Actas_1993_343.ACG


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del consejo general
año LXXIV - enero-marzo de 1993
n.º 343
órgano oficial
de animación
y comunicación
para la
congregación salesiana
Direzione Generale
Opere Don Bosco
Roma

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del consejo general
de la sociedad salesiana
de san juan bosco
ÓRGANO OFICIAL DE ANIMACIÓN Y COMUNICACIÓN PARA LA CONGREGACIÓN SALESIANA
N.º 343
año LXXIV
enero-marzo 1993
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
página
UN MENSAJE ECLESIAL DE NUEVA
EVANGELIZACIÓN
3
2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES
Cooperación en la actividad misionera
31
3. DISPOSICIONES Y NORMAS
(No se dan en este número)
4. ACTIVIDAD DEL CONSEJO GENERAL 4.1 De la crónica del Rector Mayor
37
4.2 De la crónica del Consejo General
38
5. DOCUMENTOS Y NOTICIAS
5.1 Nombramiento del director del Institu-
to Histórico Salesiano
57
5.2 Nuevo obispo salesiano
57
5.3 Salesianos difuntos
58

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Central Catequística Salesiana
Alcalá, 164 - 28028 Madrid
Edición extracomercial
Imprime: Gráficas Don Bosco - Arganda del Rey (Madrid)

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
UN MENSAJE ECLESIAL DE NUEVA
EVANGELIZACIÓN
lntroducción.-Estuvimos en Santo Domingo.-Cómo entender pastoralmente la nueva evangeliza-
ción.-Los diferentes aspectos de novedad.-Función del método educativo.-Elección de las priori-
dades que hay que cultivar.-Una pastoral juvenil orgánica.-lmplicación de los seglares.-lnsistencia
en una espiritualidad renovada.-María, Estrella de la nueva evangelización.
Roma, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe,
12 de diciembre de 1992
l. XXIII Capítulo Gene-
ral, n. 0 90.
2. Ibídem 91.
Queridos hermanos:
En los últimos meses he podido visitar varias ins-
pectorías de Iberoamérica, Europa e India. En la actual
sesión plenaria del Consejo General estamos analiza-
do los numerosos capítulos inspectoriales llegados
hasta ahora. Podemos decir que en nuestra Congrega-
ción se trabaja con seriedad para poner en práctica el
XXIII Capítulo General con sus concretas exigencias
educativo-pastorales.
«La aurora de una nueva evangelización -leemos en
dicho Capítulo- nos convoca a trabajar en la edifica-
ción de una sociedad más humana y nos pide, sobre
todo, renovar en contextos nuevos, casi con un salto
de calidad, nuestra fe en la Buena Noticia traída al hom-
bre por Jesucristo, el Señor» 1• Los retos analizados en
el último Capítulo General «no son dificultades pasaje-
ras, sino indicaciones de un cambio de época que debe-
mos
aprender
a
discernir
a
la
luz
de
la
fe»
2
«La
perso-
na y la sociedad-nos recuerda también el menciona-
do el Capítulo- se transforman gracias a una cultura

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 343
nueva, más atenta a la totalidad de las necesidades del
ser humano que a las exigencias de la moral indivi-
dual» 3• Por ello, «la tarea de educar a los jóvenes en la
fe dentro del contexto de la nueva evangelización lleva
a la comunidad a revisarse y renovarse a la luz del Evan-
gelio y de la Regla de vida» como comunidad que no
sólo sea «signo de fe», sino también «escuela de fe» y
«centro de comunión y participación» 4• El XXIII Capí-
tulo General nos puso claramente en la órbita de la
«nueva evangelización» frente a la cultura que emerge.
Del 12 al 28 del pasado mes de octubre, el Episcopa-
do latinoamericano afrontó, en Santo Domingo (Anti-
llas), desde el punto de vista pastoral precisamente, el
tema de la nueva evangelización. Como es obvio, los
obispos se refirieron a los contextos de su Continente,
pero creo que fue un acontecimiento eclesial que tam-
bién puede sugerir elementos válidos a las demás Igle-
sias y, particularmente, a nuestra Congregación en todas
las partes del mundo.
Me parece, pues, oportuno invitaros a reflexionar
sobre algunas indicaciones pastorales que, desde dicho
acontecimiento, iluminan y confirman nuestra tarea
poscapitular. Las reflexiones que vamos a hacer no son
un estudio del documento de Santo Domingo, muy rico
en sugerencias y propósitos pastorales, sino sólo una
aproximación global para iluminar nuestra labor y moti-
varnos todavía más. Son expresión de una vivencia,
más que fruto de un análisis del texto.
4
3. Ibídem 4.
4. 1bídem21s-21s.
Estuvimos en Santo Domingo
La Asamblea episcopal de Santo Domingo había sido
convocada por el Santo Padre Juan Pablo II, que par-
ticipó en ella los primeros días, sobre todo con su dis-
curso inaugural, programático y con orientaciones con-
cretas a varios grupos.

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5
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
Los asambleístas pasaban de trescientos cincuenta.
Salesianos había: un cardenal-el eminentísimo Miguel
Obando Bravo-, once obispos, el Rector Mayor y tres
sacerdotes; hubo también dos hijas de María Auxilia-
dora. Fuera de la Asamblea encontré, además, en Santo
Domingo, a otros cuatro o cinco salesianos en calidad
de periodistas.
El 29 de octubre, después de la solemne clausura
del día anterior en la antigua y monumental catedral
de la ciudad, el Rector Mayor, con dos de los obispos
salesianos que habían participado en la Asamblea y un
teólogo que también había sido miembro de ella, salió
para Colombia, donde, en una casa de retiros de las
Hijas de María Auxiliadora (Fusagasugá, cerca de Bogo-
tá), tuvo lugar una reunión de tres días para estudiar el
documento de Santo Domingo con todos los inspec-
tores de América, incluidos los estadounidenses, con-
vocados por sus dos consejeros regionales, padres Gui-
llermo García y Carlos Techera.
Allí reflexionamos sobre las proyecciones pastora-
les de dicha Asamblea en nuestras inspectorías más
directamente interesadas. Los objetivos y el contenido
de nuestro XXIII Capítulo General nos hicieron sentir
en substancial sintonía con las conclusiones de aquel
episcopado.
Nos gustó el llamamiento del Papa y los obispos a
los adolescentes y jóvenes para que asuman un prota-
gonismo valiente en la nueva evangelización. También
despertó en nosotros un interés particular la preocu-
pación del Papa y de los obispos por los chicos de la
calle: era la primera vez que se aludía a este grave pro-
blema desde la cumbre de las responsabilidades pas-
torales. Fue para nosotros una alegría comprobar que
en aquellas inspectorías, comenzando por la ciudad de
Santo Domingo, los Salesianos y las Hijas de María Auxi-
liadora prestan con generosidad diversos modos de
atención a esta juventud necesitada.

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 343
6
La Familia Salesiana no participó, obviamente, en la
epopeya de la primera evangelización; pero hoy está
decidida a asumir las tareas de la nueva evangelización;
y es muy numerosa. Contando sólo a los Salesianos e
Hijas de María Auxiliadora se llega a más de diez mil
trescientos: 4.709 SDB con 547 presencias y 5.624 HMA
con 511 obras. Es urgente asegurar a nuestra Familia,
en América y en todo el mundo, un crecimiento de cali-
dad pastoral.
Algunos aspectos más característicos de la IV Asam-
blea episcopal latinoamericana (la 1ª fue en Río de
Janeiro el año 1955, la 2ª en Medellín en 1968 y la 3ª en
Puebla once años después) pueden iluminar también,
para nuestra Congregación en todo el mundo, las tare-
as de la nueva evangelización. Tal es la razón por la
que ahora vamos a intentar determinar las principales
de ellas.
Cómo entender pastoralmente la nueva evange-
lización
El título inicial de lo que se iba a tratar en Santo
Domingo era: «Una nueva evangelización para una
nueva cultura». Parecía la formulación más clara y sin-
tética para orientar el trabajo de la Asamblea. En el pro-
ceso de preparación dirigido por el CELAM (Consejo
Episcopal Latinoamericano), después de tres sucesivos
documentos de consulta, el Papa quiso personalmen-
te que se cambiara el título; la formulación sugerida,
que después resultaría definitiva, era la siguiente: Nueva
evangelización - promoción humana - cultura cris-
tiana.-jesucristo ayer, hoy y siempre (Heb 13,8). No se
quería que la Asamblea fuera una celebración de carác-
ter histórico-cultural; entre «descubrimiento» de Amé-
rica, su «ocupación» o «conquista» y «primera evangeli-
zación» sólo se tuvo en cuenta este último aspecto. Tam-

1.9 Page 9

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7
5. Cf. Documento final,
núms. 200-203.
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
poco se quiso que la Asamblea se convirtiera en con-
frontación sobre discutidas posturas teológicas, sino
que fuera de verdad un relanzamiento apostólico glo-
bal de carácter operativo y dinámico; que no fuera ni
propiamente «reevangelización» ni crítica de la prime-
ra evangelización ni, mucho menos, un empobreci-
miento cultural del Evangelio, sino una renovada acti-
tud pentecostal del pueblo de Dios para proclamar con
valentía la inefable presencia de Cristo vivo, Señor de
la historia, «el primero y mayor evangelizador» Quan
Pablo II) que sabe responder a los actuales y gigantes-
cos retos del Continente.
Después de Puebla, se ha producido en el mundo
la caída del socialismo real en el Este de Europa, que
ha hecho comprobar el fracaso de insidiosas actitudes
ideológicas, y ha supuesto, de hecho, una invitación a
no fiarse ya de ninguna otra ideología de signo mate-
rialista. Los pastores consideran con atento discerni-
miento la economía de mercado; pero tampoco se fían
del neoliberalismo; quieren la liberación total del hom-
bre, no sólo de su pecado personal, sino también de
toda sed de poder que dé origen a egoísmos y estruc-
turas de injusticia 5. La IV Asamblea episcopal latinoa-
mericana es la propuesta magisterial más solemne, des-
pués de este hecho histórico, para una nueva época de
pastoral que se centre en la nueva evangelización, y
quiere ofrecer con originalidad pastoral una visión clara
de la óptica y orientaciones que hay que seguir.
A primera vista podría parecer que el cambio del
título del tema lo hace más complejo, ya que presen-
ta tres niveles distintos (Evangelio, promoción, cultu-
ra) que deberían presentarse por separado. Sin embar-
go, tal interpretación de la supuesta triple autonomía
fue excluida de las reflexiones de la Asamblea. La expre-
sión de la carta a los Hebreos, incluida en el título:
Jesucristo ayer, hoy y siempre" (Heb 13,8), es el hilo
de oro que une todo en una óptica pastoral orgánica.

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 343
8
Esto hizo presentar la nueva evangelización con un
visión unitaria muy concreta y realista. Ciertamente,
para esto son imprescindibles una presentación del
Cristo pascual y una adhesión a su misterio de salva-
ción histórica que mantenga inseparablemente uni-
dos, en la acción apostólica, los tres aspectos indica-
dos en el título. Se trata, pues, de una nueva evange-
lización, que simultáneamente «catequiza», «promue-
ve» e «incultura».
El camino de Cristo -y de la Iglesia- es el hombre;
no el hombre anónimo y abstracto, sino el real que vive
en el tiempo con los problemas de su hoy, en la cultu-
ra que lo caracteriza y en el territorio de su existencia.
Si la nueva evangelización no se proyectara, precisa-
mente en nombre de Cristo, sobre la promoción huma-
na y sobre la inculturación, no sería auténtica ni haría
madurar la fe como energía de la historia. He aquí una
perspectiva original que, como suele decirse, saca la
pastoral de las sacristías, pero también de las centrales
de la ideología y de la política.
Así pues, la nueva evangelización se presentó en
Santo Domingo no tanto como un desarrollo de refle-
xiones doctrinales, que evidentemente son importan-
tes, cuanto como un conjunto de condiciones y medios
adecuados para hacer descubrir y actuar el misterio de
Cristo en las situaciones de la vida. Esto supuso algu-
nas innovaciones a la hora de «ver» la realidad y en las
«líneas pastorales prioritarias» que hay que asumir como
propósitos para la acción pastoral.
Esa visión, compleja pero orgánica, de la nueva evan-
gelización fue la idea central, omnipresente y englo-
bante de todo el trabajo de la Asamblea. Los muchos
argumentos tratados hay que considerarlos a la luz del
tema central. Por lo cual, sería desfigurar el documen-
to final querer afirmar, como he oído a alguien, que la
mejor forma de leerlo sería comenzar por la promoción
humana.

2 Pages 11-20

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2.1 Page 11

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9
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
Los distintos argumentos que tratan del orden tem-
poral, así como los relativos a los evangelizadores
(ministerios ordenados, vida consagrada, comunida-
des eclesiales), o como los que hablan de las culturas
indígenas y de la comunicación social, etc., no tuvie-
ron, en la intención de los pastores, un desarrollo autó-
nomo, como si fueran argumentos separados, sino
que se supeditaron intencionadamente al tema englo-
bante de la nueva evangelización, a la luz del miste-
rio de Cristo en la historia; leerlos sectorialmente sig-
nificaría perder el sentido orgánico del texto. Su pecu-
liar significación puede percibirse con claridad en los
títulos que encabezan las tres partes del documento
final:
1ª parte: Jesucristo, evangelio del Padre;
2ª parte: Jesucristo, evangelizador viviente en su
Iglesia.
3ª parte: Jesucristo, vida y esperanza de América
Latina.
«Ver» las situaciones y los problemas es imprescin-
dible, pero no comenzando inmediatamente y sólo por
un análisis independiente de los mismos, que podría
dar pie, como de hecho se ha visto, a prejuicios con
residuos ideológicos que luego influirían en la mísma
acción apostólica, sino asegurando desde el principio
la óptica pascual que ayude a «ver, juzgar y actuar» con
una perspectiva auténticamente pastoral.
Así pues, la nueva evangelización que se propuso
en Santo Domingo concentra ciertamente la atención
de los pastores en la realidad concreta del hombre en
situación, pero lo hace a partir de la luz liberadora del
riquísimo misterio de Cristo, presentado como la gran
novedad y la mejor noticia del hoy: todo desde Cristo,
con Cristo y por Cristo, para «ver, juzgar y actuar» en
consecuencia. Esta opción de fondo tiene el gran méri-
to de poder presentar después la nueva evangelización
como totalmente inseparable de la promoción huma-

2.2 Page 12

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 343
10
na y de la inculturación, sin caer por ello en la tenta-
ción de peligrosos reduccionismos.
Los diferentes aspectos de novedad
La evangelización es nueva porque objetivamente
han surgido novedades apremiantes que interpelan a
la Iglesia. Será útil para todos, y en particular para noso-
tros, ver cómo las señaló Santo Domingo.
Considerando los debates y los pasos dados en la
Asamblea y la estructura y el contenido de su docu-
mento final, podemos encontrar estas novedades en
dos niveles complementarios:
- novedad de contenido, tanto en el Evangelio como
en los tiempos;
- novedad en los personas, o sea, en los protago-
nistas de la nueva evangelización.
a. Ante todo, novedad en la presentación del Evan-
gelio
No se trata, evidentemente, de presentar otro Evange-
lio, sino de dedicarse a presentar a Cristo, el «Hombre
nuevo», como la primera y mayor novedad de hoy. Está
vivo y presente, es el Señor de la historia; como verdade-
ro Dios y verdadero hombre, es el evangelio del Padre cre-
ador; sin él no se hizo nada de cuanto existe; a él se diri-
ge todo el orden temporal, cuya justa laicidad ilumina.
Frente a las calamidades del pecado, Cristo es el redentor,
el único verdadero liberador por el camino del amor y no
de la violencia. Ascendido al cielo, envía -con el Padre-
al Espíritu Santo, para construir así en la historia la Iglesia,
que es su cuerpo, sacramento de salvación con diversas
mediaciones características para la edificación del Reino.
Este Reino se identifica inicialmente con el hombre
Jesús y está presente en germen y como causa de dina-

2.3 Page 13

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11
6. Actas del Consejo
General núm. 331.
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
mismo en la misión de la Iglesia. La meta del Reino es
el hombre, el hombre concreto: la fe evangeliza su pro-
moción y fermenta su cultura. Cristo es el primero y el
último; volverá, pero ya ahora da una dimensión esca-
tológica al tiempo. Es necesario ahondar en todo esto
como la gran luz que nos permite leer la historia.
Cabe decir precisamente que los obispos en Santo
Domingo «celebraron a Jesucristo», según la exhorta-
ción que les hizo el Santo Padre Juan Pablo II.
Esta novedad de presentación invita a reconsiderar,
de cara a la nueva evangelización, la «cristología», la
«eclesiología» y la «antropología», que juntas forman la
óptica pastoral con la que consideramos las situacio-
nes reales y desde la que se trata de ver sus retos más
urgentes.
Nos sería útil, al respecto, leer de nuevo individual-
mente la circular sobre la nueva evangelización, del 8
de
septiembre
de
1989
6
En ella os decía precisamente queJesucristo es la nove-
dad suprema e indefectible. «No basta -escribí- reconocer
en abstracto lo excepcional de su naturaleza; urge presen-
tarla como la noticia más importante para hoy, que asom-
bra, renueva y sabe responder a los interrogantes más angus-
tiosos, que abre a la trascendencia la vida de cada persona
y la historia de la humanidad: se trata de la misteriosa dimen-
sión escatológica (osea, de la meta final de algún modo ya
presente) que incide en las culturas humanas, las ilumina,
juzga y purifica, y discierne y puede promover los valores
que emergen de ellas.
«La nueva evangelización se apoya plenamente en
este acontecimiento supremo: ¡el novísimo por exce-
lencia! No hay ni habrá nunca novedad mayor que ésta:
es criterio de confrontación para cualquier otra nove-
dad; no envejece; es la perenne y suprema maravilla de
la inserción de Dios en la historia; es la nueva creación,
que se anticipa ya en nuestro mundo viejo. Hay que saber
hacer visible y comunicar esta novedad suprema ... ¡Sólo

2.4 Page 14

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 343
Cristo revela al hombre lo que es el hombre! Evangeli-
zar quiere decir, ante todo, saber anunciar al hombre de
hoy la gozosa y grata noticia de la Pascua, que desva-
nece y hace explotar el caduco atractivo de las noveda-
des mudables ... Urge, pues, hacerse comunicadores
actualizados de la gran noticia con sus enormes valores
históricos» 7•
b. La novedad de los tiempos
12
7. Actas del Consejo
General núm. 331,
págs. 11-12.
Aquí hay dos aspectos íntimamente unidos entre sí:
La novedad propia de los «signos de los tiempos»,
que hacen emerger nuevos valores antropológicos
(lo que suele llamarse cultura emergente o «adve-
niente», como dijo el Papa) en un movimiento cul-
tural planetario, que se halla presente, sobre todo,
en las grandes ciudades (secularización, socializa-
ción, promoción de la mujer, etc.).
Y también las novedades socioculturales de los
contextos, donde se ha distinguido entre la «situa-
ción» que hay que describir y los «retos» que hay que
individuar para el evangelizador. La novedad hay
que buscarla, sobre todo, en los retos que pertene-
cen al ámbito de la promoción humana.
El documento de Santo Domingo afronta diez
de ellos: «derechos humanos», «ecología», «la tierra
como don de Dios», «el empobrecimiento y la soli-
daridad», «el trabajo», «la movilidad humana»,»el
orden democrático», «nuevo orden económico»,
«integración latinoamericana», «la familia y la vida»
(a este último reto la Asamblea quiso darle un desa-
rrollo más amplio) 8•
No es un discernimiento fácil pasar de la descrip-
ción de las «situaciones» a la indicación de sus «retos»
más urgentes. Es precisamente lo que nosotros hicimos
en el XXIII Capítulo General.
8. Cf. Documento final,
núms. 210-227.

2.5 Page 15

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13
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
c. Hay que considerar también la novedad de las
personas
9. Documento final,
núm.80
Santo Domingo dio una importancia especial a este
aspecto, que se refiere a los evangelizadores. Su docu-
mento final hace sin ambages un fuerte llamamiento a
la «santidad» para vivir el «nuevo ardor».
Esto atañe necesariamente a cada persona, pero tam-
bién a las comunidades eclesiales en sus distintos nive-
les: deben ser comunidades vivas y dinámicas. Se insis-
tió en la renovación del papel de los diferentes minis-
terios y carismas, particularmente de los ministerios
ordenados y de la vida consagrada, a fin de que reavi-
ven el fuego evangélico de su identidad. Hubo un lla-
mamiento especial a los seglares y, entre ellos, a los
jóvenes y adolescentes. Se puso de relieve la necesi-
dad de una pastoral vocacional renovada, «en estrecha
vinculación con la pastoral familiar y la juvenil. Es urgen-
te preparar agentes y encontrar recursos para este campo
de la pastoral y apoyar el compromiso de los laicos en
la promoción de vocaciones consagradas» 9•
Se indica asimismo la novedad de las fronteras de la
misión, las más lejanas, hacia las que hay que avanzar,
subrayando que para los fieles latinoamericanos ha lle-
gado la hora de la misión «ad gentes». La «missio ad gen-
tes» -como afirma Redemptoris missio- hace descubrir
el primer significado y el entusiasmo fontal de toda
evangelización; si no se tiene el ardor de los apóstoles
y misioneros, difícilmente se es generoso y auténtico
para evangelizar.
Una atención particular se prestó a la llamada «inva-
sión de las sectas». Este fenómeno creciente deja al des-
cubierto un vacío pastoral debido a la falta de forma-
ción en la fe y a una insuficiente atención a la religio-
sidad popular, que deben considerarse con mayor aten-
ción en la nueva evangelización. «Que la Iglesia sea
cada vez más comunitaria y participativa y con comu-

2.6 Page 16

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 343
nidades eclesiales, grupos de familias y círculos bíbli-
cos, movimientos y asociaciones eclesiales, haciendo
de la parroquia una comunidad de comunidades» 10•
d. Por último, la peculiar urgencia de la novedad
de inculturación
14
10. Documento final,
núm.142.
Es en el terreno del diálogo con las culturas donde
urge encontrar un «nuevo método» y «nuevas expre-
siones». La cultura nace con el hombre: es obra suya,
no un absoluto. Cristo, al hacerse hombre, entra en ella
con un doble don: la lleva a plenitud y, a la vez, la puri-
fica. Es el encuentro de la historia de un pueblo con la
historia de la encarnación de Dios. El Evangelio siem-
pre se ha dirigido a la inculturación, no tanto como
exaltación de las culturas en sí, cuanto como fermen-
tación de las mismas mediante la luz de los tres gran-
des misterios: Navidad (encarnación cultural), Pascua
(purificación plena) y Pentecostés (universalización
pluralista). La fe cristiana nace para impregnar las cul-
turas por medio de las personas y comunidades «cre-
yentes» en un paciente proceso de inculturación. En
América Latina, al lado de la cultura emergente (cada
vez más real en las ciudades), existen diversas culturas
indígenas, afroamericanas y mestizas. El Evangelio se
distingue de un~imple enseñanza doctrinal; lleva con-
sigo una energía dehueva creación que debe penetrar
en la historia concreta de los hombres.
Entre «inculturación del Evangelio» y «evangeliza-
ción de la cultura» hay, indudablemente, una fuerte
diferencia de significado: una «navidad» que lleva a la
«cruz». Sin embargo, el documento afirma que la nueva
«evangelización» debe hacerse precisamente median-
te la «inculturación» de la fe. Lo cual supone claridad
de Evangelio, capacidad crítica de discernimiento para
saber bautizar e incorporar los nuevos valores, descu-
brir y promover los valores evangélicos que ya están

2.7 Page 17

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15
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
presentes purificando sus aspectos defectuosos y supe-
rar la moderna cultura antropocéntrica orientándose
hacia una posmodernidad que abra siempre nuevos
espacios a la trascendencia.
Para ello hay que inventar una metodología ade-
cuada junto a la capacidad creativa de nuevas expre-
siones.
Por eso se destaca la importancia de las universida-
des católicas y de los centros educativos y la validez
especial de las vocaciones dedicadas a la educación.
Es urgentísimo el problema de la formación de las con-
ciencias.
La función del método educativo
11. Documento final,
cap. II, título del pri-
mer apartado.
12. Documento final,
núm. 161.
13. Ibídem, núm. 229.
Si hay una cosa clara en esta presentación de la nueva
evangelización es que no basta presentar el Evangelio
de forma autónoma. «La promoción humana -afirma el
documento final- es una dimensión privilegiada de la
nueva
evangelización»
11
«La
falta
de
coherencia
entre
la fe que se profesa y la vida cotidiana es una de las
varias causas que generan pobreza en nuestros países,
porgue la fe no ha tenido la fuerza necesaria para pene-
trar los criterios y las decisiones de los sectores res-
ponsables del liderazgo ideológico y de la organiza-
ción de la convivencia social, económica y política de
nuestros
pueblos»
12
Cuando,
más
adelante,
habla
de
la cultura, el documento dice que «por nuestra adhe-
sión radical a Cristo en el bautismo nos hemos com-
prometido a procurar que la fe, plenamente anunciaJ
da, pensada y vivida, lJegue a hacerse cultura» 13•
La lectura completa de los textos muestra sin lugar
a dudas que la orientación de los pastores es -como ya
hemos dicho- procurar «evangelizar promocionando
e inculturando». En la comisión de educación, en la que
me correspondió participar (junto al cardenal Obando

2.8 Page 18

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 343
y otros tres salesianos) se hizo ver que el camino con-
creto para llegar a esa meta pastoral es la educación
cristiana en cuanto «mediación metodológica para la
evangelización de la cultura» 1•.
En la comisión también se habló de educación al tra-
tar de la promoción humana, porque cuando se habla
de educación no se considera sólo la formación de los
chicos y jóvenes, sino también la actualización conti-
nua de los adultos, precisamente por las múltiples nove-
dades a que hemos aludido.
Todo esto lleva a reconocer el papel extraordinario
que tiene la acción educativa para formar en la fe tanto
a los jóvenes c9mo a los adultos, aunque con métodos
diversos.
Se recordó no pocas veces que el Magisterio ha ofreci-
do dos instrumentos muy valiosos para esta compleja labor
de educación cristiana: el desarrollo de la «Doctrina social
de la Iglesia» y últimamente el «Catecismo de la Iglesia Cató-
lica». Hay que añadir el conocimiento y la capacidad de
las disciplinas propias de la educación. No basta ser pre-
dicadores y catequistas; hay que serlo de forma pedagó-
gica. Para formar en la fe con eficacia práctica y favorecer
la renovación de la sociedad, es preciso también conocer
y penetrar los valores y desafíos que presentan hoy las
situaciones reales de la vida y las exigencias diferenciadas
de las culturas. Lo cual significa precisamente considerar
la educación como mediación privilegiada para la nueva
evangelización. ¡Estamos llamados a la promoción del
hombre y a la inculturación del Evangelio «educando»!
En este sentido, Santo Domingo hace un llamamiento
particular a todos, pero con más fuerza a quienes en el
pueblo de Dios han recibido el carisma de la misión
educativa, para realizar con su propia vocación la fun-
ción materna de la Iglesia.
Tal es la razón por la que en el documento final se
lee, a la vista de ciertos abandonos precipitados de los
años últimos, el siguiente llamamiento especialmente
16
14. Cf. Ibídem, núm.
271.

2.9 Page 19

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17
15. Documento final.
núm. 275.
16. Documento final,
núm. 266.
17. Cf. Actas del Conse-
jo General, núm.
337, julio-septiem-
bre de 1991.
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
significativo: «Los carismas de las órdenes y congrega-
ciones religiosas, puestos al servicio de la educación
católica en las diversas Iglesias particulares de nuestro
Continente, nos ayudan muchísimo para cumplir con el
mandato recibido del Señor de ir a enseñar a todas las
gentes (Mt 28,18-20), especialmente en la evangeliza-
ción de la cultura. Llamamos a los religiosos y religiosas
que han abandonado este campo tan importante cíe la
educación católica para que se reincorporen a su tarea,
recordando que la opción preferencial por los pobres
incluye la opción preferencial por los medios para que
la gente salga de la miseria, y uno de los medios privi-
legiados para ello es la educación católica» 15.
Se hizo ver la novedad también en la misma educa-
ción. «En la nueva educación -afirma el texto- se trata
de hacer crecer y madurar la persona según las exi-
gencias de los nuevos valores» 16• También sobre este
tema hemos hecho ya en la Congregación una refle-
xión 17• Santo Domingo nos invita a ponerla en sinto-
nía con la nueva evangelización.
Elección de las prioridades que hay que cultivar
Los pastores latinoamericanos en Santo Domingo
actuaron en continuidad con las orientaciones pasto-
rales de las asambleas generales de Medellín y Puebla.
De entonces acá ha pásado cierto tiempo; algunas
terminologías de aquellos años han acusado, a veces,
interpretaciones reductivas no genuinas. Por ejemplo,
el término «opción», para conservar su autenticidad, iba
acompañado del calificativo «preferencial» o «ni exclu-
siva ni excluyente». Esta vez se ha preferido la termi-
nología de «líneas pastorales prioritarias» en lugar de
«opciones», y todo el desarrollo del tema se apoya, como
hemos visto, en un preámbulo profundamente cristo-
lógico, que asegura un verdadero tono pastoral en la

2.10 Page 20

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 343
misma lectura de la realidad y en la inculturación de la
fe. Sin embargo, en el texto, sobre todo cuando se refie-
re a Puebla, se sigue empleando también el término
«opción», para asegurar la continuidad de la tarea.
Las prioridades elegidas en Santo Domingo son fun-
damentalmente tres:
1ª una nueva evangelización mediante la formación
continua, sobre todo mediante la catequesis y la litur-
gia (evangelizar «catequizando,,);
2ª una evangelización proyectada en la promoción
plena del pueblo, partiendo de los pobres y para los
pobres, al servicio de la vida y de la familia (evangeli-
zar «promocionando,,);
3ª una evangelización dedicada a penetrar en los
ambientes de la cultura urbana y de las culturas indí-
genas, afroamericanas y mestizas (evangelizar«incul-
turando,,J.
Todo ello con la mediación metodológica de una
«nueva educación».
Además de estas tres líneas pastorales prioritarias,
cada sección particular del documento termina indi-
cando otras prioridades específicas, que aplican las tres
anteriores y se han de asumir según las múltiples dife-
rencias que hay en la variedad de los territorios. Esto
pone de relieve la necesidad de un posterior esfuerzo
local (precisamente como nos pidió a nosotros el XXIII
Capítulo General) para aplicar de forma adecuada las
orientaciones generales.
El Santo Padre, en la carta del pasado 10 de noviem-
bre en que autoriza la publicación del documento final,
dice precisamente a los obispos que hagan, al respec-
to, el oportuno y necesario discernimiento local para
establecer lo que sea más útil y urgente en la situación
particular de cada diócesis o territorio.
Los enormes problemas traídos por los signos de los
tiempos, por el continuo empobrecimiento, por la inva-
J
18

3 Pages 21-30

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3.1 Page 21

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19
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
sión de las sectas, por el pluralismo de las culturas y
por la complejidad de los grandes centros urbanos y
de las urgencias pastorales del propio país señalan el
campo real de la nueva evangelización.
Con razón subrayó el Papa, además, la necesidad
urgente de una «integración latinoamericana» que haga
del Continente la «gran patria» de todos los pueblos.
Es la primera vez que un episcopado entero trata
pastoralmente de la «nueva evangelización» con realis-
mo de concreción operativa, ofreciendo así un men-
saje de actualidad profética a toda la Iglesia universal,
que puede ver en él un modelo que es posible seguir
de forma adecuada a las condiciones históricas de cada
pueblo.
Una pastoral juvenil orgánica
18. Cf. Puebla, núms.
1166-1205.
Una de las prioridades sectoriales que hay que pri-
vilegiar en la formación y participación de los prota-
gonistas de la nueva evangelización -y que nos inte-
resa de modo particular- es la que se refiere a los ado-
lescentes y jóvenes. Se habla de ella en la segunda parte
del documento (<Jesucristo, evangelizador viviente en
su Iglesia») cuando presenta la diversidad de los minis-
terios, carismas y servicios con los que se puede cola-
borar a la realización de la común misión evangeliza-
dora bajo la animación unificante del Espíritu Santo-y
mediante la conducción de los pastores: una única
misión, rica en agentes diferenciados.
Entre las distintas opciones de compromiso espar-
cidas por el texto que se refieren a la puesta en prácti-
ca de las tres líneas fundamentales de prioridad pas-
toral está la de una pastoral juvenil orgánica.
Se trata de una opción en plena continuidad con
Puebla, precisamente con la segunda de sus «opcio-
nes»
18
,
quizá
un
poco
olvidada
de
hecho
por
el
pre-

3.2 Page 22

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j
ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N.º 343
dominio de la insistencia en la primera acerca de los
pobres.
Santo Domingo vuelve a insistir en la importancia
vital de la implicación pastoral de los adolescentes y
jóvenes. «Su misión, dice el texto, es prepararse para
ser los hombres y mujeres del futuro, responsables y
activos en las estructuras sociales, económicas, cultu-
rales, políticas y eclesiales, para que, incorporados por
el Espíritu de Cristo y por su ingenio en conseguir solu-
ciones originales, contribuyan a lograr un desarrollo
cada vez más humano y más cristiano» 19•
Me parece oportuno leer juntos, aquí, la descripción
de los compromisos pastorales tomados al respecto por
los obispos.
«Nos proponemos -escriben- ejecutar las siguien-
tes acciones pastorales:
- «Reafirmar la "opción preferencial" por los jóvenes
proclamada en Puebla no sólo de modo afectivo, sino
efectivamente; esto debe significar una opción concre-
ta por una pastoral juvenil orgánica donde haya un acom-
pañamiento y apoyo real con diálogo mutuo entre jóve-
nes, pastores y comunidad~s. La efectiva opción por los
jóvenes exige mayores recursos personales y materiales
por parte de las parroquias y de las diócesis. Esta pas-
toral juvenil debe tener siempre una dimensión voca-
cional» 20.
- «Para cumplirla proponemos una acción pastoral:
«Que responda a las necesidades de maduración
afectiva y a la necesidad de acompañar a los adoles-
centes y jóvenes en todo el proceso de formación huma-
na y crecimiento de la fe. Habrá que dar importancia
especial al sacramento de la Confirmación, para que
su celebración lleve a los jóvenes al compromiso apos-
tólico y a ser evangelizadores de otros jóvenes.
- «Que capacite para conocer y responder crítica-
mente a los impactos culturales y sociales que reciben
y los ayude a comprometerse en la pastoral de la Igle-
20
19. Documento final,
núm. 111; cf.Juan
Pablo JI en la homi-
lía de Higüey: 12 de
oct. de 1992, núm. 5.
20. Documento final,
núm.114.

3.3 Page 23

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21
21. Ibídem, núm. 115.
22. Ibídem, núm. 116.
23. Ibídem, núm. 117.
24. Ibídem. núm. 118.
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
sia y en las necesarias transformaciones de la socie-
dad» 21.
- «Que dinamice una espiritualidad del seguimien-
to de Jesús que logre el encuentro entre la fe y la vida,
que sea promotora de la justicia, de la solidaridad y que
aliente un proyecto esperanzador y generador de una
nueva cultura de vida» 22•
- «Que asuma las nuevas formas celebrativas de la
fe propias de la cultura de los jóvenes y fomente la cre-
atividad y la pedagogía de los signos, respetando siem-
pre los elementos esenciales de la liturgia» 23
· - «Que anuncie, en los compromisos asumidos y en
la vida cotidiana, que el Dios de la vida ama a los jóve-
nes y quiere para ellos un futuro distinto sin frustra-
ciones ni marginaciones, donde la vida plena sea fruto
accesible
para
todos»
2
•.
- «Que abra a los adolescentes y jóvenes espacios
de participación en la misma Iglesia. Que el proceso
educativo sea a través de una pedagogía experiencia!,
participativa y transformadora. Que promueva el pro-
tagonismo a través de la metodología del ver, juzgar,
actuar, revisar y celebrar. Tal pedagogía ha de integrar
el crecimiento de la fe en el proceso de crecimiento
humano teniendo en cuenta los diversos elementos
como el deporte, la fiesta, la música, el teatro.
«Esta pastoral debe tener en cuenta y fortalecer todos
los procesos orgánicos válidos y largamente analiza-
dos por la Iglesia desde Puebla hasta ahora. Cuidará
muy especialmente de dar relevancia a la pastoral juve-
nil de medios específicos donde viven y actúan los ado-
lescentes y los jóvenes: campesinos, indígenas, afroa-
mericanos, trabajadores, estudiantes, pobladores de
periferias urbanas, marginados, militares y jóvenes en
situaciones críticas.
«La Iglesia con su palabra y su testimonio debe, ante
todo, presentar a los adolescentes y a los jóvenes a Jesu-
cristo de forma atractiva y motivante, de modo tal que

3.4 Page 24

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 343
1
22
sea para ellos el camino, la verdad y la vida que res-
ponde a sus ansias de realización personal y a sus nece-
sidades de encontrar sentido a la misma vida» 25•
- «Para responder a la realidad cultural actual, la pas-
toral juvenil deberá presentar con fuerza, y de modo
atractivo y accesible a la vida de los jóvenes, los idea-
les evangélicos. Deberá favorecer la creación y ani-
mación de grupos y comunidades juveniles vigorosas
y evangélicas, que aseguren la continuidad y perseve-
rancia de los procesos educativos de los adolescentes
y jóvenes y los sensibilicen y comprometan a respon-
der a los retos de la promoción humana, de la solida-
ridad y de la construcción de la civilización del amor» 26•
25. Ibídem, núm. 119.
26. Ibídem, núm. 120.
Estos propósitos concretos de los pastores nos esti-
mulan al poner de relieve las aportaciones que nues-
tro carisma está llamado a dar en la nueva evangeliza-
ción. Para nosotros la tarea educativo-pastoral con los
adolescentes y los jóvenes no es simplemente una
«opción prioritaria» o una «opción preferencial», sino
que constituye la substancia de nuestra «misión» en todo
tiempo y lugar. El hecho de que los pastores reconoz-
can hoy su urgencia en vista de las inquietantes situa-
ciones socioculturales, confirma la actualidad especial
de nuestro carisma, que, como alguien ha dicho, si no
existiera, habría que inventarlo.
El XXIII Capítulo General nos invitó precisamente
a la renovación metodológica de nuestra acción edu-
cativo-pastoral. Pienso en la vitalidad que ha ido toman-
do estos años el esfuerzo por la formación e implica-
ción de «animadores juveniles» y por el impulso dado
al «Movimiento juvenil». No se trata de elitismo, que
ofuscaría nuestra característica «misionera» entre los
más necesitados, sino de levadura preparada precisa-
mente para fermentar la masa y hacer verdaderamen-
te educativa y evangelizadora nuestra acción en las dis-
tintas presencias salesianas.

3.5 Page 25

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1
23
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
Implicación de los seglares
27. Documento final,
núm. 103.
28. Cf. Christifideles
laici, cap. 3.º, sobre
todo núms. 37-44.
La presentación pastoral de la nueva evangelización,
que se propone relacionar de modo concreto el anun-
cio del Evangelio con la promoción humana y la cul-
tura, hace que aparezca la indispensabilidad y el pro-
tagonismo, en primera línea, de la vocación y misión
propia de los seglares.
Lo afirma explícitamente el texto: «La importancia
de la presencia de los laicos en la tarea de la nueva
evangelización que conduce a la promoción humana
y llega a informar todo el ámbito de la cultura con la
fuerza del Resucitado, nos permite afirmar que una
línea prioritaria de nuestra pastoral, fruto de esta IV
Conferencia ha de ser la de una Iglesia en la que los
fieles cristianos laicos sean protagonistas. Un laicado,
bien estructurado con una formación permanente,
maduro y comprometido, es el signo de Iglesias parti-
culares que han tomado muy en serio el compromiso
de nueva evangelización» 27
Las fronteras de donde llegan los nuevos retos al
Evangelio están enunciadas en la exhortación apos-
tólica Christifideles laici. 28 Allí se afirma que ha lle-
gado la hora de acometer la nueva evangelización. La
fe ha sido arrancada de los momentos más significa-
tivos de la existencia; es urgente, por doquier, recom-
poner el tejido cristiano de la sociedad humana. Viene
a la memoria el apasionado grito con que Juan Pablo
II empezó su pontificado: «¡No tengáis miedo! ¡Abrid,
abrid de par en par las puertas a Cristo! A su potestad
salvadora abrid las fronteras de los estados, los siste-
ma económicos y políticos, los amplios campos de la
cultura, de la civilización y del desarrollo. ¡No tengáis
miedo! Cristo sabe lo que hay dentro del hombre. ¡Sólo
él lo sabe! Hoy es muy frecuente que el hombre no
sepa lo que lleva dentro de sí, en lo hondo de su ánimo
y de su corazón. Muy a menudo no está seguro del

3.6 Page 26

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 343
sentido de su vida en esta tierra. Le invade la duda,
que se hace desesperación. Permitid, pues -os ruego,
os suplico, con humildad y confianza- permitid que
Cristo hable al hombre. Sólo él tiene palabras de vida,
¡sí!, de vida eterna» 29•
Cabe decir que, así como en Medellín los pastores
se inspiraron en la constitución conciliar Gaudíum et
spesy en Puebla en la exhortación apostólica de Pablo
VI Evangelíí nuntíandi, en Santo Domingo siguieron,
de hecho, las líneas orientadoras de Christifideles laici
para hacer llegar el Evangelio al campo de los derechos
humanos, de la familia, del trabajo, de la economía, de
la política, de la ecología y, también, de la integración
latinoamericana.
Por desgracia, la mayoría de los bautizados se sien-
ten cristianos en general, pero no Iglesia comprometi-
da. «Pocos asumen los valores cristianos como un ele-
mento de su identidad cultural y, por lo tanto, no sien-
ten la necesidad de un compromiso eclesial y evange-
lizador. Como consecuencia, el mundo del trabajo, de
la política, de la economía, de la ciencia, del arte, de la
literatura y de los medios de comunicación social no
son guiados por criterios evangélicos» 30•
He aquí un gran reto para la formación y la impli-
cación de los seglares. Habrá, pues, que favorecer su
maduración en la fe, acompañar y dar importancia a
sus movimientos y asociaciones.
Lo cual, sin embargo, no sólo afecta.a la formación
de un grupo de fieles que luego sirva de levadura en
la masa -meta totalmente imprescindible que hay que
alcanzar-, sino también a la fermentación evangélica
de la misma masa. Por eso se destaca el peculiar reto
de la dimensión popularde la evangelización, que inter-
pela con más fuerza si se considera el fenómeno de las
sectas, sobre todo, en los barrios de las ciudades. «El
problema de las sectas -dice el texto- ha asumido pro-
porciones dramáticas y ha llegado a ser verdaderamente
24
29. Homilía del 22 de
octubre de 1978.
jü. Documento final,
núm. 96.

3.7 Page 27

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25
31. Documento final,
núm. 139.
32. Documento final,
núm. 36.
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
preocupante, sobre todo por el creciente proselitis-
mo» 31.
Con razón los obispos han confirmado su propósi-
to de acompañar cada vez mejor los modos de com-
prender y expresar el misterio de Dios y de Cristo por
parte de los ambientes populares. «La religiosidad popu-
lar -leemos en el texto- es una expresión privilegiada
de la inculturación de la fe. No se trata sólo de expre-
siones religiosas, sino de valores, criterios, conductas
y actitudes que nacen del dogma católico y constitu-
yen la sabiduría de nuestro pueblo, formando su matriz
cultural» 32•
También en este importantísimo campo de la nueva
evangelización, el XXIII Capítulo General nos invitó a
preparar un «proyecto seglares», que debe ser parte viva
de nuestra renovación en la Iglesia. Por otra parte, el
aspecto «popular» de nuestra rriisión hay que tomarlo
con más interés, particularmente en lo que se refiere a
asociaciones religiosas para la gente en general (como
la de María Auxiliadora -ADMA) y a nuestras iniciati-
vas de comunicación social.
Insistencia en una renovada espiritualidad
33. Documentación
final, núm. 30.
34. Ibídem, núm. 33.
35. Ibídem, núms. 31-53.
En la base de toda la tarea evangelizadora, Santo
Domingo puso la indispensabilidad de un nuevo ardor
en todos los protagonistas: su conversión espiritual, la
iluminación de su mentalidad, una conciencia clara de
su vocación a la santidad. Deben sentirse llamados a
ser testigos de Cristo de modo significativo, renovan-
do metodológicamente su tarea de educar en la fe: «La
nueva evangelización exige la conversión pastoral de
la Iglesia» 33; «el testimonio de vida cristiana es la pri-
mera e insustituible forma de evangelización» :H.
Al principio de la segunda parte del documento, se
habla de «la Iglesia convocada a la santidad» ·'5. La pri-

3.8 Page 28

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 343
mera prioridad pastoral sugerida al respecto es la siguien-
te: «La nueva evangelización exige una renovada espi-
ritualidad que, iluminada por la fe que se proclama,
anime, con la sabiduría de Dios, la auténtica promo-
ción humana y sea el fermento de una cultura cristia-
na. Pensamos que es preciso continuar y acentuar la
formación doctrinal y espiritual de los fieles cristianos,
y en primer lugar del clero, religiosos y religiosas, cate-
quistas y agentes pastorales, destacando claramente la
primacía de la gracia de Dios que salva por Jesucristo
en la Iglesia, por medio de la caridad vivida, manifes-
tada en los sacramentos» 36•
Se insiste, después, en la valentía (¡la «parresía»!) con
que hay que proclamar la palabra de Dios con total
libertad frente a cualquier poder de este mundo 37; se
insiste igualmente en la formación permanente de una
fe que tenga en cuenta la presencia viva de Cristo en
las celebraciones sacramentales, en la participación
activa en los tiempos litúrgicos, en la valoración de la
oración. Ya el concilio Vaticano II había afirmado que
«la liturgia es la cumbre a la que tiende la actividad de
la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana
toda su fuerza» 38•
Santo Domingo pone de relieve, en particular, la
peculiar capacidad de incidencia de la liturgia: ésta
tiene, por sí misma, una fuerza evangelizadora; la Euca-
ristía y cada uno de los sacramentos llevan consigo un
riquísimo patrimonio educativo, porque liberan la fuer-
za renovadora del misterio pascual. «El lenguaje de los
signos -asegura el texto- es el mejor vehículo para que
el 'mensaje de Cristo penetre en las conciencias de las
personas y (desde ahí) se proyecte en el 'ethos' de un
pueblo, en sus actitudes vitales, en sus instituciones y
en todas sus estructuras' (Juan Pablo 11). Por esto, los
signos sacramentales, las formas de celebración litúr-
gica deben ser aptos para expresar el misterio que se
celebra y, a la vez, claros e inteligibles para los hom-
26
36. Documento final,
núm.45.
37. Ibídem, núm. 50
38. Sacrosanctum Con-
cilium 10.

3.9 Page 29

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27
39. Documento final,
núm. 35.
40. Cf. XXIII CG, 2.'
parte, cap. 3.
41. Cf. Actas del Conse-
jo General 334: Espi-
ritualidad salesia-
na para la nueva
evangelización
42. Documento final,
núm.85.
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
bres y mujeres» 39• A la hora de dar el debido relieve a
la liturgia, hay que evitar las banalizaciones, improvi-
saciones y manipulaciones, hay que destacar el senti-
do del misterio, hay que buscar una justa creatividad
en armonía con las disposiciones de la Iglesia y las nece-
sidades concretas de la vida de los participantes, con-
vencidos de que las celebraciones, si están bien cui-
dadas, sirven para penetrar en el corazón de las per-
sonas y de las culturas.
Estas orientaciones llevan nuestra mente a la expe-
riencia del Sistema Preventivo practicado por Don
Basca, quien afirmaba que la Eucaristía y la Penitencia
son los dos pilares de una buena educación en la fe.
Debemos recuperar la capacidad de dar valor educa-
tivo a las celebraciones litúrgicas en nuestras activida-
des pastorales. Recordemos que también nuestro XXIII
Capítulo General puso el acento sobre la necesidad de
una espiritualidad concreta para proyectarla en la vida
de los jóvenes. 40 Ya reflexionamos, en su día, sobre la
actualidad pastoral de la espiritualidad salesiana de
Don Basca, nacida precisamente para la evangeliza-
ción y renovada hoy en admirable sintonía con el salto
adelante del Concilio 41
Al presentar, en breves rasgos, la necesidad de un
nuevo ardor específicamente para los miembros de la
«vida consagrada», los pastores latinoamericanos afir-
man que, tratándose de un «don del Espíritu Santo a
su Iglesia ... que tiene una profunda dimensión pas-
cual», pertenece -como había dicho el Vaticano II- a
la interioridad vital y a la santidad de la Iglesia y, por
consiguiente, ha de manifestarse con un testimonio
cotidiano, subrayando «el fin y el espíritu de cada ins-
tituto»
42
Hoy
se
nos
invita
a
profundizar
más
este
tema
como preparación al Sínodo de 1994. En una eclesio-
logía de comunión, la vida consagrada está llamada a
testimoniar existencialmente de un modo espléndido
y singular «que el mundo no puede ser transformado

3.10 Page 30

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 343
ni ofrecido a Dios sin el espíritu de las bienaventu-
ranzas» 43.
Se ve claramente que, si Santo Domingo puso, en el
centro de todo el planteamiento de la nueva evangeli-.
zación, el misterio de Cristo, adquiere prioridad abso-
luta el cuidado de la santidad mediante un compromi-
so concreto de renovar la espiritualidad.
También esto es un llamamiento que confirma toda
nuestra preocupación de insistir en una formación per-
manente que haga crecer a cada salesiano y a la comu-
nidad en aquella caridad pastoral que está en el centro
del espíritu de nuestro carisma.
En resumen, se ve que la Asamblea de Santo Domin-
go nos apremia eficazmente a los Salesianos a las prio-
ridades de nuestro carisma con estímulos válidos para
todos los continentes.
«Las actuales tendencias -nos recordaba el XXIII
Capítulo General- subrayan la función central de la
persona en todos los problemas que marcan las vicisi-
tudes humanas. 'Somos testigos [afirma el número 55
de Gaudium et spes]del nacimiento de un nuevo huma-
nismo, donde el hombre queda definido principalmente
por la responsabilidad para con sus hermanos y ante
la historia'» "\\
En este contexto, el punto focal y el parámetro de
todo es el Hombre nuevo: Jesucristo ayer, hoy y siem-
pre.
28
43. Lumengentium31.
44. XXIII Capítulo Gene-
ral 2.
Maria, Estrella de la nueva evangelización
El Santo Padre terminó su discurso inaugural invo-
cando a María y poniendo en sus manos la esperanza
de todos, las inquietudes pastorales y el trabajo que
hay que hacer 45•
El mismo día, en el santuario de Nuestra Señora de
Altagracia -primer lugar de culto mariano en tierra ame-
45. Cf. discurso, núm.
31.

4 Pages 31-40

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4.1 Page 31

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29
46. Documento final,
núm. 15.
47. Juan 2,5.
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
ricana-, hizo solemnemente, ante la imagen de la San-
tísima Virgen, el siguiente acto de ofrecimiento: «Recuer-
do ante tu imagen, [María], en este 12 de octubre de
1992, el aniversario de los 500 años de la llegada del
Evangelio de Cristo a los pueblos de América, con una
carabela que llevaba tu nombre y tu imagen: la 'Santa
María' ... Te invoco con todas las lenguas de sus habi-
tantes ... Estas tierras benditas son tuyas, porque decir
América es decir María ... Virgen de la Esperanza y Estre-
lla de la Evangelización, suscita en todos el ardor del
anuncio de la Buena Noticia, para que siempre se conoz-
ca, se ame y se sirva a Jesucristo, fruto bendito de tu
vientre, que nos revela al Padre y nos da el Espíritu, 'el
mismo ayer, hoy y siempre'. Amén».
La singular imagen de Nuestra Señora de Guadalu-
pe que presidía la gran sala de la Asamblea y el recuer-
do de su aparición al indio beatoJuan Diego ayudaron
a presentar a la Madre de Dios como la efigie viva -con
su cara mestiza- de quien había guiado maternalmen-
te, a lo largo de los cinco siglos, la inculturación del
Evangelio. María ha ofrecido un modelo original e
incomparable de «evangelización perfectamente incul-
turada» y sigue acompañando por doquier a los pue-
blos latinoamericanos, que le han dedicado célebres
santuarios en todos los países. «Con alegría y agrade-
cimiento -dice el texto- acogemos el don inmenso de
su maternidad, su ternura y protección, y aspiramos a
amarla del mismo modo como Jesucristo la amó. Por
eso la invocamos como Estrella de la Primera y de la
Nueva Evangelización» 46•
Puede afirmarse que los obispos estuvieron reuni-
dos, como en un nuevo cenáculo, entorno a María para
celebrar a Jesucristo, como escuchando de ella la cono-
cida expresión de Caná: «Haced lo que el diga» 47; él dará
luz, energía y sabiduría para suscitar un nuevo ardor y
para encontrar nuevos métodos y nuevas expresiones
para la inmensa tarea de la nueva evangelización; de

4.2 Page 32

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 343
él viene el poder del Espíritu Santo que hace nuevas
todas las cosas y llena de generosidad los corazones.
En Caná, María se situó como madre al comienzo de
la transformación del agua en buen vino. Ella llevó y
llevará al pueblo de Dios a crecer en la fe y a defen-
derla, a hacer de la nueva evangelización «algo opera-
tivo y dinámico, una llamada a la conversión y a la espe-
ranza, un nuevo ámbito vital, un nuevo Pentecostés
donde la acogida del Espíritu Santo hará surgir un pue-
blo renovado, constituido por hombres libres cons-
cientes de su dignidad y capaces de forjar una historia
verdaderamente humana; [una nueva evangelización
que sea] un conjunto de medios, acciones y actitudes
aptos para colocar el Evangelio en diálogo activo con
la modernidad y lo posmoderno, sea para interpelar-
los, sea para dejarse interpelar por ellos; también es el
esfuerzo por inculturar el Evangelio en la situación
actual de las culturas» 48
Con afecto filial se invocó a María para que sea de
verdad quien lleve a los fieles al Cristo vivo y Señor de
la historia, al Hombre nuevo de ayer, de hoy y de siem-
pre, para que sea pastoralmente el camino, la verdad
y la vida del gran relanzamiento de la fe hacia el tercer
milenio. Es ella, cual nueva Eva, quien acompaña a los
evangelizadores en su calidad de Madre de la Iglesia y
solícita Auxiliadora del pueblo de Dios en esta etapa
histórica de nueva evangelización.
Pidámosle que haga oír en toda nuestra Congrega-
ción el fuerte mensaje pastoral que desde Santo Domin-
go resuena en la Iglesia.
Y nosotros procuremos aprovechar estos valiosos
estímulos y orientaciones.
Mis mejores deseos para el nuevo año: ¡que Don
Bosco nos guíe e interceda!
Con renovado ardor salesiano,
30
48. Cf. Documento final,
núm. 24.
EGIDIO VIGANO

4.3 Page 33

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11
ll
...