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EL MUSEO SALESIANO DE FORTÍN MERCEDES - ARGENTINA
Vicente Martínez Torrens, Liliana Edith Delgado, Elsa Victoria Gonzalez
ANTECEDENTES
1. Orígen histórico del Fortín
Cuando el piloto de la Real Armada Española, Don Basilio Villarino, en 1779
divisó por primera vez el río Colorado, llamado por los indígenas “Covu Leuvú”,1
la zona era dominio del cacique Chanel (o Negro).2
En sucesivas y diversas expediciones fluviales, hombres como Juan de la
Concha, José de la Peña, Ambrosio Cramer y otros, exploraron con chalupas el cu-
rioso cauce de “entre 60 a 70 varas” (50 a 60 metros), al decir de Villarino.
El reconocimiento terrestre vino muchos años después y por motivaciones y cir-
cunstancias muy diversas.
El proyecto de ir a posesionarse de la isla de Choele Choel, reducto de valientes
caciques, entre ellos el afamado Chocorí,3 fue el motivo de la expedición del Brigadier
General D. Juan Manuel de Rosas, del 1º de mayo de 1833. Ochocientos hombres al
mando del General Ángel Pacheco emprendieron el viaje terrestre, con rumbo sur, des-
de la Fortaleza Protectora Argentina de Bahía Blanca. Después de diez días de marcha
divisaron el río Colorado. El Brigadier General, personalmente, inspeccionó los alre-
dedores. Al llegar al punto “Médano Redondo”, donde se dividía el río en dos brazos,
en la margen izquierda del río estableció su cuartel que denominó “Fortín Colorado”.4
Para proteger a los chasquis, que hacían el recorrido “Bahía Blanca-Carmen
de Patagones”, en 1858, el Fortín se trasladó unas leguas aguas arriba, en el actual
emplazamiento.5 Eran tres pobres ranchos defendidos por una empalizada.
1 Cf Raúl Agustín ENTRAIGAS, El Ángel del Colorado. Buenos Aires 1946, p. 46; cf Pas-
cual PAESA, El cauce del Colorado. Un hito de su cultura. Buenos Aires 1971, p. 140.
2 Cf Celia Nancy PRIEGUE, La población aborigen, en Félix WEINBERG (Dir.), Manual
de historia de Bahía Blanca. Bahía Blanca, Departamento de Ciencias Sociales/Universidad
Nacional del Sur 1978, p. 51.
3 Transcripción de Guillermo Alfredo TERRERA, Caciques y capitanejos en la historia
argentina. Buenos Aires, Plus Ultra 19862, p. 155s: «Chocorí: cacique araucano chileno que
entra al país como indio invasor, realizan do numerosos malones y asalta a las poblaciones de
Patagones, Bahía Blanca y sur de la provincia de Buenos Aires en compañía de otros capitanes
[aborígenes] maloqueros como Catrirén, Maullín, Vetocurá y Lupil. La columna expedicionaria
de Rosas, dedicada a batir y pacificar a los caciques alzados, lo persigue tenazmente en su
huida hacia la cordillera, mediante la división de Ángel Pacheco que desprende al comandante
Sosa para que lo sorprenda en los montes al norte del Río Colorado [...]».
4 Cf P. PAESA, El cauce..., pp. 69-97.
5 Cf ib., p. 129.

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134 Vicente Martínez Torrens, Liliana Edith Delgado, Elsa Victoria Gonzalez
2. La capilla del Fortín
Ante la amenaza del paso devastador del cacique Purrán, con 1000 lanceros dis-
puestos a vengar la muerte de Yanquetruz y su comitiva en Bahía Blanca, el anciano
baquiano Miguel San Martín hizo construir una capillita que dedicó a la Virgen de los
Desamparados. A ella le confiaron la protección del Fortín que, según censo de 1840,
era una guarnición de 24 soldados y 14 familias, que por cierto no habían aumentado,
más bien disminuido en número. El malón de Purrán se internó en Bahía Blanca el
19 de mayo de 1859 6 e hizo estragos, pero ellos quedaron a salvo.
La devoción a la Virgen del Fortín fue en aumento. Varias y evidentes fueron
las gracias y los favores recibidos, razón por la cual se amplió la capillita y se reem-
plazó la antigua imagen por una de mayor tamaño, aunque de otra advocación: la de
Ntra. Sra. de la Merced, patrona del ejército nacional. Parece ser que este hecho in-
fluyó en el oficial Don Ramón Pérez, pues él cambió la denominación tradicional por
el de la Patrona. El autorizado explorador y geógrafo Pascacio Moreno, en su carto-
grafía de 1875, ya designa este lugar como “Fortín Mercedes”.7
3. Las misiones salesianas
El comienzo de la Obra Salesiana en la Patagonia es, al mismo tiempo, el inicio
de la verdadera actividad y vida misioneras de la misma Congregación.
El impulso misionero de Don Bosco y su insistencia para que se produjera el
encuentro de los salesianos con los indígenas llevó, en 1880, a la fundación del
primer centro misional en la comarca Carmen de Patagones-Viedma. A partir de ese
momento fue incesante el envío de misioneros salesianos en pos del sueño de Don
Bosco a toda la Patagonia. Ya en 1895 las misiones podían dividirse en “urbanas” (
Patagones, Viedma, Bahía Blanca, Roca, Rawson, Chos Malal, etc.); “semiurbanas”
(Pringles/Guardia Mitre, Conesa, Junín de los Andes, etc.) y un caso típico de “mi-
sión de ámbito rural” fue Fortín Mercedes.8
Debemos reconocer que el primer salesiano en llegar al “Portal de la Pata-
gonia”, el río Colorado, fue Mons. Santiago Costamagna, el 11 de mayo de 1879,
siendo uno de los Capellanes de la Expedición al Desierto.9 Le cupo, sin embargo,
al Padre José María Beauvoir ser el primer misionero de la zona, en 1881.10 Fue co-
adyuvado por el Padre Domingo Milanesio, que hizo sus primeras gestas apostólicas
y con tanto éxito entre los aborígenes que mereció, de parte de ellos, el apodo de
“Patiru Domingo” o “Padre Paisano”.11
6 Cf C. N. PRIEGUE, La población..., p. 72.
7 Cf P. PAESA, El cauce..., pp. 121-133.
8 Cf Valentín REBOK, La aurora misional salesiana, [artículo inédito].
9 Cf P. PAESA, El cauce..., pp. 140-142; cf Raúl A. ENTRAIGAS, Los capellanes de la Ex-
pedición al Desierto, en Juan BELZA et al., La expedición al desierto y los Salesianos 1879.
Buenos Aires, Edba 1979, pp. 73-77.
10 Cf P. PAESA, El cauce..., p. 176.
11 Cf Pedro GIACOMINI (compil.), Monografía de Fortín Mercedes. Fortín Mercedes-
Bahía Blanca 1933, p. 55.

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El museo salesiano de Fortín Mercedes - Argentina 135
La Capillita del paraje Fortín Mercedes sirvió de residencia a éstos y otros mi-
sioneros como: Ángel Savio, Andrés Pestarino, Alejandro Stefenelli, Bernardo Vac-
china, Pedro Rosmini, Juan Tosi, Carlos Dallera, etc. Pero la figura, que literalmente
quedó grabada en el bronce, es la del Padre Pedro Bonacina.12
De su correspondencia extraemos que el 23 de mayo de 1891 rezó su primera
misa en la Capillita del Fortín. Por mandato explícito de Mons. Cagliero misionó fre-
cuentemente las estancias de ambas riberas del Colorado.13 Recaló en forma perma-
nente, y por 20 años como Director, en 1895.14
El elevado número de niños, hijos de los estancieros, colonos y de peones, al-
gunos de ellos huérfanos, lo llevó a la necesidad de establecer un colegio con inter-
nado. Las buenas disposiciones del Sr. José Luro (donante de la tierra y de los mate-
riales) hizo que, con la aprobación del Vicario Apostólico, el 16 de julio de 1895 ben-
dijera el inicio de las obras. Tuvo junto a sí un “tesoro” de albañil como fue Don José
Esandi, padre del primer obispo de la Diócesis de Viedma, Mons. Nicolás Esandi.15
Con el tiempo, el reducto de caridad y ciencia, se convirtió en escuela agrícola
y casa de formación. Por ella pasaron la mayoría de las huestes salesianas patagó-
nicas. Fue aspirantado, noviciado, filosofado, escuela normal nacional y, hasta por
algún tiempo, teologado.16
La intensa vida espiritual del Padre Pedro, como lo llamaba la gente, fue tan
sincera, profunda y ardiente que contagió a todos los que lo rodearon, chicos y
grandes. Mientras permaneció en la dirección de la Obra, la fiesta del 24 de sep-
tiembre fue celebrada con toda solemnidad. En los primeros años invitaba a los po-
bladores a pasar la noche anterior en los primitivos edificios de antaño; pero el hecho
es que, para la fiesta de Ntra. Sra. de la Merced, él llevaba verdaderas peregrina-
ciones al Fortín.17 Es de imaginar su alegría y el apoyo brindado a la idea del P. Luis
J. Pedemonte de levantar un Santuario Votivo como monumento de gratitud a la Au-
xiliadora, la Virgen de Don Bosco.18
Fue también proyecto del P. Pedemonte, secundado al ausentarse por el P. Gau-
dencio Manachino, el formar un museo que recogiese, guardase y diese a conocer la la-
bor de los misioneros. Así llegamos al 15 de enero de 1925 en que se inauguró, con la
presencia del Visitador del Capítulo Superior, el P. José Vespignani, en un reducido am-
biente, la muestra de minerales, fauna y flora patagónicos y secciones de objetos his-
tóricos, armas e instrumentos que dio a conocer la vida, usos y costumbres de los anti-
guos pobladores. Fue el Ingeniero y Profesor Universitario Dr. Rafael Orsi quien le dio
la índole científica catalogando las piezas y separándolas en secciones de geología, pe-
12 Cf ib., p. 56.
13 Cf P. PAESA, El cauce..., pp. 197-200.
14 Cf ib., p. 228; cf también elencos salesianos de 1895 a 1914.
15 P. PAESA, El cauce..., p. 236.
16 Cf P. GIACOMINI (compil.), Monografía..., passim; respecto al funcionamiento como
teologado cf ARCHIVO HISTÓRIOGRÁFICO DE LA PATAGONIA SEPTENTRIONAL SALESIANA (AHPSS),
Fortín Mercedes, Crónica manuscrita 1928.1929, además de testimonios orales (P. Heraclio
MORENO, entre otros).
17 Cf R. A. ENTRAIGAS, El Ángel..., p. 343.
18 Cf P. PAESA, El cauce..., pp. 377-408.

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136 Vicente Martínez Torrens, Liliana Edith Delgado, Elsa Victoria Gonzalez
trografía, mineralogía, paleontología, botánica y zoología.19 Hoy podemos gozar de
muchas de estas piezas gracias al tesonero trabajo taxidérmico de varios salesianos co-
mo el P. Pedro Ortiz, el P. Pedro Brea y el P. Alberto Gregui, entre los más famosos.20
El constante incremento de valiosas piezas llevó al Museo a distintos espacios
físicos. El penúltimo traslado fue a los antiguos comedores de estudiantes y
aspirantes, oportunidad en que se le dio el nombre de “Museo Regional y Misionero
D. José Luro”.21
Una disposición de los Superiores Mayores de 1993 determinó el cierre
del mismo a la espera de la realidad materializada el 1º de octubre de 2000, y que
es el tema de la II Parte de esta reseña.
EL MUSEO ACTUAL
1. Reinauguración
El día 1º de octubre del año 2000, con la presencia del Visitador Regional,
Padre Helvécio Baruffi, de la Visitadora de las Hijas de María Auxiliadora, Madre
Lourdes Pino, del Inspector y de la Inspectora de las Inspectorías Patagónicas respec-
tivas de SDB y HMA, P. Joaquín López y Sor Cristina Pella, se realizó la inaugura-
ción del nuevo edificio de 1036 metros cuadrados cubiertos.
En este evento se contó con el apoyo masivo de la comunidad. Se contabilizó la
presencia de más de 3000 personas que apreciaron el valor patrimonial del museo.
La concreción de esta obra es debida, en primer lugar y como se dirá en su mo-
mento, al actual Rector Mayor P. Juan Edmundo Vecchi, patagónico y exalumno de
Fortín Mercedes; al estudio y aprobación del proyecto por parte del P. Inspector, Joa-
quín López y su Consejo; al seguimiento del Ecónomo, P. David García, y la desinte-
resada colaboración de un grupo de integrantes de la comunidad que conformaron la
Asociación de Amigos del Museo.
2. Planeamiento
El punto de partida para esta acción fue el planeamiento en el que se tuvieron
en cuenta:
• Gesta misionera.
• Elección del espacio.
• Factores escénicos.
• Características arquitectónicas.
19 Cf P. GIACOMINI (compil.), Monografía..., pp. 165-183.
20 Remitimos a diversos testimonios orales y a nuestra propia experiencia personal
para algunos de ellos.
21 Cf AHPSS, Fortín Mercedes, Resumen manuscrito de la Crónica de 1965, 6 de
noviembre.

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El museo salesiano de Fortín Mercedes - Argentina 137
• Tipos de público.
• Intereses comunitarios.
Para la distribución del espacio hubo que tomar en consideración aquella gesta
misionera que propiciaron los sacerdotes y hermanos salesianos, su labor evangeliza-
dora, su sacrificio y el alto ideal conductor de su acción en la Patagonia. Ellos son el
testimonio elocuente, el documento vivo de hombres cuyo fervor espiritual, tenacidad
y perseverancia, han llevado a las soledades patagónicas el aliento de la solidaridad
cristiana, el trabajo civilizador y el ideal de una vida superior.22
Recorriendo su campo de acción vemos cómo remontaron el curso de los ríos,
cruzaron llanuras y mesetas, visitaron las tolderías, las casas de campo, los pueblos y
colonias que iban surgiendo.
Son diversos los intereses que movilizan a los visitantes por el paraje. Por ello,
los factores escénicos, tales como el Santuario, el río, las lagunas y el uso del espacio
de recreación, fueron tenidos en cuenta para la realización de esta elección.
El complejo cuenta con un camping enclavado a orillas del río Colorado con
frondosa y añosa vegetación. Cerca del predio existe una laguna poblada de aves y
mamíferos de diversas especies.
Teniendo en cuenta la unidad arquitectónica que suponen el Santuario de María
Auxiliadora, el Colegio San Pedro, el Colegio Madre Mazzarello, el Descanso Ceferi-
niano y la Santería, el diseño del museo respetó la línea edilicia que caracteriza todo
el complejo.
Como, en el momento de realizar la planificación, el museo se encontraba ce-
rrado al público por falta de espacio para contener el patrimonio cultural existente, y
por sus condiciones edilicias, los datos estadísticos del público asiduo se basaron en
mediciones anteriores.
Para el público potencial se realizó una evaluación de la situación geográfica
del museo; éste se ubica a un kilómetro de la Ruta Nacional Nº 3 en la que el paso
vehicular es constante, tanto por razones laborales como turísticas y la entrada al
complejo es de alta viabilidad por las propuestas que ofrece.
Los intereses comunitarios fueron evaluados a partir de la contribución de espe-
cialistas y la participación de representantes de la comunidad. Se inició un trabajo de
reflexión para la definición del perfil del museo, ya que el hecho de que una iniciativa
sea privada no exime que los intereses deben ser, ante todo, valorados en función de
la comunidad.
De esta manera y sobre los postulados de un museo abierto, educativo y diná-
mico, se buscó devolver a la comunidad lo que ella ha creado, es decir, los instru-
mentos que le permitan reconocerse, encontrarse y relacionarse a través de las mani-
festaciones de la cultura local, regional, nacional y universal. Como es obvio, no
podía dejar de presentarse la faz evangelizadora, educativa y social llevada a cabo por
la Congregación Salesiana en la Patagonia.
22 Cf la amplia literatura existente. Mencionamos a los principales autores que trataron ca-
si exhaustivemnte el tema: Raúl Agustín Entraigas, Pascual R. Paesa, Cayetano Bruno, Juan
Belza, Ernesto Szanto, Jesús Borrego y Antonio Da Silva Ferreira.

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138 Vicente Martínez Torrens, Liliana Edith Delgado, Elsa Victoria Gonzalez
En la elección del predio para la construcción del edificio ad-hoc del nuevo
museo, primó la idea de “hacer un todo” con la reconstrucción del Fortín Histórico,
espacio que daría óptimas condiciones para el desarrollo de sus funciones externas e
internas.
3. Diseño
Una vez propuesto el espacio, se comenzó con la etapa de diseño: la delimita-
ción de áreas públicas y privadas, el patrimonio existente en el museo, el crecimiento
futuro, los servicios y actividades que se ofrecerían, el objetivo fundacional del
museo. A esto se le sumó el accionar misionero y evangelizador salesiano, ya que éste
daba las pautas generales de distribución de los espacios públicos y privados.
Areas públicas: Sala de recepción – sala de conferencias – tres salas de exposi-
ción permanente – sala de exposición temporaria.
Areas privadas: dirección – sala de conservación – depósito – sanitario.
Teniendo en consideración el concepto de exposición que nos dice que “es un
medio de comunicación que se basa en los objetos a exponer y los elementos comple-
mentarios, presentándose en un espacio determinado, por medio de técnicas espe-
ciales, ordenadas con arreglo a una secuencia definida cuyo fin es la transmisión de
ideas, conceptos, valores o conocimientos”, existen tres tipos de exposiciones siste-
matizadas:
Exposición cronológica: destinada especialmente a museos históricos.
Exposición sistemática: destinada a los museos técnicos y científicos.
Exposición ecológica: destinada a los museos de ciencias naturales.
Como en el caso nuestro se trata de un museo regional donde se combinan todas
las clasificaciones, se planificó de la siguiente manera:
Exposición permanente:
Sala 1: Fauna y Flora Patagónica:
El valioso acervo de fauna taxidermizada que posee el museo permite recrear en
un diorama el espacio patagónico en su extenso y variado espectro, transitando por su
geografía, desde una pasarela en altura, e incorporando la naturaleza exterior a través
de unos amplios ventanales. Este contexto como unidad contribuye a configurar la
funcionalidad de este espacio.
Sala 2: General:
El material geológico, petrográfico, mineralógico, paleontológico, arqueológico,
numismático y oplotecológico se exhibe en vitrinas, mientras que el material antropo-
lógico e histórico e industrias, es presentado con representaciones e instalaciones.
El material recolectado a través de los años permite al público visitante adquirir
conocimientos del suelo y subsuelo patagónico, recorrer el pasado a través de los po-

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El museo salesiano de Fortín Mercedes - Argentina 139
bladores primitivos que moraron en esta vasta región, su actividad y desarrollo, como
también, el avance humano, recorriendo la historia y sus ciencias auxiliares.
Sala 3: Evangelización salesiana:
Esta sala es el nuevo objetivo incorporado al trazado en la refundación del
museo. Pretende que el espectador conozca el accionar de la obra salesiana desde su
llegada a nuestro país y a la región con el aporte, no sólo en el campo misionero
evangelizador, sino también en el terreno educativo, promocional, social y cultural.
Sala 4: Para exposiciones temporarias:
Destinada a organizar eventos con parte del acervo del museo, con elementos
cedidos en préstamo o muestras que pudieran hacer llegar otras instituciones cultu-
rales del interior, e incluso del exterior del país.
La función primordial de la exposición temporaria es la de atraer público intere-
sado en un determinado tema. Tiene un tiempo de duración determinada.
Cada una de las salas ha sido diseñada como un espacio amplio que permite
darle dinamismo al acervo allí contenido, consintiendo un desplazamiento libre del
público dentro de la exposición, aunque esta libertad ha sido condicionada por la se-
lección y el montaje de las piezas de un modo y no de otro.
El museo cuenta, dentro de su diseño, de ayuda sensorial: sonido independiente
dentro de cada una de las salas de exposición y soportes móviles, activados por sen-
sores de movimiento.
Factores de conservación: La climatización ha sido contemplada con aparatos
de aire acondicionado para el mantenimiento de la temperatura y de la humedad rela-
tiva ambiente necesarias para la mejor conservación del patrimonio.
Seguridad: El museo cuenta con un circuito cerrado de televisión, alarmas,
detectores de incendio, matafuegos, salida de emergencia.
Iluminación: Natural y artificial.
Diseño Exterior: En este espacio, que se ha dado en llamar el Jardín de los
Sueños, se trata de dar al visitante, a través de pinturas en los paneles del frente del
museo, imágenes de los sueños de Don Bosco, aquellos que fueron el comienzo de
toda esta historia de misión que trascendió los límites de la evangelización.
Circunda el edificio un extenso parque en el que se aprecian:
Distintas variedades de vegetación autóctona adaptadas al medio y señalizadas
con los datos que las identifican. Muestra permanente al aire libre de transportes de
tracción a sangre donados por antiguos pobladores de la zona.
4. Preservación y Conservación del acervo
Se ha comenzado la tarea de inventariar y clasificar el patrimonio existente en
el antiguo museo para realizar, posteriormente, la tarea de preservación y conserva-

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140 Vicente Martínez Torrens, Liliana Edith Delgado, Elsa Victoria Gonzalez
ción.
4.1. Variedad de materiales existentes:
• Animales taxidermizados: aves y mamíferos.
• Fotografías en soporte de papel.
• Papeles.
• Textiles.
• Metales.
• Material paleontológico y arqueológico.
• Material lítico.
• Material geológico.
• Huesos.
• Materiales varios.
Para cada uno de los grupos se han utilizado las técnicas de conservación perti-
nentes para su puesta en valor.
4.2. Documentación
Para ello se usa la ficha de inventario general normalizada por el I.C.O.M.23
La labor que surge del estudio de la documentación permite determinar la autenti-
cidad del bien y asegurar su preservación con la finalidad de lograr su puesta en
valor, interpretación y difusión del mismo. Esta documentación se encuentra en una
base de datos donde el público podrá recabar información a través de distintos
campos.
4.3. Diseño, montaje y ejecución
El hilo conductor de todo el diseño museográfico estuvo basado en la gesta mi-
sionera: su llegada a través del mar y sus recorridos por ambas márgenes de los ríos
Colorado, Negro y Chubut.
La investigación científica en las distintas áreas realizada por los misioneros sa-
lesianos, paralelamente a su tarea de evangelización, fue la base sobre la que se
asentó la idea de la fundación del museo allá por 1925: “Conocer y hacer conocer la
Patagonia”.24
Respecto a las áreas de exhibición, las relaciones funcionales han sido estable-
cidas por esta concepción. El sistema de presentación (y su traducción espacial), y el
tipo de acceso, permiten la presencia de varios grupos de visitantes en un mismo mo-
mento, sin que se pierda por esto la visión global, porque las diversas salas deter-
minan su relación con el museo como un todo en sí.
4.4. La recepción
23 ICOM es la sigla del International Council of Museums.
24 Museo Regional de la Patagonia n. 1 (12 de octubre de 1925) 13.

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El museo salesiano de Fortín Mercedes - Argentina 141
En una pared vidriada que da acceso a la sala de fauna y flora continúa el relato
comenzado en el espacio exterior. Muestra una imagen de don Bosco rodeado de ros-
tros de niños Mapuches, que en la actualidad son alumnos de diversos Colegios Sale-
sianos. En la puerta, una imagen del “Villarino”,25 barco donde fueron repatriados los
restos del Gral. San Martín, y cuya fisonomía concuerda con el vapor “Santa Rosa”
que transportó a los primeros evangelizadores salesianos y a las hijas de María Auxi-
liadora desde Buenos Aires a Carmen de Patagones. En la parte vidriada derecha, hay
rostros de algunos de estos pioneros, tales como monseñor Cagliero, el P. Bonaccina,
P. Muzio, P. Milanesio, P. Pedemonte, Hna. Angela Vallese.
4.5. La sala de conferencias
Junto al hall de entrada se halla una moderna sala preparada para conferencias y
explicaciones a grupos, con una capacidad para cincuenta personas. Está amueblada
con cómodas butacas y cuenta con un televisor de 40 pulgadas y una videocasetera
con la que se proyecta un audiovisual que ambienta históricamente antes de iniciar el
recorrido por las salas del Museo.
Sala 1:
Abriendo las puertas, desde el mar, nos adentramos a la Patagonia, imaginaria-
mente, por las márgenes de tres de sus ríos: el Colorado, el Negro y el Neuquén.
Las paredes de la sala en su totalidad la cubren pinturas con temas acordes al
paisaje patagónico. De esta sala nos despide, con un movimiento imitando el vuelo,
desde las alturas de la cordillera, el cóndor Martín.
Sala 2:
Nos adentramos a la sala general por medio de una cueva con pinturas rupes-
tres. Saliendo de la misma, a cada lado, se hallan instalaciones que representan: la
vida cotidiana, usos y costumbres de los indígenas, y un “Rehue”.26 En este núcleo se
trata de dar vida a las culturas de los pueblos primitivos de nuestra región, transitando
algo de su historia y de sus personajes.
Nos despide un núcleo dedicado al Venerable Ceferino Namuncurá, joven ma-
puche, cuya sólida virtud y ferviente fe dan muestra del accionar misionero. Dejó sus
tierras y su tribu para entregarse a Dios y ser luego “útil a los de su raza”.27 Sus restos
descansan en el santuario de María Auxiliadora de Fortín Mercedes.
Sala 3:
25 Llamado así en homenaje al navegante y explorador español Basilio Villarino que
actuó en la Patagonia del siglo XVIII. Este buque estuvo asignado a las líneas marítimas y
fluviales del Sur Argentino en las postrimerías del siglo XIX.
26 El P. Francisco CALENDINO en su Diccionario Mapuche Básico con anexo gramatical.
Bahía Blanca-Buenos Aires, Instituto Superior Juan XXIII-Goudelias 20002, p. 78, la voz rewe
(= rehue) la explica como “tronco sagrado de las machis con varios escalones”.
27 Testimonio del P. Esteban E. Pagliere, citado en Luis José PEDEMONTE, Ceferino M.
Namuncurá. Testimonios, [pro manuscrito], p. 90.

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142 Vicente Martínez Torrens, Liliana Edith Delgado, Elsa Victoria Gonzalez
Ingresamos así a la sala de evangelización que, siguiendo también el curso
de los tres ríos, muestra el accionar de la Obra Salesiana desde su llegada a nuestro
país y a la región,28 junto con el aporte, no sólo en el terreno misionero, sino también
en el campo educativo, promocional, social y cultural.
Sala 4:
La sala de exposiciones temporarias contiene, en este momento, una muestra
de fotografías originales con la firma de puño y letra del padre salesiano Alberto
María De Agostini.29 El tema de esta exposición son paisajes y personajes de Tierra
del Fuego del año 1913.
5. Elementos preciosos
Dentro del valioso patrimonio expuesto en el museo, aquellos que más atraen la
atención del público son:
El cóndor Martín, icono del museo por tratarse de un ave que, por el año 1927,
fue traído por el padre Mario Brizzola a Fortín Mercedes, convirtiéndose desde ese
momento en compañero inseparable de los alumnos, quienes lo bautizaron. Este
ejemplar tiene muy caros recuerdos especialmente para aquellos que pasaron por las
aulas del Colegio San Pedro.
Un ejemplar de zorro fueguino, especie extinta, de los que sólo existen dos
ejemplares en el mundo.
Un hacha indígena enmangada.
Un ammonite del titoniano (jurásico superior). Edad 150.000.000 de años.
Uno de los ejemplares de mayor tamaño del país.
Un huevo petrificado seccionado en el medio. Pieza rara.
Un Erizo de mar fósil (Monophaster Darwin del mioceno patagónico). Edad
aproximada 25.000.000 de años.
Trozos de árboles petrificados y numerosos fósiles y minerales, entre ellos hay
semillas de gingicoiters, frutos varios, tronco de araucaria, molar de mamut, etc. –
La capa cardenalicia con esclavina de armiño, la mitra y el báculo pertene-
cientes a Mons. Cagliero.
Unos guantes de Mons. Santiago Costamagna.
Un guardapolvo del próximo beato coadjutor salesiano Artémides Zatti.
Elementos litúrgicos varios pertenecientes a los primeros obispos y a los misio-
neros salesianos de la Patagonia.
El Misal de D. Albera, 2º Sucesor de don Bosco, encuadernado en cuero reca-
mado por los alumnos artesanos del Oratorio de Turín.
Materiales valiosos traídos por los misioneros como: Carta autógrafa de
S. Francisco de Sales. Carta de San Juan Bosco a ... Vendas del Beato Miguel Rúa.
Solideo de San Pio X. Copón de la Rusia zarista.
28 Respectivamente el 14 de diciembre de 1875 y el 11de mayo de 1879.
29 Cf Alberto DUMRAUF, Pertenecen al Señor, III. Bahía Blanca 1999, pp. 27-30.

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El museo salesiano de Fortín Mercedes - Argentina 143
Objetos del 1er. Taller de zapatería del Colegio San Francisco de Sales y del
1er. Hospital Regional de Viedma.
Obsequios varios de Shangai del misionero P. Adolfo Tornquist.
Monedas del Virreynato.
Medallas Conmemorativas
6. Recursos Humanos
Coordinador general: Padre José David García
Proyecto edilicio y construcción: Ing. Roberto Gelós
Proyecto técnico y Conservadores de Museo: Elsa Victoria González - Liliana
Edith Delgado
Colaborador en temas históricos salesianos: Padre Vicente Martínez
Colaborador en temas aborígenes: Padre Renzo Baldo
Analista en gestión de control: Guillermo Pascual
7. Recursos financieros
Este proyecto debe su realización a la colaboración del Rector Mayor Padre
Juan Edmundo Vecchi, 8º sucesor de Don Bosco, quien proporcionó los medios para
esta refundación.
8. Proyectos en vía de ejecución
Se está realizando la programación anual con la exhibición de diversas muestras
temporarias aprovechando el patrimonio del museo, y existen propuestas de otras ins-
tituciones para integrarse a este cronograma.
En la extensión educativa se realizarán valijas didácticas tendientes a apoyar las
áreas de ciencias sociales y ciencias naturales para los alumnos de EGB.
Jornadas sobre “Preservación de patrimonio cultural”.
Seminario sobre “Identidad y rescate de la memoria”.
Muestras de artesanos y artistas regionales al aire libre.
Semana cultural en la que se contará con la presencia de grupos de danza y teatro.