Boletín Salesiano Argentina No. 697 Octubre 2013


2 / Boletín Salesiano


Equipo
Director Responsable Ángel Leonídas Amaya. Director Ejecutivo Juan José Chiappetti. Consejo de Dirección Mercedes Baxzos, Ricardo Cámpoli, Eduardo Devit, Ricardo Noceti,
Valentín A. Presern, Jimena Zaeta. Redacción y edición Ezequiel Herrero, Santiago Valdemoros. Administración Natalia Vidal. Distribución Martín Sartorio. Audiovisuales Melina
Martínez. Colaboraron en este número Ricardo Noceti, Lucas Mirabet, Miguel De Rito, Eduardo Devit, Juan José Santander, María José Serna, Héctor Rausch, Facundo Mela,
Guy San Pedro, Alejandro Fernández, Mariana Montaña, Mariel Giordano, Oscar Marsano. Diseño Carolina Cugliandolo / carolina@cdldesign.com.ar. Fotografía Alberto
Calle, Diego López, Melina Martínez, Nicolás Mirabet, Julio Albornoz, Claudio Zalazar. Impresión Formacolor Impresores, Camarones 1768 (CABA).


Periódico mensual de la Familia Salesiana y amigos de Don Bosco en Argentina. Fundado en Turín por Juan Bosco en 1877. Don Bosco 4053 (1206) Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, República Argentina. Tel/Fax: (54 11) 4981-0777 / 4982-3748. Registro Nacional de la Propiedad Intelectual Nº 5090841. Propietario: Institución Salesiana.


Publicación de uso pastoral. Los trabajos firmados son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Se autoriza la publicación del material editado en esta revista citando
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www.boletinsalesiano.com.ar/Boletin.Salesiano.Argentina


Sumario
Octubre de 2013 - Nº 697


04. Nota de tapa: Francisco Chimento,
misionero salesiano en Ecuador


07. Una reflexión para celebrar la fe


08. Confiar en que los jóvenes pueden


10. Elegir la democracia, treinta años después


12. Lectura orante salesiana del Evangelio cotidiano


13. Brochero, un regalo de Dios para la Iglesia de hoy


14. Del Rector Mayor: “Quien es amado, lo consigue
todo”


16. Más allá del bullying. Violencias en la escuela


19. Ganadores del Concurso Literario 2013


20. La vida de Don Orione en el oratorio de Valdocco


22. Noticias de la Familia Salesiana


27. Muro: Grupo juvenil “Líderes”
(Colegio Don Bosco de Neuquén)


28. Clips para compartir: Ser cristiano, ser en misión


30. Emepetres: Elefantes (Lisandro Aristimuño)


31. Los que aprendieron con Don Bosco: Juana María Rua


04. 8. 16. 20.




Correo
de lectores


La alegría de reconocernos en el otro
Sr. Director:
Haber sido pibe de Don Bosco significa haber pasado días y
días en algún oratorio, haber sido alumno de alguna de sus
obras, o haber compartido la experiencia de servicio en el
batallón. Sin lugar a dudas, experiencias y propuestas que
marcan y determinan. Al crecer, uno emprende búsquedas
personales, caminos que por momentos pueden dejar de
lado estas experiencias, o bien profundizarlas. En mi caso,
siendo adulto, no me mantuve cercano a la obra de Don
Bosco. Pero hay algo en particular que siempre me mantie-
ne vinculado a ella. Descubro que siempre, en lo cotidiano
de la vida, casual o causalmente, me encuentro con otros
que también han hecho o hacen la experiencia de ser pibe
de Don Bosco. Y aunque resulte ser un completo desconoci-
do para mí, el saberlo oratoriano, explorador, exalumno, me
vincula con esa persona de una forma especial. Instantánea-
mente deja de ser un desconocido: esa huella permite re-
conocerme a mí en el otro. ¡Qué alegría seguir cruzándome
en lo inesperado de cada día con otros pibes de Don Bosco!
Un gran abrazo.
Julio Torres
Tucumán


Una semblanza para Francisco
Sr. Director:
Como asiduo lector lo felicito por la última edición donde
se destacan, entre otros, la beatificación del cura Broche-
ro, la entrevista al padre Pepe y los clips “PAPAlabras”, ex-
celente racconto de su prédica. Al respecto, le comparto
una semblanza que escribí sobre el Papa Francisco:


Agradecemos que nos envíen sus comentarios a lectores@boletinsalesiano.com.ar o a Don Bosco 4053 (1206) Ciudad Autónoma
de Buenos Aires
. Solicitamos que todas las cartas contengan nombre y apellido, lugar de residencia y contacto de quien la firma.


Distribuye


Dos nuevos libritos
Para conocer
los rasgos
principales
de la vida
y pedagogía
de Don Bosco


Parece que fue ayer, o que hace poco tiempo lo vimos
cruzando la Plaza o dando homilía en San Pantaleón.
A través de sus gestos y de sus palabras precisas
dejó su impronta personal de espíritu fraterno.
Padre de miles de feligreses convocados por años
en cuanta manifestación religiosa hubiera,
Ante ellos pedía ejercitar caridad, justicia y perdón
como único camino para acercarse a Jesús.
Fue elegido para ocupar el sillón de San Pedro
y guiar la barca de los pescadores de hombres.
Recorrió miles de kilómetros hasta llegar a Roma
porque fueron a buscarlo “al fin del mundo”, dijo.
Amor y confianza recíproca en franca hermandad
es su pedido recurrente, rezando unos por otros.
Nuestro Dios es un Dios cercano, que nos acompaña,
así también se presenta hoy el obispo de Roma.
Con su andar bondadoso predica entre la gente,
escucha, observa, bendice, saluda, pregunta y anima.
Intensa y ardua tarea que cumple con celo apostólico
apoyado en el Espíritu Santo y en las oraciones diarias.
Siempre interesado por los asuntos que son esenciales,
pide por las angustias y las esperanzas de todos,
Como pastor que conduce y guía a tantos rebaños
al encuentro con el otro y al encuentro con el Señor.
Oremos por él para que la carga en sus hombros sea leve
y sus acciones tengan la necesaria iluminación celestial.
Cordialmente,
Esteban R. Villamayor
Ciudad de Buenos Aires




4 / Boletín Salesiano


“Trabajo desde hace diez años en Ecuador con los
'achuar', que son hermanos o primos de aquellos
que se conocía como los 'jíbaros', los que te redu-
cían la cabeza. Ahí está, desde hace más de cua-
renta años, el padre Domingo Bottaso. La misión
comenzó con el padre Luis Bolla, que visitaba las
comunidades desde una ciudad cercana y en el ‘70
pidió permiso a sus superiores para hacer una pre-
sencia de 'inserción' entre los achuar. Le dieron el
permiso por poco tiempo... y terminó estando casi
cincuenta años. Después los achuar pidieron ayu-
da para que sus hijos estudien y no se vayan afue-
ra. Entonces los salesianos empezaron a garanti-
zar la educación primaria, después una presencia
más fija ahí en Wasakentsa, donde estoy yo. Esto
es al sur de Ecuador, contra el Perú. La caracte-
rística es que la misión está porque las mismas
comunidades indígenas achuar lo pidieron
. Otras
historias pasaron en otros lugares. Estamos ahí
por un acuerdo, pero el territorio es de ellos. Y eso
da mucha libertad, a ellos y a nosotros”.
Quien habla es Francisco, sacerdote y entrerria-
no, pero sobre todo paranaense y explorador de
Don Bosco. “De niño fui a una escuela estatal. Mi
familia no es muy religiosa. Habré ido a la Iglesia
una o dos veces, para algún aniversario. Era una
experiencia religiosa pero no institucional. A los
doce años encontré a los salesianos, el padre Por-
porato... me gustaron los exploradores y estuve
casi cinco años con ellos. Allí encontré a Jesús, que
fue lo más importante de mi vida. Los explorado-
res me brindaron una familia, no podíamos vivir
sin ir sábado y domingo durante muchos años.
Y allí surgió también esta propuesta, primero de
cuestionamiento... lo que habían hecho conmigo
yo quería hacerlo con los demás. Al principio me
parecía un mal pensamiento, hasta que me animé


De igual a igual
Un sueño misionero en la selva ecuatoriana


Por Juan José Chiappetti y Santiago Valdemoros ∙ redaccion@boletinsalesiano.com.ar


Todo cristiano hace misión allí donde se encuentre. Pero hay quienes eligen vivir y
llevar el Evangelio hacia lugares extraños a su tierra de origen, distantes no sólo en el
mapa sino también, para muchos, en la historia y en la cultura. El salesiano Francisco
Chimento hace diez años cambió el noreste argentino por el sur de Ecuador. Aquí nos


cuenta cómo comparte su vida, su trabajo; qué da y qué recibe diariamente.


a afrontarlo, con lo que después supe que era la
dirección espiritual”.
Unos años más tarde de ser ordenado sacerdote,
sentí que el Señor me pedía algo más, entonces
hice la petición al Rector Mayor para ser misionero.
Era un desafío porque Don Bosco, cuando mandó
sus misioneros a América, a la Argentina en parti-
cular, fue por los inmigrantes y por los indígenas.
Así que yo pedí hacer esa experiencia”.


¿Cómo viven los indígenas en el país?
El Ecuador ha hecho un camino paradigmático en
la integración indígena, que no hemos visto no-
sotros en el Cono Sur. Los indígenas han logrado
organizarse, tener su personería jurídica, su auto-
nomía, su captación de recursos. También porque
hay mucha presencia indígena, estamos hablando
de más de un cincuenta por ciento de la población.
Y que se consideran como tales. Tal vez en otros
lugares se esconde un poco la nacionalidad. La
Constitución reformada los reconoce, reconoce su
cultura, su idioma, sus costumbres... hasta su jus-
ticia ancestral.


¿Tuvo algún rol especial la Iglesia en este reco-
nocimiento?
En el caso de Ecuador, los shuar no tenían perso-
nería jurídica, no existían como ciudadanos... eran
como menores de edad. La Iglesia jugó un papel
como tutor de las comunidades indígenas en algu-
nos lugares porque, si no, o los hacían desaparecer
o podían correr el riesgo de perder las tierras. Des-
pués había que independizar. Entonces hicieron
toda la documentación, y a partir de allí pudieron
tomar en sus manos las propiedades globales de
sus tierras, los proyectos, la dirigencia. Tanto, que
hoy en la provincia donde estamos, el gobernador




Boletín Salesiano / 5


electo por voto es indígena, es shuar. También tienen
sus propios profesionales. Buscan una independen-
cia, no quedar pegados a instituciones eclesiásticas
o políticas. Yo creo que está muy bien, a eso hay que
llegar. Los achuar tenían una tradición oral. En el ‘70
comienza una educación sistemática, entonces em-
pieza la escritura. Y a partir del ’90 o 2000 estamos
con la computadora. En menos de cincuenta años hi-
cieron un proceso que nosotros tardamos un poquito
más en hacerlo.
Si tenemos ciertas dificultades —
eclesiales, antropológicas, de convivencia— después
de quinientos años, imaginate un pueblo que ha he-
cho el traspaso en cincuenta. En algunas cosas sigue
en búsqueda, sigue en adaptación.


¿Te sorprendió la realidad, era lo que esperabas?
Cuando fui a la misión, la primera actitud que intenté
tener es la de conocer a la gente y a los hermanos que
estaban trabajando ya desde hace mucho tiempo. Es
como cuando entrás en el segundo tiempo: no es que
el partido empieza con vos.
Hay que sumarse a lo que
se está haciendo; conocer y después opinar. Creo que
una de las cosas más difíciles de la parte misionera,
que no es solamente estar con los indígenas, sino que
se es misionero porque se es cristiano, donde uno está,
es tratar de desaprender: tus seguridades no se las po-
dés imponer a otro. Y así mismo, no es que porque la
cultura sea ancestral o sea indígena, sea más autóno-
ma o más originaria, es perfecta. Donde estamos los
humanos, siempre va a haber alguna imperfección.
Hay cosas muy hermosas, y otras que hay que seguir
superando y acompañando. Uno puede hacer mucho
mal queriendo aplicar modelos o recursos que en otro
lugar dan resultado. Si el escenario cambia y las perso-
nas cambian, también nosotros tenemos que cambiar.


¿Cómo atienden las comunidades?
Nosotros somos cuatro salesianos, tres padres y un
tirocinante. Y también hay una comunidad de her-
manas marianitas, una fundación del Ecuador. Ellas
atienden a las chicas y a las familias. Como parroquia,
visitamos las comunidades una por una. A mí me toca
ser director, entonces me tengo que quedar más en
la misión. Pero los hermanos visitan más las comu-


“No es que
porque la
cultura sea
ancestral o
sea indígena,
sea más
autónoma o
más originaria,
es perfecta.
Donde estamos
los humanos,
siempre va a
haber alguna
imperfección”.


“Wasakentsa está a unos doscientos
kilómetros de Macas, la ciudad más
cercana —comenta Chimento— entre


ellas no hay carretera aún. Y el
territorio achuar no tiene carreteras


tampoco. Tenemos senderos, que
vas caminando. No hay ninguna otra
movilidad más allá de la avioneta.
Podés entrar con bus hasta cierto


punto, y después caminar; eso te lleva
de dos o tres días. No es el problema
caminar, sino que en la mochila entra


sólo lo que se puede llevar”.


El salesiano
Francisco


Chimento —en
el centro


del grupo,
con remera
blanca— se


encuentra
trabajando en
Ecuador desde


hace diez
años.


"Todavía a
los achuar


la tierra ‘les
tira’ —dice
Francisco—


Ninguno quiere
vivir afuera.


Porque adentro
tienen su gente,
su cultura, sus


costumbres;
y no tienen


que rendirle
cuentas a


nadie".




6 / Boletín Salesiano


nidades, uno treinta y el otro treinta y cinco. A veces
se van con la avioneta al lugar más lejano, y vuelven
a pie hasta llegar a la misión. Estamos hablando de
como mínimo siete días cuando se van de “gira”.


¿Cómo se fue gestando la oferta educativa en la misión?
Los achuar en los ‘70 comenzaron con la primaria.
Luego el secundario, y después, ¿qué? Había muchos
de ellos que eran maestros, pero el Estado les empe-
zaba a exigir un título. Entonces empezaron a presio-
nar para hacer la universidad. Muchos lo intentaron;
salían, pero afuera, cuando no se tiene la cabeza bien
puesta, uno se pierde un poco. Entonces intentamos
hacerlo en la misión. En 2008, del primer grupo se
graduaron siete licenciados. Hace un año se gradua-
ron quince. Y ahora hay un grupo de treinta y ocho. La
Universidad Politécnica Salesiana nos está apoyan-
do para formar licenciados, hay carreras terciarias...
Ahora la ley exige que cada semestre los alumnos
cursen también una cantidad de horas en Quito. Pero
después pueden seguir con nosotros. Creemos que si
realmente todos somos ciudadanos, todos debemos
tener las mismas posibilidades para estudiar. Porque
al final nos damos cuenta que la educación no es
cuestión sólo de cabeza, de “yo estudio porque soy
inteligente”, sino de “yo estudio porque tuve la posi-
bilidad”.
Lo de la cabeza es un aporte que uno pone a
la causa. Entonces, ¿puede ser que un ciudadano, del
mismo país, no tenga las mismas posibilidades de un
ciudadano de otro lugar? Eso no es justo. ¿Qué harán
ellos después con toda esa formación? Será una deci-
sión de ellos. ¿Qué hace cada exalumno con la educa-
ción que le damos? Es la decisión de la libertad.


¿Además de los salesianos, quiénes otros colaboran
en la misión?
En Ecuador hay una experiencia de voluntariado juve-
nil que tiene cuarenta años. Todos los años, unos cien
chicos van a las comunidades salesianas a pasar un


año. Chicos de dieciocho años que terminaron el co-
legio, esa es la condición. Y que se fueron preparan-
do. Es una linda experiencia, primero para los chicos,
porque es un año de solidaridad, de entrega, donde
les toque. En la misión salesiana de Wasakentsa reci-
bimos dos voluntarios por año. Y las hermanas reciben
también dos voluntarias. Nos acompañan todo el ciclo
lectivo. Es una presencia juvenil en las comunidades
salesianas, que abren las puertas a tres o cuatro jóve-
nes que llegan con sus virtudes, con sus grandezas. La
experiencia del Ecuador, que seguramente tiene cosas
para mejorar, ha dado esta garantía. Muchos descu-
bren su vocación, se les hacen observaciones... Nos
dan una gran mano pastoral, nos rejuvenecen como
salesianos, y a su vez nosotros los ayudamos a crecer.


¿Los chicos se quedan, se van? ¿Qué perspectivas
tienen?
Hoy en día, la mayoría conoce alguna ciudad. Cuan-
do llegué hace diez años, de los chicos más grandes,
la mitad no conocía la ciudad, nunca había visto un
auto. Pero todavía a los achuar la tierra “les tira”.
Ninguno quiere vivir afuera. Porque adentro tienen
su gente, su cultura, sus costumbres; y no tienen que
rendirle cuentas a nadie. Cuando uno sale a la ciu-
dad, a veces hasta para ir al baño tenés que pagar
diez centavos. Van, conocen, hacen... pero vuelven.
Las generaciones que van llegando de jóvenes quie-
ren estudiar, pero no tanto por el estudio mismo, sino
para insertarse, para tener un sueldo fijo.
Tal vez este sea uno de los últimos grupos que en for-
ma gradual se va encontrando con el mundo occiden-
tal. En otros grupos, el encuentro les pasó por encima,
sobre todo en la zona petrolera. No hubo encuentro,
los tipos todavía están con su taparrabos y andan en
camioneta, por decirlo de alguna manera. Es toda una
problemática para estudiar.


¿Hay otras comunidades salesianas de este estilo en
Ecuador?
Así, con un internado, en una zona aislada, casi que
somos los únicos. Y la perspectiva siempre es seguir
ofreciendo lo que nadie ofrece.
Y acompañar los pro-
cesos en la medida que se pueda. Ahora, si algún día
ellos dicen “gracias”, entonces hay que juntar lo que
se pueda, porque lo que está plantado se deja, e irse...
Esa es la libertad que tenemos que tener nosotros, y
que también tienen ellos.•


“Estamos
en la misión


porque nos lo
pidieron, por
un acuerdo,
el territorio


es de ellos. Y
eso da mucha


libertad, a
ellos y a


nosotros”.


“La geografía es el Amazonas, que tiene dos climas: lluvia, y un
tiempo de más lluvia. Siempre todo verde, los ríos suben y bajan
por la misma lluvia. Hay todo bicho, animal y dificultad que tiene
la selva, y lo mágico también. La selva tiene su misterio, es como
un gran retiro espiritual. Saca cosas muy lindas del corazón y a
veces remueve las otras también. Pero ahí uno encuentra una gran
presencia de Dios —advierte el salesiano— porque si no estuviera
Dios, esto no se entiende, al menos para nosotros”.




Boletín Salesiano / 7


Por Ricardo Noceti, sdb ∙ rnoceti@donbosco.org.ar


Celebrar la fe
La fe está para ser gozada y celebrada. Creemos en la potencia invencible


del amor. Y esto debería llevarnos a una alegría profunda y auténtica.


¡Qué bueno es saberse amado por Dios!
¡Qué estupendo darnos cuenta que ese
amor puede llenar y desbordar todos los
huecos y vacíos que pueda haber deja-
do el amor humano! Sobre todo, porque
ninguno de nosotros recibió todo el amor
que hubiera necesitado, ni dio todo el
amor que podría haber dado. Pero San
Juan dice: “Nosotros hemos conocido el
amor que Dios nos tiene y hemos creído
en él”
(1 Jn 4, 16). ¿Cómo no alegrarnos
de esto? ¿Cómo no celebrar el triunfo del
amor que dura para siempre?
Celebrar la fe significa, ante todo, revivir
las maravillas de Dios, hacer memoria de
la historia de la salvación, en la que Dios
fue desplegando la riqueza incompara-
ble de su poder que es amor. Es lo que
hacía el Pueblo de Dios, celebrando cada
año, por mandato suyo, la gran fiesta de
Pascua. Y los mismos salmos eran para
ellos una invitación constante a alabar y
celebrar. Israel tenía una conciencia pro-
fundamente comunitaria de lo que era la
celebración. Porque no podemos celebrar
solos: necesitamos gozar juntos de todas
las cosas lindas que Dios nos ha regalado.
Y para nosotros cristianos, el gran motivo
de nuestras celebraciones es siempre la


Pascua de Jesús, su triunfo sobre la muer-
te, la vida nueva que brotó de su costado
abierto.
En nuestra vida cotidiana, nuestra fe se
pone muchas veces el mameluco —o el
delantal— gris de la rutina. Pero qué bue-
no es, al menos cada domingo y ojalá más
a menudo, ponernos el vestido blanco de
la celebración. Este vestido nos recuer-
da nuestro bautismo y nos anuncia que
estamos llamados a blanquear nuestras
vestiduras, para que un día podamos par-
ticipar de las bodas del Cordero y seguir-
lo adonde quiera que vaya. Este vestido
blanco es un signo, naturalmente, de la
alegría pascual, aquella que celebramos
sobre todo en la Eucaristía.
Por eso, no puede entenderse la fe cris-
tiana sin Eucaristía, sin celebración. Sería
como dejarnos aprisionar bajo la loza del
conformismo, del abandono, de la triste-
za. Si creemos que verdaderamente Jesús
es la luz del mundo y que Él ha vencido a
la muerte, cómo no alegrarnos, cómo no
sentarnos a la mesa para compartir el pan
de la fraternidad y el vino de la esperanza.
En la celebración nuestra fe alcanza su
cuota máxima. Volvemos a participar del
Don de Dios, nos sentimos Iglesia y lo ala-


bamos y bendecimos por todo lo que ha
hecho y sigue haciendo por nosotros.
Por eso la Palabra de Dios compara al
Reino con un banquete de fiesta con
manjares exquisitos y vinos añejados. Un
banquete donde la alegría puede llegar
a lo más hondo del corazón y expresarse
también en el abrazo a los hermanos que
se quieren, se ayudan, se comprenden,
se perdonan. Precisamente, el banquete
eucarístico nos tendría que hacer “pre-
gustar” y, de algún modo, también añorar
lo que será un día el gran banquete del
cielo.
Sin celebración quedan solamente las ho-
jas secas y las aguas muertas. Nos será
muy difícil reemprender la marcha del
testimonio y del anuncio. Por eso, el Sal-
mo 1 nos anima a crecer junto a las aguas
refrescantes y rejuvenecedoras, como los
árboles que están al lado de los ríos. Por
eso, en el antiguo rito de la Eucaristía se
decía: “subiré al altar de Dios, al Dios que
alegra mi juventud”.
Porque la celebra-
ción rejuvenece y alimenta nuestra fe. Y
en el rito actual: “Este es el sacramento
de nuestra fe”
. Y nosotros respondemos:
“Anunciamos tu muerte, proclamamos tu
resurrección. Ven Señor Jesús”.




8 / Boletín Salesiano


Por el Equipo de Comunicación de la Procura Misionera Salesiana


“Le queda poco tiempo y sabe que se juega su última chance.
El griterío del estadio repleto le eriza la piel de los brazos, y un
escalofrío le recorre la espalda. Su equipo empata cero a cero
y le basta un gol para ser campeón. ¡Sí, campeón!
Y de pronto, tiene la pelota bajo sus pies. Pero se ve rodea-
do por cuatro jugadores del equipo contrario. En ese instante
piensa la jugada majestuosa para pasar a todos, pero lo ve al
joven compañero de equipo recién ingresado y le da un pase a
sus pies que luego se transforma en gol.
—¡Gooooooool!
—¿Qué pasa, Leandro? —pregunta Natalia asustada.
—¿Qué? ¿Cuándo? —balbucea Leandro despertándose de un
sueño— Uh, perdón, tuve un sueño…
—¿Un sueño? ¿Quién sos, Don Bosco?
—Bueh, si empezamos así… ¿Te acordás que muchas veces ha-
blamos de que tendríamos que buscar a otras personas para
que ayuden en el oratorio? Ya sé cómo hacer. Tenemos que
abrir el juego a los chicos jóvenes del barrio.
—No sé, Leandro ¿se animarán? ¿Tendrán ganas?
—Hay que proponérselos, Nati. Además, tenemos que seguir
con ellos para ayudarlos a formarse y que así puedan hacer
bien esta tarea… Y sobre todo, ¡confiar en ellos!
—Tenés razón, hagámoslo. Pero… ¿Me vas a contar tu sueño?
—Sí, dale. Pero prométeme que este partido lo vamos a jugar
juntos…”


Nuevas promesas
Dar lugar y correrse para hacerle espacio a otros es diferente
a abandonar. En ambos casos se busca que otra persona asu-
ma el compromiso, sin embargo la motivación del por qué se


hace es muy diferente. Abandonar es no estar, no acompañar,
marcharse… mientras que dar lugar es reconocer que otro es
capaz, que es similar a mí y que está en condiciones de comen-
zar a hacer. Es una mirada que confía en las capacidades del
otro, pero que no lo deja solo.
Este “dar lugar” exige el trabajo previo de ofrecer las herra-
mientas para que quien tiene que asumir una tarea se vaya
formando para ello. Un trabajo que se cultiva con paciencia,


dedicación y amor. Es un “dar lugar” que implica confianza,
que reconoce el crecimiento y la madurez.


Una respuesta a la altura
¿Quiénes son los que mejor conocen las problemáticas de los
chicos y chicas? ¿Quiénes son los que mejor hablan en su len-
guaje? ¿Quiénes saben más de los desafíos de la generación
de adolescentes?
Todas estas preguntas tienen una misma respuesta: son los
mismos jóvenes quienes conocen su realidad, sus limitaciones
y sueños. Los que saben de sus aspiraciones. Por eso, saber
dar lugar a ellos es reconocer las potencialidades y generosi-
dad que los jóvenes tienen.


Confiar
en que
pueden
Jóvenes que dan su tiempo
por los que más necesitan


Abandonar es no estar, no acompañar,
marcharse… mientras que dar lugar es


reconocer que otro es capaz, que es
similar a mí y que está en condiciones


de comenzar a hacer.




Boletín Salesiano / 9


Don Bosco inició su obra con esta premisa. Él era consciente
que los jóvenes tenían muchas cosas buenas para dar.
Por
ello se valió de chicos del oratorio para que sean “ángeles
guardianes” de los que recién ingresaban, para que los acom-
pañen y orienten. También a los jóvenes que presentaban al-
guna dificultad en su comportamiento, los rodeaba de mucha-
chos buenos para que puedan mejorar viendo otros ejemplos.
Al momento de dar origen a la Congregación Salesiana, luego
de algunos intentos, Don Bosco lo hizo con los jóvenes que se
habían formado en el propio oratorio desde muy pequeños. El
18 de diciembre de 1859, día de la fundación, quienes acompa-
ñaron en este acto a Don Bosco y a Víctor Alasonatti, ambos de
cuarenta y cuatro años, no pasaban de los veinticinco años. Y
es más fuerte la impresión cuando se ve el promedio de edad
de las seis primeras Hijas de María Auxiliadora que vinieron
a América en 1877: poco más de veinte años. Seguramente,
tiempos y situaciones diferentes, pero con una convicción de
fondo: los jóvenes son de corazón generoso y pueden dar mu-
cho por la vida de otros jóvenes.


La voluntad de hacer el bien
Hoy también muchos jóvenes se sienten llamados a vivir una
experiencia de vida en los lugares de mayor necesidad, dejan-
do de lado las comodidades a las que están acostumbrados. Y
ese es el ejemplo de los chicos y chicas que viven como volun-
tarios durante un período de tiempo —que pueden ser uno o
dos años— en lugares como Gan Gan.
Gan Gan es un pueblo de alrededor de mil habitantes que
se encuentra en la meseta de Chubut, a más de trescien-
tos kilómetros de distancia, por ruta de tierra, de Trelew y


Esquel, las ciudades más cercanas hacia el este y el oeste,
respectivamente.
Allí Matías, uno de los jóvenes voluntarios, acompaña al padre
David y al padre Antonio en sus trabajos en la misión, junto
con los jóvenes voluntarios que en cada momento del año se
acercan a dar una mano. Ellos ayudan a los pobladores del lu-
gar, dan clases en la escuela, mantienen la biblioteca, asisten
en la salita médica, guían la formación de grupos de jóvenes y
visitan a los pobladores de los parajes.
Con su presencia, los jóvenes de Gan Gan y los parajes aleda-
ños tienen muchas más posibilidades de mejorar su vida, de


contar con apoyo escolar y con actividades de formación. Pero
la vida para los jóvenes voluntarios es bien sacrificada.
Para que los voluntarios puedan seguir llevando a cabo todas
las actividades en esta zona de tan difícil acceso necesitan
reunir 24.132 pesos.
Con ello pueden llegar a más parajes, vi-
sitar a las familias, actualizar la biblioteca, tener los elementos
para el apoyo escolar y preparar la merienda de los chicos y
chicas que participan de los grupos juveniles.
Somos conscientes que es una cantidad de dinero significati-
va. Pero también sabemos que con la ayuda, sea la que sea,
de todos los que formamos parte de la Obra de Don Bosco, se
puede hacer mucho bien por los jóvenes.
Y así nos ponemos en sintonía con lo que dijo el papa Francis-
co a los jóvenes: “Confío en ustedes para construir un mundo
nuevo”
.•


Cuando se funda la Congregación
Salesiana, quienes acompañaron en este


acto a Don Bosco no pasaban de los
veinticinco años.


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10 / Boletín Salesiano


Desde un principio, hay una contradicción entre capitalismo y
democracia. El capitalismo produce desigualdad y la democra-
cia tiende a la igualdad. Supone, de hecho, que cada persona
representa un voto. Entonces, ¿cómo corrige la democracia las
desigualdades? En nuestra sociedad, la desigualdad del siste-
ma la corrige el Estado, con participación social. Una sociedad
más o menos justa debería ser aquella en que a cada derecho le
corresponda una oportunidad de ejercerlo. Podemos enunciar
los derechos en abstracto, pero si no tenemos la oportunidad
de ejercerlos, en definitiva es como si no los tuviéramos. La de-
mocracia debería garantizar esos derechos.


Seguí participando
La sociedad argentina parece muy politizada, muy movilizada,
pero tiene escasos niveles de participación real y concreta. Sali-
mos a la calle, protestamos, pero eso no se traduce en prácticas
cotidianas de participación democrática. Todo lo contrario: pa-
sado cierto momento, se vuelve a una situación de individualis-
mo. Más democracia, no menos democracia, sería la respuesta.
¿Cómo se puede lograr más democracia? Por ejemplo, regla-
mentando —en la Constitución algunos ya están previstos—
instrumentos como la revocatoria popular, que implicaría que
ciertos funcionarios deban rendir cuentas, y el pueblo pueda
tener la oportunidad de revocar el mandato. También el plebis-
cito, el referéndum, o la iniciativa popular; todas prácticas que
no tienen tradición en Argentina. Tenemos una democracia muy
delegativa. Los argentinos votamos, pero de alguna manera nos
desentendemos del control posterior... de la presión, en el buen
sentido de la palabra, para que se cumplan con las promesas de
las elecciones. Entonces, esto lleva a que haya factores de po-


der que terminan decidiendo por nosotros. Votamos cada dos ó
cuatro años, pero hay grupos que parecen votar todos los días.
Existe un sector de la sociedad que tiene mucho poder —me-
diático, económico, informativo— pero que no tiene represen-
tación política: su forma de acceso al poder fueron los golpes de


estado o de mercado, y la colonización de otros partidos.
Restringiendo la democracia al mero acto electoral, no se asu-
men responsabilidades, no hay toma de conciencia y terminan
decidiendo unos pocos.


Denuncias y propuestas
Por otro lado, la problemática de la corrupción suele plantearse
como la raíz de gran parte de las deficiencias de nuestra demo-
cracia. La corrupción parece tener dos vías: una tiene que ver
con la falta de transparencia de los funcionarios públicos, rela-
cionada a las licitaciones y al poder de compra del Estado. Pero
también está la corrupción que es inherente al sistema, que de
alguna manera es legal. Está relacionada con estructuras moral-
mente corruptas, que son las que no se combaten. En definitiva,
el gobierno puede cambiar; el trabajo en negro, la fuga de capi-
tales, la evasión impositiva, los comportamientos monopólicos,
la estructura impositiva regresiva: eso parece permanecer.


Por Miguel De Rito ∙ mrmderito@gmail.com


En diciembre se cumplen treinta años de la asun-
ción de Raúl Alfonsín a la presidencia, dando lu-
gar al período democrático más extenso de la his-
toria de nuestro país. Analizar el proceso de estos
años implica poder salir de lo coyuntural de las
próximas elecciones y preguntarnos cuál es, en
definitiva, la democracia que queremos elegir.


La sociedad argentina parece
muy politizada, muy movilizada,
pero tiene escasos niveles de
participación real y concreta.


E legir la democracia




Boletín Salesiano / 11


El combate de la corrupción enciende discursos centrados espe-
cíficamente en ello. Pero la honradez en el ejercicio de los car-
gos públicos no deja de ser una condición necesaria, pero no su-
ficiente: no es un proyecto en sí mismo. Algo similar ocurre con
la democracia. Sólo con la democracia no se cura, no se educa,
ni se come, como decía Alfonsín. Tiene que hacerse sustantiva y
poder responder a las demandas de la sociedad.
En ese mismo sentido, el diálogo y el consenso no son tam-
poco fines en sí mismos. El diálogo supone negociación, y
que entonces ambas partes puedan ceder. Cuando se recla-
ma consenso o diálogo, parecería que lo que se está pidiendo
es que sólo una de las partes lo haga. En el fondo, entonces,
no es diálogo. Y surge otro problema, que tiene que ver con
que quienes reclaman diálogo son ciertos grupos de presión.
¿Cuál es la expresión política y partidaria de esos grupos? Al
faltarle la representatividad política, el diálogo se torna difí-


cil. Para que haya diálogo tiene que haber una equivalencia
entre los interlocutores. Por otra parte, se negocia siempre y
cuando ello no implique renunciar a los principios. Muchas
veces se pide diálogo, pero por detrás se está exigiendo que
se abandone una determinada política.


Tenemos una democracia muy
delegativa. Los argentinos votamos,


pero de alguna manera nos
desentendemos del control posterior.


Restringiendo la democracia al
mero acto electoral, no se asumen
responsabilidades, no hay toma de
conciencia y terminan decidiendo


unos pocos.


Hacia prácticas más democráticas
En la vida cotidiana, no solemos tener prácticas democráticas.
Pareciera que la prepotencia es a veces una forma que tenemos


de relacionarnos. Nos movilizamos, protestamos, pero en el día
a día no somos democráticos. ¿Cuáles podrían ser algunas ac-
titudes o algunas claves para tener, en lo cotidiano, en lo más
pequeño, formas democráticas de resolución de conflictos?
Un ámbito importante para esta acción es el escolar. Dialogar
con los chicos, no castigar el error de manera arbitraria, permi-
tir la participación, fomentar el diálogo, escuchar al otro. Los
medios de comunicación muchas veces no ayudan: banalizan
la información, fomentan linchamientos mediáticos y reprodu-
cen estereotipos raciales y sociales. Entonces, el aprendizaje
tiene que ser por vía educativa, entendiendo que no todo es lo
mismo, y que tenemos que hacernos responsables de nuestros
comportamientos; lo que supone cambiar, rectificar o corregir
algunas de nuestras actitudes antidemocráticas. Involucrán-
donos y haciéndonos responsables de nuestras decisiones, la
democracia se puede transformar en algo que elijamos no sólo
cada dos años, sino todos los días.•


Elegir la democracia




12 / Boletín Salesiano


Todos los meses, podrás encontrar en las páginas del Bole-
tín Salesiano algunas pistas para ayudar a integrar y releer la
propia vida desde el Evangelio, tomando como lectura la que
se propone para la celebración eucarística del día al que hace
referencia.


Domingo 20 de octubre
(Lc 18, 1-8)
Después Jesús les enseñó con una parábola que era necesario
orar siempre, sin desanimarse: “En una ciudad había un juez
que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la mis-
ma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: ‘Te rue-
go que me hagas justicia contra mi adversario’. Durante mucho
tiempo el juez se negó, pero después dijo: ‘Yo no temo a Dios ni
me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le
haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme’”
.
Y el Señor dijo: “Oigan lo que dijo este juez injusto. Y Dios, ¿no
hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque
los haga esperar? Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les
hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará
fe sobre la tierra?”
.


El texto: tejido
¿Cuál es el tema central de la parábola? ¿Qué otros temas hay
involucrados? ¿Qué pensar de la pregunta que cierra el texto?


La trama vital…
“Orar siempre sin desanimarse
Tengo que tomar distancia y preguntarme si no estoy también
yo contagiado con el racionalismo y el cientificismo de muchos,
que hoy no le ven sentido a la oración de petición —sobre todo
en ciertos casos, como pueden ser las enfermedades termina-
les. ¿Olvidamos, quizás, que la ciencia contemporánea está
todavía muy lejos de conocer exhaustivamente las leyes de la
naturaleza? ¡Con qué facilidad me olvido también de que las
fuerzas más importantes de la historia, como son las que nacen
del corazón humano, no son objeto de la ciencia!


Lectura orante del Evangelio


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gratuita, la lectura orante salesiana del Evangelio del día en tu casilla de correo electrónico.


“Dios hará justicia
a sus elegidos que le gritan”


Y qué fácil me resulta perder el sentido de misterio: olvidar que
por debajo de la piel de lo cotidiano, existe esa otra dimensión,
habitada por el Espíritu Santo.


“Aunque los haga esperar”
¿Cuáles son los tiempos de Dios? ¿Quién los conoce? ¿Cuáles
son mis tiempos?


El deber de orar
Me doy cuenta que orar no tendría que ser un deber para mí,
sino un regalo, un tiempo precioso que Dios me concede para
descansar y reponer mis fuerzas, tal como aquel campesino de
la parroquia de Ars que pasaba horas y horas inmóvil, con su
mirada fija en el sagrario; y cuando el santo cura le preguntó por
qué estaba así todo el día, respondió: “Nada, yo lo miro a él y él
me mira a mí”
.


...y su hilo donboscano
A Don Bosco lo acusaron de rezar poco, porque trabajaba inten-
samente y a veces dejaba de lado algunas “prácticas”. Pero los
frutos que produjo se encargan de desmentir esta acusación.
“Que cada puntada del bordado sea un acto de amor a Dios”
(Madre Mazzarello).


Enlazándonos al Hilo Primordial
Gracias, Padre Dios, porque me vas enseñando el camino de la
oración. Cuánto me falta aprender todavía. Sobre todo la sencillez
y la confianza. Tengo que aprender a pedirte la llegada de tu Rei-
no (Mt 6, 33), pero con la misma confianza puedo pedirte el pan
de cada día, la salud de mi hijo y la lluvia en tiempos de sequía…
Mi oración debe aprender de las madres que cuidan la vida, y
no temen insistir cuando la vida de quienes tienen a cargo se
ve amenazada; insisten e insisten, tozudamente, día a día, sos-
teniendo lo que parece insignificante. En definitiva, es en el día
a día donde se sostiene la vida. Mi oración de petición de hoy
será por las madres, que son tus elegidas, para que encuentren
justicia.•




Boletín Salesiano / 13


Supo conquistar los corazones de todos para llegar con su anun-
cio de Jesús. Entendió el silencio y la alegría de los pobladores.
Se arremangó la sotana para cavar cimientos y construir pare-
des. Hizo cientos de gestiones pidiendo por las necesidades
de su zona. Se entregó por completo al desarrollo social de las
personas. Pero sobre todo anunció a un Dios Misericordioso que
está siempre dispuesto a recibirnos. El padrecito Brochero fue,
al decir del Papa Francisco, “un pastor con olor a oveja”. Hoy,
su mensaje, legado y ejemplo nos animan a salir de nosotros
mismos, a no disociar la fe del desempeño social, y a llevar el
Evangelio a todos, especialmente a quienes están más alejados.


Vigilia, encuentro, y celebración
La jornada del 14 de septiembre comenzó muy temprano en Vi-
lla Cura Brochero. En diez hectáreas de monte, cercanas al cen-
tro de la ciudad, se preparó el escenario para albergar a casi
doscientos mil fieles. Cientos de jóvenes llegaron a la vigilia
con bolsas de dormir, mantas, guitarra y mate. A las seis de la
mañana comenzó un espacio de preparación, con bailarines,
cantantes y actores que repasaron la vida del “cura gaucho” y
actualizaron su mensaje. La fiesta era grande. La población de
la villa serrana, que se convirtió en el centro de peregrinación,
multiplicó por veinte su cantidad de habitantes. Se había elegi-
do otorgar el título de beato al curita de las sierras, y no podía
ser en otro lugar. Todos quisieron estar, y al modo de Brochero
la unidad de la Iglesia se hizo presente. Las bajas temperaturas
ayudaron al encuentro fraterno: compartir el mate, el abrigo o el
pan casero sumaron momentos de cercanía.
A las diez de la mañana comenzó la celebración de la Misa,
presidida por el cardenal Angelo Amato, sdb. Con serenidad y
alegría, dijo que el papa Francisco llama a Brochero “sacerdote
diocesano, pastor según el corazón de Cristo, ministro fiel del


Por Juan José Santander * ∙ juanjosantander@hotmail.com


“Puedo pispear que cuando muera, me quedaré en el corazón de los serranos,
porque la vida de los muertos, está en el recuerdo de los vivos”. Las palabras
del cura Brochero son hoy una hermosa realidad: doscientas mil personas
llegaron de todo el país para dar gracias a Dios por su testimonio y mensaje,
en la esperada ceremonia en las sierras de Córdoba.


La beatificación del cura gaucho


Evangelio, testigo del amor de Cristo hacia los pobres”.
El rito de beatificación fue el momento más emocionante con la
lectura de los decretos de beatificación y el ingreso al escenario
de Nicolás Flores Violino, el niño que recibió la gracia a través
de la intercesión del Brochero, y quienes continúan hoy con el
legado del cura gaucho en Traslasierra.
El Papa Francisco quiso estar presente con una emotiva carta,
y en las pantallas se lo pudo ver bendiciendo una campana con
la inscripción “Padre José Gabriel Brochero, pastor con olor a
oveja” que tendrá como destino el santuario que comenzará a
construirse en breve.


“¿Qué nos enseña Brochero?”
Esto se preguntó el cardenal Amato en su homilía. “En primer lugar
dijo— nos recuerda que la santidad es tarea de todo bauti-
zado. San Juan Bosco invitaba permanentemente a sus mu-
chachos a hacerse santos. En la Basílica de San Pedro hay una
gran estatua de Don Bosco con dos de sus discípulos santos:
Domingo Savio y Ceferino Namuncurá. Hoy, la Iglesia y el mun-
do tienen una urgente necesidad de santos: en la familia, en los
medios de comunicación, en la educación, en la política, en la
economía. Los santos son promotores del verdadero bienestar
social y humanizadores del progreso”.
La fiesta fue grande. Un evento sin precedentes en la zona, y
también el inicio de un nuevo tiempo, donde al encontrarnos
con la figura de Brochero podamos ser hoy nosotros seguidores
fieles del Evangelio en nuestro tiempo y con nuestra gente; para
anunciar, como diría el cura de las sierras, que “la Gracia de Dios
es como la lluvia, que a todos moja”.


Brochero, un regalo
de Dios para este tiempo


* Juan José Santander trabaja en producción y conducción de programas
en Radio María, y colaboró en el equipo de prensa de la beatificación.


Más de 1500 colaboradores se pusieron al servicio de los pere-
grinos durante la celebración.




14 / Boletín Salesiano


Durante este año, utilizo como género literario el relato en pri-
mera persona, para así poder acercarnos a la figura de nuestro
fundador. Si Don Bosco viviera hoy, nos diría...


En un día caluroso y sofocante caminaba por Turín en compañía del fidelísimo Don Rúa y de otro salesiano, cuando de repente
mis ojos se detuvieron en una escena que llenó mi corazón de


Por Don Pascual Chávez, Rector Mayor de los Salesianos


Don Bosco nos cuenta...


profunda tristeza: un niño, que tendría unos doce años, estaba
tratando de arrastrar una carreta cargada de ladrillos sobre los
adoquines desiguales de la calle. Era un aprendiz de albañil del-
gado y pequeño que, incapaz de mover ese peso, estaba lloran-
do desesperado. Me alejé de los dos salesianos y corrí hacia el
pobre muchacho; uno de los muchos que, en la Turín de enton-
ces que se enriquecía con edificios hermosos, crecían bajo jefes
inhumanos con el sonido de golpes y maldiciones. Le sonreí con
un ligero signo de amistad, y lo ayudé a empujar el peso hasta


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“Quien es amado consigue todo,
especialmente de los jóvenes”




Boletín Salesiano / 15


el sitio de trabajo. Todos se sorprendían al ver a un sacerdote
llegar a ese lugar con su sotana negra
; el niño, sin embargo,
había comprendido de inmediato que lo apreciaba de verdad al
ponerme a su lado con un gesto de ayuda concreta.
Me gusta recordar este hecho porque lo considero un símbolo
de mi gran amor por los jóvenes. Amor no hecho de palabras,
pero que hablaba directo al corazón. De eso estaba seguro: el
camino que va al corazón es el que convence más, y desplaza
toda resistencia.

Con cuatro jóvenes nacía la congregación
Recuerdo con emoción, como si fuera hoy, la tarde del 26 de
enero de 1854. Después de las oraciones había reunido a cuatro
jóvenes, de entre dieciséis y veinte años, que estaban conmigo
desde hacía un tiempo. Estaba por proponerles “una prueba de
ejercicio práctico de la caridad hacia el prójimo”. No podía decir
mucho más. Si yo les hubiese mostrado mi intención de fundar
una congregación religiosa, no habría alcanzado el objetivo.

Eran tiempos en los que, con el simple golpe de una pluma,
varios grupos de hermanos y monjes habrían sido suprimidos.
Era más prudente preguntar si querían quedarse conmigo para
ayudarme a trabajar con los jóvenes. Yo estaba siguiendo el
ejemplo de Jesús, que a los primeros discípulos sólo había di-
cho: “¡Vengan y verán!” A partir de esa noche nos llamamos por
primera vez “salesianos”. Y con la mirada fija en San Francisco
de Sales, el campeón de la bondad y de la mansedumbre evan-
gélica, comenzamos. Cuando estaba a punto de ser ordenado
sacerdote, dieciocho años antes, yo había elegido entre los pro-
pósitos que “la caridad y la dulzura de San Francisco de Sales
me guiarán en cada cosa”
. ¡En mi corazón, esa noche, nacía la
Congregación Salesiana; la que sería definitivamente aprobada
sólo veinte años después! Me esperaba un camino largo y di-
fícil. Tanto que, años después, confesaba: “Si hubiera sabido
que costaba tantos dolores, fatigas, oposiciones y contradiccio-
nes el fundar una sociedad religiosa, tal vez no hubiera tenido
el coraje de acercarme a esta labor”
.

De cada uno, lo mejor
“El ejercicio práctico de la caridad” que había propuesto al pe-
queño grupo no estaba sin fundamento. Fue un testimonio que
llevé adelante durante muchos años. Era mi propuesta para los
jóvenes. Más tarde, alguien la habría llamado la “caridad pasto-
ral”. El Sistema Preventivo no era simplemente el sistema de la
bondad, sino “la bondad erigida en un sistema”. La base era el
amor de Dios revelado por Jesús. Amaba a los jóvenes porque
sabía que Dios los amaba.
No era nunca indiferente a ningún
muchacho; y entonces estudiaba la mejor manera de hacerle el
bien y de acercarlo siempre más al Señor. Debía trabajar tam-
bién en la perspectiva del futuro. Es por eso que lo preparaba
para ser capaz de renuncias y sacrificios para lograr ideales
altos y nobles. Exigía lo mejor de cada uno. También porque
tenía una confianza inquebrantable en sus potencialidades. Y la
esperanza me sostenía siempre, por eso animaba a mis colabo-
radores: “Tal vez les parecerán lanzados al viento sus esfuerzos


y perdidos sus sudores. Por el momento, tal vez lo será, pero
no siempre, incluso para aquellos que parecen más rebeldes.
Los rasgos de bondad quedarán grabados en su mente y en
su corazón. Llegará el tiempo en que la buena semilla brotará,
pondrá sus flores y producirá sus frutos”
.
En los últimos años de mi vida me sentí recompensado al ver
cómo fui capaz de formar un “equipo” de salesianos,
muy dife-
rentes entre ellos, pero unidos y sintonizados en la misma pa-
sión educativa. Había sido capaz de aprovechar el entusiasmo
ardiente e inquieto de un Cagliero, la fidelidad de acero de un
Rúa, la amabilidad de un Francesia, el vigor periodístico de un
Bonetti, la calma desarmante de un Alasonatti, la fidelidad in-
quebrantable de un Buzzetti, el genio intelectual de un Cerruti,
el espíritu emprendedor de un ex-guerrillero como Fagnano...
Estaba rodeado de jóvenes que no habían tenido miedo de
señalar hacia el camino fascinante y exigente del compromiso
cristiano, de la honestidad, del amor al trabajo realizado “con
noble precisión”, de la alegría serena y contagiosa, de la sonri-
sa y de la pasión por la vida.

Conocer y ser conocido
Aunque trabajaba con muchos jóvenes, mi pedagogía no era
nunca de masa. Era siempre personalizada. Solía usar un cua-
derno especial: en él anotaba el perfil de cada niño, su carácter,
sus reacciones, alguna falta ligera pero de las que hacen estar
alerta a un hombre prudente, los progresos reportados en el
estudio y en la conducta. Me servía de este cuaderno para un
acompañamiento personal de cada muchacho. El mismo méto-
do lo aconsejaba a los que eran encargados de la catequesis.
Era el cuaderno de la experiencia. Recomendaba a ellos leer
de vez en cuando las observaciones formuladas, las medidas
adoptadas y los resultados obtenidos. Era un trabajo de cons-
tante verificación que exigía atención y continua presencia. Por
lo tanto, en el tratado sobre el Sistema Preventivo había defini-
do al educador como “una persona consagrada al bien de sus
alumnos, listo para afrontar cualquier dificultad, cualquier es-
fuerzo para lograr su objetivo, que es la cívica, moral y científica
educación de sus alumnos”.
Soñaba al educador como “asistente”, el que “está al lado” del
joven, que conoce a cada uno y pide para cada uno ser conoci-
do. Al igual que el Buen Pastor, que conoce a sus ovejas y de
ellas es perfectamente conocido. •




16 / Boletín Salesiano


VioLENCiAS
en la escuela


Por Héctor Rausch * ∙ hrausch@donbosco.org.ar


Acerca del hostigamiento escolar


Para abordar algunas reflexiones en torno a la violencia y el
hostigamiento escolar, preferimos ubicarnos desde un enfoque
multidimensional que permite “superar posiciones innatistas
y naturalizantes de la violencia, mostrando así que ésta no es
resultado de una fatalidad natural, sino de un proceso socio-
histórico”.
Philippe Meirieu, investigador francés especialista en educa-
ción, durante su paso por Buenos Aires allá por 2006 relató una
experiencia que orienta el sentido de este artículo:
“Janusz Korczac, un pedagogo polaco que murió en Treblinka
en el año 1942, había creado en Varsovia orfelinatos para chicos


de padres deportados, y en
esas instituciones donde ha-
bía mucha violencia, él inten-
tó una cantidad de métodos
para que los chicos dejaran
de pelearse: dijo que los iba a
castigar, que los iba a dejar sin
comer, que los iba a golpear...
Nada de eso funcionó, la vio-
lencia era más fuerte. Un día se


le ocurrió algo extraordinario, dijo: ‘a partir de hoy, cualquiera
puede agarrar a golpes a cualquiera con la condición de que lo
avise por escrito veinticuatro horas antes’, e instaló la caja de
peleas, que era como un buzón donde los chicos escribían ‘quie-
ro agarrarte a golpes mañana’. Ese buzón se vaciaba y se volvía
a llenar, y los chicos contestaban ‘¿por qué me querés pegar?’.
Y eso Korczac se lo impuso a chicos más chiquitos que no sa-
bían leer ni escribir, y que tenían que encontrar a alguien que les
escribiera esa carta o descifrara lo que otros habían intentado
escribir (...)”.
El pedagogo inventó, de alguna manera, un método que privile-
giaba el diálogo para la resolución de los conflictos.


Un enfoque multidimensional permite
“superar posiciones naturalizantes sobre la


violencia, mostrando así que no es resultado
de una fatalidad natural, sino de un proceso


socio-histórico”.


Es cada vez más recurrente ver reflejadas en los medios de comunica-
ción noticias acerca de agresión o maltrato entre los propios alumnos
en ámbitos escolares. El autor invita a no reducir en preconceptos las
causas que originan estos hechos y a pensar estrategias que ayuden a
prever o enfrentar estas situaciones.


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Boletín Salesiano / 17


Más allá de lo complejo y amplio que pueda parecer el tema,
ofrecemos algunos elementos para pensar y discutir estas te-
máticas siempre desafiantes, siguiendo un conocido esquema
de Charlot:


La violencia de la escuela Pone de relieve la violencia, a ve-
ces simbólica, que la propia escuela ejerce —formas de san-
ción y reconocimiento, usos del lenguaje u opciones organi-
zativas— y que pueden convertirse en estigmatizantes en las
prácticas escolares.


La violencia hacia la escuela Está dirigida hacia docentes,
directivos y bienes materiales. Abarca las manifestaciones
en contra de la actividad institucional. En este sentido, des-
de hace ya algunos años Carina Kaplan (2006) reinterpreta
el concepto de “alumno violento”, con el que en muchos de
nuestros ambientes y medios de comunicación se lo nombra,
para plantear algunos recaudos e interrogantes: ¿Diagnos-
ticar es condenar? ¿Quiénes son estos estudiantes que hoy
habitan las instituciones educativas? ¿Qué sienten? ¿A qué
temen? ¿De dónde vienen? Si los discursos al interior de las
escuelas refuerzan el discurso socialmente aceptado, crece-
mos en asociaciones rápidas tales como “pobreza-violencia”,
por ejemplo, con un alto nivel de determinismo. “No todas
las instituciones, ni todos los actores traducen ni actúan del
mismo modo frente a la irrupción singular de la violencia en
la vida escolar”
(74). Muchas veces las instituciones reprodu-
cen y refuerzan, o trabajan sistemáticamente, sobre puntos
de partida muy desiguales e injustos.
Si miramos esta problemática en un contexto más amplio,
Rossana Reguillo Cruz (2006) piensa que “la violencia no está
más allá de lo social, es una dimensión co-constitutiva del or-
den social (...)”
Por ello considera un error asumir de manera


naturalizada que la escuela esté “a salvo” de la violencia, en
una especie de “zona de riesgo cero”. En esta línea, se propone
a la institución, aún en crisis y con cuestiones no resueltas, la
gestión de las violencias y una postura de interlocución clave.


La violencia en la escuela Es aquella que tiene lugar en el in-
terior de la institución, pero no ligada directamente a las acti-
vidades institucionales. Incluye aspectos de la violencia social


presentes en la vida de la escuela —conflictos entre bandas,
conflictos de índole personal y formas delictivas son algunas
de sus expresiones. Belvedere y otros (2002), citan a Olwes
para definir “el maltrato o acoso entre pares como aquella si-
tuación en la que las acciones negativas o de victimización son
repetidas en el tiempo”.
Las acciones negativas son aquellas en
las que “alguien, de forma intencionada, causa un daño, hiere o
incomoda a otra persona”.
No podemos dejar de enumerar las
acciones físicas (golpes, empujones, impedir el paso), verbales
(amenazas, burlas, motes) y también otras, tales como la exclu-
sión de un grupo, gestos obscenos, imposición de actividades
por la fuerza y, actualmente, todo tipo de mensajes, asociados
a estas acciones, que circulan por las redes sociales.


Si los discursos al interior de las
escuelas refuerzan lo socialmente


aceptado, crecemos en asociaciones
rápidas tales como “pobreza-
violencia”, con un alto nivel de


determinismo.




18 / Boletín Salesiano


* Héctor Rausch es licenciado en


Ciencias de la Educación, profesor


del Instituto Superior Juan XXIII y de


la Escuela de Educación Secundaria


en Contextos de Encierro Nº 9,


miembro del Equipo Inspectorial de


Escuelas (ARS) y de la Fundación


Universidad Salesiana en Argentina.


Pensar, distinguir y generar
El documento ya citado del Ministerio de Educación de la Nación
(Beldevere y otros, 2002) sugiere algunas acciones posibles que
necesitan ser contextualizadas y revisadas por los miembros de
las comunidades educativas donde se quieran implementar:


• Definir el conflicto. Sabemos que su reconocimiento es cons-
titutivo de la convivencia y los vínculos humanos. Es necesa-
rio, entonces, identificar y enfrentar los motivos y consecuen-
cias que trae para la vida de los grupos, y en especial en este
caso, para la vida de los afectados. Entendemos que aquí se
juega una dimensión fuertemente preventiva.


• Distinguir entre indisciplina y violencia. Es importante esta-
blecer criterios para dirimir acciones contra las normas o la
convivencia institucional que no necesariamente constituyen
hechos de violencia.


• Adoptar una actitud crítica frente a los hechos de violencia.
La escuela siempre debe ofrecer alternativas que impliquen
el diálogo y la palabra junto a posturas claras de oposición al
modo violento de resolver conflictos interpersonales o gru-
pales. Recuperemos, en esta línea, el relato de P. Meirieu.


• Prever los procedimientos de intervención escolar ante dife-
rentes tipos de violencia. Es necesario consensuar pautas a
seguir una vez detectados los indicadores correspondientes.


• Establecer enlaces con organismos públicos y organizacio-
nes no gubernamentales vinculadas a esta problemática.


• Favorecer el conocimiento de la legislación y la normativa
vigente. Muchas de las jurisdicciones educativas han actuali-
zado sus reglamentos y se prevén aspectos fuertemente vin-
culados a esta temática.


• Generar propuestas didácticas específicas. No es una tarea
poco relevante y debería estar presente en las propuestas
curriculares como contenido educativo. Uno de los aspectos
que podría considerarse, entre otros, es el tratamiento de la
violencia escolar por parte de los medios de comunicación
social. Llama la atención un estudio reciente (Virginia Saez
y otros, 2013) en el que, fruto del análisis de diarios y co-
berturas mediáticas, surgen metáforas que refuerzan la idea
de “joven-vándalo-salvaje”. Este podría ser, por ejemplo, un
material de lectura y discusión desde una perspectiva crítica
al interior de nuestras comunidades educativas.•


Es importante
establecer criterios


para distinguir
acciones contra


la convivencia
institucional que no


necesariamente
constituyen hechos


de violencia.




Boletín Salesiano / 19


De manera especial, el Boletín Salesiano agradece el trabajo, comprometido y desinteresado, del jurado integrado por Cecilia Barrio,
Graciela Barroso, Graziela Norma Buslje, Gimena Da Giau, Marcela Domínguez, Silvia Kern, Silvia Loustalet, Mónica Mateo, Gabriela
Murgia
, Pablo Grimozzi, Daniel Tattoli, e Inés Yapura.
Para leer los relatos ganadores completos, ingresar a www.boletinsalesiano.com.ar


Primer puesto
“El día más feliz del año”
Nazareno Joel Rivero
9 años
Obra salesiana “María
Auxiliadora” de Formosa


Segundo puesto
“La alegría del 24”
Agostina Yanil Aguilera
12 años
María Auxiliadora
de Rodeo del Medio


Tercer puesto
“La alegría de descubrir
a Dios en todo”
María Teresita Priore
González
11 años
Obra salesiana
de Mar del Plata
Buenos Aires


¡Un fuerte aplauso!
El 17 de junio finalizó la recepción de los cuentos del 3º Concurso


Literario organizado por el Boletín Salesiano, con el título “Alegrías
verdaderas”. Presentamos a los ganadores de la categoría de 9 a 12


años, junto con el relato que obtuvo el primer puesto.
¡Felicitaciones a ellos, y a todos los que participaron!


Categoría
de 9 a 12


años


Estaba yo un día viendo por televisión la competencia mundial de skates, y me entraron
las ganas de tener una patineta igual a la de los competidores. Entonces decidí pedirles
a mi mamá y mi papá que me compren una, y me respondieron que no podían pagarla.
Es por ello que me propuse hacer algunas cosas para juntar dinero.
Empecé a ofrecerme a los vecinos para lavar sus autos, luego barrer las veredas y hacer
unos mandados a cambio de unos pesos. Al cabo de un mes logré juntar el dinero que
necesitaba, y muy feliz fui junto con mi madre a comprar mi ansiada patineta; era hermo-
sa, con ruedas súper rápidas y con dibujos de varios colores.
Todos los días salía a andar, aprendí varios trucos y mis amigos se ponían contentos
conmigo.
Un día de frío y lluvia, me sentía aburrido dentro de mi casa, porque no podía salir a
andar en mi patineta, cuando de repente golpearon la mano y mi madre me mandó a ver
quién era. Al abrir la puerta, vi que era un grupo de cuatro niños de entre cuatro y doce
años, descalzos, mojados y con frío, que pedían limosna.
Corriendo le comenté a mi madre la situación y les hicimos pasar; mientras yo fui a traer
unas toallas para que se sequen, mi madre les preguntó sus nombres y si habían de-
sayunado, a lo cual contestaron que todavía no. Luego mi madre fue a la cocina para
prepararles un mate cocido con leche. Entonces con mi hermano sacamos unos juguetes
y les invitamos a jugar al metegol y a la pelota bajo el techo del patio de nuestra casa.
Se notaba en sus rostros la alegría de que se estaban divirtiendo y olvidando por un mo-
mento sus problemas, pues habían comentado que eran huérfanos y vivían con su abuelita
que ya era muy anciana.
En eso, uno de los niños, que tenía nueve años de edad al igual que yo, observó mi
patineta y me preguntó si se la podía prestar para probar, pues nunca había subido a
una. Le dije que por supuesto que sí y le ayudé a subirse y mantenerse en equilibrio.
Enseguida pudo andar unos metros. En eso mi madre trajo el desayuno con unos panes
untados con manteca y nos sentamos todos juntos en la mesa para compartir la comida
como grandes amigos.
Al rato dejó de llover y los niños comentaron que debían marcharse a su casa porque
su abuela se preocuparía por ellos. Ahí es cuando sentí una señal en mi corazón que me
decía que realice algo que los haga sentir bien, le comenté al oído mi idea a mi hermano
y comenzamos a cargar en una bolsa varios juguetes, para que se los lleven a su casa.
Iba mirando uno por uno lo felices que se ponían al ver los juguetes que les regalába-
mos, pero algo faltaba todavía; corriendo tomé mi patineta que tanto me había costado
conseguir y se la regalé a aquel niño que se había subido en ella.
¡Qué feliz se puso! Me agradecía y me prometía venir todos los días a patinar conmigo,
pero él no sabía que en ese momento comprendí que la verdadera alegría no es tener
todo lo que uno quiere sino en compartir con otros lo poco o mucho que se tiene…




20 / Boletín Salesiano


“¡Si pudiera revivir tan sólo un poco de aquellos días transcu-
rridos en el oratorio, mientras vivía Don Bosco!”
, escribía Don
Orione días antes de su muerte.
Luis Orione ingresó al oratorio de Valdocco un 4 de octubre de
1886, siendo un muchacho de apenas catorce años. Desde niño
había sentido el llamado a consagrarse a Dios, ingresando con los
franciscanos, pero a causa de una pulmonía debió volver a casa.
Unos meses después, su párroco lo ayudó a entrar al oratorio,
donde conoció a Don Bosco, su padre y maestro, como él mismo
decía. Allí permaneció hasta el 16 de agosto de 1899, ya que la
Providencia le mostraba otro camino, pero su amor y devoción a
Don Bosco seguirían siendo una constante en su vida. Siguió su
formación y comenzó su congregación con un pequeño oratorio.
Con los años vendrán muchas otras obras a favor de los jóvenes,
los huérfanos, los discapacitados y los pobres. Durante sus dos
visitas a la Argentina —entre 1921 y 1922 la primera, y entre 1934
y 1937 la segunda— visitó a los salesianos, entre los que encon-
tró a “viejos compañeros”, y estuvo en varias obras: la Iglesia Ma-
ter Misericordiae, en el barrio de Congreso, los colegios del barrio
de Almagro, en Bernal, Ramos Mejía, Mendoza, etcétera.


El recuerdo vivo del oratorio
Don Orione recordaba siempre con gran emoción sus tres años
en Valdocco. Allí la vida era muy sacrificada, pero Don Bosco
estaba con ellos, y todo era felicidad, alegría, piedad, fervor,
santidad. En unas “buenas noches” a sus seminaristas, el 16 de
febrero de 1934, decía:
“¡Oh, aquellos salesianos que vivían en tiempos del venerable
Don Bosco!
¡Qué espíritu tenían! Conocí a Don Juan Bosco cuan-
do aún daba a sus muchachos cinco centavos para mantenerse...
No había camas como las de ustedes, que son camas modernas;
allí se dormía en colchones de hojas de maíz, y para ablandarlas
se ponían las manos adentro y se movían las hojas… Los colcho-
nes eran duros… ¡pero qué bien se estaba en aquellos colchones!
Se comía en escudillas de plomo que se guardaban una dentro
de la otra… tomándola de las orejas y cada uno la lavaba por su
cuenta, también en invierno, en el patio.
Yo servía la mesa con mi delantal; la cuchara la llevábamos en
el bolsillo y cada uno la limpiaba en la fuente; y nos daban una


cierta sopa que nosotros llamábamos ‘caldo largo’, y también
el ‘caldo espartano’; nos daban pan a voluntad; y una vez por
semana nos daban una lonja de salame, y dos en las grandes
solemnidades…


“No había camas modernas como las
de ustedes; se dormía en colchones
de hojas de maíz... ¡pero qué bien se


estaba en aquellos colchones!”


Como el comedor era en el sótano, como en una especie de
cantina, y allí había mucha familiaridad… tomando una lonja de
salame con los dedos, como si fuera un lente, decíamos: ‘¡Asis-
tente, mire como se ve Superga!’... Saben que el Superga es
aquel cerro, cerca de Turín, en el cual se levanta la gran Basílica;
y nosotros, alegres, levantábamos la lonja de salame diciendo:
‘¡Se ve la Basílica de Superga!’”.


Vida sencilla, grandes personas
“Quiero ir al Oratorio para ver si me ceden algunas de aquellas
escudillas de plomo
—continuaba Don Orione— y después le
propondremos al padre Cremaschi que las entregue por turno a
los más distinguidos y en las grandes fiestas… ¡Pienso que será
un gran gozo comer en la escudilla de plomo de los tiempos de
Don Bosco! ¡Y cómo vivíamos felices y alegres!
¡Qué vida feliz se vivía en la casa de Don Bosco! Allí había gozo,
serenidad de espíritu, alegría; ¡qué corazones contentos! Ha-
bía una gran armonía entre los superiores y los muchachos;
y hemos crecido en el Señor… Estábamos todos alegres, muy
alegres. Se hacía la Comunión todas las mañanas y jugábamos
alegres y felices, y, en tiempo de estudio, se estudiaba mucho…
¡Pero qué hombres salieron de allí!
Cuando vayan a Turín, verán
la ‘Mole Antonelliana’ y se preguntarán ‘¿Quién la hizo?’ ¡Uno de
mis compañeros! De allí salieron generales, grandes ingenieros,
monseñores, cardenales, obispos; que comían ‘caldo esparta-
no’. ¡Entonces era vida! ¡Y era fervor la vida del corazón!
Y hubo pintores famosos, artistas, ingenieros, capitanes de ma-
rina, abogados, escribanos, profesores de universidad; todos


Por Facundo Mela, fdp * ∙ facundofdp@yahoo.com.ar


Don Luis Orione pudo relatarle a los suyos, en una de sus visitas
a la Argentina, cómo fueron los días que compartió en el oratorio
de Valdocco. En la casa de Don Bosco la alegría iba de la mano
de la sencillez, y marcó el corazón de este sacerdote que encon-
tró su vocación en el amor a los más pobres y desposeídos.


“Una lonja de salame por semana
y dos en las grandes fiestas...
¡Qué felices vivíamos en la casa de Don Bosco!”




* El padre Facundo Mela pertenece a la Pequeña Obra


de la Divina Providencia, como se conoce a la Obra de


Don Orione.


egresados en aquellos tiempos, ¿comprenden? ¡Quién sabe si
ahora que se come bien saldrán tantos sabios y doctos!”


“¡Quien hace el bien, encuentra el bien!”
“Y nosotros queríamos a nuestros superiores. ¡A Don Bosco,
cuánta gratitud! ¡Cuánto agradecimiento le debemos! ¡Me pa-
rece que caminaría sobre brazas ardientes para verlo otra vez y
darle las gracias! ¡Qué bien se estaba!


“Hubo pintores famosos, artistas,
ingenieros, abogados, escribanos,


profesores; todos egresados en
aquellos tiempos, ¡Quién sabe si ahora


que se come bien saldrán tantos
sabios y doctos!”


Alguna vez el Señor permite que algunos de los nuestros vayan
a otro lugar y hagan el bien sin quedarse con nosotros. El Señor,
comprendo, me hizo salir de los frailes y fue una gracia, porque
la mano de la Divina Providencia me hizo encontrar a Don Bosco
y a Don Rúa y vivir allá donde había un grupo que había vivido en
la época heroica de Don Bosco. Ni Don Bosco, ni la congregación
salesiana habrían hecho tanto, sin hombres de aquel temple…
¡Hace falta que nosotros tratemos de volver a los tiempos de
Don Bosco, con el mismo espíritu, con el mismo fervor! No debe
haber ‘marmotas’; ¡el Señor no se sirve de los marmotas: el Se-
ñor no quiere ser servido por marmotas!...
Quien hace el bien, encuentra el bien; quien siembra bendicio-
nes, cosecha bendiciones. El venerable Don Bosco me decía a
mí y a los otros muchachos, que se educaban a la sombra del
Santuario de María Auxiliadora, para el bien de la iglesia y de
la sociedad: ‘¡Al final de la vida se recoge el fruto de las buenas
obras!’, es decir: ‘¡quien hace el bien, encuentra el bien!’”


Don orione y su obra
San Luis Orione fue un sacerdote que dedicó su vida
entera a amar y servir a Dios en los humildes, en los
más pobres y desposeídos. “Sólo la caridad salvará
al mundo”
fue la convicción que marcó su vida; una
caridad necesaria y urgente para “llenar los surcos
que el odio y el egoísmo han abierto en la tierra”
.
Esta certeza lo llevó a fundar la Pequeña Obra de la
Divina Providencia (1903), una familia que se exten-
dió en su Italia natal y en tierras de misión; entre ellas
Argentina, que visitó por primera vez entre 1921 y
1922. En 1934 regresó, y durante tres años desarrolló
una incansable tarea apostólica y social.
Desde entonces sus hijos e hijas, religiosos y laicos,
llevan adelante su obra de caridad y amor a la Iglesia
en cottolengos y hogares para discapacitados, pa-
rroquias, colegios y misiones esparcidas por nuestro
país y otros treinta países.


Para más información, visite www.donorione.org.ar


“Una lonja de salame por semana
y dos en las grandes fiestas...
¡Qué felices vivíamos en la casa de Don Bosco!”


En su segundo viaje
a la Argentina, Don


Orione visitó varias
de las obras que sus


misioneros habían
erigido, entre ellas


el cottolengo de
Avellaneda.


Boletín Salesiano / 21


* El padre Facundo Mela pertenece a la Pequeña Obra de la Divina Providen-
cia, como se conoce a la Obra de Don Orione.






N o t i c i a s d e l a


Familia Salesiana
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ARGENTINA
Dos premios para un audiovisual del Boletín Salesiano


“Aprender el trabajo de vivir”, una producción conjunta entre
el Boletín Salesiano y la Procura Misionera Salesiana de Argen-
tina, recibió dos premios en el marco del “Concurso y Festival


NEUQUÉN
Capacitación en prevención de accidentes y primeros auxilios


A fines del mes de agosto, un equipo de instructores del programa de Prime-
ros Auxilios para Animadores Salesianos (PAAS) de la inspectoría Argentina
Sur realizó acciones de capacitación en la obra salesiana de Neuquén.
Los días 24 y 25 fue el turno de los animadores del Movimiento Juvenil Salesia-
no, que recibieron capacitación en primeros auxilios y resucitación cardio pul-
monar (RCP). Por su parte, en la obra escolar los cursos se realizaron los días
27 y 28 de agosto, y abordaron la prevención de accidentes y la actuación en
emergencias en la escuela. El colegio se equipó con cuatro botiquines comple-
tos, diseñados y armados por el equipo del programa PAAS, y los participantes
adquirieron también cuarenta máscaras portátiles de RCP con guantes.
Todos los cursos fueron realizados con el apoyo de la Dirección de Emergen-
cias Sanitarias del Ministerio de Salud de la Provincia de Neuquén y certifica-
dos por el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires.
Para realizar cualquiera de estos cursos o para mayor información, remitirse
a programapaas@donbosco.org.ar
Fuente: donboscosur.org.ar


El audiovisual puede verse ingresando al
siguiente link: http://youtu.be/brIw8lN12Is


Nacional de Cortos, jóvenes y el mundo del trabajo” organizado
por el Centro de Comunicación La Crujía. Cabe destacar que la
mencionada producción compitió contra más de ciento veinte
realizaciones de todo el país.
El video recorre el testimonio de diferentes jóvenes que parti-
cipan de las iniciativas de formación profesional de la Obra de
Don Bosco en Argentina. Al mismo tiempo, rescata el valor de
un aprendizaje en oficios donde la presencia y cercanía de los
educadores genera vínculos que fortalecen la autoestima y co-
laboran en el pleno crecimiento de los jóvenes.
El 13 de septiembre se realizó la presentación de los cortos y la
entrega de premios en la Biblioteca del Congreso de la Nación,
allí la producción del Boletín Salesiano recibió el “Primer Premio
SIGNIS” por su transmisión de valores humanísticos y cristia-
nos. Además, “Aprender el trabajo de vivir” recibió una “Men-
ción a corto audiovisual documental y géneros periodísticos en
oficios”, donde se reconoce la buena comunicación del video.
Esta producción es una más de las muchas realizadas ínte-
gramente por el Boletín Salesiano de Argentina, en conjunto
con la Procura Misionera Nacional
, que desde hace varios años
buscan hacer del formato audiovisual otra forma de transmitir
y fomentar “una mirada salesiana del mundo, y una mirada al
mundo salesiano”.


22 / Boletín Salesiano




Boletín Salesiano / 23


Del 22 al 25 de agosto se realizó en la obra salesiana de Ra-
mos Mejía el encuentro regional de salesianos coadjutores. El
mismo contó con la participación de cincuenta y un hermanos
de Brasil, Uruguay, Paraguay, Argentina y Chile.
Hugo Vera de
ARS, Adrián Guerrero de URU y Rafael Muñoz de CIL fueron los
encargados de la animación general. Acompañaron también la


/Boletin.Salesiano.Argentina


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ARGENTINA
Don Bosco, un sueño hecho realidad


Editorial San Pablo, en colaboración con el Equipo Nacional de
Comunicación —y en adhesión al camino de preparación del
Bicentenario del nacimiento de Don Bosco— ha realizado una
nueva edición actualizada del libro de Domingo Agasso “Don
Bosco, un sueño hecho realidad”.
“Es una obra rigurosamente fiel a los hechos y de un estilo cau-
tivante que invita a la lectura, combinando la secuencia biográ-
fica con la ambientación histórica”
, comenta el recordado padre


Fernando Peraza, del Centro Regional de
Formación Permanente de Quito. Un texto
realmente accesible para conocer la vida
y la obra de Don Bosco en su totalidad.
Está disponible en las Librerías San Pa-
blo y en las librerías salesianas de todo
el país.
Fuente: Oficina Nacional de Comunicación


RAMOS MEJÍA / BUENOS AIRES
“Narrando la fraternidad”, encuentro de coadjutores


experiencia los inspectores de Argentina Norte, Manuel Cayo, y
de Paraguay, Néstor Ledesma; y los encargados de formación
de ARS, Luis Timossi, y de CIS Brasil, Tadeo Canavarros. Bajo
el lema “Narrando la fraternidad” los hermanos coadjutores
compartieron con estilo salesiano unos días de formación y de
encuentro fraterno.
Fuente: donboscosur.org.ar




24 / Boletín Salesiano


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CHIMPAY / RIO NEGRO
Ceferino movió multitudes a su santuario


En Chimpay, cientos de jóvenes de la
diócesis de Viedma fueron protagonis-
tas de la fiesta de Ceferino Namuncurá
.
El encuentro, que se desarrolló bajo el
lema “Con Ceferino, compartimos la ale-
gría de la fe”, profundizó en los mensajes
del papa Francisco a la juventud, en Cris-
to como centro de la fe y en la vida como
misioneros que salen al encuentro. A pe-
sar del frío, cientos de jóvenes salieron a


SANTA FE
Un cumpleaños al estilo de Don Bosco


En la ciudad de Santa Fe, la celebración del cumpleaños de Don
Bosco se llevó a cabo con una de sus actividades preferidas: una
jornada oratoriana, preparada por el Movimiento Juvenil Sale-
siano
, que contó con la participación de más de quinientos chi-
cos y chicas. El evento comenzó muy temprano, con la llegada
de los animadores, y la preparación de todo el patio de la obra
salesiana. Luego llegaron los chicos y posteriormente se dio la
bienvenida y el inicio del día.
Se realizaron muchos juegos. Al mediodía hubo un almuerzo y


un rato más tarde se sumaron al festejo los chicos de la cateque-
sis. Todos los jóvenes le pusieron calor y color a un día que de
por sí fue frío y gris. Antes de la misa, una merienda predispuso
para la Eucaristía, la cual permitió agradecer por lo compartido
y seguir apostando por la educación de los jóvenes. El momento
más emotivo fue cuando se realizó el envío misionero de un
grupo de personas que durante el mes de septiembre misiona-
rán por los barrios.
Fuente: donbosconorte.org.ar


recorrer casa por casa para compartir un
momento, una palabra o una oración, con
las familias del lugar, que con entusiasmo
los esperaban para recibirlos. Por la no-
che, una jubilosa adoración al Santísimo
ayudó a interiorizar la experiencia, que
culminó con una sopa comunitaria en el
gimnasio del lugar. La mañana siguien-
te, con doce grados bajo cero, el pueblo
mapuche recordó a Ceferino con una ple-


Ceferino volvió
a reunir este año
en torno a la fe a
miles de personas
en Chimpay.


garia especial y, posteriormente, inició la
peregrinación, donde participaron alre-
dedor de diez mil devotos del beato pata-
gónico, que también asistieron a la Misa
celebrada por los obispos de Neuquén,
Virgilio Bressanello scj, y de Viedma, Es-
teban Laxague sdb.
Fuente: José Luis Sánchez




Boletín Salesiano / 25


SAN JUSTO / BUENOS AIRES
Exploradores en un encuentro de discernimiento


Los días 7 y 8 de septiembre se realizó en la casa María Maz-
zarello la experiencia religiosa “tiempo de Dios y reflexión”
(TDR)
, en la que participaron sesenta exploradores de Don Bos-
co y de María Auxiliadora de la región Buenos Aires.
El TDR es un retiro espiritual vocacional que propone mirar más
allá del itinerario del ciclo exploradoril, y anima un tiempo con-
creto de discernimiento en las etapas de Baquiano y de Antor-
cha. Los animadores compartieron la vida y confrontaron sus
opciones personales con la historia y la cotidianeidad en vistas
a iniciar el camino de la etapa de Soles. Comenzar a ser Sol es
una opción vocacional porque implica la vida y reafirmar el ser
animador, no sólo en el horario de actividad sino en casa, con la
pareja, en el estudio y en el trabajo.
Fuente: fmaaba.com.ar


/Boletin.Salesiano.Argentina
›››


SALTA
Más de tres mil personas en el “Milagro juvenil”


El colegio “Ángel Zerda” se vistió de fiesta el día 1 de septiembre
para recibir a los más de tres mil jóvenes que participaron del “Mi-
lagro Juvenil”, un encuentro organizado por la pastoral juvenil de la
diócesis destinado a jóvenes a partir de los quince años de edad.
Pasado el mediodía comenzaron a llegar los chicos y chicas
provenientes de movimientos, capillas, parroquias y vicarías,
de toda la ciudad y de otros puntos de la provincia. También
muchos se acercaron a compartir el día sin pertenecer a ningún
movimiento de la Iglesia. Durante toda la tarde, a través de vi-
deos, reflexiones, cantos, momentos de animación y de trabajo
en grupo, los participantes pudieron sentir la protección del Se-
ñor y de la Virgen del Milagro en los “terremotos” personales y
comunitarios que actualmente los afectan.
Dos momentos muy intensos fueron la adoración eucarística
realizada en el patio, en un llamativo clima de oración, y la Misa
de clausura celebrada en la basílica, luego de una marcha por
las calles del centro de la ciudad.
Fuente: donbosconorte.org.ar


Por tercer año consecutivo, en la obra salesiana de la ciudad
de Paraná festejaron a Don Bosco con un “oratorio volante”,
al mejor estilo salesiano. Se realizó el 1 de septiembre con los
animadores de todos los grupos de la obra: Batallones 33 y 49,
Camrevoc, Mallín, Chepalo y Oratorio; que se reunieron en el
colegio Don Bosco para partir de allí hacia “el Thompson”, un
espacio verde junto al río, donde cada fin de semana se reúne
una gran cantidad de familias.
Los animadores llegaron disfrazados, cantando, y con muchas
ganas de divertirse, en una tarde de sol radiante. Para convocar
a los niños, la “batucada” del Batallón 49 deleitó con sus tam-
bores y redoblantes, bailes y malabares; así, de a poco, se fue-
ron acercando al lugar una gran cantidad de chicos. El cierre fue
una breve obra de teatro, en la cual se representaron situacio-
nes cotidianas de la vida, dejando por enseñanza que “nosotros
hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres, hacien-
do bien las cosas de cada día como Jesus lo quiere”
. La tarde
terminó con la merienda compartida, entre leche y tortas fritas.
Fuente: Daiana Vergara


PARANÁ / ENTRE RÍOS
Festejando con un “oratorio volante”




26 / Boletín Salesiano


Boletin.Salesiano.Argentina
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CAMPO GRANDE / BRASIL
V Conferencia Regional de las universidades salesianas de América


CASA GENERALICIA / ROMA
Preparando el Capítulo General 27


Desde el sábado 7 hasta el martes 17 de septiembre se reunió
la comisión precapitular del 27º Capítulo General de los Salesia-
nos de Don Bosco (CG27). La misma está constituida por nueve
inspectores y superiores, en representación de las ocho regio-
nes de la Congregación más la Visitaduría de la Universidad
Pontificia Salesiana; y coordinada por el regulador del CG27,
don Francesco Cereda.
La tarea de la comisión es estudiar los aportes recibidos desde los
Capítulos Inspectoriales sobre el tema “Testigos de la radicalidad
evangélica”, y preparar una síntesis de los elementos más comu-
nes, que serán el instrumento de trabajo del Capítulo General
que se realizará entre febrero y abril del año próximo.
Los aportes fueron enviados desde noventa inspectorías. El
Rector Mayor estuvo presente al inicio, donde destacó que el
trabajo de síntesis de la comisión debe considerar la realidad
de la Congregación, tal como aparece en la carta de convocato-
ria al CG27 y como se expresa en los Capítulos Inspectoriales.
Además, debe revelar el “estado de salud” de la congregación,
es decir, su identidad, unidad y vitalidad espiritual, pastoral y
vocacional; y tiene que tener en cuenta el contexto actual de
la vida consagrada y de la Congregación: el 50º aniversario del
decreto conciliar “Perfectae Caritatis, el camino hecho de la vida
consagrada en los últimos años con sus cambios de paradigma
y el Bicentenario del nacimiento de Don Bosco.
Fuente: ANS


La delegación argentina. De izquierda a derecha:
Roberto O´Connor, del Instituto Domingo Savio de
Córdoba; María Luisa Mediavilla del Instituto Juan
23 de Bahía Blanca; y Marta Pini, Vicente Tirabasso y
Héctor Rausch, de UNISAL.


El salesiano Manuel Cayo, provincial de Argentina
norte —el tercero desde la izquierda— represen-
ta en la comisión a las inspectorías del Cono Sur.


En la pintoresca ciudad de Campo Grande, Brasil, se realizó des-
de el lunes 26 de agosto el encuentro continental de las institu-
ciones salesianas de nivel superior
(IUS). Participaron delega-
ciones de Guatemala, El Salvador, México, Colombia, Ecuador,
Bolivia, Chile, Argentina y del país anfitrión.
Un primer momento estuvo dedicado a presentar un panorama
general del camino recorrido por las IUS, los logros obtenidos y
los nuevos desafíos que se presentan; para profundizar acerca
del cambiante contexto en que deben llevar adelante su misión
las IUS. Algunas universidades compartieron también “expe-
riencias inspiradoras”, un excelente ejercicio de abrir los oídos y
de ensanchar la mirada hacia las realizaciones de las otras IUS.
El martes por la tarde fue el turno de la visita a la Universidad
Católica Salesiana de Campo Grande, y al Museo de las Cultu-
ras “Don Bosco”, dedicado a las tribus del Mato Grosso en las
que los salesianos ofrecieron su servicio educativo-pastoral con
verdadero espíritu de inculturación. El miércoles y jueves estu-
vieron dedicados a elaborar un plan operativo común, aprobado
por votación. Se siente fuertemente la necesidad de consolidar y
aprovechar al máximo la Red IUS. Todo el encuentro fue acompa-
ñado y sostenido por la muy cálida acogida de los anfitriones, y
el excelente clima de familia entre todos los participantes.
Fuente: unisal.org.ar




Boletín Salesiano / 27


Creciendo en compromiso
Grupo juvenil “Líderes”
Colegio Don Bosco, Neuquén


Lo más destacado


Además de realizar acciones de servicio, los líderes tienen
encuentros semanales de reflexión donde generan vínculos.


Algunos líderes acompañando el momento de reflexión y
oración de séptimo grado en su viaje a Bariloche.


Uno de los líderes con su patrulla, armando con ramas y
sogas “la camilla” en el viaje a Bariloche de séptimo grado.


“Líderes” es un grupo juvenil con treinta y cinco años
de historia, que forma parte del proyecto pastoral
del colegio Don Bosco de la ciudad de Neuquén.
Está destinado a los alumnos de tercero a quinto
año. Se trabaja desde la experiencia de comunidad,
reforzando los valores y la fe de los adolescentes.
En los encuentros de cada viernes trabajamos des-
de distintos ejes, como los sueños, la amistad o el
servicio. Este último es el eje más fuerte del grupo,
que intenta llevarlo adelante desde distintos luga-
res, como el trabajo que realiza acompañando a los
alumnos de primaria y secundaria en sus campa-
mentos y convivencias, siendo animadores en jor-
nadas festivas, o en el trabajo conjunto con distintas
ONG locales y nacionales.


Una actividad fuerte fue el viaje que se realizó en el
mes de junio a Stefenelli, donde se vivió la experien-
cia de compartir todo un día como comunidad.


Se puede decir que “Líderes” da la posibilidad a los
jóvenes de generar vínculos tanto con sus propios
compañeros como con los adultos que llevan ade-
lante el grupo, y preocuparse y comprometerse con
otras realidades.


Boletín Salesiano de Argentina


Tarde de juegos, mates y música en uno de los
encuentros semanales de los líderes.




SER CRiSTiANo, SER en miSióN


No podemos entender la misión sino desde una vi-
vencia profunda de la espiritualidad, ese hilo con-
ductor que nos ayuda a darle sentido a la vida. Esto
podría hacernos pensar que la misión se vuelve algo
poco concreto… pero es todo lo contrario, ya que
sólo así podemos vivir una espiritualidad encarnada,
como la de Jesús. Entonces la vida se vuelve misión:
porque es allí donde estamos, en las calles que ca-
minamos y en los encuentros que nos encuentran
,
que Dios nos invita a construir su Reino de justicia,
yendo hacia las fronteras.
Y las fronteras no son espacios físicos solamente.
Son, sobre todo, modos de vincularnos. Los víncu-
los pueden crear fronteras que excluyen y que ha-
cen que nos olvidemos de los otros. No hace falta
entonces viajar lejos para misionar, si podemos vivir
el día a día animándonos, como Jesús, a denunciar
las lógicas que nos deshumanizan, y anunciar, con
nuestra forma de ser, que otro mundo, más fraterno
y humano, es posible. “Lejos” no es un lugar, sino
un modo de relacionarnos.


Don Bosco propuso una espiritualidad que
integraba la fe y la vida en lo de todos los
días. De él se decía que “vivía como si viera
al Invisible”
. Frente a tanta pasión de Don
Bosco por su misión
—el trabajo a favor de
los jóvenes más pobres y abandonados de
Turín— se llegó a dudar de la dimensión
contemplativa del “santo de los jóvenes”.
En el proceso de canonización que se rea-
lizó en el Vaticano, se armó una fuerte dis-
cusión sobre si él rezaba o no, ya que en
vida se lo había visto la mayor parte del
tiempo fuertemente abocado al trabajo por
sus jóvenes. Alguien preguntó a la asam-
blea: “¿Cuándo rezaba Don Bosco?” Y en
ese momento intervino el papa Pío XI, con
su célebre frase “¿Cuándo NO rezaba Don
Bosco?”
, zanjando la discusión. Toda su
vida fue acción y oración, oración y acción
.
Se encontró con Jesús en esos jóvenes que
lo necesitaban, luchando por su dignidad y
alegría. Allí estuvo su misión.


Somos seguidores de un soñador, Don Bosco, que


mandó a sus hijos hacia costas lejanas para llegar a


los más pobres y abandonados. Y creemos en un Dios


que se hizo uno entre nosotros, caminó nuestra tierra


anunciando la Buena Noticia de su Reino, y envió a


sus discípulos de a dos en dos a llevarla por el mundo.


En estos clips presentamos algunas pistas para


motivar la reflexión en torno a unacamiseta que nos


identifica a quienes seguimos a Jesús:


la camiseta de la misión.


28 / Boletín Salesiano




En Lucas 10, Jesús envía a sus discípulos
para preparar su llegada y proclamar que
el Reino ya está cerca, pero les dice que
no lleven nada con ellos: ni “dinero, ni al-
forja, ni calzado”
(Lc 10, 4) En cambio, el
Evangelio nos dice que “los envió de dos
en dos”
.
Para anunciar que el Reino de Dios está
presente, y que su Buena Noticia para los
pobres y oprimidos es una realidad, Jesús
nos invita sencillamente a vivir la misión
comunitariamente. Ese parece ser el úni-
co mínimo requisito indispensable para
esa tarea: la comunidad. En ella misma
ya se está gestando el Reino, porque no
es posible en una comunidad, tal como la
entiende Jesús, la opresión de unos por
otros ni la exclusión por cualquier tipo de
motivo social o religioso.
Jesús mismo realizó toda su prédica junto
a sus amigos, discípulas y discípulos. Nos
invita a ser ese mensaje
, esa Buena Noti-
cia, porque él mismo tiene la experiencia
de un Dios que es Comunidad: Padre, Hijo
y Espíritu Santo. Nos invita a que nuestra
misión sea también en comunidad.


SER CRiSTiANo, SER en miSióN


Con el tiempo se ha ido naturalizando una idea que suena


tentadora, y hasta “progresista”: “yo vivo la fe a mi manera”.


Surgen así propuestas de espiritualidad que “sólo te afectan


a vos”, donde la experiencia de fe es solamente un proceso


interior, personal, individual; que privilegia la relajación y la


no conflictividad. Sin juzgar negativamente ninguna búsqueda


de los jóvenes en su camino de Fe, nos podríamos preguntar


qué intereses están detrás de estas propuestas. ¿A quiénes les


convienen? E incluso, ¿quiénes las patrocinan?


Podemos decir, en cambio, que no es esa la experiencia de


conversión que vivieron los que estuvieron cerca de Jesús. En


Hechos 4, la Palabra nos cuenta que, aún siendo perseguidos


por las autoridades, Pedro y Juan afirman que “No podemos


callar lo que hemos visto y oído”. La experiencia que vivieron


con Jesús fue tan fuerte, que ahora salen con una vitalidad im-


presionante a contarle a otros lo que a ellos les pasó: otra


manera de tratarnos, de cuidarnos, de construir los vínculos es


posible. Y uno no enciende “una lámpara para meterla adentro


de un cajón” (Mt 5, 15)


A. Fernández


Boletín Salesiano / 29


Desde principios de año que v
ivo como voluntario en la


obra salesiana “Jesús Buen Pas
tor”, en la localidad de Isi-


dro Casanova, al oeste del Gran
Buenos Aires; y viendo a


los salesianos y animadores de
aquí reafirmo una certeza


interior: como discípulos de Jesú
s y Don Bosco no estamos


llamados a realizar acciones e
xtraordinarias, sino, sobre


todo, a vivir la vida de todos los
días de manera extraordi-


naria. Esa es nuestra misión.




mp3


Elefantes


Animales peligrosos
Elefantes ambiciosos
Todo se hunde en la noche


Invasores religiosos
Ancestrales mentirosos
Todo se hunde en la noche


Oh mi amor, todo el mundo sale del agua
Y tal vez, sabio es el que riega
una pequeña flor

Nunca te traiciones, sigue tu camino
Mírate al espejo donde nadie mira
Date media vuelta antes del fracaso
Apretá los dientes, cambia tu destino hoy

Inmortales calabozos
Festivales vergonzosos
Todo se hunde en la noche

Irreales codiciosos
Pecadores silenciosos
Todo se hunde en la noche


Oh mi amor, todo el mundo sale del agua
Y tal vez, sabio es el que riega
una pequeña flor


Nunca te traiciones, sigue tu camino
Mírate al espejo donde nadie mira
Date media vuelta antes del fracaso
Apretá los dientes, busca tu destino hoy


Artista: Lisandro Aristimuño
Álbum: Mundo anfibio (2012)


Regar la
pequeña flor


Por Mariana Montaña ∙ marianammm@gmail.com


Ambición, mentiras, calabozos, peligro... Todos conocemos en alguna
medida esa realidad. Desde la traición inesperada, a la desidia social
que estamos viviendo, todo se hunde en la noche. En la noche donde
no hay luz, donde no queda espacio para la claridad, donde la oscuridad
gobierna y nos llena de miedos, asusta y perturba. Generalmente es la
hora en que sube la fiebre de los enfermos, se producen las mayores
peleas, se termina la paciencia.
En cambio, cuando sale el sol y el sabio riega la pequeña flor poniendo
en ella todas las esperanzas, es cuando nos decimos: ¡ahora sí vale la
pena! Aristimuño nos regala su poesía para pensar en lo pequeño, lo
que necesita más tiempo, más dedicación, donde seguro no hay resul-
tados grandiosos. Hay que esperar, con paciencia y pasos cortos seguro
se llega más lejos.
Para esto cada uno debe seguir su camino. A veces pasamos desaperci-
bidos, nos deprimimos esperando que alguien nos apruebe, que vean en
nosotros lo bueno que tenemos. O tal vez nos da vergüenza mostrarnos
porque nos enseñaron a ser humildes. Pero ser sencillo implica también
valorar ese tesoro único que es nuestro ser. Mirá ahí, donde nadie mira.
Sólo vos podés hacerlo, en ese sector del espejo nadie tiene acceso.
Y si hay trabas por todos lados, o vuelven las sombras: cambia tu des-
tino
. Porque todos salimos del mismo lugar, pero cada uno le regala a
la vida su propio estilo. Somos libres de seguir proyectando, nada está
escrito. Aunque a veces nos corran los tiempos y las obligaciones sean
muchas, continuemos regando la pequeña flor. Aunque sientas que
otros no te dejan, te oprimen, no ven tu brillo, mostrales lo que nadie
ve de vos mismo. Casi seguro que sosteniendo esas pequeñas cosas, el
camino se va abriendo. ¡No vaya a ser que permitamos a los elefantes
pisarnos la pequeña flor!•


Algunas pistas para aprovechar la canción...
• ¿Cuáles son los “elefantes” de hoy? Armá una lista de personalidades


a quien no te gustaría parecerte.
• ¿Sabés cuál es tu camino? ¿Cómo crees que podrías descubrirlo? Reu-


nite con amigos y pónganse a armar coordenadas: familia, trabajo,
estudio, amistades, noviazgo...


• ¿Qué sería regar la pequeña flor? Imaginá qué pequeñas cosas podés
realizar cada día para construir tu camino más significativo.


30 / Boletín Salesiano




Boletín Salesiano / 31


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