PDO-2005

SINERGÍA ENTRE LA DELEGACIÓN INSPECTORIAL

DE LA PASTORAL JUVENIL

Y LA OFICINA PARA LA PLANIFICACIÓN Y EL DESARROLLO


Don Antonio Domenech

Consejero General para la Pastoral Juvenil



  1. CARACTERÍSTICAS FUNDAMENTALES DE LA PASTORAL JUVENIL SALESIANA (El modelo pastoral salesiano)


El libro “La Pastoral Juvenil Salesiana. Cuadro fundamental de referencia” ofrece los elementos más importantes para unificar la mentalidad y orientar la praxis pastoral salesiana.

He aquí algunos elementos centrales a recordar en este momento:


  • La “raíz” de la Pastoral salesiana

Vivir una pastoral enraizada en una profunda vivencia espiritual compartida en comunidad: la pastoral no es solo actividad, sino sobre todo “vivir, ser”: “ser signos y portadores del amor de Dios a los jóvenes, sobra todo los más pobres” (Const. 2)..


  • Unidad orgánica de la Pastoral Juvenil Salesiana, superando el sectorialismo e individualismo pastoral.

En la acción pastoral intervienen una gran variedad de personas y grupos, una multiplicidad de actividades y procesos, diversas instituciones y estructuras, pero todo ello se orienta hacia una misma y única finalidad: la promoción integral de los jóvenes y su ambiente. Por eso todo este conjunto de medios e intervenciones deben constituir un único proceso, poner en movimiento un único dinamismo que dé a todos ellos una misma dirección. Este proceso se configura del siguiente modo:

    • El punto de partida es el encuentro del educador con los jóvenes, la escucha atenta de sus exigencias y aspiraciones, la oferta de un ambiente educativo lleno de vida y rico en propuestas. A partir de este encuentro el educador salesiano:

    • despierta en los jóvenes, ya como personas individuales ya como grupo, el deseo y la voluntad de desarrollar sus recursos y posibilidades humanas, hasta abrirse a la búsqueda del sentido de su vida y al anhelo de Dios (dimensión educativa);

    • les orienta hacia el encuentro con Jesucristo, aceptado como el hombre perfecto, el único que puede llevar a plenitud todas las aspiraciones del corazón humano (dimensión de evangelización);

    • desarrolla su deseo de amistad y relación hasta madurar una experiencia positiva y responsable de inserción y de compromiso en la sociedad y en la Iglesia (dimensión asociativa);

    • les ayuda a asumir la vida como un don y como un servicio y les orienta hacia el descubrimiento de su propia vocación en el mundo y en la Iglesia (dimensión vocacional).

Estos elementos, que llamamos “dimensiones” son inseparables y deben actuar en continua y mutua referencia y enriquecimiento.


  • Un nuevo estilo operativo

  • En comunidad, desde la comunidad y construyendo comunidad (comunidad educativa):

    • Centralidad de las personas y calidad de las relaciones humanas,

    • Fuerte sentido de pertenencia basado en la participación, la corresponsabilidad y el trabajo en equipo,

    • Desarrollo de la identidad compartiendo valores, criterios y objetivos en torno a un proyecto común.

La comunidad SDB como punto de referencia carismático de toda la comunidad educativa y centro de comunión


  • Con el estilo de la animación: nueva forma de presencia y de acción entre los jóvenes.

    • Atención a las personas por encima de la organización y gestión,

    • Motivar: desarrollar la comunión en torno a los valores, criterios y objetivos de la propuesta pastoral salesiana

    • Promover la unidad del proyecto pastoral: una unidad orgánica que guíe y oriente las diferentes opciones, planes y actividades

    • Crear comunidad educativa: convocar, favorecer la información y la comunicación

    • Promover la colaboración, la complementación y la coordinación entre todos.


      • Con una mentalidad proyectual

Pensar y vivir l’acción educativo-pastoral

    • Como una unidad orgánica: un conjunto de elementos coordinados entre sí y orientados hacia una finalidad común.

    • como un camino, que, a través de un conjunto gradual e interrelacionado de elementos (personas, actividades, recursos, estructuras), transforma la realidad según los objetivos previstos.

Un instrumento y expresión de esta mentalidad proyectual es la planificación pastoral: un proceso mental y comunitario de implicación, clarificación e identificación que tiende a:

    • promover en la comunidad educativa la conciencia de una misión común y una mentalidad compartida;

    • crear en ella una convergencia operativa en torno a criterios, objetivos y líneas de acción comunes, evitando la dispersión operativa;

    • ser el punto de referencia común para la cualidad educativo-pastoral a evaluar continuamente.



  1. EL DESARROLLO HUMANO


    1. El desarrollo humano según la Doctrina Social de la Iglesia

El Desarrollo humano, como “proceso de expansión de las capacidades de las personas que amplían sus opciones y oportunidades” hacia un nivel de vida más digno, constituye una de las respuestas más importantes a los problemas de pobreza y subdesarrollo que afectan a muchos millones de personas, sobre todo jóvenes.

El peligro que hoy se corre es el de pensar el desarrollo humano de forma restringida, limitándolo sobre todo al crecimiento económico, a la salud corporal y psicológica, a la instrucción y preparación para el trabajo, etc. olvidando otros aspectos fundamentales para una vida humana integralmente digna (la educación moral y del sentido de la vida, una vida familiar serena e íntegra, la participación responsable y libre en la vida social y política, la salvaguardia del ambiente natural y humano, la libertad religiosa y de conciencia, etc).

Cuando la Iglesia habla de desarrollo humano lo concibe desde una visión cristiana de la persona humana (antropología cristiana) que:

    • se fundamenta en la dignidad inviolable de toda persona y promueve su participación activa y responsable en el propio desarrollo y en al desarrollo de su grupo humano;

    • promueve su desarrollo integral, (sentido humanista y moral del desarrollo y no solo economicista)

    • considera la persona tanto en su realidad individual como también social y universal, buscando la superación de las causas del subdesarrollo, de la pobreza y de las situaciones de marginación;

    • afirma como elemento fundamental del desarrollo de la persona el respeto y el crecimiento de su apertura a Dios (dimensión religiosa);

    • se realiza en el marco de la libertad y de la solidaridad.


    1. El desarrollo humano y la misión salesiana

Este concepto de desarrollo humano coincide prácticamente con el concepto de “promoción humana” que usan nuestras Constituciones para definir el servicio educativo-pastoral salesiano: “Educamos y evangelizamos siguiendo un proyecto de promoción integral del hombre, orientado a Cristo, hombre perfecto” (Const. 31).

Una promoción integral con las siguientes características:

    • unida indisolublemente a la evangelización: para nosotros el anuncio del Evangelio debe a la vez iluminar, infundir aliento y esperanza e inspirar soluciones adecuadas a los problemas de la vida, pero al mismo tiempo la promoción humana que realizamos debe abrirlo a Dios y anunciarle a Cristo (Cfr. CGE, 77).

    • centrada en la educación: Nuestra colaboración al desarrollo humano consiste sobre todo en la educación, la cualificación y la formación de las personas, para que puedan ser protagonistas responsables de su propia vida. (Cfr. CGE 68)

    • que promueve el desarrollo no solo de las personas individualmente sino también del grupo humano y del ambiente en el que éste vive, hasta la transformación de las estructuras sociales, culturales y políticas que generan o mantienen el subdesarrollo y la injusticia (Cfr. Const. 33)


Podemos, pues, concluir que el desarrollo humano, así entendido, constituye un contenido fundamental de nuestra misión y por eso no puede ser considerado solamente como un sector independiente o separado, sino que debe caracterizar como finalidad todos los proyectos y acciones educativo-pastorales salesianas.



  1. LOS PROYECTOS DE DESARROLLO HUMANO Y LA PASTORAL JUVENIL SALESIANA


Los proyectos de desarrollo son intervenciones concretas que se colocan en un campo específico de la pastoral salesiana, el ámbito educativo y promocional, sobre todo en el aspecto socio-cultural, pero no pueden pensarse, planificarse y realizarse sin una estrecha conexión con los otros ámbitos de la misma (la evangelización, la orientación vocacional, el asociacionismo juvenil etc).

    1. Los proyectos de desarrollo humano y la pastoral juvenil salesiana se complementan y se enriquecen mutuamente.

  • La atención al desarrollo humano enriquece la pastoral juvenil con:

    • una sensibilidad especial ante algunas situaciones y factores que hoy tienen una gran incidencia en la acción educativo-pastoral, por ejemplo: las condiciones socio-políticas y económicas en que vive la gente, la situación familiar, las posibilidades de educación, el mundo del trabajo y las posibilidades de acceso, etc.; muchas veces no damos suficiente importancia a estos elementos en la programación y en la acción educativo-pastoral;

    • la voluntad y la capacidad de promover una transformación de las mentalidades y de las conductas hasta un cambio de las estructuras y condiciones de vida;

    • una visión global y no sectorial del proceso educativo-pastoral, así como una metodología de trabajo, comunitaria y proyectual;


  • La pastoral juvenil salesiana asegura a los proyectos de desarrollo humano:

    • la atención a la integralidad del desarrollo de las personas según la propuesta educativo-pastoral salesiana;

    • una especial sensibilidad por el desarrollo de la dimensión religiosa de la persona, y por el anuncio de Jesucristo como elementos importantes para el mismo desarrollo humano;

    • una visión vocacional de la vida que debe guiar el protagonismo suscitado en las personas.

    1. Se favorece una nueva visión y modelo de trabajo pastoral

Las oficinas de planificación y desarrollo no se limitan a una ayuda técnica y de asistencia para la preparación y presentación de los proyectos de educación y promoción, sino que con su trabajo de guía y de acompañamiento de la planificación, promueven una nueva visión y modelo de trabajo educativo-pastoral:

    • a partir de un conocimiento profundo y global de la realidad, para poder determinar con claridad los desafíos fundamentales de la misma;

    • concebido como un proceso continuo, gradual y de conjunto, superando la tendencia al sectorialismo, a la improvisación y al idealismo;

    • con una metodología precisa que orienta hacia opciones estratégicas, objetivos concretos y evaluables, pasos graduales, convergencia de intervenciones, etc.

    • realizado siempre en equipo (en comunidad) y en red (proyectos diversos que se apoyan y complementan mutuamente);

    • cuidando la viabilidad y el rendimiento de los servicios e iniciativas propuestas.


Este estilo de trabajo es importante no solo en los campos de la acción educativo y promocional, sino también en los otros campos de la Pastoral Juvenil (como la evangelización y catequesis, la promoción vocacional, el desarrollo de comunidades cristianas o grupos juveniles, etc.). De lo contrario se corre el peligro de actuar con profesionalidad y rigor en los aspectos educativos y de promoción humana, mientras que en las actividades y proyectos religiosos de evangelización y educación a la fe se procede con un estilo poco sistemático, demasiado invididualista, por intuición y respondiendo a urgencias inmediatas. De esta forma se transmite la imagen de que estos campos son de hecho poco importantes y de puro complemento.


Por tanto, una estrecha relación y un sistemático trabajo conjunto entre las oficinas de planificación y desarrollo y la delegación inspectorial de pastoral juvenil sin duda será muy positiva y fecunda para ambos.



  1. ALGUNAS CONSECUENCIAS OPERATIVAS


    1. Una estrecha relación entre la oficina de planificación y de desarrollo y el delegado y equipo inspectorial de pastoral juvenil.

    • Situar los planes y proyectos de desarrollo en el marco del Proyecto Educativo-Pastoral Salesiano (PEPS) inspectorial para garantizar:

. por un lado, la integralidad de los planes de desarrollo y su estrecha relación con los procesos de educación a la fe que se llevan a cabo en la inspectoría y en las diversas obras;

. y por otro, la atención a los aspectos del desarrollo y promoción humana, tanto individual como social, en toda acción de evangelización y de educación a la fe.


    • Cualificar el PEPS inspectorial y local con una orientación y una metodología precisa y profesional (la planificación estratégica participativa) para que sea más realista, eficaz y viable, y para que se garantice la continuidad de los procesos iniciados y el aprovechamiento más racional y eficaz de los recursos.


    • Colaborar en la formación de los animadores y directivos de la acción educativo- pastoral: una formación que integre motivaciones, experiencia, reflexión, conocimiento y práctica de metodologías adecuadas...



    1. La oficina de planificación y desarrollo puede colaborar con la Inspectoría (en concreto con el Inspector y su Consejo) en la elaboración y revisión del POI y al mismo tiempo situar sus planificaciones y programas al interno del mismo y siguiendo sus prioridades.

La inspectoría salesiana:

    • orienta el desarrollo de los valores y líneas fundamentales del carisma y de la misión salesiana en el propio contexto social, cultural y eclesial;

    • provee a un crecimiento sostenible y a la continuidad de la misión;

    • favorece la colaboración y el trabajo en red entre las diversas comunidades SDB, los grupos de la FS y los laicos colaboradores;

    • guía la colaboración con otras instituciones sociales y eclesiales al servicio de la misión salesiana. (Cfr. Cons. 58)

Para guiar y orientar esta función, el CG25 ha pedido a cada inspectoría que elabore un plan estratégico de desarrollo de la vida y misión de la inspectoría como conjunto, que ha llamado “Proyecto Orgánico Inspectorial (POI).

El POI debe definir las líneas estratégicas y las opciones fundamentales de gobierno para orientar:

    • el crecimiento sostenible de la inspectoría, según los recursos humanos disponibles (SDB, laicos colaboradores...) y previstos, y las necesidades de los jóvenes y del territorio;

    • el desarrollo vocacional de los SDB y de las comunidades SDB, para que éstas puedan realizar su función de animadoras carismáticas de las Comunidades educativo-pastorales

    • la significatividad y organicidad de las obras y servicios educativo-pastorales de la inspectoría.

Estos tres aspectos forman un conjunto inseparable, y por tanto se deben pensar conjuntamente, interrelacionar y enriquecer mutuamente.


La oficina de planificación y desarrollo puede asesorar y ayudar a la inspectoría en este proceso de elaboración y evaluación del POI con la metodología de la planificación estratégica participativa; y, al mismo tiempo, deberá situar todos sus planes, programas y proyectos en sintonía con este plan general de desarrollo de la Inspectoría.

Existen ya algunos ejemplos de esta colaboración, y pueden inspirar y orientar otras experiencias futuras.



    1. Algunas condiciones para asegurar una relación positiva y fecunda entre la oficina de planificación y desarrollo y la delegación inspectorial de Pastoral Juvenil.

Sugiero algunas como estímulo para vuestra reflexión y profundización.


  • Conocimiento y formación:

    • El Delegado, y si es posible los miembros del equipo inspectorial de Pastoral (en modo especial lo más implicados en el campo del desarrollo humano: escuelas y formación profesional, marginación y obras sociales, Oratorios y Centros juveniles...), deben conocer suficientemente y compartir las líneas de la planificación estratégica.

    • Los miembros de la oficina de planificación y desarrollo por su lado deben tener un adecuado conocimiento de las líneas de la pastoral juvenil salesiana y del PEPS inspectorial y de su desarrollo.


  • Información y dialogo:

    • Se debe mantener una amplia, frecuente y adecuada información y dialogo entre el equipo inspectorial de pastoral (sus orientaciones y propuestas) y la oficina de planificación y desarrollo (sus proyectos y realizaciones).

    • En la planificación y realización de los proyectos de desarrollo humano (educativo y socio-económico) el delegado y su equipo (los responsables de los diferentes sectores de la Pastoral Juvenil inspectorial, de modo especial el de escuelas o de la formación profesional, el de marginación u obras sociales, el de oratorios y centros juveniles) contará siempre con la oficina de planificación y desarrollo y viceversa, de modo que no se creen duplicidades o peor aún líneas de acción paralelas o divergentes en la inspectoría.




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