CGXXI_Formacion_vida_salesiana-es


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1.1 Page 1

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\\ C G 21
423/4.1.7 \\
Documento 3
LA FORMACION
PARA LA VIDA SALESIANA

1.2 Page 2

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238
Documentos capitulares CG21
PRIMERA PARTE
LA UNIDAD DE LA FORMACION
241 Los principales problemas sobre aspectos gene-
rales de la formación salesiana, convergen signifi-
cativamente en el tema de la unidad en cuanto a
contenidos, comunidad formadora y descentraliza-
ción 2•
Se advierte que la unidad de la formación es con-
dición, instrumento y garantía de la unidad de la
Congregación 3• Así, pues, el CG21, en su esfuerzo
de evaluación, pretende privilegiar esta problemá-
tica, no ya en la totalidad de sus aspectos, sino en
aquéllos que más atención y cuidados requieren,
por ser punto de convergencia de muchas necesi-
dades de la Congregación hoy 4.
La descentralización deseada por el CGE conser-
va toda su validez. Subrayar, por tanto, la unidad
no significa olvidar la descentralización. La unidad
se realiza hoy en la descentralización; y un genuino
proceso de descentralización implica un compromi-
so explícito y concreto de unidad s. Lógicamente,
este principio es válido también para la formación.
l. PREMISAS
242 El Capítulo advierte que toda la formación tiende
al desarrollo de la identidad vocacional de los sale-
sianos. Subraya también que la formación ahonda
sus raíces de unidad en la identidad vocacional.
Esta constituye, por encima de legítimas diferen-
2 Cf Sch. Prec. 444-447; 460-463; 482-487; RRM 143-
144; RDF p. 13.
3 Cf Const. 99; CGE 659.
4 Cf Sch. Prec. 445-447, 428; RRM 143; RDF p. 15.
6 Cf ACS 272, p. 6.

1.3 Page 3

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La formación para la vida salesiana 239
das socio-culturales, la unidad cualitativa y la rea-
lidad más profunda de la Congregación 6.
Esta unidad cualitativa o identidad vocacional sa-
lesiana halla sus principales líneas directrices en
los elementos siguientes:
- la presencia viva, entre nosotros, del Señor y
de su Espíritu, que nos mueve hoy a reactua-
lizar el don permanente iniciado en Don
Bosco 7;
- la misión que la Iglesia nos ha confiado ª;
- los contenidos del «espíritu salesiano» 9;
- un proyecto original de vida evangélica 10;
- una identidad salesiana, sacerdotal y laical,
específica 11;
- una peculiar dimensión comunitaria en espí-
ritu de familia 12;
- un estilo de presencia apostólica, «el sistema
preventivo» 13.
Estos aspectos, a su vez, están armónicamente
unificados en la misión que el Espíritu Santo nos
ha dado a través de Don Bosco. En realidad, dicha
misión especifica el trabajo que tenemos en la Igle-
sia, haciéndonos partícipes de la misma misión de
Cristo, apóstol del Padre 14.
La unidad de la formación está en relación di- 243
recta con las etapas de la formación y la formación
permanente. Representa, de hecho, la realidad de
fondo en la continuidad de las distintas fases de
la formación y en todo el proceso armónico de la
formación permanente.
6 ACS 272, p. 6.
ACGE 1-22.
8 ACGE 23-57.
º ACGE 85-105.
10 ACGE 106-127.
11 Const. 36-37; CGE 140-150.
12 ACS 272 p. 10; ACGE 84, 481-503.
13 Cunst. 25; CGE 58-84, 93, 360, 365.
u Cf Const. 2-3, 49; 4; CGE 26; Sch. Free. 459.

1.4 Page 4

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240
Documentos capitulares CG21
Al mismo tiempo, afirmamos que la unidad de
la formación y el principio de la formación perma-
nente se exigen recíprocamente. Sin embargo, en
nuestro estudio nos orientamos principalmente ha-
cia las fases iniciales de la formación, pues son
a las que se refieren los problemas planteados en
los CI y presentan características formativas pecu-
liares e irrepetibles.
1.1 La unidad de la f orm.ación en los contenidos
244 Nosotros, salesianos de Don Bosco, formamos
una comunidad que realiza, en forma sacerdotal y
laical, una única vocación 1s. La naturaleza de esta
vocación, especificada por los valores de la consa-
gración religiosa, de la comunidad fraterna y de
la misión apostólica, determina la orientación espe-
cífica y unitaria de nuestra formación en el ámbito
de sus contenidos 16.
Maduración humana y preparación intelectual y
profesional, crecimiento en la vida religiosa e in-
serción gradual en el apostolado son factores que
la formación armoniza en unidad vital, vivificán-
dolos a la luz de la persona de Cristo, el modelo en
quien nos inspiramos 11.
El Evangelio de Jesús, pues, vivido según el es-
tilo y el espíritu de Don Bosco, constituye la sa-
lesianidad. Esta representa el elemento unificador
de los contenidos de nuestra identidad, y nos per-
mite prepararnos y formarnos como educadores
auténticos y pastores salesianos 1s.
15 Cf Const. 2.
16 Cf Const. 3, 100.
17 Cf Const. 10l.
18 Cf Const. 41, 49, 101; CGE 661-672.

1.5 Page 5

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La formación para la vida salesiana 241
1.2 La unidad de la formación en la comunidad
La comunidad formadora es realmente tal 19, 245
cuando encarna nuestra identidad salesiana en lo
concreto de las personas. La unidad de la comu-
nidad formadora es, por tanto, un factor necesario
para la comunicación de los valores de la unidad
vital de nuestra vocación. De hecho, lo que forma
es la vida misma de la comunidad unida, en Cristo,
por el Espíritu 20.
La comunidad formadora local está en estrecha
relación con la comunidad inspectorial, «formado-
ra» a su vez 21. La formación es, en efecto, el «re-
sultado de la acción acorde de todos los hermanos,
no solo de la comunidad local, sino también de la
inspectorial» 22.
La identidad vocacional se construye con la apor-
tación de todos los miembros de la comunidad for-
madora, si bien con diversidad de funciones 23. Me-
rece especial atención el dinamismo de maduración
personal en el crecimiento comunitario de los va-
lores de la salesianidad 24, Esto es posible por el
clima familiar de fecunda comunicación caracterís-
tico del espíritu salesiano 25.
La unidad de la formación está asegurada en la
comunidad cuando ésta, «familia unida por la mu-
tua confianza y por la convergencia de los esfuer-
zos» 26, supone un equipo entusiasta de formadores,
sacerdotes y coadjutores, y una relación serena y
constructiva entre formadores y formandos n, El
Director es, en ella, el principal responsable, anima-
dor y unificador de la formación zs.
19 Ver requisitos de una comunidad formadora n. 39, y
Reg 73 bis.
,-o Cf Const. 99 104; ACGE 680a; Reg 78.
21 Cf Reg 89. .
22 ACGE 672.
23 Cf Const. 54.
~1 Cf Const. 52.
25 Cf Const. 50, 53.
Cf Const. 105.
27 Cf ACGE 683-686.
28 Cf ACGE 678.

1.6 Page 6

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242
Documentos capitulares CG21
El CG21 reafirma el papel determinante de la
participación personal y comunitaria de los forman-
dos en la construcción de la comunidad formado-
ra 29, y, en la situación presente, subraya la función
insustituible de los formadores y las exigencias par-
ticulares para con ellos. En realidad, de nada ser-
virían las mejores descripciones de nuestra iden-
tidad salesiana, si ésta no se viera testimoniada con
la práctica de los animadores principales de la co-
munidad formadora.
246 1.3 La unidad de la formación en la
descentralización
La descentralización, como adecuada distribución
de responsabilidades de gobierno en los distintos
niveles 30, hace concreto, en el sector de las estruc-
turas, el principio fundamental de subsidiariedad
y pluralismo 31.
En las estructuras de la formación salesiana, la
descentralización ha dado nuevas e importantes
responsabilidades a los niveles locales 32, inspecto.
riales 33 e interinspectoriales 34.
Las estructuras locales de formación, al ser des-
centralizadas, pueden adaptarse más fácilmente a
las diferencias culturales de cada región. Sirven así
al pluralismo de formas de vivir la única vocación
salesiana 35.
De esta forma, las estructuras descentralizadas
concurren a la unidad de la formación. Se trata,
en efecto, de hacer crecer a los salesianos, en to-
dos los países, en la vocación salesiana única y uni-
taria: las formas de expresión cultural son múlti-
ples, pero el proyecto salesiano de vida es único 36.
29 Cf ACGE 680, 683.
3° Cf Const. 127.
31 Cf ACGE 137, 139, 706.
ª2 Cf Reg 85.
33 Cf Const. 106.
34 Cf Reg 130,2.
35 Cf ACGE 139, 665.
36 Cf ACS 272, p. ll; ACS 276, p. 66.

1.7 Page 7

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La formación para la vida salesiana 243
2. SITUACION
2.1 La unidad de la formación en los contenidos
Los rápidos cambios acaecidos en la Iglesia y en 247
la cultura durante estos últimos años, se han re-
flejado inevitablemente en la problemática de la
formación. La Congregación, después del CGE, ha
realizado un notable esfuerzo para encontrar nuevas
soluciones que garanticen la integración de los con-
tenidos de la formación, de cara a la unidad de la
vocación salesiana. No es difícil, sin embargo, com·
prender que los resultados no han alcanzado toda-
vía los niveles deseados.
Uno de los problemas más fuertes, al cual han
hecho referencia numerosos CI 37, es, sin duda, el
debilitamiento y, en algún caso, la falta de conte-
nidos típicamente salesianos en la formación. Esta
carencia, acentuada por la necesidad de adecuar las
estructuras de la formación a las exigencias de las
distintas zonas y culturas, ha causado cierta sen-
sac1on de excesiva genericidad, con el riesgo, en
alguna ocasión, de la pérdida de la identidad sale-
siana.
En particular, se hacen notar los siguientes fallos:
- olvido parcial de las fuentes de la espirituali-
dad salesiana;
- los estudios, además de adolecer de no sufi-
ciente solidez y estructura orgánica, no han
sido unificados, con frecuencia, por la dimen-
sión salesiana;
- pobreza de preparación pedagógica y catequís-
tica salesiana, con repercusión en los trabajos
apostólicos;
- influjo negativo del debilitamiento general de
la vida sacramental y de la oración 38 en el
ambiente formativo;
37 Cf Sch. Prec. 483.
38 Cf RRM 80.

1.8 Page 8

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244
Documentos capitulares CG21
- ausencia de contenidos específicos para la for-
mación del salesiano sacerdote y del salesiano
coadjutor;
- insuficiente conocimiento de la teología de la
vida religiosa.
2.2 La unidad de la formación en la comunidad
248 Los Esquemas Precapitulares, la Relación del Rec-
tor Mayor y la del Dicasterio para la formación, así
como la evaluación hecha por el CG21, demuestran
que en este sexenio se han intentado crear, en va-
rias partes, comunidades formadoras en la línea
prevista por el CGE, de acuerdo con las Constitu-
ciones y los Reglamentos.
En estas comunidades un elemento determinante
ha sido el equipo de formadores. Ha habido tam-
bién un crecimiento de responsabilidad, de diálogo
y de vida fraterna. Se ha podido realizar una ade-
cuada apertura y una conveniente flexibilidad. Ha
crecido la sed de salesianidad. En la mayoría de
los casos estas comunidades formadoras han dado,
en la Inspectoría, un testimonio de primer plano.
249 Con todo, el trabajo de comprobación lleva a se-
ñalar también puntos negativos. «Muchas veces ha
faltado el esfuerzo para construir auténticas y espe-
cíficas comunidades formadoras, con claridad de
objetivos, con suficiente número de formadores y
medios adecuados para la formación» 39. A menudo
esto ha dependido de una inadecuada interpretación
del artículo 105 de las Constituciones y 81 de los
Reglamentos.
Es común en toda la Congregación la dificultad
de encontrar hermanos idóneos para la función de
formadores. No es raro ver profesores que descui-
dan su responsabilidad formadora. En algún caso,
se les ha visto envueltos en verdaderas crisis o ce-
811 RDF p. 14.
40 RDF p. 14.

1.9 Page 9

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La formación para la vida salesiana 245
der a la primacía de la ideología sobre la fe. La
cualificación y recualificación de los formadores no
siempre ha sido una prioridad en la programación
inspectorial 40.
Por otra parte, en algunos lugares, por una no
exacta comprensión del espíritu de familia y del
sentido de participación, se ha puesto en duda la
necesidad de los formadores o de la autoridad 41.
El tema resulta más delicado aún con relación
a la figura del Director, que debería ser capaz de
llevar adelante una verdadera dirección espiritual.
En general, «se nota una trágica falta de maestros
y guías espirituales» 42, con graves repercusiones en
las mismas fases iniciales de la formación 43.
Por último, la falta de la obligada relación entre
la vida de la comunidad formadora local y la de
la comunidad inspectorial crea a veces una peli-
grosa desorientación en el momento de pasar de
una a otra.
Igualmente es de lamentar la ausencia de sale-
sianos coadjutores formadores en las comunidades
formadoras.
2.3 Unidad de la formación en la descentralización
A nivel inspectorial,
250
se nota la incipiente asunción de responsabilidades
locales, pero en algunas inspectorías no se ha pres-
tado atención prioritaria a este sector, como apa-
rece por el Directorio no redactado, o poco logrado
y, consiguientemente, por la fragmentariedad e ines-
tabilidad de iniciativas a nivel de nuevas estructu-
ras, programas y formadores.
41 RDF p. 14.
42 RDF p. 15.
ta Cf ACGE 678c.

1.10 Page 10

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246
Documentos capitulares CG21
A nivel interinspectorial,
junto a interesantes iniciativas de colaboración, se
constatan también dificultades entre las inspectorías
para resolver en común problemas de formación,
que superan las posibilidades de una sola. A veces
no han funcionado las estructuras intermedias,
como Conferencias inspectoriales y el «Curatorium»,
organismo colegial de colaboración entre un Estu-
diantado interinspectorial y las inspectorías que lo
sostienen.
A nivel mundial,
se advierte la necesidad de una mayor clarificación
de las funciones del Dicasterio para la formación
y la necesidad de orientaciones más específicas, so-
bre todo, respecto a los estudios 44.
En síntesis, durante estos años se ha comprobado
en ciertas partes un vacío o falta de asunción de
responsabilidades a distintos niveles, por falta de
conocimiento suficiente, de tiempo, de personas ap-
tas, medios y normas claras.
3. DELIBERACIONES
251 3.1 La importancia de las comunidades formado-
ras exige en este sexenio, por parte del Inspector
y su Consejo, una privilegiada responsabilidad en
el momento de su constitución y revisión. Para que
una comunidad sea formadora, debe ser expresa-
mente estructurada para esa finalidad, y deberán
darse en ella:
- un Director particularmente cualificado y un
equipo de formadores,
- verdadera dirección espiritual,
4·1 Cf RDF p. 11.

2 Pages 11-20

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2.1 Page 11

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La formación para la vida salesiana 247
- clima de corresponsabilidad dentro de la di-
versidad de funciones y de la claridad de las
metas formativas,
- estilo salesiano de vida, de estudio y de traba-
jo, con programación periódica, revisión y eva-
luación,
- por último, una especial sensibilidad inspec-
torial.
3.2 El Inspector y su Consejo provean para que 252
los Directores de las comunidades formadoras ten-
gan una específica y periódica actualización que les
ayude en el desempeño de la delicada y necesaria
función de la dirección espiritual comunitaria, como
igualmente de la personal en la forma prevista por
el CGE 4s.
3.3 Cada inspectoría debe constituir su propia Co- 253
misión inspectorial para la formación. Sus incum-
bencias específicas estarán indicadas en el Directo-
rio inspectorial para la formación.
3.4 El Consejero para la formación, en diálogo 254
con los respectivos Consejeros regionales e Inspec-
tores, promueva en las inspectorías una creciente
corresponsabilidad y participación activa en el aná-
lisis de la situación actual de las comunidades for-
madoras, y coordine una serie de medidas capaces
de asegurar una tempestiva realización de las deci-
siones capitulares.
3.5 El Dicasterio para la formación sea poten- 255
ciado de modo que pueda ser instrumento más efi-
caz al servicio de la unidad de la formación. Ello
se obtendrá con la organización de un equipo de
personas competentes en los distintos sectores de
la formación.
3.6 El Rector Mayor con su Consejo, por medio 256
del Consejero para la formación, cuide la creación
en la UPS de un Centro idóneo para la preparación
45 Cf ACGE 678 a,c.

2.2 Page 12

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248
Documentos capitulares CG21
de los futuros formadores y la recualificación de
los actuales. De acuerdo con los Grupos regionales
promueva, asimismo, cursillos y encuentros para
una mayor atención a los problemas de cada zona.
257 3.7 Para la investigación a fondo de los elemen-
tos que integran la unidad vocacional salesiana, sean
potenciadas por el Dicasterio para la formación las
publi_caciones de espiritualidad salesiana y su tra-
ducción a otras lenguas.
3.8 «Ratio Fundamentalis Institutionis Salesia-
nae».
258 Muchos de los problemas mencionados se podrán
resolver más fácilmente dentro de una visión global
y armónica de la formación. Con este fin, el Rector
Mayor con su Consejo haga redactar, mediante el
Dicasterio para la formación, y promulgue cuanto
antes para toda la Congregación, la «Ratio Funda-
mentalis Institutionis Salesianae».
- Dicha «Ratio» exponga, en forma orgánica, el
conjunto de principios y normas sobre la forma-
ción que se hallan en las Constituciones y Regla-
mentos, en los documentos del CGE y en las con·
clusiones del CG21, así como otros elementos váli-
dos para toda la Congregación expuestos en docu-
mentos eclesiales y salesianos emanados después
del CGE.
- Recalque en particular la importancia y nece-
sidad del desarrollo integrativo de los distintos
aspectos de la formación: maduración humana,
preparación intelectual y profesional, vida religiosa
y apostólica, dentro de la unidad de la vocación sa-
lesiana.
- La «Ratio» dedicará también especial atención
a la formación espiritual salesiana en todo el pro-
ceso formativo. En esta perspectiva, indicará la fi.
sonomía e identidad propia del salesiano sacerdote,
coadjutor y diácono, respectivamente.

2.3 Page 13

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La formación para la vida salesiana 249
- Formará parte del documento una «Ratio Stu- 259
diorum», concebida como conjunto de normas ge-
nerales acerca de la formación intelectual en la
Congregación. Dicha «Ratio» debe asegurar los ele-
rn entos principales de un currículum para los sale-
sianos (sacerdotes y coadjutores), tanto para la for-
mación de base, como para la formación específica,
sacerdotal o laical. E indicará, por último, los con-
tenidos orgánicos de salesianidad correspondientes
a las distintas fases del proceso formativo.
- Tenga en cuenta, la «Ratio Fundamentalis», la 260
necesaria previa experiencia pastoral en los forma-
dores 46 y la gradual proporcionalidad de las activi-
dades apostólicas para los formandos, subrayando
en éstas últimas el insustituible valor de la presen-
cia orientadora de los formadores. Para tales acti-
vidades apostólicas escójanse ordinariamente obras
salesianas.
3.9 Directorio inspectorial para la formación.
261
Cada Inspectoría, inmediatamente después de co-
nocerse la «Ratio», elabore o revise el propio Di-
rectorio Inspectorial de la formación, según las exi-
gencias de aquélla 47.
48 Cf ACGE 679.
11 Cf Const. 106.

2.4 Page 14

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250
Documentos capitulares CG21
SEGUNDA PARTE
LAS ETAPAS DE LA FORMACION
PREMISAS
1. Continuidad e igualdad de la f onnación de base
262 Al estudiar las fases de la formación, el CG21 ha
tenido presentes dos instancias del CGE: la conti-
nuidad del proceso formativo y la igualdad de la
formación de base, con las necesarias distinciones.
1.1 Continuidad del proceso formativo
Aunque metodológicamente este tema se divide
en varias partes, la unidad y la continuidad del
proceso formativo es una premisa que hay que te-
ner siempre presente a lo largo de todo el período
formativo, que propiamente no se acaba con la ter-
minación de la formación inicial, sino que conti-
núa y dura toda la vida a través de la formación
permanente. En efecto, «el proceso formativo debe
ser unitario y continuo en sus varias etapas. Cada
una de ellas sea continuación de la anterior y una
preparación de la siguiente» 48• Esta continuidad en
el crecimiento presupone el principio de la gradua-
lidad en todos los aspectos del proceso formativo.
El carácter unitario y al mismo tiempo complejo
del proceso formativo exige que se tengan presen-
tes en cada etapa, armonizados en una unidad vi-
tal, los diversos aspectos de la formación salesiana:
maduración humana y cristiana, preparación inte-
lectual, profundización en la vida religiosa salesi&·
na e inserción en el trabajo apostólico 49• Con todo,
el acento puesto en cada uno de dichos aspectos
48 CGE 691.
49 Cf Const. 10 l.

2.5 Page 15

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La fonnación para la vida salesiana 251
será diverso según el carácter específico de cada
etapa:
- la maduración humana y cristiana, en la pre-
paración al noviciado;
- la profundización en la vida religiosa salesia-
na, en el noviciado;
- la preparación intelectual, en el inmediato pos-
noviciado;
- la inserción en el trabajo apostólico, en el tiro-
cinio;
- la dimensión sacerdotal, durante los estudios
teológicos para los candidatos al sacerdocio.
1.2 Igual formación de base
263
«Los coadjutores y los futuros sacerdotes reciben
idéntica formación fundamental con un plan pro-
gramado al mismo nivel» 50• Esto significa que e]
período de formación salesiana hasta la profesión
perpetua, tiene las mismas fases, con objetivos, con-
tenidos y duración similares para todos los socios,
según la propia especificación vocacional laica! o
sacerdotal, las funciones específicas de nuestro
apostolado y las dotes y aptitudes personales st.
2. Aspectos del proceso formativo
El proceso formativo, en sus distintas etapas. 264
comprende los dos aspectos siguientes:
- la maduración vocacional hasta la profesión
perpetua, igual para todos los salesianos, según
la especificación laica! o sacerdotal;
- la preparación específica del salesiano coadju-
tor o del salesiano sacerdote.
Estos dos aspectos, aunque diferentes, no son se-
parables en el conjunto de la formación. En nin-
110 Const. 103.
li1 Cf Const. 103.

2.6 Page 16

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252
Documentos capitulares CG21
gún momento tenemos el salesiano «genérico». Pero,
por necesidad de claridad, hablamos en un primer
momento de los aspectos genéricos y comunes de
la formación salesiana, y, en un segundo momento,
de los aspectos específicos de la formación del sa-
lesiano sacerdote y del salesiano coadjutor.
Así, pues, resulta el siguiente índice de nuestro
tratado:
1. Período de maduración vocacional
hasta la profesión perpetua.
1.1 Preparación inmediata al noviciado.
1.2 Noviciado.
1.3 Período de los votos temporales.
1.3.1 Inmediato posnoviciado.
1.3.2 Tirocinio
1.3.3 Preparación inmediata a la profesión per-
petua.
2. La preparación específica del salesiano.
2.1 Sacerdote.
2.2 Coadjutor.
I. PERIODO DE MADURACION VOCACIONAL
HASTA LA PROFESION PERPETUA
1.1 PREPARACION INMEDIATA AL NOVICIADO
265 No tenemos un Postulantado canónico con mar-
cos jurídico-estn1cturales, pero las Constituciones
presentan la preparación inmediata al noviciado
como una de las etapas «necesarias tanto para el
candidato, como para la comunidad» 52, e indican,
esquemáticamente, los correspondientes objetivos,
metodología, clima y lugar 53. Por eso preferimos,
~2 Const. 108.
53 Const. 109~

2.7 Page 17

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La f orm.ación para la vida salesiana 253
para esta etapa, usar la denominación «preparación
inmediata al noviciado».
El CGE no estableció una estructura fija y única
para este período, dejando a las Inspectorías deci-
dir el modo de realizarlo «conforme a las exigencias
locales y las directrices de la Iglesia y de la Con-
gregación» 54• Un documento posterior 55 ha explici-
tado mejor la naturaleza, objetivos y modalidades
de esta preparación inmediata al noviciado, dejan-
do para los Directorios de la formación de cada
Inspectoría su programación concreta.
Situación
266
«En un buen número de Inspectorías el prenovi-
ciado es ya una realidad bien organizada y da bue-
nos resultados» 56• Pero en algunos sitios no es aún
bien comprendida su necesidad 57. Se puede decir
que todavía no constituye una etapa formativa bien
programada y actuada en todas las Inspectorías.
DELIBERACIONES
El CG21 reafirma la necesidad de un período de 267
preparación inmediata al noviciado, y da las si-
guientes indicaciones:
a) Los objetivos señalados por el artículo 109 de
las Constituciones indican, en general, un clima y
una metodología para «madurar», «conocer la pro-
pia vocación» profundizando en sus motivaciones,
y «decidir» consciente y libremente el hacerse reli-
gioso salesiano 58.
54 Const. 106.
•;; ACS 276, pp. 68-73.
ne RRM 147.
"7 Cf RRM 147.
GS Cf ACS 276, p. 70: 1.3.1.

2.8 Page 18

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254
Documentos capitulares CG21
Sólo cuando el candidato ha hecho la opción por
la vida salesiana, está en condiciones de comenzar
la preparación inmediata al noviciado.
268 b) La estructuración de esta etapa, si bien fle-
xible y distinta según los lugares y las circunstan-
cias 59, debe ser tal que ofrezca al candidato la po-
sibilidad de profundizar en Za propia opción voca-
cional por medio de:
- un conocimiento más profundo de sí mismo;
- la dirección espiritual;
- la apertura a la palabra de Dios, a la vida
sacramental y a la oración;
- un conocimiento general de Don Basca y de
la Sociedad salesiana;
- una experiencia de vida comunitaria;
- una experiencia apostólica salesiana.
269 c) En este período se debe en particular evaluar
la madurez humana y cristiana del candidato para
ver si ha alcanzado el nivel necesario para comen-
zar bien el noviciado 60• La coordinación constante
de los formadores de esta etapa con los del novi-
ciado, especialmente con el maestro de novicios, fa.
cilitará grandemente dicha evaluación.
270 d) La preparación inmediata al noviciado ha de
durar normalmente un año, y no ser, de ordinario,
inferior a seis meses. Las modalidades concretas
de este tiempo las establecerá el Directorio de la
formación de cada Inspectoría.
1.2 NOVICIADO
271 El noviciado es el comienzo de la experiencia re-
ligiosa salesiana 61 Tiene, por tanto, una función
59 Cf Const. 109; ACS 276, pp. 70-72: 1.3.1-1.3.6.
6° Cf Reg 73 ter.
01 Cf Const. 111; RC 13,1.

2.9 Page 19

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La formación para la vida salesiana 255
importantísima para la unidad y el desarrollo de
la vocación salesiana en su devenir histórico 62.
Su organización es de suma importancia. La di-
versidad del tipo de noviciado salesiano, debida al
número variable de novicios y a los diferentes con-
textos culturales y pastorales, no permite establecer
una línea uniforme en la organización de los novi-
ciados 63 Pero hay un criterio fundamental:
- el ambiente y las estructuras del noviciado de-
ben ser aptas para dar una auténtica forma-
ción, es decir, para alcanzar los fines y conte-
nidos del noviciado 64.
Situación
« En general, los informes acerca de los novicia- 272
dos son positivos» 65. El exiguo número de novi-
cios 66 y la imposibilidad de contar con un equipo
de formadores suficiente y cualificado, han impe-
dido en algún sitio crear ese ambiente apto para
alcanzar los objetivos de esta etapa formativa. En
tales casos, los noviciados interinspectoriales pre-
sentan evidentes ventajas 67, si bien habrán de re-
solverse los problemas relativos a la corresponsa-
bilidad de las Inspectorías interesadas. En los úl-
timos años, por efecto de la creciente complejidad
de la vida religiosa, apostólica y cultural, se ha
visto la necesidad de una cualificación específica
del maestro.
DELIBERACIONES
273
El ideal que se ha de proponer a los novicios es
el de servir comunitaria y totalmente a Cristo en
los jóvenes, según nuestro espíritu. Este ideal lo
62 ACS 276, 2.3.1.
63 Cf ACS 276, 2.3.3; Const. 106.
04 ACS 276, 2.3.3.
65 RRM 148.
66 RRM 149.
67 RRM 148.

2.10 Page 20

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256
Documentos capitulares CG21
encontramos en los dos libros fundamentales de
nuestro pensamiento y de nuestra vida: el Evange-
lio y las Constituciones 68• A fin de que sea verda-
. deramente eficaz esta etapa formativa, el CG21 cree
oportuno resolver:
274 a) Características del noviciado
Todos los elementos de la vida del noviciado de-
ben orientarse a iniciar al novicio en el conocimien-
to y en la práctica de la vida religiosa salesiana. El
novicio, con la ayuda de la comunidad y especial·
mente del maestro, interioriza los valores salesia-
nos y adquiere una mentalidad de fe, haciéndose
capaz de discernir la voluntad de Dios acerca de
su vocación.
Los aspectos más directamente intelectuales y
práctico-pastorales, han de orientarse de forma que
contribuyan a profundizar e iluminar su experien-
cia espiritual salesiana 69.
Siendo nuestra Sociedad un Instituto dedicado a
las actividades apostólicas, «en la formación del no-
viciado hay que dar más importancia, ya desde el
principio y de modo más directo, a la preparación
de los novicios para la vida y las actividades que
deberán ejercer en el futuro; y hay que enseñarles
a realizar progresivamente en su vida, aquella co·
herente y armoniosa unidad que debe existir entre
º. la contemplación y la acción apostólica» 7
Una especificación más precisa de los fines y cri-
terios de selección de las actividades apostólicas en
el noviciado, se puede ver en ACS 276 71.
275 b) Contenidos del noviciado
Los contenidos esenciales de esta etapa se hallan
formulados también en ACS 276 72• La propuesta y
la asimilación de tales contenidos se ha de hacer
68 Cf ACS 276, 2.2.2; Const. 101.
89 Cf ACS 276, 2.2.1.2.
70 RC 5.
71 ACS 276, pp. 79-81.
72 Cf ACS 276, 2.2.2.1-2.2.2.5.

3 Pages 21-30

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3.1 Page 21

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La formación para la vida salesiana 257
a un doble nivel constantemente integrado: estudio-
reflexión, y práctica-experiencia.
c) Cualificación de los maestros de novicios
276
En el próximo trienio, las Inspectorías deberán
dar una cualificación en espiritualidad salesiana a
aquellos hermanos que, en posesión de una sufi-
ciente experiencia práctica - apostólica - salesiana 73,
sean destinados a desempeñar el cargo de maestro
de novicios.
Es importante que los maestros de novicios sean
abiertos a los valores espirituales y culturales que
los novicios llevan consigo.
d) Noviciados interinspectoriales
277
Cuando, por razones de una mayor incidencia for-
mativa, es aconsejable el noviciado interinspectorial,
la responsabilidad de cada lnspectoría respecto a
sus novicios, se manifestará:
- en la participación por parte de las Inspecto-
rías interesadas con personal apto;
- en las relaciones de los novicios con su Inspec-
tor de origen;
- en la competencia del Inspector de origen para
el eventual despido de los novicios.
Las Inspectorías interesadas, mediante un acuer-
do, establecerán las normas que regulen dicha co-
rresponsabilidad.
1.3 PERIODO DE LOS VOTOS TEMPORALES
Los objetivos de la formación después del novi- 278
ciado con miras a la profesión perpetua, son: des-
arrollar los varios aspectos de la vocación salesia-
na, y continuar el proceso de maduración del joven
hermano 74.
73 Cf CGE 684a.
ª Cf Const. 114.

3.2 Page 22

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258
Documentos capitulares CG21
Estos objetivos precisan una mayor explicitación
en conformidad con los distintos matices de cada
período de esta etapa, esto es, el inmediato posno·
viciado, el tirocinio, y la inmediata preparación a la
profesión perpetua.
1.3.1 Inmediato posnoviciado
279 El noviciado es ciertamente una fase basilar
como iniciación 75 en la vida salesiana. Pero nece-
sita un complemento y desarrollo posterior 76• El
inmediato posnoviciado es la primera fase comple-
mentaria. Es indispensable la coherencia y conti-
nuidad entre el trabajo realizado durante el novi-
ciado, y el de después 77, evitando un cambio brusco
y fuerte de estilo de vida que provoque una «ba-
jada de tensión» en el crecimiento vocacional 78,
Por esta razón, el inmediato posnoviciado es un
momento delicado e importante para la madura-
ción religioso.salesiana de los hermanos jóvenes.
280 Situación
Mirando el conjunto de la situación, la realidad,
por los motivos más diversos, se presenta muy di-
ferente, a veces confusa y, en algunos casos, no bien
planteada 79, A menudo la formación religioso-sale-
siana presenta deficiencias por falta de programas,
tiempo, coordinación, comunidades aptas o de hom-
bres cualificados para proponer la parte doctrinal.
La dirección espiritual, tan importante en este pe-
ríodo, se practica poco. Falta en muchas partes una
seria ordenación de los estudios. La naturaleza y
15 Cf RC 4.
78 Cf ACGE 691.
77 Cf ACS 276, 3.2.2.
78 Cf ACS 276, 3.3.3.
79 RRM 153.

3.3 Page 23

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La formación para la vida salesiana 259
los objetivos de esta fase 80 no estaban claros, y por
eso no han sido bien entendidos por muchos.
DELIBERACIONES
a) Objetivos del inmediato posnoviciado
281
El CG21 precisa que el inmediato posnoviciado es
un tiempo de maduración y de desarrollo:
- en la fe, mediante una progresiva integración
fe-vida, fe-cultura 81, hecha especialmente me-
diante la reflexión comunitaria y la dirección
espiritual 82;
- en la vocación salesiano-religioso-apostólica vi-
vida por los hermanos jóvenes mediante una
adecuada preparación catequística y pedagógi-
ca teórica y práctica, centrada en Don Bosco
educador y en el sistema preventivo, especial-
mente con miras al tirocinio 83;
- en la formación intelectual-cultural, con una
introducción fundamental en el mundo de la
cultura (conocimiento del hombre, del mundo,
de Dios).
Para ello es indispensable el estudio sistemá-
tico de la filosofía 84, que dé respuesta a los
problemas de hoy y no esté disociada de la
cultura propia de cada región.
b) Comunidades formadoras de esta fase
282
Tiene importancia decisiva para esta fase, el cons-
tituir una comunidad explícitamente formadora y
un ambiente salesianamente válido. Dos tipos de
estructuras son posibles:
8° Cf Const. 114; Reg 81.
81 Cf ACGE 677, 689.
82 Cf ACGE 678.
83 Cf Reg 88; ACGE 675, 676.
84 Cf RF 59.

3.4 Page 24

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260
Documentos capitulares CG21
- el estudiantado, es decir, una comunidad for-
madora con un Centro propio de estudios;
- una comunidad formadora para los hermanos
jóvenes que cursan los estudios fuera.
Dése preferencia al estudiantado en conformidad
con el artículo 81 de los Reglamentos.
En los casos que se consideren necesarios, el Rec-
tor Mayor con su Consejo puede permitir que los
formandos se integren en una comunidad activa,
cursando los estudios fuera.
283 c) Centro de estudios
El delicado proceso de síntesis cultural y reli-
giosa de este período, requiere una atenta selección
de un Centro de estudios con programación de con-
tenidos compatibles y aptos al desarrollo vocacio-
nal, prefiriendo los centros de estudios salesianos,
incluso a nivel interinspectorial.
284 d) Directorio inspectorial de la formación
El Directorio inspectorial de la formación debe
señalar directrices concretas para esta fase forma-
tiva: lugar apto, comunidad idónea, duración (no
inferior a dos años), plan de estudios, actividades
apostólicas.
285 1.3.2 Tirocinio
El tirocinio es «una confrontación intensa y vital
con la acción salesiana» en una «experiencia de ca-
rácter educativo-pastoral», donde el joven salesiano
«se adiestra en la misión salesiana y en el espíritu
del sistema preventivo», esforzándose por madurar
«sus propias aptitudes, intereses y responsabilida-
des» 85•
85 Cf Const. 116; Reg 88.

3.5 Page 25

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La formación para la vida salesiana 261
Para que esta experiencia vital resulte formativa,
el tirocinante debe encontrar «en la comunidad, y
especialmente en el Director, una actitud de com-
prensión, de estímulo y de apoyo» 86• Debe asimis-
mo hacer el tirocinio normalmente en grupo 87.
Situación
286
Si se organiza bien, este período de prueba puede
resultar uno de los más bellos y positivos del «cu·
rrículum» salesiano 88. Sin embargo, con frecuencia
el tirocinio se reduce a un período de trabajo ex-
cesivo en favor de una actividad u obra, y en detri-
mento de la formación relig1usa y espiritual del
joven salesiano 89. A veces las comunidades no son
las adecuadas, y la falta de orientación y dirección
espiritual es frecuente.
DELIBERACIONES
a) Comunidades adecuadas
287
Las comunidades para la práctica del tirocinio:
- sean comunidades capaces de influir positiva-
mente con el propio estilo de vida coherente,
dinámico, fraterno y familiar, donde el tiroci-
nante se sienta a gusto, como miembro res-
ponsable;
- sean comunidades en las cuales el tirocinante
tenga la posibilidad de dar la propia contri-
bución original en la certeza de que es positi-
vamente aceptado;
- tengan un Director y hermanos capaces de co-
nocer, seguir, ayudar y valorar la experiencia
del tirocinante;
sq ACGE 696.
81 Cf ACGE 696.
88 RRM 154.
Sil RRM 155,

3.6 Page 26

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262
Documentos capitulares CG21
- ofrezcan al tirocinante un trabajo pastoral
proporcionado a su preparación y a sus fuer-
zas, y la posibilidad de reflexión comunitaria
y de dirección espiritual para ayudarlo a rea-
lizar la integración personal entre sus intensas
actividades y los valores espirituales de la vida
religiosa 90, en esa síntesis de contemplación y
acción tan característica de la espiritualidad
salesiana.
289 b) Asistencia salesiana
El tirocinio es el período más apto para formar
concretamente en lo que es la asistencia salesiana,
entendida como presencia activa y fraterna entre
los jóvenes 91. Este es uno de los deberes más im-
portantes de los salesianos de la comunidad donde
el hermano hace su tirocinio, y lo cumplirán espe-
cialmente mediante el testimonio.
289 c) Directorio inspectorial de la formación
El Directorio inspectorial de la formación deter-
mine claramente, respecto a este período:
- el tipo de trabajo más conveniente;
- las modalidades de una evaluación periódica
que ayude al tirocinante en su experiencia;
- reuniones formativas periódicas, a nivel local
e inspectorial.
290 1.3.3 Preparación inmediata a la profesión
perpetua
La profesión perpetua es meta de todo este pe-
ríodo de maduración vocacional y, por eso, todo
el ciclo formativo es una preparación a la misma.
9° Cf "Il tirocinio pratico, Resoconto di una consulta", 1,
2-3, p. 3; 11, 2, p. 5.
91 Cf Const. 16, 25.

3.7 Page 27

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La formación para la vida salesiana 263
Pero, como punto culminante del compromiso re-
ligioso, la profesión perpetua debe estar precedida
de un período conveniente de preparación inme·
diata 92•
Situación
Esta preparación más explícita e inmediata a la
profesión perpetua con frecuencia se ha descui-
dado.
DELIBERACIONES
291
El Directorio inspectorial de la formación deter-
mine:
- las modalidades para la evaluación periódica
de los profesos temporales;
- un tiempo conveniente de reflexión para ayu-
darles a madurar su opción definitiva;
- un programa para la inmediata preparación a
la profesión perpetua con indicaciones concre-
tas (forma, contenidos, duración).
2. PREPARACION ESPECIFICA DEL SALESIANO 292
SACERDOTE Y COADJUTOR
2.1 FORMACION DEL SALESIANO SACERDOTE
Al establecer que coadjutores y futuros sacerdo-
tes reciban igual formación básica, las Constitucio-
nes no han ignorado las necesarias distinciones
determinadas por la naturaleza específica de la
vocación y por las funciones de nuestro apostola-
92 CGE 698d.

3.8 Page 28

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264
Documentos capitulares CG21
do 93• Uno de estos elementos específicos, para los
salesianos sacerdotes, es el ministerio sacerdotal.
La formación específica sacerdotal, con un «currí-
culum» ya establecido en líneas generales por la
Iglesia, queda puntualizado por parte de la Con-
gregación 94 para el candidato a la vida sacerdotal.
Dicho elemento específico debe tenerse presente a
lo largo de todo el proceso formativo de acuerdo
con la naturaleza de las distintas fases, aunque re-
ciba una atención particular durante los estudios
teológicos.
Las Constituciones 95 y el CGE 96 indican algunas
características del salesiano sacerdote que nos pue-
den orientar en su formación:
293 Situación
Con relación a la formación sacerdotal de los
salesianos, existe actualmente diversidad de situa-
ciones en la .Congregación: estudiantados teológi-
cos, grupos de estudiantes de teología que cursan
sus estudios en centros no salesianos (Universida-
des católicas, Centros interreligiosos, Seminarios... ),
e incluso, acá y allá, jóvenes hermanos incardina-
dos en casas cualesquiera sin cuidados especiales 97•
Los estudiantados, no tan repletos, desde luego,
como en otros tiempos, prestan un buen servicio,
no obstante sus inevitables defectos. Las tensiones
de hace unos años han desaparecido en gran parte,
y la buena marcha de estos centros está condicio-
nada en gran medida por el personal docente y for-
mativo que en ellos trabaja 98.
La situación de los numerosos grupos de estu-
diantes que cursan en centros salesianos o no sale-
93 Cf Const. 103.
04 Cf ACGE 660.
95 . Const. 35, 36.
OG CGE 141-144.
97 RRM 159.
08 RRM 160.

3.9 Page 29

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La formación para la vida salesiana 265
sianos, es muy diferente de uno a otro grupo o lu-
gar. Allí donde hay buenos formadores (que en al-
gún caso son también profesores en los centros de
estudio), se puede, en general, estar satisfecho. Es-
tos casos presentan algunos aspectos positivos: el
contacto con estudiantes de otras congregaciones
despierta en nosotros un sentido más vivo de per-
tenencia a nuestra Sociedad, y comunica a los otros
nuestras riquezas espirituales; hay posibilidad de
tener una misión más amplia de la Iglesia local y
del mundo real. Pero, a veces, el centro presenta
deficiencias, o los responsables del grupo no son
aptos, o bien la comunidad en que el grupo está
incardinado, por una serie de motivos, no contri-
buye debidamente a la formación de estos jóve-
nes 99•
De la situación afloran algunos problemas:
- falta de una específica formación sacerdotal
salesiana: algunos hermanos se sienten sacer-
dotes en general; otros no llegan a ver lo es-
pecífico sacerdotal en su vida salesiana 100;
- falta de seriedad, de pastoralidad y de sale-
sianidad en los estudios;
dificultad de relaciones comunidad formadora-
centro de estudios 101.
DELIBERACIONES
a) Características de la formación sacerdotal del 294
salesiano sacerdote
Convencido de la necesidad de subrayar la espe-
cificidad salesiana de nuestros candidatos al sacer-
docio, el CG21 señala a la «Ratio Institutionis» los
siguientes contenidos, y los confía, ante todo, a los
formadores y a los hermanos interesados, como ob-
jeto de estudio y reflexión constante:
99 RRM 161.
°10 Cf Sch.Prec. 477, 479.
101 Cf Sch.Prec. 480.

3.10 Page 30

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266
Documentos capitulares CG21
- destacar la figura de Cristo Pastor, del cual el
salesiano, como Don Bosco, es testimonio ante
los jóvenes necesitados, especialmente en la
predicación del Evangelio y en la administra-
ción de los sacramentos, en particular la Eu-
caristía y la Penitencia 102
- profundizar el sentido eclesial de unidad y de
comunión con la Iglesia, en particular con el
Papa y los Obispos, acogiendo con docilidad
su magisterio y ayudando a jóvenes y fieles a
aceptar sus enseñanzas 103;
- vivir el ministerio sacerdotal desde y dentro
de la comunidad local e inspectorial 104 en re-
cíproca complementariedad con el salesiano
coadjutor;
- cultivar en el salesiano la capacidad de discer-
nir en los acontecimientos y en las personas
la voluntad de Dios, preparándolo a la anima-
ción y dirección espiritual, especialmente de
los jóvenes;
- desarrollar la especial sensibilidad propia del
espíritu salesiano, para la dimensión catequís-
tica 10s, vocacional 106 y mariana 107 en el ejerci-
do de su ministerio sacerdotal;
- crear la conciencia de que, para él, el sacerdo-
cio es una dimensión específica de su voca-
ción salesiana, presente en todas sus activida-
des, siendo él, como Don Bosco, sacerdote siem-
pre y en todas partes 1os.
102 Cf Const. 36, 41.
103 Cf Const. 44, 128.
104 Cf Const. 34.
105 Cf Const. 20.
106 Cf Const. 29, 107.
107 Cf Const. 65.
108 Cf Const. 36.

4 Pages 31-40

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4.1 Page 31

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La formación para la vida salesiana 267
b) Fonnación teológico-pastoral
295
Haya una seria formación teológico-pastoral, con
los estudios establecidos por la Iglesia 109, con una
duración mínima de cuatro años programados y
desarrollados según nuestra específica intenciona-
lidad vocacional. Cuídense en particular los estudios
de salesianidad con explícita referencia a la figura
de Don Bosco sacerdote.
No se permitan otras ocupaciones y estudios que
distraigan del cometido específico de este período
formativo.
c) Práctica pastoral
296
Una precisa práctica pastoral, programada y opor-
tunamente valorada con la presencia orientadora
de los formadores, prepare al salesiano a ser sa-
cerdote:
- en medio de los jóvenes al servicio de la mi-
sión de la comunidad inspectorial;
- encarnado en su contexto social y eclesial;
- capaz de asumir responsabilidades de anima-
ción en la Familia Salesiana 110.
d) Comunidad formadora y centro de estudios
297
Son igualmente válidas, para esta fase, las nor-
mas establecidas para el inmediato posnoviciado
con relación al tipo de estructuras posibles m. Las
relaciones entre comunidad formadora y centro de
estudios quede bien precisada en cada caso, de
modo que queden aseguradas las exigencias especí-
ficas de ambos.
e) Identidad del salesiano sacerdote
298
El CG21 reconoce que el estudio de la identidad
del salesiano sacerdote en la línea de las Constitu-
109 Cf "La Formazione Teologica dei futuri sacerdoti", lette-
ra della S.C. per l'Educaz. Cattolica, 1976.
°11 Cf Const. 5.
111 Cf nn. 81, 82, 83 y 84 de este Doc.

4.2 Page 32

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268
Docunwntos capitulares CG21
dones (arts. 35-36) y del CGE (141-144), hará más
fácil la labor de la formación sacerdotal del sale-
siano sacerdote. Se pide al Dicasterio de la Forma-
ción que en los próximos años continúe ahondando
en este punto.
2.2 FORMACION DEL SALESIANO COADJUTOR
299 La especificidad del salesiano coadjutor dentro
de la común vocación religioso-salesiana, exige que
se estudie a fondo la laicidad consagrada en la co-
mún formación básica. Por tanto, aun siendo ple-
namente válido para el salesiano coadjutor lo que
se dice en este documento sobre las fases de la
formación en los nn. 53-94, creemos obligado decir
una palabra sobre su formación específica.
Si para el candidato a la vida sacerdotal la Con-
gregación tiene que puntualizar el «currículum» for-
mativo ya establecido en líneas generales por la
Iglesia, «para los coadjutores se trata, muy a me-
nudo, no sólo de potenciar, sino más bien de crear
la praxis formativa que garantice el armonioso y
completo desarrollo de su personalidad humana
y religiosa, con miras a la misión apostólico-educa-
tiva que están llamados a cumplir dentro de la
Congregación» 112•
A este fin, el CG19 m, el CGE 114 y el Dicasterio
para la formación 115 han establecido normas y dado
orientaciones al respecto. El CMSC 116 ha estudiado
en profundidad este argumento, clarificándolo y en-
riqueciéndolo.
Toda la formación recibe su orientación especí-
fica de la naturaleza de la vocación salesiana 117• Es,
112 ACGE 660.
ª11 Cf ACS 244, pp. 71-75.
m Cf ACGE 660, 688, 692d, 70lb.
115 Cf "Formazione salesiana", Roma, 1973, pp. 28-35.
ltG Cf ACMSC, pp. 375-478, 558-562.
117 Cf Const. 100.

4.3 Page 33

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La formación para la vida salesiana 269
pues, necesario tener presente cuanto se indica en
el documento del CG21, sobre el salesiano coadju-
tor, acerca de su identidad y su acción apostólica.
Hemos de tomar conciencia de la urgente nece-
sidad de una formación adecuada y actualizada para
el salesiano coadjutor 118: se ha de considerar como
problema absolutamente prioritario.
Situación
300
A pesar de las orientaciones del CGE y los otros
documentos posteriores, los CI 77 reconocen que
aún estamos lejos de una adecuada preparación de]
salesiano coadjutor.
Ha habido diversas iniciativas y algunas realiza-
ciones prometedoras. Bastantes Inspectorías se han
preocupado de este problema en los Capítulos Ins-
pectoriales y han aprobado algunos programas
para la formación de los salesianos coadjutores,
pero en el conjunto se constata una insuficiente
preparación cultural y pastoral adecuada a las exi-
gencias religiosas y apostólicas de hoy 119 y a las
nuevas funciones que la Congregación confía al sa-
lesiano coadjutor.
Han existido dificultades para proveer, después
del noviciado, a una adecuada formación, no sólo
técnico profesional, sino también religiosa, apostó-
lica y salesiana 120. Ya que el salesiano coadjutor
está llamado a ser, sobre todo, un educador y un
apóstol salesiano.
En general, todavía faltan en la Congregación
nuevas experiencias concretas y quizá también pro-
gramas, contenidos, tiempos y modos de formación
que puedan orientar y servir de base a los Direc-
torios inspectoriales de la formación 121. La gran
118 Cf ACMSC, p. 19.
119 Sch.Prec. 382.
120 RRM 158.
ACMSC, p. 559, prop. 19; Sch. Prec. 405.

4.4 Page 34

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270
Documentos capitulares CG21
variedad de funciones del salesiano coadjutor en
la comunidad salesiana y el escaso número de vo-
caciones, hacen difícil una programación formativa
y su realización 122.
DELIBERACIONES
301 «Currículum» formativo
Las posibilidades concretas de v1v1r en la Con-
gregación la vida laica! consagrada, son muchas y
muy variadas. Esta pluralidad exige que los Direc-
torios inspectoriales de la Formación prevean un
«currículum» formativo serio y al mismo tiempo
flexible y adaptable a la naturaleza de los diversos
cometidos y a las posibilidades concretas del can-
didato.
Cuando la edad o la preparación cultural del sa-
lesiano coadjutor lo exijan, el Inspector con su
Consejo puede adaptar, el «currículum» común
aquí indicado, a las situaciones particulares.
302 b) Algunas características de la formación laical
del salesiano coadjutor
El CG21 señala algunos elementos específicos de
la formación del salesiano coadjutor, que habrán
de tenerse en cuenta en todas las etapas, constan-
temente integrados en su doble nivel de estudio-
reflexión y práctica-experiencia:
- una formación religioso-salesiana que le ayu-
de a comprender y asegurar cada vez más el
sentido y el valor de la laicidad consagrada
en la Congregación salesiana. En el progresivo
estudio de la espiritualidad salesiana procúre-
se desarrollar, sobre todo, los rasgos específi-
cos de su laicidad consagrada 123, y su recíproca
122 Cf RRM 158.
123 Cf nn. 186-191.

4.5 Page 35

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La formación para la vida salesiana 271
complementariedad con el salesiano sacerdote
dentro de la comunidad salesiana 124;
- una formación que tienda a hacer del salesia-
no coadjutor un educador salesiano laico 125•
Para ello es necesario ofrecer a todos los sa-
lesianos coadjutores una oportuna preparación
pedagógica, humanística y salesiana, según las
exigencias de sus respectivas funciones 126;
- una formación teológico-catequística suficiente
para calar en el sentido de la propia vocación
religiosa y apostólica, a fin de comprender me-
jor la presencia de Dios en las realidades del
mundo en que vive, y testimoniarla y anun-
ciarla con una vida y una acción coherentes 121.
- una preparación técnico-profesional que le dé,
de acuerdo con sus posibilidades y con el ca-
rácter educativo-pastoral de su vocación, una
competencia al menos igual a la de un laico
que ejerce en la sociedad civil la misma pro-
fesión 128;
- una educación socio-política que le prepare a la
acción específica educativa, en particular en
el mundo del trabajo 129.
c) El inmediato posnoviciado
303
Es de desear que clérigos y coadjutores hagan
vida común en la misma comunidad formadora no,
donde vean valorizadas las dos formas de la única
vocación salesiana.
Es conveniente que los estudios técnico-profesio-
nales estén acompañados de una preparación filo-
sófica, pedagógica y catequística necesaria para el
124 Cf n. 294.
125 Cf Reg 92.
120 Cf ACGE 688.
121 Cf ACGE 688, 70lb.
128 ACMSC, p. 560, prop. 19.3b.
1211 Cf ACMSC, p. 560, prop. 19.3a.
°13 Cf nn.281-284.

4.6 Page 36

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272
Documentos capitulares CG21
apostolado de los salesianos coadjutores y propor-
cionada a las distintas situaciones.
304 d) Formación superior
Terminada la experiencia apostólica y formativa
del tirocinio, el salesiano coadjutor que continúa los
estudios a nivel superior debe encontrar los medios
y facilidades necesarios m. Es muy importante la
selección del centro de estudios y de un ambiente
comunitario particularmente rico en recursos de ex-
periencias salesianas y de reflexión vocacional.
Dicha formación debe ir acompañada, o seguida
inmediatamente, de estudios teológicos y salesianos
proporcionados a los estudios técnico-científicos he-
chos 132, para ayudar al salesiano coadjutor en la
progresiva maduración de su vida religioso-apostó-
lica 133•
305 e) Los f armadores
Por, fidelidad al carisma fundacional, los forma-
dores deben procurar conocer, presentar y hacer
apreciar mejor la identidad salesiana en las dos di-
mensiones de la vocación religioso-salesiana: la lai-
ca! y la sacerdotal 134• Para ello, durante todo el pe-
ríodo formativo:
- el salesiano coadjutor debe estar presente,
siempre que sea posible, en las estructuras de
formación, no sólo con cometidos de forma-
ción cultural y técnica, sino, sobre todo, con
funciones de formación para la vida religiosa
y salesiana. Por consiguiente, en los próximos
seis años póngase un cuidado especial en pre-
parar salesianos coadjutores capaces de des-
empeñar convenientemente esta función de
formadores;
ª1 1 Cf Reg 82.
ª1 2 Cf ACGE 688.
133 Cf "Gli studi e la formazione intellettuale del Salesia-
no", Roma, 5-VIII-1977, nn. 94-95.
134 Cf ACGE 184.3.

4.7 Page 37

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La formación para la vida salesiana 273
- el salesiano sacerdote que toma parte en el
proceso formativo del salesiano coadjutor, ten-
ga presentes las características laicales de
esta vocación específica, de modo que sepa
comprender, promover y hacer crecer eficaz-
mente la llamada que Dios dirige a un joven
para seguir a Cristo en la laicidad consagrada
salesiana.
f) «/ter» poscapitular
306
En estos próximos seis años el Inspector con su
Consejo, a través de la Comisión inspectorial para
la formación, programe con particular atención los
distintos elementos del «currículum» formativo del
salesiano coadjutor, integrándolos en el Directorio
inspectorial para la formación.

4.8 Page 38

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274
Documentos capitulares CG21
TERCERA PARTE
LA FORMACION PERMANENTE
l. LA SITUACION ACTUAL
307 La actual rapidez de las transformaciones socio-
culturales pone de manifiesto, en algunos salesia-
nos, formas de inadecuación educativa y apostólica,
y de deterioro de la vida consagrada, que demues-
tran la necesidad urgente de una renovación perso-
nal y comunitaria m.
Para responder a esta urgencia y en cumplimien-
to de las conclusiones del CGE 136, el Consejo Su-
perior, las lnspectorías, los Grupos de Inspectorías
y las comunidades locales han realizado varias ini-
ciativas de formación permanente m.
Algunas de esas iniciativas y experiencias han
dado buenos resultados, otras han tenido un efecto
menos satisfactorio 138.
Entre las causas de las deficiencias, cabe enume-
rar: la falta de mentalización de los salesianos y
de las comunidades, que todavía poseen un concepto
estático de la formación, o están sujetos a formas
de trabajo que los vacían interiormente; un cierto
equívoco por el cual la formación permanente es
considerada sólo como actualización cultural; el nú-
mero insuficiente y los límites de los cursos; la falta
de tiempo para su frecuencia y asimilación; la ca-
rencia de animadores y expertos 139.
Por todo ello, el CG21 estima necesario proponer
de nuevo sistemáticamente este tema.
135 RRM 71, 177. "Formazione Salesiana", doc. del Dicas-
terio de la Formac., 1973, n. 646.
136 ACGE 690f, 701; Const. 118; Reg 93, 94; "Forma·
zione salesiana", n. 313.
137 RRM 70. 164, 165, 166; numerosos CI 77; RDF 3,13;
4,2; 5,3.
138 RRM 165, 166.
139 RRM 70, 166; RDF 5,3.

4.9 Page 39

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La formación para la vida salesiana 275
2. LINEAS DE REFLEXION
2.1 El concepto de formación pennanente
La formación no es, o al menos no es únicamente, 308
una determinada estructura formativa, ni una etapa
provisional de la vida. No se agota, por tanto, en
los necesarios cursos de recualificación y puesta al
día teológica, pastoral y profesional.
No es tampoco una fase ulterior de la primera
formación, que, por otra parte, da por descontada.
La formación permanente es un principio orga-
nizador que inspira y orienta la formación a lo
largo de toda la vida. Formación y cultura personal
se conciben hoy, más como capacidad indefinida
de aprender en relación con la vida, que como ad-
quisición de nociones. La formación permanente,
por tanto, comporta:
- una esencial continuidad, durante toda la vida,
del proceso formativo, del crecimiento de la
persona y de su inserción constructiva en la
sociedad;
- una actitud de conversión permanente, en el
discernimiento de la voz del «Espíritu que re-
nueva la faz de la tierra»;
- un empeño personal y comunitario para re-
novar continuamente la propia fidelidad diná-
mica y creativa, en el hoy de la historia, al
ideal de Don Bosco, para ir a los jóvenes con
una propuesta educativa adecuada y actual 140.
Aunque en primer lugar es una actitud personal
y un empeño comunitario general, no puede que-
darse en puro estado de ánimo. Interesa al salesia·
no individualmente y a las comunidades, y se con-
creta en actividades determinadas, personales y
º14 ACGE 659; Const. 118.

4.10 Page 40

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276
Documentos capitulares CG21
comunitarias, en estructuras fundamentales, en un
clima de animación salesiana y de viva participación
comunitaria.
2.2 Motivaciones
309 La formación permanente es necesaria por diver-
sos motivos:
- el carácter evolutivo de la personalidad huma-
na impone una constante apertura, a nivel de
síntesis doctrinal y de proyecto de vida;
- la vida cristiana es, por naturaleza, un creci-
miento continuo en Cristo, en la atención vi-
gilante al Espíritu, presente en los aconteci-
mientos de la historia, que esperan de nos-
otros una interpretación y una respuesta de
fe; la misma Iglesia vive en estado de con-
tinua renovación;
- la vocación salesiana, dirigida a la juventud,
es decir, a esa parte de la humanidad que, más
que ninguna otra, es siempre nueva e impre-
visible, exige creatividad y dinamismo siempre
renovados.
310 Pero además, hoy para nosotros es particularmen-
te urgente por el hecho de que:
- los ritmos cada vez más acelerados de las
transformaciones del mundo en que vivimos,
nos provocan de forma a menudo inquietante
y nos plantean interrogantes que exigen, a ni-
vel personal, respuestas adecuadas;
- empujados por el progreso técnico, la rapidez
y continuidad de las informaciones han llevado
a una sociedad y a una cultura pluralista en
la cual es indispensable una constante confron-
tación crítica sobre la base del proyecto de
vida escogido;
- estas mismas transformaciones nos espolean a
una continua renovación para mantener inte-

5 Pages 41-50

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5.1 Page 41

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La formación para la vida salesiana 277
ligible nuestro testimonio, y eficiente nuestro
servicio apostólico;
- los cometidos forma tivos encomendados por e]
CG21 a toda la comunidad inspectorial, le im-
ponen la urgencia de repostar espiritual y
apostólicamente, y de una puesta al día doc-
trinal que la haga verdaderamente formadora.
2.3 El sujeto
311
El sujeto de la formación permanente es, en pri-
mer lugar, la persona del salesiano. Nada ni nadie
puede sustituirle en un empeño libre y convencido,
ni puede recorrer por él el itinerario de la reno-
vación.
Sujeto de la formación permanente es también
la comunidad salesiana en cuanto educadora de sus
miembros, y también en cuanto necesitada ella mis-
ma de continua renovación en la fidelidad a Don
Bosco y de discernimiento del Espíritu.
La comunidad salesiana es sujeto de formación
permanente en su esencial relación educativa con
los jóvenes. Esa relación es también estímulo para
la renovación espiritual, y ofrece motivaciones, cri-
terios de comprobación e indicaciones para estar
al día.
2.4 Objetivos
Objetivos, por tanto, de la formación permanen- 312
te son: la renovación de todos y de cada uno de
los hermanos, la reactualización de su vocación sa-
lesiana, de su eficiencia apostólica, de su madurez
humana (mentalidad abierta y crítica, sentido de
responsabilidad, capacidad de comunicación y de
diálogo, disponibilidad, creatividad, etc.).
La formación permanente se propone, además, la
renovación de la comunidad como tal en su comu-
nión fraterna, en su capacidad de anuncio y de tes-

5.2 Page 42

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278
Documentos capitulares CG21
timonio, en su inserción orgánica en una pastoral
de conjunto.
2.5 Areas de la formación permanente
313 La formación permanente, como esfuerzo de cre-
cimiento vital, comprende todos los aspectos de la
personalidad del salesiano y, por tanto:
- la espiritualidad, por medio de una profundiza·
ción de fe dirigida a una continua conversión
y a la búsqueda de plenitud vocacional;
- la identidad salesiana y, por consiguiente, el
proyecto religioso-apostólico de Don Bosco y
su método pedagógico pastoral 141;
- el ámbito teológico-pastoral, la dinámica de co
munidad, el mundo juvenil actual;
- lo profesional, las nuevas metodologías operati-
vas y el replanteamiento de mentalidad que
ellas comportan.
3. ORIENTACIONES OPERATIVAS
3.1 Criterios de organización
314 Las iniciativas, estructuras y programas para po-
ner en práctica la formación permanente, se inspi-
ran en estos criterios:
3.1.1 Unidad y descentralización, se~ lati normas
de las Constituciones 142
La cualidad formativa y salesiana de las iniciati-
vas de formación permanente esté garantizada con
la asistencia, la orientación y las oportunas decisio-
Ul ACGE 670.
142 Const. 106.

5.3 Page 43

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La formación para la vida salesiana 279
nes del Consejo Superior. A él toca aprobar la crea-
ción de Centros interinspectoriales e interregionales.
Las regiones y las Inspectorías programan, respec-
tivamente, la ejecución y adaptación local, respon-
sabilizándose de las mismas, según las exigencias
reales de la propia situación y cuidando el patrimo-
nio carismático de la unidad.
3.1.2 Continuidad y gradualidad 143
315
La formación permanente del salesiano debe darse
sin rupturas, sin soluciones de continuidad o nega-
ción de la formación recibida. Esto ha de resultar
claro, tanto por los contenidos doctrinales, de vida
espiritual, como por el método, lenguaje y formas
didáctico-pedagógicas, y sin que por ello se reduzca
a una pura repetición o ampliación del «curriculum»
inicial.
3.1.3 Carácter práctico y vital 144
316
El protagonista de la formación permanente es
un sujeto inserto en la vida concreta. Sus dificulta-
des, su posibilidad de crecimiento, sus incumben-
cias están condicionadas por su situación. La pro-
gramación y el método de la formación permanente
deben contar con esta exigencia, y las finalidades
propuestas habrán igualmente de referirse a ellas.
3.1.4 Salesianidad 145
317
La vocación salesiana sea el tema unificante y
cualificante de la formación permanente, y ocupe
un espacio destacado en la totalidad de los conte-
nidos y perspectivas.
148 ACGE 660, 691.
144 ACGE 671.
145 ACGE 660; Const. 100.

5.4 Page 44

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280
Documentos capitulares CG21
3.2 Responsabilidad a los distintos niveles
318 3.2.1 El salesiano
Cada hermano, como responsable del propio cre-
cimiento y del de la comunidad en que vive y tra-
baja, refuerce, o eventualmente recupere, con un
oportuno programa de vida, la capacidad y el há-
bito de la lectura sistemática, del estudio de las
ciencias propias de su misión, y asimismo la dis-
posición a la oración personal, a la meditación, a la
dirección espiritual y a la liturgia penitencial 146.
En este empeño será asistido fraternalmente por
la Congregación por medio de los distintos respon-
sables. Estos están presentes en la tarea ordinaria
de crecimiento y proveen a las iniciativas indispen-
sables.
3.2.2 En las iniciativas ordinarias, tienen especiales
responsabilidades:
319 a) El Director. Siendo la comunidad local el lugar
ordinario de la formación permanente, la figura del
Director, su testimonio, su acción y su mentalidad
tienen una importancia decisiva. Su deber de ani-
mación religiosa y pastoral y de dirección espiritual,
sea prioritario, en el desempeño de su servicio, por
encima de las otras incumbencias 147.
b) El Inspector. A él concierne animar la vida re-
ligiosa y cuidar la formación integral y permanente
de los hermanos 148.
Para esto:
- apoye con el contacto personal el empeño de
renovación de los hermanos;
- programe con su consejo las actividades e ini-
ciativas relativas a la formación permanente
de los hermanos, y la cualificación de los for-
146 ACGE 659.
141 ACGE 672; Const. 182; Reg 153, 155, 157.
148 Const. 168.

5.5 Page 45

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La formación para la vida salesiana 281
madores y animadores, especialmente de los
Directores 149;
- cuide el cumplimiento de dicha programación,
siguiendo de un modo particular la vida ordi-
naria de las comunidades locales 150.
c) Animadores-formadores. La formación perma-
nente requiere personas preparadas para esta fun-
ción y, al menos a nivel interinspectorial, con posi-
bilidad de dedicarse totalmente a ella.
d) Personal salesiano cualificado. El personal sa-
lesiano cualificado considere prioritario este servi-
cio a los hermanos por encima de otros compromi-
sos ocasionales y supererogatorios.
3.2.3 En las iniciativas extraordinarias y para la
animación a un radio más amplio:
a) Los Consejeros Regionales. Son responsables, 320
con los Inspectores interesados, de la actuación de
los programas interinspectoriales de formación per-
manente. Favorezcan una mayor colaboración y coor-
dinación entre las Inspectorías para la formación
permanente.
b) El Consejero para la formación. «Cuida y se
responsabiliza de la formación integral y perma-
nente de los salesianos» 151 De acuerdo con el res-
pectivo Regional exige de las Inspectorías la pro-
gramación y la actuación de líneas prácticas con
relación a la formación permanente de los herma-
nos; tenga cuidado especial de la marcha de los
Centros de formación permanente y de las casas de
espiritualidad.
c) El Rector Mayor. Como padre y centro de
unidad, promueve una constante y renovada fideli-
dad a la vocación salesiana 152• Ello, entre otras co-
149 ACGE 690f.
150 Reg 93.
151 Const. 139.
152 ACGE 714, 719; Const. 129.

5.6 Page 46

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282
Documentos capitulares CG21
sas, trae consigo la función de animar a los herma-
nos en la formación permanente. Lo cumple median-
te el gobierno ordinario, con su magisterio (discur-
sos y cartas circulares), con los encuentros, visitas
y demás formas de contacto con grupos y perso-
nas 153,
3.3 Estructuras
321 3.3.1 Inclúyase en los documentos normativos
(Ratio Institutionis, Ratio Studiorum, Directorios
inspectoriales) de la formación salesiana, el capítu-
lo sobre la formación permanente. El tratado sobre
la formación inicial presente la perspectiva de la
formación permanente como principio organizador y
orientador.
322 3.3.2 A la Comisión inspectorial para la forma-
ción compete también la programación de la for-
mación permanente de los salesianos y su actuación
bajo la dependencia del Inspector y su Consejo.
323 3.3.3 Las Regiones, los Grupos lingüísticos, o las
Conferencias lnspectoriales tengan, según la posibi-
lidad y conveniencia, su Centro de formación per-
manente. Las iniciativas interinspectoriales que en
él se desarrollen, están bajo la responsabilidad de
los Inspectores de la Región o conferencia interesa-
da, del Consejero Regional y del Consejero de la
formación.
324 3.3.4 El Centro «Salesianum» de Roma tenga co-
mo uno de sus cometidos específicos el de preparar
Directores y Animadores para los otros Centros re-
gionales.
325 3.3.5 Para los cursos de formación permanente
de los hermanos, se pueden aprovechar también Cen-
tros interreligiosos, especialmente cuando la inser-
ción en la pastoral de la Iglesia local lo aconseja,
118 ACGE 70 l.

5.7 Page 47

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La formación para la vida salesiana 283
y cuando la presencia de los salesianos en ellos apor-
ta un intercambio enriquecedor con los otros reli-
giosos.
3.4 Líneas de acción
3.4.1 A nivel local
a) Hágase de la comunidad local el ambiente 326
privilegiado de la formación permanente, evitando
toda dicotomía o discontinuidad entre paréntesis de
tiempos fuertes, y vida de comunidad. La vida de
comunión y de trabajo apostólico es ocasión conti-
nua de perfeccionamiento personal. La comunidad
apoya este proceso valorando y enriqueciendo todos
los tiempos, medios y aspectos comunitarios que
nos llevan a una mayor comprensión y profundidad
de nuestra vocación 154,
Entre éstos, cabe enumerar:
- los tiempos de oración comunitaria, de medita-
ción participada, de reflexión sobre el Evange-
lio y de revisión de vida; los retiros mensuales
y trimestrales;
- los momentos de participación y de correspon-
sabilidad (Consejo, Asamblea, reuniones) y de
comunicación comunitaria;
- las ocasiones de profundización salesiana, como
el coloquio con el Director, las conferencias 1ss,
las «Buenas noches»;
- la comunicación con la comunidad inspectorial
y con la Congregación por medio de la lectura
en común y comentada de las comunicaciones
de la Inspectoría y de las directrices del Rector
Mayor;
- la participación en los intereses de la Iglesia
mediante el conocimiento personal y comuni-
tario de sus orientaciones.
154 Const. 100.
1511 Cf Reg 157.

5.8 Page 48

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284
Documentos capitulares CG2 l
327 b) Las comunidades locales deberán programar
la propia actividad, de modo que se asegure a los
hermanos la participación en los espacios de ora-
ción, de reflexión en común, e igualmente «el tiem-
po necesario para una actualización personal con-
tinua» 156•
328 e) La comunidad favorezca el esfuerzo del her-
mano, con medios oportunos: ocasiones de inter-
cambio a nivel de estudio, participación en confe-
rencias y encuentros pastorales, correspondencia a
las propuestas de formación de la Iglesia local,
aprendizaje y ejercicio sistemático de medios de co-
municación («training» de comunicación), biblioteca
funcional al día, un ambiente comunitario reserva-
do 157 que favorezca el clima de recogimiento, de
oración y de trabajo personal.
329 d) La comunidad local favorezca también la for-
mación de los hermanos, a través de encuentros de
reflexión y experiencias religiosas con los jóvenes
y con los otros destinatarios de nuestra misión.
3.4.2 A nivel inspectorial
330 a) Los Inspectores y Delegados, al presentar los
documentos capitulares, pongan en evidencia la im-
portancia de la formación permanente. La Comisión
inspectorial para la formación continúe después la
labor mediante oportunas intervenciones.
331 b) Medios y ocasiones ordinarias a nivel inspec-
torial, son las reuniones de Directores, Ecónomos,
Animadores pastorales y otras similares. En ellas,
además de tratar aspectos administrativos y orga-
nizativos, exista la preocupación por la vida reli-
giosa y por el progreso espiritual y doctrinal de los
salesianos.
332 e) Los Ejercicios Espirituales tienen una efica-
cia particular para el crecimiento personal y la co-
156 Reg 93.
m Reg. 39.

5.9 Page 49

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La formación para la vida salesiana 285
munión inspectorial, y han de valorizarse mediante
la preparación de los hermanos, así como mediante
la puesta al día de sus formas y de los Animadores.
d) La Inspectoría programe también encuentros 333
breves, según las propias posibilidades, para favore-
cer el esfuerzo de formación permanente (por ejem-
plo, sobre temas bíblicos, catequísticos, pastorales,
de vida religiosa, de salesianidad, etc.).
e) La Inspectoría cuidará de modo particular a 334
los sacerdotes que se hallan en sus primeros años
de ejercicio del ministerio: además del acompaña-
miento pastoral, proveerá a una ulterior preparación
en las disciplinas propias del sacerdote salesiano:
catequesis, pastoral juvenil, etc. Análoga providen-
cia se tomará para los salesianos coadjutores en los
primeros años de su inserción de lleno en el tra-
bajo pastoral.
f) Ofrézcase a todos los salesianos, después de 335
la profesión perpetua, periódicamente, la posibilidad
de un tiempo de conveniente duración para la re-
novación de su vida religiosa y pastoral.
Las Inspectorías, en su programación de trabajo,
tengan en cuenta esta exigencia. Cada hermano res-
ponda generosamente a esta necesidad de formación,
para bien propio y de la comunidad.
g) Dese prioridad en el próximo sexenio al tema 336
de la salesianidad y al estudio de las Constituciones.
h) Cada Inspectoría o Grupo de Inspectorías pro- 337
vea en el próximo trienio a preparar expertos en
salesianidad aprovechando el servicio de la UPS.
i) La formación permanente exige el reajuste de 338
las obras y de las actividades como hecho de cre-
cimiento cualitativo. El CG21 reafirma la necesidad
de aplicar los criterios de reajuste dados por el
CGE, incluso para dar lugar a la formación perma-
nente de los hermanos.

5.10 Page 50

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286
Documentos capitulares CG21
3.4.3 A nivel regional y mundial
339 a) Prográmense para el próximo trienio cursos
completos en el centro del «Salesianum» de Roma
para Directores y Animadores de Centros regionales
de formación permanente.
340 b) El Consejo Superior organizará periódicamen-
te iniciativas encaminadas a la cualificación espe-
cífica de los Inspectores para su papel de anima-
dores de las comunidades inspectoriales.
341 cJ La cualificación específica de los Directores se
llevará a cabo por medio de iniciativas interinspec-
toriales organizadas, al menos cada tres años, bajo
la coordinación de la Conferencia o del Regional
con los Inspectores interesados.
342 d) Las Conferencias o Grupos lingüísticos deben
proveer de suficiente y actualizada bibliografía sa-
lesiana en la propia lengua. Por otra parte, se hacen
votos por la formación, a nivel regional, de grupos
de estudio de salesianidad, con posibilidad de ser-
vicios y publicaciones.