CG XXIII - Completo-es


CG XXIII - Completo-es

1 Pages 1-10

▲back to top

1.1 Page 1

▲back to top
ACTAS DEL CONSEJO GENERAL
DE LA SOCIEDAD SALESIANA DE SAN JUAN BOSCO
N: 333 - año LXXI
mayo 1990
XXIII CAPÍTULO GENERAL
DE LA SOCIEDAD
DE SAN FRANCISCO DE SALES
Roma, 9 de marzo - 5 de mayo de 1990
DOCUMENTO CAPITULAR:
EDUCAR
A LOS JÓVENES
EN LA FE
DISPOSICIONES
ORIENTACIONES
ANEXOS
EDITORIAL CCS
MADRID
© 1990 Editorial CCS, Alcalá, 164 / 28028 Madrid
No está permitida la reproducción total o parcial de esta obra, ni su tratamiento informático, ni la
transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico o mecánico, por fotocopia,
por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.
ISBN: 84-7043-580-9
Depósito legal: M-28563-1990
Fotocomposición: FER Fotocomposición, S. A.
Imprime: Gráficas Don Bosco. Arganda (Madrid)

1.2 Page 2

▲back to top
2Educar a los jóvenes en la fe
ÍNDICE GENERAL
Abreviaturas y siglas
PRESENTACIÓN DEL RECTOR MAYOR....
núm. pág.
4
5
DOCUMENTO CAPITULAR
«EDUCAR A LOS JÓVENES EN LA FE, TAREA Y RETO PARA LA COMUNIDAD SALESIANA
HOY»
Introducción
1-14 12
Primera parte
LA REALIDAD JUVENIL, RETO PARA LA COMUNIDAD SALESIANA
1. Contextos en que viven las comunidades salesianas
15-44
18
2. Situación de la juventud
45-63
26
3. Los jóvenes ante la fe
64-74
32
4. Retos más urgentes
75-88
35
Segunda parte
EL CAMINO DE FE
1. La comunidad ante los retos
89-93
41
2. El camino de educación en la fe
94-157 43
Al encuentro de Dios en el joven
94-96
43
Punto de partida
97-100 44
La propuesta de vida cristiana
101-111
45
Áreas de atención
48
1. Meta global
112-115
48
2. Cuatro grandes áreas
116-119
49
- Hacia la madurez humana
120-129
51
- Hacia un encuentro auténtico con Jesucristo
130-139
55
- Hacia una intensa pertenencia eclesial
140-148
58
- Hacia un compromiso por el Reino
149-157
61
3. Espiritualidad juvenil salesiana
158-180
64
Preámbulo
158-160
64
Presentación sintética
161
66
1. Espiritualidad de lo cotidiano
162-164
67
2.
Espiritualidad de la alegría y el optimismo
165-166
68
3.
Espiritualidad de la amistad con Jesucristo el Señor
167-168
69
4. Espiritualidad de comunión eclesial.
169-177
69
5.
Espiritualidad de servicio responsable
178-180
73
4. Algunos núcleos más importantes de la
educación en la fe
181-214
75
1. Formación de la conciencia
182-191
75
2. Educación en el amor
192-202
78
3. Dimensión social de la caridad
203-214
80
Tercera parte
COMPROMISOS OPERATIVOS DE LA COMUNIDAD
Preámbulo
215-218
86
1. DISPOSICIONES CAPITULARES
88
1.1. Testimonio de una comunidad que
se renueva continuamente
219-224
88
1.2.
La comunidad salesiana se inserta en el contexto
2

1.3 Page 3

▲back to top
y en el mundo juvenil con nueva calidad pastoral 225-231
89
1.3.
La comunidad salesiana, animadora de la
comunidad educativa y de la familia salesiana 232-238
91
1.4.
La comunidad desarrolla una pastoral orgánica 239-246
92
1.5.
La comunidad salesiana presta una atención
particular a la orientación vocacional
247-253
93
1.6.
La comunidad desarrolla una nueva
forma de comunicación
254-260
95
2. ORIENTACIONES OPERATIVAS PARA SITUACIONES PARTICULARES
261-299
97
2.1.
Ambientes de amplia acogida
262-266
97
2.2.
Ambientes de educación sistemática
267-273
98
2.3.
El grupo juvenil
274-283
99
2.4.
Trato personal con el joven
284-289
100
2.5.
Comunidades para jóvenes en dificultad
290-294
101
2.6.
Grandes concentraciones juveniles
295-299
102
Conclusión
300
103
DISPOSICIONES SOBRE TEXTOS LEGISLATIVOS Y OTRAS ORIENTACIONES
1
Modificaciones o añadiduras al texto de las Constituciones
107
2
Una modificación en el texto de los Reglamentos Generales
109
3
Interpretaciones prácticas de textos de las Constituciones
o de los Reglamentos
109
4
Disposiciones sobre grupos de inspectorías
109
4
Orientación operativa para la presencia salesiana en África
110
ANEXOS
1. Mensaje de S.S. Juan Pablo II en la inauguración
del XXIII Capítulo General
2. Saludo del cardenal Juan Jerónimo Hamer
3. Discurso del Rector Mayor al inaugurar el XXIII Capítulo General
4. Palabras de homenaje del Rector Mayor al Santo Padre
5. Discurso de S.S. Juan Pablo II a los capitulares
en su visita del 1 de mayo
5. Saludo a las Hijas de María Auxiliadora,
miembros del XIX Capítulo General de su Instituto
7. El XXIII Capítulo General a los
Cooperadores y Cooperadoras salesianos
8. El XXIII Capítulo General a los Antiguos Alumnos/as salesianos
9. Discurso del Rector Mayor en la
clausura del XXIII Capítulo General
10. Carta a los jóvenes
11. Crónica del XXIII Capítulo General
12. Relación de participantes en el XXIII Capítulo General
112
114
117
125
126
129
130
132
134
144
149
161
ÍNDICE DE MATERIAS
166
3

1.4 Page 4

▲back to top
4Educar a los jóvenes en la fe
ABREVIATURAS Y SIGLAS
Abreviaturas
art.
artículo
can.
canon
cap.
capítulo
cf.
confróntese
núm.
número
o.c.
obra citada
pág.
página
v.
véase
Siglas de documentos eclesiales
AA
Apostolicam Actuositatem
ChL
Christifideles Laici
Ddb
Documento de base (para un catecismo universal, edic. italiana)
DV
Dei Verbum
EN
Evangelii Nuntiandi
GS
Gaudium et Spes
JP
Juvenum Patris
LG
Lumen Gentium
MC
Marialis Cultus
RH
Redemptor Hominis
Siglas de fuentes salesianas
ACG
ACS
CG
CGE
Const.
FSDB
MB
MBe
RVA
Reglam.
SDB
VDB
Actas del Consejo General
Actas del Consejo Superior (hasta 1984)
Capítulo General
Capítulo General Especial (ó XX)
Constituciones
Formación de los Salesianos de Don Bosco (Ratio)
Memorie Biografiche di san Giovanni Bosco *
Memorias Biográficas de san Juan Bosco, versión española
Reglamento de Vida Apostólica
Reglamentos Generales
Salesianos de Don Bosco
Voluntarias de Don Bosco
* La traducción está hecha directamente del Documento capitular italiano. Indicamos en cada caso la
paginación de la versión española.
4

1.5 Page 5

▲back to top
PRESENTACIÓN
Queridos hermanos:
Comenzamos un nuevo sexenio. Lo hacemos llenos le confianza en el Señor, persuadidos
de que el XXIII Capítulo General ha sido para nosotros una gracia de su Espíritu. Él nos
guiará en el camino que vamos a recorrer. La actitud que debe cultivar todo hermano, y
cada comunidad, será aquella de la que dio un testimonio eminente el nuevo beato,
Felipe Rinaldi, según vimos en la circular de primeros de año (ACG 332, enero-marzo
1990).
1. Actas del XXIII Capítulo General
Os presento las 'actas' del XXIII Capítulo General. Contienen un material muy rico, que
orientará nuestra vida y actividad apostólica.
En ellas se ha recogido la documentación oficial del quehacer capitular, o sea: el
documento acerca de la educación de los jóvenes en la fe, los cambios o añadiduras a
las Constituciones y Reglamentos, algunas interpretaciones prácticas de textos de la
Regla, disposiciones relativas a grupos de inspectorías, una orientación operativa para
nuestra presencia en África, una breve crónica del acontecimiento capitular, y la 'Carta
a los jóvenes', pedida al Rector Mayor por la Asamblea.
Encontraréis, asimismo, varios discursos y saludos iniciales, particularmente los tan
ricos en sugerencias del Santo Padre y de S. Em. el cardenal Prefecto de la Congregación
de Institutos de Vida Consagrada.
Este valioso material representa también el fruto de un largo trabajo de preparación,
empezado el mes de agosto de 1988 con la convocatoria del Capítulo (ACG 327) y
realizado con un esfuerzo ampliamente comunitario, pues los capítulos inspectoriales
produjeron interesantes aportaciones, de las que la Comisión precapitular hizo una
radiografía fiel y orgánica, presentando una estimulante síntesis que pudiera servir para
redactar un posible texto capitular y abundancia de oportunas reflexiones. En el trabajo
de los capitulares han influido también dos volúmenes con, respectivamente, el 'Informe
del Rector Mayor' sobre el sexenio 1984-1990 y las 'Estadísticas' generales de la
Congregación. Ambos ofrecen un panorama concreto y razonado de nuestra realidad y
de sus progresos, expectativas, problemas y posibilidades.
2. Documento capitular
La asamblea capitular, en dos meses de intenso intercambio, supo formular
conclusiones válidas. Partió de la diversidad de contextos en que actúan nuestras
comunidades, analizando la complejidad de la condición juvenil, interpretando la
actitud de los jóvenes ante la fe e individuando los retos universal-mente más
significativos. A las múltiples interpelaciones respondió ofreciendo un camino de
educación inspirado en la vivencia pedagógico-pastoral de san Juan Bosco. Para
garantizar su actuación, individuó asimismo algunas opciones concretas encaminadas a
la práctica.
Creo que será útil subrayar algunos aspectos que son como el armazón de todo.
Tomarlos en cuenta facilitará la recta interpretación del documento y promoverá la
aplicación de sus disposiciones y orientaciones.
2.1 Es importante, en primer lugar, tener presente que el camino para educar a los
jóvenes en la fe se mueve en el ámbito de la nueva evangelización (cf. ACG 331). Esto
incluye varias exigencias. El requisito de fondo es poner, como objetivo, la autenticidad
de la fe, su interiorización y la credibilidad de quien la profesa, a fin de saber
interpretar las novedades de los signos de los tiempos y afrontar los retos de La
5

1.6 Page 6

▲back to top
6Educar a los jóvenes en la fe
irrelevancia, de la lejanía y de la multiplicidad de mensajes y propuestas. El Santo
Padre nos dijo que la educación de los jóvenes en la fe «es una de las grandes
cuestiones de la nueva evangelización; es justo que busquéis hoy caminos adecuados y
lenguajes idóneos, con plena fidelidad a vuestro carisma y a toda la enseñanza de la
Iglesia» (Discurso al Capítulo General, núm. 3).
El documento no se detiene a examinar cada una de nuestras instituciones, cosa ya
hecha por capítulos anteriores, abriendo incluso camino a nuevas iniciativas. El aspecto
prioritario que quiere evidenciar como urgencia más sentida es, propiamente, nuestra
capacidad de adecuarnos, doquiera estemos ahora o después, a las interpelaciones de la
cultura emergente y a los desafíos de los contextos reales. Urge encender en los jóvenes
un vivo deseo de la fe cristiana y, una vez encendido, acompañarlos paso a paso hasta la
plenitud de la vida en el Espíritu.
La nueva evangelización nos pide concretamente una nueva educación, sobre la que
debemos reflexionar con fidelidad a los orígenes. Toda la preocupación del texto se
dirige a la calidad de nuestra acción educativa. Su clave de lectura es la propuesta de
un camino pedagógico impregnado de Evangelio.
Lo cual significa dedicarse a un crecimiento progresivo de la fe hasta su maduración, y
no sólo una siembra, una propuesta ocasional o algún que otro gesto o rito tradicional.
El camino señalado por el documento requiere no sólo trabajo de siembra, sino también
constancia y pericia en el cultivo y serio esfuerzo para llevarlo adelante; es decir,
requiere una pedagogía de la santidad verdaderamente original.
2.2 El sujeto responsable, para nosotros imprescindible si queremos acompañar a los
jóvenes en el camino de la fe, es la comunidad, Inspectorial y local. El documento no se
demora en la naturaleza y estructura de la comunidad salesiana, ya afrontadas con
profundidad anteriormente, sino en su calidad y credibilidad. La comunidad debe ser
visiblemente signo y escuela de fe viva. Si no responde a esta exigencia, el documento
capitular se quedará en papel de biblioteca, pues el camino propuesto arranca de la fe
explícita de la comunidad, para propagarse y crecer en la fe de los jóvenes: «de la fe a
la fe» (cf. Comentario del Rector Mayor al aguinaldo de 1990).
La comunidad salesiana es el primer sujeto de todo, el hilo conductor que une las
diversas partes del texto: vive con intensidad gozosa el seguimiento de Cristo, confiesa
su misterio mediante el testimonio consagrado, sintoniza y escruta atentamente el
contexto donde actúa, descubre en él las semillas de Evangelio, interpreta los deseos de
fe, intuye los pasos que hay que dar en el camino, lo recorre y lo verifica
continuamente a la luz de la palabra de Dios.
El primer destinatario del documento es, por tanto, la comunidad; a ella se dirige el
XXIII Capítulo General para encomendarle su realización.
2.3 EL XXIII Capítulo General fundamenta la credibilidad de la comunidad en su
metodología salesiana para educar a los jóvenes en la fe sobre dos pilares
característicos y complementarios: la espiritualidad y la pedagogía. Se trata de dos
dinamismos en los que converge el sistema preventivo que nos transmitió san Juan
Bosco «como modo de vivir y trabajar, para comunicar el Evangelio y salvar a los jóvenes
con ellos y por medio de ellos. Este sistema informa nuestras relaciones con Dios, el
trato personal con los demás y la vida de comunidad, en la práctica de una caridad que
sabe hacerse amar» (Const. 20). Don Bosco nos dejó un patrimonio rico y original donde
inspirarnos. Pensemos en la descripción del espíritu salesiano hecha en el segundo
capítulo de las Constituciones. Dicho espíritu constituye el alma de nuestro estilo de
convivencia con los jóvenes y de nuestro avanzar con ellos por el camino de fe. El Papa
nos habló de espiritualidad en su mensaje inicial y en el discurso del uno de mayo.
«Espiritualidad —decía en el último— significa participación viva en la potencia del
Espíritu Santo... Los jóvenes deben tener conciencia de la vida nueva recibida en el
6

1.7 Page 7

▲back to top
sacramento del Bautismo y llevada a plenitud en la Confirmación», y saber que de ella
procede la fuerza de síntesis personal entre fe y vida que es posible a quien cultiva en sí
mismo el don del Espíritu (núm. 5).Nuestra espiritualidad se distingue por ser
pedagógica. La calidad pastoral de la comunidad se mide por su evangelizar educando.
Se trata de saber cultivar pacientemente la semilla depositada en el corazón de los
jóvenes, incluso cuando la han sembrado otros. La comunidad entera está llamada a
seguir con atención a los jóvenes en diálogo de fe, más allá del simple cumplimiento de
obligaciones institucionales; aquí no hay clichés que puedan repetirse; es preciso
intensificar la capacidad de animar, implicar y corresponsabilizar, o sea, de educar.
2.4 Pero es imposible que la comunidad ofrezca y desarrolle la fe de los jóvenes si no
vive, de forma activa y actualizada, la comunión de orientaciones e iniciativas propias
de la Iglesia.
Entre las prioridades propuestas por el concilio Vaticano II y varios sínodos posteriores,
figura la animación de los seglares. El documento capitular habla de ello con miras a la
educación de los jóvenes en la fe. Lo subraya el Rector Mayor en el discurso final,
diciendo que esa labor nos obliga a colocarnos de hecho en las fronteras de la nueva
evangelización y de la nueva educación (cf. Christifideles laici).
Las disposiciones del Capítulo nos indican dos espacios precisos en este tipo de
animación e implicación: la comunidad educativo-pastoral y la familia salesiana. En
ambos actúan no pocos seglares con quehaceres, formas y posibilidades distintas.
El XXIII Capítulo General pide a la comunidad, en cada uno de sus niveles —local,
inspectorial y mundial—, que cultive durante los próximos seis años esta área de
animación, en favor de los jóvenes. Con tal fin, indica tareas concretas a las casas y a
las inspectorías, y sugiere al Rector Mayor con su Consejo que «ofrezca elementos y
líneas para un 'proyecto seglares' en nuestra Congregación».
2.5 El documento propone, asimismo, como medio imprescindible para crecer en la
espiritualidad y competencia pedagógica y en la animación de los seglares, la formación
permanente.
La primera disposición capitular se refiere precisamente a la necesidad de saber
progresar en esta tarea renovadora. «Durante el próximo sexenio —dispone— la
Congregación asumirá como compromiso prioritario la formación y cualificación
continua de los salesianos. Cuidará especialmente la interioridad apostólica, que es a la
vez caridad pastoral y capacidad pedagógica» (núm. 221).
La formación permanente está llamada a poner, una vez más, en el centro a la
comunidad, pues se trata de obtener «el testimonio de una comunidad que se renueva
continuamente». La comunidad es el sujeto privilegiado de nuestro crecimiento
cualitativo gracias a su testimonio cotidiano, mediante la corresponsabilidad y el
discernimiento, con la participación activa en la comunión de la Iglesia local y con la
fidelidad dinámica al Fundador, venciendo los diferentes peligros del sutil genericismo,
individuado como peligro actual en la verificación sobre la vida de las comunidades (cf.
Informe del Rector Mayor, 291-298) y que constituye un aspecto de nuestra
superficialidad espiritual.
3. El acontecimiento del XXIII Capítulo General
Todo capítulo general debería ser, según las Constituciones, «el principal signo de
unidad de la Congregación dentro de su diversidad» (art. 146); es decir, debería tener
un significado vital que fuera mucho más allá de sus documentos.
El XXIII Capítulo General lo ha sido indudablemente, aun teniendo en cuenta que todo
acontecimiento humano lleva consigo aspectos menos positivos y deficiencias.
7

1.8 Page 8

▲back to top
8Educar a los jóvenes en la fe
En este Capítulo hemos de subrayar dos signos extraordinarios de peculiar dimensión
eclesial: la solemne beatificación del tercer sucesor de san Juan Bosco, Felipe Rinaldi,
en la plaza de San Pedro abarrotada de fieles, y la intervención personal del Santo
Padre Juan Pablo II con el mensaje inicial y con su histórica visita a la sede misma del
Capítulo.
También ha habido otros muchos aspectos fuertemente positivos: la alegría en la vida
de familia de todos los capitulares, los intercambios de las variadísimas experiencias
(¡las famosas 'buenas noches'!), la sintonía de todos con el espíritu del Fundador, la
creciente conciencia de la importancia de nuestra comunión mundial, la sensibilidad y
respeto hacia las diversidades culturales, la sensación mutuamente confesada de vivir
una hora especial de gracia, la altura de intenciones, promovida desde el principio por
el retiro espiritual bajo la guía de nuestro benemérito obispo hondureño, monseñor
Óscar Rodríguez, y el hecho de haber sido un capítulo ordinario de nueva factura.
El XXIII Capítulo General ha sido de verdad «signo de la unidad de la Congregación»;
los capitulares han llevado su promesa de vitalidad a todas las inspectorías como
peculiar don de esta visita del Espíritu Santo. Podemos afirmar que, por medio de este
Capítulo, «toda la Sociedad, dejándose guiar por el Espíritu del Señor, [se ha esforzado]
por conocer en [este] momento de la historia, la voluntad de Dios, para servir mejor a
la Iglesia» (Const. 146).
4. Labor del sexenio
Os invito, pues, queridos hermanos, a estudiar y poner en práctica cuanto nos propone
el XXIII Capítulo General para ser misioneros de los jóvenes.
La aplicación de sus disposiciones y orientaciones nos llevará a primera fila entre los
obreros de la viña: sea porque la Iglesia está buscando precisamente un método pastoral
adecuado a los tiempos nuevos, sea porque mira con prioridad a la nueva evangelización
de los jóvenes, como os decía al comentar el aguinaldo de este año. Habrá que ver
después si somos capaces de ir tan adelante... Es lo que deseamos a jóvenes y ancianos,
sanos y enfermos, a fin de que todos aportemos tesoros de éxito según la medida de la
gracia que el Señor da a cada uno de muchos modos diferentes.
El secreto para llegar está en el testimonio de la interioridad apostólica, que
mediante su gracia de unidad nos hace pastores y pedagogos: pedagogos, por ser
pastores de los jóvenes; y pastores, por ser educadores cristianos.
Terminaba yo el informe del sexenio 1984-1990 «subrayando cuál es la condición de
fondo más urgente para nuestra actividad salesiana. Se formula -—escribí— con una
palabra que es para nosotros un reclamo: espiritualidad» (pág. 272). Efectivamente,
dicen las Constituciones: «Como Don Bosco, estamos llamados, todos y en todas las
ocasiones, a ser educadores de la fe. Nuestra ciencia más eminente es, por tanto,
conocer a Jesucristo, y nuestra alegría más íntima, revelar a todos las riquezas
insondables de su misterio» (art. 34).
Pidamos a María Auxiliadora, estrella de la evangelización, que nos ayude a
sumergirnos cada vez más en el misterio de Cristo, hermano y Señor, a fin de que, con
él a nuestro lado, no caminemos en tinieblas, sino que tengamos, para nosotros y para
los jóvenes, la luz de la vida.
Roma,
fiesta de la Santísima Trinidad,
10 de junio de 1990
Egidio Viganó
Rector Mayor
8

1.9 Page 9

▲back to top
9

1.10 Page 10

▲back to top
10Educar a los jóvenes en la fe
DOCUMENTO CAPITULAR
Educar
a los jóvenes en la fe,
tarea y reto para
la comunidad salesiana
hoy
10

2 Pages 11-20

▲back to top

2.1 Page 11

▲back to top
INTRODUCCIÓN
La Congregación Salesiana
1
La Congregación Salesiana, guiada por el Espíritu Santo y fiel al carisma de su
Fundador, ha realizado en estos años un proceso de renovación y definición de su propia
identidad.
Ahora queremos repasar, a grandes rasgos, la historia que nos ha llevado de la
misión salesiana al camino de educación en la fe, pues la labor educativo-pastoral de la
Congregación no es una serie de acontecimientos y acciones que se deslizan unos tras
otros sin sentido ni conexión, sino que es el conjunto de vivencias que, animados por el
Espíritu de Dios, hemos tenido en la historia de la salvación.
solidaria con el mundo y su historia
2
Nuestra misión de educadores nos hace íntimamente solidarios con el mundo y su
historia (cf. Const. 7), pues educar quiere decir participar con amor en el crecimiento
de las personas y en la construcción de su futuro.
Afrontamos esta historia a la luz del plan de salvación, guiados por la sabiduría
de la Iglesia, que es su signo e instrumento.
Las actuales tendencias del mundo subrayan la función central de la persona en
todos los problemas que marcan las vicisitudes humanas. «Somos testigos del
nacimiento de un nuevo humanismo, donde el hombre queda definido principalmente
por la responsabilidad para con sus hermanos y ante la historia» (GS 55). Por
consiguiente, la educación de la persona es urgente y prioritaria en este contexto.
en el corazón de la Iglesia
3
La Iglesia, guiada por el Espíritu, captó en el Concilio Vaticano II, los signos de
los tiempos; recuperó la conciencia de su ser misterio; renovó su comunión interna y
planteó su presencia en el mundo de cara a la misión. Como experta en humanidad, se
sintió de nuevo llamada a educar y acompañar al hombre. Diversos documentos y
asambleas autorizadas ofrecieron orientaciones prácticas para realizar todo esto.
Desde entonces han madurado muchas cosas en la conciencia y en la vida de los
fieles.
al servicio de la nueva evangelización
4
En los últimos años se ha hecho urgente la necesidad de una nueva
evangelización: «nueva en su ardor, en su método y en sus expresiones» (Juan Pablo II,
AAS 75, 1983, pág. 778). Ésta halla su razón en las inéditas situaciones eclesiales,
sociales, económicas, políticas y culturales que se caracterizan por un creciente y
acelerado proceso de cambio y por el acumularse de cuestiones que interpelan la
responsabilidad de todos.
Así pues, es nuevo el contexto; nuevos son también sus objetivos generales: se
trata de renovar el entramado humano de la sociedad, aceptando dar nueva vida, ante
todo, al espíritu evangélico en las comunidades eclesiales.
La nueva evangelización se dirige a la persona, «centro y cumbre de todo lo que
existe en la tierra» (ChL 37). Es consciente, sin embargo, dé que el respeto a la persona
exige solidaridad incluso en el ámbito mundial. Alma y sustento de esta solidaridad es la
caridad. Así, la persona y la sociedad se transforman gracias a una cultura nueva, más
11

2.2 Page 12

▲back to top
12Educar a los jóvenes en la fe
atenta a la totalidad de las necesidades del ser humano que a las exigencias de la moral
individual.
a partir de la misión (XX Capítulo General)
5
Nuestra Congregación se ha movido solidaria con el mundo (cf. Const. 7) y en
comunión con la Iglesia .cf. Const. 6), llevando su pequeña historia al gran carril del
camino de la humanidad. El Capítulo General Especial centró su atención en nuestra
misión específica, e indicó dos condiciones realizarla: primera, dejarse guiar por el
Espíritu para entender bien el carisma del Fundador, participar intensamente en la vida
de la Iglesia y captar las señales emitidas por los jóvenes en la historia del mundo, cuya
levadura escondida es el Espíritu Santo; segunda, estar dispuestos a realizar con
confianza nuevos éxodos y opciones, ya que la juventud nunca aceptaría una actitud de
miedo ante la vida, de sospecha frente a la nueva cultura o de escaso entusiasmo ante
los grandes quehaceres que se perfilaban.
asumida por la comunidad con un proyecto (XXI Capítulo General)
6
Seis años más tarde, los salesianos captaban todo esto mucho mejor. El XXI
Capítulo General se propuso entonces ser más concreto y operativo indicando sus
consecuencias. Descubría una feliz coincidencia entre las expectativas y nuestra misión,
y, en la misión evangelizadora, la característica fundamental de nuestra identidad.
Pero, ¿cómo evangelizar a los jóvenes?
El XXI Capítulo General se apoyaba en dos prioridades: la primera era la
comunidad salesiana, sujeto de la misión y animadora de numerosas fuerzas apostólicas;
y la segunda, un proyecto educativo-pastoral.
La comunidad se convertía en centro de comunión y participación; y el proyecto
—es decir, el sistema preventivo bien entendido y actualizado— sería nuestro modo
original de hacer real la evangelización de los jóvenes.
como consagración apostólica (XXII Capítulo General)
7
El XXII Capítulo General llevó a término la elaboración de nuestra Regla de vida y
reconoció definitivamente la indisoluble unidad que tienen para nosotros la misión
apostólica, la vida comunitaria y la profesión de los consejos evangélicos (cf. Const. 3),
haciendo de esta consagración apostólica una apasionada opción de Dios mediante el
amor a los jóvenes, su hijos. Despertando en el corazón de éstos los sentimientos de
filiación y la convicción de la presencia del Padre, el salesiano realiza su vivencia
radical del Evangelio.
Nuevos retos
8
Esta lectura de la historia salesiana, inspirada en una comunión profunda con la
Iglesia y en la solidaridad con el mundo de los jóvenes, especialmente de los más
pobres, nos ha hecho mirar a éstos con concreción y amor. Su modo de ser y de vivir nos
ha planteado interrogantes urgentes e importantes:
*
¿Qué es hoy Dios para ellos? ¿Cómo influye la fe en su vida?
*
¿Cómo realizar nuestra misión de educadores en la fe en estos tiempos nuevos y
en las nuevas situaciones?
Estos interrogantes han movido nuestra reflexión, enriquecida con los mensajes
procedentes de los acontecimientos y celebraciones juveniles del año centenario. Los
jóvenes se muestran sensibles a los valores de una nueva propuesta de vida, que en san
12

2.3 Page 13

▲back to top
Juan Bosco tiene un maestro capaz de ofrecerles «una educación nueva,
simultáneamente creativa y fiel» (JP 13).
Nació entonces con naturalidad, y se difundió, el deseo de hacer un camino de fe
con ellos, a la luz de la pedagogía de la santidad juvenil salesiana.
captados en todas las inspectorías
9
Los capítulos inspectoriales, orientados y estimulados por esta sensibilidad, se
movieron en un ámbito práctico: verificar la eficacia de la educación salesiana con
miras a la vida de fe de los jóvenes. Las inquietantes preguntas que mandaron eran las
de siempre; no obstante, bajo el acoso de la nueva época, se mostraban nuevas en su
tono y en la exigencia de concreción:
— ¿Cómo hay que entender la fe en los ambientes donde ésta debe ser luz y sal? ¿Cómo
referir la vida de fe a la existencia personal? ¿Qué significa hoy educar en la fe? ¿Cómo
transmitir la fe y cómo acompañar los jóvenes hacia ella?
y respondidos por el XXIII Capítulo General
10 Es preciso construir un camino a medida de los jóvenes, pensando en un tipo de
hombre que sea capaz de vivir las exigencias de la fe en la historia actual. El proyecto
alcanza así el punto deseado.
A partir de ahí se han individuado tres temas fundamentales, que han ocupado
largamente la atención de los capitulares y en los que se articula la reflexión del XXIII
Capítulo General: la situación de los jóvenes en sus propios ambientes, el camino de fe,
y la espiritualidad juvenil salesiana.
inspirándose en la pedagogía del Padre
11 La educación de los jóvenes en la fe se inspira en la acción de Dios. «Con próvida
gradualidad fue descubriendo el misterio de su amor, llevando a los hombres, por medio
de la historia y de la antigua alianza, hacia el encuentro con Cristo. Acudió en ayuda de
los hombres mediante hechos y palabras que les fueran familiares, hablando a su pueblo
según el género de cultura propio de las diversas situaciones históricas y mostrando su
condescendencia, de la forma más elevada, en el Hijo hecho carne» (Ddb 15; cf. DV4. 7.
13).
testimoniada por el Hijo
12 La venida de Jesucristo, el Señor, recoge toda la obra educativa del Padre. Es el
Emmanuel, Dios con nosotros, y es reconocido por los suyos como rabí y maestro (cf. Jn
3, 2; 9, 2). Está dotado de una original autoridad de magisterio, es capaz de hacerlos
reflexionar acerca de los acontecimientos humanos librándolos de los prejuicios
corrientes, está atento a su formación y no duda en utilizar las formas más apropiadas
de comunicación.
Jesús manifiesta, de modo convincente, la pedagogía del amor, tanto en la
donación de sí mismo al otro, como sabiendo acoger y defender a los pequeños y a los
pecadores y proponiendo a los jóvenes que vayan más allá de ciertas metas, por buenas
que sean, y avancen hacia el camino exigente y más elevado del reino de Dios.
Obviamente, Cristo es mucho más que un educador genial; es el Hijo de Dios
hecho hombre, el que da sentido pleno a todo lo que tiene importancia y valor
humanos. Desde entonces, hacia él se dirige, como a su verdadero y definitivo
«proyecto de hombre», la labor fundamental de la educación, que para ser
completamente humana deberá ser verdaderamente cristiana.
13

2.4 Page 14

▲back to top
14Educar a los jóvenes en la fe
difundida por el Espíritu Santo
13 El Espíritu Santo renueva y difunde en la Iglesia esta sabiduría pedagógica. Es él
quien nos conduce al descubrimiento de Cristo y de su Evangelio, a encontraren su
originalidad el espíritu de nuestro Fundador, aceptar los clamores del mundo y a
participar activamente en la vida de la Iglesia.
La Iglesia, experta en humanidad, es por lo mismo experta en educación. En ella
todo se ordena al crecimiento del hombre. En su interior siempre han nacido y se han
formado maestros, pastores y doctores, que encarnaron intensamente su amor al
hombre y su capacidad educadora. Por su labor fecunda y mediante instituciones de
inestimable valor humano y cultural, la historia de la Iglesia se identifica en buena
medida con la historia de la educación de muchos pueblos.
para que los jóvenes tengan vida
14 En este espacio de tan vasto aliento, en esta misión de posibilidades infinitas nos
situamos los Salesianos tras las huellas de san Juan Bosco, convencidos de que lo que
triunfa sobre el mundo (cf. Jn 5, 4) es la fe y de que «la gloria de Dios es el hombre
viviente» S. Ireneo). A la vida de los jóvenes queremos dedicar nuestras energías,
acogiendo la palabra del Señor: «He venido para tengan vida, y la tengan abundante»
(Jn 10, 10).
14

2.5 Page 15

▲back to top
15

2.6 Page 16

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 16
LA REALIDAD
JUVENIL,
RETO PARA
LA COMUNIDAD
SALESIANA
Primera parte
16

2.7 Page 17

▲back to top
1
CONTEXTOS EN QUE VIVEN
LAS COMUNIDADES SALESIANAS
La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros (Jn 1, 14).
Mirada pastoral a los contextos
15 Nuestras comunidades, puestas por la voluntad de Dios en un determinado
ambiente humano, comprenden que tal es el lugar concreto donde se les pide estar su
fe como testimonio creíble y anuncio vida.
Por ello procuran entender a fondo los contextos en que se hallan y compartir las
esperanzas de la gente leyéndolos atentamente a la luz de la palabra de Dios. Advierten
así, con mayor claridad, los interrogantes que hoy plantean a la fe la sociedad, y la
cultura, y logran más fácilmente captar las condiciones en que se realiza el crecimiento
humano y religioso de los jóvenes, así como las dificultades que hallan en su esfuerzo de
madurar como cristianos.
16 Nuestra reflexión sobre la educación de los jóvenes en la fe parte, pues, del
ámbito de la cultura en que se vive, es decir, de los criterios de juicio, de los valores
determinantes, de los puntos de interés, de las líneas de pensamiento y de los modelos
de vida (cf. EN 19).
Nuestra reflexión es pastoral: quiere captar la relación que tienen dichos
elementos con el designio de salvación que Dios encomendó a su Iglesia (cf. EN 19).
Aprovecha con confianza la aportación de las ciencias competentes y se basa en análisis
autorizados; pero no se propone ser exhaustiva: sólo subraya los aspectos que,
individuados por nuestras comunidades, favorecen más el crecimiento de los jóvenes en
la fe.
17 La presentación de los diversos contextos ayuda a entender la complejidad de las
situaciones en que deben trabajar las comunidades, y les hace comprender que tienen
que tomaren seria consideración el propio contexto, si quieren hacer con los jóvenes un
camino de fe.
Por otra parte no debemos olvidar que el mundo, a pesar de las diferencias a que
se ha aludido, es cada vez más una aldea, especialmente a causa de los medios de
comunicación social y de la facilidad de transporte. Tendencias culturales, modas y
formas de vida se difunden simultáneamente más o menos por todas partes. Se perfila,
pues, una época en la que habrá que abrirse a los diferentes contextos, captando sus
problemas y solidarizándose con ellos.
Los tipos de contextos que vamos a examinar caracterizan determinadas áreas
geográficas, pero en ninguna de ellas se encuentran en estado puro; al contrario, es
fácil que se entrecrucen en una misma zona de la tierra, condicionándose y
modificándose recíprocamente.
Los describimos en torno a cuatro puntos de referencia entre los que hay
interacción mutua: el sistema sociopolítico y económico, algunas tendencias culturales,
la religiosidad, y la situación juvenil.
Sera precisamente esta última la perspectiva desde la que se miran las otras
tres.
Contextos donde abundan los bienes materiales
17

2.8 Page 18

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 18
18 Muchas comunidades trabajan en contextos que se distinguen por la abundancia
de bienes materiales. En ellos los problemas de la comida, de la vivienda, del trabajo,
de la instrucción y de la seguridad social parecen resueltos. Las personas, al tener
garantizadas sus exigencias humanas primarias y facilitada la adquisición y ampliación
de la cultura, disponen de los instrumentos necesarios para su desarrollo completo.
El sistema político, por su parte, tiende a asegurar un amplio margen de libertad
y de participación en la vida pública. Las clases menos acomodadas pueden crecer
mejor económica y socialmente. También el papel de la mujer es más reconocido y
mejor valorizado en los diversos ámbitos de la vida social.
La tecnología impulsa constantemente hacia un mayor y derriba algunos
condicionamientos de la libertad. Sin embargo, cuando la mentalidad tecnológica se
asume sin sentido crítico, condiciona el modo de pensar y cualquier otra forma de
acercamiento a la vida.
Lo privado parece dilatarse cada vez más, particularmente con referencia a la
moral: se llega incluso a no aceptar ninguna injerencia de normas que vayan más allá de
la simple reglamentación de la convivencia social.
Cuando la sociedad está fuertemente marcada por el afán de lucro, engendra
pobrezas antiguas y nuevas. Se afirman, entonces, dentro del mismo contexto,
consistentes minorías insatisfechas, y las naciones pobres sufren el peso de las
consecuencias que producen las opciones señaladas por esta línea.
Todo ello no nos deja indiferentes, pues de hecho plasma un modo de ver la vida
y la relación entre individuos y sociedades, que influye en todos, particularmente en los
más jóvenes.
19 La Iglesia es consciente de que cuantitativamente se en minoría y de que es cada
vez más irrelevante ámbito de la cultura, a veces no sin cierta responsabilidad de los
cristianos mismos.
Pero somos también testigos de que aumenta el número de personas capaces de
vivir con intensidad y coherencia los valores evangélicos y de manifestar su pertenencia
eclesial.
Están convencidas de que la Iglesia está llamada a ser signo e instrumento del
salvación del hombre (cf. LG 1) y se comprometen seria y concretamente en proyectos
de animación, solidaridad y promoción social.
20 En tal contexto hallamos numerosas expresiones de religiosidad popular, que,
consolidadas a lo largo de los siglos, han alcanzado niveles de piedad auténtica, están
presentes en no pocas familias y pueden admirarse todavía en manifestaciones y lugares
de culto característicos. Pero también se difunden fenómenos de nuevas formas de
religiosidad y de sectas autónomas de inspiración teosófica neo oriental y neopagana.
21 Por otro lado, hay jóvenes que actúan de forma consistente en lo social. Se
comprometen en movimientos ecológicos y pacifistas, en la defensa y promoción de los
derechos humanos, a menudo pagando personalmente las consecuencias de luchar
contra las diversas formas de injusticia.
Si bien algunos, por falta de formación en el quehacer político, se distancian de
los partidos, quizá los encontramos generosamente entregados a labores de
voluntariado, capaces de comprometerse en la transformación de la sociedad.
Los jóvenes son, además, un componente importante y significativo de los
movimientos eclesiales. Por otra parte, se les ofrecen amplias y hasta excesivas
posibilidades de goce y de experiencias. Es fácil entonces caer en la tentación de buscar
lo inmediato —acrecentando así la incapacidad de diferir la satisfacción de apetencias—
y en una visión utilitaria, que entorpece la comprensión de valores tales como la
18

2.9 Page 19

▲back to top
gratuidad y el sacrificio. Todo ello es amplificado por la presión de los medios de
comunicación.
En este clima social, no pocos se sienten acuciados a buscar nuevas
experiencias, a vivir la sexualidad como mero placer, a refugiarse en la droga y el
alcohol y a acudir a la violencia.
Contextos de empobrecimiento
22 Numerosas comunidades salesianas viven en sociedades estructuralmente
precarias. Son sociedades en las que el empobrecimiento económico, político y cultural
resulta incontenible debido a la convergencia de muchos factores, tales como la
injusticia y la violencia institucionalizadas, la dependencia económica y la deuda
exterior, que aumenta la distancia Norte y Sur.
Hay una masa de personas —con frecuencia, la mayor parte de la población— que
aumenta cada vez cuando se produce cualquier crisis. Espera acceder a los bienes
indispensables para vivir humanamente como personas, pero nunca lo logra. Bienes
esenciales son los mínimos para sobrevivir y para la salud, la suficiencia económica, el
trabajo, la instrucción básica, la cualificación profesional, la retribución justa del
trabajo, el reconocimiento de los derechos elementales y la voz para defender las
propias razones en la vida social.
Elemento determinante de una madura conciencia colectiva y de una conciencia
cristiana formada es la convicción de que tal estado de cosas no sólo es provocado, sino
que se mantiene y se agrava mediante factores estructurales, sobre todo de tipo
económico, gestionados por fuerzas externas, con fuertes colaboraciones dentro de la
realidad de los distintos países.
23 El pueblo, en su dura vida diaria y en la sencillez de expresiones, conserva
todavía y manifiesta el patrimonio de su cultura. Son valores ricos de humanidad, tales
como la cordialidad, la acogida, la solidaridad, el sentido de la comunión y de la fiesta.
Vive una religiosidad popular de intensa referencia a Dios; mantiene gestos de devoción
y concepciones religiosas fundamentales, aunque no siempre éstas logren impregnar la
vida personal e impulsar a un serio y determinante compromiso social.
24 Especialmente en áreas donde la población católica es mayoría, la Iglesia ha sido
con frecuencia voz de los pobres, asumiendo sus aspiraciones de libertad y de
liberación, en tutela de los derechos humanos. Por esta decidida opción preferente, se
ha hecho conciencia crítica ante opciones políticas y económicas.
En estas difíciles situaciones, numerosas comunidades eclesiales son buena
noticia vivida y expresión de una Iglesia que se compromete en la evangelización y en la
edificación del Reino.
Pero también se multiplican y difunden sectas que instrumentalizan el
sentimiento religioso natural de la gente.
25 En estas naciones, gran parte de la población está formada por jóvenes, que
sufren dichas extremas diferencias socioeconómicas y educativas, y ante las cuales
reaccionan con distintas actitudes: de esperanza, de frustración o de rebelión, a veces
violenta.
Impresiona profundamente comprobar el número de quienes no saben lo que es
la juventud, porque pasan de una niñez de miseria a una vida prematuramente adulta,
marcada por la necesidad de trabajo, que de ordinario se vive con precariedad.
26 A pesar de todo, es evidente y significativo el fenómeno de jóvenes que se
comprometen y se asocian, tanto en el ámbito eclesial como en el social y político.
19

2.10 Page 20

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 20
Contextos de otras religiones
27 No son pocas las comunidades que actúan en ambientes fuertemente
caracterizados por la presencia de antiguas y grandes religiones: hinduismo, budismo,
confucianismo, islam y otras religiones tradicionales. Aunque son mutuas y profundas
sus divergencias, sin embargo, cabe agruparlas bajo un denominador común: el sentido
religioso de la transcendencia.
Durante muchos siglos, y a veces milenios, estas religiones han sido fuente de
energías espirituales.
Algunas de sus intuiciones y verdades fundamentales sobre la vida humana, el
mundo y el misterio último que está en la raíz de cuanto existe, ejercen un influjo
particular en muchos jóvenes. Algunas religiones ofrecen motivaciones válidas, a veces
sorprendentes, para orientar y asumir las pruebas de la vida. Con la llegada de la
tecnología y del secularismo, en vez de declinar o desintegrarse, han demostrado estar
en recuperación, e incluso parece que se refuerzan y llevan su influjo más allá de sus
ámbitos tradicionales.
28 Una de las características más evidentes de dichas religiones es su profundo
arraigo en la cultura; ello les permite amalgamarse bien con la vida del pueblo,
impregnar todo el entramado de la sociedad e inspirar comportamientos, apoyando así
el logro de una identidad precisa y de un rostro bien delineado.
Donde se hallan en la necesidad de convivir en el mismo contexto
plurirreligioso, estas religiones inculcan muchas veces un espíritu de tolerancia, de
coexistencia pacífica y de acogida y hospitalidad, a pesar de ocasionales explosiones
de violencia, fruto de corrientes de intransigencia.
Junto a los efectos positivos sobre las culturas, no puede ignorarse cierto
peso negativo, a veces en los principios, a menudo en los modos con que, en la
práctica, estas creencias en algunos ambientes han hecho de soporte, durante siglos
y siglos, al inmovilismo de sociedades fuertemente discriminatorias. En concreto,
han evidenciado cierta tendencia a negar algunos valores de la liberación, y han
sancionado y agravado la división en castas o clases sociales, o la discriminación entre
hombre y mujer, entre adultos y jóvenes.
29 El cuadro socioeconómico de las sociedades en que están colocadas tales
religiones es muy variado.
Hay países que han obtenido un alto nivel tecnológico y económico, y otros
caminan hacia significativas metas de desarrollo, mientras que algunos presentan
formas graves de pobreza colectiva y carencias importantes en las estructuras políticas.
En estos últimos se lucha para que la mayoría pueda gozar de un digno nivel de vida.
30 En estos contextos, la Iglesia es, de hecho, minoría. Su presencia pasa
desapercibida, o incluso se obstaculiza. Resulta entonces difícil, cuando no imposible,
anunciar abiertamente el Evangelio y ofrecer la propuesta cristiana.
Las comunidades salesianas son aceptadas generalmente, gracias al servicio
social y cultural que prestan. Situaciones como éstas pueden causar en los hermanos
sufrimiento y desánimo. Pero no se cierra la puerta al diálogo, si bien hay que reconocer
que no siempre resulta fácil dicha actitud, porque o no todos la comparten o cuesta
encontrar su expresión justa.
31 La juventud experimenta la complejidad de estas situaciones.
20

3 Pages 21-30

▲back to top

3.1 Page 21

▲back to top
La gran mayoría de la población tiene menos de veinticuatro años. Muchos
jóvenes viven, a causa de la pobreza, en condiciones de grave precariedad y les resulta
imposible acceder a los niveles mínimos de instrucción y de preparación para el trabajo.
La inseguridad ante el futuro, un presente que no llena y otras formas de
presión, impulsan a algunos a refugiarse en la droga, en el alcohol, en la delincuencia,
en el suicidio o en la emigración.
En cambio, los que viven en situaciones económicas de favor pueden disfrutar de
los servicios sociales de educación y promoción. Pero, aunque se esfuerzan por obtener
mejoras en la vida, fácilmente se hallan expuestos a las tentaciones del consumismo.
32 Hay, sin embargo, un aspecto positivo que emerge de la vida de estos jóvenes:
en la lucha actual por la transformación social, muchos de ellos desempeñan un papel
de empuje hacia el progreso. Se dedican a despertar la conciencia del pueblo,
organizando y movilizando grupos que trabajen por la justicia y la paz, y participando
personalmente como agentes sociales y animadores de comunidad.
Nuevos países independientes
33 Dado el gran esfuerzo hecho en estos últimos años por la Congregación para
estar presente en África, han aumentado las comunidades salesianas que actúan en
contextos donde está en marcha un proceso irreversible de descolonización. Es un
movimiento iniciado con las recientes independencias políticas pero requiere superar
aún ciertas servidumbres culturales y económicas.
En tal contexto no es difícil hallar, en el desarrollo de la vida social, una serie de
dificultades debidas a la inestabilidad política, fruto de ineficiencia, corrupción de los
dirigentes e injerencia de potencias extranjeras.
En el intento de favorecer la unidad cultural nacional, son evidentes los
esfuerzos para integrar sensibilidades de grupos y tradiciones de tribu con distinto
patrimonio cultural.
Se observan asimismo importantes intentos de amalgamar exigencias culturales locales
con formas de vida importadas; pero el resultado no siempre es satisfactorio. Existe,
además, una auténtica tensión, que a veces se convierte en choque, entre fidelidad a
las propias raíces y proceso de modernización, que avanza acompañado por el mito del
consumismo. Este mito, al inducir a adecuarse a los comportamientos occidentales,
hasta en las aldeas más apartadas causa la pérdida casi total de los valores tribales.
34 En general, la educación no ha logrado ofrecer modelos propios capaces de
sintonizar con la situación de las personas y de la sociedad local. Los modelos
propuestos parecen transposiciones de tendencias y programas pensados para otros
ambientes.
Todo ello ha sucedido cuando se presentaba imperiosa la necesidad de servicios
educativos; en el esfuerzo de satisfacer tal demanda, no se ha prestado suficiente
atención a la respectiva calidad cultural y pedagógica.
35 Las sociedades de estos nuevos países independientes se caracterizan por un
clima general de religiosidad, que llega a todos los aspectos de la existencia y se
expresa en la esfera de la vida personal y pública. Se manifiesta como actitud de
admiración y de apertura al mundo religioso, mezclado con formas de miedo y sumisión
a fuerzas desconocidas que inclinan hacia la magia.
36 La fe cristiana —particularmente la Iglesia católica— se ha extendido con rapidez
en el corto espacio de un siglo de plantación y evangelización.
21

3.2 Page 22

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 22
Las comunidades cristianas y la organización eclesiástica caminan hacia una creciente
consolidación e indigenización.
Lenta pero progresivamente la fe se ha encarnado en la cultura local. Abundan las
vocaciones y son múltiples los carismas.
Pero donde la evangelización es demasiado reciente, se han producido
situaciones en que la fe es todavía superficial y fáciles los sincretismos en la vida
práctica. En cuantos abrazan el cristianismo es todavía débil y ambivalente la unidad
entre fe y vida, sobre todo en el ámbito de la moral familiar, en la economía y en la
política. Para muchos el punto neurálgico es una sólida propuesta de catecumenado.
Son numerosas las Iglesias africanas cristianas independientes y las sectas y
movimientos basados en un fuerte sincretismo religioso.
El anuncio del Evangelio encuentra todavía un campo bien dispuesto, por lo que
hoy son evidentes los progresos de la evangelización en las distintas naciones. La
acompaña, por parte de las comunidades cristianas, la búsqueda de una expresión de fe
propia.
37 Los jóvenes constituyen la gran mayoría de la población. Pero viven en estado de
preocupante y radical precariedad, que influye en su crecimiento, en la educación y en
el trabajo, en la opción religiosa y en la vida moral.
Determinante es su condición fuertemente subalterna con respecto a los adultos:
el joven africano no cuenta en absoluto, y menos aún la chica, mientras que la
presencia salesiana propone su valorización.
Determinante es también el éxodo masivo de la aldea hacia el arrabal de la ciudad, la
urbanización salvaje y no dirigida, la doble mentalidad -tradicional y moderna- que se
manifiesta en la sociedad. Se quiere abandonar los modelos de vida propia de la cultura
para seguir otros, dando a este tránsito el significado de promoción cultural.
Salida de regímenes autoritarios
38 Otras comunidades se están reconstruyendo o remodelando tras largos y difíciles
años de trabajo apostólico en sociedades fuertemente controladas por regímenes
autoritarios. En este momento se disponen a acompañar el cambio, rápido e imprevisto,
hacia otro sistema de vida social y política. La situación, llena de esperanza, se
presenta aún fluida y en evolución.
El nuevo clima de libertad consiente participación política y expresiones
culturales y religiosas múltiples. Se trabaja por construir la sociedad en esta dirección.
Al mismo tiempo emerge un fuerte deseo de bienes económicos, impedidos
durante mucho tiempo, que impulsa a imitar el estilo de vida típico de los contextos del
bienestar. No faltan voces que ponen en guardia contra el peligro de tomar sus aspectos
peores.
39 El fenómeno religioso no es idéntico en todos los países. Se define por diversos
elementos: la tradición, el papel de defensa de los derechos del hombre asumido por las
Iglesias durante el período anterior, la integración entre práctica cristiana y cultura
popular, la adhesión a la fe por parte de la mayoría de la población, la defensa de los
valores cristianos, el esfuerzo continuo y constante de la Iglesia por educar en la fe.
Aunque es cierto que el largo período de ateísmo oficial —impuesto mediante el
sistema escolar y la presión cultural, y difundido por todos los medios de la
comunicación social y con la discriminación política y social de los creyentes— no ha
extinguido en la mayoría un fundamental sentido religioso, sin embargo ha dejado una
huella profunda.
22

3.3 Page 23

▲back to top
El respeto del patrimonio cultural se halla muy debilitado. Por este motivo las
sectas religiosas encuentran terreno favorable en la juventud que busca valores
permanentes.
40 Se reconoce hoy que las comunidades, signos y personalidades ligados al mundo
religioso han sido válidos puntos de referencia y apoyo para las fuerzas que han
acuciado y sostenido la salida de tal sistema.
Así, la fe cristiana se ha presentado como fuerza histórica, capaz de suscitar
cohesión y resistencia, en promover eficazmente la libertad y dignidad humana.
41 El papel de los jóvenes ha sido importante.
Se veían constreñidos a vivir encuadrados por el poder político, expresado
con estilos rígidos de educación y en organizaciones del régimen desde su
adolescencia. Sin embargo, muchos no sólo han resistido a opresiones de todo
género, sino que han actuado como verdaderos apóstoles en medio de sus
compañeros. Han tomado parte como protagonistas y han estimulado el cambio
social, especialmente en las universidades y en el mundo de la fábrica.
Hoy se abren también para ellos, aunque limitados por las dificultades
económicas, múltiples posibilidades culturales. No ha terminado para ellos la
búsqueda de cómo orientar las opciones actuales y hacia qué salida caminar en el
futuro. Es una búsqueda que compromete, sobre todo por el vacío de ideas y cultura
que ha dejado el hundimiento del sistema ideológico (marxista), pero que espera ser
colmado rápidamente.
Grupos autóctonos y minorías étnicas
42 Otro contexto, que destacamos como significativo para la presencia salesiana
entre los jóvenes, es aquel donde viven algunos hermanos que actúan en medio de
grupos autóctonos. Similares a éstos cabría decir que son las situaciones de algunas
minorías étnicas. Tales grupos pertenecen a contextos sociopolíticos más amplios que,
de hecho, los tienen marginados, cuando no totalmente excluidos.
Estos grupos viven y se organizan socialmente de modo diverso del contexto en que se
hallan. Su forma tradicional de vida no suele valorizarse, y frente a ellos se adopta una
actitud de mera tolerancia. Se los considera una especie de reserva arqueológica, de
presencia extraña: los ven como una realidad en vías de extinción, elementos que o se
integran o se arrojan fuera de la convivencia social.
Sin embargo, presentan valores dignos de nota y una visión peculiar del mundo
que hoy interesa particularmente comprender y ahondar.
Entre las características de estos grupos, emerge su amor a la tierra, que
consideran madre y espacio vital que garantiza su identidad como grupo humano,
verdadero pueblo y auténtica nación.
La familia desempeña la función de unidad de trabajo, es centro de los valores
comunitarios y defensa contra la disgregación y el colonialismo.
Saben vivir profundos valores humanos y sociales; por ejemplo, un relevante sentido
religioso. Les es natural una actitud contemplativa, un estilo de vida sencilla y la
sensibilidad estética ante la hermosura de la naturaleza.
Su expresión asociativa encuentra la mejor forma en su constituirse en
federaciones, capaces de crear fuerte solidaridad para defender sus derechos.
43 La Iglesia vive con ellos mediante la presencia de numerosas comunidades de
religiosos y religiosas. En estos últimos tiempos se ha convertido en un valeroso signo y
realidad de salvación contra los repetidos intentos de despojo y destrucción.
23

3.4 Page 24

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 24
Los misioneros se han hecho activos promotores de su desarrollo, les ayudan a
ser protagonistas de la historia, a tomar conciencia de su identidad cultural y a
recuperar las raíces.
Los catequistas y demás ministerios son una válida ayuda para iniciar un camino
catecumenal, que los lleve a la fe sin desarraigarlos de la cultura propia.
Muchos jóvenes, animados y sostenidos por la presencia de misioneros y
voluntarios, se han organizado en cooperativas, poseen una atenta conciencia crítica y
preparación para incorporarse al contexto que los rodea.
44 Las generaciones más jóvenes han podido gozar de mejor instrucción. Entre
ellos ha surgido, a veces, la tendencia a abandonar los grupos de origen.
Algunos, atraídos por las mayores posibilidades de bienestar, emigran a la
ciudad, comprometiendo su patrimonio de humanidad y de fe y exponiéndose al
peligro de tomar del nuevo ambiente las actitudes más negativas.
24

3.5 Page 25

▲back to top
2
SITUACIÓN DE LA JUVENTUD
Os escribo a vosotros, jóvenes, porque sois
fuertes, y la palabra de Dios permanece en
vosotros (1 In 2, 14).
45 La comunidad salesiana se confronta con los diversos contextos porque le
interesa entender la situación en que se hallan los jóvenes y cómo reaccionan ante ella.
No siempre resulta fácil. Las competencias educativo-pastorales parecen perderse
frente a la vida de los jóvenes, que se presentan con diferencias considerables, aunque
también con no pocas convergencias. Esta variedad de situaciones incluye aspectos
positivos y negativos, que abren perspectivas o conllevan peligros para la educación en
la fe.
ALGUNOS DATOS DE LA SITUACIÓN JUVENIL
Diversas formas de pobreza
46 En todo contexto hay diversas formas de pobreza, que con frecuencia
asumen dimensiones alarmantes por su extensión y efectos devastadores.
Para quien las sufre, representan una dificultad, y, de algún modo, un
obstáculo para su desarrollo. En otros, por el contrario, pueden madurar
sensibilidades nuevas con respecto a las vividas por el mundo adulto que los
rodea.
47 La reacción de los jóvenes frente a tantas formas de pobreza no es idéntica
en todas partes.
Algunos se hacen adversarios, a veces violentos, contra los responsables
de la organización social.
Tratan de salir de su situación de indigencia por todos los medios, y
organizan formas de lucha. Dado su permanente conflicto con la sociedad, no
encuentran tiempo para abrirse a otros credos distintos de la ideología que los
domina.
Una parte considerable de la juventud, en cambio aguarda pasivamente la
solución de sus problemas, pues no hallan dentro de sí energía ni voluntad sufi -
ciente para proyectar un futuro diverso. Son jóvenes sin perspectivas, replegados
sobre el presente y preocupados por la supervivencia.
Sin embargo, aumenta el número de jóvenes que se hacen conciencia
crítica de la sociedad civil y religiosa, y actúan de modo capilar para difundir la
convicción de que realmente es posible cambiar. Captan los problemas más
inmediatos de su sociedad y prestan atención a las exigencias mundiales en los
puntos dramáticos de la distancia económica entre Norte y Sur, de los gastos
militares, de la coexistencia pacífica entre los pueblos y de la discriminación
social. Buscan nuevos caminos de liberación, y piden apoyo a las comunidades
civiles y eclesiales. Los vemos solidarios y comprometidos en favor del prójimo y
generosos. Nacen y se desarrollan entre ellos muchas vocaciones, y la Iglesia
encuentra agentes de pastoral, catequistas, animadores de comunidad,
voluntarios...
25

3.6 Page 26

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 26
Deseo de realizarse
48 Un aspecto interesante que implica en buena medida a la juventud de
todos los contextos es el deseo de construirse hoy una personalidad humana
válida.
Asistimos al desmoronamiento de muchos modelos tradicionales. Frente a
la pluralidad de los nuevos, los jóvenes se hallan solos en la búsqueda de
sentido. Se multiplican los lugares y grupos que ofrecen propuestas de
formación.
Así, han aparecido influjos y dependencias difíciles de controlar.
Los mensajes técnicamente cuidados y psicológicamente atentos a las
demandas juveniles rompen su mundo interior y determinan sujetos de identidad
débil.
Muchos jóvenes aparecen con frecuencia temerosos, inciertos ante el
futuro e incapaces de decisiones claras y de larga duración.
Búsqueda de nuevos valores
49 Por otra parte, muchos jóvenes no se rinden ni abandonan tan fácilmente
el sueño de construir una sociedad diferente y nueva. Invocan nuevos valores,
que sean capaces de regenerar las relaciones interpersonales y de ofrecer una
estructura social más rica.
En la vida juvenil emergen algunas insistencias: la centralidad de la
persona, principio, sujeto y fin de todas las instituciones sociales; el
descubrimiento del valor de la igualdad de dignidad y de la reciprocidad entre el
hombre y la mujer; un modo nuevo de entablar relaciones, basadas en la libertad
y en la justicia; un conjunto de valores vinculados a la diversidad (por ejemplo: la
tolerancia, el ecumenismo, el respeto a lo diverso), y a la solidaridad (la nueva
visión de la paz y del desarrollo, la totalidad y globalidad del crecimiento); una
renovada atención a las realidades culturales y religiosas, más allá del progreso
técnico; una fuerte sensibilidad hacia los grandes problemas del mundo,
favorecida también por la notable posibilidad que tienen los jóvenes de
encontrarse con otras realidades y con tradiciones culturales y religiosas
distintas; un significativo descubrimiento del ambiente y de la necesidad de
salvaguardarlo.
50 Hay, por otro lado, dos actitudes que condicionan fuertemente la
construcción de identidades nuevas: el conformismo, entendido como adaptación
irresponsable y acrítica, incapaz de verse a sí mismo en términos de originalidad
y novedad; y el pragmatismo, que se presenta con la preocupación de buscar el
presente inmediato.
Demanda de nuevas relaciones
51 Encontramos por doquier una fuerte demanda de nuevas relaciones, que
es, ante todo, búsqueda de comunicación para superar el aislamiento y
establecer una confrontación. No se excluye el deseo de satisfacer necesidades y
exigencias inmediatas: se espera resolver más fácilmente las dificultades y los
problemas de la vida cotidiana. Sin embargo, a menudo se tiende a relaciones
interpersonales estables y fecundas de compromisos operativos.
26

3.7 Page 27

▲back to top
52 El vínculo con el mundo de los adultos, si bien continúa siendo
problemático, hoy día está menos cargado de tensión y agresividad, que a veces,
por desgracia, se ven sustituidas por formas de apatía y desazón. De todas
maneras, vivimos una época de mayor serenidad.
Con los demás jóvenes, la relación se expresa en formas y espacios
espontáneos, donde la implicación resulta muy intensa.
El estar juntos chicos y chicas es actualmente un hecho que cada vez se
universaliza más. Se vive con naturalidad. El compartir experiencias y procesos
de formación favorece una complementariedad que enriquece mutuamente. Sin
embargo, no es raro que la promiscuidad conduzca a banalizar la relación. El
vínculo afectivamente fuerte puede romperse cuando parece que otra relación
responde mejor a lo que uno espera.
INSTITUCIONES EDUCATIVAS
53 En la situación juvenil merece una atención particular la relación que los
jóvenes entablan con las instituciones que son agentes de educación.
Un factor común que se ha tener en cuenta es que los jóvenes se sienten
simultáneamente dentro y fuera de dichas instituciones. Están dentro, y, a pesar
de todas las apariencias contrarias, la relación es consistente: los jóvenes
procuran servirse lo más posible de ellas con miras a su crecimiento personal.
Están fuera, y las instituciones tienen una influencia relativa en sus opciones de
vida, determinadas por criterios que no coinciden con los de las instituciones.
La familia
54 La familia continúa siendo hoy, en la crisis de las instituciones, un
remanso para los jóvenes. Representa un refugio tranquilo y un sincero ambiente
afectivo que, de ordinario, establece entre adultos y jóvenes una relación positiva
de respeto y de autonomía" recíproca. Sin embargo, el índice de su valencia
educativa y religiosa es bajo. Las nuevas pertenencias que el joven se construye
fuera de la familia, la distancia cultural entre jóvenes y adultos, y la
imposibilidad de tos padres para seguir a sus hijos después de la adolescencia,
hacen que la familia quede más bien fuera del proceso de crecimiento. Aunque
sigue siendo lugar de afecto y comprensión, ya no se vive como primer ambiente
de maduración cultural.
55 No pocas familias, en los diferentes contextos, se sienten hoy afectadas por
una crisis grave, que se caracteriza por la debilitación de los lazos internos y por
una exagerada búsqueda de autonomía.
Muchos jóvenes sufren las consecuencias de este desarreglo familiar
causado por la infidelidad, por la superficialidad de relaciones, por el divorcio,
por la miseria, por el alcoholismo, por la droga.
Aumenta el número de personas psicológicamente no preparadas para la
paternidad o maternidad e incapaces de dar afecto a los hijos o al cónyuge.
Estas situaciones producen en muchos jóvenes, graves consecuencias que
se manifiestan en vistosas carencias afectivas inseguridades, inadaptación y
peligro de desvío.
La institución escolar
27

3.8 Page 28

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 28
56 En el sistema educativo de nuestras complejas sociedades se nota un
predominio de la instrucción y del dato científico sobre las metas educativas y la
formación global de la persona. Este hecho crea una ruptura entre sistema
educativo y vida, entre enseñanza y formación global de la persona, y hace difícil
la elaboración de una cultura personal. Además, la interferencia de otros muchos
agentes de educación limita el influjo de todas, y relativiza las propuestas y los
contenidos que se ofrecen a los jóvenes.
Las instituciones religiosas
57 Las estructuras religiosas gozan hoy de un creciente interés y una
confianza renovada, si bien su influjo en las decisiones y opciones de vida de los
jóvenes es sólo parcial y sectorial.
Por comodidad de análisis reducimos el desigual mundo religioso de los
jóvenes a dos categorías fundamentales. .
58 La mayoría de los jóvenes opina que su búsqueda de un nuevo modo de
vivir es incompatible con la poca flexibilidad de la institución religiosa, que
parecería no favorecer las novedades que continuamente pide la vida. Por ello, al
alejarse de la institución, estos jóvenes se ven inducidos a considerar su vivencia
religiosa como algo interior y privado, que no influye de manera significativa en
su vida concreta.
59 Una minoría, en cambio, siente fuertemente la comunión con las personas
que tienen los mismos sentimientos y orientaciones culturales y religiosas. Sabe
expresar con fuerza y tenacidad un compromiso coherente con su fe religiosa, la
manifiesta públicamente y trata de elaborar sus gestos, símbolos y contenidos a
fin de hacerla más expresiva en un mundo que está cambiando.
OTRAS SITUACIONES, QUE INFLUYEN EN LOS JÓVENES
El trabajo
60 El puesto y la cualidad del trabajo influyen considerablemente en los
jóvenes y en su identidad personal y social.
Para muchos de ellos es condición imprescindible de supervivencia
personal y familiar; instaura una relación nueva con los adultos y procura un
puesto en la vida social.
Para otros el trabajo determina la salida de la familia, una gestión
independiente de la vida personal y una confirmación social de las propias
capacidades.
En ambos casos, el trabajo crea en el joven una mayor seguridad de sí
mismo, nuevas actitudes: en el puesto de trabajo nacen solidaridades y
amistades, se intercambian experiencias y se reciben influjos.
Muchas veces la entrada en el mundo del trabajo rompe la débil
participación en la comunidad cristiana, y la fe misma corre peligro de ser cada
vez menos influyente, hasta el punto de resultar ajena a la vida.
Por otro lado, crece el número de jóvenes que en el puesto de trabajo
logran traducir su fe a compromiso social.
No hay que olvidar dos aspectos.
28

3.9 Page 29

▲back to top
Los jóvenes, numerosos en algunos países, constreñidos a un prolongado
estado de desempleo o de trabajo intermitente, sufren un sentimiento de fracaso
personal y de inutilidad social, y viven en situación de dependencia económica y
familiar.
Para muchos chicos, en cambio, la experiencia del trabajo es demasiado
precoz. Es el fenómeno del trabajo de menores, realizado con frecuencia en
condiciones de precariedad, de explotación y sin garantías para la seguridad
física y la salvaguardia de los derechos personales. A estos muchachos se les
cierra el acceso a las instituciones educativas y a un mínimo de cultura. De ahí
que puedan lanzarse a evasiones fáciles o, incluso, a situaciones que llevan al
descarrío.
El grupo juvenil
61 Importancia particular tiene el grupo juvenil en el camino de formación.
Es, sin duda, una realidad extendida y rica en perspectivas.
En contacto con los de su edad, el joven halla criterios de vida y
orientaciones prácticas, lee los hechos de la experiencia confrontándolos con el
pasado, y se expresa con protagonismo gratificador.
Para muchos jóvenes el grupo es el único camino para hacer frente a la
fragmentación que acecha continuamente su vida. Así es más fácil superar la
soledad, parte integrante del proceso de desarrollo personal.
A veces la adhesión a los ideales del grupo es parcial y éste se convierte en
refugio o en evasión de las dificultades que presenta la vida.
La calle
62 La calle es siempre lugar de refugio para los jóvenes pobres, separados de
su familia o marginados por la sociedad, que deben echar mano de cualquier
medio para sobrevivir. En los contextos de pobreza, para muchos es la única
casa, el único puesto de trabajo y la única escuela de vida.
Pero hoy la calle ha tomado una dimensión nueva. La búsqueda de nuevas
relaciones y el deseo de libertad llevan a los jóvenes a inventar lugares de reunión
y encuentro simples y de acceso inmediato. En este sentido resulta indicador el
fuerte influjo de la calle, de las salas de diversión o de agrupación, donde los
mensajes se construyen, se multiplican o se anulan: recíprocamente.
Los jóvenes buscan en ella el placer del encuentro y el gusto del estar unos
con otros. No se juntan para hacer algo, sino para hablar, para compartir y,
sobre todo, para divertirse.
Crece la fuerza y la incidencia del tiempo libre en la formación de la
identidad personal de los jóvenes, hasta el punto de eclipsar la importancia de
las instituciones educativas clásicas.
La calle y demás espacios de agrupación ayudan a salir de la soledad,
producto característico de la sociedad actual; suplen carencias afectivas y
ofrecen posibilidades de encuentro y.de amistad.
Pero en la calle -y en los otros ambientes de reunión espontánea- es fácil
ser presa de mensajes cargados de solicitaciones ambiguas, que estimulan al
goce de lo inmediato, a la masificación y a la evasión mediante el alcohol, la
droga y otras formas de comportamientos descarriados.
La comunicación social
29

3.10 Page 30

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 30
63 Los jóvenes comunican con facilidad por medio de los lenguajes nuevos
(música, televisión, videoclips) que crean una nueva cultura, a menudo
desconocida por los adultos, para quienes resulta incomprensible, pero dentro de
la que los jóvenes se mueven con naturalidad. Estos lenguajes difunden modelos
de vida (cf. Const. 43) y producen informaciones continuas y abundantes sobre el
mundo y sus problemas.
Los jóvenes son, en general, sus grandes usuarios. Para algunos, los
medios de comunicación social son ocasiones positivas de crecimiento.
Empleándolos con inteligencia, adquieren una verdadera conciencia crítica y una
mentalidad más abierta. Logran madurar opciones más documentadas y de
mayor compromiso, y cultivan la sensibilidad hacia los valores de la paz, de la
justicia y de la tolerancia.
En cambio, otros jóvenes se aproximan a los medios de comunicación
social acríticamente, exponiéndose al peligro de dependencias cada vez más
fuertes. Para ellos son instrumentos de evasión, ocasión de nuevos
condicionamientos, de falsas necesidades y de modelos erróneos de vida.
30

4 Pages 31-40

▲back to top

4.1 Page 31

▲back to top
3
LOS JÓVENES ANTE LA FE
Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar,
algo cayó al borde del camino... Otro poco
cayó en terreno pedregoso... Otro poco cayó
entre zarzas... El resto cayó en tierra buena
(Mc 4, 3-8).
En los contextos y situaciones que acabamos de describir, ¿cómo ven los jóvenes
la fe?, ¿qué esperan de ella?, ¿qué le piden?
Jóvenes que están lejos de la fe
64 Hay jóvenes que están lejos de la fe. Es la categoría más numerosa, aunque
en ese conjunto son diversas las raíces de su lejanía y sus manifestaciones.
Algunos están lejos porque, aunque han vivido en familias
sustancialmente sensibles al hecho religioso, poco a poco, debido a la influencia
de ambientes que se hallan en progresiva descristianización, han perdido la fe
sin haberla negado conscientemente. Es el alejamiento silencioso.
Hay otros que están lejos por la sencilla razón de que han nacido en
familias y contextos culturales donde el sentido de la vida, sus criterios y las
pertenencias son autónomos y del todo ajenos a los valores religiosos.
Otros están lejos porque, faltos de las condiciones fundamentales para
vivir, empobrecidos y marginados, ni siquiera saben que hay valores cristianos y
religiosos; o, si lo saben, los ven sin peso ni significado para su vida, abrumada
por la angustia del sobrevivir diario.
65 A la categoría de lejanos pertenecen también los jóvenes que excluyen de
modo explícito toda referencia religiosa. Pueden haber pasado de una religiosidad
intensa a su rechazo, por una educación equivocada.
Los motivos son muy variados: o por testimonios negativos; o porque no se
ha cuidado pedagógicamente la calidad, gradualidad y asimilación de tal
religiosidad; o porque ha sido reemplazada con la adhesión a sistemas de
pensamiento o a movimientos políticos que no reconocen la capacidad
humanizadora de la vivencia religiosa; o, porque llevados por el consumismo,
han preferido el camino de acumular bienestar, y la fe es para ellos irrelevante y
obstáculo...
66 Finalmente, tenemos los jóvenes que dicen que están lejos de Dios porque
prescinden de las prácticas religiosas y de las instituciones eclesiales o del
magisterio, pero no del compromiso ético. Éstos ofrecen buena base y suficiente
disponibilidad para el diálogo.
Jóvenes abiertos al hecho religioso
67 Hay jóvenes abiertos a cierta participación. Sienten la necesidad real,
muchas veces confusa, de significado para su vida y de valores con que motivar
sus opciones y actos.
31

4.2 Page 32

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 32
Son los jóvenes denominados «del deseo», sensibles a los estímulos
religiosos. Pero se detienen también fácilmente en el ámbito de una religiosidad
de circunstancias, en las que viven ráfagas de emoción y de práctica religiosa al
encontrarse con personas o acontecimientos excepcionales.
De hecho, no se preocupan de conocer orgánicamente el misterio cristiano
ni de practicar con coherencia las enseñanzas de la Iglesia.
Sin embargo, ofrecen alguna buena disposición para el diálogo y la
profundización.
Jóvenes de simple práctica religiosa
68 Semejantes a éstos son de algún modo, aunque con acentuaciones
diversas, los jóvenes de una práctica religiosa no motivada, los que cumplen con
regularidad los actos religiosos de precepto, pero sin vivir su calidad y plenitud.
Lo hacen más por hábito social que como expresión consciente de la búsqueda
de Dios y de la llegada de su Reino. Por iniciativa propia, ni se deciden ni se
disponen a darse a Cristo y al prójimo, entre otras razones porque es insuficiente
la maduración de su opción religiosa.
Por eso mismo, la fe no despliega en ellos todas sus posibilidades, no se
capta la vida cristiana en sus aspectos proféticos de aventura original, la caridad
no se hace donación, testimonio, servicio eclesial, compromiso sociopolítico.
Jóvenes comprometidos
69 El círculo de los jóvenes comprometidos es el más limitado; pero su
presencia es verdadero signo de esperanza.
Para ellos la fe es un don: es un descubrimiento, una sorpresa y siempre
una alegría. Su reflexión acerca del misterio cristiano es continua; su esfuerzo de
coherencia, permanente, y las diversas formas de compromiso apostólico y
sociopolítico y las distintas vocaciones, vividas con generosidad, hacen que su
pertenencia a la Iglesia sea profunda y manifiesta.
70 Entre éstos, hay jóvenes que han vivido sencillamente, en la bondad y en
la entrega a los demás, hasta la santidad.
Los conoce nuestra tradición: Domingo Savio, Laura Vicuña, Ceferino
Namuncurá y otros.
Don Bosco los hizo protagonistas extraordinarios de la evangelización de
los demás jóvenes. Nuestros documentos los señalan como «meta de plenitud de
la evangelización» (cf. XXI Capítulo General, núms. 27-28).
Dios los toma para sí y los pone al servicio de sus compañeros y de la
comunidad. Su existencia revela muchos aspectos de la fuerza operante del
Espíritu, y es un estímulo para las comunidades salesianas.
71 El encuentro con jóvenes que pertenecen a las distintas denominaciones
cristianas ya no es hoy día para nosotros un hecho excepcional.
La Congregación Salesiana ha entrado en áreas geográficas
tradicionalmente ligadas a tales confesiones. Es cada vez más frecuente que
chicos y jóvenes de confesiones diversas acudan a nuestras obras.
Con el movimiento ecuménico se ha instaurado recientemente, más o
menos en todas partes, un nuevo clima, la tolerancia religiosa y el deseo
generalizado de unidad que distingue a nuestra época, por influjo del Vaticano II.
32

4.3 Page 33

▲back to top
Estos jóvenes, por razón de su fe, reflejan y viven una tensión espiritual y
exigencias morales que en muchos aspectos coinciden con las del mundo
católico. Entre ellos hay quien está abierto al diálogo sobre los valores religiosos y
dispuestos a trabajar con nosotros por el Reino. Vienen a nuestras obras con
simpatía, o por opción personal, o porque sus familias encuentran atractivo el
clima de nuestros ambientes, o por razones de conveniencia.
Mediante el respeto mutuo y la valorización de su opción religiosa, pueden
superarse el recelo y el contraste. Hay más estima y solidaridad en la realización
de proyectos comunes.
En cambio, no ocurre así con las sectas fundamentalistas, propagadas en
diversos contextos.
Jóvenes de otras religiones
72 También los jóvenes de las otras religiones se presentan con las
características de los tipos descritos: desde los lejanos hasta los comprometidos.
Muchos de ellos admiran a Jesucristo, pero la mayoría no optan por el
cristianismo. Las razones son muchas: el miedo a que, si se hacen cristianos,
tendrán que separarse de la cultura y tradición del propio grupo social; el
arraigado sentimiento de que el cristianismo es depositario de una fe importada
y extranjera; en algunos países, también la falta de libertad religiosa. Influye
asimismo el hecho de que muchos cristianos no viven como tales, u ofrecen un
testimonio poco creíble luchando unos contra otro; aunque invocan al mismo
Cristo.
Todo ello pesa y condiciona los primeros pasos hacia la fe.
73 Pesa igualmente la interpretación que se hace de la crisis moral y religiosa
que sufren países tradicionalmente cristianos, como si se debiera a un fracaso
colosal del cristianismo, tanto más que algunos jóvenes de Occidente van a esos
pueblos en busca de paz, armonía e iluminación. Parece que el cristianismo tiene
poco o nada que ofrecer que no se halle ya en sus religiones.
La autosuficiencia, nacida de la interpretación de estos hechos -en parte
verdadera, en parte discutible-, es una dificultad para el diálogo e impedimento
para acoger con corazón pobre el escándalo del Evangelio.
74 A pesar de todo, estas religiones ofrecen, en conjunto, una buena base de
confrontación con el cristianismo. Se tratará de ayudar a descubrir su capacidad
de abrirse a Dios y a la propuesta de fe, de facilitar el discernimiento de lo
verdadero y auténtico con respecto a lo falso e ilusorio, de acompañar a los
jóvenes en el encuentro de comunión con Dios, aprovechando el bien que hay en
su fe y en sus aspiraciones.
33

4.4 Page 34

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 34
4
RETOS MÁS URGENTES
Cuando atardece, decís: «Hará buen tiempo,
porque el cielo se pone rojo fuego», y al
amanecer: «Hoy habrá tormenta, porque el
cielo está de un rojo sombrío». Entonces,
¿sabéis interpretar la cara del cielo, pero no
podéis interpretar los signos de los tiempos?
(Mt 16,2-3).
75 La lectura de los contextos, la situación juvenil y la postura concreta de
los jóvenes ante la fe hacen que In Congregación Salesiana sienta el reto de
tomar población y comprometerse. Pero, ¿en qué dirección?
En su discernimiento, el XXIII Capítulo General ha individuado, en los
hechos, algunos retos que, a su Juicio, por gravedad, urgencia y amplitud,
parecen interpelar más directamente y con mayor fuerza a las comunidades. Son
retos que se presentan, por una parte, como desafíos a nuestra vocación de
educadores en la fe y, por otra, como oportunidades reales cargadas de
posibilidades. Son nuevas ocasiones que solicitan creatividad y coraje.
Expresan de manera pormenorizada la doble vertiente que la fe está
llamada a iluminar y dar significado: la persona y la sociedad, la identidad
personal y la solidaridad entre los hombres.
Indicamos cinco:
- reto de los lejanos y ajenos a la fe;
- reto de la pobreza;
- reto de la irrelevancia de la fe en la vida y en la cultura;
- reto de las otras religiones;
- reto de la vida.
Lejos de la fe y ajenos a ella
76 El reto de los jóvenes que viven lejos del mundo de la fe o le son ajenos es
el dato más universal que ofrecen los análisis realizados. Lo encontramos incluso
en quienes han seguido las primeras etapas de la iniciación cristiana.
Muchos jóvenes, con posibilidad de elegir libremente, encierran su vida en
una visión secularista que los atrae más, se limitan al presente y pierden la
conciencia del propio destino.
77 Los jóvenes que viven lejos de la fe son numerosos; suponen un fuerte reto
a la comunidad salesiana, que comprende que muchas veces está lejos de ellos
por mentalidad y por falta de comunicación:
- ¿Cómo llegar a los jóvenes superando las barreras físicas, psicológicas y
culturales que nos separan de su mundo?
34

4.5 Page 35

▲back to top
- ¿Cómo ponerse en contacto con los que, aun frecuentando nuestros ambientes,
se hallan lejos de la fe y no se interesan por ella?
La manera misma de vivir y presentar la fe por parte de la comunidad se
ve sacudida y apremiada a interrogarse:
- ¿La comunidad vive verdaderamente la fe como dimensión que da sabor y
orientación a la 'vida? ¿Cuáles son, pues, los caminos que la muestran en su
verdadero valor ante los jóvenes de hoy y les ayudan a seguirla?
Pobreza
78 La condición social de pobreza interpela y reta a todo hombre de buena
voluntad. La imposibilidad o gran dificultad práctica de realizarse como persona,
por no poder disfrutar de las condiciones mínimas para un desarrollo adecuado,
plantean interrogantes serios.
Son preguntas que resultan todavía más angustiosas cuando se capta que
el empobrecimiento de muchos está en relación directa con el enriquecimiento de
unos pocos.
79 Quien, como discípulo de Cristo, ve esta realidad y la siente en su corazón,
está llamado a conllevar con empatía estas situaciones y a hacerse solidario con
quien las sufre.
El carácter profético de la vida religiosa nos pide encanar a la Iglesia,
deseosa de abandonarse al radicalismo de las bienaventuranzas y de dar
testimonio de ella. Este don del Espíritu nos hace más sensibles 111 reto de la
pobreza.
Dios, «rico en misericordia» (Ef 2, 4), nos envía a ser voz de quien no la
tiene, a hacemos pobres con los pobres. a tomar sobre nosotros su causa, a
buscar justicia para los que padecen injusticia, a colaborar en la transformación
de una realidad que se halla lejos del reino de Dios.
80 Observando esta condición social de pobreza con los ojos de san Juan
Bosco y viendo cómo destruye a numerosos jóvenes cuyo horizonte de vida se
limita a la búsqueda de lo inmediato para sobrevivir o a un ideal vacío de
significado, sentimos el reto de hacer más consistente y cualificada la presencia'
salesiana en medio de los pobres.
Y nos preguntamos:
- ¿Cómo vive la comunidad salesiana el radicalismo de la bienaventuranza de la
pobreza, cómo la testimonia? ¿Qué educación y qué vida cristiana presentamos a
los jóvenes que viven en un mundo de pobreza, de injusticia, de miseria y de
abandono, para que sea significativa y liberadora?
- Especialmente en los países del bienestar, ¿cómo educamos a los jóvenes en
darse cuenta de la Injusticia que engendra el mundo de la abundancia?
81 Uno de los aspectos del reto es que los jóvenes marginados y
empobrecidos, en la medida en que se hacen transparentes al Evangelio, se
convierten en nuestros evangelizadores:
«Reconocemos los valores evangélicos de que son portadores», dicen las
Constituciones (cf. Art. 29).
82 Las comunidades salesianas están llamadas a ser signo de esperanza para
estos jóvenes. Desde el momento en que compartimos con ellos todo nuestro
35

4.6 Page 36

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 36
amor de educadores que viven de fe, nos sentimos obligados a salir de las
situaciones de letargo e indiferencia.
El encuentro cotidiano con estos jóvenes, enriquecido por los signos de la
presencia de Cristo, produce en las comunidades nuevos estímulos para una fe
vivida con más verdad, ayuda a celebrar el Reino y la salvación, a buscar con
realismo nuevos motivos de conversión y de solidaridad, y a hacer de la fe una
realidad salvífica de la historia.
Irrelevancia de la fe
83 La irrelevancia de la fe en la vida y en la cultura es un axioma de la
sociedad moderna, como si estuviera fuera de discusión y consolidado que ser
religioso está en antagonismo con las leyes y dinamismos que mueven al hombre
de hoy en la economía, en la política y en la gestión del poder.
En el mundo del bienestar, y de rechazo también en otros contextos, el
valor religioso ha sido puesto al margen de los elementos de la nueva sociedad y
de los aspectos que se consideran esenciales al vivir social.
Para los jóvenes, especialmente para los que se mueven en este clima, la
pregunta sobre Dios no es relevante y el lenguaje religioso (salvación, pecado, fe,
futuro) ha perdido significado. Carece, pues, de sentido hablar de la relación fe -
vida o fe - cultura. La propuesta religiosa no encuentra ya espacio cultural para
expresarse de forma comprensible. ¡Es el aspecto dramático del obviamente
legítimo proceso de secularización!
84 ¿Y los jóvenes creyentes? También ellos tienden a vivir su fe como algo
privado sin vinculación con la vida real, que la rechaza. Estas situaciones de
aislamiento, de privatización y de lejanía se viven y se hallan diseminadas en
todas partes, especialmente por obra de los medios de comunicación social.
Los jóvenes muy pronto parecen encontrarse frente ti una alternativa sin
salida:
- ¿Orientarse en lo social y abrirse a la vida adulta sin seguir criterios religiosos
ni inspirarse en ellos? ¿O permanecer fieles al propio horizonte de ideas -el de la
fe- cultivando lo privado?
También los salesianos se preguntan:
- ¿Cómo educar a los jóvenes en la reconstrucción de una nueva identidad
cristiana dentro de los procesos de desarrollo de los valores humanos?
85 De rechazo, la comunidad misma corre peligro de no poder hacer creíble
su fe ni poderla transmitir, si no encuentra el lugar adecuado, la duración
suficiente y el lenguaje necesario para educar en la fe a aquellos a quienes es
enviada.
El lugar sólo puede ser el de la vida y la historia: es la nueva realidad
social; la duración es la de las diversas etapas o edades de la vida; el lenguaje, el
que sea capaz de comunicar en la nueva cultura.
El reto es grande, y hasta inmenso. Aquí no se trata solo de dar una
respuesta abstracta; se trata de todo el dinamismo de la vida y la civilización, se
trata del significado de las diferentes iniciativas de la existencia diaria y,
simultáneamente, de las premisas para cualquier proyecto de educación que
quiera presentarse como posible. Se trata, en el fondo, de poder seguir
esperando.
Encuentro con las otras religiones
36

4.7 Page 37

▲back to top
86 El encuentro con las otras religiones es un reto que se halla en los
diferentes contextos descritos con características y modos diversos, aunque con
algo común.
¿Cómo hacer presente a Jesucristo. «el que ha penetrado de modo único e
irrepetible en el miste del hombre y ha entrado en su corazón?" (RH 8).
Tras dos mil años de cristianismo, en estos contextos aparece como una religión
ajena a las propias sensibilidades culturales y extranjeras; a veces incluso la
consideran peligrosa algunos grupos religiosos de tendencia fundamentalista:
¡quien se siente amenazado, se cierra y hace inútiles las posibilidades de
conocimiento mutuo, de colaboración y de intercambio! El diálogo sincero y
práctico, una atenta y profunda encarnación de la fe cristiana y una valiente
evangelización de la cultura (cf. Const. 7) y el testimonio de una comunidad que
trabaja en la caridad y el servicio con entusiasmo y capacidad de sacrificio, son
la mejor respuesta al reto del encuentro con los jóvenes de otras religiones.
- ¿Cómo puede realizar la comunidad un diálogo sincero y abierto con
estas religiones, subrayando sus valores positivos aunque reconociendo sus
límites? ¿Cómo vivir los valores salesianos del sistema preventivo, sobre todo, el
amor y la bondad, como el primer testimonio cristiano y el mejor camino para
hacer presente el Evangelio (cf. Reglam. 22)?
La vida
87 Los retos que hemos visto hasta aquí están individuados en los hechos y
producen inquietudes y oportunidades reales.
Pero hay uno que es síntesis y origen de los demás que pasa por todos
ellos: el reto de la vida.
88 Muchos jóvenes la experimentan en sus manifestaciones más dolorosas:
en el hambre que busca pan, en la opresión que busca libertad, en la soledad
que busca comunión, en la profanación que busca dignidad, en la inestabilidad
que busca seguridad, en el absurdo que busca sentido, en la violencia que busca
la paz.
Hay jóvenes que son felices en sus estudios, en su familia, con los amigos,
en el bienestar y en el tiempo libre y acaban por no sentir necesidad de la fe ni de
otra vida.
Hay, por último, quienes desean vivir en plenitud. Este anhelo de vida
adquiere hoy características propias: búsqueda de nueva calidad de vida en la
que, superadas las necesidades primarias, se ofrezcan respuestas a otras
necesidades más personales, relacionales y religiosas; sensibilidad hacia la
dignidad de la persona humana y sus derechos; búsqueda de nuevas
motivaciones-para vivir como verdadero hombre en e1 mundo de hoy.
***
La resonancia de estos cinco retos implica la existencia entera de la comunidad
salesiana, afecta a todos los aspectos de su identidad y le obliga a verificar y
evaluar su ser y su hacer. Si se mide con Jesús de Nazaret, comprobará si está al
servicio de la vida destruida y amenazada por tantas muertes, y deberá revisar
su concepto de salvación cristiana a la luz del artículo 31 de las Constituciones:
«Educamos y evangelizamos siguiendo un proyecto de promoción integral del
hombre, orientado a Cristo, hombre perfecto».
37

4.8 Page 38

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 38
38

4.9 Page 39

▲back to top
39

4.10 Page 40

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 40
Segunda parte
EL CAMINO
DE FE
40

5 Pages 41-50

▲back to top

5.1 Page 41

▲back to top
1
LA COMUNIDAD ANTE LOS RETOS
Dos discípulos de Jesús iban andando...
Jesús en persona se acercó y se puso a
caminar con ellos... (Lc 24, 13. 15).
La comunidad interpelada
89 La comunidad salesiana se siente interpelada por los retos. Los capta con
humildad y pasión pastoral, y se deja retar. Está convencida de que no se trata
sólo 01.' simples problemas juveniles, sino de signos de los tiempos. El Señor se
manifiesta por medio de ellos y la interpela.
La comunidad responde verificando su vida y las perspectivas y proyectos
que han guiado hasta ahora su quehacer pastoral, convencido de que puede ir al
encuentro de los jóvenes, pues en la tradición salesiana se manifiesta una
coincidencia feliz entre lo que piden los jóvenes y lo que nuestra consagración
apostólica se siente estimulada a darles.
reconsidera la misión recibida
90 En la raíz de esta esperanza hay algunas convicciones. La misión juvenil,
donde todo hermano y comunidad experimentan la alegría del propio servicio,
nos permite caminar al paso de los tiempos. Colaboramos en la obra de Dios, y
para ello él nos da su gracia y su luz.
Mediante sus solicitaciones, los jóvenes nos impiden quedamos en el
pasado, nos educan y nos apremian a encontrar respuestas nuevas y valientes.
La aurora de una nueva evangelización (ChL 34)nos convoca a trabajar en
la edificación de una sociedad más humana, y nos pide, sobre todo, renovar en
contextos nuevos, casi con un salto de calidad, nuestra fe en la Buena Noticia
traída al hombre por Jesucristo, el Señor.
se esfuerza por dar una respuesta
91 Estamos convencidos de que Dios actúa en la historia, de que el Espíritu
del Señor resucitado está presente dondequiera se realiza el bien y llama a la
comunidad a confesar a Cristo y despertar su propia fe.
No tenemos respuestas puntuales ni de eficacia segura para el conjunto de
los retos ni para algunos en particular. Estos retos no son dificultades pasajeras,
sino indicaciones de un cambio de época que debemos aprender a discernir a la
luz de la fe.
inspirándose en la experiencia de Don Bosco
92 A esta convicción nos lleva también nuestra experiencia espiritual vivida
tras las huellas de Don Bosco.
El Espíritu, presente en su corazón, atraía a los jóvenes, más allá de su persona,
hacia Dios. En la complejidad de las situaciones y con la precariedad de
recursos, «vivía como si viera al Invisible» (Hb 11, 27; cf. Const. 21). Sembraba
41

5.2 Page 42

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 42
con confianza estímulos de fe y gestos de bondad, y formaba personas que fueran
sus portadores.
Es la experiencia que queremos comunicar hoya los jóvenes: por esta
presencia misteriosa del Espíritu, la vida lleva consigo, incluso en la pobreza, la
fuerza de la liberación y la semilla de la felicidad.
Esto es, en sustancia, educar en la fe.
Nos proponemos, pues, dejamos convertir por sus desafíos, y les
ayudamos a apostar por la fe. Confiamos en poder ofrecerles un camino que del
deseo de vida los lleve a su plenitud, es decir, a madurar un estilo de existencia
que calque el de Jesús de Nazaret tal como lo vivió Don Bosco.
Esto es, en sustancia. la espiritualidad juvenil salesiana.
siguiendo el ejemplo del Señor
93 Todo esto lo hacemos a ejemplo de Señor y siguiendo el método de su
caridad de Buen Pastor (cf. Const. 11) en el camino de Emaús (cf. Lc 24, 13-36).
Repetimos sus actitudes: tomamos la iniciativa del encuentro y nos ponemos al
lado de los jóvenes; con ellos hacemos el camino escuchando y compartiendo sus
inquietudes y anhelos; les explicamos con paciencia el exigente mensaje del
Evangelio; y con ellos nos detenemos, para repetir el gesto de partir el pan y
suscitar en ellos el ardor de la fe, que los transforma en testigos y anunciadores
creíbles.
42

5.3 Page 43

▲back to top
2
EL CAMINO
DE EDUCACIÓN EN LA FE
Jesús iba creciendo en sabiduría, en
estatura y en gracia ante Dios v los hombres
(Lc 2, 52).
AL ENCUENTRO DE DIOS EN EL JOVEN
Obra de Dios
94 Educar a los jóvenes en la fe es, para el salesiano, trabajo y oración. Es
consciente de que trabajando por la salvación de la juventud vive la experiencia
de la paternidad de Dios (d. Consto 12), que «precede a toda criatura con su
providencia, la acompaña con su presencia y la salva dando su propia vida»
(Const. 20).
Don Bosco nos enseñó a reconocer la presencia operante de Dios en
nuestro quehacer educativo y a' sentirla como vida y amor.
reconocida
95 Creemos que Dios ama a los jóvenes. Tal es la fe que está en el origen de
nuestra vocación y que motiva nuestra vida y todas nuestras actividades
pastorales.
Creemos que Jesús quiere compartir su vida con, los jóvenes, que son la
esperanza de un futuro nuevo, y llevan dentro de sí, ocultas en sus anhelos, las
semillas del Reino.
Creemos que el Espíritu se hace presente en los jóvenes y que por su
medio quiere edificar una comunidad humana y cristiana más auténtica. Él
trabaja ya en cada uno y en los grupos: les ha confiado una tarea profética para
que la realicen en el mundo, que es también el mundo de todos nosotros.
Creemos que Dios nos está esperando en los jóvenes para ofrecemos la
gracia del encuentro con él y disponemos a servirle en ellos, reconociendo su
dignidad y educándoles en la plenitud de la vida. ,
La tarea educativa resulta ser, así, el lugar privilegiado de nuestro
encuentro con él.
en toda situación juvenil
96 En virtud de esta gracia, ningún joven puede quedar excluido de nuestra
esperanza y de nuestra acción, sobre todo si sufre pobreza, derrota y pecado.
Tenemos la certeza de que en cada uno de ellos Dios ha depositado el germen de
su vida nueva.
Esto nos impulsa a procurar que sean conscientes de tal don y a trabajar
con ellos para que desarrollen ha vida en plenitud. Cuando nuestra entrega
parece no alcanzar su objetivo, seguimos creyendo que Dios procede nuestro
sufrimiento como Dios de la esperanza y de la salvación.
43

5.4 Page 44

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 44
PUNTO DE PARTIDA
Ir a los jóvenes
97 Nuestro compromiso de educar a los jóvenes en la fe choca a menudo
contra un obstáculo: a muchos jóvenes no les llega ni nuestro mensaje ni nuestro
testimonio. Entre nosotros y la mayoría de ellos hay una distancia, que muchas
veces es física, pero que es sobre todo psicológica y cultural.
Eliminar distancias, hacemos cercanos, aproximarnos a ellos es, por
consiguiente, el primer paso. También aquí Don Bosco es nuestro maestro.
«Siento, queridos jóvenes -escribía desde Roma en 1884- el peso de estar lejos de
vosotros: el no veros ni oíros me causa una pena que no podéis imaginar» (MB
XVII, 107). Buscaba a los jóvenes: iba por calles y plazas; entraba en obras y
lugares de trabajo. Se acercaba a ellos y los invitaba a ir a su oratorio.
Este amor y los gestos que lo acompañaban no pertenecían sólo a un
método pedagógico, sino que eran la expresión original de su fe en el Señor y de
su voluntad de anunciar a Cristo a los jóvenes,
ir a donde se hallan
98 Ir y acercarse a los jóvenes donde se hallan, acogerlos desinteresadamente
y con solicitud en nuestros ambientes y ponemos en atenta escucha de sus
demandas y aspiraciones, son para nosotros opciones fundamentales que
preceden a cualquier otro paso de educación en la fe.
valorizando cuanto ya tienen
99 El camino de la educación en la fe empieza con la valorización del
patrimonio que todo joven lleva dentro de sí, y que un verdadero educador sabe
descubrir con inteligencia y paciencia. Utilizará oportunamente la razón y su
sensibilidad pastoral para desenterrar el deseo de Dios, a veces sepultado, pero
no del todo muerto en el corazón del joven. Pondrá en acción su carga de
comprensión y afecto procurando hacerse querer.
La acogida crea una circulación de recíproca amistad estima y
responsabilidad, hasta el punto de suscitar en el joven la conciencia de que su
persona tiene un valor y un significado que supera cuanto él había imaginado.
Esto pone en movimiento sus mejores energías.
en un ambiente educativo
100 La acogida cala más hondo cuando lo que implica al joven no es sólo una
persona, sino todo un ambiente lleno de vida y de propuestas. El paradigma de
todos nuestros ambientes es el oratorio: «casa que acoge, parroquia que
evangeliza, escuela que encamina hacia la vida y patio donde se comparte la
amistad y la alegría» (Const. 40).
El ambiente oratoriano no es fundamentalmente una estructura educativa
específica, sino el clima que debe distinguir a cualquier obra salesiana. Las
relaciones marcadas por la confianza y el espíritu de familia, la alegría y la fiesta
acompañadas por la laboriosidad y el cumplimiento del deber, las expresiones
libres y múltiples del protagonismo juvenil, así como presencia amiga de
educadores que saben hacer propuestas que responden a los intereses de los
44

5.5 Page 45

▲back to top
jóvenes y al mismo tiempo sugieren opciones de valores y de fe. Constituyen sus
principales características.
A este clima se refiere Don Bosco con nostalgia en la carta de Roma el año
1884, cuando pide que vuelvan «los días del afecto y de la confianza entre jóvenes
y [salesianos]... los días de los corazones abiertos con toda sencillez... de la
caridad y de la verdadera alegría...» (MB XVII, 114; MBe XVII, 105).
Don Bosco supo crear ambientes donde aunaba educación y fe y donde los
jóvenes se hacían misioneros de sus compañeros. Por esto, siempre fue exigente
en la calidad educativa de sus ambientes: no vacilante en tomar decisiones por
dolorosas que fueran con respecto a los chicos y colaboradores que de algún
modo rechazaran abiertamente o comprometieran el clima educativo.
Así, en la íntima relación entre el encuentro personal con cada joven por
parte del educador y el rico estímulo del ambiente, han fructificado en la historia
salesiana realidades ejemplares de santidad juvenil.
PROPUESTA DE VIDA CRISTIANA
101 Un encuentro significativo o la acogida cordial en un ambiente son la
ocasión para comenzar un camino hacia la fe o para seguir adelante en su
itinerario. Entonces se pone en marcha el corazón oratoriano, del salesiano, su
vivencia personal de fe en Jesucristo y su capacidad pedagógica. En su orientar
hacia la fe, el estilo salesiano sigue algunos criterios.
Propuesta de fe dentro del proceso educativo
102 El proceso educativo, en el que se trabaja para la promoción total de la
persona, es el espacio privilegiado en que se propone la fe a los jóvenes. Tal
orientación es decisiva para definir características y contenidos del camino. En él
se valorizan no sólo los aspectos religiosos, sino también cuanto se refiere al
crecimiento de la persona, hasta llegar a su madurez.
Los jóvenes y Cristo
103 Hay que trazar, pues, el camino teniendo en cuenta dos referencias: el
trabajo que los jóvenes deben hacer para formar su personalidad, por una parte;
y, por otra, el llamamiento preciso de Cristo, que los invita a construirla según la
revelación que se manifestó en él.
La vida de los jóvenes es, a la vez, punto obligado donde partir para un
camino de fe, referencia continua en su desarrollo y punto de llegada, cuando ha
transformado y encauzado hacia la plenitud en Jesucristo.
El anuncio de Jesucristo, renovado continuamente es el aspecto
fundamental de todo el camino; no es algo ajeno o yuxtapuesto a la vivencia del
joven. En dicha vivencia se hace camino, verdad y plenitud de vida.
Tenemos, así, un verdadero camino hacia la fe y un camino preciso de fe,
que parte de esta convicción: Jesucristo se manifestó como el verdadero hombre,
y sólo por él entra plenamente en la vida todo ser humano. El camino tiende
definitivamente a asegurar consolidar el encuentro con él, realizado en la
comunidad eclesial y en una intensa vida cristiana
Un camino educativo
45

5.6 Page 46

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 46
104 Hay que tener en cuenta que se trata de un camino educativo, que toma a
los jóvenes en la situación en que se hallan y se compromete a sostenerlos y
orientarlos en sus pasos hacia la plenitud de humanidad que les es posible.
Cabe, por tanto, recorrerlo también en situaciones donde el anuncio
explícito de Cristo resulta difícil, irrealizable, o donde todavía hay que crear las
condiciones mínimas para que pueda ser escuchado. En semejante situación de
precariedad, la referencia al Evangelio hace de inspiradora, indicando valores hu-
manos auténticos y dando confianza al paciente y silencioso testimonio de los
educadores.
105 Precisamente en virtud de esta lógica, el camino pone en el centro de la
atención algunos aspectos.
a) Un camino que privilegia a los últimos y a los más pobres
El camino se adapta a los que tienen que comenzar: la opción salesiana de
privilegiar a los más pobres es condición previa para dialogar con todos, incluso
con quienes están menos informados acerca del acontecimiento cristiano.
El lenguaje fácil e inmediato, un ambiente acogedor y el estilo de trato
familiar hacen accesible el misterio salvífico, y resultan buena noticia e invitación
para quienes están lejos.
El colocarse al lado de los últimos y de los más pobres no determinará
sólo el comienzo del camino, Mino también cualquier etapa posterior, incluidas
las finales.
A quien ya ha recorrido un tramo de camino no se le, puede pedir que
comience de nuevo; pero cabe invitarle a volver siempre a las realidades,
palabras y signos más sencillos y fundamentales, a fin de sostener con su
testimonio y acción el caminar de quienes están comenzando.
b) que no acaba nunca
106 El camino no acaba nunca, avanza siempre hacia nuevas metas. Sigue
hasta los horizontes de donación y de santidad que el Espíritu sabe mostrar a los
jóvenes. La ejemplar historia de Domingo Savio y Laura Vicuña es paradigma de
nuestra vivencia educativa, nos hace reconocer los frutos extraordinarios que la
vida de fe produce en los jóvenes.
Nuestra misión educativo pastoral tendrá, pues, carencias cuando no
seamos capaces de descubrir e nuestros ambientes este don de Dios, o no
estemos preparados para sostener una respuesta generosa.
c) que se acomoda al paso de cada joven
107 Además de privilegiar a los pobres, últimos y lejanos y ofrecer propuestas
para los más adelantados, el camino requiere una tercera sensibilidad: reconocer
que cada joven tiene un paso distinto de los demás que los resultados de las
etapas no son iguales para todos, y que, por consiguiente, el recorrido hay que
adecuarlo a cada caso. Si la fe es diálogo de amor de Dios y con Dios, si es
alianza propuesta por Dios en la vida concreta, quiere decir que no existen
clichés que puedan repetirse.
Nosotros, constituidos por iniciativa del Espíritu en amigos de Dios y de
los jóvenes, procuramos prevenir, favorecer y seguir sus palabras y sus gestos.
46

5.7 Page 47

▲back to top
108 Los mismos fracasos educativos pueden ser un componente de todo
camino. No los vemos como algo accidental o dimensión ajena al proceso
educativo. Son parte integrante, y han de asumirse con actitud de comprensión.
En algunos casos son fruto de las graves condiciones en que viven ciertos
jóvenes.
109 Resulta, pues, evidente que el camino se ha de pensar como único, porque
única es la meta hacia la que avanza, únicas las indicaciones ligadas a la
naturaleza de la fe y constantes algunas características de la vivencia juvenil.
Pero no es difícil comprender que hay que determinar progresivamente
itinerarios particulares, proporcionados a los jóvenes que los recorren.
Los itinerarios se presentan precisamente como determinaciones más
detalladas de experiencias, contenidos y metas, según los jóvenes y las
situaciones particulares.
d) que se realiza en comunidad
110 Hay un aspecto que no podemos descuidar: la comunidad educativa,
formada en su conjunto por jóvenes y adultos. Es el sujeto que hace el camino
hacia la fe y de fe. No caben distinciones como la siguiente: los jóvenes son
únicamente destinatarios de la propuesta, mientras que los adultos sólo han de
ser considerados sus autorizados elaboradores técnicos. Semejante perspectiva
llevaría todo esto al ámbito de unos servicios profesionales desconectados de la
vida. ¡Es san Pablo en persona quien nos recuerda cómo se nos engendra a la fe!
El camino es único e implica a todos y siempre. Aunque interpela a cada
persona de cara a sus responsabilidades específicas ante Dios, sin embargo la
propuesta es apoyada por todos los que reconocen en Jesucristo el fundamento y
el sentido de la vida.
111 En la comunidad educativo-pastoral son educadores de los jóvenes en la fe
todas las personas, tanto las que desempeñan tareas de educación y desarrollo
humano como las que trabajan más explícitamente en la vertiente de la fe.
Su mayor alegría es comunicarles las insondables, riquezas de Cristo (d.
Const. 34). Todos los medios y actividades deben confluir en servir a la misma
persona, a fin de ayudarle a crecer en la vida y en el encuentro con el Señor
resucitado.
47

5.8 Page 48

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 48
ÁREAS DE ATENCIÓN
1. Meta global
Para que creáis que Jesús es el Mesías,
el Hijo de Dios, y, para los que creyendo,
tengáis vida en su nombre (Jn 20, 21).
Un hombre orientado hacia Cristo
112 Todo trazado de camino queda definido siempre por el punto al que se
quiere llegar: la meta. Debemos tener claro cuál es el tipo de hombre y creyente
que hay que promover en las circunstancias concretas de nuestra vida y
sociedad, convencidos de que también el Espíritu de Jesucristo lo va plasmando
a partir de una nueva creación.
113 Es la dirección que señalan nuestras Constituciones: «Educamos y
evangelizamos siguiendo un proyecto de promoción integral del hombre, orientado
a Cristo, el hombre perfecto. Fieles a la idea.de nuestro Fundador, nuestro
objetivo es formar honrados ciudadanos y buenos cristianos» (Const. 31).
La primera idea de este texto subraya la configuración sustancial a Cristo,
Hijo y hermano que da su vida por todos y es resucitado por el Padre. La
segunda -«honrados ciudadanos y buenos cristianos» se orienta hacia la
realización histórica del tipo de cristiano llamado a vivir en la Iglesia y en la
sociedad en un tiempo preciso y en un espacio determinado.
que sabe integrar fe y vida
114 Para decir esto, en muchos contextos se prefiere utilizar una fórmula
densa y expresiva: se habla de integración entre fe y vida. Es la respuesta al reto
más dramático y provocador de que hemos hablado en otras páginas: la
irrelevancia y la separación entre fe, vida y cultura, que se manifiestan
simultáneamente en la sociedad y en las personas.
La meta que propone el camino al joven es construir su personalidad
teniendo a Cristo como referencia en el plano de la mentalidad y de la vida. Tal
referencia, al hacerse progresivamente explícita e interiorizada, le ayudará a ver
la historia como Cristo, a juzgar la vida como él, a elegir y amar como él, a
esperar como él enseña y a vivir en él la comunión con el Padre y el Espíritu
Santo.
Por la fecundidad misteriosa de esta referencia, la persona se construye en
unidad existencial: asume sus responsabilidades y busca el significado último de
su vida.
Situada en un pueblo de creyentes, logra con libertad vivir intensamente
la fe, anunciarla y celebrarla con alegría en la realidad de cada día.
115 Como consecuencia, maduran y resultan connaturales las actitudes
humanas que llevan a abrirse sinceramente a la verdad, a respetar y amar a las
personas, a expresar su propia libertad en la donación y en servicio. Es el
ejercicio de la fe, la esperanza y la caridad como estilo de vida. Mentalidad, vida
cotidiana y presencia en la comunidad: he ahí los tres campos en que se mide la
verdad del buen cristiano y del honrado ciudadano.
48

5.9 Page 49

▲back to top
El binomio salesiano subraya el valor de la dimensión comunitaria, social
y política de la fe y de la caridad, que lleva a asumir responsabilidades precisas
en la construcción de una sociedad renovada.
2.
Cuatro grandes áreas
Cuatro grandes aspectos de la maduración cristiana
116 El camino se ve como crecimiento progresivo hacia esa meta.
Por lo tanto, nos comprometemos en cuatro grandes aspectos de la
maduración cristiana, que vamos a llamar áreas.
Las podemos indicar esquemáticamente como:
- crecimiento humano hacia una vida que se deberá asumir como vivencia
religiosa;
- encuentro con Jesucristo, el hombre perfecto, que llevará a descubrir en
él el sentido de la existencia humana individual y social: el Salvador del
hombre;
- inserción progresiva en la comunidad de los creyentes, captada como
signo e instrumento de la salvación de la humanidad;
- compromiso y vocación en la línea de la transformación del mundo.
Dentro de estas áreas, tendremos que:
- cultivar algunas actitudes, que habrán de revisarse con frecuencia;
- individuar algunos núcleos de conocimientos imprescindibles para
comprender adecuadamente la vida cristiana;
- elegir experiencias capaces de favorecer el resultado, y proponer
actitudes y conocimientos.
que responden a los retos
117 Estos cuatro grandes aspectos parten de los retos planteados a la fe de los
jóvenes y a nuestra misión de educadores por parte de la actual situación
cultural y juvenil. En efecto, de los retos emerge la petición de vida y el
significado de la fe en la maduración de la propia identidad y en la historia
humana. El peligro que corre la fe es el de ser irrelevante para la existencia y
para el proceso histórico.
Las áreas pretenden asumir cuanto el hombre estima como verdadero
valor y depositar ahí la semilla de la fe como su perfección y sentido último.
Pretenden, en conjunto, presentar el Reino, injertado en el corazón de la historia
(la gran historia del mundo o la pequeña historia personal),y al mismo tiempo
presentar a los verdaderos creyentes como llamados por el amor de Dios a
trabajar en la fermentación de la historia humana.
Así la fe no queda separada ni yuxtapuesta a lo que es humano, histórico,
temporal, secular; sino que, al terminar dentro, le da significado, lo ilumina e
incluso lo transciende llevando nuestros horizontes más allá, de la historia.
cuyo significado hay que comprender bien
118 Las áreas no se ven ni deben ser vistas, ni en la persona ni en la acción
educativa, como sectores separados. Están presentes a la vez y se reclaman
continuamente unas a otras.
No cabe considerar primero sólo la vertiente del crecimiento humano y
después el de la fe. Hay que reconocer a la fe una energía peculiar en todo el
49

5.10 Page 50

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 50
crecimiento de la persona. La referencia a Jesucristo y a la Iglesia es constante y
cruza todas las áreas, aun sabiendo que se explicita y se concentra en
determinados momentos. Cuando la palabra de Dios ha llenado la vida, el
crecimiento humano no se detiene: continúa y se manifiesta con nuevas
expresiones.
Aquí necesitamos presentar estos contenidos en progresión lógica; pero no
significa que queramos Introducir a considerados sucesivos en el tiempo.
119 Sin embargo, es imposible pensar en ningún adelanto si el sujeto no
asume la propuesta. Los contenidos que deseamos acentuar en cada área no son
lecciones ofrecidas desde fuera o materiales que hay que trabajar, sino
maduraciones que se dan en la persona en virtud de sus opciones. Hay que
prestar, pues, mucha atención a que se interiorice como es debido a cada una de
las propuestas.
La educación en la fe, pues; se ve como humanización, sentido de la vida,
elección de valores y compromiso eclesial y social.
50

6 Pages 51-60

▲back to top

6.1 Page 51

▲back to top
Primera área
HACIA LA MADUREZ HUMANA
Todo lo que es verdadero, noble, justo,
puro, amable, laudable; todo lo que es
virtud o mérito tenedlo en cuenta (Flp 4,8)
Vida y fe se reclaman mutuamente
120 Nos referimos ante todo a los jóvenes pobres. Su pobreza se presenta en
formas diversas: pobreza de condiciones de vida, de sentido, de perspectivas, de
posibilidades, de conciencia, de recursos. Es la vida misma la que se encuentra
depauperada al faltarle sus principales recursos. No aflorará ninguna vivencia
religiosa mientras no se descubra la vida en su verdadero significado. Y,
viceversa, toda experiencia de vida verdadera despierta una tensión religiosa.
A partir de la admirable armonía de gracia y naturaleza, tan
significativamente manifestada en la persona de Don Bosco educador, el
salesiano comprende fácilmente que la fe reclama la vida, y la vida, reconocida en
su valor, siente -de algún modo- necesidad de la fe. En virtud de la gracia, no hay
ruptura, sino continuidad, entre creación y redención.
121 El camino de fe comienza en el «hazte humilde, fuerte y robusto» (MB I,
125; MBe I, 116) bajo la guía, materna de María y el apoyo de los educadores.
La primera indicación para sostener el desarrollo de esta área es prestar
atención a las exigencias características de cada etapa del crecimiento:
- la infancia descubre con maravilla el mundo circundante;
- la niñez se abre a cuanto existe en su derredor y a la relación
positiva con las demás personas;
- la búsqueda de orientación, el esfuerzo por lograr una síntesis
satisfactoria y el deseo, propio del joven, de participar y ofrecer
aportaciones a la vida social.
Los primeros pasos hacia los jóvenes
122 Por esto no podemos descuidar, sino que debemos tomar en serio, la
situación particular en que se hallan muchos jóvenes.
La praxis salesiana quiere ayudar a superar las carencias radicales,
económicas o afectivas que de hecho condicionan la posterior apertura a lo
valores.
En esta labor, la fe se proclama ya en el testimonio de la caridad. Al mismo
tiempo, la persona supera fuertes condicionamientos y se hace libre. Por esta
línea se mueve toda la iniciativa que quiera ofrecer a los jóvenes condiciones
dignas de vida, lugares de distensión, o medios con que prepararse para el
mundo de! trabajo y adquirir una cultura suficiente. Así se crean las condiciones
favorables para que los jóvenes se abran a buscar y aceptar la verdad y el gusto
por los valores auténticos que los conducen a la plena madurez humana y los
hacen protagonistas de su vida (cf. Const.32).
requieren, en el educador, ciencia y sabiduría
123 Para descifrar mejor los problemas y elaborar las propuestas más
convenientes en esta primera área, el educador en la fe se sirve también de las
51

6.2 Page 52

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 52
ciencias de la educación, utilizándolas con la sabiduría que le sugiere la mirada
de la fe.
El panorama de los modelos educativos se presenta confuso. El educador
en la fe elige y organiza sus actuaciones con la mirada puesta en la imagen del
hombre cuyo reflejo percibe contemplando el misterio de Dios presente en Jesús
de Nazaret.
El hombre maduro es aquel que escucha con atención los interrogantes
que plantean la vida y el mundo, capta el misterio que los envuelve y busca su
significado mediante la, reflexión y el trabajo.
Es el modelo que nos ofrece la sólida tradición salesiana cuando hace de la
religión el punto de referencia para la educación. Lo subraya bien la carta
Juvenum Patris al decir que «el término religión indica que la pedagogía de Don
Bosco es, por naturaleza, trascendente» (núm. 11).
124 Desde esta perspectiva, presentamos algunas metas que alcanzar y
diversas experiencias que proponer.
a) llevan a aceptar la vida
En primer lugar el joven debe aceptar la vida. Lo cual significa, ante todo,
que debe aceptarse a sí mismo.
Para algunos jóvenes esto ocurre de manera espontánea. El hallarse en un
mundo de personas que los quieren, dialogan con ellos y trabajan por construir
la historia, pequeña o grande, les sirve de gran ayuda.
En cambio, otros encuentran aquí la primera y gran apuesta. Piensan -y lo
sufren en su interior- que su vida no merece la pena de ser vivida. Vivencias
negativas o carencias fundamentales los llevan a dejar que corra o a cederla a
bajo precio. El educador de la fe debe acompañarlos con inteligencia y corazón, a
fin de que reconozcan el valor inestimable de la vida.
Así descubren su doble carácter de don y tarea. Es un paso imprescindible
para hacerse sujeto de la propia historia y responsable del crecimiento personal.
Si se ofrecen experiencias positivas, si se les ayuda a descifrar los
condicionamientos culturales y estructurales, personales y colectivos en que ha
discurrido hasta ahora su historia, comprenden que es posible el cambio, que
hay futuro, que vale la pena esperar.
Cuando se superan estos primeros cierres a la vida, es posible hacer
aflorar otros interrogantes, suscitar otras actitudes y poner en movimiento otras
energías.
a abrirse a los demás
125 La idea positiva de sí mismo lleva a una progresiva apertura a las
relaciones interpersonales y capacita para comunicar con los demás,
reconociendo su valor y aceptando su diversidad y limitaciones. Dispone también
a entrar en relación positiva con el ambiente, con la realidad y con el mundo.
La pedagogía salesiana asigna el desarrollo de esta dimensión a las
actividades que los jóvenes realizan juntos en clima de alegría y colaboración. En
ellas encuentran adultos capaces de amar las causas más nobles y de transmitir
su entusiasmo.
b) a hacer que emerjan las aspiraciones profundas
52

6.3 Page 53

▲back to top
126 La acogida de la vida, su exploración y el anhelo de gustarla hasta el fondo
descubren y hacen palpar la profundidad de las aspiraciones humanas y sus
límites. Aquí tenemos otro paso que dar y una serie de experiencias que proponer,
en línea con el encuentro entre vida y fe. El adulto es capaz de expresar con
propiedad esta percepción, mientras que el adolescente y el joven todavía la viven
confusamente y la sufren en su carne.
El educador debe ponerse a su lado y ayudarlos a darse cuenta de ella con
vivencias enriquecedoras.
Tales son las denominadas experiencias de plenitud, es decir, la
realización de ideales soñados intensamente; por ejemplo, la donación, el
protagonismo, la renuncia de la propia comodidad para servir a los más
necesitados, la contemplación de la naturaleza o de la verdad, los momentos de
realización.
También las vivencias de limitación y miseria son capaces de ayudar
acrecer y madurar interiormente; por ejemplo, la insatisfacción personal, la
conciencia de la propia pobreza, y las situaciones humanas de dolor y de
miseria.
Pero, ¿cómo puede comprender todo esto un joven? Escuchando su voz
interior y aprendiendo a leer los fenómenos de la convivencia humana. Seguido
por el educador, se abre a la dimensión ética y madura en dos direcciones: capta
la influencia de sus actitudes y obras en la vida personal, y comprende su
responsabilidad para aquellos con quienes comparte de hecho los principales
bienes. Separar ambo aspectos o subordinarlos entre sí es provocar el nacimiento
y fortalecimiento de la raíz del individualismo. Son dos vertientes por donde
corre la maduración de la persona.
c) a descubrir el sentido de la vida
127 Toma así cuerpo la pregunta sobre el sentido de la vida y la búsqueda de
su último significado. No se trata de un problema intelectual. Más allá del cómo
logran expresarlo, muchos jóvenes se interesan por su sentido particularmente
cuando sienten en su vida una insatisfacción profunda, a veces radical, y
piensan en el futuro. La insatisfacción puede tener orígenes y motivaciones
diversas: frustración ante la imposibilidad de alcanzar un modelo de felicidad
anhelada, o sentimiento de vado después de vivir propuestas que prometían
colmar las propias necesidades.
En este proceso de maduración, los educadores desempeñan un papel
insustituible. Están llamados a ofrecer ayuda en la reflexión, haciendo accesible
a los jóvenes la riqueza de la propia experiencia de adultos.
Existen algunos ambientes que, por su naturaleza, ofrecen una reflexión
sistemática sobre los problemas del hombre. La praxis salesiana dispone
también: de modalidades menos formales, tales como valoraciones rápidas,
aunque no superficiales, de acontecimientos y situaciones, o conversaciones
espontáneas en contexto de distensión y juego, o confrontaciones personales
convenientemente preparadas.
d) a anhelar lo transcendente.
128 En el joven, la pregunta y búsqueda de sentido se hace invocación, o sea,
deseo de una respuesta, horizonte o perspectiva que facilite la solución del
53
.

6.4 Page 54

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 54
interrogante planteado por la vida acerca de su origen y termino, acerca de la
tarea propia de la persona para llegar a su plenitud.
Todo proceso de educación debería tener .ahí su meta. Se realiza una
vivencia que es también religiosa, porque la persona llega a entrar en el proyecto
de Dios.
Respuesta a los retos
129 Los pasos que acabamos de indicar tratan de salir al encuentro de los
retos lanzados por la cultura actual, pues, frente a la lógica de la autosuficiencia
y el secularismo, propone un modo alternativo de ser plenamente hombre.
En muchos contextos se afirma que el primer paso que deben dar los
jóvenes es percibir el vacío de los ídolos que amenazan su vida y captar la
manifestación de Dios en la creación y en la persona humana. Nace entonces la
propuesta de reconstruir una identidad personal en una época en que a menudo
parece en crisis o rota.
La praxis salesiana no sólo sostiene idealmente el valor fundamental de la
vivencia religiosa en la formación de la personalidad, sino que privilegia de forma
concreta algunas modalidades para ayudada a madurar. Son: valorización de la
vitalidad y expresión juvenil, participación en actividades donde pueda
experimentarse el propio valer y la alegría de compartir, implicación en
situaciones de necesidad, y tiempos de reflexión.
Cuando el joven ha llegado a niveles más profundos y ha elegido la fe como
clave para interpretar su existencia personal, se le acompaña y estimula a
elaborar una visión cristiana orgánica de la vida y de la historia.
54

6.5 Page 55

▲back to top
Segunda área
HACIA UN ENCUENTRO AUTÉNTICO CON JESUCRISTO
Yo soy la luz del mundo: el que me sigue
no camina en tinieblas, sino que tendrá
la luz de la vida (Jn 8. 12).
Plenitud de vida en Cristo
130 Nuestro servicio de educadores en la fe no puede detenerse en el nivel de
conocimiento humano, aunque su inspiración sea cristiana.
La educación en la fe pide seguir hacia la confrontación y aceptación de
un hecho revelado: la vida del hombre sólo alcanza su plenitud en Jesucristo. «Yo
he venido para que tengan vida y la tengan abundante» (Jn 10, 10): he ahí la
respuesta definitiva a clamor que surge de la existencia en forma de invocación.
Encuentro con Cristo
131 Pero el encuentro con Jesucristo no es un hecho cualquiera. La educación
en la fe tiende a prepararlo, ofrecerlo y ahondarlo, para que sea encuentro
personal en la fe.
Es muy frecuente hallar entre los jóvenes una simpatía vaga por
Jesucristo. Abundan los mensajes e imágenes suyas lanzados al mercado por los
medios de comunicación social, y numerosos son los jóvenes que conservan
huellas de una vivencia religiosa infantil, con impresiones externas y genéricas
sobre la vida de la comunidad cristiana: su encuentro con Cristo es a menudo
superficial y fugaz. Por otra parte, una exposición sistemática de la fe puede
resultar" para estos jóvenes, sólo una teoría hermosa o la ideología articulada de
un grupo religioso, pero no un anuncio y promesa de salvación.
¿Qué camino seguir para poner al joven en contacto profundo con Cristo?
¿Qué aspectos de su misterio conviene subrayar?
mediante el testimonio
132 Esta área se centra con fuerza en el testimonio de los cristianos. Para
estimular y sostener el encuentro de fe con Jesucristo se requiere la vida de una
comunidad creyente y su interpretación mediante la palabra de la fe.
En las estructuras donde actuamos, se dan a veces fracasos porque
transmitimos de manera impersonal fórmulas de fe que, desconectadas de su
eficacia para la vida, resultan totalmente incomprensibles.
La fe es buscada y anhelada cuando los jóvenes se encuentran con una
vivencia evangélica auténtica.
133 He aquí algunas metas a que tender progresivamente, a fin de que el
encuentro con Jesucristo supere la mera curiosidad y se transforme en
encuentro de fe.
a) De los signos
55

6.6 Page 56

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 56
134 Una meta, que requiere su correspondiente núcleo de contenidos y
experiencias, es percibir los signos de Cristo el Salvador, su presencia en la
comunidad y su Influjo en la historia humana.
Estos signos se hallan:
- en las personas que pertenecen a la comunidad,
- en las actitudes que suscita en ellas la memoria de Cristo,
- en el culto cristiano celebrado dignamente.
Es una meta al alcance de todos, incluso de quien está menos cerca del
acontecimiento cristiano.
Los signos poseen lenguaje y transmiten mensajes. La pedagogía los
selecciona, prepara y presenta de modo que hablen con fuerza a la sensibilidad
de los jóvenes.
Pero hay signos y mensajes que se le escapan a! nuestra voluntad. Los
producen el estilo de la institución educativa o pastoral, la relación de las
personas entre sí, el buen gusto y el sentido religioso que aparece en los signos
de la fe: objetos, lugares, gestos.
al testimonio
135 La percepción de los signos puede disponer a entender el testimonio de los
discípulos de Cristo. Los gestos humanos y de fe de las personas que están cerca
de los jóvenes constituyen la primera invitación a. la fe. No nos referimos sólo a
los gestos religiosos sino también a la disponibilidad para un diálogo con: los
jóvenes y a la capacidad de comprometerse en la salvación de los pobres.
El testimonio revela a los jóvenes el valor universal de la fe, cuando llegan
a conocer modelos eminentes: de caridad o compromiso cuya motivación y fuerza
proceden del amor a Cristo.
b)
Del testimonio al anuncio,
136 El testimonio se explicita mediante el anuncio de Jesucristo, de su historia
humano-divina y de las enseñanzas que proclamó. Un anuncio que, por parte de
los educadores, es una clara confesión de fe.
Las circunstancias aconsejarán el camino preferible: la conversación
personal, la catequesis, un diálogo interreligioso sereno. De todos modos, hay
que garantizar el carácter de Buena Noticia. Hay que presentar a Jesucristo
como verdad que ilumina la búsqueda del joven, como vida que estimula las
energías de bien y como camino que lleva a la plenitud.
En esta óptica, la palabra de Dios debe aparecer a: cada uno como
apertura a los problemas personales, respuesta a las preguntas que uno se
plantea, extensión a los valores propios y, a la vez, satisfacción de los anhelos
personales.
c) Del anuncio al descubrimiento de la persona de Cristo
137 El anuncio lleva a descubrir la presencia de Cristo en la propia vida como
clave de felicidad y de sentido.
Empieza entonces el proceso de conversión que, al transformar la
existencia, conduce a su edad adulta la forma de Cristo que el Bautismo
imprimió en nosotros.
El anuncio y el descubrimiento exigen posteriormente la adhesión a la
persona de Cristo. Del Cristo anunciado, el camino de fe procede hacia el Cristo
limado, contemplado y, finalmente, seguido en actitud de discípulo.
56

6.7 Page 57

▲back to top
No todo es igual. El Maestro propone recorridos nuevos, pide ciertas
rupturas, indica éxodos y relanza en la dirección de las fuertes exigencias
evangélicas.
En este punto del camino es posible que se produzca la primera gran
cesión en cuantos lo han empezado, no sólo por las dificultades que plantea la fe,
sino también por la falta de atención de los educadores, más preocupados de las
cosas que de acompañar fraternamente el diálogo entre el joven y Dios.
d) Transformación de la vida
138 La perseverancia en la conversión y en el seguimiento de Cristo lleva, como
consecuencia, a elaborar la propia visión de la vida, a vivirla de modo nuevo, a
romper con la alienante actitud de pecado y con los modelos de vida que de ahí
se derivan.
Se exige una nueva comprensión de la realidad y compartir lo que fue
amor apasionado de Jesucristo: el reino de Dios.
Para los que continúan, tras la catequesis debe realizarse la confrontación
de la fe con los grandes problemas culturales. Son problemas que se sienten
intensamente, fundamentales para una verdadera maduración de la mentalidad
de fe. Ésta requiere una coherencia precisa de pensamiento y vida. Olvidar tal,
aspecto significa preparar la tantas veces lamentada ruptura entre fe y cultura
personal, entre práctica religiosa individual y ética social. Hay que esforzarse, por
tanto, en acompañar a quienes toman en serio la confrontación de su vida con la
fe.
e) Fe robusta y dinámica
139 La práctica de la fe, por último, implica el arraigo de actitudes y
comportamientos, sostenidos por las relativas convicciones. La educación en la fe
capacita al' creyente para dar razón de su esperanza (cf. 1 Pe 3, 15).
La fe que reconoce la presencia y el amor del Padre desemboca en actitud
filial para con él: la piedad. La oración es el lenguaje que nos da el Espíritu para
dirigimos al Padre; hay que desarrollarla según las diversas formas que han ido
madurando en la tradición cristiana.
El cultivo de la piedad tuvo, en épocas pasadas, formas pedagógicas
adecuadas a la condición de los jóvenes de entonces. Para nosotros es hoy
urgente estudiar momentos y formas convenientes de iniciación, comenzando por
la familia.
57

6.8 Page 58

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 58
Tercera área
HACIA UNA INTENSA PERTENENCIA ECLESIAL
Eran constantes en escuchar la enseñanza
de los apóstoles, en la vida común,
en la fracción del pan y en las oraciones
(Hch 2, 42).
Encuentro con Cristo en la Iglesia
140 El encuentro con Jesucristo en la fe tiene su lugar de privilegio en la Iglesia.
Movido por el testimonio vivo de la comunidad cristiana o de algún creyente, el
joven madura por medio de una comunión plena en el pueblo de Dios.
Sin la fe de la Iglesia, la nuestra y la de los jóvenes, sería muy pobre.
Faltaría la referencia imprescindible para vivir como creyentes. Si no se participa
en la vida de la Iglesia se está lejos de donde tiene lugar, de modo privilegiado, el
don de la salvación.
El objetivo final de este recorrido es ayudar a los jóvenes a vivir como
Iglesia, madurando así en el sentido de pertenencia a la comunidad cristiana.
Pertenencia que madura progresivamente
141 La pertenencia de los jóvenes a la Iglesia no alcanza la madurez
inmediatamente.
Si los educadores-pastores no la entienden bien y no la cuidan con
sabiduría se quedará en simpatía genérica, adhesión externa y prudente
distancia y autonomía.
Los jóvenes se mueven hoy con realismo entre pertenencias múltiples y
limitadas. La pertenencia eclesial sólo puede madurar como adhesión del
corazón y de la mente, si la Iglesia es percibida como comunión con Dios y con
los hombres en la fe y en la caridad como signo e instrumento del Reino, pues las
instituciones, sean civiles o religiosas, únicamente logra un consenso parcial y
externo. Se ha entendido que persona es superior a ellas como valor y como
finalidad. Sólo si se ve una Iglesia más centrada en las personas -la de
Jesucristo, las de los creyentes y la de los hombres que ha de salvar- que en la
organización o en la legislación, podrá estimular una decisión de fe.
142 También en este aspecto hay actitudes, contenido y vivencias que definen
un camino. Cabe describir, las partiendo siempre de los más pobres respecto la
fe.
a) Necesidad de amistad y de relaciones interpersonales
143 El primer aspecto es darse cuenta de las necesidades que tienen los
jóvenes de amistad y de relaciones interpersonales profundas, de participación y
de solidaridad; hacer que emerja su sentido de fiesta, el gusto de estar unos con
otros.
Los educadores aceptan estos valores, los ahondan y los comparten en los
momentos en que los jóvenes los expresan, procurando darles mayor
profundidad.
En pleno acuerdo con la tradición salesiana, todo esto se carga ya de
significado eclesial, si se realiza en, un ambiente de amplia acogida donde sea
58

6.9 Page 59

▲back to top
posible entrar en contacto con los creyentes, con los signos eclesiales y con las
comunidades cristianas.
b) Anhelo de grupo
144 Otro conjunto de actitudes y contenidos eclesiales maduran dentro del
grupo juvenil, donde el joven se siente personalmente aceptado y valorizado. Él
mismo experimenta la alegría de compartir, se abre a la comunicación y a la
responsabilidad en clima de confianza mutua. Así aprende también a
comprender y a perdonar.
c) El grupo como lugar de descubrimiento de la Iglesia
145 Cuando estos grupos se hallan dentro de amplias comunidades educativas
o cristianas que trabajan en un proyecto común, constituyen ya una vivencia
concreta de Iglesia. Así se adquiere una mayor conciencia y se llega al
descubrimiento de la Iglesia en cuanto comunión más profunda y como servicio
universal.
Sin embargo, esto sólo ocurre cuando en la comunidad están vivos los
signos de la realidad eclesial: el esfuerzo de comunión entre personas, la
presencia complementaria de vocaciones diversas, el juicio Evangélico sobre los
acontecimientos, la celebración de la fe.
Es útil también el encuentro con otros creyentes, el contacto con otros
grupos y comunidades cristianas con las que sea posible comunicar experiencias
y compartir proyectos comunes de trabajo social y Apostólico.
Es provechoso igualmente un conocimiento suficiente de la historia de la
Iglesia, que ayude a descubrir la presencia y acción de Jesucristo, que siempre
suscita en ella nuevas energías de renovación y santidad.
d) Acto de fe en la Iglesia
146 Tendremos una etapa importante en el desarrollo del sentido eclesial
cuando éste se haga acto de fe en la Iglesia.
Acompañamos a personas y grupos hacia esta meta, ayudándoles a poner
la palabra de Dios en el centro de la propia existencia. A su luz ésta se lee de
nuevo y se aprende a compartirla y celebrarla con otros creyentes.
Se participa en la pastoral orgánica de la Iglesia local, se valorizan las
enseñanzas del Papa y de los obispos, reconociendo su misión de unidad y de
guía.
e) Experiencias de participación en la comunidad cristiana
147 La experiencia positiva de participación juvenil en la vida de la comunidad
cristiana hace crecer el sentido de pertenencia a la Iglesia. Cuando las
comunidades cristianas acogen y valorizan su aportación de vitalidad, los
jóvenes asumen sus propias responsabilidades, asimilan los valores y exigencias
de la comunidad y se sienten estimulados a la creatividad y al compromiso.
f) Celebrar la salvación
148 La participación más intensa en el misterio de la Iglesia se realiza en la
oración, la escucha de la Palabra y la celebración de la salvación. En la fe se com-
prende que la Iglesia es mediación del encuentro con Dios. Se vive esta
59

6.10 Page 60

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 60
mediación con gratitud, para configurarse a Cristo en el pensamiento y en la
vida.
Siguiendo una tradición que viene de Don Bosco, proponemos este
encuentro sobre todo, aunque no sólo, en los sacramentos de la Eucaristía y de la
Reconciliación. En ellos vivimos, junto a los jóvenes, la relación personal con
Cristo que reconcilia y perdona, que se entrega y crea comunión, que llama y en-
vía y estimula a ser artífices de una sociedad nueva.
La participación frecuente en estos sacramentos parece pasar por
momentos de estancamiento. El secreto para superarla es educar en las
actitudes que: están en la base de la celebración cristiana: el silencio, la escucha,
la alabanza, la adoración; es formar en el lenguaje simbólico, concretamente en
los símbolos fundamentales de los sacramentos; es ofrecer experiencias de
celebraciones graduales y bien cuidadas acompañar todo ello con una catequesis
sacramental con tal progresiva que haga ver la relación que hay entre la
celebración y la vida juvenil iluminada por la fe en Jesucristo.
En todo esto hay que captar la profundidad del misterio y la sensibilidad
juvenil, pues son necesarias la educación en la celebración y la educación dentro
de la celebración.
La catequesis de la Confirmación adquiere una función importante como
medio privilegiado para suscitar en el chico y en el joven el sentido de la
presencia del Espíritu y la voluntad de comprometerse por el Reino.
La catequesis del Matrimonio dispone para vivir el amor como persona
madura, abrirse generosamente a la vida y expresar la Iglesia en la propia
familia.
60

7 Pages 61-70

▲back to top

7.1 Page 61

▲back to top
Cuarta área
HACIA UN COMPROMISO POR EL REINO
Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu…
En cada uno se manifiesta el Espíritu
para el bien común (1Cor 12,4.7).
La vida como vocación
149 En la pedagogía salesiana de la fe la opción vocacional es el fruto maduro e
imprescindible de todo crecimiento humano y cristiano. «Educamos a los jóvenes
para que desarrollen su propia vocación humana y bautismal, mediante una vida
diaria progresivamente inspirada y unificada por el Evangelio» (Const. 37).
La fe no puede reducirse a mero asenso intelectual. El creyente confiesa la
verdad comprometiendo propia vida por la causa de Dios, salvador del hombre.
La vocación cristiana sólo se comprende haciendo referencia al Reino, que es a la
vez don de Dios y obra del hombre.
Dios es el protagonista, que desea la vida y la felicidad del hombre y
realiza esta voluntad de muchos modos diferentes; el hombre es invitado a acoger
este don con disponibilidad total y a jugarse la vida por el proyecto de Dios.
El cristiano, por tanto, vive su vocación reconociendo el señorío y el amor
de Dios y comprometiendo sus propias fuerzas hasta la radicalidad. Aceptando
que todo es don de Dios y que nosotros únicamente somos siervos; pero
comprueba también la necesidad del duro esfuerzo cotidiano para vencer la
potencia de la muerte y consolidar la vida. Somos, pues, verdaderos discípulos y
amigos de Jesucristo porque estamos dispuestos con él a cumplir la voluntad del
Padre sirviendo al hombre hasta la cruz.
El compromiso vocacional será en toda responsabilidad familiar,
profesional, social y política; para algunos florecerá en consagración de
significado particular: ministerio sacerdotal, vida religiosa, compromiso, secular.
Descubrir el propio lugar en la construcción del Reino.
150 El objetivo de esta área es ayudar a los jóvenes descubrir su puesto en la
construcción del Reino y a asumirlo con alegría y decisión.
Para llegar a esta meta, cabe imaginar algunos pasos, a modo de etapas
de un camino.
a) Hacer aflorar lo positivo de todo joven
151 Todo joven tiene en sí cosas positivas; apoyándose en ellas, pueden
lograrse grandes resultados. «Todo joven... tiene un punto sensible al bien. La
primera obligación del educador es descubrir ese punto, esa cuerda sensible del
corazón, y sacar provecho de ella» (MB V, 367; MBe V, 266).
En primer lugar es preciso hacer aflorar estas cosas positivas mediante un
paciente trabajo de atención sobre sí mismo, de confrontación con los demás, de
escucha y de reflexión.
De este descubrimiento gozoso de las propias posibilidades, a pesar de los
límites y obstáculos, nace el deseo de hacer fructificar los dones recibidos.
61

7.2 Page 62

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 62
Éstos son: primeramente la vida, hilo conductor de todo el camino de fe,
que hay que aprender a administrar la salud; la inteligencia y el corazón; el
patrimonio humano y religioso de la familia; la amistad, los bienes materiales,
las dificultades que ayudan a superarse...
El joven se mira a sí mismo y en su derredor, y descubre el lazo de
solidaridad que une a las personas entre sí.
b) Alegría de comunicar los propios dones
152 No basta tener dones y posibilidades. Es preciso ser verdaderamente feliz
con ellos. Aquí entran las primeras y diversas experiencias de compartir. El joven
se entrena a la generosidad y disponibilidad. Son actitudes que producen alegría:
para tener más vida hay que darla.
Se colocan, mientras, las bases de una vivencia cristiana sólida, tal como
se ha descrito en las áreas anteriores, basada en un encuentro con Cristo que
sea capaz de hacer resonar una invitación y una llamada, y en la percepción de
la Iglesia como misión en el mundo, realizada de múltiples maneras y con
variedad de medios.
Todo ello es imprescindible para referirse de algún modo a la vocación.
c) Propuesta vocacional explícita
154 Estamos en el momento del anuncio vocación. Hay una catequesis que
encauza a los jóvenes, mediante la palabra y el contacto con modelos, hacia la
reflexión vocacional. Les hace ver cuál es la vocación de todos y cuáles son las
diversas formas de servicio al Reino.
A este anuncio el joven responde con la atención y la escucha: «¿Qué debo
hacer, Señor?» (Hch 22, 10) se pregunta qué sendas seguir para atender la
llamada a ofrecer su vida. Así se encamina a un diálogo interior donde cada uno
debe escuchar y responder personalmente.
154 La propuesta explicita de quien acompaña al joven le ayudará a vislumbrar
posibilidades nuevas para su existencia. Para algunos la llamada procede de la
presencia de modelos ricos en significado y cualidades evangélicas. En cambio,
otros aseguran que nunca habrían sabido interpretar la llamada, de no haberles
hecho invitación explícita a comprometerse en un género de vida como cristianos
seglares, religiosos o presbíteros.
La propuesta llega a veces de una comunidad que, a la vez implica y
testimonia, es capaz de animar y de narrar su historia. La presentación del
Fundador y la referencia afectuosa a los orígenes son determinantes para el
nacimiento de algunas decisiones. Lo mismo cabe afirmar del conocimiento de
los compromisos actuales de la comunidad, particularmente de los más difíciles
y significativos.
d) Discernimiento vocacional
155 El anuncio vocacional acogido estimula el discernimiento. El joven se valora
a sí mismo y los dones recibidos a la luz de las invitaciones que se le han hecho
y a los servicios y ministerios que fundamentalmente ya conoce. No lo hace sólo
mediante un análisis racional, sino que se abre a la generosidad y vive la llamada
como iniciativa del Señor, procurando dar su sí desde lo íntimo de su conciencia.
62

7.3 Page 63

▲back to top
Sabe que la vocación va a implicar toda su persona: preferencias, relaciones,
energías y dinamismos.
Es un proceso delicado. Se trata de todo el universo personal en
movimiento, que va organizándose en torno a una opción, que no depende sólo
de intereses y cualidades naturales, sino de la disponibilidad a reconocer la
presencia de Dios en la propia vida y de en la propia vida y de una libertad capaz
de aceptar la invitación de la gracia.
Todos los elementos de la vida espiritual colaboran al buen resultado del
discernimiento. Sin embargo, algunos merecen mayor atención:
- la oración-meditación, que hace pasar de la superficie de la vida a su
interior: la persona se encuentra a sí misma y oye con mayor facilidad
la llamada que le hace Dios;
- la orientación personal o dirección espiritual, capaz de ofrecer
contenidos motivantes, de capacitar al joven para leer los signos en su
vida personal, de iluminar los momentos de articulación vocacional, de
verificar el camino de conocimiento, y de ayudar a superar la
dependencia de estímulos externos e incluso del educador;
- el compromiso apostólico, que ayuda a madurar un amor que se hace
donación en la comunidad cristiana y en la sociedad.
e) Opción vocacional
156 El discernimiento orienta hacia una primera opción vocacional.
Son muchos los factores que ayudan a individuarla: desde las
inclinaciones espontáneas hasta la imagen que la comunidad cristiana ofrece
como lugar donde comprometerse. El punto determinante, sin embargo, es que el
joven logre ver todo esto como llamarada personal y esté dispuesto a responder
como María: Heme aquí, Señor.
Más que sobre un trabajo que hacer, sea religioso o profano, se
concentrará en el sentido singular que debe dar a su existencia: hacer de ella
una confesión del valor absoluto de Dios y respuesta a su amor.
Presencia de María en el camino
157 La presencia materna de María inspira intensamente todo el recorrido en
su conjunto y en cada área. Para todo joven se podrá repetir: «Todo lo ha hecho
ella» (cf. SANTIAGO COSTAMAGNA, Conferencias a los hijos de Don Bosco,
Santiago de Chile 1900, pág. 165).
María es la primera entre los creyentes y la discípula más perfecta de
Cristo (cf. MC 35). La palabra de Dios se hizo carne e historia en su alma y en su
persona antes de hacerlo en su seno. Por ello, representa al vivo el camino
fatigoso pero feliz de cada individuo de la humanidad hacia su plenitud. En María
los caminos del hombre se cruzan con los de Dios. Es, por tanto, clave de
interpretación, modelo, tipo y camino.
María se sintió y fue proclamada dichosa, feliz en la pobreza, por el don de
Dios, por su disponibilidad.
María acompañó a la Iglesia naciente; hoy participa con la riqueza de su
maternidad en la maduración histórica de la comunidad cristiana, y en su
misión en el mundo.
63

7.4 Page 64

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 64
3
ESPIRITUALIDAD JUVENIL SALESIANA
Lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y
visteis en mi, ponedlo por obra (Flp 4, 9).
PREÁMBULO
La espiritualidad salesiana
158 El camino de educación en la fe revela progresivamente a los jóvenes un
proyecto original de vida cristiana y les ayuda a tomar conciencia de él.
El joven aprende a expresar un modo nuevo de ser creyente en el mundo, y
organiza la vida en torno a algunas percepciones de fe, opciones de valores y
actitudes evangélicas: vive una espiritualidad.
La investigación sobre una espiritualidad juvenil salesiana, idónea para los
tiempos nuevos, tuvo, en los capítulos generales especial y veintiuno, momentos
históricos de profundización. Ahora el XXIII Capítulo General la re lanza a las
comunidades y entre los jóvenes. La búsqueda sigue; pero la realidad viene de
lejos.
La primera formulación aparece en el sueño de los nueve años: «Hazte
humilde, fuerte y robusto» (MB 1 125; MBe 1,116). Para ello, Juanito Bosco
recibirá en María una madre y maestra que le acompañará en misión juvenil.
Más tarde, en el ámbito de Valdocco, inspirado por Don Bosco, florecen
expresiones diversas de santidad y de vida en el Espíritu. Las biografías de
Domingo Savio, Francisco Besucco y Miguel Magone describen la santidad
juvenil del primer oratorio, que, reconocida oficialmente por la Iglesia, será
ofrecida a toda la juventud mediante la canonización de Domingo Savio y la
beatificación de Laura Vicuña.
Por otra parte, nuestra tradición siempre ha presentado el sistema
preventivo como proyecto de espiritualidad. En el trinomio 'razón, religión, y
amor', fundidos en una sola vivencia por la gracia de unidad, se hallan el
contenido y el método del acompañamiento espiritual.
El Joven Cristiano [Juventud Instruida] y los Reglamentos escritos para los
alumnos de las casas salesianas transmiten, en el contexto sencillo de la vida or-
dinaria, las líneas de la espiritualidad salesiana.
Salesiana no es, por tanto, el distintivo particular de un grupo; señala la
fuente carismática unida a la corriente espiritual del humanismo de san
Francisco de Sales, aplicado por Don Bosco en el oratorio.
es espiritualidad juvenil
159 El protagonismo juvenil halló en Valdocco un espacio amplio en todos los
sectores de la vida, hasta el punto de que los jóvenes fueron llamados por Don
Bosco a ser cofundadores, con él, de una nueva Congregación.
Por su parte, los jóvenes le ayudaron a iniciar, en la vida, de cada día, un
estilo de santidad nueva, acomodada, a las exigencias típicas del desarrollo del
chico. Fueron así, de algún modo simultáneamente discípulos y maestros.
64

7.5 Page 65

▲back to top
En todas las comunidades salesianas hoy, igual que ayer en el oratorio de
Don Bosco, el compromiso espiritual nace de un encuentro que hace brotar la
amistad, de la que manan la referencia continua y la compañía buscada para
ahondar en la vocación bautismal, y el camino hacia la madurez de fe.
El dicho «quiero estar siempre con Don Bosco» (cf. MB V, 526; MBe V, 375; cf.
también MB VI, 334-335; MBe VI, 257) indica la opción de un modo particular
de crecer en la vida del Espíritu: la experiencia de vida cristiana es anterior a la
reflexión sistemática.
es, por lo tanto, una espiritualidad educativa
160 Poner al joven, con sus dinamismos interiores, en el centro de la atención
del educador y como criterio práctico para establecer los itinerarios que hay que
seguir, es la característica fundamental de la espiritualidad juvenil: es una
espiritualidad educativa. '
Se dirige a todos los jóvenes indistintamente, pero: da la preferencia a los
más pobres. Asumir los retos de quienes están lejos o son ajenos a la fe y la
irrelevancia de ésta en la vida, pide que los educadores acompañen y compartan
la vida de los jóvenes:, «Amad lo que agrada a los jóvenes -repite Don Bosco a los
salesianos en la situación actual-, y los jóvenes amarán lo que es del gusto de los
superiores» (cf. MB XVII, 111; MBe XVII, 102).
La meta del trabajo del salesiano es hacer que los jóvenes crezcan en
plenitud, hasta «la medida de Cristo, el hombre perfecto» (cf. Ef 4, 13. 15).
65

7.6 Page 66

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 66
PRESENTACIÓN SINTÉTICA
Núcleos fundamentales
161 Con objeto de ayudar a las comunidades en una lectura rápida de la
propuesta y estimuladas a una profundización posterior, se ofrece una
descripción de los núcleos de la espiritualidad juvenil salesiana.
1. Espiritualidad de lo cotidiano
Lo cotidiano inspirado en Jesús de Nazaret (cf. Consto 12) es el lugar
donde el joven reconoce la presencia activa de Dios y vive su realización personal.
2. Espiritualidad de la alegría y el optimismo
Lo cotidiano se vive con alegría y optimismo, sin por ello renunciar al
esfuerzo ni a la responsabilidad (cf. Consto 17 y 18).
3. Espiritualidad de la amistad con Jesucristo, el Señor
Lo cotidiano es recreado por el Cristo de la Pascua (cf. Const. 34), que da
las razones de la esperanza e introduce en una vida que halla en él la plenitud
de sentido.
4. Espiritualidad de comunión eclesial
Lo cotidiano se experimenta en la Iglesia (cf. Const. 13 y 35), ambiente
natural para crecer en la fe por medio de los sacramentos.
En la Iglesia encontramos a María Santísima (cf. Const.20 y 34), primera
creyente, que precede, acompaña e inspira.
5. Espiritualidad de servicio responsable
Lo cotidiano se les entrega a los jóvenes en un servicio (cf. Const. 31)
generoso, ordinario y extraordinario.
66

7.7 Page 67

▲back to top
1. Espiritualidad de lo cotidiano
Es síntesis entre fe y vida
162 El reto fundamental para un creyente y para una comunidad es
transformar, en virtud de la fe, la vida ordinaria en vivencia evangélica Es fácil
proclamarse cristiano de modo genérico; pero es difícil vivir como cristiano,
cortando los nudos que hacen problemática la existencia y abriéndose a las
exigencias prácticas de las bienaventuranzas. La armonía interior de un joven y
su alegría de vivir requieren la gracia de unidad.
En la vivencia salesiana esto es una intuición, gozosa y fundamental a la
vez: no es necesario alejarse de la vida ordinaria para buscar al Señor.
Las primeras páginas del 'Joven Cristiano' ('Juventud Instruida')
proclaman esta necesidad juvenil: “Quiero que seáis felices” (cf. MB III, 9; MBe III,
20: “Voy a indicaros un plan de vida que pueda manteneros alegres y contentos”).
Cuando los salesianos, prolongando al Don Bosco de Valdocco, viven la caridad
pastoral y crean un ambiente de familia donde «se siente la necesidad y la alegría
de compartirlo todo» (Const. 16), facilitan la armonía y suscitan en los jóvenes la
pregunta sobre la felicidad.
es descubrimiento de la Encarnación
163 En la base de la valoración positiva de la vida cotidiana se halla el
descubrimiento continuo del hecho de la Encarnación. La condición humana de
Jesucristo revela que Dios está presente en la vida y afirma la trascendencia
divina. Jesús hombre es el sacramento, del Padre, la gran mediación definitiva
que hace cercano y presente a Dios.
Nos enseña que el lugar para encontrar a Dios es la realidad humana: la
nuestra y la ajena, la actual y la histórica. «Os aseguro que cada vez que lo
hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis» (Mt 25,
40). Por consiguiente, es la vida humana la que nos introduce en el
acontecimiento de la Encarnación.
La vida es, por tanto y primeramente, don ofrecido a todos; don
misterioso, por las expectativas que suscita a manera de cofre que encierra
significados y horizontes imprevistos.
es amor a la vida
164 Asumir con coherencia lo ordinario de la existencia; aceptar los retos,
interrogantes y tensiones del crecimiento; procurar recomponer los fragmentos
en la unidad realizada por el Espíritu en el bautismo; trabajar en superar las
ambigüedades que hay en la vida de cada día; fermentar con el amor cualquier
opción: tal es el paso obligado para descubrir y amar lo cotidiano como realidad
nueva donde Dios actúa como padre.
En el afecto del salesiano que «con bondad, respeto y paciencia» (Const. 15)
acompaña la realización de su personalidad y en la acogida incondicional de la
comunidad que muestra su predilección por ellos (cf. Const. 14), los jóvenes
descubren un signo de Dios que ama y previene.
A pesar de las experiencias negativas de la paternidad o de las relaciones
familiares que puedan haber vivido el corazón nuevo que se están construyendo
les ayuda a mirar el mundo de manera distinta.
67

7.8 Page 68

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 68
Esta mirada ayudará a percibir que en el origen de nuestra vida, tal como
es, con sus impulsos y aspiraciones, hay una llamada de Dios.
«Amar la vida no fragmentada, sino proyectada como vocación, quiere
decir aceptar la llamada a trabajar como constructores de humanidad, de justicia
y de paz […] Amar la vida en toda su profundidad, abierta a la cultura y a los
ideales, a compartir y a ser solidario, siendo capaz de la valentía de soñar como
Don Bosco mundos nuevos, hombres nuevos» (RECTOR MAYOR en Confrontación
DB 88).
2. Espiritualidad de la alegría y el optimismo
La alegría de la bondad
165 Lo que aparece evidente en Valdocco es la alegría, el optimismo, la
esperanza.
Don Bosco es el santo de la alegría de vivir. Sus chicos aprendieron tan
bien la lección, que afirmaban, con lenguaje típicamente oratoriano, que «la
santidad consiste en estar muy alegres» (cf. MB V, 356; MBe V, 256).
Don Bosco ofreció a los jóvenes marginados de su tiempo la posibilidad de
experimentar la vida como fiesta y la fe como felicidad.
La música, el teatro, las excursiones, el deporte y la alegría cotidiana de
un patio siempre han sido valorizados por la pedagogía salesiana como
elementos
Educativos de importancia capital. Suscitan numerosas energías de bien, que
se orientarán hacia un compromiso de servicio y de caridad.
La fiesta salesiana nunca es manifestación de un vacío interior que busca
compensaciones; ni ocasión para distraer de una realidad que muchas veces es
dura y que, por tanto, se desea esquivar; es ocasión para construir amistad y
desarrollar cuánto hay de positivo en los jóvenes.
Este estilo de santidad podría maravillar a ciertos expertos de
espiritualidad y pedagogía, temerosos de que disminuyan las exigencias
evangélicas y los compromisos educativos. Sin embargo, para Don Bosco la
fuente de la alegría es la vida de gracia, que impone al joven un difícil tirocinio de
ascesis y de bondad.
y el esfuerzo del crecimiento
166 Don Bosco, durante toda su vida, encaminó a los jóvenes por la senda de
la santidad sencilla, serena y alegre, uniendo en una sola experiencia vital el
patio, el estudio serio y un constante sentido del deber.
Hoy ofrece, como respuesta fiel al amor gratuito de Dios, una valiosa
lectura del Evangelio con el espíritu de las bienaventuranzas, la cuales
proclaman, ante todo, quién es Dios para nosotros y cuál debe ser nuestro
compromiso de creyentes para edificar su Reino. Al estimular a vivir en unidad
la alegría y el deber nos enseñan también a asumir, en el seguimiento de Cristo, la
cruz en cuanto dimensión pascual de la opción evangélica y, por consiguiente, del
desarrollo en humanidad según la talla de Cristo, muerto y resucitado.
Fuera de un camino seriamente comprometido resulta cada vez más
difícil. El salesiano lo recordará con frecuencia a sus jóvenes, cuando tengan la
impresión de que reestructurar la propia vida a la luz del Evangelio requiere el
alejamiento de bienes irrenunciables.
68

7.9 Page 69

▲back to top
La libertad, la justicia, la solidaridad y la corporeidad pondrán muchas
veces al joven creyente ante una alternativa: o estar con Jesucristo el Señor
aceptando la tribulación de la fe, u optar por realizar la vida fuera de su zona de
influencia.
Es un momento crucial, un paso arduo pero necesario, para llegar a la
síntesis donde se experimenta la dicha de: contemplar simultáneamente al Señor
de la de la vida y de la historia.
Juan Pablo II, con intuición feliz, definió el lugar de la infancia y
adolescencia de Juanito Bosco como colina de las bienaventuranzas juveniles,
porque de ella parte un mensaje de alegría y responsabilidad para los jóvenes que
miran a Don Bosco como a padre y maestro.
3. Espiritualidad de la amistad con Jesucristo el Señor
Encuentro con Jesucristo resucitado
167 Vivir el espíritu de las bienaventuranzas con el estilo de Valdocco es hacer
surgir una amistad íntima entre Jesucristo y el joven. Ya no se contenta con
primer encuentro ni con la simpatía hacia el Señor; se quiere ahondar su
conocimiento y la adhesión a persona y a su causa. Se busca una respuesta
concreta a su amor, correspondiendo mediante el compromiso y la generosidad.
Cuando los jóvenes llegan a esta relación con Jesucristo el Señor, se abren a la
radicalidad evangélica.
La experiencia del oratorio con la historia personal y comunitaria de
Domingo Savio, Francisco Besuco y Miguel Magone dice que todos los jóvenes
pueden recorrer la senda de esta amistad con Cristo.
Amigo, maestro y salvador son términos que describen la centralidad de la
persona de Jesucristo en la vida espiritual de los jóvenes con estilo salesiano.
La dimensión personal de la relación -«Jesús es mi amigo y compañero»,
afirma Francisco Besuco- El Pastorcillo de los Alpes, JUAN BOSCO, Obras
fundamentales, BAC, Madrid 1987, estimula a conocer la totalidad del misterio
de Cristo, muerto y resucitado.
para adquirir un corazón nuevo
168 Era preocupación constante de Don Bosco el edificar en la fe caminando
«con los jóvenes para llevarlos a la persona del Señor resucitado, de modo que
[...crecieran] como hombres nuevos» (cf. Const. 34)
Le gustaba repetir que «la educación es cosa de corazón». También el
camino de la espiritualidad requiere un corazón nuevo. Si no se llega a ese centro
que mueve la vida humana, no se logrará ninguna conversión profunda y
duradera.
En contacto con el Señor resucitado, los jóvenes adquieren un amor más
intenso a la vida. En amistad con el Señor resucitado se forja un corazón
oratoriano que vibra con la alborozada sensibilidad juvenil y con la fuerza
silenciosa pero eficaz del Espíritu Santo.
4. Espiritualidad de comunión eclesial
Deseo de vivir en compañía
69

7.10 Page 70

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 70
169 Sostenidos por una espiritualidad que nace de la relación entre personas
que tienen en Cristo un amigo común, los jóvenes de los ambientes salesianos
sienten una necesidad grande de estar juntos. Como amigos comparten y
celebran la alegría de vivir, para ayudarse unos a otros. Así son levadura en
medio de los demás chicos y jóvenes.
Por exigencia natural, además, organizan, y de algún modo
institucionalizan, la amistad creando grupos de acuerdo con los intereses más
variados de su existencia: desde el juego hasta la cultura y el compromiso
religioso.
A menudo, entre los grupos se desarrolla una conexión, porque ven que
participan en los mismos ideales y valores.
Así se orientan hacia un movimiento juvenil inspirado en los rasgos
espirituales de Don Bosco.
para una comunión en la responsabilidad
170 La relación personal con Cristo resucitado y la experiencia de grupo
desembocan en una relación filial con la Iglesia.
Don Bosco fue un hombre de comunión. Enseñó a los jóvenes a vivir el
misterio de la Iglesia, que contiene, en la debilidad de lo humano, la gracia
invisible de la presencia de Dios.
Su testimonio personal de cada día y el ambiente de familia creado en el
oratorio suscitaron en los jóvenes el sentido de la colaboración y
corresponsabilidad.
También hoy la diversidad de intereses, dones y valores que conviven en la
comunidad educativa son un testimonio de la presencia del Señor, que une a
todos en un solo corazón y en un alma sola. Tal espíritu de familia es signo eficaz
de la Iglesia que se desea construir juntos, para un servicio fraterno al más
necesitado.
hacia la Iglesia particular
171 La historia de los jóvenes del oratorio, mientras vivía Don Bosco, abunda
en expresiones concretas de amor a la Iglesia.
La comunión busca continuamente el modo unirse a todas las fuerzas que
trabajan por la salvación y por la edificación del reino de Dios.
Esta comunión se manifiesta en la estima y fraternidad activa hacia los
pastores y cuantos cooperan para el bien de todos, particularmente de los
jóvenes.
Busca, además, el diálogo y entendimiento con los responsables de la
pastoral local, dejándose guiar por una visión madura de fe, capaz de
comprender y aceptar los aspectos humanos de la Iglesia, sus limitaciones y sus
carencias.
Se abre, por último, a los problemas humanos y juveniles que surgen en
los diversos contextos.
La espiritualidad se mide y crece en la confrontación con la historia de las
personas.
hacia la Iglesia universal
70

8 Pages 71-80

▲back to top

8.1 Page 71

▲back to top
172 Sentir como propios los grandes intereses de la Iglesia universal,
interviniendo de manera proporcionada a la capacidad de cada uno, es algo
constante en la .historia salesiana.
La preparación de la primera expedición misionera de nuestra
Congregación, por ejemplo, tiene el sabor de una gran aventura religiosa: todo el
oratorio se veía involucrado, y cada uno se sentía parte activo. Fue una
experiencia que desarrolló entre los jóvenes una viva sensibilidad hacia el
carácter mundial del trabajo apostólico.
Uno de los elementos que forman la espiritualidad juvenil salesiana es el
amor explícito al Papa y la adhesión convencida a su magisterio. La persona del
Sumo Pontífice es signo visible de unidad para toda la Iglesia. Es una presencia
providencial para el servicio que realiza en el nombre de Cristo Señor a favor de
toda la humanidad.
Cristo encontrado en los sacramentos
173 El encuentro y la relación con Cristo resucitado se viven de manera
particular en la celebración de los sacramentos. La tradición salesiana reconoce
y afirma su importancia en el crecimiento cristiano de los jóvenes.
Actualmente, siguiendo la renovación conciliar, las comunidades
revalorizan los sacramentos de la iniciación.
Así, el Bautismo, inicio del camino de educación en la fe, compromete a los
jóvenes en una catequesis renovada y en un testimonio de vida coherente con su
configuración a Cristo, el Señor.
Así, la Confirmación, sacramento que lleva a realizar la madurez de la fe
mediante los dones del Espíritu, asume importancia particular en la edad
juvenil.
Sin embargo, la pedagogía de santidad en Don Bosco evidenció, de modo
privilegiado, el valor educativo de la Reconciliación y de la Eucaristía.
un el sacramento del perdón
174 El sacramento de la Reconciliación, que celebra el de Dios más fuerte que
el pecado, Don Bosco lo presentaba a sus jóvenes como uno de los pilares fun-
damentales del edificio educativo.
Por ello, en Valdocco se celebraba con frecuencia y se le prestaban
atenciones particulares.
Se cuidaban, ante todo, su preparación en un ambiente acogedor, rico de
amistad y fraternidad. Así se ayudaba a los jóvenes a superar la natural
renuencia a manifestar los secretos del propio corazón.
Se procuraba orientarlo hacia la vida, es decir, tenía que mejorar las
relaciones interpersonales; crear las condiciones para un esfuerzo más evidente
en el cumplimiento de los deberes personales; sostener la conversión y
renovación del corazón, para que el joven pudiera darse a Dios con un propósito
eficaz.
Por último, se prolongaba en la dirección espiritual para reforzar la
adhesión al Señor, y en el encuentro fraterno con el educador compartiendo
gozosamente la vida.
Los frutos educativos del sacramento de la Reconciliación son muchos:
71

8.2 Page 72

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 72
- Los jóvenes, sostenidos por un amor que comprende y perdona,
encuentran la fuerza para reconocer su pecado y su debilidad,
necesitada de apoyo y acompañamiento;
- aprenden a resistir la tentación de la autosuficiencia;
- ofrecen el perdón, para intercambiar la reconciliación recibida;
- se educan en el respeto a las personas;
- se forman una conciencia recta y coherente
Acudir con regularidad al sacramento de la Reconciliación da eficacia al
proceso de conversión y renovación
en el sacramento de la Eucaristía
175 La celebración de la Eucaristía, preparada en clima de solidaridad y
amistad, se vive como encuentro festivo, lleno de símbolos y expresiones
juveniles. Es celebración gozosa de la vida.
Resulta, así, para los jóvenes un momento significativo de crecimiento
religioso.
En el sistema salesiano se dice que es el segundo pilar del edificio
educativo. En la Eucaristía aprende el joven a organizar su vida a la luz del
misterio de Cristo que se da por amor.
Aprende a supeditada, ante todo, a las exigencias de la comunión,
superando egoísmos e inhibiciones.
Es llevado a buscar la donación generosa de sí mismo, abriéndose a las
necesidades de sus compañeros y comprometiéndose en actividades apostólicas
adecuadas a su edad y maduración cristiana.
La Eucaristía es, así, para él fuente de nuevas energías de crecimiento en
la gracia. «La educación en el verdadero amor pasa necesariamente por la
Eucaristía» (RECTOR MAYOR, ACG núm. 327, pág. 13).
La tradición salesiana recuerda otra expresión típica de relación con la
persona de Jesucristo el Señor: la visita y oración ante el Santísimo Sacramento.
Don Bosco insiste en la visita como medio para agradecer a Dios los dones de la
existencia.
en la oración
176 La oración, hecha con estilo salesiano, posee algunas características
particulares.
Es la oración del buen cristiano, sencilla y popular: ahonda sus raíces en
la vida. Le gusta el clima festivo de los encuentros de jóvenes, pero sabe
encontrar también el momento para un diálogo personal con el Señor. Se expresa
con fórmulas breves y espontáneas, tomadas de la palabra de Dios y de la
liturgia.
Cada generación está llamada a inventar su oración, con fidelidad a la
tradición y en confrontación valiente con la cultura y sus problemas.
Por ello, la oración salesiana sabe aceptar las nuevas modalidades que
ayudan a los jóvenes a encontrar al Señor en la vida cotidiana. O sea, es flexible
y creativa siempre atenta a las orientaciones renovadoras. de la Iglesia.
Don Bosco empleaba con más frecuencia el término piedad que el de
oración. La piedad expresa la conciencia de estar inmersos en la paternidad de
Dios y mira, más que a las palabras, a los gestos del amor de quien desea
agradar en todo al Señor.
72

8.3 Page 73

▲back to top
María, Madre y Auxiliadora de la Iglesia
177 La espiritualidad juvenil salesiana da un puesto de privilegio a la persona
de María.
Don Bosco, desde el principio de su vocación en el sueño de los nueve
años, la recibió como guía y apoyo (cf. Const. 8). Con su ayuda materna cumplió
el plan que el Señor tenía sobre su vida. Al final, pudo decir con verdad: «Todo lo
ha hecho María» (cf. SANTIAGO COSTAMAGNA, O.C. pág. 165).
Los jóvenes, en contacto con la comunidad salesiana, aprenden a mirar a
María como a la que «infunde esperanza» (cf. Const. 34) y les sugiere algunas
actitudes típicamente evangélicas: la escucha, la fidelidad, la pureza, la
donación, el servicio.
Todos los jóvenes tienen algunas épocas difíciles de transformación, pero
también de entusiasmo, por la novedad que los espera y que desean con toda su
alma. María, invocada y honrada bajo el título de Auxiliadora, es para ellos «signo
de esperanza cierta y de consuelo» (LG 68).
Cuando los jóvenes que viven en el ambiente salesiano llegan a una
devoción mariana motivada, descubren los horizontes hacia donde los impulsa
María Auxiliadora: un ardiente celo apostólico en la lucha contra el pecado y
contra una visión del mundo y del hombre contraria a las bienaventuranzas y al
mandamiento nuevo.
5. Espiritualidad de servicio responsable
Hacerse ciudadanos honrados y buenos cristianos
178 El joven creyente, impulsado por el Espíritu, está al servicio del hombre,
como hace la Iglesia, experta en humanidad. El servicio mide el camino de la
espiritualidad.
Don Bosco, padre y maestro de la juventud, instaba a sus jóvenes a ser
«ciudadanos honrados y bueno cristianos». La síntesis de ambos elementos es el
fruto más maduro de la espiritualidad juvenil. La simplicidad de la fórmula
esconde la labor que debe hacerse: y el compromiso nunca realizado del todo.
Ser ciudadano honrado supone hoy, para un joven, promover la dignidad
de la persona y sus derechos, en todos los contextos; vivir con generosidad en la
familia y prepararse para formarla sobre bases de la donación recíproca;
favorecer la solidaridad, especialmente para con los más pobres; realizar el
propio trabajo con honradez y competencia profesional; promover la justicia, la
paz y el bien común en la política, respetar la creación; favorecer la cultura (cf.
ChL 17 y 44).
con la creatividad del amor
179 La historia de los jóvenes en el oratorio, cuando aún vivía Don Bosco, es
rica en este aprendizaje de la vida cristiana: estar al servicio de los demás, de
manera ordinaria y a veces con formas extraordinarias.
Hoy día se abren ante el joven nuevos campos de servicio. Por ejemplo, la
animación educativa y cultural en el territorio para vencer la marginación y
defender una cultura de participación, y el voluntariado civil y misionero para
colaborar con otros organismos en la promoción humana y en la evangelización.
73

8.4 Page 74

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 74
El amor a la vida, en el signo del Espíritu y con el estilo de Don Bosco,
sabe encontrar cauces adecuados para dar salida a las mejores energías del
mundo juvenil.
hasta comprometer toda la vida como y con Don Bosco
180 Muchos jóvenes son ricos en recursos espirituales, presentan gérmenes de
vocación apostólica y llegan hasta hacer madurar el encuentro y simpatía inicial
por Don Bosco en voluntad de darse a él para continuar su misión.
El conocimiento de los problemas que viven a diario sus compañeros
encuentra en muchos jóvenes la primera respuesta de actuación educativa.
Muchas vocaciones nacen, de hecho, de una experiencia de servicio en un
barrio, en arrabales pobres, en una catequesis del oratorio, en la visita a los
enfermos, en tareas de voluntariado y de educación. Los jóvenes se preguntan:
¿A qué espacios sociales y eclesiales puedo ir para demostrar mi amor a la vida y
al Señor de la vida? Para algunos es cierta la llamada a formar una familia y a
ejercer una profesión, como servicio responsable a la Iglesia y a los hombres.
Otros tienen cada vez más clara su opción por el sacerdocio y la vida religiosa.
Todos, en uno y otro caso, guiados por el Espíritu del Señor y animados
por los valores de la espiritualidad salesiana, acogen y viven la propia existencia
como vocación.
74

8.5 Page 75

▲back to top
1
ALGUNOS NÚCLEOS
MÁS IMPORTANTES
DE LA EDUCACIÓN EN LA FE
Hermanos, vuestra vocación es la libertad:
no una libertad para que se aproveche
el egoísmo; al contrarío, sed esclavos
unos de otros por amor (Gal 5, 15).
181 El camino de fe y la espiritualidad juvenil salesiana asumen con seriedad
el compromiso del joven que trabaja por construirse una identidad conciliando
dinámicamente los impulsos de sus energías internas, los numerosos y variados
mensajes o propuestas que surgen del contexto y los horizontes que le permite
vislumbrar la hora actual.
La fe en Cristo se sitúa en el centro de esta tarea como fuente de sentido,
esperanza de vida futura, don de Dios y energía que transforma la historia.
El influjo de la fe en la vida, o su irrelevancia práctica se manifiestan hoy
en algunos aspectos de la existencia individual y de la cultura, que por ello
resultan su banco de pruebas,
No se trata de puntos particulares, sino de espacios donde se concentran
el significado, la fuerza y los aspectos conflictivos de la fe.
Vamos a ver tres de ellos.
1. FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA
Fuerte sentido de la libertad
182 Una mirada al mundo moderno hace ver inmediatamente algunos criterios
de conducta que para nosotros son ocasión o dificultad en la labor de educar a
los jóvenes en la fe.
Fuerte es el sentido, ante todo, de la libertad individual. En el campo
político como en el religioso, en la mentalidad y en los modos de vivir, la libertad
es para todos un bien inviolable. Se está dispuesto a renunciar a muchas cosas,
pero no a la autonomía de determinación.
Norma que no se interioriza, no sólo pierde significado en el cuadro
orgánico de los valores personales sino que es ignorada formalmente. Se llega
incluso a actitudes de relativismo que cierran a la verdad moral objetiva.
Su reflejo en los jóvenes
183 En los jóvenes se refleja esta situación general, cuando ya se hallan bajo el
influjo de otros elementos característicos de su edad que hacen más difíciles las
intervenciones para formar su conciencia.
La fuerte carga emotiva, ligada al desarrollo de la persona y a la fragilidad
volitiva, los pone, respecto a las normas de la conciencia, en condición de
75

8.6 Page 76

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 76
debilidad: oyen su voz, pero de manera apenas perceptible; entrevén la
orientación que deben seguir, pero sin la lucidez necesaria.
A menudo corren peligro de adoptar actitudes ambiguas, acosados por las
solicitaciones que reciben de los medios de comunicación social y por efecto de lo
que comúnmente llamamos moda.
Las posibilidades de acceso y opción que se les ofrecen por todas partes,
son excesivas e impiden una selección coherente de valores armonizados entre sí,
pues se ven más llevados a superponer criterios y referencias llegados de fuentes
diversas, que a elaborar un código coherente de vida.
184 Pero, por encima de sus limitaciones, la conciencia juvenil acoge de forma
espontánea el nuevo humanismo (cf. GS 55) y sus valores: sentido de la libertad,
dignidad absoluta de la persona, sentido del propio de vida, necesidad de
autenticidad y autonomía. Son aspectos que se abren al Evangelio.
185 Es una situación como la que acabamos de insinuar ¿Será posible formar
la conciencia moral? El educador comprende que el camino de educación en la fe
tiene un punto de paso obligado en la formación de la conciencia. Sabe que la
conciencia es el lugar de encuentro personalizado entre el hombre y Dios; el
sagrario de Dios, en cuya inviolable interioridad el hombre oye la palabra-
llamada de Dios y le da respuesta.
Una conciencia distorsionada es simultáneamente causa y efecto de una
visión falseada de Dios, de su palabra y de la salvación. Impide, por tanto, cual-
quier proyecto de fe que quiera plantearse sobre Dios Padre, sobre Cristo
Salvador, sobre la construcción de su Reino y sobre espiritualidad.
Intervención educativa
186 Desde un punto de vista global, hay que educar en una mentalidad de fe
que no tema confrontarse con los valores, sino que los dirija hacia contextos
regidos por la ley humana y por el Evangelio.
Para lograrlo, convendrá tener en cuenta algunas indicaciones.
La primera es ayudar al joven a adquirir la suficiente capacidad de juicio y
de discernimiento ético. Debe estar en condiciones de distinguir el bien del mal, el
pecado y las estructuras de pecado, la acción de Dios en su persona y en la
historia. Tender a un discernimiento de este género, como eje de formación de la
conciencia, significa también aclarar el objetivo de toda la formación moral:
hacerse capaz de ejercer moralmente la propia autonomía y responsabilidad.
Pero conviene no olvidar que sólo se logra una conciencia cristiana cuando
se ayuda al joven a confrontar su vida con el Evangelio y con el magisterio
eclesial.
En el proceso educativo.la apertura a la verdad objetiva es condición
previa para aceptar la palabra de Dios.
Es un reto que obliga al educador a ser fiel en sentar de manera íntegra
los principios morales, comprendiendo la situación concreta de los jóvenes.
187 Se necesita igualmente una seria formación crítica acerca de los modelos
culturales y ciertas normas de convivencia social que contrastan con valores
fundamentales. Hay que saber tomar posición frente a ellos, provocando una
situación de objeción sobre la base de la propia conciencia, inspirada en Cristo y
su Evangelio. Esto defiende de ambigüedades justificadas racionalmente, de
76

8.7 Page 77

▲back to top
ideologías recurrentes y de superficialidad de juicio acerca de los
acontecimientos, cuya naturaleza más profunda delata.
Muchos abandonos del compromiso religioso se han debido a una fe no
injertada en la cultura, o a un malogrado crecimiento cultural en el campo
religioso, que .no ha acompañado adecuadamente al progreso técnico.
Lectura evangélica de la realidad
188 Por otra parte, para poder formular juicios acerca de los movimientos
culturales del propio tiempo y sobre los valores que continuamente emergen de la
historia, es imprescindible saberlos leer evangélicamente. La palabra del Señor
tiene dentro de sí criterios insustituibles que permiten dar un juicio de valores
sobre los actos del hombre.
Cuando el Evangelio anuncia la Buena Noticia quiere calar en la vida de
las personas y ofrecerles una visión de la realidad en cuyo centro está la relación
con Dios Padre y con su Hijo Salvador. Para intervenir educativamente, por
tanto, no basta expresar una condena rápida de cuanto sabe a lluevo y no
corresponde a lo que se ha hecho siempre.
De cara a la educación en y de la fe es in dispensable situarse
positivamente en los espacios Significativos de la vida moderna y afrontaros con
competencia.
Catequesis específica
189 No siempre es fácil, sobre todo a los jóvenes, pasar de los principios
evangélicos a la concreción de la vida cotidiana.
Se necesita una catequesis que ayude a valorar la moralidad de los gestos
y comportamientos, para motivar la conciencia -último criterio subjetivo del
actuar- y para captar la relación entre norma y fe, entre cultura y fe.
El ambiente y el testimonio son sus elementos determinantes.
Sentido del misterio, del pecado, de la limitación
190 Existe por último, otro aspecto importante que recordar: el sentido del
misterio que envuelve la vida de ludo hombre.
Al lado del misterio luminoso que nos vincula al Señor y que se realizó en
la encarnación del Hijo de Dios y con el don del Espíritu que mora en nuestros
corazones, existe también, y constatamos que actúa en todos nosotros, el misterio
de la iniquidad y del pecado. Ninguna conquista podrá ocultar la debilidad que
llevamos dentro desde que comenzamos a vivir que con gestos, palabras,
intenciones y durezas de corazón crece cada vez más, cegando nuestros ojos ante
el bien y haciendo vacilantes nuestros Pasos en el camino de la santidad.
Somos criaturas; somos, por ello, limitados y frágiles. Es la base
constitutiva de nuestra identidad personal y de la moral natural. Somos
pecadores y, por tanto, necesitados de luz y de fuerza. Educar en el misterio del
hombre es educar en el sentido de la medida de sí mismo y de las propias
posibilidades reales.
Necesidad de confrontarse con una norma
77

8.8 Page 78

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 78
191 De esta situación nace la necesidad de confrontarnos con la norma, cuya
función es iluminar y sostén del desarrollo de la vivencia.
Existe, ante todo, una norma que se ha de tener en cuenta en las
orientaciones y decisiones personales.
Contamos también con la experiencia de la Iglesia que recoge de la vida de
los creyentes iluminado por la palabra de Dios, de la atención inteligente a los
signos de los tiempos y de la historia de la santidad reconocida y oculta, las
líneas fundamentales de una existencia cristiana.
El camino no es fácil. Requiere contacto diario con la vida del joven,
amplia disponibilidad para el diálogo y la dirección espiritual, y gran estima y
experiencia vital del sacramento de la Reconciliación.
2. EDUCACIÓN EN EL AMOR
Situación
192 Nuestro contexto sociocultural estimula y facilita la comunicación y el
intercambio afectivo.
Por su parte, los jóvenes apuestan por el amor con gran resolución,
desafiando prejuicios y censuras culturales, estimuladas por la edad, deseosas
de colmar carencias afectivo-familiares y sensibles al valor del, encuentro-
intercambio como expresión de donación y confianza.
Anhelan vivir este don. Sin embargo, por una serie de condicionamientos
internos y externos, sólo logran hacer de él un uso consumista.
El amor es, ciertamente, una dimensión fundamental de la persona. Es el
resorte que hace saltar la vida. Es lo que da sentido a la existencia, abriéndola a
la comprensión y a la oblatividad.
Los jóvenes lo viven con totalidad y exclusividad, hasta el punto de
posponerle cualquier otro valor y compromiso,
La radicalidad con que se entregan no corresponde, sin embargo, a la
duración del ofrecimiento, Lo viven en su fugacidad. Y, si bien el encuentro
tendería a realizar un deseo de autenticidad, a menudo la fuerza del sentimiento
se ve arrollada por la carga sexual.
La búsqueda de la persona a quien amar aísla necesariamente de los
demás y del grupo, y pronto lo abandonan.
Consecuencias para el camino de fe
193 Todo esto se refleja en el plano de la construcción de la personalidad y en el
más específico de la maduración de la vida cristiana.
Cuando el amor se vive de manera conflictiva y su contenido sexual llega a
ocupar el puesto preeminente, frena el crecimiento global. Realizado de forma
egoísta, el gesto del amor no abre al futuro, porque se concentra sólo en el
sentimiento presente y tiende a prescindir de la evolución de las personas.
Efectos similares produce, en algunos contextos, la situación de muchos
jóvenes que acusan la ausencia de la figura paterna o incluso la falta de
progenitores. No tienen ninguna experiencia de una relación equilibrada con
padres y hermanos. Llevan en sí carencias difícilmente colmables, y no tienen
defensas ante las provocaciones de la sociedad.
78

8.9 Page 79

▲back to top
En su proceso de desarrollo, sustituyen valores por gustos, ya que
confunden felicidad y placer. Les falta un proyecto que defina el sentido de su
realización personal.
También el ambiente, formado por personas que viven una experiencia
análoga, constituye una forma de cultura generalizada que, en vez de corregir
dichas tendencias, de hecho las estabiliza y sanciona.
194 En tales situaciones, la comprensión auténtica del amor, para el cristiano,
sólo puede darse en el horizonte de Dios. Es Dios quien ha querido la persona
en la reciprocidad hombre-mujer, llamándolos a una comunión profunda, capaz
de significar la realidad, misma de Dios.
Intervención educativa
195 El salesiano, atento en su labor educativa a favorecer y promover la
maduración de los jóvenes, siente hoy un compromiso especial para educar en el
amor. Está convencido de que el misterio de Cristo, su vida y sus hechos, son
propiamente la revelación plena y normativa del amor auténtico.
La típica vivencia de Don Bosco y el contenido educativo espiritual del
sistema preventivo le orientan hacia algunas opciones sencillas pero eficaces.
196 Como primera cosa, es fundamental crear alrededor de los jóvenes, en
todos los ambientes, un clima educativo rico en intercambios comunicativo -
afectivo. El sentirse acogido, reconocido, estimado y querido es la mejor lección
sobre el amor. Cuando debilitan los signos y gestos de familia, los jóvenes
fácilmente se alejan, no sólo de forma material, también y sobre todo
afectivamente.
197 La educación completa de la persona y el apoyo de la gracia llevarán a
chicos y chicas a apreciar los valores auténticos de la pureza (respeto de sí
mismo y de los otros, dignidad de la persona, transparencia en las relaciones...)
como anuncio del Reino y como denuncia de cualquier forma de
instrumentalización y esclavitud.
198 Cuando la comunicación entre chicos y chicas se vive como momento de
enriquecimiento mutuo, abre al dialogo y a la atención hacia el otro. Hace descu-
brir la riqueza de la reciprocidad, que llega hasta el nivel del sentimiento y de la
inteligencia, del pensamiento y de la acción. Nace, así, el descubrimiento del otro,
acogido en su ser y respetado en su dignidad de persona.
199 Una educación adecuada, por tanto, hace captar la sexualidad como valor
que madura a la persona y como don que se ha de intercambiar en una relación
definitiva, exclusiva, total y abierta a la procreación responsable.
200 El trato con personas que viven este amor tiene la fuerza del testimonio.
Ciertas actitudes nacidas de la comunión y gratuidad se intuyen y se asimilan
con fuerza. El gozo de una vocación vivida con convicción repercute en los
jóvenes, y les facilita una apertura seria y serena al amor que sabe aceptar las
exigencias que implica.
79

8.10 Page 80

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 80
201 El testimonio del salesiano que vive de manera límpida y gozosa su
donación en la castidad hace comprender al joven la posibilidad de vivir así el
amor. El joven que camina a su lado se preguntará por el Señor de la vida, que
llena el corazón de una criatura de modo tan total. Comprenderá que el amor
resulta, a título pleno, proyecto de vida que puede expresarse de mil formas
diversas.
El mismo servicio fraterno a los pequeños y a los pobres, así como el
contacto gradual y guiado con situaciones de sufrimiento, educan para vivir un
amor desinteresado.
202 Una catequesis cuidadosa hará comprender al joven la realidad y las
dimensiones de este amor; lo guiará hacia la aceptación del proyecto de Dios,
amor fuente de todo amor, y lo preparará para vivirlo en el matrimonio cristiano.
3. DIMENSIÓN SOCIAL DE LA CARIDAD
Situación
203 El XXIII Capítulo General ha vivido el significado mundial de la vocación
salesiana. Lo que más llegaba la mente y al corazón era la narración viva y
cotidiana de la historia de miles de salesianos que día a día se ven solicitados por
la tragedia de los pobres, la afrontan y dan la vida por ellos. El desafío es
continuo, tanto porque la pobreza material parece dilatarse sin medida en
muchos países, como porque en los contextos de bienestar económico nacen y
estallan nuevas y trágicas formas de pobreza: desvío, marginación, explotación
de personas y droga.
Elemento esencial de la ética cristiana
204 Pero la pobreza es sólo la luz roja de un desequilibrio social en un
momento de transformación global. Otros motivos de preocupación se condensan
en horizonte, si bien aparecen asimismo evidentes nos de esperanza. Afloran
nuevos problemas que quieren la participación activa de todos: la paz, el
ambiente y el uso de los bienes, la cuestión moral en cada país, las relaciones
internacionales, los derechos de los indefensos.
El reto va entonces mucho más allá. Se trata.de preparar una generación
capaz de construir un orden social más humano para todos. La dimensión social
de la caridad se presenta, pues, como «manifestación de una fe creíble» (JUAN
PABLO II), ya que es «dimensión constitutiva de la predicación del Evangelio»
(SÍNODO de 1971, De iustitia in mundo). En otras palabras, es un aspecto
fundamental en la acción de Iglesia «para la redención de la estirpe humana y
liberación de cualquier forma de opresión» (cf. EN 29-39). De ahí que la
dimensión social de la caridad sea un elemento esencial de la ética cristiana.
Necesidad de formar una mentalidad
80

9 Pages 81-90

▲back to top

9.1 Page 81

▲back to top
205 Se trata por tanto, de superar un género de indiferencia generalizada, de ir
contra corriente y educar en el valor de la solidaridad, contra la praxis de la
competencia exacerbada y del provecho individual.
Para los jóvenes es muy fuerte la tentación de refugiarse en lo privado y en
una gestión consumista de la vida. La mayor parte no confía en la posibilidad de
hacer algo válido y duradero. Hay que añadir el recelo que nace de la grave
ruptura entre ética y política, cuya señal más frecuente se nos da en las noticias
de corrupción, puntualmente referidas y mañosamente amplificadas por los
medios de comunicación social.
206 El reto afecta a todos los educadores de los jóvenes, especialmente de los
que viven en situación de pobreza y subdesarrollo. Aquí la esperanza se hunde
día a día, porque se tiene la convicción de que hay mecanismos perversos de
explotación. La corrupción en todos los niveles engendra nuevas y trágicas
situaciones de pobreza. Algunos jóvenes querrían cambiar, transformar…; pero la
impaciencia típicamente juvenil y la imposibilidad experimentada de hacerlo les
lleva de hecho a actitudes de violencia y a estados de sentimiento de frustración
permanente.
No obstante, muchos de ellos se sienten responsables del futuro de su
país. ¿Cómo ayudarles a que sea proyecto concreto este noble sentimiento sin
caer en la tentación de la violencia, de lo utópico, o bien en las formas de
religiosidad intimista que las sectas ofrecen con abundancia y a buen precio?
¿Qué hacer sobre todo, para que no sucumban a las tentaciones del consumismo
o a la explotación de sus hermanos?
Respuesta histórica de Don Bosco
207 Para responder a este desafío, nos sale al encuentro la actuación ejemplar
de Don Bosco.
Aunque en situaciones sociales y políticas distintas, la realidad que
impresionó al joven sacerdote Juan Bosco en su primer impacto con el (la) Turín
de la inmigración y de la explotación juvenil era parecida, en ciertos aspectos, a
la de ahora. Para afrontarla eligió el camino de una educación completa que
respondiera a las necesidades de los jóvenes de entonces. Su escuela de santidad
se hacía proyecto de vida quehaceres concretos: una espiritualidad no intimista,
sino comprometida en la acción.
208 La comunidad salesiana tiene, pues, conciencia que la lucha contra la
pobreza, la injusticia y el desarrollo forma parte de su misión (cf. Const. 33) y se
siente profundamente implicada en ella según su carisma peculiar y el estilo de
Don Bosco: con inteligencia y realismo y, siempre, con caridad (cf. CGE núm. 72).
Convencida igualmente de que una educación eficaz en la dimensión
social de la caridad constituye la verificación de su capacidad de comunicar la fe,
la comunidad salesiana procura, ante todo, testimoniar la justicia y la paz ante
los jóvenes y promoverlas en todas partes. Por consiguiente, vive en profunda
sintonía con los grandes problemas del mundo y está atenta a los sufrimientos
del ambiente donde se halla.
En contextos de bienestar económico, sabrá orientar a los jóvenes para
que se sitúen frente a la sociedad, ayudándoles sobre todo a descubrir el mundo
oculto, pero no por ello menos trágico, de las nuevas pobrezas y de sus causas
estructurales.
81

9.2 Page 82

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 82
Pero quienes más intensamente sienten este reto son las comunidades que
actúan en contextos de pobreza. Aquí les corresponde motivar, mediante,
educación, a los jóvenes y a la gente del pueblo, para que sean protagonistas de
su propia liberación.
Educar en el valor de la persona
209 En este punto, nace la necesidad urgente de individuar actitudes y
proyectar iniciativas que ayuden a los jóvenes de hoy a expresar con la vida la
verdadera dimensión social de la caridad.
La indicación más general es trabajar, en el camino de la fe, para hacer
resaltar el valor absoluto de la persona y su inviolabilidad, que está por encima
de los bienes materiales y de toda organización. Aquí tenemos la clave crítica
para evaluar situaciones éticamente anormales (corrupción, privilegio, irrespon-
sabilidad, explotación, engaño) y hacer opciones personales frente a los
despiadados mecanismos de la manipulación.
Cuando haya madurado esta personalización, será posible jugarse la vida
en lo social. Hay que apoyarla valorizando la originalidad de cada joven y su
dimensión interpersonal. Debe comprender realmente que, en la vida, su destino
se realiza junto a otras personas y en la capacidad de darse a ellas. Cuando esta
perspectiva queda interiorizada mediante motivaciones cristianas profundas, se
hace criterio de las relaciones con los demás y fuente de tenaz compromiso
histórico.
a) Entender la compleja realidad socio política
210 La primera atención que hay que tener es acompañar a los jóvenes en el
conocimiento adecuado de la compleja realidad sociopolítica. Nos referimos a un
estudio serio, sistemático y documentado. En dos niveles. Ante todo, en el de la
realidad del propio barrio, ciudad y nación: situaciones de necesidad,
instituciones, modalidades de ejercer el poder político y económico, modelos
culturales que influyen en el bien común.
Simultáneamente, hay que mirar al mundo, a sus problemas y dramas y a
los mecanismos perversos que en muchos países agigantan las situaciones de
sufrimiento e injusticia. Esta seriedad de acercamiento debe ayudar a los jóvenes
a evaluar crítica y serenamente los diversos sistemas y los múltiples hechos
sociopolíticos.
Obviamente, la información no basta. Hay orientar todos los
conocimientos parciales hacia la unidad de una síntesis operativa: una fe-pasión
que aliente con eficacia, en la verdad y en la paz, a construir la civilización del
amor. La enseñanza socia la Iglesia se ofrece aquí como clave de lectura de la
realidad e indicación de las metas ideales a tender.
b) Introducir a los jóvenes en situaciones que piden solidaridad
211 Es posible y deseable ir más allá. Ayuda poco el mero análisis de la
realidad.
Las comunidades que actúan en contextos de, pobreza y miseria
trabajarán para que los jóvenes y el pueblo se hagan responsables de su
desarrollo, superando la resignación con conciencia viva de la propia dignidad y
82

9.3 Page 83

▲back to top
haciéndose cargo no sólo de su miseria, sino también de la de quienes están a su
lado.
En cambio, para las comunidades que actúan contextos de bienestar, se
tratará de introducir físicamente a los jóvenes en el mundo de aquellos hombres y
mujeres que reclaman solidaridad y ayuda. Es momento más delicado. El impacto
con este mundo debe purificarse de falsas curiosidades y emotividades. No se
trata sólo de hacer experiencia de un contexto, situación o mundo problemático.
El objetivo es llegar a las personas, hacerse cargo de su drama, humano. Así se
ayudará a superar cierta mentalidad quien está dispuesto a servir a los pobres,
pero no a compartir su vida. La actitud espiritual se define, entonces, por la
estima y búsqueda de los valores que cada uno lleva dentro de sí incluso en
situaciones de degradación personal. Es la etapa de escuchar, convertirse y
compartir
c) Responder con proyectos concretos de solidaridad
212 El impacto personal con los problemas y clamores mundo exige aprender,
desde joven, a elaborar proyectos de solidaridad precisos y concretos y a madurar
formas de actuación social.
La educación sociopolítica no admite ingenuidades, sino que requiere
algunas atenciones de fondo:
- la superación, en los jóvenes, de actitudes superficiales, faltas de
aquella conciencia social en la que tanto insiste la enseñanza de la
Iglesia;
- la debida relación entre obras de caridad y obligaciones de justicia
(cf. AA 8);
- el análisis paciente para transformar las estructuras que tienen y
mantienen su peso en las situaciones;
- la elaboración de proyectos no hechos sólo para los pobres, sino con
ellos, de forma que, asumiéndolos, sean capaces de administrar su
propia vida.
Siempre y en todas partes -a ejemplo de Don Bosco, que reivindicaba con
fuerza el alcance social de su obra- es necesario educar a los jóvenes para que se
esfuercen por implicar a los responsables en los niveles social, político y religioso.
Sólo así los proyectos podrán ser ejemplares y, ocasionalmente, imitados y
multiplicados.
Solidaridad cimentada en el Evangelio y en la fe
213 Cada una de las etapas descritas nos pide que ayudemos a los jóvenes a
reforzar las motivaciones en la fe.
Educar en la solidaridad es hacer comprender que la solidaridad debe ser
expresión de un encuentro con Cristo. De ahí la importancia de la escucha y
adhesión profunda a la palabra de Dios y de la oración, mediante las cuales los
jóvenes se encaminan hacia la construcción de sí mismos antes que hacia la de
los demás, y evitan el peligro del activismo y eficientismo. El sólido arraigo en la
enseñanza de la Iglesia les dará luz para orientar su acción hacia metas y
modalidades inspiradas por el amor cristiano.
Sin eludir las exigencias de participación política
214 Las iniciativas con que madurar esta sensibilidad y formación de los
jóvenes pueden referirse a diversos espacios: al territorio en que se vive, a los
83

9.4 Page 84

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 84
países en vías de desarrollo donde sea posible emplear energías y tiempo, y a la
animación de ambientes juveniles.
Pero hay un aspecto en el que los salesianos estamos llamados a actuar
con convicción: el de encaminar a los jóvenes hacia el compromiso y la
participación en la política, es decir, hacia la «compleja variada acción económica,
social, legislativa, administrativa y cultural destinada a promover orgánica e
institucionalmente el bien común» (ChL 42).
Este ámbito lo tenemos un poco descuidado y olvidado. Quizá se teme
tropezar con formas de colaboración o caer en los complejos mecanismos de la
competencia electoral, o ser infieles a nuestro modo de participar en el
compromiso de la Iglesia por la justicia y la paz (cf. Const. 33). No por ello deja de
ser un reto que hemos de aceptar y un riesgo que tenemos que correr. Las
comunidades juveniles más vivas sabrán pedir a sus mejores miembros también
este servicio, en nombre de la dimensión social de la caridad. Al principio será
un compromiso limitado, restringido al propio barrio y ciudad; sucesivamente
irán descubriéndose otros cauces. Este objetivo servirá asimismo para favorecer
en los jóvenes una actitud positiva hacia la realidad política y para abrirse a la
confianza de que, también en este nivel, es posible cambiar cosas y situaciones.
La caridad evangélica, hecha proyecto concreto, seguirá así trazando en la
historia nuevos caminos de justicia.
84

9.5 Page 85

▲back to top
85

9.6 Page 86

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 86
COMPROMISOS
OPERATIVOS
DE LA COMUNIDAD
Tercera parte
86

9.7 Page 87

▲back to top
COMPROMISOS
OPERATIVOS
DE LA COMUNIDAD
Vosotros sois la sal de la tierra...
Vosotros sois la luz del mundo...
Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que
vean vuestras buenas obras y den gloria
a vuestro Padre que está en el cielo
(Mt 5, 13-14. 16).
PREÁMBULO
La comunidad
215 La tarea de educar a los jóvenes en la fe dentro del contexto de la nueva
evangelización lleva a la comunidad a revisarse y renovarse a la luz del Evangelio
y de nuestra Regla de vida.
Los precedentes capítulos generales ofrecieron reflexiones estimulantes
acerca de la comunidad salesiana evangelizada y evangelizadora. Ahora, más que
repetir su síntesis doctrinal, es oportuno evidenciar algunos temas íntimamente
vinculados al quehacer de educar en la fe.
signo de fe
216 La comunidad sabe que está constituida, por vocación, en signo de la fe.
Se alegra de ello y da gracias al Señor, aun reconociendo su propia debilidad.
Procura dar transparencia y autenticidad evangélica a su vida, pues sabe que no
es posible comunicar la fe si no la vive como la gran riqueza de su propia
existencia.
Se repite a sí misma que «para hacer el discernimiento y la renovación
necesarios, no bastan los historiadores, ni los teólogos ni los políticos ni los
organizadores; hacen falta los hombres llamados 'espirituales', hombres de fe,
sensibles a las cosas de' Dios y dispuestos a una obediencia valiente: como fue
nuestro Fundador» (CGE 18).
Así encuentra el camino concreto para robustecer su testimonio en la
oración, mediante la que diariamente «reaviva la conciencia de su relación íntima
y vital con Dios y de su misión de salvación» (Const. 85), y en la comunión
fraterna, mediante la cual «los hermanos viven con sencillez su entrega personal
y la capacidad de compartir en la acogida y la hospitalidad» (Const. 56)
Es signo eficaz, cuando acoge y valoriza la generosidad y el dinamismo de
los salesianos jóvenes, la aportación original de los diversos carismas, el
sufrimiento de los salesianos enfermos y la presencia serena y paterna de los
ancianos.
Da transparencia a su seguimiento de Cristo, convencida de que «en un
mundo tentado por el ateísmo y por la idolatría del placer, de la posesión y del
poder, [su] modo de vivir testimonia, especialmente a los jóvenes, que Dios existe
y [que] su amor puede llenar una vida» (Const. 62).
87

9.8 Page 88

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 88
escuela de fe
217 Pero la comunidad, precisamente porque es signo, está llamada, en cuanto
salesiana, a ser escuela de fe para los jóvenes. Es, sobre todo, misionera, o sea,
hace de la misión su razón de ser y de actuar. Esto pide atención y
discernimiento, para confrontar la fe con la realidad circundante. La evolución
continua del mundo y de la sociedad afecta a los jóvenes y, en consecuencia,
interpela a sus educadores.
La renovación espiritual y pastoral son dos aspectos que se compenetran y
son interdependientes. Esto requiere actitudes de confianza, encuentro,
comprensión y diálogo con el mundo; creatividad pastoral, para responder a los
retos con criterio oratoriano; discernimiento y fidelidad al estilo pedagógico
salesiano, que se hace proyecto educativo concreto, pensado y actuado
corresponsablemente.
centro de comunión
218 La comunidad no es sólo signo y escuela de fe, sino que además, en virtud
de su vida consagrada, se hace centro de comunión y participación, capaz de
reunir y estimular a cuantos llama el Espíritu a trabajar por los jóvenes. «Actúa
en comunión con la Iglesia particular» (Const. 57), de la que recibe orientación y
apoyo a la que ofrece su peculiar aportación carismática (cf. Const. 48).
***
De esta visión de la comunidad -signo, escuela y centro de comunión y
participación- y de la confrontación con los retos, con el camino de fe y con la
espiritualidad juvenil salesiana, arrancan algunas disposiciones que parecen más
urgentes y algunas orientaciones operativas para educar a los jóvenes en la fe.
88

9.9 Page 89

▲back to top
1
DISPOSICIONES CAPITULARES
1.1 EL CAMINO DE FE DE LOS JÓVENES REQUIERE EL TESTIMONIO DE
UNA COMUNIDAD QUE SE RENUEVA CONTINUAMENTE
Testimonio
219 El testimonio es el único lenguaje capaz de convencer a los jóvenes de que
«Dios existe y [que] su ame puede llenar una vida» (Const. 62). Es, por tanto, ir
prescindible que la comunidad viva y haga transparente su fe en Jesucristo, a
cuyo encuentro quiere acompañar a los jóvenes.
Los salesianos, llamados por el Señor a ser «signos y portadores del amor
de Dios a los jóvenes, especialmente a los más pobres» (Const. 2), necesitamos
centrar nuestra atención y ardor en tres grandes aspectos que dan fuerza al
testimonio.
El primero es la unidad de la comunidad, signo evangélico que Jesús pide
a sus discípulos, enviados por él al mundo a llevar la Buena Noticia.
El segundo es la proclamación del mensaje que, al principio, puede incluso
limitarse al don de la acogida o a un gesto de confianza, como sucedió con
Bartolomé Garelli.
El tercero es el servicio al mundo, en particular a los jóvenes, y
especialmente a los más pobres.
Formación permanente
220 Estos tres aspectos nos exigen robustecer la vida religiosa y poner al día
nuestras competencias. La cultura en evolución continua exige una renovación
constante, si queremos llevar a la historia la novedad de Cristo. Por tanto, no se
puede hablar de educación en la fe sin implicar la vida del salesiano, que es, por
vocación, un enviado a los jóvenes y, por profesión, su educador.
Debe dar a Dios y a los jóvenes lo mejor de su tiempo y de sus
posibilidades. La formación religiosa y la formación profesional se basan, a pesar
de su diversidad, en la misma gracia de unidad.
La formación permanente, que capacita al salesiano para su misión de
educador y apóstol, debe ser una constante irrenunciable en su vida. El lugar
donde realizarla es la comunidad local e inspectorial.
EN CONSECUENCIA:
221 Durante el próximo sexenio, la Congregación asumirá como compromiso
prioritario la formación y cualificación continua de los salesianos.
Cuidará, especialmente, la interioridad apostólica, que es a la vez caridad
pastoral y capacidad pedagógica.
PARA ELLO:
89

9.10 Page 90

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 90
222 Toda comunidad local, animada por su director, tenga un programa anual
de formación permanente, preferiblemente con ritmo semanal ('día de la
comunidad') o quincenal. Participen los salesianos en las reuniones
comunitarias, que son «ocasiones para renovar el sentido religioso pastoral de su
vida y capacitarse para hacer su trabajo con más competencia» (Const. 119).
223 Cada Inspectoría prepare un plan orgánico de formación permanente de los
salesianos con miras a su renovación espiritual, a su cualificación pastoral y a
su competencia educativa y profesional.
Prepare a los salesianos, sobre todo, para las tareas de educadores en la
fe, de animadores de las comunidades pastorales, de formadores de seglares.
Prevea iniciativas particulares que formen a los directores en el campo de
la dirección espiritual, comunitaria y personal.
224 El Rector Mayor con su Consejo asista y siga los planes inspectoriales
mediante oportunas indicaciones. Verifíquelos en las visitas de conjunto que se
hagan durante el sexenio.
1.2 EL CAMINO DE FE DE LOS JÓVENES REQUIERE QUE LA COMUNIDAD
SALESIANA SE INSERTE EN EL CONTEXTO Y EN EL MUNDO JUVENIL CON
NUEVA CALIDAD PASTORAL
Inserción más viva en el mundo de los jóvenes
225 El alejamiento de los jóvenes respecto a la fe, y a menudo también nuestra
lejanía de ellos, nos pide la valentía de una inserción más viva en su mundo y en
el contexto social donde viven.
Todo salesiano está, pues, llamado a ser personalmente compañero de
viaje de los jóvenes. Lo cual lleva consigo experiencia directa de su mundo,
escucha de sus demandas y aspiraciones, adquisición de su cultura y lenguaje, y
disponibilidad para compartir experiencias y proyectos, pensado no sólo para
ellos, sino también, y sobre todo, con ellos.
Se trata de dar un verdadero salto de calidad, una vuelta a los jóvenes con
renovada sensibilidad pastoral y con mayor competencia educativa.
Ser comunidad significativa en el territorio y en la Iglesia
226 Esta empresa no corresponde sólo a cada salesiano en particular. Toca a la
comunidad y, de modo muy especial, a su proyecto educativo y pastoral. Debe
adquirir la aptitud de revisarse y de proyectar continuamente el significado
juvenil de la obra y su capacidad de dialogar con la realidad circundante y con
las instituciones sociales y educativas del barrio y de la ciudad; la capacidad de
irradiar su pasión educadora mediante planes que respondan a las expectativas
de los jóvenes, de actuar en interacción continua con la realidad que la rodea y
en que está integrada vitalmente.
En cuanto experiencia viva de Iglesia, la comunidad salesiana debe
participar con claridad en los proyectos y propuestas de pastoral juvenil en la
Iglesia local. Debe aprender a recibir de ella estímulos, pero también a
comunicarle experiencias y a ofrecerle proyectos de educación en la fe de todos
los jóvenes, especialmente de los más pobres y lejanos.
90

10 Pages 91-100

▲back to top

10.1 Page 91

▲back to top
Responsabilidad de la inspectoría
227 Pero la necesidad de crear una relación viva entre obra salesiana,
territorio e Iglesia no afecta sólo a la responsabilidad de la comunidad local; toca
a la comunidad inspectorial revisar continuamente y proyectar de nuevo cada
obra de la Inspectoría con miras a su significación eclesial y social. Tal reflexión
continua llevará consigo también el deber de tomar algunas decisiones difíciles,
pero importantes. A veces habrá que tener el valor de trasladar una obra a
contextos sociales y eclesiales más acordes con la misión salesiana o de abrir
obras nuevas para responder a nuevas urgencias y a nuevos frentes de trabajo
salesiano.
Al tomar estas decisiones, el inspector con su Consejo hallará en el
Consejo General orientaciones y apoyo.
EN CONSECUENCIA
228 La Congregación se compromete, en el próximo sexenio, a cualificar sus
presencias desde el punto d vista de la educación en la fe y, si es necesario,
replantearlas para un mayor contacto con los jóvenes, especialmente, los más
pobres.
PARA ELLO
229 La comunidad local buscará caminos concretos para dar nueva vitalidad a
su presencia entre los jóvenes, y valorizará toda forma de comunicación y
solidaridad con el territorio, mediante la participación y la conexión con las
instituciones que trabajan por la promoción de la educación y de la cultura del
pueblo.
Verificará anualmente, en un escrutinio, la eficacia de su labor
evangelizadora; reorganizará, en con secuencia, las actividades y reajustará las
tareas y compromisos de cada salesiano, para concentrar sus recursos en los
objetivos de la educación en la fe.
230 Antes de concluir el próximo capítulo inspectorial, toda inspectoría revisará
su proyecto educativo-pastoral salesiano (PEPS). En él:
- prestará atención particular a la inserción viva de cada obra dentro de
la Iglesia local y en el territorio;
- revisará la calidad educativa de las obras y su alcance y significado
desde el punto de vista juvenil, abriendo, si fuera necesario, una
reflexión para un posible cambio de lugar;
- individuará también frentes de trabajo nuevos y urgentes,
principalmente entre los jóvenes que tienen mayores dificultades,
organizando para ellos alguna presencia, como signo de nuestro ir a los
jóvenes que están más lejos de la fe;
- traducirá el camino de fe propuesto por el XXIII Capítulo General a
itinerarios concretos, adecuados a sus destinatarios y a los contextos
en que actúa.
91

10.2 Page 92

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 92
231 El Rector Mayor con su Consejo, al estudiar la situación particular de cada
inspectoría, oriente sus reflexiones, y decisiones para adecuar los quehaceres
pastorales a las nuevas situaciones.
1.3 EL CAMINO DE FE DE LOS JÓVENES REQUIERE QUE LA COMUNIDAD
SALESIANA SE HAGA ANIMADORA DE LA COMUNIDAD EDUCATIVO-
PASTORAL Y DE LA FAMILIA SALESIANA
La comunidad educativa
232 Donde quiera que trabajemos, realizamos la comunidad educativo-
pastoral. «Ésta, en clima de familia, integra a jóvenes y adultos, padres y
educadores, de modo que pueda convertirse en una experiencia de Iglesia,
reveladora del plan de Dios» (Const. 47). Aun siendo cierto que es una forma apta
para mejorar la organización educativa y para utilizar mejor las diferentes
competencias de los seglares, no obstante es, sobre todo, una experiencia de
comunión y corresponsabilidad.
Construir la comunidad educativo-pastoral significa lograr envolver
directamente a todos los miembros y hacerlos corresponsables de la experiencia
educativa y de la formación cristiana.
No resulta fácil. Es, por tanto, urgente un cambio de mentalidad en
cuantos la componen; ante todo, los salesianos.
Corresponsabilidad de los seglares
233 Tal cambio se refiere, sobre todo, a la valorización de los seglares.
Numéricamente son la parte más consistente de las comunidades educativo-
pastorales. Es necesario crear con ellos relaciones de corresponsabilidad
madura. Es urgente, sobre todo, emprende un camino de formación. Las
experiencias hechas hasta ahora garantizan, a pesar de ciertas dificultades
resultados satisfactorios. Por lo demás, en esta dirección nos impulsan sin
descanso las orientaciones de la Iglesia, que ha tenido una expresión reciente en
la exhortación apostólica Christifideles laici.
La familia salesiana
234 Particulares incumbencias de animación tenemos respecto a los grupos de
la familia salesiana, que vive la misma espiritualidad y participa en idéntica
misión juvenil, actuando corresponsablemente con nosotros en las obras, o
trabajando con el estilo de Don Bosco en variados campos de actividad. Su
presencia en el territorio es un elemento nada indiferente para la educación de
los jóvenes. Nos proponemos, pues, extenderla y reforzarla. Sentimos la
responsabilidad de su formación espiritual, educativa y pastoral, y la apoyamos
en sus iniciativas a favor de la juventud o del ambiente.
EN CONSECUENCIA:
92

10.3 Page 93

▲back to top
235 La Congregación se compromete, en el próximo sexenio, a realizar en todas
sus presencias la comunidad educativo-pastoral. En ella cuidará, sobre todo, la
cualificación de los seglares, de modo particular de los miembros de la familia
salesiana, desde el punto de vida cristiano, pedagógico y salesiano.
PARA ELLO:
236 Antes de concluir el próximo capítulo inspectorial, cada comunidad local
perfeccione y realice en su obra la comunidad educativo-pastoral. Traduzca a
Iniciativas locales concretas el programa inspectorial de formación de los
seglares, de que se habla en el número siguiente, prestando un cuidado
particular a la formación de los miembros de la familia salesiana. Ésta sea
siempre implicada y comprometida en los programas de educación en la fe.
El inspector verifique, durante la visita inspectorial, el camino hecho por la
comunidad en este campo.
237 La Inspectoría prepare un programa de formación de seglares que promueva
su profesionalidad, capacidad educativa y testimonio con miras a la educación en
la fe. Ofrezca iniciativas de conexión, establezca criterios de corresponsabilidad y
participación para todas las obras, y experimente formas particulares de gestión
de la obra mediante la colaboración de los seglares.
238 El Rector Mayor, por medio de los dicasterios competentes, ofrezca
elementos y líneas para un proyecto seglares en nuestra Congregación.
1.4 EL CAMINO DE FE DE LOS JÓVENES REQUIERE QUE LA COMUNIDAD
DESARROLLE UNA PASTORAL ORGÁNICA
Comunión operativa
239 La comunión eclesial tiene su fuente en el Espíritu Santo. Se expresa en la
fe, en la esperanza y en la caridad, y se manifiesta de modo eminente en la co-
munión operativa.
La Iglesia desarrollando actividades diferencia, por medio de sus
miembros, tiende a una sola finalidad: la salvación del hombre en Cristo. Los
servicios y ministerios están para esta unidad, y así contribuyen a desarrollar y
cualificar la acción pastoral.
Estructuras de unidad
240 También en nuestra Congregación hay servicios y estructuras de
animación pastoral. El Capítulo General Especial pedía estructuras de unidad y
orientación, más que de división y de mera organización de iniciativas
sectoriales. Las estructuras deben favorecer la integración de la fe en la vida,
deben ayudar a comprender mejor y expresar la complementariedad de todos los
valores en Cristo (cf. CGE 712).
Para superar una pastoral de muchas iniciativas no conectadas entre sí y
para crear la comunión operada va en torno a las grandes finalidades y al estilo
93

10.4 Page 94

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 94
de nuestro hacer, hay que lograr que las actuaciones y las personas converjan en
determinados objetivos.
241 Tal convergencia la requiere el sujeto de la educación, el joven, a quien se
dirigen las diversas propuestas, que se han de armonizar y adecuar a todas sus
exigencias auténticas.
La requiere el sujeto que actúa, es decir, la comunidad educativo-pastoral,
pues, si no comparte las finalidades y las líneas que se han de seguir, el camino
de fe quedaría comprometido.
La requiere asimismo la necesidad de hacer posible la circulación de
experiencias y modelos pastorales de ámbito regional, continental y mundial, de
acuerdo con la orientación actual de la Iglesia.
EN CONSECUENCIA:
242 En sintonía con la pastoral de la Iglesia y la sensibilidad del XXIII Capítulo
General, la Congregación Salesiana, por medio de sus organismos de animación
mundial, inspectorial y local, promueva la comunicación y coordinación, y
concuerde líneas operativas y actuaciones diferenciadas.
PARA ELLO:
243 En toda comunidad local y demás formas de presencia salesiana
establézcanse los cargos de modo que la educación en la fe resulte un
compromiso corresponsable de todos los salesianos, mientras que las
incumbencias particulares de animación (catequesis, liturgia, dirección
espiritual, trabajo apostólico) se encomendarán a cada uno de ellos de acuerdo
con sus normas del directorio inspectorial
244 El inspector con su Consejo es el responsable de la pastoral de la
Inspectoría. Nombrará un delegado suyo de pastoral juvenil, que coordinará a un
equipo que asegure la convergencia de todas las iniciativas en el objetivo de la
educación en la fe y haga posible comunicación operativa entre las inspectorías.
245 Los centros nacionales o regionales de pastoral juvenil serán seguidos por
los inspectores responsables, se organizarán según el criterio de la centralidad de
la educación en la fe, y estarán formados por personal preparado y suficiente, y
dotados de medios adecuados.
246 Los servicios, actividades, iniciativas y obras orientadas a educar a los
jóvenes en la fe tendrán una referencia unificadora en el dicasterio de pastoral
juvenil.
1.5 EL CAMINO DE FE DE LOS JÓVENES REQUIERE QUE LA COMUNIDAD
SALESIANA PRESTE UNA ATENCIÓN PARTICULAR A LA ORIENTACIÓN
VOCACIONAL
Dimensión que cualifica
247 La orientación vocacional constituye el vértice y «coronamiento de nuestra
labor educativo-pastoral (Const. 37).
94

10.5 Page 95

▲back to top
Sin embargo, no hay que verlo como momento final del camino de fe, sino
como dimensión que debe estar presente siempre cualificando todas las áreas de
actuación y todas las etapas.
248 Lo cual vale todavía más para los salesianos, porque el cuidado de las
vocaciones apostólicas es una característica de nuestra misión, hasta el punto de
ser uno de los fines de nuestra Congregación (cf. Const. 6).
Luminoso resulta también aquí el ejemplo de Don Bosco. En una época de
profundas transformaciones sociales y de grave crisis para la Iglesia, supo abrir
nuevos cauces de promoción vocacional para la Iglesia y para su naciente
Congregación (cf. Memorias Biográficas V, cap. 33, págs. 388-412; MBe V, 281-
296).
Nuevas experiencias
249 En los últimos años nuestra Congregación ha hecho una larga reflexión
para afrontar la nueva situación, caracterizada, por una parte, por la
prolongación de la edad juvenil con el consiguiente retraso de las decisiones y,
por otra, por el fenómeno de la secularización, que ha afectado a las
instituciones educativas y, en particular, a la familia.
La disminución de vocaciones para la vida sacerdotal y religiosa ha
estimulado aún más a la Congregación a revisar la calidad de su vida religiosa y
la fuerza de nuestra propuesta educativa.
Además de renovar las formas tradicionales de orientación y
acompañamiento vocacional, ha sabido dar a nuevas y variadas experiencias,
tales como grupos de referencia vocacional, comunidad propuesta, escuelas de
oración, retiros, campamentos y semanas vocacionales. Sobre todo, ha visto, en
la experiencia de grupo, un esperanzador lugar de promoción vocacional. En fin,
el renovado entusiasmo misionero ha abierto a muchos jóvenes nuevos
horizontes vocacionales.
250 La reflexión de la Congregación se ha centrado particularmente en la
comunidad local como lugar decisivo para cualquier proyecto serio de pastoral
vocacional.
En realidad, es en la casa salesiana donde los jóvenes se ponen en
contacto con nuestra vocación. La comunidad local es la que tiene capacidad
para individuar los signos de la llamada, realizar una orientación seria, hacer
una propuesta vocacional explícita y acompañar al joven en un camino de
discernimiento de la voluntad de Dios hacia la decisión vocacional.
EN CONSECUENCIA:
251 La orientación, la propuesta y el acompañamiento vocacional sean partes
cualificantes de los itinerarios de fe a lo largo de todas sus etapas.
PARA ELLO:
252 Cada comunidad local exprese, en su proyecto educativo-pastoral, las
modalidades con que proveer a orientar a todos los jóvenes hacia el
95

10.6 Page 96

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 96
descubrimiento de su vocación en la Iglesia y acompañar a quienes muestren
signos de vocación para una consagración especial.
Ofrezca a los jóvenes experiencias concretas de trabajo y de servicio
gratuito a los más pobres: el voluntariado, por ejemplo. Cree experiencias de
grupo con clara mira vocacional.
Recupere el director su papel de orientador de los jóvenes mediante el
encuentro personal y de grupo, invite a los más dispuestos a compartir los
momentos más significativos de nuestra vida, y enrólelos en nuestra labor
apostólica.
Cada comunidad haga conocer y amar la historia y la vida de la
Congregación.
253 El inspector verifique si la dimensión vocacional tiene el espacio que le
corresponde en el proyecto de toda obra y grupo juvenil; cuide la preparación de
los salesianos, tanto en lo que se refiere a la orientación vocacional como a la
dirección espiritual.
Nombre, dentro del equipo inspectorial de pastoral juvenil, un animador
que oriente y coordine la dimensión vocacional y tenga las conexiones necesarias
con la pastoral vocacional de la Iglesia local.
1.6 EL CAMINO DE FE DE LOS JÓVENES REQUIERE QUE LA COMUNIDAD
DESARROLLE UNA NUEVA FORMA DE COMUNICACIÓN
Importancia de la comunicación
254 La capacidad de comunicar y sintonizar con personas y acontecimientos
distingue el desarrollo del ser humano y, sobre todo, el crecimiento del joven.
La comunicación es a menudo un factor determinante de supervivencia y
desarrollo, pues abarca todos los ámbitos de la vida social y todas las
dimensiones de la vida personal.
No sólo proporciona información, sino que comunica ideas, crea fácilmente
consensos y propone modelos de vida y de conducta.
para el joven
255 El Joven vive en esta sociedad de comunicación-relación. Está abierto a
recibir cualquier mensaje y forma de comunicación, y personalmente es capaz de
producir y suministrar nuevos mensajes.
Aprende a mantenerse informado, y siente la necesidad de saber controlar,
seleccionar y valorar los mensajes que recibe.
No le basta la información verbal y cultural: busca también la simbólica,
gestual y corporal. Ante el bombardeo de los medios de comunicación de masas,
se ve obligado a hacer frente a su poder nivelador.
reto para los educadores
256 Todo ello es un reto para los educadores: por una parte, en su capacidad
de hablar en un mundo que usa habitualmente lenguajes múltiples; por otra,
porque el uso de los medios de comunicación social es imprescindible para
anunciar la Palabra de salvación.
96

10.7 Page 97

▲back to top
La Congregación se siente implicada en esta dimensión, tanto más que
una de sus finalidades es ser educadora «de la fe en los ambientes populares, so-
bre todo con la comunicación social» (Const. 6).
Don Bosco había intuido su importancia y aceptado su reto. De ahí que
«para defender y sostener la fe del pueblo, [acometiera] empresas apostólicas
originales» (Const.43).
EN CONSECUENCIA:
257 El próximo sexenio, la Congregación se compromete a adecuada utilización
de la comunicación social, para transmitir el mensaje cristiano y para educar a
los jóvenes en la fe.
PARA ELLO:
258
La comunidad local cuide su capacidad comunicativa:
- ayudando a cada salesiano a ser buen comunicador, capaz de emplear
un lenguaje idóneo para los jóvenes y el pueblo, especialmente en la
liturgia y en la catequesis;
- aprovechando todos los medios (relaciones, ambientación de la casa,
teatro, vídeos, música, salas...) con que se emiten mensajes, para
disponer a la fe y difundir el mensaje de la salvación;
- cuidando, en particular, la educación de los jóvenes en las diversas
formas de comunicación y en la lectura crítica de los mensajes.
259 El inspector nombre un encargado inspectorial de la comunicación social. El
cual:
- asistirá a cada comunidad en la promoción de las distintas realidades
comunicadoras;
- prestará su servicio a los diversos sectores de actividad y se
relacionará con los organismos locales, eclesiásticos y civiles.
En lo que se refiere a la educación de los jóvenes, actúa dentro del equipo
de pastoral juvenil.
260
El consejero general de comunicación social:
- estimule la formación del salesiano en cuanto comunicador;
- asista a las comunidades en el uso de los diversos medios de
comunicación;
- oriente, sobre todo en las nuevas sociedades, la puesta en marcha de
proyectos concretos que respondan a las necesidades de los distintos
países en el campo de la comunicación social (editoriales, centros de
producción de audiovisuales y vídeos para la educación en la fe, radios
populares, etcétera).
97

10.8 Page 98

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 98
2
ORIENTACIONES OPERATIVAS
PARA SITUACIONES
PARTICULARES
261 Las comunidades y los salesianos que actúan en situaciones particulares y
orientan experiencias juveniles específicas han de tomar muy en serio el camino
hacia la fe y de fe y ofrecerlo a través de itinerarios adecuados.
El XXIII Capítulo General, remitiendo a las ideas propuestas por el XXI
Capítulo General y otros documentos de la Congregación, se limita a algunas
indicaciones fundamentales, íntimamente unidas a la propuesta que se hace en
este documento. Somos conscientes de que dicha propuesta debe formar parte de
un proyecto educativo más amplio. Sin embargo, ahora interesa sobre todo
evidenciar en las distintas iniciativas el género de relación que se entablaron el
joven y las posibilidades que ofrece para educar en la fe.
2.1 AMBIENTES DE AMPLIA ACOGIDA
262 Los ambientes de amplia acogida -oratorios, centros juveniles y otros-
realizan una labor progresiva de educación y crecimiento en la fe. Están al
servicio de una amplia zona o del territorio de una parroquia. Se presentan como
obra de frontera entre lo religioso y lo civil, entre lo secular y lo eclesial: en esa
colocación están toda su originalidad y también su riesgo.
Que puedan perder calidad educativa y pastoral no es un peligro
imaginario. La amplia acogida, la diversidad de jóvenes que acuden, el clima de
libertad en que se hacen las propuestas y la escasez de personal pueden
comprometer el programa de educación la fe, que por necesidad debe ser muy
diversificado.
EN CONSECUENCIA:
Para el próximo sexenio, se pide un esfuerzo particular:
263 -En cualificar el ambiente. La acogida de todos exige que estos ambientes
se caractericen por principios y modalidades evangélicas, evidenciadas en los
objetivos generales, en la organización, en las relaciones personales, en los
comportamientos concretos en el clima de familia.
264 -En reafirmar que el alma del oratorio-centro juvenil es la evangelización;
por lo cual, hay que cuidar la formación religiosa y la catequesis de los jóvenes
evitando cualquier forma de improvisación. La demanda de vida y compañía se
ha de cultivar tanto las reuniones de masa como en los grupos y en los contactos
personales.
98

10.9 Page 99

▲back to top
265 - En distribuir el tiempo y los medios para aplicar las indicaciones
precedentes. Todo oratorio-centro juvenil, además del aspecto educativo-pastoral,
deberá preparar, con propuestas precisas de tiempo y agentes, iniciativas:
para ponerse en contacto con los jóvenes para anunciar la fe,
para la catequesis,
para formar a quienes estén dispuestos a un camino de fe maduro y a la
búsqueda de su vocación.
266 -En promover, de manera muy especial, la formación pedagógica, cultural y
-religiosa de los animadores, que son la expresión más lograda del trabajo
oratoriano, uno de sus fines buscados con mayor atención.
2.2 AMBIENTES DE EDUCACIÓN SISTEMÁTICA
267 La actuación en ambientes preparados para un programa de educación
sistemática (colegios, centros de preparación para el trabajo, internados,
residencias de estudiantes y de trabajadores, y otros) puede favorecer un trabajo
sistemático de educación en la fe. Ésta se sitúa dentro de una visión del mundo y
de la vida que el joven logra estudiando las asignaturas proyectando su futuro
personal.
268 En estos ambientes han aumentado las exigencias de los programas
culturales.
El tiempo de permanencia de los jóvenes con nosotros para actividades
recreativas, culturales y formativas ha disminuido sensiblemente.
Se nota, además, una especie de ruptura entre la institución y la vida. La
enseñanza no toca los problemas de vida de los jóvenes. Se produce una separa-
ción entre la institución y la educación, entre la educación y la educación en la
fe.
En la raíz no está únicamente el programa cultural, con escasas
posibilidades de disponer de tiempo y de contactos, sino también la concepción
que sostiene la separación de ambos aspectos, cuando no su total equiparación.
269 Hay salesianos y colaboradores seglares que trabajan y prodigan energías
en estas estructuras para el crecimiento educativo y cultural de los jóvenes.
EN CONSECUENCIA:
Deberán fomentar de manera más orgánica sus situaciones siguiendo estas
líneas:
270 - Reflexionar, con miras a la educación en la fe, tanto sobre el sentido
global de la cultura y el trabajo, como sobre la enseñanza de cada asignatura. A
fin de evidenciar su dimensión religiosa como aspecto profundo de la realidad.
271 - Considerar la enseñanza de la religión como aspecto importante de
formación cultural y de anuncio de la fe. Para ello, hay que garantizar la
orientación correcta del contenido, el tiempo necesario en el horario, la puesta al
día de los profesores y cuantos elementos puedan favorecer la mejor realización
de esta enseñanza.
99

10.10 Page 100

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 100
Durante todo el proceso de formación en la fe, téngase en cuenta la
diversidad de los jóvenes con relación a ella.
A los organismos inspectoriales les corresponde promover iniciativas con
que cualificar a salesianos y a colaboradores seglares para esta labor. Dichos
organismos deberán verificar los programas y su calidad.
272 - Prever en el horario celebraciones de fe para toda la comunidad escolar
y/o para grupos particulares. Así se ofrecerán experiencias concretas de lo que
se ha comunicado mediante la palabra.
273 - Seguir personalmente y en grupo a todos los jóvenes, particularmente a
los que muestran mayor sensibilidad hacia propuestas culturales y de fe. Los
salesianos dedíquense a estos jóvenes directamente compartiendo con los
colaboradores seglares los aspectos de tipo organizativo y administrativo.
2.3. EL GRUPO JUVENIL
274 La vida de grupo es un elemento fundamental de la tradición pedagógica
salesiana.
El grupo juvenil forma parte de organizaciones más amplias (asociaciones,
ambientes educativos, parroquias); es sujeto de iniciativas especiales de
apostolado (voluntariado, actividades expresivas, turismo, deporte...). En todos
estos aspectos no miramos a su organización particular ni a su finalidad
inmediata, sino al objetivo último de la formación en la fe de los jóvenes que
participan en ellos.
El grupo es el lugar donde se personalizan las propuestas educativas y
religiosas; es el espacio de la expresión y de la responsabilidad; es el lugar de la
comunicación interpersonal y donde se proyectan las Iniciativas. Con frecuencia
es el único elemento estructural que ofrece a los jóvenes ocasión para que
accedan a los valores humanos y a la educación en la fe.
En nuestros ambientes se da acogida y vida a gran de grupos, para
responder adecuadamente a un verdadero interés juvenil.
275 Los grupos y asociaciones juveniles que, aun manteniendo su autonomía
organizativa, se reconocen en la espiritualidad y pedagogía salesiana, forman de
modo implícito o explícito el Movimiento Juvenil Salesiano (MJS).
Es un don original del Espíritu a la comunidad de los creyentes, una
riqueza que pertenece a la Iglesia y de los jóvenes.
Durante el año centenario se manifestó con vigor y creció en conciencia.
276 En el Movimiento Juvenil Salesiano todos los grupos viven, aunque en
niveles distintos, los valores d la espiritualidad juvenil salesiana.
El Movimiento Juvenil Salesiano es una realidad abierta de círculos
concéntricos, que une a muchos jóvenes: desde los más lejanos, para quienes la
espiritualidad es una referencia que sólo entrevén por el ambiente en que se
sienten acogidos, hasta los que de modo consciente y explícito hacen propia la
propuesta salesiana. Estos últimos constituyen el núcleo animador de todo el
Movimiento.
Es, por tanto, un movimiento educativo original.
100

11 Pages 101-110

▲back to top

11.1 Page 101

▲back to top
277 La circulación de mensajes y valores de la espiritualidad en el Movimiento
Juvenil Salesiano no requiere una organización rígida y centralizada. Se basa en
la comunicación libre entre grupos. Sólo considera necesaria una estructura
mínima para organizar la coordinación de iniciativas comunes.
Sobre esta base, se favorecen los encuentros que sean ocasiones
significativas de diálogo, confrontación, formación cristiana y expresión juvenil.
Los grupos actúan y se unen entre sí en la comunidad educativa local,
donde viven en interacción, para enriquecerse y crear un clima cultural mente
vivaz cristianamente comprometido.
Este primer ámbito tendrá una expresión más amplia en el nivel
inspectorial e interinspectorial, donde se favorecen el intercambio y la
comunicación entre grupos, para verificar su influjo en el territorio y su
colocación y labor en la Iglesia local
278 Acerca de la educación en la fe, no siempre los grupos logran promover
con eficacia la propuesta cristiana que figura en sus proyectos.
La atención predominante a los intereses inmediatos de los jóvenes, los
animadores -con frecuencia poco motivados en relación con la propuesta de fe- y
las preocupaciones más de organización que de formación pueden determinar un
prejuicio al trabajo de la educación en la fe.
EN CONSECUENCIA:
Se pide a los animadores de grupos, a los responsables de asociaciones, al
director y a los consejos locales, al inspector y a los responsables inspectoriales:
279 - que promuevan la actividad de los grupos en nuestras obras, incluso como
medio privilegiado para llegar a los lejanos y favorecer el proceso de una
educación auténtica en la fe;
280 - que expliciten, para cada grupo o constelación de grupos, la propuesta del
itinerario hacia la fe y de fe, inspirada en los elementos fundamentales de la
espiritualidad juvenil salesiana a partir de los intereses inmediatos de los
jóvenes;
281 - que programen anualmente un camino de formación pedagógica y
salesiana para los animadores de grupo, y prevean su verificación;
282 - que cuiden la comunicación entre grupos, creando puntos de referencia y
coordinación, aunque respetando siempre la autonomía organizativa;
283 - que profundicen continuamente en la espiritualidad juvenil salesiana,
valorizando también los lugares de los orígenes históricos salesianos.
2.4 RELACIÓN PERSONAL CON EL JOVEN
284 La educación en la fe tiene un espacio de privilegio en el trato personal.
Don Bosco fue, en esto, un maestro incomparable.
101

11.2 Page 102

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 102
Sus principales expresiones son la búsqueda de cada joven en su
ambiente, el coloquio educativo, la dirección espiritual y el encuentro
sacramental.
En los últimos tiempos, se ha hecho sentir mucho su necesidad, por la
complejidad de los problemas, que afrontan los jóvenes y por la atención persona:
que requieren. Sin embargo, no siempre la nueva de manda ha visto preparados
a los salesianos. Por otra parte, quienes han asumido esta labor se preguntan
cómo realizarla con estilo salesiano y con el mayor provecho posible.
EN CONSECUENCIA:
Partiendo de la validez indiscutible del acompañamiento personal, se
quiere alentar a los salesianos a la disponibilidad, ofreciéndoles algunas
indicaciones:
285 - Profundícese en las inspectorías el estilo típicamente salesiano de
acompañamiento personal. Es un conjunto convergente de elementos que
sostienen la maduración cristiana, tales como el clima, la asistencia-compañía,
las actividades participadas, la palabra personal, las exhortaciones breves a los
grupos, las celebraciones.
286 - Anímese a los salesianos, y prepárense ellos, para ofrecer, en el trato
personal con los jóvenes, el testimonio de su propia fe y las orientaciones que
necesitan.
287 - El director tome muy en serio el encuentro personal con los jóvenes,
particularmente con aquellos cuyo camino está llegando a una opción importante
de vida.
288 - En las casas de retiro para jóvenes, y en momentos de importancia
particular (ejercicios espirituales, por ejemplo), sepan los jóvenes que pueden
gozar, con plena libertad, de esta forma de orientación.
289 - Un momento privilegiado del encuentro personal con el joven se vive en
el sacramento de la Reconciliación.
Cuide el inspector la preparación de los salesianos para este ministerio,
tan importante en la pedagogía salesiana.
2.5 COMUNIDADES PARA JÓVENES EN DIFICULTAD
290 Estos años han nacido y se han consolidado comunidades de acogida para
chicos y jóvenes en dificultad.
Son testimonio del arrojo nunca extinguido en nuestra Congregación y del
valor del sistema preventivo. Son puntos de referencia y de promoción de la
solidaridad: reciben la aprobación general, logran aunar múltiples
colaboraciones, crean mentalidad solidaria en la gente y obtienen apoyo de la
sociedad.
La educación en la fe tiene, en estas comunidades, aspectos típicos.
102

11.3 Page 103

▲back to top
EN CONSECUENCIA:
Indicamos algunas orientaciones operativas.
291 - Es fundamental el signo del acercamiento a estos jóvenes y a su mundo.
El salesiano vive así, con el estilo de Don Bosco, el encuentro con
Bartolomé Garelli. Echado fuera y marginado, halla en él un corazón que lo
acoge, unos ojos que le sonríen, una mano que le ayuda siendo capaz de
compartir su dolor y esperanza y de sostener su voluntad para comenzar o
seguir. Empieza a caer la barrera de la desconfianza, y quizá hasta de la
hostilidad o el prejuicio que, de hecho, habían alejado a estos jóvenes de la Iglesia
y de Dios. Es el primer paso.
292 - Para estos chicos, el contacto diario con hombres nuevos, capaces de
suscitar admiración y despertar en ellos lo mejor que llevan dentro de sí -
recursos intensamente humanos y que, por tanto coinciden con valores
evangélicos-, es una experiencia verdaderamente original.
La amistad solícita, el clima de familia, la sencillez y bondad y la
promoción de la dignidad personal constituyen un testimonio que hace surgir en
los jóvenes las preguntas: ¿quiénes sois?, ¿por qué actuáis así?
La respuesta, dada de muchos modos y en tiempos diversos según las
circunstancias de cada chico, se hace anuncio de Cristo compañero de camino y
de amor del Padre, de su proyecto de salvación y de felicidad; es ofrecimiento de
liberación de la esclavitud de plenitud de vida,
293 - El camino de educación en la fe, comenzado así es un proceso delicado,
difícil y a menudo expuesto al fracaso. Aquí demostramos nuestra fe en la
educación, nuestra seguridad en la fuerza de la oración, de la gracia y de la
paciencia de Cristo, Recordamos con admiración el procedimiento seguido por
Don Bosco con Miguel Magone.
294 - El educador aprovecha con entusiasmo los aspectos positivos que hay en
el joven, Toda la comunidad lo alienta, comprende y perdona, pronta a arreglar
cualquier rotura, a comenzar de nuevo y dispuesta a probar una vez más, para
que no pierda nunca la esperanza.
Sostenido y acompañado de esta manera, el joven se abrirá no sólo a una
crítica madura del sistema, sino también a una revisión profunda de su vida y a
la autocrítica, que en el sacramento de la Reconciliación se hará gracia de
perdón y fuerza de recuperación.
El ambiente de familia, la solidaridad comunitaria y la disponibilidad para
superar el egocentrismo y darse a los hermanos crecerá hasta convertirse en
experiencia de comunión eucarística.
Así, educaremos evangelizando y evangelizaremos educando.
2.6 GRANDES CONCENTRACIONES JUVENILES
295 Últimamente se están multiplicando los momentos de grandes
concentraciones juveniles. Responden a la necesidad que sienten los jóvenes de
expresarse colectivamente en el plano humano y religioso. Las propuestas nacen
a menudo de los grupos comprometidos, pero implican también a otros jóvenes
103

11.4 Page 104

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 104
bien dispuestos o interesados de algún modo. El día de la Juventud instituido por
Juan Pablo II responde a esta necesidad, sentida también en ámbitos más
restringidos. A lo largo del año, diversas inspectorías viven jornadas en las que se
intensifica el diálogo entre todos los componentes juveniles.
También la peregrinación es una forma cultural presente en muchos
pueblos, signo de la Iglesia peregrina. Une a la gente en los sentimientos, gestos
y recuerdos al ponerla en contacto con lugares significativos para la religiosidad
popular y para la memoria de los santos que actuaron allí. Los jóvenes viven esta
experiencia con deseo de crecer y, a veces, como una manifestación de fe
mediante el sacrificio de un largo caminar. Necesitan ambientes donde
reflexionar y personas que los acojan.
296 Sin embargo, en cuanto a la maduración en la fe, el resultado no es
siempre seguro. El clima de fiesta, con sus valores innegables, es la connotación
inmediata que todos captan. El educador de la fe debe ayudar a no enfatizar este
clima en detrimento de los contenidos.
Toda concentración debe resultar, en su conjunto un verdadero anuncio.
EN CONSECUENCIA:
297 - Su realización, dentro de la variedad de los momentos y expresiones,
prevea una convergencia cuidada de contenidos en lo que se refiere a la fe una
buena calidad en la comunicación: oración y celebración, música,
entretenimientos, juego, convivencia, actividades escénicas, encuentro con
testigo. Debates…
298 -Se necesita un periodo conveniente de preparación; hay que pensar
igualmente en el después de la fiesta.
Ambos períodos requieren la participación activa de un número
proporcionado de animadores/as, especialmente jóvenes.
299 - La revisión debe tener en cuenta dos datos que definen el sentido de la
concentración: los jóvenes que de participantes ocasionales se deciden a empezar
un camino de fe, y los que maduran compromisos concretos, sociales o
apostólicos en su ambiente.
CONCLUSIÓN
300 Hemos hecho idealmente con nuestros jóvenes
un viaje hacia la fe.
Lo hemos realizado a la luz del Espíritu Santo,
que nos ha ayudado a comprender y escuchar
su voz en ellos.
La fatiga del recorrido
se ha visto compensada
por la alegría del descubrimiento.
Si, después de leer estas páginas,
alguien dice que en conjunto
no hay ninguna novedad.
104

11.5 Page 105

▲back to top
bajos ciertos aspectos tiene razón,
porque sólo hablan de nuestra misión de salesianos.
dedicados a educar a los jóvenes en la fe:
nuestra misión de ayer, pues,
y de hoy y de siempre,
mientras haya chicos y juventud.
Son las cosas esenciales,
que continuamente han de ser meditadas,
conservadas en el corazón
y, sobre todo practicadas.
Si al leer estas páginas,
alguien se siente «hombre de poca fe».
atemorizado por lo que se le pide.
sepa
que también nosotros nos hemos visto
como hombres de fe diminuta
cual una semilla.
Es el grano de mostaza,
depositado en la tierra de Dios
para que crezca.
Semilla
que ni el roce de las jornadas de trabajo
podrá destruir
ni llevársela el viento,
porque la caridad no fallará
mientras Dios Trinidad sea amor.
Nos encomendamos, pues, a la caridad pastoral,
don y energía del amor del Padre,
de la que nos es signo Cristo,
derramada en nosotros por el Espíritu Santo.
El amor es la única fuerza a la que nadie se resiente
Don Bosco nos alienta diciéndonos:
«Si no es posible alcanzar la última letra del alfabeto
pero se puede llegar al abecedé,
.
¿por qué dejar de hacer ese poco?»
(MB XII, 207; MBe XII, 183).
En fin,
si al leer estas páginas
alguien ha vuelto a escuchar hoy
la voz de Don Bosco
y ha sentido alegría y contento
ante esta energía de Espíritu Santo
que, gracias a la intervención de María Auxiliadora
se va difundiendo en la Iglesia;
si, tras algún momento de cansancio,
quiere seguir el camino hacia la misión,
alegrémonos todos,
105

11.6 Page 106

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 106
porque el Señor está con nosotros:
«¿No ardía nuestro corazón
mientras nos hablaba
por el camino...?» (Lc 24, 32).
106

11.7 Page 107

▲back to top
107

11.8 Page 108

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 108
DISPOSICIONES
SOBRE TEXTOS LEGISLATIVOS
Y OTRAS ORIENTACIONES
. Cambios e interpretaciones
de textos legislativos
. Grupos de inspectorías
. Presencia salesiana en África
108

11.9 Page 109

▲back to top
DISPOSICIONES Y ORIENTACIONES SOBRE CONSTITUCIONES Y
REGLAMENTOS
El XXIII Capítulo General estudió con atención las propuestas llegadas de los
capítulos inspectoriales o de algunos hermanos acerca de ciertos puntos del
derecho propio o de las estructuras operativas de la Congregación, y aprobó varias
modificaciones o añadiduras a los textos legislativos, así como algunas
disposiciones y orientaciones para la interpretación práctica de dichos textos o para
la animación de las estructuras de la Congregación.
1. MODIFICACIONES O AÑADIDURAS AL TEXTO DE LAS CONSTITUCIONES
301 El XXIII Capítulo General, con una mayoría superior a los dos tercios de
los presentes, a tenor del artículo 152 de las Constituciones, acordó las siguien-
tes modificaciones o añadiduras al texto de las Constituciones de la Sociedad de
san Francisco de Sales.
Dichas modificaciones y añadiduras, transmitidas a la Congregación de
institutos de vida consagrada y de sociedades de vida apostólica, fueron
aprobadas y confirmadas el 25 de mayo de 1990 (prot. n. T. 9-1/ 90). Por tanto,
entran en el texto de las Constituciones.
Se indican, a continuación, las pequeñas modificaciones y añadiduras,
cuyo carácter es práctico y de precisión jurídica.
1.1. Supresión del núm. 14 del § 1 del art. 132 de las Constituciones
302 Con relación al § 1 del art. 132 de las Constituciones, que enumera los
casos en que el Rector Mayor debe tener el consentimiento de su Consejo, se
acuerda suprimir el núm. 14, que dice: los demás casos previstos por el derecho
universal.
Las motivaciones para dicha supresión son principalmente éstas:
- el mencionado núm. 14 del citado artículo es superfluo, pues está
claro que el Rector Mayor debe tener el consentimiento de su Consejo de
los casos prescritos por el derecho común;
- además, el hecho de que el núm. 14 aparezca final del § 1 del art. 132
representa una limitación genérica (no delimitada con exactitud) del
poder del Consejo de dar el consentimiento, incluso para los casos en
que no se requiere estrictamente la totalidad de los consejeros.
Al evitar la especificación de esta norma general en el texto de las
Constituciones, bastará seguir las indicaciones dadas por el Código de derecho
canónico.
1.2. Modificación del § 2 del art. 132 de las Constituciones
303 En cuanto al art. 132 de las Constituciones, se acuerda modificar el § 2 del
modo siguiente:
«El Rector Mayor debe tener el consentimiento de los consejeros presentes
en la sede, reunidos en número no inferior a tres, en los casos siguientes:
1. dispensa de la profesión religiosa temporal;
2. nombramiento de consejeros inspectoriales (167C);
109

11.10 Page 110

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 110
3. concesión de autorización para las operaciones financieras
enumeradas en el artículo 188 de las Constituciones, salvo lo que prevé
el artículo 132, § 1, 12».
Explicaciones y motivos:
Con esta modificación se rebaja de cinco a tres el número mínimo de
consejeros necesarios para dar el consentimiento en algunas materias
consideradas de particular urgencia (para las que, por tanto, no se puede esperar
a la próxima sesión plenaria del Consejo).
Así, el Capítulo General acoge y sanciona una modificación al texto de las
Constituciones ya pedida a la Sede Apostólica por el Consejo General, como
derogación a las Constituciones, y que la Congregación de religiosos e institutos
seculares había concedido el 16 de marzo de 1985, «hasta el próximo capítulo
general».
El motivo de la modificación es de carácter práctico. Teniendo en cuenta
que los consejeros regionales, por su labor de conexión con las inspectorías de su
Región, deben estar fuera de la sede durante un tiempo considerable, y que
también otros consejeros, en ciertos periodos, deben dedicarse a la animación de
las inspectorías se experimentó una no pequeña dificultad de tener en la sede al
menos cinco consejeros (además del Rector Mayor o el Vicario), para resolver
casos urgentes. De ahí la decisión de rebajar de cinco a tres el número mínimo
de consejeros necesarios para atender los casos aludidos sin tener que esperar
demasiado tiempo.
1.3. Modificación del art. 151,8 de las Constituciones
304 Con relación al art. 151 de las Constituciones, que enumera los miembros
del capítulo general de nuestra Sociedad, se acuerdan las siguientes integraciones
(en bastardilla) en el núm. 8:
«8. los delegados de las circunscripciones jurídicas de que habla el art. 156
de las Constituciones, profesos de votos perpetuos, elegidos a tenor del art. 171, 5
de las Constituciones y a tenor de los Reglamentos Generales».
Explicación:
Como se ve, son precisiones jurídicas necesarias:
-se alude al art. 156 de las Constituciones, donde se describen las
«circunscripciones jurídicas en que se divide nuestra Sociedad, y que
envía delegados al capítulo general;
-se cita asimismo explícitamente el art. 171, 5 de las Constituciones,
donde se establece que los delegados (uno o dos) para el capítulo
general y sus suplentes son elegidos por el capítulo inspectorial; las
modalidades se especifican en los Reglamentos Generales.
110

12 Pages 111-120

▲back to top

12.1 Page 111

▲back to top
2. MODIFICACIÓN EN LOS REGLAMENTOS GENERALES
Modificación al art. 76,4 de los Reglamentos Generales
305 Con relación al art. 76 de los Reglamentos Generales, se acuerda que el
núm. 4 se modifique así:
«4. por los bienhechores y miembros de la familia salesiana difuntos, se
celebrará una misa en cada comunidad el primer día litúrgicamente libre del mes
de noviembre, que es el 5».
Motivo. Esta modificación se debe a que el día 13 de noviembre, que los
Reglamentos Generales indicaban para el sufragio de los bienhechores y los
miembros de la familia salesiana difuntos, ahora está asignado, en nuestro misal
propio, a la memoria anual de los beatos mártires Luis Versiglia y Calixto
Caravario. Para dicho sufragio se eligió el primer día litúrgicamente libre del mes
de noviembre, el 5.
3. INTERPRETAQONES PRÁCTICAS DE TEXTOS DE LAS CONSTITUCIONES
Y DE LOS REGLAMENTOS
Las siguientes interpretaciones prácticas, a tenor del art. 192 de las
Constituciones, fueron acordadas por el XXIII Capítulo General para responder a
exigencias surgidas en la definición de algunos problemas concretos,
especialmente en ocasión de las elecciones para el capítulo inspectorial o general.
3.1. Interpretación práctica del art. 151, 7 y 8
306 «El XXIII Capítulo General dispone que el inspector o el superior de
Visitaduría que preside el capítulo inspectorial, pero que cesará antes de
celebrarse el capítulo general, pueda tener voz pasiva en la elección del delegado
para el capítulo general».
Motivación: Esta disposición fue aprobada para resolver una duda y
sancionar el pleno derecho de voz activa y pasiva que tiene, en la elección del
delegado para el capítulo general, el inspector (o el superior de visitaduría) que,
en el momento de la elección, empeña todavía el cargo, pero que ya habrá cesado
al celebrarse el capítulo general.
3.2. Con relación al art. 164 de los Reglamentos Generales
307 «El XXIII Capítulo General declara que, tanto el teléfono como el telefax se
equiparan, en caso de necesidad, a la carta de que habla el art. 164 de los
Reglamentos Generales, con tal de que las indicaciones transmitidas sean
recibidas por los escrutadores que quedan obligados al secreto».
4. DISPOSICIONES SOBRE GRUPOS DE INSPECTORÌAS
Con respecto a los grupos de inspectorías, el XXIII Capítulo General
aprobó dos disposiciones: una para determinar la Región a que pertenecen las
inspectorías de Checoslovaquia y de Hungría; con la otra se prorroga por un
sexenio más la delegación especial para las inspectorías de Polonia.
He aquí el texto de dichas disposiciones:
111

12.2 Page 112

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 112
308 4.1 «El XXIII Capítulo General dispone que las inspectorías de
Checoslovaquia y de Hungría pertenezcan a la Región Norte de Europa y África
Central».
309 4.2 «El XXIII Capítulo General, aunque desea un progresivo camino hacia
una integración más plena de las inspectorías de Polonia en la Europa salesiana,
sin embargo juzgando que aún tienen suficiente validez las motivaciones
aducidas por el Capítulo General Especial (1971), establece que se confíen una
vez más por un sexenio las inspectorías de Polonia a un delegado personal del
Rector Mayor».
5. ORIENTACIÓN OPERATIVA PARA LA PRESENCIA SALESIANA EN ÁFRICA
310 En el ámbito de la verificación de la presencia salesiana en África, y con
referencia a la estructura de conexión, para una mayor eficacia de animación, el
XXIII Capítulo General aprobó la siguiente orientación operativa:
«El XXIII Capítulo General encomienda al Rector Mayor con su Consejo el
cuidado de ejercer, mediante las formas que parezcan más idóneas, un papel
especial de coordinación, a fin de ayudar a los salesianos que trabajan en África a
tomar conciencia de la cultura africana, de modo que se orienten de modo eficaz
el crecimiento de las presencias salesianas, la Actividad pastoral y, en particular,
el proceso de formación».
112

12.3 Page 113

▲back to top
ANEXOS
1. Mensaje de Pablo II en la inauguración del Capitulo General
2. Saludo del cardenal Juan Jerónimo Hamer
3. Discurso del Rector Mayor al inaugurar el Capítulo General
4. Palabras de homenaje del Rector Mayor al Santo Padre
5. Discurso de Juan Pablo II a los capitulares el 1 de mayo
6. Saludo a las Hijas de María Auxiliadora del XIX Capitulo General
7. El XXIII Capitulo General a los Cooperadores y Cooperadoras
8. El XXIII Capítulo Generala los Antiguos Alumnos
9. Discurso del Rector Mayor al clausurar el XXIII Capítulo General
10. Carta a los jóvenes
11. Crónica del XXIII Capítulo General
12. Relación de participantes en el XXIII Capítulo General
113

12.4 Page 114

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 114
ANEXO 1
MENSAJE DE S.S. JUAN PABLO II AL INAUGURARSE EL XXIII CAPÍTULO GENERAL
Al amado hijo Egidio VIGANÓ,
Rector Mayor
de la Sociedad de san Francisco de Sales.
311 Llegue mi saludo, con los mejores deseos de buen trabajo, a usted y a
todos los salesianos que participan en el XXIII Capítulo General de esa
Congregación.
La asamblea capitular es, para todo instituto religioso, un punto firme de
donde partir para una nueva profundización del propio carisma. La que estáis
para por empezar, debe constituir, pues, para vosotros una ocasión de privilegio
no sólo para ahondar en la misión que os confió san Juan Bosco, sino también
para seguir mejorando la calidad de la labor pastoral que realizáis los Salesianos
en muchas Iglesias particulares con especial atención a la juventud.
Vuestro trabajo institucional, en efecto, se encamina, sobre todo, a educar
a los jóvenes, de cuya respuesta depende el porvenir de la fe, pues la esperanza
de un mundo más cristiano renace con cada nueva generación, siempre que ésta
pueda gozar de una educación conveniente, inspirada en el Evangelio. También
hoy, por tanto, es preciso trabajar para que madure en los jóvenes una
convencida síntesis entre fe y vida, de modo que puedan ser en la sociedad
testigos valientes y creíbles del gran misterio de Cristo, principio y coronamiento
de toda la esperanza cristiana.
312 Tengo la certeza de que, siguiendo la reconocida tradición pedagógica de
vuestra Congregación, no dejaréis de trazar, para lograr este fin, proyectos
concretos y actualizados. San Juan Bosco os invita no sólo a dedicaros a los
jóvenes, sino a educar mediante un proyecto. Como os decía con motivo de la
clausura del centenario de la muerte de vuestro Fundador, éste os dejó «una
síntesis vital entre saber pedagógico y praxis educativa». Debéis, pues, procurar
aplicar al desarrollo del tema, «unificando en síntesis los complejos elementos
destinados a promover el desarrollo total del muchacho y del joven».
Con esta perspectiva, quiero recordaros, capitulares, dos aspectos que
debéis profundizar con esmero: la espiritualidad juvenil y la dimensión social de
caridad. Son dos grandes preocupaciones pastorales de la Iglesia.
313 Ante todo, en la educación de los jóvenes no basta apoyarse en la simple
racionalidad de una ética humana, ni es suficiente una instrucción religiosa
meramente académica; hay que suscitar convicciones personales profundas que
conduzcan a una vida inspirada en los valores perennes del Evangelio. Es
preciso tender a formar santos. «En la Iglesia y en el mundo -escribí en la carta
Júvenum Patris- la visión de una educación completa, según aparece encarnada
en san Juan Bosco, es una pedagogía realista de santidad. Urge recuperar el
verdadero concepto de santidad, en cuanto elemento de la vida de todo creyente.
La originalidad y audacia de la propuesta de una santidad juvenil es intrínseca
al arte educativo de este gran Santo, que con razón puede definirse maestro de
espiritualidad juvenil» (núm. 16).
114

12.5 Page 115

▲back to top
314 En segundo lugar, en vuestra actividad de educadores y pastores debe
tomar consistencia la dimensión social de la caridad, pues los signos de los
tiempos le señalan nuevos espacios, a la luz de una renovada conciencia del bien
común. Se abren hoy ante la caridad de los cristianos, con perspectivas cada vez
más amplias, los múltiples campos de la vida ciudadana y política, San Juan
Bosco os enseñó a formar ciudadanos responsables mediante la maduración de
convicciones concretas de fe que se traduzcan a opciones operativas que
respondan a las necesidades que van surgiendo poco a poco. Tarea vuestra es
individuar los objetivos actualmente prioritarios, hacia los que hacer confluir el
trabajo de la juventud que se os ha confiado.
¡Que María Auxiliadora os guíe como madre! Su sincera y filial devoción
os estimulará a afrontar con generosidad y a superar victoriosamente las
numerosas dificultades que podáis encontrar en vuestro camino.
Deseando un éxito feliz a la actividad del Capítulo General, invoco sobre
usted y sobre los capitulares la efusión de los dones del Espíritu Santo. Como
prenda de los cuales, imparto a todos la implorada bendición apostólica, que
gustosamente extiendo a vuestra Congregación y a toda la familia salesiana.
Vaticano, 22 de febrero de 1990, festividad de la
Cátedra de san Pedro apóstol.
JUAN PABLO II
115

12.6 Page 116

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 116
ANEXO 2
SALUDO DEL CARDENAL JUAN-JERÓNIMO HAMER,
prefecto de la congregación
de institutos de vida consagrada
y de sociedades de vida apostólica
315 Estoy aquí para saludaros en mi condición de prefecto de la Congregación
de institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica. Al hacerlo,
quiero señalaros la importancia de una reunión como la vuestra y la confianza
que tenemos en vosotros, e invitaros a asumir vuestra tarea con lucidez y
valentía.
Sois un capítulo general, representáis a toda la Sociedad Salesiana de san
Juan Bosco, sois el signo de su unidad en la diversidad.
Estáis aquí para hacer una reflexión fraterna y comunitaria que os ayude
a ser más fieles al Evangelio y al carisma de vuestro santo Fundador, dispuestos
a responder a las necesidades de nuestro tiempo y de los diversos lugares.
Todos juntos, dejándoos guiar por el Espíritu del Señor, os vais a esforzar
por conocer la voluntad de Dios para servir mejor a la Iglesia en el mundo de
hoy.
Sin embargo, no sois únicamente un grupo de hermanos y amigos que se
reúnen para tener intercambios interesantes y quizá hasta fructuosos, pero sin
compromiso personal; de ningún modo. Vuestra reflexión debe ser comunitaria y
comprometerse: tiene que llegar a decisiones, pues sois un capítulo general:
poseéis la autoridad suprema en la Sociedad Salesiana; debéis ejercerla según
vuestras Constituciones.
Estáis reunidos aquí en asamblea de gobierno. Lo que se espera de
vosotros son reflexiones y disposiciones que, bien profundizadas, desemboquen
en orientaciones precisas y en tomas de posición neta y claras.
Entre las decisiones que vais a tomar, figura, en su puesto, la elección del
Rector Mayor y los miembros del Consejo General. Os corresponde también dar
leyes para toda vuestra Sociedad y tratar, de modo responsable, los asuntos más
importantes.
316 Ahora bien, esto se ha de hacer con una óptica muy precisa: la fidelidad a
vuestro patrimonio y al servicio específico que la Iglesia espera de vosotros.
Sois religiosos, sois apóstoles, y estáis al servicio de los jóvenes. Lo sois de
forma inseparable en la indisoluble unidad de vida.
Vuestras Constituciones (art. 2) lo dicen claramente: «Los Salesianos de
Don Bosco formamos una comunidad de bautizados que, dóciles a la voz del
Espíritu, nos proponemos realizar, en una forma específica de vida religiosa, el
proyecto apostólico del Fundador: ser en la Iglesia signos y portadores del amor
de Dios a los jóvenes, especialmente a lo más pobres. En el cumplimiento de esta
misión encontramos el camino de nuestra santificación».
Os habéis preparado bien para vuestro trabajo de capitulares. Sé que una
comisión precapitular ha realizado una labor preparatoria considerable, que
tenéis a vuestra disposición. Este documento de trabajo se orienta plenamente al
tema del capítulo: 'educar a los jóvenes en la fe' dando la preferencia al aspecto
operativo, aunque sin descuidar los elementos de análisis y reflexión.
No me corresponde a mí entrar en el tema; lo haréis vosotros, capitulares.
Sin embargo, he visto con satisfacción que la mencionada comisión ha procurado
116

12.7 Page 117

▲back to top
respetar, desde su mismo punto de partida, el equilibrio que tiene que
caracterizar a todo capítulo general en cuanto órgano de gobierno pastoral.
Vuestra misión en la Iglesia es un servicio. Esforzaos por estar espiritual y
humanamente preparados y cualificados para dar vuestra aportación a la
evangelización de los jóvenes, especialmente a la de los más necesitados, de los
más pobres. Y así os ponéis a disposición de quienes, en las distintas diócesis,
tienen la responsabilidad de la evangelización como sucesores de los apóstoles.
Vuestras Constituciones (art. 48) lo dicen de forma muy acertada: «La
Iglesia particular es el lugar donde la comunidad vive y realiza su compromiso
apostólico. Nos incorporamos a su pastoral, que tiene en el obispo su primer
responsable y, en las directrices de las conferencias episcopales, un principio de
acción: de mayor alcance. Le ofrecemos la aportación de la obra y la pedagogía
salesiana, y de ella recibimos orientaciones y apoyo».
Comentando esta última frase, cabe afirmar: «El primer punto subraya la
riqueza que los Salesianos deben llevar a la Iglesia particular: la acción pastoral
típica de Don Bosco y su sistema preventivo. En cambio, el segundo [os] estimula
a acoger las orientaciones de los pastores, a fin de poder: caminar con cohesión
en una pastoral de conjunto y recibir apoyo de toda la Iglesia en [vuestro]
trabajo» (El Proyecto de vida de los Salesianos de Don Bosco, Madrid, 1987, pág.
481).
317 Permitidme aún que, en este saludo antes de inaugurar formalmente
vuestro capítulo, subraye otro punto: un capítulo general es un acto de
comunión eclesial.
Ciertamente un capítulo es una asamblea como cualquier otra, en cuanto
que responde a determinadas leyes de la psicología social: están las reglas para
un debate organizado; tenéis la traducción simultánea y, probablemente, el
apoyo de ordenadores y una secretaría bien provista. Todo ello es útil y hasta
imprescindible, como ocurre en las asambleas modernas algo numerosas,
particularmente si son internacionales.
Sin embargo, un capítulo tiene una nota específica: es un hecho de
comunión eclesial. No es un acto de la sociedad civil, cuyo objeto es organizar el
orden temporal; es un hecho de Iglesia. Nos hallamos en el orden espiritual. La
vida religiosa no tiene más objetivo que el de la Iglesia: la salvación de los
hombres.
Por tanto, nuestras fuentes serán espirituales: el Evangelio, ya que ignorarlo es
ignorar a Cristo; la tradición espiritual de la Iglesia y su magisterio; la tradición
de vuestro instituto desde la época del Fundador, el Derecho Canónico, y toda
una riqueza que vuestras Constituciones deben traer hoy hasta vosotros.
Por ello, acudimos con frecuencia a la oración. A vuestro capítulo le ha
precedido Una tanda de ejercicios espirituales: iniciativa excelente. Ahora no
dudaréis en dar a la celebración eucarística y a la oración amplio espacio en el
desarrollo de vuestro capítulo. Para esto cabe inspirarse en el concilio ecuménico
Vaticano II, que fue una celebración. No tendría yo dificultad en hablar de
celebración de un capítulo general. Lo que cuenta, ante todo, es una atmósfera
de oración y recogimiento que ponga la reflexión y el debate en su nivel justo.
A menudo en los capítulos generales de hoy se usa la hermosísima
oración al Espíritu Santo Ádsumus, que rezaban los padres del Vaticano II antes
de cada sesión durante los cuatro años del Concilio. Permitid que cite sus
primeras frases, porque están llenas de enseñanza para vosotros. Adsumus,
117

12.8 Page 118

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 118
Domine Sancte Spiritus; adsumus, peccati quidem immanitate detenti, sed in
nomine tuo specialiter congregati. Veni ad nos et esto nobiscum.
En versión [española]: Henos aquí, Señor, Espíritu Santo; henos en tu
presencia, temerosos sí por la enormidad de nuestros pecados, pero congregado
especialmente en tu nombre. Ven y quédate con nosotros».
Nadie puede participar en un capítulo con la seguridad y presunción del
fariseo, nadie puede tomar la responsabilidad de los otros en nombre de su
propia virtud; asumimos el trabajo capitular con la humildad del publicano. Pero
lo hacemos sin pusilanimidad con determinación y valentía, porque es el
Espíritu Santo quien nos ha convocado y confiamos en que va a realizar su obra
en nosotros, en nuestra persona, en nuestra acción.
La oración Ádsumus no hace más que parafrasear el dicho de Cristo:
«Donde dos o tres se hallan reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de
ellos». Que Jesucristo, pues, esté con vosotros y os asista su Espíritu. Os lo
deseo a cuantos estáis hoy reunidos aquí para el XXIII Capítulo General de la
Sociedad Salesiana.
9 de marzo de 1990
118

12.9 Page 119

▲back to top
ANEXO 3
DISCURSO DEL RECTOR MAYOR don Egidio
VIGANÓ, al inaugurar el XXIII Capítulo General
Eminentísimo cardenal Hamer,
Eminencias,
madres, hermanas y hermanos responsables de grupos de la familia salesiana,
capitulares:
318 Un saludo agradecido a S. Em.a el prefecto de la Congregación de
institutos de vida consagrada y a los eminentísimos señores cardenales que con
su presencia ponen de relieve el sentido eclesial de nuestro Capítulo General.
Un gracias cordial a la madre general de las Hijas de María Auxiliadora, a
los presidentes de los Cooperadores, Antiguos Alumnos y Exalumnas, a la
responsable mayor de las Voluntarias de Don Bosco y a la superiora general de
las Oblatas Salesianas, que representan la adhesión de incontables hermanos y
hermanas de la familia salesiana en el mundo.
Y un cálido saludo de bienvenida a todos los capitulares, llegados aquí
desde ochenta y cinco circunscripciones jurídicas de nuestra Sociedad.
1. El XXIII Capítulo General
Estamos inaugurando oficialmente el XXIII Capítulo General de la
Sociedad de san Francisco de Sales.
Cuando Don Bosco convocó el primero, en 1877, los participantes eran
veintitrés, y su duración fue de trece días completos.
Cuando, casi un siglo más tarde, se celebró, en, 1971, el XX Capítulo
General, sus miembros eran doscientos dos, y la duración fue de seis meses y
veintiséis días: se trataba de un capítulo especial, o sea, excepcional.
Los que le siguieron -el veintiuno y el veintidós- estuvieron también
implicados, de algún modo, en la necesidad de ser especiales, y duraron
alrededor de cuatro meses cada uno.
Hoy, en este veintitrés Capítulo General, sus miembros deberían ser
doscientos siete, pues uno -el doscientos ocho- recibió no hace mucho la
consagración episcopal, y nos preguntamos cuánto tiempo va a durar.
Creo que es útil empezarlo proponiendo al respecto un plan de principio.
En el Consejo General, teniendo en cuenta que se trata de un capítulo ordinario,
se pensó sugerir a los colegas de asamblea, es decir, a vosotros, queridos
capitulares, que tengáis a bien tomar desde el principio la decisión de no superar
los dos meses. A nosotros nos pareció razonable poner como fecha tope el
próximo 12 de mayo.
2. Un Capítulo General ordinario
319 ¿Por qué consideramos ordinario este Capítulo?
119

12.10 Page 120

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 120
En realidad, el carácter de ordinario es inherente a la naturaleza de un
capítulo general normal. Su explicación, pues, se halla en el texto
constitucional. Lo que, en cambio, habría que explicar es la calificación de
especial o extraordinario. Aquí nos interesa subrayar el aspecto de ordinario,
con el fin de señalar que para nosotros está, de hecho, concluida la vasta,
delicada e imprescindible labor de revisión global de los documentos de nuestra
identidad en la Iglesia. Así pues, hemos terminado la tarea especial, pedida por
el Vaticano II, y surge de nuevo la necesidad ordinaria de afrontar sólo algún
aspecto vital, en cuyo estudio se verán proyectar también, en la práctica, las
grandes conquistas de los capítulos anteriores.
En la Regla hallamos indicadas las incumbencias que han de afrontarse.
Las conocemos. Sin embargo, ahora debemos consideradas a partir de la
situación nueva en que cada uno de nosotros se halla como capitular, es decir,
miembro de una asamblea que representa a todo el Instituto y que, según
nuestro derecho, posee colegialmente «la autoridad suprema en la Sociedad»
(Const. 147). Esta óptica de conciencia capitular despertará la convicción
personal de la grave responsabilidad que tiene cada uno de nosotros.'
¿Cuáles son los principales deberes que nos aguardan?
2.1 Ante todo la tarea de cuidar y animar un carisma suscitado por el
Espíritu para bien de la Iglesia
320 Es un quehacer que se deduce del artículo 6 de las Constituciones, que
afirma: «La vocación salesiana nos sitúa en el corazón de la Iglesia y nos pone
plenamente al servicio de su misión». Lo especifica el 146, diciendo que los
trabajos de un capítulo general deben ordenarse a buscar la «voluntad de
Dios, para servir mejor a la Iglesia».
Empezamos hoy un acontecimiento que, como hemos visto, tiene una
dimensión netamente eclesial. La autoridad suprema de la asamblea capitular es
sólo para dentro de la Congregación, pues hay otras autoridades superiores a las
que debemos hacer referencia constante. «La Sociedad Salesiana -recuerdan las
Constituciones- tiene como superior supremo al Sumo Pontífice, a cuya
autoridad los socios se someten filialmente aun en virtud del voto de obediencia,
estando a su disposición para bien de la Iglesia universal. Acogen con docilidad
su magisterio y ayudan a los fieles, especialmente si son jóvenes, a aceptar sus
enseñanzas» (art. 125).
El Derecho Canónico precisa: que a un capítulo general «le compete, sobre
todo, defender el patrimonio del instituto... y procurar la acomodación y
renovación de acuerdo con el mismo» (canon 631), o sea, que estamos investidos
de autoridad, para custodiar fielmente la intención y proyectos del Fundador
«acerca de la naturaleza, fin, espíritu y carácter de cada instituto, así como
también sus sanas tradiciones, todo lo cual constituye el patrimonio del
instituto» (canon 578).
2.2 Otra tarea es el cuidado de la unidad de vida en la Congregación
321 Nuestra Asamblea debe constituir su «principal signo» (Const. 146). A
pesar de la diversidad de situaciones y culturas, estamos llamados a testimoniar
y robustecer aquí los vínculos de comunión plena en el mismo espíritu y misión,
con convencida y realmente vivida adhesión a una misma profesión religiosa.
120

13 Pages 121-130

▲back to top

13.1 Page 121

▲back to top
La dinámica de un capítulo no se inspira en las prácticas democráticas de
un parlamento, sino en la originalidad del misterio de la Iglesia; en
consecuencia, se esfuerza por afianzar, con sinceridad fraterna, las motivaciones
de comunión, a fin de lograr unanimidad en la asamblea, ya que uno es
efectivamente el carisma, uno su Fundador y una su Regla de vida.
En el primer Capítulo General, este aspecto era más fácil. «Nos hallamos
todavía en nuestros principios -afirmaba Don Bosco-; nuestro número no es aún
extraordinariamente grande. Hasta ahora: el Oratorio ha sido el centro para
todos... Más adelante, si no se ponen todos los medios para soldar bien este
vínculo, pronto llegaremos a un estadio heterogéneo donde ya no será absoluta,
entre nosotros, la unidad. Es preciso hacer todo lo posible para mantenemos
en un solo espíritu» (MB XIII, 286; MBe XIII, 251).
En este sentido el capítulo general es una especie de alto y especializado
cursillo de formación permanente sobre los valores de la unidad en el espíritu
salesiano, organizado para multiplicadores cualificados al servicio de todas las
inspectorías.
2.3 Otra labor es el esfuerzo comunitario para dar dinamismo al carisma
322 Los Reglamentos Generales afirman que, al convocar el capítulo, el Rector
Mayor indique su principal objetivo (cf. art. 111). El tema propuesto para nuestra
asamblea es la educación de los jóvenes en la fe. Queremos dar dinamismo a
la calidad pastoral de nuestras obras. Por tanto, debemos orientar nuestro
trabajo hacia un crecimiento, con fidelidad dinámica a san Juan Bosco, en dos
sentidos: una adhesión más genuina a las misión evangelizadora, y mejor
sensibilidad y capacidad pedagógica de respuesta a las interpelaciones de los
tiempos y lugares (cf. Const. 146).
Las sugerencias de los capítulos inspectoriales y el documento de trabajo
que tenemos en los Esquemas precapitulares ofrecen una plataforma de
lanzamiento para trazar orientaciones operativas.
Todos estamos convencidos de que nuestra labor apostólica pasa por la
educación; pero la prioridad que hay que esclarecer es la de asegurar, en la
práctica, cómo y mediante qué pasos impregnada y guiada por el aliento
pastoral.
He ahí un discernimiento de peculiar urgencia, a fin de garantizar la
identidad salesiana en la praxis.
2.4 Es también incumbencia del capítulo general el considerar las
propuestas de cambio de algunas leyes internas
323 Nuestra asamblea tiene la potestad de «legislar para toda la Sociedad»
(Const. 147).
Los tres últimos capítulos generales elaboraron el texto de nuestras leyes
(año 1984).
Según propuestas llegadas, sugeridas por la experiencia, habría que
examinar aún de nuevo este Capítulo varios artículos, que oportunamente
indicará el regulador.
3. Delicada responsabilidad de las elecciones:
121

13.2 Page 122

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 122
324 Algo que incidirá mucho en la vida de la Congregación es la elección del
Rector Mayor y los miembros del Consejo General (cf. Const. 147).
Aquí es donde se ve quizá más claramente en qué consiste la autoridad
suprema del capítulo general (Const.147; cf.120).
Vale la pena reflexionar sobre ello un momento.
Ante todo, querría hacer notar que el calificativo de suprema subraya,
para nuestra conciencia capitular, una responsabilidad verdaderamente
extraordinaria altísima, aun cuando en la Iglesia -ya hemos aludido a ello- no
tenga un sentido absoluto e ilimitado. Es interesante observar que no todos los
capítulos generales de los institutos de vida consagrada tienen las mismas
competencias. Hay diferencias considerables la fisonomía de cada uno depende
de la naturaleza de su carisma y de las indicaciones del derecho propio.
La autoridad de nuestra asamblea es suprema, sobre todo, en el sentido
de que es la fuente de toda autoridad en la Congregación. «Hay que recordar -dijo
el Capítulo General Especial- que, entre nosotros, la autoridad de los diversos
superiores no deriva inmediatamente de una posible voluntad de designación
por parte de la base, sino que tiene su origen en el acto de la erección canónica
de la Sociedad. Existe, pues, en toda la Congregación un solo núcleo y una sola
fuente de autoridad. Y esta autoridad, recibida de la Iglesia, pasa por la voluntad
electiva del capítulo general, para concentrarse, según las Constituciones, en el
ministerio del Rector Mayor y del Consejo General» (núm. 721).
La experiencia nos enseña que este ministerio resulta fuertemente vital.
Es verdad que la autoridad del capítulo general es suprema, en cuanto que tiene
la potestad legislativa y la facultad de dar directrices auténticas y orientaciones
universales de animación y gobierno; sin embargo, no le corresponde la potestad
judicial normal ni la ejecutiva. El capítulo general no es un organismo
permanente de gobierno; es una realidad discontinua, que tiene lugar cada
seis años.
Durante su misma celebración, el Rector Mayor con el Consejo General
sigue ejerciendo las funciones necesarias -más urgentes- para la buena marcha
de la vida en la Congregación, igual que hacen en sus relativas circunscripciones
los capitulares que son inspectores. En las Constituciones escritas por Don
Bosco, al tratar del gobierno interno de la Sociedad ni siquiera se habla de la
autoridad suprema del capítulo general.
Lo digo para subrayar la importancia suprema de las elecciones.
El papel del Rector Mayor y de los miembros del Consejo General tiene,
por constitución y de hecho, una incidencia decisiva, permanente, práctica e
inmediata en toda la vida del Instituto.
Hay que prepararse, por tanto, a este acto electivo con atenta conciencia,
madurada en la oración y en un discernimiento objetivo de los posibles
candidatos, plenamente dirigido a dar vitalidad al carisma de san Juan Bosco,
sin acentuar motivaciones no esenciales, que podrían ser nocivas.
En este momento, en nombre propio y en nombre de los miembros del
actual Consejo General -al concluir el mandato de seis años recibido, en
obediencia, del XXII Capítulo General-, puedo decir que se ha procurado
trabajar intensamente y con lealtad por el bien de la Congregación.
Personalmente, siento el deber de pedir perdón por las deficiencias que han
acompañado mi servicio.
En el Consejo General, con sus múltiples tareas, se adquieren
conocimientos, sensibilidades, visiones de conjunto, sentido de Iglesia, criterios
de prioridad y equilibrio de identidad, que no afloran en los otros cargos de la
122

13.3 Page 123

▲back to top
vida salesiana. Puede afirmarse que, el Consejo General resulta verdadera
escuela de alta especialización para servir a la Congregación. Pero en él pasan
los años y se envejece. Convendrá, pues, pensar también en nuevos candidatos
más jóvenes y muy capaces.
Esta responsabilidad de las elecciones es, asimismo, una de las más
delicadas, si pensamos en la incidencia vital que el Rector Mayor y el Consejo
Genera ejercen, por su función, en toda la familia salesiana.
4. Tema del XXIII Capítulo General
325 En la circular de convocación de este XXIII Capítulo General (ACG núm.
327, octubre-diciembre de 1988), al explicar el carácter ordinario de este
capítulo, afirmaba yo que en él «se quiere centrar la atención de los salesianos en
un argumento específico de orden operativo, considerado de particular urgencia
para toda la Congregación, aunque de algún modo sea sectorial, en el sentido de
que no se refiere a la totalidad de la vida salesiana».
La expresión «aunque de algún modo sea sectorial» es verdadera en
cuanto que propiamente sólo se refiere al aspecto operativo de nuestras
actividades concretas, dando ya por adquiridos los grandes fundamentos
espirituales y doctrinal es. Si, en cambio, se interpreta el vocablo 'sectorial' como
algo secundario que no implica, de forma prioritaria, a toda nuestra renovación,
se le daría una interpretación errónea.
En efecto, la labor de educar a los jóvenes en la fe pone en el centro del
trabajo capitular el sistema preventivo de San Juan Bosco como ortopraxis (cf.
circular publicada en Actas del Consejo Superior, núm. 290: julio-diciembre de
1978) de la vida salesiana en toda comunidad local; es decir, como lugar de
verificación y medida de fidelidad.
No quiero decir que este Capítulo va a estudiar el sistema preventivo, sino
que debe tener continuamente en cuenta su verdadera finalidad, su
naturaleza carismática y su original metodología.
5. El sistema preventivo, fruto y fuente de espiritualidad salesiana
326 Es sugestivo observar que en las Constituciones se habla del sistema
preventivo de dos maneras diferentes y complementarias: una, en el artículo 20,
cuando se trata del espíritu salesiano y donde figura como uno de sus
elementos; la otra, en el 38 y el 39, que hablan de nuestro servicio educativo-
pastoral.
Pienso que, para nuestra asamblea, es fundamental considerar el sistema
preventivo desde la óptica del espíritu salesiano. En tal sentido, se describe en
cuanto «modo de vivir y trabajar, para comunicar el Evangelio y salvar a los
jóvenes con ellos y por medio de ellos. Este sistema informa nuestras relaciones
con Dios, el trato personal con los demás y la vida de comunidad en la práctica
de una caridad que sabe hacerse amar» (Const. 20).
Cabe hablar del sistema preventivo simplemente como de un método
educativo que consiste en la bondad, la racionabilidad y la promoción cultural.
Esto es verdad. No obstante, si pensamos en la distinción -que a menudo es
también, por desgracia, separación- que se hace entre educar -como acción
humana de cultura- y educar en la fe -como acción eclesial de evangelización-, y
si recordamos igualmente que para san Juan Bosco ambos aspectos deben
123

13.4 Page 124

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 124
intercambiar mutuamente sus valores de modo que en la praxis salesiana no se
separe nunca el hombre del cristiano -«ser honrado ciudadano porque se es
buen cristiano» (MB IV, 19; MBe IV, 25)-, debemos concluir que la educación
en la fe está llamada, en nuestro sistema, a impregnar todo el quehacer
educativo.
De ahí que el gran reto que nos lanza el tema del Capítulo sea la
espiritualidad evangelizadora y misionera en nuestras comunidades. Somos
educadores porque somos pastores en la Iglesia de Cristo. El carácter pastoral es
el alma de nuestra competencia pedagógica, igual que el 'da mihi ánimas' es el
secreto que vivifica todo nuestro espíritu.
Las actuales exigencias de renovación pastoral llevan consigo, para
nosotros, el que lo que suele llamarse 'nueva evangelización' se traduzca a
'nueva educación'. Pero esto requiere densidad espiritual.
En los diferentes aspectos de novedad que acompañan a la educación,
según las interpelaciones socioculturales de las distintas situaciones, hemos
de lograr que emerja la intrínseca inseparabilidad del 'evangelizar educando';
estamos llamados a mejorar nuestra calidad de educadores, pero porque somos
misioneros de los jóvenes.
«En cuanto a san Juan Bosco -nos escribió el Papa-, puede decirse que el
rasgo peculiar de su genio está vinculado la praxis educativa que llamó 'sistema
preventivo'. Este representa, en cierto modo la síntesis de su sabiduría
pedagógica, y constituye el mensaje profético que legó a los suyos y a toda
Iglesia» (JP 8). Más adelante, exhortándonos a descubrir en su herencia las
premisas para responder también hoy a las dificultades y expectativas de los
jóvenes, nos recuerda que el primer secreto del buen resultado de esta pedagogía
se halla en el corazón de Don Bosco educador: en su intensa caridad pastoral es
decir, en educar «en virtud de una energía interior que une, de forma
inseparable, amor a Dios y amor al prójimo. De esa manera logra una síntesis
entre actividad evangelizadora y quehacer educativo. Su labor de evangelizar a
los jóvenes… se coloca en el proceso de formación humana, consciente de las
deficiencias, pero también optimista en cuanto a la maduración progresiva, de
modo que la fe se convierta en elemento unificador e iluminante de su
personalidad» (JP 15).
Por ello -añade-, será criterio fundamental, para el educador, «tener
percepción clara del fin último, que es precisamente la educación en la fe, ya
que en el arte de educar, los objetivos desempeñan un papel determinante. Su
visión incompleta o errónea, o su olvido, es causa de unilateralidad o desvío,
además de ser señal de incompetencia» (JP 16).
Así pues, el espíritu salesiano exige, en la conciencia de todo hermano
en su trabajo, la percepción clara del fin pastoral, que ha de tener en cuenta
constantemente al trazar y realizar proyectos e itinerarios.
6. Un deseo y una esperanza
327 La preparación de nuestro capítulo ha sido seria en las inspectorías y en
la comisión precapitular. Prueba de ello es el grueso volumen -¡de quinientas
cinco páginas!- que tenemos entre manos: Schemi precapitolari.
No obstante, el valor del trabajo de esta asamblea no se va a juzgar por el
número de páginas, sino por la calidad y concreción de las directrices y orienta-
ciones que dé.
124

13.5 Page 125

▲back to top
Quiero subrayar dos aspectos que sugiere el documento de trabajo: el
primero es la necesidad de perfeccionar el proyecto educativo-pastoral con
criterios salesianos, a fin de obtener itinerarios específicamente idóneos para los
diferentes grupos de jóvenes; el segundo es la espiritualidad juvenil. Me parece
iluminador dar relieve, aunque sea brevemente, a este segundo.
Creo que, al respecto, conviene empezar recordando una estimulante afirmación
del mártir san Ignacio en su carta a los romanos. «Lo único que para mí habéis
de pedir -escribe- es que tenga fortaleza interior y exterior, para que no sólo
hable, sino que esté también interiormente convencido, de forma que sea
cristiano no sólo de nombre, sino también de hecho… Porque cuando arrecia la
adversidad del mundo, la fe cristiana no es simplemente fruto de persuasión,
sino de potencia» (Rom III); o sea, es un participar del poder de Dios, en cuanto
que la presencia del Espíritu Santo infunde en el corazón una espiritualidad que
es fuerza vital.
Lo dije al comentar el aguinaldo de este año: Tengo la convicción de que la
síntesis orgánica entre fe y vida que hemos de ayudar a que madure hoy en los
jóvenes -en un mundo tan ajeno y adverso- se obtiene sólo mediante la fuerza
de una espiritualidad' concreta. De ello nos da testimonio san Juan Bosco,
que del arte de educar hizo una verdadera pedagogía de santidad.
La espiritualidad es una energía interior, formada conjuntamente por
convicciones y por entusiasmo evangélico, y dotada de potencia unificadora que
hace que crezcan armónicamente, en el joven, los diversos aspectos de su
maduración humana y cristiana.
Nuestra praxis educadora debería brotar de una espiritualidad pujante -la
de la comunidad-, que suscite en torno a sí una espiritualidad juvenil dinámica
y contagiosa; debería, por tanto, promover y fomentar el asociacionismo, no
para vaciar de calidad educativo-pastoral nuestras obras, sino para ser su
levadura mediante el protagonismo de los jóvenes, convertidos en sujetos
portadores de una síntesis vital entre Evangelio y cultura. Este aspecto, tan
querido de san Juan Bosco, hay que relanzarlo por todos los medios,
particularmente en una sociedad pluralista que fácilmente conduce al
relativismo y a la indiferencia.
No hay duda que de esta necesidad de potencia espiritual surge el gran
reto a nuestras comunidades: la espiritualidad juvenil tiene como fuente
ambiental e inicio pedagógico la espiritualidad de los salesianos. Es aquí donde
se mide su verdadera paternidad: ¡de la fe de los educadores a la fe de los
jóvenes! Pensemos en lo que dicen las Constituciones: «Esta Sociedad comenzó
siendo una simple catequesis… Como Don Bosco, estamos llamados todos, y en
toda ocasión, a ser educadores de la fe… Caminamos con los jóvenes para
llevarlos a la persona del Señor resucitado, de modo que, descubriendo en él y
en su Evangelio el sentido supremo de su propia existencia, crezcan como
hombres nuevos» (art. 34).
7. Nuestra confianza en el auxilio de María
328 Para concluir, elevemos nuestro pensamiento a la Santísima Virgen.
Sabemos que María es «la que creyó». Consiguientemente, es modelo de
todos por la plenitud de su fe. El día de Pentecostés quedó, con los apóstoles,
inundada de la potencia del Espíritu Santo, que perfeccionó en su corazón
una fuerte espiritualidad, manifestada en la gratitud victoriosa del Magníficat.
125

13.6 Page 126

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 126
«Guiado por María, que fue su maestra -afirman las Constituciones-, Don
Bosco vivió, en el trato con los jóvenes del primer oratorio, una experiencia
espiritual y educativa que llamó 'sistema preventivo', o sea, un amor que se dona
gratuitamente, inspirándose en la caridad de Dios, que precede a toda
criatura con su providencia, la acompaña con su presencia y la salva dando su
propia vida. Don Bosco nos la transmite como modo de vivir y trabajar, para
comunicar el Evangelio» (art. 20). Tal es el motivo por el que la aplicación fiel del
sistema preventivo, ortopraxis de nuestra consagración religiosa, resulta el
lugar teológico de nuestra espiritualidad apostólica.
Que María Auxiliadora nos ilumine y guíe en nuestro camino hacia el
tercer milenio, a fin de que, como Kan Juan Bosco, vivamos arraigados en la
potencia del Espíritu y seamos, así, válidos educadores de los jóvenes en la fe.
¡Que María, estrella de la evangelización, de robustez a nuestra
espiritualidad!
Gracias.
Roma, 9 de marzo de 1990.
126

13.7 Page 127

▲back to top
ANEXO 4
PALABRAS DE HOMENAJE DEL RECTOR MAYOR
AL SANTO PADRE
Santo Padre:
329 Nos admira y llena de gratitud este su gesto paterno de querer venir a
visitamos en la sede de nuestro Capítulo General.
Se hallan aquí reunidos más de doscientos capitulares, llegados de los
cinco continentes; sólo faltan, por dificultades políticas, los representantes de
Vietnam.
Estamos concluyendo nuestro trabajo sobre el tema de la educación de los
jóvenes en la fe. Hemos pasado revista a muchos contextos juveniles muy
diversos entre sí; hemos examinado los principales retos que de ahí brotan para
la Iglesia; hemos realizado; en diálogo la búsqueda de criterios válidos inspirados
en la praxis educativa de san Juan Bosco, para poder dar algunas orientaciones
operativas que guíen a nuestras comunidades en el arduo quehacer de la nueva
evangelización.
Escuchamos las apremiantes interpelaciones en una hora de cambió de
época, que requiere mayor capacidad profética, enraizada en la lectura fiel e ilu-
minada del carisma del Fundador y que camine hacia el tercer milenio con un
discernimiento atento y pastoral de los signos de los tiempos.
En tan atrayente labor nos ha estimulado también el reciente viaje
ministerial de Vuestra Santidad a Checoslovaquia. En él admiramos el amor a la
verdad que hace libres. la valentía y la claridad pedagógica en proclamarla, la
magnanimidad en proyectar sus horizontes sociales, la actualidad histórica al
paso con el acelerado devenir de los acontecimientos y testimonio de bondad por
encima de partes, a fin de promover la comunión de los pueblos, de modo que ha
hecho hablar de 'milagro' nada menos que en ciertos ambientes profanos.
Creemos que la, nueva evangelización tiene verdadera necesidad de un
clima propiamente milagroso en el sentido de una sintonía más fuerte con el
Espíritu Santo, de manera que los agentes de pastoral) actúen sumergidos con
convicción personal en su poder, unidos místicamente a Cristo resucitado -
supremo pastor vivo y activo- y puestos filialmente en I manos de María -madre
de la Iglesia y su auxilio permanente-. La novedad milagrosa será así fruto del
Espíritu que enciende en los corazones el ardor y la audacia de la fe auténtica.
Este clima de ardor pastoral deberá apoyarse en la, interioridad apostólica
que Vuestra Santidad puso del relieve el último domingo al declarar beato al
sacerdote Felipe Rinaldi, que para nosotros, en este Capítulo General, ha sido
modelo e intercesor. Con él el igual que él, comprendemos que la actividad
evangelizadora requiere intensa robustez interior, soporte de una espiritualidad
peculiar.
Pedimos a Vuestra Santidad que bendiga nuestros propósitos y nos
alcance, para ello, la abundancia de los dones del Espíritu del Señor.
Procuraremos corresponder a su exquisita bondad y a la extraordinaria
delicadeza de esta visita con nuestra redoblada adhesión a la cátedra de Pedro y
con un infatigable compromiso operativo de ser en la Iglesia, como Vuestra
Santidad, solícitos misioneros de los jóvenes.
Gracias.
127

13.8 Page 128

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 128
ANEXO 5
DISCURSO DE S.S. JUAN PABLO
a los capitulares salesianos
en su visita del 1 de mayo de 1990
Queridos capitulares de la Sociedad Salesiana de san Juan Bosco:
330 1. Tengo la alegría de estar aquí con vosotros en una circunstancia tan
significativa, en la luz jubilosa de la elevación al honor de los altares de vuestro
hermano don Felipe Rinaldi, al que precisamente anteayer tuve la dicha de
proclamar beato.
Os saludo afectuosamente y agradezco tan cordial acogida a cada uno de
vosotros, que representáis a toda la Familia salesiana. Dirijo en primer lugar un
pensamiento particular al queridísimo don Egidio Viganó, confirmado una vez
más como Rector Mayor; en su persona quiero saludar a todo vuestro instituto
religioso. A la confianza que le habéis demostrado encomendándole de nuevo la
guía de vuestra Congregación, uno de corazón mis mejores deseos de que,
junto con sus colaboradores del nuevo Consejo General, elegidos también por
esta asamblea capitular, pueda proseguir eficazmente la labor tan valiosa
realizada hasta ahora.
331 2. He tenido interés particular en venir a vuestra casa para manifestaros
de forma concreta mi aliento personal y la gratitud de la Iglesia, a cuyo servicio
trabajáis tan activamente.
Todos conocen las múltiples actividades salesianas, que ya han llegado a
todos los rincones del mundo. Las obras son variadas, y modernas las
estructuras que hacen de soporte a vuestro apostolado; pero es siempre idéntico
el espíritu que las anima: el carisma particular que os distingue, heredado de
don Juan Bosco, santo de la juventud.
Que en el centro de vuestras atenciones figuren pues, siempre los jóvenes,
esperanza de la Iglesia y del mundo, hacia los que todos miran con confianza,
trepidación. En las naciones más ricas, igual que en los países más pobres,
estad siempre a su servicio, atentos particularmente a los más débiles y
marginados. Llevad a cada uno de ellos la esperanza del Evangelio, que los ayude
a afrontar con valentía la vida, resistiendo a las tentaciones del egoísmo y del
desaliento. Sed para ellos padres y hermanos, como os, enseñó san Juan Bosco.
Procurad que todo el proceso educativo se ordene al fin religioso de la
salvación. Esta pedagogía realista, de la santidad, típica de vuestro Fundador,
maestro de espiritualidad juvenil, lleva consigo el esfuerzo constante de ayudar a
los chicos que tenéis encomendados a que abran el corazón a los valores
absolutos interpretando su existencia y los acontecimientos de la historia «desde
la profundidad y las riquezas del misterio» (Juvenum Patris, núm. 15).
Vasta es la misión y ardua la tarea; pero la Iglesia mira con confianza a vuestro
instituto y os alienta a seguir por este camino. Sed educadores de la fe y, llenos
de confianza en la ayuda de Dios, escrutad con vigilante atención los signos de
los tiempos en el particular período histórico que estamos viviendo.
332 3. Me alegra y doy gracias al Señor porque en vuestro Capítulo General
estáis reflexionando precisamente sobre temas tan complejos y delicados,
128

13.9 Page 129

▲back to top
buscando los oportunos criterios de iluminación y las necesarias orientaciones
prácticas. Habéis elegido bien: la educación de los jóvenes es una de las grandes
cuestiones de la nueva evangelización; es justo que busquéis hoy caminos
adecuados y lenguajes idóneos, con plena fidelidad a vuestro carisma y a toda la
enseñanza de la Iglesia.
Deseo aprovechar este grato encuentro para poner de relieve algunos
valores fundamentales que considero de actualidad especial para quien,
como vosotros, realiza la misión educadora de la Iglesia con los jóvenes.
Quiero subrayar ante todo, como elemento fundamental, la fuerza de síntesis
unitiva que brota de la caridad pastoral. Es fruto del poder del Espíritu Santo,
que garantiza la inseparabilidad vital entre unión con Dios y entrega al prójimo,
entre interioridad evangélica y acción apostólica, entre corazón orante y manos
activas. Los dos grandes santos Francisco de Sales y Juan Bosco dieron
testimonio e hicieron fructificar en la Iglesia esta espléndida gracia de unidad.
Si ésta se resquebraja, queda abierto el espacio para los activismos o los
intimismos, que constituyen una tentación insidiosa para los institutos de vida
apostólica. En cambio, las secretas riquezas que encierra esta gracia de unidad
son la confirmación explícita, demostrada mediante toda la vida de ambos
santos, de que la unión con Dios es la verdadera fuente del amor activo al
prójimo. Cuanto más contemple un salesiano el misterio del Padre
infinitamente misericordioso, del Hijo generosamente hermano y del
Espíritu Santo poderosamente presente en el mundo como renovador, tanto más
se sentirá apremiado, por este insondable misterio, a darse a los jóvenes para
que maduren humanamente y se salven.
333 4. Otro aspecto importante es la original opción pedagógica de vuestro
Fundador, que consiste en la educación evangelizadora de los jóvenes. En este
sentido fue un verdadero genio del corazón, pues no es fácil saber centrar las
iniciativas de la caridad pastoral en el área cultural de la educación: supone
actitudes y competencias propias y con exigencias concretas, incluso de
profesionalidad pedagógica.
Se trata de una misión atrayente que de modo continuo debe revisarse
y confrontarse con Cristo, el hombre nuevo, mediante una fe límpida y profunda
que se nutra a diario de Eucaristía y se manifieste en la sencillez y el sacrificio
del vivir cotidiano.
334 5. Surge inmediatamente otro valor inestimable, al que ya hemos aludido:
suscitar entre los jóvenes una auténtica espiritualidad.
Espiritualidad significa participación viva en la potencia del Espíritu
Santo, recibida en el sacramento; del Bautismo y llevada a plenitud en la
Confirmación. Los jóvenes deben tener conciencia de la vida nueva que se les dio
en estos sacramentos y saber que de ella procede la fuerza de síntesis personal
entre fe y vida, que es posible a quien cultiva en sí mismo el don del Espíritu.
¡Cuánta necesidad tenemos hoy en la Iglesia de que los jóvenes se
eduquen en la amistad con Cristo y con María, en el entusiasmo por la vida, en
una generosidad de compromiso, en el servicio a los demás, o sea, en una
espiritualidad concreta que los haga protagonistas de la evangelización y artífices
de la renovación social!
335 6. Queridos Salesianos de Don Bosco, mirad siempre a vuestro santo
Fundador y a la genialidad evangélica de su método pedagógico, y relanzaréis
entre los jóvenes su valiosa herencia. Su mensaje educativo «requiere aún ser
129

13.10 Page 130

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 130
profundizado, adaptado y renovado con inteligencia y valentía, precisamente
porque han cambiado los contextos socioculturales, eclesiales y pastorales»
(Juvenum Patris, núm. 13).
Invoco sobre todos vosotros la protección continua de María Auxiliadora,
Madre de la Iglesia. Que ella os sea, como lo fue para san Juan Bosco, maestra y
guía, la estrella de la nueva evangelización.
A vosotros, a vuestros hermanos en religión y a todos los miembros de la
numerosa familia salesiana imparto de corazón la bendición apostólica.
130

14 Pages 131-140

▲back to top

14.1 Page 131

▲back to top
ANEXO 6
SALUDO A LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA
que participan en el XIX Capítulo General de su
Instituto
A la reverendísima madre Marinela Castagno y a las reverendas Hijas de
María Auxiliadora miembros del XIX Capítulo General de su Instituto.
336 Al clausurar nuestro XXIII Capítulo General, deseamos dirigirnos como
capitulares a vosotras, queridas Hijas de María Auxiliadora, que vais a comenzar
este mismo trabajo capitular al servicio del Instituto y de la Iglesia.
Durante los dos meses de nuestra reflexión en que nos hemos
confrontado con la educación de los jóvenes en la fe, al comprobar la amplitud
de los retos que interpelan a la juventud y esperan respuesta de la iniciativa y
capacidad de todos nosotros, educadores y educadoras formados en la escuela
de san Juan Bosco, hemos sentido a menudo la necesidad de crecer en la
unidad de familia, para servir a la misión que tenemos en común. Esta
necesidad la ha subrayado también usted, reverendísima madre Marinela, que,
en dos ocasiones a lo largo de nuestro Capítulo General, nos ha hecho una
fraterna invitación de fidelidad al patrimonio carismático del Fundador, que
juntos estamos llamados a conservar, desarrollar y transmitir.
La reciente glorificación de don Felipe Rinaldi, verdadero regalo de la
bondad del Padre, la hemos visto y vivido también como nueva señal y estímulo
para la comunión y colaboración recíproca en relanzar la espiritualidad
salesiana.
Somos conscientes de que vivimos un tiempo de Espíritu Santo. A la
puerta del tercer milenio, ante lo angustiosos llamamientos de la juventud y de
los pobres y ante los retos de la nueva evangelización, nuestra vocación de
misioneros y misioneras de la juventud está llamada a renovarse, iluminarse y
extenderse con dinamismo y creatividad.
Nos gustaría poder comunicaros y compartir con vosotras el entusiasmo
que el Señor ha suscitado nuestros corazones durante estos días de gracia. Ojalá
podáis vivir también vosotras una experiencia de luz, y de fuerza en el Señor
Resucitado y con la presencia entre vosotras de la energía transformadora del
Espíritu que hace nuevas todas las cosas.
Invoquemos conjuntamente a María Auxiliadora, inspiradora y madre de
nuestra vocación, para pedirle que nos haga sentir hermanos y hermanas cada
vez más auténticos, herederos de una riqueza de gracia y espiritualidad para la
salvación de la juventud, sobre todo de la más pobre y necesitada.
Contad con nuestra oración y con nuestro recuerdo afectuoso. Que os siga
asistiendo con predilección el beato Felipe Rinaldi, especialmente para que
vuestro Capítulo General tenga un resultado feliz. I
Que San Juan Bosco y santa María Mazzarello, desde el cielo, guíen
vuestro trabajo e intercedan por toda nuestra familia.
Los salesianos miembros del XXIII Capítulo General
Roma, 5 de mayo de 1990.
131

14.2 Page 132

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 132
132

14.3 Page 133

▲back to top
ANEXO 7
EL XXIII CAPÍTULO GENERAL A LOS
COOPERADORES SALESIANOS
337 1. Habla Don Bosco a los cooperadores y cooperadoras: «He aquí, pues,
cuál debe ser más directamente el objetivo de los cooperadores salesianos; he
aquí en qué deben ocuparse... ¿Queréis hacer una cosa buena? Educad a la
juventud. ¿Queréis hacer una cosa santísima? Educad a la juventud. ¿Queréis
hacer una cosa divina? Educad a la juventud. Más aún, esto es lo más divino de
las cosas divinas» (Turín, 16 de mayo de 1878; MB XIII, 629).
2. El XXIII Capítulo General de los Salesianos, al clausurarse tras haber
considerado detenidamente el tema de la educación de los jóvenes en la fe, os
invita a todos, cooperadores y cooperadoras, a responder con solicitud,
generosidad y entusiasmo a la voz insistente de san Juan Bosco, que hoy, a la
puerta del tercer milenio, os exhorta a trabajar apostólicamente.
¡Quiera Dios que oigan esta llamada particularmente los más jóvenes de
vosotros y la reciban con alegría, para ser misioneros de sus coetáneos! Es el
mismo san Juan Bosco quien, por medio de este Capítulo General, os alienta de
nuevo a asociaras a su trabajo de educación, sobre todo de educación de los
jóvenes en la fe, siendo para ellos evangelio vivo. (cf. RVA 13).
3. El Evangelio es imprescindible como el agua, el fuego, el amor... Sin
Evangelio, la sociedad se deshumaniza. La prueba histórica documentada de
esta verdad la tenemos ante nuestros ojos. Es, por tanto, urgente hacer que
crezcan los valores evangélicos en los jóvenes, porvenir de la sociedad y de la
Iglesia. Hay que preparar «ciudadanos honrados y buenos cristianos» para el ya
cercano tercer milenio. Es urgente garantizar la presencia transformadora de la
fe cristiana en los ambientes, en los, mecanismos humano-históricos, en los
centros estratégicos de los sistemas y en las estructuras socioeconómicas y
socioculturales, evangelizando los signos de los tiempos: tal es la nueva
evangelización a que nos invita el papa Juan Pablo II.
4. La fe no vive sin encarnarse en las actividades y culturas que hacen
crecer al hombre, no vive sin servir a la humanidad para cimentar su
esperanza y entender su amor. Por consiguiente, es necesario «rehacer en todas
partes el entramado cristiano de la sociedad humana» (ChL 34). Esta
encarnación constituye lo específico de vuestra vocación secular: en virtud de la
participación en el oficio profético de Cristo, estáis plenamente implicados en
esta tarea de la Iglesia (cf. ChL .34). Lo dice claramente el segundo capítulo del
Reglamento de vida apostólica cuando expone la amplia gama de vuestro
quehacer en la Iglesia y en el mundo.
338 5. Puesto que san Juan Bosco quiso injertar vuestra secularidad en la
vocación religiosa de los Salesianos e Hijas de María Auxiliadora, no estáis
solos en esta labor inmensa: vivimos en comunión, somos familia movilizada
133

14.4 Page 134

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 134
apostólicamente, en el Espíritu Santo y en la Iglesia, para depositar semillas
de cielo en los surcos de nuestra tierra.
Comprendemos que a los Salesianos nos falta mucho para llegar a un
ejercicio efectivo de nuestra incumbencia y responsabilidad de animación y para
contribuir a la formación y al desarrollo de vuestra misión seglar. Más que en
el ámbito de la eficiencia organizativa, vuestra presencia hay que verla en la línea
de complementariedad apostólica: los Cooperadores, mediante lo específico de
vuestro ministerio, participáis en el cumplimiento de la única misión salesiana;
sois parte de nosotros mismos.
6. Permitid, pues, que este Capítulo, alentado por el magisterio del Papa
acerca de los seglares (cf. exhortación apostólica Christifideles laici) y convencido
de la identidad salesiana (cf. Constituciones SDB y circular del Rector Mayor sobre
los Cooperadores), haga, por fidelidad a vuestro y nuestro Fundador, un
llamamiento a todos los salesianos a crecer en esta dirección: es uno de las
tareas esenciales para el próximo sexenio.
7. Es, pues, de nuevo Don Bosco quien nos manda codo a codo,
hermanos en la unidad de su familia espiritual y «dispuestos no a hacer
promesas, sino a dedicar hechos, solicitudes, esfuerzos y sacrificios» (MB XJII,
262; MBe XIII, 230), a los jóvenes, especialmente «a los pobres, abandonados
y expuestos al peligro» y a contribuir constructivamente y de diversos modos,
mediante la índole genial del propio carisma, al quehacer apostólico de la Iglesia
y comunicando a los jóvenes y a cuantos hallemos en nuestro camino el amor
inconmensurable del Padre del cielo.
Miremos al nuevo beato, Felipe Rinaldi, que nos enseña a afrontar con
autenticidad salesiana las exigencias propias del correr de los tiempos« (E.
VIGANÓ, en ACG 332, pág. 61).
Roma, 5 de mayo de 1990.
Los miembros del XXIII Capítulo General
134

14.5 Page 135

▲back to top
ANEXO 8
EL XXIII CAPÍTULO GENERAL A LOS ANTIGUOS
ALUMNOS/AS SALESIANOS
339 1. Recibid, queridos antiguos alumnos/as, nuestro saludo acompañado
de nuestra gratitud por vuestro mensaje.
En los meses de nuestra reflexión capitular, los miembros del XXIII
Capítulo General, llegados de todos los continentes, hemos sentido con fuerza
que estamos llamados a dar, siguiendo a san Juan Bosco, respuesta a los
grandes retos que proceden del mundo de los jóvenes y de los múltiples
contextos socioculturales donde viven. La amplitud y la urgencia de esta
empresa implican a toda la familia salesiana.
Por ello apelamos también a vosotros, antiguas alumnas y antiguos
alumnos salesianos. Os vemos trabajar en nuestras obras y en todos los ámbitos
de la sociedad como colaboradores calificados y comprometidos a vivir como san
Juan Bosco la misión, atrayente y difícil, de educar a la juventud.
Al renovaros nuestra confianza, os enviamos algunas directrices de
marcha para compartir la misma tarea educativa.
340 2. En primer lugar, somos conscientes de que esta tarea requiere hoy un
esfuerzo profundo: recuperar la pasión por los jóvenes. Esto nos lleva juntos a
diversos frentes.
Los jóvenes son la esperanza de un futuro nuevo, y llevan en sí, como
insertas en sus anhelos, semillas de bien y semillas del Reino. Con ellos es
posible edificar una comunidad humana más auténtica.
Esta convicción nos impulsa a mirar cada vez más a los jóvenes con los
ojos de san Juan Bosco, a amados como los amaba él y a estar cerca de ellos,
según indicaban los antiguos alumnos del oratorio en el sueño-carta de Roma
(1884).
Sabemos que Dios educa a su pueblo mediante una pedagogía que sabe
adaptarse a las múltiples circunstancias caminando al paso de los pueblos. Por
ello trabajamos entusiastas con todos los jóvenes de cualquier condición social,
cultural y religiosa, a fin de ayudarles a construir su vida en la solidaridad, en el
compromiso y en la alegría. Sin embargo, estamos convencidos -los días de
nuestro Capítulo lo han subrayado de modo especial- de que la plenitud de este
camino de educación únicamente se logra cuando los jóvenes pueden realizar la
síntesis expresada en el binomio que tanto gustaba a san Juan Bosco:
«ciudadanos honrados y buenos cristianos».
El Estatuto renovado de vuestra Confederación, que recibimos durante el
Capítulo, habla de este compromiso vuestro.
341 3. Los antiguos alumnos y antiguas alumnas estáis llamados, en virtud
de la educación recibida, a ser en la sociedad testigos y portadores de una
misión juvenil.
Los que de vosotros tenéis el don de la fe cristiana participáis también en
la actividad educadora de la Iglesia, pues en virtud de la dignidad bautismal
todo fiel es corresponsable de esta tarea.
La presencia activa de vuestra Confederación podrá extenderse a una
multiplicidad de formas y actividades, y podrá desplegarse tanto en estructuras
135

14.6 Page 136

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 136
eclesial es o ambientes civiles y sociales, donde a menudo falta atención a los
problemas juveniles, como en obras propias de nuestra familia.
Especialmente en las instituciones salesianas vemos la importancia de
lograr una auténtica comunidad educativa, es decir, una comunidad que
implique a jóvenes, padres de familia y religiosos, y a todos los colaboradores,
junto con vosotros, antiguos alumnos y antiguas alumnas; una comunidad
educativa que sea vivencia de comunicación y corresponsabilidad antes que
instrumento de organización y eficiencia.
Ello requiere, como es obvio, preparar una estrategia de implicación de
todos, según la variedad de sus competencias, en clima de corresponsabilidad.
De vosotros, en particular, esperamos la aportación de vuestra
experiencia de seglares que actúan con el espíritu y la magnanimidad de san
Juan Bosco, intensificando el cambio de mentalidad que piden los tiempos.
342 4. La sociedad, con sus constantes y profunda: transformaciones, nos
reta: urge recuperar y vivir con profesionalidad cultural, pedagógica y espiritual
los compromisos que impone la responsabilidad en la familia de san Juan Bosco.
Estamos, pues, llamado con sentido de seriedad y concreción a realizar un
camino sistemático de actualización y crecimiento en la capacidad educativa.
343 Los Salesianos somos conscientes de la tarea que nos encomienda la
Congregación para acompañaros y ayudaros en este camino de formación
humana, espiritual y salesiana.
Todos debemos mejorar: los jóvenes nos necesitan maduros y competentes
en lo específico de nuestro servicio.
5. Queridos antiguos alumnos y antiguas alumnas, el momento histórico
que vivimos es tiempo de gracia. Hicimos memoria de san Juan Bosco durante el
centenario de su muerte; ahora, en nuestro Capítulo, hemos asistido a la
beatificación de don Felipe Rinaldi, heredero de la paternidad y sabiduría
pedagógica del Fundador, primer organizador de los exalumnos y exalumnas.
Son signos proféticos que infunden aliento y esperanza.
Que, la solicitud materna de María Auxiliadora y la intercesión de los
santos de nuestra familia nos obtengan el don de amar a los jóvenes y saberlos
educar, caminando juntos, hasta lograr que se, encuentren con quien es la
plenitud de la vida.
Cordialmente y con esperanza,
Roma, 5 de mayo de 1990.
Los miembros del XXIII Capítulo General
136

14.7 Page 137

▲back to top
ANEXO 9
DISCURSO DEL RECTOR MAYOR DON EDIGIO VIGANÓ
EN LA CLAUSURA DEL XXIII CAPÍTULO GENERAL
Queridos hermanos capitulares:
344 El primer sentimiento que brota del corazón, a la hora de clausurar
nuestro trabajo, es el agradecimiento sincero al Señor, que nos ha acompañado
en estos meses de búsqueda y convivencia fraterna. Ha sido una experiencia de
comunión fecunda y activa que debemos llevar a los salesianos y hacer que
fructifique en las casas.
Nuestro agradecimiento se extiende también mutuamente a nosotros
mismos, de los unos hacia los otros; lo dirigimos de manera especial al
sacrificado y hábil regulador, Francisco Maraccani, a los miembros de la
Intercomisión, especialmente a su presidente, Juan Edmundo Vecchi, y a su
portavoz, Antonio Martinelli; a los salesianos de la casa generalicia, que nos han
atendido con bondad servicial; y, de modo particular, a las beneméritas
religiosas y sus jóvenes que nunca han dejado de rezar por nosotros y nos han
dado de comer y cuidado de los modos más diversos con humilde, desinteresada
y laboriosa amabilidad. La Eucaristía final será verdaderamente para todos
nosotros una acción de gracias muy viva y compartida en fraternidad jubilosa.
Permitidme ahora algunas reflexiones sobre nuestro XXIII Capítulo
General, a fin de subrayar la fuerza de tracción que proporciona a la
Congregación, para el próximo sexenio.
Mensaje del XXIII Capítulo General
345 Uno de vosotros ha comparado nuestro documento capitular a la famosa
carta de Don Bosco de 1884: un mensaje desde Roma para volver a los orígenes
en la modalidad salesiana de educar a los jóvenes en la fe.
En nuestra asamblea se ha respirado la convicción de la hora acelerada
que viven los pueblos en este último retazo del segundo milenio de la fe
cristiana. Se ha comprendido con mayor profundidad que el verdadero carisma
fundamental regalado a la Iglesia en la segunda mitad de este siglo fue el
concilio ecuménico Vaticano II, que nos introdujo en el misterio de Cristo y de
la Iglesia y en el misterio del hombre y de la historia, pues los pastores -como
afirmó Pablo VI-, precisamente por amor a Cristo, se dirigieron, que no se
desviaron, hacia el hombre.
Así, por obra del Espíritu Santo, comenzó en la Iglesia una era de nueva
evangelización. Las novedades producidas han sido considerables. Pero toda
novedad en el devenir se ha de confrontar con la novedad suprema: la Pascua
dé Cristo. Nace, por tanto, para los discípulos del Señor, una amplia tarea de
reflexión, de creatividad, de nuevo comienzo.
Yo diría que a los Salesianos de Don Bosco se nos asigna, en esta reflexión
creativa, la responsabilidad de refundar el oratorio, pues, de acuerdo con lo que
nos sugieren las Constituciones, sabemos que «al cumplir hoy nuestra misión, la
experiencia de Valdocco sigue siendo criterio permanente de discernimiento y
renovación de toda actividad y obra» (art. 40).
137

14.8 Page 138

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 138
Debemos considerar la nueva evangelización entre los jóvenes con el
criterio oratoriano del Fundador.
Explosión de las culturas
346 Demos una mirada, aunque sólo fugazmente, a lo que ocurre en la
sociedad. El hombre, y por tanto su cultura, existe de hecho, después de
Cristo, en situación escatológica: cuanto más se camina hacia adelante, más se
refracta el sentido del futuro absoluto hacia el futuro histórico. Sólo Jesucristo
resucitado revela al hombre lo que el hombre es de verdad hacia dónde va.
Prescindir de su Evangelio producto carencias, desvíos y mutilaciones en las
culturas; la más evidente y dañosa es la pérdida del sentido de pecado,
camuflada bajo racionalizaciones pseudo-científicas. El ocaso de ciertas
ideologías a que estamos asistiendo es una advertencia desconcertante; para
todos y una fuerte invitación a llenar el vacío que dejan, proclamando los
grandes ideales evangélicos acerca del hombre en su totalidad.
Un peligro para la naciente cultura suele fluir del, progreso científico-
técnico, lleno de dinamismo y promesas positivas, es cierto; pero que hace creer
con facilidad a los no creyentes que es el único motor de la historia, favoreciendo
así una mentalidad pos religiosa. Es obvio que la ciencia y la técnica son bienes
magníficos; pero no explican el significado de la existencia ni hablan de las
grandes finalidades del hombre. Son progreso de civilización, pero no poseen las
verdades transcendentes. Llevan fácilmente a concepciones, en definitiva,
materialistas.
Es urgente bautizar este dinamismo providencial mediante una nueva
evangelización que favorezca, en la sociedad, el nacimiento de una cultura
intrínsecamente posmaterialista.
En la actualidad hay que saber evangelizar desde las raíces, colaborar en
el inicio de un nuevo humanismo, ser, en cuanto creyentes, operadores de
cultura, artífices de una convivencia humana más acorde con la dignidad de las
personas.
Aportación de lo específico cristiano
347 Pero, ¿qué aporta de específico el creyente con su fe cristiana a la cultura?
He ahí la pregunta clave. Los jóvenes eran su respuesta no tanto en expresiones
verbales o de razonamiento, cuanto en el testimonio de vida y en la praxis real.
La respuesta es: El creyente aporta a la cultura los valores del misterio de
Cristo. Para quien vive de fe, como para san Pablo, «la vida es Cristo» (Flp 1,21);
sabe que en Cristo es «criatura nueva» (2 Cor 5, 17) Y que en el proyecto del
Creador figura el plan de «recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la
tierra» (Ef 1, 10). Es decir, sabe que, en la historia del hombre, Cristo es el
vértice absoluto, el alfa y la omega, y que la victoria que vence al mundo es la
fe.
Cristo no es fundador de una religión más, ni es fe un iniciador de
movimiento religioso que, procediendo del hombre, asciende hacia Dios. Baja de
Dios a los hombres y hace historia con los acontecimientos de su existencia
humana, mostrando así por qué es segundo Adán, Cabeza del cuerpo y Señor.
Ante él, más que de religión se habla de fe. De modo que el cristianismo
no es simplemente la forma más sublime de religión humana, sino el dato de
hecho más inefable de la encarnación de Dios. Por ello, la fe cristiana es
138

14.9 Page 139

▲back to top
historia: historia de la salvación, injertada, indisolublemente en la historia
humana. La fe, por consiguiente, es más que religión: es contacto solidario, es
alianza, es actitud vital que eleva y purifica las mismas expresiones de
religiosidad humana que necesariamente la acompañan y revisten. Esta
cristiana fe es, por sí misma, energía del devenir, como lo es la encarnación del
Verbo, que da principio al hombre nuevo; esta fe crece en los pueblos a lo largo
de los siglos para transformar la sociedad y preparar la construcción del Reino;
cuando se vive con autenticidad, es exactamente lo contrario de la religión opio
del pueblo. Esta objetividad de la fe cristiana nos lleva a formular un principio
que nos interesa sumamente como educadores en la fe, pues el misterio de se
hace medida y luz de una antropología verdadera y cabal. Y, dado que la
antropología es el sustrato de toda cultura, esta fe -por obra de la
evangelización- presta a la cultura el servicio más alto.
He ahí por qué, en la nueva evangelización, debe estar con fuerte
presencia la capacidad profética del proclamar y testimoniar el misterio de
Cristo, la luz de su Evangelio y sus hechos históricos para salvar la
humanidad. Ahí está el centro y el vértice de la educación en la fe.
Originalidad de la evangelización de la juventud
348 La formación de los jóvenes en la fe es parte vital de la nueva
evangelización; ofrece aspectos peculiares: exige una nueva educación.
San Juan Bosco, suscitado por el Espíritu para esta tarea, dejó en herencia a
su familia un camino original que le ha merecido, en la Iglesia, el título de padre
y maestro de la juventud. Su manera de hacer une indisolublemente
evangelización y educación. No es sencillo -nos ha recordado el Papa-; lleva
consigo riesgos. En su realización hay muchos elementos distintos entre sí,
clasificables en dos polos en tensión, que es preciso saber armonizar.
He aquí, a título de ejemplo, una breve lista de tales elementos:
- un polo: educar (acción cultural); otro: educar en la fe (acción eclesial);
- un polo: tener profesionalidad pedagógica; otro: poseer competencia
pastoral;
- un polo: hacer promoción humana; otro: cultivar el crecimiento
cristiano;
- un polo: estar con los jóvenes; otro: vivir unido a Dios;
- un polo: inculturarse constantemente; otro: evangelizar la cultura con
valentía;
- un polo: apreciar los valores de la laicidad; otro: recapitular todo en
Cristo;
- un polo: favorecer el oratorio como casa, escuela y patio; otro, tener el
arte sintético de hacer parroquia; etcétera.
349 La síntesis viva entre ambos polos es posible por una fuerza de lo alto,
que -como también nos recordó el Papa- se llama gracia de unidad. Se vive
con una espiritualidad -o sea, mediante una participación en el amor vivo y
presente del Espíritu Santo- que llamamos caridad pastoral y que vincula
inseparablemente entre sí el estar unido a Dios y el vivir con los jóvenes. Es un
aspecto de la continuación del misterio de la encarnación. Si en Navidad
nació el hombre que introdujo en la vida un dinamismo nuevo, en Pascua se
manifestó en plenitud su novedad de contenido. Apareció el novísimo absoluto
139

14.10 Page 140

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 140
de la historia, introduciendo en la cultura una misteriosa situación escatológica.
En Navidad la Palabra se injertó en la cultura humana; en Pascua lanzó,
mediante el don de sí mismo en la cruz, la evangelización de tal cultura. Entre
inculturación del Evangelio y evangelización de la cultura hay una distinción
neta y una correlación mutua que, en Cristo, une dos aspectos que en sí son
diferentes: pertenecer a la cultura y corregir la cultura.
La caridad pastoral sigue el mismo camino con el ardor de una
espiritualidad vivida con conciencia cada vez más clara.
Al empezar el Capítulo nos hicimos una pregunta: ¿De qué fe se trata?
Ahora podemos decir que se trata de una fe que es energía histórica que, para
nosotros, se traduce a una espiritualidad concreta que facilita la síntesis
existencial entre valores de la cultura y valores del Evangelio, forja al salesiano
como educador y hace que el joven madure y crezca como ciudadano de cuerpo
entero. Por ella el salesiano se hace educador competente porque es
verdadero pastor, y el joven se hace ciudadano honesto porque es buen
cristiano. Este doble porqué no es reductivo, sino causal: subraya la fuerza de
nuestra espiritualidad salesiana en cuanto expresión dinámica y cotidiana de la
gracia de unidad.
Fisonomía oratoriana de la praxis de Don Bosco
350 He hablado de refundar el oratorio de Don Bosco. Para nosotros, la nueva
evangelización pasa y crece: por el criterio oratoriano.
No me detengo a explicar sus aspectos complementarios ni las múltiples
riquezas que lo hacen particularmente valioso. Hago observar que tal criterio
está intrínseca e indisolublemente ligado al sistema preventivo. En el discurso
inaugural del Capítulo hablé de este sistema como fruto y fuente de
espiritualidad salesiana, subrayando la óptica del artículo 20 de las
Constituciones. Es un «modo de vivir y trabajar, para comunicar el Evangelio
y salvar a los jóvenes con ellos y por medio de ellos. Este sistema informa
nuestras relaciones con Dios, el trato personal con los demás y la vida de
comunidad en la práctica de una caridad que sabe hacerse amar». Este artículo
veinte, junto con el cuarenta, que habla del oratorio, nos ofrece las directrices de
fondo para nuestra actividad: en la nueva educación. La espiritualidad del ardor
pastoral asume la praxis de la pedagogía de la bondad, para hacer del salesiano
un agente eficaz de la nueva evangelización.
Os decía, al inaugurar nuestro trabajo, que el calificativo de 'ordinario'
dado a este Capítulo no debía considerarse como algo sectorial, pues el tema
elegido proyectaba las metas alcanzadas en los capítulos anteriores -que habían
considerado nuestra identidad eclesial- sobre el terreno práctico de la labor
educativa: tenía que servir para aplicar cada vez mejor los principios
enunciados. Este XXIII Capítulo General centra la identidad y fidelidad a san
Juan Bosco en la educación de los jóvenes en la fe. Debemos crear en el mundo
una manera de estar con los jóvenes que sea como un gran oratorio, por encima
de las estructuras, siempre necesarias; manifestará de modo concreto la verdad
y el genio del corazón de Don Bosco, su amistad y presencia educativa en medio
de los jóvenes y su preocupación central de salvación.
Quizá hemos vivido no pocos años un tanto encerrados estáticamente en
obras evidentemente válidas. El criterio oratoriano no derriba estructuras, sino
que va más allá: requiere fantasía y dinamismo, estimulados siempre por el
140

15 Pages 141-150

▲back to top

15.1 Page 141

▲back to top
anhelo pastoral del respirar por las almas, según expresión fijada por el beato
Felipe Rinaldi.
El documento capitular subraya varios aspectos de esta movilización
oratoriana, tanto en el camino que se ha de recorrer, como en la energía con que
hay que hacerlo. Recordemos las cuatro áreas, con sus amplísimos espacios;
recordemos la espiritualidad salesiana con sus raíces en la atractiva corriente
del gran san Francisco de Sales y la peculiar aplicación juvenil y popular de san
Juan Bosco. Me parece que este XXIII Capítulo General nos regala, en su
documento, un rico panorama de orientaciones y sugerencias que debemos
cuidar y acrecentar; su puesta en práctica devolverá a las inspectorías el
dinamismo imprescindible para quien acomete un camino de fe que desea
avanzar al paso de la actual aceleración de la historia. Es como si se nos invitara
a refundar, de cara al tercer milenio, el carisma del oratorio.
Vibrante llamamiento a la comunidad inspectorial y local
351 Como es natural, el relanzamiento oratoriano tiene un sujeto directamente
responsable de su éxito. Si el sujeto no responde al insistente llamamiento,
nuestro hermoso documento capitular se quedará en papel de biblioteca. Dicho
sujeto es, precisamente, la comunidad inspectorial y local.
Las orientaciones operativas del Capítulo son explicitas y exigentes; pero
no hacen más que afianzar propósitos tomados en la solemne renovación de la
profesión salesiana hecha por todas las comunidades en mayo de 1988. Nuestro
documento capitular señala, pues, con autoridad cuál es el camino que hay que
recorrer. .
El Rector Mayor con su Consejo, y los inspectores y directores, están
llamados a renovar todo un estilo de animación. La comunidad no debe girar en
torno a si misma sólo por afán de observancia religiosa, sino que debe sentirse
objetivamente acuciada por las interpelaciones del contexto juvenil. La
naturaleza de nuestra consagración es apostólica; se nutre, por tanto,
intrínsecamente del clamor de los destinatarios., Es la educación en la fe y son
los mismos jóvenes quienes, con sus anhelos y carencias, exigen a la comunidad
estar llena del espíritu de san Juan Bosco. Dado que es condición intrínseca de
éxito, la caridad pastoral le hará programar el camino de fe siempre, con el
objetivo del ardor de la espiritualidad. De ahí la necesidad imperiosa de que la
comunidad armonice vitalmente, entre sí, metodología y espiritualidad, que son
como el cuerpo y el alma de la labor pedagógico pastoral.
352 En el Capítulo se ha hablado con frecuencia de formación permanente,
no sólo como cursillo intermitente para algunos -realidad ciertamente válida-,
sino como actitud constante madurada por medio de iniciativas inspectoriales y
locales que ayuden a llevar a la práctica, en las casas y cotidianamente, las
directrices capitulares.
Quiero decir, al respecto, que en toda inspectoría, se han de planificar
oportunamente un conjunto de iniciativas para conocer y asimilar este XXIII
Capítulo General, y formular, así, propósitos adecuados a la condición juvenil del
propio ambiente.
No es preciso repetir aquí lo que ya ha dicho autorizadamente el Capítulo.
Simplemente me gustaría poder exorcizar la tentación de desaliento. Todo lo
que ofrece el documento es muy hermoso; pero, ¿con qué salesianos hacerlo, por
141

15.2 Page 142

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 142
ejemplo, en esta casa? Porque sin duda hay dificultades concretas que debemos
afrontar.
Hay que reaccionar comenzando por uno mismo; convencerse de que en
toda casa hay muchas más posibilidades de lo que a veces se piensa; sobre todo
hay que aumentar la fe en la presencia verdadera; activa del Espíritu, en la
energía de la resurrección proporcionada por Cristo en los sacramentos, en la
ayuda materna y constante de María, en la intercesión de san Juan Bosco, de
nuestros santos y de toda la Iglesia celestial.
Es verdaderamente necesario renovar el ardor de la fe que triunfa sobre el
mundo y hace milagros. Entre nosotros es urgente recuperar la interioridad
genuina.
353 En relación con la comunidad inspectorial, quiero añadir algo sobre la
utilidad y corresponsabilidad de nuevas propuestas interinspectoriales. Uno de
los aspectos interesantes a que hemos asistido en nuestra convivencia capitular
ha sido la convicción de mayor apertura de los responsables a los dinamismos
del devenir y a los muchos y vastos problemas que superan las fronteras de una
inspectoría y de las Iglesias locales. Esta tendencia hacia una intercomunión
más amplia es ciertamente un signo de los tiempos, captado con particular
inmediatez y simpatía por los jóvenes.
Hemos visto, por ejemplo, a los capitulares de Europa interesarse por la
famosa casa común o también por las propuestas del plan 'Alpeadria'; hemos
visto a quienes trabajan en África hablar de mayor intercomunión de presencia
en el continente; hemos visto crecer la fraternidad y las posibilidades de
colaboración entre las inspectorías de una región o de un país. Es una tendencia
de hecho que abre nuevas perspectivas a la pastoral juvenil e invita a crecer en
la propia talla y a dirigir la .mirada a horizontes más vastos que influyen
concretamente, y mucho, en la educación de los jóvenes en la fe.
Esta amplitud interinspectorial existe ya, por ejemplo, en el sector de la
formación, y conviene favorecerla aún más; pero aquí lo característico es que se
nos invita a incrementarla en el ámbito de la pastoral juvenil.
Hay que saberla cultivar con inteligencia y mediante programaciones
adecuadas que involucren también a otros grupos de nuestra familia. Esto hará
circular aire fresco y llevará a dar nuevos pasos adelante. El éxito depende de la
adhesión de todos a las orientaciones que hemos concretado en este Capítulo.
Sin embargo, el elemento que más va a mover a los grupos juveniles a
sintonizarse mutuamente, siendo como la aurora de una esperanza inédita y
envolvente, será la comunión de todos en la espiritualidad que con razón se
llama 'salesiana' y que hará percibir vitalmente los vínculos de una especie
de parentesco personalizante.
Implicación laical
354 Un punto que vale la pena subrayar es la implicación de los seglares
con vistas a la educación de los jóvenes en la fe. Toda comunidad debe poder
animar a un número creciente de seglares, sean de nuestra familia
(cooperadores, antiguos alumnos), o colaboradores en nuestras obras. Es una
exigencia de la eclesiología conciliar, sobre la que han insistido recientemente el
Papa y el episcopado. Tal implicación supone no sólo una mentalidad eclesial
más actualizada en los salesianos -meta que urge alcanzar- sino también
142

15.3 Page 143

▲back to top
conciencia de la originalidad de nuestro espíritu, vivido como bien que hay que
transmitir a otros con comunicabilidad contagiosa. También esto requiere
cambio de mentalidad y conversión de corazón. Pero, ¿será posible en las
comunidades actuales? Es una pregunta inquietante que nos hace pensar en la
indispensabilidad de iniciativas bien cuidadas.
Me parece importante hacer observar que la formación del laicado es,
en la Iglesia, una prioridad pastoral de máxima urgencia; supera el
compromiso por parte de los seglares, como si sólo ellos estuvieran implicados
en él, pues afecta igualmente al clero, a los religiosos y a las religiosas.
Sabemos que en el sector de los religiosos y religiosas -también entre
nosotros- falta al respecto sensibilidad conciliar. Debemos abrimos más a esta
área de formación: nos hará madurar en nuestra vocación. Recordemos que el
concepto de formación ha experimentado, en estas décadas, un fuerte
desplazamiento de significado a causa de los acelerados cambios culturales.
Ahora la formación se mide por la capacidad de adecuación permanente o
continua. Por la formación permanente se juzga y se programa incluso la
formación inicial. Quiere decir que el verdadero concepto de formación hoy
comporta una ductilidad existencial, una preocupación diaria y una tarea que
dura toda la vida.
Si, para realizar esta tarea, consideramos la estructura de la exhortación
apostólica Christifideles laici, vemos que el crecimiento cristiano de los seglares
tiene cuatro grandes objetivos: identidad bautismal (cap. 1°), comunión
eclesial (cap. 2°), nuevas fronteras de la evangelización (cap. 3°) y
complementariedad de las distintas vocaciones (cap. 4°). El punto que nos
interesa a nosotros específicamente aquí es el capítulo tercero -nuevas
fronteras de la evangelización-, sobre todo del número 36 al 44.
Hoy día se usa fácilmente la expresión 'nueva evangelización'; pero quizá
no siempre se hace con la visión concreta de sus interpelaciones, que son mucha
y desde diversos sectores. En los mencionados números se señalan las
principales fronteras de la laicidad de las que brotan numerosos aspectos de
novedad interpelación: dignidad de la persona, derecho inviolable a la vida,
libertad religiosa, la familia célula de la sociedad, amor de solidaridad en los
distintos niveles, responsabilidad política, dimensión económica social y, por
último a modo de síntesis, la cultura y las culturas de los pueblos.
Son fronteras a las que se asoma ampliamente una actualizada
programación para educar a los jóvenes en la fe.
Dimensión social de la caridad
355 Un punto manifiestamente vinculado a la nueva evangelización es la
dimensión social de la caridad. El documento capitular lo ha hecho objeto de
consideración, estudiando tres de los principales elementos clave de la
educación en la fe. Me parece importante subrayar bien, con relación a ello, dos
aspectos.
El primero es insistir en que hay que poseer verdadera competencia en la
doctrina social de la Iglesia. Esto exige una dedicación atenta, que comporta
cambios de mentalidad en no pocos salesianos. Es urgente adquirir una idea
clara de esta doctrina, sin dejarse arrastrar por complejos de moda surgidos en
ciertos ambientes y que aún circulan en algunas partes, como si se tratara de
una especie de mediación ideológica, unilateral y conceptual. La encíclica
143

15.4 Page 144

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 144
Sollicitudo rei socialis especifica, en el número 41, su identidad: no es ni
tercera vía ni ideología, sino interpretación de la realidad con la óptica del
Evangelio. Pertenece -dice la encíclica- al campo «de la teología, especialmente de
la teología moral». Su difusión y enseñanza «forman parte de la misión
evangelizadora de la Iglesia». Versa propiamente sobre el aspecto ético de los
problemas, aunque teniendo también en cuenta los aspectos técnicos. Es
mediación de la sabiduría evangélica con que la Iglesia se presenta al mundo
como especialista en humanidad y madre valiente de la verdad que hace libre.
El segundo aspecto es la autenticidad salesiana de las iniciativas y tareas
que se toman en este ámbito. Ciertamente en nuestra Congregación hay que
hacer más y progresar. El artículo 33 de las Constituciones nos lo pide, aunque
con un discernimiento claro que garantice la identidad de nuestro carisma. En
este campo es fácil quedarse atrás o pasarse; lastimosamente, lo hemos
experimentado también aquí y allí en la Congregación: defectos de un
aburguesamiento inmóvil en su situación o exageraciones de sabor ideológico
lanzadas de forma arbitraria. Desnaturalizar, en uno u otro sentido, nuestra
vocación y misión específica seria traicionar a los jóvenes pobres.
Ciertamente el clamor de la juventud pobre y necesitada nos debe
interpelar siempre y movemos, incluso con sacrificio, a iniciativas valientes.
Es importante que las inspectorías sepan conservar, en todas nuestras
presencias, el equilibrio de compromiso que nos caracteriza como amigos y
educadores de los jóvenes del pueblo, recordando lo que decía nuestro
Fundador: «Me basta que seáis jóvenes para que os quiera con toda mi alma». Es
una afirmación que siempre orienta nuestra evaluación. De todos modos, la
presencia en medio de los jóvenes pobres y con los aprendices del mundo del
trabajo nos apremia sin cesar a crecer como comunicadores especiales, para
ellos, de la enseñanza social de la Iglesia.
Aliento apostólico del Santo Padre
356 Hemos recibido, casi como final del Capítulo, la entusiasmante visita de
sucesor de Pedro. Para nosotros ha sido un regalo extraordinario, que
podemos ver como acontecimiento histórico que se ha de leer en relación con el
significado de actualidad que posee el carisma de san Juan Bosco en la Iglesia.
Juan Pablo II ya había hablado al Consejo General -el 4 de febrero de 1989 con
motivo de la clausura de las celebraciones del centenario- sobre la importancia
del tema elegido para este Capítulo. Al inaugurar nuestro trabajo capitular nos
mandó un mensaje estimulante. Ahora, con generosa bondad, ha querido tener
la iniciativa de venir a hablamos en nuestra sede capitular. Habría querido
hacerlo la tarde del domingo 29 de abril, tras la solemne beatificación de don
Felipe Rinaldi, pero no fue posible. Vino el uno de mayo, memoria litúrgica de
san José obrero, y no sólo nos habló del tema capitular, sino que se entretuvo
afablemente con nosotros, nos saludó a todos uno por uno, compartió nuestra
mesa y participó con simpatía en nuestro estilo de alegría familiar. Su mensaje,
su discurso y su coloquio en el comedor guiarán el estudio y la asimilación de
las orientaciones capitulares.
Pero nuestro compromiso de educar a los jóvenes en la fe halla, también
en otras importantes intervenciones suyas, luces especiales y directrices
concretas para vivir con actualidad y fidelidad nuestra vocación salesiana. No
144

15.5 Page 145

▲back to top
podemos dejar de recordar su inestimable carta Juvenum Patris, que seguirá
siendo para nosotros la invitación más autorizada a relanzar, con fidelidad a san
Juan Bosco y a nuestra época, el criterio oratoriano mediante la praxis
educativa del sistema preventivo. La meditación de esta carta nos ayudará a
profundizar con claridad y garantía los aspectos más comprometedores del
camino de fe.
También la iniciativa tomada por el Santo Padre de conferir oficialmente a
san Juan Bosco, en la Iglesia, el título universal de Juventutis pater et magister,
nos debe estimular constantemente a la contemplación del don que el Espíritu
del Señor quiso hacer a la juventud del mundo con la vivencia oratoriana de
nuestro Fundador.
No podíamos tener una señal de estima y un aliento más autorizados
acerca de la urgente necesidad de entregamos con todas las fuerzas a vivir con
nuevo ardor apostólico nuestra vocación y hacemos amar por los jóvenes en
cuanto «signos y portadores [para ellos] del amor de Dios». La generosa
dedicación a la tarea de educarlos en la fe será la demostración práctica de la
utilidad del carisma salesiano en un pueblo de Dios que camina hacia el tercer
milenio.
Tan inolvidable visita fortalecerá nuestra sincera y recia adhesión al
ministerio de Pedro, según nos la describen las Constituciones (artículos 13 y
125); es uno de los grandes valores que heredamos de san Juan Bosco.
Nuestro Fundador presentó a la Santa Sede, el 23 de febrero de 1874, un
resumen sobre la vida e identidad de la Pía Sociedad de san Francisco de
Sales, donde afirma: «El principal fin de la Congregación ha sido siempre, desde
el principio, apoyar y defender la autoridad de la Cabeza suprema de la Iglesia
en medio de la clase menos acomodada de la sociedad, particularmente de la
juventud que vive expuesta al peligro» (Opere edite, reimpresión anastática,
vol. XXV pág. [380]: núm. XV).
Nuestra confianza en María
357 Termino dirigiendo un pensamiento a la Santísima Virgen María,
Auxiliadora y Madre de la Iglesia, estrella de la evangelización, la mayor maestra
de fe para todos los tiempos: la que creyó.
Nuestra Congregación se puso en sus manos solemnemente el 14 de
enero de 1984, al inaugurar el XXII Capítulo General. Dicen las Constituciones
que tal entrega nos ayuda a «ser, entre los jóvenes, testigos del amor
inagotable de su Hijo» (art. 8). El XXIII Capítulo General quiere encomendarle a
ella, de modo especial, dos grandes valores que hemos visto crecer durante la
experiencia de trabajo de estos meses: la comunión en la identidad fraterna de
todas las inspectorías y el relanzamiento de una verdadera espiritualidad juvenil.
En primer lugar, la fraterna comunión en una sólida unidad de todas las
inspectorías entre sí y con el Rector Mayor y su Consejo. «El Capítulo General -
dicen nuestras Constituciones- es el principal, signo de la unidad de la
Congregación dentro de su diversidad. Es la reunión fraterna donde los
salesianos reflexionan comunitariamente para mantenerse, fieles al Evangelio y
al carisma del Fundador, y sensibles a las necesidades de los tiempos y
lugares» (art. 146). Encomendamos a María Auxiliadora el preciado estilo de
familia con que san Juan Bosco nos enseñó a vivir la unidad de la
Congregación; también el Papa lo alabó en su grata visita. Pidamos a María que
145

15.6 Page 146

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 146
avive en nosotros no sólo los sentimientos de fraternidad genuina, sino también
el estilo jubiloso de manifestarlos para ser sus portadores a todos los salesianos
del mundo. Todo capítulo general está llamado a ser siempre acontecimiento que
robustezca la unidad familiar. ¡Sed sus portadores a todas las casas!
En segundo lugar ponemos en manos de María nuestro propósito de
avanzar por el camino de la fe intensificando el cultivo y profundización de la
espiritualidad salesiana. Le pedimos que nos ayude a compartir con los
jóvenes el patrimonio espiritual propio de la órbita del humanismo cristiano de
san Francisco de Sales, ratificado magistralmente por san Juan Bosco en favor
de la juventud popular. María guió personalmente a nuestro Fundador en esta
vivencia educativa y le enseñó a llevar a los jóvenes hacia la santidad.
Considero un auspicio profético el hecho de concluir nuestra tarea
capitular precisamente en la fiesta de santo Domingo Savio. Es una
coincidencia providencial que nos indica la meta a que deseamos llegar: ¡un
modelo vivo de espiritualidad juvenil y de asociacionismo apostólico
protagonizado por jóvenes!
Cuando en septiembre de 1988 se realizó solemnemente en los Becchi la
beatificación de Laura Vicuña, el Santo Padre llamó a aquel querido lugar
salesiano 'colina de las bienaventuranzas juveniles', en medio de un fragoroso
aplauso de decenas de miles de adolescentes y jóvenes que confirmaban su
aceptación entusiasta. ¡Que desde, allí se difunda por el mundo la espiritualidad
de las bienaventuranzas juveniles!
Como materna respuesta a nuestra entrega, esperamos de la intercesión
de María el don de la plenitud del Espíritu Santo, que garantice, en nosotros,
un corazón verdaderamente oratoriano para ser en el mundo válidos
educadores de los jóvenes en la fe.
Gracias, y hasta la vista.
146

15.7 Page 147

▲back to top
ANEXO 10
CARTA A LOS JÓVENES
La Asamblea capitular, al concluir su reflexión sobre el camino de fe, durante la
que miró constantemente a los jóvenes con la simpatía y el amor de san Juan
Bosco, pidió al Rector Mayor, sucesor del Santo, que escribiera a los jóvenes una
carta-mensaje, interpretando los sentimientos de los capitulares y de todos los
salesianos.
La carta, enviada oportunamente a las inspectorías, se publica ahora entre los
documentos capitulares.
A vosotros, jóvenes,
a ti, que lees esta carta:
358 Tengo la alegría de ponerme en contacto con cada uno de vosotros en
nombre de Don Bosco, padre, maestro y amigo.
Soy portavoz de los numerosos salesianos esparcidos por los cinco
continentes, cuya patria y compañía sois los jóvenes.
El Señor ha infundido en el corazón salesiano una gran pasión: estar con
los jóvenes, comprenderlos en lo más íntimo de su ser y compartir sus fatigas y
esperanzas, sus sueños y proyectos. Don Bosco es el genial modelo de este
corazón que late por los jóvenes: transformó su predilección por la juventud en
misión, haciéndola la razón de ser de su existencia y lanzó el método de la
bondad, manifiesto por el que todo salesiano apuesta su trabajo en favor de los
jóvenes.
359 1. Tú, querido amigo, tratas de abrirte cada día a las maravillas de la
vida: exploras el mundo que te rodea, te entregas a la amistad, saboreas la
alegría de existir, construyes tu futuro, que deseas feliz, y te comprometes en las
cosas que valen. Sí, quieres realizar en plenitud el don de la vida.
Pues bien, precisamente por eso, Don Bosco se hizo tu amigo. Pero su
generosa pasión se remonta al supremo Maestro de amor que da sabor, sentido y
energía a la vida de todos. La amistad de Don Bosco con los jóvenes, y también
la nuestra, tiene su raíz en la fascinante personalidad de Jesucristo, que vino y
viene con el poder de Dios a hacer nuevas todas las cosas, a llenar el devenir
humano de esperanza, de justicia, de grandes ideales y valores y de felicidad
verdadera. En él se intuye la grandeza del hombre: es el Dios cercano que se
hace compañero de viaje y se convierte realmente en camino, verdad y vida
nueva.
360 2. Sin embargo, ahora la humanidad está viviendo cambios profundos.
También los jóvenes os preguntáis por los numerosos y grandes problemas que
afligen a personas y sociedades.
Asistimos a algo imprevisto: se desploman mitos que tenían decenios de
vida, se derrumban ideologías que hasta ayer eran moda; al mismo tiempo
aparecen en lontananza preocupantes fenómenos que, a pesar de todo, seducen.
No pocos jóvenes son los primeros en sacudirse las cargas que oprimen su
libertad y no dejan que florezca la vida: buscan nuevos caminos para proclamar
valores que hay que robustecer.
147

15.8 Page 148

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 148
Pero están al acecho nuevos ídolos y recientes espejismos que cautivan:
hay que tener una conciencia vigilante y un corazón atento, para que no triunfe
lo efímero, el placer, la violencia, el deseo de dominio, la indiferencia o el
desaliento. Se impone, pues, una búsqueda seria y un discernimiento valiente.
Vuestras reacciones, jóvenes, son acicate para los educadores. Ante tantas
novedades, los salesianos no se resignan a ser simples espectadores que miran
desde la ventana. Por eso, han tenido una iniciativa, que han llamado XXIII
Capítulo General, o sea, asamblea mundial, celebrada en medio de un trabajo
intenso durante los meses de marzo y abril. A ella han acudido de todos los
continentes para reflexionar, confrontarse y proyectar en torno a un tema que les
parece urgente: cómo educar a los jóvenes en la fe en este nuestro tiempo. Ha
sido un acontecimiento cuyas proyecciones operativas quieren implicaros
también a los jóvenes: nos gustaría que suscitase en nosotros en vosotros un
vigoroso impulso para renovar nuestra amistad y estimulamos a caminar juntos
hacia los ideales del verdadero proyecto de hombre.
Ahora bien, los contextos juveniles de los pueblos son distintos. Frente a
tanta complejidad, era importante comprender las culturas, captar los anhelos
juveniles e individuar los retos que brotan de las principales situaciones. Hemos
visto que la fe en Cristo n se conoce ni se valora en su original aspecto de
historia de salvación, es decir, de hecho central para todos. Ni siquiera en los
países de tradición Cristiana es ya posible darla por descontada.
Los salesianos sentíamos la necesidad de preguntamos por el modo de
vivir como creyentes en el Señor, apasionados por la causa de su Reino y
dedicados en cuerpo y alma a proclamar su Buena Noticia entre los jóvenes,
como ser creíbles hoy; que camino hacer con vosotros, jóvenes, para crecer en la
vida nueva; qué estilo de convivencia realizar en las comunidades educativas
(oratorio, colegio, grupo), siempre prontos para dar razón de nuestra esperanza a
quien nos la pida (cf. 1 Pe 3, 15).
Como veis, los interrogantes no son de poca monta. Nos los planteamos
con sinceridad, y hemos intentado darles respuesta, trazando el camino que nos
gustaría recorrer a vuestro lado y concretando la meta que pretendemos
alcanzar.
361 3. La primera cosa evidente sobre la que reflexionar es el diagnóstico de la
salud y capacidad de visión de vuestros ojos juveniles: dónde se clava vuestra
mirada, vuestra sensibilidad, vuestros anhelos y vuestras preocupaciones.
Actualmente los jóvenes advertís, mejor que antaño, un crecimiento de
conciencia en los valores de cada persona. Estáis convencidos de que siempre y
en todas partes cada uno ha de ser considerado digno de vivir: sujeto de su
propia existencia y responsable de su destino. De ahí que, si una relación
educativa se basara en la falta de interés, en la indiferencia o en la manipulación
de los personas, chocaría de frente contra la conciencia de vuestra dignidad.
Jóvenes y adultos nos educamos recíprocamente, aportando cada uno el
don de lo que es. No es, por tanto, una fórmula de moda el invitaros a caminar
con nosotros; es una exigencia pedagógica de raíces profundas.
En cuanto adultos que trabajan en la educación de los jóvenes, los
salesianos sentimos la urgencia de renovar una especie de pacto educativo con
vosotros, para avanzar juntos por el camino de la fe.
Un pacto educativo obliga, pero hace crecer. Proponerse caminar juntos
requiere atención y simpatía hacia los compañeros de viaje; pide interés
recíproco para sintonizar en la misma longitud de onda, disponibilidad para
148

15.9 Page 149

▲back to top
individuar valores auténticos y deseo de compartir las razones que llenan de
sentido la vida.
Para realizar todo esto, los salesianos necesitamos de los jóvenes. A
vosotros, a ti, os corresponde, una aportación insustituible: el vigor de la
juventud, las ganas de vivir, la ilusión de esperar, la fantasía de buscar, la
generosidad de actuar y el entusiasmo por compromisos concretos de acción.
Las áreas de interés son variadas, pero complementarias; no hay
monotonía ni uniformidad; se camina hacia una meta común a la que se llegará
con velocidad distinta, pero teniendo siempre clara la ruta. Todos miramos al
objetivo.
El XXIII Capítulo General ha mandado a los salesianos un documento
muy interesante, que señala las; diferentes posibilidades de este camino, según
las múltiples situaciones de salida. Acércate a alguno de ellos y pídele que te
muestre sus valiosas sugerencias, análisis, reflexiones y orientaciones.
Es un don de actualidad para caminar hacia el año dos mil y para
enriquecer de juventud la historia, que evidentemente irá más allá,
adentrándose con una esperanza más fuerte en el tercer milenio de la fe
cristiana.
362 4.Pero hay un tema fundamental que ofrezco a tu consideración. Nuestra
fe se centra en la historia concreta del hombre: no es en absoluto la religión 'opio
del pueblo' ironizada y combatida por ciertas ideologías
En la época de los antiguos mitos politeístas, se tenía a la fe cristiana
como una especie de ateísmo, porque nunca aceptó los dioses del Olimpo ni los
ídolos de la ciudad. Más recientemente, en el clima de un ateísmo arrollador,
siempre ha profesado un realismo tan fuerte, que salta los estrechos horizontes
del materialismo, proclamando nada menos que la resurrección de la carne y la
llegada de una tierra nueva.
Esta fe pone su mirada en el hombre de Nazaret, Jesucristo, hecho Señor
de la historia en Jerusalén mediante la Pascua de la Nueva Alianza. Él nos reveló
quién es Dios: ¡amor y sólo amor! ¡Padre, que creó el mundo para nosotros y nos
acompaña con misericordia infinita; Hijo, que se hizo uno de nosotros
haciéndose punto omega de la humanidad por los siglos; Espíritu Santo, que es
portador de verdad y potencia de novedad! Un Dios uno y trino, fuente y corona
de todo.
Amor, pues, que nos invita a participar como protagonistas, para que la
creación progrese gracias a nuestro trabajo, con la ciencia, la técnica, la
ecología...; que nos señala la historia como patria de su aventura de donación
para luchar junto a él contra el mal a favor de la justicia, la solidaridad, la paz...;
que nos acompaña y ayuda a construir el verdadero proyecto de hombre
mediante el primado de los valores de la resurrección.
Así, el portador de esta fe, el auténtico creyente, aprecia en el mundo los
valores de la verdadera laicidad; en las vicisitudes históricas, los de la genuina
liberación; en los cambios y signos de los tiempos, los de la auténtica evolución.
No digas que todo esto resulta difícil y abstracto; es la realidad suprema,
tanto más fascinante cuanto más se cala en ella. Aquí está la verdad que anhela
la inteligencia y que abre vastos horizontes al protagonismo del hombre.
Mira, la fe cristiana tiene los ojos abiertos a todo; no se refugia en la
obscuridad ni se complace en ritos ocultos; busca la luz del misterio del Amor y
goza participando en sus riquezas. Todo hombre siente en lo profundo de su ser
el instinto y la nostalgia de este misterio y de su plenitud de verdad, luz y
149

15.10 Page 150

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 150
belleza. Se parece al sol que, aunque no puedes fijar en él tus ojos, ilumina y
calienta todo, incitando a celebrar la gran fiesta de la vida.
Te decía que la fe dirige su mirada al acontecimiento de Cristo. De verdad,
Cristo no te es extraño: tiene sumo interés en que te realices plenamente; te
interpela para hacerte crecer. Te ama: murió y vive para ti; te pide una relación
de amistad personal como respuesta al diálogo empezado por él: diálogo amplio,
objetivo e implicante. Estaría de hecho terriblemente distraído quien no se
percatara de su amor y de su verdad.
Además, como la amistad de fe no es un mito, fantasía o ideología, sino
historia, te ofrece ayuda y modelo en una mujer, María, su madre, “la que creyó”,
puesta por el Señor mismo como Auxiliadora de todos los creyentes. Ella te
acompaña maternalmente a lo largo del camino que se te propone.
363 5. Pero, ¿cómo podrás avanzar por este camino? Siguiendo las huellas de
Don Bosco, el XXIII Capítulo General te ofrece el modo salesiano de hacerla
mediante una propuesta concreta de espiritualidad juvenil.
Aquí tienes el gran secreto del éxito. La espiritualidad es una energía
interior que no deja de crecer y te pone gradualmente en sintonía Con el Espíritu
del Señor, realmente presente en la vida de cada uno con la suavidad de su
poder. Con él se progresa de forma increíble: ¡fíjate en Domingo Savio, Laura
Vicuña y Pedro-Jorge Frassati! Con la energía de una espiritualidad, el Señor te
ayuda a realizar y testimoniar aquella síntesis de fe y vida que es el contenido
propio de la santidad.
Se trata de vivir la fe sumergiéndose en lo cotidiana como lugar
privilegiado donde escuchar con realismo las invitaciones del Espíritu. Lo que
Don Bosco, maestro de espiritualidad juvenil, indica pedagógicamente no es sólo
oración o compromiso en cosas excepcionales, sino propuesta que abarca la
totalidad de la existencia en sus más diversas y múltiples expresiones.
De ese modo, la vida transcurre en la alegría y en el trabajo, pues el
Espíritu no te quiere triste ni extranjero en tu patria. Tu juventud es un gran
valor: ¡tiene rasgos de semejanza con su presencia creadora! En tu camino debes
conjugar alegría y esperanza, anhelo de donación y responsabilidad, voluntad de
preparación a la vida y solidaridad. El tipo de espiritualidad que te ofrece san
Juan Bosco educa en la formación de una conciencia personal atenta a la
vivencia progresiva del misterio, hasta hacer que brote en energía de vida. Tal es
el sentido en que la espiritualidad se hace fuerza impulsara que da dinamismo
cristiano a la existencia.
En este avanzar evangélico no caminas solo, vas en compañía: el grupo, la
comunidad local de creyentes y la Iglesia toda -cuerpo de Cristo y Pueblo de
Dios- te acompañan etapa a etapa en tu marcha hacia adelante.
***
364 6. He ahí la substancia de lo que deseaba comunicarte San Juan Bosco te
llama por tu nombre; te propone un proyecto; te ofrece buena compañía; te
señala un ideal de santidad juvenil que no es difícil: sencilla y cotidiana, interior
y apostólica, alegre y compartida. Una vez más te hace a ti y a todos los jóvenes
una invitación que le sale del alma. Te la transmito con el eslogan 'jóvenes para
los jóvenes', inventado por algunos de vosotros. Ya has intuido su significado:
cultivar la amistad con Cristo quiere decir ponerse de su parte, hacerse cargo de
su proyecto concreto vivir para los demás, hacer crecer el bien en la sociedad.
150

16 Pages 151-160

▲back to top

16.1 Page 151

▲back to top
Las bienaventuranzas del Evangelio, que Son la autobiografía de Jesús,
constituyen la verdadera modalidad interior de comprometerse.
Las recurrentes formas de muerte, tales como la explotación, la
alienación, la prepotencia, la injusticia, la discriminación, la intolerancia... son
amenazas que hacen declinar la vida y arruinan la historia. ¡Se necesitan
luchadores para el triunfo del bien! Así mediante el espíritu de las
bienaventuranzas, la fe cristiana aparecerá de verdad como energía de la
historia.
Eres tú, sois vosotros, quienes tenéis que aportar esta fuerza espiritual
para transformar el mundo.
365 7. Es interesante pensar que a cada generación le corresponde escribir
una historia propia, un evangelio propio; todo nuevo flujo de la juventud es una
hora de esperanza. Como ha escrito un autor célebre, «si un día se enfriara el
ánimo juvenil, el mundo entero comenzaría a tiritar».
Rezo por ti, rezo por todos vosotros, jóvenes. Lo hacen también los
salesianos.
Y san Juan Bosco, proclamado por el Papa «padre y maestro de la
juventud», intercede, va delante y guía con su ardoroso corazón de discípulo del
Señor.
A ti y a todos, mi mejor deseo de que corráis hacia la meta. Con gran
simpatía y en nombre de los salesianos,
Roma, Pentecostés del Espíritu, 3 de junio de 1990
Egidio VIGANÓ
Sucesor de Don Bosco
151

16.2 Page 152

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 152
ANEXO 11
CRÓNICA DEL
XXIII CAPÍTULO GENERAL
1. Convocatoria y presentación
366 La carta que convocaba el XXIII Capítulo General llegó a las comunidades
de nuestra Congregación en el número 327 de Actas del Consejo General (octubre
de 1988). Escribía el Rector Mayor: 'El Capítulo tendrá lugar en la casa
generalicia de Roma -vía de la Pisana, número 1111- a partir del 4 de marzo de
1990 durante un período que, espero, no supere los dos meses». Su principal
objetivo será tratar el tema: «Educar a los jóvenes en la fe, tarea y desafío para la
comunidad salesiana hoy» (cf. ACG 327, pág. 4-5).
Su preparación ya había comenzado antes, durante el verano de 1988,
pues, en el mismo fascículo de Actas, don Francisco Maraccani, que ya tenía el
nombramiento de regulador, presentaba una serie de pistas de reflexión,
preparadas por una Comisión técnica, formada precisamente para estudiar el
método que se podría seguir en el trabajo capitular y ofrecer a comunidades y
salesianos algunas pistas de verificación y reflexión sobre los principales
aspectos del tema.
De acuerdo con la convocatoria y las pistas de reflexión, se celebran, de
diciembre de 1988 a julio de 1989, los capítulos inspectoriales, momento
fundamental de participación, en que las comunidades inspectoriales eligen a
sus delegados para el Capítulo General y estudian su tema, prestando atención a
la situación específica de los jóvenes en su propia zona.
Según las fechas establecidas, antes de terminar el mes de julio de 1989
las inspectorías mandan a Roma las actas de elección de delegados y sus
valiosas aportaciones sobre el tema capitular.
El mes de septiembre de 1989' se reúne en Roma la Comisión
precapitular, nombrada por el Rector Mayor, compuesta por dieciocho miembros
-procedentes de quince inspectorías y once naciones- y presidida por el
regulador. Esta comisión, después de examinar el abundante material enviado
por las inspectorías, en un mes de trabajo intenso prepara un 'dossier' de
Esquemas precapitulares, volumen de, más de quinientas páginas dividido en dos
secciones: la primera con la llamada radiografía, síntesis adecuadamente
ordenada de las aportaciones y propuestas llegadas de los capítulos
inspectoriales y salesianos acerca del tema del XXIII Capítulo General; la,
segunda sección ofrece el documento de trabajo redactado por dicha comisión y
entregado a los capitulares para el debate en la Asamblea y para formular
orientaciones operativas destinadas a toda la Congregación.
En diciembre de 1989 se remiten los Esquemas precapitulares a los
miembros del XXIII Capítulo General que así tienen la posibilidad de estudiarlos
y de prepararse para su cometido.
2. Llegada de los capitulares y ejercicios espirituales
367 El 4 de marzo de 1990, primer domingo de Cuaresma, los capitulares y
observadores llegan, de todas las partes del mundo salesiano, a la sede de Roma
para empezar la gran asamblea. De los doscientos siete capitulares sólo no
152

16.3 Page 153

▲back to top
pueden acudir los de Vietnam; por primera vez, después de casi treinta años,
asisten los inspectores y delegados de Checoslovaquia y Hungría. Hay cinco
observadores, invitados por el Rector Mayor; más tarde llegará también Santiago
Mésidor, de Haití.
A las seis de la tarde se tiene en el aula magna la primera reunión, para
recibir el saludo del Rector Mayor y del director de la casa generalicia y las
primeras comunicaciones del regulador. Desde el principio se respira clima de la
fraternidad y de familia y se saborea la alegría de estar juntos.
Media hora después comienzan los ejercicios espirituales, predicados por
el obispo salesiano monseñor Óscar Rodríguez, secretario general del CELAM.
Sus meditaciones tocan algunos aspectos cruciales de lo que va a ser tema del
Capítulo: los retos de la nueva evangelización para la educación de los jóvenes,
forjadores del tercer milenio.
La palabra cálida, fraterna y competente de Monseñor, que orienta la
reflexión sobre la tarea de educadores en la fe según el designio de Dios y con el
estilo de san Juan Bosco frente a los grandes retos de la hora actual, y el clima
de recogimiento y oración, demostrado particularmente en las celebraciones
comunitarias, son medio eficaz para entrar en la óptica espiritual que
caracteriza al Capítulo. Las buenas noches del Rector Mayor, que sellan cada
día, contribuyen en gran manera a reforzar este clima.
3. Inauguración oficial del XXIII Capítulo General
368 El XXIII Capítulo General empieza por la mañana del viernes, 9 de marzo,
con la concelebración presidida por el Rector Mayor: es la invocación solemne y
coral al Espíritu Santo, para que asista con su luz y su fuerza al Capítulo
General.
A las diez y media, tiene lugar la ceremonia de inauguración oficial. En el aula
magna, además de los capitulares, están presentes el cardenal Juan-Jerónimo
Hamer, prefecto de la Congregación de instituto de vida consagrada, los tres
cardenales salesianos Alfonso Stíckler, Rosalio Castillo Lara y Antonio Javierre
Ortas, los obispos salesianos Óscar Rodríguez, Fernando Legal, la superiora
general de las Hijas de María Auxiliadora madre Marinela Castagno con su
vicaria, la responsable mayor de las voluntarias de Don Bosco Juana Martinelli,
la representante de las Oblatas del Sagrado Corazón, madre Bice Carini, el
coordinador central de los Cooperadores, Pablo Santoni, el presidente de los
Antiguos Alumnos José Castelli, la representante de las Antiguas Alumnas de
las Hijas de María Auxiliadora Silvana Aloisi, y otros huéspedes.
El regulador constituye, de acuerdo con el Reglamento, la secretaría, y
declara inaugurado oficialmente el XXIII Capítulo General.
El Rector Mayor lee el mensaje enviado por S.S. Juan Pablo II, en el que
después del saludo augural, indica su deseo de que los salesianos sepan trazar
proyectos concretos y actuales para realizar la «síntesis vital entre saber
pedagógico y praxis educativa» que san Juan Bosco nos dejó como herencia. En
la perspectiva específica del tema capitular, Juan Pablo II subraya dos aspectos
que profundizar: la espiritualidad juvenil y la dimensión social de la caridad (cf.
Anexo 1).
A continuación interviene el cardenal Hamer, que saluda y transmite su
mensaje a los miembros del Capítulo. «Estáis reunidos aquí -afirma- en
asamblea de gobierno. Lo que se espera de vosotros son reflexiones y
disposiciones que, bien profundizadas, desemboquen en orientaciones
precisas...». Al referirse a la misión de los Salesianos en la Iglesia, añade:
153

16.4 Page 154

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 154
«Vuestra misión en la Iglesia es un servicio. Esforzaos por estar espiritual y
humanamente preparados y cualificados para vuestra aportación a la
evangelización de los jóvenes, especialmente, la de los más necesitados, de los
más pobres. Y así os ponéis a disposición de quienes, en las distintas diócesis,
tienen la responsabilidad de la evangelización como sucesores de los apóstoles»
(cf. Anexo 2).
Siguen después los saludos de los representantes de la familia salesiana.
Intervienen: la madre general de las Hijas de María Auxiliadora, la representante
de las Oblatas, la responsable mayor de las Voluntarias de Don Bosco, el
coordinador central de los Cooperadores, el presidente de los Antiguos Alumnos
salesianos y la representante de las Antiguas Alumnas de las Hijas de María
Auxiliadora.
Toma inmediatamente la palabra al Rector Mayor, que, en su calidad de
presidente del Capítulo, lee el discurso programático de inauguración. Presenta
el XXIII Capítulo General en su índole de capítulo ordinario, después de los
capítulos que definieron la identidad del carisma salesiano a la luz del Vaticano
II; se detiene en las incumbencias específicas del Capítulo, entre las que subraya
la delicada responsabilidad de las elecciones; presenta algunos aspectos del tema
confiado a este XXIII Capítulo General, encuadrándolo en la óptica del sistema
preventivo y deseando, en particular, que pueda llegarse a perfeccionar el
proyecto educativo-pastoral con criterios salesianos para itinerarios de fe y a
delinear una espiritualidad juvenil concreta. «Tengo la convicción -asegura el
Rector Mayor- de que la síntesis orgánica entre fe y vida que hemos de ayudar a
madurar hoy día en los jóvenes... sólo se obtiene mediante la fuerza de una
espiritualidad concreta» (cf. Anexo 3).
4. Informe del Rector Mayor
369 A las cinco de la tarde del mismo día 9 de marzo, el Rector Mayor presenta
a la Asamblea capitular su informe sobre el estado de la Congregación, a tenor
del artículo 119 de los Reglamentos Generales. El informe comprende un
volumen de doscientas setenta y dos páginas, titulado La Sociedad de san
Francisco Sales en el sexenio 1984-1990, más otro volumen, como anexo, con
Datos estadísticos.
Al presentarlo, el Rector Mayor repasa brevemente las partes del informe.
La primera ofrece una visión sintética de cada Región salesiana; en la segunda
hace una valoración de nivel mundial acerca de las áreas de cada sector central,
según las incumbencias de animación que le asignan las Constituciones; la
tercera se refiere al funcionamiento de algunos servicios e instituciones de
interés general; por último, en la cuarta hace un juicio global, centrando la
atención; en algunos aspectos que nos interpelan de modo particular. Es sobre
todo aquí, en el análisis de las situaciones, en los problemas, en los retos y en
los motivos de esperanza, donde se detiene la reflexión del Rector Mayor. I
Tras un día de estudio personal, los capitulares exponen sus observaciones,
piden aclaraciones y preguntan con miras al debate previsto en la Asamblea.
Ésta se reúne en dos tiempos sucesivos el 12 y el 13 de marzo. El Rector Mayor
contesta puntualmente y con claridad a las numerosas interpelaciones sobre los
temas más candentes hoy día en la Congregación.
El estudio del informe y la confrontación que le sigue reafirman la convicción de
la vitalidad de la Congregación en los diferentes contextos en que actúa, del
vasto quehacer desplegado en la misión juvenil, pero, también hacen ver los
154

16.5 Page 155

▲back to top
grandes retos que las nuevas situaciones plantean hoy a los salesianos que
quieran ser fieles a su carisma para bien de los jóvenes.
5. Primer debate general
370 Concluido el análisis del informe del Rector Mayor, el Capítulo entra
inmediatamente en el trabajo sobre el tema que tiene asignado.
El día 13 de marzo el regulador presenta el Reglamento del Capítulo e
informa amplia y detalladamente sobre los Esquemas precapitulares, que los
capitulares habían recibido anteriormente y que ahora tienen que ser sometidos
al discernimiento de la Asamblea. En particular, se examina el documento de
trabajo, preparado por la Comisión precapitular, acerca del cual se pide un juicio
global.
El día siguiente, 14 de marzo, después de aprobar el Reglamento y de
nombrar los moderadores, comienza el primer debate general sobre el
documento precapitular. Este debate, que se había preparado con el estudio
personal y los trabajos de grupo, continúa el día 15.
El debate ofrece las primeras indicaciones generales para los objetivos de
este Capítulo. Ante todo, la Asamblea considera útil el documento precapitular
como base de trabajo y, consiguientemente, se toma como punto de referencia
para el trabajo posterior de las comisiones.
Aparecen asimismo algunas líneas precisas para lo que se espera de todo
el trabajo de verificación y reflexión. El documento del Capítulo deberá ser
pastoral, muy concreto, operativo y dirigido a los salesianos en sus distintas
situaciones y contextos en cuanto educadores de la fe. Se desea vivamente
presentar a san Juan Bosco y su vida de educador y de evangelizador, hablando
a los jóvenes sí, pero caminando con ellos. La actitud es de diálogo, escucha y
servicio, educando en la fe y educándonos a nosotros mismos en la fe.
6. Comisiones de trabajo
371 Aclarados los objetivos principales del Capítulo, se afronta el método de
trabajo. El primer punto que se toma en consideración es la formación de las
comisiones, previstas por el Reglamento del Capítulo.
El problema es delicado, pues se quiere un método de trabajo ágil y eficaz,
que tenga en cuenta la sólida unidad del tema asignado al Capítulo.
El regulador ofrece una hipótesis sobre el método de trabajo, estudiada
anteriormente por la Comisión precapitular y también por el Consejo General.
Sigue un amplio debate, que sirve para esclarecer muchos aspectos de la
cuestión y, especialmente, para lograr la óptica acertada desde la que proceder
expedita eficazmente.
Al final del debate, el 15 de marzo la Asamblea vota la creación de cuatro
comisiones que estudien todo el tema del Capítulo. Cada una de ellas podrá
dividirse en grupos lingüísticos o por contextos, para agilizar el trabajo. Más
tarde se creará una pequeña comisión coordinadora (Intercomisión), que irá
recibiendo las indicaciones de las cuatro comisiones y de la Asamblea, a fin de ir
redactando el documento capitular.
Se crea también la quinta comisión, encargada de estudiar las propuestas
sobre las Constituciones y los Reglamentos Generales y otros problemas que
carácter estructural.
Formadas las comisiones, cada una elige su presidente, portavoz y
secretario.
155

16.6 Page 156

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 156
Ahora ya es posible organizar la Comisión central de coordinación, de la
que forman parte el presidente del Capítulo, el regulador, los moderadores y
cinco miembros elegidos por la Asamblea, elección que recae en los presidentes
de la comisión.
7. Trabajo intenso y comunión de familia
372 Cumplidos, en la primera semana de Capítulo, todos los requisitos
generales, muy importantes para la eficacia del trabajo, el lunes 19 de marzo,
fiesta de san José, las comisiones pueden entrar de lleno en el análisis del
documento de base, confrontado con los resultados de los capítulos
inspectoriales y con el intercambio de experiencias en las comisiones y en los
grupos.
Durante tres semanas, el trabajo se desarrolla en las comisiones, que dan
cuenta a la Asamblea, presentando observaciones y propuestas a medida que se
examinan las diversas partes del tema. Tienen lugar, así, sucesivos y animados
debates generales, que primeramente definen algunos núcleos de fondo y, des-
pués, la estructura y líneas esenciales de las tres partes en que se ha dividido el
documento.
Trabajo de comisión, de grupo y de asamblea, reuniones regionales y
otras citas llenan el día ordinario del capitular sin solución de continuidad, con
sus cuatro tiempos de trabajo: dos por la mañana (de 9 a 11 y de 11:30 a 13) y
dos por la tarde (de 16 a 17:30 y de 18 a 19:30 horas).
Pero el Capítulo tiene también otros momentos, en los que se pone de
manifiesto el espíritu de familia, la comunicación recíproca, y la alegría
salesiana. Un grupo de animación de la vida comunitaria, integrado por
capitulares de distinta procedencia, prepara especialmente algunos
entretenimientos después de cenar y otros instantes de fraternidad.
Gran relieve tienen las celebraciones de la oración. Por la mañana se
hacen ordinariamente en grupos lingüísticos; antes de cenar, todos juntos,
vísperas y buenas noches. Un día por semana, además del domingo, hay
celebración comunitaria de la Eucaristía, bien preparada por los diversos
grupos. A presidir algunas de ellas acuden, con ejemplar disponibilidad y
fraternidad, nuestros cardenales salesianos: Rosalio Castillo, el día de la
Anunciación; Antonio Javierre Ortas, el jueves de Pascua; Alfonso Stíckler, el 25
de abril, y Raúl Silva Henríquez, el 1 de mayo.
Un momento siempre esperado son las buenas noches. La primera
semana es el Rector Mayor, que habla de la vida y problemas de la Congregación.
Después, cada noche al terminar las vísperas, pasan uno tras otro los
inspectores presentando sus respectivas zonas. Es un panorama muy
interesante, que se va delineando progresivamente y refleja la vasta actividad de
la Congregación, su esfuerzo por responder a las necesidades y esperanzas de
los jóvenes y los problemas y dificultades que halla en su camino. Conmovedores
son, en particular, los testimonios de los salesianos del Este europeo
(Checoslovaquia y Hungría), que cuentan cómo han logrado conservar e incluso,
robustecer el carisma de san Juan Bosco en los difíciles años de su historia
reciente.
8. La Intercomisión y el final de la primera etapa de trabajo
373 Apenas comienza el trabajo de las comisiones, se ve la necesidad de
definir la Intercomisión en que se había pensado como posibilidad para coordinar
156

16.7 Page 157

▲back to top
el trabajo de las comisiones y redactar el texto unificado, que luego sería
sometido nuevamente a la Asamblea.
Por ello, el 24 de marzo, tras las necesarias explicaciones en la Asamblea
para precisar cuáles serían el camino y las incumbencias de dicha
Intercomisión, se procede a constituirla. La forman los cuatro porta-voces de
comisiones, cuatro miembros elegidos por éstas y otros cuatro seleccionados y
nombrados por el presidente del Capítulo.
La Intercomisión, a su vez, elige como presidente al padre Juan E. Vecchi
y como portavoz a don Antonio Martinelli, e inmediatamente se pone a elaborar
la primera parte del tema a base de cuanto le pasan las comisiones y lo que
emerge en la Asamblea. Muy pronto está en condiciones de ofrecer un borrador
de la estructura y realiza algunos sondeos para definir mejor su contenido.
Con este ritmo de trabajo, tras varias idas y venidas de las comisiones a la
Asamblea y de ésta a la Intercomisión, y viceversa, se logra concluir, a primeros
de abril, la primera etapa del trabajo. En la Asamblea las comisiones presentan
sus informes y tienen lugar los debates sobre cada una parte. La Intercomisión
prepara la estructura general, al menos de las dos primeras partes.
Hacia el final de la primera etapa del trabajo. el Rector Mayor, en su
calidad de presidente, analiza el momento en que se está y subraya algunos
puntos importantes que convendrá tener en cuenta: conciencia capitular y meta
de unanimidad a que se quiere llegar mediante el diálogo fraterno y la
confrontación; percepción de responsabilidad universal requerida por la
naturaleza del Capítulo General;' óptica específica para leer las interpelaciones y
retos desde la caridad pastoral, centro del espíritu salesiano; atención que se ha
de prestar a las dos recomendaciones del Santo Padre: la espiritualidad juvenil y
la dimensión social de la caridad.
Se habla también de la duración del Capítulo. En vista de lo cual, la
Comisión central de coordinación puede presentar una hipótesis más detallada
de la marcha del resto del trabajo.
9. Quinta comisión: Constituciones y Reglamentos
374 Mientras las cuatro comisiones y la Asamblea estudian el tema específico
del Capítulo -educar a los jóvenes en la fe- la quinta examina las observaciones y
propuestas llegadas de los capítulos inspectoriales y de varios salesianos acerca
de nuestro derecho propio (Constituciones y Reglamentos) y algunos aspectos de
las estructuras de animación y gobierno de la Congregación.
No eran muchas las propuestas de revisión de los textos legislativos,
ampliamente considerados por anteriores capítulos generales y aprobados por el
XXII Capítulo General. Sin embargo, para ciertos puntos se piden pequeñas
correcciones de carácter jurídico o práctico, y para otros se insiste en
sugerencias ya presentadas en dichos capítulos.
La quinta Comisión estudia todas estas cuestiones y las lleva a la
Asamblea, para que dé su opinión.
Gracias al debate y a oportunas votaciones de sondeo, se decide admitir
únicamente las modificaciones que parecen urgentes y necesarias.
Por esta razón, las modificaciones a las Constituciones y a los
Reglamentos que acepta la Asamblea son pocas y no substanciales. Se añaden
algunas interpretaciones prácticas, que el Capítulo sanciona a tenor del artículo
192 de las Constituciones.
Un punto sobre el que la Asamblea reflexiona más despacio es la
configuración de las regiones salesianas. De la confrontación realizada se deduce
157

16.8 Page 158

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 158
la oportunidad de dejar fundamentalmente invariada su configuración actual,
aunque previendo que, durante el sexenio, convendrá prepararse a un panorama
distinto.
Además, la Asamblea aprueba una orientación operativa específica para
mejorar la coordinación de la presencia salesiana en África.
10. Elección del Rector Mayor
375 Cuando ha transcurrido aproximadamente un mes de Capítulo, llega el
momento importante de las elecciones. En su discurso inaugural el Rector Mayor
ya había subrayado la responsabilidad especial de todos. La convivencia
capitular y el intercambio fraterno de ideas habían servido también para conocer
a las personas y las incumbencias de cada cargo, con miras al necesario
discernimiento.
Con objeto de disponerse inmediatamente a cumplir esta responsabilidad,
toda la tarde del 6 de abril, vísperas del día señalado para elegir al Rector Mayor,
se dedica al recogimiento y oración.
El 7 de abril empieza con la concelebración solemne de la Eucaristía, en
que se implora la luz de Espíritu Santo. A las nueve de la mañana comienzan las
operaciones de voto. Hacia las doce, el gran momento: don Egidio Viganó es
reelegido para el tercer sexenio. El cálido aplauso de la Asamblea indica la
alegría de todos.
Don Luis Fiora, capitular de más edad, sube al estrado y, en nombre de la
Asamblea, pregunta al elegido si acepta. Contesta brevemente don Egidio: «En
nombre de la obediencia religiosa, digo: obedezco». Y dirige unas palabras a la
Asamblea. Se repite el aplauso, y los capitulares pasan por la presidencia para
felicitar al reelegido.
La noticia se difunde rápidamente. Después de comer, llegan numerosos
salesianos y grupos de la familia salesiana que desean saludar y felicitar al
padre Viganó. Por la noche, la comunidad capitular, los miembros de la casa
generalicia y las religiosas y jóvenes que les ayudan celebran en torno al Rector
Mayor una velada de fraternidad y alegría.
11. Elección del Consejo General
376 Nada más ser reelegido, había dicho el Rector Mayor, entre otras cosas:
«Espero buenos colaboradores».
Y sus colaboradores, o sea, los miembros del Consejo General, son
elegidos del 9 al 11 de abril en varías sesiones sucesivas de votaciones.
El día 9 se elige al vicario del Rector Mayor en la persona de Juan
Edmundo Vecchi, que dice al aceptar: «Asumo esta incumbencia no sólo con
serenidad sino también con entusiasmo, confiando sobre todo en la señal que el
Señor me da en la seriedad de Vuestro discernimiento... Me dispongo, pues, a
ejemplo de mis ilustres predecesores -beato Miguel Rúa, venerable Felipe Rinaldi
y, últimamente, don Cayetano Scrivo-, a colaborar en plena comunión y filial
entendimiento con el Rector Mayor, don Egidio Viganó...».
El día siguiente, 10 de abril, tiene lugar la elección de los consejeros de
sectores especiales. La Asamblea elije a José Nicolussi para consejero de
formación; a Lucas Van Looy, para consejero de pastoral juvenil; a Antonio
Martinelli, para consejero de familia salesiana y comunicación social; a Luciano
Odorico, para consejero de misiones; a Homero Parón, para ecónomo general. Al
aceptar, cada uno de ellos expresa el agradecimiento a quien deja el cargo tras
haber servido con entrega a la Congregación.
158

16.9 Page 159

▲back to top
Por último, el miércoles 11 son elegidos los consejeros regionales con esta
asignación: Carlos Techera, América-Atlántico; Guillermo García Montaño, Amé-
rica-Pacífico/Caribe; Martín McPake, la región de lengua inglesa; Tomás
Panakézham, Asia; Antonio Rodríguez TalIón, la región Ibérica; Juan Fredigotti,
Italia y Oriente Medio; Domingo Britschu, Norte de Europa y África Central. La
delegación de Polonia estará representada por un delegado del Rector Mayor, que
éste nombrará.
12. Celebración de la Pascua
377 La primera etapa del trabajo y las elecciones del Rector Mayor y su
Consejo ocupan al Capítulo hasta Pascua.
Muchos miembros de éste comienzan la Semana Santa en la plaza de San
Pedro celebrando el día de la juventud -Domingo de Ramos- junto al Santo
Padre. Sin embargo, lo más significativo es, para la comunidad capitular, la Misa
vespertina de la Cena del Señor. El Rector Mayor, a los pocos días de ser
reelegido, preside la Eucaristía y destaca el significado del momento. «Estamos
celebrando -dice- esta Eucaristía en la Cena del Señor como asamblea capitular
salesiana. Cada uno de nosotros está aquí representando a los salesianos de las
diversas comunidades. Podemos decir que el sentido fraterno, el afecto del
corazón, el mandato constitucional y las responsabilidades capitulares hacen de
nuestra asamblea eucarística la síntesis viva de la Congregación y el precioso
núcleo animador de la gran familia salesiana ... Aquí juntos, participando en el
memorial de la Cena del Señor, aseguramos para ,todas las latitudes la identidad
en el mismo espíritu y en la misma misión, armonizamos en comunión orgánica
la pluriformidad de nuestras diferencias contextuales, proclamamos la unidad y
actualidad del carisma de san Juan Bosco y, alimentándonos juntos del único
pan eucarístico, formamos un solo cuerpo con Cristo, para ser signos y
portadores de su amor a los jóvenes».
Durante los siguientes días del triduo pascual, el Capítulo se concede una
pausa. Varios capitulares, que permanecen en Roma, asisten a las celebraciones
pascuales en los lugares sagrados romanos, unidos al Sumo Pontífice.
La celebración de la Pascua se prolonga durante el tiempo que queda de
Capítulo. Entre sus momentos más significativos, recordamos dos: la misa
comunitaria del jueves de la octava de Pascua, presidida por el cardenal Antonio
Javierre Ortas, y la original iniciativa del 'vía lucis', realizada el 26 de abril, a la
caída del sol, en el solar de las catacumbas de San Calixto, con la asistencia del
Consejo General de las Hijas de María Auxiliadora. Este ejercicio piadoso sigue la
estructura del vía crucis: catorce estaciones que van marcando el camino
pascual de Cristo hasta culminar en el misterio de Pentecostés. A los salesianos
nos recuerda el artículo 34 de las Constituciones: «Caminamos con los jóvenes
para llevarlos a la persona del Señor resucitado».
13. Segunda etapa de trabajo
378 Concluido tan breve descanso, el martes de Pascua se reúne de nuevo la
Asamblea para comenzar la segunda etapa de trabajo. Los capitulares reciben,
casi completo, el documento que, con intensa y sacrificada labor, había reparado
la Intercomisión, basándose en las propuestas de las Comisiones y de los
debates.
Empieza, así, una nueva confrontación, cuyos interlocutores son ahora los
grupos, la Asamblea y la Intercomisión. Las diversas partes de documento se
159

16.10 Page 160

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 160
analizan preferentemente en grupos regionales o constituidos en torno a temas
específicos; después pasa a la Asamblea para ver el grado de aceptación
comunitaria que alcanza y de nuevo va a la Intercomisión, para que incluya las
correcciones y añadiduras oportunas.
Los debates de la Asamblea sobre cada una de las partes desembocan en
la primera votación del documento, en la que cabe la posibilidad de votar 'iuxta
modum', ofreciendo sugerencias que ayuden a definir mejor el texto.
Es una etapa que implica un trabajo asiduo y nada fácil. A menudo ocupa
tiempo de trabajo fuera del horario normal, sobre todo para poder determinar las
disposiciones y orientaciones concretas que deberán guiar a las comunidades.
14. El esperado día de la beatificación de don Felipe Rinaldi
379 Caminando poco a poco en la confrontación y reflexión para dar respuesta
a los grandes temas que hoy plantea la nueva evangelización, el Capítulo llega al
suspirado día de la beatificación de don Felipe Rinaldi, tercer sucesor de san
Juan Bosco.
¡Fecha anhelada! Ya en los ejercicios espirituales el ejemplo de don Felipe
había brillado ante los capitulares como faro luminoso que señala la meta de un
camino de santidad recorrido en la escuela del Fundador. Durante el Capítulo
era frecuente y espontánea la referencia a don Felipe al hablar del método de la
bondad y de la espiritualidad.
Ahora que ha llegado el día, éste se muestra más rico en gracia y más
desbordante de alegría de cuanto se esperaba.
Por la mañana, en la plaza de San Pedro, donde la multitud es
numerosísima, se experimenta a la vez emoción y alegría al oír al Santo Padre
que proclama beato a este humilde servidor que había dado todo por los jóvenes
y por sus hermanos. Es hermoso contemplarlo junto a otros beatos que habían
testimoniado la misma caridad hasta la prueba del martirio.
Por la tarde, en nuestra Universidad, los capitulares asisten a un solemne
acto académico en honor del nuevo beato. El cardenal Rosalio Castillo Lara hace
la conmemoración oficial. Pero hay también otros testimonios, entre los que
sobresalen el conmovedor de la religiosa salvada por el milagro, Carlota de Noni,
y la alegría incontenible por el don hecho a la familia salesiana y a la Iglesia.
15. Visita del Papa
380 El uno de mayo será un día inolvidable no sólo para los capitulares, sino
para toda nuestra Congregación. Juan Pablo II, a quien se le había pedido que
los recibiera en audiencia, con un gesto exquisito de amistad quiso desplazarse
él para visitar al Capítulo en su sede.
Es la una menos cuarto cuando a los capitulares; reunidos en asamblea,
se les anuncia que ha llegado el Papa. Después de algunos minutos, en los que el
Santo Padre ora ante el Tabernáculo de nuestra capilla y saluda a los salesianos
de la casa generalicia, entra en la sala del Capítulo, acogido con un aplauso
emocionado y el canto del Oremus pro Pontífice. Le acompañan, además de su
secretario personal y monseñor Monduzzi, nuestros cardenales Raúl Silva Hen-
ríquez, Alfonso Stíckler, Rosalio Castillo Lara y Antonio Javierre Ortas, el obispo
de la diócesis monseñor Diego Bona, y los obispos salesianos Pedro Carretto,
Ignacio Velasco y Óscar Rodríguez.
160

17 Pages 161-170

▲back to top

17.1 Page 161

▲back to top
¡Es un acontecimiento histórico! «Nos admira y llena de gratitud este su
gesto paterno -saluda emocionado el Rector Mayor- de querer venir a visitamos y
hablamos en la sede de nuestro Capítulo General» (cf. Anexo 4).
«Queridos capitulares de la Sociedad Salesiana de san Juan Bosco -
responde Juan Pablo II-, tengo la alegría de estar con vosotros en una
circunstancia tan significativa, en la luz jubilosa de la elevación al honor de los
altares de vuestro hermano don Felipe Rinaldi, al que precisamente anteayer
tuve la dicha de proclamar beato. Os saludo afectuosamente y agradezco tan
cordial acogida a cada uno de vosotros, que representáis a toda la familia
salesiana».
Terminado el discurso, de unos diez minutos (cf. Anexo 5), el Papa, que se
halla en el estrado, invita a los capitulares a subir a él, y los saluda uno a uno
con un apretón de manos y unas palabras, Los fotógrafos fijan cada instante,
mientras la Asamblea canta la 'Virgen Negra'... Después, el Papa desciende del
estrado y se coloca en el centro del salón para la foto recuerdo.
Pero hay más. El Santo Padre se queda a comer con la comunidad
capitular, compartiendo así un momento característico de alegría familiar. Hay
júbilo y entusiasmo, que se manifiestan en un saludo amistoso y con algunos
cantos bien seleccionados por los grupos regionales.
Al final, el Papa toma la palabra y en tono familiar recuerda y agradece.
He aquí sus palabras, tal como fueron grabadas:
«Dicen que un hombre, al iniciar el septuagésimo año de su vida, se hace
más retrospectivo. Me doy cuenta de que también en mí se produce esa mirada
hacia atrás, pues, al encontrarme aquí, vuelvo a otro ambiente, a otro lugar
salesiano de mi ciudad y de mi parroquia, de donde salí: la parroquia de san
Estanislao de Kostka, de Cracovia [aplauso]. En ellas pasé mi juventud, difícil a
causa de la guerra, pero también llena de inspiraciones gracias a la parroquia y
a las personas que conocí allí durante la ocupación nazi. He vuelto varias veces:
como sacerdote, para celebrar la primera misa; como obispo, también para la
primera misa; como arzobispo de Cracovia y como cardenal... Siempre he vuelto
a vivir estas primicias en aquella su iglesia, que era mi iglesia parroquial (no la
única, porque antes estuvo la de Wadowice). Y después, siempre había un
recibimiento y una comida, igual que aquí. ¡Tengo que decir que las comidas se
parecen todas! También esta atmósfera salesiana de las comidas es similar, la de
Roma y la de Cracovia. Pero, ¡aquí en Roma hoy está una síntesis salesiana de
todo el mundo!
Os agradezco una vez más esta invitación salesiana, en un día en que en
el Vaticano se llama 'día libre' [aplauso]. En un día dedicado litúrgicamente a san
José, se celebra la fiesta del trabajo dejando de trabajar. Me parece justo: creo
que está en la línea del Génesis. También nuestro Creador nos dio ejemplo en
este sentido: ¡celebrar el trabajo dejando de trabajar! Gracias por esta fiesta del
trabajo vivida con los representantes de la gran familia salesiana de todo el
mundo.
Quiera Dios que continuéis siempre en esta misma línea. Si he hallado en
este comedor, aquí en Roma -¿estamos en Roma o fuera de Roma? [aplauso], nos
hallamos en una diócesis suburbicaria de Roma…- la continuación del ambiente
de Cracovia, quiere decir que existe la continuidad de un principio orgánico, que
pasa a todos los ambientes salesianos, estén donde estén.
Esto pertenece al espíritu de familia. La familia aspira siempre a estar
junta. Aunque vivan lejos (los miembros de la familia), aspiran a vivir la misma
161

17.2 Page 162

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 162
vida, el mismo ambiente, las mismas costumbres. Esto es muy bueno para una
familia humana, pero no lo es menos para una familia religiosa.
¡Qué numerosa es vuestra familia! Verdaderamente la Providencia os ha
bendecido de verdad; ha bendecido la obra de vuestro Fundador, don Juan
Bosco, dándole gran capacidad de atraer, Vuestra vocación es siempre atrayente.
Siempre van juntos él -Don Bosco-, los salesianos y los jóvenes, No se pierde
este punto de atracción entre ellos, no debe perderse, porque los jóvenes
necesitan de alguien que los ame y, también nosotros, los sacerdotes, religiosos y
pastores, necesitamos amar, amar a los jóvenes. Naturalmente, no sólo a ellos;
están también los ancianos, los pobres, los que sufren y otras muchas categorías
de personas.
No obstante, yo diría que es muy importante conservar este vínculo
orgánico con los jóvenes. Son ricos, tienen una gran potencialidad -más o menos
desarrollada-, pero siempre potencialidad real. Si emplean bien sus talentos, sus
potencialidades, se hacen verdaderamente ricos y pueden enriquecer a los
demás. Enriquecer, como enriqueció Jesucristo, que siendo rico se hizo pobre
para enriquecemos (cf. 2 Cor 8, 9). Se trata de esta pobreza y de esta riqueza.
Pero los jóvenes pueden imitar al hijo pródigo, perdiendo y despilfarrando
todo. De ahí que enseñarles el modo de enriquecer a los demás y no malgastar
su propia persona, sus riquezas y potencialidades es una gran obra de caridad,
obra pastoral, obra de Cristo. Aquí está también el genio de san Juan Bosco, que
debe ser siempre vuestro carisma.
¡Haga el Señor que sigáis por esta línea, la línea del carisma salesiano de
san Juan Bosco! Gracias.
El cálido y prolongado aplauso de todo el comedor fue signo de la gratitud
y alegría por tan paterno y generoso gesto de su visita al Capítulo.
Tras saludar a las Hijas de María Auxiliadora y a las jóvenes que
colaboran con ellas en la casa generalicia, el Santo Padre regresa al Vaticano.
El histórico encuentro será siempre un estímulo a ser cada vez más fieles
a la vocación y misión salesiana en la Iglesia.
16. Votación del documento capitular
381 Concluidas, en la última semana de abril, las primeras votaciones con
posibilidad de mandar sugerencias, la Intercomisión, tras un intenso trabajo
para examinarlas e incluirlas en el texto, prepara la redacción definitiva del
documento. El lunes, 30 de abril, lo entrega, casi completo, a los capitulares, a
fin de que puedan leerlo de nuevo y controlarlo antes de la votación definitiva.
Sólo faltan pequeñas aclaraciones y retoques, que la Intercomisión logra
presentar a la Asamblea con admirable solicitud.
Se llega así al viernes, 4 de mayo, día establecido para la votación final. Se
votan cada una de las partes y cada uno de los capítulos del documento,
agrupando oportunamente sus números; en particular, se votan una por una las
disposiciones capitulares y las orientaciones operativas. Es grande la
satisfacción al ver que en todos los puntos hay convergencia, muy superior a la
mayoría requerida. Al final se vota globalmente el documento: la aprobación del
texto es acogida con un aplauso de contento.
Conviene decir que ya anteriormente la Asamblea había aprobado las
pequeñas modificaciones a las Constituciones y a los Reglamentos, así como
otras disposiciones acerca de las estructuras.
162

17.3 Page 163

▲back to top
17. Saludos, mensajes y una propuesta
382 El XXIII Capítulo General camina hacia su final. Antes de terminar, la
Asamblea piensa en algunos gestos de saludo y buenos deseos, mediante los que
expresar su fraternidad y aliento.
Los primeros en que se pensó fueron los grupos de la familia salesiana -
Cooperadores/as y Antiguos Alumnos/as salesianos- que habían enviado al
Capítulo su saludo. Para ambos, la comisión central de coordinación había
encargado a varios capitulares que prepararan un breve mensaje, que se hizo ver
a los capitulares, para que opinaran y transmitieran sus, observaciones y
sugerencias. Ahora los mensajes, oportunamente revisados, vuelven a la
Asamblea, que: da parecer favorable (cf. Anexos 7 y 8).
Hay, sin embargo, un acontecimiento que los capitulares desean destacar
de modo especial: el próximo mes de septiembre las Hijas de María Auxiliadora
celebran su XIX Capítulo General con un tema muy cercano al del nuestro XXIII
Capítulo General. La Asamblea pide, por ello, que se envíe a la Madre General y
a las capitulares un saludo y augurio que les, asegure la cercanía fraterna y la
oración por el buen resultado de tan gran acontecimiento (cf. Anexo 6).
¿Y los jóvenes? Indudablemente han estado presentes en nuestro
Capítulo, y cabe decir incluso que, en muchos aspectos, han sido sus
protagonistas. Se pregunta: ¿Cómo hacerles oír la voz de la Congregación
reunida en Capítulo? Entre las propuestas que se hacen, la Asamblea prefiere
una: que el Rector Mayor, en su calidad de sucesor de san Juan Bosco, escriba
una carta a los jóvenes, en la que se haga portavoz de los salesianos, que por los
jóvenes quieren, igual que Don Bosco, dar toda su vida (cf. Anexo 10).
Por último, entre estos mensajes no hay que olvidar una iniciativa
singular, promovida por un grupo de capitulares: proponer a san Juan Bosco
como patrono especial de los deportistas, incluidos los profesionales
18. Clausura del XXIII Capítulo General
383 Finalmente, el sábado 5 de mayo, a los cincuenta y ocho días de su
inauguración oficial, el XXIII Capítulo General llega a su clausura. Por la tarde,
reunidos por última vez en asamblea general, los capitulares cumplen los
últimos requisitos previstos por el Reglamento. Después, cuando capitulares y
observadores han firmado al pie de la última acta de sesión, el Rector Mayor
pronuncia su discurso final: es una mirada autorizada al camino recorrido, a las
metas logradas y al quehacer que se le abre a la Congregación para el próximo
sexenio.
Al trazar el mensaje del XXIII Capítulo General, el Rector Mayor repasa
algunos puntos más sobresalientes de la reflexión capitular que han pasado a
ser indicaciones operativas: la explosión de las culturas, la aportación de lo
específico cristiano, la originalidad de la evangelización de la juventud, la
fisonomía oratoriana de la praxis de san Juan Bosco, un vibrante llamamiento a
la comunidad inspectorial y local, la implicación de los seglares, la dimensión
social de la caridad. El Rector Mayor termina volviendo su pensamiento a la
Santísima Virgen María, Auxiliadora y Madre de la Iglesia, estrella de la
evangelización. «Nuestra Congregación -recuerda- se puso en sus manos
solemnemente el14 de enero de 1984, al inaugurar el XXII Capítulo General.
Dicen las Constituciones que tal entrega nos ayuda a 'ser entre los jóvenes
testigos del amor inagotable de su Hijo' (Const. 8). El XXIII Capítulo General
quiere encomendarle a ella, de modo especial, dos grandes valores que hemos
163

17.4 Page 164

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 164
visto crecer durante el trabajo de estos meses: la comunión en la identidad
fraterna de todas las inspectorías y el relanzamiento de una verdadera
espiritualidad juvenil» (cf. Anexo 9).
Un vibrante y prolongado aplauso asegura al Rector Mayor la gratitud y el
afecto de todos los capitulares.
A las seis de la tarde, la solemne concelebración de la Eucaristía, en que
se conmemora anticipadamente a santo Domingo Savio, robustece aún más los
vínculos de unidad espiritual y de compromiso apostólico. Y, precisamente como
broche de la celebración eucarística, el regulador, don Francisco Maraccani,
declara clausurado oficialmente el XXIII Capítulo General.
Cada uno regresa a su inspectoría, vuelve a sus jóvenes, para reanudar
con los salesianos y con los jóvenes el camino de fe que el Capítulo ha querido
ilustrar a la luz del proyecto de santidad juvenil que san Juan Bosco testimonió
y nos dejó como herencia.
164

17.5 Page 165

▲back to top
ANEXO 12
RELACIÓN DE LOS PARTICIPANTES EN EL XXIII
CAPITULO GENERAL
Consejo General
1. P. Egidio Viganó
2. P. Cayetano Scrivo
3. P. Pablo Natali
4. P. Juan Edmundo Vecchi
5. P. Sergio Cuevas León
6. P. Lucas Van Looy
7. P. Hornero Parón
8. P. Luis Bosoni
9. P. Domingo Britschu
10. P. Martín McPake
11. P. Tomás Panakhézam
12. P. José Antonio Rico
13. P. P. Carlos Techera
14. P. Francisco Maraccani
15. P. Luis Fiora
Región América-Atlántico
16. P. Juan Cantini
17. P. Santiago Negrotti
18. P. Benjamín Stochetti
19. P. Benito Santecchia
20. P. Juan Antolín Briones
21. P. Walter Luis Jara
22. P. Hugo Izurieta
23. P. Luis Timossi
24. P. Mario del Degan
25. P. Mario Persig
26. P. Decio Zandonade
27. P. Cleto Caliman Camatta
28. P. José Marinoni
29. P. José Foralosso
30. P. Benjamín Morando
31. P. Juan Sucarrats
32. P. José Juvencio Balestieri
33. P. Marcos Sandrini
34. P. Orsini Linard Nuvens
35. P. Raimundo Costa
36. P. Luis Gonzaga Piccoli
37. P. Nivaldo Luis Pessinati
38. P. Ascensio Zabala
39. P. Bienvenido Maciel
40. P. Víctor Reyes
41. P. Claudio Muniz
Rector Mayor
Vicario
Consejero de formación
Consejero de pastoral juvenil
Consejero de FS y CS
Consejero de misiones
Ecónomo general
Consejero regional
Consejero regional
Consejero regional
Consejero regional
Consejero regional
Consejero regional
Secretario y regulador
Procurador general
Inspector: Argentina-Buenos Aires
Delegado: Argentina-Buenos Aires
Inspector: Argentina-Bahía Blanca
Delegado: Argentina-Bahía Blanca
Inspector: Argentina-Córdoba
Delegado: Argentina-Córdoba
Inspector: Argentina-La Plata
Delegado: Argentina-La Plata Inspector:
Argentina-Rosario
Delegado: Argentina-Rosario
Inspector: Brasil-Belo Horizonte
Delegado: Brasil-Belo Horizonte
Inspector: Brasil-Campo Grande
Delegado: Brasil-Campo Grande
Inspector: Brasil-Manáus
Delegado: Brasil-Manáus
Inspector: Brasil-Porto Alegre
Delegado: Brasil-Porto Alegre
Inspector: Brasil-Recife
Delegado: Brasil-Recife
Inspector: Brasil-Sao Paulo
Delegado: Brasil-Sao Paulo
Inspector: Paraguay
Delegado: Paraguay
Inspector: Uruguay
Delegado: Uruguay
165

17.6 Page 166

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 166
Región América-Pacifico-Caribe
42. P. Ángel Soto
43. P. Julio Soto
44. P. Carlos Longo
45. P. José Iriarte Aguirrezábal
46. P. Luis Ricardo Chinchilla
47. P. Óscar Julio Vian Morales
48. P. Ricardo Ezzati
49. P. José Nicolussi
50. P. Alfredo Videla
51. P. Carlos Julio Aponte
52. P. Camilo CastrelIón
53. P. Juan Bautista Calle
54. P. Marcos Barón
55. P. Germán Delgado
56. L. Gregorio Pérez
57. L. Luis Ganis
58. P. Pascual Chávez
59. P. José Luis Plasencia
60. P. Guillermo García M.
61. P. Fco. Javier Altamirano
62. P. Carlos Giacomuzzi
63. P. Carlos Cordero
64. P. Juan Pablo Perón
65. P. José Ángel Divassón
Región de lengua Inglesa
66. P. Patricio Lonergan
67. P. Juan Coleman
68. P. Julián Fox
69. P. Norman Ford
70. P. Ricardo Authier
71. P. Nino Cavoto
72. P. Miguel Winstanley
73. P. Jaime Gallagher
74. P. José Harrington
75. P. Juan Finnegan
76. P. Ricardo McCormick
77. P. Patricio Angelucci
78. L. Emilio Dubé
79. P. Tomás Prendiville
80. P. Ricardo Wanner
Región Asia
81. P. Juan Bautista Zen
82. P. Savio Hon Tai-Fai
83. P. Tomás Thail
84. P. Luciano Odorico
85. P. Francisco Pánfilo.
86. P. Francisco Gustilo
87. P. Mario Baclig
Inspector: Antillas
Delegado: Antillas
Inspector: Bolivia
Delegado: Bolivia
Inspector: Centroamérica
Delegado: Centroamérica
Inspector: Chile
Delegado: Chile
Delegado: Chile
Inspector: Colombia-Bogotá
Delegado: Colombia-Bogotá
Inspector: Colombia-Medellín
Delegado: Colombia-Medellín
Inspector: Ecuador
Delegado: Ecuador
Delegado: Ecuador
Inspector: México-Guadalajara
Delegado: México-Guadalajara
Inspector: México-México
Delegado: México-México
Inspector: Perú
Delegado: Perú
Inspector: Venezuela
Delegado: Venezuela
Sup. Visit.: África Meridional
Delegado: África Meridional
Inspector: Australia
Delegado: Australia
Sup. Visit.: Canadá Este
Delegado: Canadá Este
Inspector: Gran Bretaña
Delegado: Gran Bretaña
Inspector: Irlanda
Delegado: Irlanda
Inspector: Estados Unidos Este
Delegado: Estados Unidos Este
Delegado: Estados Unidos Este
Inspector: Estados Unidos Oeste
Delegado: Estados Unidos Oeste
Inspector: China
Delegado: China
Sup. Visit.: África Este
Delegado: África Este
Inspector: Filipinas
Delegado: Filipinas
Delegado: Filipinas
166

17.7 Page 167

▲back to top
88. P. Bautista Massa
89. P. Francisco Mizobe Osamu
90. P. Loddy Pires
91. P. Joaquín D'Souza
92. P. Sebastián Alancheril
93. P. Tomás Polackal
94. P. Luciano Colussi
95. P. Scaria Nedumala
96. P. Tomás Mulayinkal
97. P:Juan Kalapuraputhenpura
98. P. Domingo Jala
99. P. José Thelekkat
100. P. José Thekedathu
101. P. Pablo Puthanangady
102. P. Jacob Malayatti
103. P. Vicente Durairaj
104. P. José Raj Jaswant
105. P. Juan-Pedro Sathiaraj
106. P. Marcos Cuvelier
107. P. Pablo Hwang
108. P. Tito Pedrón
109. P. José Banchong
110. –
111.-
Región Ibérica
112. P. David Bernardo
113. P. Simón Pedro Cruz
114. P. Miguel Carabias Flores
115. P. Antonio Doménech
116. P. Francisco Ríu Rovira
117. P. Ricardo Arias Gómez
118. P. Ángel Miranda Regojo
119. P. Arcadio Cuadrado
120. P. Antonio Rodríguez Tallón
121. P. Eusebio Muñoz Ruiz
122. P. Filiberto Rodríguez
123. P. J. Antonio Sanmartín
124. P. Antonio García Martínez
125. P. Aureliano Laguna Vegas
126. P. Manuel Castro Barco
127. P. Eugenio Alburquerque
128. P. Francisco Vázquez
129. P. Antonio Calero
130. P. M. Asurmendi Aramendía
131. P. Cándido Orduna Abadía
Región Italia-Oriente Medio
132. P. Cayetano Galbusera
133. P. Dalmacio Maggi
134. P. Ángel Viganó
135. L. Silvano dalla Torre
136. P. Fausto Perrenchio
137. P. Amaldo Scaglioni
Inspector: Japón
Delegado: Japón
Inspector: India-Bombay
Delegado: India-Bombay
Inspector: India-Calcuta
Delegado: India-Calcuta
Delegado: India-Calcuta
Inspector: India-Dimapur
Delegado: India-Dimapur
Inspector: India-Guwahati
Delegado: India-Guwahati
Delegado: India-Guwahati
Inspector: India-Bangalur
Delegado: India-Bangalur
Delegado: India-Bangalur
Inspector: India-Madrás
Delegado: India-Madrás
Delegado: India-Madrás
Sup. Visitad.: Corea
Delegado: Corea
Inspector: Tailandia
Delegado: Tailandia
Sup. Visit.: Vietnam
Delegado: Vietnam
Inspector: Portugal
Delegado: Portugal
Inspector España-Barcelona
Delegado España-Barcelona
Delegado: España-Barcelona
Inspector: España-Bilbao
Delegado: España-Bilbao
Delegado: España-Bilbao
Inspector: España-Córdoba
Delegado: España-Córdoba
Inspector: España-León
Delegado: España-León
Delegado: España-León
Inspector: España-Madrid
Delegado: España-Madrid
Delegado: España-Madrid
Inspector: España-Sevilla
Delegado: España-Sevilla
Inspector: España-Valencia
Delegado: España-Valencia
Inspector: Italia-Adriática
Delegado: Italia-Adriática
Inspector: Italia-Central
Delegado: Italia-Central
Delegado: Italia-Central
Inspector: Italia-Lombardo Emiliana
167

17.8 Page 168

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 168
138. P. Enio Ronchi
139. P. Eugenio Riva
140. P. Pascual Liberatore
141. P. Vicente Savio
142. P. Antonio Martinelli
143. P. Vito Orlando
144. P. Nicolás Palmisano
145. P. Carlos Filippini
146. P. Julián Palizzi
147. P. Hilario Spera
148. P. Juan Luis Pussino
149. P. Antonio Petrosino
150. P. José Casti
151. P. Juan Lilliu
152. P. Victorio Costanzo
153. P. Vito Luis Perrelli
154. P. Humberto Romeo
155. P. Luis Basset
156. P. Luis Testa
157. P. Juan Ghiglione
158. P. Juan Filippin
159. P. Luis Zuppini
160. P. Alberto Trevisan
161. P. Juan Fredigotti
162. P. Adrián Bregolin
163. P. Alfredo Picchioni
164. P. Victorio Pozzo
Delegado: Italia-Lombarda Emiliana
Delegado: Italia-Lombarda Emiliana
Inspector: Italia-Ligur Toscana
Delegado: Italia-Ligur Toscana
Inspector: Italia-Meridional
Delegado: Italia-Meridional
Delegado: Italia-Meridional
Inspector: Italia-Novara Suiza
Delegado: Italia-Novara Suiza
Inspector: Italia-Novara Suiza
Delegado: Italia-Romana
Delegado: Italia-Romana
Sup. Visitad.: Italia-Cerdeña
Delegado: Italia-Cerdeña
Inspector: Italia-Sicilia
Delegado: Italia-Sicilia
Delegado: Italia-Sicilia
Inspector: Italia-Subalpina
Delegado Italia-Subalpina
Delegado: Italia-Subalpina
Inspector: Italia-Véneta Este
Delegado: Italia-Véneta Este
Delegado: Italia-Véneta Este
Inspector: Italia-Véneta Oeste
Delegado: Italia-Véneta Oeste
Inspector: Oriente Medio
Delegado: Oriente Medio
Región Norte de Europa y África Central
165. P. Juan Dingenen
Inspector: África Central
166. P. Juan Pedro Tafunga
Delegado: África Central
167. P. José Keler
Inspector: Austria
168. P. Bernardo Maier
Delegado: Austria
169. P. Luciano Desmet
Inspector: Bélgica Norte
170. P. Enrique Biesmans
Delegado: Bélgica Norte
171. P. Miguel Doutreluingne
Inspector: Bélgica Sur
172. P. Gerardo Durieux
Delegado: Bélgica Sur
173. P. José Kaiser
Inspector: Checoslovaquia-Bratislava
174. P. Andrés Dermek
Delegado: Checoslovaquia-Bratislava
175. P. Ladislao Vik
Inspector: Checoslovaquia-Praga
176. P. Francisco Kunetka (1)
Delegado: Checoslovaquia-Praga
177. P. Morando Wirth
Inspector: Francia-Lyon
178. P. Edmundo Klenk
Delegado: Francia-Lyon
179. P. Gerardo Balbo
Inspector: Francia-París
180. P. Ivo Réaudin
Delegado: Francia-París
181. P. Reinhard Helbing
Inspector: Alemania-Norte
182. P. Juan Pablo Müller
Delegado: Alemania-Norte
183. P. Augusto Brecheisen
Inspector: Alemania-Sur
184. P. José Grünner
Delegado: Alemania-Sur
185. P. Juan Schoch
Delegado: Alemania-Sur
186. P. Estanislao Hocevar
Inspector: Yugoslavia-Liubliana
187. P. Franco Skrabl
Delegado: Yugoslavia-Liubliana
188. P. Mirko Barbaric
Inspector: Yugoslavia-Zagreb
189. P. Marcos Pranjic
Delegado: Yugoslavia-Zagreb
190. p, Andrés Asma
Inspector: Holanda
168

17.9 Page 169

▲back to top
191. P. Berto Van Vliet
192. P. Juan Pásztor
193. P. Juan Baji
Delegado: Holanda
Inspector: Hungría
Delegado: Hungría
Delegación de Polonia
194. P. Zdzislaw Weder
195. P. Alejandroo Janeczek
196. P. Zbigniew Malinowski
197. P. Estanislao Skopiak
198. P. Estanislao Styrna
199. P. Juan Gliscinski
200. P. Adán Smigielski
201. P. José Wilk
202. P. Pedro Biegus
203. P. Mariano Dziubiñski
204. P. Francisco Krasoñ
Inspector: Polonia-Varsovia
Delegado: Polonia-Varsovia
Delegado: Polonia-Varsovia
Inspector: Polonia-Pila
Delegado: Polonia-Pila
Delegado: Polonia-Pila
Inspector: Polonia-Breslau
Delegado: Polonia-Breslau
Inspector: Polonia-Cracovia
Delegado: Polonia-Cracovia
Delegado: Polonia-Cracovia
Visitaduría Universidad Pontificia Salesiana
205. P. Adrián Van Luyn
206. P. Tarsicio Bertone
Sup. Vis.: UPS
Delegado: UPS
Casa generalicia
207. L. Renato Romaldi
Delegado: RMG
Observadores
1. P. Agustin Dzidziel
2. L. Cipriano Dusabeyezu
3. L. Fernando Martín
4. L. Nelo Valeri
5. L. Pedro Vespa
6. P. Santiago Mésidor
Deleg. del Rector Mayor para Polonia
África Central
México-México
India-Guwahati
Italia-Roma
Haiti
Secretarios adjuntos
P. Jacinto Aucello
P. Francisco Castellanos
P. Mario Mauri
Casa generalicia
Casa generalicia
Casa generalicia
Afectos a la traducción
P. Nicolás Merino Urién
P. Jaime O'Halloran
P. Lamberto Petit
P. Jorge WilIiams
Español
Inglés
Francés
Inglés
169

17.10 Page 170

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 170
(1) Sustituido por José Kopecky desde el 15 de abril.
170

18 Pages 171-180

▲back to top

18.1 Page 171

▲back to top
ÍNDICE DE MATERIAS
(Las cifras remiten los números marginales)
Acogida
Jesús manifiesta la pedagogía del amor en la - de los pequeños y de los pecadores 12;
valores de - en algunos contextos 23 28;
- del salesiano, signo de Dios para el joven 98-99 105 164 219;
- de la vida 124;
- como actitud para favorecer la pertenencia eclesial 143;
la educación en la fe en los ambientes de amplia - (oratorios, centros juveniles y otros)
262-266;
comunidades de - para jóvenes en dificultad 290-294
África
compromiso de la Congregación en - 33s;
orientación operativa para la presencia salesiana en - 310
Alegría
espiritualidad de la - como núcleo fundamental de la espiritualidad juvenil salesiana:
la - de la bondad 165, y el esfuerzo del crecimiento 166
Ambiente/s
el - humano, lugar concreto en que la comunidad manifiesta su fe 1;
- oratoriano, paradigma de todos nuestros ambientes 100;
- acogedor para quien empieza el camino de fe 105;
- salesiano y vivencia de Iglesia 169-170;
para educar en el amor, crear - ricos de intercambios comunicativo-afectivos 196;
la educación en la fe en - de amplia acogida (oratorios, centros juveniles y otros) 262-
266, en - de educación sistemática 267-273;
nuevos - (lugares) de agrupación y educación: calle, salas de diversión y de reunión,
etc. 62;
v. también Situaciones
Amistad
ocasiones de - para los jóvenes en el trabajo 60, en la calle y demás lugares de
agrupación 62;
necesidad de - en el joven 143 169;
presencia de - de los educadores, elemento fundamental del ambiente educativo
salesiano y del camino de fe 99-100 107 124 143 159 290;
Valor de la - en el camino vocacional 151;
espiritualidad juvenil salesiana como espiritualidad de la - con Jesucristo 167-168;
la - en la espiritualidad de comunión eclesial 169-170;
el clima de - en la celebración de la Eucaristía 175;
v. también Fiesta
Amor
pedagogía del - testimoniada por Jesucristo 12, por san Juan Bosco 97;
el testimonio de modelos inspirados en el - de Cristo revela a los jóvenes el valor de la
fe 135;
el compromiso apostólico madura el -, que se hace don en la comunidad cristiana y en
la sociedad 155;
en el - del salesiano los jóvenes descubren un signo de Dios que ama (lo que les lleva a
amar la vida) 164;
Reconciliación y Eucaristía, sacramentos del - 174-175;
educación en el -: situación 192, cómo se refleja en el camino de fe 193-196, aspectos
de una educación adecuada 197.200, el testimonio del salesiano 201, una catequesis
atenta 202;
171

18.2 Page 172

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 172
para construir la civilización del - 210-214;
v. también Caridad, Vida.
Animadores
promoción de - en el oratorio-centro juvenil 266;
programación y verificación anual de un camino de formación pedagógica y salesiana
para - de grupo 281;
- de las grandes concentraciones juveniles 298;
la inspectoría prepare a los salesianos para ser - de comunidad 222;
el inspector nombre un - que oriente y coordine la dimensión vocacional y esté en
relación con la Iglesia local 253
Antiguos Alumnos
mensaje del XXIII CG a los - 339.343: descubrir la pasión por los jóvenes y verlos
como Don Bosco 340;
- llamados a ser testigos de una misión juvenil 341;
importancia de realizar una comunidad educativa auténtica 341;
responsabilidad de los SDB en la formación humana, espiritual y salesiana de los -
342
Áreas
- de atención en el camino para educar en la fe: meta global (un hombre orientado
hacia Cristo que sepa integrar fe y vida) 112-115;
cuatro grandes aspectos de la maduración cristiana como - 116-119: hacia la madurez
humana 120-129, hacia el encuentro auténtico con Jesucristo 130-139, hacia una
pertenencia eclesial intensa 140-148, hacia un compromiso por el Reino 149-156
Bautismo
la vocación bautismal en la espiritualidad juvenil salesiana 159 164 173;
opción vocacional como desarrollo de la vocación humana y bautismal 149s;
espiritualidad, participación viva en la fuerza del Espíritu Santo recibida en el - y
llevada a plenitud en la Confirmación (discurso del Papa al CG) 334
Bienaventuranzas
espíritu y exigencias de las - en la espiritualidad juvenil salesiana 162 166 167
Bosco (Don)
- hizo a los jóvenes protagonistas de la evangelización de otros jóvenes 70 159;
la vivencia espiritual siguiendo a - en la raíz de nuestra esperanza 92;
- nos enseña a reconocer la presencia activa de Dios en los jóvenes 94;
- maestro en ir a los jóvenes 97 100;
- modelo de integración de fe y vida 120, y síntesis entre fe y vida 162 178 180;
para - la religión es punto de referencia en la educación 123 159;
- santo de la alegría 165-166;
- maestro de las bienaventuranzas 166 y del encuentro con Cristo 167-168;
- educador de los jóvenes para una comunión de responsabilidad 170;
- Y el amor a la Iglesia 171;
- Y el valor educativo de los sacramentos 148 173-175 y de la oración 176;
- y María 177;
- Y la comprensión de la fórmula 'ciudadanos honrados y buenos cristianos 178-180;
la vida ejemplar de - en su contexto social 207;
- Y la orientación vocacional 248;
cf. 154 (presentación de:- en la propuesta vocacional);
- y el reto de los medios de comunicación 256;
- y Bartolomé Garelli, tipo de acercamiento a los chicos y jóvenes en dificultad 291;
- invita a educar mediante un proyecto con la originalidad y la audacia de la propuesta
de una santidad juvenil (mensaje del Papa) 312-313;
172

18.3 Page 173

▲back to top
- genio del corazón, transmisor de una original opción pedagógica (discurso del Papa
al CG) 332
Calle
los jóvenes y la - (como ambiente) 62
Camino (de educación en la fe)
construir un - a medida de los jóvenes: respuesta del XXIII Capítulo General 10;
las comunidades deben tomar en consideración su propio contexto si quieren hacer un
- de fe con los jóvenes 17;
en el origen del -, la obra de Dios reconocida en toda
situación juvenil 94-96;
punto de partida del -: ir a los jóvenes 97-100; momentos del - propuesta de fe en el -
educativo con características especiales (criterios) 101-111;
áreas de atención: meta global (un hombre orientado hacia Cristo, que sepa integrar fe
y vida) 112-115;
cuatro grandes aspectos de la maduración humana como áreas 116-119: hacia la
madurez humana 120-129, hacia el encuentro auténtico con Cristo 130-139, hacia
una pertenencia eclesial intensa 140-148, hacia un compromiso por el Reino 149-156;
presencia de María en el - de fe 157;
- de fe y formación de la conciencia 185;
cómo se refleja la relación actual vida/amor en el 193;
el - de fe de los jóvenes requiere el testimonio de la comunidad 219-220;
el - de fe de los jóvenes requiere que la comunidad se inserte en el mundo juvenil con
una nueva calidad pastoral 225-230;
el - de fe de los jóvenes requiere que la comunidad salesiana sea animadora de la
comunidad educativo-pastoral y
de la familia salesiana 232-238;
el - de fe de los jóvenes pide a la comunidad una pastoral orgánica 239-246, una
atención particular a la orientación vocacional 247-253, y una nueva forma de
comunicación 254.260;
el - de fe de los jóvenes en situaciones particulares: en ambientes de amplia acogida
262-266, en ambientes de
educación sistemática 267-273, en los grupos juveniles 274-283, en el trato personal
con el joven 284-289, en las
comunidades para jóvenes en dificultad 290-294, en las
grandes concentraciones juveniles 295-299;
el - vocacional
v. Vocación
Capítulo/s General/es
misión salesiana en el - Especial 5, en el XXI - 6, en el
XXII - 7, en el XXIII - 8-11;
el XXIII - relanza la investigación sobre la espiritualidad juvenil salesiana estudiada en
el - Especial y en el XXI - 158;
XXIII - Y confrontación de los salesianos con los pobres en el mundo 203-204;
coincidencia de ideas con el XXI - para situaciones particulares que orientan
experiencias juveniles específicas 261;
importancia y notas distintivas del - (saludo del card. Hamer) 315-317;
características y objetivos del XXIII - (discurso inaugural del Rector Mayor) 318-323;
mensaje del XXIII - (discurso final del Rector Mayor) 345
Caridad
seguimos el método de la - del Buen Pastor 93;
la -, característica del ambiente oratoriano 100;
- e integración de fe y vida 115 122;
el testimonio de modelos eminentes de - revela a los jóvenes el valor de la fe 135;
173

18.4 Page 174

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 174
viviendo la - pastoral y el ambiente de familia, los salesianos suscitan en los jóvenes el
interrogante de la felicidad 162;
la formación de los salesianos cuidará la interioridad apostólica, que es
simultáneamente - pastoral y capacidad pedagógica 221;
de la - pastoral nace la fuerza de síntesis unitiva (discurso del Papa al CG) 332; cf.
349;
dimensión social de la -: componente esencial de la ética cristiana 203-204, necesidad
de una educación general
205-207, respuesta histórica de Don Bosco 207-208, educar en el valor de la persona
209, conocer la compleja realidad sociopolítica 210, introducir a los jóvenes en si-
tuaciones que piden solidaridad 211, responder mediante proyectos concretos de
solidaridad 212, solidaridad fundada en el Evangelio y en la fe 213, así como en
exigencias de participación política 214;
en la actividad educativa y pastoral salesiana deberá estar presente la dimensión
social de la - (mensaje del Papa) 314;
un punto claramente vinculado a la nueva evangelización es la dimensión social de la -
(discurso final del RM) 355;
v. también Amor
Catequesis
- que favorece el anuncio 136, y lleva a la transformación de la vida 138 (confrontación
con los grandes problemas culturales);
- sacramental progresiva 148;
- que encamina a la reflexión vocacional 153;
- específica para formar la conciencia 189, - y educación en el amor 202;
la - en el oratorio-centro juvenil 264-265;
la comunidad cuide la capacidad comunicativa en la - 258;
v. también Evangelización, Fe (educación en la)
Centros
- de pastoral nacionales y regionales 245;
educación en la fe en - juveniles 262-266, en - de preparación para el trabajo
(ambientes de educación sistemática) 267-273
Ciencias (de la educación)
nuestra reflexión acerca de los contextos aprovecha la aportación de las - competentes
16;
para la maduración de la fe el educador se sirve de las - 123;
compromiso de cualificar a los salesianos (cualificación pastoral y competencia
educativo-profesional) 221 223
Colaboración
clima de - en los ambientes salesianos 125;
Don Bosco ejemplo de educación de los jóvenes en la - 170;
los grupos de la familia salesiana colaboran con nosotros como corresponsables 234;
la inspectoría estimule la - de los seglares 237
Comunicación
los jóvenes desean la - 51;
falta de - con los jóvenes que están lejos de la fe 77;
necesidad de un lenguaje capaz de comunicar en la nueva cultura 85;
- interpersonal 125 144 192-196;
promoción de la - pastoral en los diversos niveles de la Congregación 242-246;
el camino de fe de los jóvenes necesita que la comunidad desarrolle una nueva forma
de -: importancia de la - 254, para el joven 255, reto para los educadores 256,
orientaciones operativas 257-260;
cultivar la - entre grupos juveniles 282, en las grandes concentraciones juveniles 297;
174

18.5 Page 175

▲back to top
v. también Relaciones
Comunicación social
a causa de los medios de - el mundo es cada vez más una aldea 17;
los jóvenes y la - 63 183 254 255;
la - y la irrelevancia de la fe 84;
- reto para los educadores salesianos 256;
compromiso de la Congregación en la - para este sexenio 257, comunidad local y -
258, el inspector y el encargado inspectorial de la - (incumbencias) 259, el consejero
general de - (incumbencias) 260;
v, también Comunicación
Comunidad
la - salesiana, prioridad en el XXI CG 6;
la - procura comprender el contexto en que vive 15s;
la - interpelada por los retos juveniles 89;
su respuesta y las convicciones que la alimentan 90-93 208-214;
la - y la nueva evangelización 215: signo de fe 216, escuela de fe 217, centro de
comunión 218, testigo de Jesucristo 219-220;
- local: programa anual de formación permanente para - 222'
- e inserción evangelizadora en su contexto y en el mundo juvenil (escrutinio anual)
229, - y realización de la - educativo-pastoral 236, los cargos en la - 243;
- lugar determinante para la pastoral vocacional 250, concreta sus modalidades en el
proyecto educativo-pastoral y las realiza 252, cuida su propia capacidad comunicativa
258;
experiencias de participación juvenil en la - cristiana 147;
la - educativo-pastoral, ámbito único para el proceso de educación en la fe 110-111
170 232-233;
el camino de fe de los jóvenes pide que la - salesiana sea animadora de la - educativo-
pastoral 232-238; necesaria unidad y convergencia operativa en la - educativo-pastoral
242, orientaciones operativas 242-246;
- para jóvenes en dificultad 290-294;
vibrante llamamiento a la - inspectorial y local (discurso final del RM) 351-352,
iniciativas interinspectoriales (ibíd.) 353;
v. también Educación, Fe, Retos
Concentraciones
las grandes - juveniles 295-296, tengan calidad de anuncio 297-299
Conciencia
formación de la -: fuerte sentido de libertad 182, cómo se refleja en los jóvenes 183-
185, intervención educativa 186-187, lectura evangélica de la realidad 188, catequesis
específica 189, sentido del misterio, del pecado y de las limitaciones 190, necesidad de
confrontarse con una norma 191
Concilio Vaticano II
estímulos del - a educar y acompañar al hombre 3; nuevo clima ecuménico por influjo
del - 71
Confirmación
catequesis de la - para suscitar el sentido de la presencia del Espíritu 148;
la - lleva a realizar la madurez de la fe 173; espiritualidad, participación viva en la
fuerza del Espíritu Santo recibida en el Bautismo y llevada a plenitud en la
Confirmación (discurso del Papa al CG) 334
Congregación
camino de renovación recorrido por nuestra - en estos años 1-10;
175

18.6 Page 176

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 176
la - se siente desafiada al leer los contextos y la situación de los jóvenes ante la fe 75s;
compromiso prioritario de nuestra - para la formación permanente y la cualificación
continua de los salesianos. 221-224;
compromiso de nuestra - para cualificar sus presencias con miras a la educación en la
fe 228-231, para construir en todas sus presencias la comunidad educativo-pastoral y
para cualificar a los seglares 235-238;
nuestra - y las estructuras de animación pastoral: necesidad de comunión operativa
240, orientaciones operativas 242-246;
reflexión hecha por nuestra - acerca de la orientación vocacional 249-250;
dar a conocer y hacer amar la historia y la vida de nuestra - 252;
implicación de nuestra - en los problemas de la comunicación social 256,
orientaciones operativas 257-260
Consejo General
v. Rector Mayor
Constituciones
cambios y añadiduras en el texto de las - 301-304: supresión del núm. 14 del § 1 del
art. 132 de las - 302; modificación del § 2 del arto. 132 de las - 303; modificación del
art. 151, 8 de - 304;
interpretación práctica del art. 151, 7 y 8 de - 306
Contextos
- en que viven las comunidades salesianas: mirada pastoral a los - 15-17, - donde
abundan los bienes materiales 18-21, - de empobrecimiento 22-26, - de otras
religiones 27-32, de nuevos países independientes 33-37, de salida de regímenes
autoritarios 38-41, de grupos autóctonos y minorías étnicas 42-44
v. también inserción
Conversión
el camino de - a la persona de Cristo 137-138
Cooperadores salesianos
mensaje del XXIII CG a - 337-338: invitación en nombre de san Juan Bosco a
asociarse en su trabajo de educación en la fe y de fe de los jóvenes 337,
complementariedad apostólica en la familia salesiana y llamamiento a los salesianos
338
Cotidiano
espiritualidad de lo -: es síntesis entre fe y vida 162, descubrimiento de la riqueza de
la Encarnación 163, amor a la vida 164
Cristo
v. Jesucristo
Criterios
- que sigue el estilo salesiano al orientar hacia la fe 101-111: propuesta de fe en el
proceso educativo 102, con dos polos constantes: los jóvenes y Cristo 103;
es camino educativo 104, que da la preferencia a los últimos y a los más pobres 105,
que avanza siempre hacia nuevas metas 106, que se adecua al paso de todo joven
107-109, que se realiza en comunidad 110-111
Crónica
- del XXIII CG 366-383
Cualificación
176

18.7 Page 177

▲back to top
- continua de los salesianos, compromiso prioritario en este sexenio 221 223;
- de las presencias para la educación en la fe 228-231
Cultura
situación juvenil y -; en contextos con abundancia de bienes materiales 19, en
contextos de empobrecimiento 22-23, en contextos de otras religiones 28, en los
nuevos países independientes 33-34, en la salida de regímenes autoritarios 39, en
grupos autóctonos y minorías étnicas 42.
-vivida y fe 16;
irrelevancia de la fe en la - actual 83-85, confrontación entre fe y problemas de la -
138 186-188 228;
el camino hacia la madurez humana como respuesta a los retos de la –actual 129;
la - y demás dimensiones en los ambientes de educación sistemática 267-273;
explosión de la - y nueva evangelización (discurso final del RM) 346-347;
v. también Contextos
Delegado
el - de pastoral juvenil y su equipo 244
Dicasterio/s
el Rector Mayor ofrezca, por medio de los -, elementos
y pautas para un 'proyecto seglares' en nuestra Congregación 238;
el de pastoral juvenil, referencia unificadora de los servicios, actividades y obras
dedicados a la educación de la juventud 246;
v. también Rector Mayor
Dios
presencia de - Padre en la vivencia del salesiano 7;
la pedagogía de - Padre, modelo para educar a los jóvenes en la fe 11, testimoniada por
el Hijo 12, distribuida por el Espíritu Santo 13;
- como interrogante para los jóvenes 8;
irrelevancia del tema de - 83;
la misión juvenil, colaboración en la obra de - 90-91; la obra de - reconocida en toda
situación juvenil está en el origen del camino de educación en la fe 94-96; apertura a -
en el descubrimiento del sentido de la vida 128;
lo humano como lugar del encuentro con -en la espiritualidad juvenil salesiana 163-
164;
- horizonte de comprensión auténtica del amor 194; la comunidad salesiana testigo de
- 219-220
v. también Jesucristo, Espíritu Santo
Dirección espiritual
- en el discernimiento vocacional 155;
- en el sistema preventivo 158;
- prolongación de la Reconciliación 174;
iniciativas de formación en la - 223 253;
- como encuentro personal con el joven 284-298
Director
la comunidad local, animada por el - tenga un programa anual de formación
permanente 222;
la inspectoría prevea iniciativas con que formar a los en el campo de la dirección
espiritual 223;
el - recupere el papel de orientador de los jóvenes 252; obligaciones del - con los
grupos juveniles y en la espiritualidad juvenil salesiana 279-283;
el - ponga sumo interés en la relación personal con los jóvenes 287
177

18.8 Page 178

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 178
Discernimiento
educar en el - ético 186-187;
- vocacional 155 250 252-253
Disposiciones
- sobre grupos de inspectorías 308-309;
- capitulares acerca de los compromisos operativos de la comunidad 219-256
Economía
sistema económico y contextos donde abundan los bienes materiales 18, en contextos
de empobrecimiento 22 24 - 25, en contextos de otras religiones 29, en los nuevos
países independientes 33, en la salida de regímenes autoritarios 38
Educación
historia del trabajo de la Congregación en la - 1-10;
la - se inspira en la pedagogía de Dios 11-14;
la - en los nuevos países independientes 34 37;
las instituciones educativas y los jóvenes 53: familia 54-55, instituciones educativas
54, instituciones religiosas 57-59; el oratorio, paradigma de todo ambiente educativo
salesiano 100;
el proceso educativo, espacio privilegiado para el camino hacia la fe 102-111;
ciencia y sabiduría que requiere la - 123, algunas metas esenciales 124-129;
la espiritualidad salesiana es juvenil y, por tanto, educativa 160;
algunos núcleos más importantes de la - en la fe 181: formación de la conciencia 182-
191, - en el amor 192-202, dimensión social (sociopolítica) de la caridad 203-214;
cumbre y corona de la - es la orientación vocacional 247;
- en la fe en los ambientes de - sistemática 267-273;
la - de los jóvenes es una de las grandes cuestiones de la nueva evangelización
(discurso del Papa al CG) 332;
nueva -, exigida por la nueva evangelización: síntesis pedagógica del ,método de Don
Bosco (discurso final del RM) 348-349;
v. también Camino, Fe, Maduración
Encarnación
descubrimiento de la - en la espiritualidad juvenil salesiana 163
Escrutinio
- anual de la comunidad local sobre su inserción evangelizadora en su contexto y en el
mundo juvenil 229
Escuela
los jóvenes y la - (instituciones educativas) 56;
la calle, - de vida para muchos jóvenes en contextos de pobreza 62;
la comunidad, - de fe para los jóvenes 217;
la educación en la fe dentro de la - (ambientes de educación sistemática) 267-273
Esperanza
nuestras comunidades, signo de - 82 85;
ejercicio de la - como estilo de vida 115 124;
la -, característica del ambiente de Valdocco 165;
María Santísima, fuente de - 177
Espíritu Santo
- guía en el camino de renovación de nuestra Congregación 1 5;
- difunde la sabiduría pedagógica del Padre 13;
obra del - en los jóvenes, base para educar en la fe 91 92 95 112 164 (recomponer la
unidad) 168;
178

18.9 Page 179

▲back to top
- y vida como proyecto vocacional 178-180;
- fuente de comunión operativa en la pastoral 239; espiritualidad significa
participación en la fuerza viva del - recibida en el Bautismo y llevada a plenitud en la
Confirmación (discurso del Papa al CG) 334
Espiritualidad (Juvenil Salesiana)
- como vivencia 92;
- : espiritualidad salesiana y juvenil y, por tanto, educativa 158.160;
núcleos fundamentales de la - 161: - de lo cotidiano 162-164, - de la alegría y el
optimismo 165-166, - de la amistad con Jesucristo 167-168, - de comunión eclesial
169.177, - de servicio responsable 178-180;
ahondamiento de la - por parte de los responsables de grupos juveniles y del MJS 283;
- juvenil que se ha de profundizar: Don Bosco, maestro de - juvenil (mensaje del Papa)
313;
la síntesis orgánica entre fe y vida que ha de madurar en los jóvenes sólo se obtiene
mediante la fuerza de una - concreta (discurso inaugural del RM) 327;
suscitar entre los jóvenes una - auténtica (discurso del Papa al CG) 334
Eucaristía
participación en el misterio de la Iglesia mediante la – 148;
el encuentro con Cristo y con los hermanos en el sacramento de la - 175;
acompañamiento de los jóvenes en dificultad hasta el encuentro en la - 294;
v. también Sacramentos
Evangelio
anuncio del - a los jóvenes 136-137;
- y vida cotidiana 149 184 186-189;
lectura del - en la espiritualidad juvenil salesiana 162 - 163 166;
la dimensión social de la caridad, dimensión constitutiva del - 204;
la comunidad salesiana, llamada a revisarse y renovarse a la luz del - 215-218;
v. también Palabra de Dios
Evangelización
la nueva -, razones y contexto 4;
nueva - y misión juvenil salesiana 90-91;
nueva - y comunidad salesiana 215-218;
necesidad del testimonio de la comunidad 219-220;
la comunidad local busca caminos concretos para dar nueva vida a su presencia entre
los jóvenes, y revisa anualmente mediante un escrutinio la eficacia de su acción
evangelizadora 229;
- alma del oratorio-centro juvenil 264;
explosión de las culturas y nueva - (discurso final del RM) 346-347;
originalidad de la - de la juventud en la praxis educativa de Don Bosco (ibíd.) 348
Familia
la - y los jóvenes 54-55 193-196;
iniciación en la fe a partir de la - 139;
preparación para formar una - 148 178180
Familia salesiana
el camino de fe de los jóvenes requiere que la comunidad salesiana sea animadora de
la - 234;
compromisos operativos 235-236;
estamos en comunión, somos familia movilizada apostólicamente (del mensaje del
XXIII CG a los Cooperadores) 338;
compromiso de animación de los seglares de la familia salesiana (discurso final del
RM) 354
179

18.10 Page 180

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 180
Fe
de la misión al camino de educación en la - 1-14;
nuevos interrogantes para la - de los jóvenes 8-9, y respuesta del XXIII CG 10-14;
- y contextos: v. Contextos;
perspectivas y peligros para la educación de los jóvenes en la -: v. Jóvenes
(situaciones);
los jóvenes ante la -: jóvenes lejanos 64-66, jóvenes abiertos al tema religioso 67,
jóvenes de simple práctica religiosa 68, jóvenes comprometidos 69-70, jóvenes de otras
confesiones cristianas 71, jóvenes de otras religiones 72-74;
retos para la educación en la - 75: de quienes están lejos de la - o le son ajenos 76-77,
de la pobreza 78-82, de la irrelevancia de la - en la vida y en la cultura 83-85, del
encuentro con otras religiones 86, de la vida 87-88;
camino de educación en la -: origen 94-96, aspectos 101-111, meta global y áreas de
atención 112-156 (v. también Camino);
integración de - y vida 114-115 138 162-164 178-180 186-187;
confrontación entre - y problemas culturales 138;
cf. 349 (discurso final del RM);
hacia una - robusta y dinámica 139;
acto de - en la Iglesia 146;
algunos núcleos más importantes en la educación de la -: formación de la conciencia
182-191, educación en el amor 192-202, dimensión social de la caridad 203-214;
el camino de fe de los jóvenes exige a la comunidad: testimonio 219-224, inserción en
el contexto y en el mundo juvenil 225-231, animación de la comunidad educativo-
pastoral y de la familia salesiana 232-238, una pastoral orgánica 239-246, atención a
la orientación vocacional 247-253, una nueva forma de comunicación 254-260;
la educación en la - en algunas situaciones particulares 261: ambientes de amplia
acogida 262-266, ambientes de educación sistemática 267-273, grupo juvenil 274-
283, trato personal con el joven 284-289, comunidades para jóvenes en dificultad 290-
294, grandes concentraciones juveniles 295-299
Fiesta
características de la - salesiana 165
Finalidad
oriéntese todo el proceso educativo hacia la - religiosa de la salvación (discurso del
Papa, 1 de mayo) 331;
v. también Meta
Formación permanente
necesidad de - para la comunidad salesiana 220;
- compromiso prioritario de nuestra Congregación en este sexenio 221: programa
anual de - en toda comunidad local 222, plan orgánico de - en cada inspectoría 223;
- como actitud constante que madura por medio de iniciativas inspectoriales y locales
que ayuden a poner en práctica en las casas y a diario las directrices capitulares
(discurso final del RM) 352
Fracasos
- educativos: significado 108
Grupos
importancia del - juvenil entre los agentes de educación 61;
ansia de - 144, - como lugar donde descubrir la Iglesia 145;
los - en la comunión eclesial 169;
- vocacionales 249-252;
la dimensión vocacional en todo - 253;
- juvenil en la educación en la fe 274;
180

19 Pages 181-190

▲back to top

19.1 Page 181

▲back to top
Movimiento Juvenil Salesiano 275-277, orientaciones operativas 278-283
Hijas de María Auxiliadora
saludo a las - miembros de su XIX Capítulo General 336
Historia
nuestra Congregación en la - de la salvación: de la misión al camino de educación en
la fe 1-14;
solidaridad con la - 2;
camino parta injertar el Reino en la - 117;
v. también Bosco (Don), Congregación
Hombre
el nuevo humanismo hace urgente la educación del como persona 2-3;
los jóvenes son sensibles al nuevo humanismo 184;
en el camino de fe hay que pensar qué tipo (imagen) de - se debe construir 10 112-113
123 129;
Jesucristo, verdadero y definitivo proyecto de hombre 12,
un - perfecto, meta del camino del - 103 113 116 130;
también la espiritualidad juvenil salesiana tiende a hacer
que los jóvenes crezcan según la medida de Cristo, perfecto 160; cf. también 347;
la espiritualidad salesiana es espiritualidad de servicio al - 178s;
el área de la maduración humana 120-129
Iglesia
en comunión con la - 3 5 8;
la - experta en educación 13;
- y cultura 16;
la -en contextos donde abundan los bienes materiales 19, en contextos de
empobrecimiento 24, en contextos de otras religiones 30, en los nuevos países
independientes 36, en la salida de regímenes autoritarios 39 40, en grupos autóctonos
y minorías étnicas 43;
situación de los jóvenes ante la - : jóvenes que viven lejos de la fe 66, jóvenes abiertos
a cierta participación 67-68, jóvenes comprometidos 69;
la referencia a la - es constante y cruza todas las áreas 118;
el camino hacia una pertenencia intensa a la -: el encuentro con Cristo en la - 140,
pertenencia que madura progresivamente 141-142, necesidad de amistad y de
relaciones interpersonales 143, anhelo de grupo 144, el grupo como lugar donde
descubrir la - 145, acto de fe en la - 146, vivencias de participación en la comunidad
cristiana 147, celebrar la salvación 148;
la espiritualidad juvenil salesiana es espiritualidad de comunión eclesial: deseo de
vivir con otros 169, para una comunión en la responsabilidad 170, hacia la - particu-
lar 171 226, hacia la - universal 172, con Cristo encontrado en los sacramentos 173,
en el sacramento del perdón 174, en el sacramento de la Eucaristía 175, en la oración
176;
María, Madre y Auxiliadora de la - 177;
confrontación con la experiencia de la - en la formación de la conciencia 191, con la
enseñanza social de la – 210-214, con las orientaciones de la - en 'Christifideles laici'
233;
comunión operativa pastoral en la - 226 239-242; relación con la - local en ]a pastoral
vocacional 253; la misión salesiana al servicio de la - (card. Hamer) 316;
el CG acto de comunión eclesial (ibíd.) 317;
la - mira con confianza a los Salesianos y les alienta a seguir por el camino de la
educación de los jóvenes (discurso del Papa al CG) 331
Inserción
181

19.2 Page 182

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 182
la comunidad vive en sintonía con los grandes problemas del mundo y está atenta a
los sufrimientos del ambiente donde vive 208;
- de la comunidad salesiana en su contexto y' en el mundo juvenil con una nueva
calidad pastoral 225-230;
la - en la Iglesia local y en el territorio al revisar el proyecto educativo-pastoral 230
Inspector/Inspectorías
retos captados por las - 8-9;
toda - prepare un plan orgánico de formación permanente de los salesianos 223;
responsabilidades de las -respecto a la inserción en su contexto y en el mundo juvenil
227;
antes de terminar el próximo capítulo inspectorial toda - revisará el proyecto
educativo-pastoral salesiano 230; el - verifica el camino hecho en la realización de la
comunidad educativo-pastoral 236;
la - prepare un programa de formación de los seglares 237;
el - con su Consejo es el responsable de la pastoral de la -: nombrará un delegado de
pastoral juvenil 244;
el - nombre un encargado inspectorial de comunicación social (incumbencias) 259;
el - verifique la dimensión vocacional, nombre un animador inspectorial que coordine
la pastoral ¡vocacional 253;
los organismos de la - y la enseñanza de la religión en los ambientes de educación
sistemática 271;
obligaciones del - y de los responsables inspectoriales
para con los grupos juveniles y el Movimiento Juvenil Salesiano 278-283;
decisiones capitulares sobre los grupos de - 308-309
Instituciones educativas
relación de los jóvenes con las - 53: familia 54-55, institución escolar 56, instituciones
religiosas 57-59;
otros agentes de educación: trabajo 60, grupo juvenil 61, calle y demás ambientes de
agrupación espontánea 62, comunicación social 63;
compromisos de la Congregación: en ambientes de amplia acogida 262-266, en grupos
juveniles 274-283, en las grandes concentraciones juveniles 295-299
Integración
- entre fe y vida («buen cristiano y ciudadano honrado»)114-115;
v. también Fe, Vida
Interiorización
necesaria - de toda propuesta 119; - de las normas 182 191;
v. también Conciencia
Internados
la educación en la fe en los - 267-273
Itinerarios
los - de fe, determinaciones del camino a medida de los jóvenes que lo recorren 109,
tarea para el próximo capítulo inspectorial 230 261;
la pastoral vocacional, aspecto que cualifica los - de fe 251
- que se han de explicitar para todo grupo juvenil y constelación de grupos 280
Jesucristo
- testigo de. la obra educativa del Padre 12;
- y nuestro encuentro con otras religiones 86;
- y el reto de la vida 88;
el estilo de existencia de - vía y método del camino de fe 92-93;
- punto de referencia del camino de educación en la fe 103 104 110 111 123;
182

19.3 Page 183

▲back to top
un hombre orientado hacia Cristo, meta global del camino de educación en la fe 112-
114;
la referencia a - es constante y cruza todas las áreas 118;
el camino hacia el encuentro auténtico con -: plenitud de vida en - 130, el encuentro
con - 131 gracias al testimonio 132;
algunas metas: de los signos de Cristo al testimonio 134-135, del testimonio al
anuncio 136, del anuncio al descubrimiento de la persona de - 137, transformación de
la vida 138, 166, fe robusta y dinámica 139;
el encuentro con - en la Iglesia 140s (v. también Iglesia);
espiritualidad juvenil salesiana y descubrimiento continuo de la Encarnación de - 163,
seguimiento de - crucificado 166;
la espiritualidad juvenil salesiana como espiritualidad de la amistad con el Señor:
encuentro con – resucitado 167, para adquirir un corazón nuevo 168;
- encontrado en los sacramentos 173, en el sacramento del perdón 174, en el
sacramento de la Eucaristía 175, en la oración 176;
la comunidad salesiana testigo del seguimiento de - 216;
el anuncio de - en las comunidades de chicos y jóvenes en dificultad 292-293
Jóvenes
la evangelización de los - en el XX CG 5, en el XXI CG 6, en el XXII CG 7, en el XXIII
CG 8-14;
los - en los diversos contextos: en contextos donde abundan los bienes materiales 21,
en contextos de empobrecimiento 25, en contextos de otras religiones 31, en los
nuevos países independientes 37, en la salida de regímenes autoritarios 41, en grupos
autóctonos y minorías étnicas 44;
compromiso de los - en lo social: en contextos donde abundan los bienes materiales
21, en contextos de empobrecimiento 26, en contextos de otras religiones 32, en la
salida de regímenes autoritarios 41, ante las distintas formas de pobreza 47, en el
trabajo 60;
aspectos positivos y negativos de la situación de los - 45: frente a la pobreza 46-47,
deseo de realizarse 48, búsqueda de nuevos valores 49-50, ansia de nuevas relaciones
51-52;
los - y las instituciones educativas 53: familia 54-44, escuela 56, instituciones
religiosas 57-59;
otros agentes de educación: el trabajo 60, el grupo juvenil 61, la calle 62, la
comunicación social 63 ,255;
los - ante la fe: los que están lejos de ella 64-66, abiertos al tema religioso 67, de
simple práctica religiosa 68, comprometidos 69-70, de otras confesiones cristianas 71.
de otras religiones 72-74;
Dios y su obra en los -, en el origen del camino de educación en la fe 94-96;
nuestro trabajo: ir a los - 97, donde se encuentren 98, valorizando lo que ya tienen 99,
ofreciéndoles un ambiente educativo (ambiente 'oratoriano') 100;
la espiritualidad salesiana es juvenil 159;
los - y el sentido de la libertad: formación de la conciencia 182-191 (v. también
Conciencia);
educación de los - en la solidaridad (sociopolítica) 203-214 (v. también Caridad);
el camino de fe de los - exige a la comunidad: testimonio 219-220, inserción en el
contexto y en el mundo de los jóvenes con nueva calidad pastoral 225-230, animación
de la comunidad educativo-pastoral y de la familia salesiana 232-234, una pastoral
orgánica 239-246, atención particular a la orientación vocacional 247-259, una nueva
forma de comunicación 254-260;
situaciones específicas de los - (orientaciones operativas) 261: ambientes de amplia
acogida 262-266, ambientes de educación sistemática 267.273, grupo juvenil 274-
283, trato personal con el joven 284-289, comunidades para jóvenes en dificultad 290-
294, grandes concentraciones juveniles 295-299;
183

19.4 Page 184

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 184
«en el centro de vuestra atención estén siempre los - ... sed para ellos padres y
hermanos como os enseñó Don Bosco» (discurso del Papa al CG) 331;
Carta a los jóvenes 358-365;
v. también Camino, Evangelización, Fe
Laicos
v. Seglares
Lejos de la fe
jóvenes religiosamente -: situaciones 64-66, reto para nuestra vocación de educadores
en la fe 76-77 97-100 225. destinatarios privilegiados del camino de educación en la fe
105 226 230
Lenguaje
irrelevancia del - religioso y retos que plantea 83-85; - fácil e inmediato para quienes
empiezan el camino 105;
- de los signos 134 148;
el testimonio, - que convence a los jóvenes 219; importancia del - para el joven 254-
255;
el - como reto a los educadores 256, orientaciones operativas 257-260;
cuidar la capacidad del salesiano para emplear un - adecuado 258;
v. también Comunicación, Comunicación social, Testimonio
Libertad/Liberación
- en contextos donde abundan los bienes materiales 18;
aspiraciones a la - e Iglesia en contextos de empobrecimiento 24;
nuevo clima de libertad en los países que salen de regímenes autoritarios 38 40;
los jóvenes y la - en los cambios de sociedad 47 88; nuestra acción educativa y la - 80
115 122 166;
fuerte sentido actual de - 182, cómo se refleja en los jóvenes 183-185, intervención
educativa 186-187, lectura evangélica de la realidad 188, catequesis especifica con
sentido del misterio, del pecado y de las limitaciones 190, necesidad de confrontarse
con una norma 191;
liberación de las viejas y nuevas formas de pobreza 204-208;
v. también Caridad (dimensión social), Pobreza
Maduración
cuatro grandes aspectos de - cristiana 116-119: hacia la - humana 120-129, hacia el
encuentro auténtico con Cristo 130-139, hacia una pertenencia eclesial intensa 140-
148, hacia un compromiso por el Reino 149-156;
- progresiva de la pertenencia a la Iglesia 141-148; cómo se refleja en la - la actual
relación vida/amor 193-196
María Santísima
presencia materna de - en el camino de fe 121 157;
- Madre y Auxiliadora de la Iglesia en la espiritualidad juvenil salesiana 177;
nuestra confianza en - (discurso inaugural del RM) 328;
« - sea para vosotros, como para san Juan Bosco, maestra y guía, estrella de la nueva
evangelización» (discurso del Papa al CG) 335;
encomendamos a - la comunión en la identidad fraterna de todas las inspectorías y el
relanzamiento de una verdadera espiritualidad juvenil (discurso final del RM) 357
Matrimonio
la catequesis sobre el - prepara para vivir el amor 148
Meta/s
184

19.5 Page 185

▲back to top
- global del camino de educación en la fe: un hombre orientado hacia Cristo 112-113,
que sepa integrar fe y vida 114-115;
- del camino hacia la madurez humana: acogida de la vida 124, apertura al prójimo
125, lograr que afloren de las aspiraciones profundas 126, descubrimiento del sentido
de la vida 127, anhelo de transcendencia 128
v. también Finalidad
Misión
de la - a la educación en la fe 1-3: la - en el XX CG 5, en el XXI CG 6, en el XXII CG 7,
en el XXIII CG 8-11;
unidad de - y consagración en 'el XXII CG 7;
- razón de ser de la comunidad salesiana 217;
- juvenil, colaboración a la obra de Dios 90-91 94-96;
vocaciones y - 180;
- y dimensión social de la caridad 203-214;
«vasta es la - y ardua la tarea; pero la Iglesia mira con confianza a vuestro Instituto y
os alienta a seguir adelante» (discurso del Papa al CG) 331
Misiones
la primera expedición misionera salesiana, suscitadora de sensibilidad mundial entre
los jóvenes 172;
el reavivado entusiasmo misionero abre nuevos horizontes vocacionales 249
Misterio
el sentido del - en la vida de toda persona 190
Modelo/s
- y educación en los nuevos países independientes 34;
- educativo de la tradición salesiana 123, metas 124-129;
- y propuesta vocacional 153-154;
- que propone la comunicación social 254
Movimiento Juvenil Salesiano
naturaleza del - 275-276, comunicación entre grupos del - 277, orientaciones
operativas para la educación en la fe dentro del - 278-283
Mundo
solidaridad con el - y su historia 2 203 208; -de los jóvenes: v. Jóvenes;
v. también Caridad, Sociedad
Norma
necesidad de confrontarse con una - 191
Núcleos más importantes
algunos - de la educación en la fe 181: formación de la conciencia 182-191, educación
en el amor 192-202, dimensión social de la caridad 203-204
Oración
- en el camino de fe 139;
mediante la - se realiza la participación más intensa en el misterio de la Iglesia 148;
- y discernimiento vocacional 155;
encuentro con Cristo en la - dentro de la espiritualidad juvenil salesiana 176
Oratorio
- paradigma de todos nuestros ambientes educativos 100;
185

19.6 Page 186

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 186
- de Valdocco, cuna de la espiritualidad juvenil salesiana 158, ambiente favorable para
la vocación 179;
educación de la fe en el - 262-266;
los salesianos tienen la responsabilidad de refundar el - (discurso final del RM) 345,
fisonomía oratoriana de la praxis de Don Bosco (ibíd.) 350
Orientación/ es
- operativas para situaciones particulares 261-299: ambientes de amplia acogida 262-
266, ambientes de educación sistemática 267.273, grupo juvenil 274-283, relación
personal con el joven 284-289, comunidades para jóvenes en dificultad 290-294,
grandes concentraciones juveniles 295-299'
- operativa para la presencia salesiana en África 310;
- vocacional: v. Vocación
Palabra de Dios
leer los contextos a la luz de la - 15;
la - en la maduración cristiana 118 136 186;
la - en el centro de la propia existencia en la Iglesia 146 148;
la - en la iluminación de la conciencia 191, Y en la maduración del compromiso social
213;
- y uso de .los medios de comunicación social 256;
v. también Evangelio
Papa
reconocimiento de la misión del - y de los pastores de la Iglesia 146 171;
amor y adhesión al -, componentes de la espiritualidad juvenil salesiana 172;
mensaje del - al XXIII Capítulo General 311-314; saludo del RM al - el uno de mayo
329;
discurso del - al XXIII CG en su visita del uno de mayo 330-335;
aliento apostólico del - (discurso final del RM) 356; crónica de la visita del - 380
Pastoral
la reflexión capitular es pastoral 16;
el camino de fe de los jóvenes exige una - orgánica: comunión operativa 239,
estructuras de unidad 240-241, cargos en la comunidad local 243, el inspector con el
delegado y el equipo de - juvenil 244, centros de - nacionales o regionales 245,
referencia unificadora del Dicasterio de - juvenil 246;
participación en la - de la Iglesia local 146 171 226; forman parte del equipo
inspectorial de - juvenil: el delegado 244, el animador de - vocacional 253, el encargado
de la comunicación social 259
Pecado
sentido del - 190
v. también Conciencia, Reconciliación
Peregrinación
- en cuanto concentración juvenil 295
Persona/personalidad
educación de la -, compromiso prioritario 2;
deseo de construirse una - válida, anhelo actual de la juventud 48;
- y valores 49 50 184 192-194 198;
educar en el valor de la - 209;
la nueva evangelización y la - 4;
- cuyo punto de referencia sea Cristo, meta global del camino 114;
descubrimiento de la - de Cristo 137;
v, también Jesucristo;
186

19.7 Page 187

▲back to top
v. también Conciencia, Amor
Pertenencia
maduración progresiva de la - a la Iglesia 141-148
Piedad
- como actitud filial hacia el Padre 139 176;
v. también Oración, Dios
Pobreza
- en contextos donde abundan bienes materiales 18, en contextos de
empobrecimiento 22, en contextos de otras religiones 29, en los nuevos países
independientes 37;
la calle como única escuela de vida en contextos de - 62;
reacciones de los jóvenes ante las diversas formas de - 46-47;
la - como reto a nuestra vocación de educadores en la fe 78-82 203-204;
el camino de educación en la fe da la preferencia a los más pobres 105 120 266;
el XXIII CG y la confrontación continua con las formas antiguas y nuevas de - 203-
204, el reto que son y la necesidad de formar la mentalidad 205-206, respuesta
histórica de Don Bosco 207, y de la comunidad salesiana 208, educar en el valor de
la persona 209, encauzar al conocimiento de la compleja realidad sociopolítica 210,
introducir a los jóvenes en situaciones que invocan solidaridad 211, responder con
proyectos concretos de solidaridad 212, solidaridad fundada en el Evangelio y en la fe
213, así como en exigencias de participación política 214;
v. también Caridad (dimensión social)
Política
- y contextos donde abundan los bienes materiales 18, y contextos de
empobrecimiento 22, y contextos de otras religiones 29, y nuevos países
independientes 33, y salida de regímenes autoritarios 38-39, y grupos autóctonos y
minorías étnicas 42;
ética y -; fracturas 205-206, necesidad de una educación general 205, educar en el
valor de la persona 209, encauzar el conocimiento de la compleja realidad
sociopolítica 210, introducir a los jóvenes en situaciones que invocan solidaridad
211, responder mediante proyectos concretos de solidaridad fundada en el Evangelio
y en la fe 213, así como en exigencias de participación política 214
Proyectos
- educativo-pastoral: prioridad en el XXI CG 6, su objetivo 10, 12;
verificación del - como respuesta a los retos de los jóvenes 89 225;
revisión del - antes de o durante el próximo capítulo inspectorial 230;
pastoral vocacional en el - local 252-253;
el camino de educación en la fe como - original de vida cristiana, sistema preventivo
como - de espiritualidad 158;
v. también Espiritualidad; el amor como - de vida 193 201;
dimensión social de la caridad y - de solidaridad 212-214;
compartir los - con los jóvenes 225-226
Pureza
- y educación en el amor 197 201;
testimonio de castidad del salesiano y educación amor 201;
v. también Amor
Reconciliación
encuentro con Cristo en el sacramento de la - 174 191;
el sacramento de la -, momento privilegiado de encuentro personal con el joven 289;
el sacramento de -, gracia y fuerza para los jóvenes en dificultad 294;
187

19.8 Page 188

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 188
v. también Conciencia, Sacramentos
Rector Mayor
el - con su Consejo orienta, sigue y verifica los planes inspectoriales de formación
permanente 224, ofrece orientaciones y apoyo a las decisiones inspectoriales acerca
de la significación y alcance eclesial y social de las obras 227, orienta las reflexiones
y decisiones de las inspectorías para adecuar el trabajo pastoral a las nuevas
situaciones 231;
- ofrece, por medio de los dicasterios competentes, elementos y pautas para un
'proyecto seglares' 238;
discurso del - en la inauguración del XXIII CG 318-328: saludo del - al Santo Padre
329;
discurso del - en la clausura del XXIII CG 344-357;
informe del RM al XXIII CG (crónica) 369;
carta a los jóvenes 358-365
Reglamentos
- Generales: cambio en el arto 76,4 305 307
Reino de Dios
hacia un compromiso por el -, camino vocacional 149-156
Relación
- personal con el joven y educación en la fe (orientaciones) 284-289
Relaciones
ansia de nuevas - por parte de los jóvenes 51-52; necesidad de - interpersonales en el
camino hacia la fe 143-145;
el crecimiento de los jóvenes y las - de comunicación 254-255, reto a los educadores
256
Religión
jóvenes e instituciones de la - 57-59;
valor de la vivencia religiosa en la formación de la personalidad 129;
cualificar la enseñanza de la - en los ambientes de educación sistemática 271
Religiones
características de los contextos de otras - 27-32;
los jóvenes de otras - ante la fe 72-74;
el encuentro con otras - reto para nuestras comunidades de educadores en la fe 86
Religiosidad
- (popular) en contextos donde abundan los bienes materiales 20, en contextos de
empobrecimiento 23, en contextos de otras religiones 27.28, en los nuevos países
independientes 35, en la salida de regímenes autoritarios 39, en grupos autóctonos y
minorías étnicas 42;
- juvenil y estructuras religiosas 57-59;
jóvenes y -: los que están lejos de la fe 64-66, abiertos al tema religioso 67, jóvenes de
simple práctica religiosa 68, comprometidos 69-70, de otras confesiones cristianas
71, de otras religiones 72-74
Residencias
educación de la fe en - para estudiantes y trabajadores 267-273
Responsabilidad
Don Bosco, ejemplo de educador de los jóvenes en la - participada 170 159;
apertura a la - en el grupo juvenil 144, toma de - en la Iglesia 147;
188

19.9 Page 189

▲back to top
- en el compromiso vocacional 149s;
la espiritualidad juvenil salesiana como espiritualidad de servicio responsable 178-
180;
formación del joven en la - ética 126 186-187 203-205;
introducir a los jóvenes en situaciones que piden - y solidaridad social 211-214;
- común en la comunidad educativa: v. Comunidad;
nuestra - para con la familia salesiana 233;
v. también Conciencia, Comunidad
Retos
los nuevos - del mundo de los jóvenes 8, captados por todas las inspectorías 9, Y
respondidos por el XXIII CG l0, inspirándose en la pedagogía del Padre 11,
testimoniada por el Hijo 12, difundida por el Espíritu Santo 13, para que los jóvenes
tengan vida 14;
los - más urgentes, individuados por el XXIII CG 75: jóvenes que están lejos o son
ajenos a la fe 76-77, pobreza 78-82 203-204, irrelevancia de la fe 83-85, encuentro
con otras religiones 86, la vida 87-88;
respuesta de la comunidad salesiana a los - juveniles 89;
convicciones que hay en la raíz de su esperanza 90-93; cuatro grandes aspectos de la
maduración cristiana, respuesta a los - de la actual situación cultural y juvenil 117;
v. también Maduración;
un camino hacia la maduración humana como respuesta a los - 129;
la espiritualidad juvenil salesiana ante el - fundamental para todo creyente 162-164
Sacramentos
-, celebración de la salvación 148;
-, encuentro con Cristo resucitado 173, en el - del perdón 174, y en la Eucaristía
175;
v. también Bautismo, Confirmación. Eucaristía, Reconciliación
Santidad
- juvenil salesiana y camino de fe 8 70 106; expresiones de - juvenil salesiana en
nuestra tradición 100 158-160 165;
la originalidad y audacia de la propuesta de una santidad juvenil es intrínseca al arte
educativo de Don Bosco (mensaje del Papa) 313;
v. también Espiritualidad
Seglares
la inspectoría prepare a los salesianos para ser formadores de - 223;
valorización y corresponsabilidad de los - 232-233, orientaciones operativas 235-
238;
implicación de los - con miras a la educación de los jóvenes en la fe (discurso final
del RM) 354
Servicio
la espiritualidad de un - responsable, núcleo fundamental de la espiritualidad juvenil
salesiana: hacerse ciudadanos honrados y buenos cristianos 178, con la creatividad
del amor 179, hasta comprometer toda la vida como y con Don Bosco 180;
- y educación en al amor 201;
ofrecer a los jóvenes experiencias de - como camino vocacional 252;
compromiso de - de la comunidad salesiana 219-220;
v. también Voluntariado
Sexualidad
la - entre los jóvenes de algunos contextos 21 192;
cómo se refleja en el camino de fe 193-195;
educación de la - 197-200
189

19.10 Page 190

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 190
Signo/s
- de la presencia de Cristo y su presentación a los jóvenes 134-135;
la comunidad salesiana, - de fe 216;
el - de ir a los jóvenes en dificultad 291
Sistema preventivo
- prioridad subrayada por el XXI CG 6;
- en el encuentro con otras religiones 86;
- proyecto de espiritualidad 158;
- y educación en el amor 193-196;
- y acogida de los jóvenes en dificultad 290-294;
- fruto y fuente de espiritualidad salesiana (discurso inaugural del RM) 326
Situación (de la juventud)
algunos datos de la -: pobreza 46-47, anhelo de realización personal 48, búsqueda de
nuevos valores 49-50, ansia de nuevas relaciones 51-52;
la juventud frente a los agentes de educación (familia, escuela, instituciones
religiosas) 53-59, el trabajo 60, el grupo juvenil 61, la calle 62, la comunicación
social 63
Situaciones
orientaciones operativas para - particulares 261: ambientes de amplia acogida 262-
266, ambientes de educación sistemática 267-273, el grupo juvenil 274-283, la
relación personal con el joven 284-2S9, comunidades para chicos y jóvenes en
dificultad 290-294, grandes concentraciones juveniles 295-299
Sociedad/social
la - en contextos con abundancia de bienes materiales 18, en contextos de
empobrecimiento 22, en contextos de otras religiones 29, en los nuevos países
independientes 33, en la salida de regímenes autoritarios 38, en grupos autóctonos y
minorías étnicas 42;
una personalidad capaz de construir una - renovada, meta global del camino de
educación en la fe 112-115; servicio responsable a la - 178-180;
dimensión social de la caridad: componente esencial de la ética cristiana 203-204,
necesidad de formar mentalidades 205-206, respuesta histórica de Don Bosco 207-
20S, educar en el valor de la persona 209, encauzar hacia el conocimiento de la
compleja realidad sociopolítica 210, introducir a los jóvenes en situaciones que piden
solidaridad 211, responder con proyectos concretos de solidaridad 212, solidaridad
fundada en el Evangelio y en la fe 213, así como en exigencias de participación
política 214;
cf. 314 (mensaje del Papa) 355 (discurso final del RM);
v. también Contextos, Jóvenes, Servicio, Vida
Solidaridad
- con el mundo y su historia 2, con el mundo de los jóvenes 8;
caridad y - en la nueva evangelización 4;
valor de la - subrayado en los diversos contextos 19 23 42 49;
- que hay que procurar despertar en los jóvenes 143 151
164 178;
necesidad de educar en la - 205-206, respuesta histórica de Don Bosco 207-208,
educar en el valor de la persona 209, encauzar hacia el conocimiento de la compleja
realidad sociopolítica 210, introducir a los jóvenes en situaciones que piden - 211,
responder con proyectos concretos de - 212, una - fundada en el Evangelio y en la fe
213, así como en exigencias de participación política 214;
v. también Caridad (dimensión social)
Territorio
190

20 Pages 191-200

▲back to top

20.1 Page 191

▲back to top
animación educativa y cultural del - 179;
la comunidad local valorice toda forma de comunicación y solidaridad con su propio
- 229;
toda inspectoría prestará atención a la inserción viva de cada una de sus obras en el
Iglesia local y en el - 230
Testimonio
el - de los cristianos, vía fundamental para un encuentro auténtico con Jesucristo
131-132 l35;
el - en la educación en el amor 200-201;
el camino de fe de los jóvenes requiere el - de una comunidad 219, que se renueva
constantemente 220;
la comunidad salesiana y el - de la dimensión social de la caridad 208-214;
el - de las comunidades de acogida para chicos y jóvenes en dificultad 290
Trabajo
necesidad del ~ en los diversos contextos 18 22 25 31 37;
los jóvenes y el - 60;
iniciativas que preparan a los jóvenes para el mundo del -, primeros pasos del
camino de fe 122;
centros de preparación para el - (entre los ambientes de educación sistemática) 267s.
Unidad
- misión/consagración en el XXII CG 7;
la gracia de - 162 164 220;
- de la comunidad salesiana, signo evangélico 219;
- operativa pastoral en la Iglesia y en nuestra Congregación 239, estructuras de -
240-246;
la gracia de -, testimoniada por san Francisco de Sales y san Juan Bosco confirma
que la unión con Dios es la verdadera fuente del amor eficaz al prójimo (discurso del
Papa al CG) 332;
gracia de - que se realiza la síntesis entre educación y evangelización (discurso final
del RM) 348-349
Valores
la búsqueda de nuevos - en la juventud actual 49-50; reto para la educación en la fe
al desarrollar los - humanos 84-85 117 183;
ayuda para superar las carencias que condicionan la apertura a los – 122 193;
estima y búsqueda de los - en las personas 211;
v. también Jóvenes
Vida
la irrelevancia de la fe en la -, reto 83-85;
el reto de la -, síntesis y origen de los demás retos 87-88;
ayudar a acoger la - 124, y a gustarla abriéndose al prójimo 125, haciendo que
afloren las aspiraciones profundas 126, descubriendo su sentido 127, abierta a lo
transcendente 128;
integración de fe y - 114.115 120 162 164 178-180;
la propuesta de - cristiana en un camino educativo 101-111
plenitud de - en Cristo 130, transformación de la – en Cristo 138;
la - como vocación 149 151-154;
la - humana como lugar de encuentro con Dios en la espiritualidad juvenil salesiana
(amor a la -) 163-164 180;
la Eucaristía, celebración jubilosa de la - 175;
elaboración de un código coherente de - : v. Conciencia;
v. también Amor
191

20.2 Page 192

▲back to top
¿jetos en que viven las comunidades salesianas 192
Violencia
jóvenes y - en contextos de abundancia de bienes mate. riales 21, en contextos de
empobrecimiento 22 25, en contextos de otras religiones 31, como reacción a las di-
versas formas de pobreza 47 206 .
Vivencia
- espiritual que debemos desarrollar en los jóvenes 92; el anuncio de Jesucristo
introducido en la - del joven 103;
vida y - religiosa 120 132;
- de Iglesia 140s;
- unitaria del sistema preventivo 158;
compartir la - de los jóvenes 160;
la - evangélica, síntesis de fe y vida 162-164;
la - de grupo y la educación en la fe 144 274;
v. también Cotidiano
Vocación
hacia un compromiso por el Reino: la vida como - 149,
descubrir el propio lugar 150, procurar que aflore lo positivo de todo joven 151,
alegría de poner al servicio del prójimo los propios dones 152, propuesta vocacional
explícita 153-154, discernimiento vocacional 155, opción vocacional 156;
- nacida de experiencias de servicio 180;
El camino de fe de los jóvenes exige que la comunidad salesiana preste atención
particular a la orientación vocacional: dimensión que cualifica 247-248, nuevas
experiencias 249-250, forma parte de los itinerarios de fe 251, orientaciones
operativas 252-253;
en el oratorio-centro juvenil 265
Voluntariado
- civil y misionero 179;
ofrecer a los jóvenes experiencias de - 252
192