Actas_1994_350.ACG


Actas_1994_350.ACG

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del consejo general
año LXXV
octubre-diciembre de 1994
n.º 350
órgano oficial
de animación
y comunicación
para la
congregación salesiana
Direzione Generale
Opere Don Bosco
Roma

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1.3 Page 3

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del consejo general
de la sociedad salesiana
de san juan bosco
ÓRGANO OFICIAL DE ANIMACIÓN Y COMUNICACIÓN PARA LA CONGREGACIÓN SALESIANA
N.º 350
año LXXV
octubre-diciembre de 1994
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
CONVOCATORIA
DEL XXIV CAPÍTULO GENERAL
página
3
2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES
2.1. Calendario del XXIV Capítulo General 30
2.2. Pistas de Reflexión
- Presentación
33
- Pistas de reflexión
36
2.3. Capítulos inspectoriales-
55
2.4. Normas para las elecciones
60
2.5. Trabajo de Comisión Técnica
71
2.6. Colaboración de los seglares
al XXIV Capítulo General
72
3. DISPOSICIONES Y NORMAS
Actas del Consejo General en italiano
76
4. ACTIVIDAD DEL CONSEJO GENERAL 4.1. De la crónica del Rector Mayor
78
4.2. Crónica del Consejo General
78
5. DOCUMENTOS Y NOTICIAS
5.1. Aguinaldo
del Rector Mayor para 1995
82
5.2. Nuevos inspectores
82
5.3. Nuevo obispo salesiano
86
5.4. Nombramiento del coordinador
general de los Cooperadores
Salesianos
87
5.5. Salesianos difuntos
(3ª relación de 1994)
88

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Central Catequística Salesiana
Alcalá, 164 - 28028 Madrid
Edición extracomercial
Imprime: Gráficas Don Basca - Arganda del Rey (Madrid)

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
CONVOCATORIA DEL XXIV CAPÍTULO GENERAL
Introducción.- 1. Convocatoria oficial.- 2. Elección del tema que se va a tratar.- 3. Breve lectura de
la tradición salesiana.- 4. Enunciado del tema capitular.- 5. Qué significado damos al término
"seglares".- 6. La "secularidad", "dimensión secular'' de nuestra Congregación, "índole secular"
del seglar.- 7. Seglares con el espíritu de san Juan Basca.- 8. Una comunidad salesiana
animadora de seglares.- 9. Estímulos del próximo Sínodo para seguir nuevos caminos con los
seglares.- 10. Invitación a las inspectorías.- Conclusión.
Roma, Solemnidad de la Asunción de la Vrrgen María
15 de agosto de 1994
Queridos hermanos:
El último tramo de 1994 y todo el año 1995 son
para nosotros un período lleno de gracia.
Dentro de poco, el Señor nos hará vivir el Sínodo
episcopal sobre "la Vida Consagrada y su misión en la
Iglesia y en el mundo".
Ya tuve ocasión de llamar vuestra atención sobre este
acontecimiento de Iglesia, que encomendé a la reflexión
de las comunidades y a la oración de todos los salesianos.
Ahora os pido que seáis generosos: cuanto salga de él
será para nuestro bien y para el crecimiento de la auten-
ticidad evangélica.
Que, durante las semanas del Sínodo, las comunida-
des tengan una oración especial de adoración para pedir
luz y fuerza al Espíritu Santo.
Tendremos ocasión de volver sobre el contenido y las
conclusiones del Sínodo, en la medida en que afecten di-
rectamente a nuestra vida.

1.6 Page 6

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 350
4
La presente circular os lleva el anuncio oficial de la
convocatoria del próximo Capítulo General, que es el
24° de la serie y ocupará a las comunidades inspectoria-
les durante el año 1995 en la preparación de las aporta-
ciones que deseen enviar al Regulador, encargado de or-
ganizar el trabajo de nuestra próxima asamblea mundial.
Estamos acostumbrados a oír que el Capítulo Gene-
ral es «muy importante», como dijo san Juan Bosco el
año 1877.1
Ciertamente nuestras Constituciones le dan mucha
importancia: «El Capitulo General -dicen- es elprinci-
pal signo de la unidad de la Congregación dentro de su di-
versidad. Es la reunión fraterna donde los salesianos rejle-
xionan comunitariamente para mantenerse fieles al
Evangelio y al carisma del Fundador y sensibles a la necesi-
dades de los tiempos y los lugares. Por medio del Capitulo
General, toda la Sociedad, dejdndose guiar por el Espíritu
del Señor, se esfuerza por conocer en un determinado mo-
mento de la historia la voluntad de Dios, para servir mejor
a la Iglesia».2
Aun sin entrar en la visión completa de lo que es un
Capítulo General, hay que reconocer que su convocato-
ria tiene un significado especial y que es una llamada a
tareas muy importantes.
1. Cf. E. Caria, Anna/i
vol.l,pág.313
2. Constituciones 146
l. Convocatoria oficial
Por medio de esta carta convoco oficialmente, a te-
nor del artículo 150 de las Constituciones, el XXIV Ca-
pítulo General.
Satisfago también cuanto piden los artículos 111 y
112 de los Reglamentos Generales:
- Comunico que he designado para Regulador del
XXIV Capítulo General a don Antonio Martinelli,
consejero general de Familia Salesiana y de Comunica-
ción Social;

1.7 Page 7

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5
3. Cf. Constituciones 123
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
- después de oír el parecer del Consejo General,
que había sondeado las preferencias de las regiones sale-
sianas, he elegido el siguiente tema:
«SALFSIANOS Y SEGLARFS:
COMULGAR Y COMPARTIR
EN EL ESPÍRITU
Y EN LA MISIÓN DE SAN JUAN BOSCO»;
- después de considerar un posible calendario de
preparación, he indicado como fecha de comienw el 18
de febrero de 1996 en nuestra Casa Generalicia de
Roma, vía della Pisana, 1111; empezará con los ejercicios
espirituales y se espera que dure aproximadamente un
par de meses, por lo que no se irá más allá del 20 de abril;
- oportunamente se nombró la Comisión Técni-
ca, que con el regulador fijó el calendario de preparación
y organizó el material que se envía a las inspectorías para
su sensibilización y participación activa en el próximo
Capítulo General; lo encontraréis en la siguiente sección
de este mismo número de Actas del Consejo General.
Los Reglamentos dicen que el Rector Mayor señale,
en carta circular, «el objeto principal del Capítulo». Es lo
que se propone esta circular.
Sin embargo, conviene no olvidar que otro aspecto
importante y vital del Capítulo General es elegir al Rec-
tor Mayor y a los miembros de su Consejo. Quiero re-
cordarlo, no por mera formalidad, sino para pedir a to-
dos los salesianos su participación y corresponsabilidad3
con mucha oración para que el Señor dé a nuestra Con-
gregación los superiores que necesita el actual momento
histórico de la Iglesia, del mundo y de los jóvenes. De su
servicio de animación y gobierno, de su docilidad a los
impulsos del Espíritu y de su capacidad de conservar el
carisma de fundación de nuestro padre san Juan Bosco,
dependerá particularmente el crecimiento numérico y
cualitativo de nuestra Sociedad.

1.8 Page 8

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 350
6
2. Elecci6n del tema que se va a tratar
Ya el XXIII Capítulo General había indicado a la
Congregación una tarea precisa y de compromiso con
miras a los seglares. La recogen las siguientes palabras,
dirigidas al Rector Mayor y al Consejo General: «El Rec-
tor Mayor, por medio de los dicasterios competentes,
ofrezca elementos y líneas para un "proyecto seglares"».4
De forma inequívoca el mismo Capítulo había afir-
mado también: «Es urgente un cambio de mentalidad...;
ante todo, en los salesianos».5
Al convocar el XXIV Capítulo General, se reconoce
que ha llegado la hora de verificar dichas afirmaciones y
de relanzar de manera eficaz el camino de las comunida-
des hacia el suspirado "proyecto seglares".
En realidad, la sustancia de cuanto deseamos hacer
con el XXIV Capítulo General viene de muy lejos y tie-
ne su raíz en la vivencia de san Juan Bosco.
Sin embargo, no podemos olvidar que la Iglesia ha
vivido después acontecimientos profundamente renova-
dores que pregonan la hora del laicado.
Nuevos y renovadores han sido, por ejemplo,
- la constitución dogmática Lumen gentium, con
sus capítulos segundo sobre el Pueblo de Dios y el cuar-
to, dedicado enteramente a los seglares;
- la constitución pastoral Gaudium et spes, que
analiza la presencia de la Iglesia en el mundo y, después
de considerar y formular la antropología cristiana, pasa,
en su segunda parte, a los problemas más urgentes rela-
cionados con los ámbitos en que el seglar está llamado a
realizar su vocación. Baste pensar en los problemas de la
familia, de la cultura, de la economía, de la política, de
la paz, y, de modo más amplio, en los problemas del
mundo;
- el decreto Apostolicam actuositatem considera con
atención y armonía las perspectivas en que se realiza el
apostolado de los seglares en la Iglesia, en sintonía con
4. XXIII Capítulo General
238
5. XXIII Capítulo General
232

1.9 Page 9

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7
6. Christifidel.es /aici 2
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
su misión global y subrayando la tarea de evangelización,
la animación cristiana del orden temporal y la caridad;
- más próxima a nuestros días tenemos la exhorta-
ción apostólica de Juan Pablo II sobre la vocación y mi-
sión de los seglares en la Iglesia y en el mundo, titulada
Christifideles laici, para «suscitar y alimentar una más de-
cidida toma de conciencia del don y de la responsabili-
dad de todos los seglares, y de cada uno en particular, en
la comunión y en la misión de la Iglesia».6
A la luz de novedades tan sustanciales, nos pregunta-
mos: ¿Cómo hemos renovado los herederos de san Juan
Bosco sus intuiciones sobre los seglares, su esfuerw por
implicarlos plena y responsablemente en su misión, la
búsqueda continua -hasta el final de sus días- de co-
laboradores convencidos y generosos y la organización
que pensó para ellos, porque la unidad es la fuerza de los
buenos?
A esa pregunta obedece la elección del tema del
XXN Capítulo General, que ofrecerá a todos los salesia-
nos y a sus comunidades las orientaciones oportunas
para renovar la relación de los salesianos con los seglares,
siguiendo el camino de la tradición más genuina.
3. Breve lectura de la tradici6n salesiana
7. Cf. Decreto de la Congre-
gación de religiosos e im-
titutos seculares, del 9 de
mayo de 1986, en el Re-
glamento de Vula Apostó-
lica págs. 5 y 10
San Juan Bosco intuyó la importancia capital de
que su misión juvenil y popular la compartiera un am-
plio movimiento de personas formado por sacerdotes,
religiosos y seglares. Y, desde los primeros años del ora-
torio, desarrolló su actividad con la aportación de mu-
chos colaboradores, empezando por su madre, Marga-
rita Occhiena·7
Los escogió de entre quienes demostraban aptitudes
y disposiciones especiales para la educación de los jove-
nes necesitados.
Los empleaba principalmente en la animación del

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 350
8
tiempo libre, en el recreo, en la asistencia y en el cate-
cismo.
Cuidaba su preparación inicial y seguía un camino
de formación permanente reuniéndolos a menudo.8
Los introducía en la vida del oratorio asignándoles
incumbencias específicas.
De la rica experiencia personal de san Juan Bosco na-
ció una propuesta salesiana a los seglares que desean res-
ponder a la invitación de "ayudar a Don Bosco".
El seglar que se compromete en la misión salesiana
comparte el anhelo de nuestro Santo y vive su espíritu y
su amor a los jóvenes. Por eso cada vez acepta más co-
rresponsabilidad, hasta el punto de vivir en plenitud el
protagonismo derivado de su carisma.
El trabajo, la sensibilidad y la disponibilidad han lle-
vado desde el principio a una colaboración y comunión
diversificada.
Al tratar el tema de los Cooperadores Salesianos, hi-
cimos en su día una lectura minuciosa de la correspon-
diente tradición salesiana. Os invito a repasar con aten-
ción, en el número 318 de Actas del Consejo General
(La Asociación de Cooperadores Salesianos), nuestra refle-
xión sobre aspecto tan vital para nosotros.
El elemento que determina la presencia del seglar no
es, para nuestro Fundador, la simple capacidad operativa
ni la actuación concreta, sino, ante todo, la posibilidad de
compartir plenamente el espíritu que anima la educación
y el apostolado en el pensamiento de san Juan Bosco.
8. Cf. Memorias Biográficas
N,300
4. Enunciado del tema capitular
La formulación con que se indica la tarea del próxi-
mo Capítulo General recoge algunas perspectivas impor-
tantes:
O «Salesianos y seg/,ares» en comunión de objetivos:
No se trata de bajar de la cátedra hasta el alumno,

2 Pages 11-20

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9
9. Constituciones47
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
sino de una relación interpersonal e institucional que de-
bemos a)iondar, cuidar y acompañar con miras a un en-
riquecimiento mutuo.
Los salesianos tienen algo muy valioso que ofrecer a
los seglares; éstos brindan a los salesianos elementos ori-
ginales en su ser y actuar.
Esta relación mutuamente enriquecedora debe tener
su raíz no en las necesidades provocadas por un posible
descenso numérico de salesianos, sino por la comple-
mentariedad en una misión común, vista desde la ecle-
siología conciliar.
O «Comulgar y compartir»:
Hay una expresión en nuestras Constituciones que
define bien el significado y la orientación de la formula-
ción del tema: se trata de implicar «en clima de familia, a
jóvenes y adultos, padres y educadores, de modo que pueda
convertirse en una experiencia de Iglesia, reveladora del
plan de Dios».9
El término "comulgar" subraya lo estrecho de la rela-
ción de las personas en la convivencia, en la mutua amis-
tad, en el trabajo y en la intercomunicación; el término
"compartir" refuerza la "comunión", destacando el as-
pecto de participación activa de ambas partes.
O «Esptritu y misión de san Juan Bosco»:
Esta expresión se refiere a su carisma de educador cris-
tiano. Hay que insistir en que es cabalmente el espíritu
genuino de san Juan Bosco lo que debe iluminar las rela-
ciones mutuas; dígase otro tanto de su misión concreta.
En este sentido cabe recordar, como veremos, una
diversidad de niveles en el comulgar y compartir de mu-
chos seglares que trabajan con nosotros o que se inspiran
en nuestro proyecto educativo.
Con esta expresión se llama a la comunidad salesiana
a una tarea verdaderamente prioritaria: la formación de
los seglares. Es decir, los salesianos, de entre todos sus

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 350
quehaceres, deben preferir las tareas de animación espiri-
tual y pedagógica y cuidar más la formación concreta de
sus colaboradores y corresponsables.
A esto apuntaba también la indicación del XXIII
Capítulo General en su número 232: «Es, por tanto,
urgente un cambio de mentalidad...; ante todo, en los
salesianos», para fomentar la calidad profesional, la ca-
pacidad educativa y el testimonio con vistas a la educa-
ción en la fe. 10
El espíritu y la misión de san Juan Bosco, comparti-
dos por salesianos y seglares, requerirá un camino de for-
mación común, no sólo en los contenidos, sino también,
más de una vez, en el tiempo.
La simultaneidad de esta formación facilitará la aco-
gida de los dones de cada uno y de las diferencias voca-
cionales.
1O. Cf. XXIII Capítulo
General 237
5. Qué significado damos al término "seglares"
En nuestras variadas y numerosas presencias hay, de
hecho, un espacio no pequeño para muchas personas
que llamamos "seglares,, o "lat.eos,,, pero que son bastan-
te diversos entre sí. Algunos son creyentes católicos y
practicantes, verdaderos cristianos; otros pueden ser ti-
bios y no practicantes; hay quien es cristiano pero no ca-
tólico; otros penenecen a religiones no cristianas; los hay
también incrédulos que hasta se profesan ateos. Se trata,
pues, de una gama de personas muy distintas según las
características ambientales de la cultura del lugar donde
nos encontramos.
¿Y qué decir del término "laico", que, fuera del ám-
bito eclesial, se usa habitualmente con un sentido cultu-
ral y político de tipo agnóstico?
No podemos ahogar el trabajo del próximo Capítulo
General en un horizonte tan elástico que paralice la vo-
luntad de señalar objetivos concretos.

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11
11. Lumen gentium 31
12. Lumengentium31
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
Sólo podremos interpretar correctamente el significa-
do vivo que damos a este término, si partimos de su no-
ción conciliar (posteriormente desarrollada en la exhor-
tación apostólica Christifideles laicz), que nos asegura su
significado eclesial primero y pleno.
Dicha óptica debe iluminar los niveles que de hecho
hay en los "laicos tomados en sentido amplio"; tal óptica
será la medida y la meta de nuestras relaciones de co-
mulgar y compartir con ellos. No podemos olvidar que,
para nosotros, se trata siempre de seglares que de algún
modo se comprometen y simpatizan con el espíritu y la
misión de san Juan Bosco, que es objetivamente un ca-
risma del Espíritu Santo en la Iglesia para el mundo. Es,
pues, necesario recordar, aunque sólo sea brevemente,
quién es el verdadero "fiel seglar o laico".
La constitución dogmática Lumen gentium lo presen-
ta así: «Por "laicos" se entiende aquí a todos los cristianos,
excepto los miembros del orden sagrado y del estado religioso
reconocido en la Iglesia. Son, pues, los cristianos que, incor-
porados a Cristo por el bautismo, forman el Pueblo de Dios
y participan de las funciones de Cristo sacerdote, profeta y
rry. Ellos realizan, según su condición, la misión de todo el
pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo».11
Por otra parte, el Concilio mismo presenta la inser-
ción de los seglares en las realidades temporales y terre-
nas, no sólo como dato sociológico, sino también y espe-
cíficamente como dato teológico y eclesial, como su
modalidad característica de vivir la vocación cristiana.
Dice, en efecto: «Viven en el mundo, en todas y cada una
de las profesiones y actividades del mundo y en las condicio-
nes ordinarias de la vida familiar y social, que forman
como el tejido de su existencia. Es aht donde Dios los llama
a realizar su función propia, dejdndose guiar por el Evange-
lio, para que desde dentro, como la levadura, contribuyan a
la santificación del mundo, y de esa manera, irradiando fe,
esperanza y amor sobre todo con el testimonio de su vida,
muestren a Cristo a los demds». 12

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 350
12
Viven como vocación auténtica su doble frontera de
compromiso: dentro de la Iglesia y dentro del mundo.
La armonización de la doble pertenencia, en uni-
dad de vida personal, obliga a todos en la Iglesia a tra-
bajar por el crecimiento de esa vocación según las tres
grandes necesidades que recuerda la exhortación apos-
tólica Christifideles laici:
- la indispensabilidad de una formación eclesial y
social, dado que deben actuar en ambos frentes;
- la importancia de una espiritualidad apropiada y
actual que responda a las nuevas exigencias de la cultura
moderna;
- la necesidad continua de apoyo en su difícil cami-
no de presencia y animación, para ser y aparecer como
"sacramento del amor de Dios" a los hombres de nuestro
tiempo.
6. La "secularidad", "dimensión secular" de nuestra
Congregación, "índole secular'' del laico o seglar
Para nosotros el término "laico" o seglar, aunque ilu-
minado por este preciso significado conciliar, tiene de
hecho un valor más amplio, que nos obliga a una refle-
xión más gradual y estimulante.
Recordemos el modo con que el Vaticano II relanzó
con novedad el concepto de "mundo" (el "siglo") y revi-
só las relaciones de la Iglesia con él: no "la Iglesia y el
mundo,,,s.mo "aligels1'a en e1mundo".
De ahí surgió la visión de la ''secularidad"como condi-
ción existencial y sociológica de todos: es un dato real en el
que aparecen juntos mucho bien y mucho mal. El actual
proceso de secularización querría conocer mejor y desarro-
llar sus múltiples valores, a menudo no tenidos en cuenta
por una mentalidad estrecha, aunque sea religiosa; sin em-
bargo, lastimosamente este proceso desemboca con excesi-
va frecuencia en un secularismo mortífero e inmanentista.

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13
13. Christifide!es laid
cap. 3
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
De todos modos, una renovada teología de la crea-
ción nos ayuda a interesarnos por muchos valores de la
secularidad y nos descubre el sentido positivo del mun-
do, creado por Dios, teniendo también en cuenta sus di-
namismos de evolución y desarrollo (los "signos de los
tiempos"), que aparecen objetivamente en la base de
unos retos e interpelaciones cada vez mayores y que hoy
exigen una nueva evangelización: para convencerse, bas-
ta considerar las "nuevas fronteras" de que habla la ex-
hortación apostólica Christijideles útici.13
Por desgracia, el secularismo tergiversa el dato poli-
valente de la secularidad y hace que el hombre, en lugar
de ser el camino de la Iglesia, se convierta en dueño
usurpador que manipula y desvía los valores, producien-
do así un antropocentrismo deletéreo.
La secularidad, sin su Creador y sin Cristo que la re-
capitula en la novedad, es de hecho una realidad sin
alma. Sigue siendo un dato fundamental, precioso y rico
de valores, pero sus mismas riquezas, en manos inexper-
tas, sirven para corromperlo.
Cristo, la Iglesia y las vocaciones nacen en la seculari-
dad; pero le dan el alma del Creador y Salvador. Así, Je-
sucristo y todo el Pueblo de Dios son portadores de una
imprescindible "dimensión secular", que da a la realidad
del mundo una especialísima vocación de salvación. En
este sentido es importante distinguir entre "secularidad"
en sí misma y "dimensión secular de la Iglesia'': la prime-
ra es un dato de hecho, una condición existencial y so-
ciológica; consiste en estar en el mundo implicándose en
su futuro, en los quehaceres de la ciencia, de la técnica,
del comercio, de la convivencia social, etc.; pero a veces
lo hace de un modo parcial, estrecho, intrascendente y
desviador.
En cambio, la "dimensión secular de la Iglesia'' lleva
consigo una asunción peculiar de la secularidad en sus
valores e implica un mandato a la acción salvadora, dado
por el Creador y Salvador: es una vocación que supone

2.6 Page 16

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 350
14
mucha responsabilidad con miras a la liberación del
mundo.
Esta dimensión secular, compartida por todo el Pue-
blo de Dios, la realizan sus miembros de modo diverso y
complementario.
Con razón pudo afirmar Pablo VI que toda la Iglesia
«tiene una auténtica dimensión secular, inherente a su
íntima naturaleza y misión, que hunde su raíz en el mis-
terio del Verbo encarnado y se realiza de diversas formas
en todos sus miembros».14
En tal sentido, la cuarta Conferencia Episcopal de
Iberoamérica unió indisolublemente, bajo la síntesis
"Cristo ayer, hoy y siempre", el anuncio del Evangelio
con la promoción humana y la cultura cristiana.
Ahora bien, cuando nosotros consideramos las tareas
propias de la vocación específica de san Juan Bosco, ve-
mos sólidamente presentes en ella la incisividad y pecu-
liaridad de una "dimensión secular" muy concreta. Es un
carisma suscitado en la Iglesia para el mundo: la elección
de la educación en el campo cultural, el sentido concreto
para renovar la sociedad humana, la conciencia de las ca-
rencias de la ciudad, las exigencias de la familia, los retos
de la juventud necesitada, el cuidado de la rectitud de la
conciencia popular, la eficacia de la comunicación social,
etc. La misma figura del salesiano coadjutor es un ele-
mento original de nuestra clara dimensión secular.
El carisma de san Juan Bosco es una realidad eclesial
que no tendría sentido ni fisonomía sin una dimensión
secular concreta sumamente práctica; no tendría signifi-
cado sin el mundo, tal como es, en el que se siente lla-
mado a una colaboración concreta para rehacer el tejido
cristiano de la sociedad humana. Esta dimensión secular
hace que nuestra Congregación camine al lado del que-
hacer específico de los seglares, de su pericia profesional
y de sus funciones.
En los seglares hay que considerar, como característi-
ca propia, "la índole secular': «Ciertamente -afirma el
14. Acta Apostolicae Sedis
64 (1972) 208)

2.7 Page 17

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15
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
15. Christifide!es !aici 15.
NB. Es importante cap-
tar bien en este párrafo
la diferencia entre "di-
mensión secular" e "ín-
dole secular".
16. Lumen gentium 31
17. Cf. Lumen gentium 38;
Apostolicam actuosita-
tem 4; Gaudium et spes
72
Santo Padre- todos los miembros de la Iglesia son par-
tícipes de su dimensi6n secular; pero lo son de formas
diversas. En particular, la participación de los seglares tie-
ne una modalidad propia de actuaci6n y de funci6n,
que, según el Concilio, es "propia y peculiar". Tal moda-
lidad se designa con la expresi6n "índole secular"».15
Para los seglares la "secularidad" pasa de ser condi-
ci6n existencial y sociol6gica a tarea vocacional y teol6gi-
ca. Es decir, la secularidad se asume conscientemente
como elemento que define la propia existencia cristiana;
no se queda simplemente en un dato de hecho (estar en
el mundo), sino que es una opci6n libre para vivir el
bautismo de una manera concreta. El "siglo" es el ámbi-
to y el medio de su vocaci6n cristiana, «llamados a con-
tribuir, desde dentro a modo de levadura», a la salvaci6n.
Para ellos, pues, la secularidad no es s6lo «una realidad
antropol6gica y sociol6gica, sino también y específica-
mente teol6gica y eclesial»: es el "lugar'' de su vocaci6n y
misi6n. «El laico [el seglar] es un miembro de la Iglesia
en el coraz6n del mundo y un miembro del mundo en
el coraz6n de la Iglesia», afirmaron los obispos iberoame-
ricanos en Puebla.
Todo esto nos invita a tener en cuenta una observa-
ci6n particularmente útil para afrontar bien el tema del
pr6:ximo Capítulo.
Vale la pena subrayar la cercanía y fácil armonizaci6n
espiritual entre la "dimensi6n secular" de nuestra Congre-
gaci6n y la "índole secular" de los seglares que comparten
la opci6n del sector cultural y social de la educaci6n.
No es s6lo una cercanía casual, sino, objetivamente,
una implicaci6n operativa y vocacional que se ha de fo-
mentar, para que el "espíritu de las bienaventuranzas",
del que deben dar un testimonio espléndido los religio-
sos, 16 sea también el clima evangélico de la vida y activi-
dad de los seglares.17
San Juan Bosco, como fundador, no limit6 su carac-
terístico espíritu salesiano a dos congregaciones religio-

2.8 Page 18

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 350
16
sas, sino que prefirió que ellas actuaran como fuente y
centro animador y distribuidor de su riqueza evangélica.
El crecimiento del carisma salesiano no es genuino
si falta comunión y si no se comparte con muchos se-
glares.
En el primer Capítulo General salesiano (1877), dijo
san Juan Bosco hablando de los Cooperadores: «Es una
asociación muy importante para nosotros, alma de nues-
tra Congregación, que nos sirve para hacer el bien de
acuerdo y con la ayuda de los fieks que estdn en el siglo...
viviendo todo el espíritu de los Saksianos... Estos coopera-
dores deben multiplicarse lo más posible».18
18. Citado en el número
318 de Actos del Conse-
jo General pág. 4
7. Seglares con el espíritu de san Juan Bosco
Hay varios niveles en los seglares que actúan según el
espíritu de san Juan Bosco: convendrá saberlos animar
adecuadamente.
Los cooperadores son los primeros seglares que com-
parten el espíritu y la misión de san Juan Bosco, incluso
más allá de nuestras obras, pues no se identifican "mi-
sión'' de nuestro Fundador y "obras" salesianas. Os invi-
to a leer su Reglamento de Vida Apostólica, redactado
originariamente para ellos por nuestro padre y fundador,
pero renovado hace unos afios según las exigencias con-
ciliares y aprobado por la Sede Apostólica.
Vienen a continuación los antiguos alumnos (invita-
dos también, cuando son cristianos, a ser cooperadores).
Por la educación recibida conocen más de cerca el espíri-
tu y la misión de san Juan Bosco; entre ellos hay una
gama más amplia de personas de buena voluntad, inclu-
so de quienes no forman parte de la Iglesia.
Debemos recordar, después, a muchos colaboradores,
que con diversos y específicos grados de participación e
implicación intervienen activamente, a veces incluso de
manera determinante, en el cumplimiento de la misión

2.9 Page 19

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17
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
salesiana; sería de desear que quienes se comprometen
cristianamente llegaran a ser verdaderos cooperadores.
Conviene tener en cuenta que el término "colabo-
rador" incluye diversas categorías de personas: padres
de nuestros jóvenes, profesores, animadores de grupo y
de tiempo libre, empleados y distintas clases de volun-
tarios. Todos ellos intervienen en actividades de nues-
tras obras en la medida de sus posibilidades, tanto en el
trabajo como en la pertenencia al espíritu y a la misión
salesianos.
Por último, incluimos a quienes se llaman ~migos de
Don Bosco': categoría que comprende a numerosos sim-
patizantes (cristianos y no cristianos, admiradores y
bienhechores); todos ellos tienen un denominador co-
mún: la simpatía por san Juan Bosco, su espíritu y su
misión y la aceptación a colaborar, incluso sólo como
bienhechores, dentro del vasto ámbito de nuestra misión
juvenil y popular.
Si a todos ellos sumamos los ''seglares confiados" a
nuestros cuidados en ciertas presencias (parroquias, por
ejemplo) que de algún modo se dirigen a todos los habi-
tantes de una zona, encontraremos, además de los no
cristianos, no creyentes y no practicantes, grupos católi-
cos de espiritualidades que enriquecen a la Iglesia local
con carismas propios; lo cual requiere una delicada y
dúctil capacidad de animación de su identidad, sin dis-
minuir la que merecen los grupos de nuestro carisma.
Pienso que nosotros, igual que san Juan Bosco, de-
bemos ser capaces de mirar a todos esos seglares sin ex-
cluir de nuestra atención y acción a nadie que desee
compartir con nosotros las perspectivas educativas y
evangelizadoras.
Es una herencia muy valiosa que debemos conservar
y que hoy vemos confirmada por la apertura conciliar al
ecumenismo, al diálogo con las religiones no cristianas e
incluso con los no creyentes.
Sin embargo, conviene recordar que cuanto más se

2.10 Page 20

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 350
18
ensancha el horizonte de comprensión del término "lai-
co o seglar", que de algún modo se inspira en el espíritu
y en la misión de san Juan Bosco, tanto mayor es la obli-
gación de la comunidad salesiana para acompafi.ar y ayu-
dar, en los procesos formativos, a quienes están a nuestro
lado. Cuanto más numerosos son los "laicos en sentido
amplio", tanto más formado debe estar el núcleo de "se-
glares creyentes" (sobre todo los cooperadores) y tanto
más espiritual y apostólica debe ser la comunidad salesia-
na que los anima.
Para entender bien esta necesidad de un fuerte núcleo
animador del espíritu salesiano, debemos tener en cuenta
las reflexiones hechas sobre la secularidad, la dimensión
secular y la índole secular.
Se trata de incidir salvíficamente en la secularidad,
es decir, en el mundo y en la sociedad. El compromiso
por la salvación tiene su raíz en la "dimensión secular
de la Iglesia'', en su misión evangelizadora del mundo
mediante sus numerosos carismas espedales -en par-
ticular, para nosotros, el carisma de san Juan Bosco-.
La dimensión secular de la Iglesia lleva consigo una vo-
cación de salvación; sin ella, la secularidad no fermenta
ni halla el camino de la trascendencia. Hay un espacio
concreto para involucrar a los "laicos en sentido am-
plio"; pero es necesario que sea más que firme, y real-
mente presente, en el núcleo animador la claridad y la
fuerza de la fe cristiana.
Como ya he apuntado, la dimensión secular de nues-
tra Congregación se centra en la opción cultural de la
educación, de la promoción humana de la juventud ne-
cesitada y de una sensibilidad cultural especial hacia los
ámbitos populares. No abarca toda la amplia compren-
sión de la secularidad; se limita a las opciones de este
sector concreto y vital, donde no será difícil implicar en
la acción a personas de buena voluntad, profesionalmen-
te bien preparadas, y orientarlas hacia una espiritualidad
gradual y respetuosa que no sofoque su secularidad y las

3 Pages 21-30

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3.1 Page 21

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19
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
enriquezca y haga descubrir horizontes de plenitud.
Así pues, existe un terreno amplio y propicio tam-
bién entre los "laicos en sentido amplio", pero supone
un núcleo animador que viva una espiritualidad salesia-
na intensa.
Si, en particular, miramos al comulgar y compartir
con los "seglares creyentes", vemos una sintonía muy
fuerte entre la dimensión secular de nuestra Congrega-
ción y la índole secular de estos hermanos en el bautis-
mo. Es verdaderamente vital y prometedor poder com-
partir las tareas del sector cultural educativo con
personas que cultivan "desde dentro" sus valores, que vi-
ven su vocación bautismal precisamente promocionando
las realidades positivas de este sector y que lo hacen ca-
balmente para ser cristianos auténticos.
Si añadimos que el Espíritu Santo suscitó a san Juan
Bosco precisamente para la juventud necesitada en el si-
glo y que le dotó de un tipo de espiritualidad evangélica
y de un método de acción lleno de amor apostólico ca-
balmente con vistas a tal misión, debemos reconocer que
no compartir dichas riquezas con los numerosos cristia-
nos seglares comprometidos en el área secular de la mi-
sión de san Juan Bosco sería una especie de mutilación
del carisma que restaría posibilidades a la educación de
muchos jóvenes.
Evidentemente, también aquí la implicación de esos
cristianos seglares requiere una comunidad salesiana do-
tada de intensa vitalidad carismática.
Al concluir estas reflexiones, que me parecían necesa-
rias, estamos en condiciones de responder a la pregunta
de quiénes son los seglares que actúan según el espíritu
de san Juan Bosco. Con él estamos abiertos a numerosas
posibilidades en diversos niveles; pero, igual que él, de-
bemos estar llenos de Espíritu Santo. ¡Multiplicar los
cristianos que vivan su bautismo en el área de la educa-
ción y de la cultura! El tema capitular de los seglares nos
reta a ser más auténticamente salesianos.

3.2 Page 22

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 350
20
8. Una comunidad salesiana animadora de seglares
Afrontar el tema de los seglares significa, como he di-
cho más de una vez, hablar a la comunidad salesiana de
sí misma, de formular nuevamente sus servicios y tareas,
de su modo de ser y actuar.
· Intentemos aclarar los elementos de novedad.
- Ante todo, el testimonio de fidelidad al don de
Dios, recibido y expresado por una comunidad más
atenta a las exigencias y a la corresponsabilidad de los se-
glares, compromete en la vertiente de la identidad: el pri-
mado de la espiritualidad. Es imprescindible intensificar
la "novedad de ardor" de que habla el Santo Padre.
- En segundo lugar, la colaboración entre fuerzas
distintas pide a la actividad apostólica y a su organiza-
ción una orientación nueva: la presencia, necesaria e im-
prescindible, de los seglares no debe ser considerada me-
ramente ornamental. El proyecto nace del conjunto. La
realización de la misión educativa hay que estudiarla
considerando la originalidad de cada una de las fuerzas
que intervienen en ella.
- Por último, la animación de la comunidad necesita
verificar la posibilidad y la modalidad de actuar como
núcleo animador que procura especialmente formar a los
seglares.
No es éste el sitio para reseñar los ambientes de trabajo
donde se hallan los seglares (de los distintos niveles) y mos-
trar lo que debe hacer la comunidad salesiana. Son aspec-
tos que cada comunidad debe saber ver, analizar e incluir
en un proyecto adecuado a las situaciones particulares.
Lo que sí interesa es recordar el horizonte hacia don-
de caminar y para el que se han de organizar las fuerzas.
Dicho horizonte comprende las siguientes tareas:
1. Dar calidad a la formación de los seglares
La calidad más significativa procederá de la ayuda
que sepamos ofrecer con miras a la unidad de vida.

3.3 Page 23

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21
19. Christifideks laici 59
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
La primera gran virtud que conviene cultivar es la
síntesis vital de la "unidad": la gracia de la unidad está en
el centro del espíritu de san Juan Bosco y mantiene en
armonía la tensión entre los dos polos: el de la fe y el de
la secularidad, que son también los polos de la caridad:
Dios y el hombre, el misterio y la historia.
La gracia de unidad hay que cuidarla con una peda-
gogía espiritual propia.
La unidad no es estática; vive en tensión y requiere
siempre dosificación, revisión, conversión, puesta al día
y armonización.
Hay que superar los dos peligros de siempre:
- el desplazamiento hacia el polo secular, que no
sólo no fermentaría el mundo con los valores del Evan-
gelio, sino que poco a poco llevaría al seglar (¡y al salesia-
no!) a una mentalidad horizontalista o temporalista en
disonancia con la misión propia de la Iglesia;
- el desplazamiento hacia el polo espiritual, que fo-
mentaría un intimismo o verticalismo alienante, contra-
rio al significado característico de la vocación y misión
salesianas.
«En el descubrir y vivir la propia vocación y mi-
sión, los cristianos seglares han de ser formados para
aquella unidad con la que está marcado su mismo ser
de miembros de la Iglesia y de ciudadanos de la socie-
dad humana. En su existencia no puede haber dos vi-
das paralelas: por una parte, la denominada vida "es-
piritual", con sus valores y exigencias, y, por otra, la
denominada vida "secular", es decir, la vida de fami-
lia, del trabajo, de las relaciones sociales, de la política
y de la cultura. El sarmiento, unido a la vid que es
Cristo, da fruto en cada sector de su actividad y de su
existencia, pues todos los campos de la vida seglar en-
tran en el designio de Dios, que los quiere como "lu-
gar histórico" donde se manifiesta y realiza la caridad
de Jesucristo para gloria del Padre y servicio a los her-
manos».19

3.4 Page 24

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 350
22
2. Ampliar la implicaci6n
No se pide únicamente una mayor presencia efectiva
de los seglares en las obras, cosa que hasta podría ser
muy sencilla y a veces sólo funcional para ciertas necesi-
dades inmediatas.
Lo que se pide es una actitud global, cuya raíz está
en la disposición al cambio personal y comunitario, para
dar un testimonio claro de la fraternidad bautismal y del
compartir misionero.
La implicación supone también saber mirar con con-
fianza al seglar que asume con responsabilidad directa y
primaria ciertos servicios, acompañado y sostenido por
el salesiano.
3. Favorecer la corresponsabilidad
La experiencia dice que en algunos casos este aspecto
es lo más difícil.
Hay dificultades personales en salesianos que no en-
tienden la posibilidad de compartir responsabilidades.
Piensan que se les arrebata algo qt: ~ les pertenecería de
forma absoluta e indiscutible. Cie1 ".,_mente hay que sa-
ber evitar lo que atente contra la propia identidad y res-
ponsabilidad vocacional; pero también hay que saber
captar la complementariedad de los dones y la posibili-
dad de armonizar las actuaciones.
Existen también problemas objetivos en la organiza-
ción del trabajo de un grupo diferenciado.
El diálogo sereno y progresivo sobre el contenido y
las motivaciones del quehacer, el trabajo en grupo revi-
sado de manera habitual con la voluntad expresa de
ayudarse recíprocamente, la necesaria conciliación en-
tre exigencias de la actividad educativo-pastoral y exi-
gencias de la vida familiar, social y política (particular-
mente de los seglares) y el deslinde de los papeles y
funciones encomendadas al grupo de salesianos y al de
los seglares son los puntos fuertes para hacer real la co-
rresponsabilidad.

3.5 Page 25

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23
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
Para asegurar un espacio donde todos puedan dar su
aportación a la causa común, hay que reforzar algunos
organismos de corresponsabilidad, tales como la comu-
nidad educativa, los comités y comisiones y los grupos
de trabajo especializado.
4. Revitalizar la comunicación interna y externa
Hay que tener conciencia de la estrecha relación que
hay entre la vitalidad y riqueza de la colaboración y co-
rresponsabilidad y la intensidad y calidad de la comuni-
cación.
Es preciso subrayar un aspecto que creo que se puede
cuidar más, si aceptamos con apertura de mente y cora-
zón la calidad profesional de los seglares y su voluntad
de poner a disposición los talentos recibidos: la comuni-
cación que sepamos entablar con el ambiente donde vi-
vimos. No basta ver el influjo y la eficacia que logramos
en los destinatarios directos de nuestra labor; hay que
prever también nuestra incidencia en la cultura y la ca-
pacidad de difundir los mensajes vinculados al carisma
de san Juan Bosco.
Nuestro padre y fundador cuidaba la imagen que los
otros podían recibir de su misión. La atención a la "secu-
laridad" y a sus correspondientes exigencias abren a la
comunidad a este tipo de diálogo con el ambiente, la
zona y la cultura que nos rodea.
San Juan Bosco buscaba esta confrontación, conven-
cido de que tenía algo interesante e importante que ofre-
cer y que recibir. Comunicar es siempre un proceso de
ida y vuelta, de ofrecimiento y de recepción.
Hay otros muchos aspectos sobre la presencia de los
seglares y su colaboración y capacidad de asumir respon-
sabilidades que merecerían una palabra de comentario o
introducción. Pienso ahora en dos temas que no hemos
considerado en esta circular:
- los ministerios laicales, que nos interesan particu-

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 350
24
larmente, porque "de hecho" ya existen muchos en nues-
tras obras; sólo esperan organización y reconocimiento;
- la novedad cultural que supone /,a identidady dig-
nidad de /,a mujer tanto en su nivel eclesial como en el ci-
vil y secular. Para los salesianos, este tema llega a consi-
deraciones prácticas en el campo educativo y pastoral;
por ejemplo, en lo referente a la coeducación y a la edu-
cación en el amor.
De todos modos, no falta material para una reflexión
profunda y seria al respecto.
9. Estímulos del pr6xim.o Sínodo para seguir nuevos
caminos con los seglares
Ciertamente el próximo Sínodo sobre la Vida Con-
sagrada tratará también el tema de las relaciones entre
los consagrados y los seglares. El "Instrumento de traba-
jo" habla de ello en dos párrafos: el 80, titulado «en co-
munión con el laicado», y el 98, q, <: estimula a «nuevas
formas de presencia apostólica».
A la luz de la eclesiología de comunión, el número 80
exhorta a una colaboración más constructiva en la que se
aprecie y aproveche explícitamente la realidad secular
como lugar teoMgico. El Concilio puso de relieve la digni-
dad y la misión del bautizado; actualmente crecen los
grupos seglares que manifiestan «deseos de participar en
la espiritualidad y misión de los institutos de vida consa-
grada en complementariedad de vocación. Es positivo
que tales institutos --dice también el texto- busquen
programas de formación y formas institucionales de par-
ticipación y colaboración».
Por otra parte, el documento recuerda a los miem-
bros de los institutos de vida consagrada que, como afir-
ma la constitución dogmática Lumen gentium, existen
para dar testimonio a todos los cristianos, especialmente
a los seglares, de «que sin el espíritu de las bienaventu-

3.7 Page 27

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25
20. Lumen gentium 31
21. Reglamento de Vula
Apostólica art. 4 § 2
22. Constituciones 29
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
ranzas no se puede transformar este mundo [es decir, la
secularidad] ».20
Es una observación que equivale a recomendar a los
consagrados la necesidad de su propia renovación espiri-
tual ("nuevo ardor"), de manera que su identidad caris-
mática haga ver con claridad a todos un espíritu evangé-
lico robusto y cotidiano. El comulgar y compartir con
los seglares nos pide a cada uno de nosotros y a nuestras
comunidades una espiritualidad salesiana contagiosa; sin
ella, únicamente se tratará de colaboración y organiza-
ción en las obras, pero no por ello difundirán ni harán
crecer necesariamente en la Iglesia y en el mundo el ca-
risma de san Juan Bosco.
Considerando las exigencias de creatividad de la nue-
va evangelización, el número 98 exhorta a una «particular
forma de participación apostólica en este momento de la
Iglesia». Tal participación «consiste en compartir el pro-
pio modo de ver y de actuar junto con los seglares, espe-
cialmente en algunos campos de su competencia»; por
ejemplo, la escuela, etc.
Aquí no estará de más recordar nuevamente que, ha-
blando de apostolado salesiano, los términos "misión" y
"obras" no se identifican y que ciertos seglares bien pre-
parados pueden actuar, en el ámbito del área secular ele-
gida por san Juan Bosco, fuera de las obras de la Familia
Salesiana.
El Reglamento de Vida Apostólica de los Cooperado-
res afirma que cada uno de ellos «realiza su compromiso y
vive el espíritu salesiano en las condiciones normales de
vida y trabajo, con sensibilidad y características laicales,
difundiendo sus valores en el propio ambiente».21
Nuestras Constituciones determinan: «Prestamos
nuestra atención a los seglares responsables de la evange-
lización del ambiente, y a la familia, donde coinciden las
diversas generaciones y edifican el futuro del hombre».22
Se trata de una presencia activa en la secularidad: en la
familia, en el trabajo y en las instituciones de los barrios

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 350
26
y de la sociedad, sobre todo en favor de la juventud, para
ofrecer generosamente la levadura del Evangelio.
San Juan Bosco quería implicar en su espíritu y en su
proyecto de acción {incluso más allá de sus propias obras)
a numerosos seglares: «La obra de los Cooperadores se di-
fundirá en todas las naciones -se atrevió a decir- y lle-
gará a toda la cristiandad. ¡La mano de Dios la sostiene!
Los Cooperadores serán quienes promuevan el espíritu
católico. ¡Será una utopía, pero yo la mantengo!».23
Quería que la Asociación de Cooperadores fuera ac-
tiva y emprendedora, nacida «para sacudir el sopor en
que yacen muchos cristianos y difundir la energía de la
caridad».24 Con razón establecen nuestros Reglamentos
Generales: «Sienta toda comunidad el deber de sostener
e incrementar la Asociación de Cooperadores Salesianos,
para bien de la Iglesia. Contribuya a la formación de sus
miembros, dé a conocer y promueva esta vocación, sobre
todo entre los jóvenes más comprometidos y los colabo-
radores seglares».25
El documento presinodal alaba a las asociaciones que
«comparten la espiritualidad y colaboran en la misión»
de un instituto: es «una realidad que crece y busca aún
formas adecuadas, pero ya puede permitir a las comuni-
dades consagradas articular mejor su vida en la Iglesia y
su apostolado específico. Estos nuevos caminos -asegu-
ra también el citado documento-- pueden tener un pa-
pel importante en el sostén de las personas dedicadas a
una búsqueda espiritual y deseosas de comprometerse en
un campo específico de la Iglesia. Son formas que dan la
posibilidad de crear lugares de comunión, de fe y de
apoyo en una misión común, vivida de forma diversa
pero realizada con el mismo espíritu».
23. Memorias Biogrdjicas
XVIII, 161
24. Ibídem
25. Regkzmentos Generales
38
1O. Invitación a las inspectorías
Que el tiempo que falta para el Capítulo General

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27
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
sea, en todas las inspectorías, un tiempo de gracia para
revisar nuestra fidelidad a san Juan Bosco y para buscar
un modo más adecuado de participación de los seglares
en el espíritu y en la misión salesianos.
Dice el artículo 168 de los Reglamentos Generales:
«El inspector, con el consentimiento de su Consejo, tiene fa-
cultadpara [. ..} invitar al Capitulo Inspectorial a salesianos
y no salesianos como peritos u observadores, sin derecho a
voto».
Es una indicación que, sin duda, siempre se ha teni-
do en cuenta en los capítulos de la inspectoría. A la hora
de preparar el XXN Capítulo General adquiere un sig-
nificado nuevo si se sabe hacer práctica y eficaz.
La presencia de algunos seglares, no sólo en los mo-
mentos de mera celebración, sino también durante el tra-
bajo del Capítulo, puede ayudar oportunamente a oír,
ver y orientar con la sensibilidad de los seglares que viven
su vocación y su referencia a san Juan Bosco de manera
significativa. El contacto directo, en la reflexión y en la
toma de orientaciones, de salesianos y seglares, nos ayu-
dará a nosotros, como salesianos, y a ellos, como seglares.
No se puede improvisar cualquier presencia de segla-
res. La debemos seleccionar, prever y preparar. Al com-
partir con ellos la preocupación de un Capítulo General,
descubriremos la posibilidad de sugerencias y propuestas
verdaderamente enriquecedoras y comprenderemos me-
jor la dimensión secular de nuestra Congregación.
Dado que el "proyecto seglares" ya fue considerado y
estimulado en los últimos capítulos generales, conviene
que en el próximo Capítulo Inspectorial se revisen y re-
fuercen las iniciativas tomadas en este campo.
En particular, conviene insistir en la "comunidad
educativa y pastoral", poniendo en práctica lo que esta-
blecen las Constituciones: en la comunidad educativa,
«los seglares asociados a nuestro trabajo aportan la origi-
nalidad de su experiencia y de su modo de vida. Acoge-
mos y fomentamos su colaboración, y les ofrecemos la

3.10 Page 30

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 350
28
posibilidad de conocer y profundizar el espíritu salesiano
y la práctica del Sistema Preventivo».26
Quiero recordar, por último, con particular insis-
tencia, la implicaci6n y la formaci6n de los padres de
nuestros j6venes. Estamos en el Año de la Familia; el
Santo Padre insiste mucho en la urgencia de este tema;
en la última circular reflexionamos juntos sobre nuestra
responsabilidad apostólica al respecto. Pues bien, que
las inspectorías intensifiquen las iniciativas para los pa-
dres y estimulen a que toda comunidad local trabaje de
verdad en tal sentido.
26. Constituciones 47
Conclusión
La preparación para el próximo Capítulo General
nos obligará, queridos hermanos, a intensificar dos as-
pectos vitales de nuestra vida consagrada: la espirituali-
dady la formaci6n. Son aspectos que, siendo sumamente
importantes para nosotros, se refieren constitutivamente
a nuestros destinatarios.
Hablando de los jóvenes, se ha insistido mucho27 en
la espiritualidad juvenil y en su formación, mediante
adecuados itinerarios, en la fe.
Al ocuparnos ahora de los seglares, debemos saber
profundizar una vez más la espiritualidad salesiana y la
formación en un trabajo educativo siguiendo el rico con-
tenido del Sistema Preventivo.
Para tener éxito, como san Juan Basca, en esta tarea,
debemos perfeccionarnos en ambos aspectos. No nos
faltan abundantes y valiosos instrumentos para hacerlo
bien, comenzando quizás de forma gradual y numérica-
mente limitada, siempre que sea verdaderamente genui-
na y profunda.
Miremos llenos de confianza a María, que tuvo una
competencia particular en los valores laicales: esposa fiel,
madre virgen, discípula generosa de Cristo su hijo. En
27. Cf. XXIII Caplntlo
General

4 Pages 31-40

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4.1 Page 31

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29
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
ella brillan los valores de la familia: el amor conyugal y la
educación del hijo.
Vivió gozosamente en la secularidad escuchando la
Palabra salvadora del Creador y meditando sus interven-
ciones de misericordia. Ella es "la que creyó" y demostró
una profunda visión de fe en las vicisitudes de la histo-
ria. Asunta al cielo como segunda Eva, estimula la di-
mensión secular de la Iglesia para que, siguiéndola a ella
como modelo, sea siempre verdadera levadura de salva-
ción. Desde el cielo demuestra su permanente materni-
dad para con todos los miembros del Pueblo de Dios y,
en particular, colaborando con el Espíritu Santo en el
nacimiento de carismas de vida consagrada.
Fue cabalmente María, la Auxiliadora de Valdocco,
quien con materna solicitud y predilección guió a san
Juan Bosco en el comienzo de su carisma juvenil y popu-
lar: espíritu y misión que quiso compartir con consagra-
dos y seglares cada vez más numerosos y testimoniarlo
juntos en comunión de autenticidad eclesial.
Que la dimensión mariana de nuestro carisma nos
estimule a preparar bien el XXIV Capítulo General. Así,
seremos fieles al don suscitado por el Espíritu Santo con
la intervención materna de María para renovar la socie-
dad y para la salvación del mundo.
Un saludo cordial a todos y ¡buen trabajo por inter-
cesión de san Juan Bosco!
Con afecto y esperanza,
EGIDIO VIGANÓ

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