1995_Uffici_Propri_SDB_ES


1995_Uffici_Propri_SDB_ES

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OFICIO DIVINO
LITURGIA DE LAS HORAS
CALENDARIO Y OFICIOS PROPIOS
de la sociedad de san francisco de sales
y de los institutos de hijas de maría auxiliadora
y de voluntarias de don hosco
ROMA
1995

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© Copyright 1995 y distribución:
DIREZIONE GENERALE OPERE DON BOSCO
Via della Pisana, 1111 - C.P. 1gj33
00163 ROMA
Realizzazione graíica a cura
della Editrice VELAR spa, Corle (BC) ltaly
Finito di stampare nel mese di gennaio 1996
dalla Litonova srl , Corle (BC) ltaly

1.5 Page 5

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EL RECTOR MAYOR
En la solemnidad de san Juan Bosco de 1990 promul-
gué el ''Propio de las Misas" para nuestra Congregación
y el Instituto de Hijas de María Auxiliadora (Misas Pro-
pias de la Familia Salesiana: Oracional y Leccionario).
Hoy, domingo de Pascua de la Resurrección del Señor de
1995, presento el nuevo texto de la "Liturgia de las Ho-
ras", aprobado por la Congregación del Culto y de la Dis-
ciplina de los Sacramentos, y preparado en primer lugar
para los miembros de la Congregación Salesiana y de los
institutos de Hijas de María Auxiliadora y Voluntarias de
Don Bosco.
Que sus textos ayuden a todos los miembros de la Fa-
milia Salesiana -llamados a vivir en plenitud el Evange-
lio según el peculiar estilo del carisma recibido- a celebrar
las obras grandes del Señor en sus santos y a actuar con-
forme a ellas en nuestra liturgia de la vida.
Pido a la Santísima Trinidad, a María Auxiliadora
-Madre de Dios y de la Iglesia- y a nuestros santos y
beatos que cuantos pertenecemos a la Familia Salesiana
nos sintamos movidos por el Espíritu, en la meditación
y en el uso litúrgico de los textos que aquí se promulgan,
a hacer de nuestra vida un «culto auténtico» (Rm 12, 1)
«en nombre de Jesús, ofreciendo la acción de gracias a Dios
Padre por medio de él» (Col 3, 17).
Egidio Vigano
Rector Mayor
Roma, 16 de abril de 1995,
Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor.

1.6 Page 6

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ESTRUCTURA DE ESTE «PROPfO»
. El presente volumen manual, cuyo objeto es facilitar el rezo
personal y comunitario de la Liturgia de las Horas cuando se
celebra algún oficio propio, consta fundamentalmente de tres
partes.
- La primera contiene los elementos más frecuentes del Or-
dinario de la Liturgia de las Horas; po'r ejemplo, el salmo invi-
tatorio, el Te Deurn , etc. Sigue, después, el «Sa lterio de la primera
semana », para no tener que ir, en un mismo día, de un volumen
a otro (cf. Ordenación general de la Liturgia de las Horas,
252) cuando se celebra un oficio propio. Termina con las «Com-
pletas» de toda la semana y la «Salmodia complementaria» pa-
ra tercia, sexta y nona.
- La segunda parte es lo que distingue a este volumen: en
ella aparecen los oficios "propios" de nuestra Liturgia de las Ho-
ras. Se ha procurado que cada uno de ellos resulte autónomo;
por tanto, cuando carece de textos "propios", se suplen con los
del Común. Así se ha hecho, por ejemplo, con las lecturas pri-
mera y segunda, cuando sean necesarias.
Para ciertas ocasiones más características, se han compues-
to algunos him nos nuevos; cuando no ha sido posible, se toman
del respectivo Común.
La abundanci a de segundas lecturas -hagiográficas- tiene
por objeto facilitar la contemplación de la riqueza espiritual con
que el Señor ha bendecido a la familia de san Juan Bosco duran-
te su todavía breve existencia.
En las solemnidades y fiestas, después de la ficha hagiográ-
fica, se recuerda la posibilidad de la indulgencia plenaria para
los Salesianos de Don Bosco y las Hijas de María Auxiliadora.
- En la tercera parte se encuentran algunos elementos más
usuales del Común de los santos (y beatos) que hay o que previ-
siblemente puede haber pronto en el mundo salesiano. Por eso,
se transcriben parcialmente los Comunes de mártires, de vírge-
nes, de santos varones y de santas mujeres. Además de una pri-
mera lectura opcional, se incluye una segunda lectura, para el
caso de que, antes de la próxima edición de este volumen , tenga
lugar alguna nueva beatificación y no se disponga aún de su lec-
tura hagiográfica propia, o bien la celebración se haga con la
categoría litúrgica de fiesta o solemnidad.

1.7 Page 7

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CONGREGACIÓN DEL CULTO DIVINO
Y DE LA DISOPUNA DE LOS SACRAMENTOS
Prot. 582/95 /L
A LA SOCIEDAD DE SAN FRANCISCO DE SALES,
AL INSTITUTO DE HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA
Y AL INSTITUTO SECULAR
"VOLUNTARIAS DE DON BOSCO"
A instancias del reverendo padre José Pacheco da Silva,
sdb, procurador general de la Sociedad de san Francisco de
Sales, que lo hacía también en nombre del Instituto de Hijas
de María Auxiliadora y del Instituto Secular de "Volunta-
rias de Don Bosco" en carta del 15 de marzo de 1995, y en
virtud de las facultades concedidas a esta Congregación por
el Sumo Pontífice JUAN PABLO U, gustosamente confirmamos,
según figura en el ejemplar adjunto, la versión española del
Propio de la Liturgia de las Horas, excluidos los himnos, para
uso de dicha Sociedad y de los mencionados institutos de Hi-
jas de María Auxiliadora y de "Voluntarias de Don Bosco".
Al imprimir su texto, inclúyase por entero este' decreto
por el que la Sede Apostólica otorga la confirmación soli-
citada.
De la edición impresa envíense dos ejemplares a esta Con-
gregación.
Sin que obste nada en contrario.
En la sede de la Congregación del Culto Divino y la Dis-
ciplina de los Sacramentos, 25 de julio de 1995.
GERARDO M. AGNELO
Arzobispo secretario
ANTONIO Mª Card. JAVIERRE
Prefecto

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CALENDARIO
Cuando nos.e indic.;.a el grado litúrgico de la cclebraci6n, se entiende que se trata de memoria libre.
ENERO
22 Beata Laura Vicuña, adolescente
(Para el Instituto de Hijas de María Auxiliadora: Memoria)
24 SAN FRANCISCO DE SALES,
FIESTA
OBISPO Y DOCTOR DE LA I GLESIA,
titular y patrono de la Sociedad de san Francisco de Sales
31 SAN JUAN BOSCO, PRESBITERO,
SOLEMNIDAD
fundado r de la Sociedad de san Francisco de Sales,
del Instituto de Hijas de María Auxiliadora
y de la Asociación de Cooperadores Salesianos
FEBRERO
Conmemoración de todos los salesianos difuntos
MARZO
12 Beato Luis Orione, presbítero
MAYO
6 SANTO DOMINGO SAVIO, ADOLESCENTE
FIESTA
13 SANTA MARÍA DOMINICA MAZZARELLO, VIRGEN
FIESl A
cofundadora del Instituto de Hijas de María Auxiliadora
(Para el Instituto de Hijas de M aría Auxiliadora:
SOLEMNIDAD)
18 San Leonardo MuriaIdo, presbítero
24 BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA, AUXILIADORA
DE LOS CRISTIANOS,
SOLEMNIDAD
patrona principal de la Sociedad de san Francisco de Sales,
del Instituto de Hijas de María Auxiliadora
y del Instituto Secular "Volunta ri as de Don Bosco"
JUNIO
23 San José Cafasso, presbítero
Memoria

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OCTUBRE
24 Beato Luis Guanella, presbítero
25 ANIVERSARIO DE LA DEDICACIÓN
DE LA PROPIA IGLES IA
(cuando se ignora su fecha)
29 Beato Miguel Rúa, presbítero
calen dario - 9
SOLEMNIDAD
Memoria
NOV1EMBRE
13 Beatos Luis Versiglia, obispo
y Calixto Caravario, presbítero,
protomártires salesianos
Memoria
15 Beata Magdalena Morano, virgen
(Para el Instituto de Hijas de M aría Auxiliadora: Memoria)
DICIEMBRE
5 Beato Felipe Rinaldi, presbítero
Memoria
fundador del Instituto Secular "Voluntarias de Don Bosco"
(Para el Instituto "Voluntarias de Don Bosco": FIESTA)

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ALGUNOS ELEMENTOS MÁS FRECUENTES
del Ordinario
DE LA LITURGIA DE LAS HORAS

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2.3 Page 13

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lnvitatorio
El Invitatorio se dice como introducción a todo el conjunto de
la oración cotidiana; por ello se antepone al Oficio de lectura o bien
a las Laudes, según se comience el día por una u otra acción litúrgica.
y. Señor, ábreme los labios.
}l. Y mi boca proclamará tu alabanza .
A continuación se dice el salmo 94, en forma responsorial, con
la antífona que le corresponda según el Oficio del día. Sin embar-
go, cuando el Invitatorio se antepone a las Laudes, puede omitirse,
si se juzga oportuno, el salmo con su antífona y decirse únicamente
el versículo Señor, ábreme los labios.
Salmo 94
Invitación a la alabanza divina
Animaos los unos a los otros ,
día tras día, mientras dure este «hoy» (Hb 3, 13)
Se enuncia la antífona, y la asamblea la repite.
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Se repite la antífona.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Se repite la antífona .

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14 - ordinario
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Se repite la antífona.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.
Se repite la antífona.
Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."»
Se repite la antífona.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Se repite la antífona.
Introducción sin lnvitatorio
La siguiente invocación se dice antes de todas las Horas, inclui-
dos el Oficio de lectura y las Laudes cuando no les precede el Invi-
tatorio.
y. Dios mío, ven en mi auxilio.
]l. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos. Amén. Aleluya.

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textos más comunes - 15
Oficio de lectura
HIMNO Te Deum
En los domingos, solemnidades y fiestas, después del segundo
responsorio, se dice el Te Deum en ladn o en su versión española.
Te Deum laudámus: •· te Dóminum confitémur.
Te retérnum Patrem, •· omnis terra venerátur.
Tibi omnes ángeli, * tibi creli et univérsre potestátes:
tibi chérubim et séraphim •· incessábili voce proclámant:
Sanctus, Sanctus, * Sanctus •· Dóminus Deus Sábaoth.
Pleni sunt creli et terra •· maiestátis glórire ture.
Te gloriósus •· apostolórum chorus,
te prophetárum * laudábilis númerus,
te mártyrum candidátus * laudat exércitus.
Te per orbem terrárum * sancta confitétur Ecclésia,
Patrem •· imménsre maiestátis;
venerándum tuum verum •· et únicum Fílium;
Sanctum quoque * Paráclitum Spíritum.
Tu rex glórire, * Christe.
Tu Patris •· sempitérnus es Fílius.
Tu, ad liberándum susceptúrus hóminem, *
non horruísti Vírginis úterum.
Tu, devícto mortis acúleo, •·
aperuísti credéntibus regna caelórum.
Tu ad déxteram Dei sedes, * in glória Patris.
Iudex créderis •· esse ventúrus.
Te ergo quá:sumus, mis fámulis súbveni, •·
quos pretióso sánguine redemísti.
JEtérna fac cum sanctis tuis •· in glória numerári.
Lo que sigue puede omitirse:
Salvum fac pópulum tuum, Dómine, •·
et bénedic hereditáti ture.
Et rege eos, * et extólle illos usque in retérnum.
Per síngulos dies * benedícimus te;
et laudámus nomen tuum in sá:culum, *
et in sá:culum sá:culi.

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16 - ordinario
Dignáre, Dómine, die isto (· sine peccáto nos custodíre.
Miserére nostri, Dómine, miserére nostri.
Fiat misericórdia tua, Dómine, super nos, *
quemádmodum sperávimus in te.
In te, Dómine, sperávi: non confúndar in retérnum.
O bien, la siguiente versión española:
A ti, oh Dios, te alabamos,
a ti, Señor, te reconocemos.
A ti, eterno Padre,
te venera toda la creación.
Los ángeles todos, los cielos
y todas las potestades te honran.
Los querubines y serafines
te cantan sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo.
Los cielos y la tierra
están llenos de la majestad de tu gloria.
A ti te ensalza
el glorioso coro de los apóstoles,
la multitud admirable de los profetas,
el blanco ejército de los mártires.
A ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra,
te proclama:
Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, Defensor.
eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.

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textos más comunes - 17
Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.
Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el reino del cielo.
Tú te sientas a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.
Creemos que un día
has de venir como juez.
Te rogamos, pues,
que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la gloria eterna
nos asociemos a tus santos.
Lo que sigue puede omitirse:
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice tu heredad.
Sé su pastor
y ensálzalo eternamente.
Día tras día te bendecimos
y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor, en este día
guardarnos del pecado.
Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
En ti, Señor, confié,
no me veré defraudado para siempre.

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18 - ordinario
Conclusión de Laudes y Vísperas
Cuando preside un presbítero o un diácono, la Hora termina
con el saludo y la siguiente bendición común, o bien con la corres-
pondiente fórmula de bendición solemne que aparece en la Misa del
Oficio que se celebra.
y . El Señor esté con vosotros.
:a. Y con tu espíritu.
y. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo
t y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
:a. Amén.
Cuando se despide a la asamblea, se añade:
y. Podéis ir en paz.
:a. Demos gracias a Dios.
Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación
individual, se concluye:
y. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y
nos lleve a la vida eterna.
:a. Amén.
Conclusión del Oficio de lectura
y de la Hora intermedia
Por lo menos en la celebración comunitaria, se termina con la
aclamación:
y . Bendigamos al Señor.
:a. Demos gracias a Dios.

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textos más comunes - 19
Cánticos evangélicos
BENEDICTUS
Le 1, 68-79
El Mesías y su Precursor
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te ll amarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus cammos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

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20 - ordinario
MAGNÍFICAT
Le 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre.
NUNC DIMITTIS
Le 2, 29-32
Cristo, luz de las naciones y gloria de Israel
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre.

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textos más comunes - 21
O ración antes del descanso nocturno
Completas
'f. Dios mío, ven en mi auxilio.
}l. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los
siglos . Amén. Aleluya.
EXAMEN DE CONCIENCIA
En este momento es oportuno hacer examen de conciencia o
revisión de la jornada, que en la celebración comunitaria puede de-
sarrollarse como en el acto penitencial de la misa.
RESPONSORIO BREVE
Fuera del tiempo pascual:
}l. A tus manos, Señor, •· Encomiendo mi espíritu .
A tus manos...
'f. Tú, el Dios leal, nos librarás. •· Encomiendo. Glo-
ria al Padre. A tus manos.. .
Tiempo pascual:
}l. A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. ,,.
Aleluya, aleluya. A tus manos...
'f. Tú, el Dios leal, nos librarás. •· Aleluya, aleluya.
Gloria al Padre. A tus manos...
CÁNTICO EVANGÉLICO
Después se dice la siguiente antífona para el cántico Nunc di-
mitri s .
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dor-
mimos, para que velemos con Cristo y descansemos en
paz. (T.P. Aleluya. )

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22 - ordinario
CONCLUSIÓN
Luego, incluso cuando reza el Oficio una sola persona, se dice
la siguiente bendición:
El Señor todopoderoso nos conceda una noche tran-
quila y una muerte santa.
}l. Amén.
Antífonas finales a la Santísima Virgen María
Después se canta o se dice una de las siguientes antífonas:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y, después de este destierro,
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
JI
Madre del Redentor, virgen fecunda,
puerta del cielo siempre abierta,
estrella del mar,
ven a librar al pueblo que tropieza
y quiere levantarse.
Ante la admiración de cielo y tierra,
engendraste a tu santo Creador,
y permaneces siempre virgen.

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textos más comunes - 23
Recibe el saludo del ángel Gabriel,
y ten piedad de nosotros, pecadores.
III
(Tiempo pascual)
Reina del cielo, alégrate, aleluya,
porque el Señor,
a quien has merecido llevar, aleluya,
ha resucitado, según su palabra, aleluya .
Ruega al Señor por nosotros, aleluya.
IV
Bajo tu protección nos acogemos,
sama Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos siempre de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.
V
(de san Juan Bosco)
O María, virgo potens,
tu magnum et praeclárum
in Ecclésia praesídium;
tu singuláre auxílium christianórum:
tu terríbilis ut castrórum ácies ordináta.
Tu cunetas há:reses sola interemísti
in univérso mundo.
Tu in angústiis,
tu in bello,
tu in necessitátibus nos ab hoste prótege,
atque in retérna gáudia
in mortis hora súscipe.

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SALTERIO
DE LA
PRIMERA SEMANA

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DOMINGO
DE LA PRIMERA SEMANA
Oración de la mañana
Laudes
f. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Co-
mo era. Aleluya .
Esta invocación inicial se omite cuando las Laudes empiezan
con el Invitatorio.
HIMNO, el correspondiente al Oficio.
SALMODIA
Las antífonas son del Propio o del Común.
Salmo 62, 2-9
El alma sedienta de Dios
Madruga por Dios todo el que rechaza
las obras de las tinieblas
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca , agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.

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28 - domingo I
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti ,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Toda la creación alabe al Señor
Ala bad al Señor,
sus siervos todos {Ap 19, 5)
Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con him nos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo , bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tiniebl as, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

3.9 Page 29

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laudes - 29
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor;
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
Al final de este cántico no se dice Gloria al Padre.
Salmo 149
Alegría de los santos
Los hijos de la Iglesia, nuevo pueblo de Dios,
se alegran en su Rey, Cristo, el Señor (Hesiquio)
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

3.10 Page 30

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30 - domingo I
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas :
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
La lectura breve, el responsorio, la antífona para el Benedic-
tus, las preces y la oración son los que exige la diversidad del Ofi-
cio que se celebra.
La conclusión de la Hora, como en el Ordinario: pág. 18.
Hora intermedia
Tercia, Sexta, Nona
y. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Co-
mo era. Aleluya.
HIMNO
A nuestros corazones
la hora del Espíritu ha llegado,
la hora de los dones
y del apostolado:
lenguas de fuego y viento huracanado.
Oh Espíritu, desciende,
orando está la Iglesia que te espera;
visítanos y enciende,
como la vez primera,
los corazones en la misma hoguera.
La fuerza y el consuelo,
el río de la gracia y de la vida
derrama desde el cielo;
la tierra envejecida
renovará su faz reverdecida.

4 Pages 31-40

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hora intermedia - 31
Gloria a Dios, uno y trino:
al Padre creador, al Hijo amado,
y Espíritu divino
que nos ha regalado;
alabanza y honor le sea dado. Amén.
SALMODIA
Las antífonas son del Propio o del Común.
Salmo 117
Himno de acc16n de gracias después de la victoria
Jesús es la piedra que desechasteis
vosotros, los arquitectos,
y que se ha convertido en piedra angular (Hch 4 , 11 )
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia .
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.
En el peligro grité al Señor,
y me escuchó, poniéndome a salvo.
El Señor está conmigo: no temo;
¿qué podrá hacerme el hombre?
El Señor está conmigo y me auxilia,
veré la derrota de mis adversarios.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los jefes.

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32 - domingo I
11
Todos los pueblos me rodeaban,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban cerrando el cerco,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban como avispas,
ardiendo como fuego en las zarzas,
en el nombre del Señor los rechacé.
Empujaban y empujaban para derribarme,
pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos:
«La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa.»
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte.
III
Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.
Ésta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella .
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.

4.3 Page 33

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hora intermedia - 33
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina.
Ordenad una procesión con ramos
hasta los ángulos del altar.
eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.
Dad gracias aJ Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Para las otras Horas, la salmodia complementaria, pág. 149 ss.
La lectura breve, el versículo y la oración, como en el Propio
o el Común.
La conclusión de la Hora, como en el Ordinario: pág. 18.

4.4 Page 34

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LUNES
DE LA PRIMERA SEMANA
Invitatorio
'f. Señor, ábreme los labios.
El salmo invitatorio, pág. 13, con la antífona correspondiente
al Oficio.
Oficio de lectura
'f. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Co-
mo era. Aleluya.
HIMNO, el correspondiente al Oficio.
SALMODIA
Ant. l. Sálvame, Señor, por tu misericordia. (T.P.
Aleluya. )
Salmo 6
Oración del afligido que acude a Dios
Ahora mi alma está agitada.. .
Padre, líbrame de esta hora (Jn 12, 27)
Señor, no me corrijas con ira,
no me castigues con cólera.
Misericordia, Señor, que desfallezco;
cura, Señor, mis huesos dislocados.
Tengo el alma en delirio,
y tú, Señor, ¿hasta cuándo?

4.5 Page 35

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oficio de lectura - 35
Vuélvete, Señor, liberta mi alma,
sálvame por tu misericordia.
Porque en el reino de la muerte nadie te invoca,
y en el abismo, ¿quién te alabará?
Estoy agotado de gemir:
de noche lloro sobre el lecho,
riego mi cama con lágrimas.
Mis ojos se consumen irritados,
envejecen por tantas contradicciones.
Apartaos de mí, los malvados,
porque el Señor ha escuchado mis sollozos;
el Señor ha escuchado mi súplica,
el Señor ha aceptado mi oración.
Que la vergüenza abrume a mis enemigos,
que avergonzados huyan al momento.
Ant. Sálvame, Señor, por tu misericordia. (T.P. Ale-
luya . )
Ant. 2. El Señor es el refugio del oprimido en los mo-
mentos de peligro. (T.P. Aleluya. )
Salmo 9 A
Acción de gracias por la victoria
De nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos
Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
proclamando todas tus maravillas;
me alegro y exulto contigo
y toco en honor de tu nombre, oh Altísimo.
Porque mis enemigos retrocedieron,
cayeron y perecieron ante tu rostro.
Defendiste mi causa y mi derecho,
sentado en tu trono como juez justo.

4.6 Page 36

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36 - lunes I
Reprendiste a los pueblos, destruiste al impío
y borraste para siempre su apellido.
El enemigo acabó en ruina perpetua,
arrasaste sus ciudades y se perdió su nombre.
Dios está sentado por siempre
en el trono que ha colocado para juzgar.
Él juzgará el orbe con justicia
y regirá las naciones con rectitud.
Él será refugio del oprimido,
su refugio en los momentos de peligro.
Confiarán en ti los que conocen tu nombre,
porque no abandonas a los que te buscan.
Ant. El Señor es el refugio del oprimido en los mo-
mentos de peligro. (T .P. Aleluya. )
Ant. 3. Narraré tus hazañas en las puertas de Sión.
(T .P. Aleluya .)
II
Tañed en honor del Señor, que reside en Sión;
narrad sus hazañas a los pueblos;
él venga la sangre, él recuerda
y no olvida los gritos de los humildes.
Piedad, Señor; mira cómo me afligen mis enemigos;
levántame del umbral de la muerte,
para que pueda proclamar tus alabanzas
y gozar de tu salvación en las puertas de Sión.
Los pueblos se han hundido en la fosa que hicieron,
su pie quedó prendido en la red que escondieron.
El Señor apareció para hacer justicia,
y se enredó el malvado en sus propias acciones.
Vuelvan al abismo los malvados,
los pueblos que olvidan a Dios.
Él no olvida jamás al pobre,
ni la esperanza del humilde perecerá.

4.7 Page 37

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laudes - 37
Levántate, Señor, que el hombre no triunfe:
sean juzgados los gentiles en tu presencia.
Señor, infúndeles terror,
y aprendan los pueblos que no son más que hombres.
Ant. N arraré tus hazañas en las puertas de Sión. (T.P.
Aleluya. )
El versículo, las lecturas y la oración son los correspondientes
a cada Oficio.
Oración de la mañana
Laudes
}'T. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Co-
mo era. Aleluya.
Esta invocación inicial se omite cuando las Laudes empiezan
con el Tnv1tatono.
H1MNO, el correspondienLe al Oficio.
SALMODIA
Antífona 1
Fuera del tiempo pascual: A ti te suplico, Señor; por
la mañana escucharás mi voz.
Tiempo pascual: Se alegrarán los que se acogen a ti.
Aleluya.
Salmo 5, 2-10. 12-13
Oración matutina de un justo perseguido
Se a legrarán eternamente los que acogieron
al Verbo en su interior. El Verbo habita en ellos
Señor, escucha mis palabras,
atiende a mis gemidos,
haz caso de mis gritos de auxilio,
Rey mío y Dios mío.

4.8 Page 38

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38 - lunes I
A ti te suplico, Señor;
por la mañana escucharás mi voz,
por la mañana te expongo mi causa,
y me quedo aguardando.
no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia.
Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor.
Pero yo, por tu gran bondad,
entraré en tu casa,
me postraré ante tu templo Sqnto
con toda reverencia.
Señor, guíame con tu justicia,
porque tengo enemigos;
alláname tu camino.
En su boca no hay sinceridad,
su corazón es perverso;
su garganta es un sepulcro abierto,
mientras halagan con la lengua .
Que se alegren los que se acogen a ti,
con júbilo eterno;
protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre.
Porque tú, Señor, bendices al justo,
y como un escudo lo rodea tu favor.
Fuera del tiempo pascual: Ant. A ti te suplico, Señor;
por la mañana escucharás mi voz .
Tiempo pascual: Ant. Se alegrarán los que se acogen
a ti. Aleluya.

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laudes - 39
Antífona 2
Fuera del tiempo pascual: Alabamos, Dios nuestro, tu
nombre glorioso.
Tiempo pascual: Tuyos son, Señor, la grandeza y el
poder, tú eres rey y soberano de todo. Aleluya.
Cántico
lCro 29, 10-13
S6/o a Dios honor y gloria
Bendito sea Dios, Padre de nuestro
Señor Jesucristo (Ef 1, 3)
Bendito eres, Señor,
Dios de nuestro padre Israel,
por los siglos de los siglos.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,
la gloria, el esplendor, la majestad,
porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra,
tú eres rey y soberano de todo.
De ti viene la riqueza y la gloria,
eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza,
tú engrandeces y confortas a todos.
Por eso, Dios nuestro,
nosotros te damos gracias,
alabando tu nombre glorioso.
Fuera del tiempo pascual: Ant. Alabamos, Dios nues-
tro, tu nombre glorioso.
Tiempo pascual: Ant. Tuyos son, Señor, la grandeza
y el poder, tú eres rey y soberano de todo. Aleluya.

4.10 Page 40

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40 - lunes I
Antífona 3
Fuera del tiempo pascual: Postraos ante el Señor en
el atrio sagrado.
Tiempo pascual: El Señor se sienta como rey eterno.
Aleluya.
Salmo 28
Manifestación de Dios en la tempestad
Vino una voz del cielo que decía:
«Éste es mi Hijo, el amado,
mi predilecto» (Mt 3, 17)
Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado.
La voz del Señor sobre las aguas,
el Dios de la gloria ha tronado,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica,
la voz del Señor descuaja los cedros,
el Señor descuaja los ced ros del Líbano.
Hace brincar al Líbano como a un novillo,
al Sarión como a una cría de búfalo.
La voz del Señor lanza llamas de fuego,
la voz del Señor sacude el desierto,
el Señor sacude el desierto de Cadés.
La voz del Señor retuerce los robles,
el Señor descorteza las selvas.
En su templo un grito unánime: «¡Gloria! »
El Señor se sienta por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno.
El Señor da fuerza a su pueblo,
el Señor bendice a su pueblo con la paz.

5 Pages 41-50

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5.1 Page 41

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hora intermedia - 41
Fuera del tiempo pascual: Ant. Postraos ante el Señor
en el atrio sagrado.
Tiempo pascual: Ant. El Señor se sienta como rey eter-
no. Aleluya .
La lectura breve, el responsorio, la antífona para el Benedic-
tus, las preces y la oración son los que exige la diversidad del Ofi-
cio que se celebra.
La conclusión de la Hora, como en el Ordinario: pág. 18.
Hora intermedia
Tercia, Sexta, Nona
f. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Co-
mo era. Aleluya.
HIMNO
N ada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda;
la paciencia
todo lo alcanza;
quien a Dios tiene
nada le falta:
sólo Dios basta .
Gloria a Dios Padre,
gloria a Dios H ijo,
igual por siempre
gloria al Espíritu. Amén.
SALMODIA
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Tiempo ordinario: Ant. l. La ley del Señor alegra el
corazón y da luz a los ojos.

5.2 Page 42

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42 - lunes I
Salmo 18 B
Himno a Dios, autor de la ley
Sed perfectos como vuestro Padre celestial
es perfecto (Mt 5, 48 )
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante.
Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos.
La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.
Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila.
Aunque tu siervo vigila
para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta.
Preserva a tu siervo de la arrogancia,
para que no me domine:
así quedaré libre e inocente
del gran pecado.
Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío.
Ant. La ley del Señor alegra el corazón y da luz a los
OJOS .
Ant. 2. Se levantará el Señor para juzgar a los pueblos
con justicia.

5.3 Page 43

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hora intermedia - 43
Salmo 7
Oración del justo calumniado
Mirad que el juez está a la puerca (Sr 5, 9)
I
Señor, Dios mío, a ti me acojo,
líbrame de mis perseguidores y sálvame,
que no me atrapen como leones
y me desgarren sin remedio.
Señor, Dios mío: si soy culpable,
si hay crímenes en mis manos,
si he causado daño a mi amigo,
si he protegido a un opresor injusto,
que el enemigo me persiga y me alcance,
que me pisotee vivo por tierra,
apretando mi vientre contra el polvo.
Levántate, Señor, con tu ira,
álzate contra el furor de mis adversarios,
acude, Dios m{o, a defenderme
en el juicio que has convocado.
Que te rodee la asamblea de las naciones,
y pon tu asiento en lo más alto de ella.
El Señor es juez de los pueblos.
Júzgame, Señor, según mi justicia,
según la inocencia que hay en mí.
Cese la maldad de los culpables,
y apoya tú al inocente,
tú que sondeas el corazón y las entrañas,
, el Dios justo.
Ant. Se levantará el Señor para juzgar a los pueblos
con justicia.
Ant. 3. Dios es un juez que salva a los rectos de
corazón.

5.4 Page 44

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44 - lunes I
II
Mi escudo es Dios,
que salva a los rectos de corazón.
Dios es un juez justo,
Dios amenaza cada día:
si no se convierten, afilará su espada,
tensará el arco y apuntará.
Apunta sus armas mortíferas,
prepara sus flech as incendiarias.
Mirad: concibió el crimen, está preñado de maldad,
y da a luz el engaño.
Cavó y ahondó una fosa,
caiga en la fosa que hizo;
recaiga su maldad sobre su cabeza,
baje su violencia sobre su cráneo.
Yo daré gracias al Señor por su justicia,
tañendo para el nombre del Señor Altísimo.
Tiempo ordinario: Ant. Dios es un juez que salva a
los rectos de corazón.
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, alel uya, aleluya.
Para la~ otras Horas, la salmodia complementaria, pág. 149 ss.
Tercia
LECTURA BREVE
Rm 13, 8. 10
A nadie le debáis nada, más que amor; porque el que
ama tiene cumplido el resto de la ley. Uno que ama a su
prójimo no le hace daño; por eso amar es cumplir la ley
entera.
'f. No rechaces a tu siervo, que tú eres mi auxilio.
(T.P. Aleluya. )
}l. No me abandones, Dios de mi salvación. (T.P.
Aleluya. )

5.5 Page 45

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hora intermedia - 45
Oración
Oh Dios, Padre lleno de bondad, tú has querido que
los hombres trabajáramos de tal forma que, cooperando
unos con otros, alcanzáramos éxitos cada vez más logra-
dos; ayúdanos, pues, a vivir en medio de nuestros traba-
jos sintiéndonos siempre hijos tuyos y hermanos de todos
los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Sexta
LECTURA BREVE
St 1, 19-20. 26
Sed todos prontos para escuchar, lentos para hablar y
lentos para la ira. Porque la ira del hombre no produce la
justicia que Dios quiere. Hay quien se cree religioso y no
tiene a raya su lengua; pero se engaña, su religión es vacía.
'f. Bendigo al Señor en todo momento. (T.P. Ale-
luya. )
:&,. Su alabanza está siempre en mi boca. (T.P.
Aleluya. )
Oración
Señor, tú eres el dueño de la viña y de los sembrados,
11
tú el que repartes las tareas y distribuyes el justo salario
a los trabajadores; ayúdanos a soportar el peso del día y
el calor de la jornada sin quejarnos nunca de tus planes.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Nona
LECTURA BREVE
lP 1, 17-19
Tomad en serio vuestro proceder en esta vida. Ya sa-
béis con qué os rescataron: no con bienes efímeros, con
oro o plata, sino a precio de la sangre de Cristo, el Cor-
dero sin defecto ni mancha.
'f. Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí. (T.P.
Aleluya. )
:a. En la asamblea bendeciré al Señor. (T.P. Aleluya. )

5.6 Page 46

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46 - lunes I
Oración
Tú nos has convocado, Señor, en tu presencia en aque-
lla misma hora en que los apóstoles subían al templo pa-
ra la oración de la tarde; concédenos que las súplicas que
ahora te dirigimos en nombre de Jesús, tu Hijo, alcancen
la salvación a cuantos invocan este nombre. Por Jesucris-
to, nuestro Señor.
La conclusión de la Hora, como en el Ordinario: pág. 18.
Oración del atardecer
Vis peras
'f. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Co-
mo era. Aleluya.
HIMNO, el correspondiente al Oficio.
SALMODIA
Antífona 1
ll
Fuera del tiempo pascual: El Señor se complace en el
pobre.
Tiempo pascual: Tened valor: yo he vencido al mun-
do. Aleluya .
Salmo 10
El Señor, esperanza del justo
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia,
porque ellos quedarán saciados (Mt 5, 6)
Al Señor me acojo, ¿por qué me decís:
«Escapa como un pájaro al monte,
porque los malvados tensan el arco,
ajustan las saetas a la cuerda,
para disparar en la sombra contra los buenos?

5.7 Page 47

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vísperas - 47
Cuando fallan los cimientos,
¿qué podrá hacer el justo? »
Pero el Señor está en su templo santo,
el Señor tiene su trono en el cielo;
sus ojos están observando,
sus pupilas examinan a los hombres.
El Señor examina a inocentes y culpables,
y al que ama la violencia él lo odia.
Hará llover sobre los malvados ascuas y azufre,
les tocará en suerte un viento huracanado.
Porque el Señor es justo y ama la justicia:
los buenos verán su rostro.
Fuera del tiempo pascual: Ant. El Señor se complace
en el pobre.
Tiempo pascual: Ant. Tened valor: yo he vencido al
mundo. Aleluya.
Antífona 2
Fuera del tiempo pascual: Dichosos los limpios de co-
razón , porque ellos verán a Dios.
Tiempo pascual: Se hospedará en tu tienda, habitará
en tu monte santo. Aleluya.
Salmo 14
¿Quién es justo ante el Señor?
Os habéis acercado al monte Sión,
ciudad del Dios vivo (Hb 12, 22)
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda
y habitar en tu monte santo?
El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua,

5.8 Page 48

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48 • lunes I
el que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor,
el que no retracta lo que juró
aun en daño propio,
el que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará.
Fuera del tiempo pascual: Ant. Dichosos los limpios
de corazón, porque ellos verán a Dios.
Tiempo pascual: Ant. Se hospedará en tu tienda, ha-
bitará en tu monte santo. Aleluya.
Antífona 3
Fuera del tiempo pascual: Dios nos ha destinado en
la persona de Cristo a ser sus hijos.
Tiempo pascual: Cuando yo sea elevado sobre la tie-
rra, atraeré a todos hacia mí. Aleluya.
Cántico
Ef 1, 3-10
El Dios salvador
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,

5.9 Page 49

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vísperas - 49
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
han sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.
Fuera del tiempo pascual: Ant. Dios nos ha destinado
en la persona de Cristo a ser sus hijos.
Tiempo pascual: Ant. Cuando yo sea elevado sobre
la tierra, atraeré a todos hacia mí. Aleluya.
I.a lectura breve, el responsorio, la antífona para el Magnífi-
cat, las preces y la oración son los que exige la diversidad del Ofi-
cio que se celebra.
La conclusión de la Hora, como en el Ordinario, pág. 18.

5.10 Page 50

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MARTES
DE LA PRIMERA SEMANA
Invita torio
y. Señor, ábreme los labios.
El salmo invitatorio, pág. 13, con la antífona correspondiente
al Oficio.
Oficio de lectura
'f. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Co-
mo era. Aleluya.
Esta invocación inicial se omite cuando el Oficio de lectura em-
pieza con el lnvitatorio.
HIMNO, el correspondiente al Oficio.
SALMODIA
Ant. l. El Señor hará justicia a los pobres. (T.P.
Aleluya . )
Salmo 9 B
Canto de acción de gracias
Dichosos los pobres,
porque vuestro es el reino de Dios (Le 6, 20)
¿Por qué te quedas lejos, Señor,
y te escondes en el momento del aprieto?
La soberbia del impío oprime al infeliz
y lo enreda en las intrigas que ha tramado.

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MIÉRCOLES
DE LA PRIMERA SEMANA
lovitatorio
f. Señor , ábreme los labios.
El salmo invitatorio, pág. 13, con la antífona correspondiente
al Oficio.
Oficio de lectura
y. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Co-
mo era. Aleluya.
Esta mvoLación inicial se omite cuando el Ofic10 de lectura em-
pieza con el [nvitatorio.
HIMNO, el correspondiente al Oficio.
SALMODIA
Ant. l. Yo te amo, Señor; eres mi fortaleza. (T.P.
Aleluya. ) t
Salmo 17, 2-30
Acción de gracias después de la victoria
En aquel momento,
se produjo un gran terremoto (Ap 11 , 13)
Yo te amo, Señor; eres mi fortaleza;
t Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.
Dios mío, peña mía, refugio mío , escudo mío,
mi fuerza salvadora , mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos.

7.8 Page 68

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68 - miércoles I
Me cercaban olas mortales,
torrentes destructores me aterraban,
me envolvían las redes del abismo,
me alcanzaban los lazos de la muerte.
En el peligro invoqué al Señor,
grité a mi Dios:
desde su templo él escuchó mi voz,
y mi grito llegó a sus oídos.
Ant. Yo te amo, Señor; eres mi fortaleza. (T .P.
Aleluya. )
Ant. 2. El Señor me libró porque me amaba. (T .P.
Aleluya .)
II
Entonces tembló y retembló la tierra,
vacilaron los cimientos de los montes,
sacudidos por su cólera;
de su nariz se alzaba una humareda,
de su boca un fuego voraz,
y lanzaba carbones ardiendo.
Inclinó el cielo y bajó
con nubarrones debajo de sus pies;
volaba a caballo de un querubín
cerniéndose sobre las alas del viento,
envuelto en un manto de oscuridad;
como un toldo, lo rodeaban
oscuro aguacero y nubes espesas;
al fulgor de su presencia, las nubes
se deshicieron en granizo y centellas;
y el Señor tronaba desde el cielo,
el Altísimo hacía oír su voz:
disparando sus saetas, los dispersaba,
y sus continuos relámpagos los enloquecían.

7.9 Page 69

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oficio de lectura - 69
El fondo del mar apareció,
y se vieron los cimientos del orbe,
cuando tú, Señor, lanzaste un bramido,
con tu nariz resoplando de cólera.
Desde el cielo alargó la mano y me agarró,
me sacó de las aguas caudalosas,
me libró de un enemigo poderoso,
de adversarios más fuertes que yo.
Me acosaban el día funesto,
pero el Señor fue mi apoyo:
me sacó a un lugar espacioso,
me libró porque me amaba.
Ant. El Señor me libró porque me amaba. (T .P.
Aleluya. )
Ant. 3. Señor, tú eres mi lámpara, alumbras mis
tinieblas. (T .P. Aleluya. )
III
El Señor retribuyó mi justicia ,
retribuyó la pureza de mi s manos,
porque seguí los caminos del Señor
y no me rebelé contra mi Dios;
porque tuve presentes sus mandamientos
y no me aparté de sus preceptos;
le fui enteramente fiel,
guardándome de toda culpa;
el Señor retribuyó mi justicia ,
la pureza de mis manos en su presencia.
Con el fiel, tú eres fiel;
con el íntegro, tú eres íntegro;
con el sincero, eres sincero;
con el astuto, tú eres sagaz.
Tú salvas al pueblo afligido
y humillas los ojos soberbios.

7.10 Page 70

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70 - miércoles I
Señor, eres mi lámpara;
Dios mío, alumbras mis tinieblas.
Fiado en ti, me meto en la refriega;
fiado en mi Dios, asalto la muralla.
Ant. Señor, eres mi lámpara, alumbras mis ti-
nieblas. (T.P. Aleluya. )
El versículo, las lecturas y la oración son los correspondientes
al Oficio que se celebra.
Oración de la mañana
Laudes
'f. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Co-
rno era. Aleluya.
Esta invocación inicial se omite cuando las Laudes empiezan
con el Tnvitatorio.
HIMNO, el correspondiente al Oficio.
SALMODIA
Antífona 1
Fuera del tiempo pascual: Tu luz, Señor, nos hace ver
la luz.
Tiempo pascual: En ti, Señor, está la fuente viva.
Aleluya.
Salmo 35
Depravación del malvado y bondad de Dios
El que me sigue no camina en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la vida (Jn 8, 12)
El malvado escucha en su interior
un oráculo del pecado:
«No tengo miedo a Dios,
ni en su presencia.»

8 Pages 71-80

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8.1 Page 71

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laudes - 71
Porque se hace la ilusión de que su culpa
no será descubierta ni aborrecida.
Las palabras de su boca son maldad y traición,
renuncia a ser sensato y a obrar bien;
acostado medita el crimen,
se obstina en el mal camino,
no rechaza la maldad.
Señor, tu misericordia llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes;
tu justicia hasta las altas cordilleras,
tus sentencias son como el océano inmenso.
Tú socorres a hombres y animales;
¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!,
los humanos se acogen a la sombra de tus alas;
se nutren de lo sabroso de tu casa,
les das a beber del torrente de nis delicias,
porque en ti está la fuente viva,
y tu luz nos hace ver la luz.
Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,
tu justicia con los rectos de corazón;
que no me pisotee el pie del soberbio,
que no me eche fuera la mano del malvado.
Han fracasado los malhechores;
derribados, no se pueden levantar.
Fuera del tiempo pascual: Ant. Tu luz, Señor, nos ha-
ce ver la luz.
Tiempo pascual: Ant. En ti, Señor, está la fuente vi-
va. Aleluya.
Antífona 2
Fuera del tiempo pascual: Señor, eres grande, tu
fuerza es invencible.
Tiempo pascual: Enviaste tu Espíritu, Señor, y exis-
tió la creación. Aleluya.

8.2 Page 72

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72 - miércoles I
Cántico Jdt 16, 2-3. 15-19
Dios creador del mundo y protector de su pueblo
Entonaron un cántico nuevo (Ap 5, 9)
¡Alabad a mi Dios con tambores,
elevad cantos al Señor con cítaras,
ofrecedle los acordes de un salmo de alabanza,
ensalzad e invocad su nombre!
Porque el Señor es un Dios quebrantador de guerras,
su nombre es el Señor.
Cantaré a mi Dios un cántico nuevo:
Señor, tú eres grande y glorioso,
admirable en tu fuerza, invencible.
Que te sirva toda la creación,
porque tú lo mandaste, y existió;
enviaste tu aliento, y la construiste,
nada puede resistir a tu voz.
Sacudirán las olas los cimientos de los montes,
las peñas en tu presencia se derretirán como cera,
pero tú serás propicio a tus fieles.
Fuera del tiempo pascual: Ant. Señor, tú eres gr ande,
tu fuerza es invencible.
Tiempo pascual: Ant. Enviaste tu Espíritu, Señor, y
existió la creación. Aleluya.
Antífona 3
Fuera del tiempo pascual: Aclamad a Dios con gritos
de júbilo.
Tiempo pascual: Dios es rey del mundo: tocad con
maestría. Aleluya.

8.3 Page 73

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laudes - 73
Salmo 46
El Señor es rey de todas las cosas
Está sentado a la derecha del Padre,
y su reino no tendrá fin
Pueblos todos, batid palm as,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra.
Él nos somete los pueblos
y nos sojuzga las naciones;
él nos escogió por heredad suya:
gloria de Jacob, su amado.
Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad,
cocad para nuestro Rey, tocad .
Porque Dios es el rey del mundo:
cocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado.
Los príncipes de los gentiles se reúnen
con el pueblo del Dios de Abrahán;
porque de Dios son los grandes de la tierra,
y él es excelso.
Fuera del tiempo pascual: Ant. Aclamad a Dios con
gritos de júbilo.
Tiempo pascual: Ant. Dios es rey del mundo: tocad
con maestría. Aleluya.
La lectura breve, el responsorio, la antífona para el Benedic-
cus, las preces y la oración son los que exige la diversidad del Ofi-
cio que se celebra.
La conclusión de la Hora, como en el Ordinario: pág. 18.

8.4 Page 74

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74 - miércoles I
Hora intermedia
Tercia, Sexta, Nona
y. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Co-
mo era. Aleluya.
HIMNO
Sólo desde el amor
la libertad germina,
sólo desde la fe
van creciéndole alas.
Desde el cimiento mismo
del corazón despierto,
desde la fuente clara
de las verdades últimas.
Ver al hombre y al mundo
con la mirada limpia
y el corazón cercano,
desde el solar del alma .
Tarea y aventura:
entregarme del todo,
ofrecer lo que llevo,
gozo y misericordia .
Aceite derramado
para que el carro ruede
sin quejas egoístas,
chirriando desajustes.
Soñar, amar, servir,
y esperar que me llames,
tú, Señor, que me miras,
tú que sabes mi nombre.
Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo. Amén.

8.5 Page 75

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75 - hora intermedia
SALMODIA
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Tiempo ordinario: Ant. l. Bendito eres, Señor, enséña-
me tus leyes.
Salmo 118, 9-16
JI (Beth)
¿Cómo podrá un joven andar honestamente?
Cumpliendo tus palabras.
Te busco de todo corazón,
no consientas que me desvíe de tus mandamientos.
En mi corazón escondo tus consignas,
así no pecaré contra ti.
Bendito eres, Señor,
enséñame tus leyes.
Mis labios van enumerand o
los mandamientos de tu boca;
mi alegría es el camino de tus preceptos,
más que todas las riquezas.
Medito tus decretos,
y me fijo en tus sendas;
tu voluntad es mi delicia,
no olvidaré tus palabras.
Am. Bendito eres, Señor, enséñame tus leyes.
Ant. 2. Mis pies estuvieron firmes en tus caminos, Señor.
Salmo 16
Dios, esperanza del inocente persef{uido
En los días de su vida mortal presentó
oraciones y súplicas, y fue escuchado (Hb 5 , 7)
Señor, escucha mi apelación,
atiende a mis clamores,

8.6 Page 76

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76 - miércoles I
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño:
emane de ti la sentencia,
miren tus ojos la rectitud.
Aunque sondees mi corazón,
visitándolo de noche,
aunque me pruebes al fuego,
no encontrarás malicia en mí.
Mi boca no ha faltado
como suelen los hombres;
según tus mandatos, yo me he mantenido
en la senda establecida.
Mis pies estuvieron firmes en tus caminos,
y no vacilaron mis pasos.
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras.
Muestra las maravill as de tu misericordia,
tú que salvas de los adversarios
a quien se refugia a tu derecha .
Guárdame como a las niñas de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme
de los malvados que me asaltan,
del enemigo mortal que me cerca.
Ant. Mis pies estuvieron firmes en tus caminos, Señor.
Ant. 3. Levántate, Señor, y líbrame.
JI
Han cerrado sus entrañas
y hablan con boca arrogante;
ya me rodean sus pasos,
se hacen guiños para derribarme,
como un león ávido de presa,
como un cachorro agazapado en su escondrijo.

8.7 Page 77

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hora intermedia - 77
Levántate, Señor, hazle frente, doblégalo,
que tu espada me libre del malvado,
y tu mano, Señor, de los mortales;
mortales de este mundo: sea su lote esta vida;
de tu despensa les llenarás el vientre,
se saciarán sus hijos
y dejarán a sus pequeños lo que sobra.
Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia,
y al despertar me saciaré de tu semblante.
Tiempo ordinario: Ant. Levántate, Señor, y líbrame.
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Para las otras Horas, la salmodia complementana, pág. 149 ss.
Tercia
LECTURA BREVE
lP 1, 13-14
Estad interiormente preparados para la acción, contro-
lándoos bien, a la expectativa del don que os va a traer
la revelación de Jesucristo. Como hijos obedientes, no os
amoldéis más a los deseos que teníais antes, en los días de
vuestra ignorancia.
y. Enséñame, Señor, tus caminos. (T.P. Aleluya. )
.&.. lnstrúyeme en tus sendas. (T.P. Aleluya.)
Oración
Señor, Padre santo, Dios fiel, que enviaste el Espíritu
Santo prometido, para que congregara a los hombres que
el pecado había disgregado, ayúdanos a ser, en medio del
mundo, fermento de unidad y de paz. Por Jesucristo, nues-
tro Señor.

8.8 Page 78

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78 - miércoles I
Sexta
LECTURA BREVE
lP 1, 15-16
El que os llamó es santo; corno él, sed también voso-
tros santos en toda vuestra conducta, porque dice la Es-
critura: «Seréis santos, porque yo soy santo.»
)'. Que tus sacerdotes se vistan de gala. (T.P. Ale-
luya. )
:&,. Que tus fieles vitoreen. (T.P. Aleluya.)
Oración
Dios todopoderoso y lleno de amor, que, a la mitad
de nuestra jornada, concedes un descanso a nuestra fati-
ga, contempla complacido el trabajo que hoy hemos em-
pezado, remedia nuestras deficiencias y haz que nuestras
obras te sean agradables. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Nona
LECTURA BREVE
St 4, 7-Sa. 10
Someteos a Dios y enfrentaos con el diablo, que huirá
de vosotros. Acercaos a Dios y Dios se acercará a voso-
tros. Humillaos ante el Señor, que él os levantará.
)'. Los ojos del Señor están puestos en sus fieles. (T.P.
Aleluya. )
:&,. En los que esperan en su misericordia. (T.P. Ale-
luya. )
Oración
Señor Jesucristo, que, por la salvación de los hombres,
extendiste tus brazos en la cruz, haz que todas nuestras
acciones te sean agradables y sirvan para manifestar al
mundo tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos
de los siglos.
La conclusión de la Hora, como en el Ordinario: pág. 18.

8.9 Page 79

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vísperas - 79
Oración del atardecer
Vísperas
}1. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre." Co-
mo era. Aleluya .
HIMNO, el correspondiente al Oficio.
SALMODIA
Antífona 1
fuera del tiempo pascual: El Señor es mi luz y mi sal-
vación, ¿a quién temeré? t
Tiempo pascual: La diestra del Señor lo exaltó, ha-
ciéndolo jefe y salvador. Aleluya.
Salmo 26
Confianza ante el peligro
1
Ésta es la morada de Dios
con los hombres (Ap 21, 3)
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
t El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?
Cuando me asaltan los malvados
para devorar mi carne,
ellos, enemigos y adversarios,
tropiezan y caen.
Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo.

8.10 Page 80

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80 - miércoles I
Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo.
Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzar á sobre la roca;
y así levantaré la cabeza
sobre el enemigo que me cerca;
en su tienda sacrificaré
sacrificios de aclamación:
cantaré y tocaré para el Señor.
Fuera del tiempo pascual: Ant. El Señor es mi luz y
mi salvación, ¿a quién temeré?
Tiempo pascual: Ant. La diestra del Señor lo exaltó,
haciéndolo jefe y salvador. Aleluya.
Antífona 2
Fuera del tiempo pascual: Tu rostro buscaré, Señor;
no me escondas tu rostro.
Tiempo pascual: Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida. Aleluya.
II
Algunos, poniéndose de pie,
daban testimonio contra Jesús (Me 14, 57)
Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad , respóndeme.
Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.»
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.

9 Pages 81-90

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9.1 Page 81

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vísperas - 81
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches, no me abandones,
Dios de mi salvación.
Si mi padre y mi madre me abandonan,
el Señor me recogerá.
Señor, enséñame tu camino,
guíame por la senda ll ana,
porque tengo enemigos.
No me entregues a la saña de mi adversario,
porque se levantan contra mí testigos falsos,
que respiran violencia.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.
Fuera del tiempo pascual: Ant. Tu rostro buscaré,
Señor, no me escondas tu rostro.
Tiempo pascual: Ant. Espero gozar de la dicha del
Señor en el país de la vida. Aleluya.
Antífona 3
Fuera del tiempo pascual: Él es el primogénito de to-
da criatura, es el primero en todo.
Tiempo pascual: Él es el origen, guía y meta del uni-
verso. A él la gloria por los siglos. Aleluya.
Cántico
Col 1, 12-20
Himno a Cristo, primogénito de toda criatura
y primer resucitado de entre los muertos
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.

9.2 Page 82

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82 - miércoles I
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque por medio de él
fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo , y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia .
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud .
Y por él quiso reconcilia r consigo todos los seres:
los del cielo y los de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.
Fuera del tiempo pascual: Ant. Él es el primogénito
de toda criatura, es el primero en todo.
Tiempo pascual: Ant. Él es el origen, guía y meta del
universo. A él la gloria por los siglos. Aleluya.
La lectura breve, el respon~orio, la antífona para el Magnífi-
cat, las preces y la oración son los que exige la diversidad del Ofi-
cio que se celebra.
La conclusión de la Hora, como en el Ordinario: pág. 18.

9.3 Page 83

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JUEVES
DE LA PRIMERA SEMANA
Invitatorio
y. Señor, ábreme los labios.
El salmo invitatorio, pág. 13, con la antífona correspondiente
al Oficio.
Oficio de lectura
y. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Co-
mo era. Aleluya.
E~ta invocación inicial se omite cuando el Oficio de lectura em-
pieza con el Inv1tatono.
HIMNO, el correspondiente al Oficio.
SALMODIA
Ant. l. La promesa del Señor es escudo para los que
a ella se acogen. (T.P. Aleluya. )
Salmo 17, 31-51
Acción de gracias
Si Dios está con nosotros,
¿quién estará contra nosotros? (Rm 8, 31 )
IV
Perfecto es el camino de Dios,
acendrada es la promesa del Señor;
él es escudo para los que a él se acogen.

9.4 Page 84

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84 - jueves I
¿Quién es dios fuera del Señor?
¿Qué roca hay fuera de nuestro Dios?
Dios me ciñe de valor
y me enseña un camino perfecto;
él me da pies de ciervo
y me coloca en las alturas;
él adiestra mis manos para la guerra,
y mis manos para tensar la ballesta.
Ant. La promesa del Señor es escudo para los que a
ella se acogen. (T.P. Aleluya.)
Ant. 2. Tu diestra, Señor, me sostuvo. (T.P. Aleluya.)
V
Me dejaste tu escudo protector,
tu diestra me sostuvo,
multiplicaste tus cuidados conmigo.
Ensanchaste el camino a mis pasos
y no flaquearon mis tobillos;
yo perseguía al enemigo hasta alcanzarlo,
y no me volvía sin haberlo aniquilado:
los derroté, y no pudieron rehacerse,
cayeron bajo mis pies.
Me ceñiste de valor para la lucha,
doblegaste a los que me resistían;
hiciste volver la espalda a mis enemigos,
rechazaste a mis adversarios.
Pedían auxilio, pero nadie los salvaba;
gritaban al Señor, pero no les respondía.
Los reduje a polvo, que arrebata el viento;
los pisoteaba como barro de las calles.
Me libraste de las contiendas de mi pueblo,
me hiciste c_abeza de naciones,
un pueblo extraño fue mi vasallo.

9.5 Page 85

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laudes - 85
Los extranjeros me adulaban,
me escuchaban y me obedecían.
Los extranjeros palidecían
y salían temblando de sus baluartes.
Ant. Tu diestra, Señor, me sostuvo. (T.P. Aleluya. )
Ant. 3. Viva el Señor, bendito sea mi Dios y Salva-
dor. (T.P. Aleluya. )
VI
Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador:
el Dios que me dio el desquite
y me sometió los pueblos;
que me libró de mis enemigos,
me levantó sobre los que resistían
y me salvó del hombre cruel.
Por eso te daré gracias entre las naciones, Señor,
y tañeré en honor de tu nombre:
diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu Ungido,
de David y su linaje por siempre.
Ant. Viva el Señor, bendito sea mi Dios y Salvador.
(T.P. Aleluya . )
El versículo, las lecturas y la oración son los correspondientes
al Oficio que se celebra.
Oración de la mañana
Laudes
f. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Co-
mo era. Aleluya.
Esta invocación inicial se omite cuando las Laudes empiezan
con el Tnvitatorio.
HIMNO, el correspondiente al Oficio.

9.6 Page 86

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86 - jueves I
SALMODIA
Antífona 1
Fuera del tiempo pascual: Despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora.
Tiempo pascual: Elévate sobre el cielo, Dios mío.
Aleluya.
Salmo 56
Oración matutina de un afligido
Este salmo canta la pasión
del Señor (S. Agustín )
Misericordia, Dios mío, misericordia ,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas
mientras pasa la calamidad.
Invoco al Dios altísimo,
al Dios que hace tanto por mí:
desde el cielo me enviará la salvación,
confundirá a los que ansían matarme,
enviará su gracia y su lealtad .
Estoy echado entre leones
devoradores de hombres;
sus dientes son lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada .
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Han tendido una red a mis pasos
para que sucumbiera;
me han cavado delante una fosa,
pero han caído en ella.
Mi corazón está firme , Dios mío,
mi corazón está firme.

9.7 Page 87

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87 - laudes
Voy a cantar y a tocar:
despierta, gloria mía;
despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora.
Te daré gracias ante los pueblos, Señor;
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidel idad, que alcanza a las nubes.
E lévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Fuera del tiempo pascual: Ant. Despertad, cítara y ar-
pa; despertaré a la aurora.
1 iempo pascual: Ant. Elévate sobre el cielo, Dios mío.
Aleluya .
Antífona 2
Fuera del tiempo pascual: «Mi pueblo se saciará de mis
bienes », dice el Señor.
Tiempo pascual: El Señor redimió a su pueblo. Ale-
luya.
Cántico
Jr 31, 10-14
Felicidad del pueblo redimido
Jesús iba a morir. .. para reunir
a los hijos de Dios dispersos (Jn 11, 51. 52)
Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño;
porque el Señor redimió a J acob,
lo rescató de una mano más fuerte. »

9.8 Page 88

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88 - jueves I
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor:
hacia el trigo y el vino y el aceite,
y los rebañ.os de ovejas y de vacas;
su alma será como un huerto regado,
y no volverán a desfallecer.
Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas;
alimentaré a los sacerdotes con enjundia,
y mi pueblo se saciará de mis bienes.
Fuera del tiempo pascual: Ant. «Mi pueblo se saciará
de mis bienes», dice el Señor.
Tiempo pascual: Ant. El Señor redimió a su pueblo.
Aleluya .
Antífona 3
Fuera del tiempo pascual: Grande es el Señor y muy
digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios. t
Tiempo pascual: Éste es nuestro Dios por siempre ja-
más. Aleluya.
Salmo 47
Himno a la gloria de Dios en Jerusalén
Me transportó en éxtasis a un monte altísimo,
y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén (Ap 21, 10)
Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
t su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra :

9.9 Page 89

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laudes - 89
el monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar.
Mirad : los reyes se aliaron
para atacarla juntos;
pero, al verla, quedaron aterrados
y huyeron despavoridos;
allí los agarró un temblor
y dolores como de parto;
como un viento del desierto,
que destroza las naves de Tarsis.
Lo que habíamos oído lo hemos visto
en la ciudad del Señor de los ejércitos,
en la ciudad de nuestro Dios:
que Dios la ha fundado para siempre.
Oh Dios, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo:
como tu renombre, oh Dios, tu alabanza
llega al confín de la tierra;
tu diestra está llena de justicia:
el monte Sión se alegra,
las ciudades de Judá se gozan
con tus sentencias.
Dad la vuelta en torno a Sión,
contando sus torreones;
fijaos en sus baluartes,
observad sus palacios,
para poder decirle a la próxima generación:
«Este es el Señor, nuestro Dios. »
Él nos guiará por siempre jamás.

9.10 Page 90

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90 - jueves I
Fuera del tiempo pascual: Ant. Grande es el Señor y
muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
Tiempo pascual: Ant. Éste es nuestro Dios por siem-
pre jamás. Aleluya.
La lectura breve, el responsorio, la antífona para el Benedic-
tus, las preces y la oración son los que exige la diversidad del Ofi-
cio que se celebra.
La conclusión de la Hora, como en el Ordinario: p:ig. L8.
Hora intermedia
Tercia, Sexta, Nona
'f . Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Co-
mo era. Aleluya.
HIMNO
El trabajo nos urge,
nos concentra y astilla.
Poco a poco, la muerte
nos hiere y purifica.
Señor del universo,
con el hombre te alías.
En nuestra actividad,
tu fuerza c6mo vibra.
Señor de los minutos,
intensa compañía.
Gracias por los instantes
que lo eterno nos hilan.
Gracias por esta pausa
contigo en la fatiga.
Contigo hay alegría . Amén.

10 Pages 91-100

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10.1 Page 91

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hora intermedia - 91
SALMODIA
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Tiempo ordinario: Ant. l. Ábreme los ojos, Señor, y
contemplaré las maravillas de tu voluntad.
Salmo 118, 17-24
ITI (Ghimel)
Haz bien a tu siervo: viviré
y cumpliré tus palabras;
ábreme los ojos, y contemplaré
las maravillas de tu voluntad;
soy un forastero en la tierra:
no me ocultes tus promesas.
Mi alma se consume, deseando
continuamente tus mandamientos;
reprendes a los soberbios,
malditos los que se apartan de tus mandatos.
Aleja de mí las afrentas y el desprecio,
porque observo tus preceptos;
aunque los nobles se sienten a murmurar de mí,
tu siervo medita tus leyes;
tus preceptos son mi delicia,
tus decretos son mis consejeros.
Ant. Ábreme los ojos, Señor, y contemplaré las mara-
villas de tu voluntad.
Ant. 2. Haz, Señor, que camine con lealtad.
Salmo 24
Oraci6n por toda clase. de necesidades
La esperanza no defrauda (Rm 5 , 5)
A ti, Señor, levanto mi alma;
Dios mío, en ti confío,

10.2 Page 92

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92 - jueves I
no quede yo defraudado,
que no triunfen de mis enemigos;
pues los que esperan en ti no quedan defraudados,
mientras que el fracaso malogra a los traidores.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,
y todo el día te estoy esperando.
Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
no te acuerdes de los pecados
ni de las maldades de mi juventud;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.
Las sendas del Señor son misericordia y lealtad
para los que guardan su alianza y sus mandatos.
Por el honor de tu nombre, Señor,
perdo na mis culpas , que son muchas.
Ant. H az , Señor, que camine con lealtad .
Ant. 3. Mírame, oh Dios, y líbrame, que estoy solo
y afligido.
II
¿Hay alguien que tema al Señor?
El le enseñará el camino escogido :
su alma vivirá feliz,
su descendencia poseerá la tierra .
El Señor se confía con sus fieles
y les da a conocer su alianza.
Tengo los ojos puestos en el Señor,
porque él saca mis pies d e Ja red.

10.3 Page 93

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hora intermedia - 93
Mírame, oh Dios, y ten piedad de mí,
que estoy solo y afligido.
Ensancha mi corazón oprimido
y sácame de mis tribulaciones.
Mira mis trabajos y mis penas
y perdona todos mis pecados;
mira cuántos son mis enemigos,
que me detestan con odio cruel.
Guarda mi vida y líbrame,
no quede yo defraudado de haber acudido a ti.
La inocencia y la rectitud me protegerán,
porque espero en ti.
Salva, oh Dios, a Israel
de todos sus peligros.
Tiempo ordinario: Ant. Mírame, oh Dios, y líbrame,
que estoy solo y afligido.
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Para las otras Horas, la salmodia complementaria, p,\\g. 149 ss.
Tercia
LECTURA BREVE
Am 4, 13
El Señor formó las montañas, creó el viento, descubre
al hombre su pensamiento, hace la aurora y el crepúsculo
y camina sobre el dorso de la tierra; se llama Señor, Dios
de los ejércitos.
Y. Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor. (T.P.
Aleluya. )
:&,. Ensalzadlo con himnos por los siglos. (T.P. Ale-
luya .)
Oración
Señor, que a la hora de tercia enviaste el Espíritu
Santo sobre los apóstoles, reunidos en oración, concéde-

10.4 Page 94

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94 - jueves I
nos también a nosotros tener parte en los dones de este
Espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Sexta
LECTURA BREVE
Am S, 8
El Señor creó las Pléyades y Orión, convierte las som-
bras en aurora, el día en noche oscura; convoca las aguas
del mar y las derrama sobre la superficie de la tierra; se
llama El Señor.
y. Honor y majestad lo preceden. (T.P. Aleluya. )
}t. Fuerza y esplendor están en su templo. (T.P. Ale-
luya. )
Oración
Dios todopoderoso y eterno, ante ti no existe ni la os-
curidad ni las tinieblas: haz, pues, brillar sobre nosotros
la claridad de tu luz, para que, guardando tus preceptos,
caminemos fielmente por tus sendas con el corazón en-
sanchado. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Nona
LECTURA BREVE
Am 9, 6
El Señor construye en el cielo su escalinata y cimienta
su bóveda sobre la tierra; convoca las aguas del mar y las
derrama sobre la superficie de la tierra; se llama El Señor.
f. El cielo proclama la gloria de Dios. (T.P. Aleluya. )
}l. El firmamento pregona la obra de sus manos.
(T.P. Aleluya .)
Oración
Contempla, Señor, a tu familia en oración y haz que,
imitando los ejemplos de paciencia de tu Hijo, no decaiga
nunca ante la adversidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La conclusión de la Hora, como en el Ordinario: pág. 18.

10.5 Page 95

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vísperas - 95
Oración del atardecer
Vísperas
y. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Co-
mo era. Aleluya.
HIMNO, el corrc~pondiente al Oficio.
SALMODIA
Antífona 1
Fuera del tiempo pascual: Señor, Dios mío, a ti grité,
y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.
T1cmpo pascual: Cambiaste mi luto en danzas. Ale-
luya.
Salmo 29
Acción de gracias por la rnración
de un enfermo en peligro de muerte
Cristo, después de su gloriosa resurrección ,
da gracias al Padre (Casiano)
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, Dios mio, a ti grité,
y tú me sanaste.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa .
Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo.
Yo pensaba muy seguro:
«No vacilaré jamás.»

10.6 Page 96

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96 - jueves I
Tu bondad, Señor, me aseguraba
el honor y la fuerza;
pero escondiste tu rostro,
y quedé desconcertado.
A ti, Señor, llamé,
supliqué a mi Dios:
«¿Qué ganas con mi muerte,
con que yo baje a la fosa?
¿Te va a dar gracias el polvo,
o va a proclamar tu lealtad?
Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme. »
Cambiaste mi luto en danzas,
me desataste el sayal y me has vestido de fiesta;
te cantará mi alma sin callarse.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.
Fuera del tiempo pascual: Ant. Señor, Dios mío, a ti
grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.
Tiempo pascual: Ant. Cambiaste mi luto en danzas.
Aleluya.
Antífona 2
Fuera del tiempo pascual: Dichoso el hombre a quien
el Señor no le apunta el delito.
Tiempo pascual: Fuimos reconciliados con Dios por
la muerte de su Hijo. Aleluya.
Salmo 31
Acción de gracias de un pecador perdonado
David proclama dichoso al hombre
a quien Dios otorga la justificación
prescindiendo de sus obras (Rm 4 , 6)
Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;

10.7 Page 97

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vísperas - 97
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito.
Mientras callé se consumían mis huesos,
rugiendo todo el día,
porque día y noche tu mano
pesaba sobre mí;
mi savia se me había vuelto un fruto seco.
Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tu perdonaste mi culpa y mi pecado.
Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará.
Tú eres mi refugio, me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación.
- Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir,
fij aré en ti mis ojos.
No seáis irracionales como caballos y mulos,
cuyo brío hay que domar con freno y brida;
si no , no puedes acercarte.
Los malvados sufren muchas penas;
al que confía en el Señor,
la misericordia lo rodea.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor;
aclamadlo, los de corazón sincero.
Fuera del tiempo pascual: Ant. Dichoso el hombre a
quien el Señor no le apunta el delito.
Tiempo pascual: Ant. Fuimos reconciliados con Dios
por la muerte de su Hijo. Aleluya.

10.8 Page 98

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98 • jueves I
Antífona 3
Fuera del tiempo pascual: El Señor le dio el poder, el
honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.
Tiempo pascual: ¿Quién como tú, Señor, entre los dio-
ses? ¿Quién como tú, terrible entre los santos? Aleluya.
Cántico Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a
El juicio de Dios
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.
Se encolerizaron las gentes,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos, los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios d{a y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero,
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.

10.9 Page 99

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vísperas - 99
Fuera del tiempo pascual: Ant. El Señor le dio el po-
der, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.
Tiempo pascual: Ant. ¿Quién como tú, Señor, entre
los dioses? ¿Quién como tú, terrible entre los santos?
Aleluya.
l.a lectura breve, el responsorio, la antífona para el Magnífi-
cat, las preces y la oración son los que exige la diversidad del Ofi-
cio que se celebra.
la conclusión de la Hora, como en el Ordinario: pág. 18.

10.10 Page 100

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VIERNES
DE LA PRIMERA SEMANA
Invitatorio
'f. Señor, ábreme los labios.
El salmo invitatorio, pág. 13, con la antífona correspondiente
al Oficio.
Oficio de lectura
y. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Co-
mo era. Aleluya.
Esta invocación inicial se omite cuando el Oficio de lectura em-
pieza con el Invitatorio.
HIMNO, el correspondiente al Oficio.
SALMODlA
Ant. l. Levántate, Señor, y ven en mi auxilio. (T.P.
Aleluya. )
Salmo 34, 1-2. 3c. 9-19. 23-23. 27-28
Súplica contra los perseguidores injustos
Se reunieron ... y decidieron prender
a Jesús a traición y darle muerte (Mt 26, 3. 4)
Pelea, Señor, contra los que me atacan,
guerrea contra los que me hacen guerra;

11 Pages 101-110

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11.1 Page 101

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oficio de lectura - 101
empuña el escudo y la adarga,
levántate y ven en mi auxilio;
di a mi alma:
«Yo soy tu victoria. »
Y yo me alegraré con el Señor,
gozando de su victoria;
todo mi ser proclamará:
«Señor, ¿quién como
que defiendes al débil del poderoso,
al pobre y humilde del explotador?»
Se presentaban testigos violentos:
me acusaban de cosas que ni sabía,
me pagaban mal por bien,
dejándome desamparado.
Ant. Levántate, Señor, y ven en mi auxilio. (T.P.
Aleluya. )
Ant. 2. Juzga, Señor, y defiende mi causa, que eres
poderoso. (T.P. Aleluya. )
JI
Yo, en cambio, cuando estaban enfermos,
me vestía de saco,
me mortificaba con ayunos
y desde dentro repetía mi oración.
Como por un amigo o por un herm ano,
andaba triste;
cabizbajo y sombrío,
como quien llora a su madre.
Pero, cuando yo tropecé, se alegraron,
se juntaron contra
y me golpearon por sorpresa;
me laceraban sin cesar.

11.2 Page 102

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102 - viernes I
Cruelmente se burlaban de mí,
rechinando los dientes de odio.
Ant. Juzga, Señor, y defiende mi causa, tú que eres
poderoso . (T.P. Aleluya. )
Ant. 3. Mi lengua anunciará tu justicia, todos los días
te alabará, Señor. (T.P. Aleluya. )
III
Señor, ¿cuándo vas a mirarlo?
Defiende mi vida de los que rugen,
mi único bien, de los leones,
y te daré gracias en la gran asamblea,
te alabaré entre la multitud del pueblo.
Que no canten victoria mis enemigos traidores,
que no hagan guiños a mi costa
los que me odian sin razón.
Señor, tú lo has visto, no te calles,
Señor, no te quedes a distancia;
despierta, levántate, Dios mío,
Señor mío, defiende mi causa.
Que canten y se alegren
los que desean mi victoria,
que repitan siempre: «Grande es el Señor»
los que desean la paz a tu siervo.
Mi lengua anunciará tu justicia,
todos los días te alabará.
Ant. Mi lengua anunciará tu justicia, todos los días
te alabará, Señor. (T.P. Aleluya. )
El versículo, las lecturas y la oración son los correspondientes
al Ofic10 que se celebra.

11.3 Page 103

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laudes - 103
Oración de la mañana
Laudes
y. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Co-
mo era. Aleluya.
Esta invocación inicial se omite cuando las Laudes empiezan
con el Tnvitatorio.
HIMNO, el correspondiente al Oficio.
SALMODIA
Antífona l
Fuera del tiempo pascual: Aceptarás los sacrificios,
ofrendas y holocaustos, sobre tu altar, Señor.
Tiempo pascual: Acuérdate de mí, Señor, cuando lle-
gues a tu reino. Aleluya.
Salmo 50
M 1serzcordia, Dios mío
Renovaos en la mente y en el espíritu
y vestíos de la nueva condición humana (Ef 4 , 23-24)
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.

11.4 Page 104

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104 - viernes I
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro ,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Fuera del tiempo pascual: Ant. Aceptarás los sacrifi-
cios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar, Señor.
Tiempo pascual: Ant. Acuérdate de mí, Señor, cuan-
do llegues a tu reino. Aleluya.

11.5 Page 105

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laudes - 105
Antífona 2
Fuera del tiempo pascual: Con el Señor triunfará y se
gloriará la estirpe de Israel.
Tiempo pascual: Es verdad: tú eres un Dios escondi-
do, el Dios de Israel, el Salvador. Aleluya . t
Cántico
Is 45, 15-26
Que los pueblos todos se conviertan al Setior
Al nombre de Jesús toda rodilla se doble (Flp 2 , 10)
Es verdad: eres un Dios escondido,
el Dios de Israel, el Salvador.
t Se avergüenzan y se sonrojan todos por igual,
se van avergonzados los fabricantes de ídolos;
mientras el Señor salva a Israel
con una salvación perpetua,
para que no se avergüencen
ni se sonrojen nunca jamás.
Así dice el Señor, creador del cielo
-él es Dios-,
él modeló la tierra,
la fabricó y la afianzó;
no la creó vacía,
sino que la formó habitable:
«Yo soy el Señor, y no hay otro
No te hablé a escondidas,
en un país tenebroso,
no dije a la estirpe de Jacob:
«Buscadme en el vacío. »
Yo soy el Señor que pronuncia sentencia
y decl ara lo que es justo.
Reuníos, venid, acercaos juntos,
supervivientes de las naciones.
No discurren los que llevan su ídolo de madera
y rezan a un dios que no puede salvar.

11.6 Page 106

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106 - viernes I
Declarad, aducid pruebas,
que deliberen juntos:
¿Quién anunció esto desde antiguo,
quién lo predijo desde entonces?
¿No fui yo, el Señor?
-No hay otro D ios fuera de mí-.
Yo soy un Dios justo y salvador,
y no hay ninguno más.
Volveos hacia mí para salvaros,
confines de la tierra,
pues yo soy Dios, y no hay otro.
Yo juro por mi nombre,
de mi boca sale una sentencia,
una palabra irrevocable:
«Ante mí se doblará toda rodilla,
por jurará toda lengua»;
dirán: «Sólo el Señor
tiene la justicia y el poder. »
A él vendrán avergonzados
los que se enardecían contra él;
con el Señor triunfará y se gloriará
la estirpe de Israel.
Fuera del tiempo pascual: Ant. Con el Señor triunfará
y se gloriará la estirpe de Israel.
Tiempo pascual: Ant. Es verdad: eres un Dios es-
condido, el Dios de Israel, el Salvador. Aleluya.
Antífona 3
Fuera del tiempo pascual: Entrad con vítores en la pre-
sencia del Señor.
Tiempo pascual: Servid al Señor con alegría. Aleluya.

11.7 Page 107

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hora intermedia - 107
Salmo 99
Alegría de los que entran en el templo
El Señor manda que los redimidos enronen
un himno de victoria (S. Atanasio)
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
«El Señor es bueno,
su misericordia es etern a,
su fidelidad por todas las edades. »
Fuera del tiempo pascual: Ant. Entrad con vítores en
la presencia del Señor.
Tiempo pascual: Ant. Servid al Señor con alegría.
Aleluya.
La lectura breve, el responsorio, la antífona para el Benedic-
tu~, las preces y la oración son los que exige la diversidad del Ofi-
cio que se celebra.
La conclus1ón de la Hora, como en el Ordinario: pág. 18.
Hora intermedia
Tercia, Sexta, Nona
'lf. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Co-
mo era. Aleluya.

11.8 Page 108

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108 - viernes I
HlMNO
Ando por mi camino, pasajero,
y a veces creo que voy sin compañía,
hasta que siento el paso que me guía,
al compás de mi andar, de otro viajero.
No lo veo, pero está . Si voy ligero,
él apresura el paso; se diría
que quiere ir a mi lado todo el día,
invisible y seguro el compañero .
Al llegar a terreno solitario,
él me presta valor para que siga,
y, si descanso, junto a reposa.
Y, cuando hay que subir monte (Calvario
lo llama él ), siento en su mano amiga,
que me ayuda , una llaga dolorosa.
Gloria al Padre, y al H ijo, y al Espíritu,
por los siglos de los siglos. Amén.
SALMODIA
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Tiempo ordinario: Ant. 1. Correré por el camino de
tus mandatos cuando me ensanches el corazón.
Salmo 118, 25-32
IV (Daleth)
alma está pegada al polvo:
reanímame con tus palabras;
te expliqué mi camino, y me escuchaste:
enséña me tus leyes;
instrúyeme en el camino de tus decretos,
y meditaré tus maravillas.
Mi alma llora de tristeza,
consuélame con tus promesas;

11.9 Page 109

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hora intermedia - 109
apártame del camino falso,
y dame la gracia de tu voluntad;
escogí el camino verdadero,
deseé tus mandamientos.
Me apegué a tus preceptos,
Señor, no me defraudes;
correré por el camino de tus mandatos
cuando me ensanches el corazón.
Ant. Correré por el camino de tus mandatos cuando
me ensanches el corazón.
Ant. 2. Confiando en el Señor, no me he desviado.
Salmo 25
Oraci6n confiada del inocente
Dios nos eligió en la persona de Cristo
para que fuésemos santos e irreprochables
ante él por el amor (Ef 1, 4 )
Hazme justicia, Señor, que camino en la inocencia;
confiando en el Señor no me he desviado.
Escrútame, Señor, ponme a prueba,
sondea mis entrañas y mi corazón,
porque tengo ante los ojos tu bondad,
y camino en tu verdad.
No me siento con gente falsa,
no me junto con mentirosos;
detesto las bandas de malhechores,
no tomo asiento coh los impíos.
Lavo en la inocencia mis manos,
y rodeo tu altar, Señor,
proclamando tu alabanza,
enumerando tus maravillas.
Señor, yo amo la belleza de tu casa,
el lugar donde reside tu gloria.

11.10 Page 110

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11O - viernes J
No arrebates mi alma con los pecadores,
ni mi vida con los sanguinarios,
que en su izquierda llevan infamias,
y su derecha está llena de sobornos.
Yo, en cambio, camino en la integridad;
sálvame, ten misericordia de mí.
Mi pie se mantiene en el camino llano;
en la asamblea bendeciré al Señor.
Ant. Confiando en el Señor, no me he desviado.
Ant. 3. En el Señor confía mi corazón, él me socorrió.
Salmo 27, 1-3. 6-9
Súplica y acción de gracias
Padre, te doy gracias
porque me has escuchado (Jn 11, 41 )
A ti, Señor, te invoco;
Roca mía, no seas sordo a mi voz;
que, si no me escuchas, seré igual
que los que bajan a la fosa .
Escucha mi voz suplicante
cuando te pido auxilio,
cuando alzo las manos
hacia tu santuario.
No me arrebates con los malvados
ni con los malhechores,
que hablan de paz con el prójimo,
pero llevan la maldad en el corazón.
Bendito el Señor, que escuchó
mi voz suplicante;
el Señor es mi fuerza y mi escudo:
en él confía mi corazón;
me socorrió, y mi corazón se alegra
y le canta agradecido.

12 Pages 111-120

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12.1 Page 111

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hora intermedia - 111
El Señor es fuerza para su pueblo,
apoyo y salvación para su Ungido.
Salva a tu pueblo y bendice tu heredad,
sé su pastor y llévalos siempre.
Tiempo ordinario: Anc. En el Señor confía mi cora-
zón, él me socorrió.
fiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Para las otras Horas, la salmodia complementaria, pág. 149 ss.
Tercia
LECTURA BREVE
Flp 2, 2b-4
Manteneos unánimes y concordes, con un mismo amor
y un mismo sentir. No obréis por rivalidad ni por osten-
tación; dejaos guiar por la humildad y considerad siem-
pre superiores a los demás. No os encerréis en vuestros
intereses, sino buscad todos el interés de los demás.
~. Las sendas del Señor son misericordia y lealtad.
(T.P. Aleluya. )
}l. Para los que guardan su alianza y sus mandatos.
(T.P. Aleluya. )
Oración
Señor Jesucristo, que a la hora de tercia fuiste llevado
al suplicio de la cruz por la salvación del mundo, ayúda-
nos a llorar los pecados de la vida pasada y a evitar las
faltas en lo porvenir. Tú que vives y reinas por los siglos
de los siglos.
Sexta
LECTURA BREVE
2Co 13, 4
Es verdad que Cristo fue crucificado por su debilidad,
pero vive ahora por la fuerza de Dios. Nosotros compar-

12.2 Page 112

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112 - viernes I
timos su debilidad, pero por la fuerza de Dios comparti-
remos su vida para vuestro bien.
y. Mi alma está pegada al polvo. (T.P. Aleluya. )
Jl. Reanímame, Señor, con tus palabras. (T.P. Ale-
luya. )
Oración
Señor Jesucristo, que a la hora de sexta subiste a la
cruz por nuestra salvación, mientras las tinieblas envol-
vían al mundo, concédenos que tu luz nos ilumine siem-
pre, para que, guiados por ella, podamos alcanzar la vida
eterna . que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Nona
LECTURA BREVE
Col 3, 12-13
Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de
la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura,
comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos,
cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha
perdonado: haced vosotros lo mismo.
y. El Señor es compasivo y misericordioso. (T.P.
Aleluya . )
]l. Lento a la ira y rico en clemencia. (T.P. Aleluya. )
Oración
Señor Jesucristo, que, colgado en la cruz, diste al la-
drón arrepentido el reino eterno, míranos a nosotros, que,
como él, confesamos nuestras culpas, y concédenos po-
der entrar también, como él, después de la muerte, en el
paraíso. que vives y reinas por los siglos de los siglos.
La conclusión de la Hora, como en el Ordinario: pág. 18.

12.3 Page 113

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vísperas - 113
Oración del atardecer
Vísperas
y. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Co-
mo era. Aleluya.
HtMNO, el correspondiente al Oficio.
SALMODIA
Antífona 1
Fuera del tiempo pascual: Sáname, Señor, porque he
pecado contra ti.
Tiempo pascual: Cristo se hizo pobre por nosotros pa-
ra enriquecernos. Aleluya.
Salmo 40
Oración de un enfermo
Uno de vosotros me va a entregar:
un o que está comiendo conmigo (Me 14, 18)
Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;
en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
El Señor lo guarda y lo conserva en vida,
para que sea dichoso en la tierra,
y no lo entrega a la saña de sus enemigos.
El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor ,
calmará los dolores de su enfermedad.
Yo dije: «Señor, ten misericordia,
sáname, porque he pecado contra ti.»
Mis enemigos ·me desean lo peor:
«A ver si se muere, y se acaba su apellido.»
El que viene a verme habla con fingimiento,
disimula su mala intención,
y, cuando sale afuera, la dice.

12.4 Page 114

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114 - viernes J
Mis adversarios se reúnen a murmurar contra mí,
hacen cálculos siniestros:
«Padece un mal sin remedio,
se acostó para no levantarse.»
Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba,
que compartía mi pan,
es el primero en traicionarme.
Pero tú, Señor, apiádate de mí,
haz que pueda levantarme,
para que yo les dé su merecido.
En esto conozco que me amas:
en que mi enemigo no triunfa de mí.
A mí, en cambio, me conservas la salud ,
me mantienes siempre en tu presencia.
Bendito el Señor, Dios de Israel,
ahora y por siempre. Amén, amén.
Fuera del tiempo pascual: Ant. Sáname, Señor, por-
que he pecado contra ti.
Tiempo pascual: Ant. Cristo se hizo pobre por noso-
tros para enriquecernos. Aleluya.
Antífona 2
Fuera del tiempo pascual: El Señor de los ejércitos es-
tá con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Tiempo pascual: El correr de las acequias alegra la ciu-
dad de Dios. Aleluya.
Salmo 45
Dios, refugio y fortaleza de su pueblo
Le pondrá por nombre Emanuel,
que significa «Dios-con-nosotros» (Mt 1, 23)
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.

12.5 Page 115

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vísperas - 115
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra,
y los montes se desplomen en el mar.
Que hiervan y bramen sus olas,
que sacudan a los montes con su furia:
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.
Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan;
pero él lanza su trueno, y se tambalea la tierra.
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra:
Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,
rompe los arcos, quiebra las lanzas,
prende fuego a los escudos.
«Rendíos, reconoced que yo soy Dios:
más alto que los pueblos, más alto que la tierra. »
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
fuera del tiempo pascual: Ant. El Señor de los ejérci-
tos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Tiempo pascual: Ant. El correr de las acequias alegra
la ciudad de Dios. Aleluya.
Antífona 3
Fuera del tiempo pascual: Vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento, Señor.
Tiempo pascual: Cantaré al Señor, sublime es su vic-
toria. Aleluya.

12.6 Page 116

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116 - viernes I
Cántico
Ap 15, 3-4
Himno de adoración
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque rus juicios se hicieron manifiestos.
Fuera del tiempo pascual: Ant. Vendrán todas las na-
ciones y se postrarán en tu acatamiento, Señor.
Tiempo pascual: Ant. Cantaré al Señor, sublime es su
victoria. Aleluya.
La lectura breve, el responsono, la antífona para el Magnífi-
cat, las preces y la oración son los que exige la diversidad del Ofi-
cio que se celebra.
La conclusión de la Hora, como en el Ordinario: pág. 18.

12.7 Page 117

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SÁBADO
DE LA PRIMERA SEMANA
lnvitatorio
y. Señor, ábreme los labios.
El salmo mvitatorio, pág. 13, con la antífona correspondiente
al Oficio.
Oficio de lectura
y . Dios mío, ven en mi auxi lio. Gloria al Padre. Co-
mo era. Aleluya.
Esta invocación inicial se omite cuando el Oficio de lectura em-
pieza con el lnvitatorio.
Hr,rno, el correspondiente al Oficio.
SALMODIA
Ant. 1. El que se haga pequeño como un niño, ése es
el más grande en el reino de los cielos. (T.P. Aleluya. )
Salmo 130
Abandono confiado en los brazos de Dios
Aprended de mí, que soy manso
y humilde de corazón (Mt 11 , 29 )
Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.

12.8 Page 118

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118 - sábado I
Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre.
Ant. El que se haga pequeño como un niño, ése es el
más grande en el reino de los cielos. (T.P. Aleluya. )
Ant. 2. Dios mío, con sincero corazón te lo ofrezco
todo. (T.P. Aleluya. )
Salmo 131
Promesas a la casa de David
El Señor Dios le dará
el trono de David , su padre (Le 1, 32)
Señor, tenle en cuenta a David
todos sus afanes:
cómo juró al Señor
e hizo voto al fuerte de Jacob:
«No entraré bajo el techo de mi casa,
no subiré al lecho de mi descanso,
no daré sueño a mis ojos,
ni reposo a mis párpados,
hasta que encuentre un lugar para el Señor,
una morada para el Fuerte de Jacob. »
Oímos que estaba en Efrata,
la encontramos en el Soto de Jaar:
entremos en su morada,
postrémonos ante el estrado de sus pies.
Levántate, Señor, ven a tu mansión,
ven con el arca de tu poder:
que tus sacerdotes se vistan de gala,
que tus fieles vitoreen.
Por amor a tu siervo David,
no niegues audiencia a tu Ungido.

12.9 Page 119

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oficio de lectura - 119
Ant. Dios mío, con sincero corazón te lo ofrezco to-
do. (T.P. Aleluya. )
Ant. 3. El Señor juró a David una promesa: su reino
permanecerá eternamente. (T.P. Aleluya. )
II
El Señor ha jurado a David
una promesa que no retractará:
«A uno de tu lin aje
pondré sobre tu trono.
Si tus hijos guardan mi alianza
y los mandatos que les enseño,
también sus hijos, por siempre,
se sentarán sobre tu trono. »
Porque el Señor ha elegido a Sión,
ha deseado vivir en ella:
«Ésta es mi mansión por siempre,
aquí viviré, porque la deseo.
Bendeciré sus provisiones,
a sus pobres los saciaré de pan,
vestiré a sus sacerdotes de gala,
y sus fieles aclamarán con vítores.
Haré germinar el vigor de David,
enciendo una lámpara para mi Ungido.
A sus enemigos los vestiré de ignominia,
sobre él brillará mi diadema. »
Ant. El Señor juró a David una promesa: su reino per-
manecerá eternamente. (T.P. Aleluya. )
El versículo, las lecturas y la oración son los correspondientes
al Oficio que se celebra.

12.10 Page 120

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120 - sábado I
Oración de la mañana
Laudes
y. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Co-
mo era. Aleluya .
Esta invocación inicial se omite cuando las Laudes empiezan
con el lnvitatorio.
HIMNO, el correspondiente al Oficio.
SALMODIA
Antífona 1
Fuera del tiempo pascual: Me adelanto a la aurora pi-
diendo auxilio.
Tiempo pascual: Por tu misericordia dame vida. Ale-
luya.
Salmo 118, 145-152
XIX (Coph)
Te invoco de todo corazón:
respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;
a ti grito: sálvame,
y cumpliré tus decretos;
me adelanto a la aurora pidiendo aux ilio,
esperando tus palabras.
Mis ojos se adelantan a las vigilias,
meditando tu promesa;
escucha mi voz por tu misericordia,
con tus mandamientos dame vida;
ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu voluntad.
Tú, Señor, estás cerca,
y todos tus mandatos son estables;
hace tiempo comprendí que tus preceptos
los fundaste para siempre.

13 Pages 121-130

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13.1 Page 121

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laudes - 121
Fuera del tiempo pascual: Ant. Me adelanto a la aurora
pidiendo auxilio.
Tiempo pascual: Ant. Por tu misericordia dame vida.
Aleluya.
Antífona 2
Fuera del tiempo pascual: Mi fuerza y mi poder es el
Señor, él fue mi salvación.
Tiempo pascual: Los que habían vencido cantaban el
cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cor-
dero. Aleluya .
Cántico Ex 15, 1-4. 8-13. 17-18
Himno a Dios, después de la victoria del mar Rojo
Los que habían vencido a la fiera cantaban
el cántico de Moisés, el siervo de Dios (Ap 15, 2-3)
Cantaré al Señor, sublime es su victoria,
caballos y carros ha arrojado en el mar.
Mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Él es mi Dios: yo lo alabaré;
el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré.
El Señor es un guerrero,
su nombre es «El Señor».
Los carros del Faraón los lanzó al mar,
ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes.
Al soplo de tu nariz, se amontonaron las aguas,
las corrientes se alzaron como un dique ,
las olas se cuajaron en el mar.
Decía el enemigo: «Los perseguiré y alcanzaré,
repartiré el botín, se saciará mi codicia,
empuñaré la espada, los agarrará mi mano.»

13.2 Page 122

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122 - sábado I
Pero sopló tu aliento, y los cubrió el mar,
se hundieron como plomo en las aguas formidables.
¿Quién como tú, Señor, entre los dioses?
¿Quién como tú, terrible entre los santos,
temible por tus proezas, autor de maravillas?
Extendiste tu diestra: se los tragó la tierra;
guiaste con misericordia a tu pueblo rescatado,
los llevaste con tu poder hasta tu santa morada.
Lo introduces y lo plantas en el monte de tu heredad,
lugar del que hiciste tu trono, Señor;
santuario, Señor, que fundaron tus manos.
El Señor reina por siempre jamás.
Fuera del tiempo pascual: Ant. Mi fuerza y mi poder
es el Señor, él fue mi salvación.
Tiempo pascual: Ant. Los que habían vencido canta-
ban el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico
del Cordero. Aleluya.
Antífona 3
Fuera del tiempo pascual: Alabad al Señor, todas las
naciones. t
Tiempo pascual: Firme es tu misericordia con noso-
tros. Aleluya.
Salmo 116
Invitación universal a la alabanza divina
Los gentiles alaban a Dios
por su misericordia (cf. Rm 15, 9)
Alabad al Señor, todas las naciones,
t aclamadlo, todos los pueblos.
Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.

13.3 Page 123

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hora intermedia - 123
Fuera del tiempo pascual: Ant. Alabad al Señor, to-
das las naciones.
Tiempo pascual: Ant. Firme es su misericordia con no-
sotros. Aleluya.
La lectura breve, el responsono, la antífona para el Benedic-
rus, las preces y la oración son los que exige la diversidad del Ofi-
cio que se celebra.
La conclusión de la Hora, como en el Ordinario: pág. 18.
Hora intermedia
Tercia, Sexta, Nona
y. Dios mío, ven en mi auxilio. Gloria al Padre. Co-
mo era. Aleluya.
HIMNO
Otra vez -te conozco- me has llamado.
Y no es la hora, no; pero me avisas.
De nuevo traen tus celestiales brisas
claros mensajes al acantilado
del corazón, que, sordo a tu cuidado,
fortalezas de tierra eleva, en prisas
de la sangre se mueve, en indecisas
torres, arenas, se recrea, alzado.
Y tú llamas y llamas, y me hieres,
y te pregunto aún, Señor, qué quieres,
qué alto vienes a dar a mi jornada.
Perdóname, si no te tengo dentro,
si no sé amar nuestro mortal encuentro,
si no estoy preparado a tu llegada.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu,
por los siglos de los siglos. Amén.

13.4 Page 124

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124 - sábado I
SALMODIA
Tiempo pascual : Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Tiempo ordinario: Ant. l. Guíame, Señor, por la sen-
da de tus mandatos.
Salmo 118, 33-40
V (He)
Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes,
y lo seguiré puntualmente;
enséñame a cumplir tu voluntad
y a guardarla de todo corazón;
guíame por la senda de tus mandatos,
porque ella es mi gozo.
Inclina mi corazón a tus preceptos,
y no al interés;
aparta mis ojos de las vanidades,
dame vida con tu palabra;
cumple a tu siervo la promesa
que hiciste a tus fieles.
Aparta de la afrenta que temo,
porque tus mandamientos son amables;
mira cómo ansío tus decretos:
dame vida con tu justicia.
Ant. Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos.
Ant. 2. Los que buscan al Señor no carecen de nada.
Salmo 33
El Señor, salvación de los justos
Habéis saboreado lo bueno
que es el Señor {lP 2, 3)
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;

13.5 Page 125

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hora intermedia - 125
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias.
El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él.
Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada .
Ant. Los que buscan al Señor no carecen de nada.
Ant. 3. Busca la paz y corre tras ella.
II
Venid, hijos, escuchadme:
os instruiré en el temor del Señor;
¿hay alguien que ame la vida
y desee días de prosperidad?
Guarda tu lengua del mal,
tus labios de la falsedad;
apártate del mal, obra el bien,
busca la paz y corre tras ella.
Los ojos del Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.

13.6 Page 126

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126 - sábado I
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor;
él cuida de todos sus huesos,
y ni uno solo se quebrará.
La maldad da muerte al malvado,
y los que odian al justo serán castigados.
El Señor redime a sus siervos, .
no será castigado quien se acoge a él.
Tiempo ordinario: Ant. Busca la paz y corre tras ella.
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Para las otras Horas, la salmodia complementaria, pág. i 49 ss.
Tercia
LECTURA BREVE
lR 8, 60-61
Sabrán todas las naciones del mundo que el Señor es
el Dios verdadero, y no hay otro; y vuestro corazón será
totalmente del Señor, nuestro Dios, siguiendo sus precep-
tos y guardando sus mandamientos.
f. Señor, enséñame tus caminos. (T.P. Aleluya.)
}l. Haz que camine con lealtad. (T.P. Aleluya.)
Oración
Señor Dios, Padre todopoderoso, infúndenos la luz del
Espíritu Santo, para que, libres de toda adversidad, po-
damos alegrarnos siempre en tu alabanza. Por Jesucristo,
nuestro Señor.

13.7 Page 127

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hora intermedia - 127
Sexta
LECTURA BREVE
Jr 17, 9-10
Nada más falso y enfermo que el corazón: ¿quién lo
entenderá? Yo, el Señor, penetro el corazón, sondeo las
entrañas, para dar al hombre según su conducta, según
el fruto de sus acciones.
'f. Absuélveme, Señor, de lo que se me oculta. (T.P.
Aleluya. )
:& . Preserva a tu siervo de la arrogancia . (T.P. Ale-
luya. )
Oración
Señor, fuego ardiente de amor eterno, haz que, infla-
mados en tu amor, re amemos a ri sobre todas las cosas
y a nuestro prójimo por amor tuyo. Por Jesucristo, nues-
tro Señor.
Nona
LECTURA BREVE
Sb 7, 27a; 8, 1
La sabiduría de Dios, siendo una, todo lo puede; sin
cambiar en nada, renueva el universo. Alcanza con vigor
de extremo a extremo y gobierna el universo con acierto.
'f. ¡Qué magníficas son tus obras, Señor! (T.P. Ale-
luya. )
Jl. ¡Qué profundos tus designios! (T.P. Aleluya. )
Oración
Escucha, Señor, nuestra oración y danos la abundan-
cia de tu paz, para que, por intercesión de santa María,
la Virgen, después de haberte servido durante toda nues-
tra vida, podamos presentarnos ante ti sin temor alguno.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
La conclusión de la Hora, como en el Ordinario: pág. 18.

13.8 Page 128

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13.9 Page 129

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ORACIÓN
PARA ANTES DEL DESCANSO NOCTURNO
COMPLETAS
DESPUÉS DE LAS PRIMERAS VÍSPERAS
DEL DOMINGO Y DE LAS SOLEMNIDADES
Todo como en el Ordinario, pág. 21, excepto lo siguiente:
HIMNO
El sueño, hermano de la muerte,
a su descanso nos convida;
guárdanos tú, Señor, de suerte
que despertemos a la vida.
Tu amor nos guía y nos reprende
y por nosotros se desvela,
del enemigo nos defiende
y, mientras dormimos, nos vela .
Te ofrecemos, humildemente,
dolor, trabajo y alegría;
nuestra plegaria balbuciente:
«Gracias, Señor, por este día. »
Recibe, Padre, la alabanza
del corazón que en ti conHa
y alimenta nuestra esperanza
de amanecer a tu gran Día.
Gloria a Dios Padre, que nos hizo,
gloria a Dios Hijo Salvador,
gloria al Espíritu divino:
tres personas y un solo Dios. Amén.

13.10 Page 130

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130 - completas
SALMODIA
Fuera del tiempo pascual: Ant. 1. Ten piedad de mí,
Señor, y escucha mi oración.
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Salmo 4
Acción de gracias
El Señor hizo maravillas al resucitar
a Jesucristo de entre los muertos (S. Agustín)
Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración.
Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor,
amaréis la falsedad y buscaréis el engaño?
Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor,
y el Señor me escuchará cuando lo invoque.
Temblad y no pequéis,
reflexionad en el silencio de vuestro lecho;
ofreced sacrificios legítimos
y confiad en el Señor.
Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha,
si la luz de tu rostro ha huido de nosotros? »
Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría
que si abundara en trigo y en vino.
En paz me acuesto y en seguida me duermo,
porque tú solo, Señor, me haces vivir tranquilo.
Fuera del tiempo pascual: Ant. Ten piedad de mí,
Señor, y escucha mi oración.
Ant. 2. Durante la noche, bendecid al Señor.

14 Pages 131-140

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14.1 Page 131

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domingo: después de primeras vísperas - 131
Salmo 133
Oración vespertina en el templo
Alabad al Señor, sus siervos todos,
los que le teméis, pequeños y grandes (Ap 19, 5)
Y ahora bendecid al Señor,
los siervos del Señor,
los que pasáis la noche
en la casa del Señor.
Levantad las manos hacia el santuario
y bendecid al Señor.
El Señor te bendiga desde Sión,
el qu e hizo cielo y tierra.
Fuera del tiempo pascual: Ant. Durante la noche, ben-
decid al Señor.
riempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE
Dt 6, 4-7
Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente
uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con
toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy
te digo quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hi-
jos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de cami-
no, acostado y levantado.
Oración
En los domingos y durante la Octava de Pascua:
Guárdanos, Señor, durante esta noche y haz que maña-
na, ya al clarear el nuevo día, la celebración del domingo
nos llene con la alegría de la resurrección de tu Hijo. Que
vive y reina por los siglos de los siglos.

14.2 Page 132

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132 - completas
Después de las I Vísperas de las solemnidades que no coinciden
en domingo:
Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias
del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos
guarden en paz, y que tu bendición permanezca siempre
con nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La conclusión de la Hora y la anttfona final a la Santísima Vir-
gen María, como en el Ordinario: pág. 22 s.
DESPUÉS DE LAS SEGUNDAS VÍSPERAS
DEL DOMINGO Y DE LAS SOLEMNIDADES
Todo como en el Ordinario, pág. 21, excepto lo siguiente:
HIMNO
Gracias, porque al fin del día
podemos agradecerte
los méritos de tu muerte,
y el pan de la eucaristía,
la plenitud de alegría
de haber vivido tu alianza,
la fe , el amor, la esperanza
y esta bondad de tu empeño
de convertir nuestro sueño
en una humilde alabanza.
Gloria al Padre, gloria al H ijo,
gloria al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.
SALMODIA
Fuera del tiempo pascual: Ant. Al amparo del Altísi-
mo no temo el espanto nocturno.
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.

14.3 Page 133

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domingo: después de segundas vísperas - 133
Salmo 90
A la sombra del Omnipotente
Os he dado potestad para pisotear
serpientes y escorpiones (Le 1O, 19)
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío,
Dios mío, confío en ti.»
Él te librará de la red del cazador,
de la peste funesta.
Te cubrirá con sus plumas,
bajo sus alas te refugiarás:
su brazo es escudo y armadura.
No temerás el espanto nocturno,
ni la flecha que vuela de día;
ni la peste que se desliza en las tinieblas,
ni la epidemia que devasta a mediodía.
Caerán a tu izquierda mil,
diez mil a tu derecha;
a ti no te alcanzará.
Nada más mirar con tus ojos,
verás la paga de los malvados,
porque hiciste del Señor tu refugio,
tomaste al Altísimo por defensa.
No se te acercará la desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos;
te llevarán en sus palmas,
para que tu pie no tropiece en la piedra;
caminarás sobre áspides y víboras,
pisotearás leones y dragones.

14.4 Page 134

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134 - completas
«Se puso junto a mí: lo libraré;
lo protegeré porque conoce mi nombre,
me invocará y lo escucharé.
Con él estaré en la tribulación,
lo defenderé, lo glorificaré,
lo saciaré de largos días
y le haré ver mi salvación. »
Fuera del tiempo pascual: Ant. Al amparo del Altísi-
mo no temo el espanto nocturno.
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE
Ap 22, 4-5
Verán al Señor cara a cara y llevarán su nombre en
la frente. Ya no habrá más noche, ni necesitarán luz de
lámpara o del sol, porque el Señor Dios irradiará luz so-
bre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.
Oración
1:.n los domingos y durante la Octava de Pascua:
Humildemente te pedimos, Señor, que después de ha-
ber celebrado en este día los misterios de la resurrección
de tu Hijo, sin temor alguno descansemos en tu paz, y
mañana nos levantemos alegres para cantar nuevamente
tus alabanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Después de las ll Vísperas de las solemnidades que no comc1-
dcn en dommgo:
Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias
del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos

14.5 Page 135

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lunes - 135
guarden en paz, y que tu bendición permanezca siempre
con nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La conclusión de la Hora y la antífona final a la Santísima Vir-
gen María, corno en el Ordinano: pág. 22 s.
LUNES
Todo como en el Ordinario, pág. 21, excepro lo siguiente:
HIMNO
De Ja vida en la arena
me llevas de Ja mano
al puerto más cercano,
al agua más serena.
El corazón se llena,
Señor, de tu ternura;
y es la noche más pura
y la ruta más bella
porque tú estás en ella,
sea clara u oscura.
La noche misteriosa
acerca a lo escondid o;
el sueño es el olvido
donde la paz se posa.
Y esa paz es la rosa
de los vientos. Velero,
inquieto marinero,
ya mi timón preparo
-tú el mar y el cielo claro-
hacia el alba que espero.
Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo. Amén.

14.6 Page 136

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136 - completas
SALMODIA
Fuera del tiempo pascual: Ant. Tú, Señor, eres clemen-
te y rico en misericordia.
Tiempo pascual: Ant. Alelu ya, aleluya, aleluya.
Salmo 85
Oración de un pobre ante las adversidades
Bendito sea Dios, que nos alienta
en nuestras luchas (2Co 1, 3. 4)
Indina tu oído, Señor, escúchame,
que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo;
salva a tu siervo, que co nfía en ti.
T ú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo,
pues levanto mi alma hacia ti;
porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica.
En el día del peligro te llamo,
y me escuchas.
N o tienes igual entre los dioses, Señor ,
ni hay obras como las tuyas.
Todos los pueblos vendrán
a postrarse en tu presencia, Señor;
bendecir án tu nombre:
«Grande eres tú, y haces maravillas;
tú eres el único Dios. »
Enséñame, Señor, tu camino,
para que siga tu verdad;

14.7 Page 137

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lunes· 137
mantén mi corazón entero
en el temor de tu nombre.
Te alabaré de todo corazón, Dios mío;
daré gloria a tu nombre por siempre,
por tu gran piedad para conmigo,
porque me salvaste del abismo profundo.
Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí,
una banda de insolentes atenta contra mi vida ,
sin tenerte en cuenta a ti.
Pero , Señor, Dios clemente y misericordioso,
lento a la cólera, rico en piedad y leal,
mírame, ten compasión de mí.
Da fuerza a tu siervo,
salva al hijo de tu esclava;
dame una señal propicia,
que la vean mis adversari os y se avergüencen,
porque tú, Señor, me ayudas y consuelas.
fuera del tiempo pascual: Ant. Tú, Señor, eres clemen-
te y rico en misericordia.
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE
lTs 5, 9-10
Dios nos ha destinado a obtener la salvación por me·
dio nuestro Señor Jesucristo; él murió por nosotros, para
que, despiertos o dormidos , vivamos con él.
Oración
Concede, Señor, a nuestros cuerpos fatigados el des-
canso necesario, y haz que la simiente del reino, que con
nuestro trabajo hemos sembrado hoy, crezca y germine
para la cosecha de la vida eterna . Por Jesucristo, nuestro
Señor.
La conclusión de la Hora y la antífona final a la Santísima Vir-
gen María, como en el Ordinario: pág. 22 s.

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138 - completas
MARTES
Todo como en el Ordinario, pág. 21, excepto lo siguiente:
HIMNO
Tiembla el frío de los astros,
y el silencio de los montes
duerme sin fin. (Sólo el agua
de mi corazón se oye.)
Su dulce latir, ¡tan dentro!,
calladamente responde
a la soledad inmensa
de algo que late en la noche.
Somos tuyos, tuyos, tuyos;
somos, Señor, ese insomne
temblor del agua nocturna,
más limpia después que corre.
¡Agua en reposo viviente,
que vuelve a ser pura y joven
con una esperanza! (Sólo
en mi alma sonar se oye.)
Gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.
SALMODIA
Fuera del tiempo pascual: Ant. No me escondas tu ros-
tro, ya que confío en ti.
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Salmo 142, 1-11
Lamentación y súplica ante la angustia
El hombre no se justifica por cumplir la ley,
si no por creer en Cristo Jesús (Ga 2, 16)
Señor, escucha mi oración;
tú, que eres fiel, atiende a mi súplica;

14.9 Page 139

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martes - 139
tu, que eres justo, escúchame.
No llames a juicio a tu siervo,
pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.
El enemigo me persigue a muerte,
empuja mi vida al sepulcro,
me confina a las tinieblas
como a los muertos ya olvidados.
Mi aliento desfallece,
mi corazón dentro de mí está yerto.
Recuerdo los tiempos antiguos,
medito todas tus acciones,
considero las obras de tus manos
y extiendo mis brazos hacia ti:
tengo sed de ti como tierra reseca.
Escúchame en seguida, Señor,
que me falta el aliento.
No me escondas tu rostro,
igual que a los que bajan a la fosa.
En la mañana hazme escuchar tu gracia,
ya que confío en ti.
Indícame el camino que he de seguir,
pues levanto mi alma a ti.
Líbrame del enemigo, Señor,
que me refugio en ti.
Enséñame a cumplir tu voluntad,
ya que tt'.1 eres mi Dios.
Tu espíritu, que es bueno,
me guíe por tierra llana.
Por tu nombre, Señor, consérvame vivo;
por tu clemencia, sácame de la angustia.
Fuera del tiempo pascual: Ant. No me escondas tu ros-
tro, ya que confío en ti.
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.

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140 - completas
LECTURA BREVE
lP 5, 8-9
Sed sobrios, estad alerta, que vuestro enemigo, el dia-
blo, como león rugiente, ronda buscando a quien devo-
rar; resistidle firmes en la fe.
Oración
Ilumina, Señor, nuestra noche y concédenos un des-
canso tranquilo; que mañana nos levantemos en tu nom-
bre y podamos contemplar, con salud y gozo, el clarear
del nuevo día. Por Jesucristo, nuestro Señor.
La conclusión de la Hora y la antífona final a la Santísima Vir-
gen María, como en el Ordinano: pág. 22 s.
MIÉRCOLES
Todo como en el Ordinario, pág. 21, excepto lo siguiente:
HIMNO
Tras las cimas más altas,
todas las noches
mi corazón te sueña,
no te conoce.
¿Entre qué manos, dime,
duerme la noche,
la música en la brisa,
mi amor en dónde?
¿La infancia de mis ojos
y el leve roce
de la sangre en mis venas,
Señor, en dónde?
Lo mismo que las nubes,
y más veloces,
¿las horas de mi infancia,
Señor, en dónde?

15 Pages 141-150

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15.1 Page 141

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miércoles - 141
Tras las cimas más altas,
todas las noches
mi corazón te sueña,
no te conoce.
Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo. Amén.
SALMODIA
Fuera del tiempo pascual: Ant. l. tú, Señor, la ro-
ca de mi refugio, un baluarte donde me salve.
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Salmo 30, 2-6
Súplica confiada de un afligido
Padre, a tus manos encomiendo
mi espíritu (Le 23, 46)
A ti, Señor, me acojo:
no quede yo nunca defraudado;
, que eres justo, ponme a salvo,
inclina tu oído hacia mí;
ven aprisa a librarme,
la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame:
sácame de la red que me han tendido,
porque eres mi amparo.
A tus manos encomiendo mi espíritu:
, el Dios leal, me librarás.
Fuera del tiempo pascual: Ant. tú, Señor, la roca
de mi refugio, un baluarte donde me salve.
Ant. 2. Desde lo hondo a ti grito, Señor. t

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142 - completas
Salmo 129
Desde lo hondo a ti grito, Señor
Él salvará a su pueblo
de los pecados (Mt l , 21 )
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
t Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los del itas, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.
Fuera del tiempo pascual: Ant. Desde lo hondo a ti
grito, Señor.
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE
Ef 4, 26-27
No lleguéis a pecar; que la puesta del sol no os sor-
prenda en vuestro enojo. No dejéis resquicio al diablo.
Oración
Señor Jesucristo, que eres manso y humilde de cora-
zón y ofreces a los que vienen a ti un yugo llevadero y una
carga ligera, dígnate, pues, aceptar los deseos y las accio-

15.3 Page 143

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jueves - 143
nes del día que hemos terminado; que podamos descan-
sar durante la noche para que así, renovado nuestro cuer-
po y nuestro espíritu, perseveremos constantes en tu
servicio. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
La conclusión de la Hora y la antífona final a la Santísima Vir-
gen María, como en el Ordinario: pág. 22 s.
JUEVES
Todo como en el Ordmano, pag. 21, excepto lo siguiente:
HIMNO
Como el niño que no sabe dormirse
sin asirse a la mano de su madre,
así mi corazón viene a ponerse
sobre tus manos al caer la tarde.
Como el niño que sabe que alguien vela
su sueño de inocencia y esperanza,
así descansará mi alma segura,
sabiendo que eres quien nos aguarda.
Tú endulzarás mi última amargura,
aliviarás el último cansancio,
cuidarás los sueños de la noche,
borrarás las huellas de mi llanto.
Tú nos darás mañana nuevamente
la antorcha de la luz y la alegría,
y, por las horas que te traigo muertas,
tú me darás una mañana viva. Amén.
SALMODIA
Fuera del tiempo pascual: Ant. Mi carne descansa
serena.
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.

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144 - completas
Salmo 15
El Señor es el lote de mi heredad
Dios resucitó a Jesús rompiendo
las ataduras de la muerte (Hch 2, 24)
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
Los dioses y señores de la tierra
no me satisfacen .
Multiplican las estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios.
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano:
me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
Fuera del tiempo pascual: Ant. Mi carne descansa
serena.
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.

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viernes - 145
LECTURA BREVE
1Ts 5, 23
Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente,
y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodia-
do sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Oración
Señor, Dios nuestro, concédenos un descanso tranquilo
que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el tra-
bajo del día; así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos
siempre con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
La conclusión de la Hora y la antífona final a la Santísima Vir-
gen Maria, como en el Ordinario: pág. 22 s.
VIERNES
Todo como en el Ordinario, pág. 21, excepto lo siguiente:
HIMNO
Ames de cerrar los ojos,
los labios y el corazón,
al final de la jornada,
¡buenas noches!, Padre Dios.
Gracias por todas las gracias
que nos ha dado tu amor;
si muchas son nuestras deudas,
infinito es tu perdón.
Mañana te serviremos,
en tu presencia, mejor.
A la sombra de tus alas,
Padre nuestro, abríganos.
Quédate junto a nosotros
y danos tu bendición.

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146 - completas
Antes de cerrar los ojos,
los labios y el corazón,
al final de la jornada,
¡buenas noches!, Padre Dios.
Gloria al Padre omnipotente,
gloria al Hijo Redentor,
gloria al Espíritu Santo:
tres Personas, sólo un Dios. Amén .
SALMODIA
Fuera del tiempo pascual: Ant. Señor, Dios mío, de
día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia. t
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Salmo 87
Oración de un hombre gravemente enfermo
Ésta es vuestra hora:
la del poder de las tinieblas (Le 22, 53)
Señor, Dios mío, de día te pido auxilio,
de noche grito en tu presencia;
t llegue hasta ti mi súplica,
inclina tu oído a mi clamor.
Porque mi alma está colmada de desdichas,
y mi vida está al borde del abismo;
ya me cuentan con los que bajan a la fosa,
soy como un inválido.
Tengo mi cama entre los muertos,
como los caídos que yacen en el sepulcro,
de los cuales ya no guardas memoria,
porque fueron arrancados de tu mano.
Me has colocado en lo hondo de la fosa,
en las tinieblas del fondo;
tu cólera pesa sobre mí,
me echas encima todas tus olas.

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viernes - 147
Has alejado de mí a mis conocidos,
me has hecho repugnante para ellos:
encerrado, no puedo salir,
y los ojos se me nublan de pesar.
Todo el día te estoy invocando,
tendiendo las manos hacia ti.
¿Harás tú maravillas por los muertos?
¿Se alzarán las sombras para darte gracias?
¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia ,
o tu fidelidad en el reino de la muerte?
¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla,
o tu justicia en el país del olvido?
Pero yo te pido auxilio,
por la mañana irá a tu encuentro mi súplica.
¿Por qué, Señor, me rechazas
y me escondes tu rostro?
Desde niño fui desgraciado y enfermo,
me doblo bajo el peso de tus terrores,
pasó sobre mí tu incendio,
tus espantos me han consumido:
me rodean como las aguas todo el día,
me envuelven todos a una;
alejaste de mí amigos y compañeros:
mi compañía son las tinieblas.
Fuera del tiempo pascual: Ant. Señor, Dios mío, de
día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia.
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE
Jr 14, 9
estás en medio de nosotros, Señor; tu nombre ha
sido invocado sobre nosotros: no nos abandones, Señor,
Dios nuestro.

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148 - completas
Oración
Señor, Dios todopoderoso: ya que con nuestro descan-
so vamos a imitar a tu Hijo que reposó en el sepulcro, te
pedimos que, al levantarnos mañana, le imitemos también
resucitando a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
La conclusión de la Hora y la antífona final a la Santísima Vir-
gen María, como en el Ordinario: pág. 22 s.

15.9 Page 149

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SALMODIA COMPLEMENTARIA
PARA TERCIA, SEXTA Y NONA
Después de la invocación inicial Dios mío, ven en mi auxilio
y del himno, se dicen los salmos de la serie que corresponda, con
sus antífonas.
Serie 1 (Tercia)
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Tiempo ordinario: Anr. 1. Llamé al Señor, y él me res-
pondió.
Salmo 119
Deseo de la paz
Estad firmes en la tribulación,
sed asiduos en la oración (Rm 12, 12)
En mi aflicción llamé al Señor,
y él me respondió.
Líbrame, Señor, de los labios mentirosos,
de la lengua traidora.
¿Qué te va a dar o a mandarte Dios,
lengua traidora?
Flechas de arquero,
afil adas con ascuas de retama.
¡Ay de mí, desterrado en Masac,
acampado en Cadar!
Demasiado llevo viviendo
con los que odian la paz;
cuando yo digo: «Paz»,
ellos dicen: «Guerra».

15.10 Page 150

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150 - salmodia complementaria
Tiempo ordinario: Ant. Llamé al Señor, y él me res-
pondió.
Ant. 2. El Señor guarde tus entradas y salidas.
Salmo 120
El guardián del pueblo
Ya no pasarán hambre ni sed,
no les hará daño el sol ni el bochorno (Ap 7, 16)
Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.
El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.
Tiempo ordinario: Ant. El Señor guarde tus entradas
y salidas.
Ant. 3. Me he alegrado por lo que me dijeron.
Salmo 121
La ciudad santa de Jerusalén
Os habéis acercado al monte Sión,
ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo (Hb 12, 22)
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!

16 Pages 151-160

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16.1 Page 151

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serie II - 151
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén está fund ada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.
Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.»
Por mi s hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo. »
Por la casa del Señ9r, nuestro Dios,
te deseo todo bien.
Tiempo ordinario: Ant. Me he alegrado por lo que me
dijeron.
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Serie 11 (Sexta)
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Tiempo ordinario: Ant. l. que habitas en el cielo,
ten misericordia de nosotros.
Salmo 122
El Señor, esperanza del pueblo
Dos ciegos... se pusieron a gritar:
«¡Ten compasión de nosotros, Señor,
Hijo de David! » (Mt 20, 30)
A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.

16.2 Page 152

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152 - salmodia complementaria
Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores,
corno están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos
en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia.
Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios;
nuestra alma está saciada
del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos.
Tiempo ordinario: Ant. que habitas en el cielo, ten
misericordia de nosotros.
Ant. 2. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
Salmo 123
Nuestro auxilio es el nombre del Señor
Dijo el Señor a Pablo:
«No temas... , que yo estoy contigo» (Hch 18 , 9. 10)
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
-que lo diga Israel-,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.
Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.
Bendito el Señor, que no nos entregó
en presa a sus dientes;
hemos salvado la vida como un pájaro
de la trampa del cazador:
la trampa se rompió, y escaparnos.

16.3 Page 153

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serie III - 153
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
Tiempo ordinario: Ant. Nuestro auxilio es el nombre
del Señor.
Ant. 3. El Señor rodea a su pueblo ahora y por siem-
pre.
Salmo 124
El Señor vela por su pueblo
Paz sobre el Israel de Dios (Ga 6, 16)
Los que confían en el Señor son como el monte Sión:
no tiembla, está asentado para siempre.
Jerusalén está rodeada de montañas,
y el Señor rodea a su pueblo
ahora y por siempre.
No pesará el cetro de los malvados
sobre el lote de los justos,
no sea que los justos extiendan
su mano a la maldad.
Señor, concede bienes a los buenos,
a los sinceros de corazón;
y a los que se desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz a Israel!
Tiempo ordinario: Ant. El Señor rodea a su pueblo
ahora y por siempre.
Tiempo pascual : Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Serie m (Nona)
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
Tiempo ordinario: Ant. 1. El Señor ha estado grande
con nosotros, y estamos alegres.

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154 - salmodia complementaria
Salmo 125
Dios, alegría y esperanza nuestra
Si sois compañeros en el sufrir,
también lo sois en el buen ánimo (2Co 1, 7)
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte ,
como los torrentes del Negueb .
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
a] volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.
Tiempo ordinario: Ant. El Señor ha estado grande con
nosotros, y estamos alegres.
Am. 2. El Señor nos construya la casa y nos guarde
la ciudad .
Salmo 126
El es/uerzo humano es inútil sin Dios
Sois edificio de Dios (lCo 3, 9)
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañi les;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,

16.5 Page 155

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serie III - 155
que comáis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos;
su salario, el fruto del vientre:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza .
Tiempo ordinario: Ant. El Señor nos construya la ca-
sa y nos guarde la ciudad.
Ant. 3. Dichoso el que teme al Señor. t
Salmo 127
Paz doméstica en el hogar del justo
«Que el Señor te bendiga desde Sión »,
es decir, desde su Iglesia (Arnobio)
Dichoso el que teme al Señor
t y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien;
tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa:
ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida;
que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel!
Tiempo ordinario: Ant. Dichoso el que teme al Señor.
Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.

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16.9 Page 159

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22 de enero
BEATA LAURA VICUÑA
Adolescente
Para el Instituto de Hijas de María Auxiliadora: Memoria
Laura Carmen Vicuña nació en Santiago de Chile el 5 de abril
de 1891. Educada según el Sistema Preventivo de san Juan Bosco
en el colegio "María Auxiliadora", de los Andes argentinos, esta ejem-
plar adolescente no tardó en ser modelo de amistad con Jesús, de
caridad apostólica entre sus compañeras y de fidelidad a sus debe-
res cotidianos.
Llena de confianza, soportó con heroica fortaleza sufrimientos
físicos y morales superiores a su edad. Fiel a la inspiración del Espí-
ritu Santo, no vaciló en ofrecerse como víctima para que su madre
volviera al camino de la salvación. Murió el 22 de enero de 1904
en Junín de los Andes (Argentina ). Juan Pablo IT la beatificó el 3
de septiembre de 1988 en el Collado de las bienaventuranzas juve-
niles de Castelnuovo Don Bosco (provincia de Asri , Italia).
Del Común de santas mujeres: pág. 400; los salmos, de la feria
correspondiente.
Oficio de lectura
HIMNO
Esta joven no quiso
tomar varón ni darle su ternura,
selló su compromiso
con otro amor que dura
sobre el amor de toda criatura.
Y tanto se apresura
a zaga de la huella del Amado,
que en él se transfigura,
y el cuerpo anonadado
ya está por el amor resucitado.

16.10 Page 160

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160 - oficios propios
Aquí la Iglesia canta
la condición futura de la historia,
y el cuerpo se adelanta
en esta humilde gloria
a la consumación de su victoria . Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autori-
dad eclesiástica.
El versículo, la primera lectura y el responsorio pueden tomar-
se del Común: pág. 388 6 401.
SEGUNDA LEC1 URA
De la Vida de Laura Vicuña, escrita por Augusto Cresta-
nello, presbítero
(Sacra pro Causis Sanctorum Congregatio, Beatificationis et Cano-
nizationis Servae Dei Laurae Vicunia [...] Summarium, Roma 1969,
pág. 227 ss. pássim)
Mi mejor oración es hacer la voluntad de Dios
Desde los primeros días de su ingreso en el colegio,
notóse en Laura -refiere su directora- un juicio supe-
rior a su edad y una verdadera inclinación a la piedad.
Su inocente corazón no hallaba paz y descanso sino en las
cosas de Dios. Aunque niña, su devoción era seria; nada
de afectación ni de exageraciones en ella.
En todo era llana y sencilla. Durante el rezo se echaba
de ver que tenía su mente atenta a la acción que estaba
ejecutando. Casi nunca se daba cuenta de lo que pasaba
a su alrededor, y muchas veces hubo que advertirle que
se la llamaba o que era tiempo de salir de la iglesia.
Con esta misma atención procedía en el cumplimien-
to de todos los demás deberes. Había comprendido bien
y tomado para sí aquella sentencia: «Haz Jo que haces»,
y con santa libertad de espíritu, alegre y contenta, pasaba
de la iglesia a la clase, de ésta al taller o a cualquier otro
trabajo, o al recreo.
«Para mí -solía decir- es lo mismo rezar o trabajar,
rezar o jugar, rezar o dormir. Haciendo lo que me man-

17 Pages 161-170

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17.1 Page 161

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beata !aura vicuña - 161
dan, hago lo que Dios quiere que haga, y esto es lo que
yo quiero hacer: ésa es mi mejor oración. »
«Luego que conoció la piedad - escribe su directora-,
la amó, y alcanzó un don de oración tan alto y continuo
que se la veía en tiempo de recreo absorta en Dios. »
«Me parece -decía- que Dios mismo es quien man-
tiene vivo en el recuerdo de su divina presencia. Don-
dequiera que me hallo, ya sea en la clase, ya en el patio,
ese recuerdo me acompaña , me ayuda y me consuela. »
«Es que usted - le objetó el padre [confesor]- estará
siempre preocupada con ese pensamiento, descuidando tal
vez sus deberes. »
«¡Ah, no, padre! , repuso ella. Conozco que ese pen-
samiento me ayuda a hacerlo todo mejor y que en nada
me estorba; porque no es que esté yo pensando continua-
mente en él, sino que sin pensarlo estoy gozando de ese
recuerdo. »
RESPONSORIO Cf. Sal 70, 17; 74, 2; 88, 1; Is 49, 2
!\\,. Dios me instruyó desde mi juventud: '°' Proclamaré
sus proezas por todas las. edades.
y. Me escondió en la sombra de su mano. * Pro-
clamaré ...
O bien:
SEGUNDA LECTURA
De los sermones de san Agustín, obispo
(Sermón 96, 1. 4. 9: PL 38, 584. 586. 588)
Sobre la vocación universal a la santidad
El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mis-
mo, que cargue con su cruz y me siga (Mt 16, 24). Parece
duro y grave este precepto del Señor de negarse a sí mis-
mo para seguirle. Pero no es ni duro ni grave lo que man-
da aquel que ayuda a realizar lo que ordena. Es verdad,

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en efecto, lo que dice el salmo: Según tus mandatos, me
he mantenido en la senda penosa (Sal 16, 4 ). Pero tam-
bién es cierto lo que él mismo afirma: Mi yugo es llevade-
ro y mi carga ligera (Mt 11, 30). El amor hace suave lo
que hay de duro en el precepto.
¿Qué significa: Cargue con su cruz ?Acepte todo lo que
es molesto y sígame de esa forma. Cuando empiece a se-
guirme en mis ejemplos y preceptos, en seguida encontra-
rá contradictores, muchos que intentarán prohibírselo,
muchos que tratarán de disuadirle; los encontrará inclu-
so entre los seguidores de Cristo. A Cristo acompañaban
aquellos que querían hacer callar a los ciegos. Si quieres
seguirle, acepta como cruz las amenazas, las seducciones
y los obstáculos de cualquier clase; soporta, aguanta, man-
ténte firme .
En este mundo santo, bueno, reconciliado, salvado,
mejor dicho, que ha de ser salvado -ya que ahora está
salvado sólo en esperanza, porque en esperanza fuimos
salvados (Rm 8, 28)-, en este mundo, pues, que es la
Iglesia, que sigue a Cristo, el Señor dice a todos: El que
quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo (Mt 16,
24).
Este precepto no se refiere sólo a las vírgenes, con ex-
clusión de las casadas; o a las viudas, excluyendo a las
que viven en matrimonio; o a los monjes, y no a los casa-
dos; o a los clérigos, con exclusión de los laicos: toda la
Iglesia, todo el cuerpo y cada uno de sus miembros, de
acuerdo con su función propia y específica, debe seguir
a Cristo.
Sígale, pues, toda entera la Iglesia única, esta paloma
y esposa redimida y enriquecida con la sangre del Espo-
so. En ella encuentra su lugar la integridad virginal, la con-
tinencia de las viudas y el pudor conyugal; no lo tiene el
adulterio ni la ilícita y punible lascivia.
Todos estos miembros, que encuentran en ella su lu-
gar, de acuerdo con sus funciones propias, sigan a Cris-
to; niéguense, es decir, no se vanagloríen; carguen con su
cruz, es decir, soporten en el mundo por amor de Cristo
todo lo que en el mundo les afli ja. Amen a aquel que es

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el único que no traiciona, el único que no es engañado
y no engaña; ámenlo a él, porque es verdad lo que pro-
mete. Tu fe vacila , porque sus promesas tardan. Mantén-
te fiel, persevera, tolera, acepta la dil ación: todo es cargar
con la cruz.
RESPONSORIO Cf. Jb 31, 18a; Ef 3, 18; Sal 30, 20
}l. Te adelantaste, Señor, a bendecirme con tu amor,
el cual fue creciendo conmigo desde mi infancia; '' Y aun
aho ra no alcanzo a comprender la profundidad de tu
amor.
y . ¡Qué bondad tan grande, Señor, reservas para tus
fieles ! •· Y aun ahora.. .
I.a oración, como en Laudes.
Laudes
HIMNO
Señor, que ensalzas y humillas,
¡qué grande eres en tus santos,
y qué pobres nuestros cantos
ante tantas maravillas!
Ellos son los seres grandes
que van siguiendo tu huella.
Gracias, pues, porque en los Andes
brotó esta rosa tan bella.
Tú le enseñaste a crecer
con la firmeza del viento
para ser, cuando mujer,
limpia como el firmamento.
Aprendió a alzarse del suelo,
libre de intenciones malas,
como el cóndor alza el vuelo
sin sentir lastre en las alas.

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164 - oficios propios
Por eso, cuando pretende
dominarla el poderoso,
ella se encara y defiende
su tesoro más precioso.
Al final, cuando ya sabe
que se acerca la partida,
pide a la madre que acabe
dando sentido a su vida.
Y el cielo acepta propicio
el cuerpo grácil, exhausto,
que se ofrece en sacrificio
como el mejor holocausto.
Señor, que ensalzas y humillas,
¡qué grande eres en tus santos,
y qué pobres nuestros cantos
ante tantas maravillas! Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la auto-
ridad eclesiástica.
Bcnedictus, am. Dios reveló los misterios del Reino a
la gente sencilla.
PRECES
Con ánimo filial elevemos nuestra oración a Dios Padre,
fuente de toda santidad, y digámosle:
Tú eres, Señor, nuestra vida.
Padre santo, que en todo tiempo enriqueces a tu Iglesia
con modelos siempre nuevos de santidad juvenil,
- haz que, fieles a las promesas de nuestro bautismo, sin-
tamos la alegría de seguir a Cristo.
que inspiras decisiones generosas de entrega, a imita-
ción de tu Hijo,
acepta el ofrecimiento de nuestra vida para crecer en
la comunión contigo y con los hermanos.

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beata !aura vicuña · 165
que quisiste que la familia cristiana fuera imagen de
tu amor,
- haz que los padres vivan su mutua entrega con fide-
lidad y generosidad.
Tú que con el don de tu Espíritu Santo hiciste a Laura
Vicuña fuerte en la fe, pura de corazón y heroica en
la caridad,
suscita en los adolescentes y en los jóvenes la volun-
tad de servirte en el prójimo con alegría y desinterés.
Tú que nos alimentas y renuevas con tu Palabra y con los
sacramentos,
- haz de nosotros un signo de tu bondad para cuantos
encontremos hoy en nuestro camino.
Padre nuestro.
Oración
Padre de inmensa ternura, que en la adolescente Lau-
ra Vicuña uniste de modo admirable la fortaleza de espí-
ritu y el candor de la inocencia; concédenos, por su
intercesión, valentía para superar las dificultades de la
vida y dar testimonio, ante el mundo, de la bienaventu·
ranza de los limpios de corazón. Por nuestro Señor Jesu-
cristo ...
Vísperas
HIMNO
¡Qué grande eres en tus santos,
Señor, qué admirable en ellos!
Encarnando tu palabra,
se hicieron tus mensajeros.
Su vida es mensaje tuyo,
espejo de tu evangelio.

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166 - oficios propios
Gracias por Laura Vicuña:
¡cómo germinó en su pecho
la alegría de vivir
la hermosura de tu Reino!
SenciJl a, ofreció su vida
por quien se la dio primero,
y tú acogiste la flor
ardiente de sus deseos.
Y aprendió de ti la dócil
mansedumbre de cordero,
víctima sobre la cruz
pura de su ofrecimiento.
Danos, Señor, la grandiosa
sencillez de los pequeños,
y poder entrar un día
como niños en tu Reino. Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autori-
dad eclesiástica.
Magníficat, ant. Nadie tiene amor más grande que el
que da la vida por sus amigos.
PRECES
Demos gracias a Dios Padre por las maravillas que hace
en sus santos, y digámosle:
Dios y Padre nuestro, te rogamos, óyenos.
Suscita en tu Iglesia guías sabios e iluminados,
- que ayuden a los jóvenes a conocer y vivir con gene-
rosidad tu proyecto de vida.
Protege a los jóvenes que viven en medio de las dificulta-
des y tentaciones de nuestro tiempo,
para que no se sientan abrumados por el egoísmo, la
soledad y el desaliento.

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beata !aura vicuña - 167
Da a los que sufren en el cuerpo o en su espíritu la sabi-
duría de la cruz,
- para que, a ejemplo de la beata Laura, sepan descu-
brir el valor del sufrimiento que purifica y redime.
Conforta y protege a los misioneros y misioneras del
Evangelio,
- para que fomenten los auténticos valores humanos
y cristianos con miras al progreso de los pueblos.
Acuérdate de quienes han cerrado sus ojos a la vida terrena,
- admítelos en tu casa con los ángeles y los santos.
Padre nuestro.
La oración, como en Laudes.

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24 de enero
SAN FRANCISCO DE SALES
Obispo y doctor de la Iglesia,
titular y patrono de la Sociedad de san Francisco de Sales
Fiesta
Francisco de Sa les nació en Saboya (Francia ) el 21 de agosto
de 1567 . Una vez ordenado obispo de Ginebra (1602), se esforzó
por recuperar para la fe católica a la población de Chablais, que
habla abrazado la Reforma protestante. Con su incansable activi-
dad educó al pueblo cristiano, esforzándose por hacer ver que los
caminos de la espiritualidad son posibles en cualquier estado de vi-
da. Se entregó en cuerpo y alma a su misión de pastor, haciéndose
sencillo con los sencillos, discutiendo de teología con los protestan-
tes e iniciando en la «vida devota» a las almas deseosas de servir
a Cristo, mostrándoles los secretos del amor de Dios, poniendo la
vida espiritual al alcance de los seglares y haciendo amable la devo-
ción. Intuyó la importancia·de la prensa y promocionó la cultura,
tratando a todos con bondad y amabilidad, con dulzura y sabiduría.
Murió en Lyón el 28 de diciembre de 1622. Incluido en el nú-
mero de los santos el año 1655, en 1877 Pío [X lo proclamó doctor
de la Iglesia. Atraído por su caridad apostólica y por su dulzura y
paciencia evangélica, san Juan Rosco lo adoptó como modelo y pro-
tector de su misión entre los jóvenes. Al clausurarse el cuarto cente-
nario de su nacimiento , celebrado en 1967, Pablo VI lo reconoció
como doctor divini amoris.
Indulgencia plenaria.
Del Común de pastores o de doctores de la Iglesia.
Donde se celebra con el grado de solemnidad, las I Vísperas
pueden tomarse, parcial o totalmente, de las Ví~peras de la fiesta.
Invita torio
Ant. Venid, adoremos a Cristo, Pastor supremo.

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san francisco de sales - 169
O bien:
Ant. En la fiesta de san Francisco de Sales, cantemos
a Cristo Señor, fuente de toda sabiduría.
El salmo inv1tatono, como en el Ordmano: pág. 13.
Oficio de lectura
HIMNO
¿Dónde estará Francisco, dónde
se podrá comprobar su compostu ra?
Vino del torbellino, del discurso
de los cuchillos y las piedras duras.
(En la puerta no hay ll ave, y puede ser
cómplice el ojo de la cerradura.)
Miradlo reposar en el pupitre,
como el poso del agua más profunda.
Sobre el papel vuela su mano
sorprendiendo al silencio y la blancura.
(Vida Devota o Pilotea,
Teótimo destilan de su pluma. )
Ni el pie, ni el gesto o la mirada
se vuelven a la luz que ahora lo inunda.
Un ejército manso de leones
le traen su poder y se acurrucan
mansamente a su lado . Irá Francisco
nuevamente a los hombres, y las furias
de los labios hostiles y los fuegos
de las miradas torvas que lo injurian
volverán al sosiego. Nuevos ojos
se nutrirán con gozo en la lectura
devota, y en la Iglesia será fá bula
ejemplar el poder de su dulzura. Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autori-
dad eclesiástica.

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170 - oficios propios
Ant. 1. Quien quiera ser el primero, que sea el último
de todos y el servidor de todos.
Los salmos y el cántico, como en el Común de santos varones:
pág. 386.
Ant. 2. Cuando aparezca el supremo Pastor, recibi-
réis la corona de gloria que no se marchita.
Ant. 3. Empleado bueno y fiel, pasa al banquete de
tu Señor.
y. Escucharás una palabra de mi boca.
:&, . Y les darás la alarma de mi parte.
PRIMERA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo
a los Efesios
4, 1-7.ll-18a.20-24
Mantener la unidad del Espíritu
con el vínculo de la paz
Hermanos: Yo, el prisionero por el Señor, os ruego
que andéis como pide la vocación a que habéis sido con-
vocados. Sed siempre humildes y amables, sed compren-
sivos; sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en
mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.
Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la
meta de la esperanza de la vocación a la que habéis sido
convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Pa-
dre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo,
y lo invade todo.
A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según
la medida del don de Cristo. Él ha constituido a unos após-
toles, a otros profetas, a otros evangelizadores, a otros
pastores y maestros, para el perfeccionamiento de los san-
tos, en función de su ministerio y para la edificación del
Cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad

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en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre
perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud. Para que
ya no seamos niños sacudidos por las olas y llevados al
retortero por todo viento de doctrina, en la trampa de los
hombres, que con astucia conduce al error; sino que, rea-
lizando la verdad en el amor, hagamos crecer todas las
cosas hacia él, que es la Cabeza: Cristo, del cual todo el
cuerpo, bien ajustado y unido a través de todo el comple-
jo de junturas que lo nutren, actuando a la medida de ca-
da parte, se procura el crecimiento del cuerpo, para cons-
trucción de mismo en el amor.
Esto es lo que os digo y aseguro en el Señor: que no
andéis ya, como es el caso de los gentiles, que andan en
la vaciedad de sus criterios, con el pensamiento a oscuras
y ajenos a la vida de Dios. Vosotros, en cambio, no es
así como habéis aprendido a Crist0, si es que es a él a quien
habéis oído y en él fuisteis adoctrinados, tal como es la
verdad en Cristo Jesós; es decir, a abandonar el anterior
modo de vivir, el hombre viejo corrompido por deseos se-
ductores, a renovaros en la mente y en el espíritu y a ves-
tiros de la nueva condición humana, creada a imagen de
Dios: justicia y santidad verdaderas.
RESPONSORIO
Col 3, 12.15.14
}l. Revestíos, como pueblo elegido de Dios, pueblo
sacro y amado, de sentimientos de misericordia, de bon-
dad, de humildad, de dulzura y comprensión. * Y la paz
de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón: a ella ha-
béis sido convocados en un solo cuerpo.
'f. Y, por encima de todo est0, el amor, que es el ceñi-
dor de la unidad consumada. ~- Y la paz de Cristo...
SEGUNDA LECTURA
Del Tratado del Amor de Dios, de san Francisco de Sales,
obispo
(Libro 5 , cap. 1, pássim)

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172 - oficios propios
El amor de Dios
El amor no es otra cosa que un moverse y fluir delco-
razón hacia el bien por impulso de la complacencia que
en él se goza; la complacencia es, por tanto, el principal
motivo del amor, así como el amor es el principal movi-
miento de la complacencia.
Cuando logramos que el entendimiento considere la
grandeza de los bienes que existen en el divino objeto, es
imposible que nuestra voluntad no se sienta complacida
en él; entonces usamos de nuestra libertad y del dominio
que tenemos sobre nosotros mismos, e inducimos al co-
razón a robustecer y afianzar su complacencia inicial con
actos de aprobación y alegría. Es Dios de nuestro cora-
zón mediante la complacencia, en cuanto que por su me-
dio el corazón lo abraza y hace suyo; es nuestra herencia,
en cuanto que por ese acto gozamos de los bienes que exis-
ten en Dios y, como de hijuela propia, sacamos de él todo
placer y contento. Por tal complacencia comemos y be-
bemos espiritualmente las perfecciones de la Divinidad,
porque nos adueñamos de ellas y las introducimos en
nosotros.
¡Qué alegría sentiremos en el cielo, Teótimo, cuando
veamos al Amado de nuestro corazón como un mar infi-
nito cuyas aguas únicamente se componen de perfección
y bondad! Entonces, cual ciervos que, sañudamente per-
seguidos, llegan sedientos a la clara corriente de un ma-
nantial y experimentan el &escor de sus aguas (cf. Sal 42,
2), nuestros corazones, llegados a la fuente viva de la Di-
vinidad (cf. Sal 42, 3), después de tantos suspiros y afa-
nes adquirirán, por la complacencia, todas las perfecciones
de su Amado, y probarán goce pleno en el placer de la
visión saturándose de venturas inmortales. De esta suerte
el Esposo entrará en nosotros para comunicar su alegría
sin fin a nuestra alma, pues, como dice él mismo (cf. Jn
14, 23), si guardamos la santa ley de su amor, hará en
nosotros su morada.
El amor que el apóstol san Pablo sentía por la vida,
pasión y muerte de Nuestro Señor era tan grande, que atta-

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san francisco de sales - 173
jo la vida, pasión y muerte del divino Salvador al pecho
de su amante siervo, cuya voluntad se llenó de afectos,
cuya memoria se explayó en meditaciones y cuyo enten-
dimiento se nutrió de contemplaciones.
RESPONSORIO
Ef 4, 32 - 5, 1; Mt 11, 29
}l. Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a
otros como Dios os perdonó en Cristo. * Sed imitadores
de Dios, como hijos queridos.
'lf. Cargad con mi yugo y aprended de m{, que soy
manso y humilde de corazón. * Sed imitadores...
O bien:
SEGUNDA LECTURA
De la Introducción a la Vida Devota, de san Francisco de
Sales, obispo
(Parte I, cap. 3)
La devoción se ha de practicar de diversas maneras
En la misma creación, Dios mandó que las plantas
fructificaran según su propia especie; mandó también a
los cristianos, que son como las plantas de su Iglesia viva,
que cada uno diera frutos de devoción conforme a su ca-
tegoría, estado y vocación.
La devoción se ha de ejercitar de diversas maneras, se-
gún que se trate de un noble o de un obrero, de un criado
o de un príncipe, de una viuda, de una soltera o de una
mujer casada. Más aún, la devoción se ha de practicar de
modo acomodado a las fuerzas, deberes y ocupaciones de
cada uno.
Dime, Filotea, si sería lógico que los obispos quisie-
ran vivir en soledad, al modo de los cartujos; que los ca-
sados no se preocuparan de aumentar su hacienda más que
los religiosos capuchinos; que un obrero se pasara el día

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174 - oficios propios
en la iglesia, como un religioso; o que, al contrario, un
religioso estuviera absorbido, a la manera de un obispo,
por cuanto atañe a las necesidades del prójimo. Una de-
voción así, ¿no sería por ventura ridícula, desordenada e
inadmisible?
Y, con todo, tan absurda equivocación es muy frecuen-
te. No ha de ser así. Si la devoción es auténtica y sincera,
no destruye nada, antes bien todo lo perfecciona y com-
pleta, y, si alguna vez resulta verdaderamente contraria
a la vocación o estado de alguien, es porque se trata de
una devoción falsa.
La abeja saca miel de las fl ores sin dañarlas ni destruir-
las y las deja íntegras, incontaminadas y frescas como las
ha encontrado. Lo mismo, y mejor aún, hace la verdade-
ra devoción: no destruye ninguna clase de vocación o de
ocupaciones, sino que todas las adorna y embellece. Esta
devoción hace que sea mucho más apacible el cuidado de
la familia, que el amor recíproco de marido y mujer sea
más sincero, que la sumisión debida a los gobernantes sea
más leal, y que todas las ocupaciones, sean las que sean ,
resulten más llevaderas y se hagan con más perfección.
Es, por tanto, un error, por no decir herejía, el pre-
tender excluir la devoción de los regimientos militares, del
taller de los obreros, del palacio de los príncipes, de los
hogares y familias; hay que admitir , amadísima Filotea,
que la devoción puramente contempl ativa, monástica y
religiosa no puede ser ejercida en estos oficios y estados;
pero, además de ese triple género de devoción, existen tam-
bién otros muchos y muy acomodados a las diversas si-
tuaciones de la vida seglar.
En una palabra, sea cual fuere la situación en que nos
hallemos, podemos y debemos aspirar a la vida de per-
fección.
RESPONSORIO
Rm 12, 2; Ef 4, 23-24
:&,. Transformaos por la renovación de la mente, •·
Para que sepáis discernir lo que es voluntad de Dios, lo
bueno, lo que le agrada, lo perfecto.

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san francisco de sales - 175
V. Renovaos en la mente y en el espíritu, y vestíos
de la nueva condición humana. '' Para que sepáis dis-
cernir. ..
O bien:
SEGUNDA LECTURA
De la Introducción a la Vida Devota, de san Francisco de
Sales, obispo
(Parte JTJ, cap. 3, pássim)
La paciencia
Tenéis necesidad de paciencia, a fin de que, haciendo
la voluntad de Dios, alcancéis sus promesas, escribe el
Apóstol (Hb 10, 36). Así es, porque, como afirma el Sal-
vador, en vuestra paciencia poseeréis vuestras almas (Le
21, 19). E l mejor bien, Filotea, que puede poseer un hom-
bre, es poseer su alma; cuanto más perfecta es la pacien-
cia, más plenamente poseeremos nuestras almas.
No limites tu paciencia a tal o cual género de injurias
o aflicciones; has de extenderla a cuantas Dios quiera en-
viarte y permita que debas aguantar. Hay quien sólo de-
sea tribulaciones que procuren honra; ese tal no ama la
tribulación, sino el honor que le proporciona. El verda-
dero paciente, siervo de Dios, sufre igual las tribulacio-
nes ignominiosas que las que le reportan algún honor. Ser
despreciado, reprendido y acusado por los malos es agra-
dable para un hombre de buen ánimo; pero serlo por los
amigos, por los parientes y por las personas de bien, eso
es lo que tiene mérito.
Sucede con frecuencia que dos hombres de bien, a pe-
sar de su buena intención, se atacan y persiguen mutua-
mente porque piensan de manera distinta.
paciente, no sólo en las aflicciones que te sobrevie-
nen, sino también en las circunstancias molestas. Muchos
afrontarían de muy buena gana un mal grave, con tal de
quedar después libres de cualquier otra contrariedad.

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176 - oficios propios
Quéjate lo menos posible de las injurias que recibes.
Quien se queja, ordinariamente peca, pues el amor pro-
pio induce a presentar las ofensas como más graves de lo
que son; y, sobre todo, no te desahogues con personas fá-
ciles a la indignación y a pensar mal del prójimo; si real-
mente necesitas desahogarte para poner remedio a la
ofensa o sosegar tu espíritu, hazlo con personas de tem-
peramento tranquilo y amantes de Dios; si no, en lugar
de aliviar tu corazón, darás origen a nuevas y mayores in-
quietudes; en vez de sacar la espina que te punza , se cla-
vará más profundamente en tu pie. El verdadero paciente
ni se queja de su mal ni desea que se le compadezca; ha-
bla sencilla, verdadera y claramente: sin quejarse, sin la-
mentarse, sin exagerar sus aflicciones.
RESPONSORIO
Cf. lP 2, 20-21; lCo 13, 7
}l. Si obrando el bien soportáis el sufrimiento, ha-
céis una cosa hermosa ante Dios, pues para esto habéis
sido llamados, * Ya que también Cristo padeció su pa-
sión por vosotros, dejándoos un ejemplo.
y. La caridad no se irrita, no lleva cuentas del mal.
Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites,
aguanta sin límites. * Ya que también Cristo...
HIMNO Te Deum: pág. 15.
La oración, como en Laudes.
HIMNO
Laudes
Decid qué se puede hacer
con una brizna de nada,
con esta gota de miel.
Decid, ¿qué se puede hacer?

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san francisco de sales - 177
Su voluntad decidida
acabó en mano artesana
para cincelar la imagen
del hombre más dulce y mansa.
Arrodilló el gesto altivo
y destiló las palabras
a medida que fue en él
señoreando la gracia,
hasta hacerlo siervo fiel.
Decid qué se puede hacer
con una brizna de nada,
con esta gota de miel.
Decid, ¿qué se puede hacer?
La tierra regó de acerbo
vinagre la intolerancia·
con tormentos para el cuerpo
y fatigas para el alma.
Pero en su boca fervientes
abejas elaboraban
-gubia, martillo y cincel-
destilaciones de gracia
y negaciones de hiel.
Decid qué se puede hacer
con una brizna de nada,
con esta gota de miel.
Decid, ¿qué se puede hacer? Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autori-
dad eclesiástica.
Ant. 1. El Señor lo llenó de su Espíritu de sabiduría
e inteligencia.
Los salmos y el cántico, del domingo de la semana T: pág. 27.
Ant. 2. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor; san-
tos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ant. 3. El Señor le dio la sabiduría de los santos.

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178 - oficios propios
LECTURA BREVE
lCo 2, l. 4-6a. 7. 9-lüa
Hermanos: Cuando vine a vosotros a anunciaros el tes-
timonio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sa-
biduría. Mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva
sabiduría humana, sino en la manifestación y poder del
Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría
de los hombres, sino en el poder de Dios. Hablamos, en-
tre los perfectos, una sabiduría que no es de este mundo;
sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, es-
condida, predestinada por Dios antes de los siglos para
nuestra gloria. Como está escrito: «Ni el ojo vio, ni el oído
oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado
para los que lo aman. » Y Dios nos lo ha revelado por el
Espíritu .
RESPONSORIO BREVE
]l. Tu Iglesia, Señor, Canta la sabiduría de los san-
tos. Tu Iglesia...
y. La asamblea proclama su alabanza. Canta lasa-
biduría de los santos. Gloria al Padre. Tu Iglesia...
Benedictus, ant. Los santos brillarán con esplendor de
cielo, y los que enseñan la justicia a las multitudes serán
como estrellas por toda la eternidad.
PRECES
Demos gracias a Dios Padre, origen y modelo de toda
santidad, y digámosle con corazón filial :
Aumenta, Señor, en nosotros tu amor.
En san Francisco de Sales nos diste una imagen viva de
tu Hijo Jesucristo, manso y humilde corazón,
- haz que también nosotros seamos signos y portadores
de tu bondad.
Hiciste de san Francisco un modelo de apóstol infatigable
de tu Evangelio,
haz que acojamos con fe y anunciemos sin miedo tu
palabra de vida.

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san francisco de sales - 179
Al santo Doctor le diste el gusto de la belleza y bondad
de tu creación,
- guía nuestra mirada para discernir el bien en las múl-
tiples situ aciones de la vida.
Dotaste a nuestro santo Patrono de inteligente capacidad
para el diálogo,
- concédenos la gracia de acoger y comprender a todas
las personas.
Te dignaste hacer de san Francisco de Sales un maestro
insigne en el arte de la dirección espiritual,
- ayúdanos a guiar a los jóvenes por el camino de la
santidad.
Padre nuestro.
Oración
Dios grande y misericordioso, que suscitaste en la Igle-
sia a san Francisco de Sales, pastor celoso y maestro ama-
ble: concédenos poder trabajar asiduamente en la misión
juvenil con el mismo espíritu apostólico. Por nuestro Señor
Jesucristo .. .
Hora intermedia
Se dice el himno que corresponde a la hora de la celebración.
Los salmos, de la feria correspondiente.
Tercia
Ant. Padre, como tú me enviaste al mundo, así tam-
bién los envío yo al mundo.
LECTURA BREVE
Col 3, 16-17
La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su
riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhor-
taos mutuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de cora-
zón con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y todo lo

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180 - oficios propios
que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre
de Jesús, ofreciendo la acción de gracias a Dios Padre por
medio de él.
"f. El Señor hizo con él una alianza eterna.
:a. Y lo constituyó sacerdote en medio de su pueblo.
Sexta
Ant. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el
que me recibe a mí recibe al que me ha enviado.
LECTURA BREVE
Ef 5, 1-2
Sed imitadores de Dios, corno hijos queridos, y vivid
en el amor corno Cristo os amó y se entregó por nosotros
como oblación y víctima de suave olor.
}l'. En la generosidad de su amor.
:a. Dios lo llenó de sabiduría.
Nona
Ant. Nosotros somos colaboradores de Dios, y voso-
tros, campo de Dios, edificio de Dios.
LECTURA BREVE
lTs 5, 14-16
Por favor, hermanos, llamad la atención a los ocio-
sos, animad a los apocados, sostened a los débiles, sed
pacientes con todos. Mirad que nadie devuelva mal por
mal, esmeraos siempre en haceros el bien unos a otros y
a todos. Estad siempre alegres.
"f. El Señor eligió a su siervo.
:a . Como guía y maestro de su pueblo.
La oración, como en Laudes.

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san francisco de sales - 181
Vísperas
HIMNO, como en las Laudes.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autori-
dad eclesiástica.
Ant. 1. Yo mismo apacentaré a mis ovejas; buscaré
a las perdidas y haré volver a las descarriadas.
Los salmos y el cántico, como en el Común de santos varones:
pág. 396.
Ant. 2. Como sol radiante brilla Francisco en la casa
del Señor. Aleluya.
Ant. 3. Se me ha dado esta gracia: anunciar a los gen-
tiles la riqueza insondable que es Cristo.
LECTURA BREVE
lTs 2, 6-8. 11-12
No pretendimos honor de los hombres, ni de vosotros,
ni de los demás, aunque, como apóstoles de Cristo, po-
díamos haberos hablado autoritariamente; por el contra-
rio, os tratamos con delicadeza, como una madre cuida
de sus hijos. Os teníamos tanto cariño que deseábamos
entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nues-
tras propias personas, porque os habíais ganado nuestro
amor. Sabéis perfectamente que tratamos con cada uno
de vosotros personalmente, como un padre con sus hijos,
animando con tono suave o enérgico a vivir como se me-
rece Dios, que os ha llamado a su reino y gloria.
RESPONSORIO BREVE
]l. Verdadero amigo de tus hermanos, Ora por tu
pueblo. Verdadero...
y . Entregaste la vida por tus hermanos. Ora por
tu pueblo. Gloria al Padre. Verdadero...
Magníficat, ant. Obispo Francisco, horno de caridad,
a quien Dios hizo padre de una multitud , guíanos hacia
el gozo de la vida eterna. Aleluya .

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182 - oficios propios
PRECES
Elevemos con filial confianza nuestra oración a Dios
Padre, que en Cristo Jesús formó el pueblo de la nueva
Alianza, y digámosle:
Santifica, Señor, a tu Iglesia.
Suscitaste en san Francisco de Sales un pastor celoso y
prudente,
- asiste a los obispos, presbíteros y diáconos en su minis-
terio pastoral.
Encendiste en su corazón una pasión ardiente por la
unidad de la Iglesia,
- haz que las comunidades cristianas avancen por el
camino del diálogo ecuménico.
Le diste un espíritu abierto a los ideales humanísticos,
- ayuda a los escritores y periodistas a ser sabios educa-
dores del pueblo.
Hiciste de nuestro santo Patrono un fundador y un sabio
maestro de vida espiritual,
- bendice a nuestras hermanas salesas y a todos los miem-
bros de la Familia Salesiana.
Acogiste en tu gloria al santo obispo Francisco,
- ten misericordia, por su intercesión, de todos los fie-
les difuntos.
Padre nuestro.
La oración, como en Laudes.
Completas
Antífonas y salmos, de la feria correspondiente. Donde se cele-
bra con el grado de solemnidad, Completas del domingo.

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31 de enero
SAN JUAN SOSCO
Presbítero,
fundador
de la Sociedad de san Francisco de Sales,
del Instituto de Hijas de María Auxiliadora
y de la Asociación de Cooperadores Salesianos
Solemnidad
La vida de san Juan Bosco se disti ngue por las intervenciones
de la divina Providenci a y por la presencia de la Santísima Virgen.
Juan Bosco, nacido en Castelnuovo d'Asti el 16 de agosto de 1815
en una familia de campesinos pobres, desde niño se sintió llamado
a consagrar su vida a los jóvenes. Una vez ordenado sacerdote en
Turín tras años de sacrificio, dedicó todas las fuerzas de su rica na-
turaleza y de su infatigable celo a crear obras educativas para la ju-
ventud aba ndonada, a defender la fe en el pueblo y a colaborar en
la evangelización de tierras lejanas.
Para continua r trabajo tan generoso , fundó la Sociedad de san
Francisco de Sales (1859), el Instituto de Hijas de Mada Auxiliado-
ra (1872) y la Asociación de Cooperadores Salesianos (1876), a los
que legó, como secreto de buenos resultados, el tesoro de su Siste-
ma Preventivo: razón, religión y amor; sistema que se inspira en
una caridad cuyas raíces se nutren del encuentro vivo con Jesucris-
to, especialmente en la Eucaristía, de la confianza ilimitada en Ma-
ría Santísima y de la fidelidad a la Iglesia y a su magisterio.
Murió en Turín el 31 de enero de 1888. Fue canonizado por
Pío XI el 3 de abril de 1934, solemnidad de la Pascua de Resurrec-
ción; durante el centenario de su muerte, celebrado en 1988, Juan
Pablo II lo proclamó padre y maestro de la juventud.
Indulgencia plenaria.
I Vísperas
HtMNO
Gracias, Señor, te damos por Juan Bosco,
a quien llamamos padre. le diste

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184 - oficios propios
un corazón inmenso como el mar,
desbordante de paz y de alegría.
Como pastor, él siempre va delante
y sabe hacerse amigo y nos protege.
Y si hay espinas en nuestro camino
él nos señala el cielo y las estrellas.
Nos dio en herencia la sabiduría
de la fe, la razón y la bondad.
Y él es la casa, siempre abierta, donde
caben todos los jóvenes del mundo.
Su nombre es un mensaje de tu amor
a los jóvenes, luz de tu sonrisa;
palabra de esperanza que sem bramas
con fe en el surco abierto de la historia.
Gracias, Señor, te damos por Juan Bosco.
Que su espíritu aliente en nuestro espíritu,
y que un día podamos a su lado
cantar tus alabanzas en el cielo. Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autori-
dad eclesiástica.
Ant. 1. Dios te levantó del polvo y te hizo sentar con
los grandes de su pueblo.
Los salmos y el cántico, como en el Común de santos varones,
pág. 382.
Ant. 2 . Por ti el Señor dio pan a los hambrientos, un
padre a los huérfanos y un amigo a los jóvenes.
Ant. 3. Dios te suscitó en la Iglesia para alabanza y
gloria de su gracia, a fin de mostrar a los jóvenes el miste-
rio de su amor.
LECTURA BREVE
2Ts 2, 13-17
Debemos dar continuas gracias a Dios, hermanos ama-
dos por el Señor, porque Dios os escogió como primicias
para salvaros, consagrándoos con el Espíritu y dándoos

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san juan hosco - 185
fe en la verdad. Por eso os llamó por medio del Evangelio
que predicamos, para que sea vuestra la gloria de nuestro
Señor Jesucristo. Así pues, hermanos, manteneos firmes
y conservad las tradiciones que habéis aprendido de no-
sotros de viva voz o por carta. Que Jesucristo, nuestro
Señor, y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado tanto y
nos ha regalado un consuelo permanente y una gran es-
peranza, os consuele internamente y os dé fuerzas para
toda clase de palabras y de buenas obras.
RESPONSORIO BREVE
}l. El Señor lo amó, •· Y lo colmó de honor. El Señor. ..
'f. Lo vistió de gloria. Y lo colmó de honor. Glo-
ria al Padre. El Señor. ..
Magníficat, ant. Todo mi aliento y todas mis fuerzas
estarán al servicio de los jóvenes.
O bien:
Hijo mío, escucha la corrección de tu padre, no re-
chaces las instrucciones de tu madre: grábalas en lo más
íntimo de tu corazón.
PRECES
Nuestra fe se afianza con el testimonio de los santos,
signos de la presencia del Espíritu en la Iglesia. Uni-
dos a su oración, invoquemos al Padre, fuente de
toda santidad:
Aumenta en nosotros la fe, la esperanza y la caridad.
Suscitaste en tu Iglesia a san Juan Bosco como padre y
maestro de la juventud,
- concédenos la gracia de amar a los jóvenes y de dedi-
car generosamente nuestra vida a su bien.
Diste al Santo de los jóvenes la gracia de unir a la acción
incansable una intensa vida de oración,
asístenos con la fuerza de tu Espíritu para que en el
trabajo apostólico vivamos siempre unidos a ti.

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186 - oficios propios
Tú, Señor, quieres que los padres de familia sean los
primeros y principales educadores de sus hijos,
- haz que encuentren en ti la fuerza y la alegría de ser
siempre conscientes de la grandeza de su misión.
Por designio de tu bondad paterna, la Virgen María fue
madre y maestra de nuestro Fundador,
da a los miembros de la Familia Salesiana confianza
en su auxilio y el don de experimentar siempre su
presencia materna.
A quienes han muerto después de gastar sus mejores
energías en la educación de los jóvenes según el caris-
ma salesiano,
dales la felicidad del cielo y la luz sin ocaso.
Padre nuestro.
La oración, como en Laudes.
Completas
Del domingo. Se puede concluir con la antífona Sub mum prae-
sldium confúgimus, o bien O Maria, Virgo potens, como en el Or-
dinario: pág. 23.
Invita torio
Ant. Aclamemos al Señor en esta celebración de san
Juan Bosco.
El salmo invitatorio, como en el Ordinario: pág. 13.
Oficio de lectura
HIMNO
Santo alegre, san Juan Bosco,
que enseñaste a tus muchachos
que quien es un santo triste
suele ser un triste santo,

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san juan bosco - 187
danos hoy desde tu cielo
de músicas y de cánticos
la gracia de la alegría
de vivir como cristianos.
Tú, maestro de sonrisas,
hijo del Resucitado,
supiste andar sobre rosas
con paso firme, pisando
las espinas que te herían
juntamente con los pétalos;
haz que sintamos la Pascua
mientras vamos caminando.
Que este mundo sea más justo,
más hermoso, más humano,
que haya paz y amor en todos,
que se acabe ya el pecado;
que sepamos, san Juan Bosco,
trabajar por los hermanos
que Jesús llamó pequeños
y bendijo con su mano.
Gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo. Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autori-
dad eclesiástica.
Ant. 1. El Señor le dio sabiduría e inteligencia y un
corazón grande como las playas junto al mar.
Los salmos, como en el Común de santos varones: pág. 386.
Ant. 2. Creyó contra toda esperanza, y fue hecho pa-
dre de muchas naciones.
Ant. 3. Confía en el Señor, haz el bien y pon en él tu
alegría.
y. Escucharás una palabra de mi boca.
:a. Y la llevarás a tus hermanos.

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188 - oficios propios
PRIMERA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo
a los Tesalonicenses
1, 2-6; 2, 7-9a. 10-12
Nuestro proceder fue leal, justo e irreprochable
Hermanos: Siempre damos gracias a Dios por todos
vosotros y os tenemos presentes en nuestras oraciones.
Ante Dios, nuestro Padre, recordamos sin cesar la ac-
tividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y el
aguante de vuestra esperanza en Jesucristo, nuestro Señor.
Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él os
ha elegido y que, cuando se proclamó el Evangelio entre
vosotros, no hubo sólo palabras, si no además fuerza del
Espíritu Santo y convicción profunda. Sabéis cuál fue nues-
tra actuación entre vosotros para vuestro bien. Y voso-
tros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo
la Palabra entre tanta lucha con la alegría del Espíritu
Santo.
Os tratamos con delicadeza, como una madre cuida
a sus hijos. Os teníamos tanto cariño que deseábamos en-
tregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras
propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor.
Recordad, si no, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas.
Vosotros sois testigos, y Dios también, de lo leal, rec-
to e irreprochable que fue nuestro proceder con vosotros,
los creyentes; sabéis perfectamente que tratamos con ca-
da uno de vosotros personalmente, como un padre con
sus hijos, animándoos con tono suave o enérgico a vivir
como se merece Dios, que os ha llamado a su reino y
gloria.
RESPONSORIO
lTs 3, 12-13a; 4, 2
:&,. Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor
mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os ama-

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san juan hosco - 189
mos. * Y así os fortalezca internamente, para que os pre-
sentéis santos e irreprensibles ante Dios, nuestro Padre.
y. Conocéis bien las instrucciones que os dimos de
parte de Jesucristo el Señor. * Y así os fortalezca inter-
n a m e n t e . ..
SEGUNDA LECTURA
Del proyecto de Reglamento para el Oratorio masculino
de san Francisco de Sales (1854), escrito por san Juan Bos-
co, presbítero
(Scritti pedagogici e spirituali, Roma 1987, 41-44 pássirn)
Un nuevo modo de evangelizar a los jóvenes
Para reunir a los hijos de Dios dispersos (Jn 11, 52).
Creo que estas palabras del Evangelio, que nos revelan
que el divino Salvador vino del cielo a la tierra para reu-
nir a todos los hijos de Dios dispersos por el mundo, se
pueden aplicar literalmente a la juventud de nuestros días.
Esta porción de la sociedad humana, la más delicada y
preciosa, en la que se fundan las esperanzas de un porve-
nir feliz, no es de por de índole perversa. Si se remedian
la dejadez de ciertos padres, el ocio y las malas compañías
a que está expuesta particularmente en los días festivos,
resulta muy fácil inculcar en sus tiernos corazones los prin-
cipios del orden, de las buenas costumbres, del respeto y
de la religión, porque si algún niño está ya viciado a di-
cha edad, es más por irreflexión que por verdadera malicia.
Estos jóvenes necesitan una mano bienhechora que cui-
de de ellos, los cultive, los conduzca a la virtud y los aleje
del vicio. La dificultad consiste en hallar el modo de reu-
nirlos, poderlos hablar y formarlos moralmente.
Tal fue la misión del Hijo de Dios, y eso únicamente
lo puede hacer su santa religión. Ahora bien, esta religión,
que es eterna e inmutable en misma y ha sido y será siem-

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190 - oficios propios
pre la maestra de los hombres, tiene una ley tan perfecta,
que sabe plegarse a las vicisitudes de todos los tiempos
y adaptarse a la índole de cada persona. Los oratorios es-
tán considerados como uno de los medios para cultivar
el espíritu de religión en los corazones rudos y abandona-
dos. Tales oratorios son reuniones en las que se entretie-
ne a la juventud con diversiones agradables y honestas
después de asistir a las funciones de iglesia.
El apoyo recibido de las autoridades civiles y eclesiás-
ticas y el celo con que muchas personas me ayudaron con
medios materiales y con su trabajo son señal indudable
de las bendiciones del Señor y de la aceptación pública de
los hombres.
No pretendo establecer leyes ni preceptos; sólo quie-
ro exponer lo que se viene haciendo en el oratorio mascu-
lino de san Francisco de Sales, surgido en Valdocco, y
cómo se ha hecho hasta ahora.
Es posible que alguna frase dé la impresión de que bus-
co mi propia gloria y honor. No se trata de eso, sino del
interés que tengo por describir las cosas tal como han ocu-
rrido realmente y cómo siguen en la actualidad .
Cuando empecé a trabajar en esta parcela del sagrado
ministerio, decidí consagrar todas mis energías a la ma-
yor gloria de Dios y al bien de las almas; propuse dedi-
carme a formar buenos ciudadanos en esta tierra, a fin
de que fueran dignos ciudadanos del cielo. Que Dios me
ayude a continuar en este propósito hasta el último alien-
to de mi vida.
RESPONSOR IO
Cf. Col 3, 17; lCo 16, 14
}l. Todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea
todo en nombre de Jesús, Ofreciendo la acción de gra-
cias a Dios Padre por medio de él.
y . Todo lo que hagáis, que sea con amor. Ofre-
ciendo.. .

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san juan hosco - 191
O bien:
SEGUNDA LECTURA
De la cartas de san Juan Bosco, presbítero
(Turín, 9 de jumo de 1867; Epistolario, Turín 1959, T, 473-475)
El seguimiento de Cristo en la Sociedad Salesiana
El primer fin de nuestra Sociedad es la santificación
de sus miembros. Por lo tanto, al ingresar en ella, todos
deben prescindir de cualquier otra idea e interés. Quien
entrase para gozar de una vida tranquila, tener comodi-
dad para los estudios, librarse de las órdenes de sus pa-
dres o zafarse de la obediencia a cualquier superior, se
engañaría; ya no lo haría porque acepta el sígueme del Sal-
vador, pues lo que busca es su propia utilidad temporal
y no el bien de su alma. Los apóstoles fueron alabados
por el Señor, que les prometió un reino eterno, no por
abandonar el mundo, sino porque, al hacerlo, demostra-
ron que estaban dispuestos a seguirlo en las tribulaciones,
como de hecho sucedió, consumiendo su vida en los tra-
bajos, en la penitencia y en los padecimientos, y sufrien-
do finalmente el martirio por la fe.
Tampoco ingresa o permanece con buen fin en nues-
tra Sociedad quien piensa que es necesario en ella. Todos
deben grabar bien en su mente y en su corazón que, del
superior general para abajo, nadie es imprescindible en esta
Sociedad. Sólo Dios debe ser su Cabeza y el único Señor
absolutamente necesario. Por ello, los miembros de la mis-
ma sólo deben mirar a esa su Cabeza y Señor, su remune-
rador y su Dios, e inscribirse en ella por amor a él, y por su
amor trabajar, obedecer y dejar cuanto se poseía en el mun-
do para poder decir al final de la vida al Señor a quien un
día elegimos por modelo: Nosotros lo hemos dejado todo
y te hemos seguido. ¿Qué será de nosotros? (Mt 19, 27).
Quien quiera ser mi discípulo -dice el Salvador- sí-
game con la oración, con la penitencia y, especialmente,
niéguese a sí mismo, tome su cruz de las tribulaciones de
cada día y sígame (Mt 16, 24). Pero, ¿hasta dónde seguir-

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192 - oficios propios
le? Hasta la muerte y, si fuere preciso, hasta la muerte de
cruz.
Esto hace en nuestra Sociedad quien consume sus fuer-
zas en el sagrado ministerio, en la enseñanza o en otro
ejercicio sacerdotal hasta la misma muerte violenta de la
cárcel, del destierro, de la espada, del agua o del fuego,
hasta que, después de sufrir o morir por Jesucristo en la
tierra, pueda ir a gozar con él en el cielo.
El socio que ingresa con tan buenas disposiciones no
debe pretender nada, y aceptará con gusto cualquier tra-
bajo que se le confíe. La enseñanza, el estudio, el trabajo,
la predicación, la confesión en la iglesia o fuera de ella y
las más humildes ocupaciones: todo debe recibirse con ale-
gría y prontitud de ánimo, porque Dios no mira el honor
del cargo, sino la voluntad de quien lo desempeña. Así pues,
todos los cargos son igualmente nobles, porque son igual-
mente meritorios a los ojos de Dios... Que él os bendiga
a vosotros y vuestros trabajos; que la gracia del Señor san-
tifique vuestras obras y os ayude a perseverar en el bien.
RESPONSORIO
2Co 13, 11; Flp 4, 7
}l. Hermanos, alegraos, enmendaos, animaos; tened
un mismo sentir y vivid en paz. * Y el Dios del amor y
de la paz estará con vosotros.
y. La paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custo-
diará vuestros corazones en Cristo Jesús. * Y el Dios del
amor ...
O bien:
SEGUNDA LECTURA
De la carta «Iuvenum patris» de Juan Pablo 11, papa
(AAS 80 [1988] 969-987)
San Juan Bosco, padre y maestro de la juventud
San Juan Bosco se daba cuenta de que había recibido
una vocación especial y de que, en el cumplimiento de su

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san juan hosco - 193
misión, estaba asistido y como guiado directamente por
el Señor y por la intervención materna de la Virgen Ma-
ría. Su respuesta fue tal, que la Iglesia lo ha propuesto ofi-
cialmente a los fieles como modelo de santidad.
Su talla de santo lo pone, con originalidad, entre los
grandes fundadores de institutos religiosos en la Iglesia. Bri-
lla por muchos aspectos: inicia una verdadera escuela de
nueva y atrayente espiritualidad apostólica; promueve una
devoción especial a María, Auxiliadora de los Cristianos
y Madre de la Iglesia; da testimonio de un leal y valiente
sentido eclesial, demostrado en delicadas mediaciones en
las entonces difíciles relaciones de la Iglesia con el Estado;
es apóstol realista y práctico, abierto a las aportaciones de
los nuevos descubrimientos; es organizador celoso de mi-
siones, con sensibilidad verdaderamente católica; es, de mo-
do conspicuo, ejemplo de amor de predilección a los jóve-
nes, particularmente a los más necesitados, para bien de
la Iglesia y de la sociedad; es maestro de una eficaz y ge-
nial praxis pedagógica, legada cual preciado don que hay
que custodiar y desarrollar. .. Precisamente tal intercambio
entre educación y santidad es un aspecto característico de
su figura: es educador santo, se inspira en un modelo san-
to -Francisco de Sales-, es discípulo de un maestro espi-
ritual santo - José Cafasso- y entre sus jóvenes sabe ha-
cer santo a uno de sus alumnos: Domingo Savia.
De san Juan Bosco, fundador de una gran familia es-
piritual, puede decirse que el rasgo peculiar de su creati-
vidad se vincula a la forma de educar que llamó Sistema
Preventivo, que, en cierto modo, representa la síntesis de
su sabiduría pedagógica, constituye el mensaje profético
que legó a los suyos y a toda la Iglesia y ha merecido la
atención y el reconocimiento de numerosos educadores y
estudiosos de pedagogía.
La sustancia de su enseñanza permanece, y la peculia-
ridad de su espíritu, intuiciones, estilo y carisma no pier-
den valor, pues se inspiran en la pedagogía transcendente
de Dios.
En la Iglesia y en el mundo, la visión de una educa-
ción integral y completa, según aparece encarnada en Juan

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194 - oficios propios
Bosco, es una pedagogía realista de la santidad. Hay que
recuperar el verdadero concepto de santidad en cuanto ele-
mento de la vida de todo creyente. La originalidad y auda-
cia de la propuesta de una santidad juvenil es intrínseca
al arte educativo de este gran Santo, que con razón puede
definirse como maestro de espiritualidad juvenil. Su se-
creto personal estuvo en no defraudar las aspiraciones
profundas de los jóvenes -necesidad de vida, de amor,
de expansión, de alegría, de libertad, de futuro- y simul-
táneamente en llevarlos gradualmente y con realismo a
comprobar que sólo en la vida de gracia, es decir, en la
amistad con Cristo, se alcanzan en plenitud los ideales más
auténticos.
RESPONSORIO FJp 3, 17; 4, 9; cf. lCo 1, 10; 10, 31
It. Seguid mi ejemplo, y lo que aprendisteis, recibis-
teis, oísteis y visteis en mí, ponedlo por obra. •· Y el Dios
de la paz estará con vosotros.
y. Os exhorto, en nombre de nuestro Señor Jesucris-
to, a hacer todo para glori a de Dios. •· Y el Dios de la
paz ...
HIMNO Te Deum: pág. 15.
La oración, como en Laudes.
Celebración de la vigilia
Los que deseen una celebración mas extensa de la vigilia, en
primer lugar celebrarán el Oficio de lectura; de\\pués de las dos lec-
turas, y ames del Te Deum, añadirán los cánticos y el evangelio que
se indican a continuación.
CÁNTICOS
Ant. Todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea
todo en nombre del Señor.

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san jua n bosco - 195
Cántico I
Jr 17, 7-8
Bendito quien confía en el Señor
¡Dichosos los que escuchan
la pala bra de Dios y la cumplen (Le 11, 28 )
Bendito quien confía en el Señor
y pone en el Señor su confianza.
Será un árbol plantado junto al agua,
que junto a la corriente echa raíces;
cuando llegue el estío no lo sentirá,
su hoja estará verde;
en año de sequía no se inquieta,
no deja de dar &uto.
Cántico II
Si 14, 20-21; 15, 3-5a.6b
Felicidad del sabio
Los discípulos de la sabiduría
le han dado la razón (Le 7, 35 )
Dichoso el hombre que piensa en la sabiduría
y pretende la prudencia,
el que presta atención a sus caminos
y se fij a en sus sendas.
Ella lo alimentará con pan de sensatez
y le dará a beber agua de prudencia;
apoyado en ella no vacilará
y confiado en ella no fracasará;
lo ensalzará sobre sus compañeros,
y el Señor, nuestro Dios,
le dará un nombre perdurable.
Cántico IIJ
Sb 9, 1-6. 9-11
Dame, Señor, la sabiduría
Os daré palabras y sabiduría a las que no podrá
hacer frente ... ningún adve rsario vuestro (Le 21, 15)
Dios de los p adres y Señor de la misericordia,
que con tu pala bra hiciste todas las cosas,

20.6 Page 196

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196 - oficios propios
y en tu sabiduría formaste al hombre,
para que dominase sobre todas tus criaturas,
y para regir el mundo con santidad y justicia,
y para administrar justicia con rectitud de corazón.
Dame la sabiduría asistente de tu trono
y no me excluyas del número de tus siervos,
porque siervo tuyo soy, hijo de tu sierva,
hombre débil y de pocos años,
demasiado pequeño para conocer el juicio y las leyes.
Pues, aunque uno sea perfecto
entre los hijos de los hombres,
sin la sabiduría que procede de ti,
será estimado en nada.
Contigo está la sabiduría, conocedora de tus obras,
que te asistió cuando hacías el mundo,
y que sabe lo que es grato a tus ojos
y lo que es recto según tus preceptos.
Mándala de tus santos cielos,
y de tu trono de gloria envíala,
para que me asista en mis trab ajos
y venga yo a saber lo que te es grato.
Porque ella conoce y entiende todas las cosas,
y me guiará prudentemente en mis obras,
y me guardará en su esplendor.
Ant. Todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea
todo en nombre del Señor.
EVANGELIO
Se lee un evangelio del Leccionario de la misa de san Juan Bos-
co: págs. 63-64. 76-81.
l. Mt 5, 13-19 Vosotros sois la luz del mundo.
2. Mt 18, 1-6. 10 El que acoge a un niño en mi nombre, me aco-
ge a mí.
3. Mt 22, 34-40 Amarás al Señor tu Dios; amarás a tu prójimo.
4 . Me 9, 33-37 El que acoge a un niño como éste en mi nom-
bre, me acoge a mí.

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san juan bosco - 197
S. Me 10, 13-16
6. Le 22, 24-30
7. Jn 10, 1-11
8. Jn 15, 9-17
Dejad que los niños se acerquen a mí.
Yo os transmito el Reino como me lo transmi-
tió mi Padre a mí.
El Buen Pastor.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que os
mando.
Despué~ del evangelio puede hacerse, si parece oportuno, la
homilía.
HIM"lO Te Deum: p.ig. 15.
I a oración, como en Laudes.
Laudes
HIMNO
Señor, hoy celebramos la memoria
de nuestro padre y guía, sa n Juan Bosco.
lo enviaste como mensajero
de tu bondad al mundo y a los jóvenes.
Soñó desde pequeño en ser pastor
de la grey que ponías en sus manos.
Y le diste en María una maestra
que le enseñara la sabiduría.
Él caminó por una senda dura,
pero con alegría y esperanza.
Y supo hacerse todo para todos,
imagen transparente de tu amor.
Él nos unió en familia y quiso darnos
su corazón para seguir como él
acogiendo a rus hijos más humildes
y hacerlos ciudadanos de tu Reino.
Haz que como él seamos portadores
de tu amor a los jóvenes y, juntos
con él, cantemos siempre la alabanza
a ti , Padre, a tu Hijo y al Espíritu. Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autori-
dad eclesiástica.

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198 - oficios propios
Ant. l. Gloria y honor a ti, Dios de mis padres, que
me diste sabiduría, humildad y fortaleza.
Los salmos y el cántico, del domingo de la I semana: pág. 27 .
Ant. 2. Alabad a nuestro Dios con danzas, cantadle
al son de tambores y arpas. Aleluya.
Ant. 3. Lo llenas de gozo en tu presencia, y proclama
a los jóvenes tus bienaventuranzas.
LECTURA BREVE
Hb 13, 17. 20-21
Obedeced con docilidad a vuestros jefes, pues son res-
ponsables de vuestras almas y velan por ellas; así lo ha-
rán con alegría y sin lamentarse, con lo que salís ganando.
Que el Dios de la paz, que hizo subir de entre los muertos
al gran Pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesús, en vir-
tud de la sangre de la ali anza eterna, os ponga a punto
en todo bien, para que cumpláis su voluntad. El realizará
en nosotros lo que es de su agrado, por medio de Jesu-
cristo; a él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
RESPONSORIO BREVE
:a. El Señor es mi pastor, •· Nada me falta. El
Señor...
'f. En verdes praderas me hace recostar. •· Nada me
falta. Gloria al Padre. El Señor.. .
Benedictus, ant. Dichosos los sufridos, porque ellos
heredarán la tierra. Dichosos los limpios de corazón, por-
que ellos verán a Dios.
PRECES
Bendigamos a Dios Padre, que llamó a san Juan Bosco a
anunciar el Evangelio de la alegría, y, al conmemorar-
lo litúrgicamente, oremos diciendo:
Bendice a tu pueblo, Señor.

20.9 Page 199

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san juan hosco - 199
que demostraste en san Juan Bosco tu predilección por
los jóvenes y pobres,
- ayúdanos a reconocer en ellos el rostro de Cristo,
tu Hijo, y a servirles con caridad pastoral.
Lo hiciste apóstol de los sacramentos de la Eucaristía y
de la Reconciliación ,
- ha z que sepamos conducir a los jóvenes a esas inago-
tables fuentes de vida y de gracia.
Abriste la mente y el corazón de san Juan Bosco a los gran-
des horizontes de la Iglesia,
- concédenos espíritu misionero y creatividad apostóli-
ca para la construcción de tu Reino.
En tu Providencia le diste serenidad y confianza en las
pruebas de la vida,
- concédenos confiar siempre en ti y perseverar con
fidelidad en tu servicio.
En san Juan Bosco diste a tu Iglesia una imagen viva de
Jesucristo buen pastor,
-- haz que no se pierda ninguno de los que confías a nues-
tra misión de educadores.
Padre nuestro.
Oración
Señor, Dios nuestro , en tu providencia nos has dado
a san Juan Bosco, padre y maestro de los jóvenes, que,
bajo la guía de la Virgen Ma ría, trabajó con entrega infa-
tigable por el bien de la Iglesia; suscita también en noso-
tros la misma caridad apostólica, que nos impulse a buscar
la salvación de los hermanos para servirte a ti, único y
sumo bien. Por nuestro Señor Jesucristo...
Hora intermedia
HIMNO
¡Con qué poder todavía
tu rostro irradia esa magia

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200 - oficios propios
que cautiva y que contagia
como ninguno podría!
Tu bondad y cercanía
son mensajes del amor
de Jesús, el buen pastor,
que a los jóvenes te manda
y tu co razón se agranda,
¡enviado del Señor!
Juan Bosco vive: su aliento
se percibe en la tersura
de las frentes, la frescura
de los ojos y el acento
de la voz, y en el contento
de que asiste, guiadora,
cada día, cada hora,
como luz de la existencia,
la solícita presencia
de María Auxiliadora. Amén.
O bien el himno apropiado a la hora de la celebración.
SALMODIA
Salmodia complementaria: pág. 149 ss. Cuando esta solemni-
dad cae en domingo, los salmos se toman del domingo I: pág. 27.
Tercia
Ant. Servid al Señor con alegría. Aleluya.
LECTURA BREVE
lTs 5, 16-22. 28
Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. Dad gra-
cias en toda ocasión: ésta es la voluntad de Dios en Cristo
Jesús respecto de vosotros. No apaguéis el Espíritu, no des-
preciéis el don de profecía; sino examinadlo todo, quedán-
doos con lo bueno. Guardaos de toda forma de maldad.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vosotros.
ll- Alabad al Señor e invocad su nombre.
'f. Proclamad sus obras entre los pueblos.

21 Pages 201-210

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21.1 Page 201

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san juan bosco - 201
Sexta
Ant. Adorad a Dios en todo: en la alegría y en el dolor.
LECTURA BREVE
flp 2, 1-4
Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con
vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis en-
trañas compasivas, dadme esta gran alegría: Manteneos
unánimes y concordes, con un mismo amor y un mismo
sentir. No obréis por envidia ni por ostentación, dejaos
guiar por la humildad y considerad siempre superiores a
los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino bus-
cad todos el interés de los demás.
a. Proclamad conmigo la grandeza del Señor.
'f. Ensalcemos juntos su nombre.
Nona
Ant. Que Dios nos ayude a caminar por la senda del
cielo.
LECTURA BREVE
Rm 12, 9-13
Que vuestra caridad no sea una farsa; aborreced loma-
lo y apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed ca-
riñosos unos con otros, estimando a los demás más que
a uno mismo. En la actividad, no seáis descuidados; en
el espíritu, manteneos ardientes. Servid constantemente al
Señor. Que la esperanza os tenga alegres; estad firmes en
la tribulación, sed asiduos en la oración. Contribuid en
las necesidades del pueblo de Dios, practicad la hospi-
talidad.
a. Tú eres, Señor, bueno y fuente de toda bondad.
Y. Eterna es tu misericordia.
La oración, como en Laudes.

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202 - oficios propios
II Vísperas
HIMNO, como en las I Vísperas.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autori-
dad eclesiástica.
Ant. 1. Mi alma se gloría en el Señor: que los humil-
des lo escuchen y se alegren.
Los salmos y el cántico, como en el Común de santos varones:
pág. 396.
Ant. 2. Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican.
Ant. 3. Grande y maravilloso eres, Señor, en todos tus
caminos.
LECTURA BREVE
lCo 13, 4-8a. 13
El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no pre-
sume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irri-
ta, no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia,
sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin
límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El amor no
pasa nunca. Quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres.
La más grande es el amor.
RESPONSORlO BREVE
a. La boca del justo Expone la sabiduría. La boca
del justo...
'f. En su corazón, la ley de Dios. ,., Expone la sabi-
duría. Gloria al Padre. La boca del justo...
Magníficat, ant. Con muchísimo gusto gastaré toda
mi vida por el bien de vuestras almas.
PRECES
Unidos en el amor de Cristo, al final de este día festivo,
presentemos a Dios Padre nuestros anhelos y esperan-
zas, diciendo:
Protege, Señor, a esta tu familia.

21.3 Page 203

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san juan bosco - 203
Por san Juan Bosco diste a tu Iglesia nuevas familias reli-
g10sas,
- haz que en ellas florezcan la vida evangélica y el testi-
monio profético.
Inspiraste a nuestro Fundador la idea de congregar a mu-
chos que trabajaran por la salvación de la juventud,
- manda nuevas vocaciones a la Familia Salesiana, y
manténla en la unidad.
Quieres que todos los pueblos lleguen al conocimiento de
la verdad,
- por intercesión de la Virgen María, bendice y haz fe-
cundo el trabajo de los misioneros del Evangelio.
Hiciste a san Juan Bosco formador y educador de los jó-
venes, especialmente los más pobres y abandonados,
- ayúdanos a imitar su sabiduría pedagógica en el ca-
mino que has trazado para cada uno de nosotros.
Has llamado junto a ti a muchos hermanos nuestros, que
consagraron su vida a la extensión de tu Reino,
- concede el premio prometido a quienes te sirvieron con
fidelidad y amor.
Padre nuestro.
La oración, como en Laudes.
Completas
De domingo. Se puede concluir con la antífona Sub tuum prae-
sídium confú gimus, o bien O María, Virgo potens, como en el Or-
dinario: pag. 23.
~

21.4 Page 204

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1 de febrero
CONMEMORACIÓN
DE TODOS LOS SALESIANOS DIFUNTOS
El sufragio por los salesianos difuntos es un deber de grarirud
y fraternidad . El recuerdo de los conocidos y de aquellos con quie-
nes se han compartido, quizás durante muchos años, vocación y mi-
sión, puede ser un buen estimulo para proseguir en la Familia
Salesiana el camino de la santidad.
Cuando la Congregación Salesiana conmemora a sus difuntos,
celebra la Pascua de Cristo cumplida en ellos, y agradece al Señor
el don de sus vidas al servicio del carisma de san Juan Bosco.
Indulgencia plenaria.
Cuando esta conmemoración cae en domingo, se omite y no
puede trasladarse a otro día.
Invita torio
Ant. Venid, adoremos al Señor, esperanza de los que
viven .
El salmo invitatorio, como en el Ordinario: pág. 13.
Oficio de lectura
HIMNO
¡Piensa lo que será!:
saltar a tierra, ¡y ver que es cielo ya!,
pasar de la borrasca de la vida
¡a la paz sin medida... !
De un brazo asirte, y ver, al irle en pos,
¡que es el brazo de Dios!
Beber a pulmó n pleno un aire fino. ..
¡Y es el aire divino!

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conmemoración de todos los salesianos difuntos - 205
Ebrios de dicha oír a un querubín:
«¡Es la dicha sin fin ...
Abrir los ojos, inquirir qué pasa,
y oír decir a Dios: «¡Ya estás en casa!»
¡Oh, el inmenso placer
de abismarse en tu mar!
Cerrar los ojos y empezar a ver;
pararse el corazón ¡y echarse a amar!
Gloria al Dios, uno y trino,
alfa y omega, origen y destino. Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autori-
dad ecles1ásttca.
SALMODIA
Ant. l. Dichoso el hombre que ha puesto su confian-
za en el Señor.
Salmo 39, 2-14. 17-18
I
Yo esperaba con ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito:
me levantó de la fosa fatal,
de la charca fangosa;
afianzó mis pies sobre roca,
y aseguró mis pasos;
me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios.
Muchos, al verlo, quedaron sobrecogidos
y confiaron en el Señor.
Dichoso el hombre que ha puesto
su confianza en el Señor,
y no acude a los idólatras,
que se extravían con engaños.
Cuántas maravillas has hecho,
Señor, Dios mío,

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206 - oficios propios
cuántos planes en favor nuestro;
nadie se te puede comparar.
Intento proclamarlas, decirlas,
pero superan todo número.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: «Aquí estoy
-como está escrito en mi libro-
para hacer tu voluntad. »
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas.
Ant. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza
en el Señor.
Ant. 2. Guíame, Señor, con justicia; alláname tu ca-
mmo.
II
He proclamado tu salvación
ante la gran asamb lea;
no he cerrado los labios:
Señor, lo sabes.
No me he guardado en el pecho tu defensa,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad
ante la gran asamblea.
Tú, Señor, no me cierres tus entrañas,
que tu misericordia y tu lealtad
me guarden siempre,
porque me cercan desgracias sin cuento.
Se me echan encima mis culpas,
y no puedo huir;
son más que los pelos de mi cabeza,
y me falta el valor.

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conmemoración de todos los salesianos difuntos - 207
Señor, dígnate librarme;
Señor, date prisa en socorrerme.
Alégrense y gocen contigo
todos los que te buscan;
digan siempre: «Grande es el Señor»
los que desean tu salvación.
Yo soy pobre y desgraciado,
pero el Señor se cuida de mí;
eres mi auxilio y mi liberación:
Dios mío, no tardes.
Ant. Guíame, Señor, con justicia; alláname tu camino.
Ant. 3. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver su rostro?
~almo 41
Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío;
tiene sed de Dios,
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?
Las lágrimas son mi pan
noche y día,
mientras todo el día me repiten:
«¿Dónde está tu Dios?»
Recuerdo otros tiempos,
y desahogo mi alma conmigo:
cómo marcha ba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.

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208 - oficios propios
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío. »
Cuando mi alma se acongoja,
te recuerdo
desde el Jordán y el Hermón
y el Monte Menor.
Una sima grita a otra sima
con voz de cascadas:
tus torrentes y tus olas
me han arrollado.
De día el Señor
me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza
del Dios de mi vida.
Diré a Dios: «Roca mía,
¿por qué me olvidas?
¿Por qué voy andando, sombrío,
hostigado por mi enemigo? ».
Se me rompen los huesos
por las burlas del adversario;
todo el día me preguntan:
«¿Dónde está tu Dios?»
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío. »
Ant. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuán-
do entraré a ver su rostro?
y. Grande es tu ternura, Señor.
:&. . Con tu palabra dame vida.

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conmemoración de todos los salesianos difuntos - 209
PRIMERA LECTURA
De la segunda carta del apóstol san Pablo
a los Corintos
4, 16 - 5, 10
Al deshacerse nuestra morada terrenal,
adquirimos una mansión eterna en el cielo
Hermanos: Aunque nuestro hombre exterior se vaya
deshaciendo, nuestro interior se renueva día a día. Y una
tribulación pasajera y liviana produce un inmenso e in-
calculable tesoro de gloria. No nos fijamos en lo que se
ve, sino en lo que no se ve: lo que se ve es transitorio;
lo que no se ve es eterno.
Es cosa que ya sabemos: Si se destruye nuestro taber-
náculo terreno, tenemos un sólido edificio construido por
Dios, una casa que no ha sido levantada por mano de hom-
bre y que tiene una duración eterna en los cielos; y, de
hecho, por eso suspiramos: por el anhelo de vestirnos en-
cima la morada que viene del cielo, suponiendo que nos
encuentre aún vestidos, no desnudos. Los que vivimos en
tiendas suspiramos bajo ese peso, porque no querríamos
desnudarnos del cuerpo, sino ponernos encima el otro, y
que lo mortal quedara absorbido por la vida. Dios mis-
mo nos creó para eso y como garantía nos dio el Espfritu.
En consecuencia, siempre tenemos confianza, aunque
sabemos que, mientras sea el cuerpo nuestro domicilio,
estamos desterrados lejos del Señor. Caminamos sin ver-
lo, guiados por la fe. Y es tal nuestra confianza, que pre-
ferimos desterrarnos del cuerpo y vivir junto al Señor. Por
lo cual, en destierro o en patria, nos esforzamos por agra-
darle. Porque todos tendremos que comparecer ante el tri-
bunal de Cristo para recibir premio o castigo por lo que
hayamos hecho mientras teníamos este cuerpo.
RESPONSORIO
Cf. Sal 50, 3-4
.&. . Señor, no me juzgues según mis actos: nada dig-
no de mérito he hecho en tu presencia; por eso ruego a
tu majestad: Por tu inmensa compasión, borra mi culpa.
}t. Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi peca-
do. * Por tu inmensa compasión, borra mi culpa.

21.10 Page 210

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210 - oficios propios
SEGUNDA LECTURA
Del tratado sobre Isaac o el alma, de san Ambrosio, obispo
(8, 78-79: Sancti Ambrosii Episcopi Mediolancn\\is Opera 3, 123-125)
El verdadero bien es la vida eterna
Huyamos hacia la que es nuestra verdadera patria. Allí
tenemos la patria, allá está el Padre que nos creó, allí está
la ciudad de J erusalén , madre de todos.
Pero, ¿en qué consiste esa fuga? Desde luego no se tra-
ta de huir con los pies del cuerpo, pues corran por donde
corran, siempre lo hacen por la tierra y pasan de un lugar
a otro. T ampoco se trata de huir en barco, en carro o a
caballo, que tropiezan y caen; debemos huir con la mente,
los ojos y los pies de nuestro hombre interior. Acostum-
bremos nuestros ojos a contemplar las realidades esplen-
dorosas y claras, a mirar el rostro de la continencia, la
templanza y demás virtudes, pues en ellas no hay nada de
áspero, obscuro o tortuoso. Que cada uno se mire a sí mis-
mo y a su conciencia, y purifique el ojo interno, a fin de
que no tenga ninguna mancha, porque lo que se ve no de-
be desentonar de quien lo ve, dado que Dios quiere que
seamos conformes a la imagen de su Hijo. Conocemos,
pues, aquel bien: no está lejos de cada uno de nosotros,
ya que en él vivimos, nos movemos y existimos, somos es-
tirpe suya (Hch 17, 28), como pensaba el Apóstol que los
gentiles querían entender. Tal es el bien que buscamos, el
únic9 bien, pues nadie es bueno fuera de Dios.
Este es el ojo que ve el grande y verdadero esplendor.
Igual que sólo un ojo sano y vivo puede ver el sol, así tam-
bién únicamente un alma buena puede ver el bien. H ága-
se, pues, bueno quien desee ver al Señor y el bien. Es el
bien que está por encima de toda acción y de toda mente
e inteligencia, el bien que dura po r siempre y hacia el que
caminan todas las cosas. En él habiuz corporalmente la ple-
nitud de la divinidad (Col 2, 9) y por su medio todas las
cosas se reconcilian con él. Si queremos definir más cum-
plidamente el bien , tenemos que decir que el bien es la vi-
da, puesto que el bien dura siempre y a todos nos pro-

22 Pages 211-220

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22.1 Page 211

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conmemoración de todos los salesianos difuntos - 211
porciona el vivir y el existir: la fuente de la vida de todos
es Cristo.
De él dice el profeta: Viviremos delante de él (Os 6,
2), pues ahora nuestra vida está con Cristo escondida en
Dios; cuando aparezca Cristo, nuestra vida, entonces tam-
bién nosotros apareceremos, juntamente con él, en la glo-
ria (Col 3, 3-4). Así pues, no hay por qué temer la muerte,
dado que es el reposo del cuerpo y la libertad o liberación
del alma. Tampoco hay que temer a quien puede matar
el cuerpo, pero no puede dar muerte al alma, porque no-
sotros no tememos a quien puede llevarse nuestra ropa ni
a quien puede robar nuestras cosas pero no puede arreba-
tarnos la persona. Nosotros somos nuestra alma, nuestros
miembros son la ropa. La ropa debemos cuidarla, para que
no se estropee ni se quede vieja; pero quien se sirve de ella
debe, sobre todo , conservarse y guardarse a sí mismo.
RESPONSORIO
Sal 26, 4. 13; Flp 1, 2 1
a . Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en
la casa del Señor por los días de mi vida. •· Espero gozar
de la dicha del Señor en el país de la vida.
'tf. Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir.
* Espero gozar...
O bien:
SEGUNDA LECTURA
Del Testamento espiritual de san Juan Bosco, presbítero
(Const1tuciom.'!> de la Soaedad de san francisco de Sales, Roma 1984;
edic. española, págs. 259-260)
En la eternidad se nos recompensará de todo lo sufrido
por amor de Cristo
Queridos y amados hijos en Jesucristo: Antes de partir
para mi eternidad, quiero cumplir con vosotros algunos de-
beres y satisfacer así un deseo de mi corazón.

22.2 Page 212

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212 - oficios propios
Ante todo, os agradezco con el mayor afecto la obe-
diencia que me habéis prestado y cuanto habéis hecho para
sostener y propagar nuestra Congregación.
Os dejo aquí en la tierra, pero por poco tiempo. Es-
pero que la infinita misericordia de Dios haga que nos en-
contremos todos un día en la eternidad feliz. Allí os
aguardo.
Os ruego que no lloréis mi muerte. Es una deuda que
todos debemos pagar; pero después nos serán copiosamen-
te recompensados los sufrimientos padecidos por amor de
nuestro maestro Jesucristo.
En vez de llorar, haced el firme propósito de perseve-
rar en la vocación hasta la muene. Vigilad y procurad que
ni el amor del mundo ni el afecto a los parientes ni el de-
seo de una vida más cómoda os induzcan al gran e;:rror
de profanar los sagrados votos y traicionar así la profe-
sión religiosa con la que un día nos consagramos al Señor.
Ninguno retire lo que una vez ofreció a Dios.
Si me habéis amado hasta ahora, seguid haciéndolo
en adelante con la exacta observancia de nuestras Consti-
tuciones.
Vuestro primer Rector ha muer!o; pero el verdadero
superior, Cristo Jesús, no morirá. El será siempre nues-
tro maestro, guía y modelo; recordad que, a su tiempo,
él será también nuestro juez y recompensará nuestra fide-
lid ad en servirle.
Vuestro Rector ha muerto; pero será elegido otro que
cuide de vosotros y de vuestra salvación eterna. Escuchad-
lo, amadlo, obedecedlo y rezad por él como lo habéis he-
cho por mí.
Adiós, hijos míos, adiós. Os espero en el cielo. Allí
hablaremos de Dios, de María, madre y auxiliadora de
nuestra Congregación; allí bendeciremos eternamente a
nuestra Sociedad, la observancia de cuyas Constituciones
habrá contribuido poderosa y eficazmente a nuestra sal-
vación .
Bendito sea el nombre del Señor ahora y por siempre.
En ti, Señor, he confiado; no me veré defraudado para
siempre.

22.3 Page 213

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conmemoración de todos los salesianos difuntos - 2 13
RESPONSORIO
Cf. Flp 3, 20. 21; Col 3, 4
a. Somos ciudadanos del cielo, de c,londe aguarda-
mos un Salvador: el Señor Jesucristo. ,. El transformará
nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo
glorioso.
'f. Cuando aparezca Cristo, nuestra vida, entonces
también n9sotros apareceremos, juntamente con él, en la
gloria. "" El transformará ...
O bien:
SEGUNDA LECTURA
De los escritos del siervo de Dios José Quadrio , presbíte-
ro salesiano
(R1sposte [ed1c1ón de R. Bracch1], Roma 1992, 236-238)
Para el cristiano,
la muerte es el principio de la verdadera vida
La fe ilumina la muerte con una luz suave y presenta
sus aspectos positivos y consoladores. Para un cristiano,
morir no es acabar, sino empezar; es el principio de la ver-
dadera vida, la puerta qu e da a la eternidad. Es como
cuando, en la alambrada de un campo de concentración,
se oye el suspirado anuncio: «¡Se vuelve a casa!» Morir
es entreabrir la puerta de casa y decir: «Padre, ya estoy
aquí; he llegado. » Es verdad que se trata de un salto en
la obscuridad, pero se hace con la certeza de caer en los
brazos de nuestro Padre del cielo.
El que cree realmente en la vida eterna, no puede de-
jar de repetir con san Pablo: Para mí es una ganancia el
morir... Deseo partir para estar con Cristo, que es con mu-
cho lo mejor (Flp 1, 21 . 23 ). Mientras vivimos en este cuer-
po, estamos lejos del Señor... Nuestro anhelo es cambiar
la habitación de este cuerpo por la morada en el Señor
(2Co 5, 5-6). M ás allá de la tumba, los ojos que cerra-
mos siguen viendo . Los muertos no son criaturas reduci-
das a la nada; siguen viviendo.

22.4 Page 214

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214 - oficios propios
El miedo obsesivo a la muerte podría tener su origen
en la turbación por los pecados cometidos y en el temor
al juicio divino. En ese caso, hay que superar el terror con
una esperanza firmísima en la misericordia infinita del Pa-
dre del cielo. Quien nos va a juzgar y decidir sobre nues-
tra suerte eterna no es un enemigo o extraño, sino nuestro
hermano mayor, que para salvarnos afrontó los atroces
sufrimientos del Calvario y nos ama más que nosotros mis-
mos. San Francisco de Sales afirmaba que el día del juicio
prefería ser juzgado por Dios a serlo por su propia ma-
dre. Basta reconocerse pecadores y abandonarse confia-
damente a la bondad inconmensurable de Dios para ase-
gurarse el perdón y la salvación. ¡Qué hermoso es no sen-
tirse sin deudas con él, sino necesitado de su misericor-
dia; sentirse perdido pero, a la vez, salvado por él, que
vino a salvar lo que estaba perdido!
Por último, la raíz de la turbación frente a la muerte
podría ser el pensamiento de los dolores y a ngustias que
con frecuencia la hacen pavorosa. Hay un remedio infali-
ble, no para suprimir, sino para dominar y dulcificar ese
pensamiento: ofrecer a diario la propia agonía y muerte,
con todos los sufrimientos físicos y morales que la acom-
pañen, al Padre del cielo unidos a la muerte de Cristo, con
el mismo amor y con las mismas intenciones que tuvo Je-
sús en la cruz. ¡Cuánta luz y qué consuelo da esa previa
celebración amorosa de la propia muerte, ofrecida al Pa-
dre como una pequeña hostia unida a la gran Hostia que
es Jesús inmolado en el Calvario y en cada misa! Así, nues-
tra muerte adquiere el significado y valor de una corre-
dención, es decir, de una cooperación con Jesús para
glorificar al Padre, expiar los pecados y salvar el mundo.
Es posible que, aunque convirtamos la muerte en ob-
jeto de fe, esperanza y amor, no deje de infundirnos mie-
do; sin embargo, lo aceptaremos y amaremos como
materia preciosa del sacrificio supremo.
RESPONSORIO
Sal 30, 20; lCo 2, 9
a. ¡Qué bondad tan grande, Señor, reservas para tus
fieles, •· Y concedes a los que a ti se acogen!

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conmemoración de todos los salesianos difuntos - 215
}1. Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede
pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman.
•· Y concedes...
La oración, como en Laudes.
Laudes
HIMNO
Campanero, cuando muera,
lanza al aire de la aurora
la tonada más sonora
que jamás bronce tañera.
Lleve el aura al valle hundido
su solemne vibración
anunciando en su tañido:
¡Resurrección!
Que al volteo pongas brío
y al golpeo del badajo
tiemble el bosque, vibre el río,
pare el ritmo del trabajo,
brille el aire, calle el coro,
suene en única oración
tu campana, lengua de oro:
¡Resurrección!
Peine el son las rubias mieses,
surque vegas, prados, olas,
turbe hogares de burgueses,
hable a escuálidas chabolas;
cruce plazas, doble esquinas,
llene el mundo con su son,
grite en bancos y oficinas:
¡Resurrección!
Quiero y mudo para entonces
yo estaré bajo la gleba,

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216 - oficios propios
campanero; mas tus bronces
llevarán la Buena Nueva.
Tal vez Dios permita, empero,
buen amigo campanero,
que a tu toque de oración,
el repique aquel primero,
que es de vida mensajero,
me caliente el corazón:
¡Resurrección! Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autori-
dad eclesiástica.
SALMODIA
Ant. 1. Mira, Señor, mi fragilidad ; limpia mi pecado.
Salmo 50
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero ,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco q~e la nieve.
H azme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.

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conmemoración de todos los salesianos difuntos - 217
Oh Dios, crea en mf un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espiríritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios, Salvador mío,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Ant. Mira, Señor, mi fragilidad; limpia mi pecado.
Ant. 2. Invocaré al Señor de mi alegría, y me librará
de la muerte y del mal.
Cántico Is 38, 10-14. 17-20
Yo pensé: «En medio de mis días
tengo que marchar hacia las puertas del abismo;
me privan del resto de mis años.»
Yo pensé: «Ya no veré más al Señor
en la tierra de los vivos,
ya no miraré a los hombres
entre los habitantes del mundo.

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218 - oficios propios
Levantan y enrollan mi vida
como una tienda de pastores.
Como un tejedor, devanaba yo mi vida,
y me cortan la trama. »
Día y noche me estás acabando,
sollozo hasta el amanecer.
Me quiebras los huesos como un león,
día y noche me estás acabando.
Estoy piando como una golondrina,
gimo como una paloma.
Mis ojos mirando al cielo se consumen:
¡Señor, que me oprimen, sal fiador por mí!
Me has curado, me has hecho revivir,
la amargura se me volvió paz
cuando detuviste mi alma a nte la tumba vacía
y volviste la espald a a todos mis pecados.
El ab ismo no te da gracias,
ni la muerte te alaba,
ni esperan en tu fidelidad
los que bajan a la fosa.
Los vivos, los vivos son quienes te alaban:
como yo ahora.
El padre enseña a su; hijos tu fidelidad.
Sálvame, Señor, y tocaremos nuestras arpas
todos nuestros días en la casa del Señor.
Ant. Invocaré al Señor de mi alegría, y me librará de
la muerte y del mal.
Ant. 3. Ensalzaré con cánticos el nombre del Señor,
celebraré con gozo su gloria.
Salmo 145
Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.

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conmemoración de todos los salesianos difuntos - 219
No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra
el mar y cuanto hay en él;
que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se dobl an,
El Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos,
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.
Ant. Ensalzaré con cánticos el nombre del Señor, ce-
lebraré con gozo su gloria.
LECTURA BREVI!.
Sb 2, 23 - 3, l. 5-6. 9b
Dios creó al hombre incorruptible, le hizo a imagen
de su misma naturaleza. Por envidia del diablo entró la
muerte en el mundo, y la experimentan los que le perte-
necen. En cambio, la vida de los justos está en manos de
Dios y no les tocará el tormento. Sufrieron un poco; reci-
birán grandes favores, porque Dios los puso a prueba y
los halló dignos de sí: los probó como oro en crisol, los
recibió como sacrificio de holocausto. Los fieles perma-
necerán con él en el amor, porque sus elegidos encontra-
rán gracia y misericordia.

22.10 Page 220

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220 - oficios propios
RESPONSORIO BREVE
}l. Te ensalzaré, Señor, •· Porque me has librado. Te
ensalzaré ...
f . Cambiaste mi luto en danza. •· Porque me has li-
brado. Gloria al Padre. Te ensalzaré...
Benedictus, ant. Yo soy la resurrección y la vida; el
que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está
vivo y cree en mí no morirá para siempre.
O bien:
Somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un
Salvador: Jesucristo el Señor.
PRECES
Dios Padre, que resucitó de entre los muertos a Jesús,
devolverá también la vida a nuestros cuerpos mortales
por medio de su Espíritu. Animados por esta esperan-
za, digamos:
Señor de la muerte y de la vida, escúchanos.
Padre, que por el bautismo nos sepultaste en la muerte
de tu Hijo y nos hiciste partícipes de su resurrección,
- haz que, muertos al pecado, caminemos siempre en
novedad de vida.
Padre, llevamos siempre en nuestro cuerpo la muerte de
Jesucristo, tu Hijo,
- haz que su vida se transluzca en nuestra carne mortal.
Padre, en la resurrección de Jesucristo tu fidelidad quedó
proclamada para siempre,
- danos el gozo de la esperanza, a pesar del misterio de
la muerte.
Padre, no nos hundimos en el desaliento aunque nuestro
cuerpo se desmorone poco a poco,
- haz que nuestro ánimo se renueve constantemente.

23 Pages 221-230

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23.1 Page 221

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conmemoración de todos los salesianos difuntos - 221
Padre, tenemos la certeza de que ni la muerte ni la vida,
ni el presente ni el futuro podrán separarnos del amor
que nos demostraste en Jesucristo,
lleva junto a ti a los salesianos difuntos y afianza nues-
tra fe en tus promesas.
Padre nuestro.
Oración
Padre de infinita misericordia, que prometiste dicha
sin fin a los que buscan, por encima de todo, el Reino de
los cielos: te pedimos que acojas a nuestros hermanos di-
funtos [los salesianos difuntos), que consumaron su vida
en el servicio del Evangelio siguiendo el camino trazado
por san Juan Sosco; concédeles a ellos la contemplación
de tu rostro y a nosotros la fidelidad a nuestros compro-
misos religiosos. Por nuestro Señor Jesucristo.. .
Hora intermedia
HlMNO
Dejad que el grano muera
y venga el tiempo oportuno:
dará cien granos por uno
la espiga de primavera.
Mirad que es dulce la espera
cuando los signos son ciertos;
tened los ojos abiertos
y el corazón consolado:
si Cristo ha resucitado,
¡resucitarán los muertos! Amén.
SALMODIA
Antífona
Tercia: Gozo y alegría para quienes te buscan, Señor;
para los que te aman, la salvación.

23.2 Page 222

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222 - oficios propios
Sexta: Muéstranos, Señor, tu misericordia, y danos tu
salvación.
Nona : Siempre daré gloria a tu nombre, porque es
grande conmigo tu misericordia, Señor.
Salmo 69
Dios mío, dígnate librarme;
Señor, date prisa en socorrerme.
Sufran una derrota ignominiosa
los que me persiguen a muerte;
vuelvan la espalda afrentados
los que traman mi daño;
que se retiren avergonzados
los que se ríen de mí.
Alégrense y gocen contigo
todos los que te buscan;
y digan siempre: «Dios es grande»,
los que desean tu salvación.
Yo soy pobre y desgraciado:
Dios mío, socórreme,
que tú eres mi auxilio y mi liberación.
¡Señor, no tardes!
Salmo 84
Señor, has sido bueno con tu tierra ,
has restaurado la suerte de Jacob,
has perdonado la culpa de tu pueblo,
has sepultado todos sus pecados,
has reprimido tu cólera ,
has frenado el incendio de tu ira.
Restáuranos, Dios salvador nuestro;
cesa en tu rencor contra nosotros.
¿Vas a estar siempre enojado,
o a prolongar tu ira de edad en edad?

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conmemoración de todos los salesianos difuntos - 223
¿No vas a devolvernos la vida,
para que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón. »
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra;
la misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo;
el Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.
Salmo 85
Inclina tu oído, Señor, escúchame,
que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo;
salva a tu siervo, que confía en ti.
Tú eres mi Dios; piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo,
pues levanto mi alma hacia ti;
porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica .
En el día del peligro te llamo,
y tú me escuchas.

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224 - oficios propios
No tienes igual entre los dioses, Señor,
ni hay obras como las tuyas.
Todos los pueblos vendrán
a postrarse en tu presencia, Señor;
bendecirán tu nombre:
«Grande eres tú, y haces maravillas;
tú eres el único Dios.»
Enséñame, Señor, tu camino,
para que siga tu verdad;
mantén mi corazón entero
en el temor de tu nombre.
Te ala baré de todo corazón, Dios mío;
daré gloria a tu nombre por siempre ,
por tu gran piedad para conmigo,
porque me salvaste del abismo profundo.
Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí,
una banda de insolentes atenta contra mi vida ,
sin tenerte en cuenta a ti.
Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,
lento a la cólera, rico en piedad y leal,
mírame, ten compasió n de mí.
Da fuerza a tu siervo,
salva al hijo de tu esclava;
dame una señal propicia,
que la vean mis adversarios y se avergüencen,
porque tú, Señor, me ayudas y consuelas.
Tercia
Ant. Gozo y alegría para quienes te buscan, Señor; pa-
ra los que te aman, la salvación.
LECTURA BREVE
Jb 19, 25-27
Yo que está vivo mi Redentor, y que al final me al-
zará sobre el polvo: después que me arranquen la piel, ya

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conmemoración de todos los salesianos difuntos - 225
sin carne, veré a Dios. Yo mismo Jo veré, y no otro, mis
propios ojos lo verán.
'f. ¿Por qué te acongojas, alma mía, por qué te tur-
bas?
}l. Espera en Dios, que volverás a alabarlo.
Sexta
Ant. Muéstranos_, Señor, tu misericordia y danos tu
salvación .
LECTURA BREVE
Sb 1, 13-15
Dios no hizo la muerte ni goza destruyendo a los vi-
vientes. Todo lo creó para que subsistiera; las criaturas
del mundo son saludables: no hay en ellas veneno de muer-
te ni el abismo impera en la tierra. Porque la justicia es
inmortal.
'f. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo.
}l. Porque tú, Señor, vas conmigo.
Nona
Ant. Siempre daré gloria a tu nombre, porque es gran-
de conmigo tu misericordia, Señor.
LECTURA BREVE
Is 25, 8
Aniquilará Dios la muerte para siempre. El Señor Dios
enjugará las lágrimas de todos los rostros, y el oprobio
de su pueblo lo alejará de todo el país. -Lo ha dicho el
Señor-.
}1. Escuch a, Señor, mis súplicas.
Il. A ti acude todo mortal.
La oración, como en Laudes.

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226 - oficios propios
Vísperas
Cuando el 2 de febrero cae en domingo, se celebran las I Víspe-
ras de la Presentación del Señor.
HIMNO
Cristo, esperanza de los que en ti duermen,
en esta tarde alzamos la mirada
anegada en el llanto de la muerte.
Tú has probado este cáliz en la cruz
y en terrible agonía doblegaste
como una flor tronchada tu cabeza.
En ti morimos todos, en tu cuerpo
recoges nuestro polvo, y eres nuestra
salvación en tus brazos siempre abiertos.
Puerta del cielo, acogerás el débil
corazón que ha de amarte en su silencio,
en el sueño grandioso de la muerte.
Mas seguiremos todos por la estela
de tu luz, oh Señor Resucitado,
llenos de vida y juventud un día.
Señor, a los hermanos que ya duermen
el sueño de la paz, dales que puedan
contemplar la hermosura de tu rostro . Amén
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autori-
dad eclesiástica.
SALMODIA
Ant. 1. Caminaré en presencia del Señor en el país de
la vida.
Salmo 120
Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.

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conmemoración de todos los salesianos difuntos - 227
No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.
El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de dfa el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salid as,
ahora y por siempre.
Ant. Caminaré en presencia del Señor en el país de la
vida.
Ant. 2. No abandones, Señor, la obra de tus manos.
Salmo 129
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y el redimirá a Israel
de todos sus delitos.

23.8 Page 228

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228 - oficios propios
Ant. No abandones, Señor, la obra de tus manos.
Ant. 3. Lo mismo que el Padre resucita a los muertos
y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.
Cántico
r:Jp 2, 6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango
y tornó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Ant. Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y
les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.
LECTURA BREVE
1Co 15, 20-24a. 25-27a
Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de to-
dos. Si por un hombre vino la muerte, por un hombre ha
venido la resurrección. Si por Adán murieron todos, por
Cristo todos volverán a la vida. Pero cada uno en su pues-
to: primero Cristo, como primicia; después, cuando él
vuelva, todos los que son de Cristo; después los últimos,
cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino. Cristo tie-
ne que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estra-
do de sus pies. El último enemigo aniquilado será la
muerte, porque Dios ha sometido todo bajo sus pies.

23.9 Page 229

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conmemoración de todos los salesianos difuntos - 229
RESPONSORIO BREVE
}t. En tu misericordia, Señor, Concéd'eles el des-
canso. En tu misericordia...
y. que has de venir a juzgar a vivos y muertos.
Concédeles el descanso. Gloria al Padre. En tu miseri-
cordia.. .
Magníficat, ant. Voy a prepararos un sitio -dice el
Señor-; volveré y os llevaré conmigo, para que donde es-
toy yo, estéis también vosotros.
O bien:
Todos los que el Padre me ha entregado vendrán a mí;
y al que venga a mí no lo echaré fuera.
PRECES
Sabemos que cuando se desmorone nuestro cuerpo mor-
tal, habitación nuestra en la tierra, recibiremos de Dios
una morada eterna en el cielo. Llenos de confianza,
aclamemos:
eres, Señor, nuestra vida y nuestra resurrección.
Cristo Señor, que das la vida y eres la lu z sin ocaso,
- haz que brille sobre nosotros la luz de tu rostro, a fin
de que con nuestra vida demos testimonio de tu amor.
Cristo Señor, que venciste a la muerte y eres la primicia
de los resucitados,
- concede a los salesianos difuntos la recompensa pro-
metida a los siervos fieles.
Señor Jesucristo, que estás sentado a la derecha del Padre,
- en la hora del juicio míranos con ojos de misericordia .
·Tú que hiciste nuevas todas las cosas,
abre, a los fieles difuntos que se encomiendan a ti, los
cielos nuevos y la tierra nueva, donde moran la justi-
cia y la paz.

23.10 Page 230

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230 - oficios pro pios
El recuerdo de quienes nos han precedido es fuente de
esperanza y aliento,
- haz que un día nos reunamos con ellos en el paraíso
para cantar juntos tu amor y tu gloria.
Padre nuestro.
La oración, como en Laudes.
Completas
Del domingo. Conviene terminar la oración con la antífona O
María, Virgo potens , como en el Ordinario: pág. 23.

24 Pages 231-240

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24.1 Page 231

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12 de marzo
BEATO LUIS ORIONE
Presbítero
Luis-Juan O rione nació el 23 de junio de 1872 en Pontecurone
(provincia de Alessandria, Italia) . Fue discípulo de san Ju an Bosco,
al que admiró e imitó como modelo de santidad apostólica. Empe-
a trabajar con los jóvenes cuando todavía era seminarista en Tor-
tona. Ordenado sacerdote, siguió consagrando sus fuerzas a remediar
toda clase de miserias físicas y morales, con objeto de difund ir en
el pueblo el amor de Cristo y hacer ver su presencia en la Iglesia,
en el Papa y en los o bispos.
Dio vida a obras de caridad en muchas naciones, especialmen-
te en Jcalia y América; fu ndó va ri as congregaciones, entre ellas la
«Pequeña Obra de la Divina Providencia». Tras una existencia de
trabajo y sufrimiento, murió en Sanremo (provincia de Imperia, Ita-
lia) el 12 de marzo de 1940. El 26 de octubre de 1980 Juan Pablo
II lo incluyó en el número de los beatos.
En Cuaresma esta memoria se omite. Quien, por motivos pas-
torales, desee conmemorar al beato:
a ) en el Oficio de lectura, a continuación de la lectura de los
Padres en el Propio del tiempo, junto con su responsorio, añada la
lectura hagiográfica propia con su responsorio y concluya con la
oración del beato;
b) además, en las Laudes de la mañana y en Vísperas puede
añadir, después de la oración conclus1va, que se dina sin la conclu-
sión acostumbrada, la antífona propia y la oración del beato (cf.
OGI.H, núm. 239).
Oficio de lectura
SEGUNDA LECTURA
De «Apuntes» del beato Luis Orione, presbítero
(25 de febrero de 1939)
Ponme, Señor, en la boca del Infierno
para que, por tu misericordia, pueda yo cerrarla
No saber ver ni amar en el mundo más que las almas
de nuestros hermanos: almas de pequeños, almas de po-

24.2 Page 232

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232 - oficios propios
bres, almas de pecadores, almas de descarriados, almas
de penitentes, almas de reacios a la voluntad de Dios, al-
mas rebeldes a la Santa Iglesia de Cristo, almas de hijos
degenerados, almas de sacerdotes malos e infieles, almas
víctimas del dolor, almas blancas como palomas, almas
sencillas, puras y angelicales de vírgenes, almas caídas en
las tinieblas del sentido y en la baja torpeza de la carne,
almas orgull osas del mal, almas ávidas de poder y oro,
almas llenas de sí, almas extraviadas que buscan un ca-
mino, almas que sufren y anhelan un refugio o una pala-
bra de consuelo, almas que gritan en la desesperanza tle
la condenación, almas ebrias de la verdad vivida. Todas
ellas son almas amadas por Cristo, por todas murió Cris-
to, a todas quiere ver salvadas entre sus brazos y en su
Corazón traspasado.
Nuestra vida y nuestra Congregación entera deben ser,
a la vez, un cántico y un holocausto de fraternidad en Cris-
to. Ver y oír a Cristo en el hombre. Debemos tener en no-
sotros la profundísima y altísima música de la caridad.
Para nosotros el centro del universo es la Iglesia de Cris-
to, y el fulcro del drama cristiano, las almas. Yo sólo oigo
una infinita y divina sinfonía de espíritus, palpitantes en
torno a la Cruz, esa Cruz que destila para nosotros gota
a gota, a lo largo de los siglos, la sangre divina derrama-
da por cada una de las almas humanas.
Desde la Cruz grita Jesucristo: ¡Tengo sed ! Grito te-
rrible de ardor, que no es de la carne, sino de sed de al-
mas; Cristo muere por esta sed de almas.
Yo no veo más que un cielo: un cielo verdaderamente
divino, porque es el cielo de la salvación y de la paz ver-
dadera; yo sólo veo un reino de Dios: el reino de la cari-
dad y del perdón, donde la multitud de todos los pueblos
es herencia de Cristo y reino de Cristo.
RESPONSORIO
}l. Cristo quiere ver salvados entre sus brazos y en
su Corazón herido a todos los hombres. Desde la Cruz
grita: Tengo sed. •· Por la salvación de las almas.

24.3 Page 233

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beato luis o rione - 233
y. Escribiré mi vida con lágrim as y sangre. * Por la
salvación.. .
La oración, como en Laudes.
Laudes
Para la conmemoración:
Benedictus, ant. O s aseguro que lo que hicisteis con
uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicis-
teis, dice el Señor.
Oración
Oh Dios, que concediste al beato Luis Orione, sacer-
dote, amar a Cristo , tu Hijo, en la persona de los po bres
y form arlo en el corazón de los jóven es; ayúdanos a prac-
ticar como él las obras de misericordia, para hacer sentir
a los hermanos la ternura de tu amor. Por nuestro Señor
Jesucristo ...
Vísperas
Para la conmemoración:
Magníficat, ant. N o nos cansemos de hacer el bien;
hagamos el bien a todos: a su tiempo recogeremos.
La oración, como en Laudes.

24.4 Page 234

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6 de mayo
SANTO DOMINGO SAVIO
Ado lescen te
Fiesta
Domingo Savio tuvo una vida mu y sencill a, pero en poco tiem-
po recorrió un largo camino de sa ntidad, obra maestra del Espíritu
Santo y fruto de la pedagogía de san Jua n Bosco.
Había nacido en San Giovanni di Riva (cerca de Chieri, pro-
vincia de T urín) en una fam ilia pobre de bienes materiales, pero r i-
ca de fe. Su niñez quedó marcada por la Primera Comunión, hecha
con fervor a los siete años, y se distingue por el cumplimiento del
deber. A sus doce años tuvo lugar un acontecimiento decisivo: el
encuentro con san Juan Bosco, que lo acoge, como padre y guía,
en Valdocco (Turín ) para cursar los estudios secundarios. Al des-
cubrir entonces los altos horizontes de su vida como hijo de Dios,
apoyándose en su amistad con Jesús y María se lanza a la aventura
de la santidad, entend ida como entrega total a Dios po r amor. Reza,
pone empeño en los estudios, es el compañero más amable. Sensibi-
lizado en el ideal del Da mihi ánimas de san Juan Bosco, quiere sal-
var el alma de todos y funda la Compañia de la Inmaculada, de la
que saldrán los mejores colaboradores del fundador de los Salesianos.
Habiendo enfermado de gravedad a los quince años, regresa
al hogar paterno de Mondonio (provincia de Asti), donde muere
serenamente el 9 de marzo de 1857 con la alegría de ir al encuentro
del Señor. Pío XII lo proclamó santo el 12 de junio de 1954.
indulgencia plenaria.
Del Común de santos varones, pág. 382. Donde se celebra con
el grado de solemnidad, las l Vlsperas pueden tomarse, total o par-
cialmente, de las Vísperas de la fiesta.
I n v i t at o r io
Ant. Aclamemos al Señor, nu~tro Dios, en la fiesta
de santo Domingo Savio .
El salmo inv1tatorio, como en el Ordinario: pág. 13.

24.5 Page 235

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santo domingo savio - 235
HIMNO
Oficio de lectura
Con gracia de anunciaciones
y ecos de ala, se han llenado
los caminos que se extienden
desde Mondonio a Murialdo.
Las distancias que otras veces
con fatiga se alargaron,
parece que hoy ni siquiera
las siente Domingo Savio.
Don Bosco lo aguarda, sabe
cosas bellas del muchacho.
Quiere comprobar por
el portentoso milagro.
¡Qué encuentro! Domingo quiere
ser el mejor de los paños.
Don Bosco entiende que es sastre
de aquel ángel, de aquel santo.
Y parece que repiten
paño y sastre, sastre y paño,
los caminos que se extienden
desde Mondonio a Murialdo.
A ti, Señor, la alabanza
humilde de nuestro canto:
gracias porque eres tan grande
y magnífico en tus santos. Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autori-
dad eclesiá~tica.
Ant. 1. El Señor lo colmó de bendiciones, y él halló
gracia en su presencia. Aleluya.
Salmos, del Común de santos varones: pág. 386.

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236 - oficios propios
Ant. 2. El Señor lo santificó en la fidelidad y docili-
dad, y le mostró su gloria. Aleluya.
Ant. 3. El justo crecerá como lirio: florecerá por siem-
pre en presencia del Señor. Aleluya.
V. El Señor lo amó y le colmó de honor. Aleluya.
}l. Lo vistió de gloria. Aleluya.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Apocalipsis
14, 1-3. 4b-5; 19, 5-9
Dichosos los invitados
al banquete de bodas del Cordero
En aquellos días, yo, Juan, vi al Cordero de pie sobre
el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que
llevaban grabado en la frente el nombre del Cordero y el
nombre de su Padre. también un sonido que bajaba
del cielo, parecido al estruendo del océano y como el es-
tampido de un trueno poderoso; era el son de arpistas que
tañían sus arpas delante del trono, delante de los cuatro
vivientes y los ancianos, cantando un cántico nuevo. Na-
die podía aprender el cántico fuera de los ciento cuarenta
y cuatro mil, los adquiridos en la tierra. Éstos son vírge-
nes y siguen al Cordero adondequiera que vaya; los ad-
quirieron corno primicias de la humanidad para Dios y
el Cordero. En sus labios no hubo mentira, no tienen falta.
Y salió una voz del trono que decía:
«Alabad al Señor, sus siervos todos,
los que le teméis, pequeños y grandes.»
Y oí algo que recordaba el rumor de una muchedum-
bre inmensa, el estruendo del océano y el fragor de fu,;-r-
tes truenos. Y decían:
«Porque reina el Señor, nuestro Dios,
dueño de todo,
alegrémonos y gocemos y dérnosle gracias.

24.7 Page 237

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santo domingo savio - 237
Llegó la boda del Cordero,
su esposa se ha embellecido,
y se le ha concedido vestirse
de lino deslumbrante de blancura. »
El lino son las buenas acciones de los santos.
Luego me dice: «Escribe: Dichosos los invitados al
banquete de bodas del Cordero.» Y añadió: «Estas pala-
bras verídicas son de Dios. »
RESPONSORIO
Cf. Ap 14, 2; 19, 6; 12, 10; 19, 5
]l. Oí un sonido que bajaba del cielo, como el estam-
pido de un trueno poderoso: «Reina nuestro Dros para
siempre, * Porque se estableció la salud y el poderío y la
potestad de su Cristo.» Aleluya.
'f. Y salió una voz del trono que decía: «Alabad al
Señor, sus santos todos, los que Je teméis, pequeños y gran-
des.» * Porque se estableció.. .
SEGUNDA LECTURA
De la Vida de Domingo Savia, escrita por san Juan Bas-
ca, presbítero
(Opere edite, 11, Roma 1976 [187 ~s.] pássim)
Antes morir que pecar
Es propio de la edad juvenil mudar con frecuencia de
propósito y voluntad, y no pocas veces ocurre que hoy
quiere una cosa y mañana otra, hoy practica una virtud
en grado eminente y mañana todo lo contrario. No suce-
dió así con Domingo Savio, pues todas las virtudes cre-
cieron en él juntas, sin que una fuera en detrimento de otra.
Nada más ingresar en la casa del Oratorio, su vista
se fijó en una inscripción que decía en letras cubitales: Da
mihi ánimas, cétera to/le. Reflexionó Domingo un momen-
to y exclamó: «Ya entiendo; aquí no se trata de negocios
de dinero, sino de salvar almas; espero que también la mía
entre en tal mercado. » Aquí comenzó un ejemplar tenor

24.8 Page 238

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238 - oficios propios
de vida y una exactitud en el cumplimiento de sus deberes
que difícilmente podría superarse.
En la tarde del 8 de diciembre de 1854, día de la defi-
nición dogmática de la Inmaculada Concepción , fue, por
consejo de su confesor, al altar de María, renovó aJlí las
promesas de su Primera Comunión y después dijo una y
otra vez las siguientes palabras: «María, te doy mi cora-
zón; Jesús y María, sed siempre mis amigos; pero, por
amor vuestro, haced que muera mi l veces antes que tener
la desgracia de cometer un solo pecado. »
Hacía ya seis meses que estaba en el Oratorio, cuan-
do oyó una plática sobre lo fácil que es llegar a ser santo.
Aquella plática fue para Domingo como una chispa que
inflamó su corazón en amor de Dios. «Siento -decía-
como un deseo y una necesidad de hacerme santo. Ahora
que he visto que uno puede muy bien ser santo sin perder
la alegría, quiero formalmente y necesito perentoriamen-
te ser santo. Dios quiere que sea santo y lo he de ser. Quie-
ro ser santo y no viviré en paz hasta que lo consiga.»
Había tanta naturalidad en su compostura exterior,
que se hubiera asegurado que era el Señor quien lo había
hecho así. Pero quienes lo trataron de cerca o intervinie-
ron en su formación podrían afirmar categóricamente que
en él se daba un gran esfuerzo humano, aunque siempre
apoyado en la gracia de Dios.
Domingo empezó por elegir un confesor, al que acu-
día con regularidad. Su preparación a la comurúón era de-
vota y edificante; la acción de gracias, sin límites de
tiempo. Entre los dones con que Dios lo enriqueció, des-
collaba el fervor con que hacía sus oraciones. Muchas ve-
ces se quedaba como arrobado en éxtasis y, si luego le
preguntaban, decía: «Me parece ver cosas de belleza in-
comparable. Tengo la impresión de que se me abre el cie-
lo sobre la cabeza. »
Lo primero que se le aconsejó para llegar a ser santo,
fue que se esforzara por ganar almas para Dios. Esta idea
se convirtió en una preocupación que nunca lo abando-
naba. Leía con preferencia la vida de los santos que más

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santo domingo savio - 239
habían trabajado por la salvación de las almas. Le entu-
siasmaba hablar de los misioneros. Más de una vez Je oí
decir: «¡Qué feliz sería si pudiese ganar para Dios a todos
mis compañeros! ¡Cuántas almas esperan nuestro apos-
tolado! » El pensamiento de las almas lo acompañaba en
todo momento.
Murió con una sonrisa de paraíso en su semblante.
RESPONSORIO
Sal 14, 1-2; cf. Mt 7, 21
]l. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda y ha-
bitar en tu monte santo? * El que procede honradamente
y practica la justicia, el que tiene intenciones leales.
Aleluya.
y. El que cumple la voluntad de mi Padre entrará en
el reino de los cielos. * El que procede...
O hien:
SEGUNDA LECTURA
De la Vida de Domingo Savio, escrita por san Juan Bos-
co, presbítero
(Opere edite, 11, Roma 1976 [200 ss.]
Hada ya seis meses que estaba en el Oratorio, cuan-
do oyó una plática sobre lo fácil que es llegar a ser santo.
El predicador se detuvo especialmente en tres pensamien-
tos, que incidieron profundamente en el ánimo de Domin-
go, a saber: Dios quiere que seamos santos; es fácil
conseguirlo; a los santos les aguarda un gran premio en
el cielo.
Aquella plática fue para Domingo una chispa que in-
flamó su corazón en amor de Dios. Por algunos días no
dijo nada, pero estaba menos alegre de Jo que solía, de
suerte que hubimos de notarlo sus compañeros y yo. Pen-
sando que era por alguna nueva indisposición de salud,
le pregunté si sufría algún mal. «AJ contrario -me dijo-;
sufro un gran bien. » «¿Qué quieres decir?» «Quiero decir

24.10 Page 240

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240 - oficios propios
que siento corno un gran deseo y necesidad de hacerme
santo. Nunca me hubiera imaginado que se podía llegar
a ser santo con tanta facilidad; pero ahora que he visto
que puedo serlo sin perder la alegría, quiero formalmente
y necesito perentoriamente ser santo. Dígame, pues, qué
debo hacer para dar comienzo a tal empresa
Alabé su propósito, pero le exhorté a que no se turba-
ra, porque en la turbación del ánimo no se conoce la voz
del Señor; le recordé también que lo que yo deseaba era,
en primer lugar, una alegría constante y moderada. Le ex-
horté, pues, a perseverar en el cumplimiento de sus debe-
res de piedad y estudio y a que nunca dejara de tomar parte
en el recreo con sus compañeros.
Un día le dije que quería obsequiarle con un regalo que
fuera de su agrado, pero que me gustaría que lo eligiera
él. «El regalo que le pido -interrumpió prontamente- es
que me haga santo. Quiero darme al Señor para siempre;
siento verdadera necesidad de hacerme santo; y, si no me
hago santo, pierdo el tiempo. Dios quiere que sea santo,
y he de serlo.»
En otra ocasión que el director quería dar una mues-
tra de especial afecto a los jóvenes de la casa , les concedió
que pidieran, por escrito, algo que estuviera a su alcance.
Ya puede el lector imaginar fácilmente las extrañas y va-
riopintas peticiones de unos y otros. Domingo, tomando
una hoja de papel, se limitó a escribir: «Le pido que salve
mi alma y me haga santo.»
Un día estaba yo explicando la etimología de algunos
vocablos: «Y ¿qué significa Domingo?», preguntó. «Do-
mingo quiere decir del Señor», le respondí. «Vea usted ,
pues, - añadió al punto- si tengo o no razón para pe-
dirle que me haga santo; hasta mi nombre dice que soy
del Señor; así que debo y quiero ser sa nto, y no seré feliz
mientras no lo sea.»
RESPONSORIO
Cf. Pr 23, 26; 5, 1
:&,. Hijo mío, hazme caso: acepta de buena gana mi
camino. Y serás un hombre perfecto. Aleluya.

25 Pages 241-250

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25.1 Page 241

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santo domingo savio - 241
y. Hijo mío, haz caso de mi sabiduría, presta oído
a mi inteligencia. '' Y serás...
O bien:
SEGUNDA LECTURA
De la exhortación apostólica Christi/ideles laici, de Juan
Pablo II, papa
(núm. 16; AAS 81 [1989] 416-418)
Llamados a la santidad
El concilio Vaticano II dijo palabras luminosas sobre
la vocación universal a la santidad. Puede afirmarse que
precisamente esa llamada fue la consigna fundamental que
dio a todos los hijos e hijas de la Iglesia un concilio con-
vocado para la renovación evangélica de la vida cristiana
(cf. LG 39-42). Tal consigna no es simple exhortación mo-
ral, sino inderogable exigencia del misterio de la Iglesia,
viña frondosa cuyos sarmientos viven y crecen con la mis-
ma linfa santa y santificadora de Crista. Ella es el Cuerpo
místico, cuyos miembros participan de la misma vida de
santidad de su Cabeza, que es Cristo; es la Esposa amada
de Jesús el Señor, por quien Cristo se entregó para santifi-
carla (cf. Ef 5, 25 ss.). El Espíritu que santificó la natura-
leza humana de Jesús en el seno virginal de María (cf. Le
1, 35) es el mismo que vive y obra en la Iglesia para comu-
nicarle la santidad del Hijo de Dios hecho hombre.
En la Iglesia, todos reciben, precisamente por ser miem-
bros suyos, y por tanto comparten, la vocación a la santi-
dad. Los seglares están llamados, a pleno título, a esa
vocación, sin ninguna diferencia con los demás miembros
de la Iglesia: «Todos los fieles de cualquier estado y con-
dición están llamados a la plenitud de la vida cristiana y
a la perfección de la caridad» (LG 40 ). «Todos los fieles
están invitados y deben tender a la santidad y a la perfec-
ción en el propio estado» (LG 42).
La vocación a la santidad tiene sus raíces en el Bautis-
mo y se pone de nuevo ante nuestros ojos en los demás

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242 - oficios propios
sacramentos, especialmente en la Eucaristía . Revestidos
de Jesucristo y saciados en la fuente de su Espíritu, los
cristianos son santos; por ello quedan capacitados y com-
prometidos a manifestar la santidad de su ser en la santi-
dad de su obrar. El apóstol Pablo no se cansa de repetir
a todos los cristianos que vivan como conviene a los san-
tos (Ef 5, 3).
La vida según el Espíritu , cuyo fruto es la santifica-
ción (cf. Rm 6, 22; Ga 5, 22), suscita y exige de todos
y cada uno de los bautizados el seguimiento e imitación
de Jesucristo en la acogida de sus bienaventuranzas, en
la escucha y meditación de la Palabra de Dios, en la parti-
cipación consciente y activa en la vida litúrgica y sacra-
mental de la Iglesia, en la oración individual, familiar y
comunitaria, en el hambre y sed de justicia y en llevar a
la práctica el mandamiento del amor en las diversas cir-
cunstancias de la vida y en el servicio a los hermanos, es-
pecialmente de los más pequeños, de los pobres y de los
que sufren .
RESPONSORIO
Ef 5, 8-9; Mt S, 14.16
Il. Sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la
luz. ~- Toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz.
Aleluya.
y. Vosotros sois la luz del mundo. Alumbre vuestra
lu z a los hombres. '°" Toda bond ad. ..
HtMNO Te Deum: pág. 15.
La oración, como en l .audes.
Laudes
HIMNO
Señor, esta mañana nos alegras
con el recuerdo de Domingo Savio.
¡Qué pureza la suya! Blanca nieve
de la montaña herida por el sol.

25.3 Page 243

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santo domingo savio - 243
Y ¡qué fuerza prendida en su palabra!:
«Señor, ames la muerte que el pecado. »
¡Y qué prisa en el aire de su vuelo! :
«Puedo y quiero ser santo, pronto santo. »
Señor, y guiabas su camino,
y eras la ligereza de sus pasos;
y le diste la gracia de ser joven
que cumplió en breves días muchos años.
Y lo guiaba tu sabiduría
para elegir amigos y ganarlos;
para vivir el día y la alegría,
y abrir el corazón, los ojos claros.
Gracias, Señor, por la pureza joven
y por la santidad de este muchacho.
Y que un día podamos ver tu rostro
en compañía de Domingo Savio. Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la auton-
dad eclesiástica.
Ant. l. Te mantuviste fiel hasta la muerte, y recibiste
del Señor una corona de gloria. Aleluya.
Los salmos y el cántico, del domingo de la semanal: pág. 27.
Am. 2. Fieles del Señor, cantadle himnos y ensalzad
su santo nombre. Aleluya.
Ant. 3. Mi fuerza y mi canto es el Señor: él fue mi sal-
vación. Aleluya.
LECTURA BREVE
lJn 3, 1-2
Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamar-
nos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos co-
noce porque no le conoció a él. Queridos: ahora somos
hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos.

25.4 Page 244

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244 - oficios propios
Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes
a él, porque le veremos tal cual es.
}l. La .ley de Dios en el corazón de los santos, * Ale-
luya, aleluya. La ley de Dios.. .
y. Su camino es derecho y seguro. * Aleluya, alelu-
ya. Gloria al Padre. La ley de Dios.. .
Benedictus, ant. Domingo, consagrado en cuerpo y al-
ma al Señor, caminó en su presencia con santidad y justi-
cia. Aleluya.
PRECES
Alabemos a Dios, nuestro Padre, que se digna revelar a
las almas sencillas los misterios de su Reino, y di-
gámosle:
Gloria y honor a ti, Señor.
Padre, que hiciste nacer a Domingo Savio en una familia
rica de virtudes cristianas,
- bendice a nuestras familias y ayuda a los padres en su
misión de educadores.
que inspiraste a Domingo un deseo ardiente de hacer-
se santo,
danos la gracia de ofrecerte con alegría toda nuestra
vida.
Desde la niñez atrajiste a Domingo hacia el misterio euca-
rístico de tu Hijo,
- haz que celebremos la Eucaristía con fe viva y partici-
pemos con gozo en el don de tu amor.
Hiciste que Domingo comprendiera que amarte a ti es la
fuente de la verdadera alegría,
ayúdanos a encontrar la felicidad en la comunión
contigo y en el servicio al prójimo.

25.5 Page 245

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santo domingo savio - 245
Mientras esperaban al Espíritu Santo prometido, los dis-
cípulos eran constantes y unánimes en la oración con
María, madre de Jesús,
que la Virgen Santísima extienda su protección sobre
cuantos se esfuerzan por vivir en tu amistad.
Padre nuestro.
Oración
Oh Dios, fuente de todo bien, que en santo Domingo
Savia ofreces a los adolescentes un ejemplo admirable de
caridad y de pureza: concédenos también a nosotros cre-
cer como hijos en la alegría y en el amor hasta la estatura
de Cristo. El que vive y reina contigo...
Hora intermedia
Se dice el himno más apropiado a la hora de la celebración; los
salmos, con sus antlfonas, de la feria correspond1eme.
Tercia
LECTURA BREVE
Rm 8, 9-11
Vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, ya
que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tie-
ne el Espíritu de Cristo no es de Cristo. Si Cristo está en
vosotros, el cuerpo está muerto por el pecado, pero el es-
píritu vive por la justicia. Si el Espíritu del que resucitó
a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que re-
sucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará tam-
bién vuestros cuerpos mortales por el mismo Espíritu, que
habita en vosotros.
Y. El Señor conduce al humilde por sendas llanas.
Aleluya.
}l. Y les muestra el reino de Dios. Aleluya.

25.6 Page 246

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246 - oficios propios
Sexta
LECTURA BREVE
lJn 5, 2-4
En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios:
si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues
en esto consiste el amor de Dios: en que guardemos sus
mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues
todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que
ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe.
'f. Dichoso el hombre que teme al Señor. Aleluya.
}l. Y se complace en sus preceptos. Aleluya.
Nona
LECTURA BREVE
Flp 4, 8. 9b
Hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, pu-
ro, amable, laudable , todo lo que es virtud o mérito, te-
nedlo en cuenta. Y el Dios de la pa z estará con vosotros.
y. Que se alegren los que se acogen a ti. Aleluya.
}l. Que se llenen de gozo los que aman tu nombre.
Aleluya.
La oración, como en Laudes.
Vísperas
HIMNO, como en el Oficio de lectura.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autori-
dad eclesiástica.
Ant. 1. En mi corazón escondo tus consignas; tu vo-
luntad es mi delicia. Aleluya.
Los salmos y el cántico, del Común de santo~ varones: pág. 396.
Ant. 2. Principio de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican. Aleluya.

25.7 Page 247

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santo domingo savio - 247
Ant. 3. Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra,
porque has revelado estas cosas a la gente sencilla. Aleluya.
LECTURA BREVE
lCo 1, 27-30
Lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humi-
llar a los sabios; lo débil del mundo lo ha escogido Dios
para humillar a los fuertes. Aún más, ha escogido la gen-
te baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta, pa-
ra anular lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse
en presencia del Señor. Por él vosotros sois en Cristo, en
este Cristo que Dios ha hecho para nosotros sabiduría,
justicia, santificación y redención.
RESPONSORIO BREVE
]l. El Señor lo amó y lo enalteció. •· Aleluya, aleluya.
y. Le dio una vestidura de gloria. * Aleluya, alelu-
ya. Gloria al Padre. El Señor lo amó...
Magníficat, ant. Delante del trono de Dios y del Cor-
dero, Domingo canta un cántico nuevo con el coro de los
elegidos. Aleluya.
PRECES
Bendigamos e invoquemos a Dios, nuestro Padre, que nos
invita a ser santos porque él es santo:
Guíanos, Señor, por tus caminos.
Padre, tú que inspiraste a santo Domingo Savio la elec-
ción de Jesús como amigo y maestro,
- atrae a los jóvenes hacia tu Hijo para que hallen en
él el sentido de su vida personal.
que diste a Domingo Savia en san Juan Bosco un guía
espiritual prudente y seguro,
haz que los muchachos y los jóvenes puedan hallar en
quienes los educan en la fe un corazón abierto y
sincero.

25.8 Page 248

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248 - oficios propios
dotaste a Domingo, apóstol entre sus compañeros, de
un corazón generoso para que se interesara por las
necesidades de todos,
infunde en los jóvenes el deseo de orientar su vida al
servicio del prójimo.
Desde muy joven, Domingo se puso en manos de la San-
tísima Virgen,
- suscita en el corazón de los jóvenes un amor fuerte y
tierno a su Madre del cielo.
Domingo murió con la firme esperanza de ir al paraíso,
- concede a los fieles difuntos ser recibidos por ti, que
eres la dicha sin fin.
Padre nuestro.
La oración, como en Laudes.
Completas
Como en el Salteno del dla.

25.9 Page 249

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13 de mayo
SANTA MARÍA DOMINICA MAZZARELLO
Virgen,
Cofund adora del Instituto de Hijas de María Auxiliadora
Fiesta
Para el Instituto de Hijas de María Auxiliadora: Solemnidad
María Dominica Mazzarello nació en Momese (provincia de
Alessandria, Italia) el 9 de mayo de 1837 en una fa milia de campe-
sinos; era la primera de siete hermanos. El trabajo intenso y una
vida cristiana intachable dominaban en aquel hogar. A los quince
años de edad se ofreció a Dios con el voto de virginidad. Poco des-
pués ingresaba en la asociación de H ijas de María Inmaculada y se
dedicó todavía más al ejercicio del apostolado y de la caridad.
Su encuentro con san Juan Bosco (1864) fue decisivo. El San-
to, que estaba pensando en organizar algo para el bien de las jóve-
nes, dio vida, con la colaboración de María Dominica, a la comu-
nidad de Hijas de María Auxiliadora. En 1872 hizo los votos reli-
giosos la joven de Mornese y fue elegida superiora, cargo en el que
demostró una insospechada capacidad de madre y animadora.
El 14 de mayo de 1881, cuando sólo tenía 44 años, falleció en
la nueva casa madre de Nizza Monferraco (provincia de Asti). Ca-
nonizada el 24 de junio de 1951 por Pío XII, fue reconocida como
cofundadora del Instituto de Hijas de María Auxiliadora.
Indulgencia plenaria.
Del Común de vírgenes: pág. 364. Cuando se celebra con el grado
de solemmdad, se dicen la\\ I Vísperas.
I Vísperas
HIMNO, como en las TI Vísperas.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la auton-
dad eclesiástica.

25.10 Page 250

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250 - oficios propios
Ant. 1. Alabemos al Señor, que ensalza a los humil-
des. Aleluya.
Los salmos y el cántico, del Común de vírgenes: pág. 364.
Ant. 2. Grande es el Señor; proclamad su gloria ante
los pueblos. Aleluya.
Ant. 3. Bendito sea por siempre el Señor, que nos sal-
va. Aleluya.
LECTURA BREVE
Flp 1, 8-11
Testigo me es Dios de lo entrañablemente que os quie-
ro, en Cristo Jesús. Y ésta es mi oración: que vuestra co-
munidad de amor siga creciendo más y más en penetración
y en sensibilidad para apreciar los valores. Así llegaréis
al día de Cristo limpios e irreprochables, cargados de fru-
tos de justicia, por medio de Cristo Jesús, a gloria y ala-
banza de Dios.
RESPONSORIO BREVE
E... Dios nos ha dado un Espíritu de amor y sabidu-
ría. •· Aleluya, aleluya. Dios nos ha dado...
'f. Nos ha mandado el Espíritu de verdad. * Alelu-
ya , aleluya. Gloria al Padre. Dios nos ha dado. ..
Magníficat, ant. Hemos contemplado, oh Dios, las
maravillas de tu amor. Aleluya.
PRECES
Invoquemos con confianza a Dios Padre, que suscita en
su Iglesia mujeres samas y sabias y las llama a colabo-
rar en la obra salvífica de su Hijo:
Dios de bondad, escúchanos.

26 Pages 251-260

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26.1 Page 251

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santa maría dominica mazzarello - 251
Tú que diste a María Dominica Mazzarello una fe senci-
lla y rica en obras y la guiaste por el camino de la
santidad,
haz que nos dediquemos con generosidad a nuestra
misión de educadores.
Hiciste a santa María Dominica abierta y dócil a la ac-
ción de tu Espíritu,
- guía a los jóvenes en la elección de la vocación a la
que los llamas para la vida del mundo y de la Iglesia.
Activa y ardiente en el amor, María Dominica vivió la
pobreza evangélica con alegría de espíritu,
- ayúdanos a ser fieles al carisma de san Juan Bosco y
coherentes en el testimonio de los valores cristianos.
La Santísima Virgen fue para María Dominica guía y mo-
delo de vida,
haz que siga siendo para cada uno de nosotros, para
nuestras comunidades y para las familias cristianas,
Madre y Maestra.
Tú que aceptaste la oblación de la joven existencia de
María Dominica por el bien de la Iglesia,
- acoge en tu misericordia a quienes han creído y espe-
rado en ti.
Padre nuestro.
La oración, como en Laudes.
Completas
Cuando se celebra con el grado de solemnidad, Completas del
domingo.
Invita torio
Ant. Adoremos a Cristo, que revela sus misterios a los
humildes. Aleluya.
El salmo 1nvitatorio, como en el Ordmano: pag. 13.

26.2 Page 252

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252 - oficios propios
Oficio de lectura
HIMNO
Qué propio el dedo al dedal,
qué fiel el dedal al dedo;
cose que cose, María
Dominica Mazzarello.
Cada puntada, un latido;
cada latido, un recuerdo;
cada recuerdo , un efluvio
de amor de su casa al templo.
Por la ventana entreabierta,
su corazón ya hace tiempo
que vuela hacia otra ventana
donde ha cifrado su anhelo.
Cuando la tarde se adensa,
ella advierte los destellos
de la lámpara que guarda
el sustancial alimento.
Todas aquellas muchachas
corean risas y rezos,
más adentro ríe y reza
sor M aría Mazzarello.
De noche, cuando las cosas
pisan el umbral del sueño,
el corazón de María
aún late y vuela desp ierto.
Gloria al Padre Omnipotente,
gloria al Hijo, el Unigénito,
gloria al Espíritu Santo
por los siglos entonemos. Amén .
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autori-
dad eclesiástica.

26.3 Page 253

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santa maría dominica mazzarello - 253
Ant. l. Mi corazón se regocija por el Señor, que ha
hecho obras grandes. Aleluya.
Los salmos, del Común de vírgenes: pág. 368.
Ant. 2. Te busqué con corazón ardiente; nada preferí
a tu amor. Aleluya.
Ant. 3. El amor de Cristo que arde dentro de mí me
hizo madre fecunda. Aleluya.
y . Me enseñarás el sendero de la vida. Aleluya.
:a. Me saciarás de gozo en tu presencia. Aleluya.
PRIMERA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo
a los Romanos
12, l -16a
La vida cristiana es un culto espiritual
Hermanos: Os exhorto, por la misericordia de Dios,
a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agra-
dable a Dios: éste es vuestro culto razonable. Y no os ajus-
téis a este mundo, sino transformaos por la renovación
de la mente, para que sepáis discernir lo que es voluntad
de Dios, lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto. Por la
gracia de Dios que me ha sido dada , os digo a todos y
a cada uno de vosotros: No os estiméis en más de lo que
conviene, sino estimaos moderadamente, según la medi-
da de la fe que Dios otorgó a cada uno.
Pues, así como nuestro cuerpo, en su unidad, posee
muchos miembros y no desempeñan todos los miembros
la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un
solo cuerpo en Cristo, pero cada miembro está al servicio
de los otros miembros. Los dones que poseemos son dife-
rentes, según la gracia que se nos ha dado, y se han de
ejercer así: si es la profecía, teniendo en cuenta a los ere-

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254 - oficios propios
yentes; si es el servicio, dedicándose a servir; el que en-
seña, aplicándose a enseñar; el que exhorta, a exhortar;
el que se encarga de la distribución, hágalo con generosi-
dad; el que preside, con empeño; el que reparte la limos-
na, con agrado.
Que vuestra caridad no sea una farsa; aborreced loma-
lo y apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed ca-
riñosos unos con otros, estimando a los demás más que
a uno mismo. En la actividad, no seáis descuidados; en
el espíritu, manteneos ardientes. Servid constantemente al
Señor. Que la esperanza os tenga alegres; estad firmes en
la tribulación, sed asiduos en la oración. Contribuid en
las necesidades de los santos; practicad la hospitalidad.
Bendecid a los que os persiguen; bendecid, sí, no mal-
digáis. Con los que ríen, estad alegres; con los que lloran,
llorad. Tened igualdad de trato unos con otros: no ten-
gáis grandes pretensiones, sino poneos al nivel de la gente
humilde.
Rr:SPONSORIO
Flp 2, 2. 3-4; 1Ts 5, 15
a. Dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y
concordes, con un mismo amor y un mismo sentir; de-
jaos guiar por la humildad y considerad siempre superio-
res a los demás. •· No os encerréis en vuestros intereses,
sino buscad todos el interés de los demás. Aleluya.
y. Esmeraos siempre en haceros el bien unos a otros
y a todos. •· No os encerréis...
SEGUNDA LECTURA
De las cartas de santa María Dominica Mazzarello, virgen
(Edición de M" Ester Posada, Roma 1980; Cartas 23 . 39. 20; págs.
104. 111-112. 149 pás~im)
Revestíos de la caridad de jesucristo el Señor
Queridas hermanas: Amaos unas a otras; es importan-
te. ¡Qué alegría siento dentro de mí cuando recibo noti-
cias de las casas y veo que [l as hermanas] tienen caridad,

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santa maría dominica mazzarello - 255
obedecen de buena gana y son fieles a las santas Reglas!...
Entonces mi corazón vierte lágrimas de consuelo e implo-
ra sin cesar bendiciones para todas, a fi n de que podáis
realmente vestiros con el espíritu de nuestro buen Jesús
y, por tanto, haceros mucho bien entre vosotras y al que-
rido prójimo, tan necesitado de ayuda. Ahora bien, ¿có-
mo era el espíritu del Señor?. .. Un espíritu humilde,
paciente, lleno de caridad: la caridad propia de Jesús, que
nunca lo saciab_a de sufrir por nosotros, y quiso sufrir ¿has-
ta cuándo?.. . Animo, pues; imitemos a nuestro amadísi-
mo Jesús en todo, pero especialmente en la humildad y
en la caridad .
Sí, queridas hijas en Jesús, ánimo; Jesús os ama de ver-
dad. Es cierto que a veces tenéis que aguantar dolo res y
penas; pero el Señor quiere que en este mundo llevemos
un poco de cruz. Fue el primero en darnos el buen ejem-
plo de sufrir. Sigámosle, pues, siendo fuertes para sufrir
con resignación . T ened la seguridad de que las que más
reciben de Jesús para sufrir, son las que están más cerca
de él. Pero es necesario que hagamos todo con pureza de
interyción, sólo para agradarle a él.
Animo, q ueridísimas hijas en Jesús. Pensemos siem-
pre que todo pasa; nada, por tanto , nos turbe, pues todo
nos sirve para ganar la verdadera felicidad. Estad alegres...
Y, siempre alegres, no os ofendáis nunca; al contrario, ape-
nas veáis que alguna necesita consuelo, procurádselo sin
tardanza; consolaos y ayudaos mutuamente. Tened mu-
cha caridad unas con otras , amaos unas a otras. Conser-
vad lo más posible el espíritu de unión con Dios, vivid en
su presencia continuamente. Sed siempre humildes y
alegres .
RESPONSORIO
Col 3, 17
:a. Todo lo que de palabra o de obra realicéis, * Sea
todo en nombre de Jesús, el Señor. Aleluya.
'f. Ofreced la acción de gracias a Dios Padre por me-
dio de él. * Sea todo...

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256 - oficios propios
O bien:
SEGUNDA LECTURA
De los discursos de Pío XI, papa
(3 de mayo de 1936; Discursos di Pío XI, edición de Domenico Ber-
tetto, TII, Turín 1961, 480-484 pássim).
De su ardiente caridad brotaba una fuerza muy intensa
María Dominica Mazzarello, como devotísima Hija
de María, demostró con su ejemplo el valor de una vida
que crece y se desarrolla bajo la mirada de una Madre tan
extraordinaria. Su vida tiene todas las características de
la sencillez más humilde: figura sencilla, muy sencilla, pero
rica en eximias cualidades, dotes y prerrogativas.
¡Su humildad! Fue tan grande que nos mueve a pregun-
tarnos qué halla el Señor en un alma humilde -verdadera
y profundamente humilde-, que, cabalmente por su hu-
mildad, diríase que lo atrae y le hace obrar las más subli-
mes maravillas...
Esca pequeña, sencilla y pobre aldeana demuestra muy
pronto lo que es en realidad un talento, uno de los mayo-
res talemos: el don de gobierno. Esto es muy importante;
demuestra poseerlo hasta el punto que un hombre como
san Juan Bosco lo descubre inmediatamente y se sirve de él.
La oportunidad y eficacia de tal elección quedó demostrada
no sólo por la fundación estable y segura de la nueva fami-
lia -las Hijas de María Auxiliadora-, sino también por
la rápida y prodigiosa expansión del floreciente Instituto.. .
Dios ve en las almas humildes una luz y unas formas
y rasgos tales que, ame ellos, no puede resistirse, ya que
reproducen, en su belleza más exquisita y en sus rasgos
más esenciales y constructivos, la fisonomía de su Hijo
Unigénito, que dijo: Aprended de mf que soy manso y hu-
milde corazón (Mt 11, 29). Lo cual significa que, si lo ha-
cemos, tendremos todo lo necesario para salvar las almas
y llevar el mundo a Cristo.
La antigua y ejemplar Hija de María también nos re-
cuerda y ofrece la mayor lección de humildad de la Santí-

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santa maría dominica mazzarello - 257
sima Virgen, quien en el Magníficat atribuye su elección
y gloria, por parte del Señor, a la humildad: Porque ha
mirado la humillación de su esclava. La Madre de Dios
se proclama la esclava del Señor (Le 1, 48 ). Resulta her-
moso considerar a María Dominica bajo esa luz, la mis-
ma luz de la Santísima Virgen. También ella puede repe-
tir: El Señor ha mirado con gran benevolencia mi humil-
dad y sencillez; por esto desde ahora me felicitarán todas
las generaciones (Le 1, 48 ).
RESPONSORIO
Si 3, 20; lTm 6, 11
:& . Hazte pequeño en las grandezas humanas Y al-
canzarás el favor de Dios. Aleluya.
y. Practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la
paciencia y la delicadeza. * Y alcanzarás...
O bien:
SEGUNDA LECTURA
De los discursos de Juan Pablo II, papa
(12 de diciembre de 1981; lnsegnamenti di Giovanni Paolo H, rv / 2,
Citta del Vaticano 1981, 919-923 pássim)
Debéis asegurar la continuidad de vuestra misión
Desde los años de la comunidad de Mornese, desde
los heroicos y prometedores comienzos del Instituto de Hi-
jas de María Auxiliadora, se ha hecho mucho camino,
marcado por pruebas y sacrificios, pero también corona-
do de consoladores y preciosos frutos para vuestra fami-
lia y para toda la Iglesia. Hoy desplegáis vuestro aposto-
lado con la juventud en todos los sectores de la forma-
ción; siempre en sintonía con los fines del carisma fund a-
cional, debéis asegurar la continuidad de vuestra misión
para implicar también a las hij as de nuestra generación
en la maravillosa aventura de una vida según el Evange-
lio, misión que os pide espíritu de alegría. Es una de las
características del carisma pedagógico salesiano, que asi-

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258 - oficios propios
miló perfectamente santa María Dominica, con fidelidad
absoluta e intuición personal. Ella se interesaba continua-
mente por la alegría de sus hijas, como si fu era la princi-
pal prueba de su santidad, y solía preguntar con frecuen-
cia: «¿ Estás alegre?» Se trata de la alegría prometida por
Jesucristo a los suyos y continuamente recomendada por
san Pablo (cf. Flp 3, 1; 4, 4) presentándola como uno de
los primeros frutos del Espíritu: El fru to del Espíritu es:
amor, alegría ... (Ga 5, 22). Tal actitud de alegría tiene
su raíz inicialmente en un sentido profundo de fe, en el
que domina y prevalece siempre la presencia del Señor co-
mo quien ama y salva, como Padre que, en su providen-
cia, cuida de todas nuestras cosas.
En el contacto intenso con Dios y en un espíritu con-
vencido de fe, que tenga su expresión concreta en la ad-
hesión constante a la Iglesia y a su magisterio , hallaréis
las motivaciones profundas de vuestra alegría salesiana,
así como la capacidad para discernir las situaciones y, so-
bre todo, los corazones de las jóvenes: discernimiento in-
teligente y sobrenatural que distinguió inconfundiblemente
el ministerio de san Juan Bosco y de santa María Domini-
ca. El respeto por las exigencias de la razón y de la reli-
gión, es decir, una actitud de confianza frente a los valores
naturales y sobrenaturales de la per sona, es fundamental
en cualquier proyecto educativo. La riqueza del afecto sa-
lesiano tiene su origen en el corazón de Cristo, y su mo-
del o e inspiradora, en María Santísima. Tal afecto es celo
a rdiente por la salvación completa de las jóvenes, es soli-
citud pastoral sumamente respetuosa de la persona, es
fuerza afectiva para ganarse el corazón, el cual, según el
espíritu salesiano, tiene una importancia capital en el pro-
ceso educativo.
Así pues, hay que imponerse por la serena coherencia
del testimonio de los valores en que se cree y que se quie-
ren comunicar. Es un deber ineludible; nada verdadera-
mente válido pasará de nosotros a los jóvenes, nada
verdaderamente estable podremos comunicarles, si no so-
mos coherentes con nuestra consagración.

26.9 Page 259

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santa maría dominica mazzarello - 259
RESPONSORIO
Col 3, 23-24
}l. Lo que hacéis, hacedlo con toda el alm a, como
para servir al Señor y no a los hombres: .. Sabiendo bien
que recibiréis del Señor en recompensa la herencia.
Aleluya.
'f. Servid a Cristo Señor. •· Sabiendo bien ...
HIMNO Te Deum: pág. 15.
La oración, como en Laudes.
Laudes
HIMNO
Entre santo y santo tiene
cada vi rtud su modelo.
La sencillez le conviene
a María Mazzarello.
Sencilla, afable y humana,
quiso amar, sm imponer;
más que superiora, hermana,
y antes que santa, mujer.
Transmisora del contento
y espontánea, transparente,
¡con qué mano, con qué tiento,
iba acogiendo a la gente!
Los dictados de sus labios
no eran extraños al mundo.
Su decir no era de sabios,
sino del pueblo, profundo.
Apremiaba con la urgencia
del tiempo y la eternidad.
La única consecuencia
sensata, la santidad.

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260 - oficios propios
Pídele al Señor, María
Mazzarello, voluntad
para aspirar día a día,
como tú, a la santidad. Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autori-
dad ecle~iástica.
Ant. l. Por ti madrugo, Dios mío: tu amor es mi vi-
da. Aleluya.
Los salmos y el cántico, del domingo de la semana I: pág. 27.
Ant. 2. Bendecid eternamente al Señor, que se mani·
fiesta a los limpios de corazón. Aleluya.
Ant. 3. Hagamos fiesta jubilosos: la alegría de Dios
es nuestra fuerza. Aleluya.
LECTURA BREVE
Col 3, 12-15
Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de
la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura,
comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos cuan-
do alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha per-
donado: haced vosotros lo mismo. Y, por encima de todo
esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada.
Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón;
a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y sed
agradecidos.
RESPONSORIO BREVE
I\\,. Grande es el poder del Señor; lo atestiguan los hu-
mildes. •· Aleluya, aleluya. Grande es el poder...
y. Derriba del trono a los poderosos. •· Aleluya, ale-
luya. Gloria al Padre. Grande es el poder...

27 Pages 261-270

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27.1 Page 261

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santa maría dominica mazzarello - 261
Benedictus, ant. Bendecid al Señor por todas sus obras;
difundid, como incienso, el buen aroma. Aleluya .
O bien:
Mujer llena de sabiduría, el Espíritu de Dios te hizo
maestra de vida. Aleluya.
PRECES
Demos gracias en Crisro Jesús al Padre, que, suscitando
santos y samas en la Iglesia, nos ofrece modelos genui-
nos de fidelidad evangélica, y digámosle:
Escucha, Padre, nuestra oración.
Padre, que enriqueces a tu Iglesia con una variedad admi-
rable de dones y carismas,
- danos la gracia de encarnar el espíritu salesiano con
fidelidad creativa.
Has puesro al Papa y a los obispos al frente de tu pueblo
santo,
- haz que acojamos con fidelidad la palabra de tu Hijo
viva y presente en sus enseñanzas.
Tú revelas los misterios de tu Reino a la gente sencilla y
a los pequeños,
- ayúdanos a descubrir tu presencia en la realidad de la
vida para llevar a cabo tu proyecto de amor.
Invitas a todos a acoger el Evangeljo de Jesucristo, tu Hijo,
- haz que participemos en su misión salvífica con el
espíritu de las bienaventuranzas.
En santa M aría Dominica nos ofreces un ·modelo para
vivir el mandamientO del amor fraterno,
- concédenos actuar siempre en comunión de vida y obra
por la difusión de tu Reino.
Padre nuestro.

27.2 Page 262

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262 - oficios propios
Oración
Padre, fuente de todo bien, que nos ofreces en santa
María Dominica Mazzarello un modelo luminoso de vi-
da cristiana y religiosa por su humi ldad y ardiente cari-
dad; concédenos que, con sencillez de espíritu, demos cada
día testimonio de tu amor de Padre. Por nuestro Señor Je-
sucristo ...
O bien, para la comunidad de Hijas de María Auxiliadora:
Padre y Dios nuestro, que muestras tus preferencias
por los humildes y llenas los corazones sencillos y since-
ros con tu espíritu de santidad, escucha nuestra oración
en la solemnidad de santa María Dominica Mazzarello,
que compartió con san Juan Bosco el amor a la juventud
y la fundación de una nueva familia religiosa; danos do-
cilidad a sus enseñanzas y fidelidad a su labor educativa.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Hora intermedia
Se dice el himno que corresponde a la hora de la celebración,
o bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autoridad
eclesiástica.
Los salmos, con su, antífonas. se toman de la fena correspon-
diente. Cuando se celebra con el grado de solemnidad, antífona pro-
pia con la salmodia complementaria: pág. 149 ss.
Tercia
Ant. Para mí lo bueno es estar junto a Dios y hacer
del Señor mi refugio. Aleluya.
LECTURA BREVE
2Ts 1, llb-12
Pedimos continuamente a nuestro Dios que os consi-
dere dignos de vuestra vocación, para que con su fuerza
os permita cumplir los buenos deseos y la tarea de la fe;
para que así Jesús, nuestro Señor, sea glorificado en vo-

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santa maría dominica mazzarello - 263
sotros, y vosotros en él, según la gracia de nuestro Dios
y del Señor Jesucristo.
'f. Ésta es la virgen sensata. Aleluya.
a. Que el Señor encontró velando. Aleluya.
Sexta
Ant. Sosténme, Señor, con tu promesa y viviré; que
no quede frustrada mi esperanza . Aleluya.
LECTURA BREVE
Ef 1, 17-20a
El Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la glo-
ria, os espíritu de sabiduría y revelación para conocer-
lo. Ilumine los ojos de vuestro corazón, para que com-
prendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la
riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál
la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los
que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que
desplegó en Cristo.
Y. El Señor es bueno con todos. Aleluya.
a. Es cariñoso con todas sus criaturas. Aleluya.
Nona
Ant. Qué hermosa y resplandeciente es la generación
casta. Aleluya.
LECIURA BREVE
lTs 4, lb-3a
Habéis aprendido de nosotros cómo proceder para
agradar a Dios; pues proceded así y seguid adelante. Ya
conocéis las instrucciones que os dimos, en nombre del
Señor Jesús. Esto quiere Dios de vosotros: una vida sagrada.
'f. Para mí lo bueno es estar junto a Dios. Aleluya .
a. Mi fuerza y mi esperanza es el Señor. Aleluya.
La oración, como en Laudes.

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264 - oficios propios
Vísperas
Para la~ Hijas de María Auxiliadora son las II Vísperas.
H IMNO
María Mazzarello,
hoy tu recuerdo santo nos alegra;
y elevamos a Dios nuestra plegaria
el día de tu fiesta.
En tu abundosa viña
fuiste el mejor racimo de tus cepas,
y la alegría de tus vides dio
tu espíritu a la tierra.
Las huellas de Juan Bosco
fueron en tu sendero como estrellas
que iluminaban tu fidelidad
de espíritu y de letra .
Que nosotros sigamos
la claridad que nos dejó tu senda,
y alegres trabajemos en tu viña
a la luz de tus huelJas.
Honor y gloria a Cristo,
del Padre omnipotente luz primera;
y al Padre y a] Espíritu divino
nuestra alabanza ascienda. Amén.
O bien: otro himno o canto apropiado, aprobado por la auto-
ridad eclesiástica.
Ant. 1. Nunca dejé de buscarte, Señor, y me col-
maste de bienes. Aleluya.
Los salmos y el cántico, del Común de vírgenes: pág. 378.
Ant. 2. El Señor hizo de mi vida la morada de su amor.
Aleluya.
Ant. 3. Dios me bendijo con toda clase de bienes espi-
rituales, quiso que fuera alabanza de su gloria. Aleluya .

27.5 Page 265

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santa maría dominica mazzarello - 265
LECTURA BREVE
Flp 2, 1-4
Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con
vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis en-
trañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos
unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo
sentir. No obréis por rivalidad ni por ostentación, dejaos
guiar por la humildad y considerad siempre superiores a
los demás. No os encerréis en vuestros intereses, sino bus-
cad todos el interés de los demás.
RESPONSORIO BREVE
Jn 13, 34a; 1P 1, 22a
}l. Amaos unos a otros. Aleluya, aleluya. Amaos
unos a otros...
y. Amaos entrañablemente y de corazón. Aleluya,
aleluya. Gloria al Padre. Amaos unos a otros...
Magníficat, ant. Fui humilde y pobre, y el Señor me
amó e hizo obras grandes por mí. Aleluya.
PRECES
Dios nuestro Padre hizo ver en santa M aría Dominica las
maravillas de su amor; con la seguridad de que oye
nuestras súplicas, digámosle:
Padre santo, escúchanos.
Tú que diste a santa María Dominica una profunda espi-
ritualidad eucarística,
- haz que la participación vital en el misterio de la Pas-
cua sea, para todos los cristianos, el centro de su vida.
Tú que pusiste a María Dominica como piedra angular
del Instituto de Hijas de María Auxil iadora, monu-
mento vivo de gratitud a la Santísima Virgen,
concede a los miembros de la Familia Salesiana la
gracia de amar filialmente a la Virgen Madre y de dar
a conocer la eficacia de su auxilio.

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266 - oficios propios
Tú que diste a María Dominica Mazzarello un corazón
solícito por las cosas de tu Reino,
- da a los jóvenes el anhelo de difundir por doquier tu
mensaje de a mor y salvación.
Tú que quisiste que nacieran nuevas familias religiosas
para la educación cristiana de la juventud,
- guía a los niños y a los jóvenes en la búsqueda del
sentido auténtico de su vida.
Tú que arrancaste a tu Hijo del poder de la muerte,
- da la luz de tu Reino a las hermanas y hermanos que
han muerto creyendo y esperando en ti.
Padre nuestro.
La oración, como en Laudes.
Completas
Como en el Salterio del día. Cuando se celebra con el grado de
solemnidad, Completas del domingo.

27.7 Page 267

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18 de mayo
SAN LEONARDO MURIALDO
presbítero
Leonardo Murialdo nació el 26 de octubre de 1828 en una fa-
milia acomodada. Amigo y colaborador de san Juan Bosco, se de-
d icó a la formación cristiana de los jóvenes pobres, huérfanos y
aba ndonados, dando vida con riqueza de fe y aliento a múltiples
iniciativas de carácter social, espi ritual , cultu ral y legislativo. T am-
bién participó en el nacimiento y actividad de algunas o rganizacio-
nes obreras católicas.
Fundó una congregación reli~iosa, que dedicó a san José (hoy
se conoce por el nombre de Josefinos de [Leonardo] Muria/do), a
fin de que el espíritu del humilde artesano de Nazaret, educador de
Jesús, animase su apostolado con los jóvenes pobres. Murió en Tu-
rín el 30 de marzo de 1900. Fue proclamado santo por Pablo V[
el 3 de mayo de 1970.
Del Común de santos, pág. 382, o bien del Común de pasto-
res. Los salmos, de la feria correspondiente.
Invita torio
Ant. Venid, adoremos al Señor; aclamemos al Dios ad-
mirable en sus santos.
El salmo inv1tatorio, como en el Ordinario: pag. 13.
Oficio de lectura
El versículo, la pnmera lectura y el responsorio pueden tomar-
se del Común: pág. 388.
SEGUNDA LECTURA
De los escritos de sa n Leonardo Murialdo, presbítero
(Conferencia de 1869; Mss., t. HI, pos. 397, 7-10)
Predilecczón por los ;óvenes pobres y abandonados
Tenemos motivos especiales para alegrarnos de nues-
tra misión: nos los procura la clase de jóvenes a que nos

27.8 Page 268

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268 - oficios propios
dedicamos. ¿De qué jóvenes se trata? De pobres y aban-
donados: son dos requisitos que hacen que un joven sea
de los nuestros, y cuanto más pobre y abandonado, más
nuestro será.
¡Pobres y abandonados! ¡Qué hermosa la misión de
educar a los pobres! ¡Más hermoso es todavía buscar, so-
correr, educar y salvar para esta vida y para la eternidad
a los pobres abandonados, abandonados en el aspecto mo-
ral aunque no lo sean del todo en el material. ¡Qué dulce
es oír que te dicen: A ti se encomienda el pobre, soco-
rres al huérfano (Sal 9 B, 14b). Los pobres, los niños y
los pecadores eran la niña de los ojos de Jesucristo, la perla
preciosa, su tesoro más preciado. Nuestros jóvenes son
pobres, son niños. Digamos también que, a veces, ya no
tienen mucho de inocentes. Pero este último aspecto, aun-
que en mismo no tiene nada de amable, ¿debe quizás
hacérnoslos menos queridos, menos -valga la expresión-
interesantes?
Es posible que alguna vez olvidemos la condición de
los jóvenes a cuyo bien queremos consagrar toda nuestra
vida. En cuanto un joven se muestra de índole poco bue-
na o incluso perversa, de carácter indisciplinado o difícil,
reacio a la educación, orgulloso, tozudo y contumaz en
el mal, o que incluso empeora, inmediatamente nos dis-
gustamos y caemos de ánimo: querríamos que el pobreci-
to dejara de fastidiarnos y se las apañara a solas con sus
vicios. Sin embargo, no debemos ser fáciles al cansancio
ni desanimarnos y desesperar. No olvidemos que, recogien-
do a abandonados, hay que esperarse jóvenes con toda la
ignorancia, rudeza y vicios que comporta su abandono.
Aunque fueran de familias educadas y cristianas, no
tendría que maravillarnos encontrar defectos y hasta vi-
cios en los niños. Si ya fueran perfectos, ¿por qué educar-
los? Pues, ¿qué podemos esperar quienes nos dedicamos
a niños recogidos de la calle o, a veces, de las manos de
unos padres vulgares o escandalosos? Su miseria moral de-
be conmovernos mucho más que su pobreza material; en
lugar de hacernos perder demasiado pronto la paciencia

27.9 Page 269

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san leonardo murialdo - 269
y la esperanza, nos tiene que estimular a trabajar con ma-
yor ánimo y llenos de compasión hacia esos pobres infeli-
ces; en realidad, con frecuencia son más desdichados que
culpables; probablemente también nosotros seríamos igual
si nos hubieran abandonado como a ellos.
Así pues, que la misma condición de nuestros pobres
jóvenes nos impulse a poner más empeño en el cumpli-
miento de los deberes que nos impone su educación y a
pedir a Dios que haga crecer (cf. lCo 3, 6).
RESPONSORIO
Sal 81, 3-4; cf. St 2,S
J:l. Proteged al desvalido y al huérfano, haced justi-
cia al humilde y al necesitado, "" Defended al pobre y al
indigente, sacándolos de las manos del culpable. Aleluya.
}t. Dios ha elegido a los pobres del mundo para ha-
cerlos ricos en la fe y herederos del reino. * Defended...
O bien:
SEGUNDA I ECTURA
De los artículos publicados en «La Buona Stampa», de san
Leonardo Murialdo, presbítero
(Año 1884, núms. 7, 8, 12; año 1885, núm. 2)
El buen periodismo es apostolado
El gran día de la justicia se darán los motivos de la
salvación de los buenos que no negaron el pan a quienes
tenían hambre. Ahora bien, el hombre no sólo vive de pan
material. En nuestro siglo el hambre que más se siente es
el hambre de instrucción moral y religiosa, de verdad, de
justicia. Trabajar por ello es una limosna que vale más
que la corporal. El católico que posee las dotes necesarias
para el manejo de la pluma no se quede de brazos cruza-
dos, no entierre sus talentos. Sí, el buen periodismo es un
apostolado y, después del ministerio sacerdotal, en nues-
tros días es el más noble y sublime. El buen periodismo

27.10 Page 270

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270 - oficios propios
es una predicación continua, una instrucción diaria, un
combate valiente por la Iglesia y el Papa; es un medio pa-
ra salvar las almas y regenerar cristianamente el mundo.
Las palabras del sacerdote en la iglesia sólo llegan a los
ya convertidos, a los fieles, mientras que el periódico va
a cualquier parte y llega a todos.
De que el periodismo católico es un apostolado, no
están convencidos quienes se complacen en los defectos
que hallan en los diarios buenos, mientras que sólo ven
perfección en los perversos; no tienen para los primeros
una palabra de aliento ni un consejo ni una moneda que
los ayuden a corregir defectos, llenar lagunas y perfec-
cionarse.
Censuran lo defectuoso y no alaban lo bueno, o que-
rrían ver el periódico perfecto; mientras, lo desprecian,
hablan mal de él y lo dejan en su penuria de medios; a
la vez, compran y dejan entrar en sus familias los periódi-
cos de los adversarios. Es un engaño y una ilusión creer
que éstos no hacen daño y que tal o cual periódico no tie-
ne influencia. Un periódico leído hoy, mañana y todos los
días, graba sus ideas en las inteligencias más tenaces, e
insensiblemente forma el espíritu y el corazón.
Hoy día esta institución del periodismo ha entrado en
nuestras costumbres, y [el buen periodismo] se ha conver-
tido en una necesidad absoluta para luchar contra la ma-
rea que invade todo y penetra por doquier.
Existe también otra clase de personas que son buenas,
pero sienten repugnancia por la prensa política: son los
que se llaman neutrales. ¡Seguro! Mientras el volcán vo-
mita lava incandescente, mientras el terremoto amenaza,
es decir, mientras se prepara una de esas crisis políticas
y religiosas de que está llena la historia, os encontráis con
personas que dicen con arrogancia: «Yo soy neutral en to-
do, soy independiente.» Tal neutralidad es, en vuestro ca-
so, una monstruosidad moral: vuestra neutralidad no es
más que una palabra sin sentido, es pereza y egoísmo, es
deserción de los deberes sociales, es culpa grave.

28 Pages 271-280

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28.1 Page 271

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san leonardo murialdo - 271
RESPONSORIO
Cf. lTs 2, 4. 3
!\\.. Dios nos ha probado y nos ha confiado el Evan-
gelio, y así lo predicamos, No para contentar a los hom-
bres, sino a Dios. Aleluya.
'f. Nuestra exhortación no procedía de error o de
motivos turbios. * No para contentar...
La oración, como en Laudes.
Bened1ctus, ant. El amor de Cristo me apremia a dar
la vida por el prójimo. (T.P. Aleluya. )
PRECES
Celebremos con gozo el amor de Dios Padre y, por inter-
cesión de san Leonardo Murialdo, pidámosle con fe:
Afiánzanos, Señor, en la caridad.
que nos guías y amas como a hijos,
- haznos testigos de tu bondad todos los días de nues-
tra vida.
Tú que inspiras una fe sencilla y filial en la Providencia,
- danos la gracia de descubrir en los acontecimientos tu
presencia amorosa.
Tú que mueves la inteligencia y el corazón de tus hijos,
- haz que cumplamos generosamente tu voluntad con
libertad de espíritu.
Tú que invitas a reconocer tu rostro en los jóvenes pobres,
- ayúdanos a servirte con humildad y caridad en cada
uno de ellos.
Tú que nos diste como modelo a María Inmaculada,
- guíanos, por su protección , en el camino de la san-
tidad.
Padre nuestro.

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272 - oficios propios
Oración
Oh Dios, fuente de todo bien, que en san Leonardo
Murialdo diste a los huérfanos un padre y a los jóvenes
trabajadores un guía: concédenos, por su intercesión, se-
guir los preceptos de tu amor en el servicio a nuestros her-
manos. Por nuestro Señor Jesucristo...
Vísperas
Magníficat, ant. Hermano y amigo de los pobres, pa-
dre de quien vive en soledad, san Leonardo Murialdo,
muéstranos el corazón de Dios. (T .P. Aleluya.)
PRECES
En la memoria litúrgica de san Leonardo Murialdo, pi-
damos con fe a Dios nuestro Padre que nos conceda
su salvación:
Escucha, Padre, nuestra oración.
Acuérdate de los jóvenes pobres, huérfanos y abando-
nados,
- sosténlos con tu mano paterna.
Tu Hijo trabajó con san José en el hogar de Nazaret,
- bendice a quien se gana el pan con el sudor de su frente.
Protege a los cristianos consagrados al apostolado y a
actividades sociales,
- que sean testigos intrépidos de tu verdad.
Danos jóvenes generosos que estén dispuestos a seguir a
Cristo obediente, pobre y casto,
- para que llegue a todos el mensaje del Evangelio.
Abre los brazos de tu misericordia a los difuntos que han
hecho el bien,
- acógelos en la paz de tu reino.
Padre nuestro.
La oración , como en Laudes.

28.3 Page 273

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24 de mayo
MARÍA, AUXILIADORA DE LOS CRISTIANOS
Patrona principal
de la Sociedad de san Francisco de Sales,
del Instituto de H ijas de María Auxiliadora
y del Instituto Secular "Voluntarias de Don Bosco"
Solemnidad
Muchas veces y de modo admirable, a lo largo de la historia,
el pueblo cristiano ha experimentado la protección de la Virgen Ma-
ría. El tírulo de Auxiliadora de los Cristianos, que san Juan Bosco
asocia al de Madre de la Iglesia, indica la intervención especial de
M aría en las pruebas más difíciles de la vida de cada persona, de
la Iglesia y de todo el género humano.
Su celebración litúrgica fue instiruida por Pío VII para agrade-
cer a la Santísima Virgen su intervención en un período difícil de
la historia de la Iglesia. Alejado violentamente de Roma y prisione-
ro durante cinco años, el Pontífice imploró el auxilio de María e
invitó a los cristianos a dirigirse a ella. Contra toda previsión hu-
mana, Pío VII se vio libre y pudo volver a su sede natural el 24 de
mayo de 1814.
La devoción a María Auxiliadora, muy difundida por san Juan
Bosco, sigue propagándose en el mundo gracias a la Familia Sale-
siana, que la reconoce e invoca como Auxiliadora de los Cristianos
y la venera como a su patrona principal.
Tndulgenoa plenaria.
I Vísperas
HIMNO
¿Quién podrá tanto alabarte
según es tu merecer?
¿Quién sabrá tan bien loarte
que no le falte saber?

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274 - oficios propios
Pues que para nos valer
tanto vales,
da remedio a nuestros males.
¡Oh Madre de Dios y hombre!
¡Oh concierto de concordia!
que tienes por renombre
Madre de misericordia;
pues para quitar discordia
tanto vales,
da remedio a nuestros males.
Tú que estabas ya criada
cuando el mundo se crió;
tú que estabas muy guardada
para quien de ti nació;
pues por ti nos conoció,
si nos vales,
fenecerán nuestros males.
que eres flor de las flores,
tú que del cielo eres puerta,
que eres olor de olores,
que das gloria muy cierta;
si de la muerte muy muerta
no nos vales,
no hay remedio a nuestros males. Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autori-
dad eclesiástica.
Ant. l. Madre dichosa del Hijo de Dios, enaltecida
a la gloria del reino, contigo alabamos el nombre del
Señor. (T.P. Aleluya. )
Los salmos y el cántico, como en el Común de vírgenes, pág. 364.
Ant. 2. Por ti vino la paz, María; en ti la Palabra se
hizo carne, contigo glorificamos al Señor. (T.P. Aleluya. )

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bienav. virgen maría, auxili adora de los cristianos - 275
Ant. 3. Por ti vino la salvación, María, y la fuerza y
el reino de nuestro Dios: contigo cantamos el poder del
Señor. (T.P. Aleluya. )
LECTURA BREVE
lP 5, 6-11
Hermanos: Inclinaos bajo la mano poderosa de Dios,
para que, a su tiempo, os ensalce. Descargad en él todo
vuestro agobio, que él se interesa por vosotros. Sed so-
brios, estad alerta, que vuestro enemigo, el diablo, como
león rugiente, ronda buscando a quien devorar. Resistid-
le firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos en el
mundo entero pasan por los mismos sufrimientos. Tras
un breve padecer, el mismo Dios de toda gracia, que os
ha llamado en Cristo a su eterna gloria, os restablecerá,
os afianzará, os robustecerá. Suyo es el poder por los si-
glos. Amén.
RESPONSORIO BREVE
Tiempo pascual:
:&.. Salve, Virgen María, Madre de la Iglesia . * Ale-
luya, aleluya. Salve...
'f. Socorre a tus hijos, que alaban al Señor. * Alelu-
ya, aleluya. Gloria al Padre. Salve. ..
Fuera del tiempo pascual:
}l. Madre de la esperanza, •· Todos acuden a ti.
Madre ...
'f. Ayuda a tus hijos, bendita entre las mujeres. •· To-
dos acuden a ti. Gloria al Padre. Madre...
Magníficat, ant. La mano del Señor te hizo fuerte; se-
rás bendita por siempre. Aleluya.
O bien:
En los peligros, en las dificultades y en las dudas
te invocamos, Auxiliadora de los Cristianos:

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276 - oficios propios
si nos sostienes, no podemos caer;
si eres nuestra guía, no nos desalienta el camino;
si nos ayudas, llegaremos al cielo. AJeluya.
PRECES
M aría, Madre de Cristo el Señor, brilla en el camino del
pueblo de Dios como señal de esperanza y consuelo.
Bendigamos a nuestro Padre del cielo, que la hizo
colaboradora de su salvación, y digámosle:
Por intercesi6n de María Auxiliadora, escúchanos,
Señor.
Padre, tú hiciste de María la nueva Eva, la mujer vestida
de sol y victoriosa sobre la serpiente,
- que sea ella nuestro auxilio y nuestra esperanza en las
luchas que debemos sostener contra el mal.
hiciste de María la nueva Judit, libertadora de su pue-
blo , bendita entre todas las muj eres,
- ayuda al pueblo cristiano a conservar la fe en medio
de las pruebas de la vida.
Tú hiciste de María la nueva Ester, mujer fuerte y piado-
sa, dispuesta a interceder por la salvación de su pueblo,
- guía a la Iglesia para que supere las insidias que halla
en su camino.
Tú hiciste de María la auxiliadora del pueblo cristiano en
los momentos difíciles de su historia,
ilumina al sucesor de Pedro y a los obispos en comu-
nión con él, para que acierten a superar los peligros
que corren los valores cristianos.
Tú que coronaste a María como reina de los ángeles y de
los santos,
- haz que nuestros difuntos puedan alcanzar con ella la
fel icidad eterna de tu reino.
Padre nuestro.
La oración, como en Laudes.

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bienav. virgen maría , auxiliadora de los cristianos - 277
Completas
Completas del domingo; fuera del tiempo pascual, dése prefe-
rencia a las antífonas Sub tuum praesldium confúgimus, n bien O
María, Virgo potens , como en el Ordinario: pág. 23.
Invita torio
Ant. Aclamemos al Señor en la fiesta de María, Auxi-
liadora de los Cristianos. Aleluya.
El salmo invitatorio, como en el Ordinario: pág. 13 .
Oficio de lectura
HIMNO
María , pureza en vuelo,
Virgen de vírgenes, danos
la gracia de ser humanos
sin olvidarnos del cielo.
Enséñanos a vivir;
ayúdenos tu oración;
danos en la tentación
la gracia de resistir.
Honor a la Trinidad
por esta limpia victoria .
Y gloria por esta gloria
que alegra la cristiandad. Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autori-
dad eclesiástica.
SALMODIA
Ant. 1. Virgen María, tú recibiste la bendición del
Señor y Ja misericordia del Dios de salvación. (T.P.
Aleluya. )

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278 - oficios propios
Salmo 23
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
jura contra el prójimo en falso.
Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria.
¿Quién es ese Rey de la gloria?
- El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.
¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria .
¿Quién es ese Rey de la gloria?
- El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.
Ant. Virgen María, tú recibiste la bendición del Señor
y la misericordia del Dios de salvación. (T.P. Aleluya. )
Ant. 2. Dios, nuestro refugio y nuestra fuerza, nos ha
dado en María un auxilio para la hora de la prueba. (T.P.
Aleluya.)

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bienav. virgen maría, auxiliadora de los cristianos - 279
Salmo 45
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra,
y los montes se desplomen en el mar.
Que hiervan y bramen sus olas,
que sacudan a los montes con su furia:
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.
Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan;
pero él lanza su trueno, y se tambalea la tierra.
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra:
Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,
rompe los arcos, quiebra las lanzas,
prende fuego a los escudos.
«Rendíos, reconoced que yo soy Dios:
más alto que los pueblos, más alto que la tierra. »
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Ant. Dios, nuestro refugio y nuestra fuerza, nos ha da-
do en María un auxilio para la hora de la prueba. (T.P.
Aleluya . )
Ant. 3. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, Madre de
todos los pueblos! (T.P. Aleluya. )

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280 - oficios propios
Salmo 86
Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob.
¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios!
«Contaré a Egipto y a Babilonia
entre mis fieles;
filisteos, tirios y etíopes han nacido allí. »
Se dirá de Sión: «Uno por uno
todos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado. »
El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
«Éste ha nacido allí. »
Y cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti.»
Ant. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, Madre de to-
dos los pueblos! (T.P. Aleluya. )
Tiempo pascual:
y. El Poderoso ha hecho obras grandes por mí,
aleluya.
Il. Su misericordia llega a sus fieles de generación en
generación, aleluya.
PRIMERA LECTURA
Del libro del Apocalipsis
11, 19 - 12, 17
La portentosa figura de la mujer en el cielo
Se abrió en el cielo el santuario de Dios, y en su san-
tuario apareció el arca de su alianza. Después apareció una
figura portentosa en el cielo: una mujer vestida de sol, la
luna por pedestal, coronada con doce estrellas. Estaba en-
cinta, y gritaba entre los espasmos del parto y por el tor-
mento de dar a luz.

29 Pages 281-290

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bienav. virgen maría, auxiliadora de los cristianos - 281
Apareció otra señal en el cielo: un enorme dragón ro-
jo, con siete cabezas y diez cuernos y siete diademas en
las cabezas. Con la cola barrió un tercio de las estrellas,
arrojándolas a la tierra.
El dragón estaba enfrente de la mujer que iba a dar
a luz, dispuesto a tragarse al niño en cuanto naciera. Dio
a luz un varón, destinado a gobernar con vara de hierro
(cf. Sal 2, 9) a los pueblos. Arrebataron al niño y lo lleva-
ron junto al trono de Dios. La mujer huyó al desierto, don-
de tiene un lugar reservado por Dios, para que allí la
sustenten mil doscientos sesenta días.
Se trabó una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles
declararon la guerra al dragón. Lucharon el dragón y sus
ángeles, pero no vencieron, y no quedó lugar par a ellos
en el cielo. Y al gran dragón, a la serpiente primordial que
se llama diablo y Satanás y extravía la tierra entera, lo
precipitaron a la tierra, y a sus ángeles con él.
Se oyó una gran voz en el cielo:
«Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado el acusador de nuestros
hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del
Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos, y los que moráis en
sus tiendas.
¡Ay de la tierra y del mar!
El diablo bajó contra vosotros, rebosando furor,
pues sabe que le queda poco tiempo. »
Cuando vio el dragón que lo habían arrojado a la tie-
rra, se puso a perseguir a la mujer que había dado a luz
el hijo varón. Le pusieron a la mujer dos alas de águila
real para que volase a su lugar en el desierto, donde será
sustentada un año y otro año y medio año, lejos de la ser-

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282 - oficios propios
piente. La serpiente, persiguiendo a la mujer, echó por la
boca un río de agua, para que el río la arrastrase; pero
la tierra salió en ayuda de la mujer, abrió su boca y se
bebió el río salido de la boca de la serpiente.
Despechado el dragón por causa de la mujer, se mar-
chó a hacer la guerra al resto de su descendencia, a los
que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el tes-
timonio de Jesús.
RESPONSORIO
Cf. Ap 12, 5. 1
:a. La mujer dio a luz un varón, destinado a gober-
nar a todos los pueblos; y el niño fue arrebatado y lo lle-
varon junto al trono de Dios. ,:. ¡Demos gracias a Dios,
que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo!
Aleluya.
y. Apareció una figura portentosa en el cielo: una
mujer vestida de sol, la luna por pedestal, coronada de
doce estrellas. ,:. Demos gracias...
fuera del tiempo pascual:
y. María conservaba todas estas cosas.
:a. Meditándolas en su corazón.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Judit 13, 11-14. 16a-20; 15, 8-10 . 12-14
El Señor está contigo.
¡Bendita tú entre todas las mujeres!
Judit gritó desde lejos a los centinelas:
«¡Abrid, abrid la puerta!
Dios, nuestro Dios, está con nosotros,
demostrando todavía su fuerza en Israel
y su poder contra el enemigo.
¡Acaba de ocurrir hoy! »

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bienav. virgen maría, auxiliadora de los cristianos - 283
Cuando los de la ciudad la oyeron, bajaron en segui-
da hacia la puerta y convocaron a los concejales. Todos
fueron corriendo, chicos y grandes. Les parecía increíble
que llegara Judit. Abrieron las puertas y las recibieron;
luego hicieron una gran hoguera para poder ver, y se arre-
molinaron en torno a ellas.
Judit les dijo gritando:
«¡Alabad a Dios, alabadlo!
Alabad a Dios que no ha retirado su misericordia
de la casa de Israel;
que por mi mano ha dado muerte al enemigo
esta misma noche...
Vive el Señor, que me protegió en mi camino.»
Todos se quedaron asombrados, y postrándose en ado-
ración a Dios, dijeron a una voz: «Bendito eres, Dios nues-
tro, que has aniquilado hoy a los enemigos de tu pueblo. »
Y Ozías dijo a Judit:
«Que el Altísimo te bendiga, hija,
más que a todas las mujeres de la tierra.
Bendito el Señor, creador de cielo y tierra,
que enderezó tu golpe contra la cabeza del general
enemigo.
Los que recuerden esta hazaña de Dios
jamás perderán la confianza que tú inspiras.
Que el Señor te engrandezca siempre
y te prosperidad,
porque no dudaste en exponer tu vida
ante la humillación de nuestra raza,
sino que vengaste nuestra ruina
procediendo con rectitud en presencia de nuestro
Dios. »
Todos aclamaron:
¡Así sea, así sea!
Entonces el sumo sacerdote, Joaquín, y el Senado is-
raelita de Jerusalén fueron a contemplar los prodigios de
Dios en favor de Israel y a ver y saludar a Judit. Cuando
llegaron a su casa, todos a una voz la felicitaron :
«Tú eres la gloria de Jerusalén,
el honor de Israel,

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284 - oficios propios
eres el orgullo de nuestra raza.
Con tu mano lo hiciste, bienhechora de Israel,
y Dios se ha complacido.
Que Dios omnipotente te bendiga por siempre
jamás.»
Y todos aclamaron:
¡Así sea!
Todas las israelitas corrieron a verla y darle la enho-
rabuena. Algunas organizaron una danza en su honor. Ju-
dit tomó ramos y los repartió a sus compañeras, que se
coronaron como ella con hojas de olivo. Judit, a la cabe-
za de toda la gente, dirigía la danza de las mujeres. Se-
guían los israelitas, armados, llevando coronas y cantando
himnos.
En medio de todos los israelitas, Judit entonó este can-
to de acción de gracias, coreado por todo el pueblo:
RESPONSORIO
Jdt 16, l. 13. 14
:&. . Cantad a mi Dios con panderos, celebrad al Señor
con platillos; Con un cántico nuevo invocad y ensalzad
su nombre.
'f. Cantaré a mi Dios un cántico nuevo: Eres gran-
de, Señor, y glorioso, admirable en tu fuerza, invencible.
* Con un cántico...
'f. Que te sirva toda la creación, porque lo mandas-
te y existió, enviaste tu aliento y la construiste, nada pue-
de resistir a tu voz. ~- Con un cántico...
SEGUNDA LECTURA
Del Reglamento 'de la Asociación de devotos de María
Auxiliadora, escrito por san Juan Bosco, presbítero
(Opere edite, 21, Roma 1976 [343-347])
María, Auxiliadora de los Cristianos
El título de Auxiliadora que damos a la augusta Ma-
dre del Salvador no es nuevo. Ya en los libros santos se

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bienav. virgen maría , auxiliadora de los cristianos - 285
llama a María reina que está a la derecha de su divino Hi-
jo, vestida de tisú de oro, perl as y brocado (cf. Sal 44,
14). Su hermosísimo mamo de oro está cubierto, según
el espíritu de la Iglesia, de un gran número de piedras pre-
ciosas y diamantes, o sea, de los títulos que solemos dar
a María. Así pues, cuando la llamamos Auxiliadora de
los Cristianos, no hacemos más que destacar un título que
viene a ser como una perla en su manto de oro. En ese
sentido María fue saludada ya como auxiliadora del gé-
nero humano en la creación del mundo, cuando a Adán,
caído en pecado, se le prometió un libertador que había
de nacer de una mujer cuyo pie inmaculado aplastaría la
cabeza de la serpiente tentadora.
Esa gran mujer es simbolizada por el árbol de la vida
que había en el paraíso terrenal, por el arca de Noé que
salva del diluvio universal a los adoradores del Dios ver-
dadero, por la escala de Jacob que sube hasta el cielo, por
la zarza de Moisés que arde sin consumirse, y que alude
a María, virgen después el parto, así como por el arca de
la alianza, por la torre de David que defiende contra cual-
quier asalto, por la rosa de Jericó, por la fuente sellada
y por el huerto de Salomón, bien mantenido y guardado;
se la compara a un acueducto de bendición y al vellón de
Gedeón. En otras partes se dice que es la estrella de Ja-
cob, hermosa cual la luna y espléndida como el sol, iris
de paz, niña de los ojos de Dios, aurora portadora de con-
suelo y Virgen y Madre que da a luz a su Señor.
Estos símbolos y expresiones que la Iglesia aplica a
María ponen de relieve los planes providenciales de Dios
para darla a conocer, antes de que naciera, como primo-
génita de rodas las simples criaturas, corno la mejor pro-
tectora, auxilio y pilar, e incluso como remedio de los
males a que se ve sometido el género humano.
En el Nuevo Testamento ya no se la indica sólo, me-
diante símbolos y profecías, como auxiliadora de los hom-
bres en general, sino que se convierte en ayuda, amparo
y defensa de los cristianos en particular. Ya no se habla
de figuras y expresiones simbólicas; en el Evangelio todo
es realidad y cumplimiento del pasado. María recibe el sa-

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286 - oficios propios
ludo del arcángel Gabriel, que la llama llena de gracia;
Dios mira complacido la sincera humildad de María y la
eleva a la dignidad de Madre del Verbo eterno; Jesús, el
Dios inmenso, se hace hijo suyo: de ella nace, por ella es
educado y atendido, y el Verbo eterno, hecho carne, se
somete en todo a la obediencia de su augusta Madre. A
petición de María, Jesús hace en Caná de Galilea su pri-
mer milagro; en el Calvario es constituida Madre univer-
sal de los cristianos; los Apóstoles la ven como guía y
maestra de toda virtud; con ella se recogen en el cenáculo
para rezar; con ella se entregan a la oración y reciben, al
fin, el Espíritu Santo; para ellos son sus últimas palabras
antes de volar gloriosamente al cielo.
Desde su altísimo trono de gloria, vuelve a nosotros
sus ojos de madre y nos dice: «Yo estoy aquí para colmar
de bendiciones a los que me aman y llenar sus tesoros con
los favores celestiales. » Por ello, a partir de su Asunción
al cielo empezó el constante e ininterrumpido acudir de los
cristianos a María, y nunca se ha oído de nadie -afirma
san Bernardo- que haya acudido con confianza a esa pia-
dosísima Virgen, y no haya sido escuchado.
Tal es la razón de que todos los siglos, años y días,
e incluso cada momento, se distingan en la historia por
algún favor concedido a quien la había invocado con fe.
Por la misma razón, no hay ningún reino, ciudad, pueblo
o familia que no tenga una iglesia, capilla, altar, imagen,
cuadro o signo como muestra de la veneración universal
de que goza María, recordando al mismo tiempo alguna
de las innumerables gracias concedidas a quien ha acudi-
do a ella en sus necesidades.
RESPONSORIO
Sal 34, 4; Le 1, 48; Sal 65, 16
]l. Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensal-
cemos juntos su nombre, •· Porque ha mirado la humilla-
ción de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las
generaciones.
y. Venid a escuchar, os contaré lo que Dios ha he-
cho conmigo. •· Porque.. .

29.7 Page 287

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bienav. virgen maría, auxiliadora de los cristianos - 287
O bien:
SEGUNDA LECTURA
De los escritos de san Juan Bosco, presbítero
(Maraviglic della Madre di 010... , Opere edite, 20, Roma 1976
[217-220; 197-200])
María ha sido constituida por Dios
Auxiliadora del pueblo cristiano
Cuando la Santísima Virgen fue a visitar a santa Isa-
bel, ésta, nada más verla, quedó llena del Espíritu Santo
e, inspirada, dijo profetizando: Bendita eres entre las
mujeres, y bendito el fruto de tu vientre (Le 2, 42).
Con estas palabras el Espíritu Santo, por boca de Isa-
bel, ensalzó a María, queriendo así enseñarnos que había
sido objeto de las bendiciones y favores de Dios y elegida
por él para traer a los hombres aquella bendición que, per-
dida en Eva, había sido anhelada a lo largo de muchos
siglos. A la felicitación de su prima respondió María, ins-
pirada por Dios: Proclama mi alma la grandeza del Señor,
porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde aho-
ra me felicitarán todas las generaciones (Le 1, 46-48).
Para que la gloria de María llegara a todas las genera-
ciones y la pudieran felicitar con verdad, era preciso que
por ella recibiesen algún beneficio extraordinario y peren-
ne, de modo que, siendo constante el motivo de su grati-
tud, fuera lógica la perpetuidad de su alabanza. Esta
acción benéfica continua y admirable no puede ser otra
que el auxilio que María otorga a los hombres, auxilio
que debía abarcar todos los tiempos y llegar a todos los
lugares y a toda clase de personas.
El título de Auxiliadora de los Cristianos que damos
a la augusta Madre del Salvador no es nuevo en la Iglesia
de Jesucristo. Sin embargo, últimamente se ha comenza-
' do a llamar así a la Virgen Santísima por una razón muy
especial. No se trata de invocar a María sólo por intere-
ses privados, sino por los gravísimos e inminentes peligros
que amenazan a los fieles . Hoy se ataca a la misma Iglesia

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288 - oficios propios
católica: se la ataca en su servicio, en sus instituciones sa-
gradas, en su Cabeza, en su doctrina , en su disciplina; se
la ataca como Iglesia católica, como centro de la verdad,
como maestra de todos los fieles.
Y precisamente para merecer una protección especial
del cielo se acude a María, como a Madre de todos, co-
mo a especial Auxiliadora de los gobernantes y pueblos
católicos.
Por eso decimos con toda verdad que María ha sido
constituida por Dios Auxiliadora de los Cristianos, y que
en todo tiempo ha demostrado serlo en los males públi-
cos, especialmente con los pueblos que sufrían y lucha-
ban por la fe.
Que María nos ayude a vivir unidos en la doctrina y
en la fe , cuyo guía es el Roma no Pontífice, vicario de Je-
sucristo, y nos obtenga la gracia de perseverar en el santo
servicio de Dios durante toda la vida, para poder estar un
día con ella en el reino celeste de la gloria .
RESPONSORIO
Le 1, 48-49; Sal 17. 33
:&,. Me felicitarán todas las generaciones, porque el
Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre
es santo. (T.P. Aleluya. )
y . Dios me ciñe de valor y me coloca en las alturas.
Su nombre...
O bien:
SEGUNDA LEC1 URA
De la exhortación apostólica Maria/is cultus, de Pablo VI,
papa
(núm. 57; AAS 66 [1974] J63-167 passim )
La múltiple misión de María
en el pueblo de Dios
Cristo es el único camino para ir al Padre. Cristo es
el modelo supremo al que el discípulo debe conformar su

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bienav. virgen maría, auxiliadora de los cristianos - 289
conducta personal, hasta tener sus mismos sentimientos,
vivir de su vida y poseer su Espíritu: así lo ha enseñado
siempre la Iglesia, y nada debe oscurecer dicha doctrina
en la acción pastoral. Sin embargo, la Iglesia, guiada por
el Espíritu Santo y amaestrada por una experiencia secu-
lar, reconoce que también la devoción a la Santísima Vir-
gen, de modo subordinado a la piedad hacia el Salvador
y en conexión con ella, posee gran eficacia pastoral y es
una fuerza que renueva la vida cristiana.
La santidad ejemplar de la Virgen mueve a los fieles
a levantar los ojos hacia María, «que brilla ante toda la
comunidad de los elegidos como modelo de virtudes» (cf.
LG 65). Virtudes sólidas, evangélicas: la fe y la dócil acep-
tación de la palabra de Dios, la obediencia generosa, la
humildad sincera, la caridad solícita, la sabiduría reflexi-
va, la piedad hacia Dios -pronta al cumplimiento de los
deberes religiosos, agradecida por los bienes recibidos, ofe-
rente en el templo y orante en la comunidad apostólica- ,
la fortaleza en el exilio y en el dolor, la pobreza vivida
con dignidad y confianza en el Señor, la solícita atención
a su Hijo desde la humildad de la cuna hasta la ignominia
de la cruz, la delicadeza previsora, la castidad virginal,
el sólido y casto amor conyugal. Con estas virtudes de la
Madre se adornarán los hijos que con tenaz propósito con-
templen sus ejemplos para imitarlos en la vida personal.
Tal progreso en la virtud será consecuencia y fruto ma-
duro de la eficacia pastoral que tiene el culto tributado
a la Santísima Virgen. La Iglesia católica, basándose en
su experiencia secular, reconoce en la devoción a la Vir-
gen una poderosa ayuda para quien lucha por el logro de
su plenitud. Ella, la mujer nueva, está junto a Cristo -el
hombre nuevo, cuyo misterio es el único que realmente
ilumina el misterio del ser humano (cf. GS 2)- como pren-
da y garantía de que en una simple criatura -es decir,
en ella- se ha realizado ya el proyecto de Dios en Cristo
para la salvación del hombre en su totalidad.
Al hombre contemporáneo -no rara vez atormenta-
do entre la angustia y la esperanza, postrado por el cono-

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290 - oficios propios
cimiento de sus limitaciones pero lleno de anhelos infini-
tos, turbado en su espíritu y dividido ef corazón, con la
mente perpleja por el enigma de la muerte, oprimido por
la soledad mientras se siente inclinado a la comunión, pre-
sa de la náusea y hastío- [a ese hombre contemporáneo]
la Santísima Virgen María, contemplada en su historia
evangélica y en la realidad que ya posee en la ciudad de
Dios, le ofrece una visión serena y una palabra tranquili-
zadora: la victoria de la esperanza sobre la angustia, de
la comunión sobre la soledad, de la paz sobre la turba-
ción, de la alegría y la belleza sobre el hastío y la náusea,
de las perspectivas eternas sobre las temporales, de la vi-
da sobre la muerte.
RESPONSORIO
Cf. Le 1, 42
:&,. No sé con qué alabanzas ensalzarte, oh santa e
inmaculada Virgen María. * Porque llevaste en tu seno
al que los cielos no pueden abarcar. (T.P. Aleluya. )
'f. Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de
tu vientre. ,. Porque llevaste...
HIMNO Te Deum: pág. 15.
La oración, como en Laudes.
Celebración de la vigilia
Quienes deseen una celebración más amplia de la vigilia cele-
brarán, en primer lugar, el Oficio de lectura; después de las dos lec-
turas y antes del Te Deum, añadirán los cánticos y el evangelio que
se indican a continuación.
CÁNTICOS
Ant. Bendecid al Señor por todas sus obras: atavió a
María con el vestido de la salvación y le dio un manto de
justicia. (T.P. Aleluya. )

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bienav. virgen maría, auxiliadora de los cristianos - 291
Cántico I Is 61, 10 - 62, 3
Alegría del profeta por la nueva Jerusalén
Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, arreglada
como una novia que se adorna para su esposo (Ap 21, 2 )
Desbordo de gozo con el Señor,
y me alegro con mi Dios:
porque me ha vestido un traje de gala
y me ha envuelto en un manto de triunfo,
como novio que se pone la corona,
o novia que se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa sus brotes,
como un jardín hace brotar sus semillas,
así el Señor hará brotar la justicia
y los himnos ante todos los pueblos.
Por amor de Sión no callaré,
por amor de Jerusalén no descansaré,
hasta que rompa la aurora de su justicia,
y su salvación llamee como antorcha.
Los pueblos verán tu justicia,
y los reyes tu gloria;
te pondrán un nombre nuevo,
pronunciado por la boca del Señor.
Serás corona fúlgida en la mano del Señor
y diadema real en la palma de tu Dios.
Cántico II
Is 62, 4-7
Gloria de la nueva Jerusalén
Ésta es la morada de Dios con los hombres:
acampará entre ellos (Ap 21, 3)
Ya no te llamarán «Abandonada» ,
ni a tu tierra «Devastada»;
a ti te llamarán «Mi favorita »,

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292 - oficios propios
y a tu tierra «Desposada»,
porque el Señor te prefiere a ti,
y tu tierra tendrá marido.
Como un joven se casa con su novia,
así te desposa el que te construyó;
la alegría que encuentra el marido con su esposa,
la encontrará tu Dios contigo.
Sobre tus murallas, Jerusalén,
he colocado centinelas:
nunca callan, ni de día ni de noche;
los que se lo recordáis al Señor
no os deis descanso;
no le deis descanso hasta que la establezca,
hasta que haga de Jerusalén
la admiración de la tierra.
Cántico JII
Si 39, 13-16a
¡Qué magníficas son tus obras, Señor!
Doy gracias a Dios que, por medio nuestro, difunde
la fragancia de su conocimiento (2Co 2, 14)
Escuchadme, hijos piadosos, y creceréis
como rosal plantado junto a la corriente;
perfumad como incienso,
floreced como azucenas, difundid fragancia.
Alzad la voz en canto de alaba nza,
bendecid al Señor y sus obras,
exaltad la grandeza de su nombre
y alabadle con himnos,
con cantos acompañados de instrumentos,
pronunciando aclamaciones:
«Las obras de Dios son todas buenas.»
Ant. Bendecid al Señor por todas sus obras: atavió a
María con el vestido de la salvación y le dio un manto de
justicia. (T.P. Aleluya. )

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bienav. virgen m aría, auxiliadora de los cristianos - 293
EVANGELIO
Se lee un evangelio del Leecion,1rio de la misa de «Maria, Auxi-
liadora de los Cristianos»: págs. 159-164.
l. \\1t 12, 46-50
2. Le 1, 26-38
3. Le 1, 39-47
4. Le 11, 27-28
5. Jn 2, 1-11
6. Jn 19, 25-27
Éstos son mi madre y mis hermanos.
Concebirás en tu vientre y darás a luz.
Dichosa tú, que has creído.
Dichoso el vientre que te llevó.
Su madre dijo a los sirvientes: Haced lo que él
diga.
Ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu madre.
Despué~ del evangelio puede hacerse, s1 parece oportuno , la
homilía.
HIMNO Te Deum: pág. 15.
La oración, como en Laude~.
Laudes
HIMNO
Te llamo todas las cosas
cuando te ll amo, María,
Madre de Dios, Madre mía
Auxiliadora .
Virgen vestida de sol,
Virgen purísima, aurora,
Madre de Cristo, María
Auxiliadora .
Estrella de la mañana,
que nos alumbra y nos guía,
Puerta del cielo, María
Auxiliadora.
Puente que nos da la mano
desde la orilla a la orilla,
mano maternal, María
Auxili adora.

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294 - oficios propios
Abogada y Medianera,
socorro que Dios envía
para alentarnos, María
Auxiliadora.
Esperanza y alegría
de la juventud y luz
de nuestras almas, María
Auxiliadora.
Gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo.
Por la Madre Auxiliadora
suba hasta Dios nuestro canto. Amén.
O bien otro himno o canto apropiado, aprobado por la autori-
dad eclesiástica.
Ant. 1. Mi fuerza y mi canto es el Señor: él es mi auxi-
lio y mi salvación. Aleluya.
!.os salmos y el cántico, del domingo de la semana 1: pág. 27.
Ant. 2. El Señor te ha bendecido, Virgen María, más
que a todas las mujeres de la tierra. Aleluya.
Ant. 3. Te alabamos, Señor, por tus proezas; te ben-
decirnos por el auxilio de María. Aleluya.
Tiempo pascual:
LECTURA BREVE
Ap 12, 10-12b. 17
Se oyó una gran voz en el cielo: «Ahora se estableció
la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la
potestad de su Cristo; porque fue precipitado el acusador
de nuestros hermanos, el que los acusaba ante nuestro Dios
día y noche. Ellos le vencieron en virtud de la sangre del
Cordero y por la palabra del testimonio que dieron, y no
amaron tanto su vida que temieran la muerte. Por esto,
estad alegres, cielos, y los que moráis en sus tiendas. » Des-
pechado el dragón por causa de la mujer, se marchó a ha-

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bienav. virgen maría, aux iliadora de los cristia nos - 295
cer la guerra al resto de su descendencia, a los que guar-
dan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio
de Jesús.
RESPONSORIO BREVE
E:,. De ti salió, Virgen María, la luz del mundo. Ale-
luya, aleluya. De ti salió ...
}'/. Sostenidos por tu oración, bendecimos al Señor.
•· Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. De ti salió...
Fuera del tiempo pascual:
LECTURA BREVE
Jdt 13, 18-20
Bendito el Señor, creador de cielo y tierra, que ende-
rezó tu golpe contra la cabeza del general enemigo. Los
que recuerden esta hazaña de Dios jamás perderán la con-
fian za que inspiras. Que el Señor te engrandezca siem-
pre y te dé prosperidad, porque no dudaste en exponer
tu vida ante la humillación de nuestra r aza, sino que ven-
gaste nuestra ruina procediendo con rectitud en presencia
de nuestro Dios.
RESPONSORIO BREVE
E:.. Piadosa Madre de Cristo, •· Tú haces obras ad-
mirables. Piadosa Madre...
'f. Esperanza nuestra, nos acogemos a tu auxilio. •·
Tú haces obras admirables. Gloria al Padre. Piadosa
M a dre ...
Benedictus, ant. Oh María, tú eres la aurora, aleluya,
que nos trae el nuevo sol. Aleluya.
PRECES
Al comienzo de este nuevo día, ensalcemos con María,
Auxiliadora de los Cristianos, a Cristo Jesús, nuestro
Dios y Salvador, y digámosle:
Te alabamos y bendecimos, Hijo de María.

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296 - oficios propios
Cristo Jesús, sol de justicia, que naciste de María, estrella
de la mañana,
- haz que también hoy caminemos en tu luz, para que
en la hora del ocaso merezcamos tu mirada benévola.
Cristo Salvador, que en tu Madre Inmaculada diste co-
mienzo a la Iglesia,
- ayúdanos a buscar con todas nuestras fuerzas la san-
tidad y la virtud.
Cristo Jesús, consuelo de quienes en ti confían,
- haz que a ejemplo de tu Madre sepamos cargar con
la cruz de cada día .
Cristo Redentor, que tuviste jumo a ti al pie de la cruz
a tu madre en un silencio elocuente,
- danos la gracia de comprender y servir a los que su-
fren en silencio.
Cristo Señor, que en el misterio de tu Pascua libras de
todo mal al hombre,
- da a los jóvenes fuerza para superar las múltiples for-
mas de esclavitud de nuestro tiempo.
Padre nuestro.
Oración
Señor, Dios nuestro, que hiciste, a la Virgen María,
M adre y Auxiliadora de los cristianos; concede, por su
intercesión, a la Iglesia la fuerza de tu Espíritu para supe-
rar con paciencia y amor todas las pruebas y par,ticipar
ya desde ahora en la victoria de Cristo, tu Hijo. El, que
vive y reina contigo...
Hora intermedia
HIMNO
Todos te deben servir,
Virgen y Madre de Dios,
que siempre ruegas por nos
y tú nos haces vivir.

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bienav. virgen maría, auxiliadora de los cristianos - 297
T anta fue tu perfección
y de tant0 merecer,
que de ti quiso nacer
quien fue nuestra redención .
El tesoro divinal
en tu vientre se encerró,
tan precioso, que libró
todo el linaje humanal.
¡Oh clara virginidad ,
fu ente de roda virtud! ,
no ceses de d ar salud
a toda la cristiandad. Amén .
O bien un himno apropiado a la hora de la celebración, apro-
bado por la autoridad eclesiástica.
Los salmo~ ,;c toman de la salmodia complementaria: pág. 149 ss;
durante el tiempo ordinario, ~i la ,olemnidad cae en domingo, los
salmo~ ~on del domingo I del Salterio: pág. 31.
Tercia
Am. El Poderoso ha hecho o bras grandes por m í: su
nombre es santo. (T.P. Aleluya. )
LECTURA BREVE
Ap 12, 1
Después apareció un a figura portentosa en el cielo: una
mujer vestida de sol, la luna por pedestal, coron ada con
doce estrellas.
y. T e reconocemos como M adre de nuestro Salva-
dor. (T.P. Aleluya. )
:&,. H onor de la Iglesia y a uxilio en las dificultades .
(T.P. Aleluya. )
Sexta
Ant. Con el poder de su brazo dispersa a los sober-
bios y ena ltece a los humildes. (T.P. Aleluya. )

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298 - oficios propios
LECTURA BREVE
Ap 21, 3
Ésta es la morada de Dios con los hombres: acampa-
entre ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios estará con ellos
y será su Dios.
y. Salve, Madre santa y gloria del mundo. (T.P. Ale-
luya. )
}l. Intercede por nosotros ante tu Hijo. (T.P. Ale-
luya. )
Nona
Ant. El Señor auxilia a sus fieles, acordándose de la
misericordia. (T.P. Aleluya. )
LECTURA BREVE
Ap 12, 17
Despechado el dragón por causa de la mujer, se mar-
chó a hacer la guerra al resto de su descendencia, a los
que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el tes-
timonio de Jesús.
y. María, madre de gracia, madre de misericordia.
(T.P. Aleluya. )
}l. Defiéndenos del enemigo y ampáranos ahora y en
la hora de nuestra muerte. (T.P. Aleluya .)
II Vísperas
HIMNO
En las bodas de Caná
estás con los invitados
con los sentidos clavados
en lo que ocurriendo está.
Y cuando el gozo ha prendido
y en los corazones salta,
nadie advierte que les falta
lo que tú sí has advertido .

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bienav. virgen maría, auxiliadora de los cristianos - 299
Y para que el regocijo
no se ausente en ese día,
tu corazón lo confía
maternalmente a tu Hijo.
Y así, con esa manera
de estar, tu actitud previno
que no les faltara vino
y la alegría cundiera.
Haz, Madre, que desde ahora
llevemos en nuestra mente
grabada profundamente
tu imagen Auxiliadora. Amén.
O bien el himno Ave, maris stella, u otro himno o canto apro-
piado, aprobado por la autoridad eclesiástica.
Ant. 1. El gozo del Señor está contigo, Virgen María:
alcánzanos el bien y la paz. (T.P. Aleluya. )
Los salmos y el cántico, como en el Común de las vírgenes:
pág. 378.
Ant. 2. María, Madre de la Iglesia, guarda con amor
a tu pueblo. (T.P. Aleluya. )
'\\nt. 3. Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fru-
to de tu vientre. (T.P. Aleluya. )
LECTURA BREVE
Rm 8, 28-32. 37
Hermanos: Sabemos que a los que aman a Dios todo
les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a
su designio. A los que había escogido, Dios los predesti-
a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogé-
nito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó;
a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glori-
ficó. ¿Cabe decir más? Si Dios está con nosotros, ¿quién
estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio
Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no

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300 - oficios propios
nos dará todo con él? Pero en todo eso vencemos fácil-
mente por aquel que nos ha amado.
RESPONSORIO BREVE
Tiempo pascual:
:&,. Bendita eres, María. •· Aleluya, aleluya. Bendita...
y. Por ti vino al mundo la salvación. •· Aleluya, ale-
luya. Gloria al Padre. Bendita...
Fuera del tiempo pascual:
:&, . Reina del mundo, * Soberana del cielo. Reina . ..
y . Ruega por la salvación del pueblo cristiano, •· So-
berana del cielo. Gloria al Padre. Reina ...
Magníficat, ant. A ti acudimos en las pruebas, Santa
Madre de Dios: por ti nos llega el auxilio del Señor. (T.P.
Aleluya.)
O bien:
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, por-
que ha mirado la humillación de su esclava. (T.P. AJeluya. )
PRECES
Demos gracias a Dios, nuestro Padre, que en la Virgen
María nos dio la imagen y el comienzo de la Iglesia,
y pidámosle:
Renuévanos, Señor, en tu Espíritu.
Padre, que te dignaste que María estuviera en el cenáculo
con los Apóstoles,
asiste con tu Espíritu al Papa y a los obispos y presbí-
teros, para que guíen con seguridad a tu Iglesia por
los caminos del mundo.
Tú, Padre santo, quisiste que María '\\sistiera a los prime-
ros pasos de la Iglesia evangelizadora,
bendice a los misioneros y a todos los que trabajan por
la difusión de tu Reino.

31 Pages 301-310

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31.1 Page 301

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bienav. virgen maría, auxiliadora de los cristianos - 301
hiciste que María se mostrara disponible y servicial
para con su prima Isabel y con los novios de Caná,
:-- haznos diligentes y atentos con quienes se hallan en
necesidad, solos o en el do lo r.
dispusiste que María fuera, con J osé, la educadora de
tu Hijo,
alienta a toda la Familia Salesiana en su labor de pro-
moció n humana y cristiana de los jóvenes, especial-
mente de los más pobres y abandonados.
Tú, Padre de bondad infinita , quieres que M aría respl an-
dezca como signo de consuelo y esp eranza para todos
los cristianos,
recibe en la gloria de tu Reino a los difuntos que ha n
creído y esperado en ti.
Padre nuestro.
La oración, como en Laudes.
Completas
Para las Completas, todo se romará del domingo; fuera del tiem-
po pascual, prefiéranse las antífonas Sub t uum praesídium confúgi-
mus, o bien O María, Virgo potens, como en el Ordinario: pág. 23 .

31.2 Page 302

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23 de junio
SAN JOSÉ CAFASSO
Presbítero
Memoria
José Cafasso, conterráneo de san Juan Bosco, nació en Castel-
nuovo d'Asti el 15 de enero de 1811. Ordenado sacerdote en 1833,
ingresó en la Residencia Eclesiástica de Turfn, donde permaneció
hasta su muerte. Acompañó siempre la formación de los sacerdotes
y su enseñanza de la teología moral con el ministerio de las confe-
siones y el servicio de la caridad, atendiendo con una entrega parti-
cular a los presos y a los condenados a muerte.
Desde el principio ayudó material y mo ralmente a san Juan Bos-
co , cuyo director espiritual fue desde 1841 hasta 1860, y lo apoyó
y defendió con su autoridad y prestigio. Murió a los 49 años de edad
el 23 de junio de 1860. En la oración fúnebre san Juan Bosco lo
recordaba como modelo de vida sacerdotal, maestro del clero, con-
sejero seguro, alivio de los enfermos, consuelo de los moribundos
y amigo de todos. Pío XII lo proclamó santo el 23 de junio de 1947.
Del Común de santos (pág. 382): para un santo que se ha con-
sagrado a una actividad caritativa; o bien, del Común de pastores.
Los salmos, de la feria correspondiente.
Oficio de lectura
El versículo, la pnmera lectura y el rc~ponsorio pueden tomar-
se del Común: pág. 388.
SEGUNDA LECTURA
De las «Meditaciones para los ejercicios espirituales al cle-
ro», de san José Cafasso, presbítero
(Turín 1925, 240-257 páss1m)

31.3 Page 303

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san josé cafasso - 303
Las virtudes del sacerdote
Espíritu de paciencia, pobreza, amor al retiro, al tra-
bajo y a las prácticas de religión son indudablemente vir-
tudes necesarias y cualidades imprescindibles para un
sacerdote; pero además se requiere otro espíritu y otras
virtudes y obras para un verdadero ministro de Dios, que,
cual luz del mundo y sal de la tierra, está destinado a ilu-
minar y santificar a las almas.
El sacerdote tiene que ser hombre de oración, si quie-
re parecerse al divino Redentor y ser útil en el campo evan-
gélico. No hace falta ir en busca de otros maestros: los
buenos obreros se hicieron eminentes en esa cien~ia; to-
dos ellos fueron alumnos de la misma escuela, todos ellos
copiaron del divino Maestro.
El hombre apostólico necesita momentos fijos de ora-
ción. Si renunciamos a esta escuela, dejaremos de ser co-
pia de nuestro modelo y únicamente seremos hombres
materiales sin alma ni espíritu, apóstoles sólo de nombre,
platillos que aturden (1Co 13, 1) pero nada más. No bas-
ta: debemos tener vuelto nuestro corazón hacia Dios du-
rante todo el día: antes de acometer cualquier obra, en
el ejercicio de nuestro ministerio y después del trabajo. Que
nuestro corazón vaya con frecuencia a Dios y tenga una
especie de camino abierto para estar siempre en comuni-
cación con él; de modo que, si surge una necesidad, si nos
hallamos en un peligro o si nos hace falta una luz, tenga-
mos un momento para ir a él y hablarle y explicarle nues-
tras cosas. Eso es rezar; de quien actúa así, podemos decir
que es hombre de oración...
Con la dulzura nos ganaremos el afecto de los hom-
bres y nos atraeremos los corazones en la tierra. El divino
Redentor es, también en esto, el modelo más acabado, has-
ta el punto que pudo decirnos: Aprended de mí, que soy
manso y humilde de corazón (Mt 11, 29). De él se dice
que pas6 haciendo el bien y curando a todos (Hch 10, 38).
Sed, pues, amables con todos, pero reservad vuestras me-
jores atenciones para quien menos las merezca o se porte
mal con vosotros: ésa es la mejor conducta. Si el divino

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304 - oficios propios
Redentor tuvo alguna atención o preferencia especial, fue
siempre para los pecadores, tanto que sus enemigos lo lla-
maban pecador y amigo de pecadores (cf. Le 7, 34; Jo 9,
24). No significa que amara su extravío, sino que quería
convertirlos y ganárselos. Procurémonos el consuelo de
haberlos tratado con dulzura y caridad, de haberles deja-
do ese hilo de esperanza y salvación que es el recuerdo
de una persona que los trató con bondad ...
El hombre apostólico no debe tener más fin que la glo-
ria de Dios y la salvación de las almas. Es la enseñanza
del divino M aestro: Yo no busco mi gloria... He bajado
del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del
que me ha enviado (Jn 8, 50; 6, 38). Esta rectitud y pure-
za de intención fue siempre el distintivo de los hombres
apostólicos. Si el sacerdote trabaja con esa pureza de in-
tención, apenas sentirá el peso de sus fatigas, pues traba-
jar por Dios procura más gozo que sufrimiento: ¡sólo Dios
basta!
RESPONSORlO
Cf. flp 4, 8. 9; lCo 16, 13
a. Todo lo que es verdadero, noble, justo, puro,
amable, laud able, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo
en cuenta. * Y el Dios de la paz estará con vosotros.
'f. Estad alerta, manteneos en la fe, sed fuertes y ro-
bustos. * Y el Dios de la paz. ..
O bien:
SEGUNDA LECTURA
De las «Meditaciones para los ejercicios espirituales al cle-
ro », de san José Cafasso, presbítero
(Turín 1925, 309-310 páss1m)
El sacerdote y el amor
Hemos nacido para amar, vivimos para amar, mori-
remos para amar todavía más. Tal es, hermanos, nuestro

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san josé cafasso - 305
fin en la tierra; tal será, así lo esper amos, nuestro destino
futuro y eterno.
«Dichoso -dice san Agustín- quien ha aprendido la
ciencia de amar. » «¡Feliz vos -decía aquel buen lego al
gr an doctor san Buenaventura-, dichoso mil veces vos,
que sabéis y habéis aprendido muchas cosas! » «No, hijo,
no -le respondió el santo- ; no envidies mi ciencia; la
viejecita que sabe amar a Dios, sabe tanto como fray Bue-
naventura ... »
Esta respuesta, que causó estupor y admiración en
aquella alma sencilla, puede darnos materia de reflexión
y confusión. Quizás pensamos que sabemos algo en este
mundo, y, después de tantos años de estudio, creemos que
nos rebaja el trato con personas toscas y ordinarias. ¡Tanta
lástima nos da su ignorancia! No obstante, si aman a Dios,
saben igual o más que nosotros.
H ay a veces, entre esa gente, corazones llenos de celo
y amor, mientras que los nuestros, a pesar del mucho sa-
ber, pueden estar fríos y helados. ¿Qué vale toda nuestra
ciencia, si nos falta lo primero y principal, que es saber
amar a Dios? ¡Qué gran tesoro es para una fam ilia y para
un pueblo un sacerdote que ama, vive y arde en caridad!
¡Cuánto bien cabe esperar del ejercicio de su ministerio!
«¡Qué dulce es -decía san Agustín- hablar de amor!
Pues mucho más es vivirlo.» ¡Quiera Dios que, inflama-
dos hoy de este fuego celeste, comencemos aquí en la tie-
rra, en este valle de lágrimas, el camino de amor que espero
sea un día el mío y el vuestro para siempre en el cielo!
RESPON SORIO
Cf. 2Co S, 18; Rm 8, 32
:&.. Dios por medio de Cristo nos reconcilió consigo.
•· Y nos encargó el ministerio de la reconciliación.
J. Dios no perdonó a su propio Hijo, sino que lo en-
tregó por nosotros. •· Y nos encargó.. .
Laudes
Benedictus, ant. Por su amor misericordioso, Dios te
hizo ministro de la reconciliación en Cristo.

31.6 Page 306

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306 - oficios propios
O bien:
Dichosos los que trabajan por la paz; dichosos los lim-
pios de corazón, porque ell os verán a Dios.
PRECES
Unidos en la oración de alabanza , digamos con san José
Cafasso y con todos los santos:
Acuérdate, Padre, de tu Iglesia.
Padre, que nos mandas ser santos porque tú eres santo,
- derrama tu Espíritu sobre la Iglesia para que te glori-
fique con su santidad.
que nos reconcil iaste en la Pascua de tu Hijo,
- ilumina a los maestros de espíritu y a quienes has cons-
tituido ministros de la reconciliación.
Padre, que nos convocas al banquete de la Nueva Alianza,
- haz que crezca nuestra caridad en torno a la mesa de
la Palabra y del Pan de vida.
que prometiste el reino de los cielos a quienes recono-
cen el rostro de tu Hijo en los pobres, en los que
sufren y en los marginados,
ayúdanos a edificar un mundo más fraterno acogien-
do a las personas probadas en el cuerpo y en el espíritu.
que diste a san Juan Bosco un am igo y guía seguro en
la persona de san José Cafasso,
- da a los educadores la sabiduría de conducir a sus
hermanos hacia Cristo con la pedagogía de la bondad.
Padre nuestro.
Oración
Tú diste, Señor, a san José Cafasso, sacerdote, dones
extraordinarios de caridad y sabiduría para formar en la
escuela del Evangelio a los ministros de la Pala bra y del
perdón: concédenos también a nosotros ser instrumentos
de tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo...
Por la tarde, 1 Vlsperas de la solemnidad de san Juan Bautista.

31.7 Page 307

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24 de octubre
BEATO WIS GUANELLA
Pres bítero
Luis Guanella, noveno de trece hermanos, nació el 19 de di-
ciembre de 1842 en Campodolcino (provincia de Sondrio, Ttalia).
Ordenado sacerdote en 1866, trabajó algunos años como párroco,
solícito en atender a los pobres, en cultivar entre sus feligreses una
vida cristiana profunda y en promover numerosas iniciativas sociales.
A partir de 1875 fue salesiano con san Juan Bosco durante tres
años; después, por obediencia a su obispo, regresó a Como, su dió-
cesis de o rigen. Diversas vicisitudes, oposiciones y pruebas lo enca-
minaron hacia los pobres, para los que abrió asilos y escuelas. Fundó
los Siervos de la Caridad y las H ijas de Santa María de la Providen-
cia. Murió en Como (Italia) el 24 de octubre de 19 15; Pablo VT lo
beatificó el 25 de octubre de 1964.
Del Común de santos varones (pag. 3821: para un santo que se
ha consagrado a una actividad caritativa. Los salmos, de la fcna
correspondiente.
Oficio de lectura
El versículo, la primera lectura y el responsorio pueden tomar-
se del Común: pág. 388.
SEGUNDA LECTURA
Del Reglamento de los Siervos de la Caridad, del beato
Luis Guanella, presbítero
(Opere edite e inedite, TV, Roma 1988: T, l. 8; TTT, 5 pássim )
Exhortaciones a la caridad
y a la confianza en la Providencia
N ingún cristi ano puede contentarse con pensar y pro-
veer únicamente para sí mismo; debe pensar y proveer

31.8 Page 308

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308 - oficios propios
igualmente para el bien de sus hermanos, particularmen-
te de los más necesitados de ayuda corporal y material.
De aquí que los Siervos de la Caridad tengan que sen-
tir con fuerza el deber y deseo de acudir en ayuda del cuer-
po y del espíritu del prójimo, que es hermano e hijo en
la fami lia del Padre de todos.
Es preciso recapitular todo en Cristo (Ef 1, 10). Para
recapitular en Cristo las personas y las obras, hay que sa-
tisfacer el anhelo del divino Corazón, que apareciendo en
forma de un fuego inmenso grita: «He venido a encender
en el mundo el fuego de la caridad: ¡y ojalá estuviera ya
ardiendo en el corazón de los hombres! » (cf. Le 12, 49).
¡Venga, pues, como santo incendio el fuego de la Ca-
ridad divina! ¡Mande el Señor el Espíritu de su divina ca-
ridad y se renovará el mundo! .. .
Vivir, además, en gran pobreza y confiar plenamente
en la divina Providencia es virtud de alta perfección.
La divina Providencia es la madre natural y muy que-
rida de sus hijos.
Nuestra Obra nació y creció con la ayuda visible de
la Providencia, que nunca fallará si nos conservamos en
el espíritu que hemos aprendido.
Dios, que viste los lirios del campo como nunca pudo
vestirse Salomón, no permitirá que falte nada a quien só-
lo trabaja por él y por la mayor gloria de su nombre.
Por consiguiente, es preciso avivar la fe y creer que el
bien únicamente se puede hacer subiendo el fatigoso ca-
mino del Calvario, con el firme pensamiento de que el
Señor nunca falla a los que confían en él y que es siempre
sabroso el pan que viene de las manos de un Señor próvi-
do, especialmente sabroso cuando cuesta sudor y fatiga.
Los buenos Siervos de la Caridad, que durante no po-
cos años y muchas veces al día han socorrido con fe a los
pobres, esos buenos Siervos de la Caridad que en su vida
nunca decían basta en las obras de caridad y sacrificio.. .
subirán con Jesucristo a lo alto, y poseerán el reino que
el Señor en su infinita bondad les tiene preparado desde
el principio de la creación. ¡Qué ganancia, qué triunfo!

31.9 Page 309

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beato luis guanella - 309
RESPONSORIO
Mt 25, 35. 40; Pr 19, 17
}l. Tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y
me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis. •· Os
aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos mis
humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.
'!'. Quien se apiada del pobre presta al Señor. * O s
aseguro.. .
O bien:
SEGUNDA LECTURA
Del Comentario a la carta de san Juan a los Partos, de
san Agustín, obispo
(7, 10: PL 35, 2034)
Nada hay más dulce que la caridad
A Dios nadie le ha visto nunca (1 Jo 4, 12). Dios es
invisible; no hay que buscarlo con los ojos, sino con el
corazón. Si quisiéramos ver el sol, limpiaríamos bien los
ojos del cuerpo para poder ver su luz; de igual modo, si
queremos ver a Dios, debemos purificar el ojo con que
Dios puede ser visto. ¿Dónde se encuentra ese ojo? Escu-
cha lo que dice el Evangelio: Dichosos los limpios de co-
razón, porque ellos verán a Dios (Mt 5, 8 ). Que nadie se
haga una idea de Dios siguiendo el juicio de los ojos. Ese
tal se imaginaría una forma inmensa, o bien prolongaría
en los espacios una grandeza ilimitada como la luz que
hiere nuestros ojos y que él extiende hasta donde es ca-
paz, o bien se figuraría a Dios como un anciano de aspec-
to venerable. No debes dar cabida a pensamientos así. De
Dios tienes a tu disposición la idea justa: Dios es amor
{l Jn 4, 16). ¿Qué cara tiene el amor? ¿Qué forma, qué
altura, qué pies, qué manos? Nadie puede decirlo. Sin em-
bargo, tiene pies, que llevan a la Iglesia; tiene manos, que
reparten a los pobres; tiene ojos, con los que se descubre
a quien padece necesidad. Dice el salmo: Dichoso el que
cuida del pobre y desvalido (Sal 40, 2). La caridad tiene
oídos; lo dice el Señor: El que tenga oídos para oír, que

31.10 Page 310

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31 O - oficios propios
oiga (Le 8, 8). Estos miembros no se hallan en lugares dis-
tintos; quien tiene la caridad ve con la inente todo y al
mismo tiempo.
Tú, pues, vive en la caridad y ella habitará en ti; per-
manece en ella y ella seguirá en ti. ¿Es posible, hermanos,
admirar lo que no se ve? ¿Por qué, entonces, cuando se
ensalza a la caridad, os ponéis de pie y aclamáis y ensal-
záis? ¿Qué es lo que os he mostrado? ¿Algún color qui-
zás? ¿O dinero tal vez? ¿Os he puesto delante las perlas
de un tesoro? ¿Qué maravilla he mostrado a vuestros ojos?
¿Ha cambiado, por ventura, mi rostro mientras os habla-
ba? Yo estoy aquí en carne y hueso, estoy con la misma
forma que tenía al entrar; también vosotros estáis como
llegasteis. Sin embargo, se ensalza la caridad, y prorrum-
pís en aclamaciones. Ciertamente vuestros ojos no ven na-
da. Quiera el Señor que, lo mismo que os gusta cuando
la aclamáis, decidáis lleva rl a en el corazón.
Entended, hermanos, lo que os quiero decir: os exhor-
to, en cuanto lo concede el Señor, a procuraros un gran
tesoro. Si os mostraran un artístico jarrón cincelado que
sedujera vuestros ojos y arrastrara hacia el deseo de vues-
tro corazón y os gustase la mano del artista y el peso de
la materia y el brillo del metal, quién sabe si no diría cada
uno de vosotros: «¡Oh, si fuera mío ese jarrón!» Sería inú-
til, porque no está en vuestro poder. Y, si uno se empeña-
ra en tenerlo, pensaría cómo robarlo. Pues bien, ante vo-
sotros se hace el elogio de la caridad. Si os gusta, tomadla
y quedaos con ella; no es necesario robarla ni debéis com-
prarla. Os la regalan: tomadla, abrazadla; es lo más dulce
que hay. Si tan preciosa es cuando se os presenta de pala-
bra, ¿cuál no será su valor cuando se la posee de verdad?
Rr.SPONSORIO
1 Jn 3, 11; Ga 5, 14
}l. Éste es el mensaje que habéis oído desde el prin-
cipio: * Que nos amemos unos a otros.
'f. Toda la ley se concentra en esta frase: Que nos
amemos ...

32 Pages 311-320

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32.1 Page 311

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beato luis guanella - 311
La oración, como en Laudes.
Laudes
Benedictus, ant. La señal por la que conocerán que sois
discípulos míos será que os amáis unos a otros.
PRECES
Demos gracias a Dios, que en su amor nos ha elegido en
Cristo para que vivamos en santidad y justicia todos
los días de nuestra vida; digamos con fe:
Escucha, Señor, nuestra oración.
Padre misericordioso, que en el beato Luis Guanella nos
das un modelo de entrega total a tu designio de amor,
- guíanos y fortalécenos con su ejemplo e intercesión.
En el sacerdote Luis Guanella admiramos la oración asi-
dua y su profunda vida interior,
- concédenos hacer de nuestra vida un sacrificio espiri-
tual agradable a tus ojos.
En la escuela de san Juan Bosco el beato Luis Guanella
perfeccionó su ideal de entrega a la juventud más
pobre y abandonada,
haz que cumplamos con caridad generosa nuestra mi-
sión con los jóvenes.
En todo tiempo, Padre, proporcionas energías siempre
nuevas a tu Iglesia,
- robustece nuestra fidelidad y suscita numerosos obre-
ros para la dilatación de tu Reino.
Tú que vistes los lirios del campo y alimentas las aves del
cielo,
- acuérdate de quienes han puesto su confianza en tu
Providencia.
Padre nuestro.

32.2 Page 312

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312 - oficios propios
Oración
Oh Dios, Padre providente y bueno, que hiciste res-
plandecer en la Iglesia por un singular amor a los pobres
y abandonados al beato Luis Guanella, sacerdote, concé-
denos vivir intensamente la caridad todos los días de nues-
tra existencia en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo...
Vísperas
Magníficat, ant. No nos cansemos de hacer el bien;
hagamos el bien a todos: a su tiempo recogeremos.
PRECES
Elevemos nuestra súplica filial a Dios Padre, fuente ina-
gotable de santidad y gracia:
Dios de bondad, escúchanos.
En el beato Luis Guanella contemplamos, Padre, un sig-
no de tu bondad para con los que sufren, los margi-
nados y los últimos de la sociedad,
haz que nos acerquemos con su misma entrega a cuan-
tos sufren en el cuerpo y en el espíritu.
El beato Luis Guanella hizo suyos los problemas y las ne-
cesidades de su tiempo,
danos la gracia de imitar su generosidad y su espíritu
de sacrificio para saber acoger a los emigrantes y a los
necesitados de trabajo y de casa.
Su vida brilló por la práctica de la pobreza, de la mortifi-
cación y de la humildad,
- haz que, por su intercesión, abracemos con fe las prue-
bas de cada día.
suscitaste al beato Luis Guanella como buen samari-
tano para curar las muchas heridas que hay en el
mundo,
bendice a la famili a que fundó, multiplica sus obras
y el número de sus hijos.

32.3 Page 313

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beato luis guanella - 313
A los fieles difuntos que han trabajado con entrega total
al servicio del prójimo,
- dales la recompensa que tu Hijo prometió al siervo
bueno y fiel.
Padre nuestro.
La orac,ón, corno en Laudes.

32.4 Page 314

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25 de octubre
Aniversario de la
DEDICACIÓN DE LA PROPIA IGLESIA
Solemnidad
El aniversario se celebra este día sólo en las iglesias dedicadas
cuya fecha de dedicación se ignora; en la5 otras, tiene lugar el día
que les corresponde.
Del Común de la dedicación de una 1gles1a: cf. volumen IV de
Liturgia de las Horas.

32.5 Page 315

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29 de octubre
BEATO MIGUEL RÚA
Presbítero
Memoria
Miguel Rúa, nacido en Tudn el 9 de junio de 1837, se encon-
tró con san Juan Bosco cuando todavía era niño. El santo le profe-
tizó con un gesto simbólico que írlan a medi as en la vida. El año
1855 hizo los primeros votos religiosos; siendo aún subdiácono, fu e
elegido para ser director espiritual de la joven Congregación.
Al suceder a san Juan Bosco (1888), pareció que verdaderamente
los dos habían ido a medias. Demostró fidel idad dinámica a las ideas
e iniciativas apostólicas del Fundador; asimiló su cautivadora pa-
ternidad y desarroll ó las obras del santo de Valdocco, cuyo ardor
apos tólico prolongó en favor de los jóvenes adaptándolas a la nue-
va situación social. Durante sus veintidós años de rectorado hizo
numerosos viajes para consolidar y sostener el trabajo de los sale-
sianos, a quienes alentaba con frecuentes carras circulares y perso-
nales, que constituye n una interpretación auto rizada del espíritu de
san Juan Bosco. Murió en Turín el 6 de abril de 1910. Pablo VI
lo beatificó el 29 de octubre de 1972.
Del Común de pastores, o bien del Común de santos (pág. 382):
para los religiosos. Los salmos, de la feria correspondiente.
Oficio de lectura
El versículo, la primera lectura y el responsorio pueden tomar-
se del Común: pág. 388.
SEGUNDA LECTURA
De las circulares del beato Miguel Rúa , presbítero
(29 de noviembre de 1899; Lcttere circolari, Turín 196.5, 236-239
pássim)
Práctica de la obediencia y el sacrificio
La virtud que más le cuesta al hombre es la obedien-
cia. Tener que renunciar a su voluntad y juicio, y depen-

32.6 Page 316

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316 - oficios propios
der de otros no sólo en el trabajo sino en el mismo pensar
y juzgar -en lo grande y en lo pequeño e incluso en lo
que concierne a la salvación del alma- son sacrificios que
cuestan mucho más que la práctica de las penitencias más
austeras. La obediencia afecta al hombre en lo más ínti-
mo de su corazón, en la parte más noble de su ser, es de-
cir, en su libre voluntad. Ahora bien, la obediencia no
puede separarse del espíritu de sacrificio, virtud por la que
en los momentos más difíciles un religioso no se deja do-
minar por la imaginación, el sentimiento o las pasiones,
sino que, haciendo que se imponga la razón iluminada y
fortalecida por la fe, se convence de que cuanto le sucede
de desagradable, se convertirá en provecho espiritual.
Quien tiene la suerte de poseer el espíritu de sacrificio, le-
jos de entristecerse o quejarse por las penas y sufrimien-
tos más dolorosos, ahoga en su corazón la natural repug-
nancia a sufrir y, mirando paciente al cielo, exclama ge-
nerosamente: «Señor, si es lo tú que quieres, hágase tu
voluntad.»
En esta virtud tiene su cimiento la bienaventuranza del
dolor revelada por Jesucristo al mundo. Tras sus huellas
caminó nuestro Fundador, cuya vida muy bien puede de-
finirse como un sacrificio continuo; sin espíritu de abne-
gación, pues, no podríamos llamarnos hijos suyos. Más
todavía, sin ella es imposible hacer el bien a la juventud,
ya que a cada paso se caerá en actos de impaciencia y có-
lera o desaliento, y sería imposible aguantar los defectos
de los hermanos y obedecer a los superiores. Quien care-
ce del espíritu de sacrificio no tendrá fuerza para practi-
car la pobreza, se expondrá al peligro de naufragar en la
castidad y suscitará no pocas dudas sobre su perseveran-
cia en la vocación. Todas las mañanas, en la oración de
consagración a María Santísima, le pedimos la gracia de
hacer presente, en lo posible, a Jesús bendito con nuestra
conducta, con nuestras palabras y con nuestro buen ejem-
plo. Pero, queridos hijos, ¿cuándo somos más semejantes
al Divino Salvador y mejor podemos hacer sus veces ante
las alm as que debemos salvar? Precisamente cuando, por

32.7 Page 317

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beato miguel rú a - 317
nuestro estado de religiosos y por nuestro ministerio sa-
cerdotal, debemos sufrir algo. En el trance de la muerte
no serán los placeres disfrutados ni los honores ni las ri-
quezas lo que nos consuele e inspire confianza, sino los
sacrificios hechos por Jesucristo.
RESPONSORIO
Cf. Ef 4, l. 3. 4; Rm 15. 5 . 6
:&, . O s ruego que andéis como pide la vocación a la
que habéis sido convocados: esforzaos en mantener la uni-
dad del Espíritu con el vínculo de la paz, •· Como una so-
la es la esperanza de la vocación a la que habéis sido
convocados.
y. Que Dios os conceda estar de acuerdo entre vo-
sotros, para que unánimes, a una voz, alabéis a Dios. *
Como una sola .. .
O bien:
SEGUNDA LECTURA
De las homilías de Pablo VI , papa
(29 de octubre de 1972; Insegnamenti di Paolo VI, 10, Citta del
Vaticano 1973, 1100-1106 pássim)
Elijo, discípulo e imitador
En este momento preferimos meditar a escuchar. Me-
ditemos, pues, brevemente sobre el aspecto característico
del beato Miguel a que lo define y retrata y nos lo hace
comprender.
¿Quién es Miguel Rúa? Es el primer sucesor de sa n
Juan Bosco, fund ador de los Salesianos. ¿Y p or qué aho-
ra Miguel Rúa es beatificado, o sea, glorificado? Es bea-
tificado y glorificado precisamente como sucesor, es decir,
como su continuador: hijo, discípulo e imitador, que hi-
zo del ejemplo del santo una escuela, de su obra personal
una institución extendida por toda la tierra; de su vida
una historia, de su regla un espíritu y de su santidad un

32.8 Page 318

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318 - oficios propios
tipo, un modelo; hizo del manantial, un río. La prodigio-
sa fecundidad de la Familia Salesiana, uno de los fenóme-
nos mayores y más significativos de la perenne vitalidad
de la Iglesia en el siglo pasado y en el nuestro, tuvo en
san Juan Bosco su origen, y en el beato Miguel Rúa, la
continuidad. Fue este seguidor quien desde los humildes
comienzos de Valdocco sirvió a la Obra salesiana en su
virtualidad expansiva, comprendió el acierto de su fórmula
y la desarrolló con coherencia textual, pero con novedad
siempre genial. El beato Miguel Rúa fue el más fiel y, por
ello, el más humilde y a la vez el más valiente de los hijos
de san Juan Bosco.
¿Qué nos enseña el beato Miguel Rúa? ¿Cómo pudo
llegar a la gloria del paraíso y a la exaltación que hoy le
tributa la Iglesia? El Beato nos enseña a ser continuado-
res, es decir, seguidores, alumnos y hasta maestros, si que-
réis, con tal de ser discípulos de un maestro superior.
Concretemos la lección que nos da: a los salesianos les en-
seña a ser siempre salesianos, hijos siempre fieles de su
Fundador, y a todos nos dice que debemos ser respetuo-
sos con el magisterio que preside el pensamiento y la eco-
nomía de la vida cristiana.
La calidad del discípulo depende de la sabiduría del
maestro. La imitación del discípulo no es pasividad ni ser-
vilismo; es levadura y perfección (cf. lCo 4, 16). La ca-
pacidad de un alumno para desarrollar su personalidad
depende del arte de hacer salir a luz, propio del maestro,
que justamente llamarnos educación, arte que guía la ex-
pansión lógica, pero libre y original, de las cualidades que
potencialmente hay en un alumno. Queremos decir que
las virtudes de las que nos da ejemplo el beato Miguel Rúa
y en las que se ha basado la Iglesia para beatificarlo, con-
tinúan siendo las virtudes evangélicas de los humildes que
siguen la escuela profética de la santidad, de los humildes
a los que se revelan los misterios más profundos de la di-
vinidad y de la humanidad (cf. Mt 11, 25).
Si verdaderamente el beato Miguel Rúa se califica co-
mo el primer continuador del ejemplo y obra de san Juan
Bosco, lo podremos considerar siempre y venerar bajo ese

32.9 Page 319

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bearo migue! rúa - 319
aspecto ascético de humildad y dependencia; pero no de-
bemos olvidar nunca el aspecto práctico de este pequeño
gran hombre; tanto más que nosotros, no ajenos a la men-
talidad de nuestro tiempo, que tiende a medir la talla de
una persona por su capacidad de acción, nos damos cuenta
que tenemos ante nosotros a un atleta de la actividad apos-
tólica que, siempre sobre el modelo de san Juan Bosco pero
con dimensiones propias y crecientes, confiere al beato Mi-
guel Rúa las proporciones espirituales y humanas de la
grandeza.
RESPONSORIO
lCo 11, 1-2; Flp 4, 1
:(l. Mantened las tradiciones como os las transmití.
•· Manteneos fieles al Señor.
'f. Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo. ~-
Manteneos.. .
Laudes
HIMNO
Eras la regla viviente,
y así todos te conocen,
porque sabías que en ella
Juan Bosco mismo se esconde.
Testigo fiel de un tesoro
de carismáticos dones,
sus riquísimas esencias
custodiarlas te propones.
No es la letra que se estanca
de los falsos seguidores;
es la vida que perdura
aposentada en renglones.
Aunque se fue, sigue vivo
-palabras, gestos, acciones-
en la memoria perenne
de todos los corazones.

32.10 Page 320

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320 - oficios propios
Y haces como él hacía,
como se hizo en los albores,
p ara que se consoliden
familiares tradiciones.
Mi guel Rúa, te pedimos
que mantengamos incólume
el espíritu que en vida
fu e el amor de tus amo res. Amén .
O bien un himno apropiado a la hora de la celebración, apro·
bado por la aurnridad eclesiástica.
Benedictus, ant. El Espíritu del Señor me consagró pa-
ra llevar la buena noticia a los pobres.
PRECES
Al comenzar el día en que celebramos la memoria litúrgi-
ca del beato Miguel Rúa, elevemos a Dios Padre nues-
tra alabanza y nuestra súplica:
Afianza, Padre, nuestra fidelidad.
Con la gracia que viene de ti, Padre, das a los ministros
de tu Iglesia fortaleza para actuar con paciencia en la
caridad,
- da aliento y perseverancia a quienes h as llamado a tra-
bajar por tu Reino.
En el beato Miguel Rúa nos diste un modelo de disponibi-
lidad a tu llamad a,
haz que, imitando su ejemplo, podamos amar y servir
a Cristo en los jóvenes que hallamos en nuestro ca-
mino.
En el beato Miguel nos dejaste un ejemplo de trabajo y
templ anza,
- ayúdanos a vivir y testimoniar los valores de la pobre-
za evangélica.
Lo hiciste el fiel colaborador y continuador de san Juan
Bosco,
danos también a nosotros un espíritu filial p ara seguir
adelante en el camino de la santidad.

33 Pages 321-330

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33.1 Page 321

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beato miguel rúa - 321
Pusiste al beato Miguel Rúa al frente de una familia reli-
giosa que crecía rápidamente,
- ilumina con tu Espíritu de sabiduría a quienes llamas
a dirigir la Congregación Salesiana.
Padre nuestro.
Oración
Dios Padre omnipotente, el beato Miguel Rúa, sacer-
dote, heredero espiritual de san Juan Bosco, ayudó con
su ministerio a los jóvenes a descubrir tu imagen grabada
en su alma: concédenos también a nosotros, llamados a
educar a la juventud.) dar a conocer el verdadero rostro
de Cristo, tu Hijo. El, que vive y reina contigo...
Vísperas
HIMNO , como en Laudes.
Magníficat, ant. Con la ayuda del Espíritu Santo, guar-
da el precioso depósito: vigila atentamente, soporta los
sufrimientos, anuncia el Evangelio, cumple tu ministerio.
PRECES
Al final de este d ía, dirij amos con humildad y confianza
nuestra oración a Dios Padre, que llama a todos sus
hijos a la santidad, y digámosle:
Santifica, Señor, a tu fam ilia.
guiaste a Miguel Rúa, cuando todavía era niño, para
que se te entregara tota lm ente en la escuela de san Ju an
Bosco,
concédenos la gracia de ser fieles al carisma de nues-
tro Fundador.
Tú diste al beato Miguel Rúa un corazón de pastor man-
so y bueno,
haz que todos los miembros de la Familia Salesiana
te sirvan en el prójimo con ese mismo espíritu.

33.2 Page 322

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322 - oficios propios
Lo iluminaste en la expansión misionera de la Familia
Salesiana,
- aumenta nuestro celo por tu Reino y haz que dé fru-
tos abundantes el trabajo de nuestros misioneros.
En todo tiempo, Padre santo, llamas a hombres y muje-
res que sigan a Cristo obediente, pobre y casto
por la donación total de sí mismos,
suscita vocaciones generosas para tu Iglesia y para la
Familia Salesiana.
Por los méritos e intercesión de María Virgen y de todos
los santos,
- haz que los fieles difuntos vivan contigo en la gloria
de tu Reino.
Padre nuestro.
La oración, como en Laudes.

33.3 Page 323

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13 de noviembre
BEATOS LUIS VERSIGLIA, OBISPO
Y CALIXTO CARAVARIO, PRESBÍTERO
Protomártires salesianos
Memoria
Luis Yersigl ia, nacido en Oliva Gessi (provincia de Pavía, Ita-
lia) el 5 de junio de 1873, a los doce años de edad ingresó en el
oratorio de Valdocco, donde conoció a san Juan Bosco. O rdenado
sacerdote el año 1895 , en 1906, tras haber sido director y maestro
de novicios en Genzano (provincia de Roma), dirigió la primera ex-
pedición misionera salesiana a China, donde abrió la misión de Shiu
Chou . Aquí le llegó el nombramiento de vicario apostólico y, poco
después (9 de enero de 1921), fue consagrado obispo .
Calixto Caravario nació en Cuorgné (provincia de Turín) el 8
de junio de 1903 . Fue alumno del oratorio de Valdocco. T odavía
se encontraba en período de formación inicial, cuando en 1924 mar-
chó a China como misionero salesiano. Ordenado sacerdote en 1929
por monseñor Luis Versiglia, se le destinó al vicariato de Shiu Chou.
Por defender la incolumidad y la virtud de tres jóvenes cristia-
nas, el 25 de febrero de 1930 ambos misioneros fueron asesinados
en Li T au T seu, a orillas del r ío Lin Chou. La autenticidad de su
martirio fue reconocida por la Congregación de Causas de los San-
tos el 13 de noviembre de 1976; Juan Pablo n los proclamó beatos
el 15 de mayo de 1983.
Del Común de mártires: pág. 347; los salmos, de la fena co-
rrespondiente.
Oficio de lectura
HIMNO
No es la muerte o la tortura
del que injuria y del que opr ime,
sino el amor que redime
y sublima hasta la altura.

33.4 Page 324

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324 - oficios propios
Por eso, en la briega dura
la víctima se serena
y ofrece al Señor, sin pena
ni temor, el poderío
con que su libre albedrío
lucha intrépido en la arena.
Así, estos mártires vieron,
en su senda angosta y dura,
el cáliz de la amargura
que finalmente bebieron.
Si, pues, Señor, ellos dieron
sin vacilación, ufanos,
su vida por los hermanos,
recibe también propicio
lo que en diario sacrificio
se eleva de nuestras manos. Amén.
O bien un himno o canto apropiado, aprobado por la autori-
dad eclesiástica.
El verslculo, la primera lectura y su responsorio se pueden to-
mar del Común de mártires: pág. 350.
SEGUNDA LECTURA
De «Strómata», de Clemente de Alejandría
(TV, 4, 13-15; PG 8, 1226-1227)
El sacrificio gozoso de la vida en el martirio
El mártir testimonia, en primer lugar ante mismo,
que su fidelidad a Dios es sincera; después demuestra al
tentador que es inútil su odio a quien es fiel por amor,
y, por último, confiesa al Señor que su doctrina tiene un
poder divino de persuasión. No la abandona ni siquiera
por miedo a la muerte; al contrario, confirma con los he-
chos la verdad de lo que predica, y revela el poder de aquel
hacia quien camina. Puedes admirar el amor del mártir.
Lo demuestra cuando de buena gana corre a juntarse con
los de su estirpe y mediante su sangre cubre de vergüenza
a los infieles.

33.5 Page 325

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beatos luis versiglia y calixro caravario - 325
El mártir se niega a apostatar de Cristo por miedo, en
virtud del mandamiento del Evangelio, y así se convierte
en testigo ante el mismo miedo. Tampoco abandona su fe
por los dones que se le prometen, sino que, por amor a
su Señor, de buen grado abandona esta vida, agradecido
al que Je dio la oportunidad de dejar este mundo y a quien
maquinó contra él. Sin buscarla, en ellos ha encontrado
una buena ocasión para demostrar quién es: al persegui-
dor lo hace por su aguante; al Señor, por su amor. Por ese
amor lo conocía el Señor aun antes de que naciera, pre-
viendo la disposición del futuro mártir. Por eso se presen-
ta con serenidad a su amigo el Señor, por quien ha ofrecido
el cuerpo y, como esperaban sus jueces, la vida. Acude a
la cita que le ha dado nuestro Salvador, hermano querido
-en expresión del poeta- por la semejanza de vida.
Llamamos al martirio consumación, no porque en él
encuentre el mártir la extinción de su vida, como piensa
la gente, sino porque en él presenta una obra perfecta y
consumada de amor.
Si, pues, el martirio consiste en confesar a Dios, el al-
ma que vive con pureza en el conocimiento de Dios y cum-
ple sus mandamientos es mártir por sus obras y por sus
palabras, sea cual fuere la manera de salir del cuerpo: a
modo de sangre, derrama fe durante toda su vida y en la
misma muerte.
RESPONSORIO
Cf. Si 45, 9; 2Tm 4, 7-8
E,. El Señor os ciñó una corona de justicia, os vistió
un manto de gala; •· En vosotros vive Dios, el Santo de
Israel.
}1. Combatisteis bien mi combate, corristeis hasta la
meta; ahora os aguarda la corona merecida. * En vo-
sotros ...
O bien:
SEGUNDA LECTURA: pág. 352.

33.6 Page 326

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326 - oficios propios
Laudes
HIMNO
Se eleva en el horizonte
un cáliz lleno de sangre.
Para fecundar las tierras
de Oriente, sangre de mártires.
Dos nombres -Luis y Calixto-,
en el oro de ese cáliz:
¡Dichosos porque supieron
con sus vidas ofrendarse!
Éstos son los que amasaron,
pan de martirio, su carne
y su palabra: en la mesa
del amor su amor reparten.
Éstos son los que llamaron
a las puertas orientales,
testigos del Evangelio
sus voces infatigables.
Dichosos los pies que llevan
la paz de Dios por mensaje.
Como Pedro y Pablo en Roma,
hoy son en China inmortales.
Gloria a Cristo, el Hijo amado;
gloria y alabanza al Padre;
gloria al Espíritu Santo
siempre nuestros labios canten. Amén .
O bien un himno o canto apropiado, aprobado por la autori-
dad eclesiástica.
Benedictus, ant. La sangre de tus mártires, Señor, se-
rá semilla fecunda de cristianos.
PRECES
Unidos en la liturgia de alabanza, invoquemos a Dios
Padre que llamó a nuestros mártires a asociarse más

33.7 Page 327

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beatos luis versiglia y calixto caravario - 327
íntimamente a la Pascua de Cristo con el supremo tes-
timonio de amor. Pidámosle:
Por tus mártires, escúchanos, Señor.
Con su martirio, los beatos Luis Versiglia y Calixto Ca-
ravario siguieron más de cerca a Cristo, víctima por
la salvación del mundo,
haz que nos asemejemos cada vez más a quien derra-
su sangre por nosotros y por todos para el perdón
de los pecados.
Luis y Calixto afrontaron la muerte por la salvación e
incolumidad de los fieles que les habían sido confiados,
- concédenos a todos la perseverancia en el testimonio
de la vida cristiana.
Los protomártires salesianos sellaron con la muerte su obra
de evangelización,
- fortalece a los misioneros y a los catequistas en su
servicio de anunciar el Evangelio de Cristo.
Los dos misioneros llenaron de sangre el cáliz profetiza-
do por san Juan Bosco,
concédenos celebrar la liturgia de la vid a ofreciéndote
nuestro cuerpo como sacrificio vivo, santo y agrada-
ble en tu presencia.
Los beatos mártires Luis y Calixto, a ejemplo de san Juan
Bosco, recuerdan con su vida el ejercicio cotidiano de
la caridad en favor del prójimo,
ayúdanos a abrazar con alegría las cruces de cada dfa
por amor de Cristo y del prójimo.
Padre nuestro.
Oración
Dios todopoderoso y eterno, tú quisiste que los bea-
tos mártires Luis, obispo, y Calixto, presbítero, afronta-
ran la muerte por predicar el Evangelio y defender la
justicia; concédenos a nosotros, tus siervos, que, imitan-
do su ejemplo, vivamos siempre en el ejercicio de caridad.
Por nuestro Señor Jesucristo...

33.8 Page 328

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328 - oficios propios
Vísperas
HIMNO, como en las Laudes.
Magníficat, ant. Dichosos vosotros, Luis y Calixto,
que derramasteis la sangre por el Señor; primero honras-
teis a Cristo con vuestra vida, después lo imitasteis en la
muerte: ahora brilláis con él en la gloria del cielo.
PRECES
Al conmemorar el sacrificio vespertino de Cristo, que se
ofreció por la salvación del mundo, presentemos al
Padre nuestra oración de acción de gracias y de súplica:
Te rogamos, óyenos.
Los protomártires salesianos dieron testimonio de la fe con
el sacrificio de su vida,
- no permitas que la violencia y el odio prevalezcan
sobre quien se prodiga en caridad con el prójimo.
Los beatos mártires Luis y Calixto dieron su vida como
signo de un amor más grande,
- concédenos a todos vivir con generosidad nuestra do-
nación a los hermanos.
El martirio de los beatos Luis y Calixto enaltece el valor
inestimable de la castidad por el Reino de los cielos,
haz que no ahorremos fatigas y sacrificios para for-
mar a los jóvenes en un equilibrio cada vez más armó-
nico de su personalidad.
Con su martirio los dos misioneros encarnaron perfecta-
mente el ideal del buen pastor,
- haz que el servicio de los obispos y sacerdotes se
inspire siempre en la ternura de tu amor paterno.
En nuestra oración te encomendamos, Padre, a cuantos
han dejado este mundo,
- admítelos a vivir en tu morada de luz y de paz.
Padre nuestro.
La oración, como en Laudes.

33.9 Page 329

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15 de noviembre
BEATA MAGDALENA MORANO
Virgen
Para el Instituto de Hijas de María Auxiliadora: Memoria.
Magdalena Catalina Morano nació en Chieri (provincia de Tu-
rín) el 15 de noviembre de 1847. A los 14 años inició con los pe-
queños del lugar un ejercicio práctico del trabajo pedagógico que
caracterizaría toda su vida, especialmente desde que consiguió el tí-
tulo de maestra. Rica en experiencia didáctica y catequística, a los
30 años pudo satisfacer un deseo de consagrarse a Dios que se re-
montaba al día de su Primera Comunión . En 1879 profesa como
Hija de María Auxiliadora y pide al Señor la gracia de «vivir hasta
que alcance la meta de la santidad.»
En 1881 es destinada a Sicilia. Inmediatamente comienza una
fecunda labor de educación entre las niñas y jóvenes de las zonas
populares. Dirigiendo constantemente «una mirada a la tierra y diez
al cielo», abre escuelas, oratorios, residencias y talleres por toda la
isla. Cuando es nombrada superiora provincial, asume también la
tarea de formar a las numerosas vocaciones que surgen atraídas por
su celo y por el clima comunitario que se crea en torno a ella. Su
múlti ple apostolado recibe el aprecio y aliento de los obispos, que
confían a su emprendedor entusiasmo evangélico toda la Obra de
los catecismos.
Minada su salud por un tumor maligno, sor Magdalena con-
cluye en Catania, el 26 de marzo de 1908, una vida de coherencia,
vivida siempre con el propósito de «no impedir nunca la acción de
la gracia con concesiones al egoísmo personal. » En dicha ciudad
la proclamó beata Juan Pablo JI el 5 de noviembre de 1994.
Del Común de v1rgenes: pág. 364; los salmos, de la feria co-
rrespondiente.
Invita torio
Ant. Adoremos a Cristo, que revela sus misterios a los
humildes.
El salmo inv1tatorio, como en el Ordinario: pág. 13.

33.10 Page 330

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330 - oficios propios
Oficio de lectura
El vcr~ículo, la pnmera lectura y el responsorio se pueden to-
mar de santa Mana Dominica Mazzarello: pág. 253.
SEGUNDA LECTURA
De la encíclica Redemptoris missio de Juan Pablo II, papa
(núms. 86-87; AAS [ 1991 ] 333-334)
Vivir con plena docilidad al Espíritu
Si se mira superficialmente a nuestro mundo, impre-
sionan no pocos hechos negativos que pueden inducir al
pesimismo. Sin embargo, es un sentimiento injustificado ,
pues tenemos fe en Dios, Padre y Señor, y en su bondad
y misericordia. Cuando se acerca el tercer milenio de la
Redención, Dios está preparando una gran primavera cris-
tiana, cuyo comienzo se vislumbra ya, pues, tanto en el
mundo no cristiano co mo en el de antigua tradición cris-
tia na, se está realizando un progresivo acercamiento de
los pueblos a los ideales y valores evangélicos , que la Igle-
sia procura favorecer. Hoy día se ve un a nueva conver-
gencia de los pueblos en los siguientes valores: el rechazo
de la violencia y la guerra; el respeto por la persona hu-
man a y sus derechos; el deseo de libertad, justicia y fra-
ternidad; la tendencia a superar racismos y nacionalismos;
el afianzamiento de la dignidad y valoración de la mujer.
La esperanza cristiana nos sostiene en nuestra entrega
incondicional a la nueva evangelización y a la misión uni-
versal, y nos hace rezar como Jesucristo nos enseñó: Ven-
ga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra
como en el cielo (Mt 6, 10).
La espiritualidad del apóstol se expresa, ante todo, vi-
viendo con plena docilidad al Espíritu, la cual hace que
nos dejemos plasmar interiormente por él, para ser cada
vez más semejantes a Cristo. No se puede dar testimonio
de Cristo sin refleja r su imagen , que se hace viva en noso-
tros por obra y gracia del Espíritu. La docilidad al Espíri-
tu lleva también a acoger los dones de fortaleza y discer-
nimiento , rasgos esenciales de dicha espiritualidad .

34 Pages 331-340

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34.1 Page 331

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beata magdalena morano - 331
Es emblemático el caso de los Apóstoles, quienes du-
rante la vida pública del Maestro, no obstante su amor
a él y la generosidad de la respuesta a su llamada, semos-
traron incapaces de comprender sus palabras y reacios a
seguirle por el camino del sufrimiento y la humill ación.
Sin embargo, el Espíritu los transforma en testigos auda-
ces de Cristo y en preclaros anunciadores de su palabra.
Será el Espíritu quien los conduzca por los arduos y nue-
vos caminos de la misión.
La misión hoy sigue siendo difícil y compleja como en
el pasado; requiere igualmente la audacia y la luz del Es-
píritu: vivimos frecuentemente el drama de la primera co-
munidad cristiana, que veía cómo fuerzas incrédulas y
hostiles se aliaban contra el Señor y contra su Mesías (Hch
4, 26). Igual que entonces, hoy debemos orar para que
Dios nos conceda la audacia y libertad de proclamar el
Evangelio; es preciso escrutar las misteriosas vías del Es-
píritu y dejarse guiar por él hasta la verdad plena (cf. Jn
16, 13).
RESPONSORIO
Cf. Pr 31, 17. 18; Sal 45, 6
ll. Ésta es la mujer perfecta, que se ciñe la cintura
con la fuerza de Dios. * Por eso ni aun de noche se apaga
su lámpara.
y. Dios la socorre con su mirada; teniendo a Dios
en medio, no vacila. •· Por eso...
O bien:
SEGUNDA LECTURA
De los discursos de Juan Pablo II, papa
(5 de noviembre de 1994)
Actividad incansable al servicio del bien
Yo soy la verdadera vid (Jn 15, 1). Con esta alegoría,
expuesta en vísperas de los acontecimientos pascuales, Je-
sucristo revela abiertamente el misterio de la vida que hay

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332 - oficios propios
en él. Dicho misterio fue una fuente de vida inmortal pa-
ra la sierva de Dios Magdalena Morano.
Ella da hoy testimonio también ante vosotros, llama-
dos por las actuales circunstancias a servir al renacimien-
to de vuestra ciudad poniendo en juego las energías que
el Señor renueva constantemente en vosotros con miras
a una actividad incansable en favor del bien.
Tal fue precisamente la perspectiva con que actuó Mag-
dalena Morano, quien, siendo maestra por temperamen-
to, llegó desde Turín con un inestimable talento pedagógi-
co y llena de amor a Dios y al prójimo. Sor Magdalena
desplegó en Sicilia una intensa y fecunda actividad espiri-
tual y educativa. Durante muchos años se hizo una de vo-
sotros, siendo modelo de servicio fiel a Dios y al prójimo.
Mirad hacia ella, queridísimos fieles, para realizar mejor
el proyecto apostólico y misionero que la Iglesia de Cata-
nia, en todos sus componentes, se propone llevar a cabo
escuchando la voz del Espíritu y con un esfuerzo de todos
para discernir con inteligencia los signos de los tiempos.
El desaliento y la amargura por hechos desconcertan-
tes y penosos son sentim ientos humanos comprensibles;
pero no deben ahogar la audacia cristiana del compromi-
so por el bien, «cueste lo que cueste», como decía Mag-
dalena Morano.
En esta nuestra época, dominada por una crisis dra-
mática de valores humanos pero también por un inquieto
anhelo de lo Absoluto, se os pide el desarrollo de un plan
serio y formal de profundización doctrinal, de coherencia
en la vida y de perseverancia en el ejercicio de la caridad.
Q ue en ello os sirva de estímulo Magdalena Morano,
que, animada por un profundo deseo de amor y de santi-
dad, durante muchos años recorrió serena e intrépida las
calles de vuestra ciudad y los caminos de toda la región.
En su trabajo la sostenían la enseñanza y el ejemplo de
san Juan Bosco y de santa María Dominica Mazzarello.
Contemplando el mar, decía: «¿Veis qué grande e inmen-
so es? ¡Pues más grande e inmensa es la bondad de Dios! »
Y, con una comparación sencilla pero penetrante, así ex-
plicaba el camino de la santidad: «Al elevado monte de

34.3 Page 333

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beata magdalena morano - 333
la perfección se sube por la constancia en la mortificación.
También las casas altas están hechas de piedras pequeñas
puestas unas sobre otras.»
Sus exhortaciones iluminan, con suelan y alientan:
«Pensad como p ensaría Jesús; rezad como rezaría Jesús;
actu ad como actuaría Jesús Así decía y obraba Magda-
len a Morano, que se repetía a sí mism a : «Pide la gracia
de llevar en paz tu cruz de cada día.»
Nuestra herm ana, la beata Magd alena Morano, vive
en Dios y Dios vive en ella para siempre. Te amé con amor
eterno, dice el Señor por boca del profeta Jeremías (31,
3). La nueva beata experimentó en sí misma la verdad de
esta palabra divina y, tras las pruebas de la vida, ahora
da testimonio del cumplimiento de la promesa que Dios
había hecho a su pueblo: Si marcharon llorando, los con-
duciré entre consuelos, los guiaré hacia torrentes por vía
llana y sin tropiezos. Seré un padre para Israel (Jr 31 , 9).
La beata Magdalena Morano fue, por su amor , un tes-
timonio constante de correspondencia fiel a Dios, que es
Amor. Hoy brilla ante nosotros como ejemplo luminoso
de solidaridad práctica. Ahora intercede por nosotros, in-
tercede por la Iglesia. ¡Grande es el poder de intercesión
de los santos! M agdalena cumplió la voluntad de Dios y
nos dejó el testimonio de las obras que agradan a Dios.
RESPONSORIO
Ef S, 8-9; Mt S, 14. 16
R. Sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la
luz. * Toda bondad, justicia y verdad son frutos de la luz.
, . Vosotros sois la luz del mundo. Alumbre vuestra
luz a los hombres. Toda bondad . ..
La oración, como en Laudes.
Laudes
Benedictus, ant. Sólo quien ama ed uca, enseña y guía
como pastor a su rebaño.

34.4 Page 334

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334 - oficios propios
PRECES
Invoquemos a nuestro Padre, fuente y modelo de toda
santidad, y digámosle con confianza:
Haznos santos como eres santo.
Padre, que asentaste a la beata Magdalena Morano en la
roca viva de tu palabra,
- ayúdanos a acoger con fe y anunciar con valentía el
Evangelio de la salvación.
Tú que la enriqueciste con dones admirables de fe y de
caridad pastoral,
haz que también nosotros seamos, entre los jóvenes,
buenos educadores y servidores fieles de tu plan de
salvación.
diste, Padre, a la beata Magdalena la gracia de seguir
a Cristo por el camino de la pobreza, de la castidad
y de la obediencia,
danos la gracia de responder a tu llamada de amor para
estar siempre al servicio de los demás.
Tú le concediste la gracia de juntar una acción incansable
y el amor ardiente a tu Hijo en el misterio eucarístico,
fortalece a los evangelizadores y catequistas para que
con su vida den testimonio de lo que anuncian con su
palabra.
Tú que enriqueciste a la beata Magdalena con unas dotes
únicas de gobierno y con una solicitud concreta por los
problemas de su tiempo,
concede a la Familia Salesiana la gracia de encarnar
hoy, bajo la guía materna de María Auxiliadora, el
carisma juvenil y popular de sus fundadores.
Padre nuestro.
Oración
Padre, que hiciste germinar en el corazón de la beata
Magdalena Morano, virgen, tu palabra de verdad, que la
impulsó a trabajar con sabiduría y constancia en la edu-
cación de los jóvenes: concédenos que su intercesión nos

34.5 Page 335

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beata magdalena morano - 335
ayude y su ejemplo nos mueva a ser dóciles a la acción
del Espíritu, para cumplir con alegría tu designio de amor.
Por nuestro Señor Jesucristo.. .
Vísperas
Magníficat, ant. Mi corazón se regocija por el Señor;
mi corazón se ensancha, porque gozo con tu salvación.
PRECES
Unidos en la oración vespertina, dirij amos nuestra acción
de graci as y nuestras súplicas a Dios Padre todopode-
roso, diciendo:
Dios de bondad, te rogamos, óyenos.
Nos diste, Padre, en la beata Magdalena Morano un mo-
delo de vida y de sabiduría pedagógica,
- haz que, en nuestra misión, seamos dóciles a la acción
de tu Espíritu.
quisiste que la beata Magdalena M orano diera testi-
monio de la alegría de servirte, abrazada con fuerza
a la cruz,
danos el optimismo cristiano que brota de la fe en la
resurrección de tu Hijo.
La beata Magdalena Morano puso por encima de todos
sus pensamientos y planes el amor a tu Hijo Jesucristo,
- haz que toda nuestra vida se desarrolle bajo la mirada
del Maestro divino.
Tú, Padre, te fijaste en ella para realizar tu obra,
- danos la fuerza de tu Espíritu para producir frutos de
vida eterna.
La beata Magdalena, administradora fiel y prudente, fue
hallada en vela cuando llegó el Esposo,
- haz que los fieles difuntos puedan contemplar el es-
plendor de tu rostro.
Padre nuestro.
La oración, como en Laudes.

34.6 Page 336

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5 de diciembre
BEATO FELIPE RINALDI
Pres bítero
Fundador del Instituto Secular
"Voluntarias de Don Bosco"
Memoria
Para el Instituto de "Voluntarias de Don Bosco": Fiesta.
Felipe Rinaldi, nacido en Lu M onferrato (provincia de Alessan-
dria, Italia) el 28 de mayo de 1856, conoció a san Juan Bosco cuan-
do todavía era niño, pero sólo aceptó su invitación de hacerse
salesiano cuando ya tenía 21 años. Apenas fue ordenado sacerdote
en 1882, se le confió la formación de los ad ultos que aspiraban al
sacerdocio. A partir de 1889 trabajó, durante doce años, en España
y Portugal. En 1901 el beato M iguel Rúa lo nombró prefecto gene-
ral, cargo que entonces comprendía los actuales de vicario del rec-
to r mayor y la administración central.
El intenso trabajo que le acarrea ba un puesto tan complejo no
le impidió ejercer el ministerio sacerdotal y ser un gula espiritual
de finísima condición. Dio impulso a la Familia Salesiana en toda
su amplitud, y la enriqueció con la genial institución, entonces com-
pletamente nueva, de lo que hoy se conoce con el nombre de Vo-
luntarias de Don Bosco. Elegido rector mayor en 1922, se dedicó
en particular a la formación de los salesianos y, paralelamente, al
desarrollo del culto del Fundador cuando éste fue declarado beato,
insistiendo sobre todo en la imitación de su vida interior, en su unión
con Dios, en su misión y en su ilimitada confianza en Maria Auxi-
liadora. Interpretando genuinamente su espíritu, supo captar con
intuición profética los signos de los tiempos y adecuarse a ellos con
audacia. Murió en T urín el 5 de diciembre de 1931; fue beatificado
por Juan Pablo II el 29 de abril de 1990.
Del Común de pastores, o bien del Común de santos (pág. 382):
para los rclig10~os. Los salmos, de la feria correspondiente.
Cuando se celebra con el grado de fie~ta, se tendrá en cuenta
el 231 de la Ordenación General de la Liturgia de las lloras.

34.7 Page 337

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beato felipe rinaldi - 337
Oficio de lectura
El ver~ículo, la primera lectura y el responsorio pueden tomar-
se del Común: pág. 388.
SEGUN DA LECTURA
De las Cartas circulares del beato Felipe Rinaldi, presbítero
(24 de enero de 1924; Am del Cap1tolo Superiore, 5/ 23 [1924],
174-179 pá5sim)
Entender, amar y vivir las Constituciones
Las Constituciones son el alma de nuestra Sociedad,
que a su vez fue el alma de toda la vida de Don Bosco;
su historia, por tanto, coincide con la vida de nuestro Fun-
dador. Más todavía, podemos decir que en las Constitu-
ciones está Don Bosco entero: en ellas, su único ideal de
salvar las almas; en ellas, su perfección mediante los san-
tos votos; en ellas, su espíritu de mansedumbre, amabili-
dad, tolerancia, piedad, caridad y sacrificio...
Nuestras Constituciones no son fruto de la sola inteli-
gencia y caridad ardiente del Fundador, sino que, lo mis-
mo que aparece lo sobrenatural en cada página de su vida,
así también las Constituciones, en su origen y gradual de-
sarrollo, se iluminan con una clara intervención sobre-
natural.
Don Bosco primeramente escribió los artículos de sus
Constituciones en el ánimo y en la vida de quienes había
elegido para hijos suyos; sólo cuando le pareció que res-
pondían al fin propuesto, los fijó y ordenó por escrito.
Al leer aquellas primitivas Constituciones presentadas
por Don Bosco a Plo IX en 1858, nos parece oír la voz
del buen padre que con sencillez y claridad exponía a sus
hijos las normas por las que deseaba que se rigieran: na-
da de coacciones, sino el vínculo de la caridad fraterna,
a fin de formar un solo corazón para adquirir la perfec-
ció n mediante el ejercicio de las obras de ca ridad espiri-
tual y corporal en favor de los jóvenes, especialmente los
más pobres, y en el cuidado de las vocaciones eclesiásti-
cas; sin preocuparse por las cosas materiales, sino qu e ca-

34.8 Page 338

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338 - oficios propios
da uno, aun conservando los derechos de todo ciudada-
no, viviera realmente corno quien no tiene nada; sin ape-
garse a la propia voluntad, sino con una obediencia filial
al superior, de modo que éste no tuviera necesidad de man-
dar; no muchas prácticas de piedad en común, sino la vi-
vencia de la unión con Dios en la plenitud de una vida
activa, que es el distintivo y la gloria de sus hijos. Don
Bosco, más que una Sociedad, quería una familia basada
casi exclusivamente en la paternidad suave, amable y aten-
ta del superior y en el afecto filial y fraterno de los súbdi-
tos; todavía más, aun manteniendo el principio de la
autoridad y la correspondiente dependencia, no deseaba
distinciones, sino igualdad de todos y en todo.
Así vivió realmente las Constituciones Don Bosco con
sus primeros hijos durante treinta años, corrigiendo, cam-
biando, mejorando e incluso descartando de su manus-
crito artículos que, en la práctica, le parecían inadecuados
o de escasa utilidad. No olvidemos que la luz de este tra-
bajo le venía de lo alto y que, por tamo, aquellas modifi-
caciones no menoscababan en nada los puntos fundamen-
tales en que debía cimentarse su Congregación.
RESPONSORIO
Cf. Hb 13, 21; 2M 1, 4
]l. Que Dios os ponga a yunto en todo bien, para
que cumpláis su voluntad. ~- El realizará en vosotros lo
que es de su agrado, por medio de Jesucristo.
y . _Que abra vuestro corazón a su ley y a sus precep-
tos. * El realizará. ..
O bien, para el Instituto de Hijas de María Auxiliadora:
SEGUNDA LECTURA
Del Aguinaldo de 1931 a las Hijas de María Auxiliadora,
del beato Felipe Rinaldi, presbítero
(Conferenze e Scritti, Turín 1990, 139-144, pássim)

34.9 Page 339

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beato felipe rinaldi - 339
Conocer e imitar mejor la vida interior
del beato Juan Bosco
En los escritos y en la vida de nuestro padre no se ha-
bla explícitamente de vida interior ni de inmolaciones y
apostolados que realizar; pero ahí está precisamente el se-
creto de la heroica vida interior de nuestro Beato, que vi-
vió todo eso desde niño con la naturalidad de quien no
hace más que lo que debe.
Él logró una vida interior sencilla, evangélica y acti-
va, orientada exclusivamente al cumplimiento de la vo-
luntad de Dios en lo que se refiere a la salvación de las
almas, comenzando por la propia; vida interior de una ma-
ravillosa y extraordinaria actividad por el bien de las al-
mas, alimentada por una fe inquebrantable, por una
esperanza que se reflejaba en su inmutable sonrisa pater-
na, e inflamada en una caridad que ardía con el ardor di-
vino en todos los momentos de su misión, en medio de
dificultades, contradicciones y hostilidades incesantes e
inauditas. El beato Juan Bosco integró del modo más per-
fecto su actividad externa, que era continua, absorbente,
amplísima y llena de responsabilidad, y su vida interior,
cuyo principio estaba en un sentido de la presencia de Dios
que poco a poco se hizo habitual, persistente y viva hasta
convertirse en unión perfecta con Dios. De esa forma lle-
gó al estado más perfecto: la contemplación activa, el éx-
tasis de la acción, en la que se consumió del todo, con
serenidad de éxtasis, por la salvación de las almas. Sin em-
bargo, para llegar a esa presencia unitiva con Dios, nues-
tro Beato no dejó de poner cuanto estaba de su parte: ni
el estudio intenso de las verdades reveladas y espirituales,
ni la lucha continua contra las concupiscencias terrenas,
ni el ejercicio progresivo de cada una de las virtudes teo-
logales, cardinales y morales, ni las mortificaciones y pe-
nitencias voluntarias, adquiriendo así un dominio y una
calma perfectos y constantes, incluso en las circunstancias
y pruebas más dolorosas. La luz y el equilibrio de su alma
le procuraban intuiciones claras y precisas sobre las cosas

34.10 Page 340

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340 - oficios propios
más difíciles y complejas, porque nunca dejaba de estar
inmerso en la presencia y amor de su Dios.
Esta vida interior del beato Juan Bosco, siempre acti-
va y siempre unida a Dios, juntaba en sí mismo la activi-
dad de Marta y la intimidad extática de María, porque
había logrado que su alma gozara de la suavidad de vivir
a los pies del Señor sin perder la solicitud por las almas.
RESPONSORIO
Ef 3, 16. 17. 19; Col 2, 6-7
Il. Dios os conceda que Cristo habite por la fe en
vuestros corazones; que el amor sea vuestra raíz y vues-
tro cimiento, * Para que lleguéis a vuestra plenitud, se-
gún la plenitud total de Cristo.
f. Proceded según él; arraigados en él, dejaos cons-
truir y afianzar en la fe. •· Para que lleguéis...
O bien, para el Instituto Secular de Voluntarias de Don Bosco:
SEGUNDA LECTURA
De las Conferencias a las Voluntarias de Don Bosco, del
beato Felipe Rinaldi, presbítero
(Documenti e Testi, V, Roma 1980, 42-47 pássim)
Oración y actividad apostólica
La piedad nace de un corazón piadoso. El alma for-
mada en la presencia de Dios reza y se fortalece en la
meditación, en el examen de conciencia, en la lectura
espiritual y en el retiro interior; la expresión vocal viene
cuando hemos entrado en nosotros mismos por la con-
centración y el recogimiento. El recogimiento es necesario,
porque dispone a la reflexión. La reflexión es una oración
eficaz, ineludible para conocer nuestras flaquezas y nece-
sidades y para estudiarnos a nosotros mismos; suscita el
amor de Dios, aumenta el deseo de la Sagrada Comunión
y el conocimiento del Señor. La reflexión alimenta nues-
tro espíritu y nuestra alma con una piedad substancial.

35 Pages 341-350

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35.1 Page 341

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beato felipe rinaldi - 341
La piedad no es fin de misma; es útil para todo, pe-
ro especialmente para mover nuestras obras. ¿Qué obra
tiene que hacer vuestra institución? ¿De qué modo, có-
mo? No son pocas las órdenes religiosas, y todas tienen
un fin particular, es decir, una misión que realizar. Las
obras de misericordia son siete y todas son del agrado de
nuestro Señor.
¿Qué debéi s hacer vosotras para tener vida? Ante to-
do, rezad para adquirir nuevo ánimo todos los días y lle-
var la cruz que os asigna el Señor. Eso es lo primero; pero,
además, cada una debe hacer bien sus obras personales,
las propias de vuestro estado, como Dios quiere, según
vuestra condición; todo ello con el espíritu del Señor y de
Don Bosco . Sin embargo, no basta; tiene que haber otro
fin especial. Por muy ocupada que esté una persona, siem-
pre le queda algo de energía, que vosotras debéis utilizar
especialmente en una dirección y con un fin particular,
conciliándola con vuestro estado. Las obras de Don Bos-
co son tales, que podéis hacerlas en cualquier puesto en
que os halléis; su programa es hacer el bien, particular-
mente a la juventud pobre y abandonada.
Ante todo, desarrollad vuestra acción en la familia,
cumpliendo bien vuestros deberes, como Dios manda, ac-
tuando realmente con el espíritu del Señor; la energía que
os sobre, es decir, la exuberancia, debéis gastarla en favor
de la juventud pobre: el rico no suele escuchar mucho; vues-
tros cuidados deben ser para la juventud obrera. Conven-
ceos de que si fuéramos capaces de tratar al pobre con el
espíritu del Señor, nos escucharía más, nos querría y nos
acompañaría; sólo que, por desgracia, nuestra miseria nos
hace incapaces de mostrarnos como tendríamos que ser.
RESPONSORIO
Ef 5, 8-9; Mt 5, 14. 16
Il. Sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la
luz. •· Toda bondad, justicia y verdad son frutos de la luz.
f. Vosotros sois la luz del mundo. Alumbre vuestra
luz a los hombres. •· Toda bondad.. .

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342 - oficios propios
La oración, como en Laudes.
Laudes
HIMNO
Hay quien hereda blasones,
cunas altas o dinero,
mas tú, Felipe, heredaste
el corazón del maestro.
Como un río que a la orilla
del mar hace testamento,
no permitiste que el suyo
lo diluyera el océano.
Ver tu rostro es ya sentir
que nos sales a] encuentro,
porque lo tuyo es ser padre,
y del padre, los desvelos.
Tus ojos, sin ver, ya van
apresurando el consejo,
y tu sonrisa ya espera
desde muchísimo tiempo.
Felipe Rinaldi,
que encarnaste aquel modelo,
haz de nuestro corazón
prolongación de su ejemplo.
Que vayamos por el mundo
suscitando amor y aliento,
con la sonrisa en los labios
y los brazos siempre abiertos. Amén.
O bien un himno apropiado a la hora de la celebración, apro-
bado por la autoridad eclesiásnca.
Benedictus, am. Lo que aprendisteis, recibisteis, oís-
teis y visteis en mí, ponedlo por obra. Y el Dios de la paz
estará con vosotros.

35.3 Page 343

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beato felipe rinaldi - 343
PRECES
Al comenzar un nuevo día bendigamos e invoquemos a
Dios nuestro Padre, que en todo tiempo y a todas ho-
ras llama a obreros que generosamente quieran traba-
jar por la difusión de su Reino. Digámosle con fe:
Padre de bondad, escúchanos.
Dios y Padre nuestro, que en el beato Felipe Rinaldi nos
diste un sabio intérprete del espíritu salesiano,
- aumenta en todos los miembros de nuestra Familia la
fidelidad al carisma del Fundador.
Hiciste de él, Padre, un modelo y maestro de vida interior,
- ayúdanos a vivir, en la variedad de nuestros quehace-
res, una profunda comunión contigo.
Guiaste sus pasos en los diferentes cargos de responsabi-
lidad que tuvo en la Congregación Salesiana,
- da un sabio espíritu emprendedor a quienes has pues-
to al frente de nuestra Familia espiritual.
Le diste la gracia de ser espejo de la paternidad de san Juan
Bosco,
- derrama en nuestro corazón tu Espíritu de caridad,
para que seamos amables con todos.
Padre, que diste al beato Felipe sabiduría y prudencia en
su ministerio de guía espiritual,
- ilumina y da eficacia a nuestra tarea de acompañar a
los jóvenes en el camino de la santidad.
Padre nuestro.
Oración
Padre de bondad infinita, que hiciste del beato Felipe
Rinaldi un modelo de vida evangélica realizada con gene-
rosidad y alegría: concédenos imitar su iluminada inicia-
tiva apostólica, para que, en la fidelidad cotidiana a nues-
tro trabajo, llevemos a plenitud tu proyecto de amor. Por
nuestro Señor Jesucristo...

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344 - oficios propios
Hora intermedia
Cuando se celebra con el grado de fiesta: los salmos con sus
antífonas, de la feria correspondiente; la lectura breve, del Común
de santos: pág. 394; la oración, como en Laudes.
Vísperas
HIMNO, como en Laudes.
Magníficat, ant. Testigo me es Dios de lo entrañable-
mente que os quiero, en Cristo Jesús.
PRECES
Con humildad y gratitud , demos gracias a Dios, nu estro
Padre, por la abundancia de sus dones, y digamos:
Escucha, Padre, nuestra oración.
Padre de bondad, la mesa de la Palabra y del Pan de vida
que nos transmitieron los apóstoles,
- sea siempre la fuente viva de nuestra acción apostólica.
Padre santo, la Virgen María fue, por voluntad de tu
Hijo, madre del discípulo predilecto,
- que sea también nuestra Auxiliadora en la educación
de los jóvenes que nos confías.
Padre, fuente de amor perenne, que en la vida eterna se-
rás todo en todos,
- haz que amemos al prójimo con el corazón de san Juan
Bosco y del beato Felipe Rinaldi.
Padre justo, que confiaste el universo al trabajo del hombre,
- haz que seamos asiduos promotores de justicia y de
paz, para gloria y alabanza de tu nombre.
Padre misericordioso, que concedes a los siervos fieles la
alegría infinita del paraíso,
- por intercesión del beato Felipe, ten misericordia de
los difuntos de la Familia Salesiana.
Padre nuestro.
La oración, como en Laudes.

35.5 Page 345

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Algunos elementos más usuales
de los
OFICIOS COMUNES

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DEL COMÚN DE MÁRTIRES
Invita torio
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de los mártires.
(T.P. Aleluya. )
El salmo invitatoriu, como en el Ordinario: pág. 13.
Oficio de lectura
HIMNO
Pléyade santa de mártires insignes,
testigos inmortales del Cristo victimado;
dichosos, pues sufristeis la cruz de vuestro Amado
Señor, que a su dolor vuestro dolor ha unido.
Bebisteis por su amor el cáliz de la sangre;
dichosos cireneos, camino del Calvario
no dejasteis a Jesús en solitario,
elevasteis vuestra cruz junto a su cruz unida.
Rebosa ya el rosal de rosas escarlatas,
la luz del sol tiñe de rojo el cielo;
la muerte estupefacta contempla vuestro vuelo,
enjambre de profetas y justos perseguidos.
Vuestro valor intrépido deshaga cobardías
de cuantos en la vida persigue la injusticia;
siguiendo vuestras huellas, hagamos milicia,
sirviendo con amor la paz de Jesucristo. Amén
SALMODIA
Ant. 1. Los santos mártires derramaron su sangre por
Cristo; por ello han conseguido el premio eterno. (T.P.
Aleluya .)

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348 - comunes
Salmo 2
¿Por qué se amotinan las naciones,
y los pueblos planean un fracaso?
Se alían los reyes de la tierra,
los príncipes conspiran
contra el Señor y contra su Mesías:
«Rompamos sus coyundas,
sacudamos su yugo.»
El que habita en el cielo sonríe,
el Señor se burla de ellos.
Luego les habla con ira,
los espanta con su cólera:
«Yo mismo he establecido a mi rey
en Sión, mi monte santo. »
Voy a proclamar el decreto del Señor;
él me ha dicho:
«Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.
Pídemelo: te daré en herencia las naciones,
en posesión, los confines de la tierra:
los gobernarás con cetro de hierro,
los quebrarás como jarro de loza.»
Y ahora, reyes, sed sensatos;
escarmentad, los que regís la tierra:
servid al Señor con temor,
rendidle homenaje temblando;
no sea que se irrite, y vayáis a la ruina,
porque se inflama de pronto su ira.
¡Dichosos los que se refugian en él!
Ant. Los santos mártires derramaron su sangre por
Cristo; por ello han conseguido el premio eterno. (T.P.
Aleluya.)
Ant. 2. Los justos viven eternamente, reciben de Dios
su recompensa. (T.P. Aleluya. )

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mártires - 349
Salmo 32
I
Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando los vítores con bordones:
que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.
La palabra del Señor hizo el cielo;
el aliento de su boca, sus ejércitos;
encierra en un odre las aguas marinas,
mete en un depósito el océano.
Tema al Señor la tierra entera,
tiemblen ante él los habitantes del orbe:
porque él lo dijo, y existió,
él lo mandó, y surgió.
El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad.
Ant. Los justos viven eternamente, reciben de Dios su
recompensa. (T.P. Aleluya. )
Ant. 3. A vosotros, mis santos, que habéis luchado en
este mundo , yo os daré la recompensa de vuestro esfuer-
zo. (T.P. Aleluya. )
II
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.

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350 - comunes
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres;
desde su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
él modeló cada corazón,
y comprende todas sus acciones.
No vence el rey por su gran ejército,
no escapa el soldado por su mucha fuerza,
nada valen sus caballos para la victoria,
ni por su gran ejército se salva.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimados en tiempo de hambre.
Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
Ant. A vosotros, mis santos, que habéis luchado en
este mundo, yo os daré la recompensa de vuestro esfuer-
zo. (T.P. Aleluya.)
y. Nosotros aguardamos al Señor. (T.P. Aleluya. )
}l. Él es nuestro auxilio y escudo. (T.P. Aleluya. )
PRIMERA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo
a los Romanos
8, 18-39
Nada puede apartarnos del amor de Dios
manifestado en Cristo Jesús
Hermanos: Sostengo que los sufrimientos de ahora no
pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá. Por-

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36.1 Page 351

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mártires - 351
que la creación , expectante, está aguardando la plena ma-
nifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frus-
tración, no por su voluntad, sino por uno que la sometió:
pero fue con la esperanza de que la creación misma se ve-
ría liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar
en la libertad gloriosa de los hij os de Dios.
Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está
gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso;
también nosotros, que poseemos las primicias del Espíri-
tu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de
ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo. Porque
en esperanza fuimos salvados. Y una esperanza que se ve
ya no es esperanza. ¿Cómo seguirá esperando uno aque-
llo que se ve? Cuando esperamos lo que no vemos, aguar-
damos con perseverancia.
Pero, además, el Espíritu viene en ayuda de nuestra
debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos
conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros
con gemidos inefables. Y el que escudriña los corazones
sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por
los santos es según Dios.
Sabemos también que a los que aman a Dios todo les
sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su de-
signio. A los que había escogido, Dios los predestinó a
ser im agen de su Hijo, para que él fuera el primogénito
de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a
los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.
¿Cabe decir más? Si Dios está con nosotros, ¿quién es-
tará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hi-
jo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos
dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios?
¿Dios, el que justifica? ¿Quién condenará? ¿Será acaso
Cristo, que murió, más aún, resucitó y está a la derecha
de Dios, y que intercede por nosotros?
¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la aflic-
ción?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la des-
n udez?, ¿el peligro?, ¿la espada?, como dice la Escritura:
«Por tu causa nos degüellan cada día, nos tratan como
a ovejas de matanza.»

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352 - comunes
Pero en todo esto vencemos fácilmente por aquel que
nos ha amado. Pues estoy convencido de que ni muerte,
ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro,
ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna
podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cris-
to Jesús, Señor nuestro.
RESPONSORIO
Le 6, 27; Mt 5, 44-45. 48
}l. Amad a vuestros enemigos, haced el bien a quie-
nes os odian y rezad por los que os persiguen. •· Así seréis
hijos de vuestro Padre que está en el cielo. (T.P. Aleluya.)
y. Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es per-
fecto. •f Así seréis...
SEGUNDA LECTURA
De la Exhortación al Martirio... , de san Cipriano, obispo
(C. 13; CSEL 3, 1, 346-347; PI. 4, 701-702)
Nuestra recompensa será superior a lo que soportamos
El santo apóstol Pablo, arrebatado al tercer cielo y al
paraíso por una gracia de Dios, certifica que escuchó pa-
labras inefables. Se gloría de haber visto a Jesús con la
realidad de sus ojos y afirma públicamente con el testi-
monio de su propio conocimiento lo que aprendió y vio.
Los sufrimientos de ahora -dice- no pesan lo que la glo-
ria que un día se nos descubrirá (Rm 8, 18 ). ¿Quién, por
tanto, no pondrá por obra todos los medios a su alcance
para llegar a una gloria tan grande, para convertirse en
amigo de Dios, para tener parte al momento en el gozo
de Cristo, para recibir la recompensa divina después de
los tormentos y suplicios terrenos? Si los soldados de este
mundo consideran un honor regresar victoriosos a lapa-
tria tras la derrota del enemigo, un honor mucho más gran-

36.3 Page 353

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mártires - 353
de y valioso es volver triunfante al paraíso después de ven-
cer al demonio y llevar consigo los trofeos de victoria a
aquel mismo lugar de donde fue expulsado Adán por su
pecado, arrastrando en el cortejo triunfal al mismo que
antes lo había engañado. ¡Qué honor ofrecer al Señor, cual
presente de gran valor a sus ojos, la fe inconmovible, la
incolumidad de la fuerza del espíritu, la alabanza mani-
fiesta de la propia entrega! ¡Qué honor acompañarlo cuan-
do comience a venir para tomar venganza de sus enemigos,
estar a su lado cuando comience a juzgar, convertirse en
heredero junto con Cristo, ser equiparado a los ángeles
y alegrarse con los patriarcas, los apóstoles y los profetas
por la posesión del reino celestial! ¿Qué persecución po-
drá vencer estos pensamientos, o qué tormentos supe-
rarlos?
La mente que se apoya en santas meditaciones perse-
vera firme y segura, y se mantiene inconmovible frente a
todos los terrores diabólicos y amenazas mundanales, ya
que se halla fortalecida por una fe cierta y sólida en el pre-
mio futuro. En la persecución se cierra el mundo, pero
se abre el cielo; amenaza el anticristo, pero defiende Cris-
to; se inflige la muerte, pero sigue la inmortalidad. ¡Qué
gran dignidad y seguridad salir contento de este mundo,
salir glorioso en medio de la aflicción y la angustia, ce-
rrar en un momento estos ojos con los que vemos a los
hombres y el mundo para volverlos a abrir en seguida y
contemplar a Dios y a Cristo! ¡Cuán rápidamente se re-
corre este feliz camino! Se te arranca repentinamente de
la tierra, para colocarte en el reino celestial.
Estas consideraciones son las que deben impregnar
nuestra mente, esto es lo que hay que meditar día y no-
che. Si la persecución encuentra así preparado al soldado
de Dios, su fuerza, dispuesta a la lucha, no podrá ser ven-
cida. Y aun en el caso de que llegue antes la llamada de
Dios, no quedará sin premio una fe que estaba dispuesta
al martirio; sin pérdida de tiempo, Dios, que es el juez,
dará la recompensa; porque en tiempo de persecución se
premia el combate, en tiempo de paz la buena conciencia.

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354 - comunes
RESPONSORIO
]l. Mártires santos, derramasteis vuestra sangre glo-
riosa; amigos de Cristo en la vida, lo seguisteis en la muer-
te: * Por eso merecisteis la corona del triunfo. (T.P.
Aleluya.)
y. Un solo espíritu os animó, una sola fe os sostu-
vo: •· Por eso .. .
En las solemnidades y fiestas, ~e dice el himno Te Deum: pág. 15.
La oración, como en Laudes.
Laudes
HIMNO
«Quien entrega su vida por amor
la gana para siempre»,
dice el Señor.
Aquí el bautismo proclama
su voz de gloria y de muerte.
Aquí la unción se hace fuerte
contra el cuchillo y la llama.
Mirad cómo se derrama
mi sangre por cada herida.
Si Cristo fue mi comida,
dejadme ser pan y vino
en el lagar y el molino
donde me arrancan la vida. Amén.
Ant. 1. En medio de sus tormentos, los mártires de
Cristo contemplaban la gloria del reino y decían: «Ayú-
danos, Señor. » (T.P. Aleluya.)
l.os salmos y el cántico, del domingo de la semana 1: pág. 27.
Ant. 2. Almas y espíritus justos, cantad un himno a
Dios. Aleluya.

36.5 Page 355

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mártires - 355
Ant. 3. Mártires del Señor, alabad al Señor en el cie-
lo. (T .P. Aleluya. )
LECTURA BREVE
2Co 1, 3-5
¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señ9r Jesucri sto,
Padre de misericordia y Dios del consuelo! El nos ali enta
en nuestras luchas hasta el punto de poder nosotros alen-
tar a los demás en cualquier lucha, repartiendo con ellos
el ánimo que nosotros recibimos de Dios. Si los sufrimien-
tos de Cristo rebosan sobre nosotros, gracias a Cristo re-
bosa en proporción nuestro ánimo.
RESPONSORIO BREVE
· }l. Los justos Viven eternamente. Los justos...
y . Reciben de Dios su recompensa. * Viven eterna-
mente. Gloria al Padre. Los justos.. .
Benedictus, ant. Dichosos los perseguidos por causa
de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos.
l'iempo pascual :
LECTURA BREVE
lJn 5, 3-5
En esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus
mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues
todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que
ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe.
¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Je-
sús es el Hijo de Dios?
RESPONSORIO BREVE
Il. La alegría eterna corona a los santos. Aleluya,
aleluya . La alegría...
'f. Vivirán en el gozo y en la exultación. •· Aleluya,
aleluya. Gloria al Padre. La alegría...

36.6 Page 356

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356 - comunes
Benedictus, ant. Estad alegres y contentos, santos de
Dios, porque vuestra recompensa es grande en el cielo.
Aleluya.
PRECES
Celebremos, amados hermanos, a nuestro Salvador, el
testigo fiel, y, al recordar hoy a los santos mártires que
murieron a causa de la palabra de Dios, aclamémos-
lo, diciendo:
Nos has comprado, Señor, con tu sangre.
Por la intercesión de los santos mártires, que entregaron
libremente su vida como testimonio de la fe,
- concédenos, Señor, la verdadera libertad de espíritu .
Por la intercesión de los santos mártires, que proclama-
ron la fe hasta derramar su sangre,
- concédenos, Señor, la integridad y la constancia de
la fe.
Por la intercesión de los santos mártires, que, soportando
la cruz, siguieron tus pasos,
- concédenos, Señor, soportar con generosidad las con-
trariedades de la vida.
Por la intercesión de los santos mártires, que lavaron su
manto en la sangre del Cordero,
- concédenos, Señor, vencer las obras del mundo y de
la carne.
Padre nuestro.
Oración
Se dice la oración propia o , en su defecto, la siguiente:
Dios todopoderoso y eterno, que concediste a los már-
tires N. y N. la gracia de morir por Cristo, ayúdanos en
nuestra debilidad para que, así como ellos no dudaron en
morir por ti, así también nosotros nos mantengamos fuer-
tes en la confesión de tu nombre. Por nuestro Señor Jesu-
cristo.. .

36.7 Page 357

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mártires - 357
Tercia
Hora intermedia
Ant. El Señor les dio la victoria en la dura batalla, pa-
ra que supieran que la sabiduría es más fuerte que nada.
(T.P. Aleluya. )
LECTURA BREVE
lP 5, 10-11
Tras un breve padecer, el mismo Dios de toda gracia,
que os ha llamado en Cristo a su eterna gloria, os resta-
blecerá, os afianzará, os robustecerá. Suyo es el poder por
los siglos. Amén.
Tiempo pascual:
Ap 2, 10
No temas nada de lo que vas a sufrir, porque el dia-
blo va a meter a algunos de vosotros en la cárcel para po-
neros a prueba; tus apuros durarán diez días. fiel hasta
la muerte, y te daré la corona de la vida.
y. Los santos que esperan en el Señor. (T.P. Aleluya. )
}t. Serán fuertes y no fallarán. (T.P. Aleluya. )
Sexta
Ant. El Señor los coronó con una diadema de justicia
y les dio un nombre de gloria. (T.P. Aleluya. )
LECTURA BREVE
Cf. Hb 11, 33
Los santos, por medio de la fe en Cristo, nuestro Señor,
subyugaron reinos, practicaron la justicia, obtuvieron
promesas.
Tiempo pascual:
Ap 3, 21
Al que salga vencedor lo sentaré en mi trono, junto

36.8 Page 358

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358 - comunes
a mí; lo mismo que yo, cuando vencí, me senté en el tro-
no de mi Padre, junto a él.
'tf. Vuestra tristeza. (T.P. Aleluya. )
a . Se convertirá en alegría. (T.P. Aleluya. )
Nona
Ant. AJ ir, iban llorando, llevando la semilla. (T.P.
Aleluya. )
LECTURA BREVE
Sb 3, l-2a. 3b
La vida de los justos está en manos de Dios y no los
tocará el tormento. La gente insensata pensaba que mo-
rían, pero ellos están en paz.
Tiempo pa~cual:
Ap 19, 7. 9
Con alegría y regocijo, demos gloria a Dios, porque
han llegado las bodas del Cordero. Dichosos los invita-
dos al banquete de bodas del Cordero.
'f. Al volver, vuelven cantando. (T.P. Aleluya. )
a. Trayendo sus gavillas. (T.P. Aleluya.)
La oración, como en Laudes.
Vísperas
HIMNO
Espíritus sublimes, ¡oh mártires gloriosos!,
felices moradores de la inmortal Sión,
rogad por los que luchan en las batallas recias,
que alcancen la victoria y eterno galardón.
jÜh mártires gloriosos de rojas vestiduras,
que brillan con eternos fulgores ame Dios!

36.9 Page 359

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mártires - 359
Con vuestro riego crezca de Cristo la semilla,
y el campo de las mieses se cubra ya en sazón.
Amén.
SALMODIA
Ant. l. Los cuerpos de los santos fueron sepultados
en paz, y su fama vive por generaciones. (T.P. Aleluya. l
Salmo 114
Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco.
Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida.»
El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas, me salvó.
Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue bueno contigo:
arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida .
Ant. Los cuerpos de los santos fueron sepultados en
paz, y su fama vive por generaciones. (T.P. Aleluya. )
Ant. 2. Vi las almas de los degollados a causa de la
palabra de Dios y del testimonio que mantuvieron. (T.P.
Aleluya. )

36.10 Page 360

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360 - comunes
Salmo 115
Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Ant. Vi las almas de los degollados a causa de la pala-
bra de Dios y del testimonio que mantuvieron. (T .P.
Aleluya . )
Ant. 3. Éstos son aquellos santos que entregaron sus
cuerpos para ser fieles a la alianza de Dios y han lavado
sus mantos en la sangre del Cordero. (T .P. Aleluya. )
Cántico Ap 4, 11; 5, 9 . 10. 12
Eres digno, Señor, Dios nuestro,
de recibir la gloria, el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.

37 Pages 361-370

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37.1 Page 361

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mártires - 361
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y con tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes,
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría,
la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.
Ant. Éstos son aquellos santos que entregaron sus cuer-
pos para ser fieles a la alianza de Dios y han lavado sus
mantos en la sangre del Cordero. (T.P. Aleluya. )
LECTURA BREVE
lP 4, 13-14
Queridos hermanos, estad alegres cuando compartís
los padecimientos de Cristo, para que, cuando se mani-
fieste su gloria, reboséis de gozo. Si os ultrajan por el nom-
bre de Cristo, dichosos vosotros, porque el Espíritu de la
gloria, el Espíritu de Dios, reposa sobre vosotros.
RESPONSORIO BREVE
:&, . Alegraos, justos, * Y gozad con el Señor. Ale-
graos ...
y. Aclamadlo, los de corazón sincero. * Y gozad con
el Señor. Gloria al Padre. Alegraos...
Magníficat, ant. Se alegran en el cielo los santos que
siguieron las huellas de Cristo, y, porque le amaron hasta
derramar su sangre, reinan con el Señor eternamente.
Tiempo pa~cual:
LECTURA BREVE
Ap 7, 14-17
Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han
lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cor-

37.2 Page 362

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362 - comunes
clero. Por eso están ante el trono de Dios, dándole culto
día y noche en su templo. El que se sienta en el trono acam-
pará entre ellos. Ya no pasarán hambre ni sed, no les hará
daño el sol ni el bochorno. Porque el Cordero que está de-
lante del trono será su pastor, y los conducirá hacia fuen-
tes de aguas vivas. Y Dios enjugará las lágrimas de sus ojos.
RESPONSORIO BREVE
}l . Resplandecerán los justos en presencia de Dios.
* Aleluya, aleluya. Resplandecerán...
1 · Y se alegrarán los rectos de corazón. •- Aleluya,
aleluya. Gloria al Padre. Resplandecerán. ..
Magníficat, ant. Alegraos, santos, ante el trono del
Cordero; heredad el reino preparado para vosotros desde
la creación del mundo. Aleluya.
PRECES
A la misma hora en que el Rey de los mártires ofreció su
vida, en la última cena, y la entregó en la cruz, dé-
mosle gracias, diciendo:
Te glorificamos, Señor.
Porque nos amaste hasta el extremo, Salvador nuestro,
principio y origen de todo martirio:
Te glorificamos, Señor.
Porque no cesas de llamar a los pecadores arrepentidos
para los premios de tu reino:
Te glorificamos, Señor.
Porque has dado a la Iglesia, como sacrificio, la sangre
de la alianza nueva y eterna, derramada para el per-
dón de los pecados:
Te glorificamos, Señor.
Porque, con tu gracia, nos has dado perseverancia en la
fe durante el día que ahora termina:
Te glorificamos, Señor.

37.3 Page 363

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mártires - 363
Porque has asociado a tu muerte a nuestros hermanos
difuntos:
Te glorificamos, Señor.
Padre nuestro.
La oración, como en I .audes.

37.4 Page 364

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DEL COMÚN DE VÍRGENES
I Vísperas
H1MNO, como en las H Vísperas: pág. 377.
SALMODIA
Ant. l. Venid, hijas, contemplad al Señor, y queda-
réis radiantes. (T.P. Aleluya.)
Salmo 112
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Ant. Venid, hijas, contemplad al Señor, y quedaréis
radiantes. (T.P. Aleluya. )

37.5 Page 365

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vírgenes - 365
Ant. 2. Ahora te seguimos de todo corazón, te respe-
tamos y buscamos tu rostro, Señor; no nos defraudes.
(T.P . Aleluya.)
Salmo 147
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Ant. Ahora te seguimos de todo corazón, te respeta-
mos y buscamos tu rostro, Señor; no nos defraudes. CI .P.
Aleluya .)
Ant. 3. Alegraos, vírgenes de Cristo, y gozad de vues-
tro desposorio divino, que ya no tendrá fin. (T.P. Aleluya.)
Cántico
Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

37.6 Page 366

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366 - comunes
Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre.
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.
Ant. Alegraos, vírgenes de Cristo, y gozad de vuestro
desposorio divino, que ya no tendrá fin. (T.P. Aleluya. )
LECTURA BREVE
1Co 7, 32. 34
El soltero se preocupa de los asuntos del Señor, bus-
cando contentar al Señor; lo mismo, la mujer sin marido
y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, consa-
grándose a ellos en cuerpo y alma.
RESPONSORIO BREVE
]l. Mi porción es el Señor, * Dice mi alma. Mi
porción ...
'f. Bueno es el Señor para el alma que lo busca. *
Dice mi alma. Gloria al Padre. Mi porción...

37.7 Page 367

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vírgenes - 367
Tiempo pascual:
&,. Mi porción es el Señor, dice mi alma. * Aleluya,
aleluya. Mi porción...
y. Bueno es el Señor para el alma que lo busca. *
Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. Mi porción...
Magníficat, ant. Al llegar el Esposo, la virgen prudente
entró con la lámpara encendida al banquete de bodas de
su Señor. (T.P. Aleluya.)
PRECES: como en las TJ Ví~pcras.
La oración, como en Laudes.
lnvitatorio
Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de las vírgenes.
(T.P. Aleluya. )
O bien:
Venid, adoremos al Cordero, al Esposo acompañado
por el cortejo de vírgenes. (T.P. Aleluya. )
El salmo inviratorio, como en el Ordinario: pág. 13.
Oficio de lectura
HIMNO
Esta mujer no quiso
tomar varón ni darle su ternura;
selló su compromiso
con otro amor que dura
sobre el amor de toda criatura.
Y tanto se apresura
a zaga de la huella del Amado,
que en él se transfigura,
y el cuerpo anonadado
ya está por el amor resucitado.

37.8 Page 368

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368 - comunes
Aquí la Iglesia canta
la condición futura de la historia,
y el cuerpo se adelanta
en esta humilde gloria
a la consumación de su victoria.
Mirad los regocijos
de la que por estéril sollozaba,
y se llenó de hijos
porque el Señor miraba
la pequeñez humilde de su esclava. Amén.
SALMODIA
Ant. l. Virgen ilustre, sensata, prudente en tu deci-
sión, tienes como esposo del alma al Verbo inmaculado.
(T.P. Aleluya. )
Salmo 18 A
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra.
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.
Allí le ha puesto su tienda al sol:
él sale como el esposo de su alcoba,
contento como un héroe, a recorrer su camino.
Asoma por un extremo del cielo,
y su órbita llega al otro extremo:
nada se libra de su calor.
Ant. Virgen ilustre, sensata, prudente en tu decisión,
tienes como esposo del alma al Verbo inmaculado. (T.P.
Aleluya. )

37.9 Page 369

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vírgenes - 369
Ant. 2 . Por amor a mi Señor Jesucristo, tuve en nada
los bienes de este mundo y del tiempo presente. (T.P.
Aleluya. )
Salmo 44
1
Me brota del corazón un poema bello,
recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.
Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente.
Cíñete al flanco la espada, valiente:
es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.
Tu trono, oh Dios, permanece para siempre,
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido
con aceite de júbilo
entre todos tus compañeros.
A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina,
enjoyada con oro de Ofir.
Ant. Por amor a mi Señor Jesucristo, tuve en nada los
bienes de este mundo y del tiempo presente. (T .P. Aleluya.)
Ant. 3. Prendado está el rey de tu belleza; él es tu Señor
y tu Dios. (T.P. Aleluya. )

37.10 Page 370

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370 - comunes
II
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
o lvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor .
Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
«A cambio de tus padres, tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra
Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.
Ant. Prendado está el rey de tu belleza; él es tu Señor
y tu Dios. (T.P. Aleluya.)
'f. Me enseñarás el sendero de la vida. (T.P. Aleluya.)
:a. Me saciarás de gozo en tu presencia. (T.P. Ale-
luya. )
PRIMERA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo
a los Corintios
7, 25-40
La virginidad cristiana
Hermanos: Respecto al celibato no tengo órdenes del
Señor, sino que doy mi parecer como hombre de fiar que

38 Pages 371-380

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38.1 Page 371

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vírgenes - 371
soy, por la misericordia del Señor. Estimo que es un bien,
por la necesidad actual: quiero decir que es un bien vivir
así.¿Estás unido a una mujer? No busques la separación.
¿Estás libre? No busques mujer; aunque, si te casas, no
haces mal; y, si una soltera se casa, tampoco hace mal.
Pero estos tales sufrirán la tribulación de la carne. Yo res-
peto vuestras razones.
Digo esto, hermanos: que el momento es apremiante.
Queda como solución que los que tienen mujer vivan co-
mo si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran;
los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que
compran, como si no poseyeran; los que negocian en el
mundo, como si no disfrutaran de él: porque la represen-
tación de este mundo se termina.
Quiero que os ahorréis preocupaciones: el soltero se
preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al
Señor; en cambio, el casado se preocupa de los asuntos
del mundo, buscando contentar a su mujer, y anda divi-
dido. Lo mismo, la mujer sin marido y la soltera se preo-
cupan de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos en
cuerpo y alma; en cambio, la casada se preocupa de los
asuntos del mundo, buscando contentar a su marido. Os
digo todo esto para vuestro bien, no para poneros una
trampa, sino para induciros a una cosa noble y al trato
con el Señor sin preocupaciones.
Si, a pesar de todo, alguien cree faltar a la convenien-
cia respecto de su doncella, por estar en la flor de su edad,
y conviene proceder así, haga lo que quiera, no peca; cá-
sense. Mas el que permanece firme en su corazón, y sin
presión alguna y en pleno uso de su libertad está resuelto
en su interior a guardar a su doncella, hará bien. Así pues,
el que casa a su doncella obra bien. Y el que no la casa
obra mejor.
La mujer está ligada a su marido mientras él viva; mas,
una vez muerto el marido, queda libre para casarse con
quien quiera, pero en el Señor. Sin embargo, será más fe-
liz si permanece así según mi consejo; que yo también creo
tener el Espíritu de Dios.

38.2 Page 372

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372 - comunes
RESPONSORIO
}l. Prendado está el Rey de tu belleza, obra de sus
manos; él es tu Dios y tu Rey. Tu Rey es al mismo tiem-
po tu Esposo. (T.P. Aleluya.)
y. Has tomado por esposo al Rey y Dios; él te ha
dotado, él te ha engalanado, te ha redimido, te ha santifi-
cado. •· Tu Rey es.. .
SEGUNDA LECTURA
Del decreto Perfectae caritatis, sobre la adecuada renova-
ción de la vida religiosa, del Concilio Vaticano segundo
(Núms. l. 5. 6. 12)
La Tglesia sigue a su único esposo, Cristo
Ya desde el comienzo de la Iglesia, hubo hombres y
mujeres que, por la práctica de los consejos evangélicos,
se propusieron seguir a Cristo con más libertad e imitarlo
más íntimamente, y, cada uno a su manera, llevaron una
vida consagrada a Dios. Muchos de ellos, por inspiración
del Espíritu Santo, o vivieron en la soledad o fundaron
familias religiosas, que fueron admitidas y aprobadas de
buen grado por la autoridad de la Iglesia. Como conse-
cuencia, por disposición divina, surgió un gran número
de familias religiosas, que han contribuido mucho a que
la Iglesia no sólo esté equipada para toda obra buena y
dispuesta para el perfeccionamiento de los santos, en fun-
ción de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de
Cristo, sino para que también, adornada con los diversos
dones de sus hijos, aparezca como una novia que se ador-
na para su esposo y por ella se manifieste la multiforme
sabiduría de Dios.
Todos aquellos que, en medio de tanta diversidad de
dones, son llamados por Dios a la práctica de los conse-
jos evangélicos, y la profesan fielmente, se consagran de
una forma especial a Dios, siguiendo a Cristo, quien, vir-
gen y pobre, por medio de su obediencia hasta la muerte

38.3 Page 373

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vírgenes - 373
de cruz, redimió y santificó a los hombres. De esta for-
ma, movidos por la caridad que el Espíritu Santo difunde
en sus corazones, viven más y más para Cristo y para su
cuerpo que es la Iglesia. Por lo tanto, cuanto más íntima-
mente se unen a Cristo por su entrega total, que abarca
toda su vida, más fecunda se hace la vida de la Iglesia y
más vivificante su apostolado.
Recuerden ante todo los miembros de cualquier insti-
tuto que, por la profesión de los consejos evangélicos, res-
pondieron a un llamamiento divino, de forma que no sólo
muertos al pecado, sino renunciando también al mundo,
vivan únicamente para Dios. Pues han entregado toda su
vida a su servicio, lo que constituye ciertamente una con-
sagración peculiar, que se funda íntimamente en la con-
sagración bautismal y la expresa en toda su plenitud.
Los que profesan los consejos evangélicos, ante todo
busquen y amen a Dios, que nos amó primero, y en todas
las circunstancias intenten fomentar la vida escondida con
Cristo en Dios, de donde mana y crece el amor del próji-
mo para la salvación del mundo y edificación de la Igle-
sia. Esta caridad vivifica y guía también la misma práctica
de los consejos evangélicos.
La castidad que los religiosos profesan por el reino de
los cielos debe ser estimada como un don eximio de la gra-
cia, pues libera el corazón del hombre de un modo pecu-
liar para que se encienda más en el amor de Dios y en el
de los hombres, y, por ello, es signo especial de los bienes
celestes y medio aptísimo para que los religiosos se dedi-
quen con fervor al servicio de Dios y a las obras de apos-
tolado. De esta forma evocan ante todos los fieles cristia-
nos el admirable desposorio establecido por Dios, que se
manifestará plenamente en el siglo futuro, por el que la
Iglesia tiene como único esposo a Cristo.
RESPONSORIO
}l. ¡Qué hermosa eres, virgen de Cristo! * Tú que has
merecido recibir la corona del Señor, la corona de la vir-
ginidad perpetua. (T.P. Aleluya. )

38.4 Page 374

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374 - comunes
y. Nadie podrá quitarte la palma de la virginidad,
ni separarte del amor de Cristo. * que has merecido.. .
En las solemnidades y fiestas, se dice el himno Te Deum: pág. 15.
La oración, como en Laudes.
Laudes
HIMNO
Nos apremia el amor, vírgenes santas;
vosotras, que seguisteis su camino,
guiadnos por las sendas de las almas
que hicieron de su amar amor divino.
Esperasteis en vela a vuestro Esposo
en la noche fugaz de vuestra vida;
cuando llamó a la puerta, vuestro gozo
fue contemplar su gloria sin medida.
Pues gozáis ya las nupcias que el Cordero
con la Iglesia de Dios ha celebrado,
no dejéis que se apague nuestro fuego
en la pereza y el sueño del pecado.
Demos gracias a Dios y, humildemente,
pidamos al Señor que su llamada
nos encuentre en vigilia permanente,
despiertos en la fe y en veste blanca. Amén.
Ant. 1. Libremente confieso a Cristo; de Cristo está
sedienta mi alma; deseo estar por siempre con Cristo. (T.P.
Aleluya. )
Los salmos y el cántico, del domingo de la semana 1: pág. 27.
Ant. 2. Vírgenes del Señor, bendecid al Señor; el que
sembró en vosotras el deseo de la virginidad ha coronado
ya su obra. (T.P. Aleluya. )
Ant. 3. Que los santos se alegren en la gloria, pues
han conseguido una brillante victoria sobre la carne y la
sangre. (T.P. Aleluya. )

38.5 Page 375

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vírgenes - 375
LECTURA BREVE
Ct8, 7
Las aguas torrenciales no podrán apagar el amor, ni
anegarlo los ríos. Si alguien quisiera comprar el amor con
todas las riquezas de su casa, se haría despreciable.
RESPONSORIO BREVE
}l. Oigo en mi corazón: * Buscad mi rostro. Oigo ...
y. Tu rostro buscaré, Señor. * Buscad mi rostro.
Gloria al Padre. Oigo...
Tiempo pascual:
}l. O igo en mi corazón: Buscad mi rostro. •· Alelu-
ya, aleluya. Oigo.. .
'f. Tu rostro buscaré, Señor. * Aleluya, aleluya. Glo-
ria al Padre. Oigo...
Bened1ctus, ant. Ésta es la virgen prudente que, unida
a Cristo, resplandece como el sol en el reino celestial. (T.P.
Aleluya. )
PRECES
Glorifiquemos a Cristo, esposo y corona de las vírgenes,
y supliquémosle, diciendo:
Jesús, corona de las vírgenes, escúchanos.
Oh Cristo, a quien las vírgenes amaron como a su único
esposo,
- concédenos que nada nos aparte de tu amor.
Tú que coronaste a María como reina de las vírgenes,
- concédenos, por su intercesión, servirte siempre con
pureza de corazón.
Por intercesión de las santas vírgenes, que te sirvieron siem-
pre con fidelidad, para alcanzar la santidad de cuerpo
y alma,
ayúdanos, Señor, a que los bienes de este mundo que
pasa no nos separen de tu amor eterno.

38.6 Page 376

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376 - comunes
Señor Jesús, esposo que has de venir y a quien las vírge-
nes prudentes esperaban,
- concédenos vivir en vela, esperando tu retorno glo-
rioso.
Por intercesión de santa N. [la beata N.] , que fue virgen
sensata y una de las prudentes,
- concédenos, Señor, la verdadera sabiduría y la pureza
de costumbres.
Padre nuestro.
Oración
Se dice la oración propia o, en su defecto, la siguiente:
Señor, que te complaces en habitar en los limpios
de corazón, concédenos, por intercesión de santa N. [la
beata N. ], virgen, vivir, por tu gracia, de tal manera que
merezcamos tenerte siempre con nosotros. Por nuestro
Señor Jesucristo.. .
Hora intermedia
Tercia
Ant. Para mí lo bueno es estar junto a Dios y hacer
del Señor mi refugio. (T.P. Aleluya. )
LECTURA BREVE
Sb 8, 21
Me di cuenta de que sólo ganaría la continencia si Dios
me la otorgaba, y saber el origen de esta dádiva suponía
ya un buen sentido.
y. Ésta es la virgen sensata. (T.P. Aleluya. )
a. Que el Señor encontró velando. (T.P. Aleluya.)
Sexta
Ant. Sosténme, Señor, con tu promesa y viviré; que
no quede frustrada mi esperanza. (T.P. Aleluya.)

38.7 Page 377

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vírgenes - 377
LECTURA BREVE
lCo 7, 25
Respecto al celibato no tengo órdenes del Señor, sino
que doy mi parecer como hombre de fiar que soy, por la
misericordia del Señor.
y. Ésta es la virgen sensata. (T.P. Aleluya. )
}l. Una del número de las prudentes. (T.P. Aleluya. )
Nona
Ant. Qué hermosa y resplandeciente es la generación
casta. (T.P. Aleluya. )
LECTURA BREVE
Ap 19, 6b-7
Reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo, alegré-
monos y gocemos y démosle gracias. Llegó la boda del
Cordero, su esposa se ha embellecido.
y. Encontré al amor de mi alma. (T.P. Aleluya. )
}l. Lo abracé, y ya no lo soltaré. (T.P. Aleluya. )
La oración, como en Laudes.
II Vísperas
HIMNO
Dichosa tú, que, entre todas,
fuiste por Dios sorprendida
con tu lámpara encendida
para el banquete de bodas.
Con el abrazo inocente
de un hondo pacto amoroso,
vienes a unirte al Esposo
por virgen y por prudente.
Enséñanos a vivir;
ayúdenos tu oración;
danos en la tentación
la gracia de resistir.

38.8 Page 378

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378 - comunes
Honor a la Trinidad
por esta limpia victoria.
Y gloria por esta gloria
que alegra la cristiandad. Amén.
SALMODIA
Ant. l. Quiero ser solamente tuya, oh Cristo esposo;
a ti vengo con mi lámpara encendida. (T .P . Aleluya. )
Salmo 121
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando n uestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según Ja costumbre de Israel,
a celebrar el nombre de] Señor;
en eUa están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.
Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.»
Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.
Ant. Quiero ser solamente tuya, oh Cristo esposo; a
ti vengo con mi lámpara encendida. (T. P. Aleluya. )
Ant. 2. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos
verán a Dios. (T .P. Aleluya. )

38.9 Page 379

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vírgenes - 379
Salmo 126
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
que comáis el pan de vuestro sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos;
su salario, el fruto del vientre:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuanto litigue
con su adversario en la plaza.
Ant. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos ve-
rán a Dios. (T.P. Aleluya. )
Ant. 3. Mi alma se siente firme , está cimentada en Cris-
to, el Señor. (T .P. Aleluya. )
Cántico
Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,

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380 - comunes
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo, redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre.
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.
Ant. Mi alma se siente firme, está cimentada en Cris-
to, el Señor. (T.P. Aleluya. )
LECTURA BREVE
lCo 7, 32. 34
El soltero se preocupa de los asuntos del Señor, bus-
cando contentar al Señor; la mujer sin marido y la soltera
se preocupan de los asuntos del Señor, consagrándose a
ellos en cuerpo y alma.
RESPONSORIO BREVE
}l. Llevan ante el rey al séquito de vírgenes; •· Las
traen entre alegría. Llevan...
'f. Van entrando en el palacio real. * Las traen en-
tre alegría. Gloria al Padre. Llevan...
Tiempo pascual:
:El. Llevan ante el rey al séquito de vírgenes; las traen
entre alegría. ,,. Aleluya, aleluya . Llevan...
'f . Van entrando en el palacio real. * Aleluya, alelu-
ya. Gloria al Padre. Llevan ...

39 Pages 381-390

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39.1 Page 381

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vírgenes - 381
Magníficat, ant. Ven, esposa de Cristo, recibe la co-
rona eterna que el Señor te tiene preparada. (T.P. Aleluya. )
PRECES
Alabemos con gozo a Cristo, que elogió a los que perma-
necen vírgenes a causa del reino de los cielos, y supli-
quémosle, diciendo:
Jesús, rey de las vírgenes, escúchanos.
Oh Cristo, que como esposo amante cqlocaste junto a ti
a la Iglesia, sin mancha ni arruga,
- haz que esta Iglesia sea siempre santa e inmaculada.
Oh Cristo, a cuyo encuentro salieron las vírgenes santas
con sus lámparas encendidas,
- no permitas que falte nunca el óleo de la fidelidad en
las lámparas de las vírgenes que se han consagrado a ti.
Señor Jesucristo, a quien la Iglesia virgen ha guardado
siempre fidelidad intacta y pura,
- concede a todos los cristianos la integridad y la pure-
za de la fe.
Tú que concedes hoy a tu pueblo alegrarse por la festivi-
dad de santa N. [la beata N.] , virgen,
- concédele también gozar siempre de su valiosa inter-
cesión.
Tú que recibiste en el banquete de tus bodas a las vírge-
nes santas,
- admite benigno a los difuntos en el convite festivo de
tu reino.
Padre nuestro.
La oración, como en Laudes.

39.2 Page 382

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DEL COMÚN DE SANTOS VARONES
I Vísperas
H1MNO, como en las ll Vísperas: pág. 395.
SALMODIA
Ant. l. Alabad a nuestro Dios, todos sus santos. (T.P.
Aleluya. )
Salmo 112
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaj a para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Ant. Alabad a nuestro Dios, todos sus santos. (T.P.
Aleluya. )
Ant. 2. Dichosos los que tienen hambre y sed de la
justicia, porque ellos quedarán saciados. (T.P. Aleluya. )

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santos varones - 383
Salmo 145
Alaba, alma mfa al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.
No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;
que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos,
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.
Ant. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justi-
cia, porque ellos quedarán saciados. (T.P. Aleluya. )
Ant. 3. Bendito sea Dios, que nos ha elegido para ser
santos e inmaculados en el amor. (T.P. Aleluya. )
Cántico
Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

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384 - comunes
Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.
Ant. Bendito sea Dios, que nos ha elegido para ser san-
tos e inmaculados en el amor. (T.P. Aleluya. )
LECTURA BREVE
FJp 3, 7-8
Todo lo que para mí era ganancia lo consideré pérdi-
da comparado con Cristo; más aún, todo lo estimo pérdi-
da comparado con la excelencia del conocimiento de
Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo, y todo lo es-
timo basura con tal de ganar a Cristo.
RESPONSORIO BREVE
:ft. El Señor lo amó * Y lo enalteció. El Señor...
'f. Lo revistió con vestidura de gloria. * Y lo enalte-
ció. Gloria al Padre. El Señor...

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santos varones - 385
Tiempo pa~cual:
]l. El Señor lo am6 y lo enalteci6. * Aleluya, alelu-
ya. El Señor. ..
}Y. Lo revisti6 con vestidura de gloria. •· Aleluya, ale-
luya. Gloria al Padre. El Señor...
Magníficat, ant. Lo asemejaré a un hombre prudente
que edific6 su casa sobre roca. (T.P. Aleluya. )
PRECCS: como en las II Vísperas.
La oración, como en Laudes.
Invitatorio
Ant. Venid, adoremos al Señor; aclamemos al Dios ad-
mirable en sus santos. (T.P. Aleluya. )
O bien:
Aclamemos al Señor en esta celebraci6n de san N. [del
beato N.] . (T.P. Aleluya. )
El salmo invttatono, como en el Ordinario: pág. 13.
Oficio de lectura
HIMNO
Desde que mi voluntad
está a la vuestra rendida,
conozco yo la medida
de la mejor libertad .
Venid, Señor, y tomad
las riendas de mi albedrío;
de vuestra mano me fío
y a vuestra mano me entrego,
que es poco lo que me niego
si yo soy vuestro y vos mío.
A fuerza de amor humano
me abraso en amor divino.

39.6 Page 386

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386 - comunes
La santidad es camino
que va de mí hacia mi hermano.
Me di sin tender la mano
para cobrar el favor;
me di en salud y en dolor
a todos, y de tal suerte
que me ha encontrado la muerte
sin nada más que el amor. Amén.
SALMODIA
Ant. l. Te pidió vida, y se la has concedido, Señor;
lo has vestido de honor y majestad. (T.P. Aleluya. )
Salmo 20, 2-8. 14
Señor, el rey se alegra por tu fuerza,
¡y cuánto goza con tu victoria!
Le has concedido el deseo de su corazón,
no le has negado lo que pedían sus labios.
Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,
y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
Te pidió vida, y se las has concedido,
años que se prolongan sin término.
Tu victoria ha engrandecido su fama,
lo has vestido de honor y majestad.
Le concedes bendiciones incesantes,
lo colmas de gozo en tu presencia;
porque el rey confía en el Señor,
y con la gracia del Altísimo no fracasará.
Levántate, Señor, con tu fuerza,
y al son de instrumentos cantaremos tu poder.
Ant. Te pidió vida, y se la has concedido, Señor; lo
has vestido de honor y majestad. (T.P. Aleluya. )
Ant. 2. La senda del justo brilla como la aurora, se
va esclareciendo hasta que es de día. (T.P. Aleluya. )

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Salmo 91
santos varones - 387
Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes,
sobre arpegios de cítaras.
Tus acciones, Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende
ni el necio se da cuenta.
Aunque germinen como hierba los malvados
y florezcan los malhechores,
serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor,
eres excelso por los siglos.
Ant. La senda del justo brilla como la aurora, se va
esclareciendo hasta que es de día. (T.P. Aleluya.)
Ant. 3. El justo crecerá como una palmera, se alzará
como un cedro del Líbano. (T.P. Aleluya. )
II
Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo
y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos despreciarán a mis enemigos,
mis oídos escucharán su derrota.
El justo crecerá como una palmera,
se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios;

39.8 Page 388

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388 - comunes
en la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad.
Ant. El justo crecerá como una palmera, se alzará co-
mo un cedro del Líbano. (T.P. Aleluya. )
y. El Señor condujo al justo por sendas llanas. (T.P.
Aleluya. )
:a. Le mostró el reino de Dios. CI .P. Aleluya.)
PRIMERA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo
a los Romanos
12, 1-21
La vida cristiana es un culto espiritual
Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios a
presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agra-
dable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os ajus-
téis a este mundo, sino transformaos por la renovación
de la mente, para que sepáis discernir lo que es voluntad
de Dios, lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto. Por la
gracia de Dios que me ha sido dada, os digo a todos y
a cada uno de vosotros: No os estiméis en más de lo que
conviene, sino estimaos moderadamente, según la medi-
da de la fe que Dios otorgó a cada uno.
Pues, así como nuestro cuerpo, en su unidad, posee
muchos miembros y no desempeñan todos los miembros
la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un
solo cuerpo en Cristo, pero cada miembro está al servicio
de los otros miembros. Los dones que poseemos son dife-
rentes, según la gracia que se nos ha dado, y se han de
ejercer así: si es la profecía, teniendo en cuenta a los cre-
yentes; si es el servicio, dedicándose a servir; el que en-
seña, aplicándose a enseñar; el que exhorta, a exhortar;
el que se encarga de la distribución, hágalo con generosi-
dad; el que preside, con empeño; el que reparte la limos-
na, con agrado.

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santos varones - 389
Que vuestra caridad no sea una farsa; aborreced loma-
lo y apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed ca-
riñosos unos con otros, estimando a los demás más que
a uno mismo. En la actividad, no seáis descuidados; en
el espíritu, manteneos ardientes. Servid constantemente al
Señor. Que la esperanza os tenga alegres: estad firmes en
la tribulación, sed asiduos en la oración. Contribuid en
las necesidades de los santos; practicad la hospitalidad.
Bendecid a los que os persiguen; bendecid, sí, no mal-
digáis. Con los que ríen, estad alegres; con los que lloran,
llorad. Tened igualdad de trato unos con otros: no ten-
gáis grandes pretensiones, sino poneos al nivel de la gente
humilde. No mostréis suficiencia. No devolváis a nadie
mal por mal. Procurad la buena reputación entre la gen-
te; en cuanto sea posible y por lo que a vosotros toca, es-
tad en paz con todo el mundo.
Amigos, no os toméis la venganza, dejad lugar alcas-
tigo, porque dice el Señor en la Escritura: «Mía es la ven-
ganza, yo daré lo merecido. » En vez de eso, si tu enemigo
tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber:
así le sacarás los .:olores a la cara. No te dejes vencer por
el mal, vence al mal a fuerza de bien.
RESPONSORIO
Rm 12, 2; Ef 4, 23-24
]l. Transformaos por la renovación de la mente, •·
Para que sepáis discernir lo que es voluntad de Dios, lo
bueno, lo que le agrada, lo perfecto. (T.P. Aleluya.)
Y. Renovaos en la mente y en el espíritu y vestíos de
la nueva condición humana. * Para que sepáis discernir...
SEGUNDA LECTURA
De las homilías de san Gregario Magno, papa, sobre los
evangelios
(libro 2, homilía 36, 11-13: PL 76 , 1272-1274)
En el mundo, pero no del mundo
Quiero exhortaros a que dejéis todas las cosas, pero
quiero hacerlo sin excederme. Si no podéis abandonar to-

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390 - comunes
das las cosas del mundo, al menos poseedlas de tal forma
que por medio de ellas no seáis retenidos en el mundo.
Vosotros debéis poseer las cosas terrenas, no ser su pose-
sión; bajo el control de vuestra mente deben estar las co-
sas que tenéis, no suceda que vuestro espíritu se deje vencer
por el amor de las cosas terrenas y, por ello, sea su esclavo.
Las cosas terrenas sean para usarlas, las eternas para
desearlas; mientras peregrinamos por este mundo, utili-
cemos las cosas terrenas, pero deseemos llegar a la pose-
sión de las eternas. Miremos de soslayo todo lo que se hace
en el mundo; pero que los ojos de nuestro espíritu miren
de frente hacia lo que posereemos cuando lleguemos.
ExtÍipemos completamente nuestros vicios, no sólo de
nuestras acciones, sino también de nuestros pensamien-
tos. Que la volu ptuosidad de la carne, la vana curiosidad
y el fuego de la ambición no nos separen del convite eter-
no; al contrario, hagamos las cosas honestas de este mun-
do como de pasada, de tal forma que las cosas terrestres
que nos causan placer sirvan a nuestro cuerpo, pero sin
ser obstáculo para nuestro espíritu.
No nos atrevemos, queridos hermanos, a deciros que
dejéis todas las cosas. Sin embargo, si queréis, aun rete-
niendo las cosas temporales, podéis dejarlas, si las admi-
nistráis de tal forma que vuestro espíritu tienda hacia las
cosas celestiales. Porque usa del mundo, pero como si no
usase de él, quien toma todas las cosas necesarias para el
servicio de su vida, y, al mismo tiempo, no permite que
ellas dominen su mente, de modo que las cosas presten
su servicio desde fuera y no interrumpan la atención del
espíritu, que tiende hacia las cosas eternas. Para los que
así obran, las cosas terrenas no son objeto de deseo, sino
instrumento de utilidad. Que no haya, por lo tanto, nada
que retarde el deseo de vuestro espíritu, que no os veáis
enredados en el deleite que procuran las cosas terrenas.
Si se ama el bien, que la mente se deleite en los bienes
superiores, es decir, en los bienes celestiales. Si se teme
el mal, que se piense en los males eternos, y así, recor-
dando dónde está el bien más deseable y el mal más temi-

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40.1 Page 391

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santos varones - 391
ble, no dejaremos que nuestro corazón se apegue a lasco-
sas de aquí abajo.
Para lograr esto, contamos con la ayuda del que es me-
diador entre Dios y los hombres; por su mediación, ob-
tendremos rápidamente todo, si estamos inflamados de
amor hacia él, que vive y reina con el Padre y el Espíritu
. Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
RESPONSORIO
1Co 7, 29. 30. 31; 2, 12
:a. El momento es apremiante. Queda como solución
que los que están alegres vivan corno si no lo estuvieran;
los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de
él: •· Porque la representación de este mundo termina.
(T.P. Aleluya. )
}t. Y nosotros hemos recibido un Espíritu que no es
del mundo. Porque...
En las solemnidades y fiestas, se dice el himno Te Deum: pág. 15.
La oración, como en Laudes.
Laudes
HIMNO
Cantemos nuestra fe y, al confesarla,
unidas nuestras voces de creyentes,
pidamos al Señor que , al proclamarla,
inunde con su luz a nuestras mentes.
El gozo de creer sea alegría
de servir al Señor, y su Palabra,
simiente en crecimiento día a día,
que al don de su verdad el mundo abra.
Clara es la fe y oscuro su camino
de gracia y libertad en puro encuentro;
si crees que Jesús es Dios que vino,
no está lejos de ti, sino muy dentro.

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392 - comunes
Demos gracias a Dios, que es nuestra roca,
sigamos a Jesús con entereza,
si nuestra fe vacila, si ella es poca,
su Espíritu de amor nos dará fuerza. Amén.
Ant. 1. El Señor les concedió una gloria eterna, y su
nombre no será nunca olvidado. (T.P. Aleluya. )
Los salmos y el cántico, del domingo de la semana T: pág. 27.
Ant. 2. Siervos del Señor, bendecid al Señor eterna-
mente. (T.P. Aleluya. )
Ant. 3. Que los santos festejen su gloria y canten jubi-
losos en filas. (T.P. Aleluya. )
LECTURA BREVE
Rm 12, 1-2
Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios,
a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agra-
dable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os ajus-
téis a este mundo, sino transformaos por la renovación
de la mente, para que sepáis discernir lo que es voluntad
de Dios, lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.
RESPONSORIO BREVE
a. Lleva en el corazón * La ley de su Dios. Lleva...
'f. Y sus pasos no vacilan. •· La ley de su Dios. Glo-
ria al Padre. Lleva...
Tiempo pascual:
:&,. Lleva en el corazón la ley de su Dios. •· Aleluya,
aleluya. Lleva...
'f. Y sus pasos no vacilan. •· Aleluya, aleluya. Glo-
ria al Padre. Lleva ...
Benedictus, ant. El que obra la verdad va a la luz para
que quede de manifiesto que sus obras están hechas se-
gún Dios. (T.P. Aleluya. )

40.3 Page 393

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santos varones - 393
PRECES
Adoremos, hermanos, a Cristo, el Dios santo, y, pidién-
dole que nos enseñe a servirle con santidad y justicia
en su presencia todos nuestros días, aclamémoslo,
diciendo:
Sólo eres santo, Señor.
Señor Jesús, probado en todo exactamente como nosotros,
menos en el pecado,
- compadécete de nuestras debilidades.
Señor Jesús, que a todos nos llamas a la perfección del
amor,
- danos el progresar por caminos de santidad.
Señor Jesús, que quieres que seamos la sal de la tierra y
la luz del mundo,
- ilumina nuestras vidas con tu propia luz.
Señor Jesús , que viniste al mundo para servir, y no para
que te sirvieran,
- haz que sepamos servirte a ti y a nuestros hermanos
con humildad.
Señor Jesús, reflejo de la gloria del Padre e impronta de
su ser,
- haz que en la gloria contemplemos tu rostro.
Padre nuestro.
Oración
Se dice la oración propia o, en su defecto, la siguiente, para
un religioso:
Señor, que otorgaste a san N. [al beato N.] la gra-
cia de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde, con-
cédenos también a nosotros, por intercesión de este santo
[beato], la gracia de vivir fielmente nuestra vocación, pa-
ra que así tendamos a la perfección que tú nos has pro-
puesto en la persona de tu Hijo. Que vive y reina contigo.. .

40.4 Page 394

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394 - comunes
Hora intermedia
Tercia
Ant. Quien guarda la palabra de Cristo, ha llegado
ciertamente a la plenitud del amor. (T.P. Aleluya. )
LECTURA BREVE
Ga 6, 7b-8
Lo que uno siembre, eso cosechará. El que siembra
para la carne, de ella cosechará corrupción; el que siem-
bra para el espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.
y. El Señor enseña su camino a los humildes. (T.P.
Aleluya. )
}l. Hace caminar a los humildes con rectitud. (T.P.
Aleluya. )
Sexta
Ant. El que cumple la voluntad de mi Padre que está
en el cielo, ése entrará en el reino de los cielos. (T.P.
Aleluya. )
LECTURA BREVE
lCo 9, 26-27a
Yo corro, pero no al azar; boxeo, pero no contra el
aire; mis golpes van a mi cuerpo y lo tengo a mi servicio.
f. Dichoso el hombre a quien tú educas, Señor. (T.P.
Aleluya. )
}l. Al que enseñas tu ley. (T.P. Aleluya. )
Nona
Ant. Nadie vio, Señor, fuera de ti, lo que has prepa-
rado para los que te aman. (T.P. Aleluya.)

40.5 Page 395

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santos varones - 395
LECTURA BREVE
flp 4, 8. 9b
Hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, pu-
ro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, te-
nedlo en cuenta. Y el Dios de la paz estará con vosotros.
y. Que se alegren los que se acogen a ti. (T.P.
Aleluya. '
:a. Que se llenen de gozo los que aman tu nombre.
(T.P. Aleluya. )
La oración, como en Laudes.
II Vísperas
HrMNO
Dichosos los que oísteis la llamada
al pleno seguimiento del Maestro,
dichosos cuando puso su mirada
y os quiso para amigo y compañero.
Dichosos si abrazasteis la pobreza
para llenar de Dios vuestras alforjas,
para servirle a él con fortaleza,
con gozo y con amor a todas horas.
Dichosos mensajeros de verdades,
marchando por caminos de la tierra,
predicando bondad contra maldades,
pregonando la paz contra las guerras.
Dichosos, del perdón dispensadores,
dichosos, de los tristes el consuelo,
dichosos, de los hombres servidores,
dichosos, herederos de los cielos. Amén.
SALMODIA
Ant. l. Fue hallado intachable y perfecto; su gloria será
eterna. (T.P. Aleluya. )

40.6 Page 396

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396 - comunes
Salmo 14
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda
y habitar en tu monte santo?
El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua,
el que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor,
el que no retracta lo que juró
aun en daño propio,
el que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará.
Ant. Fue hallado intachable y perfecto; su gloria será
eterna. (T .P. Aleluya. )
Ant. 2. El Señor protege a sus santos y les muestra su
amor y su misericordia . (T.P. Aleluya. )
Salmo 111
Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra
la descendencia del justo será bendita.
En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo.

40.7 Page 397

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santos varones - 397
No temerá las malas noticias,
su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos.
Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad.
El malvado, al verlo, se irritará,
rechinará los dientes hasta consumirse.
La ambición del malvado fracasará.
Ant. El Señor protege a sus sancos y les muestra su
amor y su misericordia. (T.P. Aleluya.)
Ant. 3. Los santos cantaban un cántico nuevo ante el
trono de Dios y del Cordero, y sus voces llenaban toda
la tierra. (T.P. Aleluya. )
Cántico
Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Ant. Los santos cantaban un cántico nuevo ante el tro-
no de Dios y del Cordero, y sus voces llenaban toda la
tierra. (T.P. Aleluya. )
LECTURA BREVE
Rm 8, 28-30
Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve pa-
ra el bien: a los que ha llamado conforme a su designio.

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398 - comunes
A los que había escogido, Dios los predestinó a ser ima-
gen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de mu-
chos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que
llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.
RESPONSORIO BREVE
}l. El Señor es justo * Y ama la justicia. El Señor. ..
}V. Los buenos verán su rostro. * Y ama a justicia.
Gloria al Padre. El Señor. ..
Tiempo pascual:
}l. El Señor es justo y ama la justicia. * Aleluya, ale-
luya. El Señor...
y. Los buenos verán su rostro. * Aleluya, aleluya.
Gloria al Padre. El Señor. ..
Magníficat, ant. Siervo bueno y fiel, pasa al banquete
de tu Señor. (T.P. Aleluya. )
PRECES
Pidamos a Dios Padre, fuente de toda santidad, que, con
la intercesión y el ejemplo de los santos, nos impulse
a una vida santa, y digamos:
Seamos santos, porque tú, Señor, eres santo.
Padre santo, que has querido que nos llamemos y seamos
hijos tuyos,
- haz que la Iglesia santa, extendida por los confines de
la tierra, cante tus grandezas.
Padre santo, que deseas que vivamos de una manera
digna, buscando siempre tu beneplácito,
- ayúdanos a dar fruto de buenas obras.
Padre santo, que nos reconciliaste contigo por medio de
Cristo,
- guárdanos en tu nombre, para que todos seamos uno.

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santos varones - 399
Padre santo, que nos convocas al banquete de tu reino,
- haz que, comiendo el pan que ha bajado del cielo,
alcancemos la perfección del amor.
Padre santo, perdona a los pecadores sus delitos,
- y admite a los difuntos en tu reino, para que puedan
contemplar tu rostro.
Padre nuestro.
La orac1ón, como en Laude~.

40.10 Page 400

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DEL COMÚN DE SANTAS MUJERES
Invitatorio
Ant. Venid, adoremos al Señor; aclamemos aJ Dios ad-
mirable en sus santos. (T.P. Aleluya. )
O bien:
Adamemos al Señor en esta celebración de santa N.
[de la beata N.]. (T.P. Aleluya. )
El salmo invitatorio, como en el Ordinario: pág. 13.
Oficio de lectura
HIMNO
La mujer fuerte
puso en Dios su esperanza:
Dios la sostiene.
Hizo del templo su casa;
mantuvo ardiendo su lámpara.
E n la mesa de Jos hijos,
hizo a los pobres un sitio.
Guardó memoria a sus muertos;
gastó en los vivos su tiempo.
Sirvió, consoló, dio fuerzas;
guardó para sí sus penas.
Vistió el dolor de plegaria;
la soledad, de esperanza.
Y Dios la cubrió de gloria
como de un velo de bodas.

41 Pages 401-410

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41.1 Page 401

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santas mujeres - 401
La mujer fuerte
puso en Dios su esperanza:
Dios la sostiene. Amén.
Ant 1. Abre la boca con sabiduría, y su lengua enseña
con bondad. (T.P. Aleluya. )
Los ~almo\\, como en el Común de vírgenes: pág. 368.
Ant. 2. Las santas mujeres vivieron esperando en Dios,
y cantaban en su corazón al Señor. (T.P. Aleluya. )
Ant. 3. Las llevan ante el Señor entre alegría y algaza-
ra. (T.P. Aleluya. )
'f. Que llegue a tu presencia el meditar de mi cora-
zón. (T.P. Aleluya. )
:&.. Señor, roca mía, redentor mío. (T.P. Aleluya. )
PRIMERA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo
a los Corintios
12, 31 - 13,13
Excelencia del amor
Hermanos: Ambicionad los carismas mejores. Y aún
os voy a mostrar un camino excepcional. Ya podría yo
hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no
tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos
platillos que aturden. Ya podría tener el don de profecía
y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener
fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy
nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun
dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve.
El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no pre-
sume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irri-
ta; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia,
sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin
límites, espera sin límites, aguanta sin límites.

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402 - comunes
El amor no pasa nunca. ¿El don de profecía? , se aca-
bará. ¿El don de lenguas?, enmudecerá. ¿El saber?, se aca-
bará. Porque limitado es nuestro saber y limitada es nues-
tra profecía; pero, cuando venga lo perfecto , lo limitado
se acabará.
Cuando yo era niño hablaba como un niño, senda co-
mo un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un
hombre acabé con las cosas de niño.
Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces ve-
remos cara a cara. Mi conocer es por ahora limitado; en-
tonces podré conocer como Dios me conoce. En una pa-
labra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La
más grande es el amor.
RESPONSORIO
lJn 4, 16. 7
}l. H emos creído en el amor que Dios nos tiene. •·
Quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios
en él. (T.P. Aleluya. )
y. Amémonos unos a otros, ya que el amor es de
Dios. •· Quien permanece...
SEGUNDA LEC'I URA
De las homilías de san Juan Crisóstomo, obispo,
sobre el evangelio de san Mateo
(IlomiHa 59: PG 58, 580. 584)
Tenemos que preocuparnos del bien de los niños
Cuando el Señor dice: Sus ángeles están viendo siem-
pre en el cielo el rostro de mi Padre celestial, y: Yo para
esto he venido, y: Ésta es la voluntad de mi Padre, quiere
estimular, con estas afirmaciones, la diligencia de los res-
ponsables de la educación de los niños.
¿Te fija s cómo los protege, amenazando con insopor-
ta bles castigos a quienes los escandalicen, y prometiendo
premios admirables a los que les sirvan y se preocupen de
ellos, confirmando esto con su propio ejemplo y el de su

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santas mujeres - 403
Padre? Imitémosle, pues, poniéndonos al servicio de nues-
tros hermanos si n rehusar ningún esfuerzo, por laborioso
o humilde que nos parezca, sin negarnos siquiera a ser-
virles si es necesario, por pequeños y pobres que sean; y
ello aunque nos cueste mucho, aunque tengamos que atra-
vesar montes y precipicios; todo hay que soponarlo por
la salvación de nuestros hermanos. Pues Dios tiene tanto
interés por las almas que ni siquiera perdon6 a su propio
Hijo. Por eso os ruego que, así que salgamos de casa a
primera hora de la mañana, nuestro único objetivo y nues-
tra preocupación primordial sea la de ayudar al que está
en peligro.
Nada hay, en efecto, de tanto valor como el alma:
Pues, ¿de le sirve al hombre ganar el mundo entero si arrui-
na su alma? Ahora bien, el amor de las riquezas pervierte
y arruina todos los valores, destruye el temor de Dios y
toma posesión del alma corno un tirano que ocupa una
plaza fuene. Descuidamos, pues, nuestra salvación y la
de nuestros hijos cuando nos preocupamos solamente de
aumentar nuestras riquezas, para dejarlas luego a nues-
tros hijos, y éstos a los suyos, y así sucesivamente, con-
virtiéndonos de esta manera más en transmisores de
nuestros bienes que en sus poseedores. ¡Qué gran nece-
. dad es ésta, que convierte a los hijos en algo menos im-
portante que los siervos! A los siervos, en efecto, los cas-
tigamos, aunque sea para nuestro provecho; en cambio,
los hijos se ven privados de esta corrección, y así los tene-
mos en menos estima que a los siervos.
¿Y qué digo de los siervos? Cuidamos menos de los
hijos que de los animales, ya que nos preocupamos más
de los asnos y de los caballos que de los hijos. Si alguien
posee un mulo, procura conseguirle un buen mozo de cua-
dra, que sea honrado, que no sea ladrón ni dado al vino,
que tenga experiencia de su oficio; pero, si se trata de bus-
car un maestro para nuestro hijo, aceptamos al primero
que se nos presenta, sin preocuparnos de examinarlo, y
no tenemos en cuenta que la educación es el más impor-
tante de los oficios.

41.4 Page 404

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404 - comunes
¿Qué oficio se puede comparar al de gobernar las al-
mas y formar la mente y el carácter de los jóvenes? El que
tiene cualidades para este oficio debe usar de una diligen-
cia mayor que cualquier pintor o escultor. Pero nosotros,
por el contrario, no nos preocupamos de este asunto y nos
contentamos con esperar que aprendan a hablar; y esto
lo desearnos para que así sean capaces de amontonar ri-
quezas. En efecto, si queremos que aprendan el lenguaje
no es para que hablen correctamente, sino para que pue-
dan enriquecerse, de tal forma que, si fuera posible enri-
quecerse sin tener que hablar, tampoco nos preocuparía-
mos de esto.
¿Veis cuán grande es la tiranía de las riquezas? ¿Os
fijáis cómo todo lo domina y cómo arrastra a los hom-
bres donde quiere, como si fuesen esclavos maniatados?
Pero ¿qué provecho obtengo yo de todas estas recrimina-
ciones? Con mis palabras, ataco la tiranía de las rique-
zas; sin embargo, en la práctica , es esta tiranía y no mis
palabras la que vence. A pesar de todo, no dejaré de cen-
surarla. Si con ello algo consigo, será una ganancia para
vosotros y para mí. Si vosotros perseveráis en vuestro amor
a las riquezas, yo, por mi parte, habré cumplido con mi
deber.
El Señor os conceda liberaros de esta enfermedad, y
así me conceda a poder gloriarme en vosotros. A él
la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
RESPONSORIO
Pr 23, 26; 1, 9; 5, 1
:&. . Hijo mío, hazme caso, acepta de buena gana mi
camino. •· Pues será hermosa diadema en tu cabeza. (T.P.
Aleluya.)
'f. Hijo mío, haz caso de mi sabiduría, presta oído
a mi inteligencia. ~- Pues será.. .
En las solemnidades y fiestas, se dice el himno Te Deum: pág. 15.
La oración como en Laudes.

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santas mujeres - 405
Laudes
HIMNO
Dichosas sois vosotras que guardasteis
con amor maternal en vuestro seno
la palabra del Hijo que engendrasteis
en la vida de fe y de amor pleno.
Dichosas sois vosotras que en la vida
hicisteis de la fe vuestra entereza,
vuestra gracia en la Gracia fue asumida,
maravilla de Dios y de belleza.
Dichosas sois vosotras que supisteis
ser hijas del amor que Dios os daba,
y así, en la fe, de muchos madres fuisteis,
fecunda plenitud que nunca acaba .
No dejéis de ser madres en la gloria
de los hombres que luchan con anhelo,
ante Dios vuestro amor haga memoria
de los hijos que esperan ir al cielo. Amén.
Ant. l. Mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostie-
ne. (T.P. Aleluya. )
Los salmos y el dntico, del domingo de la semana I: pág. 27.
Ant. 2. El Señor te ha dado su fuerza; por ello serás
bendita para siempre. (T.P. Aleluya. )
Ant. 3. Tu misericordia, Señor, es mi gozo y mi ale-
gría. (T.P. Aleluya. )
LECTURA BREVE
Rm 12, 1-2
Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios,
a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agra-
dable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os ajus-
téis a este mundo, sino transformaos por la renovación

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406 - comunes
de la mente, para que sepáis discernir lo que es voluntad
de Dios, lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.
RESPONSORIO BREVE
a . Dios la socorre * Al despuntar la aurora. Dios...
y . Teniendo a Dios en medio, no vacila. * Al des-
puntar la aurora. Gloria al Padre. Dios...
l 1empo pascual:
:a. Dios la socorre al despuntar la aurora. * Alelu-
ya, aleluya. Dios...
y . Teniendo a Dios en medio, no vacila . Aleluya,
aleluya. Gloria al Padre. Dios...
Bcncdictus, ant. El reino de los cielos se parece a un
comerciante en perlas finas, que, al encontrar una de gran
valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra. (T .P.
Aleluya. )
PRECES
Unidos, hermanos, a las mujeres santas, aclamemos a
nuestro Salvador, y supliquémosle, diciendo:
Ven, Señor Jesús.
Señor Jesús, que perdonaste a la mujer pecadora sus mu-
chos pecados, porque tenía mucho amor,
- perdónanos también a nosotros, pues hemos pecado
mucho.
Señor Jesús, a quien servían en el camino las piadosas
muieres,
- concédenos que sigamos tus pasos.
Señor Jesús, Maestro bueno, a quien María escuchaba y
Marta servía,
- concédenos servirte siempre con fe y amor.

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santas mujeres - 407
Señor Jesús, que Jlamaste hermano, hermana y madre a
todos los que cumplen tu voluntad,
haz que todos nosotros la cumplamos siempre de pa-
labra y de obra.
Padre nuestro.
Oración
Se dice la oración propia o, en su defecto, la siguiente:
Derrama, Señor, sobre nosotros el espíritu de tu sabi-
duría y amor con que llenaste a tu hija santa N. [la beata
N.], para que, a imitación suya, te obedezcamos siempre
con sencillez y te agrademos con nuestra fe y nuestras
obras. Por nuestro Señor Jesucristo...
Tercia
Hora intermedia
Ant. Sobre mis siervos y siervas derramaré mi espíri-
tu. (T.P. Aleluya. )
LECTURA BREVE
Ga 6, 7b-8
Lo que uno siembre, eso cosechará. El que siembra
para la carne, de ella cosechará corrupción; el que siem-
.bra para el espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.
V. Dichosos los que con vida intachable. ( 1 .P. Ale-
lu ya.
}l. Caminan en la voluntad del Señor. (T.P. Aleluya. )
Sexta
Ant. Mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo.
(T.P. Aleluya. )
LECTURA BREVE
!Co 9, 26-27a
Yo corro, pero no al azar; boxeo, pero no contra el
aire; mis golpes van a mi cuerpo y lo tengo a mi servicio.

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408 - comunes
y. Encontré al amor de mi alma. (T.P. Aleluya.)
I\\.. Lo abracé, y ya no lo soltaré. (T.P. Aleluya.)
Nona
Ant. Mi amado es para mí, y yo para él. (T.P. Ale-
luya.)
LECTURA BREVE
Flp 4, 8. 9b
Hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, pu-
ro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, te-
nedlo en cuenta. Y el Dios de la paz estará con vosotros.
'f. Para ti es mi música, Señor. (T.P. Aleluya.)
:&.. Voy a explicar el camino perfecto. (T.P. Aleluya.)
La oración, como en Laudes.
Vísperas
HIMNO
Finísimo fue el lino con que ella
fue tejiendo, a lo largo de su vida,
esa historia de amor que la hace bella
a los ojos de Dios y bendecida.
Supo trenzar con tino los amores
del cielo y de la tierra, y santamente
hizo altar del telar de sus labores,
oración desgranada lentamente.
Flor virgen, florecida en amor santo,
llenó el hogar de paz y joven vida;
su dulce fortaleza fue su encanto,
la fuerza de su amor la fe vivida.
Una escuela de fe fue su regazo,
todos fueron dichosos a su vera,
su muerte en el Señor fue un tierno abrazo,
su vida será eterna primavera. Amén.

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santas mujeres - 409
Ant. l. Tu sierva, Señor, se regocijó con tu salvación.
(T.P. Aleluya. )
Los salmos y el cántico, como en el Común de vírgenes: pág. 378.
Ant. 2. Como está sólido el fundamento sobre la ro-
ca, así estuvo la voluntad de Dios en el corazón de la mu-
jer santa. (T.P. Aleluya.)
Ant. 3. El Señor le ha dado su fuerza; por ello será
bendita eternamente. CI .P. Aleluya. )
LECTURA BREVE
Rm 8, 28-30
Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve pa-
ra el bien: a los que ha llamado conforme a su designio .
A los que había escogido, Dios los predestinó a ser ima-
gen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de mu-
chos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que
llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.
RESPONSORIO BREVE
a. Dios la eligió •· Y la predestinó. Dios...
y. La hizo morar en su templo santo. •· Y la predes-
tinó. Gloria al Padre. Dios.. .
Tiempo pascual:
a. Dios la eligió y la predestinó. •· Aleluya, aleluya.
Dios ...
y. La hizo morar en su templo santo. Aleluya, ale-
luya. Gloria al Padre. Dios...
Magníficat, ant. Mi corazón se regocija por el Señor;
mi corazón se ensancha, porque gozo con tu salvación.
(T.P. Aleluya. )

41.10 Page 410

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410 - comunes
PRECES
Supliquemos a Dios en bien de su Iglesia, por intercesión
de las santas mujeres, y digámosle:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.
Por intercesión de las mártires, que con la fuerza del espí-
ritu superaron la muerte del cuerpo,
- concede, Señor, a tu Iglesia ser fuerte en la tentación.
Por intercesión de las esposas, que por medio del santo
matrimonio crecieron en la gracia,
- concede, Señor, a tu Iglesia la fecundidad apostólica.
Por intercesión de las viudas, que por la hospitalidad y
la oración superaron su soledad y se santificaron,
- concede, Señor, a tu Iglesia que muestre al mundo el
misterio de tu caridad.
Por intercesión de las madres, que engendraron sus hijos
no sólo para la vida del mundo, sino también para el
reino de los cielos,
concede, Señor, a tu Iglesia que transmita la vida del
espíritu y la salvación a todo el género humano.
Por intercesión de todas las santas mujeres, que han sido
ya admitidas a contemplar la belleza de tu rostro,
- concede, Señor, a los difuntos de la Iglesia gozar tam-
bién eternamente de tu presencia.
Padre nuestro.
La oración, como en laudes.

42 Pages 411-420

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ÍNDICE GENERAL
El Rector Mayor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Estructura de este «propio» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
Dccrero de la Congregación del Culto . . . . . . . . . . . . . . . 7
Calendario propio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
Algunos elementos más frecuentes del Ordinario . . . . . . . 11
Salterio de la primera semana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Domingo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
Lunes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
Martes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
Miércoles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
Jueves . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
Viernes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
Sábado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
Oración para antes del descanso nocturno: Completas
129
Salmodia complementaria para tercia, sexta y nona . . . . . 149
Oficios propios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157
22 de enero: beata Laura Vicuña . . . . . . . . . . . . . . . . 159
24 de enero: san Francisco de Sales . . . . . . . . . . . . . . 168
31 de enero: san Juan Bosco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183
1 de febrero: Conmemoración
de todos los salesianos difuntos . . . . . . . . . . . . . . . 204
12 de marzo: beato Luis Orione . . . . . . . . . . . . . . . . . 231
6 de mayo: santo Domingo Savio . . . . . . . . . . . . . . . 234
13 de mayo: santa María Dominica Mazzarcllo . . . . . 249
18 de mayo: san Leonardo Murialdo . . . . . . . . . . . . . 267
24 de mayo: Bienaventurada Virgen María,
Auxiliadora de los Cristianos . . . . . . . . . . . . . . . . . 273
23 de junio: san José Cafasso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 302

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414 - índice general
24 de octubre: beato Luis Guanella
307
25 de octubre: Aniversario de la Dedicación
de la propia iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 314
29 de octubre: beato Miguel Rúa . . . . . . . . . . . . . . . . 315
13 de noviembre: beatos Luis Versiglia
y Calixto Caravario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 323
15 de noviembre: beata Magdalena Morano . . . . . . . . 329
5 de diciembre: beato Felipe Rinaldi . . . . . . . . . . . . . 336
Algunos elementos más usuales de los Oficios comunes . . 345
Del Común de mártires . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 347
Del Común de vírgenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 364
Del Común de santos varones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 382
Del Común de samas mujeres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 400

42.5 Page 415

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42.6 Page 416

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