Entre las materias, ante las que la Congregación se ha mostrado muy sensible en el momento de la consulta sobre el tema del próximo Capítulo General, estaba también el de nuestra capacidad de suscitar vocaciones. Y no sin razón. Siempre ha sido considerado como un punto significativo de nuestro testimonio y, por eso, se insistió en él abundantemente, de muy diversas formas, en el CG24: nuestra formación para un discernimiento vocacional2; la promoción vocacional unitaria en la Familia Salesiana3; la comunidad salesiana capaz de promover la vitalidad del carisma y el dinamismo vocacional, porque lo vive con profundidad, de modo consciente y con radicalidad4; la recomendación de un acompañamiento que proponga insistentemente las motivaciones vocacionales en la CEP5. Era, pues, una materia propuesta a la atención, que convenía volver a tenerla en cuenta.


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