Cagliero 11 ottobre 2015 - SPA


Cagliero 11 ottobre 2015 - SPA

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Nome società
Titolo n otiziario
Boletín para la Animación Misionera Salesiana
Una publicación del Sector para las Misiones para las comunidades salesianas y amigos de las misiónes salesianas
Q ueridos amigos,
Los misioneros de la 146ª
Expedición Misionera están ya
encaminados a sus respectivos
destinos. Las huellas de sus
sandalias y su ardor misionero
han quedado en la basílica de
Valdocco. Damos muchas
gracias al Señor porque toda
llamada misionera ad gentes es
un signo claro de que “el Señor
ama a la Congregación, la
quiere viva para el bien de su
Iglesia y no cesa de
enriquecerla con nuevas
energías apostólica" (Const. 22).
Para mí ha sido muy
interesante, durante el Curso de
Preparación vivido con los neo-
misioneros, poder tocar con
mano que esta llamada
misionera ad gentes, ad
exteros, ad vitam ha sido un
precioso don del Espíritu para
cada uno de ellos, para la
Iglesia, para el mundo. Habrá
que saber escuchar, pues,
siempre mejor y acoger al Señor
que da la Vida, al Dominum et
Vivificantem. Saber invocar al
Espíritu Santo. Él es el que
llama, forma, envía y acompaña
a cada misionero. ¡Él es el que
sigue llamando hoy a dejar la
propia tierra y marchar! “Quien
tenga oídos para oír que
oiga...”
P. Guillermo Basañes SDB
Consejero para las Misiones
ENTRE LA VIDA CONSAGRADA Y LA MISIÓN
SUBSISTE UN FUERTE VÍNCULO
La dimensión misionera, al
pertenecer a la natura-
leza misma de la Iglesia, es tam-
bién intrínseca a toda forma de
vida consagrada, y no puede ser
descuidada sin que deje un
vacío que desfigure el carisma …
El quincuagésimo aniversario del
Decreto conciliar Ad gentes nos
invita a releer y meditar este
documento.
El documento que suscitó un
fuerte impulso misionero en los
Institutos de Vida Consagrada.
En las comunidades contempla-
tivas retomó luz y elocuencia la figura de santa Teresa del Niño
Jesús, patrona de las misiones, como inspiradora del vínculo íntimo
de la vida contemplativa con la misión .
Para muchas congregaciones religiosas de vida activa el anhelo
misionero que surgió del Concilio Vaticano II se puso en marcha
con una apertura extraordinaria a la misión ad gentes, a menudo
acompañada por la acogida de hermanos y hermanas provenientes
de tierras y culturas encontradas durante la evangelización, por lo
que hoy en día se puede hablar de una interculturalidad generaliza-
da en la vida consagrada .
Precisamente por esta razón, es urgente volver a proponer el
ideal de la misión en su centro: Jesucristo, y en su exigencia: la
donación total de sí mismo a la proclamación del Evangelio. No
puede haber ninguna concesión sobre esto: quién, por la gracia de
Dios, recibe la misión, está llamado a vivir la misión. Para estas
personas, el anuncio de Cristo, en las diversas periferias del
mundo, se convierte en la manera de vivir el seguimiento de él y
recompensa los muchos esfuerzos y privaciones. Cualquier ten-
dencia a desviarse de esta vocación, aunque sea acompañada por
nobles motivos relacionados con la muchas necesidades pastorales,
eclesiales o humanitarias, no está en consonancia con el llama-
miento personal del Señor al servicio del Evangelio.
Para el texto completo del
Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiónes 2015
ver: http://tinyurl.com/q4pddm2

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Mi partida para las misiones ha evangelizado
la Comunidà Cristiana de donde provengo
E n mi vida he encontrado muchas personas que han dedicado toda su vida
para anunciar el Evangelio, de manera explícita o mediante los servicios
que realizan. Yo he querido hacer lo mismo.
Mi llamada a la vida misionera se había hecho evidente desde el noviciado
en Ghana. La primera vez que consideré ir a las misiones fue cuando el primer
misionero nigeriano fue enviado a Sudán en 2007.
Durante el posnoviciado, en varias ocasiones he tenido el privilegio de hacer
apostolado en aldeas. Quedé conmovido por la sencillez y disponibilidad de la gente para servir a Dios. Varias veces me
he preguntado por qué no quedarme con la gente de las aldeas. Después del discernimiento y durante mi último año de
posnoviciado expresé mi deseo y disponibilidad al Rector Mayor; él me envió a Bangladesh en 2012.
Mi llegada a Bangladesh ha sido como mi segundo nacimiento. Aprender prácticamente de cero todo, la cultura,
la comida, no es fácil. Contra mis miedos del principio, Bangladesh resulta la misión que siempre he deseado. Aquí
estoy al servicio de las personas que realmente lo necesitan. Tengo que reconocer que
su sencillez me ayuda a hacer un continuo examen de conciencia. Y cada vez me doy
cuenta de que estoy en una comunidad salesiana donde reina la fraternidad, el
optimismo y la alegría.
Alguno dirá: ¿Por qué ser misionero ad exteros cuando en Nigeria hay tanta
gente que aún no ha abrazado el Evangelio? Bien, en primer lugar, creo que el Señor me
llama personalmente a ser misionero y considero que no responder a la llamada sería
comportarse como el profeta Jonás que huye de la llamada de Dios. En segundo lugar,
me doy cuenta de que en estos pocos años de ser misionero he alimentado no sólo mi fe
y la de aquellos a los que he sido enviado, sino que esto se ha convertido en un
instrumento importante de evangelización para mi gente, la comunidad cristiana de donde provengo. Un típico
nigeriano, desde su planteamiento natural, piensa emigrar sólo a donde hay pastos más verdes. En consecuencia, ir a
trabajar a un lugar difícil con problemas sociopolíticos, económicos y religiosos, resulta una catequesis misionera
práctica.
Además Nigeria ha sido bendecida con muchos y grandes misioneros y por florecientes vocaciones locales. Tal
vez una mayor generosidad misionera de Nigeria puede ser un modo apropiado para decir 'gracia' a los primeros
misioneros que han considerado que valía la pena sacrificar la propia vida por nosotros.
Ciertamente tengo que afrontar algunos desafíos diarios y la inmersión total en un nuevo contexto cultural
llevará años. Pero me estoy tomando el serio el consejo de mi Maestro de Novicios: "Sí, sufrirás, pero tu sufrimiento
será como el de una semilla plantada en tierra que muere para crecer y dar fruto para el bien de todos".
Efectivamente, ¡participando en los sufrimientos de Cristo es como experimentamos la alegría más grande !
Cl. Joseph Kunle Ogundana
Nigeriano, misionero en Bangladesh
Testimonio de santidad misionera salesiana
P. Pierluigi Cameroni, SDB Postulador General para las Causas de los Santos
En una carta a los hermanos de 1930, el Siervo de Dios P. Carlos Braga (1889-1971), misionero
en China y en Filipinas, escribía: “La mortificación más agradable al Señor, y para nosotros la
más meritoria, es la de aceptar voluntaria y generosamente las tribulaciones cotidianas, que
son las que forman nuestra cruz. Nuestro santo Fundador, cuando hablaba de la mortificación,
hacía notar que nuestra cruz es especialmente nuestro YO con sus pasiones, el esfuerzo
necesario para vencer las malas tendencias naturales, es el dolor inherente a todas estas
luchas espirituales... Tales cruces, decía nuestro buen Padre, no se puede dejar ni de día ni de
noche, ni una hora, ni un minuto. Se lee efectivamente en el Evangelio que el Divino Salvador
decía: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame"(Mt.
16,24)”.
Intención Misionera Salesiana
Por los Salesianos del Sur del Asia que trabajan en obras educativas y sociales
Para que, como educadores y pastores, los salesianos den testimonio de la primacía de Dios y
proclamen el evangelio a los jóvenes que asisten a nuestras obras educativas y sociales.
Mientras los salesianos son conocidos por el gran trabajo educativo y social que realizan con eficacia, al mismo
tiempo somos menos conocidos como hombres espirituales, que viven sólo para Dios y su gloria. Incluso en los
ambientes no cristianos donde no es posible una proclamación directa del evangelio, nuestras obras educativas y
sociales son un testimonio elocuente de la primacía de Dios y del Evangelio en nuestra vida y en nuestro apostolado.
Roguemos para que los salesianos den importancia al primer anuncio del Evangelio a través de obras educativas y
sociales.