Actas_1992_341.ACG


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del consejo general
año LXXIII
julio-septiembre de 1992
n.º 341
órgano oficial
de animación
y comunicación
para la
congregación salesiana
Direzione Generale
Opere Don Bosco
Roma

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del consejo general
de la sociedad salesiana
de san juan bosco
ÓRGANO OFICIAL DE ANIMACIÓN Y COMUNICACIÓN PARA LA GONGREGACIÓN SALESIANA
N.º 341
año LXXIII
junio-septiembre de 1992
página
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
NUESTRA ORACIÓN POR LAS
VOCACIONES
3
2. ORIENTACIONES Y DIRECTRICES Sfnodo africano y Proyecto África
34
3. DISPOSICIONES Y NORMAS
(No se dan en este número)
4. ACTIVIDAD DEL C. GENERAL
4.1. De la crónica del Rector Mayor
40
4.2. De las crónicas de los Consejeros 40
5. DOCUMENTOS Y NOTICIAS
5.1. Primera reunión conjunta
de los Inspectores de Europa
40
5.2. Nombramiento del Presidente
confedera!
40
5.3. Nombramiento del Director
del Archivo Central
40
5.4. Nuevo obispo salesiano
40
5.5. Hermanos difuntos
40

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Central Catequística Salesiana
Alcalá, 164 - 28028 Madrid
Edición extracomercial
Imprime: Gráficas Don Sosco - Arganda del Rey (Madrid)

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1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
NUESTRA ORACIÓN POR LAS VOCACIONES
lntroducción.-EI Espíritu Santo es más poderoso que el secularismo.-lniciativas para nuestra ora-
ción por las vocaciones.-Cuidado especial para implicar también a los jóvenes.-Temas que incluir
en esta nuestra oración.-EI salesiano orante, a la luz de la exhortación apostólica "Pastores daba
vobis".-La oración de san Juan Sosco por las vocaciones.-lntensificar la oración explfcita.-Nos
encomendamos a María.
Roma, fiesta del Sagrado Corazón,
26 de junio de 1992
Queridos hermanos:
Un saludo fraterno y agradecido de parte de todos
los miembros del Consejo General, reunidos en sesión
plenaria. Durante los meses precedentes han visitado y
animado no pocas inspectorías en los diversos continen-
tes. Ellos han dado su salud y su afecto, el regalo de su
animación y de la comunión en la esperanza. Es hermo-
so considerar su servicio de comunión en el carisma de
san Juan Bosco como una donación de sí mismos, hecha
con alegría y sencillez para crecer y testimoniar juntos la
misma caridad pastoral en una pluralidad de contextos.
En esta reunión plenaria del Consejo se piensa en
vosotros y se habla de vosotros, de las situaciones ins-
pectoriales y de algunos problemas particularmente
urgentes. Hemos tenido también una reunión especial
con todos los inspectores de Europa para hablar de los
retos de nueva evangelización que nos llegan de este
dinámico y problemático continente.
Entre las preocupaciones más vivas en toda la Con-

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 341
4
gregación, una de las primeras sigue siendo la de las
vocaciones.
No
hace
mucho
os
escribí
una
circular
al
respecto
1
Me parece oportuno volver sobre el tema, no simple-
mente para repetir exhortaciones, sino para profundizar
en el aspecto más vital de lo que tenemos que hacer.
Alguien me hizo observar que, en la mencionada cir-
cular, el tema de la oración por las vocaciones se daba
por supuesto y no se desarrollaba. Como os decía, sabe-
mos bien que, entre los principios básicos de la tarea
vocacional, "el primero ... es que toda vocación es ini-
ciativa de Dios y don de su amor; en consecuencia, hay
que apoyar toda la acción en la oración y no olvidar
nunca su naturaleza espiritual" 2•
Por otra parte, ya habíamos meditado sobre la ora-
ción salesiana 3. La circular sobre el carisma y la oración
podía resultar suficiente para iluminar también la
modalidad de nuestra oración por las vocaciones.
Hay que reconocer, sin embargo, que las circulares
de meses anteriores pueden quedarse fácilmente en agua
pasada que ya no muele... Os invito, pues, a meditar con
mayor atención sobre "nuestra oración por las vocacio-
nes": los inspectores y directores ayuden a sus hermanos
a tener conciencia de ello.
Termino esta carta en la fiesta del Sagrado Corazón.
Es una fecha que nos recuerda cuánto quiso e hizo san
Juan Bosco por el Corazón de Jesús y cómo nos enseñó
a nutrir en nosotros los mismos sentimientos del Buen
Pastor. Nuestras comunidades formadoras solían tener
precisamente como patrón especial al Sagrado Corazón.
Hace unos días me detuve en la catedral de Chieri
para rezar ante el altar de Nuestra Señora de las Gracias,
donde Juan Bosco, joven aún de dieciséis años, había
rezado con fervor por su propia vocación; pedí con
insistencia a la Santísima Virgen que en nuestra Con-
gregación sepamos rezar más y mejor por las vocacio-
nes.
l. Actas del Consejo Gene-
ral núm. 339.
2. Actas del Consejo Gene-
ral núm. 339, pág. 18.
l. Actas del Consejo Gene-
ral núm. 338: Carisma
yoradón.

1.7 Page 7

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5
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
El Espíritu Santo es más poderoso que el secularismo
En la actual sociedad de la eficiencia, queda poco
espacio para la oración, como si fuera una actitud no
productiva, una especie de tiempo perdido. Cabalmen-
te, como reacción contra esta errónea mentalidad, ha
ido manifestándose en la Iglesia un considerable desper-
tar de la práctica de la oración. También nosotros esta-
mos llamados a actualizar nuestra identidad de consa-
gración mediante un poderoso despertar de la oración
salesiana.
Cabe afirmar desde luego que, sin verdadera ora-
ción, pierde fuerza la vitalidad de cualquier carisma. Por
lo tanto, el primer paso estratégico para superar el secu-
larismo es el relanzamiento personal y comunitario de la
oración. No se trata simplemente de favorecer cierto
intimismo, sino de cultivar en nosotros aquella contem-
plación realista que nos pone en diálogo con Dios, obje-
tivamente presente en la creación y en la historia, y que
nos habla en el contexto de la vida: un Dios que nunca
está mudo.
Se trata de ser verdaderamente creyentes, de captar
el Espíritu del Señor en nuestra propia existencia y en la
de los otros, de estar convencidos de que meditar las
intervenciones pequeñas y grandes de la "Providencia",
como suelen llamarla con sencillez los fieles, no es una
actitud pasada de moda. Da pena ver a algunos sonreír y
hablar de "providencialismo" trasnochado... Cuando
uno lee la Biblia, comprende que el personaje principal
de la historia es Dios. Todo el fundamento de la fe está
en la existencia histórica de Jesucristo y en los aconteci-
mientos de su vida; la Iglesia es, a lo largo de los siglos,
una realidad pentecostal renovada continuamente por el
Espíritu Santo que actúa entre nosotros.
Basta pensar, dentro de nuestra pequeñez, en la his-
toria concreta de los orígenes salesianos: en Don Bosco,
en la Madre Mazzarello, en sus primeros colaboradores

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 341
6
y colaboradoras: nos encontramos frente a un sinfín de
datos y coincidencias que constituyen una realidad
orgánica tejida por la Providencia. ¿C6mo puede uno
pensar, por ejemplo, que en la vocaci6n de don Felipe
Rinaldi, guiada de forma tan singular y excepcional por
nuestro Padre, no hubo intervenciones especiales de la
Providencia? Don Felipe lo sabía, aunque siempre habl6
de ello con suma sobriedad; alguna que otra vez hizo
alusi6n al fen6meno del rostro de Don Bosco -cuando
estaba hablando con él para el discernimiento de su
vocaci6n- que irradiaba una luz vivísima tanto en Mira-
bello como en Borgo San Martina 4.
San Pablo nos dice: "Mi palabra y mi predicaci6n no
fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la mani-
festaci6n y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no
se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder
de Dios" 5• ¿Quién de nosotros no se ha sentido instru-
mento del Espíritu en las mil actividades ministeriales,
mucho más allá de la capacidad de la propia persona?
Puede ser fácil calificar de "cuentos" un sinfín de sig-
nos -pequefíos y no tan pequefíos-, de intervenciones
silenciosas del Espíritu, para evitar mostrarse ligados a
un "sobrenaturalismo" ingenuo y desfasado -cosa que
ciertamente hay que evitar-; pero no tomar conciencia
de tal realidad de actuaci6n de la Providencia es peligro-
so y sutilmente tefí.ido de soberbia.
El Espíritu Santo está objetivamente activo en la his-
toria; si no es alcanzable con determinadas aproximacio-
nes de las ciencias, lo es, en cambio, con la 6ptica de la
fe. Está presente y actúa. ¿Es posible que el creyente no
pueda nunca darse cuenta de ello? Dios nos hace cono-
cer su Providencia por medio del Espíritu. En efecto, "el
Espíritu lo sondea todo -dice san Pablo-, incluso lo
profundo de Dios ... Y nosotros hemos recibido un
Espíritu que no es del mundo, es el Espíritu que viene
de Dios, para que tomemos conciencia de los dones que
de Dios hemos recibido. Cuando explicamos verdades
4. Cf. Actas del Consejo Ge-
neral, núm. 332, pág.
10.
5. 1 Corintios 2,4-5.

1.9 Page 9

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7
6. 1 Corintios 2, l 0-13.
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
espirituales a hombres de espíritu, no las exponemos en
el lenguaje que ensefia el saber humano, sino en el que
ensefia el Espíritu" 6•
. Si estamos convencidos de esta presencia constante
de Dios y de la actuación permanente de su poder, aun
cuando lo haga de forma suave y escondida, será más
fácil _sentirse movidos diariamente al diálogo de la ora-
ción. Una oración, pues, que no es simple refugio subje-
tivo, especie de alienación del trabajo concreto, sino diá-
logo suscitado por el Espíritu presente y vivo en las
personas y en los acontecimientos, escucha contempla-
tiva de la realidad y un conjunto de peticiones concretas
del salesiano que se siente protagonista responsable de
un trabajo imprescindible proyectado en favor de las
vocaciones.
Iniciativas para nuestra oraci6n por las vocaciones
Uno de los aspectos característicos de la actuación
del Espíritu del Sefior en la historia es precisamente el
de las vocaciones, pues no surge ninguna vocación
auténtica sin las mociones del Espíritu Santo. Saber
observar con mirada de fe y dialogar con Cristo al res-
pecto está en la base de la oración por las vocaciones; no
sólo como tema genérico, evidentemente muy válido,
sino también como consideración concreta de personas
y situaciones; una oración que sea encuentro realista
entre personas vivas. El protagonista que tiene la inicia-
tiva es el Espíritu Santo; por medio de él se abre nuestra
fe para descubrir las iniciativas de Dios, aprendiendo a
leer la historia de todos los días. Primero hay que descu-
brir y escuchar las propuestas de Dios y, luego, nos
adentramos en el diálogo con él.
La oración es, en general, un diálogo que puede
tener mil perspectivas diferentes, porque se refiere a un
Dios que es admirablemente fecundo en iniciativas: en

1.10 Page 10

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 341
8
la inmensidad del universo -como Creador-, en la com-
plejidad de la historia humana -como Salvador-, y en la
creatividad de transformar los corazones -como Santifi-
cador-.
La oración específica por las vocaciones tiene un
ámbito determinado con miras a la busca y preparación
de los colaboradores más íntimos de Cristo en la cons-
trucción del Reino. En este ámbito a nosotros nos inte-
resa de forma particular saber captar y cuidar las inicia-
tivas del Espíritu en favor del incremento y vitalidad
eclesial del carisma de san Juan Basca.
El primer modelo de la oración por las vocaciones lo
hallamos en el mismo Jesucristo, que al ver a las gentes
como ovejas sin pastor dijo a sus discípulos: "La mies es
abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad,
pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su
mies" 7• Muchas veces él mismo nos da ejemplo; así, para
la elección de los apóstoles, "subió Jesús a la montaña a
orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de
día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los
nombró apóstoles" 8• Debemos pensar a menudo en esta
noche entera de oración antes de una elección vocacio-
nal: es un hecho sobremanera significativo que hace ver
el origen divino de la vocación y su importancia para la
misión de la Iglesia.
Nuestra oración por las vocaciones no se ha de con-
siderar desde una preocupación un poco mezquina, una
especie de espíritu de gremio que busca la grandeza
social de nuestra Congregación, sino una respuesta a la
invitación explícita del Señor y la asunción convencida,
gozosa y sacrificada de la urgente y amplia misión juve-
nil y popular asignada por el Espíritu a nuestro Funda-
dor como don apostólico a toda la Iglesia. También la
oración por las vocaciones salesianas parte de ver, como
dice el evangelista, a las muchedumbres juveniles ham-
brientas de verdad y de Evangelio andar errantes como
ovejas sin pastor.
7. Mateo 9,35-38.
8. Lucas 6, 12.

2 Pages 11-20

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2.1 Page 11

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9
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
9. Memorias Biogrdficas V,
396-397.
La oración por las vocaciones es, por su misma natu-
raleza, más amplia que el crecimiento de un carisma: se
refiere a todos los obreros de la Iglesia. Sabemos que san
Juan Bosco también quiso el trabajo constante por todas
las vocaciones, como finalidad peculiar de nuestra Con-
gregación. "No olvidemos -nos dejó dicho- que, cuan-
do conseguimos una buena vocación, regalamos un gran
tesoro a la Iglesia; que esta vocación o este sacerdote
vaya a la diócesis, a las misiones o a un instituto religio-
so, no importa; siempre es un gran tesoro que se regala
a la Iglesia de Jesucristo". Y por ello nos exhortó al sacri-
ficio por la promoción de las buenas vocaciones. "No se
rechace nunca por falta de medios a un joven que da
buenas esperanzas de vocación. Gastad cuanto tenéis y,
si es preciso, id a pedir limosna, y si, después de todo
ello, os encontráis en necesidad, no os apuréis: la Santí-
sima Virgen os ayudará de algún modo, hasta con mila-
gros" 9•
La oración salesiana por las vocaciones es, por lo
tanto, universal en su destino; tiene características pecu-
liares, en cuanto que brota de una caridad pastoral ple-
namente entregada al apostolado; implica en nosotros
una participación y una especie de prolongación de los
ardientes sentimientos de salvación que nutría Jesucris-
to en su corazón.
Pero veamos algunas iniciativas de oración personal
y comunitaria que deben cultivarse en nuestras casas. Es
imprescindible que la preocupación por las vocaciones
se incluya explícitamente, de forma renovada e intensa,
en los momentos de oración que solemos hacer a diario
y en determinadas circunstancias de nuestra vida comu-
nitaria. Debe convertirse cada vez más en una verdadera
respiración espiritual, que hay que incrementar en
diversos niveles. Podemos poner algunos ejemplos, sin
pretender ser exhaustivo, si queremos ser concretos e
intensificar nuestra renovación al respecto. En muchas
casas suele hacerse dicha oración con formas oportunas

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 341
10
y variadas; son formas que tienden a hacer de nosotros
-en cuanto personas y en cuanto comunidad- propues-
tas vivientes del Señor, que llama por medio de nuestro
testimonio: "Ser en la Iglesia signos y portadores del
amor de Dios a los jóvenes" 10•
Personalmente, todo salesiano está llamado a sensibi-
lizarse en las necesidades urgentes debidas a la abundan-
cia de la mies y a la escasez de los obreros. El corazón del
salesiano dará, así, un espacio más amplio a la oración
por las vocaciones en no pocos momentos de su jorna-
da. Será una preocupación que acompañará toda su
unión con Dios: en los momentos de mayor intimidad
-por ejemplo, en la meditación, en la acción de gracias
después de la comunión, en los momentos de diálogo
espontáneo con el Señor, en las visitas, en el rezo del
rosario (conozco más de un salesiano que a diario ofrece
al menos un misterio del rosario explícitamente por las
vocaciones), en el trabajo apostólico con jaculatorias, en
el ofrecimiento de los propios sufrimientos y pruebas-.
¡Los salesianos enfermos y los ancianos, que viven en
una especie de "trapa personal", pueden verdaderamen-
te hacer mucho en este sentido! Son una reserva orante,
un verdadero tesoro escondido de válida impetración.
Comunitariamente, todas las casas deben saber
encontrar iniciativas y programarlas de manera concre-
ta. Ya existen experiencias interesantes. Por ejemplo, la
determinación de un día especial de la semana para
poner la intención por las vocaciones en todas las ora-
ciones comunitarias de la jornada; la adoración eucarís-
tica semanal; la inclusión cotidiana de una súplica por
las vocaciones en las intercesiones de vísperas (antigua-
mente, cuando las vocaciones no eran tan escasas, des-
pués de la lectura espiritual comunitaria se rezaba con la
intención "ut bonos ac dignos operarios"...); la celebra-
ción mensual de la misa votiva por las vocaciones reli-
giosas y sacerdotales; celebraciones especiales de la Pala-
bra; encuentros peculiares de oración con los jóvenes y
10. Actas del Consejo Gene-
ral núm. 339, pág. 18.

2.3 Page 13

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11
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
11. Cf. Comtituciones 6 y
28.
con los fieles; etc. Lo importante es crear un clima
comunitario y concretar actos frecuentes de oración
especial por las vocaciones. En las comunidades de for-
mación hay que cuidar particularmente este aspecto,
dando mucho relieve a la oración por las vocaciones.
En el dmbito inspectorialvan aumentando las progra-
maciones bien preparadas con objeto de sensibilizar a las
comunidades locales, seguirlas, estimularlas en sus ini-
ciativas y moverlas hacia una convergencia común en
determinados momentos; por ejemplo, la jornada voca-
cional de la Inspectoría facilitando materiales para la
eucaristía y para una celebración de la Palabra; y lo
mismo la jornada anual de las misiones salesianas, que
ofrece la oportunidad de programar acciones comunes
de oración. También en este nivel, lo que resulta vital es
la sensibilidad y el interés de animación que, partiendo
de un centro dinámico, recuerde oportunamente a los
hermanos
uno
de
los
fines
de
nuestra
misión
11
En el nivel de Familia Salesiana es fácil estimular la
convergencia de los diversos grupos en iniciativas voca-
cionales. Una oportunidad especial la ofrecen las fiestas
de nuestros santos y beatos: Don Bosco y María Mazza-
rello, Domingo Savia y Laura Vicufi.a, los mártires Luis
Versiglia y Calixto Caravario, etc. Hay que cultivar los
grupos de oración entre los devotos de María Auxiliado-
ra, los Amigos de Domingo Savia, los jóvenes compro-
metidos en el Movimiento Juvenil Salesiano, las iniciati-
vas especiales de oración que van surgiendo en diversas
partes entre los mismos padres de salesianos e Hijas de
María Auxiliadora, entre los Cooperadores y Coopera-
doras y entre grupos providenciales de adoración. Creo
que en este ámbito podemos hacer mucho más.
En el nivel eclesial hay que saber participar de buena
gana en las iniciativas de oración por las vocaciones que
tome la Iglesia local. Hay que recordar, además, el
domingo del Buen Pastor (4.0 domingo de Pascua), que
es "jornada mundial de oración por las vocaciones" en

2.4 Page 14

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 341
12
toda la Iglesia, acompañada siempre de un mensaje del
Papa. Dígase lo mismo de la novena del Espíritu Santo,
para acompañar la venida a nosotros del Protagonista de
las vocaciones, hacer apreciar la disponibilidad a sus
mociones y saberlas discernir. También el domingo
mundial de misiones es una ocasión muy propicia. Son
momentos que debemos preparar con cuidado, para
poder vivir su intensidad vocacional.
Este abanico de ejemplos nos recuerda la necesidad
de una oración explícita -personal y comunitaria- por
las vocaciones, que hay que promover con entusiasmo.
Cuidado especial para implicar también a los j6venes
Es particularmente importante y eficaz saber llevar
el compromiso de la oración por las vocaciones más allá
de la comunidad religiosa, implicando a otros grupos de
la Familia Salesiana y de fieles, sobre todo jóvenes. El
proyecto vocacional se dirige, sobre todo, a los jóvenes y
les interesa personalmente; sirve admirablemente para
hacer interpretar la vida como vocación, para hacerles
descubrir su propio puesto en la construcción del Reino
y para asumirlo con convicción y generosidad. A través
de la oración, la Palabra de Dios baja al corazón y las
mociones del Espíritu la hacen fecunda, pues "la Palabra
de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble
filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y
espíritu,
coyunturas
y
tuétanos"
12
En
la
oración,
el
joven aprende precisamente a acoger esta Palabra perso-
nalizando de modo concreto sus llamadas. Es en ella
donde se verifica lo que decía Don Bosco: "Todo joven
tiene un punto sensible al bien; el primer deber del edu-
cador es descubrir ese punto, esa cuerda sensible del
corazón y sacar provecho de ella" 13•
Es algo que se ha experimentado positivamente en la
experiencia maduradora de lo que se llama "escuela de
12. Hebreos 4, 12.
13. Memorias Biogrdficas
V,367.

2.5 Page 15

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13
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
14. Cf. Actas del Consejo
General, núm. 339,
págs. 24 ss.
15. XXIII Capítulo Gene-
ral, núm. 139.
16. XXIII Capítulo Gene-
ral. núm. 148.
17. XXIII Capítulo Gene-
ral, núm. 155.
oración"
14
,
en
los
encuentros
y
jornadas
del
Movimien-
to Juvenil Salesiano (inspectoriales e interinspectoria-
les), en las grandes concentraciones juveniles de conte-
nido espiritual, como el Don Bosco 88 y las jornadas
eclesiales de la juventud instituidas por el papa Juan
Pablo II. Son verdaderos momentos de gracia en los que
los jóvenes rezan de buen grado y expresan públicamen-
te su deseo de un compromiso cristiano. En particular,
es ciertamente indispensable implicar en la oración
vocacional a los jóvenes más maduros espiritualmente y
que muestran signos de posible vocación a un compro-
miso más generoso con Cristo.
Sin embargo, en esta tarea es preciso saber cuidar el
estilo de la oración: que sea viva y eclesialmente actuali-
zada, que se dirija hacia la alegría de sentirse amigo de
Cristo, que haga percibir la imprescindible misión his-
tórica de la Iglesia en el mundo, y que sea ejercicio a la
generosidad y disponibilidad.
Con este fin, no estará de más escuchar de nuevo
juntos algunas afirmaciones del último Capítulo Gene-
ral.
"La oración es el lenguaje que nos da el Espíritu para
dirigirnos al Padre ... En épocas pasadas tuvo formas
pedagógicas adecuadas a la condición de los jóvenes de
entonces. Para nosotros es hoy urgente estudiar momen-
tos y formas convenientes de iniciación" 15• En el camino
que hay que seguir para lograr que madure la fe, "la par-
ticipación más intensa en el misterio de la Iglesia se rea-
liza por medio de la oración, la escucha de la Palabra y la
celebración de la salvación" 16• Es durante estos momen-
tos de interioridad cuando el joven puede sentir la ini-
ciativa del Espíritu Santo que se dirige precisamente a él,
pues "la oración-meditación hace pasar de la superficie
de la vida a su interior: la persona se encuentra a sí
misma y oye con mayor facilidad la llamada que le hace
Dios" 17• Así pues, hay que saber dar a la oración con los
jóvenes formas pedagógicamente adecuadas y profunda-

2.6 Page 16

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 341
14
mente genuinas, que incidan en el corazón. El Capítulo
destaca precisamente que "la oración salesiana sabe
aceptar las nuevas modalidades que ayudan a los jóvenes
a encontrar al Señor en la vida cotidiana. O sea, es flexi-
ble y creativa, siempre atenta a las orientaciones renova-
doras
de
la
Iglesia''
18
Los animadores y comunidades que han probado
esta implicación saben que gusta y que incide profunda-
mente en los jóvenes, sobre todo en los más comprome-
tidos. Si en la Iglesia se ha ido comprobando estos años
una vuelta de los jóvenes a la oración, es urgente que
nosotros sepamos programar continuas iniciativas que la
promuevan. En el fervor de la oración se experimentará
de verdad que el Espíritu del Señor es el gran protago-
nista de las vocaciones y que su presencia se manifiesta
en el "misterio de la vocación" como diálogo inefable
entre Dios y este joven concreto, haciéndolo salir del
anonimato superficial y de los egoísmos efímeros.
18. XXIII Capítulo Gene-
ral, núm. 176.
Temas que incluir en esta nuestra oración
La oración salesiana no puede prescindir de las ini-
ciativas concretas que acabamos de indicar; sin embar-
go, su procedencia de la caridad pastoral nos apremia
efectivamente a ir más allá, pues, como hemos visto 19,
madura y se perfecciona en aquella unión con Dios que
nos lleva a vivir la caridad pastoral como testigos que
trabajan por el Reino. Así pues, extiende sus horizontes
sobre nosotros mismos y sobre nuestras actividades.
¿Qué significa, en concreto, para nosotros rezar por
las vocaciones? Siendo nosotros apóstoles de las vocacio-
nes, nos interesa seguir una metodología pastoral y
pedagógica al respecto. En este sentido se hicieron ya
diversas reflexiones en la circular "Todavía haya buena
tierra
para
la
siembra''
20
He
ahí
por
qué
no
podemos
contentarnos con ejercicios de piedad -indudablemente
19. Cf. Actas del Consejo
General, núm. 338.
20. Actas del Consejo Gene-
ral núm. 339.

2.7 Page 17

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15
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
válidos-, sino que debemos orientarnos hacia objetivos
concretos, que suponen toda una implicación personal y
comunitaria que deberá traducirse a obras. No se tratará
sólo de rezar para tener nuevas vocaciones, sino también
de rezar y trabajar para obtener el crecimiento y perse-
verancia de las vocaciones que ya han madurado, empe-
zando por las de los salesianos de cada comunidad, y de
trabajar en aquella formación permanente que nos
renueva en la docilidad al Espíritu del Señor.
Para esto, conviene volver un momento a las orienta-
ciones metodológicas que se daban en la mencionada cir-
cular del 8 de diciembre de 1991; los itinerarios que se
proyecten deben apoyarse en una oración intensa y espe-
cífica de cara a su actuación concreta. Así, aquellas indi-
caciones constituyen también temas particularmente vin-
culantes que deberán incluirse en el diálogo con el Señor.
Recordémoslos rápidamente:
- ''Ser comunidad que sea por si misma una propuesta:
rezar para que la comunidad sea "signo" y "escuela de
fe"; esto engloba la vitalidad espiritual de toda la pasto-
ral juvenil, subrayando su inseparable dimensión voca-
cional. Este tema puede alimentar la oración personal y
comunitaria, por ejemplo, en los tiempos fuertes, hasta
el punto de hacer que florezca en los hermanos una ver-
dadera conversión.
- Personalizar el itinerario de fe: aquí la oración hace
que la mirada y la preocupación se dirija a cada uno en
particular, a la necesidad de los contactos apostólicos
personales, a la dirección espiritual, al ejercicio vocacio-
nal del sacramento de la Penitencia, a orientar la libertad
del joven hacia el crecimiento en una espiritualidad
apostólica vivida, desarrollando oportunamente la cuar-
ta área del camino del XXIII Capítulo General: "hacia
un compromiso por el Reino".
- Crear experiencias de maduraci6n: aquí la oración
estimula el espíritu de iniciativa y acompaña las progra-
maciones concretas que ayudan al joven a crecer en la fe,

2.8 Page 18

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N.º 341
16
en su opción por Dios, en los compromisos apostólicos
y misioneros, en las experiencias de grupo, renovando
con la oración nuestra misión oratoriana.
- Saber llamar y acompañar: ciertamente la oración
estimula en nosotros, ante todo, la valentía de llamar de
forma delicada y penetrante como aspecto inherente a la
personalización de la educación en la fe y, luego, asegu-
rar la constancia de un acompañamiento amistoso para
superar las dificultades que se presenten y hacer madu-
rar gradualmente en un ideal cristiano de existencia.
- Los primeros responsables: rezar por quienes están
llamados de modo especial a influir educativamente en
los jóvenes que pueden tener vocación: por sus padres,
por el director, por el inspector y por el que sigue más
personalmente a los candidatos.
Así pues, nuestro diálogo con el Señor, en respuesta
a su mandato de rezar por las vocaciones, se enriquece
con muchos temas concretos, que amplían el contenido
de nuestra oración por las vocaciones; sirven, además,
para demostrar que nuestra oración debe estar unida a la
acción vocacional, de modo que ambas, en fusión vital,
proclamen la verdad de una unión con Dios que estalla
en caridad pastoral.
Para todo esto, sin embargo, se necesita una sensibi-
lidad nueva, abandonar ciertos hábitos que ya resultan
superficiales, una nueva consideración en profundidad y
el relanzamiento del carisma; o sea, una conversión espi-
ritual y apostólica.
"La Palabra de Dios -afirman las Constituciones-
nos llama a una conversión continua", y la frecuencia del
sacramento de la Reconciliación se convierte también en
un compromiso vocacional: "nos proporciona el gozo del
perdón del Padre, reconstruye la comunión fraterna y
purifica las intenciones apost6licas" 21• Y, así, nuestra ora-
ción por las vocaciones, proyectada en la concreción de
una pastoral juvenil fecunda, nos lleva de verdad, si esta-
mos convertidos, a celebrar la liturgia de la vida' 22, O sea,
21. Constitucúmes90.
22. Constituciones 95.

2.9 Page 19

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17
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
23. Lettere circolari di don
Paolo Albera ai salesia-
ni, Direzione Generale
Opere Salesiane, Tu-
rln, 1965, pág. 513.
a que nuestro mismo trabajo por las vocaciones resulte
verdaderamente la oración salesiana completa.
A la oración se añade también el espíritu de mortifi-
cación que supone la fidelidad al trabajo; en el sacrificio
apostólico se refleja la verdad de la oración. Don Pablo
Albera, hablando de esta necesidad de la mortificación,
decía que ésta asegura la validez de las oraciones, porque
"los deseos que sólo consisten en palabras cuestan poco
y valen menos" 23. Es indudablemente hermoso hablar
de teología de la creación y de teología de la encarna-
ción; pero es imprescindible añadir también la teología
de la cruz. Estamos invitados a captar cada vez con
mayor profundidad el valor, importancia y centralidad
de la pasión y muerte de Jesucristo. san Juan Bosco vivió
este aspecto con generosidad.
El fenómeno del envejecimiento, de las enfermeda-
des y de muchos sufrimientos podría convertirse en un
tesoro muy fecundo, si se vive en una actitud orante. Por
lo tanto, la relación entre la teología de la encarnación y
la historia de la salvación hay que completarla a la luz
del misterio pascual. Hablar de mortificación y de cruz
no significa ser pesimista y ajeno a la alegría, sino imitar
y participar en la oración de Jesús, llena del realismo de
la esperanza que le llevó a la donación total de sí mismo
en la cruz.
El salesiano orante, a la luz -de la exhortaci6n
apost6lica "Pastores dabo vobis"
Don Bosco decía que la oración es "la obra de las
obras"; lleva a la unión con Dios, de la que procede la
intensidad de la caridad pastoral con el don vital de la
"gracia de unidad". Sin oración, resulta imposible la sín-
tesis entre fe y vida, pues la oración es experiencia per-
sonal de Dios, hace pasar de la escucha al compartir, de
la meditación a la contemplación; desencadena un

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 341
18
movimiento interior por el que el amor toma la delante-
ra y nos hace entrar directamente en el corazón de Dios,
yendo más allá del diálogo para hacerse "amor unitivo".
Ya vimos que san Francisco de Sales es maestro en
esta visión de la oración que conduce al orante a la litur-
gia de la vida. El amor unitivo se sitúa en lo más íntimo
de la persona e impregna todo su ser con su intrínseca
carga operativa; genera en el corazón un modo espiritual
de ser dinámico, como "participación consciente en el
amor de Dios mediante la donación de sí mismo y la
disponibilidad práctica para la obra de salvación. Es una
actitud interior de caridad que tiende a la acción apos-
tólica, donde se concreta, se manifiesta, crece y se per-
fecciona'' 24. Nuestra oración por las vocaciones debería
alcanzar este nivel, el propio de la oración salesiana, que
desemboca en el éxtasis de la vida y de la acción.
Las Constituciones nos dicen que el espíritu salesia-
no tiene como "centro" y "síntesis" la caridad pastoral 25,
portadora de aquel dinamismo unitivo que es capaz de
transformar nuestro trabajo en oración. Una caridad
pastoral que Don Bosco nos enseñó a formular con el
lema "da mihi animas" y que don Felipe Rinaldi tradu-
jo magistralmente con la expresión "respirar por las
almas" 26• A ese "respirar" debemos hacer que llegue
nuestra oración por las vocaciones, teniendo en noso-
tros los mismos sentimientos del corazón de Cristo. O
sea, no simplemente una oración que se limita a deter-
minados momentos (evidentemente imprescindibles),
sino que inunda y estimula el corazón para que haga de
la vida un testimonio gozoso de la propia vocación y, de
cada acción apostólica, una tarea vocacional.
Os invito, queridos hermanos, a tomar la exhorta-
ción apostólica "Pastores daba vobis" y leer con aten-
ción lo que dice sobre la caridad pastoral 27• En los
números 21 y siguientes, dicho documento nos ofrece
una preciosa y autorizada enseñanza sobre la configura-
ción con Cristo-Pastor, que constituye precisamente el
24. Actas del Consejo Gene-
ral núm. 338, pág. 24.
25. Cf. Constituciones 10.
26. Cf. Actas del Consejo
General, núm. 332,
págs. 36 SS.
27. Cf. Pastores dabo vobis,
núms. 21 ss.

3 Pages 21-30

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3.1 Page 21

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19
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
28. Pastores dabo vobis 24.
29. Pastores dabo vobis 23.
30. Pastores dabo vobis 22.
ideal y alma del espíritu salesiano de san Juan Basca. Es
hermoso, y para nosotros estimulante, ver situada la
vida espiritual (y, por tanto, también el ejercicio de la
oración) en el interior de la tarea apostólica y oír afirmar
que entre consagración y misión (entre oración y traba-
jo) existe una mutua compenetración orgánica. "La
misión no es un elemento extrínseco o yuxtapuesto a la
consagración, sino que constituye su finalidad intrínse-
ca y vital: la consagración es para la misión. De esta
manera, no sólo la consagración, sino también la misión
está bajo el signo del Espíritu, bajo su influjo santifica-
dor. Así fue en Jesús; así fue también en los apóstoles y
en
sus
sucesores"
28
La
esencial
y
permanente
exigencia
de unidad entre la vida interior y las múltiples acciones
y responsabilidades del apostolado encuentra su plena y
adecuada respuesta precisamente en la energía de la cari-
dad pastoral, a que por sí misma tiende nuestra oración.
Observemos cómo presenta el documento esta
famosa caridad pastoral. El modelo al que mirar para
indicar sus características es Cristo el Buen Pastor, reve-
lador del amor de Dios, que él testimonió hasta sus más
extremas consecuencias mediante la donación total de sí
mismo en el servicio, en la humildad y en la solidaridad
más generosa. La caridad pastoral es participación viva
del intenso amor salvador de Cristo: es "don gratuito del
Espíritu Santo y, al mismo tiempo, deber y llamada a la
respuesta libre y responsable" 29• Mirando al misterio de
Cristo, vemos con claridad que su contenido esencial es
la donación total de sí mismo en la misión, donación
que no tiene límites, donación hecha con alegría y de
buena gana, donación que se expresa en simpatía y ama-
bilidad, porque ama a los destinatarios "con corazón
nuevo, grande y puro, 'con auténtica renuncia de sí
mismo, con entrega total, continua y fiel, y a la vez con
una especie de 'celo' divino (cf. 2 Cor 11, 2), con una
ternura que incluso asume matices de cariño mater-
no" 30• Recordemos a Don Basca, que afirma: "Me basta

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 341
20
que seáis jóvenes para que os ame con toda mi alma. Yo
por vosotros estudio, por vosotros trabajo, por vosotros
vivo, por vosotros estoy dispuesto incluso a dar mi
vida'' 31
La caridad pastoral -afirma el Papa- "no es sólo lo
que hacemos, sino la donación de nosotros mismos, que
muestra el amor de Cristo por su grey. La caridad pasto-
ral determina nuestro modo de pensar y de actuar, nues-
tro modo de comportarnos con la gente. Y resulta parti-
cularmente exigente para nosotros" 32• Podemos decir que
da un sentido sacrifica! a toda nuestra existencia de con-
sagrados para la misión salesiana; de esta manera, encuen-
tra su meta y su fuente, la donación de sí mismo y la capa-
cidad de vivirla en la Eucaristía como expresión
sacramental de nuestra incorporación existencial a Cristo.
Si, pues, nuestra oración por las vocaciones se orien-
ta a madurar en la caridad pastoral, quiere decir que
debe ser mucho más que un ejercicio de piedad. Ella nos
lleva a trabajar por las vocaciones mediante las iniciati-
vas más diversas (comenzando por las indicadas en los
temas mencionados arriba); se trata de referirlas a una
genuina caridad pastoral como respuesta al llamamiento
hecho por Jesús en favor de los obreros de la mies. Y, así,
todos los salesianos y todas las comunidades están lla-
mados a cuidar con mayor intensidad apostólica su acti-
vidad y los proyectos de propuesta vocacional, pues "la
orientación vocacional constituye el vértice y corona-
miento de nuestra labor educativo-pastoral. Sin embar-
go, no hay que verlo como un momento final del cami-
no de fe, sino como dimensión que debe estar siempre
presente calificando todas las áreas de actuación y todas
las etapas" 33.
Si la oración salesiana desemboca en la caridad pas-
toral y si ésta se hace vida y acción por la fuerza del Espí-
ritu Santo, quiere decir que la autenticidad de nuestra
oración por las vocaciones se mide por la calidad educa-
tiva y pastoral de nuestra vida y de nuestras actividades.
3 J. Cf. Constituciones 14.
32. Pastores dabo vobis 23.
33. XXIII Capítulo Gene-
ral, núrns. 247 y ss.

3.3 Page 23

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21
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
34. Santiago5,I7-IB.
35. Cf. Actas del Consejo
General, núm. 338,
págs. 26.35.
Sí, la oración por las vocaciones requiere la ratificación
de su autenticidad en nuestro testimonio cotidiano;
mientras que, por otra parte, nuestra actividad vocacio-
nal sólo será genuina y fecunda si brota verdaderamente
de una oración viva, personal y comunitaria, que la
nutra constantemente con su linfa. Creo que éste es el
metro para medir la sinceridad de nuestra oración por
las vocaciones. Le podemos aplicar lo que afirma el
apóstol Santiago: "Mucho puede la oración del justo.
Elías, que era un hombre de la misma condición que
nosotros, oró fervorosamente para que no lloviese, y no
llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses.
Luego volvió a orar, y el cielo derramó lluvia y la tierra
produjo sus frutos" 34•
Sin oración no hay pastoral vocacional fecunda. En
cambio, la oración que desemboca en la caridad pasto-
ral, animando los tres polos de la persona, de la comu-
nidad y de la presencia ministerial 35, se hace compromi-
so cotidiano de vida y de acción.
Es sintomático que Don Basca dijera que había lla-
mado "oratorio" a su obra para indicar claramente que
la oración es el único poder con el que debemos contar:
¡su unión con Dios se vertió en la realización del orato-
rio!
La oración de Don Bosco por las vocaciones
¿Cuándo rezaba Don Basca por las vocaciones?
Podríamos responder a esta pregunta con la célebre afir-
mación de Pío XI durante el proceso de canonización de
nuestro Padre. A la objeción de cuándo rezaba, vista la
enorme cantidad de quehaceres prácticos, el Papa res-
pondió: "¿Y cuándo no rezaba?" Sí, la actividad vocacio-
nal de Don Basca es la medida de su oración por las
vocaciones.
Su segundo sucesor, don Pablo Albera, nos ha deja-

3.4 Page 24

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 341
22
do dos importantes circulares sobre nuestro tema: una,
al comienzo de su rectorado, el mes de mayo de 1911,
"Sobre el espíritu de piedad", y la otra-casi al final de su
mandato- "sobre las vocaciones", en la solemnidad de
Pentecostés, 15 de mayo de 1921. En ellas puede verse
todo el corazón de Don Basca que reza por las vocacio-
nes. "Diríase -escribe don Pablo- que Don Basca era
una oración continua, una unión con Dios jamás inte-
rrumpida. En cualquier momento que acudiéramos a él
para pedirle consejo, daba la impresión de que inte-
rrumpía sus coloquios con Dios para atendernos y de
que los pensamientos y ánimos que nos regalaba le
habían sido inspirados por Dios" 36•
Es significativa la expresión "Don Basca era una
oración continua". Ciertamente el Señor escucha con
predilección la oración que se hace donación de sí
mismo en la existencia y en la actividad de la vida; el
orante participa, así, en el misterio de Cristo, hecho
sacerdote y hostia en el realismo concreto de su existen-
cia humana. En Don Basca no hay separación entre
oración y acción; una y otra constituyen el latido de su
corazón; sin embargo, la fuente es su oración que ha
madurado en amor unitivo. Su amor a la Iglesia lo
demuestra dedicándose constantemente, entre otras
cosas, a la busca y formación de vocaciones. Anualmen-
te preparaba decenas, llegando a un total de varios
miles.
Don Pablo Albera escribe, recordando su ejemplo:
"Tendríamos que gloriarnos de que nos llamaran 'reclu-
tadores' o 'buscadores de vocaciones' por todos los pue-
blos" 37• Vivió con los jóvenes creando un ambiente
favorable a las vocaciones, escrutándolos uno a uno con
la preocupación de una promoción vocacional; pidió luz
al Espíritu Santo para discernir; dedicó innumerables
horas al ministerio del sacramento de la Reconciliación
guiando espiritualmente a un sinfín de jóvenes hacia el
ideal de la donación de sí mismos; los entusiasmó por
36. Lettere circolari di don
Pao!o Albera ai salesia-
ni, Direzione Generale
Opere Salesiane, Tu-
rín, 1965. pág. 37.
37. Ibídem, pág. 498.

3.5 Page 25

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23
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
los grandes horizontes de las misiones y los comprome-
tió en iniciativas apostólicas concretas; incluso en sus
famosos paseos otofiales estaba siempre atento a descu-
brir y alentar vocaciones. Las buscaba sobre todo en las
familias cristianas del pueblo, portadoras de una praxis
cotidiana de fe. Dio importancia al clima de piedad, fue
realista en hacer evitar ciertos peligros del mundo y en
cuidar la pureza del corazón: consideró la moralidad
como un verdadero semillero de vocaciones. Animó a
Domingo Savia en la fundación y desarrollo de la Com-
pafiía de la Inmaculada. Orientó toda la práctica del Sis-
tema Preventivo hacia la pastoral vocacional. Siempre
trabajó en ella, sin desaliento y con gran solicitud, con-
vencido de que el Sefior proporciona las vocaciones
según las necesidades de los tiempos. Como hemos
visto, nunca fue del parecer de rechazar ninguna voca-
ción por la pobreza del candidato o de su familia; siem-
pre buscó los medios necesarios para ayudarla. Cuando
escribía a sus misioneros -Cagliero, Lasagna, etc.-,
insistía en la busca y el cuidado de las vocaciones.
Quizás la iniciativa que mejor muestra su dinamis-
mo orante por las vocaciones es la "Obra de María Auxi-
liadora", para las llamadas vocaciones tardías: obra pues-
ta bajo los auspicios de la Santísima Virgen y expresión
profética de una creatividad pastoral que no encontró
fácilmente la simpatía de todos, particularmente de
monsefior Gastaldi; pero que él, obtenido el benepláci-
to del Santo Padre y de varios obispos, llevó adelante
con sacrificio, obteniendo resultados magníficos. Los
jóvenes maduros en edad fueron centenares. Los llamó
"Hijos de María'', y alegraron los últimos afias de su
vida. Don Felipe Rinaldi, que había sido uno de los pri-
meros y después llegó a ser pronto su director, le infor-
maba periódicamente de sus progresos. Esta iniciativa
había sido una novedad audaz en la pastoral vocacional
de la época: novedad en la edad, novedad en la extrac-
ción ("de entre la azada y el martillo", decía), novedad

3.6 Page 26

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 341
24
en los planes de estudio, novedad en el estilo de forma-
ción. Un centro que se convirtió en fuente de sacerdotes
óptimos y de legiones de misioneros. "Estos jóvenes
adultos y de buen criterio, afirmaba, apenas lleguen a ser
sacerdotes, darán mucho fruto" 38• La Obra se veía apo-
yada por una asociación cuyos miembros se obligaban a
contribuir a los gastos de los candidatos mediante ofer-
tas y otros medios. Todo esto hace pensar en lo concre-
to que era el amor de san Juan Bosco a la Iglesia y en la
actividad de su caridad pastoral. "El Sefi.or nos ayudará
-repetía- si hacemos todo lo posible por las vocacio-
nes".
Si en la unión con Dios, fuente de la caridad pasto-
ral, el aspecto personal más íntimo y fecundo es la ora-
ción, hay que reconocer que la acción de nuestro Padre
por las vocaciones es la prueba más incontestable de que
en él vibraba incesante una oración especialísima por las
vocaciones.
38. Cf Annali, vol. I, pág.
212.
Intensificar la oración explícita
Es indudable que hoy necesitamos recuperar, en
nuestra Congregación, una mayor intensidad y autenti-
cidad de la oración por las vocaciones. La insistencia en
la característica salesiana de una oración que lleva a la
vida es imprescindible y benéfica para la identidad de
nuestro carisma.
Pero, supuesta la conciencia de esta identidad, hay
que considerar el estado de fervor y el nivel de profun-
didad con que de hecho se está viviendo el carisma en las
comunidades.
¿Por qué en estos afi.os hemos declarado guerra a la
superficialidad? Porque el Concilio nos recuerda que la
vida consagrada se ordena ante todo a hacer que sus
miembros sigan a Cristo y se unan a Dios, y que, para
ello, hoy están llamados a una fuerte renovación espiri-

3.7 Page 27

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25
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
39. Cf Perfactae caritatis
2e.
40. Mutuae relationes 16.
tual, a la que corresponde el primer puesto aun en las
obras externas de apostolado? 39. ¿No corremos quizás el
peligro de atrincherarnos en el trabajo y en la acción,
mirando más a la actividad de las manos que a la vitali-
dad del corazón? "Éxtasis de la acción" y "excusa de la
acción" no se identifican en absoluto. La "excusa de la
acción" puede ser una trampa mortal; es una caricatura
del "éxtasis de la acción" descrito por san Francisco de
Sales y vivido por san Juan Bosco.
Hoy los tiempos exigen una vuelta más explícita a la
oración. Se observa un verdadero relanzamiento de la
misma en toda la Iglesia, incluso entre los jóvenes, como
ya he señalado. Es una oración que vibra en sintonía con
el despertar de la fe: ser creyente comprometido y no
sólo fiel rutinario comporta un diálogo más explícito,
más intenso, más frecuente con el Señor. En un dima de
secularismo, se siente una apremiante necesidad de
meditación y de profundización de la fe; no pocos fieles,
incluso jóvenes, son llevados a escuchar mejor la Palabra
de Dios y a dialogar más íntimamente con el Señor. Los
religiosos, llamados a ser -como decía Pablo VI- "espe-
cialistas de la oración", deben esforzarse por crecer en
esta su competencia peculiar, pues "la misión exige a
todos los enviados ejercitar la conciencia de la caridad
en el diálogo de la oración" 40• Con razón dejó escrito
nuestro beato Luis Versiglia, obispo y mártir: "El misio-
nero que no está unido a Dios es un canal desconectado
de su fuente; si reza mucho, también hará mucho".
Es preciso saber devolver calidad y prioridad a los
momentos explícitos de oración, cuidando sus modali-
dades de renovación e iluminando oportunamente su
importancia. Constituyen una reserva vital para suscitar
verdadero entusiasmo por el propio carisma y contribu-
yen a hacer de los salesianos una propuesta viva de Cris-
to a los jóvenes.
Precisamente porque nuestra oración desemboca en
testimonio de vida y en acción apostólica, debemos pro-

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 341
26
curar que sea genuina, renovada, frecuente y que arras-
tre. Todos los salesianos deben sentirse interpelados
directamente, porque, como dije en otra ocasión, "sin
persona, no hay oración" 41
Pero, luego, están invitados a asumir especiales ini-
ciativas al respecto el inspector y el director; su interés y
sus actuaciones pueden obtener un verdadero salto hacia
adelante en asunto tan vital.
El XXIII Capítulo General compromete al inspec-
tor a una verificación concreta y le pide que nombre,
dentro del equipo inspectorial de pastoral juvenil, un
animador que oriente, coordine, promueva y mantenga
las conexiones necesarias con las iniciativas vocaciona-
les 42•
El director, por su parte, está llamado a lograr una
nueva calidad pastoral entre sus hermanos: que sean ani-
madores de la comunidad educativa y de la Familia Sale-
siana, que aseguren los diversos servicios, que sepan
hacer la propuesta vocacional y acampa.fíen a los más
comprometidos; él mismo debe recuperar el papel de
orientador de los jóvenes mediante el encuentro perso-
nal y de grupo y saber implicarlos en momentos fuertes
de oración43•
Nos encomendamos a María
41. Actas del Consejo Gene-
ral núm. 338, pág. 28.
42. Cf. XXIIl Capítulo
General, núm. 253.
43. Cf. XXIIl Capítulo
General, núms. 218,
226, 232, 234, 243.
249.
Don Basca experimentó la eficacia materna de la
Santísima Virgen en la busca de las vocaciones, en su
discernimiento y en su maduración. Le encomendó
aquella iniciativa original de creatividad pastoral para las
vocaciones "tardías" que llamó "Obra de María Auxilia-
dora''. Siempre tuvo una confianza extraordinaria en su
solicitud de intercesión, especialmente en los tiempos
difíciles para las vocaciones.
Será necesario hacer que esté siempre vivo en nues-
tra Congregación aquel solemne acto de entrega hecho

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27
1. CARTA DEL RECTOR MAYOR
44. Cf. Comentario a nues-
tra oración de entrega a
Maria Auxiliadora, en
Actas del Consejo Ge-
neral, núm. 322, págs.
15-21.
45. Actas del Consejo Gene-
ral, núm. 338, pág. 28.
46. Pastores dabo vobis 82.
47. Lucas 2,49.
por el XXII Capítulo General, en el que también enco-
mendamos a María Santísima "la fecundidad vocacio-
nal" 44, convencidos de que con ella "podemos empren-
der grandes cosas" por el bien de la juventud, pues,
como dicen las Constituciones, "creemos que María está
presente entre nosotros y continúa su misión de Madre
de la Iglesia y Auxiliadora de los cristianos" 45•
En particular, estamos convencidos de que la Santí-
sima Virgen, íntimamente unida al Espíritu Santo, es en
la historia "madre y educadora'' de las vocaciones. María
ha sido definida por el Papa como "la persona humana
que mejor que nadie ha correspondido a la vocación de
Dios" 46; alimentó y educó a Jesús, de quien podemos
decir que fue la "vocación suprema". Cuando María
halla en el templo de Jerusalén a Jesús, que ya tiene doce
años, y le manifiesta la pena de José y suya durante los
tres días empleados en su busca, oye que le responde:
"¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar
en la casa de mi Padre?" 47• Podemos considerar esta res-
puesta como la revelación confidenci~ del hijo adoles-
cente que manifiesta a los padres su vocación. ¡Cuánto
meditaría la Santísima Virgen sobre la vocación de Jesús
y sobre la suya propia! Lo estuve considerando al escu-
char un himno mariano cantado fervorosamente por un
grupo de jóvenes oratorianos: "¡Cuánto me gustaría
hablar contigo (María) del Hijo que amabas; cuánto me
gustaría oír de tus labios lo que pensabas cuando oíste
que ya no serías de ti misma y que el hijo que esperabas
no sería para ti...".
La aceptación generosa y la realización plena de la
propia vocación hizo a María dichosa en su corazón y
protagonista en la historia de la humanidad, más impor-
tante y bienhechora que muchísimos personajes pode-
rosos y sabios. Su canto del Magnificar nos revela la ale-
gría personal y el relieve histórico que supone la
vocación, ya que se trata de la realización de un proyec-
to de Dios. Todos los proyectos de Dios son expresiones

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ACTAS DEL CONSEJO GENERAL, N. º 341
28
de amor a la persona del llamado y compromisos de
bien para la fraternidad y la salvación de los otros.
Cuando, en el Padrenuestro, rezamos: "venga a nosotros
tu Reino", pedimos al Señor ser colaboradores de sus
proyectos, como lo fue en plenitud María. Aprendamos
de ella a considerar la vocación como un verdadero teso-
ro que debemos apreciar, proponer, defender y hacer
fructificar en cada uno de los jóvenes que se nos acer-
quen.
Pidamos a la Santísima Virgen que nos acompañe
como Madre solícita, especialmente en la intensifica-
ción y calidad de nuestra oración por las vocaciones,
hecha con los mismos sentimientos del corazón de Jesu-
cristo, su hijo. San Juan Bosco nos recuerda que, si nos
enco,m, endamos a ella, podemos "acometer grandes
cosas .
Renovemos, queridos hermanos, nuestra oración
por los obreros de la mies; ella nos ayudará a dar con ale-
gría testimonio diario de nuestra vocación.
EGIDIO VIGANO

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4.1 Page 31

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