleza natural, sus templos, el elefante blanco, sus
festividades, etc. Para mantener su naturaleza misionera JM men-
ciona suficientemente la historia de las misiones católicas en el
país48. Se dedica poco espacio a explicar la historia de las misiones
salesianas en la región49.
El encanto natural de Tailandia
Según un informe de César Castellino de abril de 1942, antes
de junio de 1939 Tailandia era comúnmente conocida por el nombre
de “Siam”, un nombre dado a la región por los birmanos, que signi-
fica “la tierra de la gente bronceada”. Para Castellino, Tailandia “es
el Oriente clásico con todo su esplendor y su encanto”50. Otro infor-
me de febrero en 1952 afirma:
____________________
47 Cfr. Cerimonie funebri, en GM 34 (1956) 11, 20-21.
48 Algunos artículos, como el de CASTELLINO C., Thailandia, en GM 20 (1942)
4, 36-38; Roma-Bangkok, en GM 26 (1948) 4, 5; e Il paese dell’elefante bianco, en
GM 31 (1953) 4, 2-3, dedican breves párrafos a la historia de las misiones católi-
cas en Tailandia. Éstos solamente mencionan las más importantes fases del progre-
so de la obra. Una imagen más completa de la historia de las misiones en el país se
da en las siguientes narraciones: Le Missioni cattoliche nel Siam, en GM 29 (1951)
2, 8-9; e Il cattolicesimo nel Siam, en GM 37 (1959) 7, 10.
49 Parece haber muy poca información sobre los comienzos de la misión salesia-
na en Tailandia. Un artículo de julio de 1941 menciona que la prefectura apostólica
de Rajaburi, encomendada a los salesianos, es elevada al rango de Vicariato Apos-
tólico con Gaetano Pasotti SDB como Vicario Apostólico. Cfr. Fausto avvenimento,
en GM 19 (1941) 7, 106. Y en abril de 1942 JM publica un informe de Cesare
Castellino, misionero en Tailandia, en el que el autor hace una presentación general
del país y la población. En ese informe se dedica un espacio a informar sobre los
inicios de la misión salesiana en la región. Cfr. CASTELLINO C., Thailandia, 36-38.
50 CASTELLINO C., Thailandia, 36.

2.3 Page 13

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390
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
La natural belleza de Tailandia es insuperable. [...] La visión aérea de
Siam presenta una vasta extensión de verde con cintas plateadas aquí
y allí y unos cuantos puntos oscuros desperdigados. La suma total de
los colores es absolutamente impresionante51.
Por su exuberante naturaleza, dotada de tan gran variedad, Car-
los Caretto, el hermano de Pedro Caretto, que fue misionero sale-
siano en el país, escribió en abril de 1953: “Siam es un país encan-
tador, uno de los más bellos de todo Oriente”52.
Un informe de febrero de 1952 presenta a Tailandia como un
verdadero jardín tropical con todos los tipos de frutas tropicales. Y
debido a los numerosos ríos y arroyos que cruzan el país, hay pes-
cado en abundancia en la región. Y otra particularidad del país es
que sólo tiene tres estaciones principales. La seca y calurosa dura de
marzo a mayo, la lluviosa de junio a octubre y el invierno, que va de
noviembre a febrero53.
Los diferentes grupos étnicos de Tailandia
En septiembre de 1931 JM publica un artículo bastante largo
de José Pinaffo, ilustrado con fotografías sobre los diferentes grupos
étnicos que viven en Tailandia. Pinaffo observa que, según los
antropólogos, hay más de 30 grupos étnicos en Tailandia. Aunque él
habla sólo de los grupos principales. Según el misionero, los se-
mangs eran los habitantes originarios de toda Indochina en la anti-
güedad. Se les puede encontrar en las montañas de Pattani y Nakhon
Sritamarat de Siam. Este grupo se encuentra también en Filipinas,
en las islas Andaman y en la península malaya. Originariamente lle-
vaban una vida nómada en la selva, pero más tarde se acostumbra-
ron a una vida más sedentaria. Normalmente son bajos de estatura.
Se visten de una manera muy rústica. No cultivan sistemáticamente,
y en lugar de eso viven de los frutos del bosque. Sus armas son un
arco y flechas, y una lanza hecha de bambú.
____________________
51 Il Muang Thai, en GM 29 (1951) 2, 4.
52 CARRETTO C., Viaggio nel Siam, en GM 31 (1953) 4, 10.
53 Cfr. II Muang Thai, 4-5.
Visión del sureste asiático en JM
391
Los malayos pertencen al grupo de los austroasiáticos, y se
encuentran en la parte de sur de Tailandia. Todos son musulmanes y
y son fervientes seguidores de Mahoma. Las mujeres aquí no cubren
sus caras. Este grupo se dedica principalmente al cultivo de arroz y
son buenos pescadores.
Los sakais pertencen al grupo de los mon o peguano-kmen, y
viven en el sur de Tailandia. Suelen tatuarse y pintarse. Saben algo
de agricultura, cultivan arroz, tapioca y tabaco. Sus armas son el
arco y la flecha. Los kamuks pertenecen al mismo grupo étnico y
viven en la región de Luang-Probang. Algunos grupos de cambo-
yanos, quienes bajaron del norte, Yunnan, en su migración a Cam-
boya, también han establecido comunidades en Tailandia. El testi-
monio de su viaje a través de Siam son las famosas ruinas de An-
gkor.
Los cristianos annamitas que escaparon de Vietnam durante la
época de persecución forman otro grupo étnico principal más en
Tailandia. Pertenecen a la extensa familia de Mon-Khmer. Son fa-
mosos en Tailandia por las esteras artísticas que fabrican.
Los thais, de los que descienden la mayor parte de la población
de Tailandia, también pertencen a la gran familia mongola, Mon-
Khmer. Probablemente su hábitat original era la región del sudeste
de China-Yunnan, desde donde fueron empujados hacia el sur. El
grupo étnico thai se encuentra también en Tonkino, en la isla de
Hainanu e incluso en Assam. El cantonés también pertenece proba-
blemente a este grupo de población.
Otro grupo étnico distinto es el de los laosianos. Excepto por
el hecho de que son étnicamente diferentes, no presentan muchos
aspectos distintos de los tailandeses, ya que han adoptado las cos-
tumbres y creencias de éstos. Tailandia también tiene otros grupos
como los sam-sams, los carianos y los chinos54.
____________________
54 Cfr. PINAFFO G., Etnografia siamese, en GM 9 (1931) 9, 172-175.

2.4 Page 14

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392
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
El carácter general tailandés
En su evidentemente muy entusiasta informe sobre Tailandia,
César Castellino nos proporciona una descripción general de los tai-
landeses. Dice:
Los tailandeses pertenecen a la raza mongólica: de estatura media,
son de hombros anchos, un pecho bien desarrollado, un cuerpo bien
proporcionado, cuello corto, frente ancha, ojos negros, nariz algo
aplastada, pelo negro, liso y corto. No tienen barba.
Son de carácter alegre, amables, a veces tímidos, muy agradecidos
con aquellos que son buenos con ellos. Tienen una inclinación natu-
ral a la música debido a su propio idioma que está completamente
basado en los tonos y la longitud de las sílabas. [...] Tailandia es la
tierra de la generosidad, de las fiestas, de las sonrisas y de la poesía
eterna55.
El informe de febrero de 1951 añade a las características ante-
riormente mencionadas la de su amor por el deporte. Entre los de-
portes tradicionales, el boxeo y la pelea de halcones (entre halcones
machos y hembras), etc. Esta narración también afirma que el arte
de bailar está bien desarrollado entre los tailandeses, así como el tea-
tro. Tienen un teatro clásico totalmente propio que combina diálogo,
canción y baile56.
Los elefantes blancos de Tailandia
M. Alessi, en un artículo de febrero de 1941, escribe que Tai-
landia es uno de los países con una gran población de elefantes.
Pero el factor curioso es que Tailandia se llama la tierra del ele-
fante blanco no solamente por la presencia de una especie de color
más claro, sino debido al culto especial y al honor real que se le
otorga. Alessi observa que los tailandeses creen que el espíritu del
gran Buda reside en el elefante blanco. Así,¡ se le reserva un sec-
tor del palacio real con guardias, sirvientes y pajes a su servicio!57
____________________
55 CASTELLINO C., Thailandia, 36.
56 Cfr. Il Muang Thai, 4-5.
57 Cfr. ALESSI M., Nel paese degli elefanti, en GM 19 (1941) 2, 24-25. Cesare
Castellino, hablando de un nuevo elefante blanco que se ha encontrado en la selva
Visión del sureste asiático en JM
393
Tailandia: una tierra de pagodas
Se dedicó una breve columna en el número de febrero de 1951
de JM a las pagodas de Tailandia, que contiene una interesante in-
formación. Afirma: “Siam es la tierra de las pagodas. ¡Las hay de
todas las épocas y todos los estilos!”58 Y al contrario que los templos
sintoístas japoneses, continúa el informe, las de Tailandia tienen
enormes estatuas de Buda en su interior, están bien decoradas y con-
tienen imágenes y otras estatuas.
Según otro breve informe de abril de 1953, una cosa que
impresiona a quien llega a Tailandia en primer lugar es el gran
número de pagodas existentes en el país. El artículo afirma: “Tai-
landia es conocida como la tierra del elefante blanco, la tierra de las
pagodas y de la túnica amarilla”59. El informe continúa diciendo que
hay unos 18.000 templos en el país y en cuanto al número de mon-
jes, ¡uno de cada 70 habitantes es monje! El gran número de pago-
das es también debido al hecho de que en épocas pasadas éstas ser-
vían como escuelas, hospitales, centros recreativos, deportivos o de
otras actividades culturales60.
El cálculo tailandés del año
Según Mario Ruzzeddu, misionero salesiano en Tailandia, los
siameses siguen el modo chino y japonés de calcular los años, en
____________________
de Siam, habla de la veneración que se dedica a este animal especial. Según él, hay
una creencia budista que sostiene que todo gran budista, durante el proceso de las
reencarnaciones, pasará necesariamente a través de algunos animales blancos. Y el
más grande de estos animales blancos es el elefante blanco. Así, es una creencia
común que al elefante blanco le da vida un gran héroe destinado a convertirse en
Buda algún día. Cfr. CASTELLINO, C., Un nuovo elefante bianco, en GM 25 (1947)
1, 13.
58 Pagode e santuari, en GM 29 (1951) 2, 6.
59 Pagode e toga gialla, en GM 31 (1953) 4, 13.
60 El gran número de monjes puede entenderse a la luz de un artículo de julio de
1959 en el que el autor, en el contexto de exponer la situación de la Iglesia en
Tailandia, habla también sobre el contexto general religioso del país. Afirma que,
según la tradición del país, todos los muchachos estaban obligados a pasar parte de
su vida, antes del matrimonio, como bonzos. El período puede ser de sólo 15 días
o durar incluso de 3 meses. Cfr. La situazione della Chiesa in Thailandia, en GM
37 (1959) 7, 5-6.

2.5 Page 15

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394
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
ciclos de 12 años. Cada año se relaciona con un animal como la rata,
buey, tigre, leopardo, dragón, serpiente, caballo, carnero, mono,
gallo, perro y cerdo. El calendario tradicional siamés sigue la era
budista61.
Celebración tailandesa del Año Nuevo
La gran festividad nacional de Siam es la celebración del año
nuevo tailandés, llamada localmente Songkran. JM publica un rela-
to bastante detallado de César Castellino de esta fiesta particular con
fotos de las diferentes fases de la celebración. Castellino dice que el
día de Año Nuevo cae en el primer día del quinto mes lunar del año.
La fiesta dura tres días.
En el último día del año, todas las familias tailandesas limpian
la casa y tiran todas las cosas rotas que ya no se utilizan. ¡Guardar
esos objetos traería mala suerte a la familia en el año que empieza!
En la mañana del día de Año Nuevo, la gente visita los diferentes
monasterios y llevan regalos a los monjes. Y en ese día se purifica el
Buda y el abad del monasterio, acto que consiste simplemente en
echar agua lustral sobre ellos. Después los jóvenes rinden homena-
je a los ancianos, derramando agua perfumada en sus manos y
haciéndoles regalos. Una característica interesante de la fiesta es la
procesión de los jóvenes llevando pequeñas cajas con pájaros den-
tro, o jarrones que contienen pececitos. A los pájaros se les deja
libres en el bosque y a los peces en el río. Según la creencia budis-
ta, los pájaros y los peces son las reencarnaciones de algunas perso-
nas y es una acción meritoria darles la libertad. Un rasgo caracterís-
____________________
61 Cfr. RUZZEDDU M., La festa del re, en GM 8 (1930) 3, 63-64. En un informe
posterior al de abril de 1955 se observa que hay cuatro sistemas diferentes de cal-
cular los años en uso en Tailandia, dependiendo de las diferentes épocas. La era
cristiana la observa el gobierno y todos los que mantienen comercio con el exte-
rior. La era budista es la de uso común y empieza con el fallecimiento de Buda
en 543 a.C. La era Ratanakosin se inicia con la fundación de Bangkok en 1768
d.C. Es simplemente una fecha nacional. Y la era civil, llamada también
Chulasakarat, tiene su origen en uno de los antiguos reyes y comienza en el año
638 d.C. Ésta tampoco es de uso común. Cfr. Curiosità siamesi, en GM 33 (1955)
4, 14-15.
Visión del sureste asiático en JM
395
tico de la celebración del Año Nuevo es echarse agua los unos a los
otros, para felicitarse el año62.
El rito del matrimonio entre los tailandeses
Un artículo de abril de 1953, con fotos de las diferentes fases
de la ceremonia, describe las costumbres nupciales tailandesas. El
informe afirma que los tailandeses tienen una ceremonia nupcial
muy simple. El día elegido para el matrimonio es fijado por los
monjes tras las debidas adivinaciones. La boda tiene lugar en la casa
de los padres de la novia. Normalmente son invitados a recitar las
oraciones y a realizar los ritos un grupo de 5 a 10 monjes budistas.
Cuando todo está listo, los novios se sientan en dos cojines en el
centro de la sala de la casa. Una persona de importancia de entre los
invitados coloca una corona de flores en la cabeza de la pareja y une
las manos derechas de los novios con una cuerda blanca bendecida
por los monjes. Después, los invitados se acercan uno por uno a la
nueva pareja y rocían con agua sus manos unidas, deseándoles pros-
peridad y alegría. Cuando todos han saludado a la pareja, la novia y
el novio distribuyen arroz a los monjes. Entonces, se les pone una
guirnalda y da lugar el comienzo de la comida festiva para todos los
invitados63.
Vietnam
Los primeros artículos que aparecen en JM acerca de esta zona
no hablan de Vietnam como tal, sino como Indochina. Vietnam em-
pezó a ser llamado así sólo después de la Segunda Guerra Mundial.
Mientras el objetivo de los artículos posteriores a la Segunda Gue-
rra Mundial acerca de Vietnam es informar sobre la condición de la
Iglesia bajo el régimen comunista, los artículos anteriores a este
período describen más bien la cultura, las creencias y las tradiciones
de la población de la región. Aunque no hay muchos artículos ante-
riores a la Segunda Guerra Mundial, hay bastante información sobre
____________________
62 Cfr. CASTELLINO C., Songkran, la festa dell’Anno Nuovo in Thailandia, en GM
42 (1964) 5, 37-40.
63 Cfr. Matrimonio buddista, en GM 31 (1953) 4, 12-13.

2.6 Page 16

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396
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
los comienzos de la Iglesia en la región, especialmente en el perío-
do posterior a la guerra64.
Vietnam y su población
A través de diferentes artículos titulados “Attraverso L’impero
d’Annam” JM presenta en 1929 el informe de G. Casetta en la
población del antiguo reino de Annam. El artículo habla de la pobla-
ción de la región, sus supersticiones, sus creencias religiosas, sus
tradiciones y la historia de las misiones en esta región. Casetta des-
cribe a la población de la siguiente manera:
La población de Annam es muy trabajadora, formal, paciente, apega-
da a su aldea y respetuosa. [...] Son de corta estatura, tienen manos
delgadas con largos dedos, nariz aplastada, ojos pequeños y almen-
drados65.
Su principal ocupación es el cultivo del arroz, que es su ali-
mento básico. Su bebida común es el té.
Supersticiones vietnamitas
Lo que más impresionó a los misioneros sobre los vietnamitas
fue su naturaleza muy supersticiosa. Casetta nos explica que los
annamitas creen que algunas serpientes llevan en su boca cierto
amuleto, del tamaño de una pequeña moneda, y se lo dan a quienes
ellas quieran, haciendo invulnerables a quienes la reciben. Se consi-
dera que los cometas traen guerras. Ellos piensan que los eclipses se
____________________
64 A través de varios artículos, JM presenta la historia de la evangelización de
Vietnam comenzando por los primeros esfuerzos hacia finales del siglo XVI y prin-
cipios del XVII. Resalta los avances que los misioneros heredaron de la coloniza-
ción francesa de la región. Habla de los efectos de la ocupación japonesa durante la
Segunda Guerra Mundial. Retoma la historia del movimiento nacionalista de
Vietnam que culminó finalmente con la división de la región y con su independen-
cia. Cfr. CASETTA G., Attraverso l’impero d’Annam, en GM 7 (1929) 1, 3-4; La
Chiesa nel Vietnam, en GM 26 (1948) 6, 2; Vietnam, en GM 26 (1948) 6, 8-9; Il
Viet-Minh, en GM 26 (1948) 6, 11; La cristianità nel Vietnam, en GM 32 (1954) 9,
2-5; La fuga verso il Sud, en GM 33 (1955) 6, 18-20; FERRARI L., Vietnam zona
esplosiva, en GM 34 (1956) 2, 16-19; La Chiesa nel Vietnam, en GM 41 (1963) 3,
4-8; Intenzione missionaria di febbraio, en GM 45 (1967) 2, 3-4.
65 CASETTA G., Attraverso l’impero d’Annam, 3.
Visión del sureste asiático en JM
397
deben a que un dragón intenta tragarse la luna o el sol por lo que
hacen todo el ruido posible para hacer huir al dragón. El más fuerte
de todos los animales para los annamitas es el dragón. Vive bajo tie-
rra. Al excavar los fundamentos para la casa o las diferentes minas,
se hacen todos los esfuerzos posibles para no herir al dragón que
habita debajo. Tienen un temor reverencial por el tigre66.
Creencias y prácticas religiosas de los vietnamitas
Es una vez más G. Casetta, en uno de los apartados de su
largo artículo, quien habla sobre las antiguas religiones de los
annamitas. El autor informa de que la religión de esta población
consiste en el culto a los espíritus y a los ancestros. Los espíritus
protectores del imperio son los de algunos grandes personajes,
nombrados por el propio emperador. El mandarín tiene un derecho
similar de elegir el espíritu protector para la región sobre la que
tiene jurisdicción.
Jerarquía de los dioses vietnamitas
Según Casetta, los annamitas reconocen una jerarquía entre los
espíritus. El espíritu supremo es Thuong De. Entre los demás, el
espíritu más relacionado con los vivos es Ngoc Hoang, que es una
especie de creador del mundo. El espíritu de los muertos es Minh
Vuong. Él se encarga del infierno. Los cielos se dividen en tres
regiones con tres custodios: Thang Long (dragón blanco), Cu Dien
(gorrión rosa) y Bach Ho (lobo blanco). Además de estos espíritus
divinos, hay una multitud de otros, quienes forman el concilio de los
dioses.
Un tipo de estos espíritus que entran más en la vida diaria de
los annamitas es el de Ong Wao, los espíritus del hogar familiar. Las
tres piedras del hogar familiar están dedicadas a este espíritu. La
ofrenda a los espíritus siempre va acompañada de bebidas alcohóli-
cas, que consumen los miembros de la familia después de la función
religiosa. Si la gracia necesaria no es otorgada por un espíritu, éste
____________________
66 Cfr. CASETTA G., Attraverso l’impero d’Annam, 3-4.

2.7 Page 17

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398
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
puede incluso ser despojado de su divinidad y sus estatuas tiradas al
río.
Culto a los antepasados entre los vietnamitas
La segunda parte de la religión de los annamitas, según Ca-
setta, trata del culto a los antepasados. Los annamitas creen que toda
persona tiene tres almas: la espiritual, la sensitiva y la material. El
alma espiritual reside en el cerebro y tras la muerte, si la persona es
digna de ello, pasa al estado de los espíritus. Las sensitiva reside en
el estómago, y en el momento de la muerte va a la tumba. Si a la per-
sona no se la da un entierro digno, su alma vaga en busca de un lugar
para descansar. El alma material se encuentra en la parte inferior del
estómago y tras la muerte va al infierno. Si el entierro no es el debi-
do, el alma escapa y vuelve a molestar a los vivos. De modo que el
culto a los muertos consiste en la veneración de los antepasados,
quienes después de la muerte se han unido al grupo de los espíritus
divinos. En cada casa hay un altar dedicado a los antepasados. Hay
personas que también tienen un día del año dedicado a los antepasa-
dos fallecidos: el día 15 del séptimo mes. Según una creencia local,
en ese día los muertos vuelven a sus hogares originales terrenales. Y
por eso la familia celebra el retorno de sus antepasados a sus casas.
Una religión sin sacerdotes
Los annamitas, según Casetta, no tienen una clase especial de
sacerdotes ni de ministros religiosos. El sacerdote supremo para
todo el reino es el mismo emperador. Los mandarines son los sacer-
dotes de las regiones encomendadas a ellos. En la familia es el pri-
mogénito quien dirige las funciones religiosas. Los bonzos no son
considerados sacerdotes pues no tienen ninguna autoridad religiosa
y en Vietnam son relativamente escasos en número67.
La ceremonia vietnamita de dar nombre a un niño
La única ceremonia religiosa importante en la vida de una per-
sona en la región, a la cual Casetta hace mención en abril de 1928, es
la de imponer nombre al niño. Tiene elementos supersticiosos, curio-
____________________
67 Cfr. CASETTA G., Attraverso l’impero d’Annam, en GM 7 (1929) 3, 46-47.
Visión del sureste asiático en JM
399
sos y cómicos. Se realiza cuando el niño tiene un año. La divinidad
que preside esta ceremonia es la diosa Bà Mau. El ritual requiere que
los padres del niño quemen 15 blusas, 15 pantalones y 15 gorros en
honor a esta diosa. Para engañar a la anciana diosa, de quien se cree
que tiene mala vista, la ceremonia se lleva a cabo siempre hacia el
anochecer. ¡Y lo que realmente se quema es el número necesario de
blusas, pantalones y gorros, pero hechos de papel! Y después de este
sacrificio, se impone un nombre al niño. Cada niño recibe tres nom-
bres: uno que corresponde al apellido, el segundo que expresa los
deseos de los padres para el niño, como el nombre de algún rey, o un
guerrero o un artista, y el tercero el nombre real por el cual se llama-
rá al niño. A veces se le da al niño el nombre de gato, vaca, búfalo,
etc., por la creencia de que al escuchar esos nombres los espíritus
malignos serán engañados y no vendrán a atormentar al niño68.
Corea
Los salesianos no entraron en Corea hasta 1955. Aunque la
mayor parte de los artículos sobre Corea aparecen después de esta
fecha, la historia del inicio de la Iglesia en Corea, por su carácter
único y por las oleadas de persecuciones, apareció en las páginas de
JM a partir de 193169. La presentación de Corea está en la misma
____________________
68 Cfr. CASETTA G., Come gli annamiti impongono il nome ai bambini, en GM 6
(1928) 4, 72-73.
69 El modo de introducción del cristianismo en Corea es único en el sentido de
que no fue introducido en el país por misioneros extranjeros. Unos sabios laicos
coreanos fueron los primeros evangelizadores de su propio país hacia finales del
siglo XVIII. Durante varias décadas la comunidad cristiana se conservó y continuó
su crecimiento sin sacerdotes. Ni siquiera los primeros misioneros podían introdu-
cirse en la comunidad abiertamente. Sólo en 1890 pudieron los misioneros extran-
jeros establecerse libremente en Corea. Cfr. Il centenario della Chiesa in Corea, en
GM 9 (1931) 10, 181-182; Corea, en GM 28 (1950) 10, 8-9; SPIES R., Una storia
gloriosa, en GM 37 (1959) 4, 18-20; II regno romito, en GM 39 (1961) 10, 26-29.
Algo por el estilo ocurrió respecto al comienzo de la obra salesiana en el país.
Mucho antes de la llegada de los salesianos, Don Bosco había encontrado un lugar
en Corea. Una crónica de mayo de 1939 observa que se dedicó una parroquia a un
santo en una pequeña aldea llamada Eitòho y las asociaciones juveniles estaban
funcionando en esta parroquia inspirada por el espíritu de Don Bosco. Cfr. Cronaca
missionaria, en GM 16 (1939) 5, ii.

2.8 Page 18

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400
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
línea que la de Japón: admiración de su belleza natural, elogios
hacia su población y sus cualidades innatas tanto de inteligencia
como de corazón y un aprecio general de su cultura.
Corea: descripción general de la tierra y su población
En abril de 1956 JM presenta una descripción general de Co-
rea: la tierra y sus habitantes. Se observa que los coreanos llaman a
su país “el rocío de la mañana”, mientras que los chinos la llaman
Kaosi, que significa elegante, o Tsaosmian, que significa sereno.
Tiene unas características físicas similares a las de Italia.
¡Este informe inicial afirma que la antigua leyenda coreana
sostiene que este pueblo desciende de una vaca sagrada! Por el con-
trario, una leyenda aristocrática sugiere que los coreanos descienden
del sol. Los etnólogos afirman que los coreanos son una mezcla de
japoneses, manchúes y chinos. Las características generales de la
población aparecen descritas así:
En general los coreanos son robustos, de estatura media, de constitu-
ción fuerte. Las mujeres son más delicadas, con delicados rasgos
faciales, ojos ligeramente brillantes, frente redondeada y pelo grueso.
Son inteligentes, hospitalarios, sinceros y benevolentes. Son expansi-
vos con sus familiares y amigos, pero reservados con los desconoci-
dos70.
El mismo informe dice que la antigua religión de los coreanos
parece haber sido el culto a los diferentes elementos de la naturale-
za como las plantas, el agua, las piedras y el fuego, que ellos creían
que estaban animados por algunos espíritus. Sin embargo, cuando
los misioneros salesianos llegaron al país, la religión oficial era el
budismo71.
____________________
70 La Corea, en GM 34 (1956) 4, 18.
71 Esto está confirmado por otro informe de abril de 1959, probablemente ela-
borado por los editores de JM. Dice que los coreanos eran muy supersticiosos.
Creen que la atmósfera está llena de espíritus bondadosos y malignos. Y estos
espíritus viven en los árboles, piedras, ríos, montañas, etc. Esto explica por qué los
coreanos adoran esas cosas inanimadas. Cfr. Paese del calmo mattino, en GM 37
(1959) 4, 16.
Visión del sureste asiático en JM
401
Primeras impresiones de los misioneros sobre la población coreana
En abril de 1959 JM informaba de las impresiones de Rinaldo
Facchinelli, uno de los primeros misioneros salesianos en llegar de
Japón a Corea. Viniendo de la tierra de los cerezos en flor, los misio-
neros parecían ligeramente decepcionados. Escribe Facchinelli:
Mientras Japón, una tierra de mucha lluvia aunque bastante calurosa,
parecía un jardín bien cultivado, Corea da la impresión de ser un des-
ierto medio salvaje: montañas deshabitadas de arcilla rosada, llanuras
de extensas praderas con bosques, ríos sin muros de contención,
estrechos y difíciles caminos de montaña, pequeños grupos de caba-
ñas hechas de barro y cubiertas de paja72.
Fue la gran pobreza y la miseria de los coreanos lo que impre-
sionó inmediatamente a los primeros misioneros salesianos. Facchi-
nelli continúa:
Al salir del aeropuerto, uno se queda impresionado por la extrema
pobreza del país. [...] E incluso en la gran ciudad de Seúl, multitudes
de muchachos, en harapos miserables, hambrientos, con ojos lasti-
meros que alargan la mano a los extranjeros. [...] ¡Allí se encuentran
los heridos de la guerra y los leprosos! Sí, también los leprosos, horri-
blemente deformados, andaban vagando por las calles y callejuelas
de la capital.
Pero a pesar de toda esta pobreza y miseria, el misionero des-
cubrió inmediatamente la natural bondad de la población. Y escribió:
[...] A pesar de todo, los coreanos tienen un corazón noble y genero-
so, habituado a la renuncia y al sacrificio. Al contario que los japo-
neses, los coreanos son sobre todo humildes, sencillos y naturalmen-
te religiosos.
Un artículo de los editores de octubre de 1961 nos proporcio-
na más detalles sobre los coreanos y sus costumbres y creencias.
Dice que las casas coreanas se construyen con paredes de barro y
tejados de paja. Se elevan normalmente medio metro sobre el suelo.
Los ricos construyen sus casas de madera, o de ladrillo con el techo
de tejas. Las casas tradicionales antiguas no tenían ninguna ventana
____________________
72 FACCHINELLI R., Dal Giappone alla Corea, en GM 37 (1959) 4, 4.

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Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
y siempre había una única entrada. Como en muchos países orienta-
les, ¡todo el mundo entra descalzo!
Características generales de los coreanos
El mismo informe habla de la población; dice que los coreanos
son una raza mongólica. Son su sencillez de corazón y sus maneras
afables lo que hace que se ganen el corazón de los misioneros. Son
también inteligentes y capaces de hacer trabajo sacrificado. Son un
pueblo que ama la limpieza. La única época de gran alegría para
ellos es cuando se acaba el trabajo en el campo de arroz y se dan al
baile y a la alegría73.
Uno de los últimos informes de JM sobre Corea, el de abril de
1966, presenta a la población coreana como grandes amantes de la
música y el baile. En la escuela, todos los cursos tienen lecciones de
música. Todas sus reuniones se caracterizan por sus canciones tradi-
cionales. La música tradicional coreana es lenta y sencilla. Sin em-
bargo, con la apertura a Occidente, la música tradicional coreana
está siendo progresivamente sustituida por la occidental74.
Corea: el paraíso de los misioneros
Pero la característica de la población coreana que impresionó
realmente a los misioneros salesianos y la que JM estuvo repitiendo
en una serie de artículos es el anhelo de este pueblo por la fe católi-
ca. Facchinelli escribió en su primer artículo:
Actualmente los coreanos, como si de un movimiento de masas se
tratara, están asaltando las misiones católicas pidiendo ser instruidos
y recibir el bautismo. [...] ¡El centro misionero está desbordado de
almas en busca de la luz!75
Y hablando de la ferviente fe de los ya bautizados, el mismo
misionero escribió: “Es una imagen impresionante diaria aquí: igle-
sias con aforo pleno, incluso para la misa de entre semana. “En refe-
____________________
73 Cfr. Paese del chiaro mattino, in GM 39 (1961) 10, 19-23.
74 Cfr. La Corea canta, en GM 44 (1966) 4, 8-11.
75 FACCHINELLI R., Dal Giappone alla Corea, en GM 37 (1959) 4, 7-8.
Visión del sureste asiático en JM
403
rencia al número de bautizos que los misioneros administran, Fac-
chinelli escribió en el mismo informe:
Mientras que en Japón nos conmovía que en algún día festivo pudié-
ramos bautizar tres o cuatro catecúmenos, en Corea hay cientos y
cientos de ellos siempre. [...] Mientras que en Japón hay una media
de 17 bautismos anuales por sacerdote, ¡en Corea hay más de 230
bautismos por misionero!
En el mismo número de JM, otro misionero salesiano en Japón,
Raimundo Spies, da fe del movimiento masivo de la población hacia
la fe Católica76.
Nos ofrece la misma impresión lo que nos explica el artículo
sobre Corea en octubre de 1961. El redactor del artículo afirma que
la fe católica ha sido difundida entre los coreanos durante los últi-
mos 10 años de una manera sorprendente. Y el crecimiento en
número ha ido acompañado por el aumento en verdadero fervor77.
Un artículo de julio de 1962 de Archimede Martelli, misionero
en Corea, se titula precisamente: “Corea: el paraíso de los misio-
neros”. Además de describir la buena naturaleza general de los core-
anos y el gran movimiento entre todos los sectores de la población
hacia la fe católica, Martelli observa el florecimiento de las voca-
ciones religiosas y sacerdotales. Concluyendo el informe, el misio-
nero escribe:
En este clima, hay muchos que desean seguir el camino del sacerdo-
cio. Habituados al sacrificio y fervientes como son, no creen que
haya nada mejor que dedicar su vida al bien del prójimo, para el esta-
blecimiento del Reino de Cristo entre sus compatriotas. Las vocacio-
nes abundan entre los que acaban su licenciatura. Muchos de los que
estudian en las universidades también eligen este camino en particu-
lar. A veces incluso los que vuelven del servicio militar, que en Corea
dura tres años, ¡optan por el sacerdocio!78
____________________
76 Cfr. SPIES R., Nuovi tentativi e sangue, en GM 37 (1959) 4, 21.
77 Cfr. Paese del chiaro mattino, 23.
78 MARTELLI A., Corea: paradiso dei missionari, en GM 40 (1962) 7, 32.

2.10 Page 20

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404
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
Ritos funerarios: culto a los muertos entre los coreanos
Los coreanos, como sus vecinos los chinos y los japoneses,
sienten una gran veneración por sus difuntos. Es una creencia exten-
dida que la prosperidad y la felicidad de la familia depende del culto
a los muertos. Aunque JM menciona este aspecto de la cultura co-
reana, no da detalles de la expresión de este culto79. En lugar de eso,
dedica algún espacio a los ritos funerarios de los coreanos.
JM menciona los ritos funerarios de los coreanos por primera
vez en el artículo general sobre Corea en abril de 1956. El autor
informa de que cuando un miembro de la familia está gravemente
enfermo, se le cambia de la habitación que ocupa normalmente a
otra habitación de la casa para engañar al espíritu maligno que le
afecta. Pero si el enfermo no tiene signos de mejora, toda la familia
se reúne a su alrededor esperando el último momento.
Según el mismo artículo, poco antes de morir, se cubre al mori-
bundo con una sábana y la familia guarda un tiempo de silencio
sagrado después del cual estallan en expresiones de tristeza y dolor.
Al tercer día, los familiares o los hijos, después de un ritual de puri-
ficación, colocan el cuerpo con el colchón en un ataúd de abeto o de
pino, árboles que simbolizan la vida eterna. En un extremo del ataúd
extienden una capa de harina de trigo de unos 3 centímetros de gro-
sor. Encima del cadáver se pone una tapa en la que se escribe la
fecha de la defunción del fallecido. Se colocan en el ataúd algunas
de las ropas utilizadas por el difunto cuando éste estaba vivo. Al
cuarto día, los familiares vuelven a su trabajo diario, pero quien diri-
ge la ceremonia, coloca cerca del ataúd todos los objetos utilizados
por el fallecido, así como bebidas y frutas. Para una persona ordina-
ria, el entierro tiene lugar al quinto día.
Es una práctica común cremar a los bonzos. Las cenizas de los
santos bonzos se preservan en urnas y se guardan en los templos,
mientras que las de los bonzos ordinarios se mezclan con los ali-
mentos que se dan a los pájaros80.
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79 Cfr. La Corea, 19; Paese del chiaro mattino, 22-23.
80 Cfr. La Corea, 19.
Visión del sureste asiático en JM
405
La narración de Eduardo McNeil, misionero en Corea en febre-
ro de 1962, resalta la dimensión festiva del funeral en este país.
Según el autor, los coreanos consideran la muerte como un verda-
dero pasaje a la vida, por lo que no manifiestan mucho su dolor. El
término utilizado para indicar muerte es tora kasyotta, que significa
“volver” a la vida desde la que uno ha venido. Ese sentido de espe-
ranza es tan profundo que la procesión funeraria misma adquiere un
tono muy festivo. McNeil informa de que la primera vez que vio una
procesión funeraria, ¡la confundió con una marcha nupcial! Va
acompañada de canciones y música. Enmedio de la procesión está el
catafalco profusamente decorado, llevado por ocho personas.
Cuando llegan al cementerio, se saca el cadáver, se coloca en la
tumba y se cubre con arena. Los acompañantes muestran su respeto
con una profunda reverencia. ¡Y todo concluye con un banquete en
la misma tumba! Los cementerios están siempre situados fuera de la
población, a una distancia razonable81.
Conclusión
Durante toda vida de JM los editores tuvieron en cuenta el
objetivo de la revista constantemente: crear interés por las misiones.
El informe de Extremo Oriente servía para este único propósito. Y
de alguna manera la enorme variedad de esta región en todas las
esferas de la vida contribuyó de una manera primordial a este fin.
Podríamos pensar que los informes de JM crearon en los lectores
una gran admiración por esta región y sus gentes, y al mismo tiem-
po el anhelo dellevar a este antiguo pueblo la fe en Cristo.
En todos estos países la Iglesia tuvo que pasar por algunas per-
secuciones de un tipo u otro. Y JM no tenía miedo de presentar esta
realidad a los jóvenes escolares. El misionero presentado por JM en
estas regiones no es simplemente un benefactor, es el héroe de la
población indígena. Él está lleno de entusiasmo por su fe y tiene que
estar preparado para sacrificarlo todo, incluso su vida, cuando su
apostolado lo necesite. Esta presentación ciertamente hubiera aleja-
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81 Cfr. MCNEIL E., Funerale in Corea, en GM 40 (1962) 2, 38-41.

3 Pages 21-30

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3.1 Page 21

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406
Visión de las misiones salesianas: 1923-1967
do a los pusilánimes. Pero se presentó una realidad que era de-
safiante y, por lo tanto, verdaderamente impresionante.
Los estudios antropológicos actuales de los diferentes grupos
étnicos sirven para proporcionar información sobre los estilos de
vida de estas poblaciones. A este respecto JM era una mina de infor-
mación acerca de las poblaciones de Oriente. Viniendo una vez más
de personas que vivieron y se mezclaron con la población, siempre
tuvieron un gran elemento de veracidad. Esta crucial información
abrió a los jóvenes italianos a un mundo muy diferente al suyo. Y,
además, sirvió como puente cultural.