Actas_1991_338.ACG


Actas_1991_338.ACG

1 Pages 1-10

▲back to top

1.1 Page 1

▲back to top
del consejo generai
ano LXXII - octubre-dìciembre de 1991
n. 0 338
6rgano oficiaI
de animaci6n
y comunicaci6n
para la
congregaci6n salesiana
Direzione Generale
Opere Don Bosco
Roma

1.2 Page 2

▲back to top

1.3 Page 3

▲back to top
actas
del consejo generai
de la sociedad salesiana
de san juan bosco
ORGANO OFICIAL DE ANIMACION Y COMUNICACION PARA LA CONGREGACION SALESIANA
N. 0 338
ano LXXII
octubre-diciembre de 1991
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES
3. DISPOSICIONES Y NORMAS
4. ACTIVIDADES DEL C. GENERAL
5. DOCUMENTOS Y NOTICIAS
Pagina
CARISMA Y ORACION
3
2.1. Salesianos y movimientos ecle-
siales
38
2.2. La formaci6n del salesiano edu-
cador-pastor en el XXIII CG
44
2.3. Comunicacion social:
La disposicion num. 6 del XXIII
CG
54
No se dan en este numero
4.1. De la cronica del Rector Mayor 64
4.2. De la cronica del Consejo Gene-
ral
64
5.1. Nuevos inspectores
69
5.2. Nuevos difuntos
71

1.4 Page 4

▲back to top
Centrai Catequistica Salesiana
Alcali, 164 - 28028 Madrid
Edici6n extracomercial
Imprime : Gràficas Don Bosco - Arganda del Rey (Madrid)

1.5 Page 5

▲back to top
1. CARTA DEL RECT OR MAY OR
CARISMA V ORACION
lntroducci6n. - Atracci6n de los carismas. - El hombre, en dialogo de oraci6n. - Originalidad
de la orac i6n cristiana. - Por Cristo, con él y en él. - El eje de la oraci6n cristiana es la oraci6n
mental.- Meta de la oraci6n segu n san Francisco de Sales. - Renovemos nuestra oraci6n . -
Tres polos a los que hay que prestar la mayor atenci6n.- Oue nos ayuden el Espiritu y Maria.
Roma, Solemnidad de la Asunci6n de Nuestra Sefiora,
15 de agosto de 1991
Queridos hermanos:
Durante la ultima ses10n plenaria del Consejo
Generai, celebrada los pasados meses de junio y
julio, estudiamos varios aspectos de la vida de las
inspectorfas hoy. Uno de ellos , que de algun mo-
do se vincula con nuestra renovaci6n, fue el si-
guiente : «Espiritualidad salesiana y movimiemos
eclesiales». Es un dato que nos puede hacer refle-
xionar para fortificar nuestra identidad y tam bién ,
en algun caso, para evitar desviaciones .
Se analiz6 la situaci6n . Respecto a la consisten-
cia de la participaci6n de salesianos en determina-
dos movimiencos fue difkil cuancificarla con exac-
titud . Algunos estan en ellos corno asistentes ecle-
si:isticos, especialmente en nuestras parroquias; otros
van esporadicamente a algunas reuniones para in -
formarse ; otros toman parte en ellos explicitamen-
te, aduciendo corno raz6n el deseo de recargarse
espiritualmente; y otros , en fin - espero que sean
pocos-, se adhieren a ellos con tanta fuerza, que
llegan p racticamence a aquella doble pertenencia
que implica falta de estima por la espiritualidad
del propio carisma.

1.6 Page 6

▲back to top
ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 338
4
Nos preguntamos el porqué de esca atracci6n
bacia tales movimientos .
Nos pareci6 que , en diversos casos, puede pen-
sarse en una reacci6n contra el estilo de superfìcia-
lidad que quizas se vive en ciertas casas: una espe-
cie de carencia de autenticidad religiosa en la con-
sagraci6n apostolica, una necesidad sentida de ma-
yor interioridad contra ciertas formas de activis-
mo . Algunos de los que participan en ellos se sien-
ten gratificados, pues dicen que encuentran una
forma de inmediatez evangélica, relaci6n objetiva
profonda y protagonismo espiritual. Sin embargo ,
entre las causas puede figurar también una insufi-
ciente comprensi6n de la naturaleza de nuestra es-
piritualidad, que es realista, sin excesos emotivos ,
equilibrada y operativa, destinada a ser fermento
de la praxis educativa en lo cotidiano. Una espiri-
tualidad en nada inferior a las demas, dado que ,
por encima de las diferentes tipologfas, cada uno
de los modelos de vida espiritual aprobado por
la Iglesia es un camino auténtico de santidad. Ex-
ternamente se reviste de cosas ordinarias : extraor-
dinaria en lo ordinario, corno se nos ha dicho mu-
chas veces, formada por cosas aparentemente pe-
quefias, pero que son elementos organicos de un
conjunto vital, que tiene sus rafces en una fuerte
personalidad espiritual.
Os invito , pues , a considerar con mayor aten-
ci6n la propuesta de nuestra espiritualidad salesia-
na, que venimos profundizando desde hace afios,
y a centrar vuestra atenci6n en el elemento que
da vida a toda interioridad, que es la oraci6n , o,
corno antes se decfa entre nosotros, el «espfritu de
piedad» 1.
Sfrvanos de estfmulo, en asunto tan vital, la con-
memoraci6n del ciento cincuenta aniversario del
inicio del carisma del oratorio de san Juan Bosco
el pr6ximo 8 de diciembre .
1. (f. PEDRO RJ CALDONE.
la Pietà: Vita di Pie-
tà; I'Eucari.rtia, voi. lii ,
serie «Formazione saJe.
siana., colle Don Bos-
co 1955 .

1.7 Page 7

▲back to top
5
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
Atraccion de los carismas
2. Chnstifideles laiCI 24
Es hermoso sentirse implicado en la presencia
renovadora del Espfritu Santo. La actual estaci6n
del pueblo de Dios es una hora carismatica.
Nuestra renovaci6n esta siguiendo desde hace
afios esta lfoea; lo mismo puede afirmarse de ocros
muchos institutos religiosos . Sin embargo, en la
Iglesia han surgido también carismas nuevos bajo
forma de movimientos eclesiales. El Sfoodo que
estudi6 el tema de los seglares (1987) los mencio-
n6 explkitamente 2•
El Papa y los obispos los vieron, en su conjun-
to , corno algo positivo: sacuden la apatia, provo-
can entusiasmo, suscitan creatividad y ponen en
actitud de respuesta evangélica a los retos de los
uempos.
Como en todas las cosas, aunque sean espiritua-
les, esce fenomeno puede prestarse también a ex-
presiones carentes de equilibrio, con fuerte valen-
cia emocional, intimismo acentuado e insistencia
en la gufa directa del Espfritu Santo sin necesidad
de las mediaciones de la autoridad y de la comu-
nidad . Puede, a veces, provocar riesgos en el mis-
mo campo pastora!: o de substituci6n, o de con-
fusi6n , o de monopolio por parte de algunos
grupos.
En este mismo numero de Actas del Consejo
Generai, el vicario del Rector Mayor, padre Juan
Edmundo Vecchi, da algunos cricerios de discerni-
miento de cara al influjo que puede tener en nues-
tra identidad la participaci6n en los referidos mo-
v1m1entos.
El contacto con otros carismas deberfa servir siem-
pre para reforzar la pertenencia al propio . ..
La veniente en que se constata la participaci6n
de los salesianos en tales movimientos es, sobre
rodo, la biisqueda de mayor interioridad y de ora-

1.8 Page 8

▲back to top
ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 338
6
ci6n mas auténtica. Por ello queremos reflexionar
un poco sobre la oraci6n salesiana. Carisma y ora-
ci6n son, entre SI, inseparables y forman juntos
los rasgos de una fisonomfa particular. Todo caris-
ma da un tono propio a la oraci6n y exige un
ejercicio intenso de la misma .
Pero , para reflexionar sobre la oraoon, debe-
mos 1r antes y mas alla de los carismas.
De todos modos, conviene hacer enseguida al-
gunas afirmaciones sobre el relanzamiento de nues-
tro carisma, que sacuden lo Intimo de nuestro ser:
Sin oraci6n no hay, para nadie, sfotesis entre fe
y vida; no hay, para nadie, reciprocidad entre evan-
gelizaci6n y oraci6n; no hay unidad entre consa-
graci6n y profesionalidad; no hay correspondencia
entre interioridad y trabajo . Es decir, sin el alien-
to interior de la oraci6n, el trabajo no es santifi-
cante, la competencia humana no es testimonio
evangélico, los quehaceres educativos no son pas-
torales y el vivir cotidiano no es religioso . Estas
afirmaciones pueden parecer excesivas y hasta ex-
tremosas, pero ponen el dedo en la llaga.
La ausencia de verdadera oraci6n serfa, para no-
sotros, un fracaso en todos los frentes . Nos lo dej6
escrito san Juan Bosco: «La historia eclesiastica nos
ensefia que todas las 6rdenes y congregaciones re-
ligiosas florecieron y promovieron el bien de la
religi6n mientras la piedad se mantuvo vigorosa
en ellas; al ccntrario, hemos visto decaer no pocas
de ellas y otras han dejado de existir. iCuando?
Cuando perdio fuerza su espfritu de piedad y ca-
da uno de sus miembros comenz6 a pensar en sus
propias cosas y no en las de Jesucristo (Flp 2,21),
corno ya san Pablo se lamentaba de algunos cris-
tianos» 3.
3. Reglas y Comtituczones
de la Sociedad de San
Francisco de Sales, In-
troducc i6 n , Turfn
1885.

1.9 Page 9

▲back to top
7
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
El hombre, en dialogo de oracion
Sin embargo, e! ataque de fondo a la orac10n
viene de lejos: procede de la interpretacion secula-
rista del actual giro antropologico que caracteriza
los cambios culturales. La evolucion de los signos
de los tiempos influye directamente en la oracion:
para bien y para mal. Veamos los dos semblantes
antitéticos que la acompafian.
Un sembiante es e! laicista, que interpreta los
valores emergentes solo de manera antropocéntri-
ca: lleva al agnosticismo o a variadas formas de
increencia . En la ciudad secular la oracion esta de-
valuada; la accion lleva al olvido del ser.
El otro sembiante es e! cristiano, que acepta el
giro antropologico y considera al hombre corno ver-
dadero centro del mundo , lo interpreta y le da
sentido: es el protagonista de la historia; lleva en
sr el misterio de ser imagen de Dios : «Al hombre ,
formado a tu imagen y semejanza, sometiste las
maravillas del mundo - proclamamos en el quin-
to prefacio dominical del riempo ordinario-, pa-
ra que, en nombre tuyo, dominara la creacion,
y al contemplar tus grandezas, en todo momento
te alabara, por Cristo, Sefior nuestro».
Asr, Cristo es, con nosotros y por nosotros, el
hombre orante.
La fe cristiana tiene un concepto integrai del
hombre ; no solo lo considera superior a los demas
animales ("homo sapiens"), no solo admira su la-
boriosidad ("homo faber") y capacidad organiza-
dora y administrativa (" homo oeconomicus") y no
se detiene ante los avances de la ciencia y la técni-
ca ("homo technicus"), sino que percibe la digni-
dad suprema de su ser en la capacidad de dialogar
con Dios , a cuya imagen ha sido formado. Reves-
tido de tal dignidad, e! hombre descubre en e!
Creador y Salvador al "tu transcendente " con quien

1.10 Page 10

▲back to top
ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 338
8
entrar en relaci6n; considera el munda corno un
don suyo, y, por tanto, se siente amado y Ueno
de gratitud, convirtiéndose, mediante tal actitud,
en el "liturgo del universo". Con raz6n un estu-
dioso -B . Haring- lo define " homo orans": un
hombre que estima corno nadie la inteligencia y
la cultura, que se dedica a la ciencia y a la técni-
ca , que desarrolla la organizaci6n socia! y la convi-
vencia polrtica, pero que ademas esta convencido
de que todo es no solo objeto que ha de conocer,
promover y aprovechar, sino también don de Al-
gwen que nos ama .
Originalidad de la oracion cristiana
Èntre las muchas defìniciones de la oraci6n quie-
ro recordar la de san Agusdn: la oraci6n es un
dialogo con Dios 4.
Pero , ~qué Dios y qué clase de dialogo?
Al dar respuesta a estas preguntas descubrimos
la originalidad de la oraci6n cristiana. En la base
de todo esta la objetividad del munda, la reali-
dad , la historia . Para rezar, no hay que huir de
la realidad; hay que calar en ella .
Una religi6n simplemente conceptual hacia una
trascendencia mas bien anonima puede desembo-
car en una especie de alienaci6n y reducir la ora-
ci6n a f6rmulas de palabras que se repiten (o se
gritan, corno azuzaba Elfas a los falsos profetas),
sin saber quién escucha: los idolos -dice e!
salmo- tienen ojos pero no ven, tienen baca pe-
ro no hablan.
El cristianismo es propiamente una fe; es decir,
una mirada que penetra en la realidad y se adhie-
re al misterio que capta en personas y hechos his-
t6ricos . De este encuentro brota, en e! hombre ,
la oraci6n corno dialogo de respuesta al tu del Crea-
4. Cf PL 22 , 4 11.

2 Pages 11-20

▲back to top

2.1 Page 11

▲back to top
9
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
5 . f. ROBERT ARON . Cosi
pregava l'ebreo GeHÌ,
Mondadori , 1988.
dar y Salvador, que le ama y lo interpela conti-
nuamente.
Esta fe se centra pienamente en el hombre Cris-
to y, con él , en la historia y en la realidad del
munda.
En Cristo se comprende quién es de verdad Dios
y cuales son las relaciones del munda y de la his-
toria con él; el hombre se siente en la condici6n
de hijo prodigo; descubre que es un pacto de amis-
tad, una alianza que se ha de vivir en dialogo
exaltante .
Asf pues, para hablar adecuadamente de la ora-
ci6n, es preciso considerar ante todo la actitud oran-
te de Cristo, corno maduraci6n de la experiencia
de las antiguas alianzas hist6ricas : Adan, Noé ,
Abrahan, Moisés.
Hay que reconocer que Israel fue el pueblo de
la verdadera oraci6n ; ensefi6 a arar dialogando con
el Dios creador y providente ; era un pueblo muy
realista , que tuvo el privilegio de la experiencia
de Dios en su vida . Las bendiciones, los salmos ,
los diversos ritos y fiestas -expresiones de oraci6n
de este pueblo- hacen sentir la presencia de Dios
en el tiempo y en el munda: se saborean la ben-
dici6n y la alegrfa, la adoraci6n y la acci6n de
gracias , la alabanza y la suplica, la lamentaci6n
y la petici6n de perd6n, la audacia de los senti-
mientos y el peso de las obscuridades, la angustia
de las multiples dificultades y el vivo y convenci-
do sentimiento de confianza: un universo de sen-
timientos humanos y religiosos abiertos a Dios.
Un autor hebreo -Roberto Aron- describe con
detalle lo intensa que era la oraci6n de su pueblo :
llenaba la jornada, la semana y los meses, sazona-
ba el tiempo mediante el dialogo con Dios . El
estudio de este autor ayuda a imaginar la asidui-
dad con que la practicaban los piadosos hebreos
que eran José, Marfa y Jesus 5.

2.2 Page 12

▲back to top
ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 338
10
Vivir sin rezar de forma auténtica y verdadera
significa, por desgracia , no darse cuenta del mis-
terio de la historia y del significado genuino del
mundo .
En el fenomeno de los movimientos hay que
descubrir -corno mérito de especial actualidad-
una fuerte reaccion contra el antropocentrismo im-
perante, tremendamente reductivo de la dignidad
y· de la vocacion humana . Reaccionar contra un
clima que desearfa marginar al "homo orans" es
ciertamente hoy una ensefianza fondamenta! para
la fe .
Por Cristo, con él y en él
Sobre el fondo de esta mirada de conjunto so-
bre la oracion , surge la pregunta: Pero , <qué clase
de dialogo es la oracion cristiana? Dado que éste
se realiza dentro de la Alianza Nueva, hay que
decir que en el centro esta Jesucristo , mediador.
La fe nos une a él , que , con el Padre, envfa su
Espiritu que nos incorpora a él: «Como el sarmiento
no puede dar fruto por sf, si no permanece en
la vid , asf tampoco vosotros, si no permanecéis en
mf. Yo soy la vid , vosotros los sarmientos .. . Si
permanecéis en mf y mis palabras permanecen en
vosotros , pediréis lo que deseéis , y se realizara»6.
La verdadera oracion es - corno la fe - don .
Es simultaneamente persona!, comunitaria y litur-
gica. Tiene una identidad peculiar; para compren-
der sus elementos esenciales conviene concentrar
la atencion en la celebracion de la Eucaristfa.
En ésta hallamos las etapas caracterfsticas que
revelan la dinamica de la oracion cristiana.
- Ante todo, la eleccion de un tiempo a pro-
posito que comienza con una autocritica peniten-
cial, sostenida por la confianza en la misericordia
6. cc Jll(m 15. 1-6 .

2.3 Page 13

▲back to top
11
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
7. 1 Juan 4. 10 .
s. Plegario eucaristica lii.
del Padre: es muy importante la actitud smcera
de humildad frente a las propias faltas y limita-
c10nes.
- Le sigue un espacio de escucha de la palabra
de Dios, que tuvo la iniciativa de amarnos, 7 y un
comentario de meditaci6n que proyecta, cuanto su-
giere el Sefior, en la actualidad de la propia vida
( jfunci6n iluminadora de la homilfa!).
- A continuaci6n tiene lugar el simbolismo con-
viva/ del ofenorio y de la mesa, que en el dialogo
introduce el ofrecimiento de sf mismo y del pro-
pio trabajo mediante el simbolismo del pan y del
vino (cosas pequefias, pero significativas : jSe con-
veniran en comida y bebida de vida eterna!): orien-
ta la oraci6n hacia la actitud de la donaci6n de
sf mismo.
- Comienza, después, el dialogo personalizado
con el tu del Padre («Te igitur»): es el gran amigo
a quien se dirige roda la celebraci6n y de quien
se proclaman las maravillas de un amor que crea,
libera y transforma (adoraci6n, alabanza , acci6n de
gracias , confianza).
- Se llega, asf, a la cumbre de la celebraci6n
en el memoria/ que, por el poder del Espfritu San-
to, hace presente -aquf y ahora- los aconteci-
mientos pascuales de Cristo , hermano solidario de
todos : es el supremo acro humano de donaci6n
de sf en la respuesta del hombre a Dios ; es el
momento supremo de la liturgia de todos en Cris-
to; es la cumbre de la Alianza; es la existencia
entregada: «Para que , fortalecidos con el Cuerpo
y la Sangre de tu Hijo y llenos de su Espfritu San-
to, formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo
espfritu. Que él nos transforme en ofrenda per-
manente» S .
- Se reza, a continuaci6n, el Padrenuestro con
sus dos aspectos de adoraci6n y de petici6n. En
la primera pane , conocida, por la escucha, la bon-

2.4 Page 14

▲back to top
ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 338
12
dad infinita del Padre, el coraz6n prorrumpe en
la proclamaci6n mas bella de la esperanza: «Santi-
ficado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino,
hagase tu voluntad». En la segunda, teniendo cla-
ra la conciencia de las situaciones concretas de le
existcncia, brota espontaneo el «danos hoy», que
con realismo incluye en la oraci6n los hechos y
la historia (deudas, perd6n, tentaciones, etc.); el
Sefior sabe que somos fragiles .. .
- Por ultimo , se realiza la comuni6n con el
sacramento del pan y del vino, a fin de ser, jun-
tos, un unico cuerpo y vivir y actuar en favor de
la salvaci6n de los demas . Con raz6n la celebra-
ci6n termina con al envio a la misi6n, para cola-
borar, mediante las obras y la vida, a la piena
realizaci6n de la Alianza.
Creo que resulta iluminadora esta mirada sinté-
tica a la celebraci6n eucaristica, cuando nos pro-
ponemos profundizar en la naturaleza peculiar de
la oraci6n cristiana. Llama inmediatamente la aten-
ci6n el hecho de que se parta de la humildad de
la escucha y se llegue a la misi6n , después de pa-
sar por la incorporaci6n viva al misterio de Cristo,
haciéndose hijos en el Hijo y solidarios con todos
los hermanos . De ese modo, el "homo orans",
recuperada con creces la dignidad de su primer
origen, hace que en sf resplandezca la imagen de
Dios.
El eje de la oracion cristiana es la oracion mental
Para el creyente , en el dialogo de la Alianza
es imprescindible empezar con una actitud de es-
cucha, preparada por la humildad penitente. La
autenticidad de la oraci6n tiene su rafz, corno pri-
mer inicio de respuesta , en una expen·encia perso-
na/ de Dios. Pensemos, por ejemplo, en Moisés

2.5 Page 15

▲back to top
13
9. Apocal,psù 3. 20 .
10 . Hebreo.r 4. 12 .
11 Mateo 6. 6 .
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
ante la zarza ardiente. Se trata de una actitud de
descubrimiento y corno de sorpresa. Es el Sefior
quien dice : «Mira que estoy a la puerta llamando:
si uno me oye y me abre, entraré en su casa y
cenaremos juntos» 9.
Esta actitud de escucha atenta se muestra parti-
cularmente fecunda en la forma de oraci6n que
llamamos "oraci6n mental", cuya forma mas per-
fecta se debe a los grandes santos del siglo de oro
espafiol. La oraci6n menta! no es en absoluto un
ejercicio reservado a monjes y ermitafios, sino el
fondamento mismo de toda oraci6n, ya que la fe
es ante todo escucha. No hay oraci6n, igual que
no hay vida de fe, si no intervienen la conciencia
y la libertad de cada uno. Nuestra misma expe-
riencia personal nos dice que los momentos, a me-
nudo mas intensos, de la oraci6n son los de la
interioridad persona!: de la meditaci6n mas que
de los sentimientos , de silencio mas que de locua-
cidad, de contemplaci6n mas que de razonamien-
to: «La palabra de Dios es viva y eficaz, mas ta-
jante que espada de doble filo »10
«Cuando tu vayas a rezar -dice e! Evangelio-,
entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu
Padre que esta en lo escondido, y tu Padre , que
ve en lo escondido, te lo pagara»11 .
Esto no va contra la oraci6n comunitaria, tan
importante, que tiene en la celebraci6n eucaristica
la expresi6n eclesial mas perfecta, sino que subra-
ya cual es la condici6n previa y también la auten-
ticidad de participaci6n en ella.
La oraci6n menta! pasa gradualmente de la me-
ditaci6n a la contemplaci6n ; es una actitud inte-
rior por la que se entra en relaci6n con el amor
de Dios.
Santa Teresa la describe corno trato de amistad
con e! Sefior .
Pablo VI la presenta asf: «El esfuerzo de fijar

2.6 Page 16

▲back to top
ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 338
14
en Dios la mirada y el coraz6n, que llamamos con-
templaci6n, es el acto mas elevado y pieno del
espfritu, el acto que todavfa boy puede y debe
jerarquizar la inmensa piramide de la actividad
humana» 12 .
No debemos pensar que la contemplaci6n, en
la que desemboca la meditaci6n, es una actitud
reservada a unos pocos privilegiados . No se trata
aquf de presentarla con difkiles definiciones abs-
tractas, ni de enumerar sus diversos modos y gra-
dos con sus delicados problemas, sino de mirar
el ejemplo de los santos que han vivido nuestra
misma espiritualidad. Para tener una imagen con-
creta, nos basta mirar a san Juan Bosco: «Lo estu-
diamos e imitamos admirando en él una espléndi-
da armonia entre naturaleza y gracia. Profonda-
mente humano y rico en las virtudes de su pue-
blo, estaba abierto a las realidades terrenas ; pro-
fondamente hombre de Dios y lleno de los dones
del Espfritu Santo, vivfa corno si viera al lnvi-
sible» 13 .
La meditaci6n se hace contemplaci6n cuando el
amor, nacido en la escucha, se impone y hace en-
trar directamente en el coraz6n del Padre 14 .
I 2. PABLO VI, 7 de diàem -
bre de 1965.
13. Constituciones 21.
I4. Cf. Constituciones 12.
Meta de la oracion segun san Francisco de Sales
Llegados a este punto, podemos dar otro paso
adelante para entender a fondo la intensidad orante
del ' 'da mihi iinimas' ', que es lo que inspira la
oraci6n de san Juan Bosco. Nos referimos al pro-
fondo testimonio e iluminaci6n de san Francisco
de Sales. Su oraci6n lo llevaba a una uni6n con
Dios que se hacfa vida incansablemente apostoli-
ca, a la vez que profondizaba en su naturaleza
con agudas reflexiones doctrinales .
Lo hizo con una originalidad impresionante, so-

2.7 Page 17

▲back to top
15
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
bre todo en dos libros de su Tratado del amor
de Dios, el sexto y el séptimo : obra muy estimada
por las primeras generaciones de nuestra Congre-
gaci6n . Aunque en sus reflexiones emplea el tér-
mino "éxtasis", no le da el signifìcado de pérdi-
da de la conciencia o liberaci6n de la realidad,
corno sucede en ciertos fen6menos paramisticos;
nuestro santo Obispo no es indulgente con evasio-
nes emotivas, que podrfan ser alucinatorias y re-
ducirse a vanas ilusiones .
«Cuando encontramos una persona -escribe-
que en la oraci6n tiene raptos que la llevan fuera
de si y sube hasta Dios, pero no posee el éxtasis
en la vida -o sea , no conduce a una vida elevada
y unida a Dios, con la mortifìcaci6n de los deseos
mundanos, de la voluntad y de las inclinaciones
naturales, por medio de una àulzura interior, de
sencillez y humildad , y, sobre todo, por una cari-
dad continua-, créeme, Te6timo, todos sus rap-
tos son muy dudosos y llenos de peligros; son rap-
tos capaces de suscitar admiraci6n en los hombres,
s.I SAN FRANCISCO DE S A-
lES. Tratado del am or
de 0101, Ed . Paoline ,
1989 . piig. 527 (libro
VII . cap . VII ).
pero no santifìcan a quien los experimenta»15 .
Con el término '' éxtasis'' san Francisco de Sales
profundiza la meta a que debe llevar la oraci6n
mental. La meta es aquel rapto, aquel salir fuera
de uno mismo por el que Dios nos atrae y nos
eleva hasta si; a tal rapto le da el nombre de éxta-
sis, en cuanto que por su medio permanecemos
por encima de nosotros mismos.
San Francisco alcanza, en estas reflexiones, el
punto mas alto de su analisis sobre la espirituali-
dad que, por él, se llama "salesiana" .
La oraci6n conduce a una actitud interiot que
va mas alla del dialogo y se hace amor unitivo.
La respuesta del yo al tu ya no es ni palabra ni
sentimiento, sino intercambio de vida: la salida
de si hacia el amado; no es vaciamiento, sino ple-
nitud gozosa que hace experimentar lo que afìrma

2.8 Page 18

▲back to top
ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 338
16
e! Ap6stol : «Ya no vivo yo, vive en mf Cristo» 16 .
Una vida que supera la motivaciones y fuerzas hu-
manas, porque se alimenta de Dios. La oraci6n
desemboca, asf, en la caridad,· es su camino im-
prescindible , es su madre fecunda; pero madre que
se olvida de s1 misma en favor de la plenitud de
vida que ha engendrado, o esa, la ''uni6n con
Dios" .
Este amor unitivo -afirma, en efecto, san Fran-
cisco de Sales- ya no se mide solo en la oraci6n,
que hasta podrfa resultar quietismo ; tampoco se
identifica simplemente con cualquier trabajo, que
podrfa ser mero activismo, sino que se hace vida
y acci6n de caridad; cuida mas las intenciones que
las palabras. No es vivir en nosotros, sino por en-
cima de nosotros ; «y corno nadie puede salir asf
por encima de s1 mismo , si no le atrae el Padre
eterno Un 6,44) , quiere decir que tal modo de
vivir debe ser un rapto continuo y un éxtasis ince-
sante de acci6n y de actuaci6n» 17. De ahf la ne-
cesidad de renovar a menudo la oraci6n, para ase-
gurar el amor unitivo, que no es diffcil y comien-
za por los grados mas bajos y crece sin lfmites.
San Francisco de Sales indica tres clases de rap-
to en la oraci6n, tres éxtasis. «Uno -afirma- se
refiere al entendimiento, el segundo al afecto y
el tercero a la acci6n» . El tercero -es decir, «el
éxtasis de la vida y de la acci6n- corona los otros
dos , que , sin él, resultarfan incompletos. No ha
existido ningun santo que no haya tenido el éxta-
sis o rapto de la vida y de la acci6n, superandose
a sf mismo y sus propias inclinaciones natu-
rales» 18 .
Es cierto que e! éxtasis del entendimiento, de-
bido al encuentro con una verdad iluminadora,
puede nutrir una contemplaci6n especial, y tam-
bién que el éxtasis del afecto puede despertar un
entusiasmo de fervor por encima de s1 mismo; no
16. Galatas 2. 20 .
17. o.e.. p. 525 (libro VII.
cap . VI).
18. o.e.. p . 528 (li bro VII .
cap. VII )

2.9 Page 19

▲back to top
17
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
19. o. c., p . 427 (li bro VI,
cap . I. )
obstante , ambos se ordenan a que broten el testi-
monio de la vida y la colaboracion de la accion ;
estan ligados al tercero, aunque, por desgracia , no
necesanamente .
Si el rapto de la inteligencia -dice el Santo-
es mas hermoso que bueno, mas especulativo que
afectivo , mas de ciencia que de vivencia , mas de
vista que de gusto y sabor, resulta muy dudoso .
Y si el rapto del afecto es mas de sentimiento
que de compromiso, mas de fervor en la admira-
cion que de sacrificio de sf mismo, mas de sensi-
bilidad que de trabajo , mas dulce que practico ,
aparece peligrosamente superficial.
«Dos son los principales ejercicios de nucstro
amor a Dios, escribe: uno afectivo y otro efectivo .
En virtud del primero amamos a Dios y lo que
él ama; en virtud del segundo servimos a Dios
y hacemos lo que él nos manda .. . Por el primero
concebimos, por el segundo engendramos; con uno
ponemos a Dios en nuestro corazon ... , con el otro
lo ponemos en nuestros brazos corno una espada
de amor mediante la que realizamos todos los ac-
tos de virtud»19. Y afiade: «Hay inspiraciones ce-
lestiales, para cuya actuacion no solo es preciso que
Dios nos eleve por encima de nuestras fuerzas, si-
no que también nos eleva por encima de los ins-
tintos e inclinaciones de nuestra naturaleza. En efec-
to, dichas inspiraciones, aunque no son contrarias
a la razon humana, la superan, estan por encima
de ella y le son superiores : de modo que en ese
caso ya no vivimos solo una vida civil , honesta
y cristiana, sino una vida sobrehumana, espiritual ,
devota y extatica, es decir , una vida que , en cual-
quier caso, esta fuera y por encima de nuestra con-
dicion natural ...
«Abandonar todos nuestros bienes, amar la po-
breza, llamarla y tenerla por sefiora encantadora ,
considerar los oprobios, el desprecio, la abyeccio-

2.10 Page 20

▲back to top
ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 338
18
oes, persecuciooes y martirios corno felicidad y bie-
oaventuraoza, mantenerse eo los Hmites de una
castidad absoluta, y, por ultimo, vivir en el muo-
do y, eo esta vida monal, ir contra todas las opi-
oiooes y maximas del muodo y contra la corriente
del rfo de esta vida, con habitual resigoaci6o, re-
ouocia y aboegaci6o de oosotros mismos, no es
vivir seguo la naturaleza humaoa , sino por eoci-
ma de ella»20
La uoi6o con Dios es , por tanto, la verdadera
meta de la oraci6n. Tiene muchos grados y crece
sin cesar; empieza sieodo pequefia y con careo-
cias, pero madura poco a poco; es «una luz que
aumenta con el alba del dfa».
Estas reflexiooes de san Francisco de Sales oos
iotroduceo eo el realismo de la oraci6o salesiana.
Un estudioso del Santo -Aodrés Ravier- afir-
ma que esta profonda visi6o, fruto de la viveocia
persona! , foe eo su tiempo una especie de vuelco
mental. «De golpe, la devoci6o ( = espiritualidad)
quedaba liberada de las cooocidas controversias que
vefao opuestas contemplaci6o y acci6o, culto in-
terno y culto exteroo , piedad y juridicismo cao6-
oico , ascesis y mistica, servicio a Dios y servicio
a los hombres y, mas profondamente, el mooje
y el seglar»21.
Podemos recordar aqur alguoas afirmaciooes de
san Juao Bosco y de sus sucesores sobre la impor-
tancia que para oosotros tiene el testimonio y la
doctrina de san Francisco de Sales .
«Si los salesiaoos -deda ouestro Fuodador eo
una coofereocia-practicarao realmente la religi6n
corno la enteodfa san Francisco de Sales, con su
mismo celo, con su caridad , con su maosedum-
bre ... , entonces si que podrfa eoorgullecerme y ha-
brfa motivo para esperar un bien iomeoso eo el
muodo . Es mas, me atreverfa a decir que el mun-
do veodrfa detras de oosouos» 22
20 . o. c. , p. 523. 524 (li-
bro VII . cap . VI).
21. s·, FR.ANço,s oE s,L.Es.
Oeu vrs, Bzbliolèque de
la P/éaide, Ed . Gal Ii-
mard. 1986 : lntrodu c•
tion à la vie devote•,
p. 8.
22 . Memon'as Bzograficas
Xli. 630 : cf. 30 .

3 Pages 21-30

▲back to top

3.1 Page 21

▲back to top
19
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
Don Pablo Albera, segundo sucesor, hablo con
frecuencia de nuestro Patron. En la circular sobre
el "espfritu de piedad" se refiere a la practica de
la oracion continua, e insiste particularmente en
que se viva en la Congregacion la «piedad activa
de que trata a menudo san Francisco de Sales y
que fue el secreto de la santidad de Don
23 . lettere di don Paolo
Albera, edici6n de
Bosco» 23.
1965. p . 40.
El beato Felipe Rinaldi, tercer sucesor, refirién-
dose a la indulgencia del trabajo santificado , es-
cribfa: «Observad que este favor se nos ha conce-
dido en el tercer centenario de la muerte de nues-
tro celestial patron, san Francisco de Sales, cuya
suave doctrina esta totalmente impregnada de este
alentador pensamiento. Podrfamos llamarlo tam-
bién el ap6stol de la santificaci6n del momento
24 . Actar del Capitulo Su -
perior, ano 1923,
presente» 24 .
num . 17, p . 36.
Para san Francisco de Sales, por lo tanto, la ora-
cion es imprescindible para llegar, en Cristo, al
amor unitivo con el Padre ; de aquf brota aquella
energfa que es la caridad pastora/: «la caridad que
es corno el alma de todo apostolado», dice el
25. Apostolicam actuosita-
tem 3.
Concilio 25 . Sr,
iel alma del apostolado salesiano
26. Cf. Comtituciones IO. es la caridad pastora}! 26 . He ahr la meta a la que
debemos tender en la renovacion de nuestra
oracion.
Ésta no se caracteriza por especiales expresiones
externas; no tiene nada de afectado en sus actitu-
des ; no pone el acento en elevadas reflexiones in-
telectuales , aunque se nutra de ellas; no da el pri-
mer puesto a manifestaciones singulares o raras de
sentimientos, aunque mueve profondamente los
afectos del corazon; se centra en la identificacion
efectiva con la voluntad salvadora de Dios para
convertirla en actitudes practicas. Sus contempla-
ciones intelectuales y sus sentimientos los orienta
hacia la mision de salvacion . Como dice san Fran-
cisco de Sales, mediante ellos concibe para engen-

3.2 Page 22

▲back to top
ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 338
20
drar; es decir, para hacer que la sangre pase del
corazon a los brazos y a las manos.
Creo que aquf sera util recordar que esta doctri-
na de nuestro Patron coincide substancialmente con
los maximos maestros de la union con Dios: santa
Teresa de Jesus y san Juan de la Cruz, de cuya
muerte celebraremos el cuarto centenario el proxi-
mo mes de diciembre. Ambos santos testimonia-
mo y comunicaron la experiencia de Dios que los
acompafio en la diffcil empresa de reformar reli-
g10sos .
No obstante la profonda diferencia entre caris-
ma carmelitano y salesiano, nos encontramos en
la misma meta del amor unitivo. Coincidencia que
proclama esta verdad: una union con Dios conver-
tido en todo y un vaciamiento del yo, que se ha
hecho nada hasta el punto de afirmar: «Vivo sin
v1vu en mf».
Es otro modo de hablar de un mismo éxtasis.
Renovemos nuestra oraci6n
A la luz de las reflexiones de san Francisco de
Sales , resulta evidente que carisma de san Juan
Bosco y oracion salesiana son redprocamente inse-
parables : constituyen una unidad vital, de manera
que ninguno de los dos aspectos tiene sentido sin
el otro , pues se funden en un solo semblante es-
piritual.
Nuestros ultimos capftulos generales tuvieron co-
rno objetivo el relanzar el carisma del Fundador
a la nueva orbita conciliar; y el Vaticano II co-
menzo su providencial giro precisamente renovan-
do la oracion de la Iglesia, corno para indicar que
el relanzamiento de cualquier carisma debfa em-
pezar dando el primer puesto a la renovacion de

3.3 Page 23

▲back to top
21
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
27. In dialogo con il Sig -
nore. LDC , 1990. pa-
ra las inspecto rias de
Italia. pp . 7-15 .
28. Ibfdem, pp . 20-21.
la oraoon , devolviéndole asf su papel vitalizador
en la comuni6n eclesial de los creyentes .
Por ello nos esforzamos en dar un salto de cali-
dad al renovar nuestra oraci6n. La hermosa intro-
ducci6n a la gufa para la oraoon de la
comunidad 27 nos presenta una cuidada sfmesis del
camino hecho por la Congregaci6n en el tema de
la practicas de piedad. En ella se destaca clara-
mente tanto e! pensamiento genuino de san Juan
Bosco, corno la renovaci6n profonda querida subs-
tancialmente por e! Capfrulo Generai Especial y
la continuidad de una tradici6n viva que procede
del Fundador con la capacidad de adecuarse a los
nuevos tiempos eclesiales.
Ha sido un trabajo delicado y bien hecho ; tras
una experimentaci6n de dos sexenios, qued6 codi-
ficado por e! XXII Capftulo Generai en las Cons-
tituciones renovadas .
Es cierto que la oraci6n cristiana -corno la vo-
caci6n global de la Iglesia y la naturaleza espedfi-
ca de la fe- es substancialmente com(m a todos
los creyentes; sin embargo, igual que en la litur-
gia influyen las diferencias culturales y las sanas
herencias hist6ricas, de modo similar en las diver-
sas clases de oraci6n inciden las peculiaridades del
carisma del Fundador y la confirmaci6n de las tra-
diciones genuinas que lo han arraigado en el
mundo .
Ante el teto del secularismo actual y los valien-
tes ejemplos de reacci6n cristiana dados por diver-
sos movimientos eclesiales, debemos preguntarnos
en qué consiste, para nosotros, y c6mo vivimos
la oraci6n renovada : cuales son los nucleos vitales
que hay que cuidar para que constituya de verdad
e! aliento actual de nuestra vocaci6n.
«La orac10n -leemos en la mencionada
introducci6n- 28 es el lugar de lo absoluto , el lu-
gar de Dios; o, para mayor precisi6n , e! lugar en

3.4 Page 24

▲back to top
ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 338
22
que la palabra de Dios cobra su sentido y, con
ella, toda nuestra existencia. Lugar de la identi-
dàd y de los dialogos verdaderos, en los que nues-
tro misterio toca el de Dios ...
«Si la oraci6n debe ser realidad humana, no pue-
de no brotar de la historia en un momento y un
espacio preciso, no puede no hacerse practica, ejer-
c1c10».
Si ahora miramos el texto que la Regla dedica
a nuestro '' dialogo con el Sefior'' , podremos su-
brayar mejor sus aspectos mas caracter:isticos y vi-
tales .
Empecemos diciendo que el capftulo séptimo de
las Constituciones no esta colocado "después", co-
rno si se tratara de un tema de menor importan-
cia; se halla al final de la segunda parte corno
en su vértice, cual sfntesis vital de cuanto le pre-
cede; corno para decir que la misi6n, la comuni-
dad y la practica de los consejos evangélicos (es
decir , nuestro éxtasis de vida y de acci6n) , por
su misma naturaleza de participaci6n en el miste-
rio de la Iglesia, no pueden vivirse sin la energia
de la uni6n con Dios y de la caridad pastora! que
proceden de la oraci6n.
Lo primero que debemos subrayar es que el mo-
delo al que tenemos que mirar es indudablemen-
te san Juan Bosco: «De él aprendemos»29.
Leamos jumos una pagina del Comentario de
la,s Constituciones: «Habitualmente se nos presen-
ta a san Juan Bosco corno modelo de acci6n ; me-
nos veces se nos habla de él corno modelo de ora-
ci6n ... [En cambio ,] abundan los testimonios so-
bre [su] espfritu de oraci6n . Puede afirmarse -
declar6 Julio Barberis- "que rezaba siempre. Lo
vi - podrfa decir- rezar cientos de veces al subir
y bajar la escalera. También por la calle rezaba .
En los viajes, cuando no corregfa pruebas de im-
prenta, lo vefa en oraci6n'' . Y el beato Miguel
29. Constituclones 86 .

3.5 Page 25

▲back to top
23
1. CARTA DEL RECTOR MA YOR
30. FJ proyecto de v,da de
los Sa/esianos de Don
Bosco: guia de lectura
de las Constituciones
sa/esianas, Roma (Ma-
drid), 1986. pp.
74 1- 742.
31. Nota: Convendria leer
de cuando en cuando
el precioso esrudio de
Eugenio Ceria Don
Bosco don Dros.
32. Constùucrones 86.
33. Cf. arrs . 86, 87, 89,
92 .
34. Constituc,ones, 95.
Rua ari.ade: "Muchas veces lo sorprendi recogido
en oraci6n durante los breves instantes en que se
hallaba solo, necesitado de un poco de descan-
so".. . Le daba [a la oraci6n] la precedencia abso-
luta ... "S6lo se comienza bien -afirmaba- desde
el cielo '' .
«La oraci6n era para él la "obra de las obras",
porque la oraci6n "obtiene todo y triunfa de
todo"» 3o 31_
El cardenal Cagliero declar6: «Don Bosco reza-
ba siempre, porque todo lo que hacfa estaba diri-
gido bacia la gloria de Dios y lo realizaba en su
presencia. Por lo tanto, oraci6n era para él tam-
bién el trabajo continuo, santo e increible: con
admirable perfecci6n unfa vida contemplativa y
acuva».
El aspecto de fondo que resàlta en nuestro Fun-
dador es «que de modo espontaneo enlazaba la
oraci6n con la vida» 32 , caracteristica en la que in-
sisten varios articulos de nuestras Constituciones 33 ,
hasta el punto de afirmar que debemos capacitar-
nos para «celebrar la liturgia de la vida [logrando]
"aquella laboriosidad incansable ... que debe ser
la caracteristica de los hijos de san Juan
Bosco'' »34 .
Tal caracteristica supone un estilo de oraci6n he-
cho de sencillez, gozo y esperanza ; sin dar cabida
a manifestaciones un tanto raras, pero cuidando
el clima atractivo (esplendor de la liturgia) que
insensiblemente lleva al gusto del sacrificio en la
donaci6n de si mismo.
El artkulo 12 de las Constituciones describe ex-
plkitamente la meta de nuestra oraci6n : «Al tra-
bajar por la salvaci6n de la juventud», el salesiano
vive la experiencia de la alianza, «ora ininterrum-
pidamente» «haciendo todo por amor de Dios».
Vale la pena incluir aquf algunas lrneas del men-
cionado Comentario. «Para entender la profondi-

3.6 Page 26

▲back to top
ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 338
24
dad de esta ... union con Dios, debemos recordar
la gracia de unidad, explicada a proposito de nues-
tra vocacion, que no se situa primeramente en las
actividades ni en las practicas de piedad, sino en
lo Intimo de la persona, cuyo ser impregna por
completo: antes de traducirse a hacer o a rezar
es un modo espiritual de ser dinamico, en cuanto
que es participacion consciente en el amor de Dios
mediante la donacion de s1 mismo y la disponibi-
lidad practica para la obra de salvacion. Es una
actitud interior de caridad que tiende a la accion
apostolica, donde se concreta, se manifiesta, crece
y se perfecciona» 35.
Asr se coloca por encima de la famosa distin-
cion entre contemplaci6n y acci6n: dos términos
que la tradicion nos ha transmitido juntos, corno
para asegurarnos que el sentido de cada uno de
ellos brota de su conjunci6n y no de su separa-
cion. Lo afirma también el Concilio cuando habla
del ministerio sacerdotal 36.
La significativa expresion del jesuita jer6nimo
Nadal: «simul in actione contemplativus», referida
a su fundador san Ignacio (MHSI, Epistolae et Mo-
numenta P. J. Nadal, V, 162), nosotros la inter-
pretamos a la luz de la vivencia de san juan Bos-
co, nuestro modelo, que hizo del "da mihi ani-
mas " el testimonio de toda su vida, tanto en la
contemplacion corno en la accion, y fuertemente
también en la pasion, es decir, en la actitud cons-
tante que él llamaba «martirio de caridad y de
sacrificio por el bien del projimo» 37.
Esta modalidad salesiana brilla con especial cla-
ridad en la vida de santa Marfa-Dominica Mazza-
rello, cofundadora del lnstituto de Hijas de Marfa
Auxiliadora 38 , que supo asimilar, corno por ins-
tinto, el secreto de la interioridad apostolica de
san juan Bosco, manifestada ya en aquellos pri-
meros consejos del Padre: «Rezad sr, pero haced
35. FJ Proyecto de vida de
los Salesianos de Don
Bosco: Gufa de lectu-
ra de /as Constitucio-
nes renovadas, Roma
(Madrid) , 1986, p .
193.
36. Cf. Prebyterorum ordi-
nis 14 .
37. Cf. Actas del Consejo
Supen'or, num . 308,
abril-junio de 1983:
«Manirio y pasi6n cn
d espiritu apostolico
de Don Bosco•.
38. Cf. Actas del Consejo
Superior, num. 301 ,
julio-septiembre de
198 1: «Descubrir el es-
piriru dc Mornese•.

3.7 Page 27

▲back to top
25
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
39. PEDRO RICA LDON>.. o.
c.. p . 316.
el mayor bien que podais, especialmente a la ju-
ventud»; «creced en el ejercicio de la presencia de
Dios; amad el trabajo ; llevad a todos amabilidad
y alegria ; sed en la Iglesia auxiliadoras para la sal -
vacion ».
Nuestro Fundador trazo el rasgo mas caracterfs-
tico de una hija de Maria Auxiliadora cuando afir-
mo: «En ella deben caminar al mismo paso la vi-
da activa y la contemplativa , imitando a Marta y
a Maria, la vida de los apo.stoles y la de los an-
geles».
Es un estfmulo para los salesianos e! ver en san-
ta Maria-Dominica Mazzarello las caracteristicas de
nuestra interioridad, llevadas a alturas de intensi-
dad con sencillez por un corazon enriquecido con
los preciosos valores femeninos.
«Verdaderamente -escribe don Pedro
Ricaldone- , en Maria-Dominica Mazzarello "des-
collaba un espfritu de piedad tal, que era facil
descubrir que siempre vivia en presencia de Dios,
no solo durante la oracion vocal y la meditacion ,
sino también en los quehaceres materiales . Asegu-
raron sus hijas que "viendo a la Madre, se veia
un alma que revelaba a Dios... con una sencillez
tao limpida, que el amor de Dios parecia en ella
algo natural" »39 .
Resumiendo, pues: Para renovar hoy la oracion
debemos convencernos, ante todo , de que el caris-
ma apostolico de san Juan Bosco nos pide tender
fuertemente hacia la uni6n con Dios, es decir, cui-
dar todas las expresiones de oracion, «en dialogo
sencillo y cordial», que nos lleven al amor de ca-
ridad. Tenia razon el Santo Padre Juan Pablo II
cuando, hablando a los capitulares aquel recorda-
do 1 de mayo de 1990, afirmo: «Cuanto mas con-
tempie un salesiano e! misterio del Padre infinita-
mente misericordioso, del Hijo generosamente her-
mano y del Espfritu Santo poderosamente presen-

3.8 Page 28

▲back to top
ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 338
26
te en el mundo corno renovador, tanto mis se sen-
tira apremiado por este insondable misterio a dar-
se a los j6venes para que maduren humanamente
y se salven»40 .
40 . XXIII Capfrulo Gene-
ra! , num . 33 2.
Tres polos a los que hay que prestar
la mayor atenci6n
Pero debemos preguntarnos hoy si la renovaci6n
de la oraci6n la hemos tornado efectivamente en
serio todos los salesianos y en todas las comunida-
des . No es arriesgado reconocer que hay en nues-
tra Congregaci6n zonas atrasadas, que plantean di-
ficultades e interrogantes. Asf, en lugar de saber
aprovechar las experiencias de otros, asimilandolas
y armonizando sus valores con las exigencias de
nuestro carisma, se las confronta negativamente con
los ejemplos de una comunidad tibia. El formalis-
mo en las practicas de piedad, la mentalidad ruti-
naria, el peso negativo de alguna casa disgregada
en la observancia de las practicas de piedad, la
ausencia del tema vita! de la oraci6n en la forma-
ci6n permanente, el no dar la importancia que
merecen los tiempos fuertes, la falta de cuidado
de la genuina renovaci6n liturgica , la crisis de la
penitencia y el baj6n de la ascesis -precisamente
cuando en la Iglesia se esta experimentando una
hora especial del Espfritu Santo- pueden ayudar-
nos no poco a entender por qué en ciertos casos
se busca en otras partes algo tan vita!.
Resulta verdaderamente improrrogable cuidar mas
la renovaci6n de la oraci6n. Para lograrlo debemos
apoyarnos en tres polos dinamicos, complementa-
rios entre sf, aunque pertenecen a tres niveles dis-
tintos: la persona en la oraci6n menta! y en la
ascesis, la comunidad en la incorporaci6n a Cristo
mediante la liturgia , y la presencia ministerial en-

3.9 Page 29

▲back to top
27
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
tre los destinatarios en la accion apostolica y cari-
tativa. Se crea entre estos polos una especie de
drculo dinamico con mutua reciprocidad para in-
tensificar la caridad pastora!.
Pero, antes de nada , hagamos una observacion
preliminar, que nos ayude a valorar mejor la aten-
cion que debemos prestar a estos tres polos .
La union con Dios, que esta en el centro de
todo , tiene una escala de expresiones muy amplia,
que van de la contemplacion que llamamos ad-
quirida (con diferente intensidad) a la que damos
el nombre de infusa (hasta llegar a altos grados
misticos) . Todos la pueden alcanzar en mayor o
menos medida.
Las reflexiones de san Francisco de Sales nos ayu-
dan a medir la intensidad de nuestra union con
Dios para dedicarnos a elevar su nivei. Hemos vis-
to el sig_!lificado del uso que hace el término "éx-
tasis'' . Este implica un salir fuera de uno mismo
para vivir en Cristo . Pues bien, aplicando el con-
cepto de "éxtasis de la vida " a nuestra conviven-
cia en comunidad , a nuestra practica de los conse-
jos y a nuestra comunion en un solo corazon y
una sola alma , sera fa.cii medir hasta donde llega
la verdad del éxtasis cuando en nosotros descubri-
mos rasgos de individualismo, arbitrariedad, frial-
dad , compensaciones peligrosas, etcétera. Igualmen-
te, aplicando el concepto de "éxtasis de la accion "
a nuestro trabajo, una verificacion objetiva nos hara
encontrar facilmente no pocos defectos que nos sa-
can de nosotros : egoismo, susceptibilidad , inten-
ciones no sobrenaturales , coò.cesiones a la soberbia
y a la concupiscencia, activismo sin testimonio, et-
cétera .
Este examen de conciencia nos invita a centrar-
nos en los tres polos indicados , a fin de que ex-
presen de verdad nuestra caridad pastora! de union
con Dios: mas oracion, mas vida consagrada y mas

3.10 Page 30

▲back to top
ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 338
28
calidad pastora! avanzan juntas. Asf descubrimos
que el tema de la oracion debe ser, de hecho,
un compromiso constante y siempre renovado y
cuidado por cada salesiano y por cada comunidad .
Es e! aspecto formativo mas vita!, que requiere
atencion , revision y permanente pedagogfa de cre-
cimiento . Nos obligara a individuar criterios prac-
ticos para coordinar vida de comunidad y accion
apostolica en fntima armonfa con la practica de
la oracion . No hacerlo perjudicarfa no solo e! tes-
timonio de la comunidad orante , sino también su
realidad de vida consagrada y su eficacia pastora!.
Tres polos, pues, que se incluyen mutuamente ,
que miden su vitalidad en una constante relacion
redproca, que tiene corno fuente primera la ora-
cion y corno meta la caridad .
Deda san Juan Bosco -ya lo hemos visto- que
«solo se comienza bien desde el cielo». Leemos en
la lmitacion de Cristo : «Dejados a nosotros mis-
mos , nos hundimos y perecemos; si tu nos visitas ,
vivimos y nos levantamos. Sr, somos verdaderamen-
te inestables, pero tu nos das estabilidad ; nos de-
jamos arrastrar por la tibieza, pero tu nos das nuevo
calor»4 1.
Veamos, pues , algunos aspectos de los tres polos.
1.-EI polo de la persona se refiere obviamente
a cada salesiano y es la base de todo . Sin persona
no hay oracion . Aquf no caben evasivas echando
la culpa al vecino .
Es un compromiso que exige espacios propios
y distintos de las actividades del trabajo , dedica-
dos por entero al dialogo directo con Dios . Hay
que renovar la escucha cotidiana de su Palabra (me-
ditacion, lectura de la palabra de Dios, participa-
cion en la comunidad orante, iniciativas individua-
les), los tiempos fuertes de recuperacion interior
(retiro mensual , jornada trimestral , ejercicios espi-
41. lmilaci6n de Cnsto. L.
lii . cap . XIV . num . 2.
Tibu rcio Lupo. pri me-
ra versi6n de la edici6n
critica. LEV . Ciudad
del Vaticano 1983 .
42 . Cf. Constiluciones 93 .

4 Pages 31-40

▲back to top

4.1 Page 31

▲back to top
29
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
rituales), la participaci6n viva en el afio liturgico
con sus celebraciones de la historia de la salva-
ci6n, la consideraci6n asidua de los misterios de
Cristo en el rezo del rosario, etcétera .
La actitud fundamental es siempre la escucha
en la oraci6n mental. La palabra de Dios es, en
ultimo término, Jesucristo, al que nosotros vemos
43. Cf. Constituciones 11. corno buen pastor 43. Nos habla de muchas ma-
neras y siempre a tono con las diversas situacio-
nes . Pero su propuesta centrai y suprema -que
constituye su memorial-es el testimonio de su Pas-
cua: «Esto es mi cuerpo que se entrega por voso-
tros, ésta es mi sangre derramada por vosotros» .
iEs el mas sublime "éxtasis de la vida" !
No se puede ofr pasivamente esta palabra de
Dios, refractada en todos los retos que nos inter-
pelan . El devenir de la vida es complejo, pero el
memoria! de Cristo es clarisimo . Una escucha que
lleva a la caridad pastora! no puede ser fuga del
sacrificio, y menos todavfa un dejarse llevar a la
deriva por ideologfas y modas. En la pluralidad
de las vicisitudes, repetimos siempre con el sal-
mista: «Tu rostro busco , Sefior; no me escondas
tu rostro».
Un aspecto persona!, intimamente unido a la
oraci6n mental, es el esfuerzo responsable que de-
be hacer cada salesiano en la practica de la ascesis
y de la penitencia. No olvidemos nunca que el
pecado, la carencia de autodisciplina, la conducta
tibia y /alta de mortifi·caci6n y el espfritu munda-
no son la muerte de la oraci6n. La autocritica del
examen de conciencia, de cara a una sincera acti-
tud de conversi6n persona! y a un agudo "sentido
del pecado'' -tan ajeno a la actual mentalidad
antropocéntrica-, alimenta la imprescindible con-
ciencia del misterio de la misericordia del Padre
44. Cf. Constltucionej 90 y da la alegrfa y la esperanza del perd6n 44 . Esto
suscitara también no pocas iniciativas personales

4.2 Page 32

▲back to top
ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 338
30
para intensificar la peculiar ascesis del ' 'hacerse que-
rer'', que nos caracteriza corno ap6stoles
educadores 45 .
Moisés, los profetas, Jesus mismo, los santos y,
en particular, los grandes fundadores (Benito, Fran-
cisco de Asfs, Domingo de Guzman, Ignacio de
Loyola, Teresa de Jesus, etc.) siempre unieron in-
tensamente su oraci6n al ayuno, a la ascesis y a
la penitencia. Miremos con atenci6n a san Juan
Bosco y quedaremos fuertemente impresionados:
nos sorprenderan su practica de la humildad, su
espfritu de sacrificio, su sentido de la mortifica-
ci6n, su aceptaci6n de los sufrimientos ffsicos y
morales asi corno las incalculables exigencias de
su lema "trabajo y templanza " 46 .
Quiero recordar aqui la importancia que daba
san Ignacio de Loyola, en la direcci6n espiritual,
al esfuerzo persona! de ascesis y penitencia. Él pa-
recia estimar mas la mortificaci6n de las pasiones
que el tiempo de la oraci6n, y aconsejaba : «Mas
mortificaci6n del amor propio que de la carne ;
mas mortificaci6n de las pasiones que oraci6n». Y
afiadfa: «A un hombre que tiene mortificadas sus
pasiones, debe bastarle un cuarto de hora para en-
contrar a Dios»47.
Asi pues, cuando se habla de lo indispensable
que es el aspecto persona! en la oraci6n , se abre
un amplio horizonte de esfuerzos para cada sale-
siano.
45. Cf. Acta, del Com e10
Generai, num . 326,
julio-sepriembre de
l 988: «Procura hacerte
querce» .
46. Cf. Con;tùucione; 18.
47. IMI, Fontes narrativi,
cit. Il , 4 l 9, nu m . 24;
y I, 644, n um . 196.
2.-EI polo de la comunidad exige, por su parte,
un segundo nivei vital muy vinculado a la r~nova-
ci6n liturgica . En la cumbre esta la incorporaci6n
a Cristo mediante la Eucaristia; es ahi donde la
comunidad se construye en cuanto tal y recibe a
diario las energias del Espfritu Santo para ser de
verdad «signo de fe », «escuela de fe » y «centro de
comuni6n y participaci6n»48. La comunidad se ha-
48. XXI II Capitu lo Ge ne-
rai. nums. 2 16. 217.

4.3 Page 33

▲back to top
31
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
ce, en Cristo, nucleo animador a modo de peque-
fia iglesia de base llamada a fermentar evangélica-
mente la zona y los destinatarios .
Es verdad que sin oracion persona! no hay co-
munidad orante ; pero no basta. No se trata de
una suma de oraciones individuales, sino de una
oracion conjunta. El Concilio nos invita a dar un
salto de calidad de tipo comunitario. Conviene ,
pues, cuidar una animacion liturgica oponunamen-
te actualizada.
49. XXIII Capitulo Gene- El deseado dia de la comunidad, promovido por
ral . num . 22 2.
el XXIII Capftulo General 49 con miras a una for-
macion permanente viva y concreta, deberia tener
corno centro, en todas las casas, la mas significati-
va concelebracion de la semana. Hay que dedicar
tiempo para prepararla bien y cuidar la sincera par-
ticipacion de todos .
La oracion liturgica nos hace sentir iglesia-
conjunto y nos descubre la originalidad carismati-
ca de nuestra consagracion, para la que «la mision
apostolica, la comunidad fraterna y la practica de
los consejos evangélicos son los elementos insepa-
50. Comtituciones 3: cf. rables . .. vividos en un unico movimiento de cari-
también 24 y 50. dad hacia Dios y hacia los hermanos»50.
De esta conciencia de comunion apostolica nace
el compromiso del comun proyecto pastora!.
Una observacion practica, que me interesa no
ornitir, es que se cuide en todas las casas una ca-
pilla digna , vivificada por la presencia del Santfsi-
mo . «Reunidas en nombre del Sefior -escribio el
Papa en un mensaje a la plenaria de la Congrega-
cion para la vida consagrada- , las comunidades
religiosas tienen corno centro natural la Eucaristia.
Es normai , pues , que se reunan visiblemente en
torno a un oratorio ( = lugar de oracion) , donde
la presencia del Santfsimo Sacramento expresa y
realiza lo que debe ser la mision principal de toda
'i l. SCRIS. 1980. num . I .
pp . 7- 12
familia religiosa»51.

4.4 Page 34

▲back to top
ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 338
32
3.-EI polo de la presencia ministenal en medio
de los destinatarios es el otro nivei imprescindible
para la renovaci6n de nuestra oraci6n.
No es tan sencillo vivir la gracia de unidad y
comprender el nexo que une redprocamente entre
sf interioridad y trabajo en nuestra presencia con
los destinatarios . Hay que saber contestar por lo
menos a dos preguntas substanciales. Primera: iQué
significan para nosotros los destinatarios? Y segun-
da: lQué clase de presencia y de acci6n es la
nuestra?
Al buscar una respuesta a estas preguntas, com-
prendemos que la palabra de Dios se presenta siem-
pre con novedades exigentes . En estas décadas las
novedades se llaman relanzamiento del carisma de
san Juan Bosco 52 , nueva evangelizaci6n 53, nueva
educaci6n 54 ; es decir, un vasto campo insepara-
ble de escucha de cuanto nos va sugiriendo el Se-
fior también por medio de los signos de los tiem-
pos , el magisterio de los pastores y las orientacio-
nes de nuestra Congregaci6n .
Los destinatan·os son , para el salesiano , una es-
pecie de zarza ardiente que ilumina su especial
alianza ; en ellos ve la imagen de Dios, y sus nece-
sidades materiales son sus preocupaciones espiri-
tuales .
Con raz6n proclama el XXIII Capftulo Generai:
«Creemos que Dios ama a los j6venes. Tal es la
fe que esta en el origen de nuestra vocaci6n ...
Creemos que Jesus quiere compartir su vida con
los j6venes, que ... llevan dentro de si, ocultas
en sus anhelos , las semillas del Reino . Creemos
que el Espfritu Santo se hace presente en los j6ve-
nes y que por su medio quiere edificar una comu-
nidad humana y cristiana mas auténtica ... Cree-
mos que Dios nos esta esperando en los j6venes
para ofreceroos la gracia del encuentro con él y
disponeroos a servirle en ellos , reconociendo su dig-
52 . Actas del Consejo Ge-
nerai, n um . 3 12 ,
enero-marzo de 1985:
«El cexto de nuestra
Regia de vida,.
53 . Actas del Consejo Ge-
nerai, n um . 33 1,
ocrubre-diciembre de
1989: cl.a nueva evan-
gelizaci6n•.
54 . A ctas del Consejo Ge-
nerai, num . 337. julio-
septiembre de 199 1:
«Nueva educaci6n•.

4.5 Page 35

▲back to top
33
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
55 . XX III Capiru lo Gene-
rai. num . 95 .
56. Perfectae can"tatis 8.
57. Ibidem .
nidad y educandolos en la plenitud de la vida.
La tarea educativa resulta ser, asf, el lugar privile-
giado de nuestro encuentro con él»55.
He aquf la primera respuesta: jNosotros en los
destinatarios buscamos el rostro de Cristo!
Por otro lado , la presencia y la acci6n hacen
del salesiano el signo y portador del amor de Dios
a los jovenes. No se trata , pues, de cualquier pre-
sencia. Hay presencias que podrfan llevarnos lejos
de la oracion ; aquf se trata de una " presencia mi-
nisterial " , que nos hace ofr de la boca de jesucris-
to: tuve sed, tuve hambre y me diste de beber
y de corner .
Ademas, la presencia ha de ir acompafiada no
de una accion cualquiera, que podrfa ser de orden
simplemente humanitario, cultura! , socia! o polf-
tico, sino -corno dice el Concilio- una «accion
apostolica y benéfica»56 , originada y animada por
el Espfritu del Sefior. Solo una accion asf «perte-
nece a la naturaleza misma de la vida religiosa,
corno sagrado ministerio y obra propia de la cari-
dad que (nos] han sido encomendados por la Igle-
sia y deben cumplirse en su nombre»57.
La accion apostolica y benéfica lleva dentro de
sf, por su propia naturaleza , la union con Dios
y es portadora de una oracion mas intensa. No
es motivo de distraccion , sino espacio de un en-
cuentro especial. Sin embargo , para que la accion
sea verdaderamente apostolica, debe estar anima-
da por el fuego de la caridad pastora!, que es en
realidad el alma del apostolado , aunque también
la accion apostolica se hace animadora de la cari-
dad pastora!.
En el corazon del salesiano debe encerrarse el
gran secreto que alimenta este fuego.
Asf pues, no deberfa haber dualismo entre tra-
bajo y oracion, porque la oracion se hace aposto-

4.6 Page 36

▲back to top
ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 338
34
lado y el rrabajo apostolico hace mas intensa la
oracion .
Nos lo hizo ver el Papa en el ya citado discurso
a los capitulares al referirse a nuestra mision edu-
cadora. «Quiero subrayar - dijo- ante todo, co-
rno elemento fundamental, la fuerza de sfntesis
unitiva que brota de la caridad pastora!. Ésta es
fruto del poder del Espfritu Santo, que garantiza
la inseparabilidad vital entre union con Dios y en-
trega al projimo, enrre interioridad evangélica y
accion apostolica, entre corazon orante y manos
accivas. Los dos grandes santos Francisco de Sales
y Juan Bosco dieron testimonio e hicieron fruccifi-
car en la Iglesia esta espléndida gracia de unidad.
Si ésta se resquebraja , queda abierto un peligroso
espacio a los activismos o intimismos, que consti-
ruyen una tentacion insidiosa para los institutos
de vida apostolica . En cambio, las secrecas rique-
zas que encierra esca gracia de unidad son la con-
fìrmacion explkita, demosrrada mediante roda la
vida de ambos santos, de que la union con Dios
es la verdadera fuente del amor accivo al
projimo» ss.
58. XXIII Capftulo Gene-
rai. num . 332.
Que nos ayuden el Espiritu y Maria
Queridos hermanos, escas reflexiones nos invi-
tan a intensificar, en nuestra Congregacion , el es-
fuerzo de lograr una oracion que esté en sintonfa
con d carisma de san Juan Bosco. No cabe duda
que en estos afios posconciliares se ha dado un
gran paso adelante . El Vaticano II nos creo un
clima nuevo: el sentido del miscerio, la multifor-
me presencia de Dios, de Cristo y de su Espfritu,
la vitalidad de la comunion eclesial, la valiosa re-
novacion de la liturgia, el maravilloso significado
de la creacion e incluso del mundo con su com-

4.7 Page 37

▲back to top
35
1. CARTA DEL RECTOR MA YOR
plejidad y con la dimension escatologica de la his-
tona.
Los capftulos generales nos han ofrecido e! ca-
risma de san juan Bosco en esta inmensa orbita
de espiritualidad renovada.
Hace tiempo que todos nos estamos convirtien-
do un poco; pero todavfa queda mucho para con-
vertirnos del todo, particularmente en e! delicado
campo de la oracion . El secreto de la oracion se
situa, en primer lugar, en la persona, cuya actitud
de fondo es la oracion menta!, en la que cada
uno de nosotros tiene que descubrir su trapa para
la contemplacion; la Providencia, por su parte, nos
asignara también, en ciertos perfodos especiales de
nuestra existencia, algun monasterio de vida don-
de habra mas pasion que accion ; por ejemplo , en
la enfermedad o en la ancianidad .
Pero para facilitarnos de modo concreto la ora-
cion menta! salesiana, debemos procurar que haya
en cada Inspectorfa animadores competentes, so-
bre todo en lo que se refiere a los aspectos de
la liturgia y de las diferentes practicas comunita-
rias. El inspector y e! director, en particular, de-
ben sentirse responsables de garantizar, por todos
los medios, una renovacion auténtica .
El carisma de san Juan Bosco brillara , asf, con
su encanto peculiar.
Cuanto sirva para apreciar mejor su identidad y
rejuvenecer sus rakes profundas , podra recibirse con
gratitud y provecho . Al contrario, todo lo que pue-
da ofuscar su primado en nuestros corazones o dis-
minuir su atractivo , deberfamos evitarlo cuidado-
samente.
La oracion salesiana no es difkil ni complicada;
esta hecha para todos : para los jovenes y para e!
pueblo ; nos hace ver que la vocacion a la santidad
no se limita a un pequefio grupo de eiegidos , ni
solo a los claustros monasticos, pues vive inserta

4.8 Page 38

▲back to top
ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 338
36
en lo cotidiano , en lo ordinario y en lo extraordi-
nario , en la actividad y en la enfermedad , en ro-
do estado y en toda profesi6n, en toda edad y
en toda situaci6n.
En los grupos de la familia salesiana hay tam-
bién modalidades algo distintas de dedicaci6n a
la oraci6n . Nos alegr6 mucho , por ejemplo , que
las salesas de Italia solicitaran entrar en los Coope-
radores ; y admiramos los planes de Dios que hace
surgir ad y alla grupos dedicados con mayor espa-
cio a una oraci6n que quiere asegurar en toda nues-
tra familia la intensidad de la caridad pastora! .
En Colle Don Bosco, verbigracia, ha surgido un
presencia de oraci6n permanente por la santidad
de los j6venes . Tiene su sede junto a la casa de
Margarita, donde comenz6 nuestro carisma, preci-
samente en el lugar que Juan Pablo II llam6 "co-
llado de las bienaventuranzas juveniles" y " escue-
la de espiritualidad ". Cuando los peregrinos , so-
bre todo j6venes , acuden alH en busca de mensa-
jes de esperanza , se unen de buena gana a la ado-
raci6n y a la escucha , y comprenden que en la
vida hay que saber rezar.
De modo particular, sin embargo, debemos es-
forzarnos aun mas para que surjan, en las inspec-
torfas , grupos juveniles de oraci6n con las caracte-
risticas propias del carisma salesiano . Es mas , nues-
tra pastora! juvenil deberia saber cuidar verdade-
ras escuelas de oraci6n activa, a fin de contrarres-
tar la pérdida del sentido de Dios en buena parte
de la juventud . De nada servira promover una es-
piritualidad juvenil, si no cultiva e! espiritu de
oraci6n .
Sabemos, queridos hermanos, que el carisma de
san Juan Bosco es un don precioso del Espiritu
y de Maria a la Iglesia , pues a lo largo de los
siglos, junto a la acci6n vivificante del Espiritu San-
to , interviene también corno madre Maria: para

4.9 Page 39

▲back to top
37
59. Marcos, I , 11 .
60. Hebreos, 10, 7.
6 I. lucas. I . 38.
62. Consliluciones 86
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
nuestro camma nos lo asegura expHcitamente el
Fundador.
Que el Espfritu y Maria nos ensefien, pues, a
rezar con el estilo con que lo hicieron san Juan
Bosco y santa Maria-Dominica Mazzarello.
Os escribo estas reflexiones en el clima de la
solemnidad de la Asunci6n de Nuestra Sefiora al
cielo; es la gran pascua persona! de la Sandsima
Virgen, el misterio que inaugura en ella su fun-
ci6n materna de Auxiliadora en la historia .
Cuando el Espfritu hizo actual en Maria su ca-
pacidad de ser madre, naci6 Jesus, nuestro herma-
no y sefior, al que el Padre podfa decir con toda
verdad: «Tu eres mi hijo, el amado»59, y el cora-
z6n orante de Jesus podfa responder: «Aquf estoy,
oh Dios, para hacer tu voluntad» 60 .
Semejante a esta actitud de Cristo es la de Ma-
rfa en la Anunciaci6n: «Aquf esta la esclava del
Sefior; hagase en mf segun tu palabra»61 . Es una
actitud orante, fìlial y misionera, que va de la
uni6n de amor con el Padre al realismo de la vida
activa en la existencia cotidiana.
Pidamos insistentemente al Espfritu del Se fior ,
primer autor de nuestro carisma, que, por interce-
si6n de Maria , su Esposa, nos haga crecer sin cesar
en la interioridad que nos lleve también a noso-
tros «a enlazar espontaneamente la oraci6n con la
vida»62 .
Amemos con entusiasmo la identidad de nues-
tra vocaci6n y alimentémosla a diario con el autén-
tico espfritu de piedad heredado de san Juan Bos-
co: jtal es el camino que conduce al Amor!
Un saludo cordial a todos.
Con estima y afecto en el Sefior,
EGIDIO VIGANO

4.10 Page 40

▲back to top
2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES
SALESIANOS V MOVIMIENTOS ECLESIALES
JUAN E. VECCHI ,
Vican'o del Rector Mayor
Desde hace tiempo y desde diversas partes estan llegando al Consejo
General preguntas sobre los movimientos de espiritualidad que hoy exis-
ten en la Iglesia y su relacion con la identidad salesiana. lnteresa, sobre
todo, la presencia de dichos movimientos en los ambientes pastorales y
educativos confiados a nuestra responsabilidad y la implicacion persona!
de los salesianos.
El Consejo Genera! estudio este asunto en su ultima sesion plenaria
de junio-agosto, después de tornar nota de las dimensiones del fenomeno
en las diversas regiones de la Congregacion. Las conclusiones a que llego
pueden servir a las inspectorfas y comunidades locales para un discerni-
m1ento oponuno .
1. Una valoracion positiva
La exhonacion apostolica Christifideles laici hace ver la riqueza actual
de los asociaciones y movimientos eclesiales y reconoce en ella la «versatili-
dad de los recursos que el Espfritu Santo alimenta en el tejido eclesial ...
[asf corno] la capacidad de iniciativa y la generosidad de nuestro laicado»
(num . 29). Reconoce igualmente que el asociarse de los fieles por razones
espirituales y apostolicas , aunque obedece a multiples motivos culturales
y sociologicos, sin embargo tiene una razon mas profunda; la siguiente:
que la Iglesia es comunion y que ésta se expresa de multiples formas para
construir una unidad que no existe solo al comienzo de la Iglesia, sino
también en su realizacion (cf. ibidem). Se extiende después en la exposi-
cion de los criterios para discernir la validez de los movimientos eclesiales
y el servicio que los pastores deben prestar a la comunion tanto en las
relaciones de estima, cordialidad y colaboracion entre las diversas formas

5 Pages 41-50

▲back to top

5.1 Page 41

▲back to top
39
2 . ORIENTACIONES Y 0/RECTRICES
de asociaci6n, corno respecto a «su fecunda y armonica contribucion a la
edificacion de la casa comCm» (num. 31 ), que es la Iglesia visible en un
lugar concreto.
Los movimientos y asociaciones no solo ofrecen una experiencia co-
m unitaria, sino que ademas proponen un estilo de presencia cristiana en
el mundo e inspiran una forma de accion apostolica vinculada a una espi-
ritualidad tipica, que acentua determinados aspectos, a veces de forma vis-
cosa: la oracion espontanea y compartida, la expresion del amor redproco ,
la militancia social o cultural. Tales espiritualidades se difunden también
a través de acontecimientos eclesiales y de una literatura de apoyo, y se
convierten en propuesta porque responden a necesidades sentidas en el
mundo actual.
El fenomeno merece también nuestra atencion y valoracion positiva.
No hay, pues, reservas en este punto . También los salesianos y demas
congregaciones quedamos incluidos en esta corriente de comunion segun
cuanto afìrma el citado documento : «En la historia de la Iglesia la agrupa-
cion de los fieles siempre ha representado una lfoea en cierto modo cons-
tante, corno lo testifican, hasta nuestros dfas, las variadas cofradfas,
hermandades, terceras ordenes y otras asociaciones . Sin embargo, en los
tiempos modernos este fenomeno ha experimentado un impulso singu-
lar, y se han visto nacer y difundirse multiples formas de agrupaci6n: aso-
ciaciones, grupos, comunidades y movimientos» (num . 29) .
En este intercambio de dones eclesiales, nosotros estamos llamados a
dar la aportaci6n de nuestra espiritualidad y de nuestro estilo pastora!.
2. Presencia de los mov1m1entos
en los ambientes educativos y pastorales salesianos
Los ambientes pastorales y educativos cuya responsabilidad llevamos
son el lugar donde con mayor frecuencia entramos en contacco con los
diversos movimientos y asociaciones de Iglesia, ya que éstos se difunden
en las parroquias por la capacidad de propuesta de sus miembros y por
las recomendaciones de la jerarqufa locai. Allf comprobamos asimismo la
multiplicidad de las agrupaciones y las diferencias de sus orientaciones es-
pirituales y de sus modalidades de accion.
La parroquia reune y expresa a todo el pueblo de Dios que vive en
el lugar. Debe estar atenta a las distintas expresiones de la comuni6n eclesial.

5.2 Page 42

▲back to top
ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 338
40
Por elio se presenta a menudo corno «una comunion de comunidades».
Los movimientos contribuyen a darle vivacidad comunitaria y capacidad
de intervencion en la zona. En cuanto salesiana, la parroquia introduce
en la Iglesia panicular los dones y sensibilidades que son caracteristicos
de un carisma.
De esta doble consideracion se deducen algunos criterios con respecto
a la presencia y panicipacion de las agrupaciones eclesiales en nuestras pa-
rroqu1as.
Los primeros criterios que debemos tornar en consideracion son los que
ofrece la mencionada exhonacion apostolica en su numero 30. No solo
sirven para un discernimiento inicial de aceptaci6n, sino también para mo-
derar después tendencias, equilibrar rasgos y corregir, si se producen, de-
sequilibrios mediante una labor de gobierno pastora!.
De aqu1 brota la segunda indicaci6n. No cabe pensar que toda la di-
namica de la parroquia gire en torno a un solo movimiento, pues ningu-
no de ellos representa a la totalidad del pueblo de Dios, ni esta llamado
a regirlo.
La pluralidad de expresiones, el proposito de comuni6n visible, el ser-
vicio a la comunidad a panir de sus demandas y necesidades, asr corno
el sentido de la propia relatividad, deberian constituir convicciones com-
panidas y principios para la orientaci6n pastora!.
El acompafiamiento espiritual debe garantizarse a todas las agrupacio-
nes en la medida en que lo pidan o vean su necesidad los responsables
de la atenci6n pastora! en la parroquia. Este servicio sacerdotal prestado
a todos requiere conocimiento y simpatfa, y es mas conforme a los pasto-
res que su penenencia exclusiva y piena a un solo movimiento o agrupa-
ci6n, lo cual es totalmente desaconsejable .
Parece, ademas , necesario que quien favorece la entrada y el desarro-
llo de un movimiento en un ambiente parroquial salesiano no debe pro-
ceder unicamente segun sus preferencias personales, sino que ha de tener
en cuenta el proyecto pastora!. Las parroquias se le conffan a la Congrega-
cion, y es ella la que cambia a las personas y se hace garante de la conti-
nuidad substancial de su identidad. Una convergencia de principio acerca
de las orientaciones y opciones en el ambito inspectorial no es solo reco-
mendable, sino imprescindible, pues las situaciones molestas y conflicti-
vas surgen donde se decide segun opciones individuales, siendo asr que
el ankulo 44 de las Constituciones implica, en el discernimiento de las
lrneas pastorales, a toda la comunidad, guiada por el superior.

5.3 Page 43

▲back to top
41
2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES
Por encirna y en la base de estas indicaciones particulares debe existir el
compromiso de servir a la comunidad parroquial y a la Iglesia panicular,
poniendo en acto todas las riquezas del carisma salesiano . Esto hallara su
expresion -segun la fìsonomfa propia de la parroquia- en la orienta-
cion espiritual de todas las agrupaciones y, particularrnente en la constitu-
cion y animacion de las asociaciones que tienen corno referencia el espfritu
salesiano . No puede concebirse una parroquia salesiana que, en la opcion
de
sus
agrupaciones,
.
ex.cluya ,
posponga
y
descuide
la
vitalidad
de
las
que
expresan sus m1smas nquezas ...
El panorama es algo distinto en los programas educativos destinados
pn·ncipalmente a los 16venes. Hay mas homogeneidad en el ambiente,
las agrupaciones confluyen mas en fìnes comunes y se coordina mejor su
disponibilidad para colaborar en un proyecto comun. Algunas estan abiertas
a la aportacion pedagogica salesiana y poseen una carga educativa, espiri-
tual y apostolica que califìca el ambiente; otras, por el contrario, solo pi-
den una espacio material para realizar sus actividades y su programa, a
veces reducido a una sola dimension .
Asf pues, hay que buscar alguna linea de valoracion, sin pretender agotar
un fenomeno rnuy cornplejo. Es necesario que los fìnes, el estilo y el pro-
grama de las agrupaciones juveniles, incluidas las nuestras, sean compati-
bles y convergentes con lo que proclaman y persiguen los respectivos centros
juveniles. Esto afecta a los objetivos, a los niveles de selectividad, a la in-
tegracion entre evangelizacion y promocion humana, al justo equilibrio
entre formacion y comprorniso, a la orientaci6n educativa y a rnuchas rnas .
Dado que se actua en una comunidad juvenil , hay que pedir a los
diferentes movimientos que manifìesten sus pertenencia a ella asurniendo
responsabilidades en la animacion y panicipando activamente en la pro-
gramacion comun. Son, pues , menos conforrnes, aunque no se han de
excluir necesariamente, los grupos que pretenden llevar una vida propia,
yuxtapuestos a la comunidad del oratorio, centro juvenil o comunidad
escolar.
El acompafiamiento formativo a todos los grupos segun sus propias
modalidades y exigencias lo deben tornar corno algo irrenunciable los sa-
lesianos y animadores. Esto dari la posibilidad de impregnar de espfritu
salesiano sus programas particulares, aunque respetando siempre su res-
pectiva originalidad.

5.4 Page 44

▲back to top
ACTAS DEL CONSEJO GENERAL N. 0 338
42
3. Implicacion y presencia de los salesianos a los movimientos eclesiales
El conocimiento de los movimientos y la asistencia a ellos lleva mu-
chas veces a implicarse mas profundamente en los mismos y, a veces, in-
cluso a profesar casi una penenencia y a adoptar su espiritualidad .
Esto merece un comentario, precedido de una observacion tan obvia
corno imprescindible: los movimientos son muchos; son también diversos
sus propositos, exigencias y propuestas; variadas son igualmente las for-
mas de implicacion y las razones que mueven a los salesianos a darles su
adhesion. Resulta imposible tanto la casuistica corno las generalizaciones.
En cambio, no es inutil ni imposible un esfuerzo de discernimiento, pues
igual que ciertos signos sirven para juzgar la validez eclesial o no de los
grupos y movimientos , asi también algunos sintomas revelan la coheren-
cia o falta de armonia de la panicipacion en los movimientos con una pro-
fesion religiosa que ya lleva consigo una pertenencia, una espiritualidad
y un estilo apostolico .
El conocimiento de las asociaciones y movimientos que actuan en la
propia Iglesia es cienamente indispensable para una comunidad de pas-
tores , y resulta asimismo provechoso un intercambio vital de sensibilida-
des y experiencias con ellos. No es el encuentro ni el intercambio lo que
se ha de temer; la identidad no es defensa ni separacion, sino capacidad
de confrontacion y asimilacion segun la propia originalidad .
Una situacion diversa presentan los salesianos que corno servicio pas-
tora!, incluso fuera de nuestras estructuras, se hacen cargo de la asistencia
espiritual de algun movimiento o asociacion . Esto lleva consigo natural-
mente un sintonizar con ellos y tornar parte en sus momentos significati-
vos . Tampoco aqui aparecen inconvenientes cuando el compromiso se ha
tornado de acuerdo con el director en consonancia con el proyecto de la
comunidad y cuando la espiritualidad y el estilo pastora! salesiano siguen
inspirando la vida del religioso .
Pero puede haber una tercera situacion: la de salesianos que, en busca
de mayor intensidad espiritual o por opcion apostolica, se implican del
todo en un movimiento con formas de participacion que se imponen y
dominan sobre las exigencias de la vocacion salesiana. A las posibles cau-
sas de este fenomeno se refiere ya el Rector Mayor en su carta, e individua
el remedio fundamental en una recuperacion de la espiritualidad salesia-
na. Su profundizacion persona! y comunitaria y su incidencia en el plan-
teamiento pastora! de la obra son la condicion para que la apertura maxima

5.5 Page 45

▲back to top
43
2. ORIENTACIONES Y 0/RECTRICES
y el intercambio de dones espirituales con otros movimientos sean prove-
chosos para nosotros y para ellos.
Precisamente para comentar esta lfnea fundamental resultan oportu-
nas algunas indicaciones.
A los superiores de comunidad y a los animadores salesianos de am-
bientes pastorales se les exige, sobre todo, su servicio a la comuni6n y a
la identidad. Esto supone competencia doctrinal y esfuerzo de animaci6n.
Para esta tarea los Reglamentos les piden su entrega plena (cf. Reglam.
172). No es, por tanto, conveniente que asuman pertenencias estables a
movimientos o que alienten tal opci6n en los salesianos. Cuiden, mas bien,
otros aspectos indicados en los criterios precedentes: el espfritu eclesial de
todos los movimientos, el acompafi.amiento pastora! y la aportaci6n sa-
lesiana.
Una atenci6n particular se ha de prestar a los salesianos en la etapa
de formaci6n inicial. Éstos viven unos afi.os en los que la espiritualidad
salesiana no es un objetivo sectorial , sino que debe impregnar la vivencia
cotidiana, inspirar la praxis pastoral y plasmar la misma visi6n de no po-
cas realidades humanas y eclesial'es. Deben, pues, vivida del modo mas
completo y sereno que sea posible y adquirir su planteamiento doctrinal.
Aunque contactos ocasionales puedan ser provechosos, la participaci6n sis-
tematica, la implicaci6n y menos aun la pertenencia no parecen conve-
mentes.
Por ultimo, dado que las situaciones son tan variadas, convendra que,
donde el fenomeno de los movimientos de espiritualidad y las agrupacio-
nes eclesiales incidan en la vida de la comunidad y en el trabajo pastora) ,
los salesianos hagan un discernimiento, para establecer lfoeas de actua-
ci6n coherentes con su vocaci6n de educadores-pastores salesianos.

5.6 Page 46

▲back to top