Cagliero 11 - Luglio 2010 spa


Cagliero 11 - Luglio 2010 spa

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Titolo notiziario
Nome società
Boletín de Animación Misionera Salesiana
LOS SUEÑOS MISIONEROS DE DON BOSCO
Qu e r i d o s
misioneros
salesianos y
amigos de las
misiones salesianas!
¡Un saludo cordial
desde
Roma,
durante la sesión de verano del
Consejo General!
Contemplando el corazón misio-
nero de Don Bosco nos lleva a
redescubrir cada mes según su
sueño misionero. Cada sueño de
nuestro Padre revela su corazón
que anima a llevar el Evangelio a
los jóvenes de todo el mundo.
¡Dejemos convertir a su forma
de pensar!
Probablemente ya habrán
llegado a todas las Inspectorías
los materiales (DVD, poster,
susidios) para el DOMISAL 2011,
con el tema “Voluntaros para
proclamar
el
Evangelio” [disponible en la
página
www.sdb.org’].
¡Realicemos los sueños de Don
Bosco con la formación de los
grupos misioneros en cada obra
nuestra, del voluntariado juvenil
misionero en cada Inspectoría
Salesiana del mundo!
P. Václav Klement, SDB
Consejero para las Misiones
El segundo sueño misionero de Don Bosco fue una dramática representación
alegórica sobre el futuro de las Misiones Salesianas en toda la América del Sur:
futuro de una grandiosidad épica, adivinado ya por los que intuyeron un algo
que no fue solamente humano en la obra de Don Bosco. Don Bosco contó este
sueño el 4 de septiembre de 1883 en la sesión antermedia del Capítulo
General. [Texto integro MB XVI, 385-398; SDL.SDB.ORG].
« Mi joven amigo continuó: - Oh bien: estas montañas
son como una orilla, una frontera. Desde aquí, hasta allá
está la mies les ofrecida a los Salesianos. Son millares y
millones de habitantes que esperan vuestra ayuda, espe-
ran la fe.
Estas montañas eran las Cordilleras de América del Sur y
aquel mar el Océano Atlántico. . Y sin saber cómo, me
encontré a una estación de ferrocarril. ... Subimos al
tren. Yo pregunté adonde íbamos. .. El bello tren se puso
de nuevo en movimiento, yendo siempre adelante. .. atravesamos selvas, pe-
netramos en galerías, pasamos sobre gigantescos viaductos, nos adentramos
entre gargantas de montañas, costeamos lagos y pantanos sobre puentes, atra-
vesamos anchos ríos, caminamos entre praderas y lla-
nos. Traspasamos las orillas del Uruguay. Pensaba que
era un río de pequeño recorrido, sin embargo es largo.
En un momento vi cómo el río Paraná que se unió al
Uruguay. Y el tren siempre fue adelante, y giro a una
parte y giro a otra, después de un largo espacio de
tiempo se paró por segunda vez. ...
El tren reinició su camino por las Pampas y la Patago-
nia. Por aquí y por allá los campos estaban labrados y
las casas esparcidas indicaban que la civilización había
tomado posesión de aquellos desiertos.
Sobre el principio de la Patagonia atravesamos una ramificación del Río Colora-
do o bien del Río Chubut. . Por fin llegamos al estrecho de Magallanes. Ob-
sevé. Bajamos. Habiamos iniciado Punta Arenas. . Mi amigo me señaló a todas
estas cosas. Entonces pregunté: -¿Y ahora qué quieres decir con ésto?
Me contestó: - Ahora todo está en proyecto, un día será realidad. ... Visto el
maravilloso progreso de la Iglesia Católica, de nuestra Con-
gregación y de la civilización en aquellas regiones, yo agra-
decí a la Divina Providencia que se hubiera dignado de va-
lerse de mí como instrumento de su gloria y cuidado de
muchas almas …»
Por quien desee recibir cada mes el “Cagliero 11”, escribir a
cagliero11@gmail.com

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H
¡Échadnos Una Mano en Mongolia!
e llegado a Mongolia el 14 de noviembre de 2009 para realizar mi
sueño misionero. Desde hace mucho tiempo soñé con ser un misio-
nero y soy muy feliz ahora que aquel sueño se ha convertido en reali-
dad. Yo creo que Don Bosco no me abandonará nunca y siempre me protegerá, para que
con la ayuda de Maria Auxiliadora yo pueda servir al Señor Jesús, hasta al final de mi vida
en las misiones.
Nuestro trabajo misionero en Mongolia está lleno de sueños y de promesas. Estoy también estoy seguro que
Don Bosco vio Mongolia en sus sueños. Ahora tenemos dos comunidades, una en Ulaanbaatar y otra en Dar-
han. En Ulaanbaatar tenemos una comunidad compuesta por cuatro salesianos. También hay cuatro mongo-
les Cooperadores. En aquella comunidad todos los hermanos trabajan en nuestra escuela técnica y en el Cen-
tro para los pobres. En la comunidad Darhan también tenemos a cuatro salesianos. Todos
trabajan en nuestra iglesia parroquial, en la escuela para educación no formal, la tipograf-
ía y el oratorio.
Cuando llegué a Mongolia, estuve en nuestra comunidad de Darhan dónde estudié la len-
gua mongol y ayudé a Brother (hermano) Chris en la animación de los jóvenes del orato-
rio diario. Cuatro meses más tarde me trasladé a Ulaanbataar dónde he continuado mis
estudios de la lengua mongol e incluso ayudé D. Víctor como asistente de los jóvenes en
el Centro de Asistencia Don Bosco, dónde tenemos 21 chicos de la calle. Todos han perdi-
do el contacto con sus familias que viven en el campo. Se alojan en nuestro Centro de
Asistencia y nos los enviamos a nuestra escuela. También tomamos contacto cos sus pa-
dres buscando que puedan volver a estar juntos.
Estoy muy feliz en mi tierra de misión. Aquí he aprendido a ser flexible y a trabajar por
salvar las almas, especialmente de los jóvenes. Paulatinamente hay jóvenes que vienen a preguntar por nues-
tra vida, nuestro espíritu y nuestro apostolado. Y algunos de ellos van a la iglesia y frecuentan con nuestros
chicos el oratorio.
Verdaderamente creo, como dijo Don Bosco, que todos los jóvenes que vienen a casa nuestro o a nuestro cen-
tro nos son enviado por de Maria Auxiliadora. También colaboramos con otras congregaciones en la evangeli-
zación y en la ayuda a los jóvenes. Nuestro único problema es que no somos bastantes hermanos para iniciar
una presencia salesiana en otros lugares de Mongolia, donde los jóvenes nos esperan. ¡Por favor venid y
echadnos una mano!
Cl. Anton Werun
Indonesio, misionero en Mongolia
Intención Misionera Salesiana
La Familia Salesiana de la Región Inter América
Para que los miembros de la Familia Salesianos que trabajan en metrópolis de
Norte América y América latina sepan acompañar bien a los jóvenes emigrantes y a
las familias.
Desde tiempos del apóstol Pablo la Iglesia ha lanzado las misiones urbanas. Hoy en
la época de la gran emigración mundial estamos llamados a redescubrir estas
dinámicas (cfr. Hechos de los Apóstoles - Corinto, Éfeso, Atenas...). En América se
aprecia un doble movimiento emigratorio - del Sur hacia Norte, de los campos
hacia ciudad. Las primeras generaciones de los emigrantes también encuentran
muchos desafíos a nivel religioso, a veces sin los pastores que entienden su lengua
y cultura.
Manda tus sugerencias y aportaciones a cagliero11@gmail.com