Actas_1996_355.ACG


Actas_1996_355.ACG

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del consejo general
año LXXVII
enero-marzo de 1996
n.º 355
órgano oficial
de animación
y comunicación
para la
congregación salesiana
Direzione Generale
Opere Don Bosco
Roma

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del consejo general
de la sociedad salesiana
de san juan bosco
ÓRGANO OFICIAL DE ANIMACIÓN Y COMUNICACIÓN PARA LA CONGREGACIÓN SALESIANA
N.º 355
año LXXVII
enero-marzo de 1996
página
1. VICARIO DEL RECTOR MAYOR
TODOS JUNTOS
HACIA EL XXIV CAPÍTULO GENERAL
3
2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES La obra escolar salesiana
19
Los "Voluntarios con Don Bosco"
29
3. DISPOSICIONES Y NORMAS
(No se dan en este número)
4. ACTIVIDAD DEL CONSEJO GENERAL De la crónica del Consejo General
41
5. DOCUMENTOS Y NOTICIAS
5.1. Se incoa la causa de canonización
del siervo de Dios Elías Comini
63
5.2. Mensaje del Santo Padre al
Congreso Europeo de la Escuela Salesiana 63
5.3. Salesianos difuntos
(48 relación de 1995)
66

1.4 Page 4

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Central Catequística Salesiana
Alcalá, 164 - 28028 Madrid
Edici6n extracomercial
Imprime: Gráficas Don Sosco - Arganda del Rey (Madrid)

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1. EL VICARIO DEL RECTOR MAYOR
TODOS JUNTOS
HACIA EL XXIV CAPÍTULO GENERAL
Introducción. 1.- Acontecimiento extraordinario. 2.- Acontecimiento de comunión. 3.- Significado
del XXIV Capítulo General. 4.- Comunicación entre la comunidad capitular y las comunidades
locales. 5.- La comunidad, sujeto realizador del Capítulo General. 6.- Dos niveles de reflexión y de
compromiso comunitario. Conclusión.
Roma, 8 de diciembre de 1995
Queridos hermanos:
Cuando recibáis esta carta nos encontraremos ya a
las puertas del XXIV Capítulo General. Hemos procu-
rado prepararlo con la misma diligencia y pasión que le
estaba dedicando don Egidio Viganó comenzando por
la elección del tema, el atento análisis de los problemas
doctrinales y prácticos que el tema comporta y el estu-
dio de las modalidades de trabajo.
Los capitulares tienen en su mano desde hace tiem-
po, traducido a varias lenguas, el documento precapitu-
lar, que recoge la síntesis orgánica de las aportaciones
recibidas de las inspectorías y algunas líneas de refle-
xión para el Capítulo General.
Dicho documento es fruto del trabajo de la Comi-
sión Precapitular, formada por dieciséis miembros pro-
cedentes de otras tantas inspectorías de trece naciones,
que estuvieron reunidos tres semanas en la Dirección
General a las órdenes del regulador del XXIV Capítulo
General, don Antonio Martinelli.
La Comisión trabajó intensamente en un dima de
fraternidad, alternando momentos de escucha y diálo-
go, de estudio y oración, y sirviéndose de modernos
instrumentos de recogida, catalogación y confección de
fichas. Así se pudo obtener un resultado que considera-

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 355
4
ron positivo todos sus miembros y quienes lo leyeron
antes de aprobarlo para su envío a los capitulares.
Del material recibido en Roma se deduce que el te-
ma del Capítulo ha implicado a la Congregación en la
reflexión y en la verificación de la praxis. Se percibe la
diversidad de los tonos y matices que llegan de cada
parte de la Congregación, la cual, por decirlo de algún
modo, ha confluido en un único esfuerzo de encarnar
hoy a san Juan Bosco.
Doy las gracias a quienes, en las inspectorías, en la
Dirección General y en la Comisión Precapitular, han
trabajado seriamente por el XXIV Capítulo General,
permitiéndonos así mirar adelante, hacia su celebra-
ción, con esperanza. Con estas páginas me propongo
invitar a los salesianos y a las comunidades a participar
en él espiritualmente y a prepararse a acoger sus orien-
taciones, creando desde ahora las condiciones para apli-
carlo con prontitud.
l. Acontecimiento extraordinario
Los capítulos generales han marcado la vida de nuestra
Congregación. Algunos de ellos codificaron, tras sucesivas
y pacientes revisiones, normas y formas de vida que, gra-
cias a sus decisiones, pasaron a ser estables y compartidas.
Otros dieron vida a cargos y organismos que facilitaron
nuevos desarrollos en sectores importantes de actividad.
Otros consolidaron aspectos de la formación espiritual y
cultural. Alguno ha sido objeto de una atención especial
de ciertos estudiosos1por su influjo en nuestra historia.
Conocemos bien los últimos capítulos, más largos y
participados. Sin embargo, repasando con paciencia
uno a uno y relacionándolos entre sí, vemos que inclu-
so los menos recordados dieron impulsos que, asumi-
dos por el gobierno ordinario, actualizaron o robuste-
cieron nuestra identidad.
l. Verhulst Marce!. sdb,
Note storiche su/ Capitolo
Genera/e I della Societil
Salesiana (1877), en "Sa-
lesianum" 43 (1981),
págs. 849-882; Wirrh
Morand, Don Bosco e i
salesiani, LDC, Turln-
Leumann 1969, cap.
XXIV, págs. 291-300

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5
2. Const. 147
1. VICARIO DEL RECTOR MAYOR
En tal sentido, todos han sido signos de unidad y la
han consolidado discerniendo lo que la gracia de la vo-
cación sugería en tiempos que corrían a un ritmo más
lento que los nuestros.
Su preparación y su acogida en la fe fueron, y son to-
davía hoy, condiciones esenciales para la eficacia de los ca-
pítulos generales, en los que no hay nada de automático.
El Capítulo General sigue siendo, ante todo, una
llamada a nuestra libertad, que reconoce en él con sen-
cillez y docilidad interior «la autoridad suprema de
[nuestra] Sociedad»2• No sólo ni principalmente en sen-
tido jurídico, sino particularmente en sentido carismá-
tico: es la mediación que mejor indica la dirección que
hay que seguir y las energías que hay que activar en el
momento en que vivimos.
Causa dolor -decía don Egidio Viganó- cuando,
visitando la Congregación, se encuentra alguna inspec-
toría que, por las razones más diversas, tiene un retraso
de dos o tres capítulos. Se nota inmediatamente que tal
retraso no afecta sólo a su pequeño ámbito; afecta a la
vida misma de la Congregación y a la dimensión ecle-
sial de la vocación salesiana.
No es difícil darse cuenta de que nuestros capítulos se
van celebrando en íntima conexión con caminos eclesia-
les fundamentales. Así, por ejemplo, si el XXIII Capítulo
General representó el esfuerzo calificado de la Congrega-
ción para sintonizar con la "nueva evangelización", el
veinticuatro se propone conectarnos con la exhonación
apostólica Christifideles laici y con la reflexión que hizo
sobre la Vida Consagrada el Sínodo de los Obispos.
Así pues, participar en los capítulos significa entrar
con nuestra peculiaridad en el movimiento de la Iglesia.
2. Acontecimiento de comunión
Los medios de comunicación comparan muchas ve-

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 355
6
ces los capítulos generales de los religiosos o los sínodos a
una asamblea constituyente, un parlamento, un congre-
so o un colegio electoral. Son las categorías de que dispo-
nen y que creen más al alcance de la gente. Es obvio que
la semejanza no pasa de ser simplemente material.
Nosotros tenemos la experiencia de que un Capítu-
lo General es mucho más que un órgano técnico o jurí-
dico reunido para responder a ciertas incumbencias
concretas, tales como elegir el Consejo General, estu-
diar un tema o retocar las Constituciones y los Regla-
mentos.
Al inaugurar en Lanzo el primer Capítulo General
el 5 de septiembre de 1877, Don Bosco afirmaba: «El
divino Salvador dice en el santo Evangelio que donde
hay dos o tres reunidos en su nombre, allí está él con
ellos [...]. Podemos, pues, tener la seguridad de que el
Señor estará con nosotros y guiará las cosas de modo
que resulten para su mayor gloria»3•
Subrayaba, así, el carácter de acontecimiento que
tiene la celebración de un Capítulo General. En cierto
sentido nos delineaba las características que el artículo
146 de las Constituciones asigna al Capítulo General
cuando lo describe como reunión fraterna, lugar de la
sensibilización común en «las necesidades de los tiem-
pos y los lugares» y respuesta a «un determinado mo-
mento de la historia».
La principal dimensión del Capítulo General es la
comunión. Los meses que dura son de intensa vida co-
mún, que se enriquece con el múltiple origen de los ca-
pitulares y su variada experiencia. Se realiza por la au-
tenticidad y novedad del encuentro personal, que pro-
porciona la alegría de descubrirse diversos pero herma-
nos. Vive del intercambio continuo entre hombres
conscientes de que tienen algo que dar y algo que reci-
bir en su encuentro en la casa de Don Bosco. Se ali-
menta con la fuerza de la liturgia y de la Eucaristía. Sa-
be exteriorizar los rasgos peculiares de la alegría salesia-
3. Memorias Biográficas
XII, 251

1.9 Page 9

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7
1. VICARIO DEL RECTOR MAYOR
4. Circukzr del 19 de mar-
zo de 1892
na. De ese modo, la comunión se manifiesta según el
estilo de la fraternidad típica de nuestras comunidades.
En este clima tiene lugar, como por ósmosis, la co-
municación más intensa, se aprecia la diferencia y la ar-
ticulación de las culturas, se perciben los retos de las
distintas religiones, se evidencia con alegría la flexibili-
dad del carisma salesiano, se tratan con amor y aten-
ción los problemas que afectan a todos los jóvenes del
mundo. Se construye la convergencia, que se manifes-
tará en los grupos y asambleas y en los debates y vota-
c10nes.
Esta expresión de comunión implica a cada una de
las comunidades locales e inspectoriales y las une a to-
das. En ella alcanza su mayor amplitud e intensidad la
búsqueda de unidad que se manifiesta y actúa en lasco-
munidades esparcidas por todo el mundo.
Por ello, el Capítulo General, durante los meses que
está reunido, quiere vivir en comunión con todos y ca-
da uno de los salesianos. Las comunidades locales e ins-
pectoriales, así como las circunstancias y los lugares
donde actúan, son siempre el punto de referencia esen-
cial y constante de la reflexión capitular: de ellas parte,
en ellas piensa, por ellas trabaja.
Al anunciar el sexto Capítulo General, el beato Mi-
guel Rúa manifestaba su deseo de comunión con todos
los salesianos del mundo, haciendo suyas las palabras
del Apóstol: «No ceso de dar gracias por vosotros, re-
cordándoos en mi oración» (Ef l, 16)4. Es justo creer
que, cuanto más unidos estemos, tanto más eficaz será
el XXN Capítulo General para toda la Congregación.
Tal experiencia de comunión, y la unidad que crea,
no es fugaz. No se disuelve, sino que se difunde cuando
termina el Capítulo.
Un Capítulo General, sin proponérselo, forja con
indubitable eficacia "testigos del acontecimiento". La
participación en él no es la última tarea de un capitular.
Cuando vuelve a su casa e inspectoría, tiene que contar

1.10 Page 10

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 355
8
la experiencia vivida y mostrar el nuevo corazón salesia-
no al que tiende todo Capítulo por el conjunto de su
trabajo. Transmitirá la visión universal de la Congrega-
ción, los mil rostros de su presencia y la unidad de espí-
ritu y objetivos.
Cada capitular sabe que asiste al Capítulo General
en nombre propio y como enviado vuestro; pero tam-
bién alimenta la esperanza de que lo aguardáis para que
os transmita el testimonio que no puede confiarse por
entero ni a un texto escrito ni a un vídeo ni al flujo de
informaciones que evidentemente se os harán llegar. La
confirmación o el desarrollo de tales informaciones los
buscaréis probablemente en las palabras del testigo.
Como síntesis final del primer Capítulo General,
don Eugenio Ceria reproduce las palabras del jesuita
Segundo Franco, que había ayudado a los salesianos en
su preparación. «El principal objetivo de los capitulares
-había dicho-- tiene que ser formar la conciencia re-
ligiosa de los salesianos»5• Todo Capítulo es un don a la
Congregación, para la eficacia de su misión, y a cada
uno de nosotros, para crecer en la fidelidad a nuestra
vocación.
Si, pues, se trata de una gracia vocacional y no sólo
de un simple hecho institucional, la preparación, el es-
tilo de comunión y la voluntad de acogida y realización
son las actitudes espirituales que desde ahora debemos
cultivar en nosotros.
5. Cf. Memorias Biográfi-
cas XIII, 294
3. Significado del XXIV Capítulo General
El XXIV Capítulo General es un capítulo ordinario.
Desarrolla y profundiza un aspecto de nuestra identi-
dad y de nuestro proyecto de acción, ya estudiado en
otras ocasiones. En particular, quiere ponerse en conti-
nuidad con el XXIII Capítulo General y potenciar sus
orientaciones sobre la corresponsabilidad y formación

2 Pages 11-20

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2.1 Page 11

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9
1. VICARIO DEL RECTOR MAYOR
6. Documento precapitular,
Introducción, núm. 1
7. Memorias Biográficas
XIII, 243.
de los seglares con miras a la educación de los jóvenes
en la fe.
Los miembros del Consejo General y los inspectores
y Consejos inspectoriales que aportaron propuestas de
temas para este Capítulo querían mantener un vínculo
orgánico con los que le han precedido y con el camino
hecho en el último sexenio, que se ha distinguido por
iniciativas como el "Proyecto Seglares" y el documento
ss1.oabnrae"
la
.
"Identidad
de
la
comunión
en
la
Familia
Sale-
Ello debería permitir un camino poscapitular de
continuidad substancial, aunque con un progreso signi-
ficativo respecto a los itinerarios seguidos hasta hoy. Lo
subraya el documento precapitular. «El horizonte -di-
ce- es la misión. En tal sentido, el tema se sitúa en el
cauce de la reflexión que, iniciada por la Congregación
en el Capítulo General Especial, ha pasado por los ca-
pítulos siguientes y llega al actual»6•
Mirando a la celebración del primero, Don Bosco
comentaba: «Esto hará que la Congregación se enri-
quezca con un aspecto nuevo. Será un gran paso. Gusta
comprobar que cada año se da un paso importante»7•
Don Bosco, pues, esperaba de su primer Capítulo (y
nosotros esperamos de este nuestro) un doble fruto:
que la Congregación creciera en un aspecto nuevo, es de-
cir, que se concretaran los rasgos de su fisonomía, por el
perfeccionamiento de su identidad, y que diera un paso
adelante en la dirección que marcaban los signos de los
tiempos, las orientaciones de la Iglesia y las necesidades
más urgentes de los jóvenes.
Cuesta poco comprender que la relación con los se-
glares, tomada como tema para el XXIV Capítulo Ge-
neral, afecta a la forma substancial de nuestra Congre-
gación y que es una cita urgente hacia la que realmente
debe dar un paso adelante o, tal vez, correr. Para pro-
barlo, bastaría mirar el espacio que el primer Capítulo
General (1877) dedicó a los Cooperadores.

2.2 Page 12

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 355
10
4. Comunicación entre la comunidad capitular
y las comunidades locales
De lo dicho se deduce que, en el XXIV Capítulo
General, se reúne y expresa la Congregación entera. Es
un aspecto que nos parece de los más importantes de
nuestro Capítulo. Será más fácil lograrlo si las comuni-
dades locales prestan atención a los puntos que se indi-
can a continuación.
Oraci6n y sacrificio
Los frutos que esperamos del XXIV Capítulo Gene-
ral hacen pensar en la siembra evangélica. También a
ellos se aplicará la parábola: «Un poco cayó al borde del
camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro po-
co cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tie-
rra; como ésta no era profunda, brotó en seguida [..] El
resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento;
otros, sesenta; otros treinta»8•
La fecundidad depende de la gracia y de las disposi-
ciones interiores. Una y otras se piden en la oración
confiada y constante. No me gustaría que esta invita-
ción se tomara como un tópico o la exhortación de
siempre. Hay que pensar en la capacidad y en las dispo-
siciones espirituales que se requieren en cada capitular
para comprender, discernir, purificarse de gustos perso-
nales impropios, converger y decidir lo que sea más
conforme al plan de Dios. Y no menos hay que pensar
en las actitudes de quien recibe el mensaje y está llama-
do a cumplirlo: capacidad de escucha, disponibilidad,
confianza, rapidez para intentar su aplicación.
En la oración el Espíritu Santo nos formará para dar
un horizonte de fe a los problemas que están en el cen-
tro de nuestra atención, para disponer el corazón a la
acogida de los frutos del XXIV Capítulo General y para
obtener luz y gracia a quienes actúan en la asamblea ca-
8. Cf. Mareo, 13, 4-9

2.3 Page 13

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11
1. VICARIO DEL RECTOR MAYOR
9. Valentino Basca. ll Ga-
pitolo: momento di pro-
fezia per tenere il passo
di Dio. LDC. Turín-
Leumann 1980. pág. 86
1O. Actas del Consejo Ge-
neral 350, pág. 6
pitular. «Si el pensamiento no se hace fértil en el terre-
no de Dios, está destinado a reducirse a la dimensión
meramente humana, donde sólo tendrá la recompensa
de una floración efímera»9•
Sentimos necesidad de la oración, sobre todo para la
elección, iluminada y sin ningún género de considera-
ciones humanas, de los superiores que deben orientar a
la Congregación durante el próximo sexenio. En la
convocatoria del XXIV Capítulo General, el difunto
don Egidio Viganó pedía «a todos los salesianos su par-
ticipación y corresponsabilidad con mucha oración, pa-
ra que el Señor dé a nuestra Congregación los superio-
res que necesita el actual momento histórico de la Igle-
sia, del mundo y de los jóvenes»1º. Ésta es quizás la ta-
rea más importante y llena de consecuencias de todo
Capítulo General.
Información
El Reglamento del Capítulo General dedica una
atención especial a la información. De ella se encarga
una comisión capitular, que aprovechará la estructura y
el personal de la ANS [Agencia de Noticias Salesiana].
Hoy estamos mejor equipados que en los capítulos
precedentes para comunicar: internet, correo electróni-
co, fax, etc. También nosotros hemos entrado en la
época de la comunicación en tiempo real. El XXIV Ca-
pítulo General es una ocasión excelente -para quien
tenga la posibilidad y no lo haya hecho todavía- de
perfeccionar sus instrumentos de conexión con el Cen-
tro de la Congregación.
Quiera Dios que la mayor capacidad de informa-
ción nos ayude a tener y gustar una comunión más in-
tensa. Sabemos que ni los instrumentos ni el flujo
constante de noticias producen automáticamente la
comunión. Nos lo dice la experiencia de cada día: des-
pués de un telediario, no es raro que sigamos tan aje-

2.4 Page 14

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 355
12
nos como antes a los hechos y personas que se nos han
presentado.
La deseada participación tendrá lugar si, en ambas
partes -Capítulo General y comunidades locales-,
sobre la curiosidad de carácter periodístico, que busca y
da noticias interesantes de tejas abajo, prevalece el es-
fuerzo de difundir y recibir las "buenas noticias", las
que nos llevan al corazón de los problemas, dan las di-
mensiones reales de nuestro carisma, ayudan a percibir
la presencia del Espíritu y abren nuestros ojos a los
tiempos y oportunidades que Dios nos da. Y, sobre to-
do, si tales informaciones se difunden y valoran en las
comunidades locales y para la Familia Salesiana con los
medios oportunos.
La información sobre el XXIV Capítulo General
obliga, pues, a las comunidades a verificar y poner al
día su comunicación interna, e invita a sus miembros,
según el espíritu de las Constituciones, a renovar su
compromiso de tomar parte en los momentos comuni-
tarios más significativos.
Estudio
Para la celebración y acogida del XXN Capítulo Ge-
neral, también hay que preparar el terreno mediante una
oportuna puesta al día en cuanto se refiere a los fenóme-
nos y sensibilidades actuales, particularmente dentro de la
Iglesia. Es una tarea ineludible para quien viene a Roma,
pero también para quienes siguen el Capítulo desde casa.
De esta tarea forman parte la lectura de los grandes docu-
mentos del Magisterio eclesial, sobre todo los más recien-
tes, los estudios de historia y espiritualidad salesianas, los
documentos de las principales asambleas laicales de los úl-
timos años, así como las Constituciones o Estatutos reno-
vados de los grupos seglares de la Familia Salesiana.
A veces se habla de excesiva abundancia de tales do-
cumentos. No se trata de leer todos en este breve perío-

2.5 Page 15

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13
1. VICARIO DEL RECTOR MAYOR
1l. Documento precapitu-
lar, núm. 183
do de tiempo. Lo lamentable sería que no se abordara
ninguno de ellos. Su conjunto ofrece una gran posibili-
dad de elección para cada uno y para la reflexión de las
comunidades.
El estudio nos ayudará a ir más allá de los lugares
comunes sobre los seglares, a profundizar nuestra sinto-
nía con su nueva figura tal como la espera la Iglesia y a
descubrir lo que nos une a muchos seglares de buena
voluntad, con los que, en un mundo secularizado, de-
bemos hacer, juntos, trechos de camino para salvar a los
jóvenes y dar esperanza al mundo.
Dicho de otro modo, se trata de no dar por conclui-
da en las comunidades la reflexión iniciada por los capí-
tulos inspectoriales, sino de seguir, en las direcciones
señaladas, el camino emprendido.
Advierte, en efecto, el documento precapitular: «En
la lectura de la situación hecha por los capítulos inspec-
toriales aparecen problemas e interrogantes que remi-
ten a la história salesiana, para confrontarse y trazar un
cuadro operativo del futuro. En la reflexión se han teni-
do más en cuenta algunas áreas:
- la experiencia histórica de san Juan Bosco, leída en
la perspectiva de su relación con los seglares;
- el amplio movimiento de personas implicadas en la
misión salesiana, orientadas por el núcleo animador
que vivía en Valdocco;
- la espiritualidad cristiana en la interpretación sale-
siana de la secularidad»11•
5. La comunidad, sujeto realizador
del Capítulo General
En el pasado Capítulo General se vio que cualquier
orientación operativa debe contar con un factor deter-
minante: la calidad de la comunidad salesiana. Esto se
debe a la naturaleza misma de nuestra vocación.

2.6 Page 16

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 355
14
La actividad meramente individual no logra la ple-
nitud y capacidad de testimonio e irradiación propios
de la misión salesiana. Y, por otro lado, hacer planes
para la Congregación o el carisma, sin considerar el es-
tado de la comunidad, no supera el nivel de un ideal
optimista.
La misma insistencia de los últimos veinte años en
el tema de los proyectos en general y del proyecto edu-
cativo en particular indica una referencia esencial a la
comunidad salesiana en cuanto sujeto de formación,
propuesta y acción apostólica.
Al considerar con atención las aportaciones de las
inspectorías, la Comisión Precapitular subraya la cen-
tralidad de la comunidad local para llevar a cabo las po-
sibles indicaciones de cambio: «La misión salesiana es,
en la práctica de cada día, un proyecto comunitario que
ejecuta una comunidad educativo-pastoral. Por tanto,
el sujeto responsable del proyecto es un conjunto de
presencias organizadas en comunidad educativa, donde
los salesianos SDB son el núcleo animador de las res-
tantes fuerzas educativo-pastorales con los grupos de la
Familia Salesiana, que comparten plenamente el caris-
ma
de
san
Juan
Bosco»
12
No es suficiente decir que el drea laica! es decisiva
para la misión salesiana, ni bastan el buen resultado del
XXN Capítulo General o la fuerza estimulante de un
documento final equilibrado y bien compaginado para
dar, con los seglares, el salto adelante a que ya nos he-
mos referido; dependerá de la renovada motivación mi-
sionera de nuestras comunidades, de la intensidad con
que vivan la espiritualidad salesiana y de su capacidad
para comunicar y compartir.
Para convocar, corresponsabilizar, animar y formar a
los seglares se requiere una movilización de la comuni-
dad inspectorial y local y de su capacidad de crear las
condiciones favorables para la aplicación de cuanto es-
tablezca el XXIV Capítulo General.
12. Documento precapitu-
lar, núm. 1

2.7 Page 17

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15
1. VICARIO DEL RECTOR MAYOR
13. Documento precapitu-
lár, núm. 220.
14. Christifideles !aici,
núm. 63
15. Ibídem
Para ello, ya desde ahora es preciso verificar la vida
de las comunidades locales y su unión operativa con la
comunidad inspectorial, estimular el hábito del discer-
nimiento que las lleve a hacer opciones encaminadas a
concentrar sus fuerzas en los aspectos más importantes
y fecundos, y ver su nivel de animación y corresponsa-
bilización.
Resulta, sobre todo, ineludible la formación perma-
nente, que poco a poco da mayor conciencia, vitalidad
y prontitud para comunicar el espíritu salesiano. «La
urgencia de formación -advierte el documento preca-
pitular- cruza transversalmente la consideración sobre
los protagonistas de la misión y sobre los ambientes, las
iniciativas y las estructuras de coordinación. Por do-
quier aparece insistente la petición de una formación
conjunta, donde salesianos SDB y seglares sean al mis-
mo tiempo destinatarios y agentes de formación» 13•
Coincide con lo que señala la exhortación apostólica
Christifideles laici al final de un párrafo dedicado a la for-
mación recibida y dada recíprocamente por todos: «For-
mar a quienes, por su parte, deben trabajar en la forma-
ción de los seglares es una necesidad primaria para asegu-
rar la formación general y capilar de todos ellos»14•
No es exagerado afirmar que todo salesiano, por el
ministerio que se le confía -de la escuela a la cateque-
sis, a la celebración de los sacramentos, a la asistencia y
al consejo- es, por vocación, formador de formadores.
Significa que todos deben convencerse de que «no hay
formación verdadera y eficaz si cada uno no asume y
desarrolla por sí mismo la responsabilidad de su propia
formación» 15• El hábito positivo de la autoformación
produce el gusto del crecimiento continuo personal y
ajeno, y es un modo característico de responder al im-
pulso del Espíritu, que se sirve de todo para configurar-
nos con Cristo.
Tal relación entre calidad comunitaria y posibilidad
de animación se está afirmando casi con carácter de ley.

2.8 Page 18

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 355
16
Recientemente han insistido en ella el documento vati-
cano "La vida fraterna en comunidad" y el Sínodo so-
bre la Vida Consagrada. Leemos en el primero: Para
entablar «relaciones fructuosas, basadas en relaciones de
una corresponsabilidad madura [...], se necesitan co-
munidades religiosas de clara identidad carismática, asi-
milada y vivida, es decir, que sean capaces de transmi-
tirla a otros y estén dispuestas a compartirla; comuni-
dades religiosas con una intensa espiritualidad y un
gran celo misionero para comunicar su mismo espíritu
y su empuje evangelizador; comunidades religiosas que
sepan animar y estimular a los seglares a compartir el
carisma del propio Instituto desde su peculiar índole
secular y con su estilo de vida»16•
16. La vida fraterna en co-
munidad, núm. 70
6. Dos niveles de reffexión
y compromiso comunitario
La reflexión sobre el papel imprescindible de la co-
munidad salesiana invita a sacar consecuencias operati-
vas en dos niveles.
Ante todo, en la animación y el gobierno de la ins-
pectoría, donde se programa el número de comunida-
des, se aprueba y verifica el proyecto educativo-pastoral
de las mismas y se determina su consistencia cuantitati-
va y cualitativa en estrecha relación con la misión que
se le confía a cada una de ellas.
El inspector con su Consejo tiene la responsabilidad
de que cada comunidad tenga suficiente robustez para
garantizar la vida común, la eficacia de la misión, lapo-
sibilidad de ofrecer caminos de formación diversifica-
dos y la capacidad de hacer la propuesta vocacional.
Por su parte, la comunidad local debe cultivar la
conciencia de que «vivir y trabajar juntos»17 es nuestro
modo de "ser Iglesia'', dejándonos habitar por el Espíri-
tu de comunión, que nos mueve a actuar como miem-
17. Constituciones 49

2.9 Page 19

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17
18. Ibídem
1. VICARIO DEL RECTOR MAYOR
bros del cuerpo y sarmientos de la vid. Es el único mo-
do posible de manifestar las riquezas del carisma sale-
siano y del Sistema Preventivo.
El espíritu de familia, tan cultivado por san Juan
Bosco y la tradición de la Familia Salesiana, tiene en su
raíz la experiencia de una comunidad que se siente fa-
milia de Dios, pues en ella «se refleja el misterio de la
Trinidad»18, y familia humana, porque la acogida y el
afecto maduro impregna todas las relaciones y el mis-
mo dima. No podemos, por tanto, vivir y actuar como
navegantes solitarios. Tenemos que hacerlo como após-
toles que saben que la comunión es su primer testimo-
nio y misión.
Hay que examinar en qué medida el espíritu del "si-
glo", con su subjetivismo de pensamiento e individua-
lismo de vida, ha podido erosionar nuestra conciencia
personal y nuestro estilo. Por consiguiente, es preciso
renovar el compromiso de que la comunidad salesiana
sea casa donde los hermanos tengan la satisfacción de
vivir juntos, se sientan sujeto de una misión, y demues-
tren, a quien lo necesite (familias, comunidades parro-
quiales, grupos y gente que vive a nuestro lado), que el
Espíritu de Dios, cuando crea comunión, es más fuerte
que la carne y la sangre.
Conclusión
Caminamos hacia el XXIV Capítulo General en co-
munión profunda con toda la Iglesia. Lo escuchamos
en palabras de Juan Pablo 11: «Una gran esperanza
alienta a la Iglesia en vísperas del tercer milenio de la
era cristiana. Para entrar en él, la Iglesia se prepara con
un intenso trabajo de renovación de todas sus fuerzas;
una de ellas es el laicado cristiano». El Santo Padre tie-
ne la convicción -certeza que se ha forjado peregri-
nando por todo el mundo- de que «se puede hablar

2.10 Page 20

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 355
18
de una nueva vida seglar, dotada de un inmenso poten-
cial humano», que participa «cada ve:z más activamente
incluso en el esfuerzo misionero de la Iglesia»19• Llega
así a maduración uno de los frutos del Concilio Vatica-
no 11, el cual hizo ver que en los seglares se manifiesta
con todo su esplendor el rostro del pueblo de Dios2º.
El XXN Capítulo General se sitúa en el camino re-
al que abrió el Concilio y que va del continuo retorno a
las fuentes21 , con miras a una fidelidad carismática, a la
«lectura de los tiempos>>22, a través de los cuales el Espí-
ritu guía a su Iglesia y llama a la Vida Consagrada a una
renovación continua.
Al clausurar el tercer Capítulo General, celebrado
en Valsálice el año 1883, san Juan Bosco se dirigía a sus
salesianos con estas palabras: «Cuando volváis a vues-
tras casas, saludad a los salesianos y a todos los chicos.
Marchad de aquí con la idea de que la gloria de la Con-
gregación depende de vosotros: todo está en vuestras
manos. No os faltará la ayuda de Dios»23••
Es una palabra que también vale para nosotros. «To-
do está en vuestras manos». Juntos preparamos el XXIV
Capítulo General, juntos lo celebraremos, juntos asu-
mimos la responsabilidad -cada uno según sus posibi-
lidades y el ministerio que tiene encomendado- de
dar viva a sus orientaciones, salesianos y seglares juntos,
para la salvación de los jóvenes.
19. Juan Pablo II, Discur,o
del 21 de septiembre de
1995
20. Cf. Lumen gentium 32
21. Cf. Perfectae caritatis 2
22. Gaudium et spes 4
23. Memorias Biográficas
XVI, 418
Vuestro afmo. en san Juan Bosco,
JUAN E. VECCHI
Vicario del Rector Mayor

3 Pages 21-30

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3.1 Page 21

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19
2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES
2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES
LA OBRA ESCOLAR SALESIANA*
LUCAS VAN LooY
Consejero de Pastoral juvenil
lntroducci6n
La escuela sigue siendo el lugar donde el salesiano tiene más contacto con
los chicos, el ambiente -dentro de nuestra misión- donde pasa más tiem-
po con ellos y donde su relación es más constante. Si la escuela se organiza
bien, es un ambiente donde las relaciones favorecen el crecimiento humano,
cultural y social de la persona y del grupo.
Para nosotros, la escuela tiene también el gran mérito de ofrecernos la
mpliastmafaqrmm1.as.1do' en.una colaboración intensa con los seglares que trabajan en la
Como Congregac;ión, últimamente hemos organizado algunas reuniones
para estudiar el tema de la escuela salesiana: en India, el año 1993; en Améri-
ca y Polonia, en 1994, y, para las escuelas de Europa en general, a últimos de
1995. También ha habido un intercambio de ideas entre nuestras universi-
dades e institutos universitarios (Brasilia, 1995).
Partiendo de las ideas surgidas en tales reuniones, os ofrezco algunos pen-
samientos sobre nuestra escuela.
Ante todo, resulta siempre clara la convicción de que la escuela es un am-
biente muy válido y actual para la misión de san Juan Bosco. Todo chico tie-
ne derecho a una buena educación. Sin embargo, con frecuencia la familia
no la logra de forma íntegra y completa. De ahí que la promoción humana
y cultural necesite de la escuela. Ésta, por tanto, en colaboración con la fa-
milia, es un ambiente educativo de primer orden.
Si hoy observamos las escuelas de la Congregación en los diferentes con-
textos geográficos, vemos que generalmente en las naciones de Occidente la
* En estas páginas no me parece necesario distinguir entre escuela y centro profesional. Por ello,
he preferido el título de "Obra Escolar" al de "Escuela Salesiana".

3.2 Page 22

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 355
20
escuela católica está reafirmando con fuerza su papel imprescindible al lado
y en confrontación con la estatal; en Asia la escuela salesiana goza de mucho
prestigio por la calidad de la educación que imparte; en Latinoamérica,
nuestras escuelas son una fuerza para influir en la mentalidad y en la cultu-
ra. En los últimos años, los países llamados "ex comunistas" están descu-
briendo la validez de la escuela. También hay que decir que en muchos paí-
ses de todos los continentes sus gobiernos estudian o renuevan y reestructu-
ran la enseñanza escolar, hecho que ciertamente influye en nuestras obras
educativas.
Así pues, creemos en la escuela. Por si alguien lo necesita, afirmamos una
vez más su importancia en el conjunto de la misión salesiana.
Para indicar sintéticamente algunos de los elementos más evidenciados
en las reuniones que han estudiado el tema de la escuela, yo subrayaría, so-
bre todo, además de la fundamental afirmación que acabo de hacer, los pun-
tos siguientes:
- La escuela crea conciencia de salesianidad en los colaboradores seglares.
- Los salesianos han aprendido o están aprendiendo a colaborar con los se-
glares.
- Se insiste en la importancia de dar prioridad a los destinatarios pobres y
necesitados.
- Los centros profesionales son siempre nuestra peculiaridad carismática.
- Las escuelas influyen mucho en su zona.
- Se siente la necesidad de que conecten entre sí las escuelas de la misma
inspectoría e incluso con otras.
- En los últimos años se ha prestado mucha atención a la educación de los
jóvenes en la fe y a una nueva lectura del Sistema Preventivo.
l. La escuela como plataforma de variadas actividades educativas
La escuela salesiana funciona con criterio oratoriano, sin disminuir por
ello su seriedad en el estudio y la investigación. Una escuela no es sólo lugar
de enseñanza, sino el puesto donde los chicos se forman para la vida. Así
pues, hay que asegurar la existencia de actividades educativas que la com-
plementen. Por ello, la dirección y organización de la escuela debe procurar
que el horario escolar deje espacio para tales actividades.
Subrayo, por separado, cada uno de estos dos aspectos complementarios.

3.3 Page 23

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21
2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES
1.1 La escueÚt debe ser verdadera escueÚt, con calidad culturaly científica
El aprendizaje de las materias hace que el alumno pueda conocer, consi-
derar y valorar las realidades naturales, culturales, históricas, etc., con crite-
rios objetivos. Al mismo tiempo, le capacita también para leer con sentido
crítico el contexto y las experiencias personales. Es importante insistir en
que la enseñanza debe ser integral, evitando la excesiva dispersión, pues se
puede incurrir en el peligro de enseñar las materias sin hacer referencia a la
conducta ni a los criterios de acción. Por ejemplo, no se puede enseñar Físi-
ca sin decir nada de la Ecología, ni la Biología puede prescindir de la Ética,
etc. Los jóvenes de hoy necesitan ver las relaciones que hay entre las mate-
rias que estudia y los sectores de la vida real.
2.2 La escueÚt como espacio para actividades complementarias
Sabemos que san Juan Bosco daba mucho valor educativo al juego, a la
música, al teatro, etc. Las materias establecidas por los planes de estudio de-
ben ir acompañadas de expresiones complementarias que respondan a las
necesidades del joven. La obligación escolar y el esfuerzo por el estudio re-
quieren también, en el ámbito de la escuela, momentos de tiempo libre, dis-
tensión y juego; la presión por los resultados escolares debe compensarse
con la alegría de poder expresar las dotes personales en otros campos.
Se observa que nuestras escuelas prestan también un servicio a Út zona. Se tie-
ne más conciencia de que la escuela tiene un papel de propuesta cultural en el
lugar donde actúa y de servicio a su vida social y política. Pensando en el estudio
de nuestro dicasterio sobre los proyectos educativo-pastorales, recuerdo que en
general la incidencia sociopolítica de nuestras obras era débil; en cambio, se
constata que nuestras escuelas han progresado en sensibilidad social y política.
Una expresión de esta mayor sensibilidad social es el voluntariado juve-
nil. Hay profesores y alumnos de muchas escuelas que han dado su aporta-
ción a planes de servicio en la misma zona o en las misiones. El "Proyecto
África", que confió a las inspectorías la creación y el cuidado de proyectos
misioneros, ha abierto muchas posibilidades a estas formas de servicio.
Abundan los ejemplos de profesores y alumnos que han pasado en las nue-
vas misiones de África sus meses de vacaciones, montando, por ejemplo, ta-
lleres de formación profesional.

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 355
22
Los jóvenes sienten la necesidad de cruzar las fronteras para ponerse en
relación con otros jóvenes. Las escuelas tratan de organizar tales conexiones,
particularmente con obras escolares de otros países. Las grandes concentra-
ciones juveniles de los últimos años han favorecido ese movimiento. En Eu-
ropa, concretamente, el intercambio de alumnos y profesores se ve facilita-
do por los organismos de la Comunidad Europea.
2. La escuela como ámbito de trabajo conjunto de salesianos
y seglares en la misma misión
Comprobamos que la mayoría de los profesores de nuestras escuelas son
seglares, y aumentan las que tienen un director o jefe de estudios seglar. Es-
to crea una situación nueva para el salesiano que trabaja con ellos. Las expe-
riencias al respecto son hasta ahora positivas. Hay una buena integración de
salesianos y seglares; hoy ya nadie quiere dirigir una escuela con solos sale-
sianos, aun cuando fuera posible contar con ellos.
Es muy importante que funcione bien la comunidad educativa. En ella se
vive la reciprocidad de seglares y religiosos, y se concentra la atención edu-
cativa en un programa preparado de común acuerdo. Quizás la escuela es el
lugar donde se tiene la demostración más clara de que nuestra misión es co-
munitaria. Salesianos, profesores y educadores seglares, padres de alumnos,
alumnos, personal administrativo y de servicio confluyen en una única es-
tructura donde participan todos.
La escuela es también lugar de formación y de crecimiento culturaly rela-
cionalpara los profesores. En ella aprenden a querer a los jóvenes con un amor
genuinamente educativo. Una característica típicamente salesiana de la co-
munidad educativa es la de parecerse a una familia, que halla su cohesión en
la misión educativa y en el amor a los jóvenes. Tal cohesión no se basa úni-
camente en el hecho de trabajar en la misma estructura o actividad; nace de
que se comparten las motivaciones de fondo y se propone llegar a la misma
meta. De ese modo, la comunidad halla en el Sistema Preventivo no sola-
mente una pedagogía concreta y práctica, sino que, además, la reconoce co-
mo fuente de espiritualidad.
No estará de más recordar que la índole propia del seglar y la típica del
salesiano-religioso facilitan la conexión de la escuela con la zona. El seglar
que va diariamente de la sociedad a la escuela lleva consigo la sensibilidad de

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23
2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES
su contexto familiar y social; cuando vuelve a casa lleva consigo la sensibili-
dad adquirida en el contacto con el religioso que vive para la educación.
La conexión con la zona tiene un perfil especial en el ámbito de la escue-
la profesional y técnica. La formación para el trabajo y, por tanto, la cone-
xión con el mundo laboral es su dimensión específica. Los jóvenes hallan en
nuestros centros profesionales información y orientaciones, además del
adiestramiento en un oficio. Hay países donde las empresas hacen los planes
de acuerdo con la escuela y aseguran a nuestros alumnos su ingreso en el
mercado del trabajo. Sin embargo, la verdad es que, en general, la mayoría
de nuestras escuelas pueden estar contentas de los resultados a la hora de lo-
grar un trabajo para sus alumnos.
3. La escuela como ambiente de vid.a del joven
«Ser joven quiere decir ir a la escuela», decía Martín Lechner en nuestra
última asamblea de Roma. Es un hecho que el joven pasa mucho tiempo en
la escuela. Cuando hablamos con un chico, inmediatamente solemos pre-
guntarle por el curso que hace o el colegio al que va. Ahora bien, si el mu-
chacho pasa buena parte de su tiempo en la escuela, ésta tiene que crear el
espacio para que su vida sea realmente la que le corresponde. La escuela sa-
lesiana quiere crear un ambiente donde eljoven se halle como en su casa, don-
de no sólo se le permiten las típicas expresiones juveniles, sino que incluso
se las alienta.
En muchos lugares se han organizado formas de protagonismo juvenil en
el modo de llevar la escuela. No son pocas las escuelas y los centros profe-
sionales donde la coordinación pastoral se hace con la presencia efectiva de
los jóvenes; otras instituciones organizan la vida escolar mediante consejos o
grupos. En la escuela salesiana es, además, fundamental la existencia de gru-
pos juveniles como expresión de las habilidades y aficiones de sus alumnos.
Los grupos musicales, deportivos, teatrales, etc. deben tener sitio en nues-
tros ambientes. Un aula escolar no se cierra cuando termina la última clase,
sino que se pone a disposición de otras muchas actividades. Cuando antes
hablaba yo de la integración y complementariedad de las actividades educa-
tivas, quería referirme precisamente a este tipo de organización escolar.
Una iniciativa importante, reciente en algunas naciones y ya consolidada
en otras, es la escuela de animadores, donde se preparan jóvenes que animen

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 355
24
las actividades extraescolares. Las inspectorías que han cultivado esta forma
de preparación no sólo han aumentado su capacidad de animación de los jó-
venes en la escuela, sino que, además, han ofrecido la posibilidad de anima-
ción en la wna durante las vacaciones, abriendo así horizontes nuevos a los
alumnos y a la misma escuela.
4. La escuela como ambiente de formación permanente
Por lo dicho hasta aquí se comprende que los destinatarios de la escuela
no son únicamente sus alumnos; también puede considerarse destinataria
de la escuela la misma misión carismdtica de la Congregación, pues la pre-
sencia de muchas personas bien preparadas favorece una lectura cualificada
del Sistema Preventivo. La comunidad educativa tiene los instrumentos ade-
cuados para ver si se aplica y cómo se vive la pedagogía de san Juan Bosco en
nuestro tiempo y para los jóvenes de hoy en las diversas culturas. Es una
cuestión de no poco valor y peso, muy importante para el desarrollo de
nuestra misión.
Otro destinatario es el de los profesoresy educadores. Cuando la escuela sa-
lesiana acepta a un profesor, se compromete a formarlo humana y profesio-
nalmente, cristiana y salesianamente. Para ello es imprescindible una buena
y seria iniciación en el método educativo salesiano desde el instante mismo
en que se lo acepta. La escuela se preocupará de la formación permanente de
sus profesores y educadores, particularmente en el campo de la educación en
los valores y en la vivencia del Sistema Preventivo.
Los padres de alumnos son otro destinatario importante. En muchas nacio-
nes se ha consolidado la práctica de organizar cursillos para ellos. Su fin no es
simplemente mejorar su nivel cultural, sino, y sobre todo, ayudarlos a seguir
el proceso educativo de sus hijos e introducirlos en el ambiente de la escuela
presentándoles a su personal y procurando que se sientan como en casa cuan-
do van al colegio de sus hijos. En algunas escuelas, sobre todo profesionales, se
presta una atención especial a la formación permanente de sus antiguos alum-
nos mediante cursillos de actualización o de recuperación escolar, en los que
intervienen profesores y antiguos alumnos; en una palabra, se sigue con aten-
ción a los jóvenes que necesitan alguna mejora o especialización.
Por último, la escuela también brinda la oportunidad de una formación
permanente a los salesianos. Esto sucede ya en el tirocinio de los candidatos

3.7 Page 27

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25
2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES
al sacerdocio y de los coadjutores, que muchas veces no pueden dar clase por
carecer aún de los títulos requeridos. Como decíamos, la escuela no es sólo
un conjunto de aulas para la enseñanza de las materias científicas y acadé-
micas; es un ambiente de vida para los jóvenes. Por tanto, si el punto focal
de la escuela es el alumno y no las materias de enseñanza, el salesiano joven
encontrará en ella el espacio necesario para su misión de educador. Aquí es
obligado hacen un llamamiento a favor de la cualificación culturaly científi-
ca de los salesianos jóvenes. Nuestra misión de educadores exige el mayor nú-
mero posible de religiosos especializados en materias de carácter académico
y profesional. Si no tomamos en serio este aspecto, nuestras inspectorías
perderán calidad e incidencia en la cultura y en la zona. Basta recordar la his-
toria de la Congregación, desde la época de san Juan Bosco hasta nuestros
días, para convencernos de la importancia que tiene la calidad intelectual de
nuestros salesianos.
5. La escuela como expresión de Iglesia
Ya hemos aludido al servicio de la escuela en la zona. También tenemos
que hablar de la Iglesia, de la Iglesia local. La escuela salesiana, como cual-
quier otra escuela católica, tiene un papel en la Iglesia local: cuando ofrece
su propuesta cultural, lo hace en nombre de la Iglesia.
Hay que advertir, además, que muchos de nuestros jóvenes, y sus fami-
lias, entran en contacto con la Iglesia casi exclusivamente a través de la es-
cuela. De este hecho, nuevo particularmente en los países de Occidente, se
derivan posibilidades e incluso urgencias: la escuela católica asume un papel
pastoral con las familias de sus alumnos. Es verdad que el contacto pastoral
con ellas corresponde a las parroquias, pero también es cierto que la pasto-
ral debe actuar en función de las personas más que de las estructuras. Creo
que, si nuestras escuelas quieren hacer una labor integrada y completa, de-
ben estudiar las posibilidades y crear las condiciones, en términos de pro-
gramación y de personal, para un trabajo que incluya el aspecto pastoral con
las familias de sus alumnos actuales y antiguos.
La escuela salesiana se sitúa dentro de nuestra misión evangelizadora: al
educar proponemos el modeloºdel hombre perfecto que es Cristo. En los di-
ferentes contextos, la atención que prestamos al Evangelio será más o menos
explícita, pero nunca puede faltar del todo en el planteamiento general de

3.8 Page 28

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 355
26
nuestras obras escolares. En cualquier contexto cultural y religioso, nosotros
debemos proponer la visión cristiana, sin que ello suponga labor de proseli-
tismo. Nosotros educamos "en nombre de Jesucristo", no sólo con activida-
des específicas, sino dando el tono general y la interpretación cristiana de las
materias escolares. En el fondo de nuestra enseñanza laten siempre los crite-
rios éticos y religiosos que nos distinguen.
Es verdad que la convivencia religiosamente plural de nuestras escuelas
crea cada vez más dificultades para celebrar en clave religiosa nuestras fiestas
típicas: es un dato delicado de nuestro tiempo. Sin embargo, los jóvenes tie-
nen derecho a una identidad clara de su escuela y nosotros no debemos ser
excesivamente tímidos en presentarla. Mucho depende de la capacidad de
crear un clima respetuoso e iniciar a los jóvenes en el misterio. Si respetamos
la libertad religiosa de nuestros alumnos, ellos estarán dispuestos a respetar
las expresiones religiosas que organice su escuela.
Se comprende el importante papel de la escuela en la cultura y en la incul-
turación de la fe. La escuela, además, influye en la vida de la Iglesia local. Por lo
tanto, es importante que nuestras escuelas colaboren con ella y tengan en cuen-
ta la programación diocesana y parroquial. Por lo demás, es ya un hecho que
nuestras escuelas y los encargados inspectoriales de escuelas ofrecen cada vez
más su servicio a la Iglesia local y ésta reconoce nuestra capacidad educativa.
6. Las universidades salesianas
La prolongación del período educativo juvenil nos ha impulsado a entrar
en el ámbito universitario. Es un nuevo campo pastoral significativo en el
que ya trabaja un buen número de inspectorías para dar respuesta a las ne-
cesidades de los jóvenes, de la sociedad y de la Iglesia. La Universidad ha co-
menzado a ser parte integrante de la misión salesiana; quiere decir que ha
adquirido ciudadanía entre nuestras obras. La reunión de Brasilia, en agos-
to de 1995, con los responsables de nuestras universidades e institutos uni-
versitarios hizo ver la necesidad de dedicarnos a este sector de la juventud
para influir en su formación cultural y profesional y con miras a formar lí-
deres para la sociedad de mañana. Es un campo que también parece fecun-
do para la pastoral vocacional. Y no hay que olvidar que en las universida-
des es posible educar en el compromiso social y político de manera más in-
cisiva: nuestro tiempo necesita personas bien preparadas en este aspecto.

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2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES
Un campo de tanta exigencia requiere, como es obvio, una preparación
específica, no sólo en el nivel académico, sino también en el pastoral, a fin
de poder acompañar a profesores y alumnos. La actual complejidad cultu-
ral, social y política requiere calidad científica, si queremos que nuestros
destinatarios tengan capacidad para ser, a su vez, educadores y evangeliza-
dores en su contexto. En la Iglesia, las universidades católicas tienen una
función importante para leer la realidad y orientar el pensamiento de la hu-
manidad. En el ámbito salesiano se espera, además, mucho de las universi-
dades con vistas a una lectura del Sistema Preventivo que responda a nues-
tra época.
En Brasilia se fundó la Asociaci6n Salesiana de Universidades (ASU). Su
fin es crear una red de conexión permanente entre ellas y dar líneas de orien-
tación comunes sobre nuestras obras universitarias.
7. La profecía de la escuela salesiana
El proceso educativo salesiano en las culturas que están aflorando debe
dar razón de la llamada profética de san Juan Bosco. El desarrollo del mun-
do escolar en todos los continentes está dominado muchas veces por intere-
ses económicos o políticos y la escuela se ve obligada a seguir con frecuencia
indicaciones que no coinciden con su carácter educativo específico. San
Juan Bosco, respondiendo precisamente a las necesidades juveniles que ha-
bía creado la situación social e industrial de su época, creó el Sistema Pre-
ventivo como respuesta profética. Tal respuesta profética no es hoy menos ne-
cesaria que entonces.
En las reuniones que han hablado de la escuela, se han hecho ver algunos
elementos para que la "profecía'' de la obra salesiana sea realmente actual.
He aquí los principales:
- Poner al joven en el centro y dar cabida al protagonismo juvenil en la es-
cuela.
- Formar e invitar a los seglares a compartir con los salesianos la responsa-
bilidad de la misión.
- Integrar la escuela y la vida, organizando actividades juveniles extraesco-
lares.
- Liberarse del dominio económico comercial o del interés exclusivo por el
mercado del trabajo.

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 355
28
Para dejar aún más claro el carácter profético de la escuela, es interesante
leer, como conclusión de las ideas expuestas, un párrafo del mensaje que
Juan Pablo II mandó a la asamblea de Roma el 2 de diciembre de 1995. «El
Santo de los jóvenes -afirma el Sumo Pontífice- sabía muy bien que la es-
cuela es un ambiente donde el joven se encuentra con sus amigos y entabla
relaciones vitales con los adultos. Es, por lo tanto, importante la relación
que se crea entre un educador y su alumno. Para san Juan Bosco esto era un
elemento educativo esencial. "Educar es cosa del corazón", decía, y deseaba
que sus colaboradores estuvieran con los jóvenes: una presencia que no se li-
mitara al aula escolar, sino que abarcara todos los momentos de su vida me-
diante el contacto y la colaboración con la familia, conscientes de que el
profesor debe ser modelo para sus alumnos».

4 Pages 31-40

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2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES
LOS "VOLUNTARIOS CON DON BOSCO"
Una propuesta vocacional
ANTONIO MARTINELLI
Consejero de Úl Familia Saksiana y Comunicaci6n Social
Breve historia de un hecho que hemos vivido
Empiew desde los primeros pasos con una serie de fechas que el día de ma-
ñana podrían ser importantes y significativas, ya que señalan el camino de una
vocación que enriquece el carisma salesiano con una nueva modalidad de gracia.
Se trata de un don que nuestra Congregación se ha encontrado en las ma-
nos sin un esfuerzo particular: el don de unos jóvenes que, profundizando el
espíritu de san Juan Bosco, creen que es posible ser, vivir y actuar como sa-
lesianos consagrados en el siglo.
Tres encuentrosfundamentales
18 de julio de 1992
Durante el cursillo de formación permanente organizado para los dele-
gados inspectoriales de Familia Salesiana, tres salesianos Qosé Godoy, Rinal-
do Vallino y Francisco Zammit) se dieron cita con el consejero de Familia
Salesiana y Comunicación Social, a fin de reflexionar sobre una experiencia
que estaban viviendo con algunos jóvenes de ambientes salesianos.
El 20 de julio del mismo año se les mandaba a los tres, y a Bruno Masiero y
Cristóbal López, interesados también en el asunto, una carta, a modo de me-
morándum, con las indicaciones sugeridas en la reunión: un decdlogo de con-
ducta con los jóvenes que deseaban vivir en el siglo como consagrados salesianos.
De estos dos hechos nació el camino de la realidad que presento aquí.
15-19 de diciembre de 1993
Los contactos siguieron entre los cinco salesianos mencionados y el Dicaste-
rio con miras a una posible organización por encima de las experiencias locales.

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 355
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De aquí, la idea de convocar en nuestra Dirección General de Roma a los
jóvenes que ya tenían una orientación positiva y a los salesianos que los
acompañaban.
Por su parte, también una Voluntaria de Don Bosco había empezado en Ita-
lia un trabajo similar con algunos jóvenes, formando un grupo interesado en el
cammo.
El 10 de agosto de 1993 sale del Dicasterio la convocatoria indicando los
objetivos de la reunión:
- un retiro de discernimiento vocacional
- un encuentro con el Rector Mayor, al que acudirían los salesianos respon-
sables y los jóvenes convocados.
También se pensó en una peregrinación a Turín, para conocer los lugares
de la primera experiencia y santidad salesiana, además de la reunión con el
grupo local de las Voluntarias de Don Bosco para un intercambio fraterno
de informaciones y experiencias.
Durante la semana de Roma (15-23 de diciembre), el momento más in-
tenso de espiritualidad fue la narración de la vivencia de los jóvenes. Prime-
ramente el Rector Mayor, y después los demás, reconocieron el dedo de Dios
en el camino iniciado. Las cuatro experiencias, vividas en cuatro rincones de
la tierra sin mutuo conocimiento de lo que estaban haciendo los demás ami-
gos, tenían signos idénticos.
Gracias a Dios, antes de marcharse de Roma, los jóvenes escribieron en
una página la historia de su vivencia.
Hela aquí en su integridad.
1° Cómo llegamos a esta opción
Al recordar nuestro camino, en la experiencia concreta que estamos vi-
viendo sobresalen los siguientes elementos:
1.1. El compromiso directo en una actividad concreta como vivencia de un
apostolado.
1.2. Son cuatro los factores que nos han ayudado en nuestra opción vo-
cacional:
- la presencia de jóvenes, generalmente necesitados y con alguna dificultad
particular;
- la presencia de san juan Bosco, percibida en un momento dado de nues-
tra experiencia y de nuestra vida como algo muy significativo;
- la presencia de algunos acompañantes, educadores y maestros de espíritu
en nuestro camino de búsqueda;

4.3 Page 33

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2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES
- la existencia de otros amigos con la misma vivencia.
1.3. He aquí, pues, ciertas exigencias que acuciaban nuestra vida:
t La idea de grupo nos ha obligado a profundizar algunas preguntas:
- ¿por qué hacerlo?,
- ¿por quién hacerlo?,
- ¿cómo organizar nuestra vida?,
- ¿qué proyecto de vida prevemos para todo eso?,
- ¿cómo manifestar nuestra donación, completa y radical, a Dios que nos
llama mediante el compromiso de la vida cotidiana?
t El difícil camino (difícil por motivos de familia, de trabajo, de continui-
dad en el compromiso, de respuesta vocacional, etc.) ha necesitado:
- un suplemento de fe,
- una oración más profunda,
- un apoyo de grupo.
2° ¿Cómo comunicar nuestra experiencia?
2.1. Debemos aclarar ciertas condiciones previas:
t No se trata de una opci6n-refagio debida a dificultades para seguir otro ca-
mino o vocación;
t no se trata de un descubrimiento inesperado; es algo que ha madurado con
el tiempo y en la búsqueda seria de lo que queríamos hacer en la vida.
2.2. El posible camino de comunicación debe tener en cuenta lo siguiente:
t vivir una experiencia concreta de trabajo, de actividad apostólica, de mi-
sión salesiana en favor de quien tenga una necesidad particular: jóvenes y el
sector popular;
t confrontar lo que se va haciendo y lo que se vive a diario con lo que se de-
sea ser y hacer;
t caminar no a solas, sino en compañía de otros que buscan sinceramente el
camino de Dios en su vida.
2.3. Apoyos necesarios en la búsqueda:
t la oraci6n: es imprescindible la ayuda de Dios;
t la paciencia: es un proceso lento, que se hace poco a poco.
12-18 de septiembre de 1994
El intervalo de tiempo entre la primera y la segunda reunión lo vivieron
los grupos de jóvenes con intensidad.

4.4 Page 34

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 355
32
Se les había pedido que prepararan la reunión con miras a redactar un re-
glamento de vida, un texto de Reglas, un borrador de Constituciones. La
carta del 5 de abril de 1994, mandada a los responsables de grupos pero des-
tinada a sus jóvenes, decía:
«Léanse detenidamente las Constituciones de las Voluntarias y de los Sa-
lesianos... No se tenga miedo a plagiar material. Prepárese un texto y envíe-
se a mí (consejero de Familia Salesiana y Comunicación Social) a últimos de
junio. Trabajaré durante julio y agosto para disponer de un texto unificado
en la próxima reunión».
También se daban indicaciones prácticas sobre el modo de preparar los
materiales, que se valorarían en la reunión.
De acuerdo con el Rector Mayor, se introducía una nota:
«Respecto a los votos privados, me gustaría saber si se han hecho, cuántos y
quiénes, y cuántos estarían dispuestos a hacerlos» al terminar la reunión.
Prácticamente es imposible describir el trabajo de la reunión de septiem-
bre, porque fue muy variada. La reflexión hecha, el análisis de los textos pre-
parados por los grupos, la búsqueda de una sintonía entre las diferentes exi-
gencias para llegar a un texto único, los encuentros con el Rector Mayor, el
día de la profesión de siete jóvenes... son un recuerdo inolvidable para quie-
nes lo vivieron.
El objetivo fundamental -redactar un texto de referencia para la vida de
los grupos existentes y para la constitución de otros nuevos- se llevó la ma-
yor parte del tiempo.
Ante todo se trabajó mucho sobre los textos recibidos y el texto integrado
previamente por el Dicasterio con las grandes líneas de los capítulos funda-
mentales:
- identidad del Instituto,
- secularidad, consagración, salesianidad,
- formación, pertenencia, fidelidad,
- autoridad hoy en el Instituto.
Fue un trabajo apasionante lleno de perspectivas.
Se ofrecieron, ademds, ideas sobre el significado de un texto constitucio-
nal en la vida de los miembros de una asociación, de un grupo, de un insti-
tuto. Aquí intervinieron don Juan Vecchi, don Conrado Béttiga y una Vo-
luntaria de Don Bosco para hablar, respectivamente, del valor espiritual,
institucional y vivencia! de las Constituciones.
La inminencia del Sínodo de los Obispos sobre la Vida Consagrada hizo

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2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES
que, después, don Pascual Liberatore presentara su "instrumento de trabajo"
aplicándolo a la vocación de los consagrados seculares.
Por último, los inolvidables encuentros con el Rector Mayor, para co-
mentar el camino hecho y para las primeras profesiones de los "Voluntarios
con Don Basca", fueron la novedad del acontecimiento. A dichas profesio-
nes asistieron los miembros de la comunidad de nuestra Dirección General,
un grupo de Voluntarias de Don Basca con su Responsable Mayor, y repre-
sentantes de los Cooperadores y de los Antiguos Alumnos: ¡fue una fiesta de
Familia Salesiana!
En una de las intervenciones de don Egidio Viganó se revela el nombre
del nuevo grupo. He aquí las palabras del Rector Mayor:
«Deberíais sentir lo que sintieron Juan Cagliero y sus compañeros el día
que san Juan Basca los invitó a hacer la profesión. Les dejó unos días para
pensarlo, y ellos comprendieron: "Don Basca quiere hacernos frailes". Era
algo contrario al ambiente cultural de la época, sobre todo en Turín. Pero
Juan Cagliero se decidió: «Fraile o no, yo me quedo con Don Bosco». Estar
con Don Bosco no era una frase jurídica ni tenía valor religioso; era la expre-
sión de unos entusiastas del espíritu y misión de san Juan Basca, y dijeron:
«Nos quedamos con él».
Desarrollo actual
La vida del incipiente Instituto es como el crecimiento del pino plantado
por los jóvenes "Voluntarios" en el parque de nuestra Dirección General de-
trás del monumento de san Juan Bosco: necesita atenciones y tiempo.
La atención que se propone prestarles el Dicasterio se refiere a dos sectores.
El más importante es proveer a una serie de instrumentos que faciliten la
formación y el camino salesiano de los jóvenes. Ya se han preparado:
ten octubre de 1994, el fascículo núm. 1, con
- un documento para los inspectores salesianos,
- y material para los "Voluntarios con Don Basca" (CDB);
t en enero de 1995, fascículo núm. 2
- con una primera redacción de las Constituciones de los "Voluntarios con
Don Basca", instituto secular masculino salesiano;
ten marzo de 1995,fascículo núm. 3, con
- una carta del asistente central de los "Voluntarios con Don Basca",

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 355
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- una conferencia del P. José Aubry antes de morir,
- e indicaciones prácticas para seguir adelante en el camino emprendido;
ten octubre de 1995,fascículo núm. 4, con
- una carta del asistente central,
- y materiales e ideas para la oración del secular consagrado salesiano.
He querido recordar este material, porque destinatarios del mismo han
sido también los inspectores salesianos. Algunos fascículos están sólo en ita-
liano, otros en italiano y español, otros en italiano, español e inglés: por
ejemplo, el segundo.
Espero que no hayan pasado inadvertidos: son una ayuda a los jóvenes que es-
tdn haciendo la experiencia de una nueva forma de viviry realizar la misión de
san juan Bosco, pero también a los salesianos, que son, como siempre, el mds im-
portante y autorizado grupo de la Familia Salesiana para sostener y animar el
desarrollo de esta vocación.
Desde esta perspectiva toma cuerpo la presente comunicación.
Volveré sobre este asunto para ofrecer algunas pistas de reflexión y actua-
ción concreta en las inspectorías. Invito, pues, a que los mencionados fascí-
culos aparezcan en la mesa de los inspectores y se incluyan en el orden del
día del Consejo.
Como salesianos, tenemos que aprender muchas cosas sobre la realidad
secular, si queremos que nuestros jóvenes crezcan en su vocación de consa-
grados en el mundo.
Aquí surge un posible nuevo trabajo de animación que interesa a todos
los agentes de pastoral y de educación.
Creo que, hablando de su desarrollo actual, la atención, curiosidad y pre-
guntas se centrarán en el aspecto cuantitativo, para conocer la consistencia
real de los "Voluntarios con Don Bosco".
1° Expansión geográfica
Por lo que sabemos en el Dicasterio, actualmente hay "Voluntarios con
Don Bosco", como grupo, en las siguientes naciones:
t En Italia, el grupo no es numeroso.
Sus miembros tienen bastante claro lo que significa la opción de la seculari-
dad consagrada.
Viven regularmente el camino de formación.

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2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES
Son buenos propagandistas de su vocación: varios jóvenes se han acerca-
do ya a la experiencia de los "Voluntarios" para encontrar su sitio en la vida
eclesial y civil.
Las perspectivas, incluso desde un punto de vista cuantitativo, son pro-
metedoras.
t En la isla de Malta, el grupo es bastante numeroso y sigue aumentando.
Mientras que en otras partes del mundo salesiano las Voluntarias de Don
Bosco se han encargado de los "Voluntarios con don Bosco", en Malta ha si-
do al revés: primero nacieron los "Voluntarios con don Bosco" y luego hu-
bo Voluntarias de Don Bosco.
La exuberante vitalidad de su presencia en las obras salesianas y eclesiales
suscita mucha atención, interés e imitación.
La esperanza tiene fundamento.
t En Paraguay hace tiempo que nació el grupo, pero todavía no ha creci-
do mucho.
Sus miembros están personalmente muy convencidos y satisfechos de la
opción hecha.
Saben mantener relaciones con sus amigos de otras naciones y asisten de
buena gana a las reuniones de allí y de fuera.
Por ahora falta expansión cuantitativa.
t Elgrupo de El Salvador es el último del que se tiene conocimiento en el
Dicasterio gracias a una comunicación de los interesados. Es un grupo con-
sistente.
t En Venezuela actúa un grupo bastante robusto y con presencias varia-
das. Por antigüedad, quizás podría considerarse el primero o el segundo; na-
ció hace varios años a la vida salesiana.
Goza de una animación rpuy rica y tiene la posibilidad de reuniones sig-
nificativas desde el punto de vista de la espiritualidad salesiana.
Algunos miembros tienen cargos importantes en la vida social y ecle-
sial.
Las bases son buenas y ofrecen la posibilidad de crecimiento.
2° Vida de los grupos
Quiero recordar dos artículos del borrador de Constituciones de los "Vo-
luntarios con Don Bosco", porque exponen la identidad del Instituto y pre-
sentan el fundamento de su vida y el compromiso de hacerla crecer en ar-
monía con otras referencias.

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 355
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Art. 4: El Instituto en la Iglesia
Los "Voluntarios con Don Bosco" somos, en la Iglesia, un instituto secular
masculino, a tenor del Código de Derecho Canónico.
Consta de seglares consagrados, que trabajan en distintas profesiones.
El Instituto no tiene ni administra obras propias; sólo posee los bienes
que precisa su organización, según las leyes de la Iglesia y del Estado.
El amor a la Iglesia y la fidelidad al Papa exigen la aceptación sincera del
Magisterio, una colaboración de calidad en las actividades pastorales, la co-
munión efectiva con todos los miembros del Pueblo de Dios y la promoción
de una convivencia inspirada en el Evangelio.
La prudente y responsable reserva sobre nuestra condición y la de los res-
tantes miembros del Instituto tiene por objeto la eficacia de nuestra presen-
cia y acción en el mundo.
Art. 5: El Instituto en la Familia Salesiana
Nos reconocemos portadores del carisma de san Juan Bosco y miembros
de la Familia Salesiana. Nuestra secularidad consagrada salesiana se inspira y
orienta por su espíritu, por su proyecto apostólico y por su estilo pastoral.
Reconocemos al Rector Mayor, sucesor de san Juan Bosco, como centro
de unidad y padre de todos, responsable de la unidad en el espíritu y de la
fidelidad a la misión común.
Vivimos en comunión con los diferentes grupos de la Familia Salesiana y
en una relación particular con sus grupos seglares, especialmente con las Vo-
luntarias de Don Bosco.
La Congregación Salesiana, por el patrimonio espiritual y la riqueza
apostólica que custodia y alimenta, es para nosotros, manteniendo las recí-
procas características y autonomía, una fuente viva de autenticidad y un es-
tímulo de fidelidad al carisma.
Las Voluntarias de Don Bosco, con quienes compartimos lo específico de la
secularidad consagrada salesiana, son para nosotros como hermanas mayores.
Son artículos que indican un conjunto de compromisos, repito, no sólo
para los "Voluntarios con Don Bosco", sino también para los salesianos, que
debemos acompafi.arlos en el seguimiento de su vocación.
Las referencias esenciales a la Iglesia y a nuestra Congregación, a los gru-
pos de la Familia Salesiana -especialmente a las Voluntarias de Don Bos-
co-, al espíritu de san Juan Bosco y a su misión juvenil y popular, a una

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2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES
competencia profesional de calidad y a la generosa solidaridad con los nece-
sitados son, por sí mismos, contenidos de formación y de organización de la
vida cotidiana.
Nos corresponde a los salesianos hacerlos efectivos y dinámicos en la his-
toria de los nuevos consagrados.
3° Una semilla que crece
Hasta ahora me he referido a los grupos organizados en las cinco naciones
donde hay "Voluntarios con Don Basca". Sin embargo, también los hay en
otros lugares, aunque no se hayan constituido en grupo porque están al prin-
cipio o viven aislados.
Según noticias recibidas en el Dicasterio, puedo deciros que también hay
jóvenes a quienes interesa la vocación de los "Voluntarios con Don Basca":
- en Argentina, por lo menos en dos zonas,
- en Italia, tanto en el norte como en el centro y el sur,
- en España, al menos en dos zonas,
-en Perú,
-en México,
- en Eslovaquia.
Se trata de jóvenes que han comenzado su primer año de formación o
que están en el segundo de preparación.
Es, por tanto, un grupo que crece.
Hemos comprobado lo importante que es seguir en contacto con esas
personas, a fin de darles la alegría de saber que forman parte de nuestra Fa-
milia Salesiana y manifestarles nuestra voluntad de caminar construyendo
para ellos y para los demás.
Es el segundo sector que nos proponemos cuidar. La relación entablada
con los jóvenes y con los salesianos que trabajan en este nuevo campo se-
guirá y se intensificará.
Orientaciones para las inspectorías
Conviene sacar algunas conclusiones prácticas para colaborar, en cuanto
salesianos, al desarrollo de la vocación de los "Voluntarios con Don Basca".
Me dirijo explícitamente al inspector y a su Consejo, en cuanto responsables
de la animación y organización de la vida en la inspectoría.

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 355
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1. Los materiales preparados por el Dicasterio para los "Voluntarios con
Don Bosco" deben conocerlos el inspector y sus consejeros: tendrán una in-
formación exacta y oportuna en un campo donde las noticias no siempre
son precisas ni adecuadas.
También hay que procurar que las comunidades superen la preocupación
de que el trabajo en favor de los "Voluntarios con Don Bosco" disminuya el
interés por las vocaciones salesianas.
El conocimiento, adquirido o por adquirir, de esta nueva realidad puede
ser ocasión para una charla con el Consejo inspectorial.
2. El inspector interese a su delegado de pastoral juvenil en el tema de
los "Voluntarios con Don Bosco".
Es probable que entre los jóvenes que habitualmente trata la comunidad
salesiana en los colegios, oratorios, parroquias y demás actividades, haya al-
gunos dispuestos a vivir una vocación de radicalidad evangélica sin dejar el
siglo.
El primer paso es descubrirlos. La principal exigencia para un educador
es acompañarlos. La obediencia al Espíritu del Señor no es sólo para el jo-
ven, sino también para el adulto que se pone a su lado para ayudarlo.
3. El delegado de pastoral juvenil, de acuerdo con el responsable de la
promoci6n vocacional y su grupo de trabajo, incluya, entre las posibles so-
luciones vocacionales que se presentan a los jóvenes, la del "Voluntario con
Don Bosco". Se supone, por tanto, que también ellos tienen la información
necesaria sobre este nuevo grupo, nacido de los mismos jóvenes.
Los campamentos vocacionales, los planes de animación vocacional, las
reuniones vocacionales inspectoriales (que en cada lugar se llaman de un
modo distinto: comunidad de propuesta, comunidad de búsqueda, jóvenes
en camino, etc.) tengan en cuenta la vocación del "Voluntario con Don
Bosco".
4. Los directores con sus salesianos y animadores, religiosos o seglares, de
las comunidades educativas deben tener criterios comunes y compartidos, an-
tes de hacer la propuesta vocacional del "Voluntario con Don Bosco".
Como Dicasterio, ofrecemos, para el discernimiento vocacional, los si-
guientes indicadores positivos, que se irán enriqueciendo en las inspectorías
y comunidades.

5 Pages 41-50

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2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES
Hay que dirigirse a:
- jóvenes comprometidos que tengan la experiencia de un apostolado sale-
siano: catequesis, asistencia a los chicos, campamentos escolares, anima-
ción de grupos juveniles, presencia activa en un oratorio...;
- jóvenes dotados de equilibrio y seriedad, jóvenes con ascendiente entre sus
compañeros, jóvenes animadores y potenciales líderes entre sus amigos...; .
- jóvenes de vida espiritual evidente, deseosos de dar y hacer más, de servir
al prójimo, de profundizar el espíritu salesiano;
- jóvenes afectivamente maduros, capaces de abrir su corazón a una dona-
ción más libre para servir al Señor y a los hermanos.
5. Por último, se ha de interesar en el tema de los "Voluntarios con Don
Bosco" a los confesores. El servicio que éstos pueden hacer es muy impor-
tante y grande. Cada vocación es un hecho personal, y por tanto de con-
ciencia, que madura al sol de Dios.
La mediación del sacramento de la Reconciliación es imprescindible pa-
ra la iluminación y para la fuerza de decisión que necesitan los jóvenes lla-
mados.
La experiencia espiritual salesiana reconoce un valor de primer orden al
sacramento de la Reconciliación en el crecimiento vocacional.
6. En los distintos niveles de responsabilidad inspectorial y local se han
de considerar los instrumentos que se van a utilizar de manera coordinada
y orgánica:
- el coloquio personal de dirección espiritual,
- los días de retiro, adecuados a la maduración de las personas interesadas,
- la participación en una tanda anual de ejercicios espirituales,
- el acompañamiento durante breves períodos de un compromiso privado
(bajo forma de promesa o voto) sobre los contenidos de la donación ra-
dical y evangélica al Señor propios de la consagración,
- el trabajo profesional de calidad, como expresión de espiritualidad de la
acción con estilo salesiano.
7. Para terminar, me parece conveniente llamar la atención sobre un as-
pecto organizativo.
Los salesianos que, por su trabajo educativo y pastoral, conozcan a jóve-
nes dispuestos a seguir la vocación de "Voluntario con Don Bosco", pón-

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 355
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ganse en contacto con el centro inspectoríal (delegado de pastoral juvenil y/o
responsable de la promoción vocacional) y, después, comuníquenlo al dicas-
terio de Familia Salesiana (al consejero de Familia Salesiana y Comunicación
Social o al asistente central de las Voluntarias de Don Bosco y de los "Vo-
luntarios con Don Bosco", Conrado Béttiga).
Conclusión
Siento la necesidad de terminar esta comunicación pidiendo a las inspec-
torías salesianas un interés similar de animación espiritual con las Volunta-
rias de Don Bosco para cuanto se ha obligado la Congregación en el artícu-
lo 40 de los Reglamentos Generales.
Los contactos que he mantenido con el instituto de Voluntarias de Don
Bosco me impulsa a pedir un nuevo esfuerzo a nuestras comunidades ins-
pectoriales, a fin de que el servicio que les prestemos responda a las exigen-
cias actuales: en un dima de secularización cada vez mayor, debe aumentar
nuestro interés por formar a seculares consagrados.

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