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RECENSIONI
ALBERDI Ramón, La formación profesional en Barcelona. Política - Pensamiento -
Instituciones 1875-1923. Barcelona, Ediciones Don Bosco 1980, XX-788 p.
Se trata de un « estudio monográfico » que queda acotado en la historia de la «
formación profesional », referido concretamente a un sector humano y social bien
definido: el de los jóvenes trabajadores — obreros y obreras — destinados a
integrarse en el mundo de la producción industrial. Excluye el tema de la enseñanza
técnica superior y el de las enseñanzas comerciales, agrícolas y de « Bellas Artes ».
Viene delimitado a la ciudad de Barcelona y a los antiguos municipios colindantes,
agregados o absorbidos sucesivamente al barcelonés. Los límites cronológicos los
señalan la Restauración (1868), coincidente con los orígenes de la formación
profesional, y el advenimiento de la Dictadura de Primo de Rivera (1923), con el que
el autor considera que se cerraba el primer ciclo de desarrollo significativo de las
instituciones obreras: « La cuestión de la promoción profesional masiva de nuestros
obreros quedó sin solucionar. Pero lo cualitativamente nuevo se había cumplido de
una vez para siempre... Cuanto se lleve a cabo durante la misma [Dictadura] y, sobre
todo, en la época republicana tendrá ya una base firme y segura » (p. 688).
En la primera parte (pp. 3-188) se describe el problema de la formación
profesional y se perfilan las « lineas generales » definitorias — (inquietud
regionalista, regeneración del proletariado por medio de la socialización de la cultura,
protección moral ante la progresiva aparición del proletariado industrial) —, de la «
política cultural » de la Diputación Provincial de Barcelona, de la Mancomunidad de
Cataluña y del Ayuntamiento barcelonés, sin olvidar el asociacionismo privado. Todo
este conjunto de fuerzas aunque actuó de acuerdo con ideologías, finalidades y
métodos diversos y aun enfrentados, sirvió de base impulde una especie de
renovación colectiva de la vida social y productiva de Cataluña.
La segunda parte — cuerpo de la obra (pp. 189-688) —, dividida en tres
secciones, estudia una por una las instituciones, grandes o pequeñas, que aportarán un
algo a la enseñanza profesional. En la primera sección se describen « las Instituciones
provinciales de cultura obrera », dominadas todas ellas por La Escuela del Trabajo, la
principal institución de este tipo. En la segunda « las Instituciones municipales » —
Escuelas de Artes y Oficios de la Villa de Gracia, de S. Martin de Provensals y la de
Artes de la ciudad — que atienden también los municipios vecinos, agregados luego a
Barcelona (1897). Al final de cada sección se incluyen las Escuelas — provinciales,
municipales o privadas — de Formación profesional femenina. En la tercera sección
se estudian « las Instituciones privadas » — Los Ateneos Obreros, Las Asociaciones
de Enseñanza Profesional Especializada (textil u otras), Aportaciones del
Catolicismo Social —, asociaciones nacidas en un ambiente de gran vitalidad e
iniciativa de cultura popular, siempre al margen del Estado y

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166 Recensioni
con el sabor común del regionalismo catalán. Entre las últimas releva Las Escuelas Salesianas
de Artes y Oficios, institución decana (1882), tan particularmente próximas y conocidas por el
autor, que las considera modelo y prototipo, « porque constituyen en efecto la muestra más
original, completa y relevante de las instituciones » (p. 653) privadas. Como epílogo de la obra,
bajo el título Ante el Centenario de la Congregación Salesiana en España (1881-1981), ofrece
— ilustrada con profusión de tablas estadísticas y fotografías — la acción de la presencia
salesiana, masculina y femenina, en España especialmente en este campo de la enseñanza
profesional, en el que las Escuelas de Sarrià representan « la aportación más notable llevada a
cabo por la iniciativa privada» (p. 688).
El valor primordial de la monografía queda acrecentado por el hecho de no tratarse, como
suele suceder con obras de este género, de síntesis de lo ya publicado. Aquí la novedad se hace
presente desde la vasta documentación inédita hasta el desvelo de instituciones olvidadas o
desconocidas. Esta completa novedad en la visión de la enseñanza profesional, en todas sus
implicaciones, es la que hace trascender el interés específico de la « formación profesional », al
descubrir no solo una constante referencia a la historia general de la pedagogía y de la
organización escolar en Barcelona y Cataluña, sino un decidido empeño en poner de manifiesto
la historia de la pedagogía y la cultura popular.
Por lo que se refiere a su elaboración y metodología — en sentir de Girali i Revenios,
director de la obra —, se trata de un « trabajo duro y de sólida contribución científica..., con un
apoyo bibliográfico y documental prácticamente exhaustivo..., rigurosamente ordenado y
claramente sistemato... Todo ello... confiere a esta obra la densidad y solidez de las grandes
monografías históricas » (p. VII).
Y el « estudio monográfico » jamás desmiente — en la estructura y en el estilo — su
verdadera identidad, indicada por el autor desde el inicio: « Este libro no es más que una tesis
doctoral. Cabía la posibilidad de haberle dado una forma distinta, tal vez más asequible al
público en general. Sin embargo, los editores han creído que se hacía un servicio más
cualificado y práctico a la cultura catalana respetando todo el carácter científico propio de un
trabajo de investigación. Estas páginas, por tanto, van destinadas a todas aquellas personas que,
con suficiente preparación intelectual, desean conocer, con cierta profundidad, algunos
aspectos fundamentales del desarrollo de la cultura popular en Barcelona » (p. IX).
J. BORREGO
AUBRY Joseph - COGLIANDRO Mario (a cura), La donna nel carisma salesiano. Apporto della
donna e in particolare di S. Maria Domenica Mazzarello al carisma salesiano. Leumann,
Elledici 1981, 288 p.
Il libro contiene gli atti della settimana di spiritualità svoltasi a Roma dal 25 al 31 gennaio
1981. Giunta alla sua ottava edizione, tale settimana ha ormai collaudato i suoi obiettivi, quelli
di essere un momento forte e privilegiato di vicendevole animazione tra membri qualificati
della Famiglia salesiana, e la sua impostazione che prevede delle relazioni, delle
comunicazioni, dei lavori di gruppo, delle testimonianze di singoli, dei panel, interventi tutti
che si ispirano a generi letterari propri e si situano a livelli valorativi differenti.

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Recensioni 167
Il volume è articolato in quattro parti. La prima è dedicata a delineare l'apporto
della donna all'esperienza carismatica di don Bosco fondatore (relazione di don
Aubry). In linea con uno degli intenti della settimana che era quello di partecipare alle
celebrazioni per il primo centenario della morte di S. Maria Domenica Mazzarello, la
seconda parte chiarisce la presenza di questa Santa nel carisma salesiano, innanzi
tutto attraverso tre relazioni intitolate: « Vocazione carismatica di Maria Domenica
Mazzarello e i suoi rapporti con don Pestarino e con don Bosco » (C. Colli); «Maria
Mazzarello: il significato storico-spirituale della sua figura» (Maria Esther Posada); «
Maria Domenica Mazzarello interpella la donna d'oggi » (Margherita Maderni).
Fanno seguito alcune testimonianze di singoli appartenenti ai distinti gruppi della
Famiglia salesiana, che descrivono come ciascuno vede madre Mazzarello.
La terza parte presenta l'originalità della vocazione delle Volontarie di don Bosco
(relazione di Anna Marocco), delle Cooperatrici (relazione di Daniela Marietta) e di
altri gruppi femminili della Famiglia salesiana (varie comunicazioni); illustra inoltre il
contributo delle donne alla vita e all'azione della Famiglia fondata da don Bosco
(panel). L'ultima parte contiene le conclusioni della settimana: i brevi interventi del
Rettore maggiore, don E. Viganò, della Madre generale, sr. Ersilia Canta, del
Consigliere per la Famiglia salesiana, don G. Raineri, e la sintesi delle costatazioni,
richieste, proposte e valutazioni emerse nei sei densi giorni di riflessione e di scambio
di vedute.
Senza dubbio la tematica affrontata era e continua ad essere particolarmente
attuale e per vari aspetti urgente, perché tocca punti nevralgici della vita e della
missione della Famiglia salesiana nell'attuale congiuntura socio-culturale e religioso-
ecclesiale. Va riconosciuto agli organizzatori il coraggio d'averla affrontata, per di più
in una situazione in cui una riflessione adeguata su di essa si presentava piuttosto
problematica. Innanzi tutto per la mancanza di ricerche storiche previe sull'argomento
a cui potersi riferire. La costatazione venne fatta da vari relatori (ad es. Aubry,
Posada, Maderni) ed è emersa nelle conclusioni dove è comune la richiesta di studi
storici in merito a non pochi temi affiorati durante la settimana. Poi per la pratica
impossibilità — espressamente dichiarata nella presentazione degli atti — di chiarire
previamente due argomenti, complessi e delicati, che stanno a monte del tema
specifico della settimana: quello del carisma salesiano e quello della questione
femminile e delle soluzioni che se ne danno in riferimento alla società e alla Chiesa.
Tale limite è rilevabile in vari contributi e interventi, dove i due argomenti vengono
compresi dai distinti relatori in prospettive che differiscono a volte in modo
rimarchevole. Questi rilievi se da un lato fanno meglio apprezzare gli sforzi compiuti,
dall'altro lasciano facilmente comprendere che l'intera tematica merita di essere
nuovamente affrontata a livello rigorosamente scientifico.
M. MIDALI
Azzi Riolando, Os primòrdios da obra salesiana (1875-1884), in Os Salesianos no
Rio de Janeiro. S. Paulo, Editora Salesiana Dom Bosco 1982, voi. I, 414 p.
Viene alla luce il primo d'una serie di sei volumi, nei quali l'autore intende
descrivere la storia dei cento anni che l'opera salesiana ha vissuto a Rio de Janeiro, dai
suoi inizi fino ai giorni d'oggi.

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168 Recensioni
Due sono le parti in cui si divide il volume: Nella prima si parla di quanto si è
fatto dal tempo in cui il Vescovo di Rio de Janeiro venne a contatto con i Salesiani,
fino all'andata di questi nella sua diocesi. E' il periodo di preparazione. Nella seconda
si presenta l'insediamento dei figli di D. Bosco a Niteroi ed i due primi anni di lavoro
in questa città: un lavoro in sé difficile e contrastato sia dalla stampa liberale che
dall'attivittà dei protestanti.
Riolando Azzi è autore apprezzato di diversi libri e articoli sulla storia religiosa
del Brasile, ed è uno dei collaboratori più validi di un gruppo che si sforza di scrivere
la Storia della Chiesa in quella nazione sudamericana.
Quantunque il volume venga presentato come « obra comemorativa do primeiro
centenario da chegada dos Salesianos ao Brasil (1883-1983)», il maggiore pregio di
questo volume è quello di non ridursi a una semplice commemorazione del fatto, ma
di sforzarsi seriamente di farne la storia.
L'andata dei Salesiani è messa entro il contesto socio-politico ed ecclesiale del
Brasile di allora. Tenta di superare i limiti di una semplice narrazione degli
avvenimenti per raggiungere una interpretazione.
Fra i molti meriti dell'autore, è giustizia indicare che si è servito di abbondante
materiale ricavato dalla stampa contemporanea ai fatti, il che dà al libro una
caratteristica di originalità.
Il nostro giudizio complessivo è positivo. E speriamo che presto Riolando Azzi
possa continuare la pubblicazione degli altri volumi dell'opera. Appunto in vista di
essi, vogliamo porre alcuni interrogativi che forse aiuteranno a rendere ancora più
valido il lavoro.
Tutta l'interpretazione storica di Riolando Azzi sulla presenza dei Salesiani in
Brasile si basa sulla premessa che l'insediamento dei primi discepoli di Don Bosco in
quella nazione non è partito da una decisione spontanea della Congregazione, ma è
stato bensì una risposta alla richiesta di vari membri dell'Episcopato brasiliano,
impegnati nel movimento di « Riforma cattolica » del Brasile. Questa tesi — vera
sotto alcuni aspetti — sarà sufficiente a spiegare la presenza salesiana in Brasile?
oppure non sarà un po' « riduzionista », cioè, non prende forse un solo aspetto della
complessa vicenda e tenta di spiegarne il tutto?
Non è forse mancata all'autore una visione del contesto storico salesiano? degli
atteggiamenti e ideali di D. Bosco Fondatore, della sua costante volontà di
indipendenza di azione? della mentalità « imprenditoriale » che ha guidato D.
Lasagna nella opzione per Rio, al posto di altri luoghi che gli si offrivano per iniziare
l'opera salesiana in Brasile?
Come mai nella « Bibliografia seleta » vengono a mancare le opere moderne di
storiografia salesiana?
E sarà stata sufficientemente « critica » l'analisi storica della società dell'epoca a
Rio e in Brasile? oppure non sarà mancata una visione più profonda della struttura
economica in cambiamento e dei suoi riflessi sociali? Non si è corso il pericolo di
rimanere su un piano troppo ideale e perfino romantico dell'interpretazione storica?
Abbiamo già lodato la documentazione di cui si è servito l'autore. E' il caso di
parlare anche della documentazione di cui non si è servito.
Tra gli archivi consultati troviamo: « Arquivo Central da Sociedade Salesiana.
Roma (por correspondencia) ». Non è una maniera consueta di indicare la
consultazione di un Archivio. Cosa significa l'espressione « por correspondencia »?
Che sono state chieste fotocopie di documenti all'Archivio e che sono state inviate per
posta?

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Recensioni 169
Oppure che si è agito in altra maniera? E a chi la responsabilità della scelta dei
documenti?
A noi sembra che tante altre ombre che non abbiamo qui indicato nel quadro
datoci dal lavoro di Azzi, nascono appunto da una mancata consultazione delle fonti
salesiane. Ma le ombre, intanto, sono sempre segno della luce che c'è... e ce n'è tanta!
Ci auguriamo, infine, che presto vengano alla luce gli altri volumi di « Os
Salesianos no Rio de Janeiro » e che il lavoro di Riolando Azzi contribuisca a che non
solo la Famiglia Salesiana, ma anche il grande pubblico in genere arrivi a meglio
comprendere e valutare la presenza salesiana in Brasile.
A. DA SILVA FERREIRA
BELZA Juan, Sueños Patagónicos (Publicación del Instituto de Investigaciones
Históricas Tierra del Fuego). Rosario, Artes Gráficas del colegio salesiano San
José 1982, 154 p.
El título, que pudiera suscitar confusión sobre el contenido del ensayo, queda
esclarecido ya en la dedicatoria — « a los misioneros salesianos patagónicos que
realizaron y realizan alegremente los sueños del padre » — y en el umbral: « En la
Argentina se ha vuelto lugar común asociar los sueños de Don Bosco a cualquier
mención patagónica. Sin embargo semejantes referencias adolecen generalmente de
vaguedad o carecen de mayor contenido... Por todo ello y en víspera del centenario
del más importante de los sueños patagónicos — [la noche del 29 al 30 de agosto de
1883] — probaré históricamente ubicarlos en la misión domboscana » (p. 3, 5).
Y el autor brinda, desde la perspectiva prefijada, un ensayo sobre la historia de la
Patagonia salesiana, como lo patentizan bien a las claras los mismos subtítulos: Perfil
de San Juan Bosco — [visto no solo en sus sueños misioneros sino también en sus
conocimientos geográficos sobre la Patagonia] —, Acción misionera salesiana de
1875 a 1880, Inauguración de las misiones salesianas [propias, precisamente en «
Carmen de Patagones, puerta de la Patagonia »], El curato de Patagones, El sueño
misionero de 1883, Los sueños del porvenir de las misiones [1885-1886], Epílogo, en
el que compendia la labor realizada por los salesianos desde 1884 a 1960, fechas que
señalizan las coordenadas temporales requeridas para que la vasta región patagónica
se trasformase de tierra de misión en iglesia local plenamente organizada: « El
magnetismo personal, los esfuerzos, planes y programas de Don Bosco motorizaron
sueños, hijos de sus convicciones y amores apostólicos, y los misioneros salesianos de
la Patagonia, entonces y ahora, los idealizaron cual meta ensoñada del padre al que
nunca podrían defraudar » (p. 140).
El valor y el significado de este ensayo histórico radica, sobre todo, en su intento
de « profundizar significados y calibrar valores », situando en su justo punto la visión
y el quehacer patagónicos de don Bosco, ya que « muy pocos dominan las
interioridades biográficas del santo y... la mayoría se atan a explicaciones amables
pero superficiales » (p. 5). Su brevedad y su mismo carácter de monografía de alta
divulgación han inducido, sin duda, al autor — estudioso destacado de la Tierra del
Fuego y de la historia salesiana sudamericana — a ser parco en su aparato científico.
El estilo cuidado, rico en su léxico y experiencial — espoleado por una causa tan
particularmente próxima y querida del autor — ofrece agradable lectura.
J. BORREGO

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170 Recensioni
Bosco Giovanni, Costituzioni della Società di S. Francesco di Sales [1858]-1875.
Testi critici a cura di Francesco Motto SDB (Istituto Storico Salesiano: Fonti,
serie prima, vol. I). Roma, LAS 1982, 272 p.
La storia di Don Bosco, ricca di tanta, forse eccessiva, letteratura divulgativa,
generosa nel descriverne la frenetica attività in favore dei giovani, a cominciare dalla
quasi mitica fanciullezza, e le svariate iniziative religiose e civili, appare — salvo ben
note eccezioni — relativamente avara nel definirne la statura di « Fondatore » di
famiglie religiose. Soltanto nell'ultimo decennio sono stati tentati studi seri, per
quanto parziali, sul documento costitutivo principale, le Regole o Costituzioni.
Di alcune redazioni di esse esistono nelle Memorie Biografiche e nelle Opere
edite stampe e ristampe. Ma, a parte le imperfezioni che talora le accompagnano, esse
rispecchiano in misura molto modesta l'iter, lungo e aspro, percorso per giungere ai
testi definitivi. Sono quasi 50 i testi intermedi su cui Don Bosco è in vari modi
intervenuto con la sua grafia impossibile, indice essa stessa della difficoltà da lui
sempre incontrata nel redigere scritti che non fossero di semplice riporto, accresciuta
in questo caso dall'esigenza di soddisfare con ponderatezza ed equilibrio a precise
richieste soprattutto in vista dell'approvazione della Società Salesiana (1869) e delle
Costituzioni stesse (1874).
E', quindi, da considerare impresa di eccezionale significato e di incontestabile
valore storico-spirituale, quella portata felicemente a termine, in un pluriennale
impegno di ricerca, dal giovane studioso salesiano, con qualificata competenza e
diligenza scientifica. Pare ottimamente riuscito il proposito di offrire in edizione
critica i testi, che progressivamente riveduti, corretti, modificati, integrati e
parzialmente ristrutturati, a partire dagli anni 1857/58, sono approdati al testo
approvato ufficialmente dalla Santa Sede il 3/13 aprile 1874, stampato poi a Torino
nello stesso anno e, ancora a Torino, nel 1875 in libera versione italiana.
Il curatore dichiara di aver inteso « ricostruire la storia della tradizione letteraria
del testo delle costituzioni, vivente D. Bosco » o approntare « un'edizione comparativa
delle successive redazioni dei testi costituzionali, editi e inediti, vivente D. Bosco »
(p. 15). In funzione di questi scopi remoti, più precisamente egli ha realizzato
l'edizione critica genetico-evolutiva dei testi costituzionali sorti progressivamente
nell'arco di tempo compreso tra il 1858 e il 1875. Per questo egli si è ispirato a metodi
e tecniche già collaudati nelle edizioni di testi moderni, manoscritti o stampati, dei
quali sia accertata fuori di ogni dubbio la redazione definitiva. Infatti, anche se il
modello tecnico è ricavato dalle più consolidate esperienze maturate nell'edizione
critica dei testi di autori antichi, i procedimenti adottati rispondono alle esigenze di un
lavoro editoriale che ha funzioni e finalità differenti.
Nella edizione di autori classici o comunque anteriori alla scoperta della stampa,
la preoccupazione primaria del curatore è di risalire attraverso la filiazione delle
diverse testimonianze alla lezione autentica, cioè al testo quale fu voluto dall'Autore,
al di là di modifiche, errori o manipolazioni di amanuensi successivi. Diverso è il
caso di manoscritti moderni, dei quali esiste una redazione autorizzata, in genere
debitamente edita. E' la situazione in cui si è trovato l'editore delle Costituzioni
salesiane. Di esse esistono redazioni manoscritte e stampe autorizzate: la traduzione
italiana edita nel 1875, il testo manoscritto (poi stampato), approvato ufficialmente
dalla S. Congregazione dei VV. e RR. nel 1874, le stampe e ristampe presentate alla
medesima Congregazione per l'approvazione definitiva nel 1873 e nel 1874, il primo

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Recensioni 171
testo latino a stampa del 1867 presentato a Roma in vista dell'approvazione della
Società Salesiana, il testo italiano manoscritto inviato all'arcivescovo di Torino nel
1860 e un testo successivo modificato, inoltrato a Roma prima del decretum laudis.
Le difficoltà non sono sorte, dunque, nel rieditare testi chiaramente « autorevoli ».
Difficile era rieditarli in modo da mettere in evidenza, in forma storicamente
attendibile quanto alla successione cronologica e tecnicamente corretta e
comprensibile, tutte le varianti reperibili nelle varie fasi redazionali da un manoscritto
o da uno stampato all'altro e spesso all'interno del medesimo manoscritto o stampato
fino al testo ritenuto significativo o ultimo in assoluto, in lingua italiana o in lingua
latina. Sul valore dei documenti intermedi e degli stessi « scartafacci » e sulle norme
di edizione F. Motto aveva precedentemente scritto, anche in base all'esperienza
acquisita nel corso della sua fatica editoriale: cfr. Le fonti: per la storia e per la vita e
Norme per l'edizione degli scritti di Don Bosco e delle fonti salesiane, in « Ricerche
Storiche Salesiane» 1 (1982) 34-40, 81-94.
Tra la notevole massa di documenti disponibili, più numerosi e in massima parte
manoscritti quelli in lingua italiana, ma abbastanza consistenti pure quelli in latino, in
buon numero a stampa, il curatore, agli effetti editoriali, ha operato una distinzione
fondamentale. Con molta larghezza ha privilegiato 5 documenti del testo italiano (4
manoscritti e 1 stampato) e 4 del testo latino (di cui 1 manoscritto), considerandoli
tappe ben individuate e significative del processo redazionale. Di essi, 8 sono stati
posti in parallelo sulle due pagine a fronte; una redazione in italiano, che presenta
particolari esigenze, viene edita a parte nel volume.
Di tutti — escluse le copie puramente ripetitive —, accuratamente assemblati in
gruppi cronologicamente significanti, egli ha quindi rilevato le varianti in relazione
alla fase redazionale nella quale confluiscono.
La sinossi degli 8 testi è disposta nella successione che segue: la prima redazione
manoscritta conosciuta (= Ar) del 1857/58, un successivo manoscritto italiano (= Do)
del 1860, una redazione manoscritta italiana (= Gb) presumibilmente vicina o, forse,
identica a quella presentata a Roma prima del decretum laudis del 1864. Accanto è
collocato il primo testo a stampa in lingua latina (Torino 1867 = Ls), affiancato a sua
volta da un successivo testo a stampa in latino {= Ns), presentato a Roma nel 1873; in
parallelo, sono quindi posti il testo ufficiale in latino approvato il 3/13 aprile 1874
desunto dal manoscritto autenticato esistente nell'Archivio Salesiano Centrale (= Q),
il primo testo latino ufficiale stampato a Torino nel 1874 ( = T), infine il testo della
traduzione italiana a stampa (Torino 1875 = V").
A parte, come si è detto, è edito con proprio apparato un manoscritto di
ascendenza arcaica, risalente al 1863/64, con modifiche arrecate tra il 1866 e il
1872/73 (= phi) (pp. 213-225). Nonostante la sicura autorevolezza, esso non è entrato,
né per il testo né per le sue variazioni, nel flusso della storia testuale che gli altri
raccontano.
Evidentemente, l'imponente sinossi già da sola offre la possibilità di una prima
visione di un gran numero di costanze e di differenze formatesi nel lungo iter
redazionale.
Ma molto più esatta e precisa risulterà la percezione di tutte le modifiche di
qualsiasi entità, se — prescindendo dalla sinossi — si avrà la costanza di abbinare la
lettura di ciascun testo edito con l'esame delle varianti indicate nel relativo apparato, il
quale si salda senza soluzione di continuità all'apparato del testo suc-

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172 Recensioni
cessivo. Naturalmente non sono solidali tra loro, come non sono i rispettivi testi, gli
apparati in lingua italiana e quelli in lingua latina.
Per tale lettura più accurata, preziosa e redditizia, il curatore dà svariate
indicazioni utili (specialmente, pp. 12, 47-48). Schematicamente, si dovrebbe seguire
questo ordine: il testo Ar non ha apparato delle varianti, in quanto non sono stati
reperiti documenti anteriori comunque preparatori; perciò la lettura diacronica delle
varianti ha inizio con il testo Do, per il quale si trovano in apparato le varianti
contenute nei documenti ABC, che lo precedono in ordine di tempo; le varianti dei
documenti D E F, invece, poste in apparato al testo Gb, fanno conoscere le modifiche
intervenute prima di tale redazione; analogamente vanno lette le varianti dei
documenti IJ Ka in rapporto al testo Ls. Il testo latino Ns appartiene a un nuovo corso
redazionale, iniziato con i documenti L M e le relative varianti; le varianti dei
documenti NOP aiutano a seguire la preistoria del testo Q e quelle dei documenti QRS
di T. Invece, il testo italiano V (1875) va letto tenendo conto semplicemente delle
varianti dell'anteriore documento U.
La lettura non è facilissima, com'è naturale in lavori del genere, complicata in
questo caso dalla molteplicità dei testi e delle « mani » successivamente intervenute.
Tuttavia, nella essenziale introduzione in più modi vengono offerti sussidi a lettori
volenterosi e illuminati.
Non è da ritenere pleonastica l'insistenza con cui il curatore precisa i tempi e le
caratteristiche dell'iter redazionale. Si controlli, anzitutto, la minuziosa descrizione
dei singoli documenti (in totale sono 56) e l'indispensabile datazione (pp. 22-43).
Segue un prospetto riassuntivo, articolato in 8 blocchi (riferiti ai testi editi
sinotticamente), nel quale vengono elencati i documenti secondo la loro disposizione
cronologica (p. 44). Lo stemma, pur se reso a p. 45 in grafie inconsuetamente
ingombranti, fa comunque da sicura prospettiva e provvido filo d'Arianna. Infine, il
successivo articolarsi e strutturarsi del testo costituzionale negli 8 documenti editi in
sinossi trova una rappresentazione visiva diacronica in 19 tabelle, vere tabulae
praesentiae et absentiae dei singoli capitoli, con il rispettivo numero di articoli (pp.
50-55).
Il curatore ha cercato pure di dare un qualche aiuto alla contestualizzazione e
all'interpretazione storica. Impegnato in un complesso lavoro attinente l'edizione
critica testuale e i relativi apparati delle varianti ha riservato a un lavoro successivo la
ricerca delle fonti e uno studio storico destinato a illustrare le cause delle variazioni.
Tuttavia nella breve storia redazionale del testo delle costituzioni (pp. 16-20) ha
modo di delineare le tappe essenziali del loro divenire, delimitate dalle date a cui si
riferiscono gli 8 testi editi: 1858, 1858-1860, 1860-64, 1864-67, 1867-1873, 1873-74,
1874, 1875. E nell'appendice di documenti si trovano testimonianze di interventi
decisivi e di motivazioni, che danno ragione di variazioni spesso notevoli.
Non mancano i sussidi consueti in lavori del genere: l'elenco delle sigle, delle
abbreviazioni, dei segni diacritici (pp. 11-12), l'indicazione degli archivi nei quali i
documenti sono conservati (l'ASC, l'Arch. della Congregazione dei VV. e RR.,
l'archivio della Curia Vescovile di Casale Monferrato), oltre i luoghi delle MB e delle
OE nei quali taluni furono pubblicati (pp. 21-22). Non manca la riproduzione
anastatica (in verità, non riuscita al meglio, su carta comune) di alcuni originali
manoscritti o di interventi manoscritti su stampati.
Il lavoro impegnativo e accurato merita il più ampio riconoscimento. Tuttavia
sembra lecito esprimere qualche irrilevante perplessità su punti del tutto marginali.

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Recensioni 173
Potrà, forse, stimolare, ad un'accuratezza ancora maggiore a beneficio di iniziative
simili, del resto esplicitamente programmate nell'ambito dell'ISS.
Ha suscitato istintiva diffidenza un'affermazione perentoria fatta a proposito del
primo manoscritto conosciuto, l’Ar: « La redazione Rua, databile con molta
probabilità verso il 1858, porta i segni di due ben noti colloqui chiarificatori di D.
Bosco: quello con Urbano Rattazzi e quello con Pio IX » (p. 17; v. ancora p. 25, n. 8),
seppure parzialmente relativizzata in seguito (p. 21). Solo o principalmente con
Rattazzi e con Pio IX oppure anche con altri e, probabilmente, con priorità non solo
cronologica? Non esclusivamente sul tema della datazione ma anche sulle suggestioni
e sulle riflessioni che portarono alla configurazione della Società, presente nel
documento, sarebbe forse desiderabile una più meditata sintesi critica delle varie
testimonianze disponibili (MB, BS, Don Bosco stesso) e della letteratura esistente. Sul
colloquio con Rattazzi nel 1857 riferiscono BS 7 (1883) 97; MB 5, 696-699 e MB
12,10; su quello con Pio IX nell'anno successivo BS 7 (1883) 118-120 e MB 5, 859-
860; a rievocazioni del colloquio con Pio IX da parte di Don Bosco accenna lo stesso
Motto (p. 23, n. 8; vengono citate tra l'altro MB 7, 563, 621 e OE 25, 329); si
potrebbero aggiungere E 1, 304-305, 591; OE 25, 235-237, 389. Ma ammesso che
MB costituiscano una testimonianza ineccepibile non si dovrebbe sorvolare su MB 5,
692-693, dove si parla di letture, di consulenze, di contatti ricercati da Don Bosco
negli stessi anni e in quelli immediatamente precedenti, in particolare con Rosmini e
con il suo successore P. Pagani (cfr. anche P. STELLA, Le Costituzioni salesiane fino
al 1888, in Fedeltà e rinnovamento. Roma, LAS 1974, pp. 20-29). Don Bosco e i
primi salesiani avevano delle buone ragioni per ricondurre l'inizio, sul piano «
giuridico », a due personaggi autorevoli nei rispettivi campi. Era anche tanto
interessante il loro intervento « a freddo » quasi di identico stampo: « Io fo voti che
Lei, signor D. Bosco, viva molti anni alla coltura di tanti poveri giovanetti; ma lei è
mortale come ogni altro, e se venisse a mancare che cosa ne sarebbe dell'opera sua? »
(BS 7 [1883] 9); «Ma se voi veniste a morire che cosa ne sarebbe dell'opera vostra? »
(BS 7 [1883] 119). Che ne sarebbe se si dicesse che quelle o altre domande sono state
in realtà risposte a interrogativi di Don Bosco, già prima da lui rivolti a se stesso e ad
altri con abbozzi di soluzione non del tutto problematici?
Un'altra osservazione. Le motivazioni addotte per la datazione dei documenti
talvolta suonano generiche e insufficienti; talora mancano del tutto (a meno che non si
ritengano implicitamente contenute nella descrizione del documento stesso). Nessuna
ragione esplicita è rilevabile, per esempio, nella datazione dei documenti B (p. 24), C
(p. 25), J (p. 32), Ka (p. 32), U (p. 39). Generica appare la motivazione per la
datazione di H (« la trascrizione di Berto, da dati di critica interna, si ha motivo di
collocarla verso gli anni 1863-1864 », p. 27); E (« il ms è indirettamente datato, cioè
secondo la copia fattasi nel 1861 », p. 28); G (« da motivi di critica interna... », p. 29);
I (« motivi di critica interna depongono a favore... », p. 32); M «ragioni di contenuto
permettono...», p. 33); X («motivi di critica interna...», p. 40).
Così pure conveniva mantenere costanza di significato ad alcuni termini tecnici,
quali redazione, stesura, trascrizione, stampa, edizione, usati talora con accezioni
intercambiabili. Si parla di « due redazioni, una allografa ed una di Rua » (p. 18, n.
18), mentre si tratta semplicemente di due copie manoscritte del testo latino stampato
nel 1867 e autenticate dalla firma di Don Bosco. La « stesura di mano di D. M. Rua»
(p. 17, 22) di A sembra meglio intendersi come «la trascrizione»

1.10 Page 10

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174 Recensioni
(p. 22), «la scrittura» (p. 23) a opera di Rua di un documento preesistente introvabile.
Analogamente si può dire della « trascrizione » (p. 25) piuttosto che della « stesura
autografa » (p. 24) di Ghivarello, della « trascrizione » (p. 27) di Berto anziché di una
sua « stesura del testo costituzionale » (p. 27). Ovviamente è ineccepibile scrivere che
C è una « stesura autografa di D. Bosco » (p. 25). Invece il testo del documento I è «
trascritto » da un amanuense (p. 31), non è una « redazione latina, currenti calamo, ad
opera di un copista non identificato» (p. 31); e « trascrizione » (p. 32), non
propriamente « stesura » (p. 32) è quella effettuata da Bonetti a proposito del /.
Ancora, di « testi a stampa », come è detto correttamente nel titolo (pp. 35, 38, 39), si
dovrebbe parlare, non di I e II « edizione romana » a proposito delle Costituzioni
presentate, come da prassi, alla Congregazione dei VV. e RR. nel 1873 e nel 1874.
Sono semplici appunti, che non diminuiscono l'indiscutibile valore di un lavoro
di alta qualità scientifica e tecnica, sottolineata pure dalla dignitosissima veste
editoriale, dovuta alla sensibilità e alla competenza dei responsabili della Scuola
Grafica Salesiana dell'Istituto Pio XI di Roma e dei dirigenti della LAS.
P. BRAIDO
BRUNO Cayetano, Los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora en la Argentina.
Vol. I (1875-1894). Buenos Aires, Instituto Salesiano de Artes Gráficas 1981,
524 p.
Primer volumen de la amplia monografía que pretende historiar la acción
apostólico-misionera de Los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora en la
Argentina. Los límites cronológicos (1875-1894) vienen marcados por «los
inspectorados del padre Juan Cagliero (1875-1877), jefe de la primera expedición
misionera llegada a la Argentina; padre Francisco Bodratto (1877-1880), jefe de la
segunda expedición; y padre Santiago Costamagna (1880-1894), jefe de la tercera»
(p. 18).
La primera parte — Llegada y primera actuación (p. 19-117) — describe la
estabilización de los salesianos en Buenos Aires [iglesia de los Italianos Mater
Misericordiae, colegio de calle de Tacuarí, La Boca, colegio Pio IX], y San Nicolás
de los Arroyos. La segunda (p. 118-198) estudia la Consolidación de la Obra
salesiana en el país « bajo los inspectorados del padre Francisco Bodratto... y
singularmente del padre Santiago Costamagna... Epoca rica en acción, heroica las más
veces », que ve a los salesianos en La Plata, Rosario, Mendoza, y asentados en la
ansiada Patagonia. En la tercera parte hacen su aparición Las Hijas de María
Auxiliadora (p. 199-241), que «al principio... no fueron más allá de la ciudad y
provincia de Buenos Aires, pero ya en 1893, con la casa de Rosario de Santa Fé,
comenzó la expansión en las demás provincias », entrando, de consuno con los
salesianos, en la Patagonia. La cuarta parte (p. 243-305) relata Los comienzos de la
obra misionera en la Patagonia y la quinta (p. 307-503) La estabilización de la obra
misionera, que adquirió « esta forma estable de acción civilizadora entre los naturales
del sur argentino, al erigirse el 16 de noviembre de 1883 un vicariato apostólico para
la Patagonia Septentrional y Central, y una prefectura apostólica para la Patagonia
Meridional, con inclusión de las Malvinas y demás islas existentes junto al estrecho
de Magallanes » (p. 307). Salta a la vista — aún por el espacio dedicado (p. 243-503)
— el relieve

2 Pages 11-20

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2.1 Page 11

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Recensioni 175
dado al estudio de la obra misionera, sin duda, habida cuenta que se confió « al celo de los hijos
de don Bosco casi la mitad del suelo argentino » (p. 244).
De entrada el mismo autor ve delimitado su trabajo por lo « mucho y de indiscutible
precio... publicado hasta ahora acerca de los salesianos y de las hijas de María Auxiliadora en
la Argentina: obras históricas en general, biografías, lo mismo que estudios etnográficos y
antropológicos. La Patagonia y la Tierra del Fuego singularmente, se han condecorado de
buenos tratadistas bajo el aspecto misional sobre todo » (p. 17). A pesar de esta seria acotación,
queda intacto el valor monográfico de la obra, acrecentado por el hecho de no tratarse de una
mera síntesis recopilativa, sino — objetivo propuesto por el autor — « me propongo...
aprovecharme de lo mucho ya publicado, completándolo con lo que todavía no ha sido objeto
de estudio » (p. 18). Y, en efecto, hay novedades de contenido, de documentación. Por primera
vez, al unísono de los salesianos, aparece, en apartado propio, estudiada la acción apostólico-
misionera de las Hijas de María Auxiliadora, ya que « las dos ramas de la familia salesiana
actuaron conjuntmente por lo general » (p. 199). Llama la atención la amplitud con que es
tratada la consolidación interna — vida comunitaria, dificultades, iniciativas, aplicación del
sistema preventivo — de la comunidad inspectorial argentina. Saben a novedad, tanto el
estudio detallado de las difíciles y largas « tramitaciones para la erección de un vicariato y
prefectura apostólicos », como la presentación sistemática de la técnica misionera empleada en
el « modo de resolver el problema de la evangelización del indio »: el vicario apostólico Juan
Cagliero « optó por las misiones periódicas llevadas a los grupos indígenas, mediante
visitadores andante; y fue multiplicando las estaciones misioneras ». El prefecto apostólico José
Fagnano prefirió las « reducciones por el estilo de las jesuíticas del Paraguay..., sin desdeñar la
otra de visitas periódicas donde no era posible la misión estable » (p. 488).
Todo mira en « la presente historia » a mostrar que el método empleado en la
evangelización argentina es el utilizado siempre por don Bosco: evangelizar educando (p. 358),
bien en la parte civilizada (p. 118) — frente a un ambiente hostil masónico, liberaloide,
anticlerical que impone la « escuela neutra » —, como en las zonas de misión, en las que « la
obra misional salesiana llevóse... con efectividad tal y tanta que... la verdadera evangelización
de los indígenas de la Patagonia comienza y se cumple ampliamente con la misión de ...los
misioneros de don Bosco... Obra fundamental para la colonización de tan vasta región » (p.
493-494, 307).
En lo tocante a su carácter científico documental el mismo autor afirma querer servirse «
en lo posible de fuentes originales — [una de las novedades más significativas] — para revestir
de fuentes el conjunto del valor científico que una obra de esta índole merece » (p. 17). Y la
monografía se apoya (casi en exceso dicho sea sin sentido peyorativo), primordial y casi
exclusivamente en documentación inédita de archivos civiles y eclesiásticos, que, colocada con
orden y claridad, ofrece una obra sistemática. La profusión de material gráfico — ilustraciones,
grabados, reconstrucción de planos, fotografías, documentos fotocopiados — enriquece el
conjunto. Su riguroso y serio talante científico no se siente perjudicado por el cálido amor de «
familia » que alienta, desde el inicio, la monografía, prometiéndose « que el conocimiento del
pasado, heroico las más veces, fortalezca y dignifique así lo presente como la perennidad de la
obra a nosotros trasmitida » (p. 18).
J. BORREGO

2.2 Page 12

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176 Recensioni
COLLI Carlo, Pedagogia spirituale di Don Bosco e spirito salesiano. Abbozzo di
sintesi (= Spirito e vita 9). Roma, LAS 1982, 204 p.
Lo studio di Carlo Colli è a sfondo storico, ma è pensato principalmente come «
strumento di verifica, di riflessione, di ispirazione » delle opere e delle attività
animate dai continuatori di Don Bosco. L'A. ha cercato di individuare e indicare « i
princìpi ispiratori di fondo della sua pedagogia, i valori permanenti del suo spirito e la
loro intima e organica connessione », di « enucleare dalla concezione storica quanto
(...) sembrava perennemente valido e vivo della sua pedagogia spirituale e del suo
spirito » (p. 7).
I risultati della ricerca sono distribuiti in cinque parti che della pedagogia
spirituale di Don Bosco definiscono successivamente il campo (i destinatari), la
fondamentale dimensione salvifica, il metodo, il modello e la guida (Maria SS.),
l’ecclesialità.
Nella prima, brevissima (pp. 37-48), è individuato e risolto con una certa rigidità
il problema dei cosiddetti « destinatari » (della Società Salesiana? dei Cooperatori? di
altre forze e persone impegnate a lavorare educativamente e socialmente tra la
gioventù con «stile» donboschiano?). La chiave risolutiva è trovata nella formula «
gioventù povera e abbandonata », interpretata più sulla base di documenti scritti di
dubbia rappresentatività (per esempio, il promemoria per F. Crispi del 1788), che sulla
concreta articolata esperienza di Don Bosco, considerata lungo l'intero arco del suo
divenire e in rapporto a istituzioni esistenti, notevolmente diverse: oratorio, ospizio,
internato-collegio, internato-seminario, laboratorio artigianale, colonia agricola,
scuola-ginnasio, ritrovo per emigranti, ecc.
Nella seconda, altrettanto compendiosa (pp. 49-61), vengono ripresi dalla vasta
letteratura i concetti riguardanti la dimensione umanistico-cristiana dell'azione di Don
Bosco. Essa ha, indubbiamente, il suo vertice, almeno intenzionale, in una personale e
comunitaria esperienza di vita cristiana; ma cura con estremo impegno aspetti, pur in
un altro ordine, altrettanto urgenti: sussistenza, cultura, lavoro, abilità professionale,
inserimento sociale, tempo libero. « Portare Dio ai giovani e i giovani a Dio » (p. 50),
« avviare i giovani a Cristo » (p. 58) trovano disparate versioni concrete, secondo le
diverse esigenze, in conformità con lo spirito evangelico delle opere di misericordia
corporale e spirituale, con le quali Don Bosco si trovava quasi istintivamente e
nativamente famigliarizzato. Il discorso sul « fine » non può farsi massimalista né
soprannaturalista, anche in base a quel primo articolo delle Costituzioni, che ha
definito fin dalle origini lo scopo della sua Famiglia religiosa: Huc spectat Salesianae
Congregationis finis, ut Socii simul ad perfectionem christianam nitentes, quaeque
charitatis opera tum spiritualia, tum corporalia erga adolescentes, praesertim si
pauperiores sint, exerceant, et in ipsam juniorum clericor um educationem incumbant
(testo ufficiale approvato nel 1874).
Nella terza parte, che occupa da sola metà del volume (pp. 62-163), vengono
illustrati con abbondanti articolazioni gli orientamenti metodologici più significativi
del sistema preventivo. Si parte dal concetto di « carità pastorale » (è già una
limitazione di una realtà che Don Bosco ha preferito aggettivare con San Paolo; in
ogni caso è solo la punta di un iceberg, una umano-divina « filantropia » illimitata),
intesa come principio e stile di azione, intrecciata con ragione e religione, per
diffondersi nell'amicizia (che l'A. ritiene di « capitale importanza nella logica della
pedagogia spirituale di Don Bosco », p. 70) e nell'operosa cooperativa convivenza «
famigliare », dove giovani e educatori (tra questi emerge il confessore-direttore

2.3 Page 13

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Recensioni 177
spirituale) si trovano gioiosamente, seriamente e fervidamente (allegria, lavoro,
temperanza, povertà, pietà) impegnati come protagonisti nella costruzione del comune
progetto di ricostruzione e di edificazione personale e sociale.
Nella quarta e quinta parte, infine, viene rapidamente definita la dimensione
mariana (pp. 164-180) ed ecclesiale (pp. 181-199) della pedagogia e dello spirito di
Don Bosco.
Lo studio è denso e stimolante, frutto di larga documentazione e di intensa
meditazione.
In questa sede, sembra legittima una qualche reazione, che intende limitarsi al
solo aspetto metodologico-storico. L'A. dichiara apertamente: « Nell'impossibilità di
fare uno studio genetico dell'opera di Don Bosco, ci limiteremo a tentare una sintesi
della complessa realtà pedagogico-spirituale suscitata all'Oratorio dallo Spirito per
mezzo di lui » (p. 19). In base a ciò egli sceglie un arco di tempo non coestensivo con
l'intera vita di Don Bosco né con la totalità della sua esperienza (p. 20), elegge due «
testimoni » che ritiene meglio orientativi, D. Rinaldi e D. Caviglia (pp. 13-17) e
assume come quadro di riferimento il sogno dei nove anni (pp. 21-22).
Insieme, l'A. sottolinea spesso, e giustamente, la sorgente largamente
esperienziale del patrimonio « ideale », che ispira e accompagna Don Bosco, « un
santo singolarmente docile all'esperienza e aderentissimo alla realtà e alla vita » (p.
12): « c'è innegabilmente in Don Bosco un'ispirazione dall'alto », « ma c'è pure,
altrettanto innegabilmente, una piena docilità al reale verificato attraverso l'esperienza
» (p. 18). Inoltre, sotto il titolo Una chiave di lettura dello spirito di Don Bosco, si
trovano pagine interessantissime sulla « singolare spiritualità di incarnazione » di
Don Bosco, esplicitata in quattro apparenti antinomie: Lumi dall'alto ed esperienza
umana Fede nella Provvidenza ed uso di tutte le risorse umane Fedeltà alle
esigenze di Dio e comprensione della debolezza dell'uomo Il divino e l'umano in
Don Bosco (pp. 23-34).
Sembra inevitabile concludere che non dovrebbe essere possibile una adeguata
sintesi — che vuol essere pure « strumento di verifica, di riflessione, di ispirazione
della salesianità » nelle più svariate espressioni dell'oggi e del domani — senza una
lunga analisi, diacronica e sincronica, dell'intera esperienza di Don Bosco (personale
e istituzionale) e di quanti hanno collaborato e costruito con lui nella diversità
eterogenea dei tempi e delle opere, tra giovani di differente provenienza e
destinazione. Non sembra facilmente accantonabile lo strumento storico, con tutte le
sue possibilità (e i suoi limiti): critica dei documenti, ricostruzione dei fatti, delle
costanze, delle variazioni e delle motivazioni; studio delle componenti religiose e
culturali; dei fattori temperamentali, economici, sociali, strutturali; delle suggestioni e
delle interferenze. Seguirà, legittimamente, l'interpretazione unitaria o, meglio,
unimolteplice ai vari livelli: della teologia, della spiritualità, della pedagogia.
E tutto potrà tradursi, probabilmente, per il generoso impegno di persone e di
comunità, in esperienza dilatata in quantità e qualità, in armonia con un « progetto
operativo » originario dai lineamenti decisamente e costruttivamente utopici.
P. BRAIDO

2.4 Page 14

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178 Recensioni
Chronologie critique du différend entre Don Bosco et l'archevêque de Turin Lorenzo
Gastaldi, in « Cahiers salésiens. Recherches et documents pour servir à l'histoire
des salésiens de Don Bosco dans les pays de langue française ». Numéro spécial
6-7. Avril-Octobre 1982. 14, Rue Roger-Radisson 69322 Lyon Cedex 1, 170 p.,
cm. 21 X 30. [Dattiloscritto riprodotto in offset].
Nelle sue linee generali la controversia tra Don Bosco e mons. Gastaldi è fin
troppo nota, che non mette conto di riassumerla nell'ambito di una breve recensione di
un lavoro dedicato semplicemente alla cronologia dell'« affaire ». Ma l'averne trattato
in tante biografie di D. Bosco ed in altre pubblicazioni non significa che sia già stato
soddisfatto il legittimo desiderio di una conoscenza precisa di tutti i fatti, di una
interpretazione sufficientemente imparziale e di una valutazione attenta del
contenzioso, tanto lungo quanto penoso sia per il fondatore della società salesiana che
per l'arcivescovo di Torino. Ad un secolo di distanza, è ormai avvenuto quel processo
di decantazione degli eventi in questione, che li spoglia dei problemi umani che li
accompagnano, per renderli « storici », per autorizzarne l'esame critico senza
pregiudizi, con serena curiosità, al di là di barriere intellettuali e di giudizi moralistici
sempre in agguato.
L'intento del numero speciale dei Cahiers salésiens — come esprime
immediatamente il titolo chronologie critique e ribadisce nella presentazione F.
Desramaut — è solo quello di offrire al lettore la cronologia dettagliata e
documentaria della contesa dai suoi inizi più lontani al tempo di mons. Riccardi di
Netro, fino alla conclusione con la morte del secondo dei due protagonisti. Ma
inequivoca emerge dall'opera la sollecitazione alle ormai mature revisioni
storiografiche dell'intera vicenda, l'invito alla rilettura dell'intera documentazione
quivi indicata, nonché lo stimolo alla ricerca d'una adeguata valutazione delle
effettive posizioni e ragioni delle due parti, premessa indispensabile per un bilancio
attendibile e oggettivo.
Il quaderno, elegante pur nella sua consistenza di testo dattiloscritto e riprodotto
in offset, offre in poco più che cento pagine la precisa indicazione, in ordine
cronologico, delle fonti salesiane più note (Memorie Biografiche, Memorie
dell'Oratorio, Epistolario di Don Bosco, ecc.), integrate criticamente con quelle del
materiale documentario dell'Archivio Salesiano Centrale di Roma (Documenti,
Positio, Fondo Don Bosco, ecc.) e di altre pubblicazioni dell'epoca (Giornali, riviste,
ecc.). L'articolazione è la seguente: avant l'affaire (1815-1866); les prodromes (1866-
1871); l'affaire Gastaldi (1871-1883); Epilogue. Una breve introduzione giustifica la
ricerca e un ampio indice alfabetico finale facilita il reperimento degli autori
interessati alla vicenda e dei diversi punti di contesa.
Un unico rilievo. A pag. 11 è forse conveniente inserire l'indicazione delle
Memorie Biografiche (vol. III, 453-455), nelle quali D. Lemoyne racconta come D.
Bosco abbia rifiutato la « federazione » degli Oratori torinesi, che invece il can.
Gastaldi difendeva con vigore. Il fatto, documentato, potrebbe costituire il più antico
indizio di diversità di vedute fra D. Bosco ed il futuro arcivescovo di Torino.
La cultura delle ricorrenze troppe volte nel passato è stata piuttosto una forma di
sottocultura che ha impedito di conoscere a fondo la verità dei fatti; ancora oggi
appare talora come fatta apposta per scoraggiare analisi serie. Ma non è certo questo il
caso del cahier in questione (e soprattutto della pista di lavoro

2.5 Page 15

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Recensioni 179
emergente), che pure viene pubblicato in occasione del centenario della Concordia fra
D. Bosco e mons. Gastaldi (16 giugno 1882) e della morte dello stesso arcivescovo
(25 marzo 1883).
F. MOTTO
HESS José Rodolpho, O amor em Dom Bosco e em Rogers. Santa Rosa (RS),
Faculdade de Filosofia, Ciencias e Letras Dom Bosco 1979, 180 p.
Il lavoro fu presentato inizialmente come dissertazione per il conseguimento del
« Mestrado em Educação » presso l'Università cattolica di Porto Alegre (Brasile).
L'A. tenta di stabilire un confronto tra gli orientamenti psico-pedagogici, polarizzati
attorno all'amore educativo, di due autori distanti tra loro nel tempo, per la concezione
della vita, per l'impegno scientifico: Don Bosco e il Rogers della non-direttività. Più
precisamente cerca di verificare tre ipotesi, che risulteranno poi confermate a
conclusione della ricerca: 1) esistono somiglianze tra i due metodi, fondati ambedue
sulla centralità dell'amore; 2) sono, tuttavia, rilevabili differenze significative,
derivate da concezioni filosofiche e teologiche profondamente diverse; 3) la teoria
non-direttiva rogersiana può contribuire ad un approfondimento scientifico e
operativo del sistema preventivo relativamente a taluni principi psicologici e
orientamenti metodologici.
Lo schema è molto semplice: 1. Esposizione dei punti qualificanti il sistema
preventivo di Don Bosco: il concetto di persona umana, elementi caratteristici del
metodo, centralità in esso dell'amore-amorevolezza, integrazione con la libertà e la
gioia, applicazione nell'attività scolastica e nell'orientamento vocazionale; 2.
Illustrazione in parallelo di concetti analoghi presenti nella pedagogia e nella terapia
nondirettiva di Rogers; 3. Confronto tra i due educatori sul piano della vita personale
e della messa in opera delle rispettive intuizioni e tecniche; 4. Conclusioni pratiche
circa l'attualità del sistema educativo di Don Bosco, suscettibile di arricchimenti
positivi, che non ne sfigurano la fisionomia originaria, ma piuttosto ne potenziano
l'efficacia nativa.
I 139 titoli della bibliografia sono scelti, con intelligenza e discernimento, tra la
miglior produzione.
L'informazione è copiosa, ottimamente controllata da una scrittura sobria,
essenziale, aliena dalla retorica.
Nella sostanza il lavoro si presenta con una sua originalità e attendibilità. Se
qualche appunto resta da fare riguarda soltanto affermazioni particolari, che si
potrebbe desiderare meglio controllate. Ci si limita a qualche esemplificazione: « Nel
seminario di Chieri ricevette una formazione alquanto severa, rigorista e pessimista
nella linea della Imitazione di Cristo » (p. 12); « è chiaro che il suo concetto di
persona umana fu concepito soprattutto nello studio della filosofia scolastica e della
teologia tridentina » (p. 12); quanto al concetto di cuore, Don Bosco « si atteneva al
significato biblico e semitico » (p. 17); « se accettava che la natura umana era
inclinata al male, seguendo S. Tommaso, riteneva pure che essa era perfettibile» (p.
17); « malgrado i molti studi condotti sui sogni di Don Bosco, questo (dei nove anni)
rimane senza una soddisfacente spiegazione naturale » (p. 20); « vedendo che

2.6 Page 16

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180 Recensioni
molti non comprendevano il suo metodo, nel 1883 inviò alle case salesiane una
circolare sui castighi » (p. 25); il sistema preventivo di Don Bosco « era un metodo
rivoluzionario per la sua epoca » (p. 26).
Non rimane, comunque, diminuita la validità di una sintesi lucida, ben strutturata,
stimolante.
P. BRAIDO
NIGG Walter, Don Bosco. Ein zeitloser Heiliger. München, Don Bosco Verlag 1977,
138 p.; edizione italiana con lievi ritocchi: Don Bosco. Un santo per il nostro
tempo. Torino, LDC 1980, 112 p.; traduzione spagnola della edizione italiana:
Don Bosco. Un santo para nuestro tiempo. Santiago de Chile 1981, 140 p.
Un esempio di « riscrittura » della storia nel genere della biografia che, come si
sa, è bensì uno dei più antichi e nel contempo dei più attuali, ma si rivolge ad un
pubblico difficile da accontentare.
Pastore luterano, docente di storia della chiesa all'università di Zurigo, autore di
opere agiografiche che hanno riscosso successo di pubblico, Walter Nigg mette a
frutto la sua consuetudine con lo studio della figura di santi per delineare con
nitidezza di contorni il ritratto di D. Bosco, tratti caratteristici della sua personalità,
del suo pensiero, della sua azione. L'intento dell'autore non è però quello di offrire
uno studio scientifico e sistematico della vita e delle opere del sacerdote torinese.
Nella prospettiva di quanto viene sinteticamente espresso dal sottotitolo « un santo
per il nostro tempo » e diffusamente specificato nel capitoletto introduttivo, egli
intende solo sottolineare, in uno stile ben lontano da quello delle pastoie di certe
agiografie truccate per amor di parte, il messaggio perenne di D. Bosco, le dimensioni
non caduche emergenti dalla sua esperienza, gli aspetti più paradigmatici della sua
vita, realisticamente narrata.
Alla base della fatica dell'autore, sta una precisa convinzione: solo l'amore e la
fede possiedono la chiave ermeneutica in grado di penetrare la realtà carismatica dei
santi, realtà che invece sfugge ai parametri della conoscenza puramente storica,
chiusa come è, per statuto epistemologico, in un ambito intramondano. Proprio tale
dichiarata opzione metafisica di fondo sollecita interessanti acquisizioni, tenui e
fugaci affreschi di personaggi (affascinante il ritratto di mamma Margherita), forti
lampi pronti a gettare improvvisi chiarori sull'« enigma » di D. Bosco, sul mistero
della sua esistenza. Il saggio diventa allora un concentrato di sottili attenzioni
psicologiche e spirituali, un'acuta penetrazione di eventi, una salda presa di possesso
di realtà esteriori e soprattutto interiori di D. Bosco.
Quando si dichiarano expressis verbis questi orientamenti e queste coordinate
concettuali, non si intende certo proporre scientificità assoluta, competenze
specifiche, rigorosa critica storica. E' una precisa scelta di campo che l'autore
legittimamente intende fare: ed i risultati sono di tutto rispetto, pur con innegabili
limiti metodologici dovuti all'assenza di altri rilevanti strumenti di approccio storico,
quali i fatti sociali, culturali, economici, ecc. Ci si consentano alcuni rilievi. Anzitutto
piuttosto ardite ci sembrano le affermazioni che prospettando i futuri salesiani come «
manovali in maniche di camicia » D. Bosco abbia « anticipato l'idea degli Istituti
secolari », e che i primi passi della futura riconciliazione fra stato e chiesta in Italia
(1929) risalgano agli interventi di D. Bosco. Altrettanto improntato ad ambi-

2.7 Page 17

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Recensioni 181
guità, se non viene meglio precisato, sembra l'affermare che D. Bosco si trovasse in «
palese difficoltà » di fronte alle donne che non fossero sua madre, e che il suo
frequentare « quella gioventù traviata » fosse motivo di scandalo per la marchesa
Barolo. Altri riferimenti andrebbero rettificati: il fratellastro Antonio aveva solo 7
anni e non 12 anni più di Giovanni; la visita di Victor Hugo a D. Bosco non è ancora
stata suffragata da precise ed ineccepibili documentazioni; fra l'episcopato di mons.
Fransoni e quello di mons. Gastaldi ci fu quello, non certo radioso per D. Bosco, di
mons. Riccardi di Netto. Talvolta nella lettura del saggio ci è parso che un velo di
rimpianto ed un'ombra di nostalgia aleggiasse nella mente dello scrittore allorché
instaurava un parallelo fra i tempi di ieri e quelli di oggi. Certe annotazioni circa la
prassi educativa odierna, circa le possibilità della scienza del XX secolo, circa la
periferizzazione di Dio nella coscienza dell'attuale gioventù, e ciò, per lo meno in
parte, a favore di una certa canonizzazione seppur sottile della situazione ecclesiale,
familiare, sociale, culturale del passato, ci sono parse poco sensibili ai valori
emergenti del nostro tempo.
Ad onta di tutto ciò e di alcuni dati non sempre collimanti con quelli della storia,
il volumetto del Nigg trova il suo spazio originale, e non alternativo, nella letteratura
su D. Bosco. La figura di questi, che l'autore non si perita di chiamare il moderno S.
Francesco, il vero santo dell'Italia moderna, l'uomo di Dio dell'epoca moderna così
come il profeta Elia lo fu per la sua, ne esce viva, palpitante, densa di simpatia come
non mai e, ciò che più conta, col piglio provocatore di chi ha indicato a tutti la nuova
(ma anche antica!) strada della santità: essere nel mondo e nello stesso tempo non
lasciarsi travolgere dal mondo.
F. MOTTO
WEBER Wilhelm, Don Bosco und die Politik. Theologische Diplomarbeit am
Fachbereich Katholische Theologie an der Westfälischen Wilhelms Universität
im Fach Sozialwissenschaft. Münster 1979, 86 p.
Ai diversi studi con identico oggetto W. Weber aggiunge questa ordinata sintesi,
nella quale si propone di documentare e valutare per l'oggi la seguente tesi: Don
Bosco si è confrontato con la politica; la « politica » ha occupato un posto notevole
nell'ambito del suo divenire sacerdotale, educativo e pastorale.
La parte più estesa del lavoro (la seconda: Die Politik im Leben Don Boscos) è
rivolta a illustrare storicamente l'assunto. Viene offerta una qualche immagine
dell'Italia dopo il '48, dal punto di vista politico, sociale, religioso, culturale. Si tenta
in questo modo di contestualizzare la molteplice « attività politica » di Don Bosco, in
particolare: l'impegno di preparare i giovani a entrare con competenza nel mondo del
lavoro, la fondazione di scuole, l'apostolato della stampa; inoltre, il coinvolgimento
nei problemi della Chiesa italiana in conflitto con il nuovo stato nazionale, le
relazioni con vari uomini politici, i tentativi di mediazione tra autorità ecclesiastica e
governo; infine, pronunciamenti di Don Bosco sulla politica e tipici atteggiamenti di
indipendenza, sensibilità storica, apertura alle istanze emergenti.
In alcune pagine preliminari (prima parte: Voraussetzungen) il lettore è aiutato a
individuare, attraverso la rapida descrizione della formazione e dell'azione
pedagogica e pastorale di Don Bosco, i lineamenti del suo metodo o stile: ragione,
religione, amorevolezza, Sacramenti.

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La valutazione conclusiva (parte terza: Die Aktualität der «Politik» Don Boscos)
si limita a sottolineare in poche pagine il carattere « evangelico » dell'impegno
politico-pastorale di Don Bosco, ancora paradigmatico per l'educatore religioso nel
nostro tempo.
In appendice, vengono riprodotte alcune brevi documentazioni sul sacramento
della Penitenza, sul vivere cristiano, sull'apostolato della stampa. E' pure riportato il
testo di un contratto di apprendistato.
In tre pagine sono raccolti titoli di scritti non sempre specifici, generalmente
limitati allo spazio linguistico tedesco.
La diligenza e la passione con cui la ricerca è stata condotta meritano forse
qualche breve annotazione, che potrebbe favorire un accresciuto sforzo critico.
In apertura l'A. rileva la povertà della bibliografia tedesca sul preciso tema
affrontato e afferma di aver dovuto ricorrere ai testi originali in italiano (p. 2). In
realtà, non sembra che questo si sia verificato molto spesso e nei modi più
appropriati. Purtroppo viene utilizzato, anche con troppa fiducia, un articolo
pubblicato da S. Pericolosi sull'Osservatore Romano con un titolo che si squalifica da
sé: I primi contratti di lavoro sono opera di un santo. Oltre a ciò, non si va al di là di
alcune citazioni dalle Memorie Biografiche. Tutto il resto è mutuato da lavori di
seconda e terza mano in lingua tedesca, originali o tradotti, di Seelbach, Söll, Nigg,
Desramaut, e del retorico Salotti, che passa per l’auctor probatus. Del tutto ignorata
rimane la più attendibile bibliografia, a cominciare dal fondamentale e impre-
scindibile studio di P. Stella, Don Bosco nella storia della religiosità cattolica, che
non sorvola, certo, sul tema ecclesiale e politico. Né alcun cenno si trova del saggio
di G. Spalla, Don Bosco e il suo ambiente sociopolitico (Santiago de Chile 1973;
Torino 1977), stimolante sia per la storia che per l'attualità.
Si segnalano ancora alcuni elementi particolari: sembra impreciso quanto è detto
a p. 8 sul periodo degli studi seminaristici di Don Bosco (tra l'altro non si fa il
minimo cenno ai quattro anni di scuola presso il « collegium latinitatis » di Chieri,
1831-1835); semplicistica e poco utile risulta la descrizione della situazione socio-
politica italiana a partire dal '48 (niente si dice del periodo 1815-1848 determinante
nella formazione della « mentalità » di Don Bosco); c'è una evidente confusione tra
«Letture Cattoliche» e «Bollettino Salesiano» (p. 33); accanto alle «grandi»
motivazioni dell'azione politico-pastorale di Don Bosco ci si dimentica di ricordare
ragioni che appartengono alla quotidiana « politica minore », che Don Bosco adotta
per la sopravvivenza e lo sviluppo della sua opera.
Infine, per quanto riguarda l'attualità c'è da chiedersi se possa essere sufficiente
quanto ha fatto e ha detto Don Bosco, in tempi e in un contesto, nei quali essere
educatori dei giovani, essere giovani, vivere in società, esistere « politicamente »
risultava immensamente più semplice di oggi, quando il pluralismo culturale,
religioso, partitico impone esigenze di « presenza », precisa, articolata e qualificata.
P. BRAIDO