Le parole della fede: BATTESIMO


Le parole della fede: BATTESIMO

Shape2 Shape1 SANTIDAD JUVENIL

de Pascual Chávez Villanueva



L


OS FRUTOS DEL SISTEMA

PREVENTIVO

NINNI Y XAVIER

Este mes fijamos nuestra atención en Ninni Di Leo (Palermo 1957 – 1974) y Xavier Ribas (Barcelona 1958 – 1975), coetáneos también en la santidad de la vida.

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1.1 N

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inni vivió una historia normal hasta el día en que el mal lo hirió y el sufrimiento lo forjó como el oro en el crisol. Frecuentaba el Instituto para contadores y salía bien en todo, menos en italiano. Su materia preferida era la geografía: la conocía a fondo, pero resultó solo segundo en el certamen del instituto y estuvo feliz, porque – decía del compañero que ganó el primer premio – “él, a más del estudio, trabaja como panadero con su padre”. Altruista por naturaleza, no pensaba nunca en sí mismo.

A los 12 años comenzó a frecuentar el oratorio salesiano Ranchibile de Palermo. Eran dos los ritos del domingo: por la mañana, la oración y la misa, infaltables; por la tarde, con la oreja pegada a la pequaña radio, el Inter. Amaba la música, el baile, el basket (medía 1,82) y el futbolín. La enfemedad, que no estaba en programa, llegó en el verano de 1973. En julio lo agarró una crisis repentina: dolor de cabeza, vómito, rostro lívido. Una carrera al hospital con el corazón en la garganta y la crisis pasó, pero el fallo de los médicos fue terrible: leucemia. Se intentó lo imposible: Ninni y la madre se trasladaron a un hospital de París. Allí se transformó en el muchacho más solicitado, alegría y consuelo de los niños que como él luchaban contra la muerte. A unos les leía y traducía la vida de Domingo Savio, que tenía bajo la almohada, a otros les enseñaba a sufrir y ofrecer. Daba risas su manera nada perfecta de hablar el francés, pero todos quedaban hechizados por su sonrisa. En ese ambiente, donde no pocos eran ateos, él rezaba con su mamá. A Ninni le encantaba sobre todo rezar en compañía, porque “donde dos o más están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. Hacía con frecuencia la Comunión, pero no quería que se volviera una costumbre: quería saborearla cada vez.

En París, después de un primer período, pasó a una fase de terapia intensiva y dolorosa en el cuarto estéril, aislado del mundo. Un día el director del hospital, viéndolo sufrir mucho, “¡Desahógate - le dijo - suelta palabrotas! ¿Es posible que nunca te rebeles? ¿Qué le has hecho a Dios?”. La respuesta de Ninni fue lapidaria y algo cómica: “¿Qué tiene que ver Dios? ¿Acaso el Señor no ha sufrido muchísimo? Sin contar que soltar palabrotas no da ningún gusto, del cuarto estéril saldrían esterilizadas”. La estadía en París terminó cuando terminó también la esperanza de curación. Volvió a su Palermo para transcurrir allí los últimos meses de vida. Todavía le quedaban ganas de vivir, estudiar, jugar a basket, escuchar música, bailar… En una fiesta en su honor se lanzó a la pista con entusiasmo, ante el asombro de todos. Fue el último baile. El 23 de enero de 1974 volaba al cielo, el rostro sereno y una clara sonrisa en los labios.



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avier transcurre la infancia en la familia donde, en las hora libres de la escuela, ayuda en la pequeña tienda de los suyos. A los 15 años conoce el Centro Juvenil Salesiano de Martí-Colodar, que poco a poco se vuelve puntal de su crecimiento humano y cristiano. ¡Aquí está la valencia formativa de un oratorio y/o de un grupo, cuando funcionan como se debe! Xavier en efecto entra a formar parte de un grupo formativo, en el cual toma conciencia de su vocación cristiana y robustece la decisión de responder en forma radical. El fruto será un proyecto de vida que en poco tiempo lo llevará a mover grandes pasos en el camino de su maduración espiritual.

El 19 de julio de 1974 anota en su diario: “Mi empeño se puede resumir así: hacer en los diversos ambientes (familia, escuela, amigos, tienda de mis padres, grupos) lo que pide la fe… una entrega cotidiana a la oración – que para mí consiste en la lectura de la Palabra y en recordar a hermanos y amigos – y una revisión de mi vida o de un acontecimientos particular”. Una traducción puesta al día, como se ve, del proyecto de vida de Domingo Savio. ¡Que se puede proponer a todos! El grupo del cual es animador lo estimula a empeñarme mayormente con los más pequeños y a trabajar en un barrio popular como miembro de un círculo social promovido por el Centro.

Es relativamente fácil vivir la fe cristiana estando en un grupo formativo. Más difícil es actuarla en la familia, donde las relaciones y la confianza no son faltos de dificultades para un adolescente, y en la escuela estatal, donde hay compañeros poco sensibles al tema religioso y de fe superficial. Xavier sabe que debe demostrarse cristiano auténtico: cuesta, pero estimula. Se propone dialogar en casa, vencer su timidez en la escuela y empeñarse en lo social, todo en el nombre de Cristo. Y lo dice claramente a todos. Vida normal la de Xavier, pero en ella Dios hace escuchar su voz: ”Contemplando mi vida y sin saber por qué, ya que no hay nada extraordinario en ella, parece que Dios me haya atraído y llamado. Por mi lado estoy tratando de seguir el camino pese a las dificultades”, escribía el 18/9/1974. Este llamado se hace más apremiante en el encuentro de formación del verano de 1975: “Pienso que Cristo me haya llamado; debo contestarle... Si Él no estuviera conmigo, yo sería un pobre muchacho, solitario e ignorante… Con su ayuda quiero vivir siempre más como cristiano… Ésta es la finalidad de mi vida” (29/7/’75).

Xavier satisface plenamente sus deseos de plenitud de Dios el día 4/10/1975, fiesta de San Francisco de Asís. Volviendo de un paseo en la montaña con tres amigos, se cae improvisamente y muere, ingresando a la fiesta que no tiene fin. `





FOTO:

Volar en alto, cernerse en el cielo límpido y claro de Dios... Fue el ideal de Ninni y de Xavier.

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